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“Las salmoneras y la economía del hogar pesquero-artesanal en el mar interior de Chiloé, Chile:
Las subjetividades del lugar en tiempos del desarrollo”.
María Pía Torres1 Gonzalo Saavedra Gallo2
PALABRAS CLAVE: Economía de casa, pesca artesanal, salmonicultura, mar interior de Chiloé. RESUMEN: El presente artículo aborda, un análisis sobre la organización económica del hogar, las
estrategias domésticas emergentes y proyecciones de familias de pescadores
artesanales en las caletas de Calbuco y Quellón en el contexto de sus relaciones con la
salmonicultura industrial, en franco proceso expansivo por todo el mar interior de
Chiloé. Se expone una síntesis de los resultados de una tesis de pregrado realizada al
alero del proyecto Fondecyt de iniciación titulado “Escenarios del desarrollo
pesquero-artesanal en el contexto de la expansión salmonera. Antropología de las
dinámicas económico-culturales en las costas del sur-austral chileno”. La
investigación se sustenta en el supuesto que observa la economía de la casa pesquero-
artesanal como una institución-modelo que permite organizar prácticas y procesos
materiales. Este proceso es posible en tanto “la casa” se despliega como centro
económico, material y simbólicamente estructurado, que al entrar en relación con la
economía capitalista transnacional se ha transformado, reformulado y resistido desde
la subjetivación, la tradición y el conocimiento local; no obstante, a la inversa, ello
también ha ocurrido desde las lógicas y dinámicas de mercado. La base del trabajo que
se presenta se centra en el análisis de la economía doméstica desde lo planteado por
Gudeman y Rivera (1990) caracterizando la organización de los hogares de
pescadores. Asimismo se propone una descripción de las estrategias emergentes y sus
proyecciones frente a la avanzada de la industria salmonera en las costas de las
localidades “tradicionales”.
1 La autora es Antropóloga y ayudante de investigación en el proyecto Fondecyt de iniciación N°11110542. Dirección electrónica: [email protected] 2 El autor es Doctor en Ciencias Políticas y Sociología. Actualmente se desempeña como director de la Escuela de Antropología de la Universidad Austral de Chile e investigador responsable del proyecto Fondecyt de iniciación N°11110542. Su dirección electrónica es: [email protected]
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I. INTRODUCCIÓN
La historia económica de la región de Los Lagos, en el territorio sur-austral de Chile,
indica que desde mediados del siglo XIX ha entrado en contacto con capitales
empresariales foráneos, inicialmente con la avanzada extractivista de materias primas
(maderas de alerce, ciprés, pieles de mamíferos y pesquerías), más tarde en los años
1980, nos encontramos con la inserción de las empresas pesqueras en el borde
costero y posteriormente las salmoneras. Desde mediados de la década de 1990, la
industria productora de salmones en cautiverio (IS) se expande vertiginosamente por
las costas de Chiloé y de la Patagonia insular occidental. Estas zonas han sido
configuradas desde la más remota tradición bordemarina –incluso canoera-
particularmente de los Mapuche-Huilliche (gente del sur) que habitaron el
Fütawillimapu (Grandes Tierras del Sur), haciendo uso de estos espacios hace cientos
de años. Se ha desarrollado allí una compleja y milenaria cultura del bordemar que
incluye precisamente la recolección de orilla (por ejemplo algas), la pesca artesanal
(en especial bentónica) e incluso la actividad agrícola.
No obstante, la expansión de la economía capitalista, ha sido el fundamento y origen
de notables transformaciones ecosistémicas, socioculturales y adaptaciones en el
ejercicio de las propias lógicas y prácticas económico-productivas locales (Miranda,
2005; Guerra y Skewes, 2010; Saavedra, 2011). En este sentido los asentamientos de
sustento pesquero artesanal al entrar en contacto con la economía de mercado, han
presentado respuestas locales y localizadas a estos procesos modernizantes, en donde
se evidencian estrategias creativas expresadas por los sujetos, las cuales establecerán
los límites y alcances de este en sus territorios (Escobar, 1996; García Canclini, 1990;
Saavedra, 2011). Las localidades de Calbuco y Quellón, representan espacios
justamente interpelados y tensionados por los procesos de globalización y
mercantilización de los recursos naturales, que se manifiesta en dinámicas de
transformación visibles desde las instituciones locales y localizadas que dan vida a la
reproducción de las prácticas y artes de mar; en este caso, nos centraremos en el
hogar de pesca-artesanal. Los dos asentamientos poseen, desde fines de la década
1990, una fuerte presencia de la industria salmonera la cual ha incidido
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profundamente en términos de ocupación del espacio y generación de empleo
(Miranda, 2005; Vallejos, 2009; www.salmonchile.cl, 2000). Todo ello ha repercutido
en que los hogares reformulen creativamente ciertas prácticas para su continuidad,
aplicando saberes tradicionales (Leff, 1998) e insertándose en distintos grados al
mercado.
La presente aproximación encuentra su justificación en la necesidad de realizar
investigación y análisis reflexivo-teórico, para generar conocimiento acerca de las
sociedades pesqueras en el sur austral de Chile, entendiendo a éstas como complejos
socioculturales cuya actividad extractiva es ante todo una expresión cultural de
arraigo tradicional, por sobre todo, al considerar que los asentamientos de pesca
artesanal se articulan en base al concepto de comunidad, ya que los recursos
pesqueros son bienes comunes que permiten la creación de una identidad
comunitaria basada en un profundo sentido de territorialidad construido a partir de
su relación con el hábitat en el cual han desarrollado su vida desde temprana edad.
Asimismo, se ha planteado la necesidad creciente de realizar estudios desde la
perspectiva de género puesto en relación con el análisis sociocultural y económico-
productivo (Fariña, 2008; Díaz, 2009; Rebolledo, 2012). Para ello, hemos de trabajar
con elementos derivados de los debates de la antropología económica, así también de
la antropología del desarrollo y la nueva ruralidad.
Desde la perspectiva de Gudeman y Rivera (1990), en la población rural de América
Latina, prevalece el modelo de “economía de la casa” para la organización de prácticas
económicas aún frente a la presencia de la “corporación” o industria. Existiría en estos
espacios, el predominio sus actividades que son modeladas por un plan que provee el
hogar para su reproducción, pues la casa cuenta con una “base o fundamento” que
permite la subsistencia de los individuos que la habitan, “tiene puertas”- metáfora que
se utiliza para hablar de las transacciones materiales del grupo- que se abren y
cierran, ya sea: “de puertas para adentro” para indicar los bienes que se producen
junto a la casa y se mantienen adentro, o de “puertas para afuera”, es decir que pasan
de adentro hacia afuera y de afuera hacia dentro. La “base” o fundamento, implica
aquellas actividades que permiten la reproducción de la casa como organización
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económica, ya sea la tierra y su cultivo o en este caso particularmente, el mar y la
extracción de sus productos (en algunos casos encontraremos economías mixtas cuya
base se constituye por ambas). Esto formaría los cimientos de su economía, lo cual en
el mundo rural es observable desde las características y el diseño de la vivienda
misma y el hábitat en donde se emplaza. El modelo de la casa-en tanto modelo
económico- opera desde lo físico a lo social y extiende sus lógicas y dinámicas
económicas hacia el exterior como una metáfora, una figura de un mundo construido-
con fundamentos y refuerzos- la cual posee una organización económica determinada,
por tanto, no sería susceptible a los ciclos económicos exteriores ya que presenta un
distanciamiento de las intenciones económicas de otros, aunque es vulnerable a los
cambios ecológicos debido a la dependencia del medioambiente para la satisfacción de
sus necesidades.
Es en este paisaje de encuentros, de cambios estructurales, de adopción de nuevas
prácticas, de configuración de identidades, de nuevas formas de territorializar el
espacio marino por parte de las comunidades y caletas de pescadores artesanales, en
donde cabe preguntarnos por las reformulaciones creativas, la subjetividad y las
estrategias emergentes a partir de esta confluencia. García-Canclini (2001), plantea en
su libro “Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad”, la idea
de que las culturas reformularían lo popular y tradicional como estrategias de
prosperidad frente al desarrollo moderno, y que éstas se abrirían hacia la modernidad
persistiendo en determinados rasgos tradicionales, revelando el dinamismo que existe
desde la cultura y declarando de paso la inexistencia de culturas puras y estáticas.
Asimismo, Guerra y Skewes (2010) afirman que la resistencia local condicionaría el
avance capitalista, estableciendo las bases para la sustentabilidad de las poblaciones
estuariales y buscaría la reposesión de sus territorios (y maritorios) hoy amenazados.
Dentro de la literatura latinoamericana se ha argüido que los hogares han de
desarrollar novedosas estrategias de vida para enfrentar situaciones adversas tales
como; el desempleo, el reajuste de los salarios percibidos por la unidad familiar y el
ingreso familiar. El hogar gozaría de dicho potencial para reducir los efectos
proyectados hacia éste a causa de alguna crisis de diversas fuentes. Según Cornia
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(1987), muchas de las estrategias de las cuales se ha dado cuenta en numerosos
estudios de carácter socio-demográfico, no serían inéditas. En muchas ocasiones, se
recurre a actividades que anteriormente ya se han realizado por parte de las familias
para su sustento y mantención, “Considerando que los hogares tienen un cierto poder
de manipulación del ciclo doméstico” (Gonzáles de la Rocha y Escobar, 1989 en Sallés
y Tuirán, 1996). A partir de lo planteado por Cornia (1987), Sallés y Tuirán (1996) y,
Gudeman y Rivera (1990) se ha procedido a categorizar las estrategias emergidas
desde el hogar frente a la reestructuración de la economía glocalmente, haciendo
hincapié en las crisis laborales y económico-productivas que han vivenciado desde sus
localidades y han afectado la economía del hogar.
La estrategia metodológica cuyo enfoque es eminentemente cualitativo, tuvo como
objetivo profundizar en las visiones, discursos y vivencias de los propios actores
vinculados a la pesca artesanal que protagonizan las dinámicas y procesos regionales
y glocales asociados al hogar. En particular se seleccionaron caletas emplazadas en
sectores rurales de acuerdo a un análisis de diversidad económico- cultural (Saavedra,
2011) en la consideración de que la región de Los Lagos es uno de los territorios con
mayor población rural en Chile, alcanzando el 31%, y específicamente, en sectores en
donde es posible visualizar de manera variable los impactos de la salmonicultura, solo
Puerto Montt, entre las capitales regionales chilenas, ha sido la segunda con mayor
crecimiento del país los últimos 10 años (41,3%) (Censo, 2012). Para poder tener un
análisis profundo del problema observado, se trabajó con el método etnográfico, a
través del estudio de los modos de producción domésticos en el contexto de la
expansión salmonera en el mar interior de Chiloé. Algunas de las técnicas que
permitieron profundizar y capturar los discursos asociados a la imagen de la IS y sus
implicaciones territoriales, así como la proyección a nivel subjetivo fueron: la
aplicación de entrevistas semi-estructuradas, conversaciones abiertas y de forma
transversal, el análisis documental.
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II. La organización económico-doméstica en Isla Quihua en Calbuco y Curanué
en Quellón.
La base o sustento económico del hogar
Los asentamientos pesquero-artesanales en los cuales se focaliza esta investigación se
ubican en sectores rurales en donde la pesca artesanal -particularmente el buceo
bentónico-, es la principal actividad económica realizada por sus habitantes. El paisaje
que encontramos en ambas localidades se evidencia como producto sociocultural
(Guerra y Skewes, 2010), ya que ha sido modelado de acuerdo a los estilos de vida que
les facilita su geografía y la tradición. Son caseríos dispersos en donde la casa como tal
se emplaza muy próxima a las entradas de mar. La ocupación sociogeográfica de los
espacios también se manifestará en la noción de “territorio” que revela un profundo
sentido de identidad posibilitado por la relación que han desarrollado con su hábitat
desde temprana edad, y lo cual incluye expresiones de apropiación forma material e
inmaterial (Ther, 2011).
“La casa” como tal, en sí misma es una expresión de apropiación material. Gudeman y
Rivera (1990) afirmarán que la estructura material con la que cuenta un hogar está
directamente vinculada a su estructura simbólica, cuyo eje sería su “base” o
“fundamento de su riqueza”, lo cual sería la principal característica del modelo
económico doméstico. La base por tanto constituye aquellas actividades, prácticas y
espacios que proporcionan el ingreso material al hogar. Este ingreso puede ser
concebido en términos económicos o de acuerdo a los productos que explotan los
miembros de la unidad familiar desde los cuales obtienen sus medios de vida, ya sea el
producto mismo o la ganancia monetaria que tal actividad implique. En este sentido,
nos encontramos frente a unidades domésticas multiproductoras (Morales, et al,
2010), que aunque cuya actividad predominante sea la pesca artesanal se caracterizan
por complementarla con la actividad agrícola, ganadera, hortícola y recolectora. En
este sentido, entendemos este sistema de producción como una economía mixta, que
les permite complementar sus ingresos y sortear las vicisitudes del porvenir:
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“Estamos entre la agricultura y el buceo, si vamos a medirlo yo creo que estamos 50 y
50, mitad y mitad, y también hay gente agrícola que trabaja en las hortalizas, las
ovejitas. Y somos mixtos también en algunos casos, yo por ejemplo soy buzo
mariscador, un poco trabajo en el mar y otro poco en la agricultura y así, en el tiempo
de las papas nosotros no compramos, la sembramos y así lo cultivamos y producimos
nosotros para todo el año.” (Hombre 1, 50 años – buzo mariscador)
Tal como se observa en la cita, el desarrollo de las actividades económicas opera en
base a ciclos, que son definidos por los vaivenes del clima, las temporalidades y
estaciones que propiciarán el trabajo en el mar (otoño-invierno) o en tierra
(primavera-verano). Esto nos habla de un estilo de vida muy particular que permite el
borde costero.
Estructura organizacional de la economía doméstica
El modo de producción doméstico –en la célebre expresión de Marshall Sahlins- de
cara al mar interior de Chiloé consolida al hogar como una institución económica local
y localizada, que para su organización cuenta con una estructura basada en la
institución familiar, el autoconsumo, la subsistencia y los vínculos parentales como
articuladores de la cooperación comunitaria (Morales, et al, 2010), lo cual le permite
reproducirse y organizar sus prácticas y procesos materiales de acuerdo a las
relaciones que se establecen tanto dentro del hogar como en la localidad misma donde
se ubica. Para efectos de la organización intra-doméstica, opera la división sexual del
trabajo producto de los papeles de género asignados socioculturalmente, lo cual es la
forma más primitiva de organización de la sociedad. Para los varones el trabajo está
vinculado a lo externo, pues se pueden desempeñar principalmente como buzos
mariscadores o en salmoneras, y las mujeres trabajarían apegadas a lo doméstico,
encargadas de los quehaceres de la casa y también de la huerta, los invernaderos y la
recolección de algas. No obstante durante las temporadas de cosecha el trabajo de
selección es compartido por hombres y mujeres.
Asimismo, la organización económico-productiva de la localidad está atravesada por
relaciones de parentesco, compañerismo y lazos forjados con los vecinos, compañeros
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de trabajo y los denominados “hermanos de crianza” con los cuales se ha compartido
el espacio de habitabilidad. La solidaridad y la reciprocidad como valores en el ámbito
económico- productivo, se presenta en diversas actividades tales como la cosecha de
choritos entre hogares (Mytilus chilensis), familias y vecinos del sector rural y
particularmente en la siembra y cosecha de papas- habría un flujo constante en el
intercambio de mano de obra entre estos. Con respecto a la relación entre pescadores
artesanales, se produce también una relación de solidaridad en diversas situaciones,
no solo en el plano de lo económico productivo, incluso se denomina a la localidad
como “una familia de pescadores”. El tejido social se va hilando en la medida en que la
confianza se constituye como soporte de las relaciones entre miembros de la
comunidad, en el cual la reciprocidad opera como mecanismo que compromete a las
personas generando actitudes y valores más eficientes a la hora de explotar bienes
naturales de uso común (Reyes, 2010):
“Acá en el sector lo que más hay es la solidaridad de la gente, por ejemplo si a un
pescador le pasó algo ahí están todos los pescadores, no hay que estar diciendo nada,
y si hay que hacer beneficios hacemos beneficios, comidas típicas por ejemplo, que la
misma gente de acá compra para ir en ayuda de quien le pasó cualquier cosa, sea una
enfermedad o un accidente ni Dios lo quiera por ejemplo un problema con la
embarcación o un naufragio algo así, la gente está toda ahí, si hay que amanecer se
amanecen trabajando. Hay años en que se da más que en otros, lo que más nos pasa
son las enfermedades, estamos comunicados entre familias y acá, o sea, seas o no
parte de la familia pasas a ser parte de la familia de pescadores, porque de verdad
que es así, porque por ejemplo, no porque yo sea de apellido Barrientos y la otra
de cualquier otro apellido y no tenemos relaciones de sangre, pero por el hecho
de ser pescador le pasó algo y ahí estamos todos, sea realmente familia o no sea, a
la hora que hay que ayudar.” (Mujer 6, 44 años – dueña de casa)
Los movimientos del hogar que le permiten ingresar al mercado
Para Gudeman y Rivera (1990) el hogar rural posee la versatilidad de operar
simultáneamente en la lógica del mercado moderno y en la tradicional para lo cual
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utilizan la metáfora de “las puertas”. En este sentido, actualmente encontramos dos
circuitos a través de los cuales el hogar genera movimientos económicos. Dentro de
los ingresos generados “de las puertas hacia dentro” o intra-predial (intra-
explotación) encontramos la producción agrícola: agrícola, pecuaria, forestal
(silvícola: maderable y no maderable) y la producción no agrícola: renta de tierra,
servicios (turismo), artesanía, recolección, caza y marina. La actividad de recolección
contempla la: algas, moluscos, y la actividad extractiva: pesca que es exclusiva para el
consumo de la familia. Estas actividades satisfacen directamente las necesidades del
hogar o permiten el ingreso de dinero o productos que serán destinados para la
reproducción de la misma base. Tal como se aprecia en el esquema N°2.
Por su parte, los circuitos comerciales que se realizan “de las puertas hacia fuera”,
contemplan aquellas actividades extractivas y productivas del hogar, cuyos productos
ingresan al mercado-local, regional, nacional- y por tanto generan ingresos
monetarios que al ser invertidos, son útiles tanto para abastecen las necesidades de la
unidad familiar y reproducir su base material, así como también contempla los
ingresos producto de los ingresos extra-prediales (extra-explotación): aportes
(donaciones), subsidios, venta de fuerza de trabajo (permanente o temporal), como se
observa en esquema N°3:
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El hecho de sembrar para volver a hacerlo, opera desde la lógica en que el excedente es
utilizado como fondo de reemplazo (Wolf, 1982). Por su parte la inserción de los
campesinos (familias pescadoras) al mercado, se presenta en cinco variables (Murmis,
1991); 1) Insumos: para la agricultura debido a la erosión de la tierra se requiere la
adquisición de agroquímicos y algunos insumos asociados a la práctica del buceo
bentónico, tales como los trajes, etc., 2) De productos: se accede como vendedores
participando de ferias locales y regionales, 3) Bienes de consumo: todos aquellos
alimentos, embutidos, ropas, etc., con los cuales viven los miembros de la unidad
familiar y acceden por medio del mercado., 4) Mercado de la tierra: Campesinos que
arriendan, manejo de maquinaria agrícola y trabajadores. En el caso de la pesca, las
embarcaciones y lo necesario para operarlas, tales como los trabajadores, ayudantes de
buzo, etc. 5) Mercado del crédito: La población rural también se endeuda. Flujos
económicos relacionados con multitiendas, casas comerciales, con distintos fines, ya
sea la mejora de la maquinaria de la lancha, con los mismos intermediarios, etc.
Estrategias de los hogares de pesca artesanal en el contexto de la expansión
salmonicultura.
El hogar tiende a ajustar sus estrategias de acuerdo a los procesos y crisis que le
pueden afectar de forma directa. En este sentido, dentro de los tres tipos de
respuestas tipificadas, encontraremos algunas asociadas particularmente a la crisis
producida por el virus ISA (descontrolado ya hacia fines de 2007), basta considerar
que entre los años 2006-2009 (coincidente con el periodo de desarrollo del virus) la
pobreza en Chile aumentó 1,4 puntos porcentuales, mientras que en la región de Los
Lagos el incremento fue de 2,4 puntos porcentuales, lo que significa que 21.000
personas que el año 2006 no eran pobres pasaron a serlo el 2009 (Casen, 2009). Ante
este escenario, la crisis incitó al hogar a generar respuestas frente a la transformación
local.
Estrategias destinadas a la generación de recursos
Las estrategias destinadas a la generación de recursos, ocurren a partir de un
descenso en los ingresos del hogar, por tanto, su objetivo es satisfacer las necesidades
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básicas de la unidad familiar mediante la protección de lo que proporciona el sustento
del hogar, ya sea dinero o especies. De ellas destacamos tres; a) Los miembros de la
unidad familiar se desempeñan en diversas actividades laborales: Dentro de una
misma familia podemos encontrar el ejercicio de diversos oficios “es el caso del hogar
de Mujer 8 quien trabaja en una pesquería mientras su marido de ser buzo artesanal
pasó a laborar como buzo intermedio en una salmonera, su hija previamente a ser
dueña de casa se desempeñó en una planta procesadora de salmones, su hijo en la
miticultura, otro hijo se encuentra estudiando fuera y el más pequeño aún en crianza.
Pero se mantiene el sustento marítimo en la mayoría de los empleos a los cuales han
accedido como familia” (Fragmento cuaderno de Campo Quellón). También hemos
observado que las mujeres se han integrado masivamente al empleo industrial
principalmente, en estas localidades. En algunos casos, complementan la actividad
bentónica o del hogar con la salmonera. El hecho de que realice ambos tipos de
trabajo se explica de acuerdo a lo planteado por Rebolledo (2012), quien afirma que
este hecho da luces sobre la persistencia de un sustrato cultural donde el trabajo
asalariado es percibido como una ¨changa¨, palabra chilota para designar un trabajo
temporal que se puede tomar o dejar en cualquier momento. b) Apertura de las
puertas del hogar a nuevos miembros: En vista de que la población flotante en
estas localidades va en aumento-por ejemplo- el 50% de la fuerza de trabajo entre
operarios, trabajadores y profesionales contratados en las salmoneras de Quellón es
migrante de otros poblados, ciudades y regiones (Rebolledo, 2012), el alquiler de
habitaciones y pensiones florecieron. Se presentó por lo tanto como una clara
oportunidad para generar recursos desde el propio hogar ofreciendo su mismo
espacio y los recursos con que contaba para ello., c) Estrategia focalizada en la
mujer y el hogar: Durante el episodio ISA el municipio de Quellón, PRODEMU –
agencia estatal de promoción de la mujer) y SENCE (Servicio Nacional de Capacitación
y Empleo) se encargaron de potenciar el hogar y a la mujer, dictando cursos de
repostería, costura, entre otros, remunerados para hacer frente a la crisis que se
reflejó en los hogares. El punto clave abordado desde esta política fue que la mujer
pudiese maximizar su potencial desde la propia casa, como recurso humano.
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Estrategias para mejorar la eficacia de los recursos existentes
Las estrategias para mejorar la eficacia de los recursos existentes, consiste en gran
medida en contribuir a la moderación y reproducción de los recursos con los que se
cuentan para mejorar la situación de la economía doméstica en tiempos de crisis. Esto
implica reestructuración desde las puertas hacia dentro del hogar, que a partir de una
serie de decisiones irá dejando entrever los cambios que irá adoptando. Muchas de
estas iniciativas tienen su sustento en la tradición. Para Chayanov, la ventaja que tenía
la producción campesina frente a la capitalista, era la viabilidad y estabilidad de la
pequeña producción, que en los casos particulares en los cuales se había abandonado
la pesca artesanal o la agricultura para emplearse en la industria, se retoma, así como
también la crianza de animales menores. Al retomar estas prácticas de las cuales se
posee conocimiento previo ya que fueron las sostenedoras de la base de la economía
del hogar en el cual crecieron y/o en el propio previamente a la inserción industrial,
se establece como estrategia para resistir la crisis de precarización económica, y
queda para la posteridad como un ingreso. Esto lo podemos observar en el siguiente
testimonio:
“Y mi marido después logró entrar a trabajar en una empresa de salmones, estuvo 5
años trabajando bien ahí y después cuando empezaron a tener problemas las
empresas, él se quedó sin trabajo, y aquí el buceo todos lo practican pero es poco lo
que ganan, entonces fue muy difícil para nosotros porque estábamos acostumbrados a
tener todos los fines de mes nuestro sueldo, o sea, el sueldo de él más que nada. Y así
pasaron 3 años que estuvimos al 3 y al 4, igual el sacaba centolla con un primo
que tiene lancha y nosotros lo desconchábamos aquí en la casa, lo faenábamos,
envasábamos, igual tomando precauciones porque la carne de la centolla es
muy delicada, lo congelábamos y de ahí había una persona que nos recibía eso.
Pero igual eso era como aventurero porque había días que sacaban 200 kilos, pero
había días que iban y no sacaban nada. Entonces había que cuidar el dinero…Igual de
ahí fuimos saliendo, igual yo con mi trabajo… Y desde ahí (refiriéndose a la crisis
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salmonera producto del ISA) que tenemos ovejas y si a fin de año nacen por ejemplo 8
corderos vendemos 6 los demás los dejamos para navidad, año nuevo o uno para
febrero cuando salimos por ahí.” (Mujer 5, 42 años – auxiliar de servicios)
Entendemos estas acciones como estrategias autogestionarias cuya base son los
saberes y prácticas locales como formas de arraigo en el espacio territorial (Leff,
1998). Las poblaciones locales se sirven de los recursos de los estuarios para poder
sortearlas y, en parte, también a la expansión capitalista (Guerra y Skewes, 2010).
Estrategias que inciden en la estructura, composición y organización de la
familia
El tamaño de la unidad familiar va cambiando en la medida que ciertas estrategias
requieren la migración de sus recursos humanos fuera de la localidad; “Los hogares
pueden disminuir su tamaño y, en consecuencia, el gasto familiar, cediendo
temporalmente a uno o más de los hijos menores a hogares de parientes acomodados,
o bien enviando a sus jóvenes a obtener ingresos en otros mercados laborales”
(Gonzáles de la Rocha y Escobar, 1989 en Sallés y Tuirán, 1996).
“Por ejemplo, con el virus del salmón las empresas tuvieron que irse más al sur, más
hacia el océano con sus salmones y la gente también se está yendo con ellos a
Punta Arenas por ejemplo, por allá hay mucha gente de Calbuco que se fue el
año pasado, incluso una amiga que estaba trabajando en la Camanchaca
conmigo se fue, porque le ofrecieron más dinero y pasajes y estadía gratis. El año
pasado se llevaron alrededor de 30 personas a Punta Arenas. Les pagan su pasaje de
ida, pero el regreso se lo financian ellos mismos. Entonces como las empresas se están
yendo más lejos se llevan a la gente con ellos, y no se van las familias completas, se
van los que puedan ir, por ejemplo, padres de familia que abandonan su hogar por un
buen tiempo para irse hacia el sur.” (Mujer 3, 40 años –empleada IS)
Proyecciones de la unidad familiar y el modo de producción doméstico en el
escenario actual.
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Las proyecciones de la organización económica de los hogares de pesca artesanal van
de la mano con aquellas vinculadas a la vida y actividades económico-productivas de
la localidad. Desde la perspectiva de los y las entrevistadas ha sido posible distinguir
tres tipos de proyecciones que aúnan ambas dimensiones; lo local y doméstico, para
dar cuenta de su mirada respecto al futuro. En primer lugar encontramos un escenario
de permanencia en el cual se concibe la mantención de prácticas y actividades que dan
sustento a la economía doméstica actualmente, en un segundo momento, un escenario
de transformación parcial de éstas y, finalmente, un escenario de destrucción y/o
cambio radical.
Proyección de la actividad económica local
En ambas localidades se hace patente una preocupación por el bienestar y
sustentabilidad del ecosistema marino, tanto para el desempeño de las industrias
como de la pesca artesanal, principalmente debido a que ambas serían las principales
fuentes de ingreso que permitirían mantener la base del hogar. Se manifiesta un temor
proyectado en la posible desaparición de las prácticas pesquero-artesanales producto
de las actuales condiciones del medio acuático. Sin embargo, se levantan algunos
discursos esperanzadores, depositando sus expectativas en la regulación y
fiscalización a mediano plazo de las actividades ejercidas por la industria y la pesca.
Escenario de permanencia y mantención de prácticas económico-productivas
En este escenario, encontramos discursos que expresan la proyección de su vida
económico-doméstica asociada a las prácticas que le dan sustento a la base del hogar
actualmente. Lo han hecho de forma tradicional, desde un anclaje en la identidad
asociada a la práctica pesquero-artesanal y al interés por continuar ejerciéndolo
libremente. Otro de los argumentos proporcionado por los/as entrevistados/as, dice
relación con que la continuidad de esta práctica se basaría en su arraigo histórico, y
que por lo tanto, esto se presentaría como un antecedente que aseguraría que en un
futuro persistirá:
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“Lo que pasa es que nosotros tenemos que tener en consideración que la pesca artesanal ha
existido, existe y va a existir, porque hemos existido desde los tiempos históricos, bíblicos,
donde nos vayamos en la historia vamos a encontrar pescadores. La industria también
existe pero a la hora que dejan de ganar, se van y nosotros quedamos y seguimos.”
(Hombre 1, 50 años –buzo mariscador)
Escenario de transformación parcial
La preocupación por transmitir los conocimientos acerca de cómo sembrar, cosechar
y bucear es una constante, aún cuando se espera que la descendencia y parte de las
nuevas generaciones se dediquen a otras actividades vinculadas a la formación técnica
y profesional en institutos y universidades fuera de la localidad, los hijos e hijas por
tanto, aún cuando puedan escoger otra ocupación o migrar del lugar, siempre tendrán
la posibilidad de regresar. En cuanto a la inserción laboral femenina, se visualiza la
apertura de opciones para trabajar y la dependencia únicamente de su voluntad para
emplearse en una industria o dedicarse al hogar, la agricultura y la crianza de los hijos.
Por cierto, los roles de género tradicionales.
Escenario de desaparición y transformación de la base de la economía del hogar:
Las proyecciones dadas a conocer por un gran número de las entrevistadas distan en
muchos sentidos de la organización y vida económica doméstica actual de la localidad.
En primera instancia se visualiza un cambio en las actividades que permitirían el
sustento del hogar, ya que su deseo es que la población más joven migre hacia centros
urbanos en donde pueda acceder a formación universitaria y vivir de ello, no del
trabajo en la tierra o el mar y por tanto, no perpetúen la vida en estas localidades. Uno
de los argumentos que darían sentido a esta afirmación por parte de los entrevistados,
descansa en el hecho de que se reconoce que la actividad pesquero artesanal ha ido
agotando los recursos de su entorno más inmediato, por tanto, para continuar su
práctica se requeriría recorrer distancias más amplias y temporadas más extensas
para desarrollar este ejercicio, alejados del hogar. Aún así, se reconoce que no solo la
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pesca artesanal ha incidido en el agotamiento de recursos, sino que también la
actividad industrial y particularmente la salmonera.
III. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Ante la constante reestructuración de la economía a nivel global y su arraigo en
asentamientos costeros de Chile, representada por las industrias productoras de salmones en
cautiverio, nos encontramos frente a un escenario social rural, en cuya consecución de
eventos se relatan cambios en cuanto a prácticas económicas particularmente en el contexto
del hogar. Los efectos derivados a partir de este contacto son visibles en distintos ámbitos,
tales como las estrategias emergentes desde el hogar para enfrentar procesos como crisis
económico-glocales, o la misma inserción de los recursos humanos con los que cuenta el
hogar a un mercado laboral capitalista, generando algunos cambios significativos dentro de
las mismas dinámicas familiares.
Las economías mixtas (pesca y horticultura) que persisten en este escenario y dan
cuenta de la profundidad de los saberes y tradiciones que le dan vida a las dinámicas
sociales y económico-productivas en estas zonas, particularmente el retorno a
prácticas que anteriormente se habían realizado dan cuenta de la importancia de los
procesos endoculturativos en la vida de los/as entrevistados/as, ya que éstas les
permiten sobrellevar situaciones críticas y salir adelante en sectores con baja
densidad demográfica y distantes de las grandes urbes. La versatilidad del hogar para
aplicar estos conocimientos y convertirlos en estrategias, del mismo modo que ocurre
con su inserción en el mercado, está condicionada por sus propias características en
tanto unidad productiva doméstica autónoma y de base pesquero-artesanal. Ello
contrasta con las características de la empresa que depende del mercado global, tal
como fue evidente en la crisis del virus ISA. En síntesis, la pesca como oficio y el
espacio productivo pesquero-artesanal –como ocurre con el campesino- una vez que
se ha sido aprendido y culturalmente internalizado, siempre se permite volver a
“echar mano”.
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Hemos vislumbrado que el hogar rural como institución se presenta como un espacio
de resistencia y reformulación, que favorece su reproducción y continuidad a través
del tiempo. Así también han sido visibles las relaciones entre hogares mediadas por
códigos de solidaridad manifiestos en las diversas formas en que ejercen la
reciprocidad y la vida comunitaria más allá del ámbito económico-productivo,
permeando las relaciones familiares.
Las proyecciones de la vida y organización económica de los hogares de pesca
artesanal, están profundamente unidos a la situación actual de las condiciones
sociales y ambientales en las cuales se ejercen. La conciencia del daño recibido por el
ecosistema marino producto de la actividad salmonera y la sobre-explotación de los
recursos por parte de ellos mismos, junto con los procesos socio-económicos que vive
la localidad, han llevado a que tanto mujeres como hombres proyecten la vida de las
generaciones futuras fuera de los sectores dedicándose a otro tipo de actividades. Las
visiones se han dividido, pues aunque la mayoría considera que la historia de la
localidad ha de cambiar, se mantiene la intención de que la vida en estos sectores
continúe. Finalmente, las situaciones socioeconómicas críticas que se observan,
aluden a la ausencia del estado y las evidentes huellas del sobreuso en el fondo marino
por parte de las actividades anteriormente mencionadas. Así también está presente en
las conciencias colectivas locales la condición de fragilidad y de presencia aleatoria de
los recursos, en tanto ha quedado de manifiesto que el ecosistema marino no es una
fuente inagotable de los recursos marinos. Se ha revelado a través de sus discursos la
profunda apreciación de los recursos del maritorio, como propiedad común y parte
constitutiva de su identidad, expresado en la intención de que la pesca artesanal-
particularmente la bentónica- sea compatible con la salmonicultura en un contexto de
mayor fiscalización y regulación administrativa hacia ambos actores.
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IV. BIBLIOGRAFÍA
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