LIBRO CUARTO. - Universidad Nacional de Colombia...
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LIBRO CUARTO.
CAPITTJLO X.
Segunda rnanion en Ciiinatu.. - TctiiLi!orcs detierra. -Meteoros extraordinarios.
Los preparativospreparativos de toda especie que exiia lanavigzicion que deblainos emprender N» el Ori-noco y el rio Negro, nos obligSron á permanecer
uu mes en Cumaná. Era necesario elejir los
instrumentos mas fáciles á transportar en canoas
estrechas; reunir fondos para un viage de diez
Bieses, en lo interior de aquellas tierras, y enun pais sin comunicacioci con las costas. Cuino
ja cicterminadon astronómica de aquellos pun-
tos, era el mas importante objeto de nuestra
ernprésa, tenia yo un gran interesen no faltar.a observacion de un eclipse de sol, que debia
verificarse visiblemente t fines del mes de octu
58 LJP.R0 Iv.
bre , y preferia quedarme hasta esta época enC untan a , donde el ciclo es orct ¡ nana meute bello
' sereno. Ya no era tiempo (le dinijirse á las
orillas del Orinoco, y el alto valle de Caracas se
ofrecía menos faorahk á causa tic l os vapores
que se acumulanu Jan al rededor de las motitaüas
inmediatas. Fijando Cori precision la longitud de
Cuman:i tenía un punto céntrico para las deter-
minaciones eronorint ricas las ¿inicas sobre las
cuales podia contar, cuando no ¡nc deteula lo
bastante para tomardistauucias lunares ¿u observar
los satéiites de Jupiter.El 26 de ociubre me hallaba á la cinen de la
maÑana sobre el terrado de nuestra casa prepa-ranidorne 5 la observacion del eclipse el cielo
estaba hermoso y despejado; la media luna de
Ventis Y la couustcltaeion del Navio, tan ruidosa
por la proximidad de sus inmensas nebulosas
se perdióron á los priiiieros rayos del sol naciente.
Hice una completa observacion del progreso ydel liii del eclipse, determiné la distancia cli, los
cuernos ó las dilerencias de alturas yde azimuili
por el ¡)350 entre los hilos del cuarto de circulo
i:PiTItLo X. 159
rl fin del ccli pse era á las a lf' 25 Al . ticuilio
Medio de Cuniraia.Los dias anteriores y siguientes al eclipse (le
sol, ofreciéron fenómenos fltmOféricos mu y no-tables. Desde el ¡o d, octubrero hasta ci 5 de ti(>-viembro. á la entrada de la noche se levantabasobre l horizonte unapor rojo, que cubría enpocos minutos la bóveda azulada del ciclo, conun velo mas 4 ineuo cpeso. El ¡8 tic octubre,ten ian estas nubes ti mt:i transparencia La u extra-ordinaria que no ocultaban las estrellas delai arto grandor, que centelleaban en todas altu-ras. cuino dt'spues Cj e IIiI Iltivia (Ir tCtTipCSti(l.Desde el 28 de octubre al 3 de noviembre, fué
mas espesa la niebla roja de lo que babia sidohasta CI) tonces el calor de las noches
itisoportalile,auricj tic. el termómetro noseeleval,anias de 26*; la brisa que, gctzieralincute. refresca
el aire desde lis ocho 6 las nueve de la noche,no se hacia scittii' ¡tada al >so lutamciite. La al ti) ós-
fera pareen encendida; y la tierra seca y polvorosase quebraba por 1 odas parte.'.
El . de iwviem 1) re, sobre las dos de la tarde,
tinos gruesos nitljiadus extracirdinarianiente fle-
160 LIBRO IV.
gros, envolviéron las altas niontafias del Bergan
liii y del Taracual, y se exiendiéron poco A poco
hasta el 2énit. 1-lácia las cuatro se oyú el trueno
sobre nosotros, ñ una altura inmensa, sin redo-
blablemento y con golpes secos '.' á veces Inter-rumpidos. Al momento de la mas fuerte expio-
sion eléctrica á las 4h 12', hubo (las sacudimien-
tos de terremoto, que se sucedieron á t se-
gundos uno (le otro. El pueblo clamaba en al tos
gritos por las calles : M. Boupland que estaba
inclinado sobre una mesa para examinar algu-
nas plantas, estuvo casi derribado; yo no té elmovimiento con mucha fuerza á pesar (le que
estaba tendido en tiria ha ni aca.La explosiori se ditijia de norte á sud lo que
es iiiiiv raro cii Curnani algunos esclavos que
sacaban agua (le UIt J)OZO de diez y ocho á veinte
pies (le profundidad , cerca del Bio Manzanares,ovéron un ruido , semejante á la ex jilosiori tic
una carga de pi1vora, y que parecia venir del
fondo del pozo; fenómeno bien singular, peroque es muy frecuente en la mayor parte de lospaises de la América que estari expuestos ú tem-
blores de tierra. Algunos minutos antes del pri-
CAPLTULO X.
¡ticE sacudimiento, hubo un golpe de viento
muy fuerte, it que se siguió una lluvia eléctricaea gotas gruesas. El cielo se mantuvo cubierto,
y el viento fué.seguido de itria calma Pesada queduró toda la noche.
El sol a) momento de ponerse, presentó unespee tiw.nlo (le una znugn 1 fi cencia cxt raord ¡ nana
cerca del horizonte, se desgarró en fajas el es-peso velo de ¡atibes, y apareció el astro á 12° dealtura, en un fondo azul índigo su disco estabaextraordinariamente ensanchado, desfigurado yondeando por las extretatidades. Las nubes do-radas .y los manojos de rayos divergentes quereflectaban los herniosos colores del iris, se cx-teiitljzin hasta el medio del cielo. Hubo ¡iii nú-nieroso concurso de gentes en la plaza pública;este fenómeno, el temblor de tierra, el truenoque le ijubia acompañado, y el vapor rojo quese vda. hacia tantos dias, todo fué mirado corno
efecto del eclipse.En la atoche del 5 al 4 de noviembre fué tan
espesa la niebla roja, que no pude distinguir ellugar donde estaba colocada la luna sirio por unbello Italo de 20° de diámetro. Apenas habla
U. 11
162 LBRO IV.
veinle y•dos meses que la ciudad de Ctiniatiáliahia sido casi enteramente destruida por un
terremoto. El pueblo mirabh los
vapores quecm pa habati ' ci huri/on te , y la fbi La de brisasdurante la noche, como ptOhY)StiCØs infalible-mente siniestros. La inquietud fu é, sobre todomasgEaridc y general, cuando ci 5 de noviembreexactamente á la misma hora quc el din ante-
rior, huboha uit terrible golpe, de siento , acom-pañado dd truenos y de algunas gotas tic lluvia
inas no se man kst o ningnri sacud ¡nuca to pero ci
den to y la tempestad se repitiéron durante cincoÚ seis dias á la misma hora .v aun casi al mismo
momento.
El temblor de tierra Ud 4 de noviembre,siendo el primero que yo he experimentadohizo una imprelion tanto mas, viva sobre mi
cuanto que fué acompañado , tal vei ;mcci'len (al-mente , de variaciones meteorológicas m uy no-
tables era ademas una verdadera sublevacionde abajo arriba NI un estremecimiento poroimdtilacion. No hubiera ercido entónces que
ilespues de una larga mansion en las alturas deQuito y costas del Perú , me familiarizaria casi
rA piruto x. 163
tanto con los nxoviiiiieiitos un poco iisperos dci
suelo, corno nosotros lo estamos en Europa conel zuitibilo de los truenos. Generalmente no es
tanto el temor del peligro, Co1I)o la novedad dela seusacion que asombra vivamente cuando se
experimentan por in primera vez los cUervos delmas ligero terremoto.
1a niebla roja que obseurecia el horizonte,
peco antes de ponerse el sol, habla desaparecido
desde ci 7 de noviembre. En la noche del al <S
observé la ininersiun del segundo satélite de Jit-
piier : las fa jas (Ir1 planeta CSI:LInIII mas distintasde lo que yo las babia visto anteriormente. Ladel ti al 12 de Lnoviembre estaba fresca y bellaen extremo; húcia la mañana, desde las dos y
inedia de ella, se viérou al este los meteoros lu-minosos mas extraordinarios: M. I3oiipland, que
se bábia levantado para gozar del fresco en lagaleria, los apercibió el primero. Durante cuatro
horas vimos muchos miles de bolidas y estrellasLlantes que se s;iccdiait de norte á sud en direc-clon perlectamcntc exacta ci viento era muy
débil en las regiones bijas de la atmóskra y so-
piaba del este : no se descubria itiugutia trata
iGl LICItO IV.
de nublado. M. Bonpland afirma que en el prin-
CiJ)ÍO (101 fenómeno ¡U) liabia liii espacio tu, cielo
grande corno tres d i u ud ros de la luna , que no
se viese. ñ cada momento , cubierto tic I)ohidas
y estrellas fijantes.
Muchas (le estas estrellas tcniau un Cuerpo
11111V d is tinto,tinto, grande COifl() (1 (Ji SeO (le J u pi ter
y del cual salian centellas de, un resplandor ex-
tremanicute vivo las bolidas parecian reven-
tarse cuinO por explosion. pero las mas gruesas
de t ti i 1 15' de diámetro, desaparecian sin cen-
tellear dejando tras de si unas bandas fosfores-
centcscu\aaneilura excedia (le 15 ;i 20 miiiuitos;
la mii. de estos meteoros rra blanca y no roja, lo
que Sin ilud,t dtthia atribUhlse 3 la (5ClSl/. (le
v ,Ipores y (1 la extrema t rarispa relicia del aire
por la ni i sna CaUSa que, bajo los trópicos , las
estrellas de primer qraridor, tienen al levantarse,
lina luz sensiblemente mas blanca que en Eu-
ropa.
A cosa de las cuatro comenzó ti cesar poco ti
poco el fenómeno; las bolidas y las estrellas fi-
]antes iban siendo mas raras; sin embargo , se
distingitian todavia algunas bácia el nordeste, en
CAPÍTULO N. 165
su resplandor blanco y en la rapidez de su mo-vimiento, un cuarto de hora dcspues (le haberse
kvant;uio el sol. Esta (liÉlina circunstancia pa-
recerá menos extraordinaria , al recordar quecii la ciudad de Popayazi, en el año i ;8S, se ha
visto en pleno tija, ci interior de las casas fuer-
teniente iluminado por un acrolitede un enormegrandor, que pasó ti la una del cija y con un sol
hernioso, por encima tic la ci u dad.
El 26 de sctieiiibre de i800, en nuestra se-ti da ni ansio u en Cii ni a u , rl espues de haber
observado la ililuersion (le! primer satélite. (leJupiter. conseguimos )i. J3onpland y yo ver dis-tintamente ci planeta it la simple Vista tS oil-
autos despues que el disco tid sol estaba sobreel horizonte babia un ligero vapor del lado del
este, pero .1 upiter estaba sobre un fondo azulado.
Estos hechos I ;111t1)ati la extrema pureza y Lraos-parci icia del aire- bajo la zona tórrida. La masa
de luz esparcida es tanto mas pequeña, cuantomejor disueltos se hallan los vapores; y la mis-ma causa por la cual se Italia debilitada la difu-
sion de la luz sohir, disminu yeu ayc la extincion de lluz que emana ya de las bolid as, ya de J U1)i Lcr
166 JAIMO IV.
o 'va de la luna vista des dias despues de Sil COrI-
juliCiflhl.
Durante el. curso de nuestroiage de Caracas
al Rio Negro, ¡lo descuidamos en preguntar por
todas Partes si l)al)iarI apercibido los meteoros
del ¡2 de uoviernl)re. En un pis salva je, donde
la mayor parte de los habitantes duermen á la
in teni pene , no podia menos de haberse notadotu) fenómeno tau' extraordinario, á no ser que
los nublados lo h ulI i esen ocultado á los ojos del
observador. El Misionero capuchino (le San Fer-
nando de Aptare , aldea situada en ¡u nl lü de' lasSil)arlaS (Id provincia (te Varirias, 1 3' los religio-sos de San Francisco estacionados cerca de lascataratas del Orinoco, en Maroa, ñ las orillas delRio fcgro, hubian visto infinitas bolulas y es-
trellas Llantes iluminar la bóveda celeste ¡tú-
liase 3laroa al sudeste de Cumaná :i 4 leguasde distancia.
Todos aquellos observadores con) paraban el
fenómeno á un hermoso fuego artificial que ha-
i.;it. 53' 12" 1. long. O' '201.
La 2"42' «'. O° 2 I'
CA}'tJLJI$);X.
Ha durado desde las 1 rç&, juisin las sei di: ma-
ñana. Algunos rchqtpso hablan- inaj-çado el dib
en sus Brevia r i os , o t ros, lo desiglI&an7 por las
fiestas de iglesia mas inmediatas aijuel ,
ninguno se acor:laba 'de, la direcoiou tic los me-
teoros ni de su al Iti ra aparen te. Segun .la posi-
ClOfl (le las montañas y de los cspem bosques
que rodean las itiisioues (It: las cataratas, y el pe-
quciic' lugar de Marút, l} 1tt11to q ue las botiJas
fuéron totlavia visibles it 20° de altura sobre ciliorizotiti,. IIal,ieitdo llegado :1 la extremidad
meridional de Ja (3 uiaua Española, al )equeíio
fuerte de San Carlos, encontré algunos P0'tU_
gueses que habian remontado el Rio Negro desde
la nilsion de San Josef de los Maravitarios; quie-
nes me aseurúron que ci fermoznerio se Italia
divisado en aquella parte del Brasil, al menos
hasta San Gabriel de Cacliociras , por consi-
guiente hasta el mismo ecuador.
Un poco al itorle. octecle. S° Antociio (le Castarihciro. Nolie
hallado iiailie que haya obser taJo este IflcteOrO en Santa 1"é
de Itogota, I'opayan.ó cii Quito iI CI Peró, en el hemiferio.tu<Iral; tal vez, el estado de lt atmnó,ícn tan variable en
16$ LIBRO 1V.
Yo saba admirado (le la inmensa altura que
debiin terieraqiiclls bolidas rara ser visibles á
un tiompoen Cumaná y en los limites del Bresil,sobre úna línea de 230 leguas de longitud ;;pno
cual mi íiié sorpresa cuando, ñmi regreso it Eu-
ropa. silpeque ci mismo knomcno se liahh notadoen una extension (le globo de 64° en latitud y de916 cii longitud; cii e.l'ecuador, en la Américameridional, en el Labrador, y en Alemania Enla Guiana francesa; «se vió el cielo como iníla-mado ea la parte del norte ¡ durante hora yinedia lo atravesaban una multitud de estrellasfiiantcs que despedían una luz tan viva, que pu-diati compararse estos meteoros it las mangas (la-mígcras de un fuego artificial. ' El conocimientode este hecho reposa sobre un testimonio el masrespectable, que es el del señor Conde de Mar-bois, entónces desterrado en Cayena. vktima desu amor por la justicia y por una sábia libertadconstitucional.
estas regioiics occidentales lii podido solamente impedir la
chi rv a ciii
C&PITCLCI \. 1
Desde Weimar al Rio Negro hay i Soo leguas
marinas, y i 3oo desde Rio Negro á lkrrenhuten lala Groela ud ja. Admitiendo que los rn ¡Sniosmeteoros ígneos se ha yan visto en puntos tan
distantes tinos de otros, seria uccesario suponer
que su altura era, á lo menos, de 4i i leguas.
Cerca de \Veiinar, pareciéron los cohetes al sud
y al sud-oeste, yen Cuitiauiá al este y al est-nord-
este. Por consiguiente se podria juzgar que un
número infinito (le acrolites, debiéron czer enel mar, entre el Africa y ].a meridionalal oeste de las islas de Cabo-Verde.
Es menester mucha prudencia en tiriatesis sobre la cual no tenemos todavía buenasobservaciones hechas ea puntos muy distantes;no se podria dudar (y este hecho ¡nc parecemuy notable) qte co el Nuevo Mundo entre elmeridiano de 46' y 82 0. entre el cenador y el pa-ralelode G4° norte, se hubiese notado álas mismasliaras una inmensa cantidad de bolidas y de es-trellas filantes en un espacio (le 921000 leguascuadradas, estos meteoros han sido por todaspartes igualmente refulgentes.
170 L'B)4) IV.
Los fisicos que han hecho ültiinaiiaentc inves-tigaciones tan laboriosas sobre las estrellas ti iantes
y sus paralaxes, las considúran como meteoros
I)erteflCc10teS ú los últimos limites de nuestraatmósfera, colocados cutre la region de la aurea
boreal y la (le las nubes mas ligeras Se han
visto alunosqtic, no teraiau mas de a4000. toesas.
unas chico leguas (le (ICV3CIOII los mas altos
no parecen cxccdcr de treinta 1cuas. Se han
iiicdido otros cu ya direccion era de abajo A ar-riba casi perpendicular A formando con la ver-
tical un ángulo de 500. Esta notable circuns-tancia ha hecho concluir que las estrellas (llantes
un son acrolitas que, despues de haber errado
largo tiempo en el espacio como los cuerpos ce-
lestes, se inflaman entrando accidentalmente en
nuestra esfera y caen búcia la tierra 3.
¡ \IM. Ileni.enbcrg y Ikandes.
2 Srgua las observaciones que be hecho, en las alturas de
las Andes á mas de 1700 toeE' S de altura, sobre los carneros
6 iííibecihlas blancas y saperadas, me Ita parecido que su ele-
vaeiou sobre el nivel de las costas podia ser algunas %'CCCS
de mas de Gnoo toesas.
$ M. Chladni que priineramoeole hab'a niir,iílu lis C511el-
CsrlrcLu t. 1
Suponiendo que tos rnetcorr)s de Cu tnan no
tuviesen mas altura de la en que o nl i u ari r-
merite se riiueven las estreLlas [ilarites , se han
podido ver los 1111511105 meteoros sobre el liori-wide, cii pinitos distantes uno de otro mas de
31 lcguas pero que disposicion de candenciaextraordinaria dcli It) ha lier r'ei riad o el 12 de 110
vkmbrc en las altas regiones de la atmósfera
1)ant producir durante cuatro horas, millaresde bolidas y estrellas (llantes, visibles CI) elecuador, en Grocillad y en Alemania!
j aldes fi la ules cuiiui, :1 i:i -ohtus Li iIi:i.'rid&, despues de su
idcj.