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LA APROPIACIÓN DE LOS ESPACIOS VERDES EN LA CONFIGURACIÓN DE
IDENTIDADES URBANAS
Luengo de Arreaza, María H.1
RESUMEN
Las áreas verdes de la ciudad tienden a ser concebidas en muchos casos como reservorios de biodiversidad o como espacios para actividades de ocio y recreación donde las funciones contemplativas y de protección son preponderantes, no obstante, las dificultades de mantenimiento las convierte en muchos casos en zonas residuales afectadas por la acción antrópica. Las áreas verdes, al estar inmersas en los flujos metabólicos urbanos, son afectadas directa o indirectamente por estos procesos, por lo que es necesaria la generación de nuevas lecturas que permitan reinterpretar sus potenciales de sostenibilidad. Retomar la complementariedad productiva que ofrecían estos espacios en las sociedades tradicionales podría favorecer oportunidades que han sido desplazadas de la ciudad contemporánea, oportunidades vinculadas con la relación entre los procesos naturales y sociales, esto contribuiría aintroducir un cambio en el comportamiento hacia el espacio público y el entorno natural, lo cual es posible mediante un desarrollo urbano a escala humana. Este trabajo busca generar una visión de las áreas verdes de la ciudad de Mérida como entornos de oportunidad para la reconfiguración urbana y de los grupos sociales relacionados con el fin de lograr un comportamiento social y ambiental más responsable y que de respuesta a la satisfacción de necesidades de habitar en la ciudad. Lo que se busca es reconocer el valor social de estos espaciosa través de los cuales se supone es posible propiciar la cultura ciudadana, así como la exaltación de los valores cívicos, la concertación y el respeto por lo público, el compromiso con la ciudad y en consecuencia la consolidación de un urbanismo más justo.
Palabras Claves: Ecología Urbana, apropiación del espacio público, identidad.
Objetivos:
1. Generar una visión de los espacios verdes como ámbitos de apropiación urbana capaces de
configurar tanto el entorno como los grupos sociales relacionados.
2. Proponer una lectura de los espacios verdes como potenciales regeneradores del
metabolismo urbano.
3. Generar una metodología para el estudio y análisis de las áreas verdes en función de sus
vocaciones intrínsecas (geográficas, sociales, económicas, otras)
4. Identificar en la ciudad de Mérida el potencial de las áreas verdes como instrumentos de
transformación social
La apropiación del entorno urbanoen relación a la configuración de los grupos
sociales relacionados.
Este trabajo se enmarca dentro de la temática de Ciudad, subjetividad, identidad y convivencia.
Interesa el estudio de la valoración de las áreas verdes de la ciudad como entornos de oportunidad
para el incremento de la calidad ambiental y social. A partir del reconocimiento de estos espacios
1MSc. Arquitectura, Energía y Medio Ambiente, Doctorado en curso: Ámbitos de Investigación en Arquitectura
Energía y Medio Ambiente, Universidad Politécnica de Cataluña. Profesora Facultad de Arquitectura y Diseño.
Escuela de Arquitectura. Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela. Tlf: 02742401951. [email protected]
interesa definir su percepción social. En este sentido, Michael Hough(2004)plantea que en la ciudad
están presentes dos tipos de paisajes, los cualesaportan una lectura ligada a la percepción social que
se considera válida para construir esta definición. La lectura del paisaje que plantea Hough se
relaciona con los cambios producto del paso de la ciudad tradicional de base orgánica - en la que
existía una necesaria complementariedad entre las áreas construidas y las áreas verdesligada a la
dependencia del entorno inmediato para su subsistencia - a la ciudad contemporánea de base
industrial – cada vez menos dependiente del entorno inmediato. Este autor plantea que en la ciudad
contemporánea se evidencian dos tipos de paisajes, estos son, el paisaje pedigrí y el paisaje
vernáculo o fortuito, los cuales resultan igualmente importantes para la valoración que se propone en
este trabajo de los espacios verdes. El paisaje pedigrí lo define como aquel por el que circula el
ciudadano promedio: calles, áreas residenciales, vías peatonales, centros comerciales, parkings,
plazas, monumentos, parques y jardines. Como elementos característicos de este paisaje se tienen
superficies de césped sesgado, árboles, fuentes ylugarescon un orden y estética que pueden ser
vistosen cualquier parte -independientemente del contexto- yque tradicionalmente hasido el centro
deldiseño cívico. En contraste con el paisaje pedigrí se tiene el paisaje vernáculo o fortuito,
generalmente ignorado y desvalorizado,lo define como unentorno naturalizado por las plantas
urbanas y las zonas inundadas después de la lluvia que se pueden encontrar en los lugares olvidados
de la ciudad. Estos son los paisajes de los servicios públicos, los terrenos vacíos, las autopistas
urbanas, los terrenos industriales abandonados y los cursos de agua no tratados. La coexistencia
inevitable de estos dos paisajes en las ciudades demanda el mismo grado de atención.
Estos paisajes contrastantes simbolizan el conflicto inherente de los valores medioambientales. El
primero tiene poca conexión con la dinámica de los procesos naturales, sin embargo,
tradicionalmente se ha celebrado como expresión de cuidado, valores estéticos y espíritu cívico. El
segundo paisaje representa la vitalidad de la alteración, la funcionalidad de los procesos naturales y
sociales trabajando en la ciudad, sin embargo, los lugares de la ciudad que integran este paisaje
sonconsiderados como terrenos baldíos,abandonadosen la necesidadde renovación urbana,
elcaosdesordenado delas zonas más pobres y olvidadasde la ciudad. No obstante, son los paisajes
fortuitos los que presentan más potencial para reconfigurarse como espacios públicos de
apropiación,es decir, lugares sobre los cuales construir identidades urbanas a partir de su
transformación por parte de la comunidad y no de entes externos no vinculados. Este potencial de
apropiación supone cambios en el comportamiento social y ambiental hacia modos más responsables
que contribuyan a la satisfacción de necesidades de habitar en la ciudad a partir del capital social,
ciudadano.
Estas visiones del paisaje proporcionan una referencia para abordar el estudio de las áreas verdes de
la ciudad como entornosen los que convergen percepciones, identificaciones y representaciones que
se traducen en valoración social. Y es precisamente esta valoración social la que permite que se den
los procesos de apropiación, los cuales ocurren a través de la generación de vínculos con los
“lugares”.Por tanto, interesa reconocer como se dan los procesos de apropiación, puesto que éstase
supone propicia comportamientos ecológicamente responsables, así como implicación y participación
en el entorno considerado propio. Vidal y Pol (2005) señalan que el entorno “apropiado” desarrolla un
papel fundamental en los procesos cognitivos (conocimiento, categorización, orientación, etc.),
afectivos (atracción del lugar, autoestima, etc.), de identidad y relacionales (implicación y
corresponsabilización). Procesos quese consideran primordiales para generar una cambio de fondo
tanto en el entorno como en los grupos sociales, entendiendo que la apropiación, como platea Nelson
Antequera (2007) ocurre en dos sentidos, desde el espacio apropiado socialmente y también desde el
grupo social configurado espacialmente por el mismo proceso de apropiación. Es decir, que no solo el
proceso de apropiación configura el espacio, como lo plantea la geografía social, sino que también
configura al grupo social. Y, en este orden de ideas, no solo el grupo social actúa sobre el espacio,
sino que el espacio apropiado redefine al grupo social: “A las distintas formas y procesos de
apropiación del espacio le corresponden distintas formas organizativas, formas de agrupación social,
identidades diversas, y dinámicas económicas, sociales y culturales propias de cada proceso de
apropiación” (ANTEQUERA, 2007, pág. 16).
En este sentido, una primera aproximación al problema estaría en la búsqueda de espacios con
identidad colectiva y construir a partir de aquí espacios de apropiación partiendo de que la
concepción del espacio urbano, de la ciudad, no se plantea solo a partir de los “lugares” sino de las
relaciones entre las personas. En este sentido, las institucionescapaces de generar espacios
relacionales en torno a elementos culturales comunes tales como la iglesia, la escuela, los centros
cívicos, la comunidad en la que se vive, suponen entornosrelacionales y asociativos de oportunidad.
Sin embargo, no necesariamente son espacios de apropiación, ya que para que ésta ocurra es
necesaria la participación activa, así como el compromiso vinculado a un cambio en el
comportamiento y estilo de vida permanente, que la institución generalmente solo logra en su esfera
más próxima y de forma temporal.
El paisaje fortuito, con una importante presencia en toda la ciudad y ligado en muchos casos a estos
espacios relacionales y asociativos, constituye una oportunidad para la construcción de espacios de
apropiación. Ya que al pertenecer al espacio público yno estar definidos bajo criterios estéticos y
desvinculados de la comunidad, permiten un margen de acción que puede redefinirse en relación con
los procesos naturales y sociales propios de cada lugar,favoreciendo apropiación y con éstala
generación de espacios con identidad, los cuales, como plantea Barthélemy citado por Cuco i
Giner(2008, pág. 141)“tienden a construirse simbólicamente en torno a la noción de interés colectivo y
de la doble desvalorización de lo privado (el sector mercantil, impuro e interesado) y lo público
(pesado y burocrático)”.Así, los espacios verdes de la ciudadreconocidoscomo paisaje fortuito,
pueden llegar a convertirse en lugaresa partir de los cuales extraer la identidad individual y colectiva,
en espacios relacionales e históricos trabajados y simbolizados por las personas. No así el paisaje
pedigrí, el cual limita el modo en que se pueden dar las relaciones puesto que lo conforman espacios
que no son en sí lugares antropológicos ni integran los lugares con identidad urbana, sino que al
contrario suelen representar un orden carente de vínculos con el entorno por ser resultado de la
acción de entes externos a la comunidad que buscan una armonía visual a modo de fotografía
intocable y que pueden repetirse en cualquier contexto independientemente de sus características
espaciales o culturales.En el paisaje pedigrí, se pueden reconocer los no-lugares planteados por
Marc Augé(2000), es decir, entornos producidos por la supermodernidad, espacios que no son en sí
lugares antropológicos y que no integran los lugares con identidad urbana.
Siguiendo esta línea argumental, la valorización del paisaje no puede venir de la mirada del experto,
es necesario el reconocimiento social de las personas vinculadas a sus elementos históricos y
culturales. Esta lectura del paisaje activa, a diferencia de la concepción del paisaje como imagen
fotográfica, incluye dimensiones espacio-temporales que deben ser consideradas para intervenir los
espacios verdes de la ciudad si se quiere que estos se configuren como espacios de apropiación, los
cuales pueden constituir herramientas de transformación social, y reconfigurarse a partir de la acción
ciudadana. A partir de los planteamientos desarrollados en torno al paisaje y a la apropiación, se
plantea una lectura de los espacios verdes de la ciudad como entornos de oportunidad para influir en
una transformación de la ciudad desde la relación entre sus procesos sociales y naturales,visión que
se recoge de autores del campo antropológico y de la geografía social. Una lectura que permite
interpretar estos espacios a partir de su potencialpara la construcción de un urbanismo que puede
influir desde su capacidad social en tanto que la ciudad es su expresión más obvia.
El “Plan Verde de Lisboa”, desarrollado por Gonçalo Ribeiro Telles(1997), presenta un modelo de
articulación de los espacios verdes que constituye una referencia metodológica para este trabajo en
términos de como abordar la relación entre los procesos culturales y naturales en la ciudad. Más que
un plan de uso, es una estrategia de desarrollo urbano. Determina una estructura verde urbana en
secuencia continua o discontinua de espacios territoriales con identidad propia a partir de los valores
del paisaje, entendiendo el paisaje como una construcción cultural. En la metodología que propone
RibeiroTelles, se plantean pautas tanto para desarrollar como para mantener una „estructura
ecológica urbana‟ que constituya un continuo natural de espacios verdes diversificados con funciones
habituales urbanas como el recreo, pero procurando igualmente el aseguramiento de la diversidad
biológica de los ecosistemas del área metropolitana, el control hídrico y la calidad atmosférica, se
atiende también aspectos relacionados con la edificación, como el control de la densidad y la calidad
ambiental en áreas edificadas.
El planteamiento de un “Continuum Natural” destaca la importancia de los corredores verdes,
concentradores de recursos, vinculando así el paisaje natural y cultural en una región dentro de la
cual está la ciudad de Lisboa. El reconocimiento de los espacios verdes como entornos
estructurantes que permiten conexión con la ciudad y contribuyen a mantener la dinámica material
ecológica haciéndola compatible con la dinámica urbana, constituye un referente para la intervención
de estos espacios orientada a la configuración de identidades urbanas. La articulación que se obtiene
en la relación entre procesos culturales y naturales permite obtener servicios urbanos y establece
pautas para la definición de vocaciones especialmente en las áreas verdes de la ciudad que permiten
su mantenimiento y obtención de beneficios para la comunidad.
Los espacios verdes y sus vocaciones para constituirse en espacios de apropiación
A partir del análisis precedente, este trabajo plantea elreconocimiento de dos dimensiones que
contribuirán a identificar las áreas verdes de la ciudad con potencial de constituirse en espacios de
apropiación, estas son, la espacial y la cultural.La dimensión espacial define las condicones del lugar
en función de su vocación para el desarrollo de actividades, y la dimensión cultural, define la vocación
del lugar para las construcciones simbólicas y culturales que pueden generar el sentido de
pertenencia y apropiación. A continuación se definen los criterios más resaltantes de estas dos
dimensiones:
Dimensión espacial: Para su caracterización se hace uso de la propuesta de Ian McHarg (2000),
quien plantea un sistema de evaluación orientado a determinar qué zonas son idóneas
intrínsecamente para la protección del medio ambiente, para el uso recreativo activo y pasivo, para el
comercio y la industria o para zonas residenciales. Para esta evaluación se consideran los procesos
dinámicos históricos, físicos y biológicos, que constituyen valores de interés social. El planteamiento
metodológico del estudio de la ciudad incluye análisis cartográficos a escalas medias de los espacios
a intervenir así como determinación de obstáculos fisiográficos para la intervención y zonas que
pueden representar mayor valor social. La metodología que plantea McHarg, y que se utilizará como
referencia en este trabajo, permite determinar cuáles son las “zonas con idoneidad intrínseca para
uso urbano”(Mc Harg, 2000, pág. 57) y cuales presentan intolerancia para las intervenciones y en qué
grado.
La otra dimensión que se propone es la cultural, partiendo de la importancia que tienen los grupos
sociales y sus construcciones culturales y simbólicas en el proceso de apropiación, en la línea de
pensamiento de autores provenientes de las ciencias sociales y la antropología urbana, tales como
Antequera(2007), Cucó i Giner, Augé(2000) y Vidal y Pol(2005) quienes proporcionan herramientas
para abordar el tema de la identidad y la apropiación de los espacios urbanos en relación a la
transformación social. Interesan en este sentido planteamientos como los Marc Augé(2000), en
relación asu definición sobre los lugares de la ciudad como espacios relacionales e históricos
trabajados y simbolizados por las personas a partir de que facilitan o restringen la manifiestación y
desarrollo de escenarios específicos.La visión del verde urbano a partir de estas visiones, es decir,
como espacios de oportunidad para la concertación social rompe el mito de la planificación como el
mecanismo a través del cual se solucionan los problemas de la ciudad. La apropiación constituye la
vía para la definición de las funcionalidades de estos espacios. Esto se supone contribuye a
generarun mayor sentido de pertenencia e identificación, así como la definición de modelos con
mayor pertinencia social capaces de dar satisfacción a las necesidades de habitar en la ciudad.
Los espacios verdes y los procesos metabólicos de la ciudad
Las dimensiones espacial y cultural definen el escenario de los lugares de la ciudad con potenciales
de apropiación a partir de características relacionadas con el medio físico y el entorno socio cultural.
Estas dos dimensiones, se ven afectadas por los procesos del metabolismo urbano, los cuales
tienden a ser desatendidos en la ciudad de base industrial. En este sentido, el metabolismo urbano
representa un modo de entender las relaciones entre los procesos naturales (biofísicos) y sociales
que ocurren en la ciudad, la cual se analiza como un ente vivo en el que ocurren procesos como la
alimentación, el intercambio de energía y materia y el crecimiento(Wolman A. , 1967). El metabolismo
urbano puede ser definido como “La suma total de los procesos técnicos y socio-económicos que
ocurren en las ciudades y que generan crecimiento, producción de energía y eliminación de
desechos”.(Kennedy, 2007). En la práctica, el estudio del metabolismo urbano implica una imagen de
la cuantificación de insumos, salidas y almacenajes de energía, agua, nutrientes, materiales y
residuos de una región urbana. (Kennedy C., 2010)
Los espacios verdes de la ciudad son receptores ineludibles de al menos dos importantes flujos del
metabolismo urbano, estos son, el agua y la materia orgánica. El agua de escorrentía circula por las
calles y demás superficies selladas y a su paso recoge tanto nutrientes como contaminantes que
luego deposita en los espacios verdes, por tanto, el agua de escorrentía es vector transportador de
materia orgánica y de muchos otros materiales de la ciudad que debido a la acción del agua son
recogidos en estos espacios, parte se reintegra a los ciclos naturales y parte pasa a ser agente
contaminante de suelos y aguas tanto subterráneas como superficiales. Por tanto, los espacios
verdes cumplen una importante función en los procesos metabólicos, función que en muchos casos
no es reconocida por el planificador urbano. Esta función si bien no ocurre de la forma más eficiente
en que podría, ocurre principalmenteen los espacios que forman parte del paisaje fortuito, los cuales
son receptores de la materia orgánica que se va depositando por arrastre del agua o por vertido
intencional de las personas y que por acción de los organismos que forman parte de su hábitat se
restituye a los ciclos naturales. No obstante, como se explicó anteriormente, estos procesos se ven
afectados por otros tipos de depósitos no orgánicos que contaminan suelo y agua.
La lectura de los espacios verdes como espacios de apropiación puede contribuir a que la
canalización de los procesos metabólicos de la ciudad ocurra de maneras más eficientes y de
provecho a los grupos sociales involucrados, con lo cual se lograría incrementar la calidad ambiental
de la ciudad, más aún si esta lectura se realiza a partir de las oportunidades que presentan estos
espacios para canalizar estos procesos en vinculación con el potencial social, ciudadano,
implicándolo y haciéndolo partícipe de una transformación tanto de las condiciones ambientales de la
ciudad como de las sociales y culturales, producto de los necesarios cambios que implicaría una
reconfiguración del modelo de ciudad.
Ejemplos de uso del verde urbano como espacios de apropiación y canalización de los
procesos del metabolismo urbano:
En este apartado se exponen dos ejemplos de verde urbanoen los cuales se evidencia un proceso de
apropiación por parte de la comunidad.Son entornos en los cuales se ha generado un sentido de
pertenencia y apropiación que ha involucrado activamente a los grupos sociales a participar
evidenciando cambios de comportamiento hacia el entornofísico y social. El análisis de estos casos
de estudio está orientado a reconocer criterios que contribuyan al diseño de una metodología de
intervención paraáreas verdes.
La selección de estos casos obedece a dos criterios fundamentales:
1. El reconocimiento de características que permiten su identificación como espacios de
apropiación. Interesa determinar en este sentido, como se ha logrado la apropiación de estos
espacios, así como evaluar las consecuencias sociales y ambientales, mediante:
1. Participación de los ciudadanos en la recuperación y revalorización del entorno por el
reconocimiento de su importancia multifactorial (ambiental, productiva, social) para la
ciudad.
2. Evidencias de comportamiento ecológicamente responsable
3. Contribución de estos espacios a la satisfacción de necesidades de habitar en la
ciudad
2. Cambios en las tasas metabólicas producto de una transformación del metabolismo urbano,
lo cual se puede evidenciar en: cambios en las pautas de consumo, mejora de la calidad del
aire, mejora en la calidad del agua, otros.
Ejemplos 1.Seattle: Gestión de escorrentía y huertos urbanos
(Seattle.gov. (2005). Seattle: Managing Stormwater)
La ciudad de Seattle, situada en PugetSound, es bien conocida por su entorno natural exuberante.
Los recursos naturales de la ciudad son ricos en pesquería local, tales como el salmón del Pacífico, la
trucha y otras especies de retorno de la alta mar, los cuales desovan en los ríos y arroyos de Seattle.
El rápido crecimiento y expansión ha llevado a un aumento de la escorrentía de aguas pluviales de
nuevos edificios, estacionamientos y caminos, lo que genera preocupaciones sobre el impacto de la
contaminación del agua en el hábitat acuático local. En consecuencia, se han puesto en marcha
programas para proteger y mejorar la salud de los ecosistemas de agua dulce, en particular a través
del manejo de aguas pluviales en zonas urbanas a través de la inclusión de un Sistema Urbano de
Drenaje Sostenible (SUDS). Esta nueva utilidad se encarga de la regulación de la escorrentía de
aguas pluviales, el alivio de las inundaciones, la reducción de la contaminación causada por la
escorrentía y da respuesta a las regulaciones federales de aguas pluviales, además de gestionar el
sistema de alcantarillado de la ciudad.
Entre los Planes de Saneamiento Integral de Seattle (CDP) para la gestión de aguas pluviales se
destacan:
1. Transporte de aguas pluviales y control de flujo
2. Protección de recursos acuáticos
3. Calidad del agua
4. Protección de recursos que producen bienes económicos a la localidad
5. Vegetación natural a lo largo de calles de la ciudad, en una red de zanjas, jardines y
cascadas, que permiten que las aguas pluviales se absorban directamente en el suelo o en
los canales para drenaje
6. Sustitución de superficies impermeables por superficies porosas y jardines de aguas pluviales
que se traducen en menor escorrentía
7. Reconfiguración del tráfico y de la calle: las calles estrechas generan menos escorrentía, por
lo que las calles se han rediseñado no sólo para que sean más estrechas, sino también para
incluir nuevas aceras para los peatones y curvas de slalom para frenar el tráfico.
Cambios en el metabolismo urbano y en la comunidad que reflejan implicación y apropiación:
8. Las reducciones en la escorrentía reducen los contaminantes del medio ambiente lo que
mejora las condiciones del suelo para actividades productivas y de expansión.
9. La agricultura urbana contribuye a la disminución del uso de energía de origen fósil
10. Residentes y activistas comunitarios han apoyado con entusiasmo el enfoque de los SDN
(Sistemas de Drenaje Natural) en sus barrios, ya que mejora la calidad ambiental y estética
del lugar, al incluir además de mejoras en la gestión del agua,la siembra de árboles y plantas.
11. Los residentes han participado en muchas etapas de la planificación y ejecución de los
componentes individuales de SDN.
12. Tanto el cuidado de las aguas como el mantenimiento de los huertos urbanos requieren de la
participación e implicación de los ciudadanos, esto requiere de mayor responsabilidad en
cuanto al comportamiento hacia el medio ambiente
Ilustración 1: Seattle. Fuente: http://www.google.es/imgres?imgurl=http://lh6.ggpht.com/-1-
Ejemplo 2.Agricultura urbana en el Polder Superior de Bieslandse, Delft, Los Paises Bajos
(Deelstra, Boyd, & van den Biggelaar, 2001)
En este ejemplo se presenta un caso de agricultura urbana en el contexto europeo que surge por una
iniciativa particular. Delft es una ciudad de unas 95,000 personas que habitan en la densa Holanda
del Sur. La región a la cual pertenece Delft es hogar de aproximadamente 3.4 millones de personas y
presenta una densidad de 1179 habitantes por kilómetro cuadrado, por lo que la tierra es muy escasa.
En el año 1996 uno de seis campesinos decidió convertir su negocio en una granja orgánica, iniciativa
que fue apoyada por la municipalidad, y en unión con Jacques Schievink de la
DelftInitiativesforNatureGroup (IND),quien había realizado una propuesta de desarrollo ecológico y
gestión de zanjas que regulan los niveles de agua para las tierras agrícolas de las superficies
terrestres ganadas al mar (las cuales son definidas con el término neerlandés: polder), ayudaron a
que otros granjeros se integraran y se desarrollara un plan para toda el área. El plan de
UpperBieslandpolder fue finalizado en 1997 y fue adoptado en las políticas locales de desarrollo.
Cambios en el metabolismo urbano y en la comunidad que reflejan implicación y apropiación:
13. Se aprovecha la materia orgánica, que ya no es considerada residuo sino recurso para
fertilización
14. Al tratarse de sistemas orgánicos se disminuye en gran medida las fuentes de energía no
renovables en las distintas etapas del proceso
15. Gestión del agua, se considera un recurso escaso por lo que las pautas de gestión están
orientadas a optimizar su consumo
16. La agricultura urbana contribuye al mantenimiento de los espacios verdes por parte de la
comunidad y proteger más eficazmente los recursos hídricos y las tierras de la región.
17. El proyecto que comenzó con una iniciativa de agricultura urbana se extendió a la ciudad y se
generaron espacios de oportunidad para diversas actividades abiertas a la participación de
los ciudadanos
18. Se generaron espacios para la educación ambiental. Para que el proyecto se llevara a cabo
se requirió de la participación e implicación de los habitantes los cuales se dieron cuenta de la
diferencia en la calidad de los productos orgánicos producidos localmente, esto generó
conciencia en el cuidado ambiental.
19. La salud del suelo producto de la agricultura orgánica influye igualmente en la mejora de la
calidad del agua, además de la implementación de tratamientos naturales del agua
Ilustración 2: Polder Superior Bieslandse, Delft. Fuente:
http://faculty.ksu.edu.sa/ewais/Urban%20Design%20%20Land%20Use%20Researches/Multifunction%20Land
Caso de estudio: potencial de las áreas verdes de la ciudad de Mérida, Venezuelacomo
espacios de oportunidad para la transformación social
En Mérida, como en muchas otras ciudades de Venezuela, las áreas verdes tienden a definirse en
función de la normativa ambiental como:
1. Espacios abiertos de uso privado.
2. Espacios abiertos de uso público
3. Espacios abiertos de uso restringido.
En el caso de los espacios abiertos de uso público en los cuales se ha formalizado esta
función,tienden a caracterizan por:
- Parques con orientación exclusiva hacia la recreación, cuya vegetaciónes difícil de asociar con las
comunidades de plantas que convierten la luz del sol en energía, almacenando carbón y produciendo
el alimento y la materia necesaria para la supervivencia. No se contempla la función productiva ni la
participación de la comunidad, por lo que el mantenimiento requiere de grandes insumos de energía y
generalmente es insuficiente por estar a cargo de entes no identificados con estos espacios.
- El mantenimiento de parques usurpa la sucesión natural. Los drenajes sanitarios y el camión de
basura rompen los ciclos de vida de los nutrientes y de los materiales del sistema natural lo que
acarrea mayores gastos tanto energéticos como económicos para el mantenimiento.
- Las “malas hierbas”, desde el punto de vista botánico son plantas que colonizan los terrenos
alterados, desde el punto de vista social son plantas que crecen pero que no se desean, estas son
representantes de las comunidades fortuitas del paisaje urbano.
- Debido a que los espacios verdes urbanos no contemplan funciones que propicien la apropiación
por parte de la comunidad, el costo del mantenimiento queda a cargo de entidades exógenas, con lo
cual, en muchos casos estas zonas tienden a convertirse en áreas abandonadas de la ciudad,
vertederos y espacios inseguros y vulnerables a usos indebidos e incluso invasión.
Mérida, debido a su geomorfología y características hidrográficas presenta una importante proporción
de áreas verdes urbanas protegidas, destaca en especial el eje conformado por el parque Albarregas
que atraviesa longitudinalmente la ciudad, el cual, si bien presenta en su recorrido ocupaciones
espontáneas caracterizadas bien por viviendas aisladas o por barrios marginales, su expansión se
supone controlada ya que se considera área de protección con usos regulados por el plan de
ordenamiento del parque. Además de este importante parque, el cual aún no presenta un desarrollo
en todo su eje, existen áreas verdes vinculadas a los afluentes delos principales ríos de la ciudad, así
como áreas verdes establecidas como áreas destinadas al uso público y áreas bajo régimen de
administración especial (ABRAE) por estar en zonas de riesgo debido a las características del suelo y
a las fuertes pendientes que caracterizan los bordes de la meseta.
Estas áreas verdes de la ciudad presentan vulnerabilidad a distintos riesgos tales como ocupaciones
ilegales, vertido de desechos,refugio de indigentes y otros.Son espacios que podrían catalogarse de
incómodos por presentar en muchos casos condiciones no aptas para funcionalidades urbanastales
como servicios, áreas residenciales, parques y otras propias de la planificación tradicional. No
obstante, al ser espacios „vacíos‟, presentan potencialidades de intervención como espacios de
apropiación capaces de canalizar necesidades de la comunidady contribuir así a proyectar una
reconfiguración orientada a incrementar los valores ambientales y sociales sobre el resto de la
ciudad. Para esto, se propone una lectura de estos espaciosa partir del máximo potencial social que
podrían acoger ligados al mantenimiento y reproducción de un modelo orientado a la satisfacción de
necesidades de habitar en la ciudad, dentro del ámbito de las restricciones generadas por su matriz
biofísica –clima, suelo, substrato, pendiente, flora y fauna- o por las disposiciones de las normas
urbanas existentes. Este modo de leer los espacios verdes supone un acercamiento válido para
entender la funcionalidad de los espacios verdes y su relación con una reconfiguración de los grupos
sociales asociados que se espera se manifestará en comportamientos más responsables hacia el
entorno. La propuesta de generar estos espacios de apropiación en las áreas verdes de la ciudad se
debe a que en estos espacios es posible además canalizar los flujos metabólicos de la ciudad sobre
los cuales es posible intervenir a partir del potencial social, ciudadano, ya que, como plantea Gonzalo
Riveiro(1997) en relación a los corredores verdes del plan de Lisboa, el reconocimiento de los
espacios verdes como entornos estructurantes permite la conexión con la ciudad y contribuye a
mantener la dinámica material ecológica haciéndola compatible con la dinámica urbana.
La propuesta de este trabajo consiste en detectar cualidades en estos espacios para el desarrollo de
funcionalidades a través de las cuales se pueda lograr el proceso de apropiacióndel espacio urbano a
partir de lasáreas verdes de la ciudad, con lo cual se lograríauna estructura de espacios articuladores
de los procesos naturales y sociales,orientados a incrementar la calidad de vida en la ciudad y
generar un cambio en el comportamiento de los habitantes con respecto a los espacios de uso
público producto de la reconfiguración social que supone la apropiación. Para esto, se propone una
metodología orientada a establecer los criterios a partir de los cuales detectar los potenciales de
apropiación de los espacios verdes de la ciudad. Esta metodología parte de la definición de sus
dimensiones espacial y social:
Definición de la dimensión espacial de los espacios de apropiación:
Como criterio inicial para abordar la estrategia de apropiación que se plantea, se tiene la elaboración
de un censo que identifique los espacios verdes urbanos de la ciudad. Esta identificación busca
además relacionar estos espacios con estructuras urbanas vinculadas que definen sus límites y
funcionalidades orientadas a satisfacer necesidades específicas de la comunidad, así como a facilitar
la integración y acceso a todos los miembros de la comunidad y motivar la inclusión, implicación y
participación.
A partir de la definición de los espacios verdes vinculados a comunidades, se definirán las
oportunidades que presentan estos espacios verdes para la canalización de los procesos del
metabolismo urbano, y en especial, los flujos mas evidentes de estos procesos y con mayor potencial
de transformación social, que como se especificó en el marco teórico son el agua y la materia
orgánica. Se proponen actividades orientadas a transformar estos flujos a través de funcionalidades
que por una parte incrementen la calidad urbana y ambiental del lugar y por otra impliquen a la
comunidad, ejemplo de estas funcionalidades pueden ser el tratamiento del agua a través de
sistemas de drenaje urbano sostenible, huertos urbanos, actividades orientadas a la clasificación y
tratamiento de residuos y otros.
Este análisis urbano inicial se relacionará con información cartográfica que permitirá determinar las
idoneidades intrínsecas del lugar y su correspondencia con las funcionalidades más pertinentes para
los espacios verdes, esta información incluye estudios de riesgos, redes hidrográficas vinculadas y
aspectos relacionados con las restricciones generadas por la matriz biofísica y por las disposiciones
de las normas urbanas existentes.
Ilustración 3: Planos usos, vegetación, relieve. Fuente: (Pérez, 2009)
Definición de la dimensión cultural de los espacios de apropiación:
A partir de este análisis espacial, se considerarán las valoraciones sociales, es decir, la percepción de
la comunidad en relación a las estrategias que pudieran plantearse en el espacio verde en estudio,
así como las funcionalidades específicas derivadas de las necesidades sentidas por la comunidad. La
implicación de la comunidad en la toma de decisiones es la estrategia que se plantea puede conducir
a la apropiación del espacio, ya que éste se configuraría a partir de criterios fundamentados en la
detección de sus vocaciones espaciales y culturales.
Por tanto, partiendo de la importancia que tienen los grupos sociales y sus construcciones culturales y
simbólicas en el proceso de apropiación, otro aspecto a considerar en la dimensión cultural es el
concerniente a los usos informales consolidados en los espacios verdes o en sus entornos, usos que
pueden estar vinculados con actividades recreativas, culturales, sociales u otros que de alguna
manera puedan contribuir a definir funcionalidades que enriquezcan el espíritu cívico de la comunidad
y que contribuyan a la convivencia, diversidad, dignidad y tolerancia como principios fundamentales
de la cultura ciudadana. Así mismo es importante detectar usos no deseables que puedan ir en contra
de los principios mencionados anteriormente y que a través de la reconfiguración del lugar se
modifiquen en pro de la comunidad. Además de los usos informales se plantea el censo de las
actividades formales consolidadas de las comunidades vinculadas a los espacios verdes que
representen valores relacionales e históricos simbolizados por las personas que puedan de algún
modofacilitar o restringir la manifiestación y desarrollo de escenarios específicos. Esto contribuirá a
definir modelos con mayor pertinencia social capaces de dar satisfacción a las necesidades de
habitar en la ciudad.
La definición de las funcionalidades de las áreas verdes se obtendrá a partir de la definición de las
dimensiones espacial y cultural. Las funcionalidades delos espacios verdes así definidasdeben
conducir a transformaciones de la estructura urbana a la cual pertenecen, transformaciones
orientadas a generar un cambio en el comportamiento cívico de los ciudadanos producto de la
reconfiguración social que se supone genera la apropiación, estos cambios se asocian a estilos de
vida, puesto que una mejora en la comunidad propicia un mayor uso del espacio público y una mayor
implicación en su cuidado y mantenimiento.
La dimensión espacial incluye
análisis cartográfico necesario
para determinar las idoneidades
intrínsecas, este análisis se
debe relacionar con el derivado
de la dimensión cultural para la
definición de funcionalidades
Conclusiones
Los espacios verdes de la ciudad a partir de la lectura que se plantea, deben entenderse como
entornos de oportunidad para el desarrollo de valores simbólicos,identitarios y de apropiación que
pueden contribuir al incremento de valores cívicos. Espacios que al ser configurados por la
comunidad se supone pueden cobrar valor e interés para sus habitantes y por tanto sentido de
pertenencia y apego, con lo cual se lograría la reconfiguraciónde los grupos sociales relacionados, así
como la determinación de identidades individuales y grupales orientadas a generar cambios en el
comportamiento hacia la ciudad y hacia el medio ambiente natural. Espacios a partir de los cuales
transformar el metabolismo urbano mediante la acción ciudadana y extender esta transformación
hacia la ciudad. Los espacios verdes se reconocen así como instrumentos de intervención para la
construcción de un urbanismo que puede influir desde el metabolismo urbano en tanto que la ciudad
es su expresión más obvia. En el caso de la ciudad de Mérida, los espacios verdes catalogados como
espacio público presentan una oportunidad para la generación de espacios de apropiación, en
especial por la presencia del Parque Albarregas y sus importantes extensiones vinculadas a las
principales estructuras urbanas de la ciudad, así como a otras áreas verdes que conectan con las
grandes extensiones de áreas protegidas que la bordean, las cuales podrían configurarse en
estructuras verdes definidas a partir de la acción social, ciudadana.
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