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La casa de Bernarda AlbaFederico García Lorca
1.- Los personajes en La casa de Bernarda Alba.
ClasesTodos los personajes que aparecen en escena en esta obra son femeninos; sin
embargo, se nombra a algún personaje masculino que tiene gran influencia en el
desarrollo de la acción, como es el caso de Pepe el Romano.
Por ello, podemos clasificar a los personajes en tres categorías:
La primera la forman los que podemos ver: las protagonistas, que son Bernarda
Alba, sus hijas, su madre (Maria Josefa) y Poncia (criada que lleva treinta años en la
casa), y las figuras secundarias Criada, Mendiga, Prudencia, Muchacha y otras
Mujeres, que aparecen sólo en momentos concretos y no tienen función relevante.
La segunda categoría la forman los personajes ocultos, que tienen una función
dramática más o menos importante, pero no aparecen nunca en escena; solamente
son nombrados por los anteriores; aquí encontramos a Pepe el Romano, la hija de la
Librada y los Segadores.
Por último, hay algunos personajes que sólo se mencionan de forma anecdótica
y no tienen especial influencia en la acción: Antonio Mª Benavides, Enrique
Humanes, Paca la Roseta, Adelaida, Mujer de las lentejuelas, D. Arturo (notario), el
marido y el hijo de la Poncia y el hombre de los encajes.
Caracterización.
Los personajes principales están caracterizados de diversas formas a lo largo de
la obra; lo más importante para definir a un personaje es la forma que tiene de
interactuar con el resto, pero el autor también utiliza otras técnicas: la
caracterización indirecta por medio de la opinión de otros personajes, la
autodefinición (lo que dice de sí mismo), el lenguaje que emplea, los objetos que usa
y sus movimientos escénicos, e incluso el simbolismo de su propio nombre.
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-Bernarda
Su nombre es de origen germánico y significa “con fuerza o empuje de oso”, lo
cual concuerda con su carácter agresivo. Alba puede estar relacionado con su afán
de limpieza en lo exterior, con guardar las apariencias.
Antes de que aparezca por primera vez, ya ha sido caracterizada de forma
indirecta por las criadas como autoritaria, dominante, violenta, hipócrita, clasista,
mezquina, cotilla y odiada por todos. Más adelante, las mujeres del duelo la insultan
en voz baja en apartes (muestra de odio y miedo a la vez), insistiendo en las mismas
características. Sus propias hijas en sus conversaciones manifiestan el temor que les
produce ¡Si te ve nuestra madre te arrastra del pelo!.
Bernarda muestra en todo momento de su actuación los rasgos que antes hemos
mencionado Esto tiene no ataros más cortas. ¡Pero me vais a soñar!. Su lenguaje
está lleno de expresiones imperativas y la primera y última palabra que pronuncia es
¡Silencio!. Expresa también una ideología fuertemente conservadora, especialmente
en todo lo relacionado con los comportamientos de hombres y mujeres en la
sociedad y, sobre todo, respecto al sexo.
Se autodefine como la autoridad indiscutible ¡Hasta que salga de esta casa con
los pies adelante mandaré en lo mío y en lo vuestro! Sus movimientos escénicos son
violentos y vigorosos y el objeto que utiliza es el bastón, con el que impone silencio,
amenaza o golpea a algunas de sus hijas, hasta que Adela lo rompe como símbolo de
rebelión.
-Poncia
Su nombre la relaciona con Poncio Pilatos, por su tendencia a “lavarse las
manos” y su ambigüedad en implicarse o no en los problemas de la casa, de la cual
es una especie de ama de llaves. Habla a las hijas de Bernarda sobre los hombres,
pero luego hace a la madre insinuaciones y acusaciones veladas sobre la conducta
sexual de sus hijas.
Tiene la misma edad que Bernarda e ideas tan tradicionales como las suyas. Se
autodefine como una criada fiel Soy buena perra: ladro cuando me lo dice. Pero no
oculta su afán de venganza por las humillaciones recibidas de su ama Ese día me
encerraré con ella en un cuarto y le estaré escupiendo un año entero. Por eso en sus
conversaciones con ella la provoca hasta que su ama la manda callar recordándole la
distancia social que las separa. Usa vulgarismos en su lenguaje.
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-Hijas
Todas tienen en común la necesidad de amar y la ansiedad por la figura del
varón, a causa de la represión sexual a que las somete la sociedad en general y su
madre en particular. Sus movimientos escénicos se caracterizan por el estatismo: la
mayor parte del tiempo están sentadas, frente al dinamismo de Bernarda. Aunque
coinciden en muchas cosas, son muy diferentes en sus caracteres y formas de
enfrentar su problema.
Adela es definida por sus hermanas como la más joven y se autodefine como
guapa y lozana. Es quien representa la rebeldía y las ansias de libertad Yo no quiero
estar encerrada. (...) Mañana me pondré mi vestido y me echaré a pasear por la
calle. Los objetos que la caracterizan son un vestido verde y un abanico con flores
rojas y verdes que contrastan con el negro del luto impuesto por la madre. En el
tercer acto rompe el bastón de Bernarda al enfrentarse a ella. ¡Aquí se acabaron las
voces de presidio! Esto hago yo con el bastón de la dominadora.
Su nombre significa “de carácter noble”. Está dispuesta a afrontar la
marginación social por defender su libertad sexual. Me pondré la corona de espinas
que tienen las que son queridas de algún hombre casado. Su suicidio corresponde al
apasionamiento de su carácter.
Martirio lleva expresada su situación en su propio nombre, que alude a la
frustración de su pasión amorosa y a la envidia que siente por sus hermanas, sobre
todo por Adela; se reconoce como débil y fea y otros personajes la definen como
jorobada, y como un pozo de veneno ; otra de sus principales características es la
hipocresía, con la que disimula su amor por Pepe y su odio por Adela, hasta que al
final tiene que reconocerlos, rechazando a su hermana abiertamente Mi sangre ya no
es la tuya, y aunque quisiera verte como hermana, no te miro ya más que como
mujer. Es quien de hecho le causará la muerte con su frase Se acabó Pepe el
Romano.
El objeto que maneja es la foto de Pepe, robada a Angustias, ya que no puede
aspirar a conseguir el original.
Angustias también tiene un nombre revelador de su situación. Es la mayor de las
hermanas, hija de otro padre y la más rica; se dice de ella que está vieja y es
enfermiza y que habla con la nariz; no tiene buen carácter, pero está ilusionada
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ingenuamente con su boda y en el funeral escucha la conversación de los hombres;
causará la envidia de sus hermanas, que quisieran encontrarse en su lugar.
Magdalena, acorde con su nombre, es la única que llora en el funeral de su
padre. Muestra afecto por Adela -¡Daría algo por verla feli--. Es la más resignada.
Amelia es la más simple y la que teme más a la madre; aprecia a Martirio y
siente cierto pudor respecto a los hombres ¡A mí me da vergüenza de estas cosas!.
-Mª Josefa
Es la madre de Bernarda y sufre demencia senil, por lo que está encerrada en su
habitación. Es la primera que quebranta las normas de Bernarda respecto al silencio
y que ve lo que ocurre con las hijas; esto la lleva a profetizar: Pepe os va a devorar.
Su locura es simbólica y expresa los deseos de todas: Quiero casarme con un varón
hermoso de la orilla del mar. Usa un lenguaje surrealista e, igualmente, simbólico.
Los objetos que la caracterizan son las flores con que se adorna (símbolos de
libertad, rebeldía y amor) y la oveja que lleva en brazos, que puede referirse a la
maternidad frustrada de sus nietas.
-Pepe el Romano
Es para todas las hermanas la encarnación de la idea del varón: se refieren a él
como a alguien atractivo y fuerte: Él dominará toda esta casa. Ahí fuera está,
respirando como un león; se alude a su poder sexual: Él me lleva a los juncos de la
orilla. Adela está dispuesta a entregarse a él a cualquier precio Seré lo que él quiera
que sea. Y no reconoce ninguna otra autoridad En mí no manda nadie más que
Pepe.
Sin aparecer en escena nunca, está en el centro mismo del conflicto dramático.
Prefiere casarse con Angustias, que tiene dinero, aunque mantiene relaciones
clandestinas con Adela; sin embargo, ninguna de las hermanas lo culpa por ello.
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2.- Temas principales y secundarios en La casa de Bernarda AlbaEl tema fundamental de esta obra es el conflicto entre dos actitudes vitales y dos
ideologías: la moral rígida, convencional y autoritaria, que representa Bernarda y el
afán de libertad en todos los aspectos, incluido el sexual, que defienden Adela y Mª
Josefa (Ver 1). Bernarda intenta imponer su moral de opresión y Adela y Mª Josefa se
rebelarán, cada una a su modo. El resto de las hijas reaccionan resignándose a su suerte
y las criadas, aunque odian a su ama, no se atreven a enfrentarse con ella. [Esto se ve en
el apartado 4, pág.10: Enfrentamiento entre una moral autoritaria y el deseo de libertad]
Al final sale triunfante Bernarda del enfrentamiento, porque Adela termina
suicidándose, pero esto deja al espectador mucho más inquieto y deseoso de oponerse a
la ideología autoritaria que si el final hubiera sido otro.
Junto a este tema principal aparecen otros secundarios, que también tienen gran
importancia. Pueden resumirse en:
El papel y la situación de la mujer en la obra
Especialmente en el primer acto se pueden observar las tensiones de la sociedad
de la época a causa de las desigualdades: Suelos barnizados con aceite, alacenas,
pedestales, camas de acero para que traguemos quina las que vivimos en las chozas
de tierra con un plato y una cuchara.
Vemos varios niveles: Bernarda y su familia-> Poncia -> criada -> mendiga. Los
que ocupan cada clase se muestran crueles y mezquinos humillando a los del nivel
inferior y éstos responden comportándose de forma sumisa y resignada hacia fuera,
pero llena de odio por dentro. Incluso entre las hijas de Bernarda hay desigualdad
económica y es la causa de que Pepe elija precisamente a Angustias para casarse.
García Lorca presenta dos modelos de comportamiento posibles para la mujer de
la época pero en los dos, resulta sometida a un papel marginal:
El primer modelo es el de las mujeres que viven en una situación de aparente
libertad, como Paca, la hija de la Librada y la prostituta que contratan los segadores.
Estas mujeres sufren el rechazo social más duro, que puede llegar hasta el peligro de
su integridad física.
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El segundo modelo es el de las mujeres “decentes”, que se casan y están
sometidas en todo al varón, según unos papeles rígidamente establecidos por una
doble moral. Hilo y aguja para las hembras, látigo y mula para el varón. También
es patente la desigualdad ante la ley en el caso de mantener relaciones
extramatrimoniales (historia del padre de Adelaida). Dentro de la casa, la sumisión
de la mujer es indudable: Habla si él habla y míralo cuando te mire. Así no tendrás
disgustos. ...el hombre a los quince días de la boda deja la cama por la mesa y
luego la mesa por la tabernilla, y la que no se conforma se pudre llorando en un
rincón.
Adela a lo largo de la obra se va identificando con el primer grupo.
La hipocresía y la honraLa hipocresía es un tema muy presente en la obra; aparece de forma simbólica
en el afán por la limpieza de la casa que tiene Bernarda y se manifiesta claramente
en el duelo, cuando tanto Bernarda como las vecinas murmuran unas de otras. Las
hijas por su parte se quejan de vivir condicionadas por la opinión de la gente.
Pero como más destaca es como forma de comportamiento constante en Martirio
y en la propia Bernarda, la cual, tras el suicidio de Adela, sólo piensa en ocultar la
realidad: ¡Mi hija ha muerto virgen! ¡Llevadla a su cuarto y vestidla como si fuera
doncella!
La honra está ligada al comportamiento sexual y a las apariencias.
Bernarda, como reflejo de la moral convencional está obsesionada con este
tema y exige a sus hijas una imagen social intachable. Las mujeres en la iglesia no
deben mirar más hombre que al oficiante, y a ese porque tiene faldas. Volver la
cabeza es buscar el calor de la pana.
A causa de este concepto de honra se produce el linchamiento de la hija de la
Librada.
El odio y la envidiaSon los sentimientos que predominan dentro de la casa, a causa de la continua
frustración en la que se encuentran los personajes.
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Las criadas odian a Bernarda; las hijas envidian y odian a Angustias por su boda
y su dinero y ella también las odia. Los celos y la envidia de Martirio a Adela la
llevan a acusarla y a provocar su muerte. Tengo el corazón lleno de una fuerza tan
mala que, sin quererlo yo, a mí misma me ahoga.
Bernarda por su comportamiento de principio a fin, resulta un personaje odioso.
El amor y el deseo del varónBernarda ha bloqueado toda posibilidad de que sus hijas entablen una relación
amorosa, por clasismo: No hay en cien leguas a la redonda quien se pueda acercar
a ellas. Los hombres de aquí no son de su clase. Por eso Pepe el Romano es una
bomba de relojería en ese mundo cerrado y reprimido, de mujeres solas.
La obra está llena de referencias y relatos relacionados con el amor y el deseo,
que ocurren fuera de escena y de vivencias directas de los personajes.
Entre las primeras destacan los episodios de Paca la Roseta, los segadores y el
linchamiento de la hija de la Librada, que parece producirse no tanto por haber
matado a su hijo, sino por querer ocultar su vergüenza.
Entre las segundas sobresale todo lo referente a la pasión amorosa de Adela, el
amor oculto, pero no menos intenso de Martirio, que llevará al enfrentamiento de
ambas y la actitud de Angustias, ilusionada e inquieta por su boda.
3.- García Lorca y el teatro anterior a 1936.
Teatro que triunfa en la épocaA principios del s XX el teatro en España se encuentra dividido en dos
tendencias:
- Un teatro comercial, condicionado por los gustos de la burguesía y los
empresarios, que disfruta de éxito ante el público.
- Un teatro renovador y experimental que intenta nuevas formas dramáticas y
plantea problemas existenciales o sociales; Con muy pocas excepciones, no tiene
éxito de público y hay grandes dificultades para su representación.
Recordemos que el género teatral sufre unos condicionamientos comerciales mucho
mayores que los demás géneros, ya que, por su condición de espectáculo, depende
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de empresarios privados, que han de considerar al público burgués que pagará las
entradas.
Dentro de la primera tendencia, tenemos tres posibilidades:
* La comedia burguesa, representada por Jacinto Benavente y sus seguidores.
Este es el autor de más aceptación en la época. Entró en la RALE en 1912 y recibió
el premio Nobel en 1922. Comienza con una crítica audaz de la posición de la mujer
casada en la sociedad burguesa con “El nido ajeno” pero, ante el fracaso, modera su
carga crítica y se adapta a lo tolerable por las clases altas; las sigue retratando y
criticando, pero sin pasar cierto límite. Escribe mayoritariamente comedias de salón,
algunos dramas rurales y una farsa, “Los intereses creados”, que será su obra
maestra, con el ambiente y personajes de la Commedia dell’arte y una visión cínica
de los ideales burgueses.
Benavente tiene el valor de haber eliminado la grandilocuencia del drama
posromántico, presentando ambientes cotidianos, diálogos fluidos, ingenio y
habilidad escénica, pero valoró el texto muy por encima de los demás recursos
teatrales y dio la espalda a las innovaciones que surgían en el resto de Europa.
*El teatro en verso, que combinaba residuos posrománticos con estilo
modernista (colorido, sonoridad), ideología tradicionalista y temas históricos; sus
mayores representantes son Francisco Villaespesa (Doña María de Padilla, La
leona de Castilla) y Eduardo Marquina (Las hijas del Cid, En Flandes se ha puesto
el sol). Tuvieron gran éxito.
* El teatro cómico, con los géneros comedia costumbrista y sainete, de ambiente
castizo, que alcanzaron éxito de público. Destacan los hermanos Álvarez Quintero,
que reflejan una Andalucía tópica y Carlos Arniches, con obras de ambiente
madrileño. Este autor, a partir de 1916, evoluciona hacia posturas más interesantes
en lo que él llamó la tragedia grotesca; en ella se funden lo risible y lo conmovedor
con una actitud crítica, para hacer una caricatura cruel y patética de la clase media
española.
Teatro renovadorAutores del 98, como Unamuno y Azorín y del Vanguardismo y la generación del
27 como Ramón Gómez de la Serna o Rafael Alberti, realizaron interesantes
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experiencias teatrales, acompañadas por muy poco éxito. Las dos figuras que sobresalen
en el teatro español de los tres últimos siglos con talla internacional son Valle-Inclán y
García Lorca.
- Ramón Mª del Valle-Inclán.
Bohemio y excéntrico y siempre antiburgués, comienza su carrera con un
modernismo elegante y nostálgico, para pasar gradualmente a una literatura crítica,
basada en una feroz distorsión de la realidad. Escribe narrativa y poesía, pero donde más
destaca es en el teatro. Sus primeras obras dramáticas fueron las Comedias Bárbaras, de
ambiente rural gallego, con personajes extraños, violentos o tarados, miseria y fuertes
pasiones; en ellas usa una mezcla de lenguaje musical y brillante, pero fuerte y agrio a
veces; se consideraron imposibles de representar por la cantidad de cuadros, personajes
y núcleos dramáticos.
Esta mezcla de tonos se acentúa en sus obras siguientes hasta llegar a 1920, en que
publica las decisivas: Farsa y licencia de la Reina Castiza, Divinas palabras y Luces de
bohemia. Valle emplea ahora un lenguaje desgarrado y, en esta última obra, da a su
teatro el nombre de esperpento, que seguirá usando para las posteriores, agrupadas en el
ciclo de Martes de Carnaval. Con esperpento Valle designa la mezcla de lo trágico y lo
burlesco, produciendo una realidad teatral sistemáticamente deformada, como
“superación del dolor y de la risa”. Para el autor “España es una deformación grotesca
de la civilización europea” y, ante la imposibilidad de la tragedia, surge el esperpento.
Valle-Inclán fue mucho más allá de lo que permitían las convenciones escénicas de
su tiempo, por lo que muchas de sus obras se han podido representar sólo en las últimas
décadas, cuando han aparecido las nuevas concepciones y técnicas del espectáculo
teatral. Aunque él estaba desconectado de las tendencias renovadoras europeas, fue un
vanguardista que se anticipó a ellas de forma profundamente original.
Federico García LorcaEscribe simultáneamente poesía y teatro; sus comienzos como autor dramático se
mueven dentro de lo experimental, ensayando diferentes posibilidades: teatro
simbolista, modernista (El Maleficio de la mariposa), la farsa (La zapatera prodigiosa),
el drama (Mariana Pineda), lo guiñolesco y popular ( Retablillo de D. Cristóbal) y el
vanguardismo con influencias surrealistas (El público y Así que pasen cinco años); estas
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últimas obras fueron lo más avanzado del panorama teatral del momento y su autor
sabía que no se podrían representar hasta mucho tiempo después.
Entonces García Lorca, a raíz de su experiencia en “La Barraca”, empieza a buscar
la comunicación con el público y la orientación social, sin renunciar al rigor estético;
así, llega a la plenitud de su teatro con Bodas de sangre, Yerma, Doña Rosita la soltera
y La casa de Bernarda Alba. Estas obras sí tuvieron éxito como teatro profesional, cosa
muy poco frecuente para los autores que procedían de las vanguardias.
Para ellas toma como fuente lo popular tradicional y el esquema del drama rural,
pero usando un lenguaje en el que se unen la poesía y la realidad; aparecen
frecuentemente símbolos, metáforas, comparaciones e imágenes de gran originalidad, en
medio de un lenguaje coloquial y realista. Él mismo afirma: “El teatro necesita que los
personajes que aparezcan en la escena lleven un traje de poesía y al mismo tiempo que
se les vean los huesos, la sangre”.
La temática profunda de las obras de Lorca es la misma que la de su poesía y se
centra en el deseo imposible, que lleva a la frustración vital, bien en un plano social
(prejuicios, convenciones) o metafísico (el tiempo, la muerte). Sus personajes
frecuentemente son mujeres que tienen un destino trágico, condenadas a la soledad, el
amor estéril o la muerte; es muy probable que su interés por los personajes femeninos
venga de la marginación de la mujer en la sociedad tradicional, igual que muestra
especial sensibilidad hacia los niños, los gitanos, los negros o cualquiera de los
perseguidos; no olvidemos que su condición de homosexual lo llevaba a ser también un
marginado.
Por último, hay que destacar que los conflictos y los ambientes del teatro lorquiano
aparecen cada vez más enraizados en la realidad española y andaluza, que adquiere una
dimensión universal.
4.- Enfrentamiento entre una moral autoritaria y el deseo de libertad.
Como ya hemos visto, el motivo fundamental de esta obra es el conflicto entre dos
actitudes vitales y dos ideologías: la moral rígida, convencional y autoritaria, que
representa Bernarda y el afán de libertad en todos los aspectos, incluido el sexual, que
defienden Adela y Mª Josefa.
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Bernarda, símbolo del autoritarismoEl autoritarismo de Bernarda se manifiesta del principio al fin de su intervención en
la obra, con sus palabras y actitudes. El primer momento importante es su imposición de
un luto de ocho años; ante la leve protesta de Magdalena, afirma explícitamente: Aquí se
hace lo que yo mando. En distintas ocasiones a lo largo de la obra, insistirá en esta idea:
cuando sus hijas discuten, les dice: ¡No os hagáis ilusiones de que vais a poder
conmigo! / ¡Hasta que salga de esta casa con los pies adelante mandaré en lo mío y en
lo vuestro! (Acto I)
Dicta el comportamiento que han de mantener sus hijas y les exige obediencia
absoluta: Tú no tienes derecho más que a obedecer (Acto II) una hija que desobedece
deja de ser hija para convertirse en enemiga (A. III) Controla igualmente a todas las
mujeres de la casa: ¡Aquí no se vuelve a dar un paso sin que yo lo sienta! (A. II) Mi
vigilancia lo puede todo (A. III)
Adela y Mª Josefa, símbolos de libertadLa rebeldía de Adela se muestra también desde el comienzo de la obra en diversos
detalles como el abanico de flores rojas y verdes en lugar del abanico negro de luto o el
vestido verde que se prueba ante las gallinas; más adelante afirma, en el acto II: Nadie
podrá evitar que suceda lo que tiene que suceder / ¡Mi cuerpo será de quien yo quiera!
Y en el III: He visto la muerte debajo de estos techos y he salido a buscar lo que era
mío, lo que me pertenecía.
Llega a enfrentarse físicamente a su madre rompiéndole el bastón (símbolo del
poder y la opresión). Su último acto de rebeldía en respuesta a la imposibilidad de ser
libre es su propio suicidio, que va a suponer el sombrío triunfo de Bernarda y el fin de
toda esperanza para sus hermanas: Nos hundiremos en un mar de luto (A. III).
Sin embargo, Mª Josefa, madre de Bernarda, se escuda en su locura para desafiar las
prohibiciones y expresar lo que las hijas sienten. Es la que sufre mayor falta de libertad,
encerrada en una habitación, pero rompe el silencio y se escapa vistiendo enaguas
blancas y flores en el pelo; su lenguaje es surrealista y profético ¡Quiero irme de aquí,
Bernarda! A casarme a la orilla del mar (A.I)
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Actitud de las otras hijas y de las criadas ante el
autoritarismoEl resto de las hijas reaccionan resignándose a su suerte y las criadas, aunque
odian a su ama, no se atreven a enfrentarse con ella
5.- Realidad y poesía en La casa de Bernarda Alba
Referentes reales y sociales de la obra. El lenguaje coloquialSe sabe que García Lorca tomó para esta obra ciertos datos de la realidad de su
propio vecindario: nombres de personajes, situación dramática básica,
ambientación…; pero está claro que sometió estos elementos a una fuerte
elaboración poética y simbólica, por lo cual va más allá del drama realista, aunque el
autor haya buscado crear una impresión de verosimilitud.
Todo está visto desde una dimensión poética: hipérbole en los caracteres y la
diferencia de edad excesiva entre Angustias y Pepe; estructuración de la obra en dos
planos: uno real, representado y otro imaginado, no visible y simbólico; abundancia
de antítesis… Pero lo más importante es haber integrado su lenguaje poético, con
abundantes figuras literarias, en el habla de los personajes de forma que parezca
espontáneo y natural; encontramos imágenes sorprendentes y metáforas mezcladas
con expresiones coloquiales, vulgarismos, andalucismos, insultos y frases hechas.
En el Pater Noster subió, subió la voz que parecía un cántaro llenándose (A. I)
Déjame que el pecho se me rompa como una granada de amargura (A. III).
Los rasgos realistas abundan en el primer acto y van disminuyendo hasta quedar
reducidas al máximo en el tercer acto, en que los personajes se diluyen cada vez
más.
El primer acto se inicia con Poncia comiendo pan y chorizo y la criada
limpiando, acciones totalmente cotidianas y tan realistas como el doblar de las
campanas, la llegada del notario, etc. En el segundo vemos a las mujeres cosiendo,
la visita del vendedor de encajes, el canto de los segadores, el calor y, por último,
los episodios del retrato y la hija de la Librada, que ya tienen una fuerte carga
simbólica. El tercero se inicia con las mujeres cenando; también son realistas los
golpes del caballo en el corral o los ladridos de los perros y la paja en las enaguas de
Adela al entrar desde el corral. Pero también se introducen elementos mágicos,
fantasmagóricos o poéticos: la noche estrellada, la persecución en la semioscuridad
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entre Adela, Martirio y Mª Josefa, la imagen de la anciana con la oveja en brazos, de
gran plasticidad…Es decir, la obra pierde realismo y aumenta su dimensión poética.
También aparece el verso en cuatro ocasiones:
-En la letanía (creada por Lorca)
-En la canción de los segadores (dos cuartetas asonantadas: 8a, 8b, 8a, 8b)
-En un dicho popular con forma estrófica (3 versos octosílabos con rima
consonante) Santa Bárbara bendita…
-En la canción de cuna que canta Mª Josefa a la oveja
Elementos poéticos en esta obra: símbolos, uso del verso,
figuras literarias…Los símbolos son uno de los elementos fundamentales que conectan la lírica con
el teatro de García Lorca. Cada símbolo puede referirse a más de una realidad al
mismo tiempo, según el contexto; por ejemplo, la luna puede significar muerte,
erotismo, fecundidad o belleza.
En La casa de Bernarda Alba encontramos gran riqueza de símbolos que se
pueden sistematizar en el cuadro siguiente; podremos comprobar la aparición de
cada uno de ellos en la obra y comentarlos, según este ejemplo:
Contraste entre blanco y negro. El color blanco aparece en las paredes (que van
oscureciéndose según avanza la obra, al cambiar la luz), en las sábanas del ajuar y
los encajes para la boda, en la estrellas, en la enaguas de Adela cuando va al corral
con Pepe el Romano, en el caballo semental, en el pelo y la oveja de Mª Josefa;
simboliza, por lo tanto, la vida, la alegría, el amor y la libertad. El negro aparece en
los trajes y abanicos de luto, en los mantones que se ponen por encima Martirio y
Bernarda en las escenas finales; se dice que la noche es oscura y negra…; simboliza
la tristeza, el odio, la represión y la muerte.
Símbolo Posible significado
(1) CABALLO — pasión sexual, deseo amoroso, instinto
(2) OVEJA — imagen del niño y de la fertilidad — también puede aludir a la imagen del sacrificio
(3) PERRO — la sumisión — la animalización
(4) ÁRBOL — fuerza y virilidad
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(5) FLORES — amor, relación sexual, pasión(6) LUNA — muerte
— erotismo
(7) SOL — vida, alegría(8) AGUA — río ~ vida y erotismo
— pozo ~ muerte
(9) COLOR BLANCO — vida, alegría, libertad, amor(10) COLOR NEGRO — tristeza, prisión, muerte(11) COLOR VERDE — rebeldía
— muerte
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ANEXOS:
La estructura cíclica y repetitiva
ACTO SITUACIÓN DE CALMA
CONFLICTOS VIOLENCIA
- Silencio. Ruidos - Imposición del luto -M. Josefa,de campanas. de ocho años. arrastrada a
- Conversación de - Intentos de la fuerzaI criadas. rebeldía (Adela). hasta su
- Violencia de habitación.Bernarda conAngustias.
- La herencia.- Pepe el Romano.
- Mujeres cosiendo. - Enfrentamiento - Linchamiento- Conversaciones de Adela/Poncia. de la hija de
sobre los - Episodio del la Librada.II hombres. retrato. l
- Insinuaciones dePoncia.
- Enfrentamientode Adela/Martirio.
- Mujeres cenando. - Conversación - Escopeta y- Visita de de Bernarda/Poncia. disparo.
Prudencia. - Encuentro de - Suicidio deIII Martirio/M. Josefa Adela.
- EnfrentamientoAdela/Martirio.
El Espacio en La casa de Bernarda AlbaToda la representación tiene lugar en el interior de la casa, pero cada acto en un
lugar diferente, que viene explicado en la acotación inicial.
El primer acto se desarrolla en una habitación blanquísima, símbolo de un
mundo de apariencias, con muros gruesos que significan el aislamiento del exterior.
Es la sala donde se va a recibir a las mujeres del duelo y donde se anunciarán los
ocho años de luto, es decir, de encierro; está amueblada con sillas de anea y cortinas
de yute, que sugieren lo áspero y duro del ambiente de la casa; los cuadros de las
paredes representan paisajes de leyenda, irreales, que contrastan con las paredes
blancas y la sobriedad de los muebles.
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El segundo acto transcurre en otra habitación blanca, más al interior de la casa y
aún más sobria y en el tercer acto la acción está situada en un patio interior, de
paredes blancas ligeramente azuladas, con poca iluminación, ya que es de noche.
Como se puede ver, hay un desplazamiento hacia el interior de la casa, al mismo
tiempo que una disminución de la blancura y de la luminosidad, como símbolo del
aislamiento progresivo de las mujeres protagonistas. También es destacable que el
colorido de la obra gira entre el blanco y el negro, como en una fotografía antigua o
un documental, según dice el propio autor; solamente aparecen como excepciones
simbólicas el abanico y el vestido verde de Adela y las flores de Mª Josefa.
Los tres actos tienen en común la sencillez y sobriedad del decorado, que
refuerzan la sensación de monotonía y enclaustramiento.
Opuesto a este espacio que aparece en el escenario, se menciona el espacio
exterior, donde transcurre la vida del pueblo y pasan los hechos más importantes (las
relaciones entre Pepe y Adela y el suicidio de ella) fuera de la vista del espectador.
La casa se nos presenta como un mundo cerrado y asfixiante, de soledad,
frustración, envidia, tristeza y falta de libertad; los mismos personajes la llaman
infierno, convento, casa de guerra y presidio. Por el contrario, el mundo exterior,
del cual llegan a veces sonidos, aparece como un espacio abierto y libre, donde se
cumplen los deseos vitales y eróticos y se puede alcanzar la independencia y ser
feliz. Los lugares exteriores que se nombran son el pueblo, el campo, el olivar y el
río ( los dos últimos se relacionan con el erotismo para García Lorca); dos espacios
nombrados especialmente interesantes son la ventana y el corral, que funcionan
como puntos de encuentro entre interior y exterior y lugar para relaciones amorosas,
legales o clandestinas, respectivamente.
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