Libro Depresion y Ansiedad 2aED
Transcript of Libro Depresion y Ansiedad 2aED
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Gua para el tratamiento de
los trastornos depresivos o
ansiosos
Coordinador
Dr Gaspar Cervera
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Gua para el tratamiento de los trastornos depresivos o
ansiosos.
Segunda edicin.
Clnica del Sistema Nervioso
www.clnica-snc.com
Coordinador
Dr. Gaspar Cervera
rea mdica rea psicolgica
Gaspar Cervera Fani Bolinches
Gonzalo Haro Ana Calero
Jos Martnez Jos Moreno
Mila Fuentes Mnica Portillo
Teresa Fornes
Teresa Querol
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Dedicatoria
Dedicamos la gua a las fuentes de conocimiento que nos ayudaron a formarnos, las cuales se materializan
en diversas formas: en forma de libros, de profesionales, o incluso, y hay que reconocerlo, de pacientes
que son la base de nuestra experiencia.
Para ello recurrimos a unos viejos versos alemanes
Considerando la actividad desplegada hemos podido decir: este libro es nuestro.
Pero deliberando bien, despus de terminado, nos preguntamos:
De dnde nos vino todo?
Hacia dnde va?
Y pronto reconocemos que todo es de vosotros.
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Prologo a la segunda edicin
Cuando en el verano del ao 2009 se termin de escribir la primera edicin de la Gua no pensamos que
algunos cambios en la propia dinmica de la clnica nos llevaran a una nueva edicin en el verano del
2011, aunque en el mundo de la ciencia dos aos es tiempo ms que suficiente para por si mismo
justificar una segunda edicin.
Esta segunda edicin aporta novedades con respecto a la primera, la ms importante es que no se editar
en forma de libro. Quedar en la www.clinica-snc.com, para que cualquier persona interesada pueda
consultarla, y adems formar parte de una importante remodelacin de nuestra pgina web, que pretende
actualizarse para servir de puente de unin con aquellas personas que puedan precisar de nuestra ayuda.
Sin duda las nuevas tecnologas son un poderoso instrumento que bien utilizado puede llevarnos a una
importante mejora en nuestra labor asistencial, con esa idea surge la segunda edicin de la Gua de
tratamiento de los trastornos depresivos o ansiosos. Esperemos que sea del inters de nuestros pacientes,
y de aquellos navegantes de Internet interesados en ello.
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Prologo de la primera edicin(Sept.2009)
Los trastornos depresivos y ansiosos son en las sociedades modernas una epidemia, por su alta
frecuencia. Adems, resaltar en los casos ms graves, el alto grado de sufrimiento que ocasionan a
quienes los padecen, y con frecuencia a sus familiares ms prximos. A ello hay que sumar el importante
nivel de confusin que hay fuera del crculo de los especialistas en salud mental sobre el origen, la
clnica, evolucin y tratamiento.
De hecho, aunque en las clasificaciones nosolgicas como el DSM IV-TR, quizs la ms usada
en nuestro pas (por encima del CIE 10 de la OMS), diferencian los trastornos depresivos de los ansiosos
de forma clara y contundente, en la prctica clnica las cosas no son tan fciles, existiendo cuadros mixtos
que desde hace aos catalogamos como depresin ansiosa, con diferentes niveles de presentacin de los
sntomas afectivos y ansiosos, lo cual lo hace algo ms complejo.
Llegados a este punto hay que ser modestos y reconocer que estos trastornos con frecuencia
son ms sndromes que enfermedades, que presentan patrones de sntomas con algunas pruebas de
validez clnica, pero raramente dispondremos de unos marcadores biolgicos claros que nos sirvan para
validar los diagnsticos.
La problemtica de la depresin ansiosa, as como otras cuestiones e interrogantes sobre: la toma
o no de tratamiento farmacolgico versus el tratamiento psicoteraputico, la combinacin de ambas
pautas teraputicas, el papel de las benzodiacepinas, el problema de la posible dependencia a los frmacos, la evidencia de la evolucin a depresin de mltiple patologas ansiosas, o el papel de la
personalidad, entre otros, siguen estando en primera fila.
En este sentido, en los ltimos aos los avances en el tratamiento de estos trastornos han sido
espectaculares, as los frmacos conocidos como ISRS fueron una revolucin, que termin con un ltimo
escaln, el del escitalopram, una molcula mejorada de un frmaco (citalopram) que ya fue muy
importante. La familia de los ISRS en el ltimo decenio se vio complementada con la aparicin de un
frmaco dual, la Venlafaxina, siendo sta la primera molcula de los duales. En los ltimos aos la
aparicin de la Duloxetina, un nuevo dual que aportaba mejoras posolgicas y de efectos secundarios,
facilit el tratamiento de ambos tipos de trastornos.
El tratamiento farmacolgico es con frecuencia (no en todos los casos) complementado con el
abordaje psicoteraputico (siendo dicho abordaje considerado como principal, secundario, o no
procedente) segn el trastorno que se presente, as como la edad, capacidad intelectual y cultural del
paciente. Sin olvidar que el paciente entienda y acepte dicho abordaje.
En la Clnica del Sistema Nervioso, de los ms de 500 nuevos casos que atendemos anualmente
(desde hace varios aos los siete psiquiatras y seis psiclogos), alrededor de un 80% pertenecen a ese
grupo de trastornos depresivos y ansiosos, y en mi caso el porcentaje es de ms del 90%, por lo cual
arrastramos una casustica de varios miles de historias clnicas (solamente contando mis casos, son cerca
de cuatro mil) en los casi treinta aos de existencia.
Todos los mdicos de la clnica, y algunos de los psiclogos, compatibilizamos nuestra labor
asistencial entre la asistencia pblica y la privada, por ello estamos inmersos en una realidad clnica
alejada del dogmatismo de escuela que con frecuencia lleva a la confusin a muchos pacientes, y a
algunos mdicos y psiclogos no especialistas. En mi caso adems, a la experiencia clnica, se suma mi
labor docente como profesor asociado de la Unidad Docente de Psiquiatra y Psicologa Mdica de la
Facultad de Medicina, desde hace veinte aos. Creo que lo dicho explica el inters de ensear lo
aprendido.
Por todo ello a principios del ao 2009 se me ocurri la idea de hacer una gua para el
tratamiento de los trastornos depresivos y ansiosos que pudiera dar respuesta a muchas de las dudas
que se presentan en el campo de la atencin primaria de salud, con el fin de ayudar al mdico de familia
que trata a una parte importante de estos pacientes.
En ella adems contestamos a algunas de las preguntas que nuestros pacientes nos hicieron a lo
largo de los ltimos meses al correo electrnico de la clnica, contestaciones que pueden servir para
aclarar muchas de las cuestiones que tambin les plantearn los pacientes a los mdicos de primaria que
lleven casos semejantes.
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Terminamos la obra con unas conclusiones muy prcticas sobre estos trastornos.
No es un tratado, de esos ya tenemos bastantes y por lo general cubiertos de polvo, en nuestras
libreras. Es una obra manejable, clara y concisa, para los que quieran saber aquello que la prctica
clnica y la experiencia nos ense. Con ella pretendemos, tal como reflejan los antiguos versos alemanes
usados en la dedicatoria, devolver y compartir lo que aprendimos. Esperemos haberlo conseguido.
Dr. Gaspar Cervera
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En nuestro afn de colaborar con nuestros pacientes nos ofrecemos a que cualquier duda
que se tenga pueda ser consultada y ser contestada por el propio profesional que le trate.
Para aquellas personas que no sean pacientes de la clnica y quieran hacer alguna pregunta
sobre los trastornos depresivos o ansiosos pueden hacerlo en el correo del coordinador de la gua, el
Dr. Gaspar Cervera en [email protected]
Muchas gracias.
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ndice
Introduccin. Formas clnicas de presentacin. Generalidades sobre teraputica.
La medicacin y la psicoterapia en los trastornos depresivos y ansiosos. El tratamiento integrado. El consejo teraputico en atencin primaria.
Clnica de los Trastornos depresivos y ansiosos: sintomatologa, epidemiologa, evolucin y tratamiento.
o Depresin.
o Ansiedad.
Trastornos de Personalidad del Grupo C
Dudas y cuestiones planteadas por los pacientes.
Conclusiones.
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A- Introduccin. Formas clnicas de presentacin.
Generalidades sobre teraputica.
A.1 Introduccin
Se calcula que en nuestro pas el 25% de los pacientes que acuden a atencin primaria presenta
un trastorno psiquitrico, y que un importante porcentaje (se llega a decir que hasta la mitad de ellos) no
llega a diagnosticarse por ser formas enmascaradas de depresin o de trastornos ansiosos, que se
presentan como trastornos orgnicos, dentro del apasionante campo de la medicina psicosomtica.
Tambin hay que resaltar que la palabra trastorno psiquitrico lleva aparejada connotaciones muy negativas. Culturalmente la psiquiatra sigue asociada a la enfermedad mental grave, incurable; en
definitiva al internamiento, la locura, el suicidio, y otras situaciones que las personas temen.
Por otro lado la psicologa clnica, como especialidad sanitaria, tiene otras connotaciones que
tambin dificultan la derivacin. Muchas personas an teniendo un nivel cultural medio- alto, cuando se
les recomienda un tratamiento psicolgico lo rechaza, por cuestiones de lo ms variadas y curiosas. Desde
el que tiene un familiar que estudi psicologa y ya hablar con l, pues toman caf frecuentemente; al que dice que el ya sabe lo que le pasa y lo que tiene que hacer, y que por tanto no necesita a un psiclogo,
lo cual es un importante error, pues algunos de estos trastornos pueden ser abordados con un tratamiento
cognitivo conductual (TCC) sin tomar tratamiento farmacolgico, o con unas pautas mnimas que se
pueden suspender pronto.
Por ltimo hay que destacar una respuesta que no es rara, tanto para unos como para otros: Mire usted,
yo ni creo en la psiquiatra, ni en la psicologa.
Como consecuencia de lo dicho, el paciente con cuadros depresivos y ansiosos, sobre todo el
trastorno por ansiedad generalizada, con frecuencia quiere ser tratado por su mdico de cabecera, que
tendr que ejercer tambin una labor psicolgica o por lo menos de consejero, ante los problemas que con frecuencia provocaron la depresin. Y lo que es ms complicado, con los problemas que la depresin
le ocasiona, por tener el paciente la autoestima afectada, as como la capacidad de afrontamiento, pues el
depresivo ve gris lo blanco y negro lo gris.
Sin lugar a dudas el mdico de familia no puede abarcarlo todo. Adems, los estudiantes de
medicina no reciben en las aulas una formacin adecuada, pues hoy en da la carrera de medicina es, en
buena medida, la preparacin para superar el examen MIR. Ya a nivel del postgrado la cosa mejora, y el
mdico de familia s que tiene la posibilidad de formarse ms y mejor en psiquiatra, aunque nunca es
suficiente, y ms en una especialidad donde se est trabajando con lo ms complejo del ser humano.
Hay que recordar que las llamadas formas complejas de enfermedad, asociadas a pacientes
hiperfrecuentadores de atencin primaria y de urgencias, con frecuencia calificados por sus mdicos
como pacientes frustrantes, esconden, con frecuencia a pacientes somatizadores, con ansiedad
generalizada y algunas formas de cuadros depresivos.
La orquesta de la confusin quedara incompleta si no resaltsemos que tambin las diferencias
entre el neurlogo y el psiquiatra no estn terminadas de perfilar, para muchos pacientes e incluso
profesionales, pues existe la tradicin de la neuropsiquiatra que incluira entre sus objetivos cuadros
mixtos que estn en tierra de nadie, y sirva de ejemplo muy representativo, las cefaleas.
En la depresin, que el DSM-IV-TR divide en depresin mayor (episodio nico o recidivante),
trastorno distmico, o trastorno depresivo no especificado; todas ellas dentro de las formas monopolares,
nos encontramos con la mayor carga de sufrimiento de la patologa psiquitrica en atencin primaria de
salud.
El futuro impacto sociosanitario que la OMS establece para los prximos 15 aos es muy
preocupante, pues ser, tras las enfermedades coronarias, la segunda causa de discapacidad.
En la actualidad, en poblacin general se producen entre 500 y 1000 casos de depresin por cada
100.000 habitantes al ao. Se calcula que un 17% de la poblacin presenta un cuadro depresivo en algn
momento de su vida.
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Si realizamos los estudios epidemiolgicos en atencin primaria, las prevalencias encontradas en
nuestro pas son de un 4.5% para los varones y de un 7.8% para las mujeres, pero en general las cifras
suben a un 30% si consideramos el cuadro depresivo asociado a otros trastornos, preferentemente de
somatizacin o de ansiedad.
Lo peor de estas altas prevalencias es que ms del 50% se quedan sin diagnosticar, sobre todo de
los cuadros que se acompaan de sntomas somticos, o de otra patologa orgnica asociada.
En cuanto al cmo y en qu personas se manifiesta la enfermedad, tres suelen ser los tipos de
pacientes:
a) aquellos que debido a su situacin social presentan un cuadro reactivo o adaptativo (poblacin en
aumento con la actual crisis econmica).
b) pacientes con una enfermedad orgnica y un cuadro depresivo asociado.
c) los que presentan cuadros depresivos primarios.
En los ltimos aos se ha establecido una corriente de opinin que defiende que los actuales
sistemas de clasificacin psiquitrica, elaborados fundamentalmente en el medio hospitalario y sobre
pacientes con dicho sesgo, no son satisfactorios para la atencin primaria, que atiende a pacientes
neurticos en los que es difcil establecer el punto de corte entre la normalidad y la patologa.
Dicha corriente de opinin recibi un importante espaldarazo cuando la CIE y el DSM, en su
dcima y cuarta edicin respectivamente, elaboraron criterios diagnsticos especficos para los trastornos
mentales en atencin primaria. En el caso del CIE-10 es absolutamente clnica, selecciona las 25
categoras ms importantes para primaria, y constituye un mnimo que el mdico de atencin primaria
debe de conocer para orientar el diagnstico y tratamiento. El DSM-IV se basa en un sistema de
algoritmos que permite establecer el diagnstico, pero est ms orientada a la investigacin que a la
clnica.
Vamos a ver algunas de las formas peculiares de presentarse en atencin primaria los trastornos
depresivos.
Una de las ms representativas es la depresin y sntomas somticos. Recordemos que los
sntomas de la depresin se componen fundamentalmente de cinco grandes grupos: la afectividad, el
pensamiento y la cognicin, la conducta, los ritmos biolgicos, y por ltimo, aunque en ocasiones puede
ser lo primario, los sntomas somticos.
Entre los sntomas somticos hay que resaltar los trastornos digestivos, los dolores ms o menos
localizados, y la astenia. En un segundo lugar pondramos la anorexia, la prdida de peso, los trastornos
del sueo, y las disfunciones sexuales.
Adems de la forma que acabamos de describir, existe un cuadro que se conoce como la
depresin somatizada de Goldberg en la que el paciente presenta sntomas somticos, que atribuye a una
enfermedad orgnica, pero se evidencia un trastorno depresivo que en opinin del mdico,
adecuadamente tratado, mejorara los sntomas fsicos.
Entre los sntomas fsicos destacan por orden de frecuencia: los dolores de espalda, mareos,
dolores en extremidades, flatulencias, dificultad de respirar, palpitaciones, nuseas, y dolor abdominal.
Existe un modelo de niveles y filtros tambin de Goldberg, que lo forman cinco niveles,
empezando por el nivel 1 de la prevalencia de patologa psiquitrica en la comunidad (260-315/1000), el
nivel 2 en atencin primaria (230/1000), el nivel 3 la detectada en atencin primaria (101,5/1000), el
nivel 4 que lo forman los servicios de salud mental (23,5/1000) y en el nivel 5, y ltimo, que lo forman
los servicios de hospitalizacin psiquitrica(5,71/1000).
El tercer nivel es el clave, pues constituye el paso de primaria a especializada, y se encuentra
condicionado por la gravedad del trastorno, y por facilidad de la derivacin.
As las razones aducidas por los mdicos de primaria para la derivacin son: la falta de respuesta
al tratamiento, necesidad de confirmacin diagnstica, y solicitud del paciente o familiares.
En cuanto a la ansiedad, hay que recordar que el DSM-IV-TR establece, dentro del grupo, a
mltiples diagnsticos que enumeraremos, pero por diversos motivos consideraremos como el ms
importante el trastorno por ansiedad generalizada (TAG).
Centrndonos en l, hay que hacer algunas aclaraciones previas, el TAG surgi en la nosologa
psiquitrica en 1980, cuando la APA decidi diferenciarlo del trastorno de angustia, aunque no es fcil
dicha separacin.
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Los criterios que el DSM III estableci en 1980, a nivel general se mantienen hasta los actuales
del DSM IV-TR.
Estimaciones actuales, siguiendo criterios DSM, ofrecen una prevalencia anual en poblacin
general del 3%, mientras que la prevalencia vida llega al 5%, pero si utilizamos los criterios CIE sube al
9%.
Su diagnstico es ms frecuente en las mujeres, y posiblemente se trate del diagnstico que ms
a menudo coexiste con otro, en particular con fobia social, fobia especfica, trastorno de angustia, o el
trastorno depresivo, lo cual nos llevar, unas lneas ms adelante, a una interesante discusin sobre las
depresiones ansiosas.
El curso evolutivo suele ser crnico, fluctuante, y con frecuentes exacerbaciones, por lo general
relacionadas con el estrs.
Por ltimo, resaltar que los padecimientos derivados de la ansiedad no adaptativa constituyen un
importante problema sanitario, tanto por su capacidad para deteriorar la calidad de vida de los afectados,
como por su tendencia a no ser detectados y generar una carga innecesaria a los servicios de salud.
A2. Formas clnicas de presentacin.
Un tema clave que de por s justificara el libro es el de depresin y ansiedad cuando se dan
juntas, pues aunque son entidades diferenciadas en las clasificaciones que usamos para realizar los
diagnsticos, es frecuente en la prctica clnica la presentacin de sntomas ansiosos y depresivos a la vez
en un paciente, lo cual nos lleva al diagnostico de depresin ansiosa que aunque hace chirriar la nosologa, es una realidad frente a la que se propuso el diagnstico de sndrome neurtico general. Dicho
sndrome es un captulo de la patologa psiquitrica an abierto, cuya prematura postergacin ha
dificultado enormemente la progresin en la investigacin de lo que constituye ms de la mitad de la
prctica clnica psiquitrica.
Quizs es conveniente recordar que es un concepto que no admite definiciones operativas
basadas en descripciones sintomticas en la medida en que su sintomatologa es, por definicin,
inespecfica.
Este singular sndrome es un ejemplo ms de una nosologa a la que se le critica un alejamiento
de la prctica clnica de la atencin primaria de salud, donde existen muchos ms trastornos mixtos, de los
que se dan en especializada; e incluso de una vieja lucha dentro de la psiquiatra que es la que mantienen
los defensores del modelo categorial frente a los del modelo dimensional.
La neurosis se considera de forma diferente en la CIE-10 y en el DSM-IV.TR, as en la primera
de dichas clasificaciones titula el captulo como los trastornos neurticos secundarios a situaciones
estresantes, y somatomorfos, explicando que stos se agrupan juntos por su relacin con el concepto de
neurosis y porque un nmero importante de ellos se debe a motivos psicolgicos.
Las formas ms leves de dichos trastornos se ven principalmente en atencin primaria y en ellas
son frecuentes las mezclas de sntomas. La coexistencia de angustia y depresin es la ms frecuente;
incluyendo en dicho captulo los trastornos de ansiedad fbica,los obsesivos, las reacciones a estrs grave,
y los trastornos adaptativos, disociativos, somatomorfos y otros.
En el DSM no hay captulo nico, y lo distribuye en trastornos distmicos, de ansiedad,
somatomorfos, disociativos, adaptativos, como los principales.
Los defensores del modelo dimensional establecen un solapamiento entre ansiedad y depresin
demostrado por la existencia de sntomas aparentemente especficos de ambas entidades que no tienen
capacidad discriminante.
Las formas de presentacin de dicho cuadro se podran resumir en cuatro. La primera sera la de
pacientes con trastornos de ansiedad asociados a sntomas depresivos; la segunda sera la inversa, pues en
los pacientes depresivos se ven con frecuencia manifestaciones ansiosas. Las otras dos seran el que sea
imposible establecer la prioridad de un cuadro sobre el otro, o en cuarto y ltimo lugar, los trastornos de
adaptacin (antiguamente reaccin depresiva ansiosa) como resultado o reaccin a un estrs.
As pues, el profesional de atencin primaria se encuentra con los siguientes problemas a la hora
de atender a este nmero importante de pacientes:
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a) alta frecuencia, y muchos enmascarados que obligan a pruebas analticas, exploratorias e
interconsultas que sobrecargan el sistema.
b) necesidad de formacin continua para mejorar el diagnstico y tratamiento, en una patologa
que precisa algo de lo que carece el de primaria, que es tiempo.
c) incremento progresivo de los trastornos por la problemtica social de un mundo que cambia
rpidamente de valores, y que en estos momentos se encuentra en una grave crisis econmica,
que incrementa multitud de factores estresantes.
Si realizsemos un retrato robot del paciente de primaria con trastornos de esta naturaleza, sera:
mujer de edad media, con relaciones conflictivas de pareja, en paro, nivel cultural medio-bajo, y con
rasgos de personalidad premorbidos especficos.
Dicho retrato robot es del paciente tipo en lo pblico. En las consultas privadas, aunque es muy
variopinto, destacaramos el de: un profesional sin distincin de sexo, con altos niveles de exigencia y
responsabilidad, buen nivel cultural-econmico, y con frecuencia una serie de sensibilizantes y
desencadenantes claros.
Una vez hechas las aclaraciones pertinentes de forma global, es conveniente continuar por
diferentes caminos en lo que se refiere a la ansiedad y depresin, pues ambos conceptos esconden temas
de gran complejidad.
La ansiedad es una funcin biolgica que tiene un papel clave en la supervivencia, pues nos
sirve como aviso en condiciones de alarma frente a peligros potenciales. Solamente si la intensidad o la
duracin de la repuesta ansiosa son desproporcionadas al estmulo se produce la patologa ansiosa.
La ansiedad como funcin biolgica, es una emocin comnmente experimentada por el hombre
a lo largo de su existencia, sin embargo, la ansiedad patolgica es desproporcionada a cualquier estmulo
posible y persiste por encima del nivel de adaptacin. Es una respuesta a una amenaza indeterminada,
difusa y muchas veces inexistente.
La ansiedad que no es excesiva presenta aspectos positivos, ya que estimula el aprendizaje y el
cumplimiento de tareas. No ocurre lo mismo con los episodios persistentes de ansiedad intensa, los cuales
son nocivos y comprometen la autonoma del individuo. La ansiedad patolgica es ms profunda y
persistente, dificulta la adaptacin, deteriora el rendimiento, se sita en el plano corporal y reduce la
libertad personal.
La ansiedad es uno de los trastornos ms frecuentes en la medicina, pues sobre un 20% de las
personas que viven en los pases desarrollados padecen algn tipo de las diversas formas de presentacin
del trastorno. Las cifras encontradas van del 2-3% de los trastornos de pnico, al 13% de fobia social,
pasando por un 7% de ansiedad generalizada, para la poblacin general.
Las cifras suben de forma significativa si se estudia en poblacin clnica, pues un 25% de los
pacientes de atencin primaria presentan manifestaciones clnicas de tipo ansioso, muchas de ellas
comrbidas a patologas orgnicas.
El inicio del trastorno suele darse en adultos jvenes (20-40 aos) y las mujeres se ven ms
afectadas, pues son casi el doble que los varones.
Por ltimo recordar la mayor incidencia de enfermedades psicosomticas en estos pacientes, as
como las complicaciones de la ansiedad crnica, que pueden acabar en cuadros depresivos.
Entre los trastornos de ansiedad destaca como prototpico el trastorno por ansiedad generalizada,
que se caracteriza por una marcada ansiedad, que produce tensin, inquietud, temor indefinido,
impaciencia e intranquilidad, acompaada de sntomas fisicos variables y mltiples preocupaciones.
Los sntomas fsicos que acompaan a la ansiedad son muchos, destacando entre los ms
importantes: cefalea, disnea, taquicardia y palpitaciones, dolor torcico, dispepsia y diarrea, boca seca,
mareo, temblor, sudoracin, y polaquiuria. Todo ello acompaado de una hiperactivacin que produce
falta de concentracin, distraibilidad, reacciones de alarma e insomnio. Es evidente que sin terminar de
citarlos todos, ya hay en los sntomas descritos todo un tratado de patologa general.
Resaltar que entre los factores desencadenantes destaca el estrs crnico ambiental.
Desde una perspectiva psicobiolgica la ansiedad se traduce, sin entrar en la discusin de si son
previos o a posteriori, en disfunciones de varios sistemas de neurotransmisin, entre ellos los gabrgicos,
noradrenrgicos, y serotoninrgicos, como los fundamentales; y en la disfuncin de un sistema anatmico
funcional, como es el sistema lmbico.
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El tratamiento, desde un punto de vista general de los trastornos de ansiedad, y centrndonos de
forma preferencial en la ansiedad generalizada, exige un diagnstico previo, que en ocasiones no es fcil.
Desde el punto de vista farmacolgico, el empleo de las benzodiacepinas debe de ser cuidadosamente
evaluado, por el riesgo de cronificacin del tratamiento con o sin dependencia asociada. El tema de la capacidad de producir dependencia de las benzodiacepinas es controvertido, pues
solamente se produce en una serie de circunstancias que no son muy frecuentes. Parece que dicha
dependencia se produce en un porcentaje del 15 % de los pacientes, que suelen ser aquellos que las toman
durante largos periodos de tiempo, y sobre todo cuando se trata de molculas de alta potencia y vida
corta.
Frente a lo dicho, las benzodiacepinas mejoran rpidamente los sntomas de ansiedad, y son muy
fciles y cmodas de usar, entre otras cosas por sus escasos efectos secundarios y su rapidez de accin.
Todo ello hace que raramente el mdico se resista a su utilizacin como tratamiento de eleccin en
cuadros moderados, o como tratamiento de inicio mientras el tratamiento que se instaure, con el ISRS o el
antidepresivo dual escogido, hace efecto.
El otro gran grupo de trastornos del presente libro, el de la depresin, es tan complejo y
variopinto como el de la ansiedad.
La depresin se puede considerar como una alteracin del estado de nimo, el cual se encuentra
anormalmente bajo. Es una de las patologas psquicas ms frecuentes, pues la prevalencia vida llega al
15%.
La clnica del trastorno, adems del humor depresivo, la inhibicin del pensamiento, y afectacin
de la psicomotricidad, presenta frecuentemente sntomas corporales como el dolor, los trastornos
digestivos, la falta de apetito, prdida de peso, e insomnio.
Dentro de los trastornos del nimo, adems de la depresin se encuentran otros, siendo uno de
los ms caractersticos e importantes, el trastorno bipolar.
En los trastornos depresivos se constata una mayor frecuencia de casos en las mujeres, hecho al
que se ha buscado tres explicaciones:
En primer lugar causas biolgicas, sobre todo de tipo neuroendocrino, que explicaran la depresin postparto e incluso el sndrome disfrico premenstrual.
En segundo lugar cognitivo, pues las mujeres desarrollaran ms fcilmente un esquema cognitivo semejante al de indefensin aprendida y seran ms propensas a un estilo rumiativo de
respuesta.
Por ltimo las muy importantes causas psicosociales, pues las mujeres estn ms expuestas a ciertas formas de estrs, a acontecimientos vitales estresantes y tienen claras desventajas
sociales.
Los fundamentos psicobiolgicos de los trastornos depresivos, en la actualidad estn centrados,
fundamentalmente, en un mal funcionamiento del sistema serotoninrgico y /o noradrenrgico. Por
supuesto que dicha disfuncin no es nica (las interacciones con otros neurotransmisores, incluidos
neuropptidos, es importante) pero es una disfuncin capital, y ser producida en algunos casos de forma
primaria, y en otras de forma secundaria, a travs de los acontecimientos estresantes acumulativos,
fundamentalmente.
Quizs convenga hacer un repaso de las funciones de la serotonina y noradrenalina en nuestro
sistema nervioso central. La serotonina se encuentra implicada en la regulacin del sueo, modulacin de
los estmulos sensoriales, aprendizaje, control del apetito para el dulce, actividad sexual y actividad del
sistema lmbico que recordemos es la base del cerebro emocional y tiene un papel capital tanto en la
depresin como en la ansiedad.
Existe evidencia de que si la serotonina disminuye se presenta ansiedad, depresin, agresividad,
dolor y cefaleas.
Con respecto a las funciones de la noradrenalina, las neuronas noradrenrgicas inervan regiones
cerebrales implicadas en el estado de nimo, motivacin, aprendizaje y memoria, regulacin del ciclo
sueo-vigilia, regulacin del eje hipotlamo hipofisiario y del sistema simptico perifrico.
Es evidente que si la serotonina y la noradrenalina son capitales a la hora de comprender la
fisiopatologa de un trastorno depresivo, tambin lo sern a la hora de su abordaje teraputico.
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A3. Generalidades sobre teraputica
Sin duda la relacin prxima del mdico de atencin primaria con sus pacientes le permite un
papel primordial en la intervencin teraputica de los trastornos que estamos viendo.
Incluso en el componente psicoeducativo, cada da mayor en una sociedad avanzada y
preocupada sobre los temas de salud en general, y sobre los de salud mental en particular, el papel del
mdico de primaria es capital.
El primer papel que debe tomar el mdico es decidir si se deriva o no el paciente a especializada.
En dicha decisin tiene un peso especfico el pensar que pueda precisar alguna ayuda psicoteraputica,
pues el de primaria puede medicar pero no tiene acceso a la figura del psiclogo clnico. Dicho tema est
en vas de solucin en el Reino Unido, donde adems de los servicios de salud mental, el psiclogo
tambin tendr cabida prximamente en primaria, para resolver muchos temas psicopatolgicos, entre
ellos los trastornos depresivos y ansiosos de menor gravedad, con vistas a evitar sobrecargar los servicios
de especializada que deben dedicarse a cuadros de mayor entidad.
Seguramente ese da desaparecern las orientaciones psicologicistas versus medicamentosas, y se
vern los beneficios del tratamiento integrado tambin, o quizs de forma preferente, en esos cuadros leves o moderados que si no son bien tratados acaban en graves.
Como veremos el consejo teraputico que el mdico de primaria pueda dar a sus pacientes, hasta
que algn da se pueda disponer de la figura de psiclogo de atencin primaria de salud, se considera como una forma de psicoterapia inespecfica pero muy eficaz en trastornos depresivos y ansiosos con
desencadenantes medioambientales ms o menos claros.
As es preciso conocer la evidencia de que existen grupos de riesgo, como pueden ser las
personas que viven solas (sobre todo viudas o separadas), que tienen poca red social, que padecen
problemas crnicos de salud, u otros como: el paro, problemas econmicos, y una larga lista que
podramos confeccionar, y que son candidatos a presentar trastornos de tipo depresivo ansioso.
Por otra parte no se puede negar que existen una serie de barreras que dificultan el proceso de
identificacin, y consecuentemente de tratamiento, de los trastornos depresivos y ansiosos en atencin
primaria. Dichas barreras sern por parte del mdico, o por parte del paciente.
Entre las principales barreras por parte del mdico estarn:
- nivel de conocimientos. - autoconfianza en el manejo de psicofrmacos. - inters por indagar sobre sntomas psicolgicos. - disponibilidad de tiempo.
Por parte del paciente hay que destacar las siguientes barreras:
- ausencia de conciencia de enfermedad psquica.
- comorbilidad orgnica con sntomas fsicos.
- ansiedad o depresin subclnica o cuadros enmascarados.
Dichas barreras existe la posibilidad de superarlas, para ello hay que establecer las siguientes
estrategias en la entrevista clnica:
- establecer buen contacto, incluido el contacto ocular (mirar a los ojos). - saber entender el lenguaje no verbal, tanto como el verbal. - hacer las preguntas sobre psicopatologa de forma clara. - preguntar sobre el entorno familiar, laboral y social. - hacer comentarios de comprensin y apoyo, al fn y a la postre empatizar.
De todas formas hay que recordar que con frecuencia el tratamiento farmacolgico debe de
completarse frecuentemente con un consejo teraputico (CT), o un tratamiento psicoteraputico cognitivo
conductual (TCC) con psiclogo clnico, si se dispone de el a travs de servicios municipales o de ONGs,
pues el Sistema Nacional de Salud todava no lo oferta fuera de los Servicios de Salud mental, que por lo
general suelen estar sobrecargados, y alejados, en el caso de las reas rurales.
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El CT del mdico de primaria con frecuencia no es suficiente y hay que recurrir al arsenal
teraputico que la moderna psicofarmacologa nos ofrece.
Vamos a realizar una revisin prctica y clnica, como se pretende que sea toda la gua, de la
farmacologa clnica en los trastornos depresivos y ansiosos.
La duda que se tiene a la hora de realizar la revisin es de si hacerlo por familias farmacolgicas,
o por enfermedades. Por diversos motivos, entre ellos los de mayor comprensibilidad, se realizar por la
farmacologa.
Los ansiolticos son los frmacos, que como su nombre indica, se usan para acabar con la
ansiedad. En la actualidad dicho nombre no sera adecuado, pero somos prisioneros de la historia tambin
en psicofarmacologa.
Es interesante recordar que los ansioliticos tienen una larga historia, que aunque anterior, hay
que plantear que comenz con los barbitricos, continu con los meprobamatos, y termin a finales de la
dcada de los 50 del pasado siglo, con el descubrimiento de las benzodiacepinas.
Las acciones farmacolgicas de las benzodiacepinas son: ansiolticas, hipnticas,
anticonvulsivantes, relajantes musculares, y anestsicas.
Las diferencias farmacodinmicas son las que condicionan su indicacin en uno u otro sentido.
Actan a nivel del sistema limbico, en amgdala e hipocampo incrementando el GABA, que
recordemos es el principal neurotransmisor inhibidor del sistema nervioso central, aunque tiene otros
mecanismos de accin que vamos a obviar en base a la mayor comprensin.
El receptor donde actan las benzodiacepinas es conocido como el receptor benzodiacepnico y
est compuesto por cinco unidades que forman un pentmero. En la actualidad se conocen tres tipos de
receptores benzodiacepnicos estando el uno y el tres relacionados con la respuesta ansioltica.
Las benzodiacepinas se clasifican en tres grupos, las de accin corta, intermedia y larga, siendo
las ltimas las ms indicadas para tratar los trastornos por ansiedad generalizada.
Como veremos ms adelante si se decide usar benzodiacepinas debe de ser tras una cuidadosa
evaluacin que debe incluir las medidas psicoteraputicas y la posibilidad de que sea un tratamiento de
transicin asta que otros frmacos hagan su efecto.
En la actualidad otros frmacos, como la pregabalina, son una opcin razonable de tratamiento
del trastorno de ansiedad generalizada, con la salvedad que por sus efectos secundarios al inicio del
tratamiento, as como por la franja teraputica, queda reservada su indicacin casi exclusivamente al
campo de la especializada.
Los antidepresivos tambin resultaron una revolucin teraputica en pocas donde la depresin
mayor grave no tena otra posibilidad teraputica que la terapia electroconvulsiva (TEC), y entonces la
TEC no era ni de lejos la terapia poco cruenta que es hoy.
Los primeros antidepresivos pertenecian a dos familias muy distintas, los inhibidores de la
monoaminooxida (IMAOs) hoy abandonados, y los triciclicos (ADT), que siguen teniendo sus usos, pero
estn en franco declive, sobre todo por sus efectos secundarios.
La gran familia que puso en crisis a los ADT fueron los inhibidores selectivos de recaptacin de
la serotonina (ISRS) siendo de todos ellos la estrella el Prozac (fluoxetina), que por otra parte no fue el primero, pues se le adelant el Dumirox (fluvoxamina).
Recordemos que dicho frmaco fue ttulo de un famoso superventas llamado Hablando con
Prozac, que podra calificarse como el primer libro de divulgacin cientfica que tocaba algo sobre
tratamiento integrado.
Tras la fluoxetina surgieron multitud de ISRS destacando la paroxetina, la sertralina, el
citalopram y su sucesor escitalopram.
Toda la familia de los ISRS tenan algunas pegas como:
- La fluoxetina: sudoracin y nauseas. - La paroxetina: aumento de peso, mayor disfuncin sexual y sndrome de discontinuacin. - El citalopram y escitalopram : Nauseas, sudoracin y boca seca.
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Los ISRS aportaron menos efectos secundarios que los ADT, pero no ms eficacia, pues hay que
recordar que hasta un 30% de los pacientes no responden y sobre un 50% no tienen una remisin
completa del cuadro.
Cuando sucede cualquiera de estos dos problemas el mdico se encuentra con un problema. Con
frecuencia se decide asociar otro frmaco con un mecanismo de accin diferente, o cambiar de
tratamiento.
De estas dos posibilidades, la primera, asociar otro frmaco tiene un firme candidato, que es la
mirtazipina. Las pegas son que es sedante, lo cual puede ser un beneficio si se pauta por la noche, y que
produce con frecuencia aumento de peso.
La segunda posibilidad es cambiar a otro frmaco de ms amplio espectro, en dicho caso nos
encontramos con dos molculas, la venlafaxina y la duloxetina.
Ambas molculas tienen un efecto dual, sobre la serotonina y sobre la noradrenalina, lo cual hace
que el espectro de accin sea mayor y no se precise combinar otro antidepresivo para incrementar la
eficacia, salvo en muy pocos casos .
De la primera hay dos presentaciones la normal, y la forma retard que es mejor tolerada. El problema de la Venlafaxina son sus posibles efectos secundarios cardiovasculares, sobre todo
sobre la tensin arterial,as como un rango teraputico excesivamente amplio que va de 75 a 225 mgrs en
pacientes ambulatorios, y todava mayores en ingresados. Ambas cosas hacen a esta molcula un
tratamiento que puede ser complicado de usar en primaria.
La Duloxetina es ms sencilla de usar, tambin es dual, su posologa es de 60 mgrs (en ocasiones
120), y su tolerancia es muy buena, lo que permite al mdico disponer de un frmaco de amplio espectro,
bien tolerado y con indicacin en depresin y TAG.
En la ansiedad. En el caso de disponer de psiclogo clnico el tratamiento va encaminado, tal
como dice la Gua del sistema nacional de salud para el manejo de pacientes con trastornos de ansiedad
en atencin primaria, www.guiasalud.es/egpc/ansiedad/index.html, a dotar al paciente con recursos que
pueda poner en marcha para aprender a controlarse en cuanto detecte un aumento de los sntomas de
ansiedad.
Se recomienda la TCC por su eficacia en la reduccin de sntomas de ansiedad, preocupacin y
tristeza, tanto a corto como a largo plazo. Aunque se deben tener en cuenta las preferencias del paciente,
la intervencin debe incluir reestructuracin cognitiva, exposicin, relajacin y desensibilizacin
sistemtica.
Debe ser aplicada en unas 10 sesiones a lo largo de 6 meses como media, y se recomienda la
aplicacin de reconocimiento de pensamientos ansiognicos y de falta de confianza, bsqueda de
alternativas tiles y entrenamiento en acciones para resolucin de problemas, as como tcnicas para
mejorar el sueo.
En varios estudios realizados en atencin primaria con estas intervenciones apoyadas por
psiclogos los resultados fueron muy satisfactorios.
En lo que respecta al tratamiento integrado, que veremos ms a fondo en el siguiente captulo, el
TAG abordado de forma conjunta con tratamiento farmacolgico y TCC result positivo en atencin
primaria con una menor derivacin de pacientes a los especialistas a los seis meses.
Como principios generales se debe comenzar por unos buenos cimientos, haciendo un diagnstico
adecuado. Por lo general en primaria los cuadros son de intensidad leve o moderada y relacionados con
estresores psicosociales.
Por todo ello los principios generales sobre teraputica, para el mdico de primaria, se deben
enfocar a: aliviar los sntomas y aconsejar sobre solucin de problemas.
Se puede escoger entre una amplia batera de herramientas farmacolgicas, destacando:
benzodiacepinas, ISRS, antidepresivos duales, o pregabalina.
A diferencia de lo que se piensa puede que los trastornos de ansiedad en general, y los de ansiedad
generalizada en particular, sean ms complejos de tratar que los depresivos.
El CT debe fundamentarse en una actitud emptica con el paciente, usar un lenguaje claro, permitir
que exprese sus dudas, y saber calibrar los estresores, as como las respuestas a ellos.
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Si fracasaran las teraputicas descritas debe remitirse al paciente al especialista, entre otras cosas
por la tendencia a la encronizacin de estos trastornos, que sin resultar graves pueden mermar mucho la
calidad de vida de los pacientes.
Con frecuencia, a la hora de escoger el tratamiento se tiene en consideracin los sntomas o la
comorbilidad predominante, siendo los principales sntomas los somticos, la alteracin del sueo, o la
existencia de sntomas depresivos.
Si analizamos los primeros, debemos empezar a reconocer que los sntomas somticos son la queja
ms frecuente de los pacientes con TAG, y que responden mejor a la pregabalina y a la duloxetina. Los
trastornos del sueo remiten ms rpidamente con las benzodiacepinas, asociacin que frecuentemente se
debe hacer durante las primeras semanas de tratamiento, hasta que el ISRS o el frmaco dual hagan
efecto. Aqu la diferencia de la duloxetina la marca de nuevo su tolerabilidad y dosis, siendo tambin la
pregabalina un frmaco eficaz.
Los sntomas depresivos siempre exigirn la toma de un antidepresivo como tratamiento de
eleccin, con la salvedad de nuevo del uso de benzodiacepinas de forma sintomtica al inicio, si la clnica
as lo demanda.
Un tema de trascendental importancia es el de la duracin del tratamiento. En todos estos
trastornos, pero de forma especial en el TAG los tratamientos deben ser de por lo menos un ao, para
evitar las frecuentes recadas.
En la depresin. De nuevo tenemos que hacer referencia a las guas del sistema nacional de salud,
en este caso a la Gua de prctica clnica sobre el manejo de la depresin mayor en el adulto,
www.guiasalud.es/egpc/depresion/index.html, que establece en relacin a la psicoterapia que el TCC, o
la terapia interpersonal (TIP) como alternativa razonable, son eficaces en la depresin.
En las formas moderadas o incluso graves se deben aplicar entre 16 y 20 sesiones durante un
perodo de seis meses, y debe recomendarse un tratamiento farmacolgico que representa un tratamiento
de primera lnea, incluso los frmacos deben usarse en depresin leve si hay antecedentes de fases
depresivas moderadas o graves, u otra comorbilidad psiquitrica o mdica. Tambin si el paciente los
solicita, pues hay que reconocer que no todos los pacientes tienen la suficiente motivacin o tiempo para
hacer tal nmero de sesiones
Hay que hacer una evaluacin completa de los sntomas, para asegurar el diagnstico, y determinar
la intensidad. Es capital descartar las ideas de muerte y las ideas delirantes.
Un mdico de primaria debe saber manejar dos o tres de los ISRS, as como los antidepresivos
duales. Si se tiene un especial inters por el tema hay que conocer y saber manejar algn antidepresivo
con otros mecanismos de actuacin, como la mirtazipina.
A nivel del CT, con cierto inters y tiempo, el mdico de primaria podr ayudar al paciente; y si no
mejora entre cuatro y seis semanas debe ser remitido al especialista, que valorara la pauta, as como la
posible necesidad de una psicoterapia ms especfica con el psiclogo clnico.
En ambos (depresin y ansiedad). Como ya dijimos al principio del captulo, en la clnica se
presentan con frecuencia cuadros mixtos que nos pueden facilitar el abordaje farmacolgico, pues los
avances en el tratamiento de los trastornos afectivos y ansiosos siguen siendo una evidencia, incluyendo a
las molculas con efecto teraputico en depresin mayor y ansiedad generalizada, que aproximan la
realidad a la terica existencia de unas bases comunes en muchos trastornos afectivos y de ansiedad.
El tratamiento psicoteraputico sigue siendo una opcin de primer orden, y con frecuencia asociado
a un antidepresivo, con una salvedad, que las primeras semanas la pauta debe ser complementada con
ansiolticos.
En los ltimos aos se imponen nuevos frmacos para el abordaje de estos cuadros. En primer
lugar los ISRS, luego destacan los antidepresivos duales, con efecto sobre la serotonina y noradrenalina.
En este sentido la aparicin de frmacos como la venlafaxina, y de forma ms reciente una molcula
como la duloxetina ms fcil de usar, fueron dos armas poderosas para poder enfrentarnos con unos
frmacos eficaces a los padecimientos de nuestros pacientes depresivos y con ansiedad generalizada.
Tambin aqu con frecuencia se precisar del abordaje psicoteraputico, sobre todo en los
trastornos claramente reactivos a estresores psicosociales, que suelen ser los ms numerosos.
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Un tema que preocupa a los mdicos y los pacientes es el de la recada, pues el 50% de los
pacientes tienen un segundo episodio, y la recurrencia sube al 70% tras dos episodios y hasta el 90%
despus de tres. Con esas cifras de recadas una cuestin de capital importancia es el mantenimiento del
tratamiento durante un tiempo prolongado.
Aunque no hay reglas fijas se recomienda el mantener el tratamiento entre seis y doce meses tras la
recuperacin, as como el hacer un descenso progresivo del mismo y nunca la supresin brusca pues se
han descrito sndromes de supresin cuando se hace de forma brusca. En la prctica el tiempo medio de
los tratamientos es de un ao.
En los prximos captulos de la obra se tocaran con ms amplitud los trastornos depresivos y
ansiosos, pero desde un posicionamiento realista, con algo de base terica, pero con mucho componente
prctico, que pueda ayudar a aquellos compaeros que tratan a sus pacientes a diario, en zonas alejadas
donde la consulta de salud mental se encuentra a muchos kilmetros, y adems dan cita tras muchas
semanas de la peticin.
Resumiendo, compaeros que sufren a diario los frecuentes trastornos psicopatolgicos que
padecen sus pacientes, en una sociedad donde el estrs y otras circunstancias psicosociales (algunas de
ellas temporales y otras que han llegado para quedarse, dentro de los grandes cambios sociales
producidos) incrementan el sufrimiento y la tendencia a la angustia del ser humano.
Bibliografa
Chinchilla A. La depresin y sus mscaras. Madrid, Panamericana, 2008.
Cuesta L. Gua para el diagnstico y tratamiento de los trastornos psiquitricos en asistencia primaria. Barcelona: Editorial Glosa, 2003.
Lobo A, Campos R. Los trastornos de ansiedad en atencin primaria. Madrid: Emisa, 1997.
Vallejo J, Gast C. Trastornos afectivos: ansiedad y depresin. 2 ed. Barcelona: Masson, 2000.
Vzquez-Baquero JL. Psiquiatra en Atencin Primaria. Madrid: Biblioteca Aula Mdica, 1998.
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B. La medicacin y la psicoterapia en los trastornos depresivos y
ansiosos: el tratamiento integrado. El consejo teraputico en
atencin primaria.
El concepto de tratamiento integrado es confuso, aunque aqu lo entendemos como el
tratamiento de una problemtica clnica en el que se combina un tratamiento farmacolgico y uno
psicoteraputico.
Aunque parezca anecdtica esta forma de tratamiento tambin se conoce como tratamiento
dividido. Se entender mejor, lo que parece un juego de palabras, si se hace hincapi en que el nombre de
integrado se centra en la integracin de la psicoterapia y del frmaco, y el nombre de dividido en que lo llevan a cabo dos profesionales.
De cualquier forma, a partir de este punto le llamaremos tratamiento integrado.
Es evidente que dicho tratamiento podra darse por una sola persona, en este caso un psiquiatra
con buena formacin en psicoterapia, y en ese sentido queremos destacar la labor del Prof. Manuel
Gmez Beneyto, catedrtico de psiquiatra de la Universidad de Valencia y maestro de la mayora
psiquiatras, y algunos psiclogos, de nuestra clnica, ejemplo de psiquiatra integral.
La mayora de las veces por diversos motivos, entre ellos el que un buen nmero de psiquiatras
no tienen suficiente formacin en psicoterapia, el tratamiento integrado se lleva a cabo por dos
profesionales que trabajan, codo con codo, en una misma clnica, un mdico psiquiatra y un psiclogo
clnico.
Tambin sera, en algunos casos, posible hacer ese tratamiento entre dos profesionales que
trabajen en clnicas separadas, pero la necesidad de intercambiar informacin y opiniones de forma
frecuente, lo hace de hecho muy difcil, cuando no imposible.
Una vez realizada la aclaracin hay que resaltar que dicha forma de intervencin es
relativamente moderna, y que los primeros datos cientficos al respecto son de finales de la dcada de los
70, y proceden de EE.UU. Tambin en esa poca comenzamos nosotros a trabajar en esa lnea en nuestra
clnica.
En los treinta aos transcurridos desde estas primeras aportaciones, los datos que nos dan las
investigaciones en neurociencias, nos hacen entender como funciona el tratamiento integrado y qu es lo
que sucede dentro de esa compleja estructura que es el cerebro humano. Sirva de ejemplo que el
hipocampo que es vital para el aprendizaje y la memoria, produce clulas nuevas diariamente, y que la
psicoterapia, que al fin y al cabo es un proceso por medio del cual los pacientes adquieren nuevos
recursos para mejorar sus capacidades de afrontamiento, produce un cambio en la funcin y estructura
cerebral.
El trmino psicoterapia se utiliza hoy en muy diversas acepciones, una de las ms aceptadas
establece que se trata de un proceso de comunicacin interpersonal entre un profesional experto y un
paciente, que tiene como objeto producir cambios para mejorar su salud mental.
En dicha definicin se excluye a las intervenciones que persiguen otros objetivos como el
autoconocimiento, el desarrollo personal, o el acceso a otras experiencias ms o menos interesantes.
En ltimo lugar la psicoterapia supone la posibilidad de construir una visin del problema
presentado por el paciente, en el que ste aparece como implicado personalmente en el origen, el
mantenimiento, o las posibilidades de resolucin del mismo.
Llegados a este punto se podra hacer una crtica a la toma de medicacin, y de hecho algunos
integrstas entre los que se cuentan tanto mdicos psiquiatras como psiclogos clnicos, lo hicieron, y no nos engaemos lo hacen, aunque es una fraccin cada vez ms pequea.
Su argumento es que la medicacin fomenta una postura pasiva y dependiente en el paciente. Es
evidente que cualquier clnico, sea mdico o psiclogo, que se enfrenta al sufrimiento que los trastornos
depresivos y ansiosos producen, independientemente de su formacin, ser un defensor del uso de la
medicacin por la importante reduccin de sntomas que produce, por la mejora en las llamadas funciones
autnomas (memoria, pensamiento, atencin, y concentracin) y por aumentar la seguridad en la relacin
teraputica.
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En nuestra experiencia muchos pacientes no se beneficiaran del tratamiento psicoteraputico,
que puede ser el principal, sin la ayuda que les da el frmaco, el cual en ocasiones puede ser solamente
sintomtico.
Seguro que tambin se unirn a dicha opinin los miles de pacientes que recibieron un
tratamiento integrado y bien planificado tras un apropiado diagnstico.
El anlisis cientfico de los tratamientos de los trastornos depresivos y ansiosos con respecto a la
eficacia de lo psicoteraputico versus medicamentoso es difcil, en la mayora de los casos hay
importantes crticas metodolgicas que hacen sospechar que existe inters en que los resultados sean unos
u otros.
Frente a estos posicionamientos biolgicos o psicolgicos se encuentra el intermedio del
tratamiento integrado, que como todo punto de equilibrio es difcil de encontrar, entre otras cosas por
precisar una sintona entre profesionales que no es fcil de adquirir.
Solamente el reconocimiento de la complejidad de los trastornos psquicos, y sobre todo el
inters por la mejora de nuestros pacientes, as como la experiencia de muchos aos de ejercicio
interdisciplinar, permiten adquirir la experiencia y maestra necesaria, que repetimos, no es ms que la
mxima prueba de modestia de lo mucho que al respecto desconocemos todava.
Una forma de demostrar la eficacia de un tratamiento son los metaanlisis de estudios, en este
sentido en la actualidad existe total evidencia de la mayor eficacia del tratamiento integrado. As tanto en
los cuadros depresivos como ansiosos, en su globalidad, con inclusin de todas las categoras diagnsticas
del DSM-IV TR, result mejor. Sin duda hay estudios en los cuales la farmacoterapia fue igual o mejor
(los llamados cuadros ms graves y endgenos) frente la psicoterapia (cuadros ms leves y reactivos).
De cualquier forma hay que recordar que los trminos de endgenos o reactivos (con la salvedad
de los trastornos adaptativos) no se utilizan, aunque en la prctica son conceptos que tenemos
interiorizados los clnicos que llevamos muchos aos en el campo asistencial.
Por lo general el tratamiento integrado es ofrecido por el mdico, por lo menos en nuestra
clnica, pues la inmensa mayora de los pacientes piden visita mdica.
De cualquier forma una vez iniciado, tanto el mdico como el psiclogo deben tener un buen
conocimiento del papel que juega el tratamiento del otro, y poder responder de forma puntual, sobre las
dudas, y tambin hay que decirlo, miedos del paciente. As veremos en el ltimo captulo de nuestro libro
cmo las personas tienen miedos infundados y prejuicios sobre lo que les pasa, y sobre la terapia. Y estas
dudas frecuentemente son incrementadas por algn vecino, conocido o amigo que terminar de confundir,
para perjuicio del propio interesado que puede iniciar un largo y doloroso camino de bsqueda de la
terapia milagrosa, que le puede llevar al empeoramiento, cuando no desesperanza o encronizacin.
Tambin es primordial que el conocimiento de la evolucin del tratamiento psicoteraputico por
parte del mdico sea frecuente, y sobre todo cuando tenga que pasar la visita de control, pues la opinin
del psiclogo ser una parte importante de la determinacin teraputica que tome el mdico sobre el
mantenimiento, la bajada, o el cambio de pauta; que a su vez tendr que ser explicada al paciente.
Hay que resaltar que ningn tratamiento resultar efectivo sin una franca relacin emptica con
ambos profesionales, y adems el mdico debe estar preparado para responder, o incluso explicar aunque
no se le pregunte, sobre el tiempo de latencia (tema capital que retomaremos), los efectos secundarios, las
dosis, el tiempo de la toma de tratamiento, el miedo a la dependencia, y otros temas que pueden llegar a
agobiar al paciente. Algunos de estos temas sern abordados en un prximo apartado contestando a las
dudas y cuestiones planteadas por nuestros pacientes.
Con frecuencia es preciso utilizar escalas de evaluacin (en nuestra clnica la Hamilton de
ansiedad y la Beck de depresin) que permiten objetivar psicomtricamente la evolucin del cuadro.
El tratamiento integrado llega a ser tal (de una forma plena) cuando una parte del mismo se
centra en el conocido como enfoque teraputico cognitivo para el cumplimiento farmacolgico.
Esto es especialmente importante cuando se descubre, en estudios de principios del ao dos mil,
que entre un 50 y un 60% de los pacientes es, al menos, incumplidor. En este sentido se ha defendido la
terapia cognitiva como idnea para mejorar el cumplimiento farmacolgico.
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Entre los factores del incumplimiento se encuentran: la calidad de la relacin teraputica, los
efectos secundarios, ausencia de marcado malestar, y desconocimiento de los riesgos que se corre si el
proceso contina.
Es evidente que a este nivel el papel del psiclogo es primordial, pues tiene mayor nmero de visitas y de
mayor duracin, que las que tiene el mdico.
Aunque el tratamiento integrado debera estar inmerso en todos los niveles de intervencin, en la
prctica solamente se hace a nivel ambulatorio, y curiosamente ms en el sector pblico que en el
privado, donde la integracin del psiclogo es, trabajando codo con codo con el mdico, la norma habitual.
A nivel privado es relativamente reciente y parcial, ya que la mayora de los psiclogos privados
trabajan en Gabinetes con otros psiclogos. Hay que resaltar que muchos de estos Gabinetes suelen tratar
problemas de ndole menor (autoestima, problemas de pareja, timidez, ansiedad y depresin leves.) y raramente entidades clnicas de cierto calado, lo cual dificulta a sus integrantes el formarse en el
tratamiento integrado.
Es evidente que hasta la aparicin del sistema PIR el psiclogo con inquietudes se formaba a
travs de una serie de Masters y Cursos en los que la prctica clnica era escasa, y de baja calidad, cuando
no nula. Casi todo era teora.
El sistema PIR permiti realizar una formacin realista, en la que el psiclogo residente con una
prctica supervisada se forma viendo, y tratando en equipo a multitud de casos en consultas ambulatorias,
unidades de hospitalizacin, tanto de infanto-juvenil como de adultos, incluyendo especialidades como
neurologa, trastornos adictivos, alimentarios, etc.
Frente al sistema PIR, algunos profesionales de la Psicologa optaron por integrarse en clnicas,
donde, como es nuestro caso, se hacen cientos de primeras visitas al ao de pacientes que cubren todo el
espectro de la psicopatologa con una gran presentacin de los trastornos depresivos y ansiosos.
En este sentido la Clnica del Sistema Nervioso fue pionera hace veinte aos pues realiz una apuesta de
integracin, mucho antes que la psicologa fuese reconocida como carrera sanitaria, incluso cuando
muchos psiclogos seguan apostando por un modelo psicosocial frente a una psiquiatra que se debata
entre dos polos, el psicobiolgico y el psicosocial.
Afortunadamente estos enfrentamientos se encuentran superados y hoy en da, menos algn
pequeo grupo inamovible, cualquier clnico abandon los modelos de escuela, para aceptar un
tratamiento integrado, basado en la realidad clnica, dentro de la llamada evidencia cientfica.
Una vez revisada la historia que nos permite entender el retraso de la implantacin del
tratamiento integrado, se hara un flaco favor al mismo si no se reconoce que tiene sus dificultades, y
vamos a revisarlas:
1- En primer lugar, que se produzca un conflicto con respecto a quin es el gestor del caso. Si el
problema que presenta el paciente es solamente de psicoterapia, se deriva al psiclogo y tema
solucionado. No procede el tratamiento integrado. En algunos casos graves la ayuda del
psiclogo es muy limitada y tampoco se presenta problema, pero muchos casos (la mayora de
los trastornos depresivos y ansiosos) se encuentran en tierra de nadie, o de todos. Aqu es donde pueden surgir dificultades con el tratamiento integrado. En principio, en nuestra clnica el
mdico ejerce, por lo general, como gestor del caso, aunque el psiclogo le ve ms veces. El
entendimiento entre los profesionales es la norma, y el beneficio del paciente el fin, por lo cual
se superan facilmente las posibles diferencias. Tambin es verdad que hay un sesgo de seleccin
que hace que nuestros pacientes tengan un nivel de afectacin medio-alto, que muchos ya han
pasado por manos de otros psiclogos, y que buscan en nuestra clnica el tratamiento mdico
farmacolgico, o el integrado.
2- Para evitar el punto uno, es primordial la comunicacin, ya sea personalmente, por telfono, a
travs de notas, o por correo electrnico. Lo ms importante de la comunicacin es la
repercusin de la misma en la terapia, y la nica forma de mantener un nivel adecuado de
comunicacin es trabajar en el mismo espacio fsico, e incluso compartir la misma secretaria,
que tambin es una persona importante en los canales de comunicacin de una clnica.
3-No olvidemos que en un trabajo como el nuestro, hasta los ms pequeos detalles repercuten
en el resultado final, pues pueden provocar problemas de transferencia y contratransferencia. En
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ocasiones el derivar el mdico al psiclogo puede ocasionar en el paciente angustia y que llegue
a pensar en cierto rechazo o cansancio del mdico. Lo mismo se podra decir en el caso
contrario, cuando el psiclogo deriva al mdico, y el paciente piense que se cans de l, o peor
todava que tiene un desequilibrio qumico. Todas estas cuestiones tienen que ser tratadas con especial esmero para evitar que en vez de ayudar acabemos perjudicando a los pacientes.
Tambin se han aportado otros elementos de juicio que dificultan el tratamiento integrado. As
los posibles efectos negativos de la medicacin sobre la psicoterapia seran por la reduccin de sntomas
que conllevara una posible bajada de la motivacin
para la psicoterapia, y en otro sentido, pero tambin hay que decirlo, como posibles efectos negativos de
la psicoterapia se apunta, sobre todo, el incremento de costos.
Creemos que ambos argumentos son ticamente muy discutibles por diversas razones y que no
debemos entrar en ellos.
La evidencia a favor de la superioridad del tratamiento integrado de muchos trastornos, entre
ellos un buen porcentaje de los trastornos depresivos y ansiosos, se han discutido y estn por dilucidar los
mecanismos (adicin, sinergia, facilitacin) y las condiciones en que se produce.
De cualquier forma dicha evidencia se basa, en la opinin de algunos autores en: a) La
medicacin puede facilitar el acceso psicoteraputico, a travs de mejorar las expectativas, actitudes y
estigmatizacin. b) La psicoterapia puede facilitar la adherencia y adaptacin al tratamiento
farmacolgico. c) La psicoterapia puede constituir en realidad un abordaje rehabilitador complementario
del tratamiento farmacolgico en algunos casos, y en otros ser al revs el orden jerrquico.
Ahora bien el componente psicoteraputico del tratamiento integrado con frecuencia no es fcil.
Aunque el psiclogo sea la parte que soporta mayor peso asistencial sobre el caso se dan una serie de
circunstancias, tanto en el ejercicio pblico como privado, que hay que tener en cuenta.
En lo pblico, el paciente tiene que acudir al centro de salud mental a lo largo de 20 sesiones,
son consultas por la maana que interfieren el trabajo habitual, que obligan a desplazamientos en
ocasiones largos. Adems la psicoterapia exige un cierto esfuerzo, y por lo general cuando empieza a
producirse una franca mejora del cuadro con el frmaco (entre tres y cinco semanas) el paciente puede
perder cierto inters en continuar. En lo privado, a lo dicho hay que aadir un coste econmico que hace
bajar an ms la motivacin.
Aqu es cuando la labor de equipo debe aflorar, y tanto el mdico como el psiclogo deben
apoyar dicho tratamiento, con la salvedad de que con frecuencia si no hay ms psicopatologa que la
afectiva y ansiosa, el nmero de visitas puede ser menor, as como la frecuencia. En esta lnea hay una
clara divergencia entre la realidad clnica de los que hacemos tratamiento integrado en la prctica
cotidiana y lo que se lee en algunos trabajos, tanto de base biolgica como psicoteraputica, que tratan
con muestras muy sesgadas y que son para defender, en buena medida, los planteamientos tericos de los
autores.
Llegados al nivel del captulo donde nos encontramos, se ve que el tratamiento integrado precisa
de algo, que ya nombramos pero que hay que resaltar pues es capital, la comunicacin.
Si algo debe saber un mdico o un psiclogo que trabaje con pacientes depresivos y ansiosos es
saber comunicar. Los profesionales sanitarios invertimos entre el 85 y el 90% del tiempo (y el tiempo es
oro) en comunicarnos con nuestros pacientes o compaeros.
Se establece que la comunicacin es buena para el paciente y para el profesional.
En el caso del paciente mejora su satisfaccin, tambin el cumplimiento teraputico y el pronstico.
Recordemos que sobre un 50% de los pacientes no siguen de forma adecuada el tratamiento, y eso es por
lo general por falta de confianza, la cual se relaciona de forma importante con la capacidad de comunicar
y de empatizar con el paciente. De saber ponerse en el lugar del otro, en definitiva dejar que acten las
recientemente descubiertas neuronas en espejo. En efecto, si no se toma de forma adecuada, y para ello
hay que saber comunicar con el paciente.
Tambin el profesional se beneficiar de una buena capacidad de comunicacin, pues aumenta
la satisfaccin personal, protege del sndrome del quemado, y disminuye los conflictos y demandas.
El problema es que aunque se puede mejorar, la capacidad de comunicacin, como otras muchas
capacidades de gran importancia en nuestro trabajo, tiene algo de caracterial y personal. Siempre existir
quien tenga ms y mejor capacidad de comunicacin que otros, peor dotados a ese nivel.
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Para pasar del campo terico al prctico vamos ya a realizar la formulacin e implementacin de
un plan de tratamiento, y para ello usaremos como modelo de intervencin los cuadros depresivos-
ansiosos, pues en los siguientes captulos del libro se podrn ver de forma separada ambos grupos de
trastornos. Aqu los veremos de forma unitaria y global.
La cuestin de las relaciones entre la ansiedad y la depresin tiene unas dimensiones pronsticas
y teraputicas que sobrepasan el nivel terico. No es raro observar depresiones con una gran carga de
ansiedad o cuadros ansiosos acompaados de sintomatologa depresiva.
A nivel clnico se han establecido tres respuestas tericas:
a) que sea un modelo unitario, en el que ambos trastornos difieren cuantitativamente,
b) el modelo pluralista, que se inclina por una diferencia cualitativa.
c) el modelo mixto que defiende un sndrome especfico y diferenciado del sndrome depresivo y
del sndrome ansioso.
Es evidente que las clasificaciones nosolgicas tienen su utilidad, pero en la prctica el
solapamiento de sntomas es frecuente, por lo que el humor depresivo no es raro en los estados de
ansiedad y viceversa.
Incluso la estabilidad del diagnstico es dbil, sobre todo por la cuarta parte de pacientes con
cuadros ansiosos que terminan en trastornos depresivos.
Lo que es sumamente frecuente son las marcadas relaciones clnicas entre la ansiedad y la
depresin, especialmente en lo que concierne a las crisis de angustia y los trastornos depresivos, ya que
la vinculacin con la ansiedad generalizada precisa mayor delimitacin y estudios ms especficos.
Las diferencias entre las depresiones puras y las relacionadas con crisis de angustia es
importante, pues aunque por lo general las primeras pueden tener mayor gravedad, tambin presentan
mayor porcentaje de curacin.
A modo de conclusin, el tratamiento integrado en psiquiatra parece conservar los beneficios de
cualquiera de las dos formas de monoterapia. As la farmacoterapia produce reducciones rpidas y fiables
del malestar en la fase aguda del trastorno, y suprime la recada durante la fase de continuacin; mientras
que la psicoterapia va potenciando los cambios necesarios y tambin potencia el funcionamiento social.
Con frecuencia la combinacin de ambos tratamiento est indicada de forma especial en los
pacientes donde los rasgos de personalidad premrbidos sean significativos, as como en aquellos que se
objetiven desencadenantes psicosociales claros.
Por ltimo, en aquellos en los que el tratamiento nico no termina de dar una respuesta
satisfactoria.
Es un campo todava reciente pero parece que, frente a los doctrinalismos de escuela se
impondrn las concepciones eclctico-integradoras que permitirn ajustar el tipo de tratamiento a las
caractersticas especficas de cada paciente, y el tratamiento integrado con las dos modalidades, frmaco y
psicoterapia, lejos de competir entre s, se complementen en un importante porcentaje de los pacientes
depresivos y/o ansiosos.
Es posible que para ello los actuales sistemas de clasificacin y el concepto mismo de
enfermedad deban ser revisados a modelos ms dimensionales que categoriales.
Frente al tratamiento integrado de los especialistas, el mdico de primaria puede hacer, y de
hecho muchos lo hacen desde hace infinidad de aos, un abordaje de las patologas psiquitricas
moderadas y leves, entre ellas las depresivas y ansiosas, con tratamiento parecido al integrado a travs del
couselling, o consejo teraputico (C.T).
El C.T no es ms, ni menos, que escuchar con especial atencin al paciente y ayudar a dar
sentido a su angustia, con el empleo de explicaciones; desarrollando una alianza teraputica con el
paciente, aceptndolo, comprendindolo y empatizando con su situacin.
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El C.T por parte del mdico de primaria, forma parte de un cambio de modelo, que en cierta
medida es nuevo, pero tambin tiene mucho de vuelta a los orgenes. As en los ltimos aos la formacin
enfatiza que la actuacin mdica debe de cambiar de un abordaje centrado en el mdico, al centrado en el
paciente.
Un tratamiento centrado en el paciente pretende explorar el problema real, prestando ms
atencin a las inquietudes del paciente, a sus preocupaciones, y a sus teoras sobre su enfermedad.
Todo ello se traducir en una mejor comunicacin mdico- paciente ( nuevamente sale la
comunicacin como factor clave), que llevar a una mejor cumplimentacin del tratamiento, satisfaccin,
y a la postre, estado de salud.
Se han determinado como tcnicas bsicas para el C.T las siguientes:
- Capacidad de escuchar con sensibilidad.
- Capacidad de responder a los mensajes verbales y no verbales.
- Calor humano y sentir preocupacin por los problemas de los dems.
- Empata.
- Sinceridad.
Cada da hay ms evidencia que el tratamiento de los trastornos psquicos no debe nicamente
estar dirigido a los sntomas mediante el uso de medicamentos, pues aunque los frmacos sean muy
efectivos, el C.T puede incidir de forma muy positiva en la resolucin de los problemas sociales y
psicolgicos asociados.
Se puede emplear con efectividad un amplio nmero de abordajes de C.T para ayudar a los
pacientes durante un periodo conflictivo, o para que entiendan y sepan afrontar un problema puntual.
Se han descrito los principales problemas que en primaria pueden ser objeto de tratamiento con
el C.T, y que a modo de resumen seran:
-Ajustes a prdidas o duelos.
-Ajustes a enfermedades fsicas, agudas y graves; o crnicas y con discapacidad.
-Ajustes a otros acontecimientos vitales.
-Ciertos problemas de relacin.
-Depresin entre leve y moderada.
-Ansiedad o estrs situacional.
Como pudimos ver el mdico de primaria que tenga inters por el tema del tratamiento integrado
en muchos de los trastornos depresivos y ansiosos, podr a travs del C.T, ayudar a sus pacientes con
garantas de estar aplicando un tratamiento que en la actualidad se considera como el ms idneo.
El problema por lo general no ser de preparacin o de ganas de hacerlo, el grave problema es la
falta de tiempo.
Bibliografa
Key J. tratamiento integrado en los trastornos psiquitricos. Barcelona: Ars Mdica, 2002.
Chinchilla A. La depresin y sus mscaras. Madrid, Panamericana, 2008.
Cuesta L. Gua para el diagnstico y tratamiento de los trastornos psiquitricos en asistencia primaria. Barcelona: Editorial Glosa, 2003.
Lobo A, Campos R. Los trastornos de ansiedad en atencin primaria. Madrid: Emisa, 1997.
Vzquez-Baquero JL. Psiquiatra en Atencin Primaria. Madrid: Biblioteca Aula Mdica, 1998.
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C.1. Clnica de los Trastornos Depresivos: sintomatologa,
epidemiologa, evolucin y tratamiento
De entre todos los trastornos mentales que hemos pretendido abordar de una forma breve y
sencilla en este libro, son los trastornos depresivos lo ms importantes por su frecuencia y por el
sufrimiento que generan a nuestros pacientes.
Como se especifica en el subttulo, hemos dividido el captulo es varios apartados. Inicialmente
haremos una pequea resea de la prevalencia de estos trastornos, continuando con las causas que pueden
provocar en una persona la aparicin de sntomas depresivos. Aunque pretendemos ser breves, hemos
considerado que es importante destacar las causas, entre otros aspectos porque la culpabilidad debe
siempre abordarse, y en la depresin no hay personas culpables, sino aspectos biolgicos, psicolgicos y
sociales del paciente, su familia y su entorno que pueden haber intervenido. Posteriormente haremos una
pequea resea de cuales son los sntomas y la forma de poder llegar a un diagnstico, no slo para
profesionales de atencin primaria sino tambin para los propios pacientes y familiares, que deben
aprender a reconocer una recada. Por ltimo destacaremos los tratamientos generales de la depresin,
tanto los psicolgicos (terapia) como los farmacolgicos, pero desde una perspectiva integradora.
Consideramos los autores de esta obra, que somos los profesionales que en la fecha de la publicacin
trabajamos en el mismo equipo, que el tratamiento siempre debe integrar la psicoterapia y la
farmacoterapia, es decir la mente y el cerebro.
C.1.1. Epidemiologa En nuestro medio, segn el estudio europeo de epidemiologa de las enfermedades mentales, los
trastornos afectivos son muy frecuentes en la poblacin general con una prevalencia a lo largo de la vida
del 10,4% y una prevalencia anual del 4,0%. Por lo tanto, en un momento dado en Espaa hay unos dos
millones de individuos con depresin. Las cifras de prevalencia tanto si consideramos a lo largo de la vida
como en un ao en concreto, son el doble para las mujeres que para los hombres. Es decir, una de cada 6
mujeres y uno de cada doce hombres experimentarn un trastorno depresivo a lo largo de su vida.
Habitualmente la edad de inicio de la depresin se sita entre los 20 y los 40 aos, siendo adems ms
frecuente (entre 1,5 y 3 veces) en aquellos sujetos con antecedentes familiares de depresin. Por otro lado
tambin se ha observado que la depresin es ms comn entre personas separadas, viudas y divorciadas,
si bien son los varones casados presentan menor riesgo que los que nunca se han casado, mientras que las
mujeres casadas presentan mayores tasas que las que nunca se han casado.
La elevada frecuencia con que se dan las depresiones se refleja en que aproximadamente el 10%
de consultas de adultos y el 15% de las de ancianos al Mdico de Atencin Primaria estn relacionadas
con la depresin. La depresin se asocia con ms frecuencia a otras enfermedades mentales y mdicas y
de hecho con frecuencia la consulta est motivada por dolor, problemas de sueo, problemas
gastrointestinales o irritabilidad que en realidad est enmascarando la depresin o el trastorno de
ansiedad. Muchos pacientes con trastornos de ansiedad tales como el trastorno por estrs postraumtico,
el trastorno por crisis de angustia, el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno obsesivo compulsivo
y la fobia social tienen adems una depresin. Entre los pacientes con trastorno por estrs postraumtico,
un 48% sufrirn un trastorno depresivo en algn momento de su vida. As mismo, ms del 65% de los
pacientes con crisis de pnico tendrn tambin un episodio depresivo. Entre los pacientes con un trastorno
de ansiedad generalizada, el 42% tendrn un episodio depresivo en su vida. Aproximadamente 67% de
enfermos con trastorno obsesivo compulsivo tendrn tambin una depresin y entre los pacientes con
fobia social del 34% al 70% podrn experimentar un episodio depresivo.
Es importante tener en cuenta que la mayora de pacientes con depresin van a presentar al menos
otro episodio depresivo a lo largo de su vida. De hecho, el riesgo de recidiva de la depresin aumenta
progresivamente con cada nuevo episodio depresivo de tal modo que incluso una vez tratados, el riesgo
de recurrencia de un nuevo episodio es del 50% tras un primer episodio, mientras que el riesgo asciende
al 70% tras dos episodios y al 90% tras 3 episodios. Esto es de gran importancia de cara a la prevencin,
mxime considerando que el riesgo de recada disminuye a medida que se alarga el tiempo de remisin, y
a la identificacin precoz de los primeros sntomas de una recada. Finalmente, es importante tener en
cuenta que en la actualidad la depresin es considerada por la Organizacin Mundial de la Salud como la
cuarta enfermedad causante de discapacidad en el mundo y para el 2020 las estimaciones es que sea ya la
segunda causa, por lo que se ha convertido en una de las enfermedades que con ms frecuencia
encontramos en atencin primaria y en las consultas privadas de salud mental.
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C.1.2. Etiologa de los trastornos depresivos
Muchos factores pueden contribuir a la aparicin de depresin. Para algunas personas, un
nmero de factores parecen estar involucrados, mientras que para otras, un solo factor puede causar la
enfermedad. En algunas ocasiones, la gente se puede deprimir sin ninguna razn aparente. Sin embargo,
la ciencia, a travs de nmeros estudios defiende, como nosotros opinamos, que la depresin en una
enfermedad mental con factores biolgicos, psicolgicos y sociales, en ocasiones propios del pacientes
pero en otras con influencias del entorno.
A continuacin hacemos referencia a algunos de estos factores, recomendando actuar
especficamente sobre cada uno de ellos cuando es detectado, y por qu no?, hacer partcipe al paciente
de ellos, si creemos en la alianza teraputica. Los principales factores son:
- Biolgicos: la depresin est originada por un desequilibrio de los neurotransmisores, especialmente serotonina, noradrenalina y en menor medida la dopamina. Est demostrado
que cuando estamos deprimidos tenemos ese desequilibrio y que cuando tomamos la
medicacin adecuada, los neurotransmisores se equilibran y nuestro estado de nimo
cambia. Estos aspectos sern explicados de forma ms amplia en el apartado de tratamiento
farmacolgico, para facilitar la comprensin de los mecanismos de accin de los
antidepresivos.
- Cognitivos: Individuos con patrones negativos del pensamiento y baja autoestima tienen ms posibilidades de desarrollar depresin. Existe una distorsin cognitiva, en la que el
depresivo distorsiona la realidad vindose de forma negativa as mismo, al mundo y el
futuro.
- Gnero: Tal y como hemos especificado en el apartado de epidemiologa, las mujeres sufren de depresin en un ndice que es casi el doble que los hombres. las razones de eso no estn
todava muy claras, se incluyen los cambios hormonales por los cuales pasan las mujeres
durante la menstruacin, el embarazo, puerperio y menopausia.
- Enfermedad Orgnica: La depresin clnica tiende a ocurrir a la par de ciertas enfermedades, como las del corazn, cncer, Parkinson, diabetes, Alzheimer y desrdenes hormonales.
- Medicamentos: algunos medicamentos pueden ocasionar depresin como efecto secundario, por ejemplo los corticoides.
- Gentica: Historia familiar de depresin clnica aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad.
- Situacional: Eventos difciles en la vida (divorcio, problemas financieros, muerte de un ser querido) pueden contribuir a la depresin.
C.1.3. Sintomatologa y Clnica
Todo el mundo parece tener una idea de en qu consiste la depresin. Su cercana y su frecuencia
hacen que haya un conocimiento bastante acertado de esta enfermedad mental. Sin embargo,
consideramos oportuno la descripcin de alguno de los sntomas ms caractersticos:
Tristeza patolgica: Se diferencia de la tristeza (que puede ser un estado de nimo normal como la alegra), cuando alcanza un nivel tal que interfiere negativamente en la vida cotidiana, tanto en lo social como en lo familiar y lo personal. Aparece sin motivos o tras un acontecimiento significativo. Es una sensacin muy profunda, en el que el paciente se siente, tal como si hubiera perdido el sabor, el placer de vivir. Se considera incapaz de brindar amor o afecto, lo cual aumenta sus sentimientos de culpa.
Desgana y anhedonia: el sujeto se torna aptico, no tiene ganas de nada (en ocasiones ni siquiera de vivir) y nada le procura placer. En lo sexual, se llega a una acusada disminucin de las relaciones sexuales; tambin disminuye y tiende a desaparecer el placer en el trabajo, en el deporte y en los juegos, y otras actividades que anteriormente le eran gratificantes.
Ansiedad: es la acompaante habitual del deprimido, que experimenta una extraa desazn, como un trasfondo constante.
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Insomnio: al paciente le cuesta conciliar el sueo y, adems, se despierta temprano e irritable. En algunos casos, que constituyen minora, puede presentarse la hipersomnia (exceso de horas de sueo).
Alteraciones del pensamiento: imagina tener enfermedades de todo tipo; surgen ideas derrotistas, fuertes sentimientos de culpa, obsesiones. El pensamiento sigue un curso lento, la memoria se debilita y la distraccin se torna frecuente.
Alteraciones somticas: por lo comn surgen dolores crnicos (musculares en cuello y espalda, etc). Se experimenta una persistente sensacin de fatiga o cansancio.
Alteraciones del comportamiento: el paciente tiene la sensacin de vivir arrinconado, rumiando sus pensamientos. Puede estar quieto, de manos cruzadas, o explotar en violentas crisis de angustia o en ataques de llanto por motivos insignificantes. Le resulta difcil tomar decisiones y disminuye su rendimiento en el trabajo.
Modificaciones del apetito y del peso: la mayora de los pacientes pierde el apetito y, en consecuencia, provoca la disminucin de peso.
Culpa excesiva: siente con exceso la carga de una culpa inexistente, lo cual puede desembocar en delirios, que en ocasiones pueden ser de ruina (estar convencido de que est arruinado sin ser cierto).
Pensamiento suicida: los pacientes presentan una preocupacin exagerada por la muerte y alimentan sentimientos autodestructivos.
Disminucin de la energa: se produce un cansancio injustificado, a veces con variaciones durante el da, muy a menudo ms acentuado por la maana. Las personas afectadas de depresin suelen sentirse ms fatigadas por la maana que por la tarde.
El rtulo de Trastorno Depresivo, es coincidente con una de las subcategoras de los trastornos
del estado de nimo recogidos en el manual de clasificacin de enfermedades mentales DSM-IV-TR. En
este manual se remarca que la caracterstica fundamental sintomtica de los trastornos depresivos viene
determinada por el denominado Episodio Depresivo Mayor, cuyos criterios son:
A. Presencia de cinco (o ms) de los siguientes sntomas durante un perodo de 2 semanas, que
representan un cambio respecto a la actividad previa; uno de los sntomas debe ser: estado de
nimo depresivo o prdida de inters o de la capacidad para el placer.
1. Estado de nimo depresivo la mayor parte del da, casi cada da segn lo indica el
propio sujeto (p. ej., se siente triste o vaco) o la observacin realizada por otros (p. ej.,
llanto).
2. Disminucin acusada del inters o de la capacidad para el placer en todas o casi todas
las actividades, la mayor parte del da, casi cada da (segn refiere el propio sujeto u
observan los dems)
3. Prdida importante de peso sin hacer rgimen o aumento de peso (p. ej., un cambio de
ms del 5 % del peso corporal en 1 mes), o prdida o aumento del apetito casi cada da.
4. Insomnio o hipersomnia casi cada da.
5. Agitacin o enlentecimiento psicomotores casi cada da (observable po