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VOLUMEN L ABRIL 1962 AÑO ya ESTUDIOS La figura humanística, científica y docente de don Julio Rey Pastor JOSE RAMON PASCUAL IBARRA Catedrático de Matemáticas Hace escasamente dos arios, las páginas de la REVISTA DE EDUCACIÓN se vistieron de luto para comunicar a sus lectores la dolorosa pérdida que acababa de sufrir con la muerte de don Pedro Puig Adam. Su recuerdo, perenne en nosotros, se ha reavivado ahora con la noticia del falle- cimiento en Buenos Aires del que f ué en vida su entrañable amigo, maestro y colaborador pe- dagógico, don Julio Rey Pastor. Por esto, y por todo lo que Rey Pastor significaba en el ámbito de la educación, cumplimos también ahora con el deber de expresar públicamente el dolor que hoy aqueja a toda la docencia española. Al ha- cerlo no pretendemos rendir aquí el homenaje a que su imponente personalidad es acreedora —lo que, sin duda, habrán de hacer los que fue- ron sus discípulos más directos y hoy son maes- tros continuadores de su obra—, sino, humilde- mente, unirnos al sentimiento nacional que ha suscitado la desaparición del maestro. PEQUEÑA BIOGRAFIA Don Julio Rey Pastor había nacido en Logroño el 14 de agosto de 1838, en cuyo Instituto hizo los estudios del Bachillerato con las más altas calificaciones. Recientemente se le había enviado, como simpático y sencillo homenaje y recuerdo del actual profesorado de aquel centro, una cer- tificación oficial de su brillante expediente aca- démico. En la Universidad de Zaragoza cursó la licenciatura en Exactas. En ella fué discípulo de don Zoel García de Galdeano, el ya viejo publicista y esforzado paladín de todas las refor- mas de la enseñanza, y de don José G. Alvarez Ude, que iniciaba entonces la que había de ser larga y fecunda tarea docente. Del uno recogería don Julio la fiebre ardorosa de comunicación, y del otro, el rigor científico, la precisión en los detalles y su fino y exigente espíritu crítico. De su época de estudiante (1905), cuando tenía die- cisiete años, data su primer trabajo de investi- gación, Sobre los números consecutivos, cuya suma es a la vez cuadrado y cubo perfecto, y el primer «premio de estimulo» concedido por la Revista trimestral de Matemáticas, de aquella Universidad, presagio, ambos, de la cadena im- presionista que habían de sucederles. A lo largo de su fecunda vida llegaría a alcanzar la cifra de cuatrocientos libros, memorias y artículos, que abarcan no sólo todos los campos de la Matemá- tica, sino también los temas más actuales de Filosofía, Historia de la Ciencia, Epistemología y Lógica. En Madrid hace el doctorado con una Memo- ria sobre Correspondencia de figuras elementa- les (1909), que habría de ampliar y perfeccionar más tarde con su Teoría geométrica de la pola- ridad (1912, publicada en 1929), premiada por la Real Academia de Ciencias. Fruto de sus estu- dios en las Universidades alemanas, y en par- ticular en Gotinga, con Félix Flein, es su monu- mental Fundamentos de la Geometria proyectiva superior (1914, publicada en 1916), que mereció el Gran Premio del Duque de Alba, concedido por la misma Real Academia. De ella informaría don Miguel Vegas, tan parco habitualmente en los elogios, como «labor titánica y de valor excep- cional». Estas dos obras tuvieron tal resonancia en los círculos y revistas especializados que la crítica extranjera coloca a nuestro compatriota en línea con los grandes geómetras de la época, feliz continuador de la construcción de Chasles, Staudt, Kötter...

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VOLUMEN L ABRIL 1962AÑO ya

ESTUDIOS

La figura humanística, científica y docentede don Julio Rey PastorJOSE RAMON PASCUAL IBARRA

Catedrático de Matemáticas

Hace escasamente dos arios, las páginas de laREVISTA DE EDUCACIÓN se vistieron de luto paracomunicar a sus lectores la dolorosa pérdida queacababa de sufrir con la muerte de don PedroPuig Adam. Su recuerdo, perenne en nosotros,se ha reavivado ahora con la noticia del falle-cimiento en Buenos Aires del que f ué en vidasu entrañable amigo, maestro y colaborador pe-dagógico, don Julio Rey Pastor. Por esto, y portodo lo que Rey Pastor significaba en el ámbitode la educación, cumplimos también ahora conel deber de expresar públicamente el dolor quehoy aqueja a toda la docencia española. Al ha-cerlo no pretendemos rendir aquí el homenajea que su imponente personalidad es acreedora—lo que, sin duda, habrán de hacer los que fue-ron sus discípulos más directos y hoy son maes-tros continuadores de su obra—, sino, humilde-mente, unirnos al sentimiento nacional que hasuscitado la desaparición del maestro.

PEQUEÑA BIOGRAFIA

Don Julio Rey Pastor había nacido en Logroñoel 14 de agosto de 1838, en cuyo Instituto hizolos estudios del Bachillerato con las más altascalificaciones. Recientemente se le había enviado,como simpático y sencillo homenaje y recuerdodel actual profesorado de aquel centro, una cer-tificación oficial de su brillante expediente aca-démico. En la Universidad de Zaragoza cursóla licenciatura en Exactas. En ella fué discípulode don Zoel García de Galdeano, el ya viejopublicista y esforzado paladín de todas las refor-mas de la enseñanza, y de don José G. Alvarez

Ude, que iniciaba entonces la que había de serlarga y fecunda tarea docente. Del uno recogeríadon Julio la fiebre ardorosa de comunicación,y del otro, el rigor científico, la precisión en losdetalles y su fino y exigente espíritu crítico. Desu época de estudiante (1905), cuando tenía die-cisiete años, data su primer trabajo de investi-gación, Sobre los números consecutivos, cuyasuma es a la vez cuadrado y cubo perfecto, y elprimer «premio de estimulo» concedido por laRevista trimestral de Matemáticas, de aquellaUniversidad, presagio, ambos, de la cadena im-presionista que habían de sucederles. A lo largode su fecunda vida llegaría a alcanzar la cifrade cuatrocientos libros, memorias y artículos, queabarcan no sólo todos los campos de la Matemá-tica, sino también los temas más actuales deFilosofía, Historia de la Ciencia, Epistemologíay Lógica.

En Madrid hace el doctorado con una Memo-ria sobre Correspondencia de figuras elementa-les (1909), que habría de ampliar y perfeccionarmás tarde con su Teoría geométrica de la pola-ridad (1912, publicada en 1929), premiada por laReal Academia de Ciencias. Fruto de sus estu-dios en las Universidades alemanas, y en par-ticular en Gotinga, con Félix Flein, es su monu-mental Fundamentos de la Geometria proyectivasuperior (1914, publicada en 1916), que mereció elGran Premio del Duque de Alba, concedido porla misma Real Academia. De ella informaría donMiguel Vegas, tan parco habitualmente en loselogios, como «labor titánica y de valor excep-cional». Estas dos obras tuvieron tal resonanciaen los círculos y revistas especializados que lacrítica extranjera coloca a nuestro compatriotaen línea con los grandes geómetras de la época,feliz continuador de la construcción de Chasles,Staudt, Kötter...

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REY PASTOR, CATEDRATICO

A los veintitrés arios obtiene Rey Pastor lacátedra de Análisis Matemático de la Universi-dad de Oviedo. y en ella, en 1913, pronuncia sufamoso discurso inaugural Los matemáticos es-

pañoles del siglo XVI (publicado después conImportantes ampliaciones en 1925). Con él inter-viene, de manera original e irrebatible, en laenconada polémica sobre la contribución espa-ñola en la elaboración de la Ciencia. Con criterioobjetivo y rigurosamente científico, Rey Pastorse sitúa entre los dos bandos en pugna: frentea los que sistemáticamente niegan y, también,frente a los que, inflamados de ingenuo ardorpatriótico, prodigan infundados panegíricos. Re-conoce y valora la ingente labor recopiladorade don Marcelino Menéndez Pelayo, y conti-nuando la obra del insigne polígrafo montañés,hace lo que procedía hacer: estudiar las obrasoriginales y cotejarlas con las de sus contempo-ráneos. Así descubre a Alvaro Tomás, precursordel cálculo infinitesimal, y a fray Juan Ortega,desconocidos hasta entonces de los historiado-res, y que, sin embargo, demuestran en sus obrasposeer, realmente, ideas «actuales» y originales.

REY PASTOR, CREADORDE UNA CULTURA MATEMATICAMODERNA

Por nueva oposición obtiene la cátedra, tam-bién de Análisis Matemático, de la Universidadde Madrid, y en ella, el patriotismo y el templede luchador de Rey Pastor le imponen la tareade «crear en España una cultura matemáticamoderna» para que en lo sucesivo nombres es-pañoles puedan figurar con honor en las revis-tas y congresos internacionales. Para ello re-mueve la conciencia nacional adormecida, consus discursos en el Ateneo sobre Estado actual,

métodos y problemas de la Matemática superior:conjuntos, funciones, grupos. Este vehemente de-seo de crear una escuela española de matemá-ticos lo expresa Rey en su discurso de ingresoen la Real Academia de Ciencias (1914) con lassiguientes palabras: «En alas de mi optimismollegué a soñar que también la Matemática vivallegaría a interesar a algunos de nuestros jóve-nes no inferiores en inteligencia y en aplicacióna los de otras naciones.» A esta misma finalidadobedece la creación de la Revista Matemáticay del Seminario Matemático, fundados por él.Bien pronto acuden al llamamiento jóvenes en-tusiastas (Saldaña, Fernández Barios, Cámara,Araújo, Barinaga, Rodríguez Bachiller, Secundi-no Rodríguez, Calvo Carbonell...), que en el pe-queño local de la calle de Santa Teresa trabajancon fervor contagiados y enardecidos por la cien-

cia, el ejemplo y la palabra cálida del maestro.Y más tarde, haciéndose el sueño realidad, losnombres de Ricardo San Juan, Sixto Ríos, Piy Calleja. Cuesta Dutari, Gaeta, Santaló, Balan-zat..., hacen acto de presencia en el mundo ma-temático con sus memorias y sus cursos profe-sados en Universidades europeas y americanas.«Al cabo de pocos arios —dice Terradas (reco-giéndolo de Sixto Rios)—, las contribuciones deRey Pastor y de su escuela aparecen publicadasen Comptes Rendus, de la Academia de Cienciasde París; Acta Mathematica, MathematischeAnnalen, Ergebnisse, del coloquio de Viena;Abhandlungen, del de Hamburgo; Rendiconti, dePalermo; Memorie, de la Academia de Italia;Mathematische Zeitschrift, Duke MathematicalJournal, Bulletin of the American MathematicalSociety, etc.»

Por los años 20 se inicia la labor vivificadorade Rey Pastor en la Argentina, que había deproseguir hasta su muerte. En las Universidadesde Buenos Aires y de la Plata desarrolla cadaario un curso distinto sobre todas las ramas dela Matemática, y desde su cátedra en el Insti-tuto de Formación del Prof esorado Secundarioimparte la semilla imprescindible si se quiereun día recoger ubérrima cosecha. Al cumplirselos veinticinco años de magisterio en el paíshermano, la Universidad del Litoral quiso ren-dirle homenaje de gratitud dedicándole un librode trabajos de investigación de sus discípulos, pe-ro de hecho la of renda se convirtió en un autén-tico homenaje internacional, tal fue la cantidady calidad de los trabajos recibidos. Baste men-cionar los nombres de Polya, Montel, Hadamard,Birkhoff, Préchet, Von Neumann, Blaschke, etc.,que enviaron, con su adhesión entusiasta, artícu-los para los dos tomos que formaron el libro.

REY PASTOR, HISTORIADORDE LA CIENCIA

Aparte de su obra estrictamente matemáticao científica, no puede ignorarse la contribuciónde Rey Pastor como historiador de la Ciencia.Ya hemos mencionado Los matemáticos españo-les del siglo XVI. Fruto de sus investigaciones enla Biblioteca del Escorial y en los Archivos deIndias y Simancas, publicó La Ciencia y la Téc-nica en el descubrimiento de América, Alonso de

Santa Cruz, Problemas cartográficos, Mapas isi-dorianos... Algunos de estos libros los escribíadon Julio aprovechando el reposo de las largasy frecuentes travesías del Atlántico, que siemprehacia en barco, a que por su doble actividad enlos dos países hermanos se veía obligado.

Y si importante es la obra, no lo es menos supeculiar y elegante modo de hacer. Rey Pastorera un maestro del idioma, lo mismo como con-

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144 . L LA FIGURA HUMANISTICA, CIENTIFICA Y DOCENTE DE DON JULIO REY PASTOR

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ferenciante que como escritor. La conversacióncon don Julio, en ocasiones con un punto deironía, era siempre un auténtico regalo del es-píritu. Terradas, otro sabio, decía de él: «Es unade las más grandes autoridades del idioma, dis-tinguiéndose entre todas por su concisión, juste-za y claridad. Sabe decir como bien pocos; sabeexponer y razonar en voz alta, sin que sobre unapalabra, sin que el adjetivo oscile alrededor delúnico que conviene al caso; sabe improvisar, esa la vez sólido y brillante, la frase corta e inci-siva es, por sí misma, elocuente, sin necesidadde acompañamiento inútil ni pronunciación enfá-tica...> Con toda justicia, la Real Academia dela Lengua le llamó a su seno. El 1 de abril de 1954tomó posesión de su sillón de académico con undiscurso memorable sobre Algebra del lenguaje.

REY PASTOR, HUMANISTA

Pertenecía, asimismo, como académico corres-pondiente a seis Academias extranjeras, y lo erade número, además de las dos españolas, del'Académie internationale de l'Histoire de Scien-ces, de París, en la que fue presentado porHadamard, y de la cual, por unanimidad, fuepropuesto para presidente en 1950. La BritishAstronomical Association bautizó con su nombreun cráter de la luna. Cuando en 1956 hubo deconcederse el premio anual establecido por laFundación Juan March para premiar la labordel científico español que a lo largo de su vidamás se hubiera distinguido por sí mismo y porsu escuela, por su contribución al progreso dela Ciencia, un nombre está presente en la mentede todos, y, en efecto, con beneplácito generales concedido a don Julio Rey Pastor, en recono-cimiento de los méritos indiscutibles de su obra«inmensa, polifacética y profunda», en frase desu discípulo predilecto, don Ricardo San Juan.

REY PASTOR, MAESTRO,

Por encima, empero, de cumbres tan altas, hayque situar a Rey Pastor maestro. Poseía el dondel rigor junto al de la claridad. ¡Cuántas per-sonas, ajenas a las Matemáticas, asistían gus-tosas a sus conferencias por el simple placer deescuchar oraciones y metáforas tan bellas! Pue-de decirse, sin exageración, que todos los que enlos últimos cincuenta arios hemos hecho profe-sión de las matemáticas, bien en navegacionesde alto bordo o en el remanso anónimo de suenseñanza elemental, somos deudores del magis-terio de Rey Pastor. Con destino a los alumnosde ciencias exactas escribió en 1917 el Análisis

algebraico (doce ediciones y refundiciones espa-ñolas y cinco argentinas), la Teoría de funcionesy lecciones de Algebra. Para estudiantes de inge-niería, Curso cíclico de Matemáticas, Curso decálculo infinitesimal y Resumen de la teoria defunciones analíticas. Y para la Enseñanza me-dia comenzó publicando en 1926, con destinoal Bachillerato argentino, Aritmética racionaly Geometría racional. En esta época se inicia laque había de ser larga y fecunda colaboracióndidáctica con don Pedro Puig Adam, cuyo frutosería, como es sabido, la renovación más pro-funda lograda en la enseñanza de la matemá-tica elemental en nuestra Patria.

En su contestación al discurso de ingreso dedon José Alvarez Ude en la Academia de Cien-cias, Rey Pastor recuerda el proverbio oriental:«Vivimos de esperanzas cuando aún no tenemosrecuerdos, y de recuerdos, cuando ya no tenemosesperanzas.» Permanezca vivo su recuerdo ennosotros y vivamos en la esperanza de que laProvidencia nos depare discípulos que prosigany superen la obra del maestro. Porque —son suspalabras— «vencer a sus discípulos significa mo-rir; ser vencido por ellos es a la vez reviviry renacer».