La E de Delfos y el objetivo de la filosofía

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Reflexiones sobre la inscripción de la letra E (épsilon) en el templo de Delfos y su relación con el "Conócete a ti mismo". / Reflections on the aim of philosophy, in the light of two inscriptions at the Delphi oracle temple.

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La Ε de Delfos y el objetivo de la filosofía

Cuenta Plutarco en sus Moralia (384d ss.) de una inscripción (ἀνάθημα) que los sacerdotesdel templo de Apolo en Delfos¹ presentaban a los visitantes, y que consistía de la simpleletra Ε, aparentemente pronunciada ΕΙ (en griego, «tú eres»). Delfos era famosa por elcarácter enigmático de las respuestas del oráculo y por otras inscripciones, como ΜΗΔΕΝΑΓΑΝ («Nada en exceso»), ΕΓΓΥΗ ΠΑΡΑ ΔΑΤΗ («Confianza: desgracia cerca») y sobretodo ΓΝΩΘΙ ΣΕΑΥΤΟΝ («Conócete a ti mismo»).² Plutarco habla de las diferentes espe-culaciones cosmológicas y teológicas a las que diera lugar la misteriosa letra E, y concluyeque su verdadero sentido se encuentra en la relación con el «Conócete a ti mismo». Eldios Apolo exhorta al iniciado, es decir al que viene de lo pro-fanum («ante-templo») y esintroducido al templo, diciéndole: «conócete a ti mismo»; y el ya iniciado responde al diosdiciéndole EI, «tú eres», es decir, según explica Plutarco, «tú sí eres, a diferencia de mí,que soy un manojo de condiciones cambiantes, ayer niño, hoy adulto, mañana ancianoy cadáver…» (cf. 392a), señalando así, a modo de recordatorio (ὑπὀμνησις, 394c) para elhombre y su mortalidad, que lo Eterno es la Divinidad Una.

Plutarco mismo, comenzando el pasaje dice:

ἐπεὶ δὲ τοῦ φιλοσοφεῖν’ ἔφη ‘τὸ ζητεῖν ἀρχή, τοῦ δὲ ζητεῖν τὸ θαυμάζειν καὶ ἀπορεῖν,εἰκότως τὰ πολλὰ τῶν περὶ τὸν θεὸν ἔοικεν αἰνίγμασι κατακεκρύφθαι [καὶ] λόγοντινὰ ποθοῦντα διὰ τί καὶ διδασκαλίαν τῆς αἰτίας

«El principio del filosofar es el investigar, así como del investigar lo son elasombro y la aporía, y por esto se entiende que casi todo lo relacionado conla Divinidad se halle como entreoculto en adivinanzas enigmáticas, como pi-diendo un “por qué” y una explicación de las causas».

Los símbolos pues, para desarrollar esta idea, piden, desean, anhelan con pasión (todosestos significados de ποθοῦνται) ser interpretados; los símbolos divinos anhelan y reclamanla hermenéutica.

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Sin menoscabo alguno de la interpretación de Plutarco, sino más bien como un comple-mento hacia lo subjetivo fonciero, el gran metafísico de origen cingalés Ananda Cooma-raswamy (1877–1947) ofrece la siguiente explicación.

Apolo exhorta al visitante:«conócete a ti mismo», y a la pregunta concomitante necesariaen la mente del así amonestado, es decir «¿quién o qué soy yo mismo?», el dios responde

¹Plutarco mismo fue uno de ellos.²Véase Platón, Cármides 164d 7ss.

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con la letra misteriosa, ΕΙ, diciéndole «eres», «tú eres». Coomaraswamy lo hace más clarotrayendo a colación otro significado atribuido a la letra, el de ΗΕΛΙΟΣ, el Sol, una de lasfacetas de Apolo. Es decir que el dios ordena: «conócete a ti mismo», y cuando el misto³ seestá preguntando «¿qué es “yo mismo”?» la respuesta es ΗΕΛΙΟΣ ΕΙ, «el Sol [que Yo soy]eres tú». Esta revelación es idéntica a la famosa de los Upanishads: tat tvam asi, «aquello túeres».

De los diferentes verbos existentes en griego antiguo para saber y conocer, el Señorde Delfos no utiliza μανθάνω, que es comprender estudiando, no utiliza ἐπίσταμαι, quees comprender y dominar mentalmente algo, y no utiliza εἶδω, que es saber por la visiónintelectual directa, sino que utiliza γιγνώσκω, de donde viene la palabra γνῶσις, gnosis, paraindicar un conocimiento que implica el ser, relacionado con γίγνομαι, llegar a ser, conγόνος, la procreación, y con la articulación más compleja del cuerpo humano, la rodilla,γόνυ, donde la voluntad transmuta la solidez fundamental de la tierra en movimiento, seapara el ascenso, el avance o la humilde genuflexión.

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Cuando Apolo, a través de los siglos, nos recibe virtualmente en su templo gracias a lostextos de Platón, Plutarco y tantos otros, y nos espeta el imperativo ΓΝΩΘΙ ΣΕΑΥΤΟΝ,«conócete a ti mismo», no nos está diciendo simplemente «estúdiate a ti mismo» o «com-préndete a ti mismo», como ordenando algún tipo de introspección o examen anatomo-fisiológico. Estas actividades tienen su importancia y también su lugar en la jerarquía delconocerse a sí mismo, y su lugar es secundario, y acaso auxiliar, en relación con la gnosisde sí mismo hacia la que apunta la misteriosa Ε del oráculo: «Conócete a ti mismo: ereslo que soy, el Sol».

Trasponer el umbral del templo de Apolo implicaba, como en todos los ingresos simi-lares, un morir para renacer. Cuando uno llega creyendo en su identidad corriente, en serfulano de tal, el dios nos revela para nosotros mismos: «reconócete, eres el que yo soy»,aniquilando así al individuo, a fulano, para afirmar al Ser, al Sol, al Solo. San Juan de laCruz hablaba de esto diciendo:

Y quedeme no sabiendo,toda ciencia trascendiendo.

O parafraseándolo, para hacer más clara la relación con nuestro contexto: «trascendiendotoda ciencia, ya no sabiendo, quedeme». Ese que «se queda» después de trascender todaciencia, ése es el que, dice Apolo, «eres».

Ese morir, dejar de ser fulano para ser Apolo, o en términos cristianos la deificatio,deificación, es a lo que se refiere Platón cuando dice:

Κινδυνεύουσι γὰρ ὅσοι τυγχάνουσιν ὀρθῶς ἁπτόμενοι φιλοσοφίας λεληθέναι τοὺςἄλλους ὅτι οὐδὲν ἄλλο αὐτοὶ ἐπιτηδεύουσιν ἢ ἀποθνῄσκειν τε καὶ τεθνάναι.⁴

Casi siempre la gente ignora que quienes se acercan de manera apropiada a lafilosofía no se ocupan más que de morir y estar muertos.

³Denominación de los que estaban siendo iniciados en los misterios.⁴Fedón, 64a4

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El valor, la importancia y la pertinencia de la filosofía en nuestra vida debe estimarse ala luz de esta disciplina del morir, ars moriendi, para que no degenere en una cháchara de laauto-indulgencia. Al igual que el acceso al templo de Apolo, Padre de las Musas, en Delfos,la filosofía es intrínsecamente, a la vez sucesiva y simultáneamente, una via purgativa, unavia iluminativa y una via unitiva.

J. J. Acevedo Villalba

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