La Rivada Homenaje 3

download La Rivada Homenaje 3

of 40

Transcript of La Rivada Homenaje 3

  • 7/21/2019 La Rivada Homenaje 3

    1/40

  • 7/21/2019 La Rivada Homenaje 3

    2/40

    2

    HOMENAJE A LA HISTORIA

    REGIONAL.

    LA TRAMA ABIERTADE LA HISTORIA

    Entrevista a las historiadoras Susana Bandieri,Noem M. Girbal Blacha, E. Yolanda Urquiza,Mara del Mar Sols Carnicer, Norma Oviedo yClaudia Salomn Tarquini

    Por Esther Lucia Schvorer

    La seccin Homenajedel nmero 3 deLa Rivadahace foco en la Historia Regional,celebrando el crecimiento de esta rea del conocimiento histrico en las ltimas dcadas,

    tanto en Argentina como en Amrica Latina. Con el regreso de la democracia (1983) la his-

    toria como conocimiento cientco ha vivido, con diferentes ritmos, un tiempo que algunoshistoriadores denominan como la (re)profesionalizacinde la historia (Pagano, 2010)1, enel que los quehaceres historiogrcos han abierto un abanico de posibilidades para conocerel pasado y el presente- de nuestras sociedades regionales y latinoamericanas. Este home-naje es tambin una celebracin de ese derrotero.

    En esa trama de desarrollo del pensamiento cientco social se despliega la HistoriaRegional, poniendo en cuestin a la matriz tradicional de la Historia Nacional. Esta ma-triz, forjada a nes del siglo XIX con la formacin de los Estados Nacionales y consolidadadurante el siglo XX, ha sido fuertemente cuestionada en la transicin secular, a partir dela expansin de nuevos enfoques, renovados recortes temporales y espaciales, nuevas pers-pectivas y problematizaciones tericas donde el nfasis est dado en conocer qu pas conlas sociedades concretas de todo el pas y la regin americana, entendidas en sus diferentesdimensiones: econmicas, sociales, culturales y polticas; en espacios sociales e histricosque antecedieron y atravesaron las fronteras nacionales, rompiendo, en el caso de la his-toriografa argentina, la tradicional dicotoma fundada y naturalizada por la historiografanacional de Buenos Aires y el interior, donde la historia era necesariamente HistoriaNacional.

    1 PAGANO, Nora (2010): La produccin historiogrca reciente: continuidades, innovaciones, diagnsticos. (En: De-voto, Fernando (director): Historiadores, ensayistas y gran pblico. La historiografa argentina 1990-2010. Editorial Biblos, Bue-nos Aires, 2010).

  • 7/21/2019 La Rivada Homenaje 3

    3/40

    3

    Conocer, desde la docencia y la investigacin, ese camino a travs del trabajo y los apor-tes al quehacer cientco de muchos cientcos sociales que desde la historia, la geografa,la antropologa y otras reas del conocimiento han pensado los problemas de las historiasregionales, nos ha motivado a hacer este homenaje, para el que hemos entrevistado a pres-tigiosas historiadoras de diferentes regiones del pas, con trayectorias e intereses diversospero con un denominador comn: abordar el conocimiento del pasado desde nuevas y pro-vocadoras posiciones, y con un comprometido y constante trabajo intelectual, tejiendo unatrama nueva en el quehacer de la Historia y los historiadores.

    Es un honor presentar a nuestras entrevistadas: Susana Bandieri (UNCo), Noem GirbalBlacha (UNQUI), Yolanda Urquiza (UNaM), Claudia Salomn Tarquini (UNLPam), NormaOviedo (UNaM) y Mara del Mar Sols Carnicer (UNNE), verdaderas maestras de la profe-sin y referentes en la historia regional con sus reas de trabajo particulares.

    El homenaje propone una serie de preguntas en comn a partir de las cuales las entre -vistadas desarrollan sus argumentos y trayectorias en el campo de la investigacin histricaregional. De esta manera, los lectores tendrn un panorama, sino completo, al menos bas-tante aproximado de las temticas, preocupaciones y lneas de desarrollo de buena parte dela historiografa regional contempornea.

    Las lcidas y comprometidas respuestas de estas historiadoras constituyen mucho msque un estado de la cuestin de la historia regional en el tiempo presente. No slo formu-lan aportes para pensar terica y metodolgicamente a esta rea especca del conocimien-to cientco, sino que tambin proponen nuevos caminos y estimulan a andar y desandartramas profundas de la Historia. Conocer sus anlisis y reexiones nos induce a armar elrompecabezas de las historias regionales comparando procesos regionales, incorporandosujetos sociales y espacios concretos, y avanzando en la denicin de ciertos universalessobre las sociedades pasadas y contemporneas en Argentina.

    Un muy especial agradecimiento a todas estas prestigiosas historiadoras por acompa-arnos y posibilitarnos este Homenaje a la Historia Regional, que es tambin un recono -cimiento y homenaje a nuestro trabajo como docentes y como investigadores. Esperamosque los lectores disfruten del mismo como nosotros disfrutamos hacindolo, y ojala se con-vierta en material de lectura en muchas ctedras, para orientar hacia nuevas reexionese indagaciones a todos los interesados en conocer y debatir sobre las formas de conocerel pasado. Al mismo tiempo, inspirar y motivar a los historiadores nveles a dedicarse deforma comprometida a la investigacin de las problemticas regionales que an aguardan

    ser exploradas.

  • 7/21/2019 La Rivada Homenaje 3

    4/40

    4

    SUSANA BANDIERI

    Prof. y Lic. en Historia por la UNCo. y Dra. en Historia por la UniversidadAutnoma de Madrid. Es Profesora Titular de Historia Argentina en la Facul-tad de Humanidades de la Universidad Nacional del Comahue y ha dictadocursos de posgrado en el pas y en el extranjero. Ha sido Presidenta de la Aso-

    ciacin Argentina de Historia Econmica y es actualmente integrante de laComisin Directiva de la Asociacin Argentina de Investigadores de Historia.Es Investigadora Principal del CONICET y Responsable del Nodo Comahuede la Unidad Ejecutora en Red sobre Investigaciones Sociohistricas Regio-nales ISHIR- del CONICET, de la cual es Vicedirectora. Sus investigacionesms relevantes giran en torno a la idea de frontera como espacio social y a lahistoria patagnica en perspectiva regional, temas sobre los que ha escritonumerosos artculos en revistas especializadas, captulos y libros. Su obra demayor proyeccin nacional e internacional es laHistoria de la Patagoniapu-blicada por la editorial Sudamericana en 2005, con una segunda edicin en

    2009 y una tercera en 2011.

  • 7/21/2019 La Rivada Homenaje 3

    5/40

    5

    ENTREVISTA

    Qu es o cmo denira a la historia regio-nal? Cmo caracterizara el desarrollo histri-co de la historia regional en la Argentina?

    Un primer elemento a tener en cuenta es quela nocin de historia regional remite, en s mis-

    ma, a las dos dimensiones -tiempo y espacio- quela caracterizan. No obstante, desde el positivismodel siglo XIX en adelante, la concepcin de reginproveniente de la disciplina geogrca- ha sidoobjeto de deniciones tan encontradas como di-ferentes. As, se ha transitado desde el determi-

    nismo decimonnico, para el cual el medio natu-ral condicionaba a la sociedad y la regin era unespacio previamente delimitado, slo reconociblepor los elementos fsicos que lo distinguan; hastala interpretacin crtica de esa postura que la con-sidera un espacio abierto, al cual slo es posibleacceder comprensivamente a travs del estudio delas relaciones que establecen los sujetos sociales

    en la dinmica del proceso histrico. De esa ma-nera, la historia regional se relaciona bsicamente

    con la geografa crtica y con la historia socio-eco-nmica, se preocupa por las persistencias y cam-bios en la larga duracin y apunta a la compren-sin de los procesos sociales que se estructuranen un tiempo y en un espacio sin delimitacionesprevias, atendiendo a la reconstruccin de las re-laciones entre los sujetos sociales que marcan laespecicidad de sus manifestaciones. En sntesis,esta perspectiva incorpora las variables espacio-

    temporales en que se desenvuelven las relacionessociales, entendiendo a la regin como el resul-tado de un proceso de estructuracin social quearticula tiempo y espacio y condensa diferentesprocesos sociales que implican el desarrollo deuna territorializacin y de una periodizacin delas relaciones histrico-sociales que surgen delpropio objeto de estudio, ms que de una entidadpreviamente establecida.

    Con respecto al desarrollo de la historia regio-

    nal en la Argentina, puede decirse que se trata deuna prctica historiogrca relativamente conso-

    lidada aunque menos que en diferentes pasesde Amrica Latina como Mxico, Venezuela, Cubay Brasil, entre otros- pero difcilmente entendida

    y analizada como una opcin epistemolgica en smisma. A lo sumo, se le atribuye una capacidadprobada para salvar la distancia entre un nivel na-cional ms o menos articial (al menos para cier-tos perodos) y el mbito de la comunidad local.Muchas veces se la confunde con la microhistoriao, mejor dicho, con elmicroanlisis-, an cuan-do no son lo mismo. Ambas categoras analticas

    coinciden con respecto a la validez e importan-cia de la reduccin en la escala de observacin y

    tienen muchos puntos en comn que apuntan acomplejizar y a ampliar las perspectivas de an-lisis como la prdida de la visin unilateral dela historia y la valorizacin de la diversidad deespacios, actores y realidades que le otorgan es-pecicidad a un objeto de estudio, por ejemplo-,pero sus formas de aproximarse a los problemas ya las temticas histricas son diferentes. Mientrasel microanlisis fue uno de los tantos productosde la fragmentacin de que fueran objeto los para-digmas cientcos luego de la crisis del marxismo

    con posterioridad a la dcada de 1970, la historiaregional, al menos en opinin de quien escribe,recupera, aunque de manera aggiornada, la ideade totalidad implcita en la nocin de estructura.Si bien la perspectiva microanaltica incentivel desarrollo de investigaciones en espacios msacotados, mostrando la pluralidad de enfoquesposibles y la diversidad de los procesos histricos,tambin deriv, no pocas veces, en una excesivafragmentacin de los objetos de estudio y descui-d la importancia de aquellas cuestiones de ca-rcter estructural como son las econmicas- quesin duda inuyen sobre el comportamiento de lassociedades en los procesos de larga duracin. Estotendi a disminuir la capacidad explicativa de lahistoria como ciencia. En este mismo sentido,tambin resulta importante diferenciar, desde elpunto de vista epistemolgico, la historia regionalde la historia de (o sobre) las regiones. Mientras laprimera apunta a la comprensin de los procesos,la segunda suele estar referida a un objeto previa-

    mente delimitado por sus caractersticas natura-les o por sus lmites poltico-administrativos (una

  • 7/21/2019 La Rivada Homenaje 3

    6/40

    6

    provincia, un departamento, un municipio, etc.),reducindose a la descripcin de los hechos acon-tecidos en un lugar anticipadamente denido.

    En sntesis, de lo que se trata, siguiendo aMaurice Aymard, es de construir una nuevahistoria donde el medio geogrco funde su uni-dad sobre la diversidad y la complementariedad,ms que sobre su homogeneidad climtica y fsi-ca; donde la economa se base en el cambio y en

    la circulacin de los bienes y de las personas y so-bre la articulacin del comercio interno y exter-no; donde la situacin cultural est marcada a lavez por la referencia a una unidad pasada y por

    la coexistencia, pacca y conictiva, de civiliza-ciones concurrentes; donde una posicin geogr-ca, explotada y valorizada en un proceso hist-rico de larga duracin, permita ver los contactosentre los pases y los continentes, superando los

    lmites y recuperando la nocin de frontera como

    espacio social de interaccin.2

    Cules considera que son los principalesaportes de la historia regional a la historiografa

    nacional y/o latinoamericana?

    En la Argentina, como en muchos otros pa-ses, dentro y fuera del espacio latinoamericano, elpeso de los elementos fundantes de la historiogra-fa decimonnica es todava muy importante. Se-gn ese modelo historiogrco, que acompa ylegitim el proceso formativo del Estado nacionaly su insercin en el sistema capitalista mundial,los aos 1880 habran marcado la consolidacin

    plena del Estado como instancia de dominacin

    nacional, as como la conformacin de una socie-dad y de un mercado tambin con alcances nacio-nales. Hoy sabemos que el Estado de los 80 erams central que nacional; que la sociedad, quepor entonces reciba grandes contingentes inmi-gratorios, distaba mucho todava de identicarsecon la nacin emergente, y que las circulacionesmercantiles slo vinculaban a algunas regionesdel interior con la ciudad-puerto de Buenos Airescon el doble propsito de extraer materias primas

    2 Aymard, Maurice (2001), De la Mdirerrane lAsie: unacomparaison ncessaire (commentaire), en Annales HSS, N1, Paris,

    janvier-fvrier 2001, p. 47 (traduccin SB).

    y alimentos y colocar las manufacturas provistaspor las potencias industriales de la poca, siem-pre dentro del rol que la divisin internacional del

    trabajo haba asignado a nuestro pas.

    Pero, justamente, la necesidad de generar unaidentidad nacional en un proceso amenazado porla inmigracin masiva, deriv en la construccinde una historia encerrada en los lmites de domi-nacin territorial del Estado-nacin. La identi-dad nacional se asoci con el territorio y ste, asu vez, se convirti en fundamento de la nacin.Fue entonces que las fronteras que son espaciosabiertos, de alto dinamismo social y econmico-

    se convirtieron en lmites cerrados que denanla soberana territorial del pas. Es por eso que,como suelo decir comnmente, nuestra historianacional se construy de espaldas a sus fronte-ras. Esta misma construccin historiogrca, alservicio como dijimos del proceso constructivodel Estado-nacin, ignor problemas muy visiblesen las investigaciones regionales de aquellos es-pacios perifricos y marginales al modelo agroex-portador con clara orientacin atlntica, domi-nante en la Argentina, como son la supervivenciade las corrientes centrpetas de intercambio y lacomplejidad de las relaciones socio culturales vi-gentes en las reas fronterizas.

    Entiendo, entonces, que la perspectiva regio-nal aporta a la construccin de una historia na-cional ms complejizada, a la vez que permiteromper con viejos mitos historiogrcos instala-dos en una historia nacional mayoritariamenteconstruida, en el caso de nuestro pas, a partir deldesenvolvimiento de las reas de la pampa hme-

    da ms beneciadas con el modelo de desarrollovigente. Consecuentemente con ello, la historiaregional permite corregir y ajustar los espaciosy las periodizaciones comnmente aceptadas ysacralizadas por esa misma historiografa domi-nante.

  • 7/21/2019 La Rivada Homenaje 3

    7/40

    7

    Cul es su rea de trabajo especca y cmo

    considera que ha aportado a la historia regional

    desde all?

    Mi temtica de trabajo especca se reere ala historia de la Patagonia, pero nunca entendidacomo un rea homognea y menos an como unaregin en s misma, sino como un espacio dondecoinciden diferentes regiones cuyas dimensionesespacio-temporales nunca estn previamente es-tablecidas sino que dependen del objeto de estu-dio que en cada oportunidad se aborde.

    Como consecuencia del mismo proceso ge-neralizante que sealbamos anteriormente enla construccin historiogrca nacional, variosmitos se construyeron alrededor de la Patago-nia. Uno de ellos, quiz el ms importante, lleva sostener que la ocupacin blanca posterior a laconquista de los espacios indgenas en los aos1880 haba seguido el mismo sentido y orienta-cin de las tropas militares, mostrando una nue-va sociedad rpidamente disciplinada por unapenetracin estatal por dems exitosa. De esamanera se mostr un territorio absolutamente

    vaciado de pueblos originarios, cuyas nuevas co-rrientes de poblamiento provenan siempre delAtlntico, desconociendo la existencia previa y elasentamiento espontneo de poblaciones de otrosorgenes y procedencias, que traspasaban perma-nentemente los Andes como parte de una prcti-ca heredada de las propias sociedades indgenas.Consecuentemente con ello, tambin se pens enuna ocupacin econmica producida en ese mis-mo sentido, donde ganados y capitales formabanparte exclusiva de la orientacin atlntica del mo-

    delo agroexportador dominante en la Argentina.

    Nada ms lejos de la realidad en muchas reasde la Patagonia, tal y como hemos demostradoen nuestras investigaciones, donde las relacio-nes econmicas, sociales y culturales con el surde Chile perduraron hasta muy avanzado el sigloXX. Mientras en la zona ms austral del pas sederivaban lanas y carnes ovinas hacia los frigor-cos magallnicos y el puerto de Punta Arenas,en las reas andinas del centro y norte patag-

    nico se comercializaban vacunos en pie para sa-tisfacer la demanda de los centros del Pacco.

    Restos importantes de estas prcticas comercia-les se mantuvieron en las zonas fronterizas, conmayor o menor intensidad, hasta pocas poste-

    riores, cuando se hicieron sentir en la regin losefectos de las medidas arancelarias tomadas porambos Estados, Argentina y Chile, en un perodoque se inici sobre nes de la dcada de 1920 y seprofundiz aos despus. Concretamente, puedearmarse que la actitud proteccionista de ambospases, acentuada a partir de la crisis internacio-nal de los aos 1929-30 y reforzada por la polticaarancelaria de las dcadas de 1930 y 40, cuando elmodelo sustitutivo de importaciones requiri de

    un mercado interno ms ecientemente controla-do, habra terminado por descomponer deniti-vamente estas formas regionales de intercambio.

    En la actualidad sabemos que la penetracinplena del Estado-nacin en la Patagonia recin secomplet en esos aos, cuando la preocupacinpor argentinizar estos territorios, hasta enton-ces muy vinculados al rea del Pacco, se convir-ti en una necesidad de los grupos nacionalistasque por entonces dominaban la poltica nacional.Fue en las dcadas de 1930 y 40 cuando el avancecoactivo contra la sociedad indgena perpetradoen los aos 1880 se complet con otras formas depenetracin estatal, tanto en los aspectos materia-les -construccin de puentes y carreteras, tendidode lneas frreas, medidas arancelarias de control

    fronterizo, creacin de organismos pblicos, etc.-como, y particularmente, en los ideolgicos, pormedio de la educacin y la generalizacin de la li-trgica patritica y nacional.

    Considero entonces que el principal aporte de

    nuestras investigaciones es desviar la mirada delproceso histrico regional hacia las reas fron-terizas, mostrando un mundo de relaciones muydinmico y complejo, que rompe con la tradicio-nal mirada historiogrca de una Patagonia cuyonico eje dinamizador se encontrara en las costasatlnticas, lugar desde donde habran provenidode manera prcticamente exclusiva las corrientesde poblamiento e integracin econmica con elmercado nacional e internacional vigentes. Asi-

    mismo, a partir de estas nuevas investigaciones,las fronteras -tanto la llamada frontera internaentre la sociedad hispano-criolla y la indgena,

  • 7/21/2019 La Rivada Homenaje 3

    8/40

    8

    como la externa entre Argentina y Chile- dejande ser lmites jos, inmviles y a-histricos, paraconvertirse en espacios sociales de gran dinamis-

    mo y larga duracin.

    No slo se sabe en la actualidad que las socie-dades indgenas de la Patagonia funcionaban demanera mucho ms compleja que el simple mo-delo de la caza y la recoleccin recogido por la his-toriografa tradicional, sino adems que tal fun-cionamiento slo resulta entendible en el marcode sus mltiples relaciones con el rea chilena dela Araucana y con la sociedad hispano-criolla delos respectivos centros de poder, tanto en el rea

    del Pacco como en la del Atlntico. Si los An-des nunca fueron una valla para estos grupos sur-ge entonces, segn ya adelantamos, la necesidadde replantearse la idea de frontera, tanto de lasupuestamente existente entre la sociedad blancay la indgena, como aquella que los Estados na-cionales -Chile y Argentina- intentaron imponercomo lmite territorial de sus respectivas sobera-nas a lo largo del siglo XIX.3

    Al avanzar este proceso, se agudizaron las pre-

    siones territoriales de la sociedad hispanocriollahasta que, en la segunda mitad del siglo y me-diante sendas conquistas militares, se terminpor incorporar el espacio indgena a la potestadde los respectivos Estados nacionales, resolviendoel secular conicto a favor de los sectores domi-nantes. A la expropiacin y desafectacin de losrecursos naturales a las poblaciones indgenasle sigui la conformacin de un marco poltico einstitucional que asegurase el desenvolvimientode la nueva organizacin social, ahora vinculada

    a las formas capitalistas de produccin. El efectoinmediato de tales medidas en la Patagonia fue elestablecimiento de los lmites administrativos delos nuevos Territorios Nacionales y la jacin dela frontera poltica en la cordillera de los Andes.Se dict entonces la ley N 1532 del 16 de octubrede 1884 que dispuso, en el sur del pas, la crea-

    3 Resulta importante aclarar la explcita diferenciacin queen nuestra investigacin hacemos entre lmitey frontera. Mientras elprimero implica el carcter divisorio de diferentes soberanas territo-riales, la segunda involucra una concepcin espacial del territorio den-tro de la cual se jan los lmites. La nocin de frontera se asocia as a la

    conformacin de un espacio social de mltiples interacciones y permitedenir una regin conformada a partir de las relaciones que las socie -dades involucradas establecen a lo largo del proceso histrico.

    cin de los Territorios Nacionales de Neuqun,Ro Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fue-go, estableciendo sus supercies, lmites, forma

    de gobierno y administracin, situacin que con-servaron hasta la segunda mitad de la dcada de1950 en que se convirtieron en provincias, con lasola excepcin de Tierra del Fuego que lo hizo enla dcada de 1990. Con una fuerte dependenciadel poder central, los habitantes de los TerritoriosNacionales no pudieron participar de las eleccio-nes para presidente y vice del pas hasta su efecti-va provincializacin.

    No obstante, la situacin perifrica del interior

    patagnico con respecto al modelo de insercin deArgentina en el sistema internacional vigente, confuerte orientacin atlntica, motiv la superviven-cia de los antiguos contactos socio-econmicos enlas reas cordilleranas por encima de la jacin delmites que los Estados nacionales, recientementeconstituidos, intentaban imponer. En el mismomomento en que las principales regiones ganade-ras argentinas destinaban sus esfuerzos a mejorarlas razas carniceras con destino al frigorco y ala exportacin al mercado europeo del Atlntico,la ganadera patagnica se orientaba en un doblesentido, atendiendo, particularmente en sus reasandinas, a la demanda del rea del Pacco.

    Qu autores/autoras le parece interesantedestacar en el campo de la historia regional en

    Argentina y por qu cuestiones puntualmente?

    Es esta una pregunta muy difcil de contestar,porque hay muchsimos colegas que en forma in-

    dividual y/o dirigiendo o integrando grupos deinvestigacin desde las propias regiones o fuerade ellas, hacen historia regional en la Argentina,

    incluidos los de la propia zona en que se inscribeesta publicacin. Intentar mencionarlos a todossera prcticamente imposible, y limitarnos sloa algunos absolutamente injusto y arbitrario. Screo, rmemente, en la importancia de conocerestos trabajos, de incluirlos como bibliografa enlas ctedras de Historia Argentina de todas las

    Universidades del pas y de reejar sus avancesen las obras generales referidas a la historia na-

    cional que, en muchas ocasiones, siguen mante-

  • 7/21/2019 La Rivada Homenaje 3

    9/40

    9

    niendo todava una visin encerrada en los lmitesdel Estado-nacin. De esa manera, la historia ar-gentina sin duda alcanzar un grado de comple-

    jidad mucho ms interesante y comprensivo, noslo para los niveles acadmicos sino tambin, yespecialmente, para un sinnmero de lectores in-teresados.

    Cmo ve el futuro de la historiografa regio-nal?

    Quiero ser muy positiva al respecto y armar,sin ningn lugar a dudas, la importancia que para

    tal futuro tiene la necesidad de profundizar losabordajes comparativos de las investigacionesregionales. Al decir de Fernando Devoto, la pers-pectiva comparada fue una de las grandes pro-mesas incumplidas de la historiografa occidentaldurante el siglo XX y lo sigue siendo-, y eso sedebe, justamente, a las dicultades que implicasu ejercicio. Sugerimos recuperar, en este senti-do, la tradicin historiogrca iniciada por MarcBloch, quien propuso comparar sociedades cerca-nas en el tiempo y en el espacio que se inuan

    mutuamente. Es decir, sociedades sujetas por suproximidad a la accin de los mismos grandes fe-nmenos y a la presencia de rasgos originarios co-munes. Esta perspectiva de anlisis trae apareja-da varias consecuencias importantes, tales comopercibir las inuencias mutuas que permitenavanzar ms all de una explicacin estrictamen-te atada a los fenmenos internos de los distintos

    problemas, encontrar vnculos antiguos y perdu-rables entre las sociedades y proveer numerosas

    lneas posibles para nuevas investigaciones.En el caso de las investigaciones que nos ocu-

    pan, nos propusimos en algn momento un ejer-cicio en clave comparativa que result una expe-riencia muy enriquecedora. Una de las hiptesisms evidentes que se desprenda de nuestros tra-bajos sobre la Patagonia se vinculaba con la po-sibilidad de establecer una comparacin posiblecon otras reas andinas del pas, con el dobleobjeto de lograr un aporte historiogrco msamplio y signicativo a la vez que formular unaperiodizacin ms ajustada con respecto a la per-durabilidad de los circuitos econmicos y de las

    prcticas socio-culturales en los mbitos fronteri-zos. Se convoc entonces a un nmero importantede historiadores que venan desarrollando el tema

    de norte a sur de los Andes, tanto en la Argentinacomo en Chile desde Antofagasta y Jujuy hastaUshuaia y Punta Arenas-, con el objeto de analizarcomparativamente el funcionamiento de los dis-tintos espacios regionales fronterizos con sus pro-pias dinmicas, caractersticas y periodizacin, alo largo de los siglos XVIII, XIX y XX. Pudieronas establecerse una serie de hechos coincidentesa partir de los cuales se visualizaban momentosde desestabilizacin, ruptura o rearmacin de

    tales relaciones, cuestin que de hecho estructu-r al conjunto de las investigaciones y permiti, ala obra que las reuni, convertirse modestamenteen un importante aporte al conocimiento de lasrespectivas historias nacionales, argentina y chi-lena.4De hecho se demostr, en esta experienciade historia comparada, que la periodizacin quemanejbamos en nuestras investigaciones, donderecin en las dcadas de 1930 y 40 se observabauna ruptura ms denitiva de los antiguos vncu-los socioeconmicos, era comn a todo el espacio

    andino, y eso era ya decir mucho.

    Finalmente, quiero felicitar aLa Rivada poresta iniciativa de homenajear a la construccinhistrica regional, a la vez que agradecer la invita-cin para participar en ella.

    4 BANDIERI, Susana, Coord., Cruzando la cordillera Lafrontera argentino-chilena como espacio social, Neuqun, CEHIR-UNCo., 2001. Segunda edicin EDUCO -Editorial UNCo.-, 2005.

  • 7/21/2019 La Rivada Homenaje 3

    10/40

    10

    NOEM M. GIRBAL-BLACHA

    Profesora y Doctora en Historia(Universidad Nacional de La Plata. Argen-tina). Investigadora Superior del CONICET. Profesora titular y Directora delCEAR-Universidad Nacional de Quilmes. Presidente de la Asociacin Argenti-na de Historia Econmica (1996-2001).Vicepresidente del CONICET (2008-2010)Docteur Honoris Causa. Universit de Pau et Pays de lAdour (Fran-cia, 2007). Premio Bernardo Houssay Trayectoria Cientca-Humanidades,MINCyT-Presidencia de la Nacin, 2011. Profesora visitante en universidadesnacionales y extranjeras. Especialista en Historia Agraria Argentina. ltimaspublicaciones: Vivir en los mrgenes. Estado, polticas pblicas y conictossociales. El Gran Chaco Argentino en la primera mitad del siglo XX,Rosario,

    Prohistoria Ediciones, 2011. Forjar el granero del mundo. Inmigrantes ymigrantes en la Argentina (1880-1930), en Dornel, Laurent; Guicharnaud-Tollis, Michle; Parsons, Michael y Puyo, Jean-Yves (Dir):Ils ont fair les Am-riques Mobilits, territoires et imaginaires (1776-1930), Bordeaux, Presses

    Universitaires de Bordeaux, 2012, pp. 233-252. Formosa en tiempos del pe-ronismo histrico (1943-1955)Quin es quin en la gubernamentalidad de unterritorio de frontera?, Historia Caribe23, vol. VIII, julio-diciembre 2013,pp. 21-53. De patrones a empresarios. El campo argentino en la primera mi-tad del siglo XX,Investigaciones y Ensayos, nm. 60, Buenos Aires, Acade-mia Nacional de la Historia, enero 2014, pp. 313-354.

  • 7/21/2019 La Rivada Homenaje 3

    11/40

    11

    ENTREVISTA

    Qu es o cmo denira a la historia regio-nal? Cmo caracterizara el desarrollo histri-co de la historia regional en la Argentina?

    La historia regional es el abordaje imprescin-dible para conocer la historia de un pas de casi 3millones de kilmetros cuadrados como la Argen-tina, con sus desequilibrios regionales perdurablesen el tiempo y producto de la construccin de unaNacin que se constituye mirando por el puerto deBuenos Aires a Europa -a travs del Atlntico- y deespaldas al pasado originario. Los estudios de his-toria regional, ms all de los referidos a la regin

    pampeana, ocupan un espacio importante en lahistoriografa argentina desde los inicios del siglo

    XX. Diversos han sido los aportes que, conformea los avances metodolgicos, han dado cuenta delas distintas realidades rurales regionales del pas.Desde la propuesta temprana de Juan lvarez(1912) en Las Guerras Civiles Argentinas, has-

    ta los aportes del economista Aldo Ferrer durantela dcada de 1960 en La economa argentinay,para la regin del Gran Chaco Argentino -un dece-nio despus- los estudios sobre el territorio formu-lados por Enrique Bruniard, que acentuaron crti-camente los anlisis de la historia regional. A estos

    se sumaran hacia nales de los 80, los trabajosproducidos por el economista Alejandro Rofman.Todos ellos consignaron -a modo de balance- lascaractersticas ms representativas de la historiaregional. Tres regiones especcas: el Noroeste ar-

    gentino (NOA), el Nordeste argentino (NEA) y laregin de Cuyo, ocuparon el centro de las preocu-paciones historiogrcas, a las que poco despusse aadira la Patagonia. Desde los aos de 1980los avances de la microhistoria lograron compleji-zar los estudios macrohistricos del heterogneomundo de las economas regionales argentinasy los trabajos sobre la historia regional crecieronen cantidad y calidad. Los detalles de los aportes yperspectivas historiogrcas los expuse en mis tra-bajos editados en el 2001, el 2010 y el 2013:

    * GIRBAL-BLACHA, Noem M.: La historia regio-

    nal argentina en tiempos del Bicentenario de la Revo-

    lucin de Mayo de 1810, en Mundo Agrario. Revista

    de Estudios Rurales, nm. 20, primer semestre de

    2010, pp. 1-18. ISSN 1515-5994.

    * GIRBAL-BLACHA, Noem M.: La historiografa

    agraria argentina: enfoques microhistricos regio-

    nales para la macrohistoria rural del siglo XX (1980-

    1999), en Estudios Interdisciplinarios de Amrica

    Latina y el Caribe2, Vol. 12, julio-diciembre de 2001,

    Universidad de Tel Aviv, Instituto de Historia y Cultura

    de Amrica Latina-Israel, pp. 5-34. ISSN 0792-7061.

    * GIRBAL-BLACHA, Noem y CERDA, Juan Manuel:

    Lecturas y relecturas sobre el territorio. Una interpre-

    tacin histrica, en Estudios Rurales. Publicacin

    del CEAR(Centro de Estudios de la Argentina Rural),

    nm. 1, diciembre 2011, pp. 55-78, ISSN 2250-4001.

    Cules considera son los principales aportesde la historia regional a la historiografa nacional

    y/o latinoamericana?

    A mediados de los aos 1950 cobran fuerza los

    estudios acerca del agro latinoamericano, desdeel mbito de ese mismo continente. La CEPAL(Comisin Econmica para Amrica Latina), laFAO (Organizacin de las Naciones Unidas parala Agricultura y la Alimentacin), el ILPES (Insti-tuto Latinoamericano de Planicacin Econmi-ca y Social) y el ICIRA (Instituto de Capacitacine Investigacin en Reforma Agraria), analizan lascaractersticas del crecimiento agropecuario comoun obstculo estructural al desarrollo regional lati-noamericano.5

    La tipicacin del problema agrario regional enAmrica Latina, la estructura de la propiedad y elsistema de tenencia de la tierra, la incorporacin detecnologa a la empresa agrcola y la funcin que sele asigna a la agricultura en el proceso de desarrolloeconmico general, son los grandes aspectos a quehacen referencia estos estudios institucionales.

    El enfoque estructuralista del tema y la insa-tisfaccin explicativa de algunos de sus planteos,

    5 ASTORI, Danilo: Controversias sobre el agro latinoame-ricano. Un anlisis crtico, Buenos Aires, CLACSO, 1984. PIRELA, Ar-noldo: La Escuela Latinoamericana del pensamiento econmico social,Caracas, CENDES, 1990.

  • 7/21/2019 La Rivada Homenaje 3

    12/40

    12

    promueven a corto plazo dos respuestas concep-tuales dismiles. 1) de corte neoclsico que, conescaso contenido histrico, abarca perodos cir-

    cunscriptos de estudio, cuya categora central deanlisis est referida a los estmulos econmicosen relacin al comportamiento interno del sectoragrario y sus vinculaciones con el sistema y 2)la respuesta histrico estructural. Se desarro-lla desde nes del decenio de 1960, en los 70 yrecobra actualidad a mediados de los aos 80.Intenta explicar con un enfoque global la proble-mtica agraria regional, dando prioridad a lasconnotaciones bsicas de funcionamiento de la

    economa capitalista. Se distinguen en ella -a suvez- 2 vertientes: a) la tradicionalmente conocidacomo teora de la dependencia, que privilegia lascondiciones internacionales de funcionamientodel sistema y b) la que jerarquiza las condicionesinternas de acumulacin, en un intento por refor-mular aquella primera versin y profundizar elanlisis de las peculiaridades locales, articulandolas variables econmicas con las del campo socialy poltico.

    Las obras generales editadas hacia mediados

    de la dcada del 60 comienzan a incluir, tan-gencialmente, en sus anlisis a las produccionesagroindustriales. El economista Aldo Ferrer pos-tula la consolidacin del desequilibriointerregional y pondera el comportamientode las regiones del interior como expresin de ladescomposicin del federalismo econmi-co.Su obra es aun hoy un clsico de consultaobligada.

    En los inicios de los aos de 1970 y como

    producto de los estudios del CEUR (Centro deEstudios Urbano Regionales) asociado al Insti-tuto Torcuato Di Tella, sobre la conformacinregional argentina se aborda con especicidadel anlisis de las formas de estructuracin

    espacial a travs de nuestro proceso histrico(1852-1970), como expresin del desarrollocapitalista dependiente; aunque sin refe-rirlas, preferentemente, al crecimiento agrarioms all de la regin pampeana.

    Por otra parte, merece subrayarse que sobreotras bases metodolgicas y con una perspectiva

    diferente, es decir, dando prioridad al estudio dela teora de la renta como categora principal enel comportamiento del sector agrario, se presen-

    ta un somero tratamiento de las caractersticasde la estructura agraria a nivel regional.

    La difusin de la cuanticacin sistemticaen las ciencias sociales, la revisin de la teorade la dependencia al iniciarse los aos 70 parael agro latinoamericano, dirige la atencin hacia

    los problemas y mtodos de la historia econmi-ca (Kula, W., 1973) y sus inuencias se dejan sen-tir en nuestra historiografa, en general y regio-nal, en particular. Es en la segunda mitad de esta

    dcada cuando la teora del espacio polarizadoy las espacialidades diferenciadas -como cate-goras de anlisis- derivadas de la escuela geo-grca francesa que desde los aos 60 los tomacomo paradigmas, refuerzan la expansin y laimportancia de los estudios histrico-regionalesagrarios en la Argentina.

    Un renovado inters por la economa agrariaregional se hace explcito en los aos de 1980.Ms all de la crisis de las teoras omnicompren-

    sivas, abarcadoras, y de la polmica en torno auna vuelta a la historia narrativa, los es-tudios sobre las regiones argentinas muestran,entonces, el carcter propio de anlisis acotadosy muy especcos.

    Los aos 90 -tiempos de crisis del n del sigloy del milenio- al mismo tiempo que cuestionanla tarea del historiador, que someten a debatelas grandes corrientes de la historia y sus cam-pos de investigacin, abren nuevas perspectivas.

    En materia de historia econmica, la dcada seinaugura con los intentos fructferos de nuevasaproximaciones entre la economa y la historia.La dinmica econmica y las nuevas exigenciasde la investigacin histrica; el enriquecimientode la economa poltica por la historia; la econo-ma del desarrollo, en su relacin con el tiempoy la historia; los interrogantes acerca de la nece-sidad de una historia cuantitativa y los usos dela historia en la formulacin de hiptesis de lateora econmica, son algunos de los temas que

    se discuten en estos tiempos de reexin ni-

  • 7/21/2019 La Rivada Homenaje 3

    13/40

    13

    secular.6En un pas agrario como la Argentinaestas discusiones incidieron directamente en lahistoriografa regional. Se incluye el anlisis del

    discurso -en sus ms variadas formas- como unreferente ineludible de los estudios histricosagro-regionales que confrontan determinismoy representaciones temporales para poder ha-cer una reconstruccin del pasado que tenga porbases la explicacin y la comprensin.7 Los es-tudios sobre las complejidades de la Argentinarural no son ajenos a estos cambios.

    El relato y la micro-historia son caractersti-cas fundamentales que inciden en la evolucin

    de la ciencia histrica8y, sin dudas, sus planteosse reejan en los estudios referidos a la histo-ria regional. Se est en presencia de un contex-to historiogrco renovado, que intenta salvarlas diferencias entre dos categoras histricas:

    el espacio de experiencia y el horizon-te de expectativa, al mismo tiempo que seplantea una relectura del pasado desde la re-composicin y las interpretaciones diversas delmismo, tanto en el plano social como en el pol-tico y el econmico.9Son los estudios de casos,inscriptos en una propuesta terica que procuradelimitar los mitos y paradojas de la his-

    toria econmica,10los que cobran fuerza y seinstalan en medio del debate crtico. Se estudiala historia a partir de un juego de escalas11superpuestas, complementarias y sumatorias.La ruralidad, el territorio y la agricultura se re-ejan en la estructura social y as se las analizaa la hora de estudiar casos representativos de lasdiversas realidades regionales argentinas.

    6 REVUE ECONOMIQUE 2, vol. 42, Paris, mars 1991. GRE-NIER, Jean-Yves:Lhistoire quantitative ets-elle encore ncessaire?,en BOUTIER, Jean et JULIA, Dominique (dir.): Passs recomposs.Champs et chantiers de lHistoire, Paris, Autrement 150/151, 1995,pp. 173-183. Espaces Temps. Les cahiers. Revue trimestrelle, nms.59/60/61, Pars, 1995.

    7 GRENIER, Jean-Yves: Expliquer et comprendre. La cons-truction du temps de lhistoire conomique, en LEPETIT, Bernard:Les formes de lexprience. Une autre histoire sociale, Pars, AlbinMichel, 1995, pp. 227-251.

    8 RUANO BORBALN, Jean-Claude:Enjeux et dbats, enSciences Humaines 18, set.- oct. 1997, Hors Srie, pp. 4-6.

    9 KOSELLECK, Reinhart: Futuro pasado. Para una semnti-ca de los tiempos histricos, Buenos Aires, Editorial Paids, 1993.

    10 BAIROCH, Paul: Mythes et paradoxes de lhistoire

    conomique, Pars, Editions la dcouverte, 1995.11 REVEL, Jacques: Micro-analyse et construction du so-

    cial, en Revel, Jacques (dir): Jeux dchelles. La micro-analyse lexprience, Paris, Gallimard/Le Seuil, 1996, pp. 15-36

    La pregunta de los 90 es, precisamente, re-pensar la micro-historia, modicando la escala ylas condiciones de la observacin, para dar lugar

    a la coexistencia de lo particular y lo general enlas modalidades del razonamiento propio de lasciencias sociales y de las formas en que esa con-vivencia puede expresarse a travs del relato y laexplicacin histricos. La historiografa regionalactual es heredera de este cambio en el ngulo deobservacin del objeto que se pretende estudiar.

    Cul es su rea de trabajo especca y cmo

    considera que ha aportado a la historia regional

    desde all?

    Desde los aos de 1970 me dedico a los estu-dios histricos de la Argentina durante los siglosXIX y XX, con perspectiva agraria y regional. Misprogramas de las materias y seminarios de gradoy posgrado dictados en diversas universidades na-cionales y extranjeras, ponderaron y ponderan elenfoque regional del pasado mediato y reciente.Los espacios regionales, los sujetos sociales y laspolticas pblicas, son los ejes del Programa I+D

    que dirijo en la Universidad Nacional de Quilmesdesde el CEAR (Centro de Estudios de la Argenti-na Rural) referido a la situacin de la Argentinaagraria durante los siglos XX y XXI. 20 libros yms de un centenar y medio de captulos de librosy artculos publicados en revistas de alto nivelcientco, nacionales e internacionales, dan cuen-ta de mis aportes a la historia regional argentinay latinoamericana. Desde hace ms de un lustroestoy dedicada al estudio del Nordeste argentino,

    una de las regiones histricamente ms pobres delpas. Entre mis ltimas publicaciones se destacan:

  • 7/21/2019 La Rivada Homenaje 3

    14/40

    14

    1. GIRBAL-BLACHA, Noem: Vivir en los mr-

    genes. Estado, polticas pblicas y conictos so-

    ciales. El Gran Chaco Argentino en la primera

    mitad del sigloXX, Rosario, Prohistoria Ediciones,

    2011, 174 pp. ISBN 978-987-1304-95-0.

    2. GIRBAL-BLACHA, Noem: La Argentina agro-

    exportadora y el desequilibrio regional 1880-1930, en

    Sociedad Espaola de Historia Econmica (SEHA), Do-

    cumento de Trabajo11, setiembre 2011.www.sehe.

    repositori.uji.es/xmlui/bitstream/handle/10234/.../

    DT-1107.pdf?...1

    3. GIRBAL-BLACHA, Noem: La estructura social

    agraria argentina en el largo plazo, enVoces en el

    Fnix. La revista del Plan Fnix, Buenos Aires, ao

    3, nmero 12, marzo 2012, pp. 62-69. ISSN 1853-8819

    4. Corporaciones agrarias y polticas pbli-

    cas en Amrica Latina(compiladora junto con So-

    nia Regina de Mendonca), Rosario, Prohistoria Edicio-

    nes, 2013, 252 pp., ISBN 978-987-1855-43-8.

    5. GIRBAL-BLACHA, Noem:Formosa en tiempos

    del peronismo histrico (1943-1955) Quin es quin

    en la gubernamentalidad de un territorio de fronte-

    ra?, en Historia Caribe23, vol. VIII, julio-diciembre2013, pp. 21-53. ISSN 2322-6889 (versin electrnica)

    ISSN 0122-8803 (versin papel).

    6. GIRBAL-BLACHA, Noem:Historia y memoria

    rural. Tramas regionales para la construccin de la

    Historia Rural Argentina, en Breves Contribucio-

    nes del Instituto de Estudios Geogrfcos 24,

    diciembre 2013, pp. 118-131. ISSN 2250-4176 (versin

    online) ISSN 0326-9574 (versin papel)

    7. GIRBAL-BLACHA, Noem:De patrones a em-

    presarios. El campo argentino en la primera mitad delsiglo XX, en Investigaciones y Ensayos, nm. 60,

    Buenos Aires, Academia Nacional de la Historia, enero

    2014, pp. 313-354. ISSN 0539-242X.

    8. GIRBAL-BLACHA, Noem: Land Conicts in

    Formosa, Argentina (1884-1958), en Works of the

    world. International Journal on Strikes and So-

    cial Conict5, vol.1, july 2014, London-UK, pp. 195-

    209. (http://www.workeroftheworldjournal.

    net/). ISSN 2182-8938

    9. GIRBAL-BLACHA, Noem: La Argentina rural:un modelo para armarRUFFINI, Martha E.: Histo-

    ria, Cultura y Memoria en el mundo rural, Cua-

    dernillo de divulgacin 1, Buenos Aires, MINCyT-UNQ-

    CEAR, 2014, 15 pp. ISBN 978-987-558-310-8

    Qu autores/autoras le parece interesantedestacar en el campo de la historia regional en

    Argentina y por qu cuestiones puntualmente?

    Adems de los ya citados -y para evitar omisio-nes- creo importante consignar algunos aportescolectivos especcos. La historiografa argentinade los 90 referida a la situacin de las economasregionales, vuelve su mirada al interior del pas

    y hasta se pregunta acerca de la necesidad actualde una historia regional (Campi, D., 1993). Am-pla su gama de interpretaciones y se decide a ha-cer comparaciones -aunque sean parciales- conel resto del territorio argentino y, especialmente,con la regin pampeana, que mereci y merecepreferente atencin de la historiografa argentinapor su impacto en la economa agroexportadora.Los estudios ms generales, de largo plazo y detemprana edicin sealan el carcter irreversibledel desequilibrio interregional en la Argentina

    (Manzanal, M. y Rofman, A., 1989). Los estudiosde caso se posicionan en el escenario de la histo-riografa regional.

    En 1993 se edita el primer nmero de Pobla-cin y Sociedad. Revista Regional de Es-

    tudios Sociales, como punto de partida de unesfuerzo editorial con participacin privada quehasta hoy tiene continuidad. Tambin la Unidadde Investigacin en Historia Regional, depen-diente de la Facultad de Humanidades y Ciencias

    Sociales de la Universidad Nacional de Jujuy, rea-liza sus aportes a travs de la edicin de sus in-vestigaciones comoDocumentos de Trabajo.En el 2000 comienza a editarse Mundo Agra-rio, revista del CEHR de la Facultad de Huma-nidades de la Universidad Nacional de La Plata.Finalmente, desde el 2011, como revista del CEAR(Centro de Estudios de la Argentina Rural) de laUniversidad Nacional de Quilmes, se edita on lineEstudios Rurales, que recibe un amplio espec-tro de estudios agrarios regionales, apostando ala pluridisciplina en el abordaje temtico que ladene.

  • 7/21/2019 La Rivada Homenaje 3

    15/40

    15

    La historiografa de las ltimas dcadas refe-

    rida al desarrollo agrario del pas, se ha ocupadocon especial inters del perodo 1870-1930, de los

    tiempos del peronismo y de los acontecimientoscaractersticos de la agricultura contempornea,con sus matices regionales. Muestra preferenciasbien denidas en relacin con los cambios de inte-reses y de la metodologa en las ciencias sociales.A los enfoques muchas veces descriptivos, tradi-cionales, que suelen integrar las obras generalesde historia econmica o bien los que se atienenpreferentemente a las explicaciones sociales pro-pia de los estudios de la dcada de 1960 -cuando la

    economa regional se estudia, generalmente, paraejemplicar conceptos tericos ms que para ex-plicar la realidad histrica- le suceden las de netoperl poltico econmico -en algunos casos com-prometidas con teoras globales- de los aos 70y las de rasgos socio-econmicos de los 80. Ladcada de 1990, ofrece abordajes de mayor eclec-ticismo, ms precisos en algunas propuestas te-ricas (deniciones de espacio-regin, produccinsocial del espacio, mayor discernimiento entre lolocal y lo regional) y tambin ms dispuestos a

    buscar la asociacin entre la informacin cuanti-tativa y la cualitativa.

    Los vacos en el tema que se trata son an mu-chos y exigen un compromiso de nuestros histo-riadores profesionales, que trascienda el merocuestionamiento a lo realizado y a las falenciasmetodolgicas observadas, para que en un pasextenso como la Argentina, con notorios desequi-librios regionales, las diferencias interregionales

    que el modelo aplicado genera, sea un motivo

    especco de estudio. La historia regional aguar-da aun -especialmente para el siglo XX- estudiossobre la diversicacin del riesgo empresario, lacirculacin de capitales y su drenaje regional enrelacin con el -varias veces denunciado- sube-quipamiento tecnolgico en las agroindustriastradicionales. La distribucin del crdito y susdiversas formas de inversin y reinversin a ni-vel regional y por rubros; la relacin unidad pro-ductiva, tipos de explotacin y experimentacinagrcola, el impacto ambiental y ecolgico, son ca-

    rencias que deben superarse, si efectivamente elpropsito es conocer las facetas menos estudiadas

    de la racionalidad econmica de los productoresrurales. Respecto de los estudios sobre la inter-vencin del Estado en la economa (ms all de su

    poltica monetaria y scal) en sus diversos grados,tambin puede notarse un rea de vacancia.

    Cmo ve el futuro de la historiografa regio-nal?

    Desde el 2000 la diversidad de enfoques en lahistoria regional se ha profundizado y se vinculaal uso de nuevas fuentes y a la reinterpretacin delos clsicos que estudiaran el campo argentino.

    Asuntos rurales asociados a la poltica, a la inter-culturalidad, el conicto social, la sociedad delconocimiento, la comercializacin, el agronegocioy los vaivenes nancieros, se han desplegado demanera inusual en la historiografa argentina quereere a las economas regionales, respondiendo-en parte- a las inquietudes e incertidumbres delpresente y, tambin, como producto de la sojiza-cin extendida, la siembra directa, la concentra-

    cin de la explotacin agraria, las marginalidadesy desigualdades interregionales del pas. El coo-

    perativismo agrario en regiones marginales y cen-trales, la vida rural en la frontera, las representa-ciones agrarias, el signicado y expansin de loscultivos transgnicos, la aplicacin de la biotecno-loga al agro, el medioambiente y sus vnculos conel agronegocio, territorio y gestin, son slo algu-nas de las nuevas aproximaciones de la historio-grafa de edicin nacional con enfoque regional.

    En medio de la desocupacin y la exclusin,una tecnologa agraria avanza vinculando al cam-

    po con la sociedad del conocimiento, el mundo deltrabajo rural resulta otro de los asuntos sustanti-vos que hoy ocupa a la historiografa regional ar-gentina, en tanto experiencia y resignicacin delas identidades rurales, en momentos en que sehabla delagro en cuestiny se refuerzan losestudios acerca de la educacin y las cuestiones degnero, procurando enlazar el pasado y el presen-te regional del pas

    Hoy, la historia regional necesita -una vez ms-

    hacerse eco de los cambios terico-metodolgicosy conceptuales, entendiendo que su tratamiento

  • 7/21/2019 La Rivada Homenaje 3

    16/40

    16

    no puede hacerse exclusivamente desde un solongulo de observacin, sea ste econmico, social,poltico, cultural o institucional. Su estudio debe,

    necesariamente, compendiar todos esos aspectos,poniendo el acento en el estudio de casos.

    Actualmente, en la regin pampeana -porejemplo- los trabajos de investigacin sobre his-toria agraria se nuclean en torno a 2 grandes ejes:1) el estudio de las corporaciones y sus lgicas po-ltico econmicas, que se vinculan a la expansinde la soja y 2) el estudio de la agricultura familiary la tipologa de los productores del agro pam-peano. Pero la historia regional necesita ser abor-

    dada en toda su complejidad, dando sentido a lamicro-historia para explicar los procesos macro-histricos del heterogneo y complejo territorioargentino.

    Archivos privados, empresariales, corporati-vos y personales, as como los reservorios de do-cumentacin oral y las entrevistas de variada ti-pologa, colocan como protagonistas a los actoresdel tiempo mediato. El conjunto requiere ser re-levado y ledo crticamente por los historiadores,

    por los cientcos sociales, que quieran participarde estas nuevas perspectivas de la diversa historiaregional argentina.

    En el siglo XXI conviene recordar que la evolu-cin histrica de la Nacin Argentina da muestrasacabadas del mayor esfuerzo puesto, por parte dela dirigencia nacional y de los actores sociales engeneral, en preservar el pas rural que en apostara economas alternativas complementarias; enlas cuales, los aportes regionales no podran es-

    tar ausentes. Una de las cuestiones centrales de lostrabajos pendientes, para las nuevas generacionesacadmicas, es demostrar la interdependencia delas variables econmicas, polticas, sociales, cultu-rales y ecolgicas en la conformacin de los pro-cesos que dan consistencia y singularidad a cadaespacio regional. El momento es propicio, ya quecoincide con el cambio en la escala del anlisis his-

    trico, es decir, cuando microhistoria y construc-cin social, en tanto redes, estn en el centro de las

    discusiones metodolgicas (Revel, 1996).

    En sntesis, a la luz de los estudios recientespodra decirse que hoy -y en el futuro cercano- co-bra inters:

    1.- Estudiar las diferencias interregionalesargentinas, considerando a la regin -en tanto

    construccin histrica- como el resultado de la

    produccin social del espacio territorial; vale de-cir, como un complejo territorial (Rofman, A.),en tanto ujo de una relacin-tensin, que ponenfasis en las vinculaciones y conictos polticoeconmicos y socio-ambientales.

    2.- Analizar la trama que construyen los suje-tos sociales, es decir, las redes sociales presentesen las estructuras de poder, que se traducen en losprocesos de construccin del espacio, para lo cualdebe ampliarse la bsqueda de testimonios que

    den cuenta de esos asuntos y para que el investi-gador pueda describirlos e interpretarlos.

    3.- Caracterizar las relaciones de poder quesustentan las polticas pblicas argentinas en tr-minos de un federalismo regional genuino; enten-diendo que ellas surgen de un tejido complejo devinculaciones, estructuras, capacidades de ges-tin de recursos y de control sobre los grupos so-ciales en el amplio y diverso espectro del territorionacional, que no es ajeno a la sociedad del cono-

    cimiento, al cambio tecnolgico y a la burocracia.En los inicios del siglo XXI se sigue repen-

    sando la regin y sus actores (Rofman,

    A. y Manzanal, M). Control, regulacin sobre lasdecisiones sociopolticas, nivel de incertidumbreen el accionar de los sujetos sociales y los agenteseconmicos abren un debate terico sobre

    el perfl de las regiones que se inserta en

    el mbito integrado, y que -seguramente- lle-varn a reformular los planteos tericos sobre la

    construccin social del espacio, que parece estarregido por determinantes no siempre consensua-dos con la mayora de la sociedad y menos an,atendiendo los reclamos de los sectores margina-

    les y postergados.12

    Los problemas actuales de la Argentina tienenque abordarse de modo diverso. Por ejemplo, atravs de la historia, buscando vincular el espa-cio regional como una construccin social deapropiacin, los sujetos socialesen sus gamas

    12 ROFMAN, Alejandro:Hay que apoyar a las economasregionales, en Clarn, viernes 25 de octubre de 1996, p. 15.

  • 7/21/2019 La Rivada Homenaje 3

    17/40

    17

    ms diversas, capaces de reejar el heterogneomundo social y productivo, y las polticas p-blicas nacionales y regionales vinculadas al fede-

    ralismo que la Constitucin Nacional propone. Apartir del cruce de estos ejes centrales se puedehacer un diagnstico sustentable, que -a su vez-permita interpretar no slo los cambios, sinoespecialmente las continuidadesdel desarrolloo estancamiento de las regiones argentinas en el

    concierto nacional; atendiendo a las diversidadesespaciales y transitando los abordajes micro ymacro analticos como parte de una misma y com-pleja trama descriptiva y explicativa;13vale decir,

    pensar la historia regional como una trama, comoun tejido.

    Territorio, poder e identidad son los ejes cen-trales que hoy guan los estudios de nuestra his-toriografa regional para explicar la complejidaddel espacio territorial, su devenir histrico, ylos factores condicionantes que han man-

    tenido vigencia hasta la actualidad, 14en

    un contexto de continuidades y rupturas; toda vezque el territoriosintetiza relaciones de po-der, capaces de transformar, producir eimponer acciones y voluntades. 15

    Poder pblico y privado integran este escena-rio complejo y diverso. Ambos deben ser tenidosen cuenta si la historia regional pretende avanzardesde esta perspectiva y ms all de las fronteraslocales. La agenda pblica lo reclama como partede las respuestas sociales requeridas y no siempreponderadas, cuando se hace referencia a la nece-sidad de fortalecer la inclusin.

    13 REVEL, Jacques: Un momento historiogrco. Trece ensa-yos de historia social, Buenos Aires, Manantial, 2005, pp. 229-252.

    14 MARI, Oscar; MATEO, Graciela y VALENZUELA, Cristi-na (Compiladores): Territorio, poder e identidad en el agro argentino,Buenos Aires, Imago Mundi, 2010, p. 1.

    15 MANZANAL, Mabel; ARQUEROS, Mariana y NUSSBAU-MER, Beatriz: Territorios en construccin. Actores, tramas y gobier -nos, entre la cooperacin y el conicto, Buenos Aires, Ediciones Ciccus,2007.

  • 7/21/2019 La Rivada Homenaje 3

    18/40

    18

    E. YOLANDA URQUIZA

    Doctora en Geografa e Historia (Historia Contempornea)- de la Univer-sidad de Barcelona. Docente Titular Dedicacin Exclusiva, por Concurso P-blico de Antecedentes y Oposicin en la Facultad de Humanidades y Ciencias

    Sociales de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM). Investigadora yDirectora de diversos Proyectos en la UNaM. Directora de Tesis de Grado yPostgrado. Evaluadora de docentes-investigadores. Autora de textos: (2014)Lugares de memoria. Una aproximacin a su estudio en las ciudades de Po-sadas y Ober. Editorial de la Universidad Nacional de Misiones, en colabo-racin con Silvia Jordn; (2013) Del Partido agrario Misionero al PartidoAgrario y Social. Experiencias de representacin del sector agrario en el Po-der Legislativo de Misiones 1965- 2011.En coautora con Mara Elena Martin;(2010) Misiones bajo el terror 1976-1983. Haciendo historia de la dictadu-ra cvico-militar; (2010)Misiones entre la provincializacin y la dictadura(1953-1976), en coautora con Norma lvarez. Tambin es autora de artculos

    y presentaciones en Congresos Nacionales e Internacionales.

  • 7/21/2019 La Rivada Homenaje 3

    19/40

    19

    ENTREVISTA

    Qu es o cmo denira a la historia regio-nal? Cmo caracterizara el desarrollo histri-co de la historia regional en la Argentina?

    La historia regional es una prctica de inves-tigacin esencialmente basada en la modicacinde la escala de observacin. No se reduce, no obs-tante, a un procedimiento analtico de abordajemetodolgico, sino que es tambin una perspecti-va terica. Porque pone en la mira del historiador

    factores no considerados previamente; indiciosy sntomas que contribuyen a explicar procesoshistricos y obligan a revisar categoras concep-tuales clsicas que los historiadores dbamos porsupuestas.

    A partir de los aportes de Braudel, es cuandola historia regional da un salto epistemolgico. Elanlisis que realiza este autor acerca de la relacindel hombre con el espacio y sus hiptesis sobrela forma en que las caractersticas del medio am-biente inciden en la conguracin de las socieda-des y en la construccin de sus estructuras polti-cas, constituyen una referencia ineludible cuandoincorporamos la perspectiva regional a nuestrotrabajo de investigacin. En este sentido sus estu-dios sobre el Mediterrneo son un modelo de ope-racin histrica,para observar como el autor des-pliega diferentes capas de tiempo en un procesohistrico dando cuenta de una complejidad que lodistancia del regionalismo carente de teora, queelabora relatos basados en una erudicin factual

    pero estriles en trminos explicativos.Postular la relacin hombre-medio, no signi-

    ca adscribir a ninguna forma de determinismo,sino reconocer que los intercambios econmicos,culturales o simblicos no tienen la misma dura-cin ni la misma direccin en todos los espacios,aunque todos pertenezcan a la misma cartografade un Estado-Nacin. En este sentido compar-timos la idea de Braudel cuando arma que nohay un tiempo social de una sola coladura, sino un

    tiempo social con mil velocidades, con mil lentitu-des que no tienen casi nada que ver con el tiempo

    diario de la crnica y de la historia tradicional16.Esta idea es particularmente signicativa paraquienes ejercemos el ocio de historiadores en

    esta regin y observamos que al margen en que losEstados recortaron espacios y trazaron fronteras,subsisten redes sociales cuyas races se hundenen el tiempo largo y mantienen su vitalidad unasveces ignorando, otras desaando, las normas delos aparatos jurdicos estatales que construyen lagura del extranjero.

    Por estas razones, tomando el pensamiento deLevi respecto de la microhistoria y mutatis mu-tandis, podramos armar que el conicto princi-

    pal no est entre la historia regionaly la nacional,sino ms bien que la discusin tiene como centroel signicado de la historia como una prctica in-terpretativa.

    Cules considera que son los principalesaportes de la historia regional a la historiografa

    nacional y/o latinoamericana?

    Si aceptamos la idea que la historia regional

    incluye nuevos sujetos en el conocimiento histri-co; incorpora otra informacin respecto de acon-tecimientos del pasado y denuncia los lmites delos relatos histricos tradicionales, podramos co-menzar armando que esta perspectiva historio-grca brinda un aporte sustantivo para la com-prensin de procesos histricos globales.

    Lejos de cualquier localismo regionalista, si-tuar otros escenarios como centros de procesoshistricos no es una cuestin banal y suponeaceptar entre otras cosas- que la investigacinhistoriogrca est inscripta en una forma de pro-duccin que corresponde a un tiempo y espacioconcretos; que inciden en la conguracin de te-mas, la organizacin de archivos, la preservacinde fuentes y hasta la posibilidad de acceso a re-cursos para hacer viable el trabajo del historiador.

    Finalmente y respecto del desarrollo de lahistoria regional en nuestro pas, podemos sea-lar que su discusin se ha integrado a las agen-

    16 Braudel, Fernand:Posiciones de la Historia en 1950. Lec-cin inaugural en el Colegio de Francia. 1 de Diciembre de 1950.

  • 7/21/2019 La Rivada Homenaje 3

    20/40

    20

    das acadmicas en las ltimas dcadas y autorescomo Susana Bandieri, Daniel Campi, GabrielaDalla Corte y Sara Mata, entre otros, han reali-

    zado contribuciones relevantes para su discusinepistemolgica. En nuestro mbito no debemosolvidar los aportes de ngela Peri de Schiavoni,cuyo alejamiento de la investigacin es una prdi-da que no dejamos de lamentar.

    Cul es su rea de trabajo especca y cmo

    considera que ha aportado a la historia regional

    desde all?

    Puedo responder brevemente respecto de miselecciones en relacin con la prctica de la in-vestigacin y con las marcas y consecuencias delabordaje de algunos temas; no me correspondeevaluar la relevancia o no de los resultados.

    Cuando comenc a trabajar en investigacin,el campo historiogrco tena dos reas de intersexcluyentes: los estudios sobre la colonizacin y laetapa Jesutica. El equipo de investigadores pio-neros estaba encabezado por la profesora ngela

    Peri de Schiavoni, junto a Susana Zouv y MariRos; a ellas debemos los primeros trabajos his-toriogrcos. En el caso particular de la ProfesoraSchiavoni le debemos la adquisicin del fondo bi-bliogrco y documental ms importante sobre lahistoria regional con que cuenta la Facultad. Enmi caso personal, le debo los dilogos ms pro-fundos sobre problemas, fuentes y actores de lahistoria regional.

    A la profesora Schiavoni, tambin le debemosla creacin del Centro de Estudios Histricos unlugar que oper como referencia para quienesbuscaban conocer la historia de la regin. En sumomento el Centro de estudios histricos, hoy re-ducido a una especie de relicto mudo y estril, eraun lugar de discusiones, preparacin de informes,lecturas o simplemente socializacin con investi-gadores o estudiosos vocacionales de la historiaregional.

    Si bien las decisiones que asumimos como in-vestigadores, estn condicionadas por nuestra po-

    sicin en el campo profesional, incluyendo nues-tra situacin econmica, yo opt por el camino

    ms incierto pero el que me permita mayor liber-tad, en tanto no deba responder a ninguna tradi-cin previa. De este modo, comenc a trabajar en

    la historia de los partidos y las prcticas polticas eincorpor de modo sistemtico las fuentes orales.

    Mi paso por el proyecto sobre Pobreza Urbana(POBUR), desarrollado por un equipo interdisci-plinario dirigido por Fernando Jaume, me permi-ti ampliar mi formacin terica y mi prctica deinvestigacin. Con Norma Alvarez iniciamos unalnea de trabajo en la temtica de gnero, desa-

    rrollando un proyecto titulado Del voto al cupo.Despus cada una dedic tiempo a la formacin

    de postgrado.

    Posteriormente integramos un proyecto inter-disciplinario sobre Poltica, Historia y MemoriaSocial en la Provincia de Misiones [POHIMES] yluego sobre el Nordeste; fue la etapa ms intere-sante y productiva de mi trayectoria dentro de lafacultad. En la ltima dcada la investigacin so-bre la dictadura cvico-militar marc, de un mododeterminante, mi prctica profesional y mi vidapersonal.

    En sntesis, por este camino fui deniendo n-cleos temticos, marcos tericos y metodologasque conguraron un horizonte de investigacinhistoriogrca, con el que supongo voy a cerrarmi paso por la academia. Si tuviera que expresar-lo en puntos de referencia dira que mis trabajosse relacionan con cuestiones de historia reciente,memoria, violencia, poltica y poder en la regin.Con este horizonte de temas es natural, que demodo premeditado, ignoro la nitud de mi propio

    tiempo histrico.

    Cmo ve el futuro de la historiografa regio-nal?

    Como un signo auspicioso, podemos sealar lacreacin de la Especializacin en Historia Regio-nal en la Universidad Nacional del Nordeste, en-tre cuyos objetivo est la formacin de especia-listas en historia regional desde una perspectivacrtica, portadores de una slida formacin aca-

    dmica, en aspectos tanto epistemolgicos comotericos y metodolgicos, y un fuerte compromi-

  • 7/21/2019 La Rivada Homenaje 3

    21/40

    21

    so tico y social, capaces de conocer y valorar lacomplejidad de los hechos sociales y el lugar y lafuncin social de la investigacin histrica en el

    desarrollo profesional docente de la regin.

    Pienso que es un punto de partido interesantepara comenzar, porque el futuro de la historiogra-fa como el futuro de cualquier otra disciplina-depende de la formacin acadmica y de la cons-titucin de equipos de trabajo que se consolidencon la produccin de conocimiento, la discusinterica y la conformacin de repositorios heursti-cos y bibliogrcos pertinentes. Ms an, es pre-ciso que los investigadores se integren a redes de

    lneas anes de investigacin. Hoy ms que nun-ca, la investigacin es una empresa de carctercolectivo y cooperativo; la imagen del historiadortrabajando de modo solitario en un archivo, per-tenece al pasado.

    Asimismo y apelando a un concepto consus-tancial a nuestra disciplina, hay que destacar quetanto la formacin como el desarrollo de la inves-tigacin, son procesos que deben ser sostenidosen el mediano y largo tiempo. Si los lectores coin-

    ciden con estas armaciones, puedo evitarme eldesasosiego de explicitar una respuesta sobre elfuturo de la historia regional en nuestro mbitoacadmico particular.

  • 7/21/2019 La Rivada Homenaje 3

    22/40

    22

    MARA DEL MAR SOLSCARNICER

    Profesora y Licenciada en Historia (UNNE), Magster en Ciencias Polti-cas (UNNE) y Dra. En Historia (UNCuyo). Realiz tambin una estancia deinvestigacin Posdoctoral en la Universidad de Zaragoza (Espaa) en 2008.Actualmente se desempea como directora de la Especializacin en HistoriaRegional de la Facultad de Humanidades de la UNNE, profesora Adjunta por

    concurso en la ctedra Historia Argentina y Latinoamericana Contemporneay Prof. Titular interina de la ctedra Historia Argentina Contempornea de lamisma Facultad. Es Investigadora Adjunta del CONICET con sede en el Insti-tuto de Investigaciones Geohistricas (IIGHI).

    Es autora del libro (2005) Liderazgo y Poltica en Corrientes. Juan RamnVidal (1883- 1940). Ha compilado (2012) La poltica en los espacios subna-cionales. Provincias y Territorios en el Nordeste Argentino (1880- 1955) (conM. Silvia Leoni). Ha publicado numerosos captulos de libros y artculos enrevistas cientcas. Los ms recientes son: (2013) Historia o poltica? Laslecturas peronistas del pasado correntino (1946-1955); (2013) El peronis-

    mo en los mbitos rurales. Un estudio de caso en la provincia de Corrientes(1945- 1955) en coautora con Jos Meza; (2013) El peronismo en la pro-vincia de Corrientes: orgenes, universo ideolgico y construccin partidaria(1943- 1949) y (2014) Juan Filomeno Velazco. Hombre de la lealtad y puode acero de la revolucin y (2014) Acerca de los orgenes del peronismo enla provincia de Corrientes (1944-1948).

  • 7/21/2019 La Rivada Homenaje 3

    23/40

    23

    ENTREVISTA

    Qu es o cmo denira a la historia regio-nal? Cmo caracterizara el desarrollo histri-co de la historia regional en la Argentina?

    Es difcil dar una denicin unvoca de his-toria regional puesto que ella misma se sustentaen la complejidad, la pluralidad y en la heteroge-neidad. La misma nocin de historia regional

    remite inmediatamente a -por lo menos- dosciencias sociales emparentadas que contienen lasdimensiones de espacio y tiempo: la historia y lageografa.

    Por su parte, el concepto de regin tambin esde difcil denicin, y aunque est ms identica-do con la ciencia geogrca, es utilizado por lasdiferentes ciencias sociales y cada una de ellas lohace desde su propia perspectiva constituyndo-se su ngulo de estudio en la variable explicativafundamental para el entendimiento del espacio ainvestigar. Es decir, los lmites de los espacios re-

    gionales dependen de los problemas que se abor-den, de las explicaciones que se pretenden y de lascategoras tericas que se utilicen. En esta lnea,me parece muy acertada la propuesta de Gerardode Jong quien sostiene que la regin empieza ytermina donde empieza y termina su explicacin.El concepto de regin, entonces, no puede ser de-nido en un sentido universal, aplicable para to-dos, sino que cada investigacin y sus resultadosofrecen las pautas necesarias para su denicin ycomprensin a la luz de la realidad que se analiza.

    Siguiendo a autoras como Susana Bandieri yMara Rosa Carbonari, podemos sealar que lahistoria regional podra ser entendida como larealizacin de un proceso histrico universal enun cuadro territorial menor donde se combinan logeneral y lo particular. Ambas autoras sostienenque la historia regional es una construccin quese realiza sobre la base de la relacin dinmicaentre el hombre y el espacio, donde la regin esun sistema abierto, un objeto que se aborda me-

    diante sucesivas aproximaciones que apuntan ensu conjunto a la idea de totalidad y donde los ac -

    tores sociales cobran un rol protagnico. En estesentido consideramos que uno de los principalesaportes que puede brindar el estudio de la histo-

    ria regional es su contribucin a la mejora del en-tendimiento de la relacin entre lo particular y logeneral, de lo micro con lo macro, del sujeto conla estructura. Abordada desde esta perspectiva, lahistoria regional puede conducir a modicacionessobre modelos consolidados y por tanto, plantearnuevos interrogantes o encontrar nuevas respues-tas a viejas problemticas. En denitiva, la histo-ria regional es una forma de entender la historia,que claramente es la ma.

    En cuanto al desarrollo de la historia regionalen la historiografa argentina debemos recordar

    que la historiografa como ciencia surge a nesdel siglo XIX acompaando el proceso de cons-truccin de los estados nacionales. De ese modo,el discurso integrador de la nacin encubri elproblema regional, producindose una especiede centralismo historiogrco que neg lo hete-rogneo y diverso y ocult las diferencias espacia-les para crear o justicar las historias nacionales.Este proceso se observa tanto en la historiografaeuropea como latinoamericana y se vuelve muypatente en la historiografa argentina.

    Sin embargo, ya desde que se inicia el desarro-llo historiogrco en la Argentina durante la se-gunda mitad del siglo XIX, junto a la denominadahistoria nacional se desarrolla tambin la crnicaregional.La primera pretenda explicar el pasa-do dentro de los marcos del estado nacional quecomenzaba a consolidarse y la segunda estaba re-ferida a las historias provinciales o locales y sus

    explicaciones quedaban circunscriptas al espaciocorrespondiente a cada provincia. No obstante esadiferenciacin, las obras elaboradas en BuenosAires, -muchas de ellas referidas exclusivamenteal espacio rioplatense-, se presentaban como his-torias nacionales y lograban esa consideracinms all de los procesos o acontecimientos a losque hacan referencia. La historiografa regionalargentina se propuso por entonces completarese relato de la historia nacional a partir de las

    historias provinciales y locales.A partir de mediados del siglo XX, la progre-

  • 7/21/2019 La Rivada Homenaje 3

    24/40

    24

    siva formacin de los historiadores provincialesa travs de una carrera universitaria, permiti ladenicin de un campo profesional en el mbito

    de las provincias. De esta manera, los estudiosregionales comenzaron a extenderse a raz de laexpansin de las universidades y centros de in-vestigacin. Con el aporte de los historiadores delas diversas regiones del pas, comenzaron a re-visarse las explicaciones que se construan desdelos espacios centrales. La sistematizacin de estostrabajos no slo ha permitido ampliar el conoci-miento sobre un vasto campo sino, en especial, haabierto la puerta a nuevas perspectivas metodol-

    gicas de trabajo.A esta renovacin de la historia regional han

    contribuido diferentes disciplinas sociales comola economa, la demografa, la sociologa, la an-

    tropologa, la teora literaria, los estudios cultu-rales y las ciencias polticas. Por otra parte, estedesarrollo tambin se vio favorecido con el mejo-ramiento de los archivos locales, las polticas es-tatales de descentralizacin de los centros de edu-cacin superior, el intercambio acadmico de loshistoriadores en congresos y reuniones y los pro-yectos colectivos de investigacin multidiscipli-nar. No solo se ha avanzado en el conocimiento delos procesos polticos, econmicos y sociales, sinotambin se ha reexionado acerca de la relacinentre la historia nacional y la historia regional oprovincial, as como tambin sobre la pertinenciade estos estudios y el carcter que debe asumir lahistoria regional. Creo que en la actualidad la his-toria regional se convirti en una alternativa v-lida para superar la dicotoma historia nacional/

    historia provincial.

    Cules considera son los principales aportesde la historia regional a la historiografa nacio-nal y/o latinoamericana?

    Los cambios experimentados en el mundo enlas ltimas dcadas provocaron una importanterenovacin en el campo de las ciencias sociales,que buscaron responder a los nuevos desafosplanteados a partir de la aceleracin del procesode globalizacin y del desarrollo de una culturaque se pretende globalizada. En el campo parti-

    cular de la Historia, y como reejo de esta situa-cin, ha surgido tambin en ella una tendenciaglobalizadora, -la Historia Global o World His-

    tory- que se present como una propuesta alter-nativa para apoyar terica y empricamente lastesis inspiradas por el discurso globalista. Sin em-bargo, las profundas transformaciones poltico-territoriales, con la consecuente reestructuracinde los espacios y la aceleracin de los procesosde fragmentacin y/o regionalizacin no puedenexplicarse a partir de una imagen simplista de laglobalizacin y requieren de otras herramientastericas y metodolgicas. Como respuesta a este

    problema y complementando a esos aportes, esque se ha propuesto a las regionescomo espaciospara pensar, desde una perspectiva comparada yde manera ms compleja, las relaciones y los pro-cesos sociales.

    Los estudios regionales tienen una amplia tra-dicin en la historiografa europea, especialmenteen Francia, Inglaterra, Italia y Espaa y tambinen los Estados Unidos. Pero en las ltimas dca-das hemos asistido a un importante desarrollo dela Historia Regional en toda Amrica Latina cons-

    tituyndose, en la actualidad, en un rea de inves-tigacin emergente y dinmica con perspectivasde amplio crecimiento en el futuro pues, entreotras razones, permite observar ms claramentede qu manera los procesos de carcter global seentrecruzan con las especicidades de los aconte-cimientos locales.

    En el caso de la historiografa latinoameri-cana (en especial en Mxico y Brasil) la historiaregional tuvo un impacto ms temprano que en

    la Argentina. En un trabajo en el que realiza unbalance de la historiografa a nes del siglo XX ylas perspectivas hacia el futuro, Carlos AntonioAguirre Rojas seala a la Historia Regional Lati-noamericana como uno de los polos emergentesde la historiografa contempornea. Segn esteautor el exceso permanente de espacio propio delcontinente americano constituy una realidad delarga duracin de sus civilizaciones donde el hom-bre slo pudo armar su presencia de una manera

    muy desigual e irregular dejando muchas regio-nes y espacios locales casi aislados o muy dbil-mente integrados a las dinmicas generales y lue-

  • 7/21/2019 La Rivada Homenaje 3

    25/40

    25

    go nacionales. Esta situacin -considera AguirreRojas- es la que podra explicar el desarrollo deesta potente historiografa regional en latinoam-

    rica que maniesta profundidad en sus enfoques yriqueza en sus resultados, lo mismo que variedaden sus instrumentos y modos de aproximacin.Mxico encabez el auge y la renovacin historio-grca regional y local, seguido por Brasil, Vene-zuela, Argentina, Chile, Colombia, Bolivia, CostaRica y Cuba.

    La historia regional empez como una prcti-ca historiogrca pero ms recientemente la re-exin terica y metodolgica se ha venido impo-

    niendo, lo que abre grandes perspectivas para lainvestigacin futura. Mltiples temas, abordajesoriginales y desarrollos diferenciados, aplicadosen anlisis sobre diversos procesos y pocas his-tricas, son algunos de los rasgos ms signica-tivos desplegados por este perl historiogrco.Bajo la inuencia de corrientes historiogrcasmundiales, los estudios regionales no se agotanen un modelo nico sino que hay una variedad yexibilidad en los modelos. Podemos sealar en-tre algunos signicativos el aporte de la historio-grafa marxista, de la microhistoria italiana (en la

    lnea de Giovanni Levi), de la historia ambiental,entre otros.

    Como ya sealamos, en el caso de la historio-grafa argentina, el desarrollo de la historia regio-

    nal apunt fundamentalmente a una redenicinms rica de la historia nacional, aportando lasheterogeneidades regionales de procesos histri-cos que matizan las tradiciones historiogrcasnacionales, de fuerte corte centralista. Aqu, hasta

    hace pocas dcadas se aceptaba como nacionalaquella historia escrita en Buenos Aires y que, enla mayora de los casos, slo haca referencia a lahistoria local del rea metropolitana ms cercana.Sin ningn pudor los autores podan titular susobras como Historia Argentina aun cuando sloestaban haciendo referencia a Buenos Aires o a laregin pampeana. Hoy esto sera casi impensado,reejo de la importancia que adquiri la historiaregional y local que oblig a repensar la llamada

    historia nacional.En las ltimas dcadas se observ un avan-

    ce importante de los estudios regionales en lahistoriografa argentina (aunque desigual y des-equilibrado tanto desde el punto de vista de su

    produccin como del reconocimiento de suscontribuciones). Se comenzaron a revisar las ex-plicaciones que se construan desde los espacioscentrales y que se generalizaban a todo el pas,homogeneizando una historia supuestamentenacional que muchas veces pocos vnculos tenacon los procesos regionales y locales. Sin embar-go, y a pesar de la enorme produccin renovada,debe sealarse que en esta historia regional msreciente, an subsisten enfoques tradicionales,

    donde el objeto de sus investigaciones se reducea la promocin de los hroes locales o a escribirla historia de sus pueblos, municipios, regioneso provincias, sin buscar ampliar la mirada msall de esos lmites cercanos. En estas historias,adems, como bien lo seala Susana Bandieri, elespacio slo aparece como escenario en el cualtranscurren los acontecimientos narrados.

    Muchas veces la historia regional se aisl de lahistoria en general, reducindose a una historialocal que la aleja de la posibilidad de dar respuestaa problemas generales. Por ello es que la historiaregional, puede ser un muy buen complemento alas tendencias globalizadoras actuales, pero slosi tiene en cuenta la existencia de estos debatese interpretaciones y se presenta como una formaconcreta de percibir esa globalidad.

    Sin embargo y ms all de estos riegos, creoque la historia regional ha hecho importantesaportes a la historiografa nacional y latinoame-ricana y estoy convencida de que a partir de su

    desarrollo, la historia argentina y latinoamerica-na se volvi ms compleja, ms interesante, msllena de variedades y de matices.

    Cul es su rea de trabajo especca y cmo

    considera que ha aportado a la historia regional

    desde all?

    Mi rea de trabajo es la historia poltica re-gional del nordeste argentino (NEA) del siglo XX

    y especcamente, la provincia de Corrientes. Sibien esta rama de la historiografa se encuentra

  • 7/21/2019 La Rivada Homenaje 3

    26/40

    26

    ms restringida a los lmites polticos jurisdiccio-nales ya sean municipales, departamentales, pro-vinciales o nacionales, creo que tambin puede

    pensarse desde la perspectiva regional.

    Hasta hace muy poco tiempo la historia dela provincia de Corrientes slo inclua a la etapade la colonia y al siglo XIX, los temas preferidospor sus historiadores giraban en torno a la funda-cin de la ciudad de Corrientes y al aporte que laprovincia haba hecho al proceso de construccinnacional. El siglo XX recin empez a ser abor-dado muy recientemente siguiendo un modelotradicional. Me interes, entonces, avanzar en el

    conocimiento de la historia poltica provincial detiempos ms contemporneos desde miradas re-novadas. De ese modo, me acerqu a cuestionestales como la cultura poltica, la construccin deliderazgos, las identidades polticas y partidarias,las prcticas polticas y electorales. Busqu poneren dilogo la historia de Corrientes con la de las

    provincias y territorios nacionales cercanos y conla historia nacional, estableciendo similitudes ydiferencias en la periodizacin, en el impacto dedeterminados procesos tales como el de la am-pliacin del sufragio en 1912 o el surgimiento departidos polticos de alcance nacional como el ra-dicalismo y el peronismo.

    Creo que es importante destacar que los pocoso muchos aportes que pude hacer a la historia re-gional a partir de mis investigaciones estn rela-cionados con un trabajo en equipo que se vieneconsolidando desde hace ya varios aos. Comotoda investigacin cientca, la ma no sera po-sible sin el aporte, el acompaamiento, el dilo-

    go permanente con otros colegas que desde haceun tiempo venimos trabajando juntos en distin-tos proyectos de investigacin. Debo mencionarespecialmente a aquellos colegas de la Facultadde Humanidades de la UNNE y del IIGHI, MaraSilvia Leoni, Mara Gabriela Quionez, EnriqueSchaller, Hugo Beck, Mara Nuez Camelino yAna Ruzich. Pero tambin, ms all de los inves-tigadores con los cuales comparto el trabajo co-tidiano fueron muy importantes los intercambios

    con los colegas de otras universidades como CsarTcach (UNC), Daro Macor (recientemente falle-cido), Susana Piazzesi y Natacha Bacolla (UNL),

    Marcela Ferrari (UNMdP), Carolina Sternberg(DePaul University), Adriana Kingard (UNJU),Marta Bonaudo (UNR), Estela Spinelli (UNCPB)

    Carolina Barry (UNTreF), Liliana Brezzo (Coni-cet), Yolanda Urquiza y Norma Alvarez (UNaM) ytantos otros con los cuales discut mis trabajos endiferentes espacios y momentos. Considero quelos pocos o muchos aportes que pude haber hechoa la historia regional son compartidos con todosellos, estoy convencida de que la investigacin esuna tarea colectiva.

    Queda muchsimo por hacer, confo en queprximamente ms historiadores se interesen

    por la historia provincial y regional del siglo XX.Soy optimista acerca de los resultados que en estesentido pueda brindar la Especializacin en His-toria Regional (UNNE). Seguramente los trabajospara la nalizacin de la carrera que all se reali-cen irn sumando al conocimiento de la historiaregional del NEA y nos permitir avanzar hacianuevas explicaciones e interpretaciones.

    Qu autores/autoras le parece interesantedestacar en el campo de la historia regional en

    Argentina y porqu cuestiones puntualmente?

    Sera imposible nombrar a todos los historia-dores que se destacan en la historia regional enla Argentina, seguramente omitira a muchos ycometera injusticias. Pero aun corriendo el ries-go de olvidarme de alguien, quisiera mencionara aquellos que desde mi punto de vista, mayoresaportes hicieron en este sentido. En ese caso, nopodra dejar de citar a Susana Bandieri (UNCo-

    ma- Conicet) que no solo hizo importantes apor-tes en la historia regional de la Patagonia sino

    que tambin construy un encuadre conceptualde mucha utilidad para todos los que nos intere-samos en la historia regional, nos abri caminos,

    nos facilit la tarea al ofrecernos herramientas

    tericas sobre las cuales apoyarnos. En la mismalnea, Mara Rosa Carbonari (UNRC) ms all desus trabajos sobre la frontera riocuartense en Cr-doba, ha colaborado tambin en la construccinde una fundamentacin terica para la historiaregional a partir de su formacin de posgrado enBrasil. Sandra Fernndez (UNR) tambin ha he-

  • 7/21/2019 La Rivada Homenaje 3

    27/40

    27

    cho importantes reexiones acerca de los rasgosde la historia regional y sus diferencias con la his-toria local, las compilaciones que realiz renen

    artculos centrales para la reexin acerca de lateora y la prctica de la historia regional en la Ar-gentina. Noem Girbal (UNQ- Conicet) es otra delas historiadoras que me gustara mencionar, setrata de una de las pioneras en los estudios hist-ricos regionales en el Chaco inicialmente desde la

    historia agraria y rural y ms recientemente avan-zando hacia la historia poltica. A Daniel Campi(UNT- Conicet) y Sara Mata (UNSalta- Conicet)los considero referentes de la historia econmica

    de la regin Noroeste. En cuanto a los estudiosde familia y de redes en la regin de Cuyo es in -eludible la mencin de Beatriz Bragoni (UNcuyo-Conicet), mientras que en el mbito de la historiapoltica tanto del siglo XIX como del siglo XX, lalista sera muy extensa pero no podra dejar denombrar a los trabajos de Marta Bonaudo (UNR-Conicet), Csar Tcach (UNC- Conicet), Daro Ma-cor (UNL- Conicet), Marcela Ferrari (UNMdP-Conciet), Adriana Kindgard (UNJU)entre tantosotros. Una lnea de trabajo muy desarrollada en

    las ltimas dcadas ha sido la que se aboc al es-tudio de los Territorios Nacionales, aqu son muyimportantes los aportes de Marta Rufni (UNQ-Conicet), Mario Arias Bucciarelli (UNComa),Orietta Favaro (UNComa), entre otros. La Histo-ria reciente regional tambin es un rea en fuerteexpansin y aqu considero que han sido funda-mentales las contribuciones de Gabriela Aguila(UNR) y Silvina Jensen (UNS).

    En el caso de los estudios sobre la regin Nor-

    deste creo indispensable mencionar a ErnestoMaeder y Mara Silvia Leoni. Maeder, fue unode los iniciadores de los estudios histricos en laregin y de los primeros en reexionar -junto aEnrique Bruniard- acerca del Nordeste como re-gin histrica y geogrca. ElAtlas Histrico delNordeste Argentino(1994) publicado en colabo-racin junto a Ramn Gutirrez, constituye unaherramienta bsica e ineludible para todos aque-llos que quieran acercarse a la historia de esta re-gin. Mara Silvia Leoni, por su parte, con sus re-

    exiones acerca de la construccin del NEA comoregin, la formacin de las memorias colectivas y

    las representaciones del pasado, contribuy a es-tablecer algunas de las claves centrales para pen-sar la historia regional de esta parte del pas.

    Cmo ve el futuro de la historiografa regio-nal?

    Creo que la historia regional es una de lasramas de la historiografa que ms futuro tiene,puesto que ms all del amplio desarrollo questa alcanz hoy, queda an mucho por hacer.Existen todava muchos temas sin abordar y otrostantos que requieren ser revisitados desde nuevas

    perspectivas tericas y metodolgicas. Por otraparte, en los ltimos aos se incluy a la historiaregional como contenido obligatorio en la ense-

    anza tanto en la escuela primaria como secun-daria, esto gener una demanda especca sobrela necesidad de nuevas producciones que puedanser utilizadas por los docentes y los alumnos enlos distintos niveles educativos. Estos trabajos, asu vez, deben nutrirse de investigaciones de base,tarea en la que los historiadores regionales esta-mos fuertemente comprometidos.

    Creo que entre los principal