Libro mujeres de Las Tortugas Municipalidad Godoy Cruz

50

Transcript of Libro mujeres de Las Tortugas Municipalidad Godoy Cruz

Municipalidad de godoy cruzIntendente de Godoy Cruz Lic. Alfredo CornejoSecretario de Gobierno Lic. Humberto Mingorace Directora de Desarrollo Social Lic. Marcela FernándezDepartamento Mujer y Equidad Lic. Silvina Anfuso

Trabajaron en este libroSilvina Anfuso: coordinación y dirección generalRomina Zapata Tommasiello: dirección editorial, investigación, redacción de textos. Vanesa Landa: diseño editorial y supervisión de impresiónMaría Eugenia Paganini LaMaru: ilustración Romina Paola López: fotografía

ÍNDICE

9

AGRADECIMIENTOS

En mi primer lugar quiero decirle gracias a todas las mujeres que posibilitaron la realización de este libro, fundamentalmente a las entrevistadas, por abrirme las puertas de sus casas, de su memoria, de sus recuerdos, por responder mis preguntas, por confiar en este proyecto y compartir información tan íntima y valiosa. También a aquellas personas que mientras recorría la zona me decían: “a tal hora podés encontrar a tal vecina”, “la señora tanto vive en esa casa”, “yo conozco alguien que puede darte información” y así, dato por dato y paso por paso me permitieron llegar a las fuentes necesarias para trabajar y tejer esta trama de relatos. A Silvina Anfuso por darme nuevamente la oportunidad de continuar este proyecto tan significativo para nosotras, porque nos permite conocer a nuestras antepasadas, referentes tan necesarias para lo construcción de la identidad de las mujeres. También a Marcela Fernández, directora de Desarrollo Social, por posibilitar la continuidad de la escritura de la historia de las vecinas de Godoy Cruz. A Vanesa Landa, por encargarse del diseño del libro y fundamentalmente por compartir conmigo todo este proceso de trabajo, por ayudarme a desarrollar un lenguaje que nos permite entendernos con pocas palabras

11

y pensar en sintonía. A mi amiga Marcela Sunico Benegas por acompañarme a lo largo del recorrido, por sus palabras que siempre llegan en el momento justo. A Maru Pagani y Romina López por aportar sus saberes profesionales y comprometerse con el trabajo, por poner en imágenes esta investigación. A Eduardo Pagani por ayudarme con la corrección de textos, por su forma amable y precisa de trabajar que tan útil ha sido. A Gabriela Testa del área de Cultura, a Elena Rojas de Relaciones con la Comunidad, a Adriana Bassi y Claudia Calvi por el aporte de datos. A mis compañeras de Mumalá por hacerme sentir parte de este aprendizaje permanente que es la lucha por los derechos de las mujeres, por ayudarme a sentirme segura en cada paso que vamos dando en la reconstrucción de la historia de las mujeres.

Introducción

Este libro es la continuación de una experiencia que se propuso rescatar la memoria colectiva de las mujeres del departamento de Godoy Cruz, provincia de Mendoza, y que tuvo su primera materialización en el libro Mujeres de Villa Hipódromo: sus memorias y relatos que se realizó durante todo el 2013 y se presentó en el marco del Día Internacional de las Mujeres en dicho barrio en el 2014. Tanto el trabajo anterior como el presente son productos de un esfuerzo por dar a conocer que las mujeres somos protagonistas activas de la historia (aunque la historiografía tradicional no lo demuestre), que la historia de un barrio es fundamental para la construcción de una identidad departamental y provincial, y que la situación de una mujer representa la de miles que han vivido experiencias similares. Todo esto hace que el pasado no sea algo acabado, sino algo por construir. Es necesario que volvamos a mirar para atrás, y que en ese andar nos preguntemos qué y quiénes han quedado por fuera de los relatos que nos cuentan sobre un tiempo anterior. Las mujeres sin duda somos uno de los grupos humanos que estamos revisando, cuestionando y reinterpretando todos esos archivos que dicen mucho sobre un lugar, una hazaña, o un periodo histórico pero sobre nosotras no dicen casi nada.

12 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 13

Lo que buscamos rescatar aquí es la autopercepción de cada una de las mujeres que protagonizan este libro, los sentimientos sobre el lugar que las vio crecer y transformarse, su visión de las mujeres del barrio como colectivo que participa de las idas y vueltas del devenir histórico. La experiencia personal y la subjetividad son un objeto de estudio reciente en la investigación de la historia y es esa el área de interés de este trabajo. También partimos de la profunda convicción de que la voz de las mujeres debe ser escuchada, es por eso que en los relatos de este escrito las protagonistas aparecen con sus propias palabras, y la buena noticia es que cada vez se están animando a hablar más, desde la apertura, desde sus saberes y con gran sororidad. La palabra soror significa hermana, y en función de esa idea se desarrolló en el interior del feminismo contemporáneo el concepto de sororidad, para hacer referencia a la necesidad de reducir las desigualdades entre las propias mujeres a través

de la percepción de la otra como una hermana, de la confianza y el apoyo mutuo, porque como ya se sabe la unión hace la fuerza, y es por eso que las mujeres necesitamos construir una gran hermandad que nos permita luchar juntas contra las injusticias

del sistema patriarcal. Esta visión nos plantea dos grandes

desafíos: por un lado derrotar el estereotipo de la competencia

entre mujeres para pasar a pensar en una relación de cooperativismo y por otro desarrollar una verdadera sororidad, ni discursiva ni políticamente correcta, sino genuina. La historia

nos demuestra que los vínculos entre mujeres

existieron siempre y que eso es lo que nos ha permitido

conquistar derechos y sobrellevar difíciles situaciones personales, aun así es

necesario profundizar todo lo logrado. Es esta una de las perspectivas teóricas que tomamos para realizar este trabajo, pensando que la historia de las mujeres de Las Tortugas es la de toda esta gran hermandad que constituimos las mujeres.

EL RECORTE GEOGRÁFICO Y LA METODOLOGÍA

En esta oportunidad, la zona elegida para desarrollar esta experiencia es la de Las Tortugas, uno de los cinco distritos del departamento de Godoy Cruz (Presidente Sarmiento, Ciudad, Benegas y San Francisco del Monte serían los 4 restantes). Se trata de un espacio muy amplio, con una gran cantidad de barrios y lleno de diversidades e historias para cortar, por eso fue necesario hacer una delimitación menor que se circunscribió al casco histórico de este distrito, es decir, la parte más antigua, que delimitamos entre las calles: Carril Cervantes hacia el oeste, Roca hacia el este, Carril Sarmiento hacia el norte y Carrodilla hacia el sur. Lo comprendido en estos límites es el área investigada en este libro. Para realizar este trabajo se utilizaron fuentes públicas tales como: archivos municipales, material de la Biblioteca Departamental Manuel Belgrano y la Biblioteca provincial General San Martín, documentos del Archivo Histórico de Mendoza, y artículos periodísticos, entre otros. Pero la fuente principal de información fueron las mujeres que habitan lo que denominamos el casco histórico de Las Tortugas con quienes nos reunimos en la Unión Vecinal Gobernador Benegas, en sus casas, en sus trabajos, en cafés y que nos abrieron la puerta de su memoria para compartir todo tipo de vivencias. Esta vez también se propuso a las vecinas que participaran escribiendo sus memorias o la de alguna mujer que quisieran recordar, muchas se animaron a hacerlo. Estos escritos son un testimonio de gran valor porque son sus propias miradas, sus propias palabras, sin otra mediación que la del lenguaje. Según los relatos de las vecinas, Las Tortugas era básicamente un gran territorio de viñedos, en su mayoría pertenecientes a la familia Filippini y a otras familias terratenientes, las calles eran de tierra, el alumbrado público no existía, recién se desarrolló en la década del 50’, y las casas estaban muy distanciadas entre sí. El molino ubicado en el Puente Olive (cuya construcción data de 1844 y se llama así porque era propiedad del francés Pablo Olive), la lechería de Don Mortaloni en calle Roca y Aristóbulo del Valle y el corralón de calle Morales eran los principales puntos de abastecimiento y por supuesto de encuentro entre las y los habitantes. Una de las costumbres que se inició por esos tiempos y que aún continua celebrándose son los famosos asados de fin de año, momento en el cual se cortan las calles, entonces vecinos y vecinas salen con sus mesas y sus canastos a compartir la cena del 31 de diciembre en las veredas, un verdadero acto comunitario donde aprovechan para charlar y festejar.

14 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 15

Esta zona de Godoy Cruz fue el lugar donde se pensaba desarrollar la ciudad de Mendoza luego del terremoto que nuestra provincia sufrió en 1861, ya que especialistas en suelo hicieron una serie de estudios que determinaron que este podría ser un sitio apropiado dado el clima y las características del territorio, hecho que finalmente no sucedió pero que habla de la importancia de estas latitudes para la geografía provincial. Recién en los años 60 se inició la urbanización sostenida de esta parte de Godoy Cruz dado que la zona cambió de categoría catastral y esto posibilitó la construcción de casas particulares. Sin embargo, la transición de zona de viñas a barrios se produce fundamentalmente luego del cierre de la Bodega Filippini cuando esta familia lotea la gran cantidad de hectáreas que poseían y venden esos terrenos para la construcción de viviendas. En los capítulos que componen este libro se intentará ilustrar esas transformaciones que van de la mano con profundos cambios en los roles desempeñados por las mujeres, siempre entrelazándose con historias más amplias: por un lado la de la provincia y el país, y por otro con la historia de las mujeres que tiene su propia dinámica en función de los derechos que fuimos conquistando y las consecuencias que tuvieron en las vidas cotidianas y en la vida como sociedad.

el origen del nombre las tortugas

Cuando empezamos a indagar entre las vecinas por qué el distrito lleva este nombre surgieron una serie de versiones muy interesantes que conviven entre sí, sin demasiadas certezas pero con gran pregnancia en el imaginario popular. La primera de estas versiones la cuenta Isabel Yonzo, peluquera de calle Alem: “el promotor de ese nombre es mi papá, se llamaba Ramón Yonzo, nacido acá. Mis abuelos tenían un negocio, de esos antiguos a los que iba la gente a caballo, todos llegaban ahí, al almacén, y se quedaban para tomar algo, por eso le pusieron El topón porque todos topaban ahí. La barra de los chicos que iban a la escuela Burgoa le puso a la calle Alberdi calle de las Tortugas porque había casas muy antiguas que tenían las ventanas chicas, con postigos, entonces cuando pasaba alguien a caballo, en auto o caminando, todas las vecinas asomaban la cabeza por el postigo de la ventana. Entonces mi papá dijo: mirá, parecen tortugas, y así le pusieron”. Esto que cuenta la señora Isabel es asentido por varias vecinas, más precisamente Elvira Búcolo, Directora del Archivo Histórico de la provincia y pobladora de la calle Filippini comenta que efectivamente las casas del

16 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 17

sector más antiguo tenían ventanas muy pequeñas y cuando se escuchaba un ruido en la calle era toda una novedad ya que la zona era muy tranquila y muy poco transitada, por lo que es muy probable que esta analogía sea el origen del nombre. En consonancia con este dato sobre la arquitectura del lugar y agregando a un personaje histórico fundamental para la provincia, Inés Filippini y sus hermanas Susana y Ana María relatan que su papá les contaba a modo

de anécdota que: “cuando estaba San Martín en Mendoza, andaba por esa zona, los pocos habitantes que había estaban asombrados de este movimiento de gente, de las tropas, entonces se escondían en las casas y sacaban la cabeza por las ventanas para mirar lo que sucedía”Otra de las explicaciones para esta denominación dice que el lugar se bautizó así dado que las amplias calles de tierra se convertían en un verdadero pantano los días de lluvia, provocando que la gente caminara muy

18 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 19

lentamente al enterrarse en el barro y de allí se generó la comparación con el andar de las tortugas. El asfalto de las principales calle se comenzó a desarrollar a partir de los 60’ por lo que esta versión también tiene sentido. Josefina Girlando, quien vive en esta zona desde su llegada de Italia en 1952 dice “la gente era muy tranquila para caminar, por eso se llama así”

Por último, en el libro “Toponimia, tradiciones y leyendas mendocinas”1 escrito por Juan Isidro Maza dice: “se llamaba así antiguamente a las zonas que comprenden las localidades de la Carrodilla y de Gobernador Benegas y su origen quizá provenga de que estos animalitos abundaban en aquellas tierras arenosas”. Antonieta Sacchi, vecina de calle Cervantes comenta: “dicen que había muchas tortugas y es posible porque es una zona muy

1 Toponimia, tradiciones y leyendas mendocinas. Juan Isidro Maza, 1990, pág. 44

20 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 21

fresca y muy húmeda, pero no hay certeza”Estas versiones han sido trasmitidas de una generación a otra conservando su carácter anecdótico y a la vez histórico, todas sirven para explicar este nombre y son igualmente válidas para la comunidad.

22 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 23

Historia en presente

27historia en presente

La señora Antonieta Sacchi, vecina de calle Cervantes, escribió para este trabajo sus recuerdos sobre este lugar que conoció desde pequeña. Antonieta tiene 83 años, es musicóloga, aunque prefiere llamarse profesora de música, investigadora, autora de tres libros sobre el pasado musical de Mendoza, una mujer sabia y encantadora. Compartimos una parte de este maravilloso texto que grafica la fisonomía del lugar y parte de su vida: Hace exactamente 42 años que vivo en el carril Cervantes en la zona de Las Tortugas en una casa que construimos sobre un terreno que fuera de mi padre desde 1940 aproximadamente. Se trataba de un terreno de hectárea y media con una plantación de cerezas de exportación en el que se construyó por aquella fecha una fábrica de mosto concentrado de uva, que funcionó hasta 1963 cuando la zona cambió de categorización, pasó a ser zona mixta y no autorizaron más el funcionamiento de la bodega. Posteriormente allí vivieron mis abuelos y tíos recién llegados de Italia después de la Segunda Guerra Mundial, por lo tanto, estuve relacionada con la zona desde mucho tiempo antes de 1972, cuando aún era una jovencita, puesto que la visitaba todas las semanas. Esta zona era eminentemente rural, comúnmente no había límites entre las propiedades salvo una

28 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 29

acequia o una hilera de viñas, y el tránsito de vecinos hacia el carril para abrir el paso del agua de la hijuela Las Tortugas desde el canal Sobremonte era constante. Otra de las características de Las Tortugas era la gran cantidad de juncos que nacían espontáneamente a la orilla de las acequias y surcos de las propiedades, que lógicamente no estaban revestidos de cemento. Se trataba de la variedad doble, muy perfumada y que hoy está completamente extinguida, tanto es así que no he conseguido rescatar más que una variedad simple. La zona era particularmente fresca y la variación de la temperatura era muy acusada en cuanto se enfilaba la arboleda del carril. A ello contribuía el agua del canal mencionado, que por aquellas épocas corría diariamente en verano, aunque turbia y barrosa. Rastros de ese pasado rural también son las hileras de olivos que todavía se conservan en algunas calles después de las urbanizaciones, hay algunos que son centenarios, como los que se encuentran en la calle Aristóbulo del Valle, próximos al cruce con el Acceso Sur. Otros olivos hay en la zona aledaña al puente Olive, en este lugar, según investigaciones realizadas por el arquitecto Jorge Ricardo Ponte en los cursos de aguas de Godoy Cruz, a mediados del siglo XIX -en 1844- un señor llamado Pablo Olive había instalado un molino harinero, que funcionaba con el agua del actual zanjón cacique Guaymallén.Por otra parte, el tránsito era muy limitado y las madres podían dejar los niños correteando con sus carritos o patinando por el carril, entonces todavía llamado Ruta 40. Otra diversión corriente de los varones del barrio era bañarse en el canal, que como los canales de riego de entonces no traían deshechos y solo había que proteger los pies de las piedras demasiado puntiagudas. La situación se modificó cuando se cambió la categorización y se construyeron muchos barrios como el Santa Teresa y el Santa Lucía en los terrenos de Luis Filippini aledaños a la bodega, cuyos restos actualmente se

Antonieta Sacchi

encuentran frente al Acceso Sur. Barrios bien planeados y urbanizados, arbolados que se extendían desde Aristóbulo del Valle hasta la calle Filippini más o menos, con lotes amplios. También recuerdo la existencia de surtidores de agua del Río Blanco (de Potrerillos) para el aprovisionamiento familiar. Cuando llegué al barrio hacía poco tiempo que se había inaugurado la red de agua potable de Obras Sanitarias, lo que recuerdo es que frente a mi portón había uno de estos surtidores encajados en una construcción de cemento que fue retirado poco tiempo después.

La música como modo de vida

Los recuerdos de la zona se entrelazan con su vida personal: “Cuando llegué al barrio en 1972 ya tenía mi familia formada con cuatro hijos y era profesora en la Escuela Superior de Música de la UNCuyo. Desgraciadamente pocos meses después falleció mi esposo y por supuesto la vida familiar cambió. El barrio se estaba convirtiendo en un suburbio de Godoy Cruz y había perdido el tranquilo carácter rural de antes. Comenzó la contaminación acústica, el tránsito, que sólo se aliviaba cuando había alguna crisis y la nafta era muy cara, el transporte público era ruidoso y contaminante”. Respecto de su profesión Antonieta la define así: “un musicólogo es una persona que no sólo recaba datos (no se tienen que imaginar que es una rata de biblioteca) sino que asocia e interpreta hechos que se producen en la relación de la música con los individuos y la sociedad. Musicología es investigación de un pasado musical desde lo fáctico, es decir, desde los hechos, es el pasaje por las asociaciones e interpretaciones que suscitan y su función en la sociedad. Además, por supuesto hay que tener conocimientos técnicos porque la música es otro lenguaje. Es como si quisiéramos estudiar literatura francesa sin saber francés. Soy especialista en música clásica en general, hasta las vanguardias de este siglo y en música barroca en particular”Su recorrido académico se produjo del siguiente modo: “Inicié los estudios superiores de música que me llevaron a titularme en 1952 como profesora en piano, teoría, solfeo y canto coral, primer título que otorgó la Escuela Superior de Música. Comencé a trabajar en la misma escuela y en la Escuela Superior del Magisterio, aunque después de mi casamiento con el profesor Carlos Ludovico Ceriotto en 1955 reduje mi actividad profesional al mínimo debido a la crianza de cuatro hijos. En 1972 reinicié una actividad más intensa y en ese momento se comenzó a manifestar paulatinamente mi inclinación a la musicología que tuve que desechar debido a mi temprana viudez. A partir de la década de los ‘80 empecé con esta actividad dirigiendo becarios y proyectos de

historia en presente

30 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 31

investigación en la Facultad de Artes y Diseño de la UNCuyo, recientemente organizada con escuelas de arte preexistentes. Recién después de que me jubilé en 1995, empecé a organizar mis investigaciones personales y a escribir, de lo que surgieron tres libros. Las investigaciones de los primeros dos libros y del DVD se concentraron en las actividades musicales de músicos inmigrantes españoles radicados en Mendoza a comienzo del siglo XX y en las actividades musicales de los salesianos en Mendoza y su trabajo sobre la inmigración italiana de fines del siglo XIX y comienzos del XX. El tercero, se inicia en el estudio de las actividades musicales de los mendocinos desde el año 1852 hasta 1912, es decir la época del Centenario de la Revolución de Mayo de 1810”. Su sabiduría musical es enorme y el modo en que la comunica hace que podamos escucharla por horas. Ante la pregunta por sus gustos Antonieta dice: “¡Los Beatles fueron mi locura cuando era joven! En el ‘64, ellos empezaron esto, después los Rolling Stone, los ABBA. Una cosa que me gustó mucho desde muy jovencita era el jazz”.

En cuanto a la relación de las mujeres con este lenguaje, esta especialista comenta que tradicionalmente el mundo de la música fue muy restringido, solo se les permitía tocar determinados instrumentos o limitadas participaciones en público, ni hablar de intervenir en la producción

o la teoría. Antonieta brinda la siguiente explicación sobre esta situación

propia del siglo XIX y parte del XX: “esto es porque la mujer,

tradicionalmente, en Mendoza, estuvo muy supeditada a este régimen patriarcal del varón, entonces no se le reconocía capacidad creativa, ella tenía que tocar y cantar para adornar

la casa y al marido. La tradición era que las muchachas tenían que

estudiar piano y la que tuviera voz, también el canto. Cuando acá se creó la

Escuela de Música en la UNCuyo, todas las que estudiaban en conservatorios particulares, podían ir a una escuela pública a muy bajo costo, entonces mandaron todas las chicas a estudiar, por eso el 90% de mi promoción éramos mujeres. Ahora las posibilidades de estudio de las mujeres se han diversificado mucho, hay más oportunidades, sin embargo hay un machismo que sigue haciendo

sentir su presencia, muy a nuestro pesar”La música le ha permitido conocer muchísimo de la historia provincial, Antonieta siempre ha estado comprometida con el lugar donde se ha radicado y del cual habla con tanto cariño.

historia en presente

32 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 33

poseía, ubicada en calle Barcala 1416.Su abuelo Luis se encargó de sorprender al barrio mostrando distintos desarrollos que la provincia vivía, como por ejemplo el primer auto que se vio circular por Godoy Cruz, manejado por su chofer ya que él nunca aprendió a hacerlo. “Imaginate, el primer auto, era como para asomar la cabeza por la ventana” dice Tati, haciendo referencia al origen del nombre Las Tortugas, explicado al inicio del libro. También la lujosa Villa Teresa fue testigo de todo tipo de sucesos familiares, Inés recuerda especialmente los multitudinarios almuerzos de Navidad: “el almuerzo lo pasábamos siempre en la casa de mi abuelo, todos los hijos, con todas las nueras, y todos los nietos. Era obligatorio, no podías no ir, él hacia regalos a todos”. Cuando la propiedad fue demolida muchos años después, dio lugar a un gran loteo para viviendas particulares. Las tres hermanas pasaron su infancia entre ambas propiedades. “De nuestra casa la bodega estábamos a 7 cuadras, íbamos en bicicleta por las calles de tierra, pasábamos por Mortaloni que era la lechería que estaba en la esquina, el lugar era un paraíso” recuerda Tati y Ana María agrega que siempre iban a jugar allí. Una de las cosas que más llamaba la atención de las nietas de Luis Filippini era ver cómo los camiones que traían la uva volcaban su carga en los lagares (grandes recipientes donde se prensa la uva).En el año 1973 una parte de “Los azahares” fue expropiada para la construcción del Acceso Sur, a partir de entonces la fisonomía del lugar comenzó a cambiar, iniciando un sostenido proceso de loteos y la consecuente urbanización de la zona, con el aumento de población que eso produjo. Ana María recuerda ese momento con gran dolor: “el Acceso nos expropia a nosotros una parte de la casa, todo un frente, un dormitorio, el jardín de adelante pero nosotras seguimos viviendo allí hasta el año 94. Tiraron la casa por la mitad, fue fuertísimo”.Respecto de su crianza Inés comenta “a nosotras nos criaron que la mujer se tenía que casar y quedarse en la casa, y nada más” sin embargo las tres se alejaron de ese modelo. Susana es profesora de Educación Física

La familia Filippini en Villa Teresa

Si hay una familia que tuvo mucho que ver con el desarrollo industrial y económico de Las Tortugas son los Filippini, resulta difícil explicar el proceso de urbanización de esta zona sin hacer mención a lo sucedido con la bodega que fundaron en calle Rawson y Barcala. En 1885 el joven italiano Luis Filippini llegó a nuestro país, a los tres años de su arribo ya vivía en Godoy Cruz, dedicándose a la agricultura. La bodega que lleva su apellido inició su funcionamiento en 1901 con un ritmo de crecimiento muy acelerado que dio una gran prosperidad económica a esta familia. Luis se casó con Carlota Bianchi con quien tuvo diez hijos y una hija, Lidia, todos los nacimientos se produjeron la casona ubicada en calle Alem y Catamarca conocida como Villa Teresa, nombrada así en referencia a la madre del señor Filippini. Carlota murió muy joven, en 1925. Inés, Ana María y Susana (Tati) son las hijas de Julio Filippini, el antepenúltimo de los hijos de Carlota y Luis, quien se casó con Ida Módolo. Estas mujeres, nietas de don Luis, son quienes abrieron la puerta de esta historia familiar. Las hermanas vivían en la propiedad llamada Los azahares debido a la gran cantidad de naranjos que

historia en presente

34 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 35

en la Escuela Italiana, institución para la que su abuelo hizo grandes donaciones cuando fue fundada, de hecho una de las aulas lleva su nombre. Ana María es profesora de Francés, “yo recuerdo que mi mamá hablaba francés, yo escuchaba y quería hablar como ella” comenta. Inés trabaja en una de las clínicas oftalmológicas más importantes de la provincia, se casó en 1969 en Los Azahares con una fiesta que seguramente habrá sido my comentada por los vecinos y vecinas, “estuvieron hasta los cantores de Quilla Huasi1 porque eran amigos de mi papá”, dice

su hermana haciendo referencia a la magnitud del festejo. Perdieron a su mamá muy joven, víctima de un cáncer de mama. Ida falleció en 1965 con tan sólo 47 años, “cuando falleció mi mamá todo el barrio estuvo en la casa, no había nadie que no la conociera” se acuerda Ana María. Otra mujer importante en la vida de esta familia fue Albertina, responsable del cuidado de Luis Filippini, luego de su viudez: “a Albertina mi abuelo la trajo de Italia una vez, fue una mujer que lo cuidó y lo atendió hasta el último día de su vida, era europea, rubia, de tez blanca, muy amable. Volvió a Italia luego de su muerte” cuenta la mayor de las hermanas. El inicio de la quiebra de esta enorme bodega comenzó en 1960, luego de la muerte de Andrés, el mayor de los hijos de Luis y Carlota, en un accidente de tránsito cuando se dirigía a la finca que la familia tenía en Tupungato. Él era el gerente general de esta empresa y con su muerte cambió la realidad familiar. El negocio pasó a otras manos hasta su cierre definitivo en 1979. Ya cerrada la bodega, sus dueños iniciaron un proceso de venta de lotes que fue lo que permitió el avance de la urbanización de este distrito godoycruceño,sumado a la construcción del Acceso Sur que posibilitó el desarrollo de una gran cantidad de barrios.

1 Conjunto de folklore argentino que estuvo en actividad entre 1953 y 1987

Ana María, Tati e Inés Filippini

historia en presente

LIDIA FILIPPINI

La única hija mujer del matrimonio de Luis y Carlota nació en 1916. Cuando su padre quedó viudo decidió llevar a Lidia y al menor de los hermanos, Hugo, a Europa ya que no era nada habitual para la época que un hombre viudo se hiciera cargo de la crianza de sus hijos y mucho menos de una hija. El destino de Lidia fue determinante: un convento en Viareggio, Italia, en el que permaneció desde los 7 a los 20 años. “Ella no quería saber nada ni con monjas ni con curas después de haber vivido tanto tiempo encerrada. La hacían bañar vestida con el camisón negro, andaban en la playa vestidas de negro, dormían vestidas de negro, era espantoso todo lo cerrados que eran en esa época” cuenta su hija Leonor Antonietti Filippini. Respecto al trato que las internas recibían, Leonor recuerda que su madre le decía que por interés la trataban mejor para que su padre donara dinero a la institución, cosa que a Lidia no le gustaba. Lo único positivo de esa experiencia fue que Lidia pudo acceder a la educación y recibirse de maestra, aunque cuando volvió a Argentina, con 21 años, quiso revalidar ese título pero su padre no se lo permitió, por lo que sólo ejerció la docencia hacia el interior de la familia enseñándoles italiano. Ya radicada en Mendoza vivió en Villa Teresa hasta que se casó, Leonor relata: “para el casamiento le trajeron de Europa el manto que llevaba en la cabeza hasta la cola y la tela, el vestido se lo hizo en Buenos Aires, se casó de grande con 27 años. La ropa interior también se la traían de Europa, era muy sencilla ella lo que pasa es que estaban en buena posición y como era la única mujer… estuvo 6 meses de novia nada más, se casó para irse de al lado del padre que la tenía encerrada”. También vivió en la calle que lleva su apellido. “Ella siempre decía que tendría que haber nacido en otra época porque le gustaba cantar, era lírica, pero no la dejaban cantar en público, cantaba para la familia, estudió canto y piano. También para tener más

Lidia Filippini junto a su marido

36 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 37

libertades y estudiar una carrera, era un persona muy moderna con nosotras hablaba de todo, nos daba todas las indicaciones de la parte sexual, en esa época no hablaba nadie de eso. Mi mamá fue muy moderna en ese sentido, muy culta, muy comunicativa, una persona de mucha lectura”, la describe Leonor.Como es de suponerse a Lidia no la dejaron involucrarse en los negocios de la familia, tampoco opinar sobre política a pesar de que sabia del tema porque tenía la costumbre de leer el diario todos los días. Falleció en 1992, con 76 años, “ella decía que le gustaría morirse de pie como los árboles, cosa que se le cumplió porque a hasta último momento fue una mujer activa” afirma su hija. Así finaliza la historia de Lidia Lina Jerónima Teresa, “le pusieron Lidia porque les gustaba a mi abuelo y mi abuela, Lina le gustaba a mi abuela, Jerónima era su abuela materna y Teresa la paterna”, concluye Leonor.

historia en presente

“En el barrio me conocen todos, porque he sido la maestra de la mayoría” y efectivamente la saludan todos los vecinos y vecinas que a sus 83 años la siguen llamando “la señorita Haydee” con muchísimo respeto y también con cariño, de ese que se le tiene la maestra del primario que dejó una huella en la vida escolar. La vida de María Hilda Haydee Moreno está marcada por la absoluta dedicación a la docencia, su compromiso con la educación, la desaparición de su hija Vivi en manos de la dictadura militar y la posterior búsqueda de justicia. Desde sus 7 años hasta el presente la señorita Haydee vive en Las Tortugas, la mayor parte del tiempo en la calle Julián Barraquero por lo que conoce la zona como la palma de su mano: “el barrio ha cambiado pero no mucho, esta calle está hormigonada no hace mucho tiempo, antes hicieron las acequias. Ahora los chicos siguen jugando en la calle como antes” afirma. Hizo la primaria en la Escuela Burgoa, a los 13 años ya había finalizado el Liceo de Señoritas: “teníamos materias como labores manuales, un año hice un babero, porque había que bordar, me enseñaban a hacer el

38 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 39

festón1, cosa que ahora las chicas no saben hacer” recuerda Haydee de su experiencia en ese liceo. Continuó sus estudios en la Escuela Normal y a los 16 años ya estaba graduada como maestra.Su primer trabajo fue en una escuela rural del departamento de San Rafael, en la localidad de Villa Atuel, donde se fue a vivir a la casa de unos tíos, viajaba todos los días gran cantidad de kilómetros para llegar a dar clases, luego trabajó en Tunuyán. Con el tiempo logró el traslado a Godoy Cruz y en 1951 ingresó a la Escuela Burgoa donde ejerció la mayor parte de su carrera docente. En 1974 asumió como Vicedirectora, año en que se cumplió el centenario de ese establecimiento. A los 22 años se casó, tuvo a su hija Virginia y luego a Carlos, quedó viuda muy tempranamente. Esta maestra fue reconocida por el Municipio de Godoy Cruz como Mujer Notable en el año 2009 por su labor docente y comunitario, escribió un libro que aún no ha publicado donde cuenta sus diversas experiencias en tantos de años dedicados a la educación: “el libro trata un poco de la vida mía y del vivir de la gente de acá. Yo tuve un alumno que vivía en el carril Cervantes, el padre era policía y la mamá trabajaba en el servicio doméstico, vivían en una casa precaria y eran muy rebeldes los chicos, yo era su maestra, la madre le pegabamucho, y un día vino con un corte en la cabeza y le corría la sangre, fui a la dirección y le dije a la directora te dejo el grado porque tengo un niño sangrando, lo voy a llevar al Hospital del Carmen , tomé un taxi y lo llevé. Cosas como esa son las que cuento en el libro: anécdotas de la escuela, la labor de maestro, una labor comprometida totalmente” dice Haydee con pleno orgullo de su profesión. También participó de la Unión Vecinal Benegas de la que fue presidenta, las vecinas reconocen su labor en este espacio y cuentan con cariño todo lo que hizo Haydee para que la unión creciera. Una persona conocida, reconocida y querida por toda la comunidad, que a pesar de sus problemas de salud y de las tristezas que ha

1 Tipo de bordado con puntillas que se usaba para decorar cortinas o manteles

Haydee Moreno, mujer notable de Godoy Cruz

historia en presente

debido sobrellevar sigue apostando a la vida.

Virginia Adela Suárez era estudiante de la Escuela Superior de Periodismo, militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) , trabajaba como maestra en la Escuela Serú y colaboraba con el Padre Llorens2 en el trabajo comunitario del barrio San Marín. Su madre relata con dolor la noche de su secuestro: “el 13 de mayo de 1976 sentí unos golpes impresionantes en la puerta, la puerta era de cedro y sin embargo la partieron, a las

3 de la mañana, yo estaba con mi papá en ese tiempo que era viejito y los dos niños porque mi marido ya había muerto, rompieron la puerta pero entraron por el garaje, un camión lleno de oficiales, con armas largas, ithacas. No sabíamos que pasaba, ni qué iba a ocurrir. Unos fueron arriba del techo, otros al fondo, y otros vinieron acá, unos 3 ó 4 a la habitación de Vivi. A mi uno solo me agarró, me puso boca abajo, me vendaron los ojos y me decía “no se mueva”. Había un armario donde yo tenía todas las cosas de la escuela que lo tiraron alpiso, la ropa del ropero al piso. Duró 15 minutos todo, y se llevaron a Vivi, era Virginia Adela pero le decíamos Vivi, la llevaron por el garaje, con mi hijo no nos podíamos mover de la cama, sentía que ella decía “auxilio, auxilio”, pero a los vecinos que se asomaban los apuntaban, había uno del ejército en cada ventana de los vecinos. Después hubo un silencio, tardamos en levantarnos porque no sabíamos que pasaba, esperamos en silencio hasta que nos sacamos las vendas. A mi hijo lo hicieron acostar al lado mío y le pusieron la ithaca encima del cuerpo, yo me baje de la cama, me saqué la venda y vi que me habían tirado todo lo del ropero, todo lo de la escuela, un desastre, cuando fui a la pieza de mi hija no estaba. En ese momento no se podía pensar, no podía, con una cosa así no te trabajaba la mente. Nunca habíamos visto algo así”

2 El padre José María Llorens (1913-1984) fue un sacerdote de la orden jesuita que llevó adelante una obra conocida como “Opción por los pobres” por medio de la cual se transformó un basural del Barrio San Martín en un conjunto de viviendas para la gente en condiciones de extrema pobreza, entre otras obras que realizó por la mejora de las condiciones de vida de la población con menos recursos. FUENTE: www.edicioncuyo.com

La casa de la señorita Haydee en calle Barraquero

40 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 41

Claro que a partir de un episodio como este, la vida de esta familia cambió por completo y para siempre. Al principio reinó la desolación, la sensación de no entender nada y por supuesto el miedo. Haydee ni siquiera abría la puerta a amigos o amigas de Vivi por temor a que les sucediera algo por el solo hecho de verlos con ella. Luego se enteraron de otras familias que estaban en la misma situación y comenzaron a buscar explicaciones, a presentar denuncias en diversos organismos, a pedir habeas corpus. “Mi hermana era zurda y era un bocho, abanderada por el Magisterio, después entró a ciencias económicas, como vio que iban todos en auto y era otra forma de vida, decidió ir a periodismo, esa era la capacidad que tenía. Era una persona inteligente, tenía mucho corazón, se sabía desenvolver y veía con futuro como hacer progresar al país y a la juventud, aparte de estar en periodismo ayudaba al Padre Llorens a enseñar a leer y escribir a los jóvenes que no tenían dinero” recuerda su hermano menor, Carlos. La desaparición de Vivi vino aparejada con persecuciones, amenazas e intimidaciones de todo tipo a su familia, aun así la señorita Haydee no bajó los brazos, ella no conocía nada de la actividad política de su hija, fue descubriéndola después a medida que transitaba su búsqueda. Hasta el día de hoy la familia de Virginia desconoce que sucedió con ella luego de su detención, todavía se encuentran en el largo y penoso camino de la búsqueda de justicia, a la espera de un juicio que pueda darles un poco de paz. “Hay cosas que la mente borra y otras que te las marca a fuego” concluye la señorita Haydee.

La señorita Haydee junto a la foto de su hija

historia en presente

La escuela con nombre de mujer

La Escuela Petrona Guiñazú de Burgoa, actualmente ubicada en calle Los Horneros y Hermite, fue fundada el 1 de mayo de 1874 bajo el nombre Escuela Número 5 de San Vicente. Inicialmente sólo admitía alumnos varones.En 1877 la escuela permitió el ingreso de niñas aunque en turnos diferenciados, ellas concurrían de 7 a 11 de la mañana y los niños desde la 1 a las 5 de la tarde. Al año siguiente la escuela volvió a ser sólo para varones dados los “malos resultados” -según lo escrito en las actas que aún conserva el colegio- hasta que volvieron a ser admitidas en 1897, siempre en turnos alternados. Los archivos de la vida de Petrona son muy escasos, se sabe que nació en Godoy Cruz en la localidad de San Vicente, se graduó de maestra en la Escuela Normal en 1881 y desde allí dedicó su vida a la docencia en nivel primario. La escuela pasó a llevar su nombre en 1908, cuando ella ya había muerto. Petrona se casó con Darío Burgoa en el año 1892, de hecho la escuela es conocida por los vecinos y vecinas como Escuela Burgoa. El acta de su matrimonio, así como la de su fallecimiento, se encuentran en el Archivo Histórico de la provincia.

42 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 43

Falleció de salpingitis (tal como está escrito en su acta de defunción y se refiere a una inflamación de las trompas de Falopio) en 1899 cuando se encontraba en Buenos Aires perfeccionando sus estudios, sus restos fueron traídos a Mendoza en 1932 y actualmente se encuentran en el cementerio de Godoy Cruz. La ubicación

En tantos años de funcionamiento la Escuela ha cambiado su edificio más de una vez, entre esas mudanzas hubo dos mujeres que donaron propiedades para su funcionamiento: en 1916 se trasladó a la calle Alem esquina Rawson, propiedad de la señora Juana viuda de Lima y luego, en 1923, a calle Javier Morales a la casa de la señora Josefa viuda de Masera (así figuran sus nombres en las actas de la escuela, sus apellidos se desconocen ya que fueron nombradas con el de sus maridos).

Petrona Guiñazu

En diciembre de 1980 Elvira Búcolo se mudó a su casa de calle Filippini a una cuadra de Cervantes, sus primeros recuerdos de esa experiencia son contados así: “me casé y me fui a vivir a la casa que construimos ahí, donde vivo actualmente, la construimos mientras estábamos de novios, la zona había sido loteada y yo le compro el último lote que vendía Don Luis y Don Rodolfo Filippini, los hijos del dueño de la bodega, en ese momento había solo una casa edificada en la cuadra, la de la familia Buono. Cuando llegué me costó adaptarme, la calle estaba sin asfaltar, no había cloaca, teníamos pozo séptico y no teníamos gas, me fui a vivir con gas de garrafa lo cual era todo un tema, también era todo un tema los días de lluvia, caminar por la calle llena de barro. Yo me sentía en el campo, al año pude pasar a los tubos de gas y después se hicieron las obras necesarias para gas natural y ahí nos sentimos en el paraíso. Lo otro que sufrí fue el tema de los negocios, porque tenía que llegar a la calle Cervantes y caminar hasta la esquina de Tierra del Fuego donde había un negocio muy conocido porque era el único, Don Miguel, tenía carnicería, almacén, verdulería”. Elvira es una persona muy importante y muy conocida para las y los habitantes de Mendoza ya que desde

historia en presente

44 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 45

1989 dirige el Archivo Histórico de la Provincia que actualmente tiene su sede en calle Sargento Cabral y Belgrano de Ciudad, por ende sus conocimientos sobre la historia de nuestro territorio son enormes. “Me recibí de profesora y licenciada en Historia en el ‘78 en la Universidad Nacional de Cuyo, todo ese año lo dediqué a trabajar como maestra, agarré un reemplazo en la Escuela Fragata Sarmiento, fue una experiencia maravillosa. En el ‘79 ingresé al Archivo como administrativa, tenía 24 años, entré al escalón más bajo, para mí era toda una aventura. Dos años tuve el cargo de administrativa, pero hacia tareas profesionales, después me pasaron al tramo profesional, 10 años después de haber ingresado, en el ‘89, tomé la dirección”, dice resumiendo su carrera. Respecto del tipo de tareas que realiza la institución donde trabaja, lo describe del siguiente modo: “el Archivo lo que hace es guardar la memoria de la provincia, esa memoria consiste en manuscritos, en documentos originales, inéditos, que se usan para escribir la historia. La tarea es conservar esos documentos para que el investigador venga y los

consulte. Por ejemplo, del departamento de Godoy Cruz hay documentos desde 1820 hasta 1900, originales, los documentos emitidos por la comuna. A mí me tocó procesar (lo que significa ordenar y hacer el resumen de cada uno de esos documentos) archivos de ese departamento, vi uno que hacía

referencia al Molino del finado Olive, en la zona del puente había un molino. ¡Es

apasionante!”. Elvira es una mujer amable, clara en su forma de

expresarse, que trasmite gran sabiduría y un profundo amor por su trabajo con los registros del pasado: “me encanta, me apasiona, una hasta toma partido, se encariña con los

personajes que va siguiendo a través de los documentos y hasta

te da pena cuando ves que han fallecido”

En todos estos años de procesar documentos muy antiguos, nunca encontró uno escrito por una mujer: “puede aparecer algo en los expedientes civiles o en los expedientes criminales donde se presentaban ante el Gobernador pidiendo justicia, algo así, no más” comenta. Hay algunos hechos del pasado que se pueden reconstruir con un nivel impresionante de detalle, pero también hay grandes

silencios, dice esta vecina de calle Filippini. “No es justo para nosotras como mujeres que no se nombre a las mujeres, lo que pasa es que la historia fue escrita por hombres y supuestamente las acciones las hicieron los hombres, pero también habían mujeres que cumplieron papeles importantísimos. Tengo una recopilación de mujeres que se destacaron en la historia, como la esposa de Mariano Moreno por ejemplo, o Mariquita Sánchez de Thompson, Juana Azurduy, Macacha Güemes. Obviamente las mujeres cumplieron un papel muy importante que esta historia escrita por hombres no incluyó” considera Elvira. La directora del Archivo Histórico tiene 62 años, elige seguir trabajando simplemente porque ama lo que hace, y en buena hora ya que necesitamos de sus conocimientos para seguir escribiendo las páginas que le faltan a esos archivos y no es casual que la persona que desde hace 35 años custodia la memoria provincial sea una mujer.

Elvira Búcolo, vecina de calle Filippini Elvira trabajando en el Archivo Histórico de Mendoza

historia en presente

46 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 47

Por Gloria Pereyra de Garis1

No me resulta difícil traer a la memoria los recuerdos del barrio de mi infancia, vienen a mí, los sonidos, los colores, olores, personas y personajes de aquella época. El día comenzaba con el repiqueteo de los cascos del caballo del panadero, traían el pan del día, bajaba con su canasto lleno e iba de puerta en puerta. Al rato llegaba el lechero, su llegada era anticipada por el sonido de los cencerros, los vecinos salían de sus casas con lecheras, cacerolas y recibían la leche recién ordeñada. En el trascurso del día los distintos vendedores llegaban para traer sus productos, el jarillero con sus paquetes de jarilla para las vecinas que horneaban el pan, el carbonero con su piel teñida por el polvo del carbón. A las once y quince llegaba Don Cardozo, con las achuras recién sacadas del matadero. El repartidor de diarios no

1 Vecina de calle Catamarca

historia en presente

sólo traía diarios, sino también la revista El Tony, Billiken, y otras que algún vecino me prestaba después de leerlas. En las tardes, las calles se llenaban de los chicos jugando al trompo, las niñas jugábamos al “patrón de la vereda”2 y los más grandes sacaban sus sillas y se ponían a conversar.Recuerdo con añoranza el sonido del agua corriendo por las acequias y al tomero con sus botas largas y sus baldes con cadenas, regando todas las calles. Son muchos y bellos recuerdos de mi Villa Clementina, de la niñez y la adolescencia. Ahora que ha pasado el tiempo y que todo ha cambiado, sigue siendo un lindo barrio.

2 El “patrón de la vereda” es un juego infantil donde un/a participante es el patrón/a de la vereda y se coloca en el centro. Los demás se colocan en los límites de la vereda y deben tratar de pasar de un lado al otro sin ser apresados por el patrón/a. En caso de apresar a alguien éste pasa a ser el patrón/a de la vereda.

VECINAS TRABAJANDO

51VECINAS TRABAJANDO

La participación de las mujeres en las uniones vecinales de Godoy Cruz es masiva, sobre todo en la franja etaria de las jubiladas que se organizan para realizar todo tipo de actividades. Con un marcado liderazgo, son ellas las que están conduciendo un proceso de cambios muy significativos en el interior de su comunidad. Solidarias, trabajadoras, comprometidas, son algunas de las características que las identifican. Nélida Arancibia y Ester Castro presiden uniones vecinales de Las Tortugas cuyas historias comprueban lo dicho.

Unión Vecinal Leandro Alem A los 75 años Nélida está al frente de esta organización y activa como nunca. Desde niña vivió en Godoy Cruz, aunque varios años de su juventud los pasó en Buenos Aires. La vida familiar de Nely fue muy complicada, su mamá se separó de su papá cuando ella tenía 11 años, su hermana Ninfa Etelvina quedó discapacitada a los 5 años necesitando permanentes cuidados y asistencia y su otra hermana, Catalina, se suicidó en el año ‘96. “Yo

52 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 53

desde chica me crié pensando que yo tenía que ayudar a mi mamá, me armé una vida sin ilusiones de nada, hasta para vestirme o calzarme, porque si yo me compraba una cosa pensaba en mi hermana que no podía caminar” dice. La complejidad de la situación familiar y las necesidades económicas hicieron que Nélida trabajara desde muy pequeña: en un secadero de frutas, en una fábrica textil, en la venta de carne, en una cantina, haciendo pastelitos, cosiendo ropa, a lo que se sumaban las tareas domésticas en un contexto de gran precariedad: “cuando tenía 7 u 8 años salía a hacer los mandados porque mi mamá se quedaba con mi hermana, en ese momento había que buscar agua a cuatro o cinco cuadras, el agua corriente no estaba en todas casas, entonces yo iba con unas latitas de aceite y la traía”De todos esos trabajos, el que la hizo ser una persona conocida en la comunidad

Nélida Arancibia, presidenta de la U.V. Alem

del barrio Villa Clementina fue el almacén que instaló en su casa por más de 20 años y que recién cerró en el 2007. En medio de tantas ocupaciones, tuvo sus dos hijos, enfrentó un divorcio muy violento y jamás abandonó el cuidado de su hermana y su madre. En el 2012, la unión vecinal estaba en riesgo de perder su personería jurídica: “un día nos reunimos como 32 personas para elegir la nueva comisión, el 16 de diciembre de 2012, se votó en la calle porque no teníamos ni lugar para estar. Faltaba alguien que quisiera ser presidente, vice y secretario, nadie quería, todos se ofrecían para vocales o cobrador. Es la primera vez que yo

iba a una reunión de esas, porque cuando tenía el negocio no tenía tiempo. Empezaron a nombrarme a mí, 20 años con negocio me conocen todos, no tengo problemas con nadie. Yo no sabía nada, no

me lo esperaba, no sabía que había qué hacer, nunca había estado en una unión

vecinal, pero todo se aprende”.A partir de esta designación, la vida de Nélida cambió totalmente, tanto que el comedor de su casa de calle Catamarca 1380 se convirtió en el lugar

de reunión de la unión: “es como que he nacido de nuevo, esto que estoy viviendo

no me lo imaginé nunca, eso de ir y preocuparse por una cosa, hay que hacer nota para acá, nota

para allá, hay que ir, hay que estar. Una vida nueva. Yo nunca pensé que podía saludar al intendente como si fuéramos amigos”, cuenta con gran emoción. La Unión Leandro Alem brinda talleres de pintura en tela y artesanía, organiza eventos para recaudar fondos y así ir comprando materiales para seguir brindado propuestas, la principal dificultad que tiene es el espacio físico, que es pequeño y no le permite desarrollar mayor diversidad de actividades, sin embargo sus integrantes se las han arreglado para mantener una gran cantidad de tareas para el mejoramiento de la comunidad. Nélida es un claro ejemplo de que con trabajo, voluntad y por supuesto la cooperación de los vecinos y vecinas se pueden lograr cambios: “a veces la gente se queja pero yo les digo que no sean mala onda, que tienen que tener fe, que uno mismo a veces retrasa las cosas con su pensamiento” concluye.

Unión Vecinal Gobernador Benegas

Desde el 2009, la señora Ester Castro preside esta unión cuya sede se encuentra en calle Salvador María del Carril 1872. “Para mí significa mucho esto, lo quiero

y lo mezquino como si fuera mi propia casa” dice esta vecina de la calle Martínez de Rosas, que a sus 69 años está experimentando una nueva forma de vida signada por el compromiso y la responsabilidad de conducir acciones que involucran a más de 200 personas. Es la tercera presidenta mujer, antes desempeñaron esta función Haydee Moreno- la señorita- y Carmen Zalazar. Al igual que Nélida, ella tampoco tenía experiencia en la participación de actividades vecinales, sin embargo,

La casa de Nélida en calle Catamarca que funciona como sede de la Unión Vecinal

Nélida junto a integrantes de la unión que preside

VECINAS TRABAJANDO

54 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 55

como dice el dicho popular: querer es poder. Al respecto Ester comenta: “fui siempre ama de casa, me acostumbré, me casé muy joven, a los 15 años tuve mi hija mayor, a los 18 años ya tenía 3 hijos, así que toda una vida dentro de la casa. Tampoco se acostumbraba que la mujer trabajara, años atrás se empezó a usar que la mujer trabaje para ayudar a su marido, antes no. Cuando la presidenta anterior me propuso que yo continuara me costó un poco, como no había estado nunca en nada, más de ir a una reunión de mis hijos en la escuela o participar en una fiesta, pero bueno… tengo el apoyo de mi familia que me ayuda mucho y a la gente le gusta esto como está, como se ve, como estamos caminando, entonces te sentís más fortalecida”. Ese apoyo al que Ester hace referencia se ve claramente en su hija Graciela que la ayuda y la acompaña en todo, está siempre atenta a las necesidades y responde con amabilidad a todos los requerimientos, una mujer fundamental para este grupo. En el mismo espacio físico funciona también una dependencia de la obra social OSEP, que brinda los servicios de odontología, ginecología y pediatría, se trata de una prestación muy valorada por los socios y socias de esta unión vecinal que concurren todos los días. También funciona allí el centro de jubilados y jubiladas “29 de enero”. Folclore, gimnasia, yoga son las actividades que convocan a muchísimas mujeres que se acercan a participar, se

Ester y Graciela, coordinadoras de la unión vecinal Benegas

Ester Castro, presidenta de la unión vecinal Benegas

destaca también el trabajo solidario del grupo de abuelas tejedoras que se encargan de recolectar lanas, hilos y otros materiales para elaborar ropa que se dona a salitas maternales cercanas u hospitales públicos. De todos los eventos que realiza esta unión los más importantes son: 25 de mayo, 9 de julio, día de las madres, día de los niños y niñas. Uno de los hechos más típicos es la elección de la reina del día de las madres y de la institución: “cuando se festeja el día de la madre elegimos a quien vamos a coronar, se hace en la calle una cena a la canasta, se llena de gente. Comentamos con las otras personas que vienen quien puede ser y así vamos viendo, después vamos a votación levantando la mano. Para la que sale elegida es algo muy importante, se siente halagada, le regalamos flores. Se elige la reina del día de la madre y de la unión vecinal, y después se las corona a las dos juntas, la elección es en octubre y la coronación en diciembre ¡Que linda fiesta se arma!, bailamos hasta tarde. Este año la reina entrante compró helados para todos, tiene 87 años, es impresionante la memoria que tiene, cómo teje, cómo borda, se llama Delia Godoy” relata Ester con muchísimo cariño hacia esta reina. Así es como este espacio de participación- cuyas caras

visibles son Ester y Graciela pero que representan el trabajo de toda una comunidad con ganas de divertirse, crecer y fortalecerse- está en permanente actividad, creatividad y productividad.

Grupo de mujeres participando de los talleres de unión vecinal, en calle Salvador Maria del Carril

Elección de la reina del día de la madre y de la uninón vecinal

VECINAS TRABAJANDO

56 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 57

EXPERIENCIA COMPARTIDA: reunión de mujeres de la tercera edad

En la unión Benegas se realizaron una serie de convocatorias en el mes de abril del 2014 a las que se acercaron muchísimas mujeres a traer su historia, una de las primeras reuniones fue con mujeres de la tercera edad, cuyos nombres y edades son: Arminda Páez (82), Josefa Girlando (78), Delia Godoy de Zacca (87), Zulema Molina de Pallero (88), Isabel Yonzo (87), Ester Castro (69), Graciela Zeballes (55) y Haydee Moreno (82). La mayoría de ellas se acercó a la unión luego de quedarse viudas, en búsqueda de compañía y amistad. Josefa y Arminda son cuñadas, llegaron de Italia en los años ‘50 y ‘52 respectivamente, a la primera impresión que tuvieron de esta zona que se convertía en su nuevo hogar Josefa la expresa así: “la calle era un barrial, no había micro, no había agua, no había luz. Era pura tierra, un desierto”. Arminda en ese entonces tenía 18 años, había hecho la primaria y dos años de secundaria, cuando llegó a nuestro país su marido no quiso que continuara los estudios, a ella le hubiera encantado estudiar idiomas.

Delia Godoy llegó a Las Tortugas cuando se casó, en el año ‘47, estableciéndose en calle Roca. “Yo iba a la lechería de calle Rawson a tomar leche todos los días, un vaso de leche grandote que se compraba, era como ir a tomar una copa”, recuerda la reina de la unión vecinal.

Zulema vive en Julián Barraquero 923 y contó la experiencia de los partos en su casa, en

una época donde esto era lo habitual. Isabel tuvo su peluquería en la calle

Alem por más de 70 años, fue quien aportó la historia que explica el nombre del distrito contada al inicio de este libro, llena de orgullo y en voz muy alta dice: “yo todavía no me caso porque nunca me dejé

gobernar, solterita hasta la muerte”Por último, participó de esta reunión

Haydee Moreno, maestra de la Escuela Burgoa, cuya historia aparece también en el

primer capítulo.Entre todos los temas que se hablaron en este maravilloso encuentro, uno de los que tuvo mayor riqueza fue lo que estas mujeres compartieron sobre el conocimiento del cuerpo al que tenían acceso en su juventud y cómo eso se ha transformado. Si bien en las casas no se hablaba de sexualidad, se las arreglaron para pasarse saberes y experiencias en

voz baja y en absoluta confidencialidad con sus abuelas, madres, hermanas, cuñadas, primas, de manera que pudieran prevenir embarazos no deseados o conocer las etapas de la gestación y cómo proceder al momento del parto, por ejemplo. Estas señoras se casaron entre los 15 y los 22 años, llegar a la tan auspiciada noche de bodas no siempre era un momento placentero, ya que en algunos casos las dominaba el miedo y el desconocimiento, la sensación de

no saber qué va a pasar. Respecto de los métodos anticonceptivos, el conocimiento era muy escaso: “Las mamás tampoco sabían, porque yo pienso que si las mamás hubieran sabido nos hubieran explicado muchas cosas. Más que nada siempre las que asesoraban en eso eran las abuelas” dice la señorita Haydee. “Mi mamá cuando teníamos 10-12 años nos llevó al médico y que él nos explicara y nos revisara, un varón, no habían mujeres médicas, sólo parteras” agrega Isabel. En caso de un embarazo no deseado “te la tenias que aguantar” dicen, y recuerdan lo sucedido con una vecina que se realizó un aborto y murió por la infección que esto le provocó. Muchas de ellas ni siquiera tuvieron conocimiento sobre la menstruación, por lo que cuando llegó el

momento pensaron que estaban enfermas o que algo muy grave sucedía: “los días que la mujer menstruaba no se podían enterar los hermanos varones, hasta de grandes no se podía decir nada

delante de los varones, no podías ni decir “cáncer de ovarios”, a las mujeres

las controlaba mucho la madre, les controlaba la fecha en que menstruaban y la marcaban en un almanaque”, explica Isabel. “Las madres te enseñaban cómo hacer, porque no había apósitos, se

fabricaban con retacitos de la tela de sábana y algodón, y te decían que

al pequeño síntoma lo tenías que usar, había que tenerlo, las madres te enseñaban a

tener precauciones” añade Haydee. Una de ellas dice “mi hermano ni siquiera me ha visto en combinación” haciendo referencia al nivel

VECINAS TRABAJANDO

58 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 59

de prohibición que existía en estos temas, a partir de allí todas comentan que siguen llevando esta prenda femenina, hoy en desuso y casi sin comercialización, “si no me pongo la combinación no puedo salir, me parece que todos me van a mirar las piernas”, “a mí las piernas además de mi marido no me las ha visto nadie, por eso llevo combinación”, son algunos de los comentarios que se escuchan. Estos saberes son fundamentales para las nuevas generaciones, porque muestran que el acceso a la información y a métodos anticonceptivos también es un derecho conquistado por las mujeres que pelearon por tener una vida sexual plena y el control de la natalidad. También queda expuesta la profunda solidaridad entre mujeres que lo poco que sabían lo compartían- en secreto, con timidez o como estuviera a su alcance- siempre tratando de ayudar a la otra, tejiendo redes de confianza y apoyo. Finalmente cabe destacar que el hecho de que estas señoras se hayan animado a hablar en público de temas que fueron un tabú durante casi toda su vida, es un acto revolucionario que las más jóvenes celebramos con mucha alegría.

VECINAS TRABAJANDO

Vecina de calle Baigorria al 427, Adela Beatriz Quiroga, se define como la primera mujer notificadora que tuvo el municipio. Todo comenzó cuando a los 18 años, mientras estudiaba Ciencias Naturales, su padre fue despedido de la bodega donde trabajaba, por lo que no pudo seguir pagando esos estudios y Adela debió salir a la búsqueda de un empleo. “Lo primero que se me ocurrió fue ir a ver al intendente y hablar con él, en esa época al municipio se entraba por concurso, me llamaron a rendir y entré, rendías dactilografía, tenías que saber escribir bien, con buena ortografía. A la mayoría de las jóvenes que entramos nos mandaron a Catastro, así que éramos todo un núcleo de jovencitas, esto sucedió a comienzos de los ‘80”. En el año 2000 Adela fue trasladada al sector de Notificaciones: “en esa época no había mujeres en esa dependencia, entramos dos: Claudia Mercado (quien actualmente es jefa del sector) y yo, hace como 14 años atrás. En notificaciones eran todos hombres, la única mujer que había era la secretaria, Victoria Sosa. El trabajo consiste en sacar los expedientes, notificar a la gente, llevar todos los papeles de importancia, por ejemplo los expedientes jurídicos que van a Casa de Gobierno, los que van al Palacio Judicial, notificar multas

60 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 61

o emplazamientos, ir a los juzgados, a los consulados. En general no querían que la mujer saliera, querían todas adentro y quietitas, así que fui la primera” cuenta. Entre los argumentos que se le daban para explicar la ausencia de personal femenino en este sector estaba la idea de que salir a la calle representaba un peligro para cualquier mujer, podía ser asaltada o maltratada y por eso las preferían puertas adentro. Como es de imaginarse quienes recibían las notificaciones de manos de una mujer se sorprendían bastante: “al principio la gente se sorprendía, yo tenía que llevar un papel que decía que la municipalidad me avalaba a hacer el trabajo de notificadora, en la casa de Gobierno era así, eso a los hombres no se lo pedían. Era otro tipo de sociedad, las mujeres nos fuimos abriendo camino”.Adela también fue parte de una experiencia muy importante en lo que respecta a la participación política de las mujeres, tanto a nivel provincial como nacional, que fue la denominada Multipartidaria1, una organización de mujeres de diferentes partidos políticos que se propusieron luchar por los derechos del género femenino a pesar de las diferencias partidarias. “Dijimos: si nos juntamos todas las mujeres de todos los partidos entre todas vamos a lograr algo. Fue una época hermosa, íbamos a todos lados juntas, a principios de los 90. En la política eran todos hombres se necesitaban más mujeres y por eso peleamos por el cumplimiento del cupo femenino2, era una cosa de pelearse todo el día para que te dejaran actuar, para que te dejaran hacer algo, para que las comisiones aceptaran proyectos y esos proyectos salieran”. Adela fue parte de esta experiencia

1 Un grupo de mujeres del Partido Radical y Justicialista constituyeron el 19 de junio de 1992 la Primera Multipartidaria de Mujeres Políticas de la Argentina. Esta multipartidaria estuvo conformada por tres presidentas: Margarita Malharro de Torres por el Partido Radical, Argentina Rodríguez Flores por el Partido Justicialista y Cristina Gentile por el Demócrata. 2 La Ley 24.012 de Cupo Femenino Nacional fue sancionada en 1991. Establece que las mujeres deben ocupar como mínimo el treinta por ciento (30%) de la lista en lugares con posibilidad de resultar electas. La Ley Nº 5.888 de Cupo Femenino de la provincia fue sancionada el 6 de agosto de 1992, ambas tienen el fin de garantizar la igualdad de género y ampliar el espacio de decisión política, promoviendo la participación efectiva de las mujeres en las listas de candidatos a cargos electivos. Fuente: FONTEMACHI, Pamela: “Presencia femenina en los cargos electivos de los partidos políticos Justicialista y Unión Cívica Radical de la provincia de Mendoza entre los años 1983-2003”, 2014.

Adela Quiroga

como afiliada al Partido Justicialista. ”Estaba muy cerrado todo, si vos querías hacer un congreso de mujeres no se podía. Cuando empezó la democracia no había muchas mujeres participando, incluso ahora no hay una mujer que se haya sido intendenta”. Entre otras demandas de esta organización Adela recuerda: “se luchaba mucho por el tema de que hubieran guarderías en los lugares donde trabajaban mujeres, especialmente en los municipios, las casas de comercio, todavía no llegamos a eso”.Respecto de su vida barrial, Adela recuerda

con mucho cariño su niñez y juventud: “este barrio era muy tranquilo, jugábamos tranquilos en la calle, nos íbamos todos en patota a la escuela y volvíamos todos juntos, era otra vida, donde los vecinos se conocían todos, cuando había una fiesta familiar se reunían todos”. Ella era guía dentro de la agrupación infantil scouts y participaba en todas las reuniones para conseguir mejoras en el barrio, además de su militancia en el justicialismo. Esta vecina cuenta que estas costumbres se vieron interrumpidas durante los años de la dictadura militar y luego no pudieron retomarse de la misma manera ya que muchos vínculos se habían roto y el miedo reinaba, sobre todo después de la desaparición de Vivi, la hija de la señorita Haydee y de su prima Laura Terrera (docente detenida desaparecida en 1977 en la terminal de ómnibus que al momento de su secuestro estaba con su niña de 8 meses, quien hoy es la nieta recuperada número 87). “Yo creo que a nosotros nos salvó el hecho de estar dentro de la iglesia en los scouts, a nosotros nos vigilaban, inclusive cuando íbamos a la facultad nos escapábamos. Cuando empezamos a averiguar por lo de Vivi a ver si la podíamos encontrar me dijeron que yo también estaba dentro de la lista. Yo estudiaba en la facultad de ciencias naturales, y mi mejor amiga, con la que siempre estudiábamos juntas era hija de un militar, entonces eso les ponía un freno. Teníamos libros que tuvimos que enterrar, nos dijeron que todo lo que fuera de filosofía

Adela y Noemí, vecinas y amigas

VECINAS TRABAJANDO

62 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 63

o algo así lo teníamos que esconder. Cuando se la llevan a Vivi empezamos a preguntarle a policías, que por supuesto no decían nada. Nunca se supo nada. Los padres de nosotros trataban de que no nos metiéramos, así que durante la época militar prácticamente no nos juntábamos. Después de la dictadura se armaron grupitos donde era más selecta la cosa, no era tan amplio. Antes de todo esto, nos juntábamos y nos íbamos a una casa, a bailar, caminando por la calle, no teníamos problema”Una mujer que siempre luchó por ampliar los espacios de participación, por la educación, por las mejorar en la vida cotidiana, siempre le gustó la política y logró crecer en su vida laboral abriendo un camino para otras mujeres con el objetivo de conquistar más y más derechos para todas.

Delia Noemí Martínez es una vecina de calle José Hernández cuya historia es representativa de una Argentina que ya no está, esa donde se tenía un solo trabajo toda la vida. Delia ingresó a una fábrica de conservas que inicialmente estaba en calle Perito Moreno, a los 12 años, “poniendo tarritos”, es decir, alimentando la línea de envase y allí mismo se jubiló. “Entré a esta fábrica en el 63, en ese año necesitábamos un permiso del gobierno, nos otorgaba una libreta que era un permiso de trabajo para menores de edad, tenías que aportar lo que te sacan para la jubilación y lo ponían en una caja de ahorro, cuando cumplí los 18 años me lo dieron. Comencé como obrera y después pasé a ser administrativa de fábrica, o sea, lo que es control de stock, la pesada de productos, el ingreso de materia a la balanza, etc. La gran mayoría de las trabajadoras eran mujeres, siempre fuimos bien tratadas.”El trabajo de Noemí iniciaba a las 4 de la madrugada, hora a la que se levantaba para ir a tomar el micro y a las 6 comenzaba su jornada laboral de 8hs. Habitualmente tenían un delegado que se encargaba de hacer llegar las demandas de trabajadores y trabajadoras a los superiores, sin embargo en la mayor crisis que tuvieron

VECINAS TRABAJANDO

64 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 65

que enfrentar el personal tomó la iniciativa: “en lo más duro que nos tocó, en el 2001, nos manejamos nosotros solos, tomamos la fábrica por 2 meses y a raíz de eso se fue el dueño. El problema era que no nos pagaban, nos daban el pago en mercadería y teníamos que salir a venderla a costa de que nos miraban con mala cara, porque pensaban que la habíamos robado. Así vivíamos, no aguantábamos más. Dijimos: acá cerramos. En los efectivos es donde había más cantidad de hombres, las efectivas éramos 3 ó 4, los demás todos varones. Con esa medida de

fuerza se logró echar un patrón y gracias a eso pudo entrar el otro patrón. Éramos 14-15 personas los que hicimos todos. Logramos que el nuevo patrón nos considerara la antigüedad, esos papeles nos sirvieron hasta que nos hemos podido jubilar y le sirvió a la gente que seguía atrás nuestro”. Entre tanto trabajo, Noemí no tuvo tiempo de hacer vida social en su adolescencia, pero además otro factor dificultaba esto “yo tenía un sargento que era mi mamá que no me dejaba hacer nada”, recuerda. Aunque tiene una excelente relación con las vecinas, lo que más disfruta ahora que está jubilada es poder estar en su casa: “no quiero salir, me encanta estar en mi casa, yo no disfruté nunca eso, nunca disfruté una mediatarde, por ejemplo. Ahora desayuno tranquila, almuerzo, me gusta mi casa”, dice esta vecina dejando este importante testimonio de lucha obrera en un momento tan complejo para nuestro país.

Noemí Martinez

A los 77, años la señora Olga Salomón trabaja en el consultorio odontológico de su hija Gabriela administrando la relación con las obras sociales: “me gusta trabajar, no estoy cansada” dice en una frase que la representa muy bien, porque toda la vida la dedicó a trabajar por el bienestar de su familia y porque refleja su personalidad inquieta y creativa. Desde los 5 años vive en esta zona, en calle Saavedra: “yo he nacido en ese lugar, que eran viñas primero de Salcedo y después de los Filippini; siempre fue un barrio muy lindo. Con Coca, la vecina de enfrente, cuando éramos chicas -la calle estaba cerrada entonces- con tablas nos hacíamos como serruchos, como unas paletitas, los domingos, los sábados jugábamos a las paletitas” recuerda. En el barrio la conocen por el apellido de su marido, Sastrón, “me casé con un vecino, mi marido se llamaba Pascual Ricardo Sastrón, él era7 años mayor que yo, pero a mí no me gustaban los chicos de mi edad. Fue tanto tiempo de mi vida con mi marido que todo el mundo me conoce por Sastrón”Desde su juventud, Olga no ha parado de estar en actividad: “soy Perito Mercantil del Martin Zapata, de la

VECINAS TRABAJANDO

66 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 67

promoción ‘57, de los tiempos que cuando uno era perito Mercantil era contador, trabajé en un estudio contable frente a la Plaza España desde los 17 años hasta que me casé”. Una vez casada y ya habiendo tenido a sus tres hijas y a su hijo esta mujer quería buscar alguna manera de tener su independencia económica, su marido trabajaba y ella quería hacer lo mismo cosa que no era fácil porque entre la maternidad y las tareas domésticas no quedaba mucho tiempo disponible. “Empecé a trabajar por mi cuenta, fui quinielera, levantaba quiniela entre los vecinos, iba casa

por casa preguntando qué número querían jugar. Me levantaba ordenaba todo, empezaba a preparar la comida, luego venia mi suegra y se quedaba con los chicos y yo me iba porque la lotería sorteaba a la mañana, no había a la noche”Con el dinero que juntó puso una librería en su casa, también vendía ropa y se dedicó a la fotografía de sociales: “también me dediqué a la fotografía de eventos, sacaba en las escuelas, hice un curso, me compré la cámara, hacía fotos carnet, iba a las casas con un telón de fondo y le hacía a la gente, me iba muy bien porque la gente es cómoda, no quiere salir”. Finalmente cuando su hija se recibió de odontóloga, armaron el consultorio en su casa y desde hace 21 años trabaja con ella. Entre todas estas actividades, Olga encontró tiempo y energía para la participación vecinal: “Fui muchos años presidenta de la Unión Vecinal Barrio EDILCO, trabajé para tener el gas y el agua en el barrio, las calles asfaltadas, todo eso hicimos. Mi marido también participó”. En la esquina de su casa hay un mástil en reconocimiento a esta labor. Fue madre de Adriana, Laura, Andrés y Gabriela. Entre las distintas experiencias que compartió una de las más valiosas, porque muestra su faceta más luchadora, refiere a una situación de violencia obstétrica1 que vivió en

1 Violencia obstétrica es aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales (definición dada por la Ley de Protección Integral a las Mujeres 26.485)

Olga junto al mástil que colocaron con la unión vecinal

VECINAS TRABAJANDO

su segundo parto, claro que en ese entonces no se usaba esta expresión. “A mi Laura me la sacaron con fórceps, la tironearon porque creían que estaba muerta, la metieron de vuelta, le lastimaron los brazos, pero la niñita era una avispada total. No quedó con discapacidad mental, pero sus brazos tienen una parálisis obstétrica que le llaman, los mueve pero con un poco de dificultad, escribe y todo, es asistente social. Nunca me voy a olvidar: estaba en la camilla porque tenía dolores pero no tenía fuerza, se puso de rodillas una enfermera- esa vieja debe estar en el infierno- se puso de rodillas en mi hombro y me empujaba la cabeza, la cabeza me la ponía en el ombligo, yo le dije “ bruja, no sos mujer”. Me quería morir, no me hicieron goteo, no me hicieron cesárea, nada. La Laura no salía, no salía, no sé cuánto tiempo estuvimos, ellos creían que se había muerto por eso la tironearon como viniera. Así como ella luchó en ese tiempo es ahora de luchadora” recuerda Olga con dolor y sobre todo con indignación. Este maltrato que recibieron tuvo largas consecuencias: “a los 9 meses a Laura le dio parálisis infantil, con vacunas y todo, tuvo una infancia complicada, todos los días al kinesiólogo. Afortunadamente su capacidad intelectual es impecable. Me costó recuperarme, porque tenía la Adriana que era chiquita, se llevan 14 meses, pero te tenés que superar. Después no quería tener chicos porque andaba como loca, el doctor que la atendía a la Laura, siempre me ponía de ejemplo, me decía: esta niña camina y anda por usted. Hizo conferencias y me llevaba a la Laura y a mí”. En esos momentos se habla y se denuncia la violencia obstétrica, las mujeres han aprendido a buscar ayuda y defender su autonomía a la hora del parto, pero no siempre fue así: “en mi época no se hablaba de violencia obstétrica, si se hubiera hablado le hubiera hecho un agujero. La plata vos trabajas y te la ganas pero la salud no. Las mujeres se callaban porque los hombres no querían perder ese reinado, las mujeres se callaban”

Olga Sastrón en la esquina de su casa

68 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 69

Otro de los espacios donde participaron una gran cantidad de mujeres, fue esta iglesia ubicada en la esquina de Aristóbulo del Valle y Corrientes. Un grupo de vecinas contó cómo fueron esos inicios: “en 1970 se inaugura, o sea, se bendice la iglesia, el 6 de diciembre. Anteriormente se había puesto la piedra fundamental, cuando este terreno fue donado por la familia Filippini, se trabajó con los oblatos de María Inmaculada de Carrodilla con el padre Manuel Recalde que fue uno de los propulsores más grandes de la iglesia. En un primer momento, años ‘68-’69, todos los vecinos nos reuníamos donde está la fábrica de telgopor en la esquina de Aristóbulo del Valle y Alem, ahí habían unos galpones muy grandes que ya estaban casi en desuso, entonces como no sabían dónde hacer eventos ni misas, se hacían ahí. También, en un tiempo, las misas se hacían en la casa de la familia Abraham, en la esquina de Corrientes y Castroman, una familia que colaboró muchísimo” cuenta la señora Margarita Alicia González de Lombardo.Una vez que tuvieron el terreno, se organizaron para la construcción de la iglesia, los vecinos se ofrecieron para trabajar en la obra y las vecinas organizaron eventos y venta de comidas para juntar fondos para la compra de

Este valioso testimonio de Olga nos sirve para observar cómo las mujeres estamos en un permanente proceso de aprendizaje sobre nuestros derechos, sobre el modo en que éstos fueron y son vulnerados en estos casos por el personal médico. Si bien la terminología, violencia obstétrica, es de uso reciente, las mujeres han padecido desde siempre este trato deshumanizado. Afortunadamente, esta historia tuvo un final feliz porque Laura vive y trabaja con total normalidad, gracias a su lucha y a la de su madre. Hoy Olga es abuela de 3 nietas y 5 nietos, una mujer alegre que logró dejar atrás esta tristeza y convertirse en un ejemplo de superación personal.

VECINAS TRABAJANDO

70 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 71

materiales. Poco a poco, fue tomando forma y hoy cuenta también con un salón aledaño, que fue conseguido con el mismo trabajo de la comunidad. En este lugar se han realizado multitudinarios bautismos y comuniones, pero uno de los momentos más especiales, donde participa una gran cantidad de gente es la misa del 24 de diciembre, para la cual se cortan las calles y se hace afuera un festejo y una procesión. Edith Cardone relata la historia de la mujer que le da nombre a esta institución: “era una chica jovencita, tenía 13 años en Italia en Siracusa, el padre la quiso casar, como que la vendió, ella no quería casarse, entonces este hombre, el que iba a ser su esposo le quemó los ojos”“La torturaron para que aceptara el casamiento, pero ella se dedicó al señor, desde ahí se convirtió en la protectora de la vista” agrega otra vecina, Rosalba de Fiuri. Desde que existe esta iglesia en Godoy Cruz, a todas las mujeres de la zona que se llaman Lucía se las considera madrinas de la institución, según cuenta Adela Ranaldi. El grupo de mujeres que aportó esta historia, pertenecen al movimiento de Acción Católica, continúan reuniéndose los días miércoles para leer y orar: “se hacen las lecturas, primero el Antiguo Testamento, es lo mismo que se hace en misa, después los salmos, luego la segunda lectura, por último el evangelio. A nosotras nos llega tanto porque ¡son tantas verdades!” comenta Margarita. “Es una hora y media de oración y reflexión, de estar con nosotras mismas, a mí me hace muy bien” aporta Edith. Pioneras en la edificación de un lugar tan importante para la zona, estas mujeres siguen defendiendo sus principios con la misma fortaleza de siempre, alentando la participación de la juventud en el espacio religioso.

El grupo de Santa Lucía

fotografía

Por Nélida Arancibia1

Los datos recibidos son relatados por su nieta, la señora María Iris Grazzo Ayala, su abuela falleció en 1988, su edad era de 85 años. Mujer de carácter, ceño fruncido pero de gran corazón. Justa, bondadosa y luchadora por el bienestar, especialmente de los niños del barrio y la paz entre los vecinos, creyente católica. Vivía en la calle Santa Fe 1530, con su esposo; habían comprado un lote que lindaba con viñas, en Villa Clementina que era un barrio chico, la calle Catamarca era la arteria principal desde Barcala hasta Alem, había calles que la cruzaban con una cuadra de extensión hacia cada lado, todo alrededor eran viñas de la bodega Filippini.En la esquina de Catamarca y Santa Fe, la familia Nieto tenía un bar y los hombres del barrio se reunían para jugar a las bochas, el truco y tomaban algunas copas; los fines de semana algunos se pasaban de copas y se 1 Nélida Arancibia, de la Unión Vecinal Alem rastreó para este libro los datos de esta vecina del Barrio Villa Clementina.

VECINAS TRABAJANDO

72 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 73

peleaban. Eleuteria se preocupaba porque el barrio no tenía paz, cada vez pasaban cosas más violentas entre los parroquianos enemistados, los niños se asustaban y las mujeres gritaban. Eleuteria pedía a Dios que no sucedieran estas cosas y hasta hizo una promesa para que reinara la paz. Prometió a la Virgen del Perpetuo Socorro que traería a su casa a la virgen y que pasaría tres días en cada casa del lugar, también que se dedicaría a enseñar a los chicos el catecismo y tomarían la primera comunión. Además, a aquellas parejas en concubinato ella las convencería para que se casaran, para ello visitaba hogares censando a los que querían casarse, al hacer esas visitas aprovechaba para saber qué niño o niña no tenía su vestido para la primera comunión. A las niñas les confeccionaba sus vestidos, muy sencillos, blancos y a los niños sus camisas blancas y sus moños para los brazos. Comuniones y casamientos se realizaban en la Iglesia Santa Lucía. Eleuteria junto con las señoras Hilda Jaime de Trilla, Rosaura de Fiuri, Elsa de Lufi y otras pidieron al señor Luis Filippini la donación del terreno en que ahora está construida la iglesia. Era verdaderamente una misionera con mucho amor al prójimo, en casa de esta señora y su esposo venían los niños, y no tan niños, a comer cuando en sus casas era poca la comida; este matrimonio tenía siempre la puerta abierta para el más necesitado. Un verdadero ejemplo de una argentina y un chileno dignos de perdurar en el recuerdo.

María Iris Grazzo Ayala

Digna nieta de Eleuteria, vive desde los 3 años de edad en el domicilio de su fallecida abuela. Persona de 59 años, humilde, generosa, desinteresada, inteligente, madre. En el barrio la conocen por su apodo Kelina o Keli, ella porta muchos genes de su abuela: está presente siempre que alguien la llame, especialmente cuando hay un perrito abandonado, o cuando un perro o un gato está lastimado, como ella trabajó mucho tiempo en una veterinaria tiene experiencia en el tema. Siempre está cuando la llaman, de día o de noche, cuando sea, con comprensión y amor. Doy fe porque ella cuidaba a mi hermana, 9 años cuidó a mi hermana, postrada desde los 5 añitos hasta los 79 y que falleció en enero de 2014. Se destaca por su amor al prójimo, si hay alguien que necesita tomarse la presión, ahí está ella, si hay alguien que necesita un nebulizador ella lo presta, no espera que se lo pidan, ella lo ofrece, está siempre atenta a las necesidades de los demás.

VECINAS TRABAJANDO

Sabe pintura en tela, teje crochet, trabaja en el cuidado de una pareja de ancianos y en el servicio doméstico medio día. Y si hay un cumpleaños siempre hay un regalito hecho por ella, le agrada que el otro esté contento, feliz. Cuida a sus nietos, ayuda a sus hijos, es luchadora, incansable a pesar de que tuvo un accidente y tiene placas y clavos en una pierna, no baja los brazos.Todos los vecinos de la calle Catamarca la admiran por su valentía, es viuda, tiene un hijo y una hija y cuatro nietos. Kelina es una persona admirable, se ha ganado el amor del vecindario, merecedora del cariño que recibe.

ARTE, DEPORTE Y CULTURA

76 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 77arte, deporte y cultura

Ubicado en calle Roca y Zizzias, el polideportivo nº 4 Julián Filippini se convirtió en un espacio para la integración de chicas y chicos de todas las edades y también para la participación de gran cantidad de mujeres de los barrios aledaños. Silvia Zabala, coordinadora de este centro deportivo, cuenta como se fue armando el club: “Cuando yo vine se habían inaugurado las nuevas instalaciones que eran el cierre perimetral y los baños, antes no había cierre, era todo viña. Después se hizo la licitación para la refacción de la cancha, hicimos toda una parte parquización a pulmón, entre un empleado que tenía un plan social y un grupo de mujeres de gimnasia aeróbica, compraron semillas para hacer un sector y lo otro lo hicieron todo con champas que se sacaron de las orillas de la calle. Hace 2 años hicimos la inauguración de la cancha de sintético, emprendimos el desafío de dar jockey, estaba una profesora dando en el poli de La Gloria y se le propuso. Había un tema: se suponía que este deporte era para ciertas clases sociales no más y emprendimos el desafío de hacerlo acá. Es mixto el grupo de jockey, prendió tanto, que el municipio decidió colocar una cancha de sintético, por la gran cantidad de chicos que asisten,

actualmente tenemos cerca de 150 chicos entre niños, niñas y también están las Mami Jockey”.

MAMI JOCKEY

La profesora Viviana Cativa, una de las encargadas de llevar adelante esta iniciativa recuerda cómo fueron los inicios: “fue en el año 2010, a comienzos de marzo cuando organizamos las actividades del año, hablando con la profesora Celina Arrula surgió la idea de dar Mami Jockey porque muchas madres llevaban a sus hijos a jockey, se quedaban a esperarlos y comentaban que les gustaba el deporte, pero que no tenían dinero para ir a un club y que ya eran grandes. En ese momento yo estaba en el gimnasio, les comenté a mis alumnas y las invité a participar, ellas fueron las primeras, luego lo empecé a promocionar con las madres que llevaban a sus hijos a hacer deporte, de a poco se fueron animando a integrar el grupo, que en un principio era muy recreativo y como todas empezaban de cero se sentían seguras y les gustaba mucho, se divertían. De a poco fueron mejorando y se animaron a participar de un torneo lo cual las motivó a seguir”. Esta categoría existe de forma amateur en el jockey y pueden participar de ella jugadoras mayores de 30 años que no hayan jugado profesionalmente.De acuerdo con lo expresado por las iniciadoras, el objetivo principal de este grupo fue favorecer la integración social y la adquisición de una vida saludable, a través del juego y la práctica deportiva, en aquellas mujeres que se encuentran en mayor situación de desamparo y con dificultades para su inclusión sociocultural debido a su contexto familiar y socioeconómico. Otro parte importante fue lo relacionado con el cuidado del cuerpo en lo que se propusieron concientizar a las alumnas sobre la necesidad de practicar actividad física para una buena calidad de vida y despertar las ganas de jugar y competir sanamente.Como todo en todas las cosas nuevas, el camino no fue fácil: “al comienzo eran diez alumnas que no tenían palos ni camisetas pero fueron trabajando en conjunto, haciendo rifas, bingos, organizando torneos y así fueron de a

El grupo de Mami’s Jockey

78 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 79

poco teniendo sus palos, bochas, camisetas, medias, etc. El grupo fue creciendo, hoy hay más de treinta alumnas, hace tres años que participan de la liga de Jockey de Godoy Cruz, está la categoría Juveniles de 18 años a 24, Intermedia de 25 años a 35, y mayores de 36 en adelante” agrega Viviana. Muchos sueños, muchas ganas de mejorar, de viajar, de afianzarse como equipo es lo que está en las aspiraciones de este grupo de mujeres. Su profe Viviana comenta: “me siento orgullosa de todo lo que han logrado y como ha crecido el grupo, veo un gran compromiso de parte de ellas, ya que para poder participar de la liga unieron fuerzas para hacer ventas de empanadas para comprar el equipo de arquera, y siguen haciendo cosas para mejorar. Ahora queremos ir a Córdoba a un torneo para conocer otros equipos y vivenciar algo diferente, conocer gente nueva. Para eso estamos organizando un torneo, ellas tienen un mini quiosco y cuando hay partido venden y así de apoco van juntando para el viaje”.Así es como las Mami Jockey son un claro ejemplo de la promoción de la solidaridad, la amistad y el espíritu emprendedor a través del deporte.

El grupo de Mami’s Jockey

El grupo de Mami’s Jockey

arte, deporte y cultura

En la esquina de calles Cervantes y Barraquero, se encuentra una de las viviendas más antiguas de la zona que llama la atención por su colorido y su estilo añejo, propiedad de la señora Josefina Tommasini. Preservando su estructura de adobe y su construcción original, este lugar ha sido transformado por un grupo de jóvenes en un centro cultural llamado La casita cultural, desde hace dos años aproximadamente.Esta casa tiene varios espacios utilizados para distintos fines productivos donde la autogestión es el objetivo colectivamente acordado, es decir, que se busca realizar una serie de actividades que permitan generar dinero para el alquiler y otros gastos y así poder seguir trabajando con autonomía. “Hay una parte productiva: están los chicos de la bodega que hacen vino, en la habitación de enfrente están los chicos que hacen diseño gráfico, el taller textil que recién empieza, las chicas que reciclan papel, también la cocina donde se hace comida vegetariana para llevar, entre todos los grupos aportamos por el espacio” cuenta Cecilia Pérez. También se organizan ferias, talleres y otros eventos para recaudar fondos. Una de las actividades más recientes a la que se han sumando muchas mujeres, no sólo de Godoy Cruz sino

80 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 81

también de Las Heras y Luján, es el taller de costura. Cecilia, una de sus integrantes comenta: “en el textil empezamos con la idea del reciclado, con ropa que teníamos con las chicas de la batucada, también habíamos armado una feria americana así que teníamos cualquier cantidad de ropa, cada una trae algo, así arrancamos con esto, con tela para reciclar. Había una de las chicas que la tenía re clara con la costura y nosotras queríamos aprender, también crear una conciencia con el reciclado y trabajar con lo que teníamos para no tener un costo, de ahí surgió el taller, de la necesidad de todas y de las ganas de aprender”. Desde esa óptica, las chicas están produciendo ropa de manera que les permita una fuente de ingreso autónoma y en el contexto de un grupo de amigas donde los saberes y los recursos se comparten. EL LENGUAJE DE LOS TAMBORES

Otro de los proyectos con gran participación de mujeres, es la batucada de chicas, un tipo de agrupación cuyo origen se encuentra en las culturas africanas, centrada en los instrumentos de percusión: “el eje de la batucada son los tambores, tocamos música afrobrasileña, samba reggae, que es un ritmo que nace en Bahía (Brasil), no hay baile “, explica Rosario Castro, “Charo”, y agrega: “es hermoso, somos como 20 chicas”. Charo y otras de las chicas ya habían tenido la experiencia de estar en una murga donde aprendieron a tocar los tambores, después en unas vacaciones con amigas surgió la “necesidad” de armar la batucada: “Lo vi como una oportunidad para volver a juntarme con mis amigas con ese lenguaje, el lenguaje del tambor y la música, también como un desafío, nace esto de nosotras, para nosotras, en este momento que lo necesitamos”. A partir de ese surgimiento “una invita a la amiga, a la hermana, y así vamos avisando y cada una invita a alguien más, somos muy diversas, muy diferentes todas, está buenísimo” comenta Cecilia sobre el proceso inicial de la batucada, que después de largos debates ha sido bautizada Percuiana. La organización de los ensayos es una de las tareas más complejas: “somos muchas y es mucho el trabajo que lleva que nos podamos juntar. Hubo que convencer a gente, yo tuve que convencer a amigas del alma que durante muchos años nos había unido el tambor, tuve que ir a tocar puertas para buscarlas y sacarlas de adentro de la casa, convencerlas de que hay que salir, lo que hicimos ayer ya pasó, tenés que vivir ahora, si estas dentro de tu casa se te pasa la vida. También convencerlas de que a pesar de que tengas hijos, trabajo, siempre tenés que tener tiempo para hacer lo que más te gusta, ha sido un proceso bastante largo”, expresa Charo.

arte, deporte y cultura

Sin embargo, con mucho esfuerzo y siempre guiadas por las ganas de reunirse en torno a la música han logrado acordar los días de ensayo y también realizar algunos toques en público: “La primera vez que tocamos fue re loco, éramos tantas mujeres y tantos niños que no alcanzaba una trafic para los tambores, el tema es ese, los niños más los cochecitos y así. Aparte necesitamos alguien que nos haga el aguante mientras nosotras tocamos, alguien que se quede con los pequeños, esa vez unas amigas cuidaron a los chicos y los compañeros de algunas de las chicas se hicieron cargo de varios niños, fue en un evento de economía social en el parque” recuerda Cecilia. Después de eso siguieron toques en distintos barrios y en carnavales. Además de la música las une las ganas de compartir, de esa forma tan íntima y tan cercana de las mujeres: “aparte de tocar solemos sentarnos a charlar, a compartir, lo hacemos siempre, siempre hay un mate antes o después del ensayo” dice Cecilia. Las chicas sostienen que a pesar de la complejidad que implica un grupo tan grande de mujeres donde cada una tiene su propia realidad, horarios, obligaciones, familias, hay una gran armonía entre ellas que es lo que posibilita el buen funcionamiento de este equipo. “Queremos buscar lo que nos gusta y darle tiempo a eso” plantea Charo, lo cual es todo un desafío.

La Casa Cultural

82 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 83

Muchas paredes abandonadas de las Tortugas se han visto transformadas por el talento de Cecilia Nieva, artista godoycruceña que se ha encargado de ponerle color y conciencia a viejos muros a los que nadie prestaba atención.Cecilia nació en 1981 y desde niña ha experimentado distintas formas del arte entre las que se destacan el tallado en madera, las artesanías, la pintura, el muralismo, y la más reciente: los tatuajes. Nació en el seno de una familia muy humilde por lo que no tuvo la posibilidad de estudiar una carrera artística, su formación es puramente autodidacta, guiada por la pasión y la necesidad de expresarse. Su primer mural lo pintó en el Barrio La Gloria, y desde allí su trabajo continuó expandiéndose, coloreando lugares icónicos del departamento como la Estación Benegas (donde pintó a Carlos Gardel en un homenaje al cine nacional) y el frente del Club Filippini. También ha pintado una gran cantidad de banderas de hinchadas de fútbol que se han acercado a ella para pedirle distintos dibujos. Como ella cuenta, a veces la gente se sorprende viéndola pintar paredes o lo asocia a un acto de vandalismo,

arte, deporte y cultura

pero luego se da cuenta de la importancia de que ciertos mensajes estén en las calles, formando parte de nuestro paisaje cotidiano. En las imágenes que esta muralista ha creado suelen ser temas comunes el cuidado de la Madre Tierra, el compromiso con los derechos de las mujeres, el trabajo, los rostros nativos. Su estilo es tan personal que es fácil reconocer y admirar. Tal como ella lo expresa: “ los temas que me gustan son sobre todo los que lleven un mensaje que llegue a la gente, por ejemplo de lucha, libertad, igualdad, derechos, respeto, vida, música. Me gusta representar a la mujer en todos los aspectos: como madre, niña, adolescente, anciana, guerrera, conectada siempre con la tierra, el agua, el fuego, el aire. Tengo un mural que se llama la madre que te parió...está en el puente de calle Paso en el límite de Carrodilla tuvo muchas críticas, pero allí se refleja una mujer pariendo y a la vez la pacha mama pariendo sus frutos”

Cecilia Nieva, muralista

Cecilia Nieva junto al mural de calles Rawson y Barcala, interpretación del poema Piedra Infinita de Ramponi

84 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 85

Mural de Cecilia Nieva en el Polideportivo Julián Filippini en calle Roca

arte, deporte y cultura

Por Marcela Sunico y Roxana Medina1

La técnica de Círculos de Mujeres es una experiencia ancestral, practicada por gran cantidad de pueblos originarios de todo el mundo. Fue sistematizada por la psiquiatra estadounidense Jean Shinoda Bolen en el libro El Millonésimo Círculo y a partir de esta publicación, en el 2004, los Círculos empezaron a ser practicados nuevamente por las mujeres de la cultura contemporánea. Los Círculos, consisten en un encuentro de mujeres, reunidas de manera circular, en el cual se comparte y dialoga sobre diversas experiencias y temáticas vinculadas a lo femenino.Antes de iniciar cada Círculo, se establecen puntos de acuerdos, los cuales consisten en respetar la confidencialidad, expresando lo que pasa en el círculo, queda en el círculo. Se aclara que es un lugar horizontal, de igualdad, en el que no hay jerarquía entre las participantes, poniendo en valor la opinión de cada una. Se 1 Coordinadoras de esta experiencia

86 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 87

realiza una escucha activa y no se juzga ni critica sobre las actuaciones realizadas. Se solicita a cada mujer expresarse en primera persona, hablando claro y desde el corazón, para que todas puedan comunicarse.Este espacio se encuentra abierto a mujeres de diversas edades y realidades culturales o económicas, permitiendo una mayor riqueza al integrar distintas generaciones, ya que se alimentan y retroalimentan con la experiencia y conocimiento de cada mujer. El objetivo es el fortalecimiento del despertar femenino, de este modo, las mujeres se sanan a si mismas, sanan a sus hombres y familias, y juntos sanan a la humanidad.

Metodología de Trabajo

Esta iniciativa partió de la idea de realizar en Las Tortugas esta técnica milenaria, con el fin de fomentar lazos entre las vecinas de Godoy Cruz. Las reuniones se desarrollaron en la Unión Vecinal Gobernador Benegas ubicada en calle Salvador María del Carril 1872. Para esto se contó con el apoyo de el Programa de Inclusión Social e Igualdad de Oportunidades de la UNCuyo, articulándose con el Área de la Mujer de la Municipalidad, bajo el Proyecto Ampararte, del que participan integrantes de la organización de mujeres MUMALA, y alumnas practicantes de Trabajo Social. Los encuentros se realizaron de manera quincenal, desde julio a octubre de 2014. En cada ocasión, se preparó un altar conformado por elementos musicales, flores, velas, sahumerios, semillas, frutas, representando los 4 elementos del universo (fuego, aire, agua, tierra) y los frutos de la Pachamama, con la intención de crear un espacio sagrado. Las mujeres participantes se sentaron en círculo alrededor del mismo. Luego de realizar alguna técnica de relajación, se estableció un eje temático determinado, por ejemplo:

Participantes de los Círculos de Mujeres

sexualidad, maternidad, violencia de género, que constituyó el tema del día. Para esto se utilizaron diversos disparadores como el uso del juego, de un libro, o de la letra de una canción. Finalmente se culminó con una palabra o una puesta en común de las mujeres, reunidas en círculo mediante un abrazo colectivo.

Algunas experiencias

El grupo de mujeres que participó de esta experiencia manifestó la necesidad de expresarse desde lo artístico, proponiendo

actividades como talleres de teatro, canto y danzas, con el objeto de abrir la convocatoria, adaptándose a los intereses de la comunidad.En el primer encuentro, una de las mujeres que concurrió, manifestó su falta de ganas de vivir a causa de la muerte de su hijo, y de la situación de violencia que padeció durante años con su ex pareja. Luego de compartir, de realizar una escucha activa, de desarrollar actividades de relajación y respiración conciente, ella manifestó que al culminar el encuentro había desaparecido el dolor de ovarios y de piernas que disponía al inicio, y la expresión de su cara había cambiado notablemente, esbozándose una sonrisa. Posteriormente, en un segundo encuentro, se compartieron temas tabús como el placer, la sensualidad y el erotismo, también se dialogó sobre las diversas trayectorias familiares vivenciadas por cada una. Una de las mujeres expresó espero poder enseñarle a las más jóvenes, por lo que se enfatizó la importancia del saber y conocimiento colectivo que enriquece al círculo, independientemente de la edad cronológica. En un tercer encuentro, se trabajó en función de palabras vinculadas a la sexualidad, dando cuenta de las significaciones que cada una trae, permitiendo de-construir y re-construir diversos conceptos, aportando nuevas significaciones y visiones. Otra jornada, se realizó en la plaza del barrio en la que se desarrolló un taller de canto, dando cuenta de la

Los círculos en la Unión Vecinal BenegasFotografía: Silvana Margutti

arte, deporte y cultura

88 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 89

posibilidad de circular en otros lugares. Un aspecto relevante fue la participación de una mujer de 60 años, a partir de compartir, cantar, realizar técnicas de vocalización, se evidenció notablemente el cambio en su postura corporal y su expresión.En otra oportunidad se dialogó sobre la teoría de la sanación del linaje, las publicidades del cuerpo femenino como objeto a consumir y sobre las diversas adicciones. Una mujer manifestó “no me postergo más” refiriéndose a la disposición de su tiempo en actividades de su interés. Se realizó una técnica de relajación y chequeo de zona de tensión en el cuerpo, produciendo una sensación de bienestar y conexión corporal. También se realizó un taller de Cromoterapia, en el que se ejercitaron los diversos tonos musicales, ya que cada nota representa un color y una zona energética del cuerpo, culminado con una técnica de relajación. En el último encuentro, se dialogó sobre la medicalización de los cuerpos, y las propagandas que contribuyen a la comercialización y a brindar una falsa creencia de una solución inmediata. Además se conversó sobre los ciclos y las edades, destacando que cada 7 años las mujeres cumplen ciclos generando transformación. En conclusión, los Círculos de Mujeres dan cuenta de las diversas experiencias, sensaciones, creencias, pensamientos, vinculaciones que las mujeres experimentan en su cotidianidad. Se presenta como un espacio para compartir, debatir, reflexionar, y enriquecernos mutuamente, y fue vivido con gran alegría y apertura por parte de las mujeres godoycruceñas que participaron de esta experiencia mágica.

Las vecinas que entrevistamos para este libro contaron las distintas designaciones que tenían algunas calles de Las Tortugas antes de su actual nombre: Calle Filippini: “un lugareño me contó que era conocida como la CALLE DE LOS CLAVELES, porque había plantación de claveles, entonces la gente que nació en la zona le decía así”. (Elvira Búcolo) Calle Paso: “era conocida como LA PAMPA DE LAS BRUJAS porque decían que cuando pasaba la gente salía una mano colorada que asustaba a la gente, cerca del cementerio”. (Isabel Yonson) Calle José Hernández: en este caso no se trata de una denominación antigua sino del modo en que algunas vecinas la llaman actualmente como calle de las SOLTERAS y SOLTEROS. “La cuadra donde vivo yo son todas solteras, yo digo que nadie se venga a vivir ahí porque se queda soltera, yo no me casé”, dice con humor Noemí Martínez y su amiga Adela agrega: “la mayoría en esa cuadra son todas mujeres, hay un solo hombre, los hombres no se bancan que la mujer trabaje mucho, tiene que ser alguien muy comprensivo, o estar en la misma”

arte, deporte y cultura

90 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 91

conclusión

A través de estos relatos, se puede visualizar cómo esta zona del departamento de Godoy Cruz fue mutando su paisaje, pasando de grandes extensiones de tierra ocupadas solo por viñedos a una gran cantidad de viviendas que fueron poblando el lugar, y dentro de cada una crecieron historias para contar. En este proceso, las mujeres han sido y son activas partícipes, y en algunos casos, también conductoras de esos cambios a través de sus gestiones en las uniones vecinales que motorizan gran cantidad de actividades. A medida que este proyecto se desarrollaba, las entrevistadas fueron animándose cada vez más a hablar, a compartir la historia de su vida, a valorar el aporte de sus vecinas y eso posibilitó que pudieran reconocer la importancia de esos relatos para la preservación de la memoria. No deja de ser sorprendente la representatividad de estas historias, que en algunos casos describen a toda una generación como el caso de la señorita Haydee que se dedicó a la educación, uno de los primeros espacios socialmente aceptados para las mujeres fuera de lo que implicaba el espacio doméstico, o la de su hija, Virginia, que representa a la generación de jóvenes en los ‘70. Esto mismo podría decirse de Antonieta Sacchi o Elvira

Búcolo que abrieron caminos en sus originales profesiones, sentando un precedente para todas nosotras. Luego aparecen, con muchísima fuerza, las mujeres de las uniones vecinales, y las de la tercera edad que aprendieron a adquirir conocimientos sobre la salud y el cuerpo, que no les fueron transmitidos públicamente, pero que ellas los construyeron, y lo más importante, supieron romper esos silencios y con eso gestar un cambio fundamental para las generaciones siguientes. Por último, los espacios culturales y recreativos como las actividades artísticas y deportivas fundamentales para la integración y el esparcimiento que también son un derecho.En todos estos años recorridos por medio de los relatos de las mujeres, queda expuesto que tanto los derechos conseguidos, como las difíciles situaciones superadas no hubieran sido posibles sin los lazos de sororidad de los que se habló al inicio del libro. Sin solidaridad hacia la otra ni unión, complicidad y acompañamiento entre mujeres, estas historias serían muy diferentes. La historia de las calles, de los comercios, de las familias, toda esa sabiduría única que las vecinas aportaron para este trabajo se complementa con archivos municipales y documentos históricos que son la materia prima de esta historia colectiva, que queda abierta para seguir siendo enriquecida por quien quiera continuar este proceso. Porque no queremos que lo específico de nuestra historia como mujeres vuelva a ser borrado de los relatos históricos, porque queremos que se conozca la vida de nuestras antepasadas de manera que tengamos la posibilidad de construir referencias de lucha cercanas a la cotidianidad, es que decimos no al silencio y proponemos esta lectura diferente del pasado y sobretodo su continua reescritura, desde una perspectiva más justa que reconozca a las mujeres como motor de la historia. para este trabajo se complementa con archivos municipales y documentos históricos que son la materia prima de esta historia colectiva, que queda abierta para seguir siendo enriquecida por quien quiera continuar este proceso. Porque no queremos que lo específico de nuestra historia como mujeres vuelva a ser borrado de los relatos históricos, porque queremos que se conozca la vida de nuestras antepasadas de manera que tengamos la posibilidad de construir referencias de lucha cercanas a la cotidianidad, es que decimos no al silencio y proponemos esta lectura diferente del pasado y sobretodo su continua reescritura, desde una perspectiva más justa que reconozca a las mujeres como motor de la historia.

92 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 93

anexo

Mientras se realizaba la investigación que conforma este libro algunas vecinas se acercaron a compartir la historia de mujeres que realizaron y realizan un valioso aporte a su comunidad pero cuyos lugares de residencia o trabajo están fuera de los límites geográficos señalados al inicio. Las historias de las mujeres de otros barrios y otros distritos de Godoy Cruz serán objeto de investigaciones futuras, sin embargo, estas historias son incluidas en este apartado porque se trata de mujeres luchadoras, generadoras de importantes transformaciones y referentes en sus respectivos barrios que también forman parte de Las Tortugas.

SILVIA, DIRIGENTE SOCIAL

Silvia Elena Nobile, trabaja por la mejora en la calidad de vida del barrio Huarpes II desde hace 23 años: “el trabajo mío es totalmente social, hacen 25 años que estamos viviendo en el Huarpes II y hacen 23 que trabajo ahí como dirigente social, haciendo de todo un poquito”, dice. Escribió este texto resumiendo su labor

comunitaria: “Mi trabajo comienza al tercer año de vivir en el barrio en la Unión Vecinal Huarpes II1 con la presidencia del sr Francisco Roselli como prosecretaria, haciéndome cargo de la Guardería Comedor (en el tiempo de la problemática social más cruda) donde se le daba de comer a 450 niños del barrio Huarpes II, 300 del Huarpes 1 y 400 del Tres Estrellas. Al mismo tiempo se formó la Subcomisión de jóvenes que también la dirigía en horas de la tarde con deportes hasta cansarlos, de esta manera no tomaban, no estaban en las esquinas y armábamos bailes los sábados y así a mi vista tomaban limitadamente y a las 4 de la mañana los acompañaba a sus casas. Obtuve buenos resultados en:1994 se forma el Club de los jóvenes quienes sumaron más jóvenes y jovencitas y llegamos a 180, se siguió con deportes de todas las áreas, se juntaban juguetes y se festejaba el Día del Niño, Reyes y se llevaban también a la Casa Cuna y parte de Lavalle. Fui presidenta de la Cooperadora de la Escuela Secundaria Draghi Lucero2, en la que luché personalmente con la Directora para que al colegio se le diera el nombre de Draghi en vida del escritor y se logró. Allí me hice cargo del bufet en el que trabajaba de las 8hs a las 20hs dándole de comer a los chicos. De la plata recaudada del mismo, salieron tres talleres totalmente equipados de electricidad, carpintería y albañilería con las maquinarias que en ese momento eran de alta gama; se arreglaba todo lo necesario en la escuela y fue la primera vez que los chicos participaron en el Carrusel de la Primavera. Los chicos egresados de ese año tuvieron por primera vez medallas recordatorias de oro y de la fiesta el 70% fue pagado por la Cooperadora. Luego el barrio necesitaba un destacamento policial, levanté en 5 meses 4.000 firmas y logramos nuestro destacamento. Formé un grupo de Bastoneras y exploradores de 70 niños y niñas que se llamaba Draghi Lucero (esas bastoneras hicieron la guardia de honor las 24hs en la Legislatura y lo acompañaron en su última morada) y él fue su padrino. Cuando se bautizó este grupo se juntaron 40 grupos de cada uno 60 a 70 niños, más todos los vecinos que fueron invitados al desfile que fue extraordinario, una torta de 150kg y chocolate para todos. En 1990 entré en el Sindicato de Amas de Casa a la Comisión Directiva y con 4 de mis compañeras salió la idea

1 El barrio Huarpes II se entregó en 1987 inicialmente con 208 viviendas. FUENTE: www.ipvmendoza.gov.ar2 Juan Draghi Lucero nació el 05/12/1895 y fue registrado Luján de Cuyo, Mendoza. Escritor y especialista en folklore. Profesor de Historia y Geografía Económica en la Universidad Nacional de Cuyo. Se dedicó a investigar y recopilar leyendas y tradiciones locales. En 1938 elaboró un Cancionero Popular Cuyano (Premio de la Comisión Nacional de Cultura). Fundador y Primer Presidente de la Sociedad de Historia y Geografía de Cuyo (UNC, 1946). Fue Director del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNC y Presidente de la Biblioteca Sanmartiniana. FUENTE: www.fundacionkonex.com.ar . Murió 1994, un 17 de mayo.

94 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 95

desde Mendoza con más de 10.000 firmas para la jubilación de ama de casa, se acoplaron más provincias del país que están afiliadas al sindicato de la República Argentina. También trabajé en la Comisión Vendimia de la Municipalidad de Godoy Cruz”. En tantos años de trabajo uno de los momentos más anecdóticos que condujo Silvia fue la realización de un casamiento masivo: “los pendejitos que yo tenía en el club de los jóvenes eran todos juntados, un desastre, entonces un día dije los voy a casar a estos, para que me nazcan los niños en un hogar seguro. Ustedes tienen que darle un hogar constituido a sus hijos -les dije- yo voy a traer el registro civil a la escuela y del otro lado el cura, me dijieron que estaba loca. 22 pendejos casamos, 22 casamientos, soy la madrina de todos. En un salón grande puse a los del civil, iban pasando los chicos y siendo testigos ellos mismos de las otras parejas. Lo hicimos un sábado a la mañana, los casamos a todos, los pendejos se armaron un bailongo, casi todo el barrio, ¡estaban tan contentas las madres y los padres! Al otro domingo bautizamos a todos los niñitos que tenían ellos. En menos de dos semanas terminé esa misión, hoy son grandes padres y grandes madres. Para fin de año me vienen a saludar y me dicen: ¿sabe que Silvia? lo que usted nos enseñó nunca más lo vamos a olvidar BEATRIZ, DOCENTE DE LA GLORIA

Esta historia se conecta con la de Delia Noemí Martínez, que es cuñada de Beatriz Ramona Damiana Salvioli docente jubilada que realizó un gran trabajo en La Gloria3. Delia y la familia de Beatriz quisieron contar su labor en reconocimiento a su dedicación y compromiso con este barrio que, como se dijo anteriormente, es parte de las Tortugas pero está fuera del área investigada. Este texto es parte de la biografía que escribió la familia de Beatriz para este libro: Nació en San Rafael (Mendoza) el 28 de octubre de 1951, hija de Beatriz Vattuone y Mario Antonio Salvioli.Hija y sobrina de docentes, realizó la primaria en la Esc. José Villanueva, donde su mamá era maestra de grado. Al terminar ingresó en la Esc. Normal Mixta Mercedes Tomasa San Martín de Balcarce, de ese departamento.

3 El Barrio La Gloria se encuentra al sudeste de Godoy Cruz, entre las calles Rawson, Terrada, y Carrodilla. A fines de la década de 1970 migrantes rurales y obreros ocuparon parte de los terrenos de la finca La Gloria y conformaron la villa El Gran Chaparral. En 1978 el I.P.V. construyó el Barrio La Gloria para radicar la villa, para inquilinos afectados por la ley 21342 (liberación de contratos de alquiler) y para erradicar las villas cercanas al Estadio provincial de fútbol en vísperas del Campeonato Mundial de Fútbol ‘78. En el Censo de Población y Viviendas 2001 el Barrio La Gloria tenía un total de 7.778 habitantes y 1.650 hogares. Identificado como una de las “zonas peligrosas” por los medios de comunicación, es decir, aparece en los diarios locales en la sección de policiales ligados a hallazgos de drogas, muertes por ajuste de cuentas, guerra de “bandas”, etc. Los habitantes de los barrios populares del sudeste de Godoy Cruz localizados a ambos lados de la Ruta 40 experimentan más las asimetrías sociales (desempleo, trabajos en negro y de baja calificación) y la descalificación simbólica (zona peligrosa) que las distancias espaciales en la ciudad. FUENTE: MAGDALENA TOSONI “Efectos del Barrio La Gloria. Experiencias del lugar y estrategias simbólicas de los sectores populares en el Gran Mendoza”, 2011.

En ella se recibió de Maestra Normal, en diciembre de 1968.En 1970 se trasladó a Mendoza a cursar en la facultad de Ciencias Políticas de la UNCuyo. En esa Facultad cursó en la rama de Sociología hasta 1974. Durante estos años, de gran convulsión política en el país, desarrolló militancia en agrupaciones estudiantiles de esa Facultad.En 1973, se casa con un compañero de facultad, Carlos Víctor Martínez y en diciembre nace su primera hija Natalia. En 1974, embarazada de su segundo hijo, Sebastián, prácticamente abandona la carrera a medida que el ambiente político se enrarece cada vez más.A comienzos de 1976, pide la reincorporación a la carrera y cuando iba a retomar los estudios, se produce el golpe de 1976 y una de las carreras cerradas es Sociología. Por otra parte, la vida se convierte en peligrosa en el ámbito estudiantil. En 1977, nace su tercera hija Cecilia. En 1980 nace Marina, en 1983 Víctor y en 1988 Victoria.En agosto de 1997, toma la dirección titular de la N° 1-622 Padre Pedro Arce de Godoy Cruz.La escuela Padre Arce era muy grande en ese momento, tenía casi 800 alumnos y está en el corazón del B° La Gloria. Allí contó con la ayuda inestimable de la vicedirectora titular Sra. Marta Salcedo y una directora suplente, la Sra. Mirta Sari, que trabajó prácticamente toda su carrera docente en ese establecimiento y era muy querida y apreciada en la zona.Fueron trece años y medio de lucha constante:En 1999 la escuela se convierte en EGB Completa, es decir llega a tener hasta 9° año, lo que implica un gran crecimiento de la planta funcional, aumenta la matrícula hasta 900 alumnos.Se forma en 2002 la Biblioteca Popular Pablito González, la escuela colabora con la cesión de una sala que tiene en el patio, en donde se da plástica y artesanía, allí funcionará la Biblioteca soñada por jóvenes de La Gloria. Abren una puerta a la calle y empiezan a conseguir donaciones de libros. La Biblioteca lleva el nombre de Pablo González, fallecido en un accidente en Rivadavia, cuando un automovilista se llevó por delante a la formación de murgas que se preparaban para participar en el acto de la escuela Juan Hipólito Vieytes que inauguraba edificio nuevo. En el accidente murieron tres chicos, el 18 de diciembre de 1999, Pablo ex alumno de la escuela y miembro de Los Gloriosos Intocables, murió el 24 de diciembre y fue velado en el local de la escuela, con la participación de muchas murgas del Gran Mendoza. El 18 de noviembre se recuerda desde entonces el Día del Murguero.

96 mujeres de las tortugas: historias de experiencias 97

Luego, se tramitó la donación de un terreno aledaño al patio de la escuela que había sido donado por la Municipalidad de Godoy Cruz. La Biblioteca “Pablito González” ha sido desde entonces, sede de numerosos talleres, carnavales, festivales, y centro de actividad cultural del barrio. También por su intermedio y en los primeros años en el patio de la escuela, se realizaron los festivales “La Otra Cara de La Gloria”, en donde participaban artistas, músicos, poetas, escritores, pintores, de la comunidad, en todo un día de actividades culturales. La directora de la escuela formó rápidamente una red comunitaria con el Centro de Salud (con su directora Dra. Viviana Villarroel y la Lic. María del C. Perrone), con el C.A.E. (Centro de Apoyo Escolar) de las Hermanas de la Compañía de María, con la Parroquia Virgen Peregrina, con el querido Padre Jorge Contreras, con la A.C.E.I. (Asociación Coordinadora de Entidades Intermedias del B° La Gloria), los Jardines S.E.O.S. “Crecer Juntos “ y “Gotitas de Miel”, incluso con la Comisaría del Barrio La Gloria y el Polideportivo, las Murgas “Los Gloriosos Intocables”, “La Fugitiva”, “Los enviados de Momo”. La Biblioteca Popular organizó en el local de la Escuela Padre Arce, durante varios años, desde 2003 a 2007, el Encuentro de Teatro los Barrios del Sur, en donde se llevaron a cabo talleres y muestras de teatro. La situación del edificio, fue también una constante preocupación: el estado de los techos, el patio, las aulas, y sobre todo los baños, fueron motivo de movidas para que los gobiernos de turno procuraran soluciones. Desde un corte de el Acceso Sur, en ambas manos, por la situación del edificio y en contra del Pacto Federal Educativo, hasta la participación en programas de televisión local. Con el Padre Contreras se participó en marchas contra la violencia creciente en el barrio. En 2001, al producirse la grave crisis económica, se evalúa la necesidad de brindar alimentos a los chicos de la escuela, se tramita un subsidio en FOPAR (Fondo Participativo de Inversión Social). Se recibe desde mediados de 2003 un subsidio con el que se monta un comedor en la escuela. Por razones burocráticas, no se podía cocinar en la escuela, de modo que se comienza a cocinar en una casa cedida al Padre Jorge, en la manzana H del barrio y desde allí se trasladaba la comida a la escuela. Ser rehabilita la Radio FM Adolescencia, funcionaba entre 1998 y 2002, fecha en que son robados los equipos. La directora presenta un nuevo proyecto para el desarrollo comunitario y obtiene un subsidio para adquirir nuevamente los equipos. Son intensamente usados por los alumnos y los participantes de la Biblioteca Popular. El 14 de diciembre de 2004, se incendia el local de la radio escolar. En 2008, merced a los esfuerzos de la

Auxiliar de Dirección Sra. Claudia Troendle, se consigue que la DGE, disponga de dinero para la compra de nuevos equipos y la radio vuelve a estar en el aire, ahora con el nombre de Radio Escolar La Gloria y la dirección de la Prof. Karin Minassi. Aún hoy sigue en el aire, en el 106.9. El proyecto de radio gana premios en la Feria de Ciencias, con la participación de alumnos de 8° y 9°.En 2007, se cierra la EGB3, quedando nuevamente la escuela con EGB1 y EGB2 hasta 7° grado.El 24 de agosto de 2008, fallece a los 83 años el Padre Jorge Contreras, que había sido amigo y guía del establecimiento. Entre tantos logros, también lloraron la muerte violenta de varios alumnos y exalumnos.Se logró la inclusión de la escuela en el programa P.I.I.E. (Plan Integral para la Igualdad Educativa), por el cual la escuela recibió fondos nacionales del Ministerio de Educación de la Nación, libros, bibliotecas completas, material didáctico, mapas. Recibe el Laboratorio de Informática y luego en 2009, se entregan ocho equipos de PC más.En marzo de 2010, la directora Salvioli, toma una Supervisión, la N°5 de Privada de Guaymallén, en donde se jubila el 30 de diciembre del mismo año.El 10 de junio de 2011, la escuela y la comunidad educativa, la despiden en un emotivo acto. Sigue ligada afectivamente a esa querida y sufrida comunidad del B° La Gloria, estigmatizada por la violencia y la discriminación, por la que tantos esfuerzos realizó.

Este libro se terminó de imprimir en Marzo 2015Mendoza, Argentina.

Este libro es autoría de Municipalidad de Godoy CruzInvestigación y compilación a cargo de:

Marcela Sunico, Romina Zapata. Diseño a cargo de: Vanesa Landa.