La fábula de la cebra felipa

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La Fábula de la Cebra Felipa Edición Especial para el DE/ Estado Libre Asociado de Puerto Rico (2003) Serie Español para Escuela Intermedia 7mo grado Grupo Editorial Norma Teresita Vázquez Guilbot / Dra. Migdalia Carrasquillo / Joaquín Maldonado Class Adaptación para PPEA 2010 ejtapizte quierohasta elcielo @g mail.com

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Cuento adaptado para Pruebas Puertorrique~as de Evaluacion Alternas/ Grado 7 / Material Autentico Encuentros Maravillosos de Person/ Derechos de Autor mencionados en el documento. Exito con sus estudiantes. Te quiero hasta el cielo.

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La Fábula de la Cebra

Felipa

Edición Especial para el DE/ Estado Libre Asociado de Puerto Rico (2003)

Serie Español para Escuela Intermedia 7mo grado Grupo Editorial Norma

Teresita Vázquez Guilbot / Dra. Migdalia Carrasquillo / Joaquín Maldonado Class

Adaptación para PPEA 2010 ejtapizte quierohasta elcielo @g mail.com

La fábula de la cebra Felipa

La Fábula de la Cebra Felipa

Al sur de Massai Mara, en la sabana de África Central,

vivía una manada de cebras liderada por un

impresionante macho de largas trines llamado Gedeón.

Las cebras parecían vivir en el Edén, excepto por un

problema: un familia de leones había encontrado guarida en un rocoso montículo cercano.

Continuación

Raro era el día en que la manada no sufría el ataque de leonas hambrientas encargadas de servir la mesa. A veces, alertada con tiempo por el siempre oteante Gedeón, la manada lograba escapar del ataque huyendo a gran velocidad. Pero otras, eran alcanzada y devorada mientras las demás galopaban aterrorizadas con todas sus fuerzas. Era la dura ley de la supervivencia.

Continuación

Entre todas las cebras destacaba una joven, llamada Felipa, porque tenia una sola franja negra a cada lado, tan ancha que ocupaba casi todo el flanco. Un día, Felipa reunió a la manada a su alrededor y le hablo.

Continuación

Es ley de vida, de algo hay que morir y este es nuestro destino. Los leones se alimentan de nosotros como nosotros nos alimentamos de la hierba. Prefiero morir en un instante cuando empiece mi declive que morir de enfermedad o decrepitud. Olvidemos eso y vivamos felices porque nada se puede hacer.

Continuación

Espantada por las palabras de Felipa, la manada se agito presa de panico. —Alto, amigos; no se pongan nerviosos —grito Gedeón, intentando volverlos a reunir. —No hay peligro en este momento, tranquilos. Vuelvan a reunirse. Nuestros antepasados han vivido asi desde los tiempos mas remotos y aquí estamos nosotros, la manada no se ha extinguido.

Continuación

Es ley de vida, de algo hay que morir y este es nuestro destino. Los leones se alimentan de nosotros como nosotros nos alimentamos de la hierba. Prefiero morir en un instante cuando empiece mi declive que morir de enfermedad o decrepitud. Olvidemos eso y vivamos felices porque nada se puede hacer.

—Como jefe de la manada he tornado las decisiones hasta ahora, siempre pensando en el bien de todos. En esta ocasión, no estoy seguro de que decisión he de tomar. Por una parte, veo una temeridad lo que propone Felipa; por otra, veo justo que ayudemos a los mas débiles. Propongo que hagamos una votación.

Dos leonas se acercaban sin disimulo sabiéndose ya descubiertas. Los relinchos y bufidos de las cebras eran signo de la gran excitación de la manada. Una tercera leona, oculta por unos matorrales, apareció súbitamente muy cerca. Pocos segundos después, la batalla había empezado. Las leonas estaban sorprendidas por la actitud de las cebras.

iNo huían! Esto no era lo mismo que correr para alcanzar a la mas lenta, derribarla y devorarla. Guiadas por su instinto, las leonas saltaron sobre las cebras del círculo exterior. Estas, no habituadas a la lucha, eran presas de pánico .

Continuación

Felipa se habla mantenido oculta a la manada todo este tiempo, temerosa de sufrir represalias por las consecuencias de su idea. —No se preocupen amigos, los machos nunca cazan, no se meterán con nosotros. —Creo que tiene razón —añadió Gedeón no muy convencido, viendo que los leones iniciaban un rápido trote.

Continuación

El instinto de los leones machos no vio a las cebras como presas de caza. La nueva actitud de las cebras correspondía a enemigos tribales, como las hienas, y esos si eran objetivos de los machos. Cuando los leones se lanzaron sobre la manada, las leonas que antes se habían retirado los siguieron. El pánico se apodero de las cebras. Gedeón escapo en el último momento viendo que nada podía hacerse.

Continuación

La manada sobre vivir a esta catástrofe, pero en lo sucesivo no volveremos a luchar con los leones. Gedeón se retiro tras decir esto y la asamblea se fue dispersando. A lo lejos, Felipa observaba al grupo sin atreverse a intervenir. Nunca reuniría suficiente valor para volver con la manada. Vio a Gedeón trotar en su dirección y sintió miedo. Por que siempre sentía miedo?, se pregunto. Giro en redondo y se alejo velozmente hacia el norte.