Lectura y Revolución

3

Click here to load reader

description

Contratapa TP

Transcript of Lectura y Revolución

Lectura y revolucin

Lectura y revolucin.

El poder que la literatura tiene sobre el mundo y la configuracin intelectual de los individuos ha sido siempre una cuestin polmica. Representada como una prctica restringida por situaciones socioeconmicas y asociada al ocio, la lectura se estableci como una disciplina cultural que otorgaba al lector una experiencia nueva, la visin de posibles mundos. Los proyectos de alfabetizacin masiva a lo largo de la historia, desde Inglaterra hasta finales del siglo XIX en nuestro pas, han sabido demarcar su importancia: el valor artstico e ideolgico que se desprende de los libros contribuy a formar experiencias individuales y colectivas, identidad de clases y naciones. Desde la Revolucin Francesa hasta la Revolucin de Mayo, la lectura actu como sistema de desestructuracin y reestructuracin del pensamiento social; esto confirma la importancia en tanto accin y revolucin, ya que como bien afirma Grafton la lectura tiene fines tanto polticos como intelectuales y por esta razn represent, a lo largo de la historia, una amenaza a los rdenes establecidos -desde La Reforma de la Iglesia hasta el gobierno de facto instaurado en Argentina en 1976- que interpretaron la lectura como posible germen subversivo y hertico y contra el cual respondieron por medio de la censura, el ajusticiamiento y la desaparicin de escritores y lectores. Luego, con el advenimiento de los desarrollos tecnolgicos, la lectura se convirti en un sistema de acceso sin restricciones a un extremo tal en que la humanidad escribe ms de lo que puede leer. Los libros son conocimiento y las oportunidades actuales en tanto experiencia de lectura son ilimitadas confirmando contra la censura y la restriccin las palabras de Sarmiento: On no tue point lees ides.Bibliografa Utilizada

Grafton, Anthony, El lector humanista, en Historia de la lectura en el mundo occidental, Santillana, Espaa, 1998. Lyons, Martin, Los nuevos lectores del siglo XIX, en Historia de la lectura en el mundo occidental, Santillana, Espaa, 1998. Altarmirano y Sarlo. Lectura, en Conceptos de sociologa literaria, Centro Editor de Amrica Latina, Buenos Aires, 1980. Williams, Raymond, Historia de la comunicacin p.13-61. Cavallo, Guglielmo y Chartier, Roger: Introduccin, en Historia de la lectura en el mundo occidental, Santillana, Espaa, 1998. Zaid, Gabriel, Quejarse de Babel, en Los demasiados libros, Ocano de Mxico, Mxico, 1996. Romero, Luis Alberto, Libros baratos y cultura de los sectores populares, Cisea, 1986.

Bibliografa Optativa Altamirano y Sarlo, Estructura de sentimiento, en Conceptos de sociologa literaria, Centro Editor de Amrica Latina, Buenos Aires, 1980.El artculo toma la idea de Williams quien explica que la estructura de sentimiento es la forma en que se vive la cultura, lo que contribuye a la experiencia de lectura de los individuos y a la concientizacin con respecto a la realidad.

Altamirano y Sarlo, Convencin, en Conceptos de sociologa literaria, Centro Editor de Amrica Latina, Buenos Aires, 1980.

El artculo trabaja el contexto de tradicin cultural y el sistema literario en el cual se insertan los libros y por lo tanto, las experiencias, los gustos y las expectativas. Esta insercin obedece a las categoras estticas y de percepcin, al nexo entre la cultura y la sociedad y su consecuente heterogeneidad, resaltando la existencia de culturas hegemnicas y subalternas o alternativas. Altamirano y Sarlo, Conciencia posible, en Conceptos de sociologa literaria, Centro Editor de Amrica Latina, Buenos Aires, 1980.

Parte del concepto elaborado por Luckacs partiendo de la representacin de la lectura con el advenimiento del Capitalismo y la consecuente masificacin del pblico lector. Esta cuestin afecta las potencialidades de la representacin y responden a una conciencia de recorte en tanto identificacin con las clases sociales considerando factores como la estructura objetiva de la sociedad, la conciencia de clase y loa prejuicios que derivan de contingencias histricas.PAGE 2