LA ESTATUA ROBADA
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Alba García Jiménez, 7 años
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Es mi primer libro, y estoy súper contenta porque yo nunca he escrito uno y esto me encanta porque despierto a mí imaginación y aprendo nuevas palabras, claro que a mí me gustaría publicarlo en tiendas o en páginas web pero yo no tengo nada de eso.
Espero que disfrutéis con este libro y que sepáis que yo soy de 2ºB
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LA ESTATUA ROBADA
Estábamos en el museo Rodin de Paris, mientras se oyó un gr i to: ¡¡¡¡¡Ha desaparecido el Pensador de Rodin!!!!! Yo, acudí de inmediato y como detective que soy dije: no os p r e o c u p é i s y o r e c u p e r a r é a l P e n s a d o r y meteré al ladrón entre rejas. Dicho y hecho empecé a buscar pistas:
Primero, encontré huellas de perro, raro porque allí no estaba permitido que
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entraran animales, así que se lo comenté al encargado del museo, él me dijo que tenía un perro pero que nunca había llevado su perro al museo y que era imposible que su perro Rufo se escapara porque su mujer estaba todo el día con Rufo.
Segundo, encontré un cuchillo y un GUARDA de seguridad muerto al lado, me daba ganas de resolver el misterio pero sabía que aún no era hora de hacerlo. Cogí el cuchillo y miré la marca de fabricación, y…el cuchillo era de 1984, estaba bien conservado para ser del 84. Yo, pregunté a gente sospechosa que estuvieron a la hora del robo pero nada, ni vieron el robo. Estaba más nervioso que nunca. En mi vida de detective he estado en un asunto igual, así que metí una pipa en la boca y
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me puse a pensar cómo resolver el misterio.
Tercero, también una mujer me contesto a algunas preguntas: me dijo que ella vio a los ladrones, yo no la creí porque tenía cara de mentirosa y también estaba algo nerviosa. 5 minutos después encontré una cartera, la abrí y estaba el carnet de identidad de un ladrón, así me facilitará la búsqueda del los ladrones. Yo muy contento fui a comisaría y el policía me dijo que era falso, así que yo dije que me costaría más resolver el misterio porque el ladrón había pensado en todo el robo.
S a l í f u e r a p a r a tomarme un café y despejarme un poco. Después vo lv í a l l uga r de l robo y empecé a observar
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distintos cuadros y detrás de uno había una nota:
No sabía que significaba un regalito y de repente cayo una pesa, suerte que no me dio de milagro pero si no tenia cuidado la estatua la echaba a perder. Después me di una vuelta por una casa abandonada: Mi ayudante Jackson Collins se moría de miedo y yo sin embargo me moría de risa al ver que mi ayudante se moría de miedo.
Luego, allí, en la casa encantada… ¡Hay un esqueleto vivo! Empecé a temblar como un flan y luego el esqueleto se paró, lo miré de cerca y vi que... era de cuerda y
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“Detective de pacotilla, si quieres volver a ver a la estatua tendrás que pagarnos 5.000.000 € o si no la fundiremos en lava caliente. Oh y un regalito para ti jajaja…”
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pensé que eso también había sido culpa de los ladrones pero no, era de un niño que vivía allí con su padre de 30 años, les pregunté a los dos si sabían algo sobre los ladrones que robaron en el museo del RODIN. La respuesta fue la misma de siempre, ¡No!
Me dejaron investigar la casa y les dije que parecía que estaba encantada, salimos a la calle y vimos unos tipos huyendo de la policía. Y yo, corriendo, atrapé a los ladrones, el policía que le perseguía era Carlos, mi amigo del colegio. Al parecer mi amigo los encontró en un almacén abandonado (20 manzanas de allí) pero los vio con la estatua y empezó a gritar así que alarmo a los ladrones y huyeron por la calle Florida, suerte que había un callejón sin salida y no tuvieron más remedio que darle la estatua a mi amigo, pero claro los
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ladrones eran muy astutos e hicieron de la estatua un holograma y la verdadera la escondieron en la calle San Fernando, pero... ¿En dónde la escondieron, los muy astutos? La encontré en un gran pozo de aquella calle, pero el problema era ¿Cómo sacarla? Llamamos a la grúa, la sacó y la llevamos al museo. Lo mejor fue que me dieron diez millones de euros por encontrar la estatua y por detener a los ladrones. Desde aquel día, nadie, ni siquiera los ladrones más experimentados, volvieron a robar en ese museo, después de lo que les pasó a los ladrones que robaron la estatua de Rodin, pero ¿habrá otros ladrones que quieran robar en otros museos? Lo descubriremos en la próxima aventura ¡Adiós!
Fin
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Ilustración e imágenes : Encontradas con el buscador Google.
Texto: Alba García
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