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    LA ESCRITURA LATINA EN LA PLENA Y BAJA EDAD MEDIA

    1.- Condiciones sociopolticas y culturales de la poca gtica

    Durante la Baja Edad Media se produce una eclosin en todos los aspectos de la vida de

    Europa, desde la esfera poltica a los aspectos ms banales y cotidianos. Se produce una

    profunda mutacin en la reparticin de los poderes y de la autoridad en el seno de la Iglesia y

    tambin en el seno de la sociedad laica, debido a la difcil cohabitacin de fuerzas tradicionales,

    an prestigiosas pero en declive, y de otras nuevas, las monarquas, que reivindican su papel en

    el concierto mundial, contando para ello con una apoyatura en los medios acadmicos, que

    fueron creando toda una teora del poder: la de un poder real en general; el Rey reconstituye en

    su provecho la autoridad pblica del Estado. Entre las primeras manifestaciones del renacimiento

    del Estado estuvo la de convertir la cultura y la enseanza en apuestas polticas, ya que, aun

    aceptando en buena medida delegar el control a la Iglesia, el prncipe no puede en adelante

    quedar indiferente a este dominio de la actividad de sus sbditos1.

    Los cambios afectaron tambin a la vida religiosa y, de resultas, a la vida cultural, ya que

    durante la Edad Media ambas estuvieron muy unidas. La reforma de la Iglesia, tanto a nivel local

    como general, episcopal y pontificio, transform profundamente las condiciones de la vida

    espiritual y religiosa del Occidente europeo, y para comprender su impacto sobre la vida cultural

    y la enseanza es necesario contemplarla desde una triple perspectiva. La reforma afect al

    clrigo secular y a la revalorizacin de su papel pastoral (predicacin y sacramentos), al menos, a

    nivel de los obispos y cannigos, ya que los prrocos, sobre todo los rurales, fueron, sin duda,

    menos accesibles a los esfuerzos reformadores. Esto exiga clrigos cultos, formados en escuelas,

    lo que implicaba tambin un esfuerzo intelectual sistemtico de puesta en forma y de

    divulgacin, aunque controlada, del mensaje religioso, especialmente por medio de la

    predicacin y el Derecho Cannico.

    La reforma afect tambin al mundo monstico y regular, dando origen a dos corrientes

    divergentes. Una asctica y penitencial, representada por los cartujos y los cistercienses,

    ensalzando el retiro del mundo y el amor por las formas tradicionales de la cultura monstica.

    En el extremo opuesto, los nuevos regulares que dieron, por el contrario, preferencia a la

    Los dos primeros epgrafes corresponden a la ponencia presentada en II Coloquio Internacional de Epigrafa Medieval , celebrado en Len, del 11 al 15 de septiembre de 2006, bajo el ttulo El libro en la Baja Edad Media. Su caligrafa, que en estos momentos est en prensa.

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    inquietud de poner los ideales de la vida en comn al servicio de una accin evangelizadora de

    los laicos, en particular entre las ciudades en plena expansin, que ser obra de congregaciones

    de cannigos regulares en el siglo XII (premonstratenses) y de las rdenes mendicantes en el

    XIII (franciscanos y dominicos). Tanto en unos como en otros, el recurso a las formas modernas

    de la cultura y de la enseanza apareci muy pronto como un medio eficaz de prepararse para la

    accin pastoral.

    Finalmente, la reforma tuvo a la vez como fin y como efecto el reforzamiento de la

    centralizacin eclesistica con una exaltacin sin medida del poder pontificio hasta definirlo

    como una clase de poder absoluto de esencia divina (plenitudo potestatis). La centralizacin

    pontificia hizo de Roma una verdadera capital y de la Curia un excepcional medio de cultura

    donde afluan clrigos de todos los lugares2.

    Pero al mismo tiempo, no poda faltar la anttesis, los movimientos disgregadores,

    cargados de un fuerte contenido social y de una visin poco menos que apocalptica, a los que la

    Iglesia Romana har frente con diferentes mecanismos: coloquios, cruzadas y los comienzos de

    la Inquisicin. La religiosidad popular fue alimentada con escritos y prdicas tendentes a hacer

    de la vida la sombra de la Cruz, segn el ideal de Alberto Magno, porque fuera de la sombra que

    la Cruz proyecta no haba vida sino muerte. La humanidad de Cristo Crucificado, la Virgen,

    abogada de los pecadores, y los santos que ganaron la meta de la carrera paulina fueron una de

    las caras de la moneda; la otra, el programa vital que aflora en Giovanni Boccaccio, Geoffrey

    Chaucer o en el Arcipreste de Hita; y, por encima de todo, la Muerte como aviso y como

    realidad, como un despertar a la vida verdadera y como el final de esta vida llena de interro-

    gantes3.

    Los cambios afectaron tambin a la vida social y econmica. La fase de expansin, que se

    inicia en Europa desde los inicios del siglo XI y dura prcticamente sin interrupcin hasta el

    ltimo tercio del siglo XIII, supondr un incremento demogrfico que junto con una mayor

    seguridad contribuyeron al desarrollo de las manufacturas y del comercio y, en definitiva, a la

    reactivacin de la vida urbana, con las repercusiones que esto tendr en el tema que nos ocupa.

    Al mismo tiempo, el renacimiento comercial y urbano hizo que el orden trinitario Clos que

    ruegan, los que luchan y los que trabajanC como estructura de la sociedad cristiana no pudiera

    ser ya mantenido y la expresin laboratores para designar a todo el conjunto de los no

    pertenecientes a las lites dirigentes fuese adquiriendo un sentido demasiado ambiguo.

  • Mutacin en el Arte con el paso del romnico al gtico, que veremos reflejado en la

    ilustracin y ornamentacin de los libros, desde una expresin doctrinal y arquetipizada en las

    primeras obras del siglo XIII hasta la exaltacin de los valores individualistas en el siglo XV. La

    adaptacin temtica y la riqueza de la iluminacin del cdice dependa de la funcionalidad del

    mismo. Los textos escolsticos prescindan de ilustraciones ricas, mientras que los textos

    destinados a personajes importantes, o encargados por ellos, se enriquecan muchsimo, llegando

    a constituir un autntico patrimonio en la apreciacin de bienes de las instituciones y familias

    privilegiadas.

    Pero, sobre todo, mutacin en el campo de la cultura que es lo que aqu interesa resear

    por las evidentes repercusiones directas que tendr en el libro y en su caligrafa. En los siglos XII

    y XIII todo el conjunto de la cultura escrita europea sufri profundos cambios debido a factores

    diversos de todos conocidos, que Armando Petrucci4 resume en los siguientes: aumento general

    de la difusin de la lectura y de la escritura; aumento progresivo de la produccin de documento

    escritos y de actos de escritura privados; aumento particularmente importante, favorecido sin

    duda por la difusin del papel como soporte menos costoso, pero difcilmente mensurable de la

    produccin y de la circulacin de libros; creacin de nuevas estructuras y de nuevas

    instituciones culturales (grandes escuelas, universidades) y mutacin que se dio tanto en las

    instituciones docentes como en las ideas (triunfo de las disciplinas profanas y de la teologa

    escolstica) y en los hombres, nacimiento del intelectual medieval, en el sentido moderno de la

    expresin, que rompe con el orden trinitario de la sociedad al que antes me refera5.

    La creacin de las universidades (Universitas studiorum et studientium)6 supondr el

    hecho capital de la secularizacin de la cultura que se produce en el siglo XIII y uno de los

    factores que ms influiran en el mundo del libro y en su cambio, al generar una fuerte demanda

    libraria para cuya satisfaccin se creer un nuevo sistema de produccin minuciosamente

    regulado y vigilado por las nuevas instituciones docentes, evidenciando as la prdida del

    protagonismo cultural de los monasterios.

    Su xito radic en el deseo de sus miembros, profesores y alumnos, de alcanzar una

    formacin prctica que les permitiera ganarse la vida ejerciendo la Medicina, asesorando en

    cuestiones jurdicas, actuando como secretarios o, sencillamente, ponindose al servicio de la

    Iglesia. El nuevo tipo de estudio descansaba principalmente en los intercambios hablados, cuyo

    modelo era la disputatio universitaria, totalmente opuesto a la regla monacal del silencio. La

    enseanza consista en el comentario de textos y en la lectura de una serie de libros considerados

  • fundamentales segn las materias a estudiar. El intelectual universitario nace desde el momento

    en que pone en cuestin el texto, que ya no es un apoyo, desde el momento en que el

    intelectual de pasivo se hace activo7.

    La consecuencia inmediata fue la necesidad de multiplicar los libros, y en concreto,

    aquellos que contuvieran el texto que el maestro lea y comentaba durante las clases. El problema

    era doble: no slo era preciso multiplicar los manuscritos, hacer libros para un nmero cada vez

    mayor de personas, sino tambin hacerlo bien, es decir, lograr que el texto fuese idntico al que

    sera objeto de la leccin y no se apartase del escogido por la universidad. Con tales fines se cre

    un nuevo sistema de produccin y edicin libraria, apoyado en tres pilares: exemplar, pecia y

    estacionario, que permitirn una produccin de libros bajo el control y vigilancia de la

    universidad, ejercidos a travs de la llamada comisin de petiarii, elegida a comienzos del curso

    acadmico entre los profesores y piedra angular de toda la estructura universitaria con enormes

    poderes 8, cuya primera regulacin explcita la hallamos en el cdigo jurdico del rey castellano

    Alfonso X el Sabio (Partida II, tit. XXI , ley XI). Sin embargo, este sistema de edicin de libros

    no fue el nico que se practic a lo largo de la Baja Edad Media, como podremos comprobar,

    hecho que hay que tener en cuenta para comprender la verdadera revolucin del libro en esa

    poca.

    A la aparicin del papel como materia escriptrea se uni la enseanza en las escuelas

    elementales de la ciudades de la lectura y de la escritura, incluso del clculo, del Ars dictandi9 y

    del Ars notariae10. Ello no evit, sin embargo, que todava en los siglos XIII y XIV muchos

    cannigos y monjes se excusasen de su ignorancia de escribir cuando deban firmar los

    documentos.

    A consecuencia del enorme crecimiento y de las mltiples exigencias de documentacin

    y de comunicacin escrita, determinadas por los cambios producidos en la situacin social,

    econmica y cultural, se fue formando de nuevo una masa de escribientes articulada en los

    ambientes y estratos sociales ms diversos, entre los cuales se dieron complejas y sutiles

    relaciones y que, si bien representaron una minora en relacin con la masa de la poblacin que

    no saba escribir o que lo haca con dificultad, constituyeron, sin embargo, la parte ms activa de

    ella, aquella que contaba econmica y socialmente, y que, por lo que respecta a la escritura, fue

    extraordinariamente productiva, como nunca antes lo haba sido. Escribientes que, bajo la

    presin de las multiplicadas exigencias de documentacin y comunicacin, transformaron, como

    en poca romana, la vida de la escritura. Otro hecho, ya puesto de relieve por Armando

  • Petrucci, es que los dos modos de escribir, el librario y el cursivo, pierden en gran parte el

    carcter exclusivo, casi de casta, de manera que, a diferencia de lo que suceda en la Alta Edad

    Media, las personas ms cultas y las de mayores habilidades grficas entre los escribientes,

    estuvieron en disposicin de emplear de forma ms desenvuelta uno u otro modo de escribir,

    segn la contingencia y la funcin de sus escritos o, incluso, dentro de stos, la importancia dada

    al texto o a una parte del mismo, circunstancia que se dio tanto en documentos como en libros.

    Al amparo de las transformaciones econmicas, sociales e intelectuales enumeradas, la

    demanda y la utilizacin del libro se potencia en un espectro social ms amplio, inicindose una

    secularizacin del libro, entendida no como el abandono del libro de contenido religioso, que

    seguir siendo muy demandado incluso despus de la aparicin de la imprenta, sino, sobre todo,

    como la prdida del monopolio ejercido por la Iglesia durante siglos en su produccin y uso y la

    participacin a partir de entonces de los laicos. Con ello renace el comercio librario y reaparecen

    personas que se dedican a la copia de libros no pro remedio animae, no para alcanzar la

    salvacin de su alma, sino pro pretio, es decir, para ganarse el sustento, que veremos tambin

    reflejado en algunos colofones, como el que Didacus Ferdinandi, que se titula scriptor

    Ispalensis, puso al final de la copia que concluy el 23 de diciembre de 1420 de un repertorio de

    Las Partidas de Alfonso X , por encargo de Rodrigo Garca, doctor en Leyes:

    Gracias tibi Christe quia explicit liber iste et Beato Iohanni aduocato meo. Finis adest

    itere precium uult scriptor habere. Qui scripsit scripta sua dextera sit benedicta11.

    Los libros se convierten en los instrumentos indispensables de la vida intelectual; su

    carcter utilitario es, en el siglo XIII, manifiesto. En la Baja Edad Media la antigua cultura

    monstica, eminentemente rural y, sobre todo, su concepcin del libro como objeto sacro-

    simblico entra en franca decadencia, dando paso a una nueva mentalidad y a una nueva

    concepcin del libro como instrumento til, demandado no slo por el estamento eclesistico

    sino tambin por nuevas clases sociales laicas, que a partir de entonces empiezan a interesarse

    por la lectura.

    Hay que reconocer, como seala Armando Petrucci12, que en la Alta Edad Media las

    condiciones generales no incitaban a la lectura: los locales que guardaban los libros se prestaban

    habitualmente mal para llevarla a la prctica y tampoco haba espacios especialmente equipados

    para ello; se lea en la celda, en el refectorio o paseando por el claustro, lugares reservados, en

    principio, para otras funciones. La lectura era, pues, una actividad ardua y, en consecuencia,

    bastante rara, aunque regulada en distintas rdenes religiosas, como la benedictina; tambin era

  • una ocupacin marginal en el contexto de la civilizacin de la Alta Edad Media.

    En el transcurso del siglo XI se produjeron una serie de modificaciones encaminadas a

    facilitar la lectura y la compresin del texto: una afirmacin progresiva y extendida de la

    escritura separada; el uso del doble punto diacrtico sobre las i seguidas; el uso de la forma

    mayscula para la s, tambin conocida como de doble espira, cuando la letra se encuentra al final

    de una palabra; se acercaban nuevos tiempos y se estaban creando para el libro y la escritura,

    nuevos papeles y nuevas funciones en una sociedad en rpida transformacin. En palabras de

    Malcolm Parkes, en el curso del siglo XII aparecieron nuevos tipos de libros y de lectores. La

    lectio monstica designaba un ejercicio de lectura que haca regularmente uno mismo,

    entrecortado por las plegarias e interrumpido por la ruminatio del texto que serva de base a la

    meditacin. La lectio escolstica era un proceso de estudio que comprenda un examen

    razonado de texto y su consulta como obra de referencia13. A partir de entonces un libro no se

    abordaba de cualquier manera y la organizacin de la lectura cre nuevas necesidades. Era

    preciso que el lector pudiese encontrar con facilidad lo que buscaba en el libro, sin tener que

    hojear las pginas, y la solucin fue establecer divisiones, marcar los prrafos, dar ttulos a los

    diferentes captulos y establecer concordancias, ndices de contenido y alfabticos que

    facilitasen la consulta rpida de una obra y la localizacin de la documentacin necesaria. Esa

    lectura escolstica iba contra el mtodo monstico centrado en una compresin lenta y rigurosa

    del conjunto de las Escrituras14.

    Fuera del dominio del libro y de los documentos solemnes, la escritura se convierte en un

    instrumento de uso cotidiano para la administracin, el comercio y el artesanado, a los que la

    contabilidad les era indispensable. Los principados, las ciudades, los obispados, las abadas y

    hasta los seoros ms pequeos y los prioratos perfeccionan sus administraciones, conservan sus

    archivos, registran sus documentos e innumerables notarios se ponen al servicio de particulares.

    La necesidad de escribir ms deprisa dar lugar a la reaparicin de la escritura cursiva, como

    escribi Henri Pirenne: La letra cursiva responde a una civilizacin en la que la escritura es

    indispensable a la vida de la colectividad as como a la de los individuos; la letra minscula (de

    la poca carolingia) es una caligrafa apropiada para la clase de los letrados en cuyo seno se

    limita y se perpeta la instruccin. Resulta en alto grado significativo comprobar que la letra

    cursiva torna a reaparecer junto a aquella en la primera mitad del siglo XIII, es decir,

    precisamente en la poca en que el progreso social y el desarrollo de la cultura y de la economa

    laicas generalizan de nuevo la necesidad de la escritura15 .

  • Se produjo una transformacin radical del modelo, de las tcnicas y de las condiciones

    generales de lectura. El libro del perodo escolstico-universitario difiere de su predecesor de la

    Alta Edad Media en varios puntos. Generalmente es de gran formato y, por tanto, pesado, poco

    manejable y difcilmente transportable; necesita soportes fijos y slidos para la lectura; la

    escritura est dispuesta en dos columnas relativamente estrechas, con el texto ms apretado,

    aunque una lnea del texto coincide ms o menos con el campo de reconocimiento de fijacin

    visual16, dicho de otra manera, con la cantidad de texto que es posible abarcar y comprender de

    un solo vistazo; el texto est cuidadosamente articulado en una serie de divisiones y

    subdivisiones (captulos, pargrafos, subpargrafos) ms detallados que en el pasado, cuyo fin es

    facilitar la comprensin y sobre todo la consulta. Articulacin que se pone de relieve y se

    subraya mediante el uso de tipos grficos diferentes del utilizado para el cuerpo del texto por su

    morfologa, su mayor mdulo y, en ocasiones, por un color diferente de tinta, es decir, por la

    llamada escritura publicitaria, de aparato o distintiva, segn distintos autores, as como por

    rbricas, marcas de pargrafo, iniciales y maysculas de diferentes tamaos y grado de

    ornamentacin, ttulos corrientes, llamadas, ndices y tablas alfabticas, con el fin de encerrar,

    delimitar y recortar el texto, hacindolo ms accesible en pequeas porciones reconocibles.

    La lectura, gracias tambin a las numerosas abreviaturas, se hace incomparablemente ms

    rpida que antes y a menudo se transforma en una prctica, la consulta, que es la propia del

    investigador profesional; se convierte tambin en una prctica que puede organizarse y

    determinarse por adelantado, adoptando como objetivo la preparacin cultural y la actividad

    didctica y cientfica del nuevo intelectual profesional, sea laico o religioso: profesor, jurista,

    mdico, telogo o notario. Ya no est separada de la escritura, a la que desde ahora acompaa

    estrechamente; se lee para escribir; ste es todo el sentido de la compilatio; se lee y se escribe a

    la vez cuando se comenta y cuando se anota; se escribe leyendo cuando se compone, porque todo

    texto est, necesariamente, basado en la auctoritas de los predecesores y en el uso permanente de

    la cita.

    En realidad, los cambios no se limitaron a los modelos y a las tcnicas de lectura, tambin

    afectaron a sus condiciones mecnicas, a sus lugares y espacios, a los medios materiales

    empleados, a los comportamientos y a las actitudes de los lectores; como consecuencia de ello

    las bibliotecas tambin se transformaron a lo largo del siglo XIII. La lectio, con sus reglas fijas

    de intercambio desigual, se convierte en el modelo predominante de la lectura individual y

    comn de los siglos XIII y XIV europeos. Modelo predominante, pero no nico, ya que en toda

  • Europa, y en particular en Italia y tambin en Espaa, en las ciudades y municipios la

    alfabetizacin creciente de los laicos dio origen a obras literarias en lengua vulgar y a nuevos

    gneros literarios, como cantares de gesta, romances cortesanos, recetarios de cocina, crnicas

    ciudadanas, poemarios, etc., y a su difusin. La produccin de libros en lengua vulgar no cesa de

    crecer y se difunde por cada vez ms regiones. Sus lectores eran comerciantes, artesanos,

    tenderos, artistas, contables, empleados, algunos trabajadores y algunas mujeres. Se escriba con

    frecuente en el interior de su ambiente de lectura, para los mismo lectores que copiaban los

    textos, para su propio uso, el de sus nios o el de sus amigos, como el barbero veneciano

    Gotifreo da Mulla que concluy la copia del Colliget de Averroes el 18 de septiembre de 1477

    per el suo dileto17. Eran libros en papel, de formato medio, en escrituras no tpicas y cursivas

    dispuestas a lnea tirada, cuyo texto se presentaba sin comentarios, con una ilustracin u

    ornamentacin sencilla, dibujada con pluma y coloreada con tintas o colores pobres, conservados

    en arcas y cajones, en ocasiones con los papeles importantes, los libros de cuenta y toda la

    documentacin de la casa. La lectura se haca en el lugar de trabajo o en cualquier parte donde

    fuera posible, aprovechando el tiempo libre y de ocio, no disfrutando de ningn lugar que le

    fuera propio. Por el contrario, los libros de encargo y de los usos cortesanos eran de pergamino,

    de formato medio o pequeo, escrito en escritura formal a dos columnas, iluminado y adornado

    ms o menos ricamente, segn el caso, y, como el modelo burgus, carente de comentarios;

    adems, a la lectura cortesana, como a la de los burgueses, nunca se le ha atribuido lugares de

    lectura particulares18.

    2.- La caligrafa.

    El libro y la lectura son, pues, expresiones de otra civilizacin, pero tambin la escritura

    cambia y se adapta a las nuevas condiciones, convirtindose en un instrumento de uso cotidiano.

    Los principados, las ciudades, los obispados, las abadas y hasta los seoros ms pequeos y los

    prioratos perfeccionan sus administraciones, conservan sus archivos, registran sus documentos e

    innumerables notarios se ponen al servicio de particulares. La necesidad de escribir ms deprisa

    dar lugar a la reaparicin de la escritura cursiva, como escribi Henri Pirenne y ya he apuntado.

    Entre los siglos XII y XIII de la carolina se destaca un nuevo tipo, la escritura que en los

    tiempos modernos tom el nombre de gtica, pero que entre los contemporneos era la littera

    moderna. Conserv la forma y el ductus de la carolina espesando los trazos, aument las

    ligaduras, elimin las curvas favoreciendo los ngulos vivos, los trazos oblicuos.

  • La gtica no es, pues, una creacin, sino el resultado de una gradual evolucin de la

    carolina que Jacques Stiennon explica mediante tres etapas: carolina clsica, carolina gotizante

    y carolina gotizada19, mientras que Albert Derolez habla de pregtica20. Sin embargo, las causas

    de esta transformacin han sido y siguen siendo objeto de debates y discusiones, sin una

    explicacin general unnimemente aceptada21, desde la que diera en 1925 Olga Dobiache22 a la

    ms reciente de Albert Derolez, quin, retomando una vieja teora ya expuesta, entre otros, por

    Heinrich Fichtenau, Robert Marichal, Otto Mazal y Jacques Stiennon, pone la gnesis de la

    escritura gtica en relacin con el cambio que se produce en el Arte y el influjo que la

    Arquitectura Gtica tuvo en la escritura23, pasando por la de Jacques Bossard en 195124, para el

    que, despus de comprobar que la pluma de ave cortada a la izquierda haba sido adoptada ya a

    comienzos del siglo XI en los scriptoria insulares, concluy que la nueva tcnica, origen de la

    escritura fracturada, naci en Gran Bretaa y de aqu pas al continente, elemento relativizado

    por otros palegrafos, como Giorgio Cencetti, Emanuele Casamassima y Armando Petrucci, o

    las razones de economa, en este caso de espacio y tiempo, en las que insiste Ezio Ornato25 .

    Respecto a la explicacin de la aparicin de la nueva escritura como resultado del sesgo a

    la izquierda que se le dio a la pluma, teora propuesta por Jacques Bossard en 1951, conviene

    recordar lo que el gran calgrafo espaol, natural de la villa vizcana de Durango, Juan de Icar,

    escribe en su Ortographia pratica, publicada por vez primera en Zaragoza en 1548 por

    Bartolom de Njera:

  • Es de saber que vna de las mas dificultosas letras que yo hallo es esta letra gruessa por

    ser toda ordenada por grandissima arte y tambien porque para ser vno grande escriuano

    della es menester que gaste mucho tiempo y que trabaje mucho y ansi la letra en que yo

    mas tiempo me detuue en aprender fue esta y para ser perfecta requiere tener estas

    particularidades. Primeramente que del gordor de la pluma con que la tal letra se ha de

    escreuir se midan tres compases y medio que es la longitud de su cuerpo y este es el mas

    principal auiso que para esta letra doy. Lo segundo que haya de vn renglon a otro tanta

    distancia quanto quiere la mesma letra de largo. Lo tercero que en los blancos se tenga

    este auiso que sea tanto el blanco que se dexare quanto es el negro, digo en todas las

    letras largas como vna m que ha de ser tan grande la distancia que hay de vna pierna a

    otra quanto es el mesmo negro que la pierna tiene avnque huuiesse con la m otra letra

    larga como u, o, i y quando viniere vna letra redonda con larga como m, y, o, en tal caso

    ha de hauer de la m a la o medio compas del blanco o negro que tengo dicho y lo que ha

    de hauer de vna palabra a otra ha de ser dos compases del mesmo blanco o negro y

    quando vinieren dos redondos juntos como vna a, d redonda y vna o o vna e en tal caso

    ha se de juntas y encorporar la vna letra con la otra. Quanto a los excessos por arriba y

    abaxo de las letras que tienen astas ya en la general proporcin de las letras diximos que

    hauan de ser yguales no passando de la meitad del blanco que queda entre rengln y

    rengln.

    La pluma con que esta letra se ha de escreuir es diferente de las otras en el corte porque

    no ha de ser hendido como para las otras menudas. Ha se de descarnar mucho por de

    dentro y por de fuera de suerte que quede muy llana y tomar un cornezito pequeo hecho

    a manera de lanadera y cortar all la punta muy ygual y derecha o segn la costumbre

    tuuiere en el escreuir porque he conocido muchas personas que escriuen esta letra

    gruessa con la pluma coxa hazia la mano derecha y otros hazia la yzquierda y otros

    escriuen con la pluma muy derecha y cierto es lo mejor. Por la mayor parte se escriue

    esta letra con peola de aofar o de hierro o azero todo es bueno para quien lo

    acostumbra pero muy mejor es la peola de buytre hasta el grandor de la letra que ella

    puede alcanar por ser de menos peso y mas suaue. Esta letra se escriue siempre entre

    dos reglas porque de otra suerte no se podra escreuir cantidad de escriptura que fuesse

    pareja ni ygual. Es conueniente que se escriua con glassa porque como es letra assentada

    y gruessa esparzir se hia la tinta y no dexara la letra cortada. El tintero para esta

  • escriptura ha de ser de plomo porque se conserua en el la tinta mejor y no ha de tener

    ningun cendal sino solo la tinta limpia y si por ser muy delgada se sumiere el pergamino

    o papel eche vnos granos de goma en el tintero o vn poco de alumbre molido. Esta suerte

    de letra y todas las otras requieren tener el brazo muy assentado sobre la tabla y el rostro

    muy derecho quando se escriue y procurar que la letra tenga todo mucha ygualdad.....

    Para Juan de Icar la letra redonda de libros, o lo que es lo mismo la littera textualis, era

    una de las ms difciles de ejecutar y se poda trazar con una pluma ancha de corte a la

    izquierda, de corte a la derecha o de corte recto, que para l era la mejor. El material poda ser de

    azfar, de hierro o de acero, aunque la mejor peola era la de buitre, por ser menos pesada y

    suave, aunque el tamao de la letra quedaba limitado. Deba utilizarse grasa, porque al ser una

    letra sentada y gruesa la tinta se esparcira y la letra no quedara cortada. El tintero deba ser de

    plomo, sin ningn tipo de cendal, o en todo caso se le poda echar unos granos de goma o un

    poco de alumbre molino. El brazo habra de estar muy asentado sobre la tabla y el rostro muy

    derecho al escribirla, procurando que toda la letra tuviese mucha igualdad.

    Por su parte, el calgrafo sevillano Francisco Lucas dice al respecto:

    El corte de la pluma para esta letra es vna de las tres formas que tratando este punto en

    la letra Bastarda se auisaron, que son quedando los puntos mas altos hazia la mano

    yzquierda, o al contrario, o quedando iguales. En esto el mejor consejo, es prouarlo todo,

    porque no viendo la postura de la mano no se puede dar auiso cierto, y prouando vno y

    otro facilmente se conoce lo mas acertado y prouechoso26.

    En mi opinin, el proceso de transformacin grfica que llevara a la carolina a

    convertirse en un nuevo tipo, sobre todo en el tipo grfico por antonomasia de la escritura gtica,

    me refiero a la littera textualis, hay que verlo como un aspecto y, a la vez, como una

    consecuencia ms de ese cmulo de mutaciones que experimenta la sociedad europea entre fines

    del siglo IX y el XIII. En una poca en la que casi ninguna forma de vida religiosa, judicial,

    administrativa y econmica, as como las relaciones corrientes entre los individuos, las familias

    o los grupos sociales se pudieron mantener sin el recurso a la escritura, en latn o en lengua

    verncula, y de los hombres capaces de manejarla, puesto de relieve, como uno de los aspectos

    ms originales e interesantes de la historia cultural de la Edad Media, por algunos historiadores

    anglosajones, como Michael T. Clanchy27 y Brian Stock28, es fcil suponer que esos

    profesionales de la escritura, que ya no trabajan pro remedio animae sino pro pretio, ejercitasen

    su arte y probasen nuevas tcnicas con el fin de ofrecer distintos productos acordes con el deseo

  • de sus clientes, no slo para la confeccin de libros sino tambin para la enseanza de la

    escritura a miembros de su propia familia o a personas interesadas en su conocimiento. Un buen

    ejemplo lo representa el maestro calgrafo muniqus Heran Strepel (1447) del que se nos ha

    conservado una cartela anunciando los tipos grficos que poda ejecutar para sus clientes. El

    corte de la pluma a la izquierda, a la derecha o recto y cincelado es un elemento ms pero no es

    el determinante, como fcilmente podemos comprobar haciendo uso de plumas con esos distintos

    cortes, cuyo resultado grfico se ver modificado por la posicin que le demos a la mano en

    relacin con la lnea de escritura, es decir, con lo que desde el punto de vista tcnico Jean Mallon

    denomin ngulo de escritura. Incluso, el paradigma de la escritura gtica, la littera textualis

    formata, pudo ser trazada en el uso librario y documental siguiendo las pautas de la epigrafa, es

    decir, ejecutando el contorno de las letras con una pluma de punta fina y rellenndolas

    posteriormente con pincel y tinta.

    En resumen, a mi entender el estilo gtico fue el resultado lgico del aumento en el

    nmero de personas que saban escribir, que partiendo del mismo canon grfico e influenciado

    por distintos condicionantes, como poda ser el grado de habilidad en su ejecucin y de

    educacin grfica y cultural del escribiente, el grado de cursividad y el modelo a imitar, y de la

    diversificacin en los productos escritos, dieron origen a una extraordinaria variedad grfica en

    sentido horizontal (geogrfica) y en el vertical (finalidad propuesta por el copista y logro de una

    esttica determinada por un mayor o menor desarrollo del elemento caligrfico). Podramos

    volver a hablar, retomando una feliz expresin de Giorgio Cencetti al referirse a la fragmentacin

    grfica que se produjo a la cada del Imperio Romano29, de particularismo grfico, diversificada

    luego por Armando Petrucci en particularismo grfico horizontal y particularismo grfico

    vertical30.

    Si el origen de la escritura gtica no tiene an hoy una explicacin unnimemente

    aceptada, tampoco su nomenclatura y tipificacin es un problema o cuestin cerrada en la

    Historia de la Escritura, ya que no hay un tipo homogneo, por lo que el ltimo de los autores

    citados31 prefiere hablar del estilo gtico o, tal vez, segn mi opinin, de ciclo de las

    escrituras gticas. El tema fue ya abordado en abril de 1953 por el palegrafo neerlands

    Gerard Isaac Lieftinck con ocasin del Primer Coloquio Internacional de Paleografa celebrado

    en la Biblioteca Nacional de Pars, bajo la presidencia de Charles Samaran y a iniciativa del

    Centre National de la Recherche Scientifique, para tratar el tema de la nomenclatura de las

    escrituras latinas librarias entre los siglos IX al XVI con la finalidad de acordar una terminologa

  • comn y afrontar la posterior catalogacin de todos los cdices de ese perodo cronolgico32.

    La nomenclatura propuesta, basada fundamentalmente en manuscritos de procedencia

    neerlandesa y belga, datados o datables en los siglos XIV y XV, ha suscitado reacciones

    positivas y negativas y el tema an sigue abierto, como veremos33. Fue aumentada y

    perfeccionada por J. Peter Gumbert, su sucesor en la Ctedra de Paleografa de la Universidad de

    Leyden, en el segundo volumen del catlogo neerlands de manuscritos datados34 .

    La nomenclatura de Gerard Isaac Lieftinck y J. Peter Gumbert distingue tres grandes

    tipos: la littera gothica textualis, la littera gothica cursiva y la littera gothica hybrida, con

    frecuencia llamadas simplemente textualis, cursiva e hbrida, siendo sus elementos definidores:

    la presencia o la ausencia de bucles en las astas de b h k l; la forma de las a, segn tengan o no

    copete35; y, en tercer lugar, por la forma de las f y s largas segn desciendan o no bajo la lnea de

    escritura. As, la textualis se define por las a con copete, abierto o cerrado, por las f y s largas

    cuyas astas no descienden bajo la lnea de escritura y por la ausencia de bucles en las astas de b h

    k l. La cursiva, por el contrario, presenta las a sin copete, las f y s largas descendentes bajo la

    lnea de escritura y bucles en las astas de las letras b h k l, siendo precisamente la ausencia de

    bucles en estas letras lo que diferencia la hbrida de la cursiva, porque las dos caractersticas

    restantes de sta se mantienen en aqulla. Pero, adems de varios tipos, existen tambin distintos

    niveles, ya que el mayor o menor grado de caligrafa es otro criterio utilizado para el

    establecimiento de subtipos, si bien la distincin puede ser, a veces, vaga y subjetiva. As, una

    textualis currens es una escritura que presenta la morfologa de la escritura libraria tradicional

    pero ejecutada con gran rapidez sin disciplina caligrfica, en tanto que una cursiva formata es

    una escritura en la que las caractersticas de la cursiva se desenvuelven en una estilizacin

    caligrfica, ejecutada con bastante lentitud36.

    De las tres escrituras, la hbrida es la ms reciente, ya que los testimonios ms antiguos

    se remontan, hasta ahora, a 1396, siendo rara hasta 1423, pero a partir de este ao se difunde

    rpidamente en los Pases Bajos, en Westfalia y en Renania, sobre todo en los monasterios

    ligados a la Devotio moderna, es decir en las casas de los hermanos de la vida comn y entre los

    cannigos regulares de la Congregacin de Windesheim, siendo su difusin entre los

    benedictinos y los cistercienses ms tarda y ms lenta. Por ello, segn E. A. Overgaauw, hay

    que considerar la aparicin de la hbrida como una novedad bien localizada en el tiempo y en el

    espacio, pero tambin en un medio monstico muy definido y, por otro lado, la constatacin de

    que la hbrida nace probablemente como una variante de la cursiva no implica que toda cursiva

  • se preste a tal desarrollo. En mi opinin, se necesitan ms estudios para la confirmacin de estos

    supuestos y de la afirmacin de que los copistas fueron conscientes de la diferencia entre la

    cursiva y la hbrida, ejecutando aqulla con los bucles o sta sin los bucles en las b h k l, ya que,

    en ocasiones se encuentran escrituras en las que la presencia o ausencia de bucles en los astiles

    de esas formas grficas no resulta un criterio vlido para identificar y denominar el tipo de

    escritura, que E. A. Overgaauw considera relativamente raros y que justifica por ser manuscritos

    poco cuidados, tanto por la calidad del texto como por su ejecucin material, cuyos copistas no

    fueron conscientes del canon paleogrfico en vigor37, aunque no creo que sea esa la explicacin

    correcta.

    Por otro lado, tambin es cierto que son muchos los manuscritos que no pueden ser

    catalogados dentro de este sistema, es decir, dando una respuesta unvoca a cada una de las tres

    cuestiones sealadas ms arriba; o mejor, en palabras de J. Peter Gumbert, rehsan ser descritos

    por l y estn, por tanto, fuera del sistema38. Con el fin de subsanar las evidentes deficiencias de

    la nomenclatura propuesta por Gerard Isaac Lieftinck, el autor antes citado ha creado una que

    llama cartesiana, basada en la idea de describir las escrituras con referencia a criterios

    morfolgicos precisos y previamente elegidos, representando las ocho combinaciones posibles de

    respuestas unvocas bajo la forma de un cubo a partir de la respuesta a los tres criterios

    planteados ms arriba, con la intencin, segn confiesa, no de introducir este sistema abstracto de

    una manera explcita al lado de la nomenclatura de su maestro, ni mucho menos de proponerlo en

    sustitucin, sino de ver su utilidad, citndolo entre parntesis, para precisarla y, al tiempo,

    constatar las diferencias y detalles que pueden existir dentro de un grupo, enriqueciendo as

    nuestros conocimientos39.

    En la dcada de los aos setenta del siglo XX, el jesuita C.E. Viola propona como

    solucin ptima recuperar la terminologa de la poca gtica: Ad distinguendum varios typos

    scripturae Gothicae posset quis putare optimam solutionem esse uti terminologia scribarum

    aetatis gothicae40. No obstante, las nomenclaturas antiguas generan, a su vez, otros problemas

    metodolgicos y de interpretacin, como precis Franoise Gasparri en el Congreso de

    Paleografa de Munich, al tiempo que insista en la necesidad de elegir y fijar un vocabulario

    especializado que debera luego ser normalizado, aceptado y traducido a las diferentes

    lenguas41, ya que rara vez son precisos ( littera bononiensis; pulcra littera rotunda; littera

    rotunda multum bona, no multum bona; littera rotunda caduca; littera formata; littera formata

    bona; pulcra littera rotunda; letra gotiga, letra bastarda, letra tirada, letra tirada rodoneta,

  • letra scolastica), y las ms de las veces hacen referencia a la bondad y calidad de la escritura o a

    su antigedad ( littera comuni, bona littera, littera antiqua male legibili, letra confusa, pulchra

    literra, bona littera antiqua, noua littera, littera antiqua, antiqua littera e bona littera)42.

    En fecha reciente, Albert Derolez ha propuesto la penltima tipificacin del ciclo de las

    escrituras gticas, establecida a partir del anlisis esencialmente centrado en la morfologa de las

    escrituras de cdices escritos en el oeste y centro de Europa desde c.1100 a c.1530, con la

    excepcin de la escritura humanstica. Parte de la clasificacin y nomenclatura propuestas por

    Gerard Isaac Lieftinck (1902-1994), a cuya memoria dedica su trabajo, introduciendo un nuevo

    criterio diversificador: el elemento geogrfico. Es sta:

    - textualis43

    - del norte

    - del sur44:

    .en Italia

    . en Espaa y en Portugal

    . en el sur de Francia

    . en otras regiones

    - semitextual45

    - en Italia

    - en otras regiones

    - cursiva46:

    - cursiva antiquior47:

    . en las regiones de habla germana, Europa central y Escandinavia

    . en Inglaterra = anglicana

    - cursiva48:

    . cancilleresca (Italia)49

    . bastarda o letra borgoona50

    . secretary (Inglaterra)51

    - hbrida52 y semihbrida53

    - loopless bastarda

    - hbrida neerlanesa

    - hbrida y semihbrida en Alemania y en otras regiones europeas del Norte

    - fractura

  • . - hbrida y semihbrida italiana (= mercantesca, semihbrida currens)

    - hbrida y semihbra en Espaa y Portugal

    - gtica antigua y otras fuera del sistema:

    - gtica antigua en Italia

    - gtica antigua fuera de Italia

    Esta es la propuesta de Albert Derolez, que considero excesivamente complicada al

    intentar conjugar la clasificacin y nomenclatura de Gerard Isaac Lieftinck con el elemento

    geogrfico diversificador y al tiempo tambin con la nomenclatura usada tradicionalmente en los

    distintos pases.

    Pienso que lo que se debe pretender es establecer un cuadro de tipos grficos con unas

    caractersticas generales bien definidas que sirvan para identificar y, a la vez, diferenciar unos de

    otros y no descender a particularismos morfolgicos, con lo que se estaramos pretendiendo dar

    nombre a todas y cada una de las variantes grficas usadas en los mltiples productos escritos de

    la Baja Edad Media europea, o dicho de otro modo, al resultado grfico de los distintos

    individuos capaces de escribir, muchos de ellos con habilidades escriturarias que le permitan

    ejecutar con soltura ms de una variedad grfica, como habr ocasin de comentar. Para J. Peter

    Gumbert: El objetivo no es distinguir categoras histricas, sino simplemente Adescribir@ las

    escrituras mediante criterios morfolgicos precisos, definidos previamente y por tanto

    objetivos54; y an as, es decir, sealando unas caractersticas claras e identificativas, en ms de

    una ocasin nos veremos obligados a hacer excepciones y a justificar la calificacin dada, e

    incluso en algn caso resultar difcil aplicarle una denominacin.

    Es el caso de la escritura utilizada por el barbero Vincenti de Coloniam que intervino en

    el Ms. 7-4-27 de la BCC, al que se le ha asignado el ttulo genrico Thessaurus

    medicamentorum, incorporando a partir del fol. 152r una serie de recetas en cataln, escritas en

    1435 en Barcelona, en una escritura que presenta las caractersticas asignadas a la hbrida: f y s

    largas descendentes por debajo de la lnea de escritura y carencia de bucles en b h k l, no

    obstante las d unciales presentan bucles, al igual que en otros muchos ejemplos analizados por

    lo que considero que es una letra a incluir tambin como elemento de anlisis, y hay un intento

    de hacerlo en algunas b h l y, lo ms curioso, la presencia de los dos tipos de a, con y sin

    copete, por lo que sera uno de los casos que rehusara ser catalogado por una respuesta unvoca

    a los tres criterios sealados, es decir, estara fuera del sistema y le cabra el tipo K/H sealado

    por J. Peter Gumbert55.

  • Por ello, desde mi punto de vista, la clasificacin y nomenclatura de Gerard Isaac

    Lieftinck sigue resultando de una gran validez, al diferenciar dos grandes tipos: la littera

    textualis y la littera cursiva, subdivididos, a su vez, segn el grado de mayor o menor desarrollo

    caligrfico con que fueron ejecutadas; un tercer tipo sera la hbrida, cuyos primeros ejemplos

    parecen estar datados a fines del siglo XIV como una variante de la cursiva; tambin la bastarda

    debe ser considerada como un tipo, ya que, aunque nacida en la corte de los duques de Borgoa

    en la segunda mitad del XV y participar de los caracteres propios de la cursiva bucles en

    alzados y cados, ligaduras, rapidez de trazado, se extendi a otros lugares y presenta otras

    caractersticas morfolgicas que les son propias y especficas, como los cados en forma de

    huso, el trazado triangular del cuerpo de la d y v y de los bucles en los astiles. Tampoco rechazo

    la utilizacin del trmino notula o escritura notular, utilizado por el autor neerlands para

    designar una escritura menuda, de trazos descabalgados, usada en libros para uso personal, a

    veces incluso difcil de analizar morfolgicamente por su reducido mdulo y que es frecuente

    verla en sermonarios. La propuesta de J. Peter Gumbert me parece una solucin vlida, pese a su

    complejidad, para dar cabida en el cuadro clasificatorio al complejo panorama que presenta la

    escritura en una poca en la que el enorme crecimiento y las mltiples exigencias de

    documentacin y de comunicacin escrita dieron origen a una masa de escribientes articulada en

    ambientes y estratos sociales diversos extraordinariamente productiva y variada, como nunca

    antes lo haba sido, como ya se ha dicho. No obstante, conviene hacer algunas puntualizaciones.

    En primer lugar, la cursiva, definida como aquella escritura ejecutada con rapidez, no se

    identifica, desde mi punto de vista, slo y exclusivamente por la presencia de bucles en los

    alzados de las letras, ya que son muchas las escrituras individuales que carecen de ellos, pese a

    su naturaleza cursiva, que se manifiesta, por el contrario, en la profusin de ligaduras a nivel de

    la lnea de escritura. En segundo lugar, a las cuatro letras sealadas por J. Peter Gumbert que

    pueden llevar bucles (b h k l) hay otras que tambin pueden tenerlos como las d unciales y las f,

    sin olvidar, en algunos casos, esa acentuacin desmesurada del movimiento sinistrogirodel que

    habla Giorgio Costamagna56, evidente en las cursivas castellanas (precortesana, cortesana y

    procesal).

    No soy partidaria de utilizar nombres en los que entren el elemento compositivo semi por

    la propia etimologa del prefijo (medio, casi) y las dificultades que entraa asignar unas

    caractersticas propias y objetivas al tipo grfico en cuestin. Tampoco creo que sea conveniente

    mantener la nomenclatura especfica dada a los distintos tipos grficos en los diferentes pases,

  • bien por tradicin o por otras razones, o en todo caso hacerlo entre parntesis como simple

    referencia, sobre todo si lo que se est pretendiendo es fijar una nomenclatura unificada para

    proceder a la catalogacin de los cdices datados o datables entre los siglos XI y XVI. Es el

    caso, por ejemplo, de la llamada en Italia cancilleresca, derivada de la minscula cancilleresca

    documental pero que en realidad es un subtipo de la cursiva, la cursiva formata, utilizada en la

    copia de libros; otro tanto sucede con la llamada por Armando Petrucci mercantesca para

    designar aquella escritura utilizada fundamentalmente por los mercaderes, que en realidad es un

    cursiva currens, que puede ser utilizada por otros grupos sociales; y, en el caso de Espaa, sera

    ya hora de desterrar los trminos de letra de albalaes, letra de privilegios y precortesana.

    Propuesta de LIEFTINCK y GUMBERT. Manuscrits dats conservs dans les Pays-Bas: catalogue

    palographique. msterdam-Leiden, II, 1982.

  • 20

    3. Caractersticas socio-polticas y culturales de la poca gtica en Espaa.

    Las consideraciones de tipo general, que hemos sealado para la poca gtica en toda

    Europa, son aplicables de igual modo a Espaa. No obstante, creemos conveniente realizar una

    serie de puntualizaciones.

    El perodo se abre con la victoria de los ejrcitos cristianos de Alfonso VIII sobre los

    almohades en las Navas de Tolosa en 1212. A partir de este momento se emprenden operaciones

    militares en todos los frentes Portugal, Extremadura, valle del Guadalquivir y Valencia con

    una firme voluntad de liquidar el Islam.

    Las conquistas de Crdoba, Jan y Sevilla son los hitos que marcan la obra

    reconquistadora de Fernando III, al tiempo que la penetracin de los ejrcitos castellanos en

    tierras murcianas le obligarn a la negociacin de un tratado de lmites con el monarca aragons

    Jaime I en Almizra en 1244.

    Es una poca de insuperable fecundidad para Castilla, que va unida a un reforzamiento de

    la autoridad monrquica. La aureola de santidad que envuelve la personalidad del monarca

    castellano, como la de su primo San Luis de Francia, agiganta su figura y contribuye a prestigiar

    la Monarqua.

    Con Alfonso X se inicia una de las etapas ms brillantes y, a la vez, ms desdichadas de

    la historia de la Castilla medieval. Es una etapa de agotamiento de los impulsos blicos

    castellanos. La reconquista queda detenida mientras que el Reino de Granada se consolida y el

    valle del Guadalquivir conoce una sublevacin general de mudjares en el ao 1263.

    Sin embargo, el ms apasionante problema en que se vio envuelto el Rey Sabio fue su

    aspiracin al trono imperial, el llamado fecho del Imperio, cuestin qued zanjada con la

    abdicacin del monarca castellano a cambio de los diezmos de la Cruzada de Castilla y Len que

    le otorg el Papa.

    Pese a estas aspiraciones al trono imperial, para Alfonso X ha pasado la hora de la

    superioridad de los poderes universales de la Iglesia y del Imperio y llegado la de la afirmacin

    de los reinos, como, paralelamente, est sucediendo en Europa. Su actitud empalma con la de

    Raimundo de Peafort y, sobre todo, con la del canonista Vicente Hispano. En la Segunda

    Partida los reyes aparecen como vicarios de Dios, cada uno en su reino, puestos sobre las

    gentes para mantenerlas en justicia, en verdad, quanto en lo temporal, bien assi como el

    emperador en su Imperio. Se formula as, en forma explcita y casi textual, la mxima comn en

    la Europa de mediados del siglo XIII: rex est imperator in regno suo.

  • 21

    Su doctrina jurdica qued recogida en su voluminosa obra Las Partidas, que tiene como

    piedra de toque la influencia del Derecho Romano y, posiblemente, jugaron tambin un

    importante papel las Constituciones de Melfi, dadas en 1231 por el emperador Federico II.

    No obstante, la obra de Alfonso X no pasaba de ser meramente especulativa. Muchas de

    sus ideas chocaban abiertamente con los usos vigentes en tierras castellanas donde el

    germanismo haba tenido una favorable acogida. Ser Alfonso XI el que, decidido a consolidar la

    institucin monrquica, emprenda una vasta campaa legislativa, resumida en su famoso

    Ordenamiento de Alcal, que tiene como fin primordial la puesta en prctica de las normas de

    tipo jurdico asentadas por Alfonso X.

    Mientras, en los reinos orientales el respeto a las viejas tradiciones jurdicas (fueros de

    Aragn, y Navarra) cerr de momento el paso a la Recepcin del Derecho Comn. En Catalua

    el jurista Pere Albert en sus Commemoracions rebautizada el cdigo feudal de los Usatges,

    constituyndolo en fundamento, junto con las Leyes de Corte, del poder real.

    En el terreno social y econmico la batalla de las Navas de Tolosa marca tambin el

    inicio de profundas transformaciones. La primera consecuencia de las grandes conquistas es la

    incorporacin de amplios territorios y la consiguiente necesidad de su repoblacin. Valencia,

    Murcia, Andaluca y el Algarbe fueron ocupadas sin grandes trastornos de poblacin. Los musul-

    manes fueron obligados a abandonar las ciudades, a fin de establecer en ellas a los cristianos

    venidos del Norte mediante la frmula del repartimiento.

    La fiebre de las roturaciones de los siglos anteriores decae notablemente en el siglo XIII.

    En cambio la ganadera va a conocer una expansin insospechada que provocar el nacimiento

    del Real Consejo de la Mesta y de la Casa de Ganaderos de Zaragoza y ser la base de la

    produccin de lana el gran artculo de exportacin de la Castilla medieval y de la aparicin de

    una incipiente industria textil.

    La lenta transformacin de las ciudades castellano-leonesas se vio tambin influida por la

    incorporacin de las importantes ciudades musulmanas de tradicin mercantil. En ambas iba

    creciendo el nmero de personas que no se ocupaban de la tierra, sino que vivan y tenan como

    ocupacin principal el comercio y la artesana.

    Las peregrinaciones a Compostela haban contribuido a fomentar la circulacin de

    mercancas y a asegurar el desarrollo de las ciudades con ellas conectadas. Pamplona, Burgos,

    Len, Sahagn y la propia Santiago tenan ya en el siglo XII una burguesa apreciable. En

    relacin con ella aparecen ferias y mercados. Las ms antiguas de las que tengamos noticia son la

  • 22

    de Belorado (1116), pero dentro de este mismo siglo consta la celebracin de otras en Valladolid,

    Sahagn, Cuenca y Moy, cerca de Barcelona. En el XIII el nmero de ferias se multiplica

    extendindose a las poblaciones del Sur.

    Castilla entra definitivamente en los grandes circuitos comerciales del Occidente de

    Europa, jugando un extraordinario papel la ciudad de Sevilla y las colonias de genoveses

    establecidas por toda la Baja Andaluca, al tiempo que contina la expansin iniciada por

    Catalua tiempo atrs.

    Del aspecto religioso slo diremos que la expansin de las rdenes mendicantes en

    Espaa donde se instalan sistemticamente, como en el resto de Europa, en las afueras de las

    ciudades fue tambin rpida y temprana. Los franciscanos aparecen en Catalua antes de 1225,

    teniendo sus primeras casas en Barcelona, Gerona, Lrida y Balaguer, mientras que simultnea-

    mente llegan los dominicos no olvidemos que el fundador de esta orden fue precisamente un

    castellano de tierras burgalesas, Santo Domingo de la Calzada, que se instalan en 1223 en

    Barcelona y Zaragoza y, poco ms tarde, en Lrida y Palma de Mallorca.

    En el campo artstico, los xitos militares de Fernando III tendrn su paralelo en las

    esplndidas catedrales de las ciudades castellanas que comienzan a levantarse en su poca. En el

    campo de la ilustracin libraria se pierden los elementos orientales que la haban impregnado a

    partir del siglo XIII, en que se impone el estilo gtico en las obras de Alfonso X. Son ilustra-

    ciones ingenuas, pero de gran valor documental, pues parecen responder a una observacin de la

    realidad circundante. Despus del reinado de Alfonso XI se produce en Castilla una cada de la

    ilustracin que renace en el siglo XIV con la Biblia de la Casa de Alba y con la Crnica del

    Caballero Zifar. En los reinos orientales es clara la influencia italiana que se extiende a

    mediados del siglo XV al resto de los territorios, unindosele pronto la influencia flamenca,

    fundamentalmente de Van Eyck.

    Finalmente y por lo que al aspecto cultural se refiere, hemos de ocuparnos una vez ms

    de la figura de Alfonso X el Sabio y, en concreto, de su obra cultural, representada por la

    escuela de traductores de Toledo. La denominacin es inexacta. Se trata de personalidades

    que trabajan, aisladamente o en colaboracin, en un ambiente favorable y con los medios

    adecuados, pero sin formar un ncleo aglutinante que pueda semejarse a lo que era un estudio

    general, si bien el resultado de su trabajo llegara, en ocasiones, a ser decisivo para el desarrollo

    de las enseanzas universitarias.

    El grupo de trabajo se inicia bajo la proteccin del arzobispo de Toledo don Raimundo,

  • 23

    cluniacense francs venido a Castilla a fines del XI o comienzos del XII, y elegido para la sede

    primada tras la muerte de don Bernardo en 1126. En el XII trabajan en Toledo Johannes

    Hipanus, judo converso que tradujo y escribi sobre Astronoma, Astrologa y Filosofa;

    Domingo Gundisalvo, colaborador del anterior, dedicado principalmente a la Filosofa; y

    Gerardo de Cremona, ya en la segunda mitad del siglo, que ser el traductor ms famoso del

    rabe en la Europa de su tiempo.

    El grupo tiene su continuidad en el siglo XIII, con personalidades internacionales de la

    talla de Miguel Escoto, que trabaj tambin en la corte italiana de Federico II y fue autor de la

    traduccin de los comentarios de Averroes a Aristteles, que se utiliz en la Universidad de

    Pars, y Hermann el Alemn, que muri en 1272, siendo obispo de Astorga, y tradujo obras

    filosficas y literarias en Toledo y en la corte siciliana de Manfredo.

    La labor de estos traductores, muchos de ellos venidos de fuera pero que contaron con la

    colaboracin de mozrabes o conversos locales, enlaza claramente con los trabajos de este tipo

    realizados en la corte alfons.

    La obra cientfica de Alfonso X puede, pues, considerarse, en principio, una etapa ms en

    la labor de traduccin que se llev a cabo en Espaa desde el siglo X, en un principio centrada en

    el Nordeste del pas y, a partir del XII, en Toledo.

    Alfonso X es el heredero de esta tradicin toledana, pero con una novedad

    importantsima: la gran mayora de las traducciones alfonses se hacen al castellano y no al latn,

    como haba sido la norma hasta entonces. La tcnica habitual de las traducciones arabo-latinas

    era la siguiente: un judo (o mozrabe o un musulmn) realizaba una versin oral del rabe al

    vulgar romance, simultneamente, un clrigo trasladaba esta traduccin oral al latn, siendo esta

    ltima versin la nica que se pona por escrito. La originalidad del rey Alfonso X consiste en

    romper esta cadena e introducir un escribano que pondr por escrito la versin oral romance sin

    que quede claro si, en los casos en los que disponemos de una doble versin (latina y castellana)

    de un mismo original rabe, las dos traducciones se llevaron a cabo simultneamente. De lo que

    no hay duda es que, bajo Alfonso X, se realizaron tambin traducciones latinas. Por ejemplo del

    Quadripartitum de Tolomeo.

    Alfonso X no fue, evidentemente, el nico caso de un monarca interesado por las letras,

    recordemos a su to San Luis IX de Francia o a Federico II, rey de Sicilia. Pero, a diferencia de

    los reyes citados, la actividad alfons no se limit a patrocinar la ejecucin de una obra literaria,

    sino que reuni a su alrededor una serie de intelectuales a los que l mismo orienta y dirige.

  • 24

    Recordemos a este respecto un fragmento de la General Estoria:

    El rey faze un libro, non porquel escriua con sus manos, mas porque compone las

    razones del, e las emienda et yegua e enderesa e muestra la manera de cmo se deuen

    fazer, e desi escriue las qui el manda, pero dezimos por esta razn que el rey faze el libro.

    Otross quando dezimos el rey faze un palacio o alguna obra, non es dicho porque lo el

    fiziese con sus manos, mas porquel mando fazer e dio las cosas que fueron mester para

    ello.

    De esta forma la intencin del rey superaba lo meramente erudito y alcanzaba un cierto

    nivel poltico. El Rey Sabio es consciente de que en su poca no slo toda la ciencia, sino incluso

    los textos imprescindibles para el desarrollo de la vida diaria, estaban escritos en lenguas poco

    comprensibles para el comn de la gente, como el latn o el rabe, y siente la necesidad de salvar

    ese obstculo, tratando de crear un corpus literario en lengua vulgar. No slo para hacer

    inteligible estos textos a todo el mundo, sino para dejar bien clara la hegemona castellana en el

    mbito de su reino, al establecer el lenguaje de Castilla como de uso comn y declararlo

    oficial para los documentos reales. Slo para las poesas que se haban de cantar en loor de la

    Virgen, las famosas Cantigas, adoptar la lengua gallega, siguiendo en esto la tradicin de la

    lrica primitiva.

    Su intencin fue resumida por su sobrino, el infante Don Juan Manuel en el prlogo al

    Libro de la caza:

    Tanto cobdici que los de sus regnos fuesen muy sabidores, que fizo trasladar en este

    lenguaje de Castilla todas las ciencias, tan bien de teologa como la lgica, e todas las

    siete artes liberales como toda la arte que dicen mecnica. Otros fizo trasladar toda la

    secta de los moros, porque paresciese por ella los errores en que Mahomad el su falso

    profeta les puso e en que ellos estn hoy en da. Otros fizo trasladar toda la ley de los

    judos e aun el su Talmud, e otra ciencia que han los judos muy escondida a que llaman

    Cbala... Otros romanz todos los derechos eclesisticos e seglares...

    La tarea no era fcil, ya que se haban de verter al castellano, lengua todava poco

    evolucionada, obras pensadas y escritas en el ms complejo latn. Con esa idea, en su corte se

    compondr la versin castellana de las recopilaciones legales bsicas para el desarrollo de la vida

    comunitaria: Las Siete Partidas, El Fuero Real, el Setenario y el Espculo; la primera historia

    universal escrita en castellano, la General Estoria, que incluye a su vez el primer intento de

    traduccin de la Biblia; los varios tanteos para hacer una Historia de Espaa, a partir de las

  • 25

    crnicas latinas, que dieron lugar a la Primera Crnica General; las varias obras cientficas

    generalmente traducidas del rabe, tales como el Lapidario, Los Libros del saber de la

    astronoma, las Tablas alfonses, el Libro de las Cruces, el Libro de los juicios de las estrellas,

    adems de tratados miscelneos, tambin vertidos del rabe, como los Libros del ajedrez y de los

    juegos.

    Aunque a veces es difcil establecer una cronologa precisa, ya que las obras se

    reelaboran o refundieron por el propio rey en pocas posteriores, es interesante ver cmo, en

    general, las obras astrolgicas y astronmicas pertenecen a la etapa de juventud del rey o,

    incluso, son anteriores a su acceso a la corona, es el caso de El Lapidario, lo mismo que las

    versiones de obras literarias, como el Calila y Dimna, mientras que las recopilaciones legales o

    histricas tienen lugar en su etapa de madurez.

    Las directrices dadas por Alfonso X a los traductores respondan a una tendencia

    generalizada de secularizacin de la cultura y tambin a una urgencia por parte de los cientficos

    que consideraban el latn lengua inadecuada para sus empresas. Los saberes astronmicos

    europeos de la poca fueron posibles gracias a las traducciones. El astrolabio europeo es el del

    Alfonso X: el del espaol Azarquiel es el astrolabio plano usado por los marinos de todo el

    Occidente y las Tablas Astronmicas conocieron traducciones no castellanas. Coprnico, por

    citar un slo ejemplo, trabajaba en el ao 1500 en las Tabulae Alfonsinae.

    Diversos trabajos llevados a cabo nos han dado a conocer, con la exactitud posible, la

    composicin de la corte literaria alfons y sus mtodos de trabajo. Nos consta que el rey escoga

    personalmente las obras a traducir e, incluso, sabemos que en alguna ocasin, siendo todava

    prncipe, adquiri algn manuscrito con la intencin de ordenar la versin; otras veces, no

    satisfecho con la primera traduccin, la mand rehacer o adicionar. El grado de participacin del

    monarca en el trabajo sera variable, pues muchas veces se habla del rey en tercera persona.

    En el caso de las traducciones del rabe, conocemos el nombre de varios de sus autores,

    entre los que haba judos e italianos, adems de los cristianos espaoles, y en sus mtodos de

    trabajo debieron de haber estado influidos por los traductores del grupo toledano; stos equipos

    no slo elaboraban traducciones al castellano sino posteriores versiones al latn o a otras lenguas

    romances.

    En la poca alfons se llev a cabo, de acuerdo con los nuevos vientos que soplaban por

    Europa, una de las renovaciones ms trascendentes de toda la historia del libro espaol. En

    primer lugar, esta renovacin afect al contenido de los libros: los textos monsticos (bblicos,

  • 26

    litrgicos, patrsticos) no desaparecern, pero quedarn en segundo plano frente a la floracin de

    textos de carcter cientfico, histrico, legal y puramente literario, y el latn como lengua de

    expresin para este tipo de textos ser reemplazado por las lenguas vernculas, en un proceso

    que se prolongar ya a travs de toda la Baja Edad Media y nos introducir en la poca Moderna.

    Cambios que afectaron a todos los aspectos del libro, empezando por la propia escritura,

    con la utilizacin de las diferentes variedades grficas de la gtica. El tamao no suele superar

    los 280 mm de altura. Considerable mejora en la preparacin del pergamino, que es ms blanco y

    delgado. Aunque todos los cdices de la cmara alfons estn copiados en pergamino, debi de

    existir ya un impulso decisivo para cambiar la materia fsica sobre la que escribir utilizando el

    papel, que fue indudablemente una de las mayores revoluciones de la historia del libro. Como

    sabemos, esta nueva materia escriptrea fue introducida en la Pennsula Ibrica a fines del siglo

    X. Por influjo islmico se utiliz a fines del XI en cdices cristianos, en el monasterio de Silos y

    quizs en Toledo, aunque de un modo espordico, ya que su uso no se difunde en Occidente

    hasta la segunda mitad del XIII.

    La semilla plantada por Alfonso X, continu dando frutos en la poca de sus sucesores,

    pero ninguno desarroll el afn de saber de su ilustre antepasado. Aunque no faltan los que

    promueven la composicin de textos de considerable inters y su copia en cdices de gran

    belleza, el taller alfons desapareci como tal al faltar la direccin y patrocinio del sabio

    monarca. A partir de l raro ser el monarca que no forme su propia biblioteca y se preocupe de

    enriquecerla continuamente: Sancho IV encarga la Gran Conquista de Ultramar; Alfonso XI

    ordena la versin de la Crnica Troyana. Lo mismo se podra decir de los reyes posteriores hasta

    Isabel la Catlica.

    Los reyes aragoneses, a su vez, llaman la atencin ms an que los castellanos por sus

    preocupaciones literarias. Jaime II de Mallorca, Pedro IV y Martn el Humano se rodean de

    copistas y miniaturistas a su servicio.

    Como en el resto de Europa, el inters por los libros prendi tambin en los otros

    estamentos de la sociedad. Son famosas las bibliotecas reunidas por el arzobispo de Toledo, don

    Sancho de Aragn, hijo de Jaime I; la del tambin arzobispo de Toledo, don Rodrigo Jimnez de

    Rada; la del Gran Castell de Ampurias, don Juan Fernndez de Heredia; la del Marqus de

    Santillana, y, en Sevilla, las de los arzobispos don Pedro Gmez Barroso y don Juan de

    Cervantes, Cardenal de Ostia, que pasaran a engrosar los fondos de la Biblioteca Capitular de la

    Iglesia Catedral de Sevilla.

  • 27

    Las bibliotecas catedralicias fueron creciendo lentamente hasta los ltimos siglos

    medievales, tiempo en que muchas de ellas se vieron obligadas a destinar una sala para reunir

    todos los libros, antes dispersos en distintas estancias. Al principio las ms importantes estaban

    en al-Andalus, la Espaa musulmana, y hay noticias y datos de las de Crdoba, Toledo y Sevilla.

    Luego empezaran a surgir otras en el norte: Oviedo, Len, Pamplona, Vich, Gerona, Urgel, etc.

    Ms tarde fue en Toledo donde hubo mejores bibliotecas, que permitieron la reunin de los

    estudiosos de la ciencia rabe y dieron origen a la llamada escuela de traductores de Toledo.

    Finalmente, el siglo XIII es tambin en Espaa el de la constitucin de las primeras

    universidades. Las escuelas episcopales pujantes en la segunda mitad del siglo XII (recordemos

    en suelo castellano, las de Toledo, Palencia o Segovia), van a dar paso a los estudios generales o

    universidades de maestros y escolares. En fecha temprana, 1212, Alfonso VIII funda en Palencia

    un Estudio General a instancias del obispo Tello Tllez de Meneses. Acuden a sus aulas

    maestros extranjeros de indudable talla, pero diversas circunstancias motivaron su decadencia. El

    estudio se trasladar, en tiempos de Alfonso X, a Valladolid. En 1215, Alfonso IX de Len

    creaba la Universidad de Salamanca. Fernando III confirm aos ms tarde dicha fundacin

    (1242). Su prestigio se acenta a raz de la famosa bula otorgada por el pontfice Alejandro IV en

    1254.

    Las primeras universidades castellanas sufrieron, sin duda, la dura competencia de las

    europeas de ms prestigio, as como los avatares de las luchas y de los intereses de los papas que

    haban de concederles sus privilegios. Fueron poco favorecidas, quedando a merced de sus

    propios recursos, que eran realmente escasos. El prestigio de las universidades extranjeras atrajo

    a sus aulas a lo ms selecto del alumnado espaol, restando con ello posibilidades a las

    peninsulares para llegar a su mayora de edad, que no consiguieron hasta los aos del

    Renacimiento. Slo Salamanca y Valladolid mantuvieron su prestigio durante toda la Edad

    Media, prestigio que se acrecienta en el XV con las fundaciones, anejas al estudio, de los

    Colegios Mayores de San Bartolom, en Salamanca, y de Santa Cruz, en Valladolid.

    4.- La escritura gtica en cdices

    Son vlidas la nomenclatura y clasificacin dadas para el resto de Europa.

    5. La escritura gtica en documentos. Castilla.

    Partimos de dos hechos: uno, las escrituras gticas en documentos ofrecen grandes

  • 28

    dificultades de lectura; dos, existe tal abundancia de documentos escritos en gtica que

    comparndolos con los anteriores, stos no alcanzan ni la centsima parte.

    Esta sobreabundancia se debe a mltiples causas, entre las que se encuentran la aparicin

    de nuevos rganos administrativos y, en general, la significacin de Espaa en el mundo

    europeo, sobre todo a partir de la unin de los territorios bajo los Reyes Catlicos, a lo que se

    uni el descubrimiento de Amrica y su ulterior administracin.

    Espaa se convierte en una impresionante mquina administrativa y, por ello, en una

    mquina productora de documentos. Estos documentos en escrituras gticas se encuentran en los

    diferentes archivos generales: Histrico Nacional de Madrid, General de Simancas, General de

    Indias, Archivo de la Corona de Aragn, chancilleras de Valladolid y Granada, as como en

    numerosos archivos particulares, eclesisticos, nobiliarios y de protocolos notariales.

    Antes de entrar en el estudio de la escritura gtica en documentos conviene observar que:

    - En ellos ocurre la sustitucin de la lengua latina, tanto en documentos pblicos como

    privados, por las lenguas y dialectos romances. El cambio se haba dado desde el siglo XII en

    algunos documentos privados. En los pblicos no se lleva a cabo hasta mediados del siglo XIII:

    con Fernando III y Alfonso X de Castilla y con Jaime I de Aragn.

    - Los documentos en escrituras gticas son producidos muy frecuentemente por un

    cuerpo de notarios o escribanos pblicos profesionalizados, a cuyo cargo corre la confeccin de

    la documentacin privada en un altsimo porcentaje.

    - Las cursivas gticas se aduean del campo documental, excepto en los privilegios

    rodados y cartas plomadas de concesin o confirmacin de privilegios, cuya escritura es

    semejante a las variedades del ciclo gtico utilizadas en la copia de libros.

    - Se da como una regionalizacin de las escrituras gticas documentales. Se pueden

    distinguir las cursivas documentales gticas de Castilla, de Aragn y de Navarra e, incluso,

    regiones en estas reas: Galicia en Castilla y Catalua en Aragn.

    - No ocurre ahora, como en otros perodos, una diferenciacin paleogrfica entre

    documentacin pblica y privada. La razn hay que buscarla en el desarrollo de los estudios

    universitarios, que comporta, como en el resto de Europa, donde se forme el notariado hispnico,

    a cuyo cargo est la redaccin de documentos particulares, mientras que la cancillera real, por su

    parte, abandona la costumbre de reclutar a sus empleados entre los eclesisticos y los recluta

    entre esos mismos universitarios.

    - Aunque falta un estudio completo, no es aventurado afirmar que, durante el siglo XIII

  • 29

    y parte del XIV, en las cancilleras se escribi con caracteres ms cursivos y que, a partir de las

    primeras dcadas del XIV, se inici el fenmeno contrario: las cancilleras mantuvieron modelos

    relativamente cuidados frente a los emanados de los notarios pblicos, que elaboraron modelos

    cada vez ms cursivos hasta llegar a una gran cursividad: la escritura procesal. De modo que

    no existe propiamente una diferenciacin paleogrfica entre escritura documental pblica y

    privada, sino ms bien se trata de una diferenciacin en el grado de cursividad.

    Aunque siempre se haba propuesto como cronologa de la aparicin de la gtica la

    segunda mitad del siglo XII, Francisco M. Gimeno Blay retrotrae los primeros testimonios de

    goticismo a la primera mitad del siglo, al tiempo que aboga por un campo de investigacin que

    debera reconstruir (utilizando tanto los depsitos documentales como librarios) el proceso de

    transformacin de las carolinas en gticas en todo el territorio peninsular y a lo largo de un

    perodo cronolgico amplio que abarca desde la segunda mitad del siglo XI hasta los aos

    postreros del reinado de Alfonso VII, para la zona ms occidental, y hasta la constitucin de la

    Corona de Aragn en 1137, para el oriente peninsular57.

    En ellos el goticismo se polariza en:

    - claro contraste de trazos gruesos y delgados

    - forma particular que presenta el punto de ataque de todos los alzados

    - descomposicin de los trazos curvos y su sustitucin por ngulos

    Tradicionalmente, y a pesar de ser consideradas por la mayor parte de los palegrafos

    espaoles como impropias e inadecuadas, las denominaciones dadas a las escrituras usadas en la

    documentacin del reino castellano-leons han sido: letra de privilegios, letra de albalaes,

    precortesana, cortesana y procesal, asignndoseles, adems, una rgida periodizacin

    cronolgica en su uso y difusin. Las dos primeras, introducidas por el jesuita Esteban Terreros

    y Pando en su manual de Paleografa espaola, publicado en 1755, apuntan claramente a dos

    categoras diplomticas y, en consecuencia, no son trminos paleogrficos. Por otra parte, el

    segundo de ellos albal es un documento cancilleresco muy especfico, que se refiere a

    asuntos administrativos y econmicos y que no surge hasta el reinado de Pedro I (1350-1359), un

    siglo ms tarde del inicio del perodo asignado al uso y difusin de esa grafa (desde 1250 al

    reinado antes citado)58. De modo que an resulta ms improcedente que para un siglo antes de

    que apareciese el albal, como tipo diplomtico, se pueda escribir en letra de albalaes.

    La letra de privilegios sera la escritura utilizada en los privilegios rodados y cartas

    plomadas de concesin y confirmacin de privilegios, ambos en pergamino, durante el siglo XIII,

  • perdurando con ligeras modificaciones hasta el siglo XVI, mostrando la rigidez propia de

    escrituras que se anquilosan por no tener un uso espontneo y por estar a cargo de un grupo de

    escribas que se especializan en el trazado de la misma. Sus caractersticas seran:

    - Claro contraste entre el cuerpo de las letras, que es pequeo, y las astas que se elevan

    desmesuradamente, curvndose hacia la derecha y hacia abajo, mientras que los cados no suelen

    prolongarse, sino que se incurvan con poca espontaneidad grfica hacia la izquierda.

    - Tendencia a la unin de curvas contrapuestas y utilizacin de la r redonda despus de

    letra curvilnea.

    - Letras bien separadas, destacando: a de capelo poco pronunciado formando un ngulo

    obtuso, o recto si se une a la letra anterior; c bien diferenciada de t; g cierra la parte superior

    formando un crculo y tiene tendencia a cerrar tambin su cado; R maysucla con valor de doble

    r; s alta, sin bajar de la lnea del rengln, al comienzo y en medio de palabra; de doble curva al

    final de palabra, quedando a veces la segunda curva reducida; z en posicin final tiene forma de

    5, y se distingue claramente y z.

    - Escaso uso de abreviaturas.

    Mientras que la letra de privilegios, como hemos dicho, se anquilosa y no evoluciona, la

    letra de albalaes s lo hace hacia formas cada vez ms cursivas. Las caractersticas ms

    importantes que se le sealaban eran stas:

    - Dentro de una misma palabra las letras se unen entre s.

    - Claro contraste entre el cuerpo muy pequeo de las letras y sus astas muy desarrolladas.

    - Tendencia muy peculiar de los cados a subir por la izquierda buscando la caja de

    escritura y formando as una lnea paralela con el trazo fundamental de la letra, alcanzando su

    mxima expresin en las letras f y s.

    30

  • A sta sucedera la precortesana o cortesana primitiva, tipo grfico que llenara el

    espacio entre 1350 y 1425, fecha en la que la cortesana se considera ya totalmente formada y

    que, como toda escritura intermedia entre dos tipos bien definidos, no presentara unos caracteres

    muy acusados aunque s unos rasgos distintivos fundamentales:

    - Desaparece la reduplicacin sistemtica de f y s y en general la de todos los cados.

    - Escritura ms redondeada y menos aguda; si los cados de las letras se prolongan y se

    incurvan para buscar la lnea de escritura no lo hacen en forma angular sino usando amplias

    curvas.

    - No hay tanto contraste entre el cuerpo y los astiles.

    - Aumento de las ligaduras.

    La cortesana sera la escritura formada entre 1400 y 1425, con una vida corta en su uso,

    prcticamente poco ms de un siglo, y, sin embargo, con una gran cantidad de testimonios

    escritos.

    Finalmente, la procesal, tiene una vida muy larga. Nace en el siglo XV, se considera

    formada a fines de la primera mitad y se mantiene hasta mediados del siglo XVII, con ms o

    menos ingerencias de la humanstica cursiva, hasta ser sustituida por sta59.

    En al ao 1991, M Josefa Sanz Fuentes aplic la clasificacin de Gerard Isaac Lieftinck

    a Espaa 60, sealando, como en el resto de los pases occidentales, el uso en la corona

    castellano-leonesa de la cursiva, fundamentalmente anloga en toda Europa, pero articulada en

    variedades nacionales, e incluso locales, nominada en bloque por los palegrafos como

    minscula gtica notarial o cursiva gtica, como indica Giorgio Cencetti, y distinguiendo los

    siguientes tipos:

    - una cursiva gtica fracturada formata, utilizada formalmente en la cancillera real en

    documentos no solemnes emitida en pergamino, es decir, en las denominadas cartas abiertas, as

    como por otras cancilleras y algunos notarios.

    - una cursiva gtica fracturada, de uso comn, sin ningn tipo de concesiones a la

    31

  • 32

    esttica, y que es utilizada tanto en la cancillera real para documentos menores en pergamino,

    compartiendo con la formata la redaccin de cartas abierta, como para documentos en papel, los

    mandatos. Es la utilizada mayoritariamente por los notarios leoneses y escribanos pblicos

    castellanos.

    - por ltimo, una cursiva gtica fracturada currens o corriente, utilizada en las notas

    dorsales, en los documentos notariales, en las rbricas del personal de cancillera, en los

    documentos emitidos por la misma y en anotaciones marginales de cdices, ejecutadas con un

    trazado totalmente descuidado.

    A partir de la segunda mitad del siglo XIV se inicia en la escritura documental castellano-

    leonesa un proceso que dar origen a la formacin de un nuevo tipo de cursiva, caracterizada por

    su mayor nmero de ligaduras entre letra y letra, por el cuerpo redondeado de las formas

    alfabticas y por el aspecto ornamental de los signos abreviativos, as como por lo poco

    acentuado de su claroscuro, dando lugar a la gtica cursiva redonda, denominada

    tradicionalmente cortesana y que tras un primer perodo de transicin, al que suele calificarse de

    precortesana, cristalizar tambin en tres subtipos: la gtica cursiva redonda formada o

    cortesana formata, una gtica cursiva redonda o cortesana, y, por ltimo, una gtica cursiva

    redonda corriente, que a finales del siglo XV desembocar en la denominada comnmente

    procesal, utilizada tanto en libros diplomticos (libros de actas y acuerdos, registros, etc.) como

    en los procesos judiciales....

    Mientras que en el campo documental tambin en Castilla y Len se utilizan tipos

    escriturarios bsicamente librarios. Tal es el caso de las textuales, tanto fracturada como

    redonda, que sern usadas frecuentemente en la expedicin de los documentos ms solemnes de

    la cancillera real castellano-leonesa, los privilegios rodados y las cartas plomadas de concesin

    o confirmacin de privilegios. La textualis formata queda reducida en el mbito documental,

    solamente con efectos decorativos, a las palabras iniciales de algunos documentos solemnes o a

    los incipits de cdices diplomticos61.

    Propuesta clasificatoria que no comparto, por su complicacin y porque no hay unos

    caracteres grficos claramente definitorios de los tipos grficos sealados, adems sera

    conveniente recordar brevemente el proceso de formacin de la littera corsiva. Como expone A.

    Petrucci62, siguiendo a Giorgio Costamagna63 , a fines del siglo XIII o comienzos del XIV se

    produjo un cambio notable en la tcnica escriptrea que dara lugar a una nueva cursiva, en cuya

    base estuvieron, entre otros elementos, la adopcin de una pluma tallada en el centro (no biselada

  • a la izquierda) y por ello ms suave en el trazado, con la que s se podan fcilmente, a diferencia

    de lo que suceda con la pluma biselada a la izquierda, ejecutar las ligaduras y los trazos de unin

    entre las letras, as como la invencin de un nuevo modo de realizarlos, procediendo con un

    movimiento contrario a las agujas del reloj de la mano (sinistrogiro):

    Bajo la accin complementaria de los factores tcnicos y culturales ya indicados, en el

    transcurso del siglo XII, primero a nivel cancilleresco, despus a nivel notarial (los notarios de

    Italia, sobre todo), luego a nivel privado (cuentas de mercaderes, cartas, etc), se fue formando un

    nuevo tipo de cursiva, caracterizada siempre por un mayor nmero de ligaduras entre las letras,

    por prolongaciones, cados, bucles aadidos a las astas, notablemente alargadas sobre la lnea de

    escrituras, por un cuerpo redondeado de las letras, por el aspecto ornamental de los signos

    abreviativos, por el claroscuro poco acentuado (al menos, para el siglo XIII). Es la escritura

    denominada por Emanuele Casamassima como littera minuta corsiva.

    Como en el ao 198664, sigo compartiendo la opinin de Franco Bartoloni de que hay que

    reducir la gran variedad de escrituras documentales no canonizadas, o en todo caso no

    suficientemente tipificadas, a categoras amplias, resaltando lo que las defina, as como su

    propuesta de que el nico medio para llegar a la solucin del problema de su nomenclatura est

    en recurrir a una terminologa mltiple de carcter orientativo, en la que se consideren los

    siguientes elementos: el ductus, cursivo, semicursivo o sentado; el carcter de la escritura en

    relacin con el oficio o la persona de quien emana; la escritura usual que est en la base de la

    que presenta el documento; el lugar de origen y, finalmente, el siglo al que pertenezca65.

    Criterios que tambin han sido asumidos por Carmen del Camino Martnez66, y as habla de

    escritura gtica semicursiva documental castellana de mediados del siglo XIII y escritura

    gtica cursiva documental castellana de segunda mitad del siglo XIII y primera del XIV.

    A estos criterios se podra aadir otro como es aquel que hace referencia al mayor o

    menor desarrollo del elemento caligrfico, totalmente vlido, aunque se trate de escrituras

    33

  • 34

    cursivas, tenido en cuenta por Gerard Isaac Lieftinck para su clasificacin.

    En cuanto al mantenimiento o no de la terminologa tradicional (letra de privilegios, letra

    de albalaes, precortesana, cortesana y procesal), no creo que fuese improcedente el mantener

    las denominaciones de cortesana y procesal, al ser trminos coetneos al uso y difusin de

    ambos tipos grficos, como demuestran los siguientes textos:

    En una Carta-arancel, fechada el 3 de marzo de 1503, destinado a los escribanos de

    concejos, se ordena:

    Que lleven ... a diez maraveds por la tira... seyendo la tira de una hoja de pliego entero

    scripta fielmente de buena letra cortesana e non procesada, de manera que las planas sean

    llenas, no dejando grandes mrgenes, y en cada plana haya a lo menos treinta y cinco

    renglones y quince partes en cada rengln.

    Disposiciones semejantes se repiten en otros dos aranceles del 7 de junio del mismo

    ao:

    Item de los pregones e remates que se hicieren en las rentas de los dichos concejos y de

    los recudimientos que dellas se dieren que lleven por cada pliego de letra apretada y

    cortesana en que haya en cada plana a los menos treinta e cinco renglones y en cada

    rengln quince partes veinte maraveds e no ms...

    E mando a los dichos escrivanos que ayan de taer e trayan las cartas que se ovieren de

    dar escriptas de buena letra cortesana sin dexar en ellas grandes mrgenes segn de la

    manera que dicha es67.

    En los aranceles que se haban de cobrar en los pleitos y causas tocantes a los colegiales,

    maestros y estudiantes y dems personas que residiesen en el Colegio de San Ildefonso de la

    Universidad de Alcal de Henares, establecidos por el cardenal don Francisco Ximnez de

    Cisneros, se dice:

    del traslado de qualesquier probanas o escrituras que se sacaren del proeso, lleue el

    notario de cada hoja de pliego entero que trasladare de letra apretada y conculcada en que

    aya treynta e inco renglones en cada plana quinze maraueds,

    y ms adelante:

    de qualquier testimonio que se d signado lleue el escriuano