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Labriegos o breviario de un tiempo cercano ( VII) Felipe Martínez Álvarez Volver a los comienzos La peripecia humana, siempre desajustada, tanto en la naturaleza, con la naturaleza o sobre la naturaleza, pasa por los ciclos del nacer, crecer, reproducirse, madurar, languidecer y... Esta suerte de condiciones posibilitan que, de forma gradual, podamos asumir nuestros tiempos vitales como unos ciertos dones en unas complicadas trayectorias de autorrealización. Cierto es que nadie puede escapar a los tiempos del comienzo y final que, siendo tan heterogéneos, terminan por involucrarse en un todo vital y que, como sucede en una novela, en una simple división aritmética, en la relación flor- fruto, no resulta posible comprenderlos desde uno de sus capítulos, operación, o desde uno sólo de sus estadios. Todo parece indicar que nuestra condición exige mantenernos en un extraño proceso que, configurado de líneas divergentes, de comienzos y finales primordiales, termina por construir un continuo indiviso que, unas bases estrictamente biológicas no parecen ser suficientemente comprensivas, requiriendo por ello de toda una peripecia biográfica, de relatos y creencias, de convicciones y expectativas que, con frecuencia, están más en trance de frustrarse que de lograrse. Nada se ofrece como definitivo y menos aún las tareas éticas- que no permiten situarse más allá del bien y del mal- que son oficios y quehaceres a mantener y consolidar, sin solución de continuidad, por todos y cada uno de los días de la vida. No parece, entonces, que sea suficiente tomar la condición humana como un simple proceso, ni siquiera como una suerte de secuencias complejas, sino ,más bien, haber de asumir que los humanos hayamos de ser fieles a nosotros mismos en unos cometidos y valores que resultan ser inconmensurables con el mundo de los aconteceres, todo lo cual no deja de ser fascinante y sorprendente. El mundo animal ve, actúa y aprende; los humanos, por el contrario, parece que, dentro de ingentes condicionamientos, deciden lo que quieren ver, actuar y aprender, otra cosa distinta es que lo consigan. Lo que hoy somos es, en buena parte, resultado de lo que hicimos o hacemos cada día y desde hace años. Importa pues “lo que otros hicieron por y con nosotros, pero siendo todo ello decisivo, lo es más lo que hacemos nosotros con lo que y por nosotros hicieron, J. P. Sartre. Alonso Méndez ” el viejo ”: expectativas y confianzas Alonso Méndez ,hombre curtido en mil batallas, solía decir que cada uno de los tiempos de la vida es más que importante, pues desde cada edad damos significados distintos a la vida y sus cosas, y así vivimos y sentimos con distinto sentido y valor.

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Labriegos o breviario de un tiempo cercano ( VII)

Felipe Martínez Álvarez

Volver a los comienzos

La peripecia humana, siempre desajustada, tanto en la naturaleza, conla naturaleza o sobre la naturaleza, pasa por los ciclos del nacer, crecer,reproducirse, madurar, languidecer y...

Esta suerte de condiciones posibilitan que, de forma gradual, podamos asumir nuestros tiempos vitales como unos ciertos dones en unascomplicadas trayectorias de autorrealización.

Cierto es que nadie puede escapar a los tiempos del comienzo y finalque, siendo tan heterogéneos, terminan por involucrarse en un todo vital yque, como sucede en una novela, en una simple división aritmética, en la relación flor- fruto, no resulta posible comprenderlos desde uno de sus capítulos, operación, o desde uno sólo de sus estadios.

Todo parece indicar que nuestra condición exige mantenernos en unextraño proceso que, configurado de líneas divergentes, de comienzos y finales primordiales, termina por construir un continuo indiviso que, unas bases estrictamente biológicas no parecen ser suficientemente comprensivas,requiriendo por ello de toda una peripecia biográfica, de relatos y creencias, de convicciones y expectativas que, con frecuencia, están más en trance de frustrarse que de lograrse.

Nada se ofrece como definitivo y menos aún las tareas éticas- que no permiten situarse más allá del bien y del mal- que son oficios y quehaceres a mantener y consolidar, sin solución de continuidad, por todos y cada uno de los días de la vida.

No parece, entonces, que sea suficiente tomar la condición humanacomo un simple proceso, ni siquiera como una suerte de secuenciascomplejas, sino ,más bien, haber de asumir que los humanos hayamos de ser fieles a nosotros mismos en unos cometidos y valores que resultan ser inconmensurables con el mundo de los aconteceres, todo lo cual no deja de ser fascinante y sorprendente. El mundo animal ve, actúa y aprende; los humanos, por el contrario, parece que, dentro de ingentes condicionamientos,deciden lo que quieren ver, actuar y aprender, otra cosa distinta es que lo consigan.

Lo que hoy somos es, en buena parte, resultado de lo que hicimos o hacemos cada día y desde hace años. Importa pues “lo que otros hicieron por y con nosotros, pero siendo todo ello decisivo, lo es más lo que hacemos nosotros con lo que y por nosotros hicieron, J. P. Sartre.

Alonso Méndez ” el viejo ”: expectativas y confianzas

Alonso Méndez ,hombre curtido en mil batallas, solía decir que cadauno de los tiempos de la vida es más que importante, pues desde cada edad damos significados distintos a la vida y sus cosas, y así vivimos y sentimos con distinto sentido y valor.

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Hay edades, las de los primeros años que, a pesar de los pesares, son siempre hermosas y felices, y que el saber de Alonso Méndez “el viejo”denominaba edades doradas, edades que, por lo general, son bien surtidas deamores maternales, cuidados amorosos, amistades, fantasías, aventuras einocencias irresponsables.

Sería delicioso poder vivir siempre en ellas, pero los oficios de la vida exigen que hayamos de iniciarnos en el enrevesado oficio de sobrevivir para lo cual habremos de abandonar nuestra primigenia felicidad.

Parece ser que salir de uno mismo es la mejor forma de encontrarse con los otros, lo demás y uno mismo, por lo que salir no es un simple añadido sino el cemento del edificio de la vida misma.

El salir es necesario pero jamás es garantía y menos definitiva. Verdades y errores, dignidades y miserias, andan mezclados en la vida y, sin esta complicada mezcla, todo sería ocioso, de igual condición y valor. Éstas y tantas otras condiciones, comentaba Alonso Méndez “el viejo”, venían a ser signos de las fuerzas de la vida que, sin estos y otros condicionamientos, nos colocaría en un mundo carente de dignidades y valores.

También creía que los labriegos eran hijos y herederos de una secularcultura oral que no procedía menospreciar, y cuyo acervo de “máximas”gozaba de cierto arraigo y veneración popular, canalizando así y de modo firme y eficaz los afanes, expectativas y confianzas tanto individuales como colectivas.

Y así como el cultivo de los campos se enseñaba y aprendía como un modo de vida- y no como un simple trabajo-, también lo habría de ser contar con la asistencia de estos valores en los diarios afanes, ya que sin la consolidación de lo fecundo y mejor en aquellas comunidades, todo quedaría más que expedito a los caminos que conducen a la barbarie.

Estas pautas de conducta se conforman como criterios referentes a lasprecauciones, recelos y expectativas, a la vez que sancionan conductas por lo que a la elección de novio/novia y cónyuge se refiere, relaciones conyugales, padres(sostenimiento del hogar) - hijos, e hijos-hijos, así como al cuidados de los mismos y educación, formación de su personalidad, transmisión cultural, trabajos, continuidad de la familia, relaciones con la parentela y generacionales, etc.

Por lo que al noviazgo, asunto de gran importancia, se refiere, AlonsoMéndez “el viejo” enumeraba, entre otros, aquellos criterios o “máximas” que venían de lejos y necesitan ser consolidados en todo momento, como : ”Antes de que te cases, mira bien lo que haces”.”Ello dirá si es palo o pedrada”. ”Quien adelante no mira, atrás se queda”.”Boda y mortaja, del cielo bajan”.”Cada oveja con su pareja”.”Quien está a la utilidad ,también lo está al daño”.”Para mal casar, más vale nunca maridar”.”Quien lejos va a casar, o va engañado o va a engañar”.”Guárdate del hombre mal barbado y del viento acanalado”.”El buen paño en el arca se vende”.”Hay hombres que son como tierra para sembrar nabos”.”La tierra do me criare, démela Dios por madre”.”Quien bien tiene y mal escoge, del mal que le venga no se enoje”.”A lamujer mala, poco le aprovecha la guarda”.”Al mozo amañado, la mujer al lado”.”Tomarás hogar y mujer que sepa hilar”.”La mujer y la tela, no la cates a la candela”.”A la mujer barbuda, de lejos se la saluda”.”La mujer loca, por la vista compra la toca”.”Hija enlodada, ni viuda ni casada”.”Cuando a tu hija la viniere el hado, no aguardes a que venga su padre del mercado”.”De buenos y

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mejores a mi hija vengan demandadores”.”Mi hija Antonia, se fue a misa y viene a nona”.”Muchas hijas en casa, todo se abrasa”.”Cada uno habla como quien es”.”Hombre bellaco, tres barbas o cuatro”(quien es astuto o pícaro cambia de semblante según le conviene).”Sufriré hija golosa y albendera-ociosa-,mas no ventanera”.”Mejor el hombre de bigote al ojo”( juicioso y de entereza).”Tú que coges el berro, guárdate del anapelo”.”Dios te libre del hombre que no habla y del can que no ladra”.”De la mujer y del dinero, no te burles compañero”.”Mujer algarera nunca hace larga tela”.”La mujer que poco hila, siempre trae mala camisa”.”Líbrate de hombre trapero, tantas veo, tantas quiero”.”Ni mal seas, ni hagas las semejas”.”Ni hombre tiple, ni mujer bajón”.”Mozo bueno, mozo malo, quince días después del año”.”Mi señorío no quiere furia ni brío” (los casamientos han de ser a voluntad de los contrayentes).”A la hija casada sálennos yernos”.”Ni te abatas por pobreza ni te ensalces por riqueza”.

El hogar, los hijos, los trabajos y...

“No quieras boda pobre, ni mortuorio rico”.“Mientras en mi casa estoy, rey me soy”.”Casa en la que vivas, viña de la que bebas y tierras las que veas”.”Triste está la casa donde la gallina canta y el gallo calla”.”Tres cosas echan de casa al hombre: el humo, las goteras y la mujer vocinglera”.”En el matrimonio la hogaza no embaraza” (los bienes no son estorbos).”Aún ahora se come el pan de la boda”.”Casarás y amansarás, concebirás y amamantarás”.”El tiempo es oro y si lo pierdes es que eres bobo”.”Buen corazón quebranta mala fortuna”( conviene no dejarse arrastrar por los infortunios).”Dios da el frío conforme a la ropa”.”Costumbres de mal maestro sacan hijo siniestro”.”El casado, casa quiere”.”Más vale pan con amor que gallina con dolor”. ”La mujer casada en el monte es albergada”.”A quien no le sobre pan ,no críe can”.”Amor de madre, que todo lo demás es aire”.” A la mujer casada, el marido le basta”.”Vezaste tus hijas galanas, cubriéronse de yerba tus sembradas”.” A quien no tiene hijos, Dios le da sobrinos”. “Tres hijas y una madre, cuatro diablos para el padre”.”Fuiste ,padre serás, cual hiciste, tal habrás”.”¿Cuál hijo quieres?:al niño cuando crece y al enfermo mientras adolece”.”Los hijos amenazados comen pan”.”No me pesa de qué mi hijo enfermó, sino la mala maña que le quedó”.”La viuda honrada, su puerta cerrada”.”La viuda rica con un ojo llora y con otro repica”.”Quien tiene hijos al lado, no morirá ahitado”.”Marido tras el lar, dolor de ijar”.”Nuestro yerno si es bueno, es harto luengo”(virtud y bondad habrán de ser las cualidades más importantes del yerno).” Mano sobre mano, como la mujer del escribano”(crítica a la ociosidad).”Manos y vida componen villa”(con tiempo y trabajo se hacen grandes cosas).”Porque todas las cosas son falsas por culpa del dinero. Cuando de éste se trate: cuida que entre hermanos o amigos haya un notario y dos testigos”.”Orates frates: lo que dicen los niños son disparates”.“De padre santo, hijo diablo”.”De padre cojo, hijo renco” .”Hijos de muchasmadres”(diversidad de conductas en la misma familia).”Niño descalostrado,niño criado”(pasado el tiempo del calostro, ya pasó lo peor).”Faltará la madre al hijo y no la niebla al granizo”.”Hijos de tus bragas, bueyes de tus vacas”(el cuidado e interés ha de comenzar por lo propio).”La ociosidad es madre de los vicios”.”Hijo envidador-jugador- no nazca en casa”.”El hijo del asno dos veces

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rebuzna al día”.”El hijo de la cabra de una hora a otra bala”.”Dicen los niños en el solegar (plaza) lo que oyen a sus padres en el hogar”.”Hijos y pollos, muchos son pocos”.”Sin dolor, madre sin amor”(más se estima lo que más cuesta).”El hijo de la gata ratones caza”.”Este nuestro hijo D..Lope, ni es miel, ni hiel, ni vinagre ni arrope”.”Muchos hijos y poco pan, contentos con afán”(si falta lo necesario...).”Al niño y al mulo, en el culo”.”Ara con niños, segarás cadillos”.”Los niños de pequeños, que no hay castigos después para ellos”.”Los niños y los locos dicen las verdades”.”Ni al niño el bollo, ni al santo el voto”(cumplir siempre lo prometido).”Quien con niños se acuesta, sucio se levanta”.”Cama, comida y capote que sustenten y abriguen al niño y no le sobren”.”Más vale un no cena que cien Avicenas”.”Quien mucho duerme, poco aprende”.”Los dineros del sacristán, cantando vienen, cantando van”.”A quien no habla, no le oye Dios”.”De Dios viene el bien y de las abejas la miel”.”Después de Dios, la olla”.”Quien de los suyos se aleja, Dios le deja”.”Quien da todo lo suyo antes de la muerte, merece que le den con un mazo en la frente”.

De las tribulaciones de Valerio

Refería Belisario que Valerio, convecino suyo, había casado con Benita, a la sazón guapa mujer y buena moza de salero y donaire. Valerio, hombremuy trabajador y honesto, sabía que para constituir un pequeño patrimonio de majuelos y otros labrantíos era necesario el continuado trabajo y, con frecuencia, hasta tener que andar arrastrado.

Incuestionable aspiración de Valerio, como de tantos otros labriegos, era llegar a tener, aunque humilde, casa propia, porque “el casado casa quiere”, y nada mejor que ”cada uno en su casa y Dios en la de todos, porque mi casa y mi hogar 100 doblas val” .

Pero la penuria de los tiempos dificultaba y no era cuestión, como habían de hacer tantos matrimonios nuevos, tener que compartir, al menos durante un tiempo o toda la vida, el hogar de los padres de la mujer, del marido, o bien cada uno de los cónyuges en los respectivos hogares paternos que, si bien así podían llevar una vida más desahogada, habrían, sin embargo, de tropezar y de continuo con que la “amistad de nuera o yerno son como el sol en invierno”.

El caso es que Valerio mudóse en hombre desdichado a causa de los celos, pareciéndose su conducta a la de un majagranzas a quien el cuerpo habría crecido más que el cerebro , y desconsiderando que tan absorbente trabajo y el no pertenecer a aquella suerte de hombres que llevan el seso en la bragueta, fueran la causa del quiebro del corazón de su amada esposa Benita.

A pesar de todo, trató de averiguar si tantos ires y venires de su esposa a la fuente del pueblo, compañías y amistades, y hasta la asistencia al rosario, daban o no fundamento a sus recelos de infidelidad.

En no llegando a ningún resultado, harto de los zurcidos de dimes y dirétes de algunos convecinos que llegaban a martillar sus oídos y hasta su ánimo, pensó que lo mejor sería proceder con otra suerte de averiguaciones, teniendo por muy segura aquella “máxima” que, a su parecer, habría de ser el adecuado camino:”De tu mujer y de tu amigo experto ,no creas sino lo que supieres de cierto”.

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Pero, a pesar de todas las pesquisas, la desconfianza, la emotividad y los celos construían tal tribulación que le apartaban de ver poder ver las cosas con la claridad adecuada .Su confusión era tal que todas las cosas se tornaban de fascinación hacia la falsedad y el mal, llegando hasta creer que tenía nubesen los ojos. Por ello pensó que lo más sensato sería desahogarse con su convecino Belisario, con quien tenía cierta amistad, pues ambos habían hecho la mili en un tabor de regulares en Alcázarquivir.

Belisario platicó en distintas ocasiones con Valerio, aunque sin éxito.Trató de persuadirle manifestándole que lo suyo no era sino una obcecación debida, en parte, a tomar en serio las habladurías de algunos convecinos que, envidiosos de su honestidad, trabajo y medro, trataban de quebrarle un ojocomo si del mismo diablo se tratara. Pero nada, Valerio seguía en sus trece dando la impresión de que el seso se le había alojado en el calcañal.

Fracasado Belisario en sus intentos de acabar con el embarazo de su convecino Valerio, pensó que lo que procedía era dar cierta comicidad al enojoso asunto, tratando de evitar, en lo posible, el ponerlo en conseja. A este fin convino con Valerio la conveniencia de llevar el asunto, para una mejor solución, al concejo de la mocedad.

Llegado el día, y con la complicidad del experto capador de Nogar, Valerio concurrió al concejo de la mocedad que le propuso como eficaz remedio, y así desvanecer toda sospecha de infidelidad de su esposa, que el experto capador de Nogar, presente en el acto, le hiciera una somera pero eficaz intervención para un tiempo de nueve meses, en el multiplicante y genitivos, sin mayor peligro ni posteriores complicaciones para que Valerio pudiera seguir haciendo aguas. Y, así, en llegando y pasado el tiempo de los nueve meses, Valerio podría cerciorarse, por sí mismo, acerca de si sus recelos tenían o no fundamento alguno.

Amor y amistad

La infancia es siempre la patria de nuestros orígenes, fruto del regazo de la naturaleza, de la increíble y poderosa fuerza de la especie, y del don y entrega amorosos de la fecundidad, bien a pesar de que nadie haya contado con nosotros para traernos a la vida. El tiempo que somos comienza a construirse desde la infancia, y aún antes, siendo todo él un pretendido intento para encontrarse consigo mismo y así hasta el último languidecer vital.

Es cierto que por los deseos atraemos las cosas y personas hacia nosotros y por el amor y la amistad, que siempre son puntos de partida, nos lanzamos hacia afuera. Es por lo que el amor y la amistad no sólo son necesarios cimientos de la vida, sino que, como la misma muerte, son referentes inevitables e invencibles que, más que ningún otro, confieren valor y dignidad a nuestra condición.

Nuestros orígenes comienzan en un peculiar e irrepetible seno afectivo,en el sagrado regazo del amor materno, en tal manera que lo que llamamos “mundo” viene después y más allá de aquellas relaciones materno-filiales. Por ello, y a pesar de las necesarias modulaciones de las edades y tiempos vividos, las vivencias de nuestros tiempos primordiales son siempre envolventes, presentes y añoradas y, más aún, cuanto más se haya vivido.

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Configúrase así nuestra infancia como un proceso del que, para no perdernos en los senderos de la vida, requerimos que su luz retorne siempre.

A buen seguro, y por tantas cosas, que no hay trago más amargo en nuestra existencia que el de la pérdida de nuestra madre .Y, si bien es cierto que el tiempo lo cura casi todo, ya nada habrá de ser igual con tamaña e indeleble herida.

La madre naturaleza –desde los tiempos originarios-se ha servido del viento, la lluvia, el sol y...,constituyéndose así en regazo de tamañas y fecundas variedades.

La fecundidad humana también se halla avalada e inscrita en los poderosos regazos de la naturaleza y de la especie humana, sirviéndose éstasde los ardides del sexo para contrarrestar los inapelables triunfos de la muerte. Pero siendo todo esto claro, también lo es que la maternidad y paternidad gozan de una peculiar condición, vivencia y dignidad vitales, porque la mutua entrega de cuerpos compromete a una entrañable entrega de almas a fin de que los cuerpos no queden desalmados, ajenos a compromisos y proyectos, sin los cuales, como en callejones sin salida, todo habría de concluir en simple naturaleza y banalización de las humanas conductas. Es más, sin todo eso que comporta ser persona, el cuerpo humano habrá de estar en el reino de las eficacias,”de las habas contadas, que no dan más de sí”, y no en el reino de las fecundidades.

Alumbramiento

Tener hijos constituía, por tantos y varios motivos, una suerte y una bendición, considerando como cierta desgracia –maldición a veces - quedarse de tía/tío solterones, o bien matrimonio sin descendientes.El mayor logro y plenitud de la mujer era ser madre, si bien no a cualquierprecio.

Tanto los tiempos de gestación como del mismo parto solían, con harta frecuencia, ser causa de malditas secuelas para toda una vida y algunas hasta letales para la madre, el niño, o ambos. La medicina e higiene de aquella sociedad eran las que eran.

Pero el “Alumbrar”,”Dar a luz”,de usos, significados y connotaciones tan superiores a los de parir- considerado como propio de la condición animal-eran de tal condición y categoría en aquellas gentes, que llegaban a orillar y menospreciar tan peligrosos trances.

Quizá “Alumbrar”,”Dar a luz”(despedir su claridad el cuerpo luminoso)fuera en sí mismo algo tan luminoso que hasta llegaba a causar perplejidad-como todas las cosas importantes de la vida , y todas lo son - entre la gente menuda y no tan menuda de aquel entonces (y de todos los tiempos) pero es bien cierto que aquellos párvulos no tenían otras referencias - valiosas en sí mismas - que las relacionadas con el hecho de dar la luz en la cocina, el encender y alumbrar con la vela, el farol o el candil para ver los rostros o servir en los afanes y diarios menesteres.

Una convecina, también labriega, hacía las veces de partera o comadrona de nuestras abuelas o madres, no teniendo otra y mejorcualificación que la tradicional y empírica, esto es, buena voluntad, cierta experiencia y disposición suficientes, como en el caso animal, para tamaño

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trance pues, caso contrario, no se explicaría la supervivencia de la humanidad. Era suficiente, si las cosas venían bien dadas, con facilitar el parto ayudando ala parturienta a “Dar a luz” , cortar el cordón umbilical, preparar el ombligo del niño, lavarlo y...

En cualquier caso, si bien es cierto que el criar arruga- y mucho-, también lo es que “el dar a luz, alucia” ( configura el mejor semblante).

Un simple balde de azófar, barreño o palangana en el fregadero de la cocina de lumbre por lo bajo, hornillo o económica - la estancia más concurrida e importante del hogar-, y jabón corriente o de olor , eran más que suficientes para el diario aseo del niño y hasta de los mayores

La madre, desde tiempos atrás, tendrá dispuestas :las fajas para el ombligo, pañales, camisetas de percal sin tirantes, camisas de manga larga y faldón de franela. La mantilla, patucos y gorro suelen ser presentes de los padrinos, siendo éste el equipo necesario y suficiente para cubrir un tiempo de unos tres meses

No es posible soslayar la capacidad de sufrimiento y de renuncia de aquellas santas, hermosas y benditas madres –y las de siempre-que, en tamaños trances muestran una calidad y grandeza tales que sitúan entre los mayores y mejores valores las capacidades de renuncia que posibilitantomar conciencia de las propias limitaciones, claves, por otra parte, para el mejor conocimiento de uno mismo y de los demás, lo que no es poca cosa.

La parturienta habrá de pasar unos 30 días sin, prácticamente, incorporarse de la cama, sin apenas higiene y aseo corporal, consideradascomo dañinas para su salud en estos trances. No eran de extrañar tantas y desgraciadas secuelas.

La alimentación durante esos 30 días habría de ser sin grasas, a base de caldos de gallina-“que jamás hace daño a nadie”-, libras de chocolate( del para hacer), mistela de vino blanco, quinado o bien clarea (bebida con vino, miel, canela y otras aromas) de comprobada eficacia tanto curativa como a efectos de reponerse del trance .

Familiares ,amigas y convecinas, en obligada visita y con modestos presentes, comparten tiempo y compañía con la parturienta y su retoño.

El diálogo y complicidad de la madre con el niño estará siempre entretejido de unos amores que, evidentemente, no son jamás punto dellegada sino de partida, porque siempre ”el amor de madre-también del padre-que todo lo demás es aire”, porque ” el amor de niño no es sino agua en un canastillo”(¿?).

Es claro que los amores de madre se constituirán en las puertas que nos abren al mundo, apartando los miedos y angustias que, en otro caso,terminarían inhibiendo e infectando a los humanos.

Así pues, lo que “en la leche se mama, difícilmente se derrama” y, “aunque vanse los amores, han de quedar siempre los dolores”, porque” la madre ama en los tiempos de amar, que son todos; calla, en los tiempos de callar, y habla en los tiempos de hablar”, que ” obras son amores y no buenas razones”.En cualquier caso,”goza del bien en el día del bien y reflexiona en los días de la adversidad, pues¿ por qué habrás de destruirte?”.

La madre sabe muy bien y enseña con el ejemplo que si el tiempo no es vivido como un don, habrá que condenarse a vivirlo como prisión, porque la existencia no puede construirse de igual modo que la naturaleza .No es

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posible, por otra parte, el poder eliminar las realidades ingratas de la vida, en tal forma que: ”Si dices basta, entonces estás perdido”,S .Agustín.

A los 8 o 10 días habrá de tener lugar el bautizo del recién nacido, importante acontecimiento y rito (Sacramento) de iniciación en la pertenencia a la comunidad, en sus creencias y expectativas, rito al que no ha de asistir, por los motivos expresados, la madre.

Que el bautizo sea más o menos rumboso depende de las condicionessocio-económicas de los padrinos que, a partir de entonces, serán compadresy comadres con las consiguientes obligaciones para con el “ahijado”.Peladillas y anises, caramelos en envolturas de hermosos colores, calderilla en perragordas , todo ello en rebatiña que, al reclamo de “padrino roñoso”, hace las delicias de la concurrida gente menuda .

El padrino, como detalle de buen gusto, reparte entre las mujeres asistentes un buen puñado de caramelos y peladillas, un cigarrillo a los hombres, y una “faria de La Coruña” a los más allegados. Los monaguillos que portaron hachas en el rito litúrgico no han de quedar desasistidos en la atención de los padrinos, recibiendo hasta un real cada uno de ellos en concepto de derechos de pie de altar.

A los 40 días del parto, la madre habrá de cumplir con un rito litúrgicomuy peculiar -cuyos orígenes se pierden en la lejanía de los tiempos - no pareciendo ser otro que una expresiva muestra de gratitud. Este rito llamado de “la purificación” tendrá lugar a la entrada de la Iglesia, en la que el presterecibe a la madre con el niño con una lectura del profeta Isaías, y continuando luego con las preces de bendición de la madre y el niño, que siguen al preste con una vela encendida, como ofrenda, hasta un reclinatorio desde el que, a continuación, asisten a la misa votiva.

Ha comenzado una de las más fantásticas y misteriosas aventuras del ser humano.

El niño vive en un cálido y hermoso lenguaje táctil, de colores y suaves sonidos que envuelven a los diminutivos y las dulces palabras. Este expresivo lenguaje, grandísima creación, hace que la madre y las cosas más simples se trasmuten en absolutos. De esta guisa será caro dejarse mecer en el senomaterno, en la ternezas y dulzuras de :”Duérmete mi niño, duérmete mi sol, duérmete pedazo de mi corazón...”.”Ven sueño ,ven por aquella cuesta arriba. Ven sueño, ven, y verás a mi niña dormida”.”Este niño tiene sueño, tiene ganas de dormir, un ojito tiene cerrado y el otro no lo puede abrir”.

En adelante, a partir de los tres meses, el niño no sólo será cuidado por su madre sino también por sus hermanitos mayores y abuelos. La pluriactividad del mundo labriego requiere inexcusablemente de la madre,pues una comunidad que no consigue dar respuesta a una subsistenciamínima, necesariamente perece, y porque siempre ” el trabajo viene a ser el padre de la riqueza y la naturaleza su madre, A. Smith.

En ausencia de la madre, las nanas parecen tener otro u otros alcances:”Aserrín, aserrán, maderitos de S. Juan .Los del rey sierran bien, los de la reina también y los del duque truque ,truque”.”A ron, hijo ,a ron, que tu padre fue al carbón y tu madre a la violeta y no te quiso dar la teta”.Transcurrido el año es menester comenzar a prescindir del alimento materno. Ya pasó el cierto peligro del embarazo prematuro. Y ya se sabe que “el niño descalostrado ya es medio criado”(los primeros días son los más

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peligrosos) y, por otra parte, “ la criatura de un año puede sacar leche hasta delcalcaño”.

La sémola de trigo, el diente del vigoroso ajo- que hace mella en toda suerte de lombrices e infecciones- y un chorrete de aceite de oliva, comoalimento y laxante, constituyen la sopa -papilla de poderes suficientes para hacer retroceder a tantos males que en adelante habrán de rondar y asediar,sin tregua, a tan tiernos y hermosos párvulos.