LA GUERRA DE GRANADA

Granada es un pequeñísimo y apacible país adecuado para protagonizar los viajes que ofrecen las agencias turísticas. Es un islote antillano de 311 km2, poblado por 110.000 habitantes, que Cristóbal Colón descubrió en 1498 durante su tercer viaje al Nuevo Mundo. Fue colonia francesa hasta el Tratado de Versalles (1918) y británica hasta que accede a la independencia en 1974. El poder quedó en manos de Eric Matthew Gairy, ennoblecido para la ocasión por Isabel II. Sir Eric se preocupó por enriquecerse, dedicarse apasionadamente al estudio de los OVNI y gobernar la pequeña república por medio del terror. Su sistema era similar al de los Duvalier haitianos.

En marzo de 1979, aprovechando un viaje del presidente a los Estados Unidos, Maurice Bishop, líder de la organización política Nueva Joya, se hizo con el poder. Licenciado en derecho por la Universidad de Londres, joven y con cierto carisma, Bishop intentaba sacar del subdesarrollo a sus conciudadanos por la vía socializante.En la madrugada del martes 25 de octubre de 1982, 1900 marines y 300 soldados caribeños, transportados por el portaaviones Enterprise, desencadenaban contra la isla de Granada la llamada operación Urgent Fury. Su objetivo, de acuerdo con las posteriores manifestaciones del presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, era "acabar con la atmósfera de violencia e incertidumbre. El Caribe y América Central hierven de rumores, estados de alerta, movilizaciones, maniobras militares y un truculento duelo de amenazas. En Honduras, las tropas norteamericanas se preparan para nuevas demostraciones de fuerza junto a la frontera nicaragüense. Dos flotas norteamericanas maniobran, en el Atlántico y el Pacífico, a la vista de las costas de Nicaragua. Ha llegado la hora, tan proclamada, tan temida, de que culmine la escalada en esta zona, la amenaza que Ronald Reagan anunció a los países del Grupo Contadora (México, Venezuela, Colombia y Panamá) en abril pasado, que había que terminar con los sandinistas por las buenas o por las malas. [...]La crisis contra Bishop, según testimonios de fuentes cercanas a los sindicatos granadinos, empezó cuando este decidió una apertura hacia Estados Unidos, adonde viajó en junio.El enfrentamiento entre Bishop, líder indiscutido, y Bernard Coard tenía varias dimensiones: Bishop quería alejar el peligro de una invasión, manteniendo los lazos con Cuba pero aproximándose a las islas del Caribe oriental, y tranquilizando al gobierno de Reagan. También quería respetar la iniciativa privada, que controla el sesenta por ciento de la economía de la isla, y a los comerciantes. Por último, insistía en abrir el Partido Nueva Joya a las iniciativas populares y democratizar su estructura. Bernard Coard y toda la línea dura mantenían la alternativa comunista: estrechos vínculos con Cuba y el mundo socialista, estatización de la economía y comercio y una firme "orientación" del partido hacia las masas, que, en la práctica, debían limitarse a cumplir órdenes.

1

Coard se fue apoderando del control del Partido Nueva Joya, sobre todo del comité central. El 14 de septiembre se produjo oficialmente la ruptura, cuando el comité central votó para obligar a Bishop a compartir el poder. Después de un viaje del líder a Cuba y Checoslovaquia, Bishop se encontró que había perdido el poder. ¿Nadie estaba enterado de este complot en Cuba y la URSS? El 13 de octubre fue encarcelado, y el 19 lo liberó de su casa, donde estaba atado a una cama, una manifestación popular encabezada por el líder sindical Vincent Noel y dos comerciantes. Bishop intenta asaltar Fort Rupert, pero es atrapado y muere esa misma noche en circunstancias extrañas.Instaurada en Granada por el grupo de izquierdistas que había tomado el poder tras asesinar al primer ministro Maurice Bishop". Siguiendo las órdenes firmadas el día anterior por Reagan y sus asesores militares, "las fuerzas caribeñas y estadounidenses [nótese el orden de aparición] desembarcarán en la isla para reponer en su puesto al gobernador general, sir Paul Scoon, y permanecerán allí sólo el tiempo indispensable para garantizar el desarrollo de elecciones libres y democráticas". Sin embargo, en parte debido a la mala ejecución militar, pero sobre todo porque era preciso dramatizar el peligro que la presencia cubana constituía para los Estados Unidos, lo que debía ser tan sólo un "servicio" de los marines en ruta hacia el Líbano, se transformó en una dramática cadena de errores.La conferencia que tenía anunciada el jefe de las fuerzas expedicionarias, Joseph Metcalf III, para el miércoles 26, es decir, veinticuatro horas después de la operación, hubo de ser pospuesta porque "nuestras fuerzas están encontrando una resistencia muy superior a la esperada". Ese mismo día se hizo necesario traer ochocientos paracaidistas más, y al día siguiente entró en acción otro contingente de 3000 rangers, que luego hubo de ser substituido por un número similar de especialistas en guerra de guerrillas pertenecientes a la 82.a División Aerotransportada. Los objetivos militares, la capital, Saint George's, el aeropuerto de Punta Salinas y el cuartel general del ejército granadino de Fort Frederick, fueron tomados desde el principio, pero "casi un millar de cubanos ayudados por radicales granadinos se habrían refugiado en la jungla para pasar a la guerrilla". Teniendo en cuenta que en los dos primeros días fueron capturados casi setecientos cubanos, las cifras de posibles guerrilleros elevaba el número de "militares" enviados por Cuba a casi dos mil, lo cual era reiteradamente desmentido por el propio Fidel Castro, quien contabilizaba en 900 el número total de compatriotas suyos en la isla, cifra en la que incluía esposas e hijos de diplomáticos y técnicos.Sólo después, cuando les fue permitida la entrada en la isla a los informadores occidentales, los sucesos reales ocurridos durante la ocupación alcanzarían su auténtica dimensión y significado. Aparte de tiroteos mutuos entre las diferentes unidades participantes en la operación, y dejando a un lado gravísimos problemas de desinformación provocados por los servicios secretos, el error más

2

grave fue el bombardeo de un hospital psiquiátrico en el que perecieron, según fuentes norteamericanas, 17 personas, • pero que los informadores calculaban en una cincuenta víctimas. En cuanto a las famosas y temibles guerrillas cubanas, dotadas de modernísimo material bélico (concretamente "subfusiles con rayos infrarrojos muy superiores a los de las fuerzas estadounidenses"), en lugar del millar que oficialmente se anunció en un principio resultaron ser unas docenas de personas que se refugiaron en la selva ante el temor de ser arrolladas en los primeros momentos de la invasión, y que luego se entregarían pacíficamente para escapar del intenso bombardeo a que estaban siendo sometidos por la marina y la aviación.Otro punto conflictivo, el famoso aeropuerto de Punta Salinas que los asesores cubanos estaban ayudando a ampliar, y que había sido reiteradamente aludido por Ronald Reagan como "una amenaza potencial para los Estados Unidos", también resultó un fiasco. Se suponía que gracias a esas obras el aeropuerto podría, en caso de necesidad, ser utilizado por aviones soviéticos con misiles nucleares. Lo que pudieron comprobar los periodistas occidentales cuando se les permitió ver el discutido proyecto fue una pista destinada a permitir la entrada y salida de grandes aviones comerciales (turísticos), pero de todo punto desprovista de la compleja infraestructura electrónica y autodefensiva que toda base militar necesita actualmente. La propia empresa británica encargada de la ampliación _. desmentiría oficialmente en Londres que el aeropuerto pudiera ser reconvertido en base militar.Lo más grave, sin embargo, fue la invasión misma, porque era un acto no sólo dé ocupación que afectaba a un Estado miembro de la Commomvealth, sino de hostilidad, fundado en una doctrina sui géneris que entrañaba siniestras implicaciones para un futuro inmediato. La prensa mundial en pleno (incluida la británica) interpretó, con rara unanimidad, la invasión como una advertencia directa a Cuba y Nicaragua, un aviso tangencial para la guerrilla salvadoreña y, en último término, un palmetazo ,i la Unión Soviética. George Shultz, secretario de Estado norteamericano, contestaba explícitamente a los periodis-las: ''Los destinatarios del mensaje ya lo habrán recibido". Y en efecto, pocos días después, tanto Cuba como Nicaragua anunciaban la llamada a filas de reservistas con intención de iniciar los trabajos para preparar una defensa a ultranza. El desvío hacia tareas defensivas, y, por lo tanto, improductivas, de una fuerza laboral indispensable para sus respectivos sistemas de producción agudizará iiasta lo insoportable la crisis económica que ya afectaba a ambos países. Por si fuera poco, ante la avalancha de críticas suscitadas por la entrada a sangre y fuego en una isla de apenas 311 km-' y poblada por 110.000 habitantes casi desarmados, Ronald Reagan declaraba que "Estados Unidos se siente amenazado por atentados como el del Líbano y por sucesos como los de Granada". Curiosa doctrina esa que permite convertir unas fuerzas de pacificación que actúan en nombre de las Naciones Unidas en un ejército de intervención capaz de influir

3

decisivamente en el curso de una guerra civil. O que deja en manos de un político y de sus asesores militares la decisión de invadir militarmente un Estado soberano, si los acontecimientos internos toman un curso contrario al que desearía el político en cuestión.

LA GUERRA DE LAS MALVINAS

El conflicto bélico que, en 1982, enfrentó al Reino Unido y a Argentina por la soberanía de las islas Malvinas. Sus causas se remontaban a una disputa anglo-española por la titularidad de dichas islas, que tuvo lugar en el siglo XVIII, a la que siguió un posterior intento de colonización por parte de Argentina para hacer constar sus derechos sobre las antiguas posesiones de España. En 1833, Gran Bretaña (denominación abreviada que designa igualmente al actual Reino Unido) reafirmó su soberanía y expulsó a la población argentina de las islas.En 1981, cuando se acercaba el 150 aniversario de esta expulsión, una nueva Junta Militar argentina presidida por Leopoldo Fortunato Galtieri, que obligó a dimitir a Roberto Viola, dio máxima prioridad a la devolución de las Malvinas. No existían indicios que hicieran pensar que el gobierno británico estuviera especialmente interesado en conservar la colonia: la población no llegaba a los 2.000 habitantes y su crecimiento decrecía poco a poco, al igual que lo hacía la economía local, que dependía de la exportación de lana, y estaba dominada por la Falkland Island Company (FIC, Compañía de las Islas Malvinas). Sin embargo, los isleños se resistían a cualquier tipo de cesión de soberanía a Argentina.La Junta Militar argentina decidió llevar a cabo una ofensiva diplomática intensiva e inflexible que, en caso necesario, culminaría en una acción militar en otoño de 1982. En febrero de ese mismo año, se celebraron en Nueva York varios contactos diplomáticos, sin que hubiera ningún resultado. Al mes siguiente, algunos chatarreros argentinos llegaron a otra isla británica, situada al sureste del archipiélago de las Malvinas, Georgia del Sur. Gran Bretaña sospechó que su objetivo era establecerse allí de forma permanente, por lo que envió un barco patrulla, el HMS Endurance, para desalojar a los trabajadores. Este hecho hizo que el gobierno militar argentino pensara que Londres estaba aprovechando la oportunidad para reforzar su posición en las Malvinas. En vista de la situación, el 26 de marzo de 1982, la Junta Militar argentina decidió iniciar la ofensiva militar y el 2 de abril tuvo lugar la invasión, a la que hizo frente un pequeño destacamento de soldados de infantería de la Marina británica. Al día siguiente, Georgia del Sur también fue tomada por las tropas argentinas.Gran Bretaña había alertado al gobierno de Estados Unidos cuando la invasión pareció inminente, lo que dio lugar a un infructuoso llamamiento de última hora por parte del presidente estadounidense Ronald Reagan al presidente argentino

4

Galtieri. El gobierno británico de la primera ministra Margaret Thatcher se enfrentó a una grave crisis política, que provocó la dimisión inmediata del ministro de Asuntos Exteriores, lord Carrington. Margaret Thatcher decidió la ‘liberación’ de las islas. Rápidamente se reunió un importante destacamento de fuerzas, formado por dos portaaviones y unos 28.000 hombres. Cuando este destacamento inició su viaje de 8.000 millas hasta el Atlántico sur, se produjo una intensa actividad diplomática por parte del secretario de Estado (ministro de Asuntos Exteriores) de Estados Unidos, Alexander Haig, el cual trató de convencer a Argentina de que tenía más posibilidades de alcanzar su objetivo aceptando entablar negociaciones diplomáticas, pero al fracasar en sus esfuerzos, el 30 de abril anunció formalmente el apoyo estadounidense a Gran Bretaña.El 25 de abril, las fuerzas británicas reconquistaron Georgia del Sur. A comienzos de mayo, tras el despliegue del grueso de sus fuerzas en la zona, los aviones de la RAF (Fuerza Aéreas británicas) comenzaron a atacar las posiciones argentinas, en especial la pista de aterrizaje de Puerto Stanley (Puerto Argentino, antiguo Puerto Soledad). Aunque los británicos no lograron expulsar a las fuerzas aéreas y navales argentinas, el submarino nuclear Conqueror provocó el hundimiento del crucero argentino General Belgrano, falleciendo 360 hombres. A continuación, un misil Exocet lanzado por la aviación argentina hundió a un destructor británico, el HMS Sheffield.Los británicos se prepararon para un desembarco anfibio en la Gran Malvina (una de las mayores islas del archipiélago), una operación militar bastante difícil. Fuerzas especiales reconocieron la isla para determinar las posiciones de las tropas argentinas e identificar los lugares más apropiados para el desembarco. Mientras tanto, la actividad diplomática continuaba, primero a iniciativa del gobierno peruano y, después, del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Javier Pérez de Cuéllar. Una vez más, el gobierno argentino se negó a contemplar la posibilidad de una retirada militar si no se le garantizaba que las negociaciones directas desembocarían en una transmisión de soberanía. El 21 de mayo, unos días después de que concluyeran los esfuerzos de la ONU, sin que se produjera ningún avance, las tropas británicas desembarcaron en San Carlos (en la Gran Malvina). El desembarco se llevó a cabo con éxito, pero durante los días siguientes no cesaron los ataques aéreos contra los buques británicos que trataban de desembarcar suministros en tierra. Fueron hundidos tres buques de guerra y un mercante, el Atlantic Conveyor, varios helicópteros se perdieron y numerosos aviones argentinos fueron derribados El principal combate en tierra, después del desembarco, se produjo el 28 de mayo, cuando un contingente británico formado por 600 hombres derrotó a una guarnición argentina mayor en número en Goose Green (en Malvina del Sur), tras un duro enfrentamiento. Los británicos avanzaron hacia la principal guarnición argentina que estaba situada en la capital, Puerto Stanley (Puerto Argentino), y el 8 de junio se produjo su mayor desastre, cuando el buque de

5

transporte Sir Galahad fue destruido por aviones argentinos en Port Fitzroy.Poco a poco, mediante ataques combinados de artillería e infantería para acabar con la intermitente resistencia argentina, los británicos tomaron las tierras altas que rodean Puerto Stanley (Puerto Argentino). El 14 de junio, la guarnición argentina, a las órdenes del general Menéndez, se rindió. La Junta Militar que controlaba el poder en Argentina dimitió poco después de la derrota. Las islas fueron fortificadas por los británicos, manteniendo su carácter de colonia, aunque a sus habitantes se les concedió la plena ciudadanía británica.

MEMORIA DE PANAMÁ EN EL MUNDO. JUAN MARÍA ALPONTE.(21-XII-1989)

En 1968, pan intervenir en Checoslovaquia y aplastar la Primavera de Praga, el líder soviético de entonces, Brejnev, adoptó, como premisa aberraste, la doctrina de la soberanía limitada. Veintiún años después el espíritu de los nombres de Praga, con la juventud que vino al mundo después de los tanques o con las ametralladoras, han exigido el cambio del sistema y que uno de sus líderes, apenas salido de la cárcel, el dramaturgo Havel, sea el próximo presidente de la República. En Checoslovaquia están situados alrededor-de 200 mil soldados soviéticos (400 mil en Alemania Democrática) y ni uno de ellos ha sido movilizado contra los pueblos en marcha para impedir la democratización y, menos aún, en nombre de la soberanía limitada. Ese cambio cualitativo, el más importante de este siglo, está permitiendo la transformación pacífica, por la voluntad de los pueblos, de tres "lecturas" dramáticas del pasado: la heca-tombe generada por la Segunda Guerra Mundial, la crisis panfletaria de la guerra fría y la catástrofe moral del autoritarismo.Sin embargo, 86 años después de la intervención de Estados Unidos en Panamá, intervención que produjo la separación de Panamá de Colombia en 1903 (después que el 12 de agosto el Parlamento y el gobierno colombiano rechazaran los acuerdos firmados entre el secretario del Departamento de Estado, Hay, y el diplomático colombiano Herran previendo la concesión de seis millas a lo largo del Canal en favor de Estados Unidos) y, con ello, la creación del Estado Ístmico actual, se produce una intervención militar intolerable. Como si la doctrina de la soberanía limitada se trasladara a nuestros días.El día 2 de noviembre de 1903 el gobierno estadunidense del primer Roosevelt dio órdenes estrictas para que sus navíos de guerra impidieran cualquier desembarco de tropas colombianas en el istmo. El 3 comenzaba la "revolución" panameña y el 6 Estados Unidos, sin más, reconocía la independencia del nuevo país. El 13, d francés Philippe Buneaun-Varilla, que tenía a su cargo las obras del Canal, se transformaba, en Washington, en ministro plenipotenciario de Panamá

6

(no había salido, en esos días, de su habitación del Walforf-Astoria esperando que terminaran los acontecimientos) y el 18, sin pérdida de tiempo, se firmaba d histórico Tratado Hay-Buneau-Varilla que concedió a Estados Unidos, a perpetuidad, diez millas a lo largo del Canal. El Senado estadunidense, avergonzado del procedimiento, tardó meses en ratificar el acuerdo: hasta d 23 de febrero de 1904. Y en un Congreso (el 58) con mayoría absoluta republicana en ambas cámaras: 58 miembros del partido del presidente en la Cámara alta (sólo 32 demócratas) y 207 en te Cámara de Representantes donde los demócratas sólo fueron 178 y existía, aquel día, una vacante sin cubrir.Ciento catorce años después de que el historiador John Fiske publicara en el Harper's Magazine su famoso artículo "Manifest Destiny" (en el cual señalaba que, sin conquista de territorios, la influencia estadunidense debía extenderse al mundo entero) con lo cual se iniciaba un proyecto histórico que permitía a Tbeodore Roosevelt, en 1904, vincular al "Manifest Destiny" a la doctrina del Gran garrote o del Big stick, el presidente George Bush recupera una tradición absolutamente inaceptable: el derecho de intervención, el derecho fundado en la doctrina de la soberanía limitada y, peor aun, respecto a un país al cual había reconocido, en 1977, que le sería devuelto el Canal en 1999.Atraso inmenso sobre los acontecimientos. Desconocimiento grave de lo que está aconteciendo en el mundo y, por tanto, atropello violento de los esfuerzos que se están haciendo para posibilitar, en la paz, una de las transformaciones más delicadas y complejas de varios siglos. No sólo de tránsito, transformación y vía hacia la democracia de regímenes autoritarios, sino en el cuadro de bloques militares, en la Edad Nuclear, lo que supone que significa acuerdos delicados, punto por punto (como tienen que ser las negociaciones) en áreas estratégicas extremadamente delicadas. Cien veces lo he dicho señalando, una vez más, mí absoluto repudio a la violencia, al terrorismo de Estado, al terrorismo, a su vez, de los Crepúsculos que se creen por encima de la responsabilidad de los actos, a la violencia generada por el terrorismo verbal que suscita nueva violencia y, obviamente, a la tortura puesto que, como he señalado cien veces, la tortura olvida que el otro, cosificado, convertido en cosa, es un ser humano y, por tanto, la personalidad humana es inviolable.George Bush ha olvidado la inteligencia y la entereza con la cual ha tratado, el caso de Noriega, América Latina. En lsla contadora se hizo una condena específica de su caso y en las negociaciones centroamericanas se ha excluido su presencia por considerar, en la edad de la democracia, que representaba la instancia, personal, de una tiranía armada. Impidiendo que el pueblo panameño resolviera, por sí, ese caso, Bush ha convertido a Noriega, un tirano enlazado con las más viejas redes de la corrupción, en un protagonista de la historia.Lamentable percepción del mundo y olvido, terrible, de la evolución del planeta entero hacia la utopía democrática. El "Manifest Destiny", con un siglo de retraso sobre te vida real, ha hecho un sombrío regalo de pascuas a los gobiernos

7

latinoamericanos que evolucionaban hacía la libertad y el liberalismo; a los pueblos y los hombres que marchaban hacía la negociación, sin el todo o nada de subdesarrollo, ejercitándose en el diálogo sin pedir la cabeza del otro en nombre de lo ideológico-sublime. Cuando Talleyrand, después del ajusticiamiento del duque de Enghien por Napoleón (a quien éste había secuestrado en territorio extranjero por un comando de terrorismo de Estado) hizo aquella frase famosa "es peor que un crimen, es un error", no sabía que tendríamos que decir, hoy, sobre Panamá lo mismo, pero más duramente: es un error y un crimen inútil.

JUAN MARÍA ALPONTE. PANAMÁ, PERESTROIKA Y LENGUAJE PRIMITIVO. UNO MÁS UNO 23-XII-89.Leí anoche, en algún periódico de la tarde, —escribo en la mañana del viernes— este titular apesadumbrado: "Atenta contra la perestroika”. Se refería, innecesario es decirlo, a la preocupación de Moscú por la invasión de Panamá.Me permito intervenir para señalar que el espectáculo de barbarie y desproporción de la invasión de Panana no atenta contra la perestroika. La razón es gravemente simple: se trata de dos acontecimientos históricos separados entre sí, por la historia. Solo la simplificación y la confusión puede intentar integrarlos en un mismo análisis.En efecto, en las sociedades cerradas, por definir en esa conceptualización rigurosa a las sociedades no-democráticas de Europa Oriental, se ha logrado, en las últimas cuatro décadas de silencia, algo extraordinario: que se madurara, en la base social, una mutación tal en los comportamientos que les ha permitido, en la coyuntura histórica adecuada, la libertad de movimientos.Esa extraordinaria situación se ha producido no solo por la perestroika (reestructuración económica que tendrá ante sí un largo decenio para encontrar respuestas nuevas a los problemas nuevos) sino por la glasnot, es decir, por la recuperación del lenguaje, la explicación crítica y la libertad de expresión. Ese enorme espectáculo de movilidad hacia delante, se ha conducido, desde la base social, con una extraordinaria madurez. En algunas sociedades socialistas el Poder mismo ha colaborado aislando, destituyendo o lanzando a sus dirigentes petrificados hacia su lugar histórico natural: el pasado. En otras, al revés, la Oposición democrática, no ha querido construir su victoria, como en Polonia, sobre el maximalismo subdesarrollado, es decir, sobre la “condenación del adversario” y la simplificación del lenguaje (el regreso al primitivismo analítico desde el otro lado), sino que ha propiciado el diálogo con el poder. Esto ha hecho posible, por ejemplo, que Solidaridad postulara la reelección, como Presidente, de Jaruzelki, es decir, teóricamente, el líder de la ilegalidad y persecución de los líderes del sindicato. Esa lección extraordinaria de madurez no tenía nada más que un punto débil: Rumania (no hablo de Albania porque es un problema menor) donde la tiranía grotesca de su Presidente, amén

8

de su esposa, paralizados en la personalización del poder tenía que encontrar, antes de la ruptura, la crisis: la explosión. Esa explosión es, hoy, la ratificación de que todo atraso, como todo exceso (incluido el exceso de lenguaje) conlleva consigo la tragedia y la inutilidad.En suma, esa situación extraordinaria, que llenará, con sus problemas, (hay que amar los problemas y no la facilidad del deslizamiento hacia la simplificación) el final de esta década extraordinaria nada tiene que ver con el atraso histórico de la invasión estadunidense. La invasión ha vuelto al lugar del crimen de 1903 (fecha en que un “comando" estadunidense interviniera para hacer posible la creación independiente de Panamá que formaba parte de Colombia y asumir la responsabilidad del Canal) cargados, sus nuevos emisarios, con las armas de la Edad Nuclear. Armas que era imposible emplear en un pequeño país donde no cabe la “Logística" de un gran poder, sino un "comando": como en 1903. Ni eso aprendieron.Ese inmenso atraso en la concepción estratégica norteamericana tiene una explicación grave: que es el primer poder mundial en la Edad Contemporánea que se ha negado a una visión universal de sus responsabilidades. Dicho de otra forma. Estados Unidos, que fue capaz de asumir la herencia en orden a la Revolución Industrial no pudo integrar, en ese vasto acto de reconversión económica, los tér-minos filosóficos y conceptuales que se derivan, en la Edad Nuclear, de las res-ponsabilidades mundiales. Esa visión provincial, aislacionista, cerrada, ha con-ducido a USA a Panamá cuando el mundo se movía hacia el cambio del siglo. Trágico.Asi, en consecuencia, Estados Unidos ha sido capaz de reproducir, en el momento más inadecuado de la historia, la memoria del Mantfest Destiny cuando toda Europa Oriental, con Gorbachov a su cabeza para no quedarse fuera de la historia, revisaban y destruían los textos sagrados y mitológicos del "Destino Manifiesto' del estadunlsmo y el brejenvismo con su doctrina de la "soberanía limitada*.Estados Unidos ha dado la razón a los poderes mas atrasados de su propio espacio provincial y a los más atrasados de su propio espacio provincial área socialista, es decir, a aquellos que se opusieron a la perestroika (nada digamos de la glasnot que es el centro del edificio) y que viven la explosión. Ese inmenso mecanismo de retraso debe invitaros, como réplica, a la revitalización del discurso moderno, al abandono del primitivismo analítico. América Latina, con inteligencia, estaba dando prueba de esa vitalidad al eludir los "lugares sagrados” de una dialéctica superada.Ello nos exige, hoy, remediar nuestro lenguaje. No debemos regresar a las "guerras de primavera", al placer del texto demagógico "heroico” fundado en la lamentable negación del ascenso hacia la razón. Lamentable porque deslizamos hacia la repetición autoritaria y simplista del "enemigo identificado” es liquidar el alto terreno de libertad teórica que habíamos conquistado. Si lo hacemos

9

perderemos, en "guerras de primavera atraídas, años decisivos”.El atraso bárbaro de la operación norteamericana, dedicada a perseguir con elprimer ejército del mundo a un ex-aliado en las viejas catacumbas de la CIA, pertenece, por la desproporción, a otra etapa de la historia. Por ello es muygrave que Estados Unidos, en el momento mismo en que el mundo se dedicaba a desterrar el autoritarismo, la violencia armada (auto-exculpada de laresponsabilidad de sus actos en nombre de la demagogia y el simplismo) y losefectos totalitarios del proceso nuclear, haya preferido su propia derrota teórica.”

Ello no nos debería empujar hacía un pasado instalado en la "conciencia encan-tada”. El proyecto de la calidad y la excelencia es, democráticamente, la revolución por hacer. La barbarie del otro no nos obliga a su reproducción ni a la cancelación de proyecto superior.

GREORIO SELSER. LA HISTORIA AMERICANA DE LA INFAMIA. 21-XII-89. UNO MÁS UNO.No por previsible y abrumadoramente anunciada, esta nueva muestra de arrogancia y barbarie imperiales deja de ser una afrenta a la conciencia de la humanidad, con desprecio de las más elementales normas del derecho internacional y con explícito desdén por instrumentos que Estados Unidos suscribieron hace varias décadas, entre ellos la Carta de la ONU y la Carta de la OEA.Está en la historia americana (estadunidense) de la infamia, la invariable e intermitente perpetración de estas salvajadas. Empleo esta clase de epítetos y adjetivos con total noción de que pudieran restar objetividad periodística o profesoral a esta condena, esta nueva anatemización de una conducta que solo podría parangonarse e identificarse con las que dieron horrenda fama a Adolfo Hitler, si no fuera por el cada vez conocido detalle de que desde el nacimiento mismo de Estados Unidos fueron una constante de su historia de depredaciones y de latrocinios de todo tipo contra naciones y pueblos débiles, inermes, desvalidos, y no sólo de nuestra América.Jorge Luis Borges tituló una de sus obras iniciales con el bello nombre de Historia universal de la Infamia. A raíz de la primera de sus fechorías criminales de Estados Unidos en la segunda posguerra, la que consumó en 1954 para quitar del gobierno de Guatemala a su presidente constitucional Jacobo Arbenz Guzmán, inicié mi práctica de historiador vocacional con el registro sistemático documental de hechos y episodios de análoga factura, no limitándolos a su manifestación culminante, la actuación armada, sino a las distintas variables u opciones. Años después publiqué un primer fruto de esas investigaciones en una colección que dirigía Eduardo Galeano. Ofrecí el título pedido prestado a Borges, de Historia americana de la Infamia. Se publicó en Buenos Aires de un modo in completo y con un título menos literario: Los marines. Intervenciones de Estados

10

Unidos en América Latina. Siglo XX. Los militares de la guerra sucia se encargarían de incinerar gran parle de la edición.A mi arribo a México a fines de 1976 y en conversación acerca del tema con el maestro Pablo González Casanova, éste sometió a mi lectura y opinión un proyecto académico concluido, referente por pura coincidencia, a la misma temática. Bajo su dirección, el equipo investigador había registrado aproximadamente 700 agresiones de Estados Unidos. El registro coincidía en su mayor parte con el que, desde el otro extremo del continente, ya había estado trabajando y cuyo producto quedó retenido en mi patria. La única objeción, le dije, es que la cifra resulta corta, puesto que mis fichas superan, desde fines del siglo XVIII la friolera de 3 mil. A 13 años de distancia y con mayor acopio documental de éste y del otro lado del río Bravo, es algo mayor de 4 mil. De hecho, su mera reproducción cronológica requeriría varios tomos y asumiría las características de una enciclopedia.Recuerdo también que en el probable prólogo que imaginé, iba a incluir como antecedentes de esa vocación hegemonisla e imperial muy anterior a la que en 1845 el periodista O'Sullivan caracterizó como Destino Manifiesto, el célebre episodio iniciador de la revolución independentista de Estados Unidos, el Boston Tea Party. Los colonos ingleses rabiosos contra la ley de impuesto al té del rey Jorge 111, respondieron con el acto de protesta, de provocación y de repudio, consistente en subir al barco cargado de cajas de té anclado en la bahía de Boston, el primero de los que había arribado a la colonia bajo las nuevas leyes impositivas. Lo hicieron de noche, redujeron a los guardias, se apoderaron de las cajas y las arrojaron al agua.La heroicidad de tal desafío a SMB quedó empero empañada por una superchería. Los patriotas comerciantes se habían disfrazado de indios para evitar la inevitable represalia: no temían a la prisión pero sí a la incautación de sus bienes. Hace unos años visité en aquel lugar histórico la réplica del barco que, para mayor atractivo turístico, ofrecía atadas con cadenas cajas similares a las que en 1775 habían sido botadas a la bahía. Por el mismo precio del ingreso a bordo, me permitían repetir dos siglos después esa valerosa epopeya. Le observé al cuidador que la ceremonia conmemorativa estaba incompleta, puesto que no permitían disfrazarme de indio pintarrajeado. Admito que me miró con incredulidad y sorpresa. No entendió la broma.Lo del té en Boston tiene a mi juicio el valor histórico y psicológico de sentar el precedente para los procedimientos de puritana hipocresía que jalonan un sinnúmero de episodios de pillaje descomunal al que los historiadores gringos optan por denominar académicamente como "expansionismo". Estados Unidos exterminó a su millón de nativos para robarles sus tierras; declaró la innoble guerra a México (que Walt Whitman celebró y el diputado Abraham Lincoln condenó) para apoderarse de la mitad de su territorio; y suscitó una guerra contra España valido de una justificación tan tramposa y miserable como la que

11

hoy emplea contra Panamá, para quedarse con Cuba, Puerto Rico, las islas Filipinas y las Guam, el mismo año en que el Senado ratificaba otra conquista imperial, la de las islas Hawai.Con el mismo tipo de argumentos justificatorios amorales y cínicos consumó en 1903 el despojo a la naciente República de Panamá de una amplia faja de su suelo a la que denominó Zona del Canal; invadió y ocupó territorio de México en 1914 y 1916; invadió y ocupó Cuba en tres ocasiones, Nicaragua en dos oportunidades, la República Dominicana desde 1916 hasta 1924 y la de Haití desde 1915 hasta 1934. Más tarde, después del interregno de Roosevelt-Truman (1933-1953), la historia americana de la infamia reverdeció viejos lauros al derrocar a Arbenz (Dwight Eisenhower); con la frustrada invasión a Cuba por Playa Girón (John F. Kennedy); con la invasión y ocupación de la República Dominicana (Lyndon B. Johnson); con la sanguinaria desestabilización del gobierno de Salvador Allende en Chile (1970-1973) en tiempos de Richard Nixon; con la agresión armada a Nicaragua y El Salvador desde 1981 en adelante; y la invasión y ocupación de Granada desde octubre de 1983 (Ronald Reagan), continuadas en la actual administración de George Bush con la bárbara y terrorista invasión a Panamá.Hace exactamente 100 años, en noviembre de 1889, las repúblicas latinoamericanas convocadas por el secretario de Estado James Blaine, debatían en Washington el primer proyecto de organización colectiva del conglomerado político-económico de la región. El periodista José Martí, en crónicas publicadas en La Nación de Buenos Aires, en páginas luminosas y de admirable factura que siguen siendo actuales, predijo las calamidades que esperaban a nuestra América de semejante connubio. Acertó, pero quizá sin adivinar a qué grados de bajeza, abyección y tragedia descendería esa obscena vinculación, en I» que no puede quedar marginada, como si le resultara ajena, la ruin y cómplice actitud de gran parte de los gobiernos latinoamericanos.

“LOS ESCÁNDALOS DE GEORG BUSH”. CARMEN LIRA. ARTÍCULO PUBLICADO POR EL PERIÓDICO UNO MÁS UNO. EL 27 DE DICIEMBRE DE 1989.

Por escandalosas que parezcan, las vicisitudes últimas de George Bush a poco más de veinte días de que entregue el poder, no necesariamente podrían llevarlo a juicio, como ha buscado durante seis años el fiscal especial del Teherangate, Lawrence Walsh; mucho menos pondrían en riesgo su libertad personal, como se sueña en no pocos lugares del orbe.

Si en algo se ha distinguido este ex director de la CÍA es en su habilidad para

12

escurrirse de la acción de la justicia.Su "conducta incorrecta", como llama Walsh a la ilegalidad en que se ha movido el señor Bush contra otros países, principalmente, le permite aducir —como lo ha hecho siempre—que sus decisiones de política exteriorrespondieron invariablemente a razones de seguridad nacional. Y en nombre de esas razones, todo le ha sido permitido.John Stockwell, importante ex agente de la Agencia Central de Inteligencia, convertido ahora en su crítico más acérrimo, ofrece en su último libro, La Guardia Pretoriana, una serie de ejemplos de los "talentos" de Bush para evadir la justicia, pese a que como director de la CÍA debió haber participado, o al menos conocido y encubierto, buena parte de las "operaciones de gran envergadura" —unas 3 mil— y de menor monta —más de 10 mil— que ha llevado a cabo la agencia desde su creación, al término de la Segunda Guerra Mundial, "todas ellas ilegales, todas ellas diseñadas para desestabilizar o modificar las actividades de otros países", dice Stockwell. “La CIA ha derrocado gobiernos constitucionales en más de 20 países y ha manipulado las elecciones en varias docenas más. Ha creado ejércitos regulares y los ha enviado a la guerra. Ha organizado a minorías étnicas y las ha empujado a la rebelión en numerosas zonas de conflicto".Este tipo de acciones de los gobiernos de Washington y su brazo desestabilizador, la CIA, han provocado al menos seis millones de muertos, un millón en la guerra de Corea, dos millones en la de Vietnam, 800 mil en Indonesia, un millón en Cambodia, varias decenas de miles en Angola, más de 75 mil víctimas en Nicaragua, etc, etc.Todas_estas personas no habrían muerto si la CIA no hubiera empleado los dineros de los ciudadanos estadunidenses para inflamar tensiones, patrocinar actividades políticas y militares secretas y desestabilizar sociedades", sostiene Stockwell, quien colaboró en la conducción de tres guerras secretas o de baja intensidad de la CÍA: Zaire (1967-69), Vietnam (1973- y Angola (1975-76).Las aventuras bélicas de BushLa más conocida, la guerra del Golfo Pérsico; otra no menos importante fue la invasión a Panamá el 20 de Sembré de 1989. En la primavera de ese año Stockwell predijo la operación en el Istmo centroamericano, basándose en una estimación sobre la necesidad del presidente Bush de lanzarse a una aventura militar y en la orquestación de la opinión pública contra el general Manuel Antonio Noriega.La aventura del señor Bush dejó un saldo de 4 mil muertos, decenas de miles de víctimas, barrios enteros destruidos, pérdidas multimillonarias y la destrucción de una nación.Mucho tenía que decir el general Noriega sobre las causas reales de la

13

intervención militar al país que gobernaba y del que fue secuestrado. Pero esto le fue impedido en el juicio ilegal que se realizó en su contra en Miami y para el cual se llamó a testificar a narcotraficantes confesos a quienes no sólo se pagó para que declararan en contra del militar panameño, sino que se les condonaron sus penas.Para obstaculizar la presentación de pruebas de la defensa, los fiscales adujeron razones de "seguridad nacional" de Estados Unidos.El propio Noriega diría en su algato final que no se le dejó declarar porque tenía suficientes elementos acusatorios contra el presidente Bush y su implicación en el Teherangate.A finales de 1990 hubo una similar orquestación de la opinión pública en contra de Cuba y The Miami Herald publicó artículos sobre los preparativos que hacían los cubanos residentes en Florida para la caída de Fidel Castro. Se organizaron reuniones de los operativos que habían participado en la guerra secreta contra Cuba en los sesentas y se pretendió iniciar las transmisiones de TV Martí, en un obvio intento de provocar a Castro. Stockwell pensaba que la orquestación contra Cuba continuaría, posiblemente hasta 1992, a fin de justificar una confrontación militar abierta. Sin embargo, Saddam Hussein dio a Bush un temprano regalo de Navidad, distrayendo así la atención de Cuba por ese momento. "Con la invasión y conquista de Kuwait, Bush recibió en bandeja de plata la guerra que andaba buscando y que tanto necesitaba para distraer la atención pública de los problemas económicos que comenzaban a imoportunarlo."En pocas palabras, las aventuras nilitares exitosas son tan efectivas ;omo el superbowl para obligar a la gente a pensar en cosas más agradables".Cuando fue director de la CIA (1976) y después de numerosas denuncias por las acciones encubiertas e ilegales de la agencia llevadas a cabo en Angola, la política de Bush fue la de no investigar ni castigar a los culpables. Su argumento era que "no había que afectar la moral" de sus muchachos.Para deshacerse de las pretensiones del Congreso de Estados Unidos, que insistía en que llevara a efecto la investigación de las actividades ilegales de la CÍA en ese país de África, Bush envió a un abogado a las oficinas de Stockwell con la encomienda de desaparecer los documentos que precisamente el Congreso podría utilizar para comprobar dichas operaciones. Bush regresó con los congresistas para asegurarles que ninguna información corroboraba sus acusaciones y se dio carpetazo a la investigación.Otro ejemplo: el asesinato del ex canciller chileno Orlando Letelier, perpetrado en 1976 en Washington por agentes o ex agentes de la CIA en colaboración con agentes de la DINA de Chile. Bush se movió entonces con el Departamento de Justicia para solicitar que no investigaran el "incidente" porque estaban implicadas relaciones de seguridad nacional con otros países; es decir, las relaciones de la CIA con Pinochet.

14

Después se supo que los agentes implicados en el asesinato habían formado parte del programa de desestabilización contra Cuba, llamado Opmongoose. Otros agentes de la misma operación se dedicaron posteriormente al tráfico de drogas y a lo; asesinatos pagados, incluyendo uní serie de crímenes y bombazos en Florida y Nueva York. Recuérdese que uno de ellos, Orlando Bosch, fue capturado al disparar una bazuka contra un barco que entraba al puerto de Miami, pero debido a las relaciones entre Bosch, la CIA y las autoridades locales no se tomó ninguna acción contra él.Bush habría colaborado para convencer a los otrora agentes de Opmongoose para que se reorganizaran fuera de Estados Unidos. En 1976 fueron a República Dominicana y fundaron el grupo terrorista CORU, para después hacer explotar un avión de Cubana de Aviación que despegaba de Barbados con deportistas cubanos a bordo. Murieron 73. En ese atentado participó junto con Bosch Luis Posada Carriles, quien luego fue sacado por la CÍA de una cárcel en Venezuela para que trabajara con Félix Rodríguez en las operaciones que condujeron al Teherangate.Como vicepresidente, Bush viajó a principios de los ochentas a Panamá para ver a Manuel Antonio Moriega., i quien entonces cooperaba en la operación Águila Negra que, según Stock-well, proveía de armas a los contras utilizando pistas aéreas panameñas. A mediados de los ochentas (1985) la CÍA rompió con Noriega, aparentemente porque el general se negó a cooperar con los planes de Estados Unidos para invadir Nicaragua. La operación de abastecimiento de los contras se mudó entonces a la base militar de Ilopango, en El Salvador, bajo las órdenes de Félix Rodríguez, quien se reportaba varias veces a la semana a la oficina del vicepresidente Bush y se reunió con él por lo menos en tres ocasiones.La extraordinaria investigación de la revista Rolling Stone sobre las operaciones Águila Negra, Enterprice y Superrnarket dan cuenta de todas las implicaciones personales del entonces vicepresidente de Estados Unidos en el Teherangate. Rolling Stone entrevistó a más de medio centenar de diplomáticos, militares, agentes de los servicios de información y se encontraron con los laberintos de las operaciones antes citadas.En 1985-86 las aduanas de Miami abrieron una investigación sobre el caso de un contrabando de armas destinado a la contra. El nombre de Jeff Bush es citado, y como el interesado simplemente lo niega, "no ha lugar", señala Rolling Stone.Según otras investigaciones, fue el propio general Colin Powell, a la sazón miembro del Consejo Nacional de Seguridad, el encargado de limpiar los rastros de estas operaciones en esa institución. Se dice que el lugar preponderante que alcanzó el general Powell en el Pentágono y su derecho a participar en las aventuras bélicas del señor Bush responden a la gratitud del presidente de Estados Unidos con su leal y eficiente servidor.Entonces fue el general Powell, pero Bush siempre ha tenido a mano

15

colaboradores eficientes para desaparecer documentación que podría com-prometerlo. Oliver North, otro militar, miembro del Consejo Nacional de Seguridad, cerebro de la operación para abastecer a la contra, también colaboró en la destrucción de importante documentación que involucraba a Ronald Reagan y a George Bush en el Teherangate.Aunque esta vez la acción del fiscal Walsh parece haber llegado lejos, obligando a Bush a por lo menos aceptar "hacer públicos" los documentos personales que durante los últimos siete años ha escondido ilegalmente, nadie en Washington se hace ilusiones de que esos papeles sean los que las autoridades han estado solicitando, todo este tiempo.Más aún: expertos en leyes han dicho que por razones "legales" y "constitucionales" es casi imposible que un presidente o ex presidente ter-mine-enfrentando a la justicia por cargos de encubrimiento que involucren a la política exterior.En pocas palabras esto quiere decir que, una vez más, un delito cometido contra un tercer país, por el solo hecho de invocarse la seguridad nacional de Estados Unidos, quedará impune.

GREGORIO SELSER. ES UN SON OF A BITCH, PERO ES NUESTRO. UNO MÁS UNO. 23 DE DICIEMBRE DE 1989.

En una base norteamericaaa de la Zona del Canal, esto es en territorio que es aún propiedad espuria, Georg Bush consagró como presunto nuevo presidente de Panamá a Guillermo Endara un hombre de negocios que hasta que fue escogido por la mafia oligárquica de los rabiblancos, era absolutamente desconocido en el país. Está en funciones custodiado por tanques USA.Allá por 1930, según lo refiere William Krehm Democracia and Tyrania of the Caríbbean, Lawrence llill Co., Wesport, Conn., 1914, la esposa del ministro de Estados Unidos en Nicaragua, Mattbew Hanna, se vinculó a una especie de latín lover local, Anastacio Somoza García. Fue ella, una alemana treinta años menor que su esposo, la que influyó sobre este para que aconsejara al Departamento de Estado —presidencia de Herbert Hoover—, para que el civil que se desempeñaba como subsecretario de relaciones exteriores pasara a ser jefe director de la Guardia Nacional sin otro antecedente de armas que un asalto frustrado a un banco de su nativo pueblo de San Marcos, veinte años antes. A veces asuntos de alcoba inciden impensablemente en cursos de la historia. El matrimonio Hanna recomendó al nuevo ministro, Arthur Bliss, primo de Henry Lane Wilson, embajador de Estados Unidos en México que promovió el derrocamiento y asesinato de Francisco I. Madero y José Marían Pino Suárez , que se dejara en fundones al "general" Somoza cuando el 2 de enero de 1933 se reembarcó en puerto Corinto el último de los marines, de los más de 5 mil que

16

habían estado ocupando a Nicaragua desde diciembre de 1926.Es harto sabido que a partir de ese momento por nacimiento— como un jefe de marines por delegación proconsular, y por vocación cipaya. El ministro Blane le dio luz verde para que en la noche del 21 de febrero de 1934 asesinara alevosamente al pacificado guerrillero Augusto César Sandino, a quien veía como un obstáculo para su proyecto de captura del poder. La Guardia Nacional fue creada, organizada, adiestrada y financiada por Estados Unidos a partir de 1927, en plena ocupación. A mediados de 1936 Somoza botó al presidente Juan B. Sacasa, ubicó en su lugar a un pariente carnal, Carlos Brenes Jarquín, quien le preparó unas elecciones al uso tradicional centroamericano, es decir, absolutamente fraudulentas. Con él, a partir del lo. de enero de 1937, comenzaba su reinado de más de 42 años la dinastía Somoza.En septiembre de 1956, en un lugar público, "Tacho" Somoza fue gravemente herido a balazos por el joven idealista Rigoberto López Pérez. Desconfiando de los médicos locales, el presidente Dwight Eisenhower envió su avión y sus médicos personales a quien llamó su "dilecto amigo". Estos trasladaron al augusto personaje al hospital Gorgás, de la Zona del Canal, Panamá. Allí murió días más tarde. Irreverentemente, un cronista sugirió que habiendo nacido a la fama y el poder en una cama norteamericana, era justo que muriese en un lecho del Tío Sam.El presidente Franklin D. Roosevelt (1933-1945), creador de la llamada "Política de Buena Vecindad" hacía América Latina tuvo parecidas deferencias para el dominicano Rafael L. Trujillo y los demás que pulularon en su tiempo en Centroamérica y el Caribe. Hubo para con ellos la complicidad del silencio, el connubio y la cohabitación. Es fama que cuando surgieron críticas y necesidad de salvaguardar el prestigio y la imagen de Estados Unidos por el viaje oficial que Somoza hizo en 1939 a Washington, alegando que "like Trujillo, is a perverted son of a bitch", el buen vecino mayor acuñó lo que consideró una sutil respuesta: "I know, but he is our son of a bitch". Fue esta, sin duda, la mejor caracterización de la naturaleza de la relación con que el continente se vinculó con Estados Unidos durante muchos años, y que reverdeció en los años recientes, sobre todo en Centroamérica y el Caribe. Los lectores podrán, sin mayor esfuerzo, ahorrarnos identificaciones específicas de tiempos de Carter, Reagan y Bush. Este último ya escogió a su son of a bitch propio, Endara.En la historia de Panamá, sin embargo, esta no es tampoco novedad. Inauguró la serie el primero de sus presidentes a continuación del acto de segregación de Colombia, en 1903, por obra del presidente Theodoro Roosevelt y del filibustero francés Philippe Bunau-Varilla. El médico colombiano Manuel Amador Guerrero, galeno empleado del Ferrocarril de Panamá, de propiedad norteamericana, figuró entre los egregios próceros de la independencia y fue, de hecho, uno de los principales conspiradores que favorecieron 1a aceptación y ratificación del infame Tratado Hsy-Bunau.

17

Al general Esteban Huertas, Estados Unidos le pagó 50.000 dólares para que no se opusiera con las armas a la ceremonia independentista, en tanto sus barcos de guerra surtos en las ciudades de Colón y Panamá impedían cualquier posible acción de la Armada colombiana. A Amador Guerrero le pagó con la presidencia de Panamá. La flamante primera Constitución, sancionada en febrero de 1904, establecía que no podía ser presidente nadie que no hubiese nacido en suelo panameño (o en el departamento colombiano de Panamá). Pero como el conservador Amador Guerrero había nacido en Colombia, los constituyentes, por presión yanqui, añadieron una cláusula transitoria según la cual se pasaba por alto "por única vez'' esa prohibición.Así, por la puerta chueca y fraudulenta, se inició la vida política panameña. Y por las dudas y en vista de la oposición del liberal Belisario Porras, lo despacharon exiliado a El Salvador. En 1906 los comerciantes y conservadores dueños ya del país por cuenta de Roosevelt, pidieron de nuevo la ayuda de Washington para imponer a otro de los eximios próceres obsequiadores de la Zona del Canal, José Domingo de Obaldía. Y como Porras volviera a denunciar la tramoya y se presentó como candidato de oposición, el Jefe de las tropas yanquis le preguntó si deseaba de nuevo hacer turismo a El Salvador. Porras retiró su candidatura y debió esperar hasta 1912 para ser presidente.Los hijo» de Roosevelt, del primer Roosevell, el del big stickt se habían inaugurado como modelos en Panamá.

ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE

1. PRESENTA UN RESUMEN HISTÓRICO DE GRANADA.2. ¿QUIÉN FUE MAURICE BISHOP Y BERNARD COARD?3. ¿CUÁLES FUERON LOS ARGUMENTOS DE REAGAN PARA

JUSTIFICAR LA INVASIÓN A GRANADA?4. ¿CUÁL FUE LA ACTITUD DE LA ONU EN EL CONFLICTO DE

GRANADA?5. RESUME EL PROCESO DE LA GUERRA DE LAS MALVINAS.6. ¿QUÉ POSICIÓN TOMÓ ESTADOS UNIDOS Y LA ONU EN EL

CONFLICTO?7. RESUME EL TEXTO DE J. M. ALPONTE “MEMORIA DE

PANAMÁ EN EL MUNDO”.8. ANALIZA LA COMPARACIÓN ENTRE LA PERESTROIKA Y

LA POLÍTICA INTERVENCIONISTA NORTEAMERICANA EN PANAMÁ, TOMANDO COMO BASE EL ARTÍCULO DE ALPONTE “PERESTROIKA Y LENGUAJE PIMITIVO”.

9. CON BASE EN EL ARTÍCULO DE GREGORIO SELSER “LA HITORIA AMERICANA DE LA INFAMIA RESPONDE LAS PREGUNTAS SIGUIENTES:

18

9.1 ¿QUÉ NORMAS INTERNANCIONALES VIOLÓ EU AL INVADIR PANAMÁ?

9.2 ¿QUÉ PRESIDENTE GUATEMALTECO FUE DERROCADO POR ESTADOS UNIDOS EN 1954?

9.3 ¿CUÁNTAS INTERVENCIONES NORTEAMERICANAS SE HAN REGISTRADO EN LA HISTORIA?

9.4 ¿QUÉ PAISES LATINOAMERICANOS FUERON INTERVENIDOS POR ESTADOS UNIDOS EN EL SIGLO XX.

10.RESUME LA BIOGRAFÍA POLÍTICA DE GEORG BUSH Y EXPRESA UNA OPINIÓN CRÍTICA ACERCA DE ÉL.

11.¿QUÉ RELACIÓN TUVO ANTONIO NORIEGA CON BUSH?12. ¿A QUÉ SE REFIERE G. SELSER ACERCA DE LA FRASE SON

OF A BITCH, PERO ES NUESTRO Y CÓMO SE APLICA AL CASO DE NORIEGA?

13. ELABORA UN ANÁLISIS CRITICO DE LA INVASIÓN DE ESTADOS UNIDOS A PANAMÁ EN DICIEMBRE DE 1989.

19

20

21