Libreto de Equinoccio

7/25/2019 Libreto de Equinoccio

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EQUINOCCIODE

LUISA JOSEFINA HERNNDEZ

DIRECCIN

FERNANDO MARTNEZ MONROY.


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Son dos casas gemelas, exactamente iguales, de principios de siglo, en la ciudad de

Mxico, quiz en la colonia Roma. Ambas tienen un tico bajo, dos pisos habitables y

stano. Las puertas de entrada estn una junto a la otra y por ellas se ven las escaleras

que van al segundo piso y a un lado, las puertas que dan a los pisos bajos. Las paredes que

dan a la calle, son transparentes: debemos ver lo que ocurre dentro de las habitaciones,

los balcones deben estar solamente marcados.

En la casa de la izquierda bajos viven Ariel Montenegro y su asistente Desusito;

vemos un taller de sastre muy anticuado porque en realidad ya todos se ven de esa manera:

mesa de cortar, telas, retazos, cintas mtricas, quiz un maniqu.

En los altos vive el matrimonio Balmori; tienen una sala convencional de clase

media, con un espejo cerca de la puerta y es indispensable un retrato de mujer bastante

grande, enmarcado y colgado e la pared divisoria.En la casa de la derecha bajos hay una sala alegre y femenina. Es evidente una

situacin econmica holgada. Hay sillones, mesa de caf con su correspondiente vajilla y

tambin un espejo cerca de la puerta; aqu vive Fabiola Escutia de Frey. En el piso de

arriba vive el profesor Romn Cervantes. Est jubilado y es, en consecuencia, muy pobre.

Es soltero, sus muebles son pocos. Tiene libros, un piano vertical y u tocadiscos; el efecto

general es de pobreza y sordidez.

La msica es importante: siempre fragmentos de pera; salvo cuando se menciona

expresamente puede elegirse al arbitrio del director.


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Personajes:

DINORAH BALMORI, 65aos.SALTIEL BALMORI, 67 aos.

FABIOLA ESCUTIA DE FREY, 62 aos.

ARIEL MONTENEGRO, 60 aos.

JESUSITO, 16 aos.

RAMN CERVANTES, 70 aos.

SRA.DEGRIS, sin edad

Esta obra podra representarse slo con una actriz y un actor. Tambin con

diferentes combinaciones de actores, pero como es obvio, en un grupo de siete siempre

deber haber alguien del sexo opuesto.

Mxico 1996.

Dinorah y Saltiel Balmori, arriba izquierda.

Ella teje a gancho un cuadrito blanco de hilo delgado. Est francamente coja porque le

falla ambas rodillas. Saltiel es un hombre atractivo de buena figura y lo sabe. En estos

momentos se prepara para salir, por lo tanto se arregla frente al espejo.


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DINORAH:(Suspicaz, con el tejido en la mano) Adnde vas?1

SALTIEL:A este espejo le hace falta un peine para aliarse.2

DINORAH:(cida) Qu palabra! Como un pavo o un pato.3

SALTIEL:Consulta el diccionario.4

DINORAH:Qu lstima que ya no tienes los msculos de antes! (Saltiel no le hace caso) Es5

el destino de todos los profesores de gimnasia; en cuanto se jubilan se les6

desbaratan los msculos.7

SALTIEL:(Tararea un tramo de pera) Pero no estoy cojo. Subo y bajo las escaleras.8

Tararea de nuevo. Es Cos Fan Tute, de Mozart.9

DINORAH: Aj. Ya te vas a tu verdadero hogar? (Saltiel se limpia los zapatos con un10

cepillo.) No me he repuesto an de esa declaracin.11

SALTIEL:Y menos vas a reponerte si la recuerdas a diario, como si fuera el Padre nuestro.12

DINORAH: (Rencorosa) Te emborrachaste y te metiste a la casa de esa seora rica. Y yo13

que estaba durmiendo tuve que bajar las escaleras, con estas rodillas de14

cartlagos gastados, para salvarte del ridculo.15

SALTIEL:Y me salvaste?16

DINORAH:No! Porque dijiste la frase inolvidable: Por fin llego a mi verdadera casa! ( Teje17

de prisa) Y ahora no sales de esa tu casa. A estas alturas ya ha de ser18

verdaderamente tuya.19

SALTIEL:La casa no es ma.20

DINORAH:(Pierde la cabeza) De todas maneras dame la llave de sta no vuelvas a entrar.21

SALTIEL:No. Aqu tengo mi cama, mi ropero y (con malsima intencin) el retrato de mi22

ta Florencia.23

DINORAH:(Alarmada) S (Terca.) Pero dame la llave.24


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SALTIEL:Para que no vuelva a entrar? El cerrajero vive en la esquina.25

DINORAH:(Hacindose la digna) No me des la llave y yeme bien: no hagamos el ridculo.26

T me entiendes.27

SALTIEL:(Burln) Perfectamente.28

Ella sigue tejiendo con rapidez. l se pone el sombrero, mira el retrato, se acerca a el y29

ella se crispa. Saltiel lo limpia con su pauelo.30

SALTIEL:(Con doble intencin) Quin lo dira, no tiene polvo. Hasta luego, Dinorah Como31

bien dices, no hagamos el ridculo.32

Sale. Oscuro. La luz va al piso bajo del lado derecho. Saltiel baja la escalera de su casa y33

abre la puerta. Viene cantando la pera mencionada.34

SALTIEL: Una bella serenata voglio dare a miad esa, un convito a Citerea, questa notte35

voglio far, un convito a Citerea questa notte voglio far36

Aparece en su sala Fabiola Escutia de Frey. Es una mujer de buen carcter, atractiva, se37

viste con alegra. Abre en el momento en que Saltiel llega a su puerta y hace38

ademn de tocar. Los dos se ren. Saltiel pasa a la sala con naturalidad, , ya39

est puesto el juego de caf y ella sirve las tazas.40

SALTIEL:Exacta, como siempre.41

FABIOLA:As soy yo. Imagnese que acabo de comprar un peinecito para poner en el marco42

del espejo, ahorra tiempo.43

SALTIEL:(Sonriente) Me creera usted si le dijera que eso mismo se me ocurri hace un44

rato?45

FABIOLA:Claro, Saltiel. Cuando se va, antes de salir, parece estar buscando algo all frente46

al espejo y qu otra cosa podra ser?47

SALTIEL:Podra ser la belleza. El alio personal.48


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FABIOLA:El alio a la naranja como a los patos. (Saltiel se re mucho)49

SALTIEL:Qu graciosa es usted!50

FABIOLA: (Encantada) La verdad es que usted siempre me ha parecido un hombre bien51

aliado.52

SALTIEL:Usted, Fabiola, no se queda atrs. La buena educacin (La contempla con gusto.)53

Hoy es veintiuno de marzo recuerda usted?54

FABIOLA:La primavera entraba antes el da 22.55

SALTIEL:La astronoma no merece confianza. Pero no recuerda usted?56

FABIOLA:Crea que poda olvidarlo?57

SALTIEL: Fue una casualidad tan afortunada Quiere que le diga una cosa? Todava58

siento vergenza. Me hubiera gustado que el hecho de habernos conocido59

estuviera rodeado de un ambiente ms60

FABIOLA:Por lo menos no es nada triste. Fue muy gracioso: o la puerta de afuera a las dos61

de la maana y me levant a abrir alarmadsima y que se abre esa misma puerta62

de la sala! Y entonces cae usted de bruces sobre la alfombra.63

SALTIEL:Eso no es necesario recordarlo.64

FABIOLA:Por qu no? Es parte del chiste. Y aparece la seora Dinorah vestida con65

SALTIEL:Con todos los aparejos que usa para dormir y dice aquello.66

FABIOLA: (Conscientemente no quisiera imitar a Dinorah) Quin crees que eres? El67

conejo de Pascua?68

Los dos ren de muy buena gana.69

FABIOLA:Y en vez de contestar cerr usted los ojos y se qued dormido70

SALTIEL:Pero no sin decir aquella frase que no deja de echarme en cara.71


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FABIOLA: (Ahora imitndolo a l) Por fin llegu a mi hogar! Ella sali corriendo sin72

esperarlo.73

SALTIEL:Como no hall comentario adecuado, se fue a pensarlo para disparrmelo cuando74

regresara. Mientras, baj su ilustre vecino de arriba, con una bata de seda75

antiqusima y chanclas de galn de los cuarentas, a ver qu pasaba.76

FABIOLA:Y no lo llev a su casa.77

SALTIEL:Dijo que por s mismo suba las escaleras dos o tres veces diarias, pero por un78

borracho, de ningn modo. Dinorah no abri porque yo haba declarado79

pblicamente que aquel no es mi hogar. (Serio) Pero qu mujer ms loca! Desde80

entonces, cada que se enoja me pide la llave.81

FABIOLA:Y yo le di permiso de quedarse. Tomamos caf y pasamos el resto de la noche82

hablando de las Olimpadas. Qu casualidad maravillosa que ambos hubiramos83

ido a las mismas. Tiempos pasados.84

SALTIEL:Claro. Siento que no voy a ir a las prximas. As son las jubilaciones.85

FABIOLA:La vida cambia, pero no deja de ser entretenida. Cuando usted era entrenador y86

yo tenista, no tenamos con quien hablar.87

SALTIEL:Tenamos de sobra con quien hacer estupideces: nos casamos. Pero usted se las88

arregl para escapar de esa trampa de oso.89

FABIOLA:Dos veces. No se repone uno con facilidad, quedan rmoras molestias.90

SALTIEL:No hablemos de molestias, una eternidad de molestias.91

Los dos miran hacia fuera, como si se escuchara un ruido. No hay nadie.92

FABIOLA:(Inquieta) Quin era?93

SALTIEL:Nadie, pero me pareci ver a la seora Degris.94

FABIOLA:Es una vecina muy silenciosa (Frunce las cejas)95


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SALTIEL:Qu? Tiene algo de particular?96

FABIOLA:A veces me parece que no s. Como si estuviera muy ocupada o Estos pisos97

son muy slidos y sin embargo98

SALTIEL:Deben orla mejor el sastre y su asistente.99

FABIOLA:Vive en este stano y no en el de ellos.100

SALTIEL:(Con asombro) Pero yo la he visto entrar en el de ellos.101

FABIOLA: Ella me invit a tomar caf en ste. (Seala con el ndice hacia abajo.)102

SALTIEL: (Con vaga alarma) Acept usted?103

FABIOLA: En ese mismo momento me sent atravesada por un dolor terrible que result ser104

pleuresa. El ilustre vecino de don Ramn se baj de un taxi y me acompa al105

hospital. Vena del banco.106

SALTIEL: Qu coincidencia (Se levanta.) Fabiola, que pase usted un buen da, voy a107

caminar un rato. Nos veremos despus. (Saltiel y Fabiola nunca se dan la mano,108

como si vivieran realmente juntos) (Saltiel, sale, escuchamos su pera. Mira109

hacia su casa con fastidio. Aprecia el aire tornasolado de esta maana de110

marzo.)111

SALTIEL: (Lrico) Qu impecable maana de primavera!Ya no tarda en cantar el ruiseor.112

Una bella serenata voglio dareetc.113

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Aparece la seora Degris. Se le adivina bellsima aunque lleva velo y sombrero.115

es importante que no pueda verse su rostro. El sombrero puede evocar otras116

pocas, el traje entallado y gris claro pude estar a la moda actual, largo hasta los117

tobillos. Su figura es potica, pero la poesa nace en el sombreo: plumas grandes,118


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alas traslcidas, velos flotantes, una que otra lentejuela. Quiz lleva un collar119

largo de azabache. Todo en ella es areo y lleno de presagios pero no repelente.120

SEORA DEGRIS:Buenos das, seor Balmori Cmo ha estado usted?121

SALTIEL:Magnficamente. El ejercicio me sienta bien, aunque se trata slo de caminar.122

SEORA DEGRIS:As es, seor Balmori. Nada tan peligroso como pasarse la vida haciendo123

gimnasia y de pronto nada el cuerpo lo resiente.124

SALTIEL:Una pregunta curiosa, seora Degris. En dnde vive usted? En los bajos de la125

derecha o en los de la izquierda?126

SEORA DEGRIS:Pues (sonre)127

SALTIEL:Si es una indiscrecin no me conteste.128

SEORA DEGRIS: (Re)Es usted muy fino, seor Balmori. Saltiel Balmori no es as? Le129

voy a decir un acertijo, para entretenernos. En estas dos casas ese concepto es130

importante.131

SALTIEL:Cul?132

SEORA DEGRIS:El de entretenerse, pasar el rato. Bien, le digo el acertijo, no? Dnde133

vivo? En los stanos o en los ticos?134

SALTIEL: (Sorprendido) Nunca la he visto subir las escaleras y tengo entendido que los135

ticos no son habitables.136

SEORA DEGRIS:Precisamente. Ese es el acertijo.137

SALTIEL:(La ve con atencin) Verdaderamente creo que he querido entremeterme en cosas138

que no me conciernen, perdone usted.139

La seora Degris lanza una carcajada argentina y echa a andar, sale de escena140

sin entrar en ninguna de las dos casas. Saltiel sale tambin; lo escuchamos silbar141

Una bella serenata Casi inmediatamente aparece Ariel Montenegro, el142


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sastre, en mangas de camisa y con un chaleco negro lleno de agujas enhiladas,143

clavadas sobre el lado izquierdo. Abajo izquierda, taller.144

ARIEL: (Dspota, en voz muy alta) Y en este mismo momento te me vas a entregar esos145

pantalones. O no comemos. Como dijo San Pablo, el que no trabaja no come y146

t147

Del interior sale Jesusito: 16 aos, afeminado, lleno de malas costumbres pero148

con cierta candidez, simptico.149

JESUSITO:Yo trabajo a ms no poder y nunca en mi vida he comido a ms no poder.150

ARIEL:Ms a mi favor. Te moras de hambre en casa de tu ta y ahora, en proporcin, te151

das un banquete diario.152

JESUSITO:(Distrado) Es que soy hipersensible a la msica.153

ARIEL:Y le tomas el pelo a ver a quin. Cuando regreses te pongo la marcha Zacatecas,154

pero vete.155

JESUSITO: No se trata de eso, don Ariel. La verdad es que deliro de hambre. No he156

desayunado.157

ARIEL:Yo tampoco Jesusito.158

JESUSITO: Tampoco cenamos. Yo crea que eso de morir de hambre era una manera de159

decir.160

ARIEL:(Enojado) No seor, no. Es una manera de morir igual a cualquier otra.161

JESUSITO: (Hacindose chistoso) Yo en realidad quera decir que ms me mata la mala162

msica que la falta de comida.163

ARIEL:Ah! Mira nada ms. Muy bien, no vuelvo a poner el radio.164

JESUSITO:Podemos pedir limosna, yo ya lo he hecho.165

ARIEL:(Enojado) Y te acuerdas de lo que te pas?166


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JESUSITO:Ni ms all ni ms ac de de lo que pudiera pasarme de todos modos y sin167

trabajar168

ARIEL:(Furioso) Ingrato! Miserable! Yo te pago tu sueldo.169

JESUSITO:Pagara quiere usted decir.170

ARIEL:(Pausa) Jesusito, has logrado que se me llenen los ojos de lgrimas, (Jesusito pone171

cara de indiferencia. Ariel habla como si fuera a sollozar.) Agarra ese pantaln172

y ve a dejarlo, infame.173

Jesusito agarra el pantaln y va a la puerta, est jugando a la crueldad.174

JESUSITO:(Justo antes de salir.) Y yo quiero or laBohme. Odio la marcha Zacatecas.175

Sale. Ariel se tira los cabellos de desesperacin. Oscuro. Aparece Jesusito en la176

calle. Se menea, se pone la mano en la cintura, por fin, saca un bolillo de alguna177

bolsa y empieza a comrselo con vulgaridad.178

JESUSITO:(Como si tuviera mucho pblico)Travista quiere decir mujer extraviada, perdida,179

pu uh? (Sale corriendo de escena.)180

Arriba derecha vemos al profesor Ramn Cervantes, catedrtico jubilado, poeta181

frustrado, alcohlico en permanente tratamiento. Mal msico como todo el182

mundo. Su piano vertical es pianola, su juego de sala es lbrego, los libreros lo183

ayudan a mejorar el ambiente, pero es desordenado. Sobre el piano est un busto184

de Verdi. Don Ramn toca la pared intermedia con la frente de estaescultura, ya185

descascarada por el uso, tambin la pared lo est; sustenta una huella de pintura186

color bronce.187

RAMN: Dinorah, Dinoritah. (Ella no contesta.)A poco no se ha ido el fastasmn ese!188

(Toca de nuevo.) Nada. Bueno, pero que har ese viejo en su casa con su propia189

mujer? No lo sabemos, porque todas sus morisquetas indican que sus intereses190


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estn dirigidos al piso de abajo. (Seala con el ndice hacia abajo.) Donde vive191

esa mujer: Fabiola. (La pura idea lo transforma, ahora el tono, fatalmente es de192

concurso de oratoria.) Fabiola, cristiana conversa, divina patricia, mrtir en el193

circo romano.(Dinorah entra en la sala de su casa, izquierda arriba. Lleva sus194

anteojos puestos y el tejido en la mano, cojea. Ramn, como consecuencia de195

haber recordado a Fabiola, va a servirse de una botella de licor y la encuentra196

vaca.) Bueno, qu ms da! Estoy en tratamiento. (A la botella.) Traidora,197

fracaso de mi soledad jubilada. (Va a tocar de nuevo y antes de hacerlo,198

Dinorah, como si lo presintiera, canta bajsimo unas estrofas de Rigoletto de199

Verdi.)200

DINORAH:La donna mobile201

Ramn toca con ganas, luego le revisa la cabeza al busto de Verdi, est peor pero202

no le importa.203

RAMN:Dinorah, flor de Arabia. (Ella se acerca a la pared, se quita los anteojos, luego,204

cojeando, va a mirarse al espejo, busca algo, se arregla el pelo, el tejido se le205

cae y lo pisa.) Dinorah, amiga ma.206

DINORAH:Tenga paciencia, Ramn. (Descuelga el retrato de la ta Florencia. La pared ha207

sido rebajada como a la mitad de espesor para poder hablar. Se acomoda con la208

oreja pegada.)209

RAMN:Qu quiere que le toque?210

DINORAH: (Aturdida) Yo yo No s, Ramn. (Cae en la cuenta del albur.) Dje211

ponerme los anteojos. (Se aparta de la pared, busca sus anteojos. No los212

encuentra; pero s encuentra un abanico de papel lleno de inscripciones en213

chino.) Don Ramn214


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RAMN:(Formal, exigente, viril.) Nos hablamos con el primer nombre.215

DINORAH:(Se sopla) Una pera, la que usted quiera.216

RAMN:(Grandioso) Sea.217

Pone un rollo en la pianola. Lo echa a andar, Es Rigoletto. Ramn se sienta a la218

pianola y hace que toca; mientras se re con rostro mefistoflico. Dinorah se219

encanta. Oscuro. Pero luego, Ramn, sbitamente hastiado de su ficcin, se220

levanta, corre hacia el sof, se arrodilla, mete la mano, busca y saca una botella:221

se alegra, la besa.222

RAMN:Hasta despus, cuando ya no est en tratamiento.223

Se apaga la luz sobre l, la msica sigue hasta que vemos a Fabiola en su sala,224

hablando por telfono.225

FABIOLA:Mira, la situacin es clara: te dije que te fueras y te fuiste. (Pausa) Pues s, a mi226

primer marido tambin y qu? Te imaginas que cada uno mereca trato227

distinto? (Pausa) si no son otra cosa que maridos, ambos. No seres de otra228

especie. (Pausa) Qu grosero! Pues no, no te comparo con Damin, pero si el es229

un buey, entonces t tambin y quedamos en la misma. (Pausa) Ay, cmo eres230

aburrido! No cambias. Por qu insistes? (Pausa.) Est bien! El es un buey y t231

un bfalo. Sabes qu? Para qu me hablas tan seguido? Qu? Cul232

primavera? Quin va a darse de esas cosas? (Pausa.) No, no es el 22 sino el 21.233

(Con la paciencia perdida.) Esto! Esto es lo que me choca de ti! No me dejas234

ser refinada, ni elegante, ni de buen carcter. Y sabes por qu? (Pausa) Al235

carajo, all vas a encontrar mucha gente igual a ti, para que oiga tus236

conversaciones estpidas. Basta! (Cuelga. Luego toma su bolsa de mano. Va237


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hacia la puerta, suena el telfono.) Cmo no! Y yo que contesto. Tengo qu238

hacer.239

Sale a la cale. Guapa para siempre, con guapura en el alma, a despecho de la240

vejez. Pero a pesar de eso, le late extraamente el corazn, le duele como una flor241

que se abre por dentro. Fabiola se toca el pecho con las manos, se sienta en la242

banquita. Aparece en la puerta de su casa, abajo izquierda, Ariel Montenegro. Se243

acerca.244

ARIEL:Buenos das, seora Fabiola. Cmo amaneci?245

FABIOLA:(Un poco trmula) Bien ms o menos. Y usted?246

ARIEL:Me permite sentarme?247

FABIOLA:(La banca es de todos)248

ARIEL:La banca es toda suya en este instante de eternidad. (Es una cortesa notable en l,249

hasta le hace una ligera reverencia. Se sienta.) Claro, aqu se sienta cada250

persona (Pausa, con su intransigencia.) Me pregunto si hay tanta gente suelta251

por las calles, sentndose en todos lados y metindose en todos lados y252

metindose en todas partes, cmo es posible que nadie necesite un satre?253

FABIOLA:(Muy ocupada con su corazn.) La gente ya perdi la costumbre de vestirse con254

prendas nicas, mandadas a hacer excepcionalmente.255

ARIEL: Exacto! Nadie reflexiona en la vulgaridad de ponerse una renda exacta a la de256

cientos de personas, a veces muy cara: todos quieren parecerse a todos. (Fabiola257

se frota el brazo izquierdo, desde el hombro.) Elegancia quiere decir258

singularidad, ser uno y nico. (Sale del trance verbal y va al grano.) Seora259

Fabiola, No tiene cincuenta pesos que me preste?260


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FABIOLA: (Con presteza.) S, claro. (Abre su bolsa, busca un poco, saca el billete.) Aqu261

tiene.262

ARIEL: (Lo toma y lo guarda) Muchas gracias. (Pausa, est conmovido.) Quisiera usted263

explicarme cmo hace para satisfacer con prontitud las urgencias del prjimo?264

(Fabiola sonre, se frota el brazo.) Esa debe ser una virtud, y yo nosotros265

estamos muy urgidos, por eso le digo No hay trabajo y a veces, aunque hagan266

encargos, no nos pagan. (Cambia de tono, ya debe recobrar su dignidad.) Yo,267

aunque usted no lo crea, era sastre de la presidencia (Observa que Fabiola se268

duele.) Sabe qu? Jesusito, mi asistente, dice que usted es la novia de todos. Y269

tiene razn, cmo no amarla despus de haberla visto?270

FABIOLA:(Desvalida y gentil.) Muchas gracias, seor Montenegro.271

ARIEL: Y me retiro eh? Para no molestarla, con la esperanza de que se sienta mejor.272

Perdone la indiscrecin.273

Ms reverencias, entra izquierda abajo, va muy contento. Fabiola se acomoda en274

la banca, busca una pldora, se la coloca ostensiblemente debajo de la lengua y275

espera tranquila, se escucha la msica que sale del departamento de Ramn,276

ahora en forma muy clara. Tan pronto como sea posible aparecer Ramn277

Cervantes.278

RAMN:Seora Fabiola! Cunta dicha tener la oportunidad de hablar con usted a solas!279

Sin duda alguna soy un elegido de los dioses. (Pausa. Ella sonre.) Qu hace280

usted aqu tan sola el primer da de primavera?281

FABIOLA: (Impenetrable, algo burlona.) Esperando el funcionamiento normal de mi282

corazn.283

RAMN:No se burle de m, sea piadosa, dea ma. (Alusin a la letra de Cos Fan Tute.)284


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FABIOLA:No me burlo. Slo que en cuanto lo vi, mi corazn, que lata desenfrenado,285

volvi a su ritmo normal.286

RAMN:Es la brla ms ingeniosa que me han hecho en mi vida.287

FABIOLA:Nada de eso, si se lo mencion fue por agradecimiento. Tener el corazn288

desbocado es muy alarmante.289

RAMN:Interpreto como una ofensa, un rechazo que no he merecido porque siempre la he290

tratado con respeto y la ms acendrada admiracin.291

FABIOLA: Cuando se habla del bienestar del corazn suele producirse equvocos. Por lo292

pronto me despido y le deseo una buena tarde. Con su permiso. (Ramn la mira293

irse muy ofendido. Se sienta de golpe en medio de la banca mientras Fabiola294

sale de escena.)295

RAMN: Estas viejas son unas estpidas. Pero pero con quin puede pasarse un rato296

medianamente divertido? Con las jvenes Verdad? Pues no. La mujer oven es297

por naturaleza perversa, codiciosa y lujuriosa. Yo, doctor en Filosofa, Ramn298

Cervantes, profesor jubilado y nunca premiado, tengo por lo menos, el derecho a299

ejercer cierta sabidura aparte de la cotidiana, la del hambre, la resuelta con arroz300

y frijoles. Las viejas son flojas, aburridas y tontas. Pero el hombre, Joven o viejo,301

no conoce mejores diversiones. Viva la penuria emotiva, intelectual y302

econmica!303

Entra por su puerta, sube las escaleras, llega a su sala, derecha arriba; luces304

sobre la sala de los Balmori, para mostrarnos a Dinorah, profundamente dormida305

con la cabeza apoyada en la pared. Ramn apaga la msica de golpe, est306

enojado. Al cesar la msica, despierta ella.307

RAMN:(Con crueldad.) Dinorah.308


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DINORAH:Ay, qu susto me ha dado!309

RAMN:No me lo explico, todava no le he dicho lo que me nace del alma.310

(Dinorah se arregla el pelo, busca los anteojos, tambin el tejido.)311

DINORAH:No? Ay, bueno de qu se trata?312

RAMN:De fugarse.313

DINORAH:Cmo? Jugarse?314

RAMN:Fugarse conmigo, jugarse la vida. (Dinorah ya oy, agarra el abanico y se sopla.)315

DINORAH:(Emocionada.) No s qu significa eso.316

RAMN: Algo sencillsimo. Baja usted la escalera, sale a la calle y sube usted la otra317

escalera.318

DINORAH:(Sincera.) Hace ya dos meses que no puedo bajar ni subir escaleras. Tengo las319

rodillas deshechas por la artritis.320

RAMN:(De pronto sincero.) Cmo es eso posible? Con eso no contaba.321

DINORAH: (A punto de llorar.) Yo no cre necesario mencionarlo antes porque nuestra322

amistad ha sido siempre cmo le dir? Normal, alejada de la artritis y de la323

osteoporosis.324

RAMN:Y piensa usted quedarse encerrada en ese agujero toda la vida?325

DINORAH:(Gazmoa) Ramn, hay cosas que no puedo permitirle.326

RAMN:(Con sorna) Como hablar de rodillas, estoy seguro.327

DINORAH:No. Puede hablar usted de rodillas, pero no llamar agujero a un departamento328

que me pertenece, que eleg y arregl en contra de las opiniones de mi marido y329

que constituye una de las afirmaciones de mi personalidad.330

RAMN:(Medio en broma) Nunca le haba odo un discurso tan largo.331

DINORAH:Porque no vivimos juntos.332


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RAMN:Ah (Larga reflexin) De modo que su departamento le pertenece?333

DINORAH:S. A usted le pertenece el suyo?334

RAMN:Eh? Pues s, por supuesto.335

DINORAH:(Gritando) Estamos iguales.336

(Saca una botella de refresco grande y se toma unos tragos. )337

RAMN:No estamos iguales, porque yo le he hecho una propuesta y usted me ha revelado338

un obstculo.339

DINORAH:Usted siempre me haba visto por la ventana hasta que se le ocurri340

RAMN:El mtodo de comunicacin de celda a celda. (Dinorah re.) Que podra sustituirse341

por el de la ratonera.342

DINORAH:Qu es eso?343

RAMN:Busca usted por aqu, busca usted por all y si verdaderamente lo desea encuentra344

de manera infalible. Por ejemplo, nosotros podramos buscar, dicho de otra345

manera, razonar. (Dinorah tiene necesidad de ir al bao. Se levanta, se le doblan346

las piernas, cojea hasta salir de escena. Ramn sigue hablando y despus de un347

momento apenas suficiente ella regresa agitada, ms coja que antes,348

componindose la ropa. Vuelve a sentarse.) La cosa va ms o menos as: no349

puede usted usar las puertas, las ventanas tampoco orque representan dificultades350

obvias: sirven slo para verse y hablar a gritos. Entonces Qu hace una mente351

frtil? Tirar un pedazo de pared y abrir otra puerta. Me ha entendido usted?352

Por qu no contesta? Va a pensarlo? (Pausa, est por perder la paciencia.353

Luego, contento de su impacto.) La tengo aterrorizada.354

Dinorah ha escuchado esta ltima frase y trata de imaginarse a qu se refiere.355


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DINORAH:Nunca he viajado en avin. Pero tengo una proposicin que hacerle. Por qu no356

manda instalar un telfono?357

RAMN: (Quedo) Con qu ojos? (En voz alta.) No s qu odio me tiene la compaa358

telefnica, llevo dos aos esperando que me den lnea. De cul avin me359

hablaba usted?360

DINORAH:Hay avionetas, jets, el Concorde, helicpteros y claro, bombarderos.361

RAMN:(Totalmente desorientado) Ahora merece usted una marcha triunfal. (Pone la de362

Ada, tan fuerte que Dinorah se aparta y cuelga el retrato en su sitio; ninguno de363

los dos sabe bien lo ocurrido. La marcha baja de volumen. Se oscurece la parte364

de arriba izquierda.) Por lo que se ve, nunca, nunca, voy a poder casarme con365

una mujer rica. Ni de riqueza moderada, como sta. Y menos de riqueza excesiva366

como Fabiola Escutia de Frey, duea de una fbrica, accionista de varias367

empresas, con abogados honrados y nica. nica porque cuando le pregunt qu368

haba sido, no me dijo tenista, me dijo: Rica, Rica! Y yo con hambre, con369

deseos, con fantasas verdaderamente ahogado por la imaginacin! Frtil y al370

mismo tiempo estril: lema de la tercera edad.371

Oscuro.372

Entra Jesusito sin el pantaln que llev pero con otro distinto, tambin colgado en373

un gancho. Cuenta el dinero que trae, aparta la supuesta propina, que es mucha.374

Viene contentsimo, hace piruetas, se sube a la banca, se baja. Todo con la375

marcha de Ada. Este baile debe ponerlo un coregrafo. Por fin se asoma a la376

puerta Ariel Montenegro; izquierda abajo. Ariel habla despus de un rato,377

enojado porque Jesusito no lo mira y si lo mira no le hace caso. 378

ARIEL:(Helado, en una pausa.) Qu ests haciendo?379


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JESUSITO:Ay, Dios mo, qu susto.380

ARIEL:Contstame. (Jesusito, quisiera seguir bailando y tal parece que se le mueven los381

pies.) Contstame, hereje.382

JESUSITO:Qu de qu?383

ARIEL:Cobraste?384

JESUSITO:(Le da unos billetes) Ah est su dinero. Y ahora qu?385

ARIEL:Ariel: Qu es esa garra que traes en la mano?386

JESUSITO:Ms trabajo para usted, Don Airiel.387

ARIEL: (Agarrndolo.) T dime don Airiel y te mato. (Lo sacude un poco.) Ariel es la388

divinidad del aire. Es un nombre bello, adems no merece ser deformado por un389

prurito vulgar de molestar.390

JESUSITO: Sulteme. (lo suelta, el muchacho se compone la ropa .) Pero yo me llamo391

Jess. Y la categora pues ni manera de borrarla. Apoco el mundo cree en392

Ariel?393

ARIEL:Y por qu ests tan alegre? Te ha tratado bien la vida? Ensame la propina.394

JESUSITO:No le enseo nada. Y si no le gusta pgueme lo que me debe y ahorita mismo395

me voy de su casa.396

Ariel trata de mirarlo a los ojos, no lo logra; Jesusito como una anguila se le397

escapa de las manos398

ARIEL: Te dieron ese pantaln para que regresaras a devolverlo y te ofrezcan ms399

trabajos. Pues no. (Lo sacude de nuevo) No vas a ningn lado.400

JESUSITO:Pues si, voy a donde me paguen.401

La frase cae como una bomba. Ariel lo suelta y se le queda viendo. Ninguno de402

los dos sabe manejar esa realidad403


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ARIEL:(Tranquilo) Qu dijiste? (Jesusito calla.) A ver, reptemelo.404

JESUSITO:(En plena rabieta, da pataditas.) Que quiero que me paguen por mi trabajo o sin405

mi trabajo, quiero eso: que me paguen y que me paguen! Paguen. Paguen.406

ARIEL:T me ves con dinero? No? Pues no lo tengo. Te juro por quien quieras que no407

hay ms dinero en esta casa que el que acabas de cobrar y de all vamos a408

comer los dos. Ahora jrame que t no tienes otro dinero aparte de la propina.409

JESUSITO:Por qu? Para que me lo quite? No quiero nada ni usted tampoco porque ya no410

nos creemos el uno al otro No me hago bolas, no nac ayer, nac anteayer.411

(Muy insolente.) Yo tengo el dinero que puedo y me conformo con que me d la412

mitad del que usted dice que tiene, porque al fin y al cabo usted lo gana con ms413

trabajo que yo.414

Ariel pasa lentamente del enojo y las manas al fastidio y quiz al terror de415

perderlo.416

ARIEL: Ay t. Vmonos al mercado; entra a guardar lo pantalones y sacas la bolsa.417

(Jesusito obedece, est enojado. Entra izquierda abajo.) A esos pantalones les418

voy a dar una compuesta que nos los va a conocer ni el que los engendr. Esa es419

la nica ventaja de ser sastre: permite al extremo el placer de la venganza420

cuando menos el de la justicia. (Pausa.) Ya este ni al mercado puede ir solo.421

422

Regresa Jesusito y salen los dos, Jesusito con una bolsa de mecate. Cambia la423

luz, vendr al caso un aguacero de primavera. Se escucha un canto de pjaros,424

un eco, algo nublado y tibio, pedazos de pera como jirones de nube. Todo se425

detiene cuando entra la seora Degris con un sobre tamao carta y un sombrilla426

gris que maneja en forma muy coqueta.427


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SEORA DEGRIS: (Voz alta y armoniosa) Profesor Ramn Cervantes. (Pausa) Profesor428

Ramn Cervantes.429

Sale Ramn a la ventana. La ve con aire atontado, como si acabara de430

despertar.431

RAMN:Me llamaba usted?432

SEORA DEGRIS:(Muy elegante) Dije su nombre.433

RAMN:En qu puedo servirla?434

SEORA DEGRIS:Traigo este sobre para usted. Me lo dio el cartero.435

RAMN:Es mi acta de?436

Ramn va a preguntar si es su acta de defuncin, la seora Degris re de buena437

gana.438

SEORA DEGRIS:Yo no s de qu se trata.439

RAMN:Bajo inmediatamente. Usted disculpe.440

La Seora Degris logra pescar un jiro opertico y da unas vueltas por el foro. Sus441

movimientos no deben recordar a Jesusito. Son ms parcos y causales. Apenas442

llega Ramn a la puerta abajo derecha cuando ella le presenta el sobre.443

RAMN: (Sobresaltado.) Gracias seora. Muy amable No la he visto por aqu otras444

veces?445

SEORA DEGRIS:Yo no s lo que usted ha visto. (Ramn revisa el sobre, por fin lo abre)446

RAMN:Con su permiso. No es ninguna acta de perdn qu tontera estoy diciendo? Es447

un reconocimiento al mrito acadmico. Un diploma, mire usted.448

SEORA DEGRIS:Ah. Lo felicito.449

Ramn sufre de una desnudez espiritual, inesperada hasta para l mismo. Nunca450

lo veremos tan honesto.451


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RAMN:Gracias. Pero mire usted No todo mundo No todo mundo recibe diplomas452

por haber vivido.453

SEORA GRIS: Ciertamente, no. A la mayor parte de las personas nadie les reconoce el454

esfuerzo.455

RAMN: Y esto es hasta cierto punto muy injusto porque los mritos acadmicos no456

incluyen el grosor de la vida cotidiana.457

SEORA DEGRIS:La mejor parte.458

RAMN:Y lo dems?459

SEORA DEGRIS:Dice usted bien. Y lo dems?460

RAMN:Lo dems es una suma de equvocos, de acciones profundamente incoherentes, de461

encuentros ociosos y de intenciones poco claras. Por qu? (La Seora Degris462

sonre y aprueba con la cabeza, Ramn se pierde en esa sonrisa velada) De463

veras no la he visto a usted antes?464

SEORA DEGRIS:Apenas, apenitas.465

RAMN: Es curioso que un diploma tenga el efecto de enfrentarnos con nuestra466

mortalidad. (La Seora Degris lanza una carcajada de plata. Ramn en cambio467

est cada vez mas serio.) Le agradezco la molestia. Es usted muy amable,468

muchas gracias.469

SEORA DEGRIS:No hay porque darlas, encantada.470

Sale Ramn con apresuramiento. Ella re, ahora quedo pero con su risa juvenil.471

Luego saca su pauelo gris y empieza a limpiar la banca, no para sentarse, sino472

para que se siente Saltiel, quien entra verdaderamente cansado de arrastrar un473

arbusto, casi un arbolito de durazno lleno de flores y sembrado en una maceta con474


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ruedas. Saltiel se enjuga el sudor con su pauelo, respira hondo, limpia sus475

anteojos. La Seora lo mira y l no a ella.476

SALTIEL: Hay instantes curiosamente vacos y blancos. (Sonre) El da de mi primera477

comunin, por ejemplo tambin cuando se cas mi hija. Unos instantes tienen478

no s que de mausoleo: Mrmoles, deslizarse entre mrmoles blancos y veteados479

con la palidez desesperada de las estatuas. (Ve a la Seora Degris, ella le hace480

un saludo rpido, como si no hubiera estado escuchando.) Seora, cuntas veces481

nos hemos encontrado el da de hoy (Se levanta, se quita el sombrero)482

SEORA DEGRIS:Usted perdone. Debe ser una casualidad de aquellas que se dan raramente483

en el mundo. Cbrase por favor, mi intencin no era interrumpir sus484

SALTIEL:Mis qu?485

La seora Degris podra decir premoniciones pero se limita a sonrer y sale de486

escena487

SALTIEL:Esta mujer acta cada vez de manera ms sospechosa. (Se acomoda en la banca.)488

La memoria funciona por tramos y en conciencia el olvido tambin; pero el489

olvido es mucho ms interesante porque es una especie de poder que funciona490

sobre las circunstancias ms inmediatas. (De arriba izquierda sale un grito491

desgarrado: de rabia, indudablemente.) Como esto, muy buen ejemplo.492

DINORAH:(Desde arriba.) Saltiel!493

SALTIEL:No s quin es. Lo olvid hace unos diez aos: algo fue desgastndose y un buen494

da volv de mi trabajo y no reconoc mi casa, entr por puro instinto.495

DINORAH:Saltiel, te estoy hablando!496


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SALTIEL:Y me encontr con una desconocida, tan desagradable que sent alivio y alegra497

de no conocerla. Me puse a pedirle a Dios que no me permitiera conocerla de498

nuevo porque los contactos viles envilecen. O as me pareci entonces.499

DINORAH:Saltiel! Ests sordo?500

SALTIEL:Y efectivamente, Dios me ayud. (Se vuelve hacia arriba.)Mande usted.501

DINORAH:(Furiosa) Mande usted! (Burlndose) Que si me hace usted el favor de subir.502

SALTIEL:Encantado.503

Se levanta con cansancio y entra izquierda bajos para subir a su casa.504

Izquierda altos. Dinorah en su silln est a punto de saltarle encima. Entra505

Saltiel, cuelga el sombrero.506

DINORAH:Cmo te atreves? (l no contesta.) Ah! Cmo te atreves?507

SALTIEL:No la comprendo.508

DINORAH:Qu cmo te atreves a hablarme de usted? Quin crees que soy? La luna?509

SALTIEL:Yo a la luna no le hablo ni de t ni de usted.510

DINORAH:No trates de distraerme. Siempre lo has hecho: distraerme hasta que caigo en el511

absurdo.512

SALTIEL:Si le hago a usted mal efecto pues (Va a descolgar su sombrero. Dinorah se lo513

impide con el ademn)514

DINORAH: Siempre me has hecho mal efecto. Siempre. Cuando apareces mi mundo se515

sacude, pierdo la orientacin y no recuerdo el lugar de las cosas.516

SALTIEL:(Con una pizca de lstima.)Eso significa que no le soy indiferente.517

DINORAH: Claro que no. Hace aos que te odio. Cuando t no ests soy otra: amable,518

generosa, hasta romntica.519


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SALTIEL:(Tranquilo.) Cuando yo no estoy quitas el retrato de mi ta Florencia y te pones a520

hablar con el mendigo histrico que vive en la casa de junto.521

DINORAH:(Se lleva las manos a la cabeza.) Ya ves? Me echas a perder la imagen de m522

misma! Cul retrato? De cul retrato hablas? (Empieza a temblar y seala el523

cuadro.) ese es el nico retrato que conservo y no me lo agradeces. (Casi524

sollozando.) Ya no se usa colgar retratos. (Ve la mirada de Saltiel, muy cruel la525

mirada.) Quieres que lo quite? Ahora mismo lo rompo y lo tiro a la basura. Lo526

conservo por ti.527

SALTIEL: Yo no simpatizaba con mi ta Florencia. (Disfruta la angustia de Dinorah.)528

Puedes dejarlo para que te entretengas, pero de ningn modo puedes hacerme529

creer que lo conservas para darme gusto. (Duro.) Entendido?530

DINORAH:(Humillada.) Si. Pero yo quera hablarte de otra cosa!531

SALTIEL:No era del tratamiento de usted?532

DINORAH: (Confundida.) No me hables de mis rodillas, o sigo el tratamiento porque533

necesito operacin. (Cae en la cuenta de su error, lo descarta.) Por qu te534

burlas de la indigencia del vecino? Y hasta de sus nervios!535

SALTIEL:Porque l tiene la tendencia a jugar con las cosas ajenas y a m eso no me agrada,536

qu le vamos a hacer. (Dinorah est seria, baja los ojos, piensa si ella ser, la537

cosa ajena y de pronto alcanza la conclusin que ella no es.)538

DINORAH:Las cosas ajenas como Fabiola Escutia de Frey. (Saltiel la mira sin expresin,539

no le interesa aclarar el asunto. Dinorah toma fuerza, recuerda lo que iba a540

decir en un principio.) Y qu quiere decir ese rbol que est junto a la banca?541

542


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Saltiel haba pensado que l se vera en un apuro cuando ella preguntara esto.543

Ahora cae en la cuenta de que estas explicaciones slo pueden producirle hasto.544

545

SALTIEL: Ese rbol es un smbolo primaveral, de renacimiento y para decirlo corto, de546

renovacin. Significa la continuidad de la vida.547

DINORAH:Y qu hace all abajo?548

SALTIEL:Yo me comprometo a regarlo.549

DINORAH:No lo trajiste a nuestra casa.550

SALTIEL:Quieres renovarte y resucitar?551

DINORAH:(De nuevo enojada.) No! Todo menos eso!552

SALTIEL:Por eso lo dej en la calle, para que puedan disfrutarlo aquellos que as lo deseen.553

DINORAH:(Muy concentrada.) Es para Fabiola. (Saltiel queda impvido.) No oyes? Digo554

que lo compraste y lo arrastraste hasta ac para ella. (Saltiel igual.) Y qu tal si555

en vez de la primavera ste resulta ser el ltimo da del invierno? (Saltiel se pone556

en pie. Esta idea le ha resultado muy perturbadora.)557

SALTIEL: Cmo se te ocurri esa idea tan perversa? (Dinorah enmudece, Saltiel pasa558

junto a ella.) Quiero estar solo. (Sale hacia el interior de la casa.)559

DINORAH:Ni siquiera dije lo que pensaba. Yo quera decirle que si l deja el rbol en la560

calle todo el mundo se dar cuenta de que es para ella. Y que si le parece561

necesario regalarle un rbol podran mandarlo poner en le jardincito de ella,562

porque si est en la calle todos vern que a ella le regala no un ramo de flores,563

sino algo inmenso: una rbol florecido. Y que a m no me regalara ni una flor,564

ni una hoja: nada.565


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SEORA DEGRIS: En sueos, quiz. Se trata de una capa sencillsima, sin adornos de589

ninguna clase. Apenas con unas tiras largas en el cuello para anudarla.590

ARIEL:Me permite tomarle medidas?591

SEORA DEGRIS:Por supuesto.592

(Se para como se hace para ser medido, con los brazos apartados del cuerpo.593

Ariel busca la cinta mtrica, apunta en una libreta.)594

ARIEL:Su nombre por favor.595

SEORA DEGRIS:Seora Degris.596

ARIEL:Junto o separado?597

SEORA DEGRIS:Junto, seor Montenegro.598

Ariel va a tomarle las medidas.599

ARIEL:Nada ms el largo.600

Lo hace, ve su cinta mtrica, apunta.601

SEORA DEGRIS:Cundo la tendr lista?602

ARIEL:La semana que entra, es decir, en unos tres das y si me puede dar un anticipo603

SEORA DEGRIS:No pensaba usted en suicidarse? (Ariel reacciona con asombro primero,604

luego con resentimiento pero finalmente admite con un movimiento de cabeza.)605

No tiene usted en la mueca izquierda las seales de un intento anterior?606

ARIEL: Si. Si seora De Gris. Yo soy un suicida por destino y vocacin. No gusta607

sentarse?608

SEORA DEGRIS:(Sentndose.) Por supuesto, gracias.609

ARIEL:(Se sienta frente a ella.) Como le deca, soy un suicida por destino y vocacin.610


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SEORA DEGRIS: As es, lo ha dicho usted de la mejor manera posible. Es sobre todo,611

cuestin de tiempo; debe elegirse el momento preciso: si algo se hace, se hace612

bien.613

ARIEL:Exactamente lo que estaba pensando. Ponerme un plazo, por ejemplo. Si puedo614

subsistir unos das615

SEORA DEGRIS:Si regresa Jess.616

ARIEL: (Incmodo pero no tanto.) De modo que usted conoce a Jess. Me gustara que617

volviera pero no para matarlo de hambre ni hablar de dinero todo el da. No618

puedo tampoco vivir con el miedo a perderlo porque eso me resulta humillante619

para conmigo mismo. Si yo me suicidara sera por hambre, pero no por amor.620

SEORA DEGRIS:Qu otros plazos podran ponerse?621

ARIEL:(Sorprendido.) Qu? Qu otros plazos? Pues despus de entregarle la capa.622

SEORA DEGRIS:Eso me parece perfecto. (Se levanta.) Aqu le dejo un anticipo y cuando623

me parezca conveniente vendr a buscar mi capa. (La seora Degris pone624

unas monedas sobre el mostrador. Ariel las examina, brillan mucho.)625

ARIEL:Qu extraas!626

SEORA DEGRIS:Son de plata pura. Cmbielas en algn banco internacional.627

ARIEL:(Con las monedas en la mano.) Muchas gracias.628

Sale la seora Degris con aire satisfecho, llega a la calle, sale del foro. Ariel se629

hipnotiza mirando las monedas.630

ARIEL:(De pronto.) Cuando venga a buscar la capa. Pero si no me dio la tela ni me dijo631

de qu material la quera! Delgada, dijo, pero no puedo arriesgarme a hacerle una632

capa de seda, es muy cara. (Mira por ah y encuentra el pantaln que trajo633

Jesusisto, se sienta a revisarlo.)634


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ARIEL:Bueno. Parece que son los bajos. (Pausa. Se dispone a coser.) Malvado nio! Me635

pone la bolsa en la mano y se echa a correr. Y esto es que nunca ley el636

Lazarillo de Tormes, lstima que yo s.637

Oscuro. Entra al foro Fabiola muy agitada. Trae una jaula cubierta con una638

funda oscura. Est sofocada, apenas alcanza a sentarse en la banca. Mira el639

rbol, sonre. Tararea de placer unas estrofas de la marcha de Ada; el rbol es640

fiesta para sus ojos. Saltiel sale de su casa, puerta de la izquierda, su encuentro641

con Fabiola vuelve a ser familiar, es evidente la mutua aceptacin.642

SALTIEL:Ya de regreso?643

FABIOLA:(Mirando el rbol.) Lo compr usted?644

SALTIEL:Quera hacerle un regalo.645

FABIOLA: Yo tambin quera hacerle un regalo. (Seala la jaula.) Quiz sea una646

imprudencia647

Saltiel con avidez de nio va a la jaula y le quita la funda. La jaula es dorada y648

adentro hay un pjaro oscuro.649

SALTIEL:(Encantado.) Es un ruiseor.650

FABIOLA:Canta muy fuerte.651

SALTIEL:Siento como si todo lo que hubiera querido en la vida fuera este ruiseor.652

FABIOLA:No le resultar estorboso?653

SALTIEL:No. Le gusta a usted el rbol?654

FABIOLA:Claro que si. Alguna vez le dije que me gustaban las flores de durazno. El rbol655

es un sueo.656

SALTIEL:Sabe que soy muy feliz?657

FABIOLA:Yo tambin lo soy.658


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SALTIEL:Soy feliz porque al fin comprend el amor. (Fabiola calla.) Le molesta que se lo659

diga?660

FABIOLA:Yo tambin creo haber comprendido algo.661

SALTIEL:Durante mucho tiempo cre que el amor era el planteamiento de la vida. Luego662

lo contrario: que era una fuerza personal y social; el amor al prjimo. Ahora s663

que se trata de un estado del alma, un estado que permite la inteligencia, la664

alegra, la paz interior.665

FABIOLA:Le agradezco que me lo diga. Est usted muy lcido el da de hoy. Yo tambin,666

creo. He tenido tantas ventajas en mi vida que recib el amor con los ojos667

cerrados, como un privilegio ms, y siempre result ser la nica desventaja en668

una situacin privilegiada. Muy sorprendente.669

SALTIEL:Pero super usted la desventaja.670

FABIOLA:Y las ventajas tambin. A pesar de todos mis viajes, misfiestas, mis maridos y671

mis divorcios, sobreviv y disfrut. En cambio ahora672

SALTIEL:Ahora qu?673

FABIOLA: Ahora sufro un dolor agudo y continuo, una nostalgia inmensa, toda mi vida674

consciente y subconsciente est llena de usted. Y eso, es a la vez la dicha.675

SALTIEL:(Circunspecto.) As es. Todas esas son razones de jbilo.676

FABIOLA: Pero nunca las habamos dicho. Por qu hoy? (Se sobresalta.) Quin nos677

mira? No es la seora Degris?678

SALTIEL:No la veo. Hoy la vi, sin embargo. Hay unos das, Fabiola, que son das679

sealados aunque no se sepa de antemano. Luego los reconocemos en el680

recuerdo. Este es as. Si en la noche tuviramos un telescopio podramos ver una681


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especial combinacin de estrellas. Me siento como nunca (Con sencillez y682

nada declamatorio.) Soy como la primavera.683

FABIOLA:Y yo siento ms dolores que nunca. (Se pone las dos manos sobre el corazn.)684

Lo sospech en el mismo momento en que lo vi por vez primera y me dije:685

Fabiola, se te prepara un amor imposible. Claro, me equivocaba; era slo la686

revelacin de que todo amor, por su naturaleza, es imposible.687

SALTIEL:Una vez, hace muchos aos, estuve en Pars. No tena entonces mujer ni hija.688

De paseo por los Campos Elseos me sent cansado y me sent en una banca689

como sta; era el verano y la noche se retrasaba. All vi caer una estrella y le ped690

un autntico sentimiento de amor; ped no vivir con las rplicas de lo deseado o691

con las sustituciones y menos con las caricaturas. Ped sentir el universo aunque692

fuera una vez a travs de una persona amada. Se ha cumplido, pero despus de693

vivir el equivoco, el engao, la frivolidad y la sordidez. Vivo en el universo y lo694

agradezco.695

FABIOLA:Sufro y me regocijo.696

Se quedan quietos, callados y sin tocarse, escuchando la msica, pera de697

nuevo, sus figuras adquieren brillo y esplendores. Canta el ruiseor a todo698

pulmn. Otra lluviecita de primavera: se levantan, llevan la jaula a casa de699

Fabiola, derecha bajos. Es como media tarde. Luces arriba izquierda y arriba700

derecha.701

(Voz de Ramn Cervantes.)702

Este profesor de gimnasia no se sale con la suya porque yo no quiero! (Aparece703

en su sala y toca la pared con la cabeza del busto de Verdi. Dinorah aparece704

en su sala, cojeando y con el tejido en la mano. Sonido de gotas como si705


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cayeran una por una: grandes, pesadas, aisladas. Dinorah descuelga el retrato706

y se coloca en la silla, lista para escuchar. No suelta el tejido.)707

DINORAH:(A gritos.) Diga usted.708

RAMN: Digo que su marido entr en la casa de Fabiola Escutia de Frey hace quince709

minutos y no ha salido.710

DINORAH:Siempre dirn que fue por la lluvia.711

RAMN:No quiere usted sorprenderlos?712

DINORAH:Tomarles una foto, llevarla al abogado, que l haga una denuncia de adulterio713

que me permita entablar un juicio de divorcio?714

RAMN:(Sorprendido.) Pues algo por el estilo.715

DINORAH:No. No quiero.716

RAMN:Por qu? Cmo sabe usted ese trmite?717

DINORAH:Lo le en una novela policaca y lo mand hacer. No result. Lo he mandado718

hacer como tres veces desde que empez el romance.719

RAMN:No me diga Y qu descubri?720

DINORAH:Nada. Se escuchan el uno al otro sentados a un metro de distancia.721

RAMN:Y para qu le sirve a l el dinero de ella?722

DINORAH:Cmo? No entiendo.723

RAMN:(Voz alta.) Qu para qu le sirve a l el dinero de ella?724

DINORAH:Ya lo haba odo antes pero sigo sin entenderlo. Saltiel tiene dinero propio.725

RAMN:Y por qu es profesor de gimnasia?726

DINORAH: Es entrenador de equipos olmpicos. (Tejiendo.) Est jubilado, da clases por727

gusto. Crea usted que viva de mi dinero?728

RAMN:(Hipcrita.)No, claro, ni pesarlo. Slo que no lo saba.729


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DINORAH:El dinero de Saltiel no me parece buen tema de conversacin. (Pausa.)730

RAMN:(No sabe de qu hablar.) En qu piensa, Dinorah?731

DINORAH:En mi tejido, es una sobrecama de cuadritos, ya tengo hechos ciento diez y me732

faltan trescientos cuarenta. Y usted en qu piensa?733

RAMN: (Con agresividad.) En la injusticia, en el diario problema de la nutricin, en la734

alimentacin de este viejo cuerpo, en los hospitales con mala atencin mdica,735

en los funerales colectivos y en un entierro que podra ser la fosa comn.736

(Dinorah se asusta y por lo tanto se enoja.)737

DINORAH:Yo no tengo porqu compartir esos pensamientos me dan miedo y es ms, No738

me morir nunca! Y si as fuera (Agarra el retrato.) Hablaremos otro da que739

est usted ms contento trate temas accesibles. Hoy no es su da.740

741

Cuelga el retrato y se sienta lejos de la pared. Teje, muy tiesa. Oscuro.742

Ramn se acerca a la ventana y grita hacia fuera.743

744

RAMN:Me rechaza porque mi conversacin no es cmoda. No es cmodo vivir solo y745

con poqusimo dinero. No es humano humano? No seor, estoy equivocado:746

es plenamente humano. Slo un hombre busca un lugar para s mismo tan cerca de747

los otros pero aislado de ellos, slo un hombre siente vergenza de sus andrajos,748

slo un hombre es capaz de sentir al mismo tiempo necesidad y desprecio por los749

otros. Detesto las plenitudes humanas!750

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Aparece la seora Degris en la calle con otro sobre tamao carta y sombrilla.752

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SEORA DEGRIS:Profesor Ramn Cervantes!754

RAMN:(Apresurado y nervioso.) Un momento seora, ahora bajo.755

SEORA DEGRIS: (Detenindolo con el ademn.) Un poco de msica por favor. Ya no756

llueve.757

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Ramn pone algn fragmento opertico tierno y delicado. La seora Degris da unas759

vueltas, danza, juega con su sombrilla. Ramn aparece. Puerta abajo derecha.760

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SEORA DEGRIS:(Tembloroso.) Este s trae mi acta de?762

SEORA DEGRIS: (Sobresaltada.) A ver, djeme verlo bien. Me parece que (revisa el763

sobre.) Perdneme, profesor Cervantes, no es para usted Y esta vez si se trata764

de un acta de defuncin.765

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Ramn se demuda. No sabe qu decir.767

768

RAMN:Yo, seora, soy un hombre que habla demasiado. Nada ms.769

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Vuelve a entrar a su casa. Derecha. La seora Degris juega un poco con la msica.771

Parece muy animada y juvenil, se decide a buscar a Montenegro. Lo llama desde afuera.772

Izquierda.773

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SEORA DEGRIS:Seor Montenegro.775

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Sale Ariel con apresuramiento.777


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ARIEL:Alguna noticia de Jesusito?778

SEORA DEGRIS:No, ninguna. Est usted muy preocupado?779

ARIEL:Pues s, francamente. Puede haberle pasado cualquier cosa.780

SEORA DEGRIS:No. No le ha pasado nada.781

ARIEL:Entonces porqu no viene?782

SEORA DEGRIS:Porque no se le ha acabado el dinero que le prest a usted una seora783

hoy por la maana. (Ariel se busca en los pantalones y en el chaleco.)784

ARIEL:Me rob! Es un ladrn, un mentiroso y un traidor. Pero lo que ms me duele es785

que me dej solo, a que me muera solo.786

SEORA DEGRIS:Me alegra que eso sea lo que ms le duele porque la soledad le va a durar787

muy poco, no tarda en regresar.788

ARIEL:Entonces le voy a pegar. (La seora Degris se re.)No, no le voy a pegar. No s789

que hacer. Me roba, me engaa, se burla de m y yo quiero pegarle, castigarlo790

pero no echarlo a la calle. Esa es mi verdad.791

SEORA DEGRIS:Qu bueno que as lo acepta, don Ariel. Lo felicito. No me haga la capa792

y qudese con el dinero.A rivederci.793

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Sale de escena con mucho garbo y ms ligera que antes. Ariel saca de su bolsillo795

las monedas de plata, decide devolvrselas e intenta seguirla.796

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ARIEL:Seora Degris! (Ve hacia todos lados.) Seora Degris! (Toca el timbre de Ramn798

Cervantes, l contesta en la oscuridad, por la ventana derecha altos.)799

VOZ DE RAMN:Qu deseaba?800

ARIEL:La seora Degris, si me hace favor.801


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VOZ DE RAMN:Aqu no vive.802

ARIEL:En casa de la seora Fabiola tampoco vive. Perdone usted. (Para s mismo.) Y si803

viviera en mi propia casa? (Va a su puerta, toca el timbre de arriba.) No vive804

aqu la seora Degris?805

VOZ DE DINORAH:Slo eso me faltaba.806

ARIEL: Perdone usted. (Ve hacia arriba y hacia debajo de la calle.) Yo slo quera807

devolverle su dinero. No es que me niegue a aceptar favores, por supuesto, pero a808

esa seora preferira no deberle nada. Por aquello de las cuentas claras. (Va a la809

banca mientras habla y apenas acaba de sentarse cuando aparece Jesusito. Ariel810

lo nota hasta que est frente de l.)811

JESUSITO:Don Ariel. Ya vine. (Ariel levanta los ojos y se le queda viendo sin cambiar de812

expresin.) Ver usted que me pas una cosa horrible. Yo tuve una tentacin813

porque pasamos frente a una feria y usted ni volte a verla. Y yo quise ir. Tuve814

muchas ganas de ir y815

ARIEL:Con qu dinero?816

JESUSITO:Con mi propina. No se acuerda usted de mi propina?817

ARIEL: Me acuerdo y tenas slo ese dinero? (Jesusito calla. Sabe que jams podr818

explicar la ausencia de los cincuenta pesos en las bolsas de Ariel. Por lo tanto,819

rompe a llorar.)820

ARIEL:Ah, verdad? Y con quin fuiste?821

JESUSITO:Solo.822

ARIEL:Si? Seguro?823

JESUSITO:All me encontr un muchacho.824

ARIEL:Y lo invitaste a subirse a los juegos.825


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JESUSITO:(Olvidado de sus lgrimas.) Pues si. Nos subimos al ltigo, al martillo, al avin826

y a la rueda de la fortuna. Comimos algodones, tortas, cacahuates hasta que se827

acab el dinero. (Jesusito se deprime, lagrimea.) Ahora quin sabe qu me va828

usted a hacer. (Ariel ya no est enojado sino ms bien agradecido de tenerlo829

consigo.)830

ARIEL:Pues hay das especiales. Este fue tu da de ir a la feria. Cosas del equinoccio.831

JESUSITO:Y cada cundo suceden?832

ARIEL:Dos veces al ao.833

JESUSITO:(Considerando el asunto.) Pues no est mal.834

ARIEL:Pero sin robos. (Jesusito asiente. Pero no es cierto: habr robos. Ariel y Jesusito835

se ponen en pie, van a su casa.)836

JESUSITO:Ojal hubiera muchos das de stos.837

ARIEL:Si t, como no.838

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Entran. La msica toma ahora una fuerza de clmax opertico y el atardecer se840

presenta rosado y amarillo. Las dos casas se ven tornasoladas. Aparece Saltiel841

por la casa de la derecha, con la jaula en la mano, muy dichoso. Va hacia la842

banca.843

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SALTIEL:Qu cosa tan hermosa es este mundo.845

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Contempla el cielo, el rbol, se encanta. Aparece la seora Degris con el sobre847

en la mano.848

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SEORA DEGRIS: Tome usted don Saltiel y venga conmigo. (Saltiel obedece850

inmediatamente. Toma el sobre y la sigue, ella va dos o tres pasos adelante.)851

Notar usted que tengo andares de muchacha.852

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La seora Degris camina mucho ms de prisa que l, pero l la sigue sin854

vacilaciones. Saltiel todava est en escena cuando ella ya ha salido. De pronto,855

el ruiseor se suelta cantando vigorosamente. Es un canto de jbilo, melodioso y856

triunfal. Sale del foro Saltiel. Aparece Fabiola, va hacia la jaula, toma el pjaro y857

lo suelta. Luego se queda quieta, mirndolo volar. Se escucha ruido de alas.858

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Mxico, mayo 14 de 1996.860

Libreto de Equinoccio

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