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LA ESCRITURA LATINA EN LA PLENA Y BAJA EDAD MEDIA
1.- Condiciones sociopolticas y culturales de la poca gtica
Durante la Baja Edad Media se produce una eclosin en todos los aspectos de la vida de
Europa, desde la esfera poltica a los aspectos ms banales y cotidianos. Se produce una
profunda mutacin en la reparticin de los poderes y de la autoridad en el seno de la Iglesia y
tambin en el seno de la sociedad laica, debido a la difcil cohabitacin de fuerzas tradicionales,
an prestigiosas pero en declive, y de otras nuevas, las monarquas, que reivindican su papel en
el concierto mundial, contando para ello con una apoyatura en los medios acadmicos, que
fueron creando toda una teora del poder: la de un poder real en general; el Rey reconstituye en
su provecho la autoridad pblica del Estado. Entre las primeras manifestaciones del renacimiento
del Estado estuvo la de convertir la cultura y la enseanza en apuestas polticas, ya que, aun
aceptando en buena medida delegar el control a la Iglesia, el prncipe no puede en adelante
quedar indiferente a este dominio de la actividad de sus sbditos1.
Los cambios afectaron tambin a la vida religiosa y, de resultas, a la vida cultural, ya que
durante la Edad Media ambas estuvieron muy unidas. La reforma de la Iglesia, tanto a nivel local
como general, episcopal y pontificio, transform profundamente las condiciones de la vida
espiritual y religiosa del Occidente europeo, y para comprender su impacto sobre la vida cultural
y la enseanza es necesario contemplarla desde una triple perspectiva. La reforma afect al
clrigo secular y a la revalorizacin de su papel pastoral (predicacin y sacramentos), al menos, a
nivel de los obispos y cannigos, ya que los prrocos, sobre todo los rurales, fueron, sin duda,
menos accesibles a los esfuerzos reformadores. Esto exiga clrigos cultos, formados en escuelas,
lo que implicaba tambin un esfuerzo intelectual sistemtico de puesta en forma y de
divulgacin, aunque controlada, del mensaje religioso, especialmente por medio de la
predicacin y el Derecho Cannico.
La reforma afect tambin al mundo monstico y regular, dando origen a dos corrientes
divergentes. Una asctica y penitencial, representada por los cartujos y los cistercienses,
ensalzando el retiro del mundo y el amor por las formas tradicionales de la cultura monstica.
En el extremo opuesto, los nuevos regulares que dieron, por el contrario, preferencia a la
Los dos primeros epgrafes corresponden a la ponencia presentada en II Coloquio Internacional de Epigrafa Medieval , celebrado en Len, del 11 al 15 de septiembre de 2006, bajo el ttulo El libro en la Baja Edad Media. Su caligrafa, que en estos momentos est en prensa.
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inquietud de poner los ideales de la vida en comn al servicio de una accin evangelizadora de
los laicos, en particular entre las ciudades en plena expansin, que ser obra de congregaciones
de cannigos regulares en el siglo XII (premonstratenses) y de las rdenes mendicantes en el
XIII (franciscanos y dominicos). Tanto en unos como en otros, el recurso a las formas modernas
de la cultura y de la enseanza apareci muy pronto como un medio eficaz de prepararse para la
accin pastoral.
Finalmente, la reforma tuvo a la vez como fin y como efecto el reforzamiento de la
centralizacin eclesistica con una exaltacin sin medida del poder pontificio hasta definirlo
como una clase de poder absoluto de esencia divina (plenitudo potestatis). La centralizacin
pontificia hizo de Roma una verdadera capital y de la Curia un excepcional medio de cultura
donde afluan clrigos de todos los lugares2.
Pero al mismo tiempo, no poda faltar la anttesis, los movimientos disgregadores,
cargados de un fuerte contenido social y de una visin poco menos que apocalptica, a los que la
Iglesia Romana har frente con diferentes mecanismos: coloquios, cruzadas y los comienzos de
la Inquisicin. La religiosidad popular fue alimentada con escritos y prdicas tendentes a hacer
de la vida la sombra de la Cruz, segn el ideal de Alberto Magno, porque fuera de la sombra que
la Cruz proyecta no haba vida sino muerte. La humanidad de Cristo Crucificado, la Virgen,
abogada de los pecadores, y los santos que ganaron la meta de la carrera paulina fueron una de
las caras de la moneda; la otra, el programa vital que aflora en Giovanni Boccaccio, Geoffrey
Chaucer o en el Arcipreste de Hita; y, por encima de todo, la Muerte como aviso y como
realidad, como un despertar a la vida verdadera y como el final de esta vida llena de interro-
gantes3.
Los cambios afectaron tambin a la vida social y econmica. La fase de expansin, que se
inicia en Europa desde los inicios del siglo XI y dura prcticamente sin interrupcin hasta el
ltimo tercio del siglo XIII, supondr un incremento demogrfico que junto con una mayor
seguridad contribuyeron al desarrollo de las manufacturas y del comercio y, en definitiva, a la
reactivacin de la vida urbana, con las repercusiones que esto tendr en el tema que nos ocupa.
Al mismo tiempo, el renacimiento comercial y urbano hizo que el orden trinitario Clos que
ruegan, los que luchan y los que trabajanC como estructura de la sociedad cristiana no pudiera
ser ya mantenido y la expresin laboratores para designar a todo el conjunto de los no
pertenecientes a las lites dirigentes fuese adquiriendo un sentido demasiado ambiguo.
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Mutacin en el Arte con el paso del romnico al gtico, que veremos reflejado en la
ilustracin y ornamentacin de los libros, desde una expresin doctrinal y arquetipizada en las
primeras obras del siglo XIII hasta la exaltacin de los valores individualistas en el siglo XV. La
adaptacin temtica y la riqueza de la iluminacin del cdice dependa de la funcionalidad del
mismo. Los textos escolsticos prescindan de ilustraciones ricas, mientras que los textos
destinados a personajes importantes, o encargados por ellos, se enriquecan muchsimo, llegando
a constituir un autntico patrimonio en la apreciacin de bienes de las instituciones y familias
privilegiadas.
Pero, sobre todo, mutacin en el campo de la cultura que es lo que aqu interesa resear
por las evidentes repercusiones directas que tendr en el libro y en su caligrafa. En los siglos XII
y XIII todo el conjunto de la cultura escrita europea sufri profundos cambios debido a factores
diversos de todos conocidos, que Armando Petrucci4 resume en los siguientes: aumento general
de la difusin de la lectura y de la escritura; aumento progresivo de la produccin de documento
escritos y de actos de escritura privados; aumento particularmente importante, favorecido sin
duda por la difusin del papel como soporte menos costoso, pero difcilmente mensurable de la
produccin y de la circulacin de libros; creacin de nuevas estructuras y de nuevas
instituciones culturales (grandes escuelas, universidades) y mutacin que se dio tanto en las
instituciones docentes como en las ideas (triunfo de las disciplinas profanas y de la teologa
escolstica) y en los hombres, nacimiento del intelectual medieval, en el sentido moderno de la
expresin, que rompe con el orden trinitario de la sociedad al que antes me refera5.
La creacin de las universidades (Universitas studiorum et studientium)6 supondr el
hecho capital de la secularizacin de la cultura que se produce en el siglo XIII y uno de los
factores que ms influiran en el mundo del libro y en su cambio, al generar una fuerte demanda
libraria para cuya satisfaccin se creer un nuevo sistema de produccin minuciosamente
regulado y vigilado por las nuevas instituciones docentes, evidenciando as la prdida del
protagonismo cultural de los monasterios.
Su xito radic en el deseo de sus miembros, profesores y alumnos, de alcanzar una
formacin prctica que les permitiera ganarse la vida ejerciendo la Medicina, asesorando en
cuestiones jurdicas, actuando como secretarios o, sencillamente, ponindose al servicio de la
Iglesia. El nuevo tipo de estudio descansaba principalmente en los intercambios hablados, cuyo
modelo era la disputatio universitaria, totalmente opuesto a la regla monacal del silencio. La
enseanza consista en el comentario de textos y en la lectura de una serie de libros considerados
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fundamentales segn las materias a estudiar. El intelectual universitario nace desde el momento
en que pone en cuestin el texto, que ya no es un apoyo, desde el momento en que el
intelectual de pasivo se hace activo7.
La consecuencia inmediata fue la necesidad de multiplicar los libros, y en concreto,
aquellos que contuvieran el texto que el maestro lea y comentaba durante las clases. El problema
era doble: no slo era preciso multiplicar los manuscritos, hacer libros para un nmero cada vez
mayor de personas, sino tambin hacerlo bien, es decir, lograr que el texto fuese idntico al que
sera objeto de la leccin y no se apartase del escogido por la universidad. Con tales fines se cre
un nuevo sistema de produccin y edicin libraria, apoyado en tres pilares: exemplar, pecia y
estacionario, que permitirn una produccin de libros bajo el control y vigilancia de la
universidad, ejercidos a travs de la llamada comisin de petiarii, elegida a comienzos del curso
acadmico entre los profesores y piedra angular de toda la estructura universitaria con enormes
poderes 8, cuya primera regulacin explcita la hallamos en el cdigo jurdico del rey castellano
Alfonso X el Sabio (Partida II, tit. XXI , ley XI). Sin embargo, este sistema de edicin de libros
no fue el nico que se practic a lo largo de la Baja Edad Media, como podremos comprobar,
hecho que hay que tener en cuenta para comprender la verdadera revolucin del libro en esa
poca.
A la aparicin del papel como materia escriptrea se uni la enseanza en las escuelas
elementales de la ciudades de la lectura y de la escritura, incluso del clculo, del Ars dictandi9 y
del Ars notariae10. Ello no evit, sin embargo, que todava en los siglos XIII y XIV muchos
cannigos y monjes se excusasen de su ignorancia de escribir cuando deban firmar los
documentos.
A consecuencia del enorme crecimiento y de las mltiples exigencias de documentacin
y de comunicacin escrita, determinadas por los cambios producidos en la situacin social,
econmica y cultural, se fue formando de nuevo una masa de escribientes articulada en los
ambientes y estratos sociales ms diversos, entre los cuales se dieron complejas y sutiles
relaciones y que, si bien representaron una minora en relacin con la masa de la poblacin que
no saba escribir o que lo haca con dificultad, constituyeron, sin embargo, la parte ms activa de
ella, aquella que contaba econmica y socialmente, y que, por lo que respecta a la escritura, fue
extraordinariamente productiva, como nunca antes lo haba sido. Escribientes que, bajo la
presin de las multiplicadas exigencias de documentacin y comunicacin, transformaron, como
en poca romana, la vida de la escritura. Otro hecho, ya puesto de relieve por Armando
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Petrucci, es que los dos modos de escribir, el librario y el cursivo, pierden en gran parte el
carcter exclusivo, casi de casta, de manera que, a diferencia de lo que suceda en la Alta Edad
Media, las personas ms cultas y las de mayores habilidades grficas entre los escribientes,
estuvieron en disposicin de emplear de forma ms desenvuelta uno u otro modo de escribir,
segn la contingencia y la funcin de sus escritos o, incluso, dentro de stos, la importancia dada
al texto o a una parte del mismo, circunstancia que se dio tanto en documentos como en libros.
Al amparo de las transformaciones econmicas, sociales e intelectuales enumeradas, la
demanda y la utilizacin del libro se potencia en un espectro social ms amplio, inicindose una
secularizacin del libro, entendida no como el abandono del libro de contenido religioso, que
seguir siendo muy demandado incluso despus de la aparicin de la imprenta, sino, sobre todo,
como la prdida del monopolio ejercido por la Iglesia durante siglos en su produccin y uso y la
participacin a partir de entonces de los laicos. Con ello renace el comercio librario y reaparecen
personas que se dedican a la copia de libros no pro remedio animae, no para alcanzar la
salvacin de su alma, sino pro pretio, es decir, para ganarse el sustento, que veremos tambin
reflejado en algunos colofones, como el que Didacus Ferdinandi, que se titula scriptor
Ispalensis, puso al final de la copia que concluy el 23 de diciembre de 1420 de un repertorio de
Las Partidas de Alfonso X , por encargo de Rodrigo Garca, doctor en Leyes:
Gracias tibi Christe quia explicit liber iste et Beato Iohanni aduocato meo. Finis adest
itere precium uult scriptor habere. Qui scripsit scripta sua dextera sit benedicta11.
Los libros se convierten en los instrumentos indispensables de la vida intelectual; su
carcter utilitario es, en el siglo XIII, manifiesto. En la Baja Edad Media la antigua cultura
monstica, eminentemente rural y, sobre todo, su concepcin del libro como objeto sacro-
simblico entra en franca decadencia, dando paso a una nueva mentalidad y a una nueva
concepcin del libro como instrumento til, demandado no slo por el estamento eclesistico
sino tambin por nuevas clases sociales laicas, que a partir de entonces empiezan a interesarse
por la lectura.
Hay que reconocer, como seala Armando Petrucci12, que en la Alta Edad Media las
condiciones generales no incitaban a la lectura: los locales que guardaban los libros se prestaban
habitualmente mal para llevarla a la prctica y tampoco haba espacios especialmente equipados
para ello; se lea en la celda, en el refectorio o paseando por el claustro, lugares reservados, en
principio, para otras funciones. La lectura era, pues, una actividad ardua y, en consecuencia,
bastante rara, aunque regulada en distintas rdenes religiosas, como la benedictina; tambin era
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una ocupacin marginal en el contexto de la civilizacin de la Alta Edad Media.
En el transcurso del siglo XI se produjeron una serie de modificaciones encaminadas a
facilitar la lectura y la compresin del texto: una afirmacin progresiva y extendida de la
escritura separada; el uso del doble punto diacrtico sobre las i seguidas; el uso de la forma
mayscula para la s, tambin conocida como de doble espira, cuando la letra se encuentra al final
de una palabra; se acercaban nuevos tiempos y se estaban creando para el libro y la escritura,
nuevos papeles y nuevas funciones en una sociedad en rpida transformacin. En palabras de
Malcolm Parkes, en el curso del siglo XII aparecieron nuevos tipos de libros y de lectores. La
lectio monstica designaba un ejercicio de lectura que haca regularmente uno mismo,
entrecortado por las plegarias e interrumpido por la ruminatio del texto que serva de base a la
meditacin. La lectio escolstica era un proceso de estudio que comprenda un examen
razonado de texto y su consulta como obra de referencia13. A partir de entonces un libro no se
abordaba de cualquier manera y la organizacin de la lectura cre nuevas necesidades. Era
preciso que el lector pudiese encontrar con facilidad lo que buscaba en el libro, sin tener que
hojear las pginas, y la solucin fue establecer divisiones, marcar los prrafos, dar ttulos a los
diferentes captulos y establecer concordancias, ndices de contenido y alfabticos que
facilitasen la consulta rpida de una obra y la localizacin de la documentacin necesaria. Esa
lectura escolstica iba contra el mtodo monstico centrado en una compresin lenta y rigurosa
del conjunto de las Escrituras14.
Fuera del dominio del libro y de los documentos solemnes, la escritura se convierte en un
instrumento de uso cotidiano para la administracin, el comercio y el artesanado, a los que la
contabilidad les era indispensable. Los principados, las ciudades, los obispados, las abadas y
hasta los seoros ms pequeos y los prioratos perfeccionan sus administraciones, conservan sus
archivos, registran sus documentos e innumerables notarios se ponen al servicio de particulares.
La necesidad de escribir ms deprisa dar lugar a la reaparicin de la escritura cursiva, como
escribi Henri Pirenne: La letra cursiva responde a una civilizacin en la que la escritura es
indispensable a la vida de la colectividad as como a la de los individuos; la letra minscula (de
la poca carolingia) es una caligrafa apropiada para la clase de los letrados en cuyo seno se
limita y se perpeta la instruccin. Resulta en alto grado significativo comprobar que la letra
cursiva torna a reaparecer junto a aquella en la primera mitad del siglo XIII, es decir,
precisamente en la poca en que el progreso social y el desarrollo de la cultura y de la economa
laicas generalizan de nuevo la necesidad de la escritura15 .
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Se produjo una transformacin radical del modelo, de las tcnicas y de las condiciones
generales de lectura. El libro del perodo escolstico-universitario difiere de su predecesor de la
Alta Edad Media en varios puntos. Generalmente es de gran formato y, por tanto, pesado, poco
manejable y difcilmente transportable; necesita soportes fijos y slidos para la lectura; la
escritura est dispuesta en dos columnas relativamente estrechas, con el texto ms apretado,
aunque una lnea del texto coincide ms o menos con el campo de reconocimiento de fijacin
visual16, dicho de otra manera, con la cantidad de texto que es posible abarcar y comprender de
un solo vistazo; el texto est cuidadosamente articulado en una serie de divisiones y
subdivisiones (captulos, pargrafos, subpargrafos) ms detallados que en el pasado, cuyo fin es
facilitar la comprensin y sobre todo la consulta. Articulacin que se pone de relieve y se
subraya mediante el uso de tipos grficos diferentes del utilizado para el cuerpo del texto por su
morfologa, su mayor mdulo y, en ocasiones, por un color diferente de tinta, es decir, por la
llamada escritura publicitaria, de aparato o distintiva, segn distintos autores, as como por
rbricas, marcas de pargrafo, iniciales y maysculas de diferentes tamaos y grado de
ornamentacin, ttulos corrientes, llamadas, ndices y tablas alfabticas, con el fin de encerrar,
delimitar y recortar el texto, hacindolo ms accesible en pequeas porciones reconocibles.
La lectura, gracias tambin a las numerosas abreviaturas, se hace incomparablemente ms
rpida que antes y a menudo se transforma en una prctica, la consulta, que es la propia del
investigador profesional; se convierte tambin en una prctica que puede organizarse y
determinarse por adelantado, adoptando como objetivo la preparacin cultural y la actividad
didctica y cientfica del nuevo intelectual profesional, sea laico o religioso: profesor, jurista,
mdico, telogo o notario. Ya no est separada de la escritura, a la que desde ahora acompaa
estrechamente; se lee para escribir; ste es todo el sentido de la compilatio; se lee y se escribe a
la vez cuando se comenta y cuando se anota; se escribe leyendo cuando se compone, porque todo
texto est, necesariamente, basado en la auctoritas de los predecesores y en el uso permanente de
la cita.
En realidad, los cambios no se limitaron a los modelos y a las tcnicas de lectura, tambin
afectaron a sus condiciones mecnicas, a sus lugares y espacios, a los medios materiales
empleados, a los comportamientos y a las actitudes de los lectores; como consecuencia de ello
las bibliotecas tambin se transformaron a lo largo del siglo XIII. La lectio, con sus reglas fijas
de intercambio desigual, se convierte en el modelo predominante de la lectura individual y
comn de los siglos XIII y XIV europeos. Modelo predominante, pero no nico, ya que en toda
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Europa, y en particular en Italia y tambin en Espaa, en las ciudades y municipios la
alfabetizacin creciente de los laicos dio origen a obras literarias en lengua vulgar y a nuevos
gneros literarios, como cantares de gesta, romances cortesanos, recetarios de cocina, crnicas
ciudadanas, poemarios, etc., y a su difusin. La produccin de libros en lengua vulgar no cesa de
crecer y se difunde por cada vez ms regiones. Sus lectores eran comerciantes, artesanos,
tenderos, artistas, contables, empleados, algunos trabajadores y algunas mujeres. Se escriba con
frecuente en el interior de su ambiente de lectura, para los mismo lectores que copiaban los
textos, para su propio uso, el de sus nios o el de sus amigos, como el barbero veneciano
Gotifreo da Mulla que concluy la copia del Colliget de Averroes el 18 de septiembre de 1477
per el suo dileto17. Eran libros en papel, de formato medio, en escrituras no tpicas y cursivas
dispuestas a lnea tirada, cuyo texto se presentaba sin comentarios, con una ilustracin u
ornamentacin sencilla, dibujada con pluma y coloreada con tintas o colores pobres, conservados
en arcas y cajones, en ocasiones con los papeles importantes, los libros de cuenta y toda la
documentacin de la casa. La lectura se haca en el lugar de trabajo o en cualquier parte donde
fuera posible, aprovechando el tiempo libre y de ocio, no disfrutando de ningn lugar que le
fuera propio. Por el contrario, los libros de encargo y de los usos cortesanos eran de pergamino,
de formato medio o pequeo, escrito en escritura formal a dos columnas, iluminado y adornado
ms o menos ricamente, segn el caso, y, como el modelo burgus, carente de comentarios;
adems, a la lectura cortesana, como a la de los burgueses, nunca se le ha atribuido lugares de
lectura particulares18.
2.- La caligrafa.
El libro y la lectura son, pues, expresiones de otra civilizacin, pero tambin la escritura
cambia y se adapta a las nuevas condiciones, convirtindose en un instrumento de uso cotidiano.
Los principados, las ciudades, los obispados, las abadas y hasta los seoros ms pequeos y los
prioratos perfeccionan sus administraciones, conservan sus archivos, registran sus documentos e
innumerables notarios se ponen al servicio de particulares. La necesidad de escribir ms deprisa
dar lugar a la reaparicin de la escritura cursiva, como escribi Henri Pirenne y ya he apuntado.
Entre los siglos XII y XIII de la carolina se destaca un nuevo tipo, la escritura que en los
tiempos modernos tom el nombre de gtica, pero que entre los contemporneos era la littera
moderna. Conserv la forma y el ductus de la carolina espesando los trazos, aument las
ligaduras, elimin las curvas favoreciendo los ngulos vivos, los trazos oblicuos.
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La gtica no es, pues, una creacin, sino el resultado de una gradual evolucin de la
carolina que Jacques Stiennon explica mediante tres etapas: carolina clsica, carolina gotizante
y carolina gotizada19, mientras que Albert Derolez habla de pregtica20. Sin embargo, las causas
de esta transformacin han sido y siguen siendo objeto de debates y discusiones, sin una
explicacin general unnimemente aceptada21, desde la que diera en 1925 Olga Dobiache22 a la
ms reciente de Albert Derolez, quin, retomando una vieja teora ya expuesta, entre otros, por
Heinrich Fichtenau, Robert Marichal, Otto Mazal y Jacques Stiennon, pone la gnesis de la
escritura gtica en relacin con el cambio que se produce en el Arte y el influjo que la
Arquitectura Gtica tuvo en la escritura23, pasando por la de Jacques Bossard en 195124, para el
que, despus de comprobar que la pluma de ave cortada a la izquierda haba sido adoptada ya a
comienzos del siglo XI en los scriptoria insulares, concluy que la nueva tcnica, origen de la
escritura fracturada, naci en Gran Bretaa y de aqu pas al continente, elemento relativizado
por otros palegrafos, como Giorgio Cencetti, Emanuele Casamassima y Armando Petrucci, o
las razones de economa, en este caso de espacio y tiempo, en las que insiste Ezio Ornato25 .
Respecto a la explicacin de la aparicin de la nueva escritura como resultado del sesgo a
la izquierda que se le dio a la pluma, teora propuesta por Jacques Bossard en 1951, conviene
recordar lo que el gran calgrafo espaol, natural de la villa vizcana de Durango, Juan de Icar,
escribe en su Ortographia pratica, publicada por vez primera en Zaragoza en 1548 por
Bartolom de Njera:
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Es de saber que vna de las mas dificultosas letras que yo hallo es esta letra gruessa por
ser toda ordenada por grandissima arte y tambien porque para ser vno grande escriuano
della es menester que gaste mucho tiempo y que trabaje mucho y ansi la letra en que yo
mas tiempo me detuue en aprender fue esta y para ser perfecta requiere tener estas
particularidades. Primeramente que del gordor de la pluma con que la tal letra se ha de
escreuir se midan tres compases y medio que es la longitud de su cuerpo y este es el mas
principal auiso que para esta letra doy. Lo segundo que haya de vn renglon a otro tanta
distancia quanto quiere la mesma letra de largo. Lo tercero que en los blancos se tenga
este auiso que sea tanto el blanco que se dexare quanto es el negro, digo en todas las
letras largas como vna m que ha de ser tan grande la distancia que hay de vna pierna a
otra quanto es el mesmo negro que la pierna tiene avnque huuiesse con la m otra letra
larga como u, o, i y quando viniere vna letra redonda con larga como m, y, o, en tal caso
ha de hauer de la m a la o medio compas del blanco o negro que tengo dicho y lo que ha
de hauer de vna palabra a otra ha de ser dos compases del mesmo blanco o negro y
quando vinieren dos redondos juntos como vna a, d redonda y vna o o vna e en tal caso
ha se de juntas y encorporar la vna letra con la otra. Quanto a los excessos por arriba y
abaxo de las letras que tienen astas ya en la general proporcin de las letras diximos que
hauan de ser yguales no passando de la meitad del blanco que queda entre rengln y
rengln.
La pluma con que esta letra se ha de escreuir es diferente de las otras en el corte porque
no ha de ser hendido como para las otras menudas. Ha se de descarnar mucho por de
dentro y por de fuera de suerte que quede muy llana y tomar un cornezito pequeo hecho
a manera de lanadera y cortar all la punta muy ygual y derecha o segn la costumbre
tuuiere en el escreuir porque he conocido muchas personas que escriuen esta letra
gruessa con la pluma coxa hazia la mano derecha y otros hazia la yzquierda y otros
escriuen con la pluma muy derecha y cierto es lo mejor. Por la mayor parte se escriue
esta letra con peola de aofar o de hierro o azero todo es bueno para quien lo
acostumbra pero muy mejor es la peola de buytre hasta el grandor de la letra que ella
puede alcanar por ser de menos peso y mas suaue. Esta letra se escriue siempre entre
dos reglas porque de otra suerte no se podra escreuir cantidad de escriptura que fuesse
pareja ni ygual. Es conueniente que se escriua con glassa porque como es letra assentada
y gruessa esparzir se hia la tinta y no dexara la letra cortada. El tintero para esta
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escriptura ha de ser de plomo porque se conserua en el la tinta mejor y no ha de tener
ningun cendal sino solo la tinta limpia y si por ser muy delgada se sumiere el pergamino
o papel eche vnos granos de goma en el tintero o vn poco de alumbre molido. Esta suerte
de letra y todas las otras requieren tener el brazo muy assentado sobre la tabla y el rostro
muy derecho quando se escriue y procurar que la letra tenga todo mucha ygualdad.....
Para Juan de Icar la letra redonda de libros, o lo que es lo mismo la littera textualis, era
una de las ms difciles de ejecutar y se poda trazar con una pluma ancha de corte a la
izquierda, de corte a la derecha o de corte recto, que para l era la mejor. El material poda ser de
azfar, de hierro o de acero, aunque la mejor peola era la de buitre, por ser menos pesada y
suave, aunque el tamao de la letra quedaba limitado. Deba utilizarse grasa, porque al ser una
letra sentada y gruesa la tinta se esparcira y la letra no quedara cortada. El tintero deba ser de
plomo, sin ningn tipo de cendal, o en todo caso se le poda echar unos granos de goma o un
poco de alumbre molino. El brazo habra de estar muy asentado sobre la tabla y el rostro muy
derecho al escribirla, procurando que toda la letra tuviese mucha igualdad.
Por su parte, el calgrafo sevillano Francisco Lucas dice al respecto:
El corte de la pluma para esta letra es vna de las tres formas que tratando este punto en
la letra Bastarda se auisaron, que son quedando los puntos mas altos hazia la mano
yzquierda, o al contrario, o quedando iguales. En esto el mejor consejo, es prouarlo todo,
porque no viendo la postura de la mano no se puede dar auiso cierto, y prouando vno y
otro facilmente se conoce lo mas acertado y prouechoso26.
En mi opinin, el proceso de transformacin grfica que llevara a la carolina a
convertirse en un nuevo tipo, sobre todo en el tipo grfico por antonomasia de la escritura gtica,
me refiero a la littera textualis, hay que verlo como un aspecto y, a la vez, como una
consecuencia ms de ese cmulo de mutaciones que experimenta la sociedad europea entre fines
del siglo IX y el XIII. En una poca en la que casi ninguna forma de vida religiosa, judicial,
administrativa y econmica, as como las relaciones corrientes entre los individuos, las familias
o los grupos sociales se pudieron mantener sin el recurso a la escritura, en latn o en lengua
verncula, y de los hombres capaces de manejarla, puesto de relieve, como uno de los aspectos
ms originales e interesantes de la historia cultural de la Edad Media, por algunos historiadores
anglosajones, como Michael T. Clanchy27 y Brian Stock28, es fcil suponer que esos
profesionales de la escritura, que ya no trabajan pro remedio animae sino pro pretio, ejercitasen
su arte y probasen nuevas tcnicas con el fin de ofrecer distintos productos acordes con el deseo
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de sus clientes, no slo para la confeccin de libros sino tambin para la enseanza de la
escritura a miembros de su propia familia o a personas interesadas en su conocimiento. Un buen
ejemplo lo representa el maestro calgrafo muniqus Heran Strepel (1447) del que se nos ha
conservado una cartela anunciando los tipos grficos que poda ejecutar para sus clientes. El
corte de la pluma a la izquierda, a la derecha o recto y cincelado es un elemento ms pero no es
el determinante, como fcilmente podemos comprobar haciendo uso de plumas con esos distintos
cortes, cuyo resultado grfico se ver modificado por la posicin que le demos a la mano en
relacin con la lnea de escritura, es decir, con lo que desde el punto de vista tcnico Jean Mallon
denomin ngulo de escritura. Incluso, el paradigma de la escritura gtica, la littera textualis
formata, pudo ser trazada en el uso librario y documental siguiendo las pautas de la epigrafa, es
decir, ejecutando el contorno de las letras con una pluma de punta fina y rellenndolas
posteriormente con pincel y tinta.
En resumen, a mi entender el estilo gtico fue el resultado lgico del aumento en el
nmero de personas que saban escribir, que partiendo del mismo canon grfico e influenciado
por distintos condicionantes, como poda ser el grado de habilidad en su ejecucin y de
educacin grfica y cultural del escribiente, el grado de cursividad y el modelo a imitar, y de la
diversificacin en los productos escritos, dieron origen a una extraordinaria variedad grfica en
sentido horizontal (geogrfica) y en el vertical (finalidad propuesta por el copista y logro de una
esttica determinada por un mayor o menor desarrollo del elemento caligrfico). Podramos
volver a hablar, retomando una feliz expresin de Giorgio Cencetti al referirse a la fragmentacin
grfica que se produjo a la cada del Imperio Romano29, de particularismo grfico, diversificada
luego por Armando Petrucci en particularismo grfico horizontal y particularismo grfico
vertical30.
Si el origen de la escritura gtica no tiene an hoy una explicacin unnimemente
aceptada, tampoco su nomenclatura y tipificacin es un problema o cuestin cerrada en la
Historia de la Escritura, ya que no hay un tipo homogneo, por lo que el ltimo de los autores
citados31 prefiere hablar del estilo gtico o, tal vez, segn mi opinin, de ciclo de las
escrituras gticas. El tema fue ya abordado en abril de 1953 por el palegrafo neerlands
Gerard Isaac Lieftinck con ocasin del Primer Coloquio Internacional de Paleografa celebrado
en la Biblioteca Nacional de Pars, bajo la presidencia de Charles Samaran y a iniciativa del
Centre National de la Recherche Scientifique, para tratar el tema de la nomenclatura de las
escrituras latinas librarias entre los siglos IX al XVI con la finalidad de acordar una terminologa
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comn y afrontar la posterior catalogacin de todos los cdices de ese perodo cronolgico32.
La nomenclatura propuesta, basada fundamentalmente en manuscritos de procedencia
neerlandesa y belga, datados o datables en los siglos XIV y XV, ha suscitado reacciones
positivas y negativas y el tema an sigue abierto, como veremos33. Fue aumentada y
perfeccionada por J. Peter Gumbert, su sucesor en la Ctedra de Paleografa de la Universidad de
Leyden, en el segundo volumen del catlogo neerlands de manuscritos datados34 .
La nomenclatura de Gerard Isaac Lieftinck y J. Peter Gumbert distingue tres grandes
tipos: la littera gothica textualis, la littera gothica cursiva y la littera gothica hybrida, con
frecuencia llamadas simplemente textualis, cursiva e hbrida, siendo sus elementos definidores:
la presencia o la ausencia de bucles en las astas de b h k l; la forma de las a, segn tengan o no
copete35; y, en tercer lugar, por la forma de las f y s largas segn desciendan o no bajo la lnea de
escritura. As, la textualis se define por las a con copete, abierto o cerrado, por las f y s largas
cuyas astas no descienden bajo la lnea de escritura y por la ausencia de bucles en las astas de b h
k l. La cursiva, por el contrario, presenta las a sin copete, las f y s largas descendentes bajo la
lnea de escritura y bucles en las astas de las letras b h k l, siendo precisamente la ausencia de
bucles en estas letras lo que diferencia la hbrida de la cursiva, porque las dos caractersticas
restantes de sta se mantienen en aqulla. Pero, adems de varios tipos, existen tambin distintos
niveles, ya que el mayor o menor grado de caligrafa es otro criterio utilizado para el
establecimiento de subtipos, si bien la distincin puede ser, a veces, vaga y subjetiva. As, una
textualis currens es una escritura que presenta la morfologa de la escritura libraria tradicional
pero ejecutada con gran rapidez sin disciplina caligrfica, en tanto que una cursiva formata es
una escritura en la que las caractersticas de la cursiva se desenvuelven en una estilizacin
caligrfica, ejecutada con bastante lentitud36.
De las tres escrituras, la hbrida es la ms reciente, ya que los testimonios ms antiguos
se remontan, hasta ahora, a 1396, siendo rara hasta 1423, pero a partir de este ao se difunde
rpidamente en los Pases Bajos, en Westfalia y en Renania, sobre todo en los monasterios
ligados a la Devotio moderna, es decir en las casas de los hermanos de la vida comn y entre los
cannigos regulares de la Congregacin de Windesheim, siendo su difusin entre los
benedictinos y los cistercienses ms tarda y ms lenta. Por ello, segn E. A. Overgaauw, hay
que considerar la aparicin de la hbrida como una novedad bien localizada en el tiempo y en el
espacio, pero tambin en un medio monstico muy definido y, por otro lado, la constatacin de
que la hbrida nace probablemente como una variante de la cursiva no implica que toda cursiva
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se preste a tal desarrollo. En mi opinin, se necesitan ms estudios para la confirmacin de estos
supuestos y de la afirmacin de que los copistas fueron conscientes de la diferencia entre la
cursiva y la hbrida, ejecutando aqulla con los bucles o sta sin los bucles en las b h k l, ya que,
en ocasiones se encuentran escrituras en las que la presencia o ausencia de bucles en los astiles
de esas formas grficas no resulta un criterio vlido para identificar y denominar el tipo de
escritura, que E. A. Overgaauw considera relativamente raros y que justifica por ser manuscritos
poco cuidados, tanto por la calidad del texto como por su ejecucin material, cuyos copistas no
fueron conscientes del canon paleogrfico en vigor37, aunque no creo que sea esa la explicacin
correcta.
Por otro lado, tambin es cierto que son muchos los manuscritos que no pueden ser
catalogados dentro de este sistema, es decir, dando una respuesta unvoca a cada una de las tres
cuestiones sealadas ms arriba; o mejor, en palabras de J. Peter Gumbert, rehsan ser descritos
por l y estn, por tanto, fuera del sistema38. Con el fin de subsanar las evidentes deficiencias de
la nomenclatura propuesta por Gerard Isaac Lieftinck, el autor antes citado ha creado una que
llama cartesiana, basada en la idea de describir las escrituras con referencia a criterios
morfolgicos precisos y previamente elegidos, representando las ocho combinaciones posibles de
respuestas unvocas bajo la forma de un cubo a partir de la respuesta a los tres criterios
planteados ms arriba, con la intencin, segn confiesa, no de introducir este sistema abstracto de
una manera explcita al lado de la nomenclatura de su maestro, ni mucho menos de proponerlo en
sustitucin, sino de ver su utilidad, citndolo entre parntesis, para precisarla y, al tiempo,
constatar las diferencias y detalles que pueden existir dentro de un grupo, enriqueciendo as
nuestros conocimientos39.
En la dcada de los aos setenta del siglo XX, el jesuita C.E. Viola propona como
solucin ptima recuperar la terminologa de la poca gtica: Ad distinguendum varios typos
scripturae Gothicae posset quis putare optimam solutionem esse uti terminologia scribarum
aetatis gothicae40. No obstante, las nomenclaturas antiguas generan, a su vez, otros problemas
metodolgicos y de interpretacin, como precis Franoise Gasparri en el Congreso de
Paleografa de Munich, al tiempo que insista en la necesidad de elegir y fijar un vocabulario
especializado que debera luego ser normalizado, aceptado y traducido a las diferentes
lenguas41, ya que rara vez son precisos ( littera bononiensis; pulcra littera rotunda; littera
rotunda multum bona, no multum bona; littera rotunda caduca; littera formata; littera formata
bona; pulcra littera rotunda; letra gotiga, letra bastarda, letra tirada, letra tirada rodoneta,
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letra scolastica), y las ms de las veces hacen referencia a la bondad y calidad de la escritura o a
su antigedad ( littera comuni, bona littera, littera antiqua male legibili, letra confusa, pulchra
literra, bona littera antiqua, noua littera, littera antiqua, antiqua littera e bona littera)42.
En fecha reciente, Albert Derolez ha propuesto la penltima tipificacin del ciclo de las
escrituras gticas, establecida a partir del anlisis esencialmente centrado en la morfologa de las
escrituras de cdices escritos en el oeste y centro de Europa desde c.1100 a c.1530, con la
excepcin de la escritura humanstica. Parte de la clasificacin y nomenclatura propuestas por
Gerard Isaac Lieftinck (1902-1994), a cuya memoria dedica su trabajo, introduciendo un nuevo
criterio diversificador: el elemento geogrfico. Es sta:
- textualis43
- del norte
- del sur44:
.en Italia
. en Espaa y en Portugal
. en el sur de Francia
. en otras regiones
- semitextual45
- en Italia
- en otras regiones
- cursiva46:
- cursiva antiquior47:
. en las regiones de habla germana, Europa central y Escandinavia
. en Inglaterra = anglicana
- cursiva48:
. cancilleresca (Italia)49
. bastarda o letra borgoona50
. secretary (Inglaterra)51
- hbrida52 y semihbrida53
- loopless bastarda
- hbrida neerlanesa
- hbrida y semihbrida en Alemania y en otras regiones europeas del Norte
- fractura
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. - hbrida y semihbrida italiana (= mercantesca, semihbrida currens)
- hbrida y semihbra en Espaa y Portugal
- gtica antigua y otras fuera del sistema:
- gtica antigua en Italia
- gtica antigua fuera de Italia
Esta es la propuesta de Albert Derolez, que considero excesivamente complicada al
intentar conjugar la clasificacin y nomenclatura de Gerard Isaac Lieftinck con el elemento
geogrfico diversificador y al tiempo tambin con la nomenclatura usada tradicionalmente en los
distintos pases.
Pienso que lo que se debe pretender es establecer un cuadro de tipos grficos con unas
caractersticas generales bien definidas que sirvan para identificar y, a la vez, diferenciar unos de
otros y no descender a particularismos morfolgicos, con lo que se estaramos pretendiendo dar
nombre a todas y cada una de las variantes grficas usadas en los mltiples productos escritos de
la Baja Edad Media europea, o dicho de otro modo, al resultado grfico de los distintos
individuos capaces de escribir, muchos de ellos con habilidades escriturarias que le permitan
ejecutar con soltura ms de una variedad grfica, como habr ocasin de comentar. Para J. Peter
Gumbert: El objetivo no es distinguir categoras histricas, sino simplemente Adescribir@ las
escrituras mediante criterios morfolgicos precisos, definidos previamente y por tanto
objetivos54; y an as, es decir, sealando unas caractersticas claras e identificativas, en ms de
una ocasin nos veremos obligados a hacer excepciones y a justificar la calificacin dada, e
incluso en algn caso resultar difcil aplicarle una denominacin.
Es el caso de la escritura utilizada por el barbero Vincenti de Coloniam que intervino en
el Ms. 7-4-27 de la BCC, al que se le ha asignado el ttulo genrico Thessaurus
medicamentorum, incorporando a partir del fol. 152r una serie de recetas en cataln, escritas en
1435 en Barcelona, en una escritura que presenta las caractersticas asignadas a la hbrida: f y s
largas descendentes por debajo de la lnea de escritura y carencia de bucles en b h k l, no
obstante las d unciales presentan bucles, al igual que en otros muchos ejemplos analizados por
lo que considero que es una letra a incluir tambin como elemento de anlisis, y hay un intento
de hacerlo en algunas b h l y, lo ms curioso, la presencia de los dos tipos de a, con y sin
copete, por lo que sera uno de los casos que rehusara ser catalogado por una respuesta unvoca
a los tres criterios sealados, es decir, estara fuera del sistema y le cabra el tipo K/H sealado
por J. Peter Gumbert55.
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Por ello, desde mi punto de vista, la clasificacin y nomenclatura de Gerard Isaac
Lieftinck sigue resultando de una gran validez, al diferenciar dos grandes tipos: la littera
textualis y la littera cursiva, subdivididos, a su vez, segn el grado de mayor o menor desarrollo
caligrfico con que fueron ejecutadas; un tercer tipo sera la hbrida, cuyos primeros ejemplos
parecen estar datados a fines del siglo XIV como una variante de la cursiva; tambin la bastarda
debe ser considerada como un tipo, ya que, aunque nacida en la corte de los duques de Borgoa
en la segunda mitad del XV y participar de los caracteres propios de la cursiva bucles en
alzados y cados, ligaduras, rapidez de trazado, se extendi a otros lugares y presenta otras
caractersticas morfolgicas que les son propias y especficas, como los cados en forma de
huso, el trazado triangular del cuerpo de la d y v y de los bucles en los astiles. Tampoco rechazo
la utilizacin del trmino notula o escritura notular, utilizado por el autor neerlands para
designar una escritura menuda, de trazos descabalgados, usada en libros para uso personal, a
veces incluso difcil de analizar morfolgicamente por su reducido mdulo y que es frecuente
verla en sermonarios. La propuesta de J. Peter Gumbert me parece una solucin vlida, pese a su
complejidad, para dar cabida en el cuadro clasificatorio al complejo panorama que presenta la
escritura en una poca en la que el enorme crecimiento y las mltiples exigencias de
documentacin y de comunicacin escrita dieron origen a una masa de escribientes articulada en
ambientes y estratos sociales diversos extraordinariamente productiva y variada, como nunca
antes lo haba sido, como ya se ha dicho. No obstante, conviene hacer algunas puntualizaciones.
En primer lugar, la cursiva, definida como aquella escritura ejecutada con rapidez, no se
identifica, desde mi punto de vista, slo y exclusivamente por la presencia de bucles en los
alzados de las letras, ya que son muchas las escrituras individuales que carecen de ellos, pese a
su naturaleza cursiva, que se manifiesta, por el contrario, en la profusin de ligaduras a nivel de
la lnea de escritura. En segundo lugar, a las cuatro letras sealadas por J. Peter Gumbert que
pueden llevar bucles (b h k l) hay otras que tambin pueden tenerlos como las d unciales y las f,
sin olvidar, en algunos casos, esa acentuacin desmesurada del movimiento sinistrogirodel que
habla Giorgio Costamagna56, evidente en las cursivas castellanas (precortesana, cortesana y
procesal).
No soy partidaria de utilizar nombres en los que entren el elemento compositivo semi por
la propia etimologa del prefijo (medio, casi) y las dificultades que entraa asignar unas
caractersticas propias y objetivas al tipo grfico en cuestin. Tampoco creo que sea conveniente
mantener la nomenclatura especfica dada a los distintos tipos grficos en los diferentes pases,
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bien por tradicin o por otras razones, o en todo caso hacerlo entre parntesis como simple
referencia, sobre todo si lo que se est pretendiendo es fijar una nomenclatura unificada para
proceder a la catalogacin de los cdices datados o datables entre los siglos XI y XVI. Es el
caso, por ejemplo, de la llamada en Italia cancilleresca, derivada de la minscula cancilleresca
documental pero que en realidad es un subtipo de la cursiva, la cursiva formata, utilizada en la
copia de libros; otro tanto sucede con la llamada por Armando Petrucci mercantesca para
designar aquella escritura utilizada fundamentalmente por los mercaderes, que en realidad es un
cursiva currens, que puede ser utilizada por otros grupos sociales; y, en el caso de Espaa, sera
ya hora de desterrar los trminos de letra de albalaes, letra de privilegios y precortesana.
Propuesta de LIEFTINCK y GUMBERT. Manuscrits dats conservs dans les Pays-Bas: catalogue
palographique. msterdam-Leiden, II, 1982.
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3. Caractersticas socio-polticas y culturales de la poca gtica en Espaa.
Las consideraciones de tipo general, que hemos sealado para la poca gtica en toda
Europa, son aplicables de igual modo a Espaa. No obstante, creemos conveniente realizar una
serie de puntualizaciones.
El perodo se abre con la victoria de los ejrcitos cristianos de Alfonso VIII sobre los
almohades en las Navas de Tolosa en 1212. A partir de este momento se emprenden operaciones
militares en todos los frentes Portugal, Extremadura, valle del Guadalquivir y Valencia con
una firme voluntad de liquidar el Islam.
Las conquistas de Crdoba, Jan y Sevilla son los hitos que marcan la obra
reconquistadora de Fernando III, al tiempo que la penetracin de los ejrcitos castellanos en
tierras murcianas le obligarn a la negociacin de un tratado de lmites con el monarca aragons
Jaime I en Almizra en 1244.
Es una poca de insuperable fecundidad para Castilla, que va unida a un reforzamiento de
la autoridad monrquica. La aureola de santidad que envuelve la personalidad del monarca
castellano, como la de su primo San Luis de Francia, agiganta su figura y contribuye a prestigiar
la Monarqua.
Con Alfonso X se inicia una de las etapas ms brillantes y, a la vez, ms desdichadas de
la historia de la Castilla medieval. Es una etapa de agotamiento de los impulsos blicos
castellanos. La reconquista queda detenida mientras que el Reino de Granada se consolida y el
valle del Guadalquivir conoce una sublevacin general de mudjares en el ao 1263.
Sin embargo, el ms apasionante problema en que se vio envuelto el Rey Sabio fue su
aspiracin al trono imperial, el llamado fecho del Imperio, cuestin qued zanjada con la
abdicacin del monarca castellano a cambio de los diezmos de la Cruzada de Castilla y Len que
le otorg el Papa.
Pese a estas aspiraciones al trono imperial, para Alfonso X ha pasado la hora de la
superioridad de los poderes universales de la Iglesia y del Imperio y llegado la de la afirmacin
de los reinos, como, paralelamente, est sucediendo en Europa. Su actitud empalma con la de
Raimundo de Peafort y, sobre todo, con la del canonista Vicente Hispano. En la Segunda
Partida los reyes aparecen como vicarios de Dios, cada uno en su reino, puestos sobre las
gentes para mantenerlas en justicia, en verdad, quanto en lo temporal, bien assi como el
emperador en su Imperio. Se formula as, en forma explcita y casi textual, la mxima comn en
la Europa de mediados del siglo XIII: rex est imperator in regno suo.
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Su doctrina jurdica qued recogida en su voluminosa obra Las Partidas, que tiene como
piedra de toque la influencia del Derecho Romano y, posiblemente, jugaron tambin un
importante papel las Constituciones de Melfi, dadas en 1231 por el emperador Federico II.
No obstante, la obra de Alfonso X no pasaba de ser meramente especulativa. Muchas de
sus ideas chocaban abiertamente con los usos vigentes en tierras castellanas donde el
germanismo haba tenido una favorable acogida. Ser Alfonso XI el que, decidido a consolidar la
institucin monrquica, emprenda una vasta campaa legislativa, resumida en su famoso
Ordenamiento de Alcal, que tiene como fin primordial la puesta en prctica de las normas de
tipo jurdico asentadas por Alfonso X.
Mientras, en los reinos orientales el respeto a las viejas tradiciones jurdicas (fueros de
Aragn, y Navarra) cerr de momento el paso a la Recepcin del Derecho Comn. En Catalua
el jurista Pere Albert en sus Commemoracions rebautizada el cdigo feudal de los Usatges,
constituyndolo en fundamento, junto con las Leyes de Corte, del poder real.
En el terreno social y econmico la batalla de las Navas de Tolosa marca tambin el
inicio de profundas transformaciones. La primera consecuencia de las grandes conquistas es la
incorporacin de amplios territorios y la consiguiente necesidad de su repoblacin. Valencia,
Murcia, Andaluca y el Algarbe fueron ocupadas sin grandes trastornos de poblacin. Los musul-
manes fueron obligados a abandonar las ciudades, a fin de establecer en ellas a los cristianos
venidos del Norte mediante la frmula del repartimiento.
La fiebre de las roturaciones de los siglos anteriores decae notablemente en el siglo XIII.
En cambio la ganadera va a conocer una expansin insospechada que provocar el nacimiento
del Real Consejo de la Mesta y de la Casa de Ganaderos de Zaragoza y ser la base de la
produccin de lana el gran artculo de exportacin de la Castilla medieval y de la aparicin de
una incipiente industria textil.
La lenta transformacin de las ciudades castellano-leonesas se vio tambin influida por la
incorporacin de las importantes ciudades musulmanas de tradicin mercantil. En ambas iba
creciendo el nmero de personas que no se ocupaban de la tierra, sino que vivan y tenan como
ocupacin principal el comercio y la artesana.
Las peregrinaciones a Compostela haban contribuido a fomentar la circulacin de
mercancas y a asegurar el desarrollo de las ciudades con ellas conectadas. Pamplona, Burgos,
Len, Sahagn y la propia Santiago tenan ya en el siglo XII una burguesa apreciable. En
relacin con ella aparecen ferias y mercados. Las ms antiguas de las que tengamos noticia son la
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de Belorado (1116), pero dentro de este mismo siglo consta la celebracin de otras en Valladolid,
Sahagn, Cuenca y Moy, cerca de Barcelona. En el XIII el nmero de ferias se multiplica
extendindose a las poblaciones del Sur.
Castilla entra definitivamente en los grandes circuitos comerciales del Occidente de
Europa, jugando un extraordinario papel la ciudad de Sevilla y las colonias de genoveses
establecidas por toda la Baja Andaluca, al tiempo que contina la expansin iniciada por
Catalua tiempo atrs.
Del aspecto religioso slo diremos que la expansin de las rdenes mendicantes en
Espaa donde se instalan sistemticamente, como en el resto de Europa, en las afueras de las
ciudades fue tambin rpida y temprana. Los franciscanos aparecen en Catalua antes de 1225,
teniendo sus primeras casas en Barcelona, Gerona, Lrida y Balaguer, mientras que simultnea-
mente llegan los dominicos no olvidemos que el fundador de esta orden fue precisamente un
castellano de tierras burgalesas, Santo Domingo de la Calzada, que se instalan en 1223 en
Barcelona y Zaragoza y, poco ms tarde, en Lrida y Palma de Mallorca.
En el campo artstico, los xitos militares de Fernando III tendrn su paralelo en las
esplndidas catedrales de las ciudades castellanas que comienzan a levantarse en su poca. En el
campo de la ilustracin libraria se pierden los elementos orientales que la haban impregnado a
partir del siglo XIII, en que se impone el estilo gtico en las obras de Alfonso X. Son ilustra-
ciones ingenuas, pero de gran valor documental, pues parecen responder a una observacin de la
realidad circundante. Despus del reinado de Alfonso XI se produce en Castilla una cada de la
ilustracin que renace en el siglo XIV con la Biblia de la Casa de Alba y con la Crnica del
Caballero Zifar. En los reinos orientales es clara la influencia italiana que se extiende a
mediados del siglo XV al resto de los territorios, unindosele pronto la influencia flamenca,
fundamentalmente de Van Eyck.
Finalmente y por lo que al aspecto cultural se refiere, hemos de ocuparnos una vez ms
de la figura de Alfonso X el Sabio y, en concreto, de su obra cultural, representada por la
escuela de traductores de Toledo. La denominacin es inexacta. Se trata de personalidades
que trabajan, aisladamente o en colaboracin, en un ambiente favorable y con los medios
adecuados, pero sin formar un ncleo aglutinante que pueda semejarse a lo que era un estudio
general, si bien el resultado de su trabajo llegara, en ocasiones, a ser decisivo para el desarrollo
de las enseanzas universitarias.
El grupo de trabajo se inicia bajo la proteccin del arzobispo de Toledo don Raimundo,
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cluniacense francs venido a Castilla a fines del XI o comienzos del XII, y elegido para la sede
primada tras la muerte de don Bernardo en 1126. En el XII trabajan en Toledo Johannes
Hipanus, judo converso que tradujo y escribi sobre Astronoma, Astrologa y Filosofa;
Domingo Gundisalvo, colaborador del anterior, dedicado principalmente a la Filosofa; y
Gerardo de Cremona, ya en la segunda mitad del siglo, que ser el traductor ms famoso del
rabe en la Europa de su tiempo.
El grupo tiene su continuidad en el siglo XIII, con personalidades internacionales de la
talla de Miguel Escoto, que trabaj tambin en la corte italiana de Federico II y fue autor de la
traduccin de los comentarios de Averroes a Aristteles, que se utiliz en la Universidad de
Pars, y Hermann el Alemn, que muri en 1272, siendo obispo de Astorga, y tradujo obras
filosficas y literarias en Toledo y en la corte siciliana de Manfredo.
La labor de estos traductores, muchos de ellos venidos de fuera pero que contaron con la
colaboracin de mozrabes o conversos locales, enlaza claramente con los trabajos de este tipo
realizados en la corte alfons.
La obra cientfica de Alfonso X puede, pues, considerarse, en principio, una etapa ms en
la labor de traduccin que se llev a cabo en Espaa desde el siglo X, en un principio centrada en
el Nordeste del pas y, a partir del XII, en Toledo.
Alfonso X es el heredero de esta tradicin toledana, pero con una novedad
importantsima: la gran mayora de las traducciones alfonses se hacen al castellano y no al latn,
como haba sido la norma hasta entonces. La tcnica habitual de las traducciones arabo-latinas
era la siguiente: un judo (o mozrabe o un musulmn) realizaba una versin oral del rabe al
vulgar romance, simultneamente, un clrigo trasladaba esta traduccin oral al latn, siendo esta
ltima versin la nica que se pona por escrito. La originalidad del rey Alfonso X consiste en
romper esta cadena e introducir un escribano que pondr por escrito la versin oral romance sin
que quede claro si, en los casos en los que disponemos de una doble versin (latina y castellana)
de un mismo original rabe, las dos traducciones se llevaron a cabo simultneamente. De lo que
no hay duda es que, bajo Alfonso X, se realizaron tambin traducciones latinas. Por ejemplo del
Quadripartitum de Tolomeo.
Alfonso X no fue, evidentemente, el nico caso de un monarca interesado por las letras,
recordemos a su to San Luis IX de Francia o a Federico II, rey de Sicilia. Pero, a diferencia de
los reyes citados, la actividad alfons no se limit a patrocinar la ejecucin de una obra literaria,
sino que reuni a su alrededor una serie de intelectuales a los que l mismo orienta y dirige.
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Recordemos a este respecto un fragmento de la General Estoria:
El rey faze un libro, non porquel escriua con sus manos, mas porque compone las
razones del, e las emienda et yegua e enderesa e muestra la manera de cmo se deuen
fazer, e desi escriue las qui el manda, pero dezimos por esta razn que el rey faze el libro.
Otross quando dezimos el rey faze un palacio o alguna obra, non es dicho porque lo el
fiziese con sus manos, mas porquel mando fazer e dio las cosas que fueron mester para
ello.
De esta forma la intencin del rey superaba lo meramente erudito y alcanzaba un cierto
nivel poltico. El Rey Sabio es consciente de que en su poca no slo toda la ciencia, sino incluso
los textos imprescindibles para el desarrollo de la vida diaria, estaban escritos en lenguas poco
comprensibles para el comn de la gente, como el latn o el rabe, y siente la necesidad de salvar
ese obstculo, tratando de crear un corpus literario en lengua vulgar. No slo para hacer
inteligible estos textos a todo el mundo, sino para dejar bien clara la hegemona castellana en el
mbito de su reino, al establecer el lenguaje de Castilla como de uso comn y declararlo
oficial para los documentos reales. Slo para las poesas que se haban de cantar en loor de la
Virgen, las famosas Cantigas, adoptar la lengua gallega, siguiendo en esto la tradicin de la
lrica primitiva.
Su intencin fue resumida por su sobrino, el infante Don Juan Manuel en el prlogo al
Libro de la caza:
Tanto cobdici que los de sus regnos fuesen muy sabidores, que fizo trasladar en este
lenguaje de Castilla todas las ciencias, tan bien de teologa como la lgica, e todas las
siete artes liberales como toda la arte que dicen mecnica. Otros fizo trasladar toda la
secta de los moros, porque paresciese por ella los errores en que Mahomad el su falso
profeta les puso e en que ellos estn hoy en da. Otros fizo trasladar toda la ley de los
judos e aun el su Talmud, e otra ciencia que han los judos muy escondida a que llaman
Cbala... Otros romanz todos los derechos eclesisticos e seglares...
La tarea no era fcil, ya que se haban de verter al castellano, lengua todava poco
evolucionada, obras pensadas y escritas en el ms complejo latn. Con esa idea, en su corte se
compondr la versin castellana de las recopilaciones legales bsicas para el desarrollo de la vida
comunitaria: Las Siete Partidas, El Fuero Real, el Setenario y el Espculo; la primera historia
universal escrita en castellano, la General Estoria, que incluye a su vez el primer intento de
traduccin de la Biblia; los varios tanteos para hacer una Historia de Espaa, a partir de las
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crnicas latinas, que dieron lugar a la Primera Crnica General; las varias obras cientficas
generalmente traducidas del rabe, tales como el Lapidario, Los Libros del saber de la
astronoma, las Tablas alfonses, el Libro de las Cruces, el Libro de los juicios de las estrellas,
adems de tratados miscelneos, tambin vertidos del rabe, como los Libros del ajedrez y de los
juegos.
Aunque a veces es difcil establecer una cronologa precisa, ya que las obras se
reelaboran o refundieron por el propio rey en pocas posteriores, es interesante ver cmo, en
general, las obras astrolgicas y astronmicas pertenecen a la etapa de juventud del rey o,
incluso, son anteriores a su acceso a la corona, es el caso de El Lapidario, lo mismo que las
versiones de obras literarias, como el Calila y Dimna, mientras que las recopilaciones legales o
histricas tienen lugar en su etapa de madurez.
Las directrices dadas por Alfonso X a los traductores respondan a una tendencia
generalizada de secularizacin de la cultura y tambin a una urgencia por parte de los cientficos
que consideraban el latn lengua inadecuada para sus empresas. Los saberes astronmicos
europeos de la poca fueron posibles gracias a las traducciones. El astrolabio europeo es el del
Alfonso X: el del espaol Azarquiel es el astrolabio plano usado por los marinos de todo el
Occidente y las Tablas Astronmicas conocieron traducciones no castellanas. Coprnico, por
citar un slo ejemplo, trabajaba en el ao 1500 en las Tabulae Alfonsinae.
Diversos trabajos llevados a cabo nos han dado a conocer, con la exactitud posible, la
composicin de la corte literaria alfons y sus mtodos de trabajo. Nos consta que el rey escoga
personalmente las obras a traducir e, incluso, sabemos que en alguna ocasin, siendo todava
prncipe, adquiri algn manuscrito con la intencin de ordenar la versin; otras veces, no
satisfecho con la primera traduccin, la mand rehacer o adicionar. El grado de participacin del
monarca en el trabajo sera variable, pues muchas veces se habla del rey en tercera persona.
En el caso de las traducciones del rabe, conocemos el nombre de varios de sus autores,
entre los que haba judos e italianos, adems de los cristianos espaoles, y en sus mtodos de
trabajo debieron de haber estado influidos por los traductores del grupo toledano; stos equipos
no slo elaboraban traducciones al castellano sino posteriores versiones al latn o a otras lenguas
romances.
En la poca alfons se llev a cabo, de acuerdo con los nuevos vientos que soplaban por
Europa, una de las renovaciones ms trascendentes de toda la historia del libro espaol. En
primer lugar, esta renovacin afect al contenido de los libros: los textos monsticos (bblicos,
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litrgicos, patrsticos) no desaparecern, pero quedarn en segundo plano frente a la floracin de
textos de carcter cientfico, histrico, legal y puramente literario, y el latn como lengua de
expresin para este tipo de textos ser reemplazado por las lenguas vernculas, en un proceso
que se prolongar ya a travs de toda la Baja Edad Media y nos introducir en la poca Moderna.
Cambios que afectaron a todos los aspectos del libro, empezando por la propia escritura,
con la utilizacin de las diferentes variedades grficas de la gtica. El tamao no suele superar
los 280 mm de altura. Considerable mejora en la preparacin del pergamino, que es ms blanco y
delgado. Aunque todos los cdices de la cmara alfons estn copiados en pergamino, debi de
existir ya un impulso decisivo para cambiar la materia fsica sobre la que escribir utilizando el
papel, que fue indudablemente una de las mayores revoluciones de la historia del libro. Como
sabemos, esta nueva materia escriptrea fue introducida en la Pennsula Ibrica a fines del siglo
X. Por influjo islmico se utiliz a fines del XI en cdices cristianos, en el monasterio de Silos y
quizs en Toledo, aunque de un modo espordico, ya que su uso no se difunde en Occidente
hasta la segunda mitad del XIII.
La semilla plantada por Alfonso X, continu dando frutos en la poca de sus sucesores,
pero ninguno desarroll el afn de saber de su ilustre antepasado. Aunque no faltan los que
promueven la composicin de textos de considerable inters y su copia en cdices de gran
belleza, el taller alfons desapareci como tal al faltar la direccin y patrocinio del sabio
monarca. A partir de l raro ser el monarca que no forme su propia biblioteca y se preocupe de
enriquecerla continuamente: Sancho IV encarga la Gran Conquista de Ultramar; Alfonso XI
ordena la versin de la Crnica Troyana. Lo mismo se podra decir de los reyes posteriores hasta
Isabel la Catlica.
Los reyes aragoneses, a su vez, llaman la atencin ms an que los castellanos por sus
preocupaciones literarias. Jaime II de Mallorca, Pedro IV y Martn el Humano se rodean de
copistas y miniaturistas a su servicio.
Como en el resto de Europa, el inters por los libros prendi tambin en los otros
estamentos de la sociedad. Son famosas las bibliotecas reunidas por el arzobispo de Toledo, don
Sancho de Aragn, hijo de Jaime I; la del tambin arzobispo de Toledo, don Rodrigo Jimnez de
Rada; la del Gran Castell de Ampurias, don Juan Fernndez de Heredia; la del Marqus de
Santillana, y, en Sevilla, las de los arzobispos don Pedro Gmez Barroso y don Juan de
Cervantes, Cardenal de Ostia, que pasaran a engrosar los fondos de la Biblioteca Capitular de la
Iglesia Catedral de Sevilla.
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Las bibliotecas catedralicias fueron creciendo lentamente hasta los ltimos siglos
medievales, tiempo en que muchas de ellas se vieron obligadas a destinar una sala para reunir
todos los libros, antes dispersos en distintas estancias. Al principio las ms importantes estaban
en al-Andalus, la Espaa musulmana, y hay noticias y datos de las de Crdoba, Toledo y Sevilla.
Luego empezaran a surgir otras en el norte: Oviedo, Len, Pamplona, Vich, Gerona, Urgel, etc.
Ms tarde fue en Toledo donde hubo mejores bibliotecas, que permitieron la reunin de los
estudiosos de la ciencia rabe y dieron origen a la llamada escuela de traductores de Toledo.
Finalmente, el siglo XIII es tambin en Espaa el de la constitucin de las primeras
universidades. Las escuelas episcopales pujantes en la segunda mitad del siglo XII (recordemos
en suelo castellano, las de Toledo, Palencia o Segovia), van a dar paso a los estudios generales o
universidades de maestros y escolares. En fecha temprana, 1212, Alfonso VIII funda en Palencia
un Estudio General a instancias del obispo Tello Tllez de Meneses. Acuden a sus aulas
maestros extranjeros de indudable talla, pero diversas circunstancias motivaron su decadencia. El
estudio se trasladar, en tiempos de Alfonso X, a Valladolid. En 1215, Alfonso IX de Len
creaba la Universidad de Salamanca. Fernando III confirm aos ms tarde dicha fundacin
(1242). Su prestigio se acenta a raz de la famosa bula otorgada por el pontfice Alejandro IV en
1254.
Las primeras universidades castellanas sufrieron, sin duda, la dura competencia de las
europeas de ms prestigio, as como los avatares de las luchas y de los intereses de los papas que
haban de concederles sus privilegios. Fueron poco favorecidas, quedando a merced de sus
propios recursos, que eran realmente escasos. El prestigio de las universidades extranjeras atrajo
a sus aulas a lo ms selecto del alumnado espaol, restando con ello posibilidades a las
peninsulares para llegar a su mayora de edad, que no consiguieron hasta los aos del
Renacimiento. Slo Salamanca y Valladolid mantuvieron su prestigio durante toda la Edad
Media, prestigio que se acrecienta en el XV con las fundaciones, anejas al estudio, de los
Colegios Mayores de San Bartolom, en Salamanca, y de Santa Cruz, en Valladolid.
4.- La escritura gtica en cdices
Son vlidas la nomenclatura y clasificacin dadas para el resto de Europa.
5. La escritura gtica en documentos. Castilla.
Partimos de dos hechos: uno, las escrituras gticas en documentos ofrecen grandes
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dificultades de lectura; dos, existe tal abundancia de documentos escritos en gtica que
comparndolos con los anteriores, stos no alcanzan ni la centsima parte.
Esta sobreabundancia se debe a mltiples causas, entre las que se encuentran la aparicin
de nuevos rganos administrativos y, en general, la significacin de Espaa en el mundo
europeo, sobre todo a partir de la unin de los territorios bajo los Reyes Catlicos, a lo que se
uni el descubrimiento de Amrica y su ulterior administracin.
Espaa se convierte en una impresionante mquina administrativa y, por ello, en una
mquina productora de documentos. Estos documentos en escrituras gticas se encuentran en los
diferentes archivos generales: Histrico Nacional de Madrid, General de Simancas, General de
Indias, Archivo de la Corona de Aragn, chancilleras de Valladolid y Granada, as como en
numerosos archivos particulares, eclesisticos, nobiliarios y de protocolos notariales.
Antes de entrar en el estudio de la escritura gtica en documentos conviene observar que:
- En ellos ocurre la sustitucin de la lengua latina, tanto en documentos pblicos como
privados, por las lenguas y dialectos romances. El cambio se haba dado desde el siglo XII en
algunos documentos privados. En los pblicos no se lleva a cabo hasta mediados del siglo XIII:
con Fernando III y Alfonso X de Castilla y con Jaime I de Aragn.
- Los documentos en escrituras gticas son producidos muy frecuentemente por un
cuerpo de notarios o escribanos pblicos profesionalizados, a cuyo cargo corre la confeccin de
la documentacin privada en un altsimo porcentaje.
- Las cursivas gticas se aduean del campo documental, excepto en los privilegios
rodados y cartas plomadas de concesin o confirmacin de privilegios, cuya escritura es
semejante a las variedades del ciclo gtico utilizadas en la copia de libros.
- Se da como una regionalizacin de las escrituras gticas documentales. Se pueden
distinguir las cursivas documentales gticas de Castilla, de Aragn y de Navarra e, incluso,
regiones en estas reas: Galicia en Castilla y Catalua en Aragn.
- No ocurre ahora, como en otros perodos, una diferenciacin paleogrfica entre
documentacin pblica y privada. La razn hay que buscarla en el desarrollo de los estudios
universitarios, que comporta, como en el resto de Europa, donde se forme el notariado hispnico,
a cuyo cargo est la redaccin de documentos particulares, mientras que la cancillera real, por su
parte, abandona la costumbre de reclutar a sus empleados entre los eclesisticos y los recluta
entre esos mismos universitarios.
- Aunque falta un estudio completo, no es aventurado afirmar que, durante el siglo XIII
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y parte del XIV, en las cancilleras se escribi con caracteres ms cursivos y que, a partir de las
primeras dcadas del XIV, se inici el fenmeno contrario: las cancilleras mantuvieron modelos
relativamente cuidados frente a los emanados de los notarios pblicos, que elaboraron modelos
cada vez ms cursivos hasta llegar a una gran cursividad: la escritura procesal. De modo que
no existe propiamente una diferenciacin paleogrfica entre escritura documental pblica y
privada, sino ms bien se trata de una diferenciacin en el grado de cursividad.
Aunque siempre se haba propuesto como cronologa de la aparicin de la gtica la
segunda mitad del siglo XII, Francisco M. Gimeno Blay retrotrae los primeros testimonios de
goticismo a la primera mitad del siglo, al tiempo que aboga por un campo de investigacin que
debera reconstruir (utilizando tanto los depsitos documentales como librarios) el proceso de
transformacin de las carolinas en gticas en todo el territorio peninsular y a lo largo de un
perodo cronolgico amplio que abarca desde la segunda mitad del siglo XI hasta los aos
postreros del reinado de Alfonso VII, para la zona ms occidental, y hasta la constitucin de la
Corona de Aragn en 1137, para el oriente peninsular57.
En ellos el goticismo se polariza en:
- claro contraste de trazos gruesos y delgados
- forma particular que presenta el punto de ataque de todos los alzados
- descomposicin de los trazos curvos y su sustitucin por ngulos
Tradicionalmente, y a pesar de ser consideradas por la mayor parte de los palegrafos
espaoles como impropias e inadecuadas, las denominaciones dadas a las escrituras usadas en la
documentacin del reino castellano-leons han sido: letra de privilegios, letra de albalaes,
precortesana, cortesana y procesal, asignndoseles, adems, una rgida periodizacin
cronolgica en su uso y difusin. Las dos primeras, introducidas por el jesuita Esteban Terreros
y Pando en su manual de Paleografa espaola, publicado en 1755, apuntan claramente a dos
categoras diplomticas y, en consecuencia, no son trminos paleogrficos. Por otra parte, el
segundo de ellos albal es un documento cancilleresco muy especfico, que se refiere a
asuntos administrativos y econmicos y que no surge hasta el reinado de Pedro I (1350-1359), un
siglo ms tarde del inicio del perodo asignado al uso y difusin de esa grafa (desde 1250 al
reinado antes citado)58. De modo que an resulta ms improcedente que para un siglo antes de
que apareciese el albal, como tipo diplomtico, se pueda escribir en letra de albalaes.
La letra de privilegios sera la escritura utilizada en los privilegios rodados y cartas
plomadas de concesin y confirmacin de privilegios, ambos en pergamino, durante el siglo XIII,
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perdurando con ligeras modificaciones hasta el siglo XVI, mostrando la rigidez propia de
escrituras que se anquilosan por no tener un uso espontneo y por estar a cargo de un grupo de
escribas que se especializan en el trazado de la misma. Sus caractersticas seran:
- Claro contraste entre el cuerpo de las letras, que es pequeo, y las astas que se elevan
desmesuradamente, curvndose hacia la derecha y hacia abajo, mientras que los cados no suelen
prolongarse, sino que se incurvan con poca espontaneidad grfica hacia la izquierda.
- Tendencia a la unin de curvas contrapuestas y utilizacin de la r redonda despus de
letra curvilnea.
- Letras bien separadas, destacando: a de capelo poco pronunciado formando un ngulo
obtuso, o recto si se une a la letra anterior; c bien diferenciada de t; g cierra la parte superior
formando un crculo y tiene tendencia a cerrar tambin su cado; R maysucla con valor de doble
r; s alta, sin bajar de la lnea del rengln, al comienzo y en medio de palabra; de doble curva al
final de palabra, quedando a veces la segunda curva reducida; z en posicin final tiene forma de
5, y se distingue claramente y z.
- Escaso uso de abreviaturas.
Mientras que la letra de privilegios, como hemos dicho, se anquilosa y no evoluciona, la
letra de albalaes s lo hace hacia formas cada vez ms cursivas. Las caractersticas ms
importantes que se le sealaban eran stas:
- Dentro de una misma palabra las letras se unen entre s.
- Claro contraste entre el cuerpo muy pequeo de las letras y sus astas muy desarrolladas.
- Tendencia muy peculiar de los cados a subir por la izquierda buscando la caja de
escritura y formando as una lnea paralela con el trazo fundamental de la letra, alcanzando su
mxima expresin en las letras f y s.
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A sta sucedera la precortesana o cortesana primitiva, tipo grfico que llenara el
espacio entre 1350 y 1425, fecha en la que la cortesana se considera ya totalmente formada y
que, como toda escritura intermedia entre dos tipos bien definidos, no presentara unos caracteres
muy acusados aunque s unos rasgos distintivos fundamentales:
- Desaparece la reduplicacin sistemtica de f y s y en general la de todos los cados.
- Escritura ms redondeada y menos aguda; si los cados de las letras se prolongan y se
incurvan para buscar la lnea de escritura no lo hacen en forma angular sino usando amplias
curvas.
- No hay tanto contraste entre el cuerpo y los astiles.
- Aumento de las ligaduras.
La cortesana sera la escritura formada entre 1400 y 1425, con una vida corta en su uso,
prcticamente poco ms de un siglo, y, sin embargo, con una gran cantidad de testimonios
escritos.
Finalmente, la procesal, tiene una vida muy larga. Nace en el siglo XV, se considera
formada a fines de la primera mitad y se mantiene hasta mediados del siglo XVII, con ms o
menos ingerencias de la humanstica cursiva, hasta ser sustituida por sta59.
En al ao 1991, M Josefa Sanz Fuentes aplic la clasificacin de Gerard Isaac Lieftinck
a Espaa 60, sealando, como en el resto de los pases occidentales, el uso en la corona
castellano-leonesa de la cursiva, fundamentalmente anloga en toda Europa, pero articulada en
variedades nacionales, e incluso locales, nominada en bloque por los palegrafos como
minscula gtica notarial o cursiva gtica, como indica Giorgio Cencetti, y distinguiendo los
siguientes tipos:
- una cursiva gtica fracturada formata, utilizada formalmente en la cancillera real en
documentos no solemnes emitida en pergamino, es decir, en las denominadas cartas abiertas, as
como por otras cancilleras y algunos notarios.
- una cursiva gtica fracturada, de uso comn, sin ningn tipo de concesiones a la
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esttica, y que es utilizada tanto en la cancillera real para documentos menores en pergamino,
compartiendo con la formata la redaccin de cartas abierta, como para documentos en papel, los
mandatos. Es la utilizada mayoritariamente por los notarios leoneses y escribanos pblicos
castellanos.
- por ltimo, una cursiva gtica fracturada currens o corriente, utilizada en las notas
dorsales, en los documentos notariales, en las rbricas del personal de cancillera, en los
documentos emitidos por la misma y en anotaciones marginales de cdices, ejecutadas con un
trazado totalmente descuidado.
A partir de la segunda mitad del siglo XIV se inicia en la escritura documental castellano-
leonesa un proceso que dar origen a la formacin de un nuevo tipo de cursiva, caracterizada por
su mayor nmero de ligaduras entre letra y letra, por el cuerpo redondeado de las formas
alfabticas y por el aspecto ornamental de los signos abreviativos, as como por lo poco
acentuado de su claroscuro, dando lugar a la gtica cursiva redonda, denominada
tradicionalmente cortesana y que tras un primer perodo de transicin, al que suele calificarse de
precortesana, cristalizar tambin en tres subtipos: la gtica cursiva redonda formada o
cortesana formata, una gtica cursiva redonda o cortesana, y, por ltimo, una gtica cursiva
redonda corriente, que a finales del siglo XV desembocar en la denominada comnmente
procesal, utilizada tanto en libros diplomticos (libros de actas y acuerdos, registros, etc.) como
en los procesos judiciales....
Mientras que en el campo documental tambin en Castilla y Len se utilizan tipos
escriturarios bsicamente librarios. Tal es el caso de las textuales, tanto fracturada como
redonda, que sern usadas frecuentemente en la expedicin de los documentos ms solemnes de
la cancillera real castellano-leonesa, los privilegios rodados y las cartas plomadas de concesin
o confirmacin de privilegios. La textualis formata queda reducida en el mbito documental,
solamente con efectos decorativos, a las palabras iniciales de algunos documentos solemnes o a
los incipits de cdices diplomticos61.
Propuesta clasificatoria que no comparto, por su complicacin y porque no hay unos
caracteres grficos claramente definitorios de los tipos grficos sealados, adems sera
conveniente recordar brevemente el proceso de formacin de la littera corsiva. Como expone A.
Petrucci62, siguiendo a Giorgio Costamagna63 , a fines del siglo XIII o comienzos del XIV se
produjo un cambio notable en la tcnica escriptrea que dara lugar a una nueva cursiva, en cuya
base estuvieron, entre otros elementos, la adopcin de una pluma tallada en el centro (no biselada
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a la izquierda) y por ello ms suave en el trazado, con la que s se podan fcilmente, a diferencia
de lo que suceda con la pluma biselada a la izquierda, ejecutar las ligaduras y los trazos de unin
entre las letras, as como la invencin de un nuevo modo de realizarlos, procediendo con un
movimiento contrario a las agujas del reloj de la mano (sinistrogiro):
Bajo la accin complementaria de los factores tcnicos y culturales ya indicados, en el
transcurso del siglo XII, primero a nivel cancilleresco, despus a nivel notarial (los notarios de
Italia, sobre todo), luego a nivel privado (cuentas de mercaderes, cartas, etc), se fue formando un
nuevo tipo de cursiva, caracterizada siempre por un mayor nmero de ligaduras entre las letras,
por prolongaciones, cados, bucles aadidos a las astas, notablemente alargadas sobre la lnea de
escrituras, por un cuerpo redondeado de las letras, por el aspecto ornamental de los signos
abreviativos, por el claroscuro poco acentuado (al menos, para el siglo XIII). Es la escritura
denominada por Emanuele Casamassima como littera minuta corsiva.
Como en el ao 198664, sigo compartiendo la opinin de Franco Bartoloni de que hay que
reducir la gran variedad de escrituras documentales no canonizadas, o en todo caso no
suficientemente tipificadas, a categoras amplias, resaltando lo que las defina, as como su
propuesta de que el nico medio para llegar a la solucin del problema de su nomenclatura est
en recurrir a una terminologa mltiple de carcter orientativo, en la que se consideren los
siguientes elementos: el ductus, cursivo, semicursivo o sentado; el carcter de la escritura en
relacin con el oficio o la persona de quien emana; la escritura usual que est en la base de la
que presenta el documento; el lugar de origen y, finalmente, el siglo al que pertenezca65.
Criterios que tambin han sido asumidos por Carmen del Camino Martnez66, y as habla de
escritura gtica semicursiva documental castellana de mediados del siglo XIII y escritura
gtica cursiva documental castellana de segunda mitad del siglo XIII y primera del XIV.
A estos criterios se podra aadir otro como es aquel que hace referencia al mayor o
menor desarrollo del elemento caligrfico, totalmente vlido, aunque se trate de escrituras
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cursivas, tenido en cuenta por Gerard Isaac Lieftinck para su clasificacin.
En cuanto al mantenimiento o no de la terminologa tradicional (letra de privilegios, letra
de albalaes, precortesana, cortesana y procesal), no creo que fuese improcedente el mantener
las denominaciones de cortesana y procesal, al ser trminos coetneos al uso y difusin de
ambos tipos grficos, como demuestran los siguientes textos:
En una Carta-arancel, fechada el 3 de marzo de 1503, destinado a los escribanos de
concejos, se ordena:
Que lleven ... a diez maraveds por la tira... seyendo la tira de una hoja de pliego entero
scripta fielmente de buena letra cortesana e non procesada, de manera que las planas sean
llenas, no dejando grandes mrgenes, y en cada plana haya a lo menos treinta y cinco
renglones y quince partes en cada rengln.
Disposiciones semejantes se repiten en otros dos aranceles del 7 de junio del mismo
ao:
Item de los pregones e remates que se hicieren en las rentas de los dichos concejos y de
los recudimientos que dellas se dieren que lleven por cada pliego de letra apretada y
cortesana en que haya en cada plana a los menos treinta e cinco renglones y en cada
rengln quince partes veinte maraveds e no ms...
E mando a los dichos escrivanos que ayan de taer e trayan las cartas que se ovieren de
dar escriptas de buena letra cortesana sin dexar en ellas grandes mrgenes segn de la
manera que dicha es67.
En los aranceles que se haban de cobrar en los pleitos y causas tocantes a los colegiales,
maestros y estudiantes y dems personas que residiesen en el Colegio de San Ildefonso de la
Universidad de Alcal de Henares, establecidos por el cardenal don Francisco Ximnez de
Cisneros, se dice:
del traslado de qualesquier probanas o escrituras que se sacaren del proeso, lleue el
notario de cada hoja de pliego entero que trasladare de letra apretada y conculcada en que
aya treynta e inco renglones en cada plana quinze maraueds,
y ms adelante:
de qualquier testimonio que se d signado lleue el escriuano