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LAS MUJERES DEL QUIJOTE En tiempos de Cervantes las mujeres no tienen autonomía, son eternamente menores de edad. Dependen del varón más cercano (padre, hermano, tío, marido...) y su destino es el matrimonio o, en su defecto, la vida religiosa. No estudian ni ejercen ningún oficio importante; las acomodadas se dedican al gobierno de su casa, a bordar y, las más pudientes, a la práctica de la caza. Las mujeres del pueblo realizan todas las tareas del hogar, sumamente pesadas en una época en la que no abundan las comodidades domésticas. DULCINEA VERSUS ALDONZA LORENZO Don Quijote, en su locura, idealiza y transforma el mundo que le rodea. Así, parece ser que Dulcinea del Toboso no es otra que Aldonza Lorenzo, una moza labradora de la que en un tiempo anduvo enamorado. Las mujeres sumamente idealizadas que aparecen en los libros de caballerías y en la literatura en general son auténticas mujeres-objeto, seres hermosos y puros que despiertan la admiración y adoración de los hombres pero que tienen un papel totalmente pasivo. Son, literalmente, el descanso del guerrero.

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LAS MUJERES DEL QUIJOTE

En tiempos de Cervantes las mujeres no tienen autonomía, soneternamente menores de edad. Dependen del varón más cercano (padre,hermano, tío, marido...) y su destino es el matrimonio o, en su defecto, la vidareligiosa. No estudian ni ejercen ningún oficio importante; las acomodadasse dedican al gobierno de su casa, a bordar y, las más pudientes, a lapráctica de la caza. Las mujeres del pueblo realizan todas las tareas delhogar, sumamente pesadas en una época en la que no abundan lascomodidades domésticas.

DULCINEA VERSUS ALDONZA LORENZO

Don Quijote, en su locura, idealiza y transforma el mundo que le rodea. Así, parece ser queDulcinea del Toboso no es otra que Aldonza Lorenzo, una moza labradora de la que en untiempo anduvo enamorado. Las mujeres sumamente idealizadas que aparecen en los libros decaballerías y en la literatura en general son auténticas mujeres-objeto, seres hermosos y purosque despiertan la admiración y adoración de los hombres pero que tienen un papel totalmentepasivo. Son, literalmente, el descanso del guerrero.

Aldonza Lorenzo, la Dulcinea de carne y hueso, es un tanto hombruna y no se perfumaprecisamente con ámbar:

«Esta Dulcinea del Toboso [...] dicen que tuvo la mejor manopara salar puercos que otra mujer de toda la Mancha»(Quijote I, 9))

Sancho, a quien Dn Quijote ha enviado al Toboso aentregarle una carta a Dulcinea, no cumple su misión. Pero a suregreso le cuenta a Don Quijote que la ha encontrado ahechando

trigo y que despedía

«un olorcillo algo hombruno, y debía de ser queella, con el mucho ejercicio, estaba sudada y algo

correosa» (I, 31, p. 359).

Evidentemente, Sancho tiene en mente a Aldonza Lorenzo, hijade Juan Corchuelo.

Las mujeres del pueblo soportan grandes cargas de trabajo, pues no solo atienden a losasuntos domésticos, sino que también participan en las tareas de la labranza y la ganadería.

TERESA PANZA Y SANCHICA

La mujer de Sancho Panza y su hija son dos mujeres del pueblo que esperanpacientemente el regreso de su marido y padre, respectivamente, que -si consigue encumbrarse,tal y como Don Quijote le ha prometido- las convertirá en damas acomodadas y respetables. Nocabían otras aspiraciones para las féminas.

Cuando llega el emisario de los duques con regalos y anunciándoles que Sancho ha sido nombrado gobernador de la Ínsula Barataria, apenas pueden creer su suerte.

EL AMA Y LA SOBRINA DE DON QUIJOTE

“Tenía un ama que pasaba de los cuarenta años, una sobrina que no llegaba a los veinte y un criado que servía para todo.” (Quijote I,1)

Son dos mujeres que permanecen en la casa, preocupadas, esperando el regreso de Don Quijote de sus muchas y peligrosas salidas.

MARITORNES Y L A VENTERA

En la venta de Juan Palomeque los asuntos domésticos están en manos de su esposa y de la criada, Maritornes.

Maritornes es uno de los personajes secundarios más

populares de la obra. Esta moza asturiana destaca por sufealdad, pero también por su buen corazón.

“Servía en la venta asimismo una moza asturianallamada Maritones, ancha de cara, chata, tuerta de un ojo

y no muy sana del otro, cargada de espaldas y que nomedía siete palmos de los pies a la cabeza”.

Ellas suelencontemplar la

llegada y lapartida del

Caballero de laTriste Figura

desde la ventana.

LA HERMOSA MARCELA1

Marcela es una mujer joven, rica y muy hermosa que ha decidido no casarse y vivir sola,como pastora. Su hermosura atrae a muchos hombres y uno de ellos, Grisóstomo, ha muerto a

causa del rechazo de la pastora. Marcela se presenta en su entierro y defiende su derecho a vivir sola y también su inocencia en

la muerte del pastor Grisóstomo, a quien ella nunca dio esperanzas.

Don Quijote le da la razón a la hermosa, cubriéndole las espaldas cuando se aleja:

“-Que nadie se atreva a seguir a la hermosa Marcela, so pena de sufrir mi furiosa indignación.Ella ha mostrado con claras razones la poca o ninguna culpa que ha tenido en la muerte de

Grisóstomo. Y es justo que, en lugar de ser seguida y perseguida, sea honrada y estimada de todoslos buenos del mundo, pues muestra que en él ella es sola la que con tan honesta intención

vive.”(Q, I, 13)

En un tiempo en que el único destino de una mujer era el matrimonio o el convento, la posturade Don Quijote resulta realmente moderna.

1LECTURA.-Don Quijote de la Mancha. Adaptación de Eduardo Alonso.Vicens Vives. Págs. 77-80VÍDEO.- RTVE. Don Quijote. Capítulo VI

LA MUJER VESTIDA DE HOMBRE: LA HERMOSA DOROTEA 2

En un tiempo en que las mujeres han de proteger su honra por encima de todo y vivir siemprebajo el amparo de los varones, la figura de la mujer vestida de hombre se convierte en una

convención una y mil veces repetida en la literatura. Resulta inverosímil pensar que una muerque estime un poco su reputación emprenda un viaje sola, por lo que -cuando se ve forzada ahacerlo- ha de protegerse haciéndose pasar por un hombre. Esta es la historia de la hermosa

Dorotea, a quien los vecinos de Don Quijote que han salido en busca del hidalgo pródigo (el curay el barbero) topan por casualidad, mientras ella refresca sus pies en un arroyo.

2LECTURA.-Don Quijote de la Mancha. Adaptación de Eduardo Alonso.Vicens Vives, capitulo 11.VÍDEO.- RTVE. Don Quijote. Capítulo XI.

La hermosa Dorotea se ha visto obligada a abandonar su Andalucía natal para buscar aFernando -el hombre con el que, bajo promesa formal de matrimonio- ha tenido relaciones. Porrazones familiares y de linaje, él ha olvidado su palabra y la muchacha se ve forzada aperseguirlo para que se case con ella y así poder recuperar su honra. Este es un argumento quese repite hasta la saciedad en novelas y obras teatrales de nuestro Siglo de Oro. Las posibilidadesliterarias del asunto no eran pocas. Y pensad que no es algo tan ajeno a nuestro mundo. Hoy endía todavía hay muchos países en los que la honra y el prestigo social de una mujer (y de toda sufamilia) dependen de sus relaciones con el sexo opuesto. Recato, puereza y honestidad erancondiciones que toda mujer debía demostrar.

En este caso, como en tantos otros, la historianovelada tiene un final feliz. No solo Dorotea lograrárecuperar el amor de Fernando y casarse con él, sino

que también otra pareja, la formada por Luscinda yCardenio, logrará que sus amores cruzados lleguen a

buen puerto. La realidad no solía ser tan amable y loscasos como el de Dorotea -una labradora acomodada

que cede a las pretensiones de un hombre de mayorlinaje al amparo de una especie de matrimonio solo y

secreto, vigente en la época- solían terminar endeshonra y abandono o, con suerte, en un arreglo

matrimonial de urgencia con algún hombre dispuestoa salir de penurias. No nos extrañemos. Todavía en las

primeras décadas del siglo XX se podían ver en losperiódicos anuncios en los que se solicitaban hombres

dispuestos a solucionar un “problema” a una señorita de clase acomodada que se encontraba enapuros; todo ello, eso sí, llevado con la máxima discreción.

LA DUEÑA DOÑA RODŔIGUEZ

Precisamente, las temidas “dueñas” eran las encargadas de velar por lahonra de las jovencitas, siempre dispuestas a caer en la tentación

cuando un guapo mancebo las rondaba. Las dueñas, recatadamentevestidas, con sus tocas en la cabeza y su perpetua vigilancia eran toda

una institución en las casas acomodadas. Doña Rodríguez, la dueña delpalacio de los duques, es también uno de los personajes encargados de

embromar a Don Quijote.

Por dueñas "se entienden comúnmente aquellas mujeres viudas yde respeto que se tienen en Palacio y en las casas de los señores para

autoridad de las antesalas y guarda de las demás criadas"

LA DUQUESA

En el capítulo 30 de la Segunda Parte, después de la aventura del barco encantado,cuando don Quijote y Sancho se encuentran inesperadamente con una dama

vestida de verde y montada a caballo, y se dan cuenta en seguida de que es “algunagran señora” la que viene con sus cazadores, trayendo un azor en la mano

izquierda (Q, II, 30)

Y es que cuando Don Quijote y Sancho Panza se topan con los duques -un matrimonio ocioso

y acaudalado de la alta nobleza que haleído las aventuras de los dos

manchegos- son conducidos al palaciode estos señores. Allí serán objeto de

toda clase de burlas y bromas. Laduquesa, aunque mujer, goza demayores libertades a la hora de

expresarse, ordenar y desenvolverse,pero siempre supeditada al varón,

como cualquier fémina de su tiempo.Es burlona y goza riéndose de las

simplezas de Sancho Panza, quien noosa cuestionar su autoridad. En este

caso, las grandes diferencias socialestienen mucho más peso que las

servidumbres de género.

Estos nobles ociosos no escatiman dinero ni esfuerzos para reírse acosta de sus huéspedes. Del ingenio burlón de los duques da cuenta el

“medio” que idearon para desencantar a Dulcinea:por indicación expresa del mago Merlín, Sancho ha de propinarse “tresmil azotes y trescientos en ambas sus valientes posaderas”, a lo que el

escudero se niega rotundamente, para desesperación y horror de suamo.

ZORAIDA/MARÍA

Aunque son muchos lospersonajes femeninos del

Quijote a los que no haremosreferencia, se hace necesario

terminar. Y vamos a acabarcon una mujer un tanto

exótica. Se trata de la mora-Zoraida de nacimiento,

María por sus conversión alcristianismo- que llega a la

venta de Juan Palomeque encompañía del cautivo, un

hombre que estaba prisioneroen África y que ha logrado

escapar con ayuda de la hermosa muchacha. Ella le ha ayudado tanto por amorcomo por deseo de marchar a tierra de crisitianos.

El asunto “morisco” era muy del gusto de la época y también tienehonda raíz cervantina. El autor del Quijote perdió para siempre el uso

de su mano izquierda luchando contra el turco ysufrió prisión en Argel durante cinco años.