La Soledad Del Psicoanalista

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La soledad del psicoanalista Araceli Fuentes La soledad del psicoanalista es el resultado de un largo y a veces arduo proceso: el de su propio análisis. En el transcurso del mismo el analizante recorre un camino que se dirige a la soledad que implica separarse del Otro. La caída de las identificaciones alienantes y lo que Lacan ha llamado la travesía del fantasma forman parte de un proceso de separación que incluye un duelo, en este caso programado, un duelo por la pérdida, no del analista, del que el analizante se separa al final, sino de la seguridad que encontraba en su fantasma. El fantasma en su versión imaginaria es conocido por el sujeto y es de lo que éste se queja: “abusan de mí”, me excluyen”,… etc., es lo que el sujeto cree haber sido para el Otro, su mito. La travesía del fantasma supone el atravesamiento de sus envolturas imaginarias y se corresponde con una doble prueba: A través de la asociación libre el analizante llega al fin de la explotación de la cadena significante produciéndose la caída del sujeto-supuesto- saber. De este modo el sujeto hace la prueba de que el saber es incompleto y no puede nombrar su ser. Pero no basta con esto, una segunda prueba es necesaria: es preciso que el sujeto pueda tomar acta de que el objeto que se introduce entre su falta de sujeto y la falta del Otro, no es otra cosa que su propia pulsión. Es decir, que para el sujeto no hay otro ser que el pulsional y que éste nada le asegura respecto al Otro. Cuando el analizante hace la prueba de que el Otro no es completo sino que está agujereado, agujero que antes estaba velado por su propio ser de goce alojado allí, se produce una deflación del Otro, éste pierde su consistencia. Esta doble prueba implica una pérdida, la de la consistencia atribuida al Otro y también una ganancia, el aligeramiento del peso que el Otro tenía para el sujeto. La extracción del objeto fuera del campo del Otro consiste en extraer el goce de ese lugar y 1

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La soledad del psicoanalista Araceli Fuentes La soledad del psicoanalista es el resultado de un largo y a veces arduo proceso: el de su propio anlisis. En el transcurso del mismo el analizante recorre un camino que se dirige a la soledad que implica separarse del Otro. La cada de las identificaciones alienantes y lo que Lacan ha llamado la travesa del fantasma forman parte de un proceso de separacin que incluye un duelo, en este caso programado, un duelo por la prdida, no del analista, del que el analizante se separa al final, sino de la seguridad que encontraba en su fantasma.

El fantasma en su versin imaginaria es conocido por el sujeto y es de lo que ste se queja: abusan de m, me excluyen, etc., es lo que el sujeto cree haber sido para el Otro, su mito. La travesa del fantasma supone el atravesamiento de sus envolturas imaginarias y se corresponde con una doble prueba: A travs de la asociacin libre el analizante llega al fin de la explotacin de la cadena significante producindose la cada del sujeto-supuesto-saber. De este modo el sujeto hace la prueba de que el saber es incompleto y no puede nombrar su ser. Pero no basta con esto, una segunda prueba es necesaria: es preciso que el sujeto pueda tomar acta de que el objeto que se introduce entre su falta de sujeto y la falta del Otro, no es otra cosa que su propia pulsin. Es decir, que para el sujeto no hay otro ser que el pulsional y que ste nada le asegura respecto al Otro.

Cuando el analizante hace la prueba de que el Otro no es completo sino que est agujereado, agujero que antes estaba velado por su propio ser de goce alojado all, se produce una deflacin del Otro, ste pierde su consistencia. Esta doble prueba implica una prdida, la de la consistencia atribuida al Otro y tambin una ganancia, el aligeramiento del peso que el Otro tena para el sujeto. La extraccin del objeto fuera del campo del Otro consiste en extraer el goce de ese lugar y al hacerlo lo que se le revela al sujeto es la inexistencia del Otro.

Lacan en la Proposicin, dice que el nuevo efecto que se espera de la travesa del fantasma es que ese plus de gozar extrado sirva de gozne a la puerta que abre el pasaje de analizante a analista y que el sujeto pueda hacer de ese plus otro uso distinto al del fantasma que, como sabemos, lo utiliza para velar dicho agujero. El atravesamiento del fantasma y la identificacin al sntoma como resto de goce ineliminable marcan el final lgico de un anlisis.

El analista se produce en su propio anlisis y se autoriza de s mismo: El analista que se autoriza de s mismo y no del Otro es el analista producido a partir del objeto que l es. Se trata de una autorizacin sin el Otro y en acto, y no de una declaracin. Autorizarse de s mismo en acto es una autorizacin que no se funda en el Sujeto-supuesto-Saber sino en el objeto y una vez producido un analista, este slo existe en su acto, acto que es sin Otro que lo garantice.

Este recorrido tiene consecuencias apreciables con respecto al estatuto de la castracin y a la posicin del sujeto frente a la misma: la castracin deja de ser una pasin (que implicara la ficcin de creer que la castracin tiene un autor: el Otro), y se convierte en algo equivalente al sujeto mismo, es a lo que Lacan se refiere cuando habla de hacer de la castracin sujeto. Esta asuncin de la castracin conlleva la cada de las reivindicaciones y de las demandas apasionadas dirigidas al Otro y esto sin duda supone una importante ganancia para elafecto societatis.

Lacan enRadiofonautiliza la expresin: hacerse a ser que es lo contrario de la pasin de ser. Hacerse a ser consiste en hacerse un ser que incluya la castracin, es decir acostumbrarse a ser como todo el mundo, e incluso acostumbrarse a ser sin el Otro, a ser solo. Este hacerse a ser solo no implica estar aislado de los otros, no impide los encuentros, por el contrario, la asuncin de la castracin facilita los encuentros, los propicia y los hace llevaderos.

Acostumbrase a ser sin el Otro, acostumbrarse a ser eso, lo que queda cuando se han atravesado los espejismos y las ilusiones narcisistas, eso que se ha aprendido en el psicoanlisis sobre s mismo no nos pone al resguardo de futuras sorpresas en la vida, en lo que puede venir despus; eso podemos constatarlo y es lo que nos ensea que un anlisis llevado a su trmino deja siempre algo no sabido.Bibliografa:

Jacques Lacan, Radiofona y televisin. Editorial Anagrama.Jacques Lacan, Proposition du 9 octobre 1967 sur le psychanalyste de lcole, Autres crits, ditions du Seuil, Paris

Jacques Lacan, Compte rendu du Sminaire 1966-67, la logique du fantasme. Editions du Seuil, Paris.2