LA VOCACIÓN DEL CATEQUISTA

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LA VOCACIÓN DEL CATEQUISTA. Vocación y espiritualidad del catequista y agente de pastoral. LA VOCACIÓN DEL CATEQUISTA. (I) La catequesis (etimológicamente “según el eco”) consiste en la educación ordenada y progresiva de la fe (tiene un comienzo, un desarrollo, y no termina nunca –es “permanente”-). Implica un llamado de Jesús y de la Iglesia para serlo. Un llamado que requiere en quien lo recibe una escucha y, para que se transforme en vocación, necesita la respuesta positiva (de fe) de aquel o aquella a quien va dirigido. Este llamado-escucha-respuesta. según el documento de Puebla en los Nº 994-998, implica lo siguiente: 1º) Fidelidad a Jesús Resucitado, a su Palabra (CEC 75.100) tanto escrita (Sagrada Escritura), como oral (Tradición Viva a través de la Sucesión Apostólica de los Obispos, que se remonta a la Comunidad Apostólica formada por Jesús y los Apóstoles). Ambas interpretadas auténticamente por el Magisterio de la Iglesia (compuesto por el Papa y los Obispos en comunión). La inteligencia de esta Palabra crece cuando los fieles la leen, estudian y contemplan en forma orante, y cuando la proclaman los Obispos, que por la Sucesión Apostólica poseen el carisma de la verdad (CEC 94). 2º) Fidelidad a la Iglesia, es decir al Magisterio Ordinario y Extraordinario del Papa y de los Obispos que, como dijimos, por la sucesión apostólica poseen el carisma de la verdad, y que componen el Magisterio de la Iglesia, encargado de custodiar, explicar, aclarar, proclamar la Revelación, tanto escrita (Sagrada Escritura) como oral (Tradición Viva –distinta de las tradiciones eclesiales-CEC 83) CEC 85-87. 3º) Fidelidad al ser humano. Es decir, asumir y purificar los valores de la cultura, de la religiosidad popular (CEC 1674-1676.1679). Hay que saber descubrir la ausencia o presencia de Dios en lo cotidiano (trabajo – estudio – familia – religiosidad). 4º) Conversión y crecimiento. Es el proceso de seguimiento de Jesús, de su imitación, y del crecimiento en la santidad personal. El cristianismo es una Persona, y esa Persona es Jesús. Más que normas, preceptos y mandamientos, que pueden servirnos como un “ayo” (guía) para ir hacia Cristo, el cristianismo es Jesús y su seguimiento. “Ama y haz lo que quieras", decía un santo doctor de la

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LA VOCACIN DEL CATEQUISTA.

Vocacin y espiritualidad del catequista y agente de pastoral.

LA VOCACIN DEL CATEQUISTA. (I)

La catequesis (etimolgicamente segn el eco) consiste en la educacin ordenada y progresiva de la fe (tiene un comienzo, un desarrollo, y no termina nunca es permanente-).

Implica un llamado de Jess y de la Iglesia para serlo.Un llamado que requiere en quien lo recibe una escucha y, para que se transforme en vocacin, necesita la respuesta positiva (de fe) de aquel o aquella a quien va dirigido.

Este llamado-escucha-respuesta. segn el documento de Puebla en los N 994-998, implica lo siguiente:

1) Fidelidad a Jess Resucitado, a su Palabra (CEC 75.100) tanto escrita (Sagrada Escritura), como oral (Tradicin Viva a travs de la Sucesin Apostlica de los Obispos, que se remonta a la Comunidad Apostlica formada por Jess y los Apstoles). Ambas interpretadas autnticamente por el Magisterio de la Iglesia (compuesto por el Papa y los Obispos en comunin).

La inteligencia de esta Palabra crece cuando los fieles la leen, estudian y contemplan en forma orante, y cuando la proclaman los Obispos, que por la Sucesin Apostlica poseen el carisma de la verdad (CEC 94).

2) Fidelidad a la Iglesia, es decir al Magisterio Ordinario y Extraordinario del Papa y de los Obispos que, como dijimos, por la sucesin apostlica poseen el carisma de la verdad, y que componen el Magisterio de la Iglesia, encargado de custodiar, explicar, aclarar, proclamar la Revelacin, tanto escrita (Sagrada Escritura) como oral (Tradicin Viva distinta de las tradiciones eclesiales-CEC 83) CEC 85-87.

3) Fidelidad al ser humano. Es decir, asumir y purificar los valores de la cultura, de la religiosidad popular (CEC 1674-1676.1679).

Hay que saber descubrir la ausencia o presencia de Dios en lo cotidiano (trabajo estudio familia religiosidad).

4) Conversin y crecimiento. Es el proceso de seguimiento de Jess, de su imitacin, y del crecimiento en la santidad personal.

El cristianismo es una Persona, y esa Persona es Jess.Ms que normas, preceptos y mandamientos, que pueden servirnos como un ayo (gua) para ir hacia Cristo, el cristianismo es Jess y su seguimiento. Ama y haz lo que quieras", deca un santo doctor de la Iglesia: Si amas a Jess, cumplirs preceptos, mandamiento y normas y mucho ms, sin necesidad de que te las impongan ni que te las digan, porque l mismo te ensear en tu interior (Jer. 3l, 3l-34), te dar un corazn y un espritu nuevo (Ez. 36), y vendr a T para cenar juntos como enamorados (Ap 3,20), sin desmerecer por ello a alguien que, en el nombre de Jess, te las recuerde.

5) Y la catequesis tiene que ser integradora. Es decir, conocer la Palabra de Dios y saber anunciarla.Celebrarla en la liturgia, principalmente en la Eucarista, los dems sacramentos, y la Liturgia de las Horas, fundamentalmente en Laudes y Vsperas.Y Testimoniarla en la vida a travs de las virtudes, en el trabajo, la familia, la escuela o Universidad, el barrio, la oficina, el club, etc.

6) Y todo esto dentro de una metodologa ordenada (Puebla 1009)

Pablo VI peda con acierto la memorizacin de ciertos pasajes bblicos, litrgicos y de oraciones, para irlos rumiando durante el da y saberlos proclamar en el momento oportuno.

Tambin conlleva la utilizacin en la catequesis de audios, dibujos y fotos cristianas. Audiovisuales. Fotopalabra.

Mini medias (pequeos medios de comunicacin social), como videocasetes, circuitos cerrados de televisin. Dramatizaciones. Representaciones. Canto coral.

El uso de Internet, que segn Juan Pablo II es el nuevo foro (lugar) de evangelizacin, de cuyas pginas virtuales debe aparecer tambin el rostro adorable de Jess, sabiendo buscar y navegar por pginas de edificacin cristiana, y sabiendo hacer tambin aportes a las mismas.

Y la utilizacin de los Mass Media (grandes medios de comunicacin social), como son el cine, el teatro, la radio, la televisin.

7) Y todo esto en forma permanente, es decir, desde la infancia hasta la ancianidad. Ya que el proceso de crecimiento y de unin con Dios es ilimitado.

http://es.catholic.net/escritoresactuales/524/578/articulo.php?id=17547www.gustavodaniel.orgCatequistas y Evangelizadores | seccinSer catequista | categoraLa misin del catequista | tema

Autor: Cristina Baffeti | Fuente: www.paracatequistas.com Catequista por vocacin

Todo catequista debe caminar sobre los pasos de Mara en nuestra misin catequstica

Catequista por vocacin

Una vocacin es un regalo de Dios, pues como l dijo "yo los he elegido". Cuando decimos s a Dios, hemos de saber exactamente que hay en ese s. S significa (me entrego) total y absolutamente, sin calcular el precio, sin hacer ningn anlisis ni cuestionamiento est bien esto? es conveniente? Nuestro s a Dios se da sin ninguna reserva. El amor inmenso no mide slo se da.

La entrega total a Dios debe expresarse en pequeos detalles.La entrega total supone una amorosa confianza en l y para esa entrega total debemos abandonamos sin lmites en sus brazos.Debemos afianzar nuestra pertenencia a Jess, porque solo l merece nuestro amor y entrega total. Nuestra tarea debe ser realizada con un corazn humilde, con la humildad de Cristo, l nos utiliza para que seamos su compasin y amor en el mundo a pesar de nuestras debilidades y flaquezas. No importa cuanto damos, lo que importa es cuanto amor ponemos en lo que damos.

Segn las palabras de nuestro Santo Padre, debemos ser capaces de limpiar lo que est sucio, de calentar lo que est tibio, de fortalecer lo que est dbil y de iluminar lo que est oscuro.

No debemos tener miedo de proclamar el amor de Cristo ni de amar como l nos am, pero para eso es necesario alimentamos espiritualmente. La Madre Teresa dice que si no queremos morir de una "anemia espiritual" debemos alimentar nuestro espritu. La oracin es un proceso que no termina, sino que es prolongacin en toda nuestra vida. La vida espiritual del catequista debe ser alimentada por la celebracin y por la vivencia de los sacramentos.

El catequista debe ser un hambriento de Dios.Podemos y debemos convertir nuestro trabajo en oracin. Nunca podremos sustituir la oracin por el trabajo. Nunca debe ocurrir esto. A menudo nos llenamos de compromisos, tareas y creemos que haciendo muchas cosas es suficiente. Y perdemos ese hermoso contacto con nuestro Padre a travs de la oracin.Como catequistas debemos nutrirnos en la vida de oracin, el Papa Pablo VI nos dice que la oracin ha de ir antes que todo, quien no lo entienda as, quien no lo practique, no puede excusarse en la falta del tiempo, lo que falta es el amor.

Debemos aprender a quedamos en algn momento de nuestro tiempo, con nuestro Padre, ese quedarse con el Padre equivale a la expresin "hablar con Dios", es diferente hablar con Dios, que pensar en Dios. Siempre que hay trato con Dios hay oracin.

Orar no es pedir. La oracin fortalece nuestra fe y madura nuestra entrega.

Orar es ponerse en manos de Dios, escucharlo. La oracin es un doble proceso de hablar y escuchar. Orar es mirar a Dios, es un contacto de corazn y de los ojos. Nuestro trabajo es fructuoso en la medida que expresa una oracin realmente sincera.Orar con generosidad no es suficiente, debemos orar con devocin, con fervor, debemos ser perseverantes y constantes para crecer en este compromiso asumido. Si no oramos todo lo que hagamos no tendr valor. Los que tomamos en serio este caminar junto a Dios, necesitamos de estos momentos junto con los sacramentos para llevar una vida coherente con la que transmitimos.

Cuando el catequista tiene su crisis de fe, es la crisis de la espiritualidad. Por la fe buscamos a Dios y damos respuestas y entregas a su llamado al compromiso, pero si esa fe no es alimentada espiritualmente, nuestro compromiso y entrega, cada vez sern menos. Un cristiano es alguien que ha descubierto a Dios. Un catequista no es solamente alguien que ha descubierto a Dios, es alguien que tambin ha escuchado el llamado del Seor, para colaborar con l y aceptar esa misin, tratando de crecer en el amor a Dios Padre, a su Hijo y a su Espritu.

El catequista debe crecer da a da en la fe.Todos estamos llamados a crecer en ella.

El catequista, por vocacin tiene muy presente este llamado tanto por lo que el mismo se refiere, como con respecto a sus catequizados a quienes debemos ayudar a crecer en la fe. Pero... qu es la fe para un cristiano catequista? cmo podemos crecer en la fe?. Fundamentalmente, la fe es aceptar a Cristo y su mensaje, pero no solamente con la inteligencia sino con el corazn y en la vida. La fe es esa relacin personal con Cristo Vivo. Por eso los catequistas somos instrumentos de Dios y servidores de la Palabra, ella debe ser el alimento cotidiano indispensable. San Agustn dice que no vale menos la Palabra de Dios que el Cuerpo de Cristo.

Debemos tener conciencia de que es ser catequista. Ser catequista es: Un don antes que un compromiso.Ser catequista es: Una vocacin antes que una opcin personal.Ser catequista: Una respuesta de fe antes que un simple servicio a nuestros hermanos.

El catequista es un hombre en camino, es un enviado por Cristo y como l va en busca de personas para anunciar la Buena Nueva.

El catequista debe ser maestro en humanidad, simples en nuestro actuar, sencillos, abiertos, dispuestos.Supone estar atento profundamente a la sensibilidad y problemas del catequizado. No debemos caer nunca en la tentacin de la soberbia, de quien cree saberlo todo. Nuestro caminar debe ser una conversin continua.

No solo debe preparar bien el encuentro sino tambin responder a sus interrogantes. Por eso es muy importante una formacin slida y permanente. No se debe improvisar. Debemos ser fiel a la tradicin y escritura contenida en la fuente Bblica. Nuestra preocupacin debe ser la de transmitir las enseanzas de Jess no como una ciencia sino como se debe comunicar, como una experiencia de vida.

La tarea del catequista compromete toda su persona. Debemos ser coherentes y autnticos y esto se adquiere con mucha oracin.

El catequista debe ser sembrador de la alegra y de la Esperanza Pascual, que son dones del Espritu Santo. El Santo Papa, define al catequista como servidor de la verdad y dice, que el evangelizador no es dueo, ni arbitro, sino depositario, heredero y servidor de la verdad. Por eso no se vende, no disimula, no rechaza, no oscurece, no deja de estudiar, no avasalla la verdad.

"Todo catequista debe caminar sobre los pasos de Mara en nuestra misin catequstica" A Mara Dios, nuestro Padre la eligi para ser Madre de su Hijo, Madre nuestra y Madre de la Iglesia.

Por consiguiente Mara es la ms perfecta discpula y evangelizadora y modelo.

Su vida nos muestra como se abandon a la accin del Espritu.Mara nos ofrece las mejores lecciones de humildad. Mara es la perfecta seguidora de Jess, desde el anuncio del ngel hasta al pie de la Cruz, ella se dej conducir sin reservas, pues estaba llena del Espritu Santo.

Mara vivi su santidad como una criatura normal. Es decir camin en la fe, escucho la Palabra de Dios, la recibi en su corazn y fue absolutamente fiel a ella. Mara significa la presencia del Amor Materno de Dios entre nosotros. Por eso debemos tener siempre presente el modelo de Mara en nuestra actividad catequstica para que nos ensee como hizo con su Hijo Jess a ser manso y humildes de corazn y de esta manera dar gloria a nuestro Padre que est en los cielos. Debemos como catequistas aprender abandonarnos en los brazos de nuestro Padre como lo hizo Mara.

* Para mayor informacin, visita nuestra Comunidad de Catequistas y Evangelizadores.

www.mercaba.org/FICHAS/.../ser_catequista_hoy_1.htmITINERARIOS DE FE PARA LA FORMACIN ESPIRITUAL DEL MINISTRO DE LA PALABRASER CATEQUISTA HOY 1por GAETANO GATTI

INTRODUCCION

HACERSE CATEQUISTA DIA A DIA

Ser catequistas no es cosa fcil! Es mucho ms sencillo darcatecismo... a unas horas establecidas... con un texto que explicaren las manos... con un programa a desarrollar... Se incurre en estepeligro cuando se convierte uno en catequista con demasiadaprecipitacin, en una situacin pastoral que muchas vecesdemanda con urgencia una contribucin inmediata a la educacinde los muchachos en la fe. Antes que nada es importante sercatequistas lo dems viene por si solo.T mismo tal vez, despus de haber adquirido el mtodo yasimilado mejor el mensaje cristiano, adviertes en este puntoprecisamente la necesidad de definir y cualificar tu identidad.Deseas convertirte en catequista, es decir, rehacer un caminoque personalmente te compromete a lo largo y ancho de itinerariosde fe que te sitan junto a los muchachos para crecer con ellos enla vida de comunin con el Seor, en la escucha de la Palabra deDios, en la oracin y en la participacin asidua en los sacramentos.

El catequista, por lo mismo, no debe olvidarse nunca de que la eficaciade su magisterio, ms que a aquello que dice, sera proporcional a aquelloque es, al calor que dimane de los ideales por l vividos y que irradie detodo su comportamiento. Su preocupacin primordial ser, pues, la deadecuar su propia vida espiritual a aquello que l ensea, cultivando laoracin, la meditacin de la palabra de Dios, la fidelidad en el propiocumplimiento del deber, la caridad para con los hermanos indigentes, laesperanza de los bienes eternos (Card. Giovanni Colombo).

En este camino es donde me acerco a ti para estar juntosdelante del Seor, de la Iglesia, ante nosotros mismos, en elsilencio y en la meditacin, antes de anunciar la Palabra de Dios.Solamente de esta manera es posible llegar a descubrir lapropia identidad de catequistas, que es un don antes que uncompromiso, una.vocacin antes que una opcin personal, unarespuesta de fe antes que un simple servicio de promocinhumana.Puedes, sobre todo, releer en profundidad tu tarea catequistica,captarla en sus aspectos esenciales y especificos; adquirir unnuevo modo de relacionarte con los muchachos y formarte unaimagen de ellos a la luz de Dios.De hecho, el catequista acierta a dar con las respuestas de fetan slo cuando l en persona se pone con frecuencia a laescucha de la Palabra, la medita con sincera humildad y vive conentusiasmo su ministerio, redescubrindolo de continuo de unamanera nueva y gozosa.Este es el propsito que tiene que guiarte a lo largo de los tresitinerarios propuestos: bblico, teolgico y eclesial, para unarelectura espiritual de tu servicio catequtico.Te recomiendo evitar la tentacin de la prisa. Detente ms deuna vez, ya que no se trata de lecciones, sino de sugerencias parala meditacin personal o de grupo.Por ello, no busques aqu normas o mtodos, sino tan slo tuidentidad de catequista a la luz de la palabra de Dios en la Iglesiaactual. Advertirs que el lenguaje empleado, en los momentos demayor intensidad, te interpela de una manera directa, a fin de queno te evadas de la provocacin que te supone.Podrs vivir esta experiencia solo o en grupo, durante un cursode formacin espiritual o en retiros para catequistas.Eso si, es necesario que recuperes la conciencia de laimportancia bsica de la vida de comunin con Dios, a fin decumplir con fidelidad tu servicio de la Palabra, que es un ministeriode gracia y exige competencia y santidad.Te deseo que el Espiritu del Seor te acompae en lasreflexiones que puedan sugerirte estas pginas, a fin de llegar ahacerte cada da ms y ms catequista.GAETANO GATTI

ABREVIATURASAqu tienes una lista de documentos que un catequista debeconacer y meditar si es que ha de ser fiel a su ministerio. Comoson usados con frecuencia, los citaremos con las abreviaturasindicadas a continuacin. Te son ofrecidos por la Iglesia para quete conviertas en un autntico portavoz de ella. Es necesarioremitirse a ellos si se quieren profundkar las reflexiones sugeridasen este libro.

DOCUMENTOS DEL CONCILIO VATICANO IIAA=Apostolicam actuositatem, decreto sobre el apostolado delos seglares.AG=Ad gentes, decreto sobre la actividad misionera de laIglesia.GS=Gaudium et spes, constitucin pastoral sobre la Iglesia en elmundo actual.LG=Lumen gentium, constitucin dogmtica sobre la Iglesia.PO=Presbyterorum ordinis, decreto sobre el ministerio y la vidasacerdotal.

DOCUMENTOS DE LA SANTA SEDE QUE INTERESAN A LOSCATEQUISTASDCG=Directorio catequtico general, de la congregacin para elclero (1971).EN=Evangelii nuntiandi, exhortacin apostlica de Pablo VI sobrela evangelizacin en el mundo contemporneo (1975).GD=Gaudete in Domino, exhortacin apostlica de Pablo VI(1975).MSPD=Mensaje del snodo al pueblo de Dios (1977).

DOCUMENTOS DE LA IGLESIA ITALIANAEM=Evangelizzazione e ministeri, documento pastoral delepiscopado italiano (1977).ESM=Evangelizzazione e sacramento del matrimonio, documentopastoral del episcopado italiano (1975).CdB=Catechismo dei bambini (1973).CdF= Catechismo dei fanciulli: Io sono con vois (1974); 2.Venite con me (1975); 3. Sarete miei testimoni (1976).ICF=Iniziazione cristiana dei fanciulli, subsidio de pastoralcatequtica, a cargo de UCN (1977).PSM=Preparazione al sacerdocio ministeriale, orientaciones ynormas de la Cei para la preparacin al sacerdocio ministerial(1972).RdC=Rinnovamento della catechesi: aparece el ltimo en la lista,pero ser el mas citado en este libro, porque se trata deldocumento basico que el episcopado ha dado a la Iglesiaitaliana (1970) para que en l se inspire toda pastoral catequeticade nuestras comunidades.* * * * ** * **

ITINERARIO BIBLICOLOS CATEQUISTAS:SERVIDORES DE LA PALABRAEL MINISTERIOCATEQUETICOEst en uso hoy en da un nuevo lenguaje para definir la obradel catequista. Se dice de l que desempea un ministerio dehecho (EM 67) en la comunidad cristiana, dado que es unservidor de la Palabra. Ministerio catequtico: un trminodiverso para expresar las ideas acostumbradas?Vistas las cosas de una manera superficial, podra parece as,dado que en la catequesis, al menos exteriormente, no hacambiado nada: un grupo de muchachos... un manual... unosmedios y t mismo..La novedad tiene que ser descubierta toda ella dentro de lasrelaciones que el catequista es invitado a asumir en laconfrontacin con la Palabra de Dios que anuncia; dentro de lacomunidad cristiana en la que acta; dentro del misterio de Cristoque hace presente con su servicio; del Espiritu Santo que le hallamado a desempear esta misin en medio de los muchachos.De este entramado de relaciones es de donde arranca el primeritinerario de fe de carcter bblico que te lleva a redescubrir de unmodo nuevo, comprometedor, pero fascinante, tu tarea decatequista como un ministerio dimanante de una vocacin quehay que vivir dentro de la corresponsabilidad eclesial, consencillez de vida, espiritu de oracin, caridad para con todos yespecialmente para con los pequeos y los pobres, obediencia yhumildad, desprendimiento de nosotros mismos y espritu derenuncia. Sin esta contrasea de santidad, nuestra palabradificilmente se abrir camino en el corazn del hombrecontemporneo, sino que corre el peligro de resultar vana einfecunda, (EN 76).

UN MODO NUEVODE SER CATEQUISTAHay el peligro, en la tarea catequtica, de materializar lasrelaciones en trminos de cosas que poner en prctica, detcnicas que aplicar, de contenidos que proponer, de plazos querespetar, sin implicar suficientemente en el empeo las actitudesinteriores del catequista.De no percatarte de esto, tu servicio se ver privado de unaeficacia significativa, que nace del convencimiento de estarejercitando un ministerio orientado al crecimiento en la fe de losmuchachos, a fin de que stos lleguen a alcanzar la estatura deCristo, establecida por el Espritu Santo, que es el agenteprincipal de la evangelizacin; l es quien impulsa a anunciar elevangelio y quien, en la intimidad de las conciencias, hace acogery comprender la palabra de la salvacin (EN 75).De aqu es de donde dimanan los criterios de actuacin, losmotivos, el fin, el mtodo y la misma pedagoga que caracterizan laoriginalidad del servicio catequtico en la Iglesia. Recuperas ante todo la identidad de servidor de la Palabra(Hech 1,2) en el Espiritu, en virtud de una vocacin que te esconcedida como un don por el bautismo y la confirmacin y que tucondicin actual de casado, clibe, religioso. . perfeccionaulteriormente con la gracia. Descubres el sentido de la corresponsabilidad que te pone alservicio de la Iglesia, no en solitario, sino juntamente con otros,dependiente y necesitado del testimonio de toda la comunidad (cf.EN 60).Te sientes anunciador de Cristo salvador, introduciendo a losmuchachos de hoy en da en la participacin de un misterio demuerte y resurreccin, de sacrificio y de alegra, que encuentra sums alta expresin en las celebraciones litrgicas.

Es una relectura nueva del acto de la catequesis, en la que lasrelaciones de fe animan los contactos pedaggicos, la pertenenciaeclesial dirige la dinmica de los encuentros y el horizonte de lahistoria de la salvacin se convierte en la referencia obligada de tuservicio de la Palabra.Podr parecerte que te alejas de los problemas, de losinterrogantes, de las dificultades, de las incertidumbres vinculadasal dar catecismo. Creme, es menester conquistar estaperspectiva que te acerca en la fe a la Palabra de Dios, a tu grupoy... a ti mismo delante del Seor.Efectivamente, mientras trazas para tus muchachos un itinerariode crecimiento en el amor de Cristo, no puedes separarte delcamino que ellos recorren, sino que debes avanzar a una con ellosen el redescubrimiento de la originalidad cristiana, es decir, enhacerse en el mundo de hoy signos vivientes del santo servidorJess (Hech 4,27) con miras a la construccin de una Iglesiaministerial.Se requiere por consiguiente, de parte del catequista, unasolida y permanente formacin espiritual (ICF 87), ya quesolamente quien est en una profunda comunin con el EsprituSanto puede convertirse en anunciador del mensaje que vive(ibid).

ISER CATEQUISTA ES UNA VOCACION

CATI/VOCACION MIRIO-CATEQUISTICO:No me escogisteis vosotros a Mi, sino que Yo os escog avosotros (Jn 15,16)Por qu te has hecho catequista? Es posible que no sepas daruna respuesta inmediata a esta pregunta. Si reflexionas y tratas dereconstruir el entramado de las circunstancias, a veces fortuitas, delas situaciones imprevistas, o de los encuentros ocasionales de losque ha brotado tu opcin de poner manos a la obra catequtica, tequedas desconcertado.Ha sido una invitacin... una toma de conciencia de tucondicin de creyente a fondo... una propuesta... un testimonio...un deseo de comprometerte con la comunidad cristiana?...No lo s; tal vez ni siquiera t mismo lo sepas. Todo esto, vistode un modo superficial, puede parecer que haya sucedido as, casicomo por casualidad... Pero en realidad nada, a los ojos de Dios,ocurre por casualidad. Sobre todo cuando l escoge a suscolaboradores inmediatos, como lo es todo catequista. Seria unadecisin irresponsable!Jess pasa una noche en oracin antes de llamar a susdiscpulos: Subi al monte a hacer oracin, (Lc 6,13). En otraocasin les afirma: No me escogisteis vosotros a mi, sino que yoos escog a vosotros (Jn 15,16).Ha sido el Seor quien ha entretejido la sabia trama decircunstancias en la que, en momentos diversos, te hacia saber sullamamiento.T no te percatabas, pero l es siempre el primero en actuar;nos precede, nos sorprende con sus gratuitas iniciativas que,juntas todas en uno, constituyen nuestra vocacin.Has acogido su propuesta: ya eres catequista!Pero que no sea la tuya una acogida resignada a una invitacinque te llega acaso de un sacerdote, al que no pudiste decir queno porque su demanda tena el tono de la splica y el acento dela urgencia. Es necesario redescubrir el sentido de un gesto quetal vez te haya pasado inadvertido en su importancia y en suprofundidad.No te has preguntado nunca por qu no ha llamado a otros?Con un asombro unido al sentido de la sorpresa, de la gratitud, dela responsabilidad, observa el evangelista Marcos: Llamando a losque quiso, vinieron a l' (Mc 3,13).Es importante volver al origen de este llamamiento que te ha sidodirigido tambin a ti, reconstruirlo, volverlo a escuchar de nuevocomo la primera vez para responder hay como ayer, ms an,mejor que ayer, con tu si' gozoso a la invitacin del Seor que teenva a anunciar su Palabra.

1. LLAMADOS PERSONALMENTEA ANUNCIAR LA PALABRA DE DIOSVOCA/CR CR/VOCACION: Hay una manera equivocada deentender la vocacin que consiste en identificarla con elementos yaspectos extraordinarios, excluyendo todo lo que puede serocasional y cotidiano.La vocacin, que est en el comienzo del ministerio catequtico,es algo que pertenece al gnero de lo extraordinario por ser dony gracia del Espiritu Santo (EM 68), sin que esto impliquemanifestacin exterior excepcional alguna.La vocacin es siempre un gesto de predileccin.FE/V-ORDINARIA D/PROVIDENCIA MIRADA/FE J/LLAMADAS:Efectivamente, lo extraordinario hay que descubrirlo en la intimidadde las relaciones que el Seor establece contigo. Por desgracia,nuestra mayor limitacin es la de no acertar a ver las cosasextraordinarias por la sencilla razn de que se nos presentan de unmodo familiar (Teilhard-de-Chardin). Es necesaria la mirada dela fe que nos permite descubrir a Dios actuando en medio denosotros. Por lo dems, el modo como Jesucristo mismo llama a losapstoles y a los discpulos no tiene nada de excepcional. Invita aJuan y a Andrs a seguirle mientras stos van de camino: Venid yveris (Jn 1,39; llama a Mateo mientras ste se encuentra en sumesa de trabajo: Sigueme (Mc 2,14); a Pedro mientras se afanaen arreglar las redes de pesca: No temas: de ahora en adelantesers pescador de hombres (Lc 5,11). Las situaciones cotidianasse convierten en el lugar en que resuena la palabra del Seor ydonde los discipulos acogen su propuesta. Algo semejante,aunque en un tono diverso, ha ocurrido tambin en tu propia vida,constituyendo el comienzo de la historia de tu vocacincatequtica. El redescubrirlo en la fe te ayuda a sentirte decontinuo un llamado, un escogido, y te responsabiliza cada vezms.

Consagrado por Cristo (RdC 185)CR/PROFETA: La vocacin del catequista nace y se precisadentro de la llamada sacramental, en la que encuentra sufundamento el ejercicio del ministerio de la Palabra. Aqu es dondeel Seor invita, cita, otorga sus dones, envia en misin.

La vocacin proftica de cada uno de los miembros del pueblo deDios tiene su origen en la consagracin bautismal a Cristo; se desarrollay se especifica, a travs de los otros sacramentos, en ministeriosdiversos... (RdC 197). Por tanto, todo cristiano es responsable de laPalabra de Dios segn su vocacin y sus circunstancias vitales... Es unaresponsabilidad enraizada en la vocacin cristiana. Brota del bautismo;es solemnemente vigorizada en la confirmacin; se califica de manerassingulares con el matrimonio y con la ordenacin sagrada; se sostienecon la Eucarista (RdC 183).

La responsabilidad de la Palabra en el pueblo de Dios, es, pues,conferida a cada uno por el Espiritu segn la propia vocacin.En esta perspectiva tu llamamiento no tiene, pues, que serentendido como un encargo ocasional, sino que proviene ante todode la situacin inherente a tu estado de vida en la comunidadcristiana como bautizado, confirmado, desposado, clibe...Es, por consiguiente, una consagracin de toda la persona, a laque Dios mismo provee con la gracia sacramental haciendomadurar en el cristiano al catequista. Ests efectivamentecomprometido a hacer patente la proclamacin de la fe encorrelacin con tu experiencia de vida, a fin de que la salvacin sehaga realidad y sea proclamada tambin a los dems.El llamamiento al ministerio catequetico no es unasuper-vocacin, aadida desde fuera, sino un modo concreto yespecfico de responder en la comunidad a la invitacin del Seor.

El catequista es consagrado y enviado por Cristo y puede tener suconfianza puesta en esta gracia: mas an, debe solicitar la abundanciade la misma, a fin de hacerse en el Espritu instrumento adecuado de labenevolencia del Padre (RdC 185).

La consagracin al ministerio catequetico es para ti una garantade auxilios y de gracia que debes invocar con fe y con fervor en laoracin incesante al Espiritu Santo (EN 75).

Enviado por el Espritu para la comunidadEl ministerio de la Palabra nace de una vocacin especifica queel Espiritu suscita en la comunidad y para la comunidad.De hecho, todo ministerio es un servicio puramente eclesial ensu esencia y en su finalidad (EM 68). Aquel que libremente acogeel ministerio de la Palabra, recibe tambin los dones adecuadospara poder desempear eficazmente dicho servicio dentro de laIglesia. La vocacin no es nunca genrica, sino que se hallasituada en relacin con toda la comunidad, donde adquiere suscontornos especficos y sus matices originales. Cada cualdescubre, por lo mismo, el sentido de la corresponsabilidad conexaa la llamada del Espiritu dentro de la comunin eclesial. Losministerios, efectivamente, son dones que el Seor hace a laIglesia.

El dio a unos ser apstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; aotros, pastores y doctores... para la edificacin del Cuerpo de Cristo (Ef4,11-12).

El mbito del ejercicio de la vocacin catequtica es parte mismade la llamada del Espritu y no un simple corolario exterior. El Seorte enva efectivamente a anunciar su Palabra dentro de unambiente preciso, a un determinado grupo, con una finalidad bienconcreta. Al irte haciendo cada vez ms dcil a la accin delEspritu (RdC 40), te ser posible ir descubriendo este proyectoque l tiene sobre ti. Es cierto que no solamente t eres unllamado, sino que tambin tus muchachos, en la catequesis, sonllamados a escuchar, en tu voz, la Palabra de Dios.Por consiguiente, tu vocacin se extiende tambin al grupo decatecismo que el Espritu ha escogido precisamente para ti, paraque, en la fe y en el amor, construyas en l la Iglesia.El encuentro habitual con tus muchachos debe hacerte cada vezms consciente de los dones que el Seor, a travs de tu voz y detus gestos, quiere comunicarles a ellos.En un determinado sentido te conviertes en el mediador nico einsustituible de los mismos, en aquel momento y en aqueldeterminado ambiente.

El reconocimiento de la IglesiaEl catequista, para poder desempear el servicio de la Palabra,tiene necesidad de la fe de la comunidad, que reconoce en l losdones del Espiritu. Es efectivamente la Iglesia la que descubre supropio misterio en las palabras y en la vida de uno de susmiembros, le aprueba y le otorga el consentimiento para el ejerciciodel ministerio catequistico (cf. RdC 197).La falta de catequistas no hay que achacarla a la carencia deinstituciones o a defectos organizativos, sino que, ante todo, hayque atribuirla a una profunda crisis de fe de la comunidad entera,que no sabe vislumbrar en ella el paso del Espiritu.La Iglesia local, bajo la gula del Espiritu y la direccin de susresponsables, no crea ministerio alguno, sino que lo descubre, lohace visible, a fin de que cada cual pueda asumir la propiaresponsabilidad en la construccin del Reino de Dios. Elcatequista, por su parte, al acoger la propuesta que le llega atravs de la comunidad, responde a la invitacin del Espiritu.Los pastores tienen autoridad para reconocer y alimentar la vocacinde cada cual, as como tambin para asignar tareas especificas en elservicio a la comunidad. Toda mision catequtica se ve de esta manerarobustecida tambin por la llamada que, de diversas maneras, lanzan lospastores para asociar a todos a su ministerio apostlico: en los encargosque el obispo y el prroco confien, es posible siempre percibir el mandatoque, reconociendo los dones del Seor, los pastores confen en sunombre a los fieles para confirmar su mision (RdC I 97).

Tu servicio catequetico es una expresin de la fe de tucomunidad en el Espiritu, que no la abandona nunca, sino quecontinuamente la renueva con sus dones. Te conviertes por tanto,ante tus muchachos, en un signo de la confianza de la Iglesia.

2. UNA VOCACION QUE ES GRACIAY DON DEL ESPIRITU SANTOPuede suceder que el catequista, en el ejercicio de su ministerio,sobre todo frente a las dificultades, experimente incomodidad yturbacin y conozca el peso y la fatiga del compromiso que haaceptado.Incurre fcilmente entonces en el riesgo de vivir su vocacin tanslo con un profundo sentido del deber y de la responsabilidadasumida ante la Iglesia, el grupo de los muchachos y sus familias,hasta el punto de perder de vista una dimensin importante de suservicio, es decir, el sentido de la gratuidad y de la predileccin.Ser catequista es una gracia y un don, ya que tu opcion no estvinculada a mrito particular alguno, sino nicamente al misterio dela llamada del Espiritu.CATI/VOCACION: La vocacin catequtica es, por encima detodo, un don que te sorprende, te maravilla y te invita a orar comola Virgen ante el anuncio del ngel: Engrandece mi alma al Seory se alegra mi espirita en Dios, mi salvador; porque ha puesto losojos en la humildad de su sierva (Lc 1,47).El servicio a la Palabra, por su propia naturaleza, es siempresuperior a las fuerzas humanas, razn por la cual es desempeadosiempre en la gracia del Seor.

Un ministerio de hechoMIRIO-DE-HECHO: La vocacin del catequista se perfila a partirde la comunidad cristiana, en la que es invitado a desempear unministerio especfico. Dicho ministerio es conferido a travs de sudesignacin e implica un servicio que hay que realizar en la Iglesiade un modo suficientemente estable.

En la comunidad ese encuentran los llamados ministerios de hecho,es decir, aquellos ministerios que, sin titulo oficial alguno, desempean,en la praxis pastoral, constantes y consistentes servicios pblico a laIglesia.... Uno de los ejemplos ms evidentes es el de los catequistas,que se encuentra entre los ms florecientes en no pocas iglesias locales.(EM 67).

El catequista, por consiguiente, desempea en la comunidad elministerio de Cristo, que con la palabra convoca a los nios y losrene para anunciarles la buena nueva del amor del Padre.Tiene un papel propio e insustituible en orden a lograr que laIglesia, en cuanto tal, pueda realizar y llevar a termino su misin deproclamar la Palabra de DiosLa comunidad cristiana tiene necesidad de que t ejercites elministerio catequetico que te ha sido conferido como un don por elEspiritu.

Los seglares tienen que adquirir esta conciencia, que no proviene delhecho de constatar la necesidad de prolongar los brazos del sacerdote,el cual no puede llegar a todos los ambientes ni atender a todas lastareas. Proviene de algo mas profundo y ms esencial: Proviene delhecho mismo de ser cristiano (Pablo VI).

La gracia de la PalabraVOCA-CATECA/ORIGEN MIRIO-DE-LA-PALABRA: El servicio ala Palabra que el catequista desempea es un modo de expresar lapropia pertenencia activa y responsable a la comunidad cristiana.En esta proclama l haber recibido la gracia de la Palabra (RdC182) como un don que compartir con todos para poder reconocer yalabar al Seor, que lleva a cabo tales cosas en medio de supueblo.El desempear la tarea catequtica nace sobre todo de lanecesidad de manifestar a los demas el don recibido y no demotivaciones humanas. A diferencia de lo que ocurre en lasrelaciones entre las personas, en las que es posible la reciprocidaddel favor, cuando se trata de Dios no existe reciprocidad alguna.MIRIO/GRACIA-DON: Aqu todo es don, solamente don ysiempre don, aun despues de haber desempeado un ministerio.Pero, sobre todo, el servicio de la Palabra es gracia, ya queexpresa el mximo de confianza que el Seor te otorga cada vezque te encuentras con tu grupo en la tarea eatequtiea. Por esomismo ests en deuda para con quien te ha enviado a anunciar sumensaje a los muchachos. Al igual que el apstol Pablo, tambintu vives esta experiencia saboreando en el espritu un profundosentimiento de gratitud: Doy gracias al que me dio fuerzas, aCristo Jess, Seor nuestro, porque me consider digno deconfianza al colocarme en el ministerio (1 Tim 1,12). Adviertes enti mismo el ansia de ser hallado digno de esta vocacin (Ef 4,1).

La acogida de feLa actitud del catequista respecto a la llamada del Seor, msque una decisin, es una respuesta de fe a la inivitacin delEspiritu que la ha precedido. Aceptar el ministerio catequeticoequivale a acoger en la propia existencia al santo siervoJesucristo (Hech 4,27), convertirse en discpulos suyos, es decir,compartir su proyecto de vida, seguir su camino y encontrar en el,promulgador de la Palabra del Padre, el modelo de prctica delministerio catequtico. Sin convertirte en amigo suyo no te esposible ser fiel al don recibido. De hecho, lo que capacita a losapstoles para el ministerio de la Palabra es la vida de comunincon Jesucristo, es decir, el haber vivido con el (Hech 2,13), habercomido y bebido con l (Hech 10,3941), el haber trabado con lunas relaciones de familiaridad y de confianza recproca. Soncondiciones indispensables. Como catequista no eres llamado antetodo a responder a la invitacin de Jess: Id y ensead a todaslas gentes (Mt 28,18), sino a acoger con fe y con amor suinvitacin: Venid y veris'' (Jn 1,39), es decir, a permanecer con len la oracin, en la meditacin, en el silencio y en la experiencia dela vida eucarstica.Del hecho de convertirte en discpulo de Cristo y, porconsiguiente, del hecho de escogerle a l como persona con laque compartir tu propia vida, es de donde arranca la progresivamaduracin de tu respuesta de fe a la vocacin catequtica.

3. EL CATEQUISTA,PROFETA EN LA IGLESIACATI/PROFETA: La identidad del catequista en la Iglesia es muysemejante a la figura del profeta, hasta el punto de que stapermite reconstruir aproximadamente algunos de los rasgosimportantes de la fisonoma espiritual del ministerio de la Palabra.Se sigue de aqu una mayor conciencia de estar desempeandoen la comunidad cristiana un servicio que te sita en la linea de losprofetas y, por consiguiente, dentro de la historia de la salvacin,que hoy da se lleva a cabo tambien por obra y gracia de tu tareacatequtica.

Mira que pongo mis palabras en tu boca (Jer 1,8)Ante el llamamiento de Dios a desempear el ministerio de laPalabra, el catequista puede compartir, como los profetas, unsentimiento profundo y sincero de incapacidad, de insuficiencia,que le asalta casi con idntico acento.

No me van a creer ni van a escuchar mi voz (Ex 4,1).No s hablar, pues soy muchacho (Jer 1,6).Ay de m, que estoy perdido, pues soy hombre de labios impuros! (Is6,5).

Es el comportamiento caracterstico de quien supone que ha dedesempear por s solo el ministerio que le ha sido conferido,partiendo de las propias fuerzas, lo cual le hace ver una serie delimitaciones que en un primer momento le inducen a declinar lainvitacin.Tal verificacin es, por el contrario, un componenteindispensable de tu misin catequetica, la cual, como la del profeta,nace de la conciencia de hablar en nombre de otro, de anunciarpalabras que no te pertenecen, porque son de Dios.De hecho, l mismo crea al profeta con algunos gestossimblicos: purifica con fuego sus labios (Is 6,5-7; Jer 1,8), lepermite asistir al consejo del Seor (Jer 23,18) y lo introduce enla corte celeste (Ez 1,26-28).Es un conjunto de signos que expresan la familiaridad que Diosmantiene con aquellos a quienes envia a anunciar su Palabra.

Dios no hace nada sin revelar su secreto a sus siervos, los profetas(Ams 3,7).

Idnticas perspectivas se encuentran en el evangelio. Es Jessquien, a diferencia de los rabinos de la poca, llamapersonalmente a los discpulos, siendo as que, de ordinario, eranlos discpulos los que buscaban al maestro (Mc 1,14-20; 2,13-17;8,27-38).Jesus conversa con ellos como un rabino, establesiendo conellos unas relaciones familiares y afectuosas que eliminan todadistancia. Les tranquiliza diciendo que en los momentos dificiles nodeben preocuparse de lo que han de decir, porque ser el Espirituquien hablar en ellos

No os preocupe cmo o qu hablaris; porque se os dar en aquellahora lo que debis decir. No seris vosotros los que hablis, sino elEspiritu de vuestro Padre el que hable por vosotros (Mt 10,19-20).

San Agustn comenta a propsito de esto:

Si el Espiritu Santo habla en aquellos que, por Cristo, son entregadosa sus perseguidores, por qu no habra de hablar en aquellos queentregan a Cristo a sus oyentes?.

En el nombre y con la gracia de Cristo Salvador (EN 59)Eres un enviado en el nombre de Cristo, es decir, unrepresentante suyo, no en el sentido puramente jurdico de quienest en el lugar de otro y se halla habilitado para sustituirle.El termino enviado expresa una realidad de comuninprofunda en el lenguaje hebreo. Indica efectivamente que elenviado de un hombre es como otro l en persona. Tal aspectoest vivo en las palabras de Jess dirigidas a sus discpulos:Como el Padre me ha enviado a m, as os envo yo a vosotros(Jn 27,18-21).Los profetas eran profundamente conscientes de ser enviados,es decir, mensajeros de Dios, y lo expresan con la frmula habitualcon que introducen sus proposiciones: Palabra de Dios,Orculo del Seor'> (Jer 28,1-2; 15-16; 1 Re 22,11; Ez 13,1).Es un modo de autentificar el anuncio, pero sobre todo esreferirlo a aqul que es su autor y su fiador.El catequista, a diferencia de los profetas, no habla tan slo ennombre de otro, sino que con su propia persona, con sus palabrasy sus gestos, hace Presente a Jesucristo. En un cierto sentido seconvierte l mismo en la primera encarnacin de la Palabra de Diosante los muchachos. Por este motivo, slo en la medida en quetratas de identificarte con Cristo con tu propia vida, te conviertesen un autntico portavoz suyo, porque tu palabra puede serverdaderamente la suya.

Tu eres mi siervo, en el que manifestar mi gloria (Is49,3)A travs de la palabra y la vida del profeta, Dios manifiesta sugloria, es decir, su presencia y su accin de salvacion en medio delpueblo. Por eso el silencio de los profetas es concebido como unaseal de lejana de Dios y uno de los castigos ms temidos.Tambin hoy tu servicio de la Palabra se propone revelar a losnios la gloria de Dios, es decir, su misterio de amor tal como se hamanifestado en Jesucristo. De lo cual se sigue que, antes deinsistir en la respuesta humana que puede brotar del encuentrocon el Seor, es necesario subrayar an ms la voluntad y eldeseo de Dios de dar a conocer su gloria, es decir, de entrar encomunin de vida con toda persona. El reconocimiento de laproximidad del Seor en la existencia de tus muchachos seconvierte en un motivo de alabanza, que se expresa ya en laoracin durante el encuentro catequtico y est destinada aprolongarse en la asamblea litrgica.De esta manera, el ministerio de la Palabra tiene tambin unafuncin cultual y constituye un ejercicio del sacerdocio universal delos seglares. Es un aspecto de tu misin catequtica que acentaulteriormente la importancia de tu ministerio como iniciacinpermanente de los nios a la participacin litrgica.

PARA LA ORACIONSea cual sea mi edad, te seguir,como los obreros que fuiste a buscar a la plaza,a todas las horas,para que trabajasen en tu campo

Te seguiraun cuando el mundo no comprenday a veces despreciea quien se entrega completamente a ti.

Te seguirpara realizar la obra que t has comenzadoy quieres que nosotros, miembros tuyos,llevemos a buen trmino.

Te seguircon la prontitud de Pedro y de Andres,de Santiago y de Juan,los cuales, dejadas las redes y a su padre,se consagraron irrevocablementea ti y a tu tarea.

Te seguiry no buscar otro premioque t y tu amor, Dios mio. Amn.* * *

T me llamas, Seor,y yo tengo miedo de pronunciar el s.Me quieres y yo trato de escaparme.Me pides que te permita aduearte de m y yo me niego.De este modo no llego a entender qu es lo que quieres de mi.T esperas el don completo: esto es cierto.Y yo tal vez estoy dispuesto a darlo,dentro de los limites de mis posibilidades.Tu gracia me empuja desde dentro,y entonces todo me parece fcil.Pero bien pronto me recobro, dudo,apenas me percato de qu es a lo que debo renunciary de lo dolorosa que es la ruptura definitiva.Oh Seor, dame fuerza para no negarme!Ilumname en la eleccin de lo que quieres.Estoy dispuesto.(J. Lebrel)GAETANO GATTISER CATEQUISTA HOYItinerario de fe para la formacin espiritualdel "Ministro de la Palabra"SAL-TERRAE Santander-1981. Pgs. 11-36

www.slideshare.net/scoth777/la-vocacin-y-la-formacin-del-catequista

http://www.news.va/es/news/la-vocacion-de-ser-catequistaLa vocacin de ser catequistaImprimir 2013-09-29 LOsservatore RomanoLa vocacin del catequista es ser ms bien que hacer. Por ello quien educa en la fe debe guiar al encuentro con Jess con las palabras y con la vida, con el testimonio, sin tener miedo de salir de los propios esquemas para seguir a Dios, porque Dios va siempre ms all. Lo record el Papa Francisco a los participantes en el congreso internacional de catequesis, a quienes recibi en audiencia el viernes 27 de septiembre, por la tarde, en el aula Pablo VI.Para el Pontfice ser catequista requiere en primer lugar amor a Jess y al pueblo de Dios. Y este amor explic no se compra en las tiendas, sino que viene de Cristo y es un regalo de Cristo.Qu hacer entonces para ser buenos catequistas? Hablar de tres cosas: uno, dos y tres dijo, como hacan los viejos jesuitas... Uno, dos y tres. Lo primero es estar con el Maestro, escucharle, aprender de l. Y esto vale siempre, es un camino que dura toda la vida. El segundo elemento es el siguiente: Caminar desde Cristo significa imitarle en el salir de s e ir al encuentro del otro. sta es una experiencia hermosa y un poco paradjica. Por qu? Porque quien pone a Cristo en el centro de su vida, se descentra. Cuanto ms te unes a Jess y l se convierte en el centro de tu vida, tanto ms te hace l salir de ti mismo, te descentra y te abre a los dems. Finalmente el tercer elemento va siempre en esta lnea: caminar desde Cristo significa no tener miedo de ir con l a las periferias.Y en cuanto al modelo de catequista en el que piensa el Papa lo explicit: Si un cristiano sale a la calle es el ejemplo que us el Pontfice a las periferias, puede sucederle lo que a cualquiera que va por la calle: un percance... Pero les digo una cosa: prefiero mil veces una Iglesia accidentada y no una Iglesia enferma, y un catequista que se atreva a correr el riesgo de salir y no un catequista que estudie, sepa todo, pero que se quede encerrado.http://www.parroquiabeatamariadejesus.es/Catequesis/La%20Identidad%20del%20Catequista.pdfIdentidad del catequistaI.- LA VOCACIN DEL CATEQUISTA:Por qu quiero ser catequista?Cmo me decid a entrar a este servicio?No es :-porque me quiero salir de mi casa-porque me sobra tiempo.S es:-porque descubro en m una vocacin.Vocacin: (elementos fundamentales)1.- Llamada2.- Respuesta3.- Misin.Ser y hacerse catequista es descubrir estos elementos en mi vida personal."Antes de formarte en el seno de tu madre ya te conoca; antes de que t nacieras, ya teconsagr y te destin a ser profeta de las naciones...""Irs a donde quiera que te enve y proclamars todo lo que yo te mande. No les tengasmiedo, porque estar contigo para protegerte, palabra de Yahv".El autor de esta llamada es Dios y nos llama de diferentes maneras:1.- Nos llama a la EXISTENCIA2.- Nos llama a ser PERSONAS.3.- Nos llama a ser CRISTIANOS.Junto con la llamada que nos hace para catequizar, El nos pone los medios, quenecesitamos. Algunos naturales (cualidades y dones) que ya traemos y otros quetenemos que aprender, a travs de la formacin permanente.Qu cualidades debo aprender para responder a esta vocacin?Cualidades Humanas. Cualidades Religiosas. Cualidades Morales.Cualidades Humanas:Puntualidad, Amabilidad, Prudencia, Alegra, Comprensin, Sencillez, Paciencia,Disponibilidad, Creatividad, Buena Voluntad, etc.Cualidades Religiosas:Grande amor a Dios, a los hermanos, a la Sagrada Escritura, una piedad autntica, amory frecuencia hacia los sacramentos, Fe, Esperanza y Caridad crebles, Testigoconvencido de Cristo resucitado, etc.Cualidades Morales:Amor a los nios, respeto a la conciencia y a la verdad, testimonio moral en la sociedad,etc.II.- LAS ACTITUDES DEL CATEQUISTA.Definicin del Concepto: Qu es una actitud?Es toda disposicin de nimo manifestada exteriormente y que en algunas ocasiones,influye hasta en la posicin del cuerpo o en la expresin de la cara: p.ej. la tristeza, laalegra, etc.Las actitudes pueden ser positivas o negativas.Las Actitudes Positivas nos convierten ms en personasLas Actitudes Negativas nos convierten ms en individuos.Los catequistas debemos insistir en desarrollar ms las actitudes positivas, perosumadas a estas debemos desarrollar sobre todo las ACTITUDES CRISTIANAS, esdecir, las actitudes que caracterizan a Jess, las mismas que nos llevarn a vivir lasantidad como catequistas.ACTITUDES CRISTIANAS:Estas nos permitirn ser profetas de nuestro tiempo, un buen comunicador del mensajecristiano.A partir de un encuentro con Jess, todo catequista estar en disponibilidad y actitud deconversin permanente.A partir de su oracin y vida sacramental, se distinguir por su actitud de participacinactiva.Sus actitudes de alegra y esperanza, le ayudarn a superar las dificultades y cansanciopropios de las tareas catequsticas.Su actitud de comunin y espritu de unidad lo llevarn a vivir en continuacomunicacin y comunin con sus pastores para ejercer su labor de catequista.III.- LAS APTITUDES DEL CATEQUISTAQu es una Aptitud?"Capacidad o habilidad para realizar una actividad o afrontar una situacin".La persona del Catequista requiere de ciertas aptitudes indispensables para eldesempeo de su misin. Entre ellas podemos mencionar: las Aptitudes Formativas, lasAptitudes Pedaggicas-Didcticas y las Aptitudes Sociales.Aptitudes Formativas:- Profundizar constantemente en las Sagradas Escrituras.- Que se interese por su formacin permanente.- Perseverancia y buena voluntad para estudiar constantemente adems de cursoselementales o bsicos, es necesario asistir a una formacin continua y constante;formarse en los documentos de la Iglesia que hablan sobre catequesis.Aptitudes Pedaggico-Didcticas:- Trasmitir el mensaje de la Buena Nueva, lo ms creativo e interesante posible. Nobasta con dominar todos los conceptos teolgicos, es necesario saber transmitirlos conpedagoga y didctica.- Saber ensear, adaptando al grupo con que se comparte, concientes de que para unapregunta hay que tener diez respuestas. Cuando el catequista sabe poco puede trasmitirerrores, dudas y confusiones.- Capaz de cultivar sus dotes externos: expresin del rostro, mmica natural, voz bienarticulada, vestuario sencillo, etc.- Cultivar las aptitudes que le van a ayudar a servir mejor: dibujo, canto, expresiones,etc.- Aptitud para crear, coleccionar y hacer material didctico.Aptitudes Sociales:- Ser capaz de relacionarse normalmente con los dems, tanto personalmente como engrupo.- Capacidad para saber escuchar a otros- Capacidad para aprender a conocer, valorar y respetar el ritmo de los otros en susprocesos de fe.- Aptitud para conocer la realidad econmica, poltica y social que vive el pas.- Capaz de trabajar en comunin con el grupo de catequistas. (pastoral de conjunto)IV.- LA MISIN DEL CATEQUISTA.1.- La misin de los catequistas es emprender un camino, junta a quien nos comparte laBuena Nueva, hasta llegar a la meta de toda catequesis: "Llevar a la madurez de la fe,tanto a las personas como a las comunidades".2.- PARA LLEGAR ALA MADUREZ DE LA FE, SE REQUIERE TODA LA VIDA;este es el fundamento de la catequesis escolarizada y permanente.3.- La misin nos permitir tener personas humanamente equilibradas, de encuentroprofundo con Jess, con un fuerte sentido de Iglesia y en permanente actitud de servicioa sus hermanos y a la sociedad.4.- Para lograr lo anterior hay que avanzar en dos direcciones:A.- Desde lo personalB.- Desde lo comunitario.Slo as lograremos catlicos ms convencidos.5.- Desde lo personal lograremos:A.- Una base humana integral y armnica.B.- Lograr un encuentro profundo con Jess.6.- Desde lo comunitario:A.- Crear y Promover comunidades maduras en la fe.B.- Promover una vida fraternal.C.- Impulsar la vivencia comunitaria en la fe.

VI. El perfil del catequista1. Vocacin y fisonoma del catequistaa) Papel vital de la vocacin del catequista:Hace aos, no slo constatamos ndices bajsimos de formacin cristiana en las grandes masas por falta de catequesis. La conclusin era clara: urga una accin evangelizadora. Decidimos contratar catequistas que evangelizaran todo el tiempo disponible de la semana, con la finalidad de acelerar la accin catequizadora. La accin eficaz de los catequistas permitir a los sacerdotes dedicarse ms a su especfica labor ministerial. Pero, para lograr este avance de la corresponsibalidad eclesial, los catequistas deben vivir con actitud misionera y apostlica. Debern tener formacin integral. b) Qu es un catequista? Fisonoma teolgica:Vamos a analizar cmo ven la Biblia y los documentos del Magisterio de la Iglesia la fisonoma del catequista. Pero, cuando el catequista es dcil a la Palabra de Dios y la transmite con fidelidad, es Dios quien habla por l. Se convierte en instrumento de la Palabra vivificadora. c) Qu es un catequista? Fisonoma humana:El catequista es un educador. Tiene que educar la fe. Pero la fe es don sobrenatural. Caractersticas prioritarias del catequista: - El compromiso eclesial. - El sentido misionero. - La iniciativa. - La superacin integral. - El trabajo en equipo. - La prudencia - La coherencia en su condicin de evangelizadores - El sentido ecumnico Un buen catequista, adems de educar la fe de quienes reciben sus cursos, puede tener unos frutos indirectos: - Promover la vitalidad de la parroquia - Promocionar socialmente a sus comunidades. - Detectar y enviar vocaciones al Seminario mayor y menor, y a conventos de religiosas. - Facilitar el acercamiento de catlicos alejados con la parroquia - Frenar el avance de las sectas En resumen, un buen catequista se distingue por su profesionalidad. La profesionalidad hace que toda la vida del catequista refleje el mensaje que transmite con alegra. Preferentemente, los catequistas deben ser autctonos, para que tengan ms capacidad de inculturacin. d) El ministerio del catequista:En algunas dicesis, se ha establecido el ministerio del catequista como una estructura estable y respaldada por la Jerarqua para desarrollar la Nueva Evangelizacin. Es muy conveniente este ministerio, por ser el catequista parte vital en la predicacin y en la vida de la Iglesia. Recordemos que un ministerio es dar valor pblico y respaldo comunitario a una tarea eclesial. El catequista es un ministro de hecho, porque tiene su valor ante todos y la comunidad lo necesita. 2. La formacin del catequistaLa formacin debe equilibrar la capacitacin intelectual con la experiencia real. Es decir, es indispensable la formacin por la accin. Es necesario definir el modelo de catequista que se desea conseguir, de acuerdo con las necesidades o con los programas de trabajo. Un buen programa de formacin de catequistas debe tener mecanismos de acompaamiento para ayudar a cada uno ante las dificultades y preguntas que le vayan surgiendo en su trabajo. Debe evaluarse el avance o las necesidades del programa educativo, para precisar cules variantes o novedades se requiere incluir en el programa inicialmente previsto. Debe procurarse siempre el equilibrio en los cuatro sectores esenciales de la formacin del catequista: a. Formacin doctrinal:La formacin del catequista inicia con una buena base doctrinal. Sean amplios o reducidos, los programas de formacin doctrinal para catequistas deben armonizar siempre las cuatro reas esenciales de la doctrina cristiana: credo, moral, sacramentos y espiritualidad. El catequista necesita conocer cules verdades tienen slido fundamento y cules son opinin de escuela. Es decir, el catequista necesita doctrina segura para diferenciarla de las mltiples ideologas existentes. b. Formacin espiritual:El catequista necesita acrecentar su experiencia de Dios durante toda su formacin. El catequista necesita fuertes experiencias eclesiales para crecer en sus motivaciones evanglicas. El catequista debe realizar un proceso constante de superacin en su compromiso de fe durante todo el periodo de formacin. Es importante desarrollar una actitud eclesial de unidad y de corresponsabilidad que permita al catequista saber trabajar junto a los otros y dejar trabajar a los otros. El catequista debe educarse en la fidelidad a la Iglesia. La formacin debe aportar al catequista la conciencia de poseer una misin evangelizadora. Toda la formacin del catequista debe construirse sobre el amor personal a Jesucristo y a la Virgen Santsima. c. Formacin metodolgica.Un catequista se forma mejor mediante una metodologa activa. La formacin del catequista tambin debe ser prctica. Es preciso ensear al catequista el uso adecuado de los instrumentos ms comunes e inmediatos de la catequesis: audiovisuales, catecismos, textos, pizarrn, etc. Hay que desarrollar mucho la capacidad de comunicacin en el catequista. El catequista debe aprender a realizar el anlisis de la situacin del ambiente en que debe trabajar. d. Formacin humana.Muchos catequistas latinoamericanos tienen urgente necesidad de completar su formacin humana. La formacin del catequista necesita desarrollar las virtudes humanas. El catequista necesita recibir valores humanos muy slidos y en todos los niveles (de sobrevivencia, culturales, sociales, artsticos, morales y transcendentales). El proceso formativo del catequista debe ensearle a analizar y enjuiciar equilibradamente las personas y los acontecimientos que van cruzndose en su vida. La cultura cambiante, llena de antivalores consumistas y superficiales, exigen una jerarqua de valores definida y valiosa al catequista actual, para que pueda adaptarse y transformar evanglicamente a su comunidad.http://www.aciprensa.com/catequesis/fundamental6.htm

Gentileza de http://mx.geocities.com/jlcontrerass/temcatec.htmpara la BIBLIOTECA CATLICA DIGITAL JESUS MODELO DE CATEQUISTAJess modelo de catequista Un da estaba Jess orando en cierto lugar. Cuando terminaba su oracin, uno de sus discpulos le pidi: Seor, enseanos a orar as como Juan ense a sus discpulos. El les dijo: Cuando recen, digan: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino. Danos cada da el pan del da. Perdonanos nuestros pecados, pues nosotros perdonamos a todo el que nos ofende. Y no nos dejes caer en la prueba.

Cada uno de nosotros tenemos una vocacin esspecfica, un llamado, para el cual y por el cual hemos sido creados; sin este llamado por detrs de todas las cosas nuestra vida no tendra sentido, y es que el Padre Dios nos pens con tanto amor que no poda dejarnos a la deriva, pero eso si, la ltima palabra la tenemos nosotros. La vida del cristiano es un elegir a cada instante, es un optar por esto o por aquello, pero llega un momento en que la opcin se vuelve mas seria y debemos elegir ya no una forma de estar, sino una forma de ser. Llamados a ser catequistas, no a hacer de catequistas. Cuando empezamos la catequesis, dimos un SI profundo y seguro a Dios, un SI que no se termina en ese momento, sino que se prolonga como una opcin de vida, como una forma de ser. El decir SI a ser catequistas es decir SI a ser maestros de la fe, esa fe que la aprendimos de nuestros mayores, que la aceptamos con amor y que ahora la transmitimos con entusiasmo y con la esperanza de que ocurra en los dems lo mismo que ocurri en nosotros. La vocacin del catequista no es temporal, es desde siempre y para siempre; aunque el da de maana no tengamos un grupo a nuestro cargo, seguiremos siendo catequistas, de nuestras familias, vecinos, amigos y de todos aquellos que aqu o alla necesiten de nosotros una palabra de aliento, de apoyo... una palabra de Dios. Hoy por hoy, ya sea con los padres o con los chicos, nuestra funcin es transmitir, ensear la Palabra de Dios. Esto requiere de nosotros una dedicacin de tiempo completo, pero sin dejar de lado nuestras familias, nuestro trabajo, nuestros estudios, sino que tambin en ese ambiente debemos ser catequistas, por eso no estamos llamados a hacer de catequistas sino a serlo. La opcin de vida que hemos tomado nos compromete hasta tal punto que toda nuestra vida debed verse afectada por nuestro SER CATEQUISTA. Los NO del catequista. El catequista no es aquel: que se cree el super cristiano que se las sabe todas. Que por sus muchos meritos ha llegado hasta donde est. Que no es coherente entre lo que vive y lo que ensea. Que se hace compinche de su grupo. Que dicta clases de catequesis deshumanizando al grupo. Que no quiere a su comunidad y se ocupa solo de la catequesis. Que no prepara los encuentros porque no le interesan. Los SI del catequista. El catequista es aquel: que ha recibido de Dios el llamado a comunicar a otros la misma fe que ha recibido. Que con generosidad y desinteresadamente se entrega al servicio de los dems. Que humildemente reconoce su debilidad y su ignorancia pero confa en la obra del espritu. Que vive cada segundo con ansias de conocer mas a Dios y as compartirlo con los hermanos. Que ensea lo que cree, y practica lo que ensea. Que se hace uno con su grupo y comparte de igual a igual. Que quiere al grupo que el Seor le encomend y se gana la amistad de todos. Las letras chicas del contrato. Cuando dijimos SI a ser catequistas, firmamos con Dios un contrato de vida, en el cual haba muchas letras pequeas que seguramente no leimos (aqu va una copia del contrato que firmamos con las letras pequeas agrandadas para que veamos bien). Sera bueno que pensemos si despus de haber ledo bien el contrato lo firmaramos nuevamente asumiendo todo lo que, querramos o no, ya hemos asumido cuando dijimos si al llamado de Dios a ser catequistas. CONTRATO DEL CATEQUISTA CON DIOS YO.......(nombre del catequista)...................................................... ME COMPROMETO A SER CATEQUISTA. .................................... Firma del catequista (desde aqu las letras pequeas) Este contrato es de por vida. No se puede renunciar. El firmante se compromete a: a. Hacer hasta lo imposible por construir la comunidad. b. Dejarse mover por el Espritu Santo. c. Preparar los encuentros en oracin. d. Tratar amablemente a los colegas catequistas. e. Jams olvidarse de su condicin de servidor. f. Entregar su vida por los hermanos. Derechos del firmante. a. Pedir a Dios la fuerza necesaria para seguir adelante. b. Recibir semanalmente la sonrisa de los nios y la gratitud de los padres. Quien firme este contrato se compromete a secarse por completo amando a los que Dios pone a su cargo.

Martn Daniel Gonzalez Arquidicesis de Corrientes Argentina Dudas . Consultas . Sugerencias [email protected] Dios nos llama a ser catequistas

por Marcelo A. MuraEn San Salvador (de Jujuy), en un alto en el camino, saboreando la vida y la Palabra compartida con mis hermanos catequistas de la dicesis de Jujuy, abril 2000.Durante los meses de febrero y marzo iniciamos en la dicesis de Jujuy una serie de talleres de Formacin de catequistas. Estos talleres, que ya recorrieron muchas dicesis de nuestro pas, son espacios para compartir la Biblia y la vida, y aprender juntos sobre nuevos caminos en la catequesis.En ellos se trabaja con la vida y la Palabra y son siempre una fuente de agua viva para seguir descubriendo nuestra vocacin. Gracias a todos los catequistas que participaron y un saludo a los que participaron en el taller de El Carmen, a unos 50 km. de San Salvador de Jujuy, a quienes les promet que utilizara sus conclusiones y aprendizajes para un prximo artculo.Antes de iniciar la reflexin de este artculoIntenta recordar la manera en que Dios te llam a ser catequista Cundo fue? Cmo? De qu se vali Dios para irrumpir en tu vida y llamarte?Te acuerdas de personas que supieron transmitirte la Palabra de Dios en tu vida? Quines te ensearon las cosas de Dios, an sin tener un ttulo de catequista, pero viviendo la misin de un catequista?Busca en la Palabra de Dios los siguientes textos. Observa en ellos cmo llama Dios y cmo responden las personas. Abraham: Gn. 12, 1-5 Moiss: Ex. 3, 1-4, 17 Mara: Lc. 1, 26-38 Discpulos: Mc. 1, 16-20 Encuentras elementos en comn con tu vida? Descubres nuevas maneras de llamado que pueden ayudarte a pensar si Dios te sigue llamando hoy?Cuando compartimos nuestras experiencias de vida como catequistas, cuando somos capaces de revisar nuestra vocacin y descubrir la forma en que Dios nos ha llamado a cada uno... y meditamos nuestra vida a la luz de la Palabra siempre viva de la Biblia, aprendemos como:Dios utiliza distintos medios para llamarnos- nos llama a travs de personas- nos llama a travs de situaciones de la vida- nos llama a travs de seales o signosSentir el llamado de Dios, darse cuenta que Dios llama- Dios pasa por la vida de todos los das, hay que estar atento para escucharlo.- Tener la capacidad de descubrir la presencia de Dios.- Lo cotidiano, la vida de siempre, se es el lugar que Dios elige para revelarse, para correr el velo y descubrirnos que est pasando por ah.La vocacin es un proceso (tiene etapas, tiene momentos, se va viviendo)- el llamado de Dios es progresivo, nuestra vida es una historia de sucesivos llamados.- hay que aprender a mirar la vida con otros ojos para encontrar las huellas de Dios en nuestro caminar.- la vocacin es camino, ms que puerta de entrada, y se hace camino al andar...Todos recibimos dones para que podamos vivir nuestra vocacin- Dios no nos deja slos, su garanta es que l est junto a nosotros.- todos hemos recibido mucho, hay que descubrir que recibi cada uno, para ponerlo al servicio de los dems (parbola de los talentos).- Dios nos llama constantemente, tambin nos va mostrando nuevos dones que no sabamos que tenamos.A veces nos cuesta vivir la vocacin (dudas, miedos, incertidumbres)- el llamado de Dios siempre es un desafo, un cuestionamiento, un compromiso- decir s al Seor compromete la vida.- las dudas, miedos e incertidumbres son parte del camino, nos ayudan a seguir buscando, nos recuerdan que nunca podremos encontrarlo todo, nos descubren nuestra esencia vital de peregrinos...Leer la Biblia, la Palabra de Dios, nos ayuda a descubrir nuestra vocacin.- cuando leemos la Palabra encontramos ejemplos de personas que vivieron llamados parecidos a los nuestros.- sus vidas nos muestran que es posible responder al Seor e iniciar un camino de compromiso- sus experiencias tambin nos hablan de un lento descubrir que quiere Dios de nosotros y un camino de respuesta que pasa por la vida y no por decir, de palabra, Seor, Seor... (la respuesta se da con la vida).Nuestra respuesta al llamado de Dios es servir y ayudar con disposicin y alegra.- Dios llama para dar una misin, un compromiso, una tarea en bien de los dems.- la respuesta es estar disponible a la misin que El nos vaya mostrando.- la alegra en el servicio es signo de que nuestra entrega es sincera y fecunda.Transmitir el mensaje de Dios y el amor de El.- Dios nos llama para ser instrumentos de su mensaje y para colaborar con l en la construccin de su Reino- para mostrar con nuestro testimonio (porque a las palabras... se las lleva el viento) que nos ama y quiere que vivamos su amor construyendo la fraternidad real (porque nadie ama a Dios a quien no ve sino ama a su hermano al que ve).Para trabajar en gruposDios nos llama a ser catequistas

Para reflexionar con la Palabra y la vida - Trabajar en pequeos grupos con la preguntas y textos que aparece al principio del artculo.- Si se pueden formar cuatro grupos repartir un texto para cada uno.- Comentar con el grupo qu conocemos del personaje bblico del texto.- Hacer una lista de caractersticas de cmo Dios llama y cmo es la respuesta de cada persona ante ese llamado.Para la puesta en comn- Escribir en un afiche, en dos columnas, las caractersticas que observamos del llamado y respuesta en el texto bblico.- Escribir entre todos una oracin que relacione el texto ledo con la experiencia de catequista de los integrantes del grupo.Plenario- Compartir los textos y los afiches.- Qu encontramos en comn con nuestras vidas?- Compartir las oraciones.

http://www.mercaba.org/FICHAS/buenanuevas/dios_nos_llama_a_ser_catequistas.htm

domingo, 9 de agosto de 2009Dios nos llama a ser catequistas --------------------------------------------------------------------------

Antes de iniciar la reflexin de este artculo

Intenta recordar la manera en que Dios te llam a ser catequista Cundo fue? Cmo? De qu se vali Dios para irrumpir en tu vida y llamarte?

Te acuerdas de personas que supieron transmitirte la Palabra de Dios en tu vida? Quines te ensearon las cosas de Dios, an sin tener un ttulo de catequista, pero viviendo la misin de un catequista?

Busca en la Palabra de Dios los siguientes textos. Observa en ellos cmo llama Dios y cmo responden las personas.

Abraham - Gn. 12, 1-5Moiss - Ex. 3, 1-4, 17Mara - Lc. 1, 26-38Discpulos - Mc. 1, 16-20

Encuentras elementos en comn con tu vida? Descubres nuevas maneras de llamado que pueden ayudarte a pensar si Dios te sigue llamando hoy?

Cuando compartimos nuestras experiencias de vida como catequistas, cuando somos capaces de revisar nuestra vocacin y descubrir la forma en que Dios nos ha llamado a cada uno... y meditamos nuestra vida a la luz de la Palabra siempre viva de la Biblia, aprendemos como:

Dios utiliza distintos medios para llamarnos:

nos llama a travs de personasnos llama a travs de situaciones de la vidanos llama a travs de seales o signosSentir el llamado de Dios, darse cuenta que Dios llamaDios pasa por la vida de todos los das, hay que estar atento para escucharlo.Tener la capacidad de descubrir la presencia de Dios.Lo cotidiano, la vida de siempre, se es el lugar que Dios elige para revelarse, para correr el velo y descubrirnos que est pasando por ah.La vocacin es un proceso (tiene etapas, tiene momentos, se va viviendo)

El llamado de Dios es progresivo, nuestra vida es una historia de sucesivos llamados.Hay que aprender a mirar la vida con otros ojos para encontrar las huellas de Dios en nuestro caminar.La vocacin es camino, ms que puerta de entrada, y se hace camino al andar...Todos recibimos dones para que podamos vivir nuestra vocacinDios no nos deja solos, su garanta es que l est junto a nosotros.Todos hemos recibido mucho, hay que descubrir que recibi cada uno, para ponerlo al servicio de los dems (parbola de los talentos).Dios nos llama constantemente, tambin nos va mostrando nuevos dones que no sabamos que tenamos.

A veces nos cuesta vivir la vocacin (dudas, miedos, incertidumbres)

El llamado de Dios siempre es un desafo, un cuestionamiento, un compromisoDecir s al Seor compromete la vida.Las dudas, miedos e incertidumbres son parte del camino, nos ayudan a seguir buscando, nos recuerdan que nunca podremos encontrarlo todo, nos descubren nuestra esencia vital de peregrinos...Leer la Biblia, la Palabra de Dios, nos ayuda a descubrir nuestra vocacinCuando leemos la Palabra encontramos ejemplos de personas que vivieron llamados parecidos a los nuestros.

Sus vidas nos muestran que es posible responder al Seor e iniciar un camino de compromisoSus experiencias tambin nos hablan de un lento descubrir que quiere Dios de nosotros y un camino de respuesta que pasa por la vida y no por decir, de palabra, Seor, Seor... (la respuesta se da con la vida).

Nuestra respuesta al llamado de Dios es servir y ayudar con disposicin y alegraDios llama para dar una misin, un compromiso, una tarea en bien de los dems.La respuesta es estar disponible a la misin que El nos vaya mostrando.

La alegra en el servicio es signo de que nuestra entrega es sincera y fecunda.Transmitir el mensaje de Dios y el amor de ElDios nos llama para ser instrumentos de su mensaje y para colaborar con l en la construccin de su Reino para mostrar con nuestro testimonio (porque a las palabras... se las lleva el viento) que nos ama y quiere que vivamos su amor construyendo la fraternidad real (porque nadie ama a Dios a quien no ve sino ama a su hermano al que ve).

Para trabajar en grupos

Dios nos llama a ser catequistas

Para reflexionar con la Palabra y la vida

Trabajar en pequeos grupos con las preguntas y textos que aparecen al principio del artculo.Si se pueden formar cuatro grupos, repartir un texto para cada uno.Comentar con el grupo qu conocemos del personaje bblico del texto.Hacer una lista de caractersticas de cmo Dios llama y cmo es la respuesta de cada persona ante ese llamado.

Para la puesta en comn

Escribir en un afiche, en dos columnas, las caractersticas que observamos del llamado y respuesta en el texto bblico.Escribir entre todos una oracin que relacione el texto ledo con la experiencia de catequista de los integrantes del grupo.Plenario

Qu encontramos en comn con nuestras vidas?Compartir las oraciones.

Extraido de la pagina: http://www.seminariobogota.org/Catequesis/Formacion_catequistasNEW03.htm

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Los frutos del espritu en la vida del catequista

El fruto del Espritu es caridad, alegra, paz, comprensin de los dems, fidelidad, mansedumbre y dominio de s mismo.

Glatas 5, 22

El tiempo de Pentecosts es un excelente momento para revisar nuestra vocacin y prctica de catequistas.

Ser catequista es anunciar la Palabra de Jess, dar testimonio del Evangelio, y ensear a los dems con nuestra palabra y nuestra vida.

El origen de la palabra catequista es hacer resonar. Siempre que pregunto en los talleres de espiritualidad del catequista, con qu imagen asociamos este significado tan motivador des ser catequista, me responden con una campana. En nuestros das se escuchan pocas campanas, pero si andamos en este mundo podremos recordar campanas que escuchamos sonar.

Yo me acuerdo mucho de dos:

La campana del colegio... Sealaba el comienzo (alegra!) del recreo, y tambin su finalizacin (no tanta alegra...)

La campana de la parroquia... Marcaba las horas del da y sonaba con fuerza antes de cada misa dominical llamando a la comunidad.La campana era una seal, con su taido nos hablaba de otra realidad ms importante y trascendente que su sonido mismo.

Ser catequista tiene mucho que ver con ser campana. Nuestro sonido (nuestra vida, nuestra palabra) debe ser capaz de evocar algo ms importante que nos trasciende: la Palabra de Dios, el encuentro con Jess.

El sonido de la campana es signo... y tambin lo es nuestra misin de catequista. Signos de la vida nueva a la que Dios nos invita, signo de la compaa de Dios que camina a nuestro lado-signo de la comunidad que nace en torno a la palabra, a la oracin, a la enseanza, a los sacramentos, al compartir.

El catequista vive animado por el Espritu de Jess, pide su gua y su aliento para er fiel a su misin y poder anunciar el Evangelio.

Cmo est sonando nuestra campana en estos tiempos?

Estamos dando los frutos que el Espritu espera de nosotros?Para trabajar en grupos

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Los frutos del Espritu en la vida del catequista

Leemos el texto de Glatas 5, 22

Recortamos siete campanas de cartulina y le ponemos a cada una el nombre de uno de los frutos del Espritu (conviene que las campanas sean grandes).

Nos dividimos en parejas (y si somos pocos cada uno trabaja con una campana). A cada pareja se le da una campana y la siguiente gua:

Qu significa ser campana de caridad, alegra, paz... (cada uno completa segn su campana) en la vida de un catequista?

Nombrar tres actitudes que como catequista ayudan a que suene esa campana.

Nombrar tres actitudes que como catequista no ayudan a que la campana suene, actitudes que ahogan ese fruto, que no lo muestran, que no lo transmiten.

Escribir una pequea oracin que comience con la frase: Espritu de Jess aydanos a ser campana de...Las actitudes y la oracin se escriben dentro de la campana de cartulina.

Se pone en comn lo trabajado en los grupos (o individualmente si son pocos).

En ronda realizamos una oracin compartida. Si es posible tener una campana de verdad, a medida que cada catequista va haciendo su oracin personal en voz alta, al terminar hace sonar la campana y se la pasa al de al lado.

Entre todos escribir una nueva campana con un compromiso comn a intentar vivir como catequistas. Colgar esa campana en un lugar visible dentro de la parroquia.

Terminar con un canto al Espritu Santo.

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Perseverar en la oracin

Todos ellos perseveraban juntos en la oracin en compaa de algunas mujeres, de Mara, la madre de Jess, y de sus hermanos.

Hech. 1, 14

El libro de los Hechos de los Apstoles nos seala en varias oportunidades esta actitud de los primeros discpulos de reunirse y orar juntos para escuchar la voluntad de Dios. Los apstoles haban aprendido de Jess su manera de orar al Padre. Realmente les haba llamado la atencin esta disposicin de Jess, expresada en la bsqueda de momentos y lugares para orar, tan diferente a las prcticas de oracin del pueblo judo, caracterizadas por lo ritual, la repeticin, los horarios fijos.

Jess les haba enseado a orar en la vida y a orar la vida... para encontrar la voluntad de Dios y la fuerza para ponerla en prctica. Por eso, el primer testimonio que encontramos de la comunidad primitiva es su disposicin a orar...

Perseveraban...

La oracin no es para un rato, o para hacer de vez en cuando. Es una prctica de vida, un estilo de comunicacin con Dios que hay que ejercitar. La oracin requiere esfuerzo, dedicacin, inters, ganas, constancia...

...juntos...

La oracin de los discpulos es compartida, en comn, en comunidad. Al Padre nos dirigimos como comunidad. Buscamos su voluntad unidos. Porque as nos damos fuerzas, aliento mutuo y adems aprendemos de los dems. Porque Dios, muchas veces, habla a travs de los que tenemos al lado.

... en compaa de Mara...

La madre es mediadora ante el Seor. Ella intercede para llevar nuestra oracin. Mara es maestra de oracin. La Biblia nos repite, en los evangelios, que Mara guardaba la Palabra de Dios y la meditaba en su corazn. Siguiendo su ejemplo podremos descubrir al Dios vivo y verdadero que conoci Mara. El Dios del Magnificat, el Dios que libera, que hace justicia y hace maravillas en aquellos que siguen sus pasos.

Propuesta para una reunin de catequistas

1. Leemos en comn Hech. 1,14En parejas trabajamos:

Cmo es tu oracin personal?

Le dedicas tiempo por da, por semana a la oracin?

Cmo rezas? (contarle al otro cmo es nuestra manera cotidiana de rezar)2. Nos reunimos de a dos parejas:

Qu fue lo que ms te impact de lo charlado en el paso anterior?

Aprendiste algo del otro? Qu?

Como catequistas, como es nuestra oracin en comn? Rezamos? Cundo? Cmo?

Qu nos ensea Mara con respecto a la oracin?

Ponerse de acuerdo en tres propuestas para mejorar la oracin en comn del grupo de catequistas. Escribirlas.3. Nos reunimos en el grupo grande:

Se ponen en comn las propuestas y se eligen dos para intentar vivir en la segunda mitad del ao que resta.

Se acuerda reunirse nuevamente a fin de ao para evaluar si se han cumplido las propuestas y si han servido para mejorar la oracin personal.

Concluir el encuentro con una oracin espontnea.

Como signo visible, cada participante toma la Palabra de Dios y la aprieta contra su corazn, dice su oracin y pasa la Biblia al compaero del costado, para que repita el gesto, haga su oracin... y as recorrer una ronda de oracin en comn.

Terminar con un canto a Mara.

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El catequista, artesano del encuentro

La catequesis es espacio eclesial para el descubrimiento del Dios de la Vida y el nacimiento de la experiencia de fe y comunidad. A travs de un itinerario permanente (que no atae solamente a los aos de la infancia) busca desarrollar un proceso que conduzca a las personas a:

conocer a Dios, amarlo y buscar su voluntad,

fortalecer la fe en Dios, conocer las enseanzas de su mensaje,

integrarse a una comunidad de fe para vivir lo que Dios propone,

sumarse a la tarea de anunciar la Buena Noticia de Jess y construir su Reino de vida.Este proceso es un camino que se inicia en la familia, ncleo privilegiado para la transmisin de la fe, y contina con las distintas opciones que ofrece la comunidad eclesial, conforme a la edad de las personas y a su iniciacin en la fe.

Todos esos espacios que la catequesis ofrece estn atravesados por una experiencia que los unifica y da sentido: el encuentro con Dios vivo y el encuentro con los hermanos. La catequesis puede ser el lugar que ensee y capacite a las personas para el encuentro con Dios y los dems.

Si consideramos esto como el eje que vrtebra toda accin catequstica de la comunidad, el responsable de animar esta tarea es el catequista que puede descubrir una misin profundamente enraizada en su vocacin: ser artesano del encuentro.

Ser artesanoTodos conocemos, seguramente, algn artesano, ya sea por contacto directo o por referencia. A partir de esa/s personas que conocemos, reflexionemos algunas de sus caractersticas propias:

Ama profundamente lo que hace (le da sentido a su vida).

Aplica un saber nacido y acrecentado en la experiencia.

Busca nuevas maneras de hacer sus cosas (se renueva).

Es paciente, con s mismo y con su obra.

Lo que sabe lo aplica (hace con las manos).Puedes agregar otras caractersticas que hayas reconocido en artesanos?

Artesano del encuentroApliquemos estas caractersticas a la tarea catequstica para descubrir nuevas luces que iluminen nuestro caminar:

Ser artesano del encuentro, de Dios con los dems y de los dems entre s, requiere catequistas que:

Amen profundamente a Dios y encuentren en la catequesis el llamado de Dios para sus vidas. Nadie puede dar lo que no tiene. Para ensear y transmitir las cosas de Dios hay que llevarlo muy adentro en el corazn.

Para ayudar a otros a encontrar a Dios hay que partir de la propia experiencia de haber encontrado a Dios en la propia vida. La transmisin de la fe nace del testimonio vivo (recordemos los relatos de la iglesia naciente, en el libro de los Hechos de los Apstoles).

El artesano es un innato investigador, busca, desarrolla, experimenta... El catequista que quiera provocar el encuentro debe vivir en permanente bsqueda, desinstalarse y estar abierto a lo nuevo. La capacitacin y formacin es una herramienta privilegiada para crecer y aprender, para ensear y transmitir mejor.

Dios ensea que nos espera siempre, y que, pacientemente, sale a nuestroencuentro con la alegra de la primera vez (Parbola del Padre Misericordioso). Sencillamente, si Dios es paciente... nosotros tambin...

El artesano no es un intelectual terico. Sabe, posee un saber intelectual, pero no se queda en palabras, su obra es la obra de sus manos. De la misma manera el catequista muestra con sus obras su capacidad de generar encuentro.Para pensar y meditar

Piensa en la catequesis como en una artesana del encuentro con Dios: qu actitudes de un catequista favorecen su trabajo?

El mismo Dios es un artesano de tu vida, relee el hermoso pasaje de Jeremas (18, 1-4) y aplcalo a tu vida. Qu caractersticas tiene el modelado de tu vida que va proponindote Dios?

Piensa en dos actitudes que puedas comprometerte a vivir en tu misin de catequista para generar encuentro con Dios y con los dems.

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El catequista, servidor de la Palabra

Quiero compartir con ustedes una pequea reflexin surgida en un encuentro con catequistas. Este encuentro era la segunda etapa de un proceso de formacin de dos aos que estbamos realizando con los catequistas, rurales y urbanos de una sufrida regin de nuestro pas. Los catequistas rurales son personas muy sencillas y llenas de Dios, pastores, campesinos, hombres y mujeres, jvenes y ancianos... en sus desoladas tierras son los arroyos que llevan el agua viva de la Palabra a sus comunidades.

La Biblia nos habla de las personas que anuncian la PalabraYo, por mi parte, era como un canal salido de un ro, como un arroyo que se pierde en un jardn del Paraso. Yo pens: voy a regar mi huerta, voy a regar mis flores. Pero mi canal se convirti en ro, y el ro en mar. Entonces dije: Har brillar como la aurora la instruccin, llevar a lo lejos su luz. Derramar la instruccin como una profeca y la dejar a las generaciones venideras. Comprueben ahora que no he trabajado para m solo, sino para todos los que buscan la sabidura. Eclo. (Sir.) 24, 30-34

La vida del catequista a la luz del texto bblicoComo catequistas somos servidores de la Palabra. Pequeos canales, sencillos y humildes, que surcan la vida de nuestra comunidad... Cuando tomamos concienciade nuestra vocacin y decidimos emplear nuestro tiempo, nuestras capacidades y nuestros dones al servicio de nuestra gente, descubrimos, con alegra y sorpresa, que el Dios generoso multiplica nuestros esfuerzos. Si nos entregamos con confianza a Dios, sabiendo que somos simples canalitos para que su Palabra llegue con su frescura y novedad a los dems, El se encarga de hacer de nosotros arroyos y ros.

El texto nos habla de la experiencia de un hombre sabio, que ha descubierto la obra de Dios en su propia vida y decide comprometerse en el anuncio de su Palabra. Como catequistas somos llamados a transmitir las enseanzas de Jess y promover el encuentro de los dems con el Dios verdadero, que cambia la vida y nos descubreel sentido profundo de la existencia.

Qu alegra poder decir como el sabio del texto, he trabajado para los dems, paraque los otros conozcan la sabidura, es decir la Palabra del Dios de la Vida!

Para rumiar el texto y rezar la vida

El catequista, servidor de la Palabra en su comunidad

- Somos canales por donde circula el agua viva de la Palabra de Dios?

- Qu actitudes de nuestra vida secan nuestro reserva de agua viva?

- La Palabra es la Fuente donde nace nuestro canal, est presente en nuestra vida de todos los das? Acudimos a ella? Nos nutrimos con su lectura y oramos con ella? Estudiamos la Palabra para poder transmitirla mejor?

- Compara las palabras del texto con tu vida, eres un verdadero arroyo para tu comunidad? Los dems se encuentran con el Dios de la Vida a travs de tu testimonio y enseanzas?

- Qu puedes y debes cambiar de tu manera de ser para ser un arroyo ms transparente, ms caudaloso, ms fecundo?

- Ofrcele tus reflexiones a Dios a travs de una oracin escrita por tus propias manos.

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La sabidura del catequista

En todo el pas se encuentran catequistas con muchsima y profunda espiritualidad. Muchos de ellos, sencillas mujeres y hombres del pueblo, que ensean con su testimonio y ejemplo la sabidura de una vida enraizada en la palabra de Dios.

Feliz la persona que busca la PalabraFeliz el que se dedica a la sabidura y puede responder al que lo interroga; que hace suyos los caminos de la sabidura y profundiza sus secretos; que sale a cazarla y acecha su paso; que mira a travs de sus ventanas y escucha a su puerta; que instala su tienda al lado de su casa y clava las estacas en sus muros. Pone su tienda en manos de la sabidura y se queda en esa feliz morada. Deja a sus hijos bajo su proteccin y se tiende al abrigo de sus ramas; lo protege del calor y l se instala en su gloria. Eclo. (Sir.) 14, 20-27

La Palabra, cimiento de la vida del catequistaEste pequeo texto, escondido en uno de los libros sapienciales de la Biblia, nos ayuda a pensar en el alimento que nutre la vida de un catequista. El autor alaba a la persona que se dedica a la sabidura, que para el pueblo de Israel estaba contenida en la Palabra de Dios. Ella brinda respuestas de vida y nos orienta para vivir el proyecto de Dios.

El texto invita a acercarse a la Palabra, a profundizar en su lectura, para descubrir significados siempre nuevos. Quin puede decir ya conozco la Palabra! Si el mismo Dios nos sale al encuentro cada vez que la leemos con apertura de corazn y sencillez.

La Palabra nos ayuda a comprender la vida que vivimos, nos devuelve la mirada de Dios sobre las cosas, nos introduce en la voluntad del Padre. Por eso es vital para la vida de fe el contemplar la realidad desde su lectura y oracin. La Palabra nos ayuda a discernir, nos permite conocer y adentrarnos en los misterios de Dios, siempre infinitamente Otro, cercano y compaero, pero tambin por descubrir, pura sorpresa y gratuidad.

El texto nos propone instalar nuestra existencia a su lado, abrigarnos a su amparo, permanecer en su presencia: saborear su compaa.

Para rumiar el texto y rezar la vida

La sabidura del catequista

Dedcale un tiempo a la evaluacin y discernimiento de tu tarea. A la luz del texto te invitamos a revisar tu espiritualidad de catequista:

- Qu presencia tiene la Palabra de Dios en tu vida?

- Haces tuyos sus caminos? Cmo mejorar?

- Contemplas la vida a travs de sus ventanas...? Te ayuda la lectura de la Palabra a conocer la voluntad de Dios en los tiempos que vivimos? Te gua para interpretar la realidad que vivimos desde la mirada de Dios?

- Dnde tienes instalada la carpa de tu existencia? Dnde buscas amparo y proteccin en los momentos difciles?

- Como catequista, qu pasos puedes ir dando para dedicar ms tiempo a l