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CIUDAD Y TERRITORIO Estudios Territoriales, XXX (117-118) 1998 73 9 La apertura al público de la Casa de Campo e n 1931 . Sus antecedentes, significado y problemátic a Ignacio PÉREZ-SOBA DIEZ DEL CORRA L Ingeniero de Montes. Servicio Provincial de Agricultura y Medio Ambiente de Zaragoza . Sección de Conservación del Medio Ambiente . RESUMEN : La Casa de Campo es un territorio que fue concebido como un Real Sitio, en el siglo XVI, por Felipe II, y que como tal fue creciendo y adquiriendo complejidad, justo al lado de Madrid . Ese territori o de uso privado, tan cercano a Madrid, pero tan poco relacionado con él, fue desde 1868 reclamado com o Parque público por el pueblo de Madrid, hasta que el 15 de abril de 1931, el día siguiente a la proclamació n de la Segunda República Española, fue abierto al público . Todo ello lo convierte en un ejempl o paradigmático de la apertura al uso masivo de un territorio concebido como Parque privado . Este trabaj o revisa los antecedentes de esa apertura, los problemas a que dio lugar, y cómo, tras la última Guerra Civi l española, las nuevas autoridades quisieron expresamente mantener el uso de la Casa de Campo com o Parque de Madrid. Descriptores : Casa de Campo, Madrid, Parques públicos . I . INTRODUCCIÓ N L a Casa de Campo, ha vivido dos etapas , esencialmente diferentes en lo que s e refiere a ordenación y conservación,qu e se corresponden con dos finalidades d e existencia . La primera, la que le dio origen , es la de ser un Real Sitio ; es decir, uno de lo s espacios de uso exclusivo de los que se fue dotando la Monarquía Española desde e l establecimiento permanente de la Corte e n Madrid en 1561, y que formaron toda un a compleja red . Dentro de este sistema, a l o largo de los siglos, se fueron incorporando posesiones, de modo que en el siglo XIX la s fincas situadas en el municipio madrileñ o pertenecientes a la Corona eran : el Palaci o Real, el Monte de El Pardo y Vifiuelas, l a Recibido: 16 .08 .98 . Casa de Campo, el Buen Retiro, la posesió n de la Florida y Montaña del Príncipe Pío y e l Real Casino de Su Majestad (GALIANA, 1994). El Alcázar y el Pardo provenían de tiempo s de los Trastámaras, y las demás posesione s son muy posteriores a la creación de la Cas a de Campo, de modo que fue este Real Sitio el primero construido en Madrid por la nuev a dinastía de los Austrias . En el siglo XVI, época de la creación de l a Casa de Campo, un Real Sitio significab a mucho más que el mero hecho de ser un lugar para el descanso o la diversión de lo s reyes y sus cortes y familias . En esa época , de hecho, «el Sitio Real viene a se r amplificador del discurso político, ante un a minoría gubernativa entusiasta y bien adiestrada . La «charla a la vera de la caza propició en numerosas ocasiones actos y determinaciones de Estado, cuidadosamente dosificados con la música, el teatro o l a Ministerio de Fomento

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CIUDAD Y TERRITORIO Estudios Territoriales, XXX (117-118) 1998

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La apertura al público de la Casa de Campo e n1931 . Sus antecedentes, significado yproblemática

Ignacio PÉREZ-SOBA DIEZ DEL CORRA L

Ingeniero de Montes. Servicio Provincial de Agricultura y Medio Ambiente de Zaragoza . Sección de Conservación del Medio Ambiente .

RESUMEN : La Casa de Campo es un territorio que fue concebido como un Real Sitio, en el siglo XVI, porFelipe II, y que como tal fue creciendo y adquiriendo complejidad, justo al lado de Madrid . Ese territori ode uso privado, tan cercano a Madrid, pero tan poco relacionado con él, fue desde 1868 reclamado com oParque público por el pueblo de Madrid, hasta que el 15 de abril de 1931, el día siguiente a la proclamació nde la Segunda República Española, fue abierto al público . Todo ello lo convierte en un ejempl oparadigmático de la apertura al uso masivo de un territorio concebido como Parque privado . Este trabaj orevisa los antecedentes de esa apertura, los problemas a que dio lugar, y cómo, tras la última Guerra Civi lespañola, las nuevas autoridades quisieron expresamente mantener el uso de la Casa de Campo com oParque de Madrid.

Descriptores : Casa de Campo, Madrid, Parques públicos .

I . INTRODUCCIÓN

La Casa de Campo, ha vivido dos etapas ,esencialmente diferentes en lo que serefiere a ordenación y conservación,que

se corresponden con dos finalidades d eexistencia . La primera, la que le dio origen ,es la de ser un Real Sitio ; es decir, uno de losespacios de uso exclusivo de los que se fuedotando la Monarquía Española desde e lestablecimiento permanente de la Corte enMadrid en 1561, y que formaron toda un acompleja red . Dentro de este sistema, a l olargo de los siglos, se fueron incorporandoposesiones, de modo que en el siglo XIX lasfincas situadas en el municipio madrileñ opertenecientes a la Corona eran : el PalacioReal, el Monte de El Pardo y Vifiuelas, l a

Recibido: 16 .08 .98 .

Casa de Campo, el Buen Retiro, la posesiónde la Florida y Montaña del Príncipe Pío y e lReal Casino de Su Majestad (GALIANA, 1994).El Alcázar y el Pardo provenían de tiempo sde los Trastámaras, y las demás posesionesson muy posteriores a la creación de la Casade Campo, de modo que fue este Real Sitio elprimero construido en Madrid por la nuevadinastía de los Austrias .

En el siglo XVI, época de la creación de laCasa de Campo, un Real Sitio significab amucho más que el mero hecho de ser unlugar para el descanso o la diversión de losreyes y sus cortes y familias . En esa época ,de hecho, «el Sitio Real viene a se ramplificador del discurso político, ante unaminoría gubernativa entusiasta y bienadiestrada. La «charla a la vera de la caza ”propició en numerosas ocasiones actos ydeterminaciones de Estado, cuidadosamentedosificados con la música, el teatro o la

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FIGURA I . Escritura de 17 de junio de 1592, por la que Felipe II compra terrenos aRodrigo de Vargas para la ampliación de la Casa de Campo . Tomado de Linos Lage(I 943), que erróneamente la cree «cédula de adquisición de la Casa de Campo)) .

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reflexión cultural . Política y diversiónparecen fusionarse de manera particular enaquellas Jornadas simbólicas . . . En los Sitio sReales se manejan herramienta sintelectuales y mecanismos científicos denuevo cuño, un estructuralismo yfuncionalismo impensables en las capitales ,temas artísticos elaborados bajo un métod ointerdisciplinar. . . Es por lo qu erepetidamente tratamos de redescubrir l adinámica de los Sitios Reales, su finalidad ,su normativa, opciones artísticas, solucionestécnicas o las manifestaciones yfluctuaciones de su población estacionada »(TovAR, 1989) . Este significado complejo seva perdiendo con el paso del tiempo, de mod oque en los reinados de Alfonso XII y Alfons oXIII la Casa de Campo deja de ser un centrode poder para ser, efectivamente, un Parqueprivado, una posesión real como lo podía serde los nobles o de cualquier persona que sehubiera enriquecido .

De cualquier manera, el hecho es quedurante casi cuatro siglos la Casa de Camp ofue creciendo y cambiando al margentotalmente de la Villa de Madrid . La Casa d eCampo, tan cercana entonces y siempre aMadrid, era un mundo aparte en una époc atan reciente como el último tercio del sigloXIX: «Nos hemos extendido un poco en l adescripción de este sitio [la Casa de Campo] ,por hallarse de tal modo cerrado para loshabitantes de Madrid, que si alguno hapenetrado alguna vez en aquel recinto ,gracias a un permiso, para que [sic] s enecesitaba favor en la Corte, y conocen algodel arbolado que hay a la entrada, muycontados serán los hijos de la villa que hayanpodido recorrer la posesión . . . El caso es que ,habiendo muchos madrileños que podríandescribir y aun dibujar exactamente d ememoria todas las posesiones del dominio dela Corona en Italia, Francia, Inglaterra ,Bélgica y Alemania, sólo un número muyreducido han tenido alguna rara ocasión d eformar ligera idea de la Casa de Campo »(FERNANDEZ DE LOS Rios, 1868) .

Ese mutuo desconocimiento, y el hecho d eque el número de visitantes fuera muyrestringido, suponía también que la libertadde experimentar, reforestar y ajardinar, porparte de los gestores de la Casa de Campo ,era total, y dependía sólo de la mayor omenor preferencia que el Monarca en esemomento diera a esa posesión. Sin embargo,

y dado también el gran tamaño que est aposesión adquirió por las compras efectuada spor Fernando VI y Carlos III (PÉREZ-SOBA ,

1996 : 21-251, esa independencia iba asuponer, antes o después, un choque con lo sintereses del público, y, caso de producirseuna apertura general, no pocas dificultades ,muchas más que la apertura del Buen Retiroen 1868 . Así pues, la Casa de Campo es u nejemplo paradigmático de las dificultades yriesgos de abrir un espacio reservado al us oprivado a un uso público generalizado.

Además, la apertura de la Casa de Camp oes el segundo de los pasos de un proceso deimportancia clave para el desarrollo de l aVilla de Madrid, sobre todo en lo qu erespecta a la adquisición de nuevos espaciosverdes : la desamortización de parte de lPatrimonio de la Corona en Madrid yalrededores . El primer paso en este sentidofue la Ley de 12 de mayo de 1865, qu edeterminaba nominalmente cuáles eran, apartir de ese momento, las posesiones reale sen Madrid, las catalogaba como distintas alos bienes del Estado y desamortizaba toda slas demás propiedades de la Corona en e lmunicipio . Esta operación supuso «la má simportante aportación de suelo al proces ourbanizador de la capital, tanto por l aelevada superficie movilizada como por suprivilegiada situación : Arguelles, Retiro ,Santa Bárbara, Salesas» (GALIANA, 1994) . Noafectó esta Ley de 1865 a la Casa de Campo ,que quedó expresamente incluida en la spropiedades que la Corona retenía com osuyas, pero sí a los terrenos de Arguelles yMoncloa que constituían el Sitio Real de l aFlorida y Montaña del Príncipe Pío, cuyafinalidad, geográfica y estratégicament ehablando, era la de dar continuidad a lasposesiones reales de la Casa de Campo y e lMonte de El Pardo (GÓMEZ IGLESIAS, 1969 yEZQ[ERRA DEL BAYO, 1926) . En esta operaciónde desamortización comienza, de hecho, unaserie de ventas y cesiones que van a hacerque la Casa de Campo, que siguiendo lo sdesignios de su creador formaba parte de un'todo» verde, que seguía el curso alto de lManzanares, quede aislada como un solitari oParque ante la expansión de Madrid . Est adesamortización, como casi todas las que sehicieron durante el siglo XIX, no se preocupóde nada más que de obtener dinero rápid opara el Estado, sin plantearse cómo afectabaeso al conjunto de Madrid : »Desde l a

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administración del patrimonio real no s eefectuaron planteamientos de conjunto par adichos terrenos . . . La falta de unidad deproyecto, urbanístico y arquitectónico, es l aresponsable de la dificultad de reconocerdichos barrios» (GALIANA, 1994) .

2. LOS INTENTOS DE APERTURA A LPÚBLICO DE LA CASA DE CAMP OEN EL SIGLO XIX

En septiembre de 1868, los generale sPrim y Serrano, y el almirante Topete,encabezaron la «Revolución Gloriosa» , qu ederribó del Trono a Isabel II, desprestigiad apor su debilidad de carácter que permitió l aformación de una corrupta y esperpénticacamarilla que gobernaba a sus anchas, y po rsu comportamiento personal que la ponía e nevidencia ante sus súbditos . El procesodesamortizador, tímidamente iniciado por l aLey de 1865, encara su verdadera resolución :«a partir de 1868, el inicio de cada período d esigno progresista ha llevado aparejado unatransformación en el régimen de utilizaciónde alguna propiedad, que ha pasado de l aexclusividad del uso real a su disfrute por e lpueblo de Madrid» (GALIANA, 1994) . Es ésteel momento en que el Retiro y los terreno sdel Parque del Oeste pasan a ser propiedaddel Ayuntamiento «Popular» de Madrid, po run Decreto promulgado pocos días despué sde la Revolución de septiembre de 1868, enun paralelismo notable con lo que ocurrirá63 años más tarde a la Casa de Campo . Enesta ocasión, sin embargo, la Casa de Camp opermanece cerrada al público, bajo laAdministración de la Dirección d ePatrimonio del Ministerio de Hacienda, y n osufre más alteraciones que la supresión delculto de la iglesia de la Torrecilla (parroqui ade la Casa de Campo destruida en la GuerraCivil de 1936-1939) entre 1868 y 1875, añoen que lo restaura Alfonso XIII (AGUILERA,1934) .

2 .1 . El Plan de Fernández de los Ríos(1868)

Es en 1868, no obstante, cuando porprimera vez se presenta ante las autoridadesla realización de un plan de aprovechamientode la Casa de Campo que incluye su

apertura al público . Este plan fue redactad oen 1868 por Angel Fernández de los Ríos, e nel conjunto de un vasto Plan que abarcabatodo Madrid (FERNÁNDEZ DE LOS Rios, 1868) ,y que prácticamente no fue llevado a l apráctica en casi ninguno de sus aspectos .

El Plan de Fernández de los Ríos insiste ,en primer lugar, en la gran molestia quesupone el acceso a la Casa de Campo, acausa del gran desnivel formado por lacuenca del rio . Propone para ello construi runa armadura de hierro sobre el puente queunía el Campo del Moro con la «Carpintería », para facilitar el acceso . En cuanto a lterritorio, propone que «toda la parte d ejardines y bosque hasta el camino de lo srobles, debe ser un paseo público . . .» Peroañade inmediatamente que «la Casa d eCampo se presta a muchas cosas más que aun paseo puramente recreativo.» Por ell opide abrir cinco grandes alamedas d ecomunicación que darían por resultado «loque ahora es dificilísimo : recorrercómodamente casi todos los extremos de l aCasa de Campo» , pero también servir d ecalles a una población de casas de campopara «las clases bien acomodadas» , qu eocuparía la gran mayoría de la superficie delParque, y para atender a la cual debí aconstruirse un apeadero en la línea deferrocarril que cruza la Casa de Campo . Acontinuación plantea los precios a los que s epueden vender los solares, y canta lasexcelencias de la vista que tendrán los quelos compren, que así no tendrán que salir d eMadrid durante el verano. Propone también ,por último, una «Escuela práctica deAgricultura, Horticultura y Ganadería» , quevendría ser una granja modelo para l ainstrucción agrícola, que «está en la infanci aen España» .

Por bien de la Casa de Campo, estedesatino no fue llevado a cabo por el prontohundimiento de los diferentes regímene sderivados de la Revolución de 1868 : el brevereinado de Amadeo de Saboya (1870-1873) yla aún más breve Primera RepúblicaEspañola (1873-1875) . El mismo autorreconoce la dificultad de llevar a cabo : «la smejoras de que es susceptible el centro de l aposesión no son para acometidas por ahora. . .teniendo esto presente para dejar libres eso sterrenos, todo lo que por ahora puedehacerse es llenar los que quedan libres dearbolado de todas clases, formando bosques

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FIGURA 2: Estado actual del «Puente dela Culebra)), puente de mamposterí aconstruido por Francisco de Sabatini yJosé de la Ballina sobre el arroyoMeaques durante el reinado de CarlosIll . Fueron construidos en la mismaépoca otros cinco, que no hanperdurado hasta hoy.Foto : I . Pérez-Soba (1996) .

de que tanto necesita Madrid» (FERNÁNDE ZDE LOS Rios, 1868) .

Estas propuestas de Fernández de lo sRíos, así como otras de esa época (como l aque proponía instalar la necrópolis genera lde Madrid en el cuartel de Rodajos de lparque) causan hoy una profunda extrañeza ,pero en absoluto se debe (com osorprendentemente afirma TEJERO, 1994) auna ,' indiferencia hacia la Real Casa de lCampo» . Todo lo contrario : deben sermiradas, para situarlas en su contexto, baj oel punto de vista de personas que, como ya seha dicho, desconocían plenamente l aposesión (dado el carácter exclusivo de est aResidencia Real), y veían en ella una granextensión improductiva que debía «ponerse atrabajar» por el bien del país. En el fondo, e sla misma justificación de las terriblesmedidas desamortizadoras de los monte spúblicos que por esa misma época, y pese ala tenaz y loable oposición de los Ingenierosde Montes, se llevaron a cabo (y de las queluego volveremos a hablar), y que condujerona nuestro país a perder gran parte de su smejores bosques en manos especuladoras .Sin embargo, estas desamortizacione spasaron, para el gran público, inadvertida sen su momento, y aún hoy son pocos quiene sseñalan esta política como causa de l apobreza forestal española, de modo que n odebe sorprendernos el que haya autores que

desconozcan ese contexto : en aquella época ,lo «liberal» y «progresista» era precisamentedestruir la Naturaleza para que produjerarentas. En resumen: «no hay duda de quepara el Ingeniero de Montes e lreconocimiento por parte de los podere spolíticos y de la opinión pública de l aimportancia de las masas forestales h asupuesto un alivio en su continuada luch apara una mayor consideración de la gestió nde los montes . Sirvan como muestras de est ainquietud en la Administración Foresta lespañola la definición del Monte de Utilida dPública (1890), la creación de las divisione shidrológico-forestales (1901), la ley d edefensa de bosques (1918), el Catálogo d emontes protectores (1931), y otras tantas »(PÉREZ-SOBA BARÓ, 1985) .

2.2. Alfonso XII y Alfonso XIII : tímidaapertura al público (1875-193 I )

El 3 de enero de 1875, el general Pavía ,Capitán General de Madrid, irrumpe (a pie ,por cierto, no a caballo, como comúnmente s edice) en las Cortes Republicanas, en medio d eun alterado y surrealista debate, y la sdisuelve, poniendo fin a una República que hasobrevivido dificilmente, en medio del mayorcaos y afrontando tres guerras simultáneas : l ade Cuba, las carlistas y el también surrealistaconflicto cantonal . Ese mismo mes se crea unMinisterio de Regencia que se hace cargo d elas posesiones no desamortizadas de la CasaReal, y que nombra Administrador a André sGodoy. Durante todo el reinado de Alfonso XI I(1875-1885), la Casa de Campo recupera, po rtanto, su carácter de posesión exclusivamenteprivada, realizándose varias obras, de la scuales la más llamativa es la terminación dela red hidráulica iniciada por Isabel II ,construyendo una doble acequia qu edistribuía el agua por toda la posesión apartir de un depósito construido en el CerroMorán . De este sistema tan completo aúnpodemos encontrar algunos restos en varioslugares del Parque, como el llamado «puentecolorado» , que es el acueducto de Valdeza . Deeste modo, a finales del siglo XIX, la Casa deCampo es calificada como un «delicioso luga rde recreo para la familia real» (GIL Y ROMEA,

1881) .En el reinado de Alfonso XIII (1902-19311 ,

se producen dos acontecimiento s

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relacionados con la apertura al público de l aposesión, pero con un signo muy distinto . Po run lado, a partir de principios del siglo XX s epermite el acceso, previa solicitud y con unpase, a cierto número de visitantes durantelos fines de semana . Por otro, en lascercanías del antiguo Hipódromo comienza«una serie de actuaciones que han supuestouna privatización del uso de parte de est epatrimonio [Real], y cuya utilidad pública esmás que dudosa . Me refiero en concreto a ldesarrollo de actividades recreativas que,atraídas por las magníficas condicione sambientales de estas fincas y por su cercaníaa la ciudad, han conformado un extens osector dedicado a este uso en la ribera de lManzanares, aguas arriba de Madri d(VALENZUELA, 1976) . Los principalesbeneficiarios de este proceso han sido la sclases privilegiadas, que han conseguid oespacios de gran calidad, bien conservadosgracias a su pertenencia al Patrimonio, y quedisfrutan en condiciones de exclusividad . . .constituyendo un proceso de apropiación po rlas clases más pudientes de este sector de lPatrimonio más próximo a Madrid »(GALIANA, 1994). Así, completando la cesiónde terrenos del Pardo, en 1912, para l acreación del selecto Club Puerta de Hierro,se instalan en la zona del antiguo Hipódrom ode la Casa de Campo dos campos de Polo, asícomo la Sociedad de Tiro de Pichón . Estasinstalaciones constituirán el germen de l oque luego será la concesión de más de 200hectáreas a una entidad privada para l acreación del Club de Campo. Este proceso d eprivatización de uso se irá haciendo má scomplejo e importante a partir de 1940, yafectará de modo definitivo a la actualrealidad del Parque (PÉREZ-SOBA, 1996 yPÉREZ-SOBA, 1997) .

Se produjeron otras dos concesiones desuelo del Patrimonio en la Casa de Campo enesta misma época, concesiones que hanllegado hasta nuestros días :

- la cesión de 67,6 hectáreas a l aAsociación General de Ganaderos de lReino en 1919, cesión que hereda l aOrganización Sindical para la Feria delCampo, y que, renovada el 20 de abri lde 1951, concluyó el 31 de diciembre d e1980 . Corresponde al actual recint oFerial, que es ahora gestionado por unpatronato autónomo del Ayuntamiento

de Madrid, y que ha seguido un curios oproceso histórico (PÉREZ-SOBA, 1997) .la concesión al Comité Nacional d ePlantas Medicinales, por Real Ordende 7 de marzo de 1928, luegoformalizada en contrato de 1 d enoviembre de 1929 . Este Comité fueluego integrado, por Real Decreto de 7de noviembre de 1930, en la Direcció nGeneral de Agricultura, Industria yComercio . Este contrato fue respetadoposteriormente en 1931, con la cesiónal Ayuntamiento, y fue renovado nadamás terminar la Guerra Civil po racuerdo de la Comisión Municipal d e11 de agosto de 1939, y confirmado po rPleno del Ayuntamiento de 31 deagosto de 1951 . El actual titular de l aconcesión es la Unidad de Planta sMedicinales del Instituto Nacional deInvestigación y Tecnología Agrarias yAlimentarias (INIA) . La superficiealèctada por esta concesión fue (y es )de 2,93 hectáreas.

La Casa de Campo vivía sus últimos año scomo posesión Real aislada de Madrid, conun ambiente bucólico y pocos visitantes : «L afuente del tapial de la Casa de Campo, quetiene manchado de hierro el babero de piedrade su grifo, no recibe la atención de un vasoimplorante, por más que pasen las horas .Quizás algún peregrino de los que tienenmapa de fuentes y caminos es posible quealargue su concha hasta recoger algo de lchorro» (GÓMEZ DE LA SERNA, 1927) . En es aépoca, como decía entonces en un refrán, <enla Casa de Campo hay de cuanto Dios crió »(NUEVO MUNDO, 1931) .

3 . LA APERTURA DE LA CASA DECAMPO: EL 15 DE ABRIL DE 193 1

El 12 de abril de 1931 se celebranelecciones municipales en España, com oprimer paso de un proceso electoral que, enteoría, no era trascendental y debí acontinuar con elecciones provinciales ynacionales . Sin embargo, la amplia victori ade las candidaturas republicanas en la scapitales de provincia y los pueblos de mayo rimportancia, provoca el desmoronamient oimprevisto e increíblemente rápido de un aMonarquía cuyo fin se veía venir desde el

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final de la Dictadura de Primo de Rivera( 1930 ) . Grandes manifestaciones popularesprovocan, aprovechando la indecisión y e ldesconcierto absolutos del Gobiern omonárquico, la proclamación de la SegundaRepública Española, el 14 de abril de 1931, yla huida de Alfonso XIII a Italia .

En esta ocasión, la Casa de Campo no ibaa permanecer ajena a los cambios políticos .De hecho, las masas populares consideraronun símbolo ejemplar de la caída de l aMonarquía el poder acceder libremente a est eterritorio hasta entonces de tan exclusivo uso ,de modo que al día siguiente de l ainstauración del régimen republicano (si nesperar al 1° de mayo de 1931, como algunosautores dicen) se produjo una ocupaciónpopular masiva de la Casa de Campo, com omagníficamente relata este fragmento de ldiario de Josep Pla, de fecha 15 de abril de1931 : (Nos dirigimos a Ia Casa de Campo .Entramos allí . El pueblo lo ha invadido todo .Es una fiesta nacional . . . Así, vamos dandovueltas por las carreteras de la posesión real .Observo la persecución de los conejos de llugar por los elementos del pueblo soberano »(PLA, 1933 ; 35-36) . Obsérvese que desde e lprimer día se señalan los daños que el puebl ova a realizar en la posesión .

Muy pocos días después, el 20 de abril de1931, firmaban Niceto Alcalá Zamora(Presidente del Gobierno Provisional de l aRepública) e Indalecio Prieto (Ministro deHacienda) el Decreto del Ministerio d eHacienda por el cual se cede la Casa deCampo al pueblo de Madrid . El artículo 1" d eeste Decreto, publicado en la Gaceta deMadrid de 22 de abril de 1931, realiza l acesión (» para ser destinada a parque derecreo e instrucción" ), el 29 reserva para l aAsociación de Ganaderos los terrenos queésta ocupaba ya, y el artículo 3 9 y últim ofaculta al Ministerio de Hacienda para l aejecución del Decreto . Este Decreto setransformó, una vez elegidas las Corte sConstituyentes de la República, en la Ley de9 de septiembre de 1931 . con idéntico texto.Obsérvese que ni el Decreto ni la Leyotorgan (como, por otra parte, es natural )ninguna protección legal especial al Parque ,en contra de lo que algunas veces se afirma .

La exposición de motivos del Decretoexplica así la cesión (de un modo, por cierto ,muy similar a como explicaba la cesión de lRetiro el Decreto de septiembre de 1868) :

FIGURA 3 : Estado actual del antigu o((Estanque repartidor de aguas)) ,principal elemento de Ia red hidráulic ade riego construida en Ia Casa d eCampo hacia 1880, y destruida durant eIa Guerra Civil de 1936-1939 .Foto de I . Pérez-Soba (1996) .

«No dispone actualmente la Villa de Madri dde bosques, parques y jardines en l aproporción que exige la densidad de s upoblación . La inmediata incautación por e lEstado de los bienes que formaban e lpatrimonio que fue de la Corona facilita a lGobierno provisional de la República e lmedio de satisfacer aquella necesidad. Entreestos bienes figuran los terrenos de la Cas ade Campo y el parque del Campo del Moro ,cuya cesión al Ayuntamiento de Madrid ,para ser destinados a solaz y recreo de lo shabitantes de la capital de la nación ha sid oreiteradamente reclamada . El Gobierno seregocija de que con el advenimiento de l aRepública haya sobrevenido la posibilidad d econvertir en realidad aquel legítimo deseo d etodos los madrileños» .

Tales motivaciones eran rigurosament eciertas, especialmente en unos momentos enlos que la Dehesa de la Villa había sid odisminuida y las obras de la Ciuda dUniversitaria impedían el uso de lo qu eantes eran terrenos abiertos (NUEVO MUNDO ,1931) . Son frecuentes, en la prensa de l aépoca, las cábalas sobre la importancia de l aanexión de la Casa de Campo y el monte de lPardo : ((máxime cuando esta situación fueagravada recientemente con la considerabl emerma de la Moncloa, al establecer en susterrenos la Ciudad Universitaria . . . en laposesión pacífica y ordenado disfrute de do spredios tan importantes como la Casa de

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Campo y el monte de El Pardo, está e lmagnífico remedio que resolverá nuestraprecaria situación en este orden de cosas »(RIVERO, 1931) . Este autor incluso llega adividir la superficie de ambas Zonas Verde sentre el número de habitantes de Madrid ,para ver cuánto le toca a cada uno . El Pardo ,no obstante, apenas sufriría modificaciones ,por dos obvios motivos : «El Pardo está muydistante para satisfacer esa necesidad, ysería enormemente costosa la necesari aurbanización que lo convirtiese en parque »(NUEVO MUNDO, 1931) .

El Acta de entrega oficial del territorio seformalizó el 6 de mayo de 1931 . En estafecha, ante el Notario Don Pedro Tobar,Indalecio Prieto entregaba en la plazoleta d ela Puerta del Rey, a las doce de la mañana, elParque al Alcalde de Madrid, Pedro Ric oLópez . Esta acta incluye la obligación de unacuerdo previo de Ayuntamiento y Ministeriode Hacienda para realizar las cortas o poda sextraordinarias y definir la estructura depaseos o jardines «por ser aquéllos una de laspocas muestras que quedan de la Jardineríaclásica española que conviene conservar , yla exclusión de la cesión, como ya se ha dicho ,de la finca particular «Pozos de la Nieve »(sobre la curiosa historia de esta finca, véas ePÉREZ-SOBA, 1996, pp . 25-26) . Ese día, segú nconsta en el inventario, existía en la finca e lsiguiente ganado : 17 vacas, 2 bueyes, 1 0chotas (luego nacieron 9 terneros y cinc oterneras), 695 ovejas, 37 moruecos, 2 mansos ,9 corderos, 63 corderas, 11 mulas y 5 mulos ,así como bastante cantidad de colmenas yalgunas fanegas de distintos granos en la scámaras de la posesión (PRIETO, 1932) . Encuanto a las edificaciones, (AGUILERA, 1934)dice que, en esa época, de lo edificado porFelipe II no quedaba más que la Torrecilla ,habilitada para vivienda de guardas y su sfamilias, y para almacén de aperos «con gravemenoscabo para este lugar, al que debieradevolvérsele su antiguo carácter» . Describ eigualmente el cementerio anexo, aúnexistente «en una planicie próxima, a la quese llega por el camino de los Pinos, y que e suno de los puntos más altos de la Casa deCampo. . . Es un modestísimo camposantoaldeano, el más pequeño que he visto . Losenterramientos no eran propiamente tales ,puesto que carece de columbarios, y de ello sdeben quedar muy pocos, alrededor de siete uocho, borrados por las ortigas y el jaramago .»

Aproximadamente en 1931, se suprime e lculto de la iglesia de la Torrecilla, culto quenunca volverá a recuperar.

3 .1 . El Plan de Lorit ey Alvarez Naya (1933 )

Pasadas la euforia y la destrucción de losprimeros meses, es cuando las autoridade smunicipales empiezan a comprender l aresponsabilidad que han asumido junto conla gestión de la finca . Pasó un año d eestudios y dilaciones, a partir de la entrega ,hasta que se acordó que todos los servicios dela finca pasasen a depender de la Direcciónde Vías y Obras del Ayuntamiento . Se creóentonces una Ponencia de tres concejales (unmonárquico, un republicano y un socialista) ,para el estudio de los temas relacionados co nla Casa de Campo (MUIÑO, 1934) . Po rprimera vez, si exceptuamos el cas ianecdótico plan ya citado de Fernández delos Ríos (1868), se ha de redactar un Planque busque hacer compatibles la utilizaciónpopular de la finca con su conservación . Enaquella época, claro está, los condicionante surbanísticos eran infinitamente menores qu een la actualidad, de modo que las decisione sadoptadas hubieran podido tener una granimportancia . . . de no sobrevenir lo quedespués sobrevino .

El encargo recae en los arquitectos José d eLorite (director) y M . Alvarez Naya(encargado), que publican sus propuestas, d eclaro carácter populista, en 1933 . Entre ésta sdestaco la de reversión al Ayuntamiento delos terrenos del Hipódromo y del Tiro dePichón (el actual Club de Campo), para laconstrucción de campos populares d edeporte . Proponen también la creación depiscinas populares, «usando las limpia saguas que alimentan el estanque grande» , ytransformar el existente parque natural deaclimatación, en uno que embelleciese unaparte de la finca y con marcada finalidadcultural : un «Parque Natural y d eaclimatación con una finalidad cultural, paracultivar el respeto y el amor a l aNaturaleza . . . En esta zona se formaríatambién un Parque Zoológico y un acuario »Otras propuestas de este Plan son: unferrocarril en miniatura, un bar-restaurante ,un jardín botánico, una biblioteca, un parquede atracciones, un teatro de verano, un circo

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al aire libre, un coto de expansión escolar, unsalón acristalado para aves exóticas, unazona de cultivo de gusanos de seda y otradestinada a ensayos agrícolas. Los gastosanuales se presupuestaban en 998.085,8 5pesetas, y los ingresos (por entrada, árboles ,frutas y plantas y arriendos) en 266 .000 . Elcoste de las obras se cifraba en 2,5 millonesde pesetas (PRIETO, 1932 y DIRECCIÓN D E

OBRAS SANITARIAS, 1933) . Es un Plan queencara, sin prácticamente ningún ambage, l aocupación de la Casa de Campo por multitudde diversiones populares y edificaciones, muyen la línea de la política que en la década de1960 iniciaría el Ayuntamiento de Madrid .No deja de ser curioso el que fueran lasautoridades republicanas quienes primer opropusieran esta política de ocupación (y po rtanto de agresión) .

El Plan de Lorite y Alvarez Naya, noobstante, apenas fue llevado a la práctica .Unicamente se dispusieron las concesione sde seis quioscos de bebidas (durante cincoaños, prorrogables por otros cinco), y elarriendo de los pastos (durante cuatro años ,prorrogable a voluntad de ambas partes) ,disposiciones ambas realizadas en 1934, ycuyas condiciones se conservan en laBiblioteca Histórica Municipal (en la cual ,por cierto, sólo consta un contrato dearriendo por dos años prorrogables avoluntad de un solo quiosco de bebidas, confecha también de 1934) .

3 .2. El mal uso público del Parque :¿parque público o parque masivo?

Lo que sí fue llevado a la práctica (entérminos mucho más exagerados que lospropuestos por los dos arquitectos) es l apolítica de utilización masiva de la Casa deCampo . Si examinamos la prensa de l aépoca, observamos que el principalresponsable de la conservación del Parque (e lconcejal socialista Muiño) estaba empecinadoen que se produjeran grandesconcentraciones masivas de público, y en qu ese celebraran festejos cuanto másmultitudinarios, mejor. Eso se explica por e lenrarecido ambiente político de la época, enel que parecía no caber, entre el anterior us oexcesivamente restringido y el posterior us omasivo indiscriminado, ninguna posibilidadintermedia más sensata .

Así lo comprobamos en el comentario deeste encargado municipal sobre la festividaddel primero de mayo de 1933, en la que sejuntaron simultáneamente en el Parque másde trescientas mil personas : «Los parquespúblicos no pueden ser solamentedecorativos . . . tienen que cumplir además lafunción social de servir de solaz y recreo delos ciudadanos que trabajan, y es por estopor lo que a una mínima parte de los que amí me han criticado les molestan las mejora sen la Casa de Campo, pues desearían que l afinca, en vez de servir para el pueblo, fueraun coto más de caza para unos cuanto sfavorecidos por su posición económica . Aestos enemigos del pueblo les hacen el juegoalgunas personas respetables que no conocenla Casa de Campo sino de oídas» (MuiÑlo ,1934) . Obsérvese, no obstante, que en e lcitado texto de Muiño se advierte el eco delas polémicas que esta «política masiva »suscitaba (de hecho, esa alusión a la s«personas respetables» se refiere a la scríticas que formuló en ese sentido Pí oBaroja, en la revista «La luz» , y que fueronrecogidas en la revista «Tiempos Nuevos»,1 : 45 : «lo que estaba bien era la Casa deCampo hasta que la estropearon lo sconcejales» ) . Pese a todo, se siguieroncelebrando los Primeros de Mayo en elParque, así como otras grandes fiestasmasivas, como la realizada en 1935 par afestejar el final de la V Vuelta Ciclista aEspaña (TEJERO, 1994) .

Los daños que este uso masivo causó a l aCasa de Campo debieron ser especialmentetraumáticos para el Parque durante losprimeros meses de apertura al público,causando daños irreversibles especialmentea la fauna . Nos lo testimonian elocuente spárrafos (además del de la persecución deconejos narrada por Pla) : «A la espontáneainvitación que el alcalde, Pedro Rico, hizo a lpueblo de Madrid el primero de mayo de1931, permitiendo la entrada en la Casa deCampo, éste no supo corresponder com omerecía el gesto de nuestra primeraautoridad municipal . . . Los espléndidosbosques se hallaban materialmente llenos d ecaza, especialmente de liebres o conejos ;pues tanto los faisanes como estos últimosanimalitos han sido víctimas, en poco tiempo ,de la furiosa acometida del público» (PRIETO ,

1932) . «El día primero de mayo puede decirseque el pueblo de Madrid tomó «oficialmente »

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posesión de la Casa de Campo . . . Lademocrática romería, en cálculo aproximad ode trescientas mil personas congregadasdurante varias horas en plan de merendon ay jolgorio, fue pródiga en incidentes ; sininguno grave, por fortuna, bastantes comopara indicar las prevenciones por que en e lfuturo se ha de regir el disfrute popular de l aCasa de Campo . . . Es inevitable, por unsentido pueril de desquite o revancha, que s eoriginen expoliaciones y destrozos . Era lógic odar satisfacción a ese anhelo de Iamuchedumbre que necesita el acto materia lde tocar lo que le pertenece para darse caba lcuenta de que ejercita un derecho tantotiempo vedado . . . La práctica ha demostrad oque ni la Casa de Campo ni El Pardo puedenentregarse de un modo libérrimo al desordeninevitable de la multitud, si se quiere queesas fincas, rescatadas al cabo para e lpueblo, sirvan para un verdadero objetiv oútil» (NUEVO MUNDO, 1931) .

4 . LA DEFENSA DEL USO PÚBLICODE LA CASA DE CAMPO TRAS LAGUERRA CIVI L

4 .1 . La Guerra Civi len la Casa de Camp o

Como es de todos sabido, entre los días 1 7y 20 de julio de 1936 se produce unasublevación militar y civil que, a] no triunfa rinmediatamente, conduce a una dura yterrible Guerra Civil que enfrenta a losespañoles desde 1936 hasta 1939 . EstaGuerra va a dejar una huella decisiva y dehecho imborrable en la Casa de Campo . Afinales de 1936, las tropas de Francoavanzaban con rapidez hacia Madrid por e lOeste, para dar un golpe decisivo quepermitiera una conclusión rápida de l aGuerra . Ante ello, los republicanosdecidieron preparar una gran red d edefensas en la Casa de Campo, entoncesfuera de la ciudad . El 6 de noviembre d e1936 las tropas nacionales, a las órdenes de lGeneral Varela, mandadas por los tenientescoroneles Asensio Cabanilles y Castejón, yapoyados por la artillería del genera lAlarcón, derribaron el muro del Parque yatacaron la red de defensas allí preparad apor los republicanos. Se desarrolló una luchaespecialmente dura, que terminó al día

siguiente con la creación de un frente quedividía el Parque . Los nacionales realizaro nnuevos asaltos los días 9 y 10 de noviembre .en los que conquistaron el cerro deGarabitas, y finalmente, el 15 de noviembrerealizaron un nuevo asalto, en el transcurs odel cual el Ejército del General Franco cruz óel río Manzanares y ocupó parte de laCiudad Universitaria (AZNAR, 1958) .

En diciembre de 1936 y enero de 1937 sedesarrollaron nuevas ofensivas nacionale spara aliviar el flanco de la Casa de Campo,que conquistaron Pozuelo, Húmera yAravaca . La ofensiva nacional sobre Madri dtomó entonces otras direcciones ,produciéndose la batalla del Jarama e nfebrero de 1937 . Durante esta batalla, y co nel fin de distraer tropas nacionales de l aofensiva, los republicanos realizaron duro sataques sobre las posiciones de la Casa deCampo los días 8, 9 y 22 de febrero de 1937 ,sin conseguir modificar las posiciones . Poc o

FIGURA 4 : Estado actual de parte de l aextensa red de trincheras que se creóen la Casa de Campo durante Ia Guerr aCivil de 1936-1939 .Foto: I . Pérez-Soba (1996) .

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después, en abril de 1937, los republicano satacaron de nuevo, tratando de conquistar e lcerro de Garabitas y el cerro del Aguila ,desde donde la artilleria nacional hostigabalas defensas de Madrid . Tras el fracaso d eeste ataque republicano, y la derrota de lastropas italianas en la batalla de Guadalajarade marzo de 1937, se inició la batalla deBrunete (6-24 de julio de 1937), con la quelos republicanos pretendían encerrar en unabolsa las tropas de la Ciudad Universitaria yla Casa de Campo . La derrota republican aen esta batalla, una de las más duras de laGuerra, supuso la estabilización del frente d eMadrid, y el desplazamiento de la Guerra a ifrente Norte . Permaneció la línea del frenteprácticamente invariable, con escaramuzas ,hasta que el 28 de marzo de 1939 la 16»División del Ejército nacional salió de susposiciones de la Casa de Campo y entró e nMadrid sin necesidad de luchar, tres díasantes de que se emitiera el último Parte d eGuerra el 1 de abril siguiente (AZNAR, 1958) .

Conviene señalar que no es correcto elrelato que ofrece TEJERO (1994) sobre unospresuntos combates en marzo de 1939, quetambién presuntamente habrían causado lasmayores destrucciones en el Parque . Comoya se ha dicho, la toma de Madrid en marz ode 1939 se produjo sin necesidad de ningúncombate, debido al hundimiento de las tropasrepublicanas (que, después de la conquist ade Cataluña, sabían perdida la Guerra) ,favorecido por el desesperado golpe de manoque, en busca de una paz negociada, llevó acabo contra las autoridades comunistas d eMadrid el coronel republicano Casado. Portanto, la destrucción del Parque se produjoen los combates de 1936 y 1937 ,especialmente, así como durante l aocupación posterior en 1938 y 1939, peronunca en esa inexistente batalla de marzo d e1939 . Sobre la destrucción casi total de laCasa de Campo en 1936-37, tenemos com obotón de muestra esta poética evocación d ela Casa de Campo, realizada por un escritordel bando nacional, poco antes de la entrad aen Madrid (NEVILLE, 1939) : «Nosotro ssolíamos ir a merendar a la plazoleta de laermita, allí donde, según decían, enterrabana los guardas, y en su ruedo bordeado d earaucarias jugábamos y éramos, en sucesión ,héroes, caballos, toreros y pieles rojas.Ultimamente volvimos a la plazoleta, lospinos se habían quedado muertos de pie en

un último gesto de sus brazos ; la ermita eraya unos lienzos de pared acribillados. No sepodía subir a la plazoleta, el fustazo de l aametralladora enemiga lo impedía, er apreciso recorrerla metido dentro de la tierray asomándose al bies» .

La Casa de Campo quedó muy afectada . E larbolado y los jardines sufrieron lo peor deestos combates, por los incendios, la sexplosiones, las talas para obtención de leñapor los bandos en conflicto, la construcción d efortines y de trincheras, . . . La fauna sufriótambién muy seriamente : «he podido aprecia rque los pájaros han sido totalmentedescastados con la guerra» (LINOS LAGE,

1943), aunque según este mismo autor l acaza, especialmente de conejos, aún er aapreciable después de la Guerra . Las obrashidráulicas y los sistemas de riego fuerontambién destruidos . Todos los edificioshistóricos quedaron reducidos a ruinas : l aCasa-Palacio, la Faisanera, las Estufas, l aCasa de los Guardias, la iglesia de laTorrecilla, . . . Decenas de miles de artefacto sexplosivos sin desactivar quedaron sembrado spor todo el Parque : incluso quince añosdespués del fin de la Guerra Civil, «de losproyectiles que cayeron quedan todavía hoyalgunas unidades de millar sin haber hechoexplosión» (SALAZ-PASTOR, 1954). Numerososrestos de esa Guerra, como fortificaciones ,cartuchos, o los restos de una vasta red d etrincheras, permanecen en todo el Parque .

4.2. La tentación de la reprivatizació ndel uso del Parqu e

La Guerra Civil, por tanto, dejó la Casa deCampo impracticable para el uso público,sembrada de toneladas de chatarra yexplosivos . Al mismo tiempo, eindependientemente de lo anterior, se estab abuscando la fórmula juridica para la gestió nde los bienes que habían pertenecido a l aCorona : no podían seguir a disposición de laReal familia, que no estaba en España, n iera deseo del nuevo Estado el continuar l alínea expropiadora desarrollada por e lprimer gobierno de la Segunda República.Aprovechando ese cierre obligado por el rieg ode explosiones y la coyuntura política d ebúsqueda de figuras jurídicas para los biene sde la Corona, no faltaron voces, desde fuera ydesde dentro de la Administración, qu e

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pidieron que la Casa de Campo, como bien dela Corona expropiado (más bien «ocupado " )de una manera bastante irregular por l aSegunda República, debía recuperar sucondición de terreno privado ,reincorporándose al Patrimonio de la Corona.

Pero no fue así . El resultado del proceso declarificación de la situación de los bienes de laMonarquía fue la Ley de 7 de mayo de 1940 ,que agrupó estos bienes bajo la dirección de lPatrimonio Nacional, un nuevo organismo d ela Administración del Estado que aún perdurahoy, «restituyéndose a la plenitud de s utradicional significación los bienes constitutivo sdel antiguo Patrimonio de la Corona» . Pero esamisma Ley establecía expresamente que l aCasa de Campo «debía continuar con el mism odestino que le fue asignado por la Ley de 9 d eseptiembre de 1931» .

Pese a lo tajante de la disposició nanterior, las voces que pedían la reversión a luso privado no callaron . En este sentido, ha yque citar un proyecto anecdótico perosignificativo : en 1943 aparece el curioso libro«Lo que yo haría en la Casa de Campo» ,fruto exclusivo de la iniciativa de u nparticular, Daniel de Linos Lage, que por sucuenta y riesgo (y sin que el Ayuntamient oni el Patrimonio le hubieran encargado ta ltrabajo) propuso un plan de gestión de lParque . Se considera capacitado para ell oporque «hace veinte años que la visito casi adiario, paseándola a caballo» (LINOS LAGE,

1943), y porque completa su Plan co nalgunos diseños de arquitectos . Pese a l asuperficialidad que afecta a todo este Pla n(obvia desde el momento en que carece de lrespaldo oficial, y está redactado por u naficionado, sin titulación relacionada con l aordenación del territorio), ha de se rmencionado porque represent aparadigmáticamente a las muchas voces qu ese alzaban pidiendo al Patrimonio Naciona lque, tras la devastación causada por l aguerra, se procediera a la restauración de lstatu quo ante . Así, este «plan» de Lino sLage, propone aprovechar el obligado cierreal público impuesto por el peligro de lasexplosiones para reinstaurar la limitación d eacceso «a quienes lo soliciten por escrito» ,con el aval «de dos personas que seanfuncionarios del Estado, ExcelentísimaDiputación o Ayuntamiento de Madrid, quegaranticen el conocimiento del peticionariocomo persona afecta al Régimen» (LINOS

LAGE, 1943) . Propone también, en la línea d ela completa restauración, que la Casa deCampo sea «lugar de caza del Jefe del Estad ocuando lo crea conveniente» , recuperand ouna discrecionalidad de uso impropia de u nparque público.

Tales propuestas no fueron atendidas e nabsoluto, y el Parque, tras ser sometido auna limpieza que retiró toneladas d echatarra y de explosivos, quedó abierto denuevo a los madrileños, (aunque sólo lo sdomingos y festivos), a partir del 1 de juliode 1946, si bien numerosos letrerosadvertían todavía de la posibilidad d eencontrar artefactos explosivos (AsENSI ,

1946) . Los problemas del uso público de lParque eran, ahora, otros . En aquella época ,parece ser que la caza era aún apreciabl epese a los destrozos de la Guerra, por lo qu emuchos vecinos, en los duros años de hambredurante la postguerra, cazaban por s ucuenta . Así, (LINOS LAGE, 1943) habla de «lo sfrecuentes robos que actualmente ocurren» y,aún quince años después de la Guerra, s enos dice : «grupos de mujeres y mozalbetescontinúan la costumbre perniciosa de hacerleña del arbolado y de poner cepos a lo sconejos, desafiando el celo de los guardas ,pocos y no muy bien pagados, que alguna ve zhan tenido que oponerse a ladrillazos a losinvasores» (BARBEITO HERRERA, 1954).

4 .3 . El fin de la polémica: Ias Leyes de1948 y 1963

El Patrimonio Nacional, por su parte, n orenunció a intentar conseguir la titularida dde la Casa de Campo durante los añossiguientes . Para ello, adoptó decisiones e nlas cuales actuaba, de facto, com opropietario del Parque, especialment eautorizando de manera discutible tre scesiones de terreno público del Parque aentidades privadas :

- en 1941, ciento cuarenta hectáreas a l aReal Sociedad Hípica Española «Clubde Campo» , por treinta años .

- en 1942, 3,1 hectáreas al Frente deJuventudes de la Falange Español aTradicionalista y de las JONS, para l ainstalación de un campamento .

- en 1945, varias cesiones a«Canalización del Manzanares» en

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FIGURA 5 . «Plano de la Real Casa de Campo)), tomado de Linos Lage (1943) .Obsérvese la ausencia de ocupaciones significativas, el escaso desarrollo del Club deCampo, y la primera referencia a terrenos cedidos para urbanización, en el distritode La Latina .

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1945, dentro del proceso deurbanización de esta zona, iniciado porel Decreto-Ley de septiembre de 1943mediante el cualla Jefatura del Estadose decide a ultimar la canalización yurbanización del Valle del Manzanares .

La situación, pues, era sumamenteconfusa, y vulneraba de hecho la Ley de 193 1que expresamente se había desead omantener, provocando tensiones entre e lAyuntamiento y el Patrimonio . Estasituación llegó a su crisis cuando se plante ó

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la necesidad de una serie de cesiones deterrenos para la ordenación del Paseo deExtremadura, como señala Ia exposición demotivos de la Ley de 23 de diciembre d e1948, que a continuación comentaremos :<Cedidos al Ayuntamiento de Madrid porDecreto de 20 de abril de 1931, convertido enLey en 9 de septiembre de 1931, los terreno sde la Casa de Campo, que formaban partecon anterioridad del Patrimonio de l aCorona, para ser dedicados a parques derecreo e instrucción, quedó facultado e lAyuntamiento para construir en ellos lasedificaciones y realizar las transformacione sy mejoras que exigiese el cumplimiento de lafinalidad para la que se hacía la cesión ,siempre que estas transformaciones tuviese nla previa aprobación del Ministerio d eHacienda . . . pero al cercenarse en parte losterrenos de la Casa de Campo comoconsecuencia obligada de la ordenación delas nuevas vías de acceso de Madrid hasurgido la duda respecto al pleno dominio d ela citada finca, por tratarse precisamente decercenamientos que la Ley antes citadaprohibía, haciéndose necesario el aclarar deuna manera concreta la situación legal d eestos bienes» .

La Ley de 23 de diciembre de 1948, qu ederogaba en su artículo 5 a la Ley de 9 d eseptiembre de 1931, era, efectivamente ,clara, y, como era de esperar por los hecho sconsumados y tolerados, otorgaba en suartículo 1 la propiedad de la Casa de Campoal Patrimonio Nacional . Pero para evitar la stentaciones de regresión al uso privado, e lartículo 2 establecía expresa y taxativament eque «el Ayuntamiento de Madrid gozará aperpetuidad del usufructo de la Casa d eCampo, que deberá destinar precisamente aparques de recreo e instrucción, sin perjuici ode las concesiones existentes actualmente afavor de entidades oficiales o particulares» ,debiendo, para mejoras y edificaciones »queel cumplimiento de la finalidad perseguidaen la cesión exija» , alcanzar un acuerdo

previo con el Consejo de Administración de lPatrimonio Nacional, y estableciéndose en e lartículo 4 que »toda segregación oenajenación deberá ser aprobada por Ley» .De este modo, la Ley de 23 de diciembre d e1948, si bien otorgaba la propiedad a lPatrimonio (hecho que tuvo repercusione smuy directas sobre el territorio: véase PÉREZ -

SOBA, 1997), salvaguardó ya, de maneradefinitiva, la condición de la Casa de Camp ocomo parque público .

Quince años después, esta opción se viodefinitivamente apoyada y fue resuelta l asituación anómala creada por la concesiónde la propiedad al Patrimonio Nacional ,(julio de 1963) mediante la Ley Especia lpara el Municipio de Madrid, que aprobab ael Plan General de Ordenación Urbana delArea Metropolitana de Madrid . En l aDisposición Transitoria Tercera, esta Leyincluía la cesión en pleno dominio a lAyuntamiento de Madrid, con tal de qu eéste cumpliera dos obligaciones : una ,asegurarse de que el destino de la fincafuera el de »solaz y esparcimiento de lvecindario» ; la otra, que se respetaran lasconcesiones y competencias del Ministeri ode Agricultura y de la OrganizaciónSindical para la Feria del Campo . Sinembargo, después de tantas cuestioneslegales, parece ser, que por olvido no seinscribió oficialmente en el Registro l apropiedad de la Casa de Campo a favor delpueblo de Madrid hasta el 26 de octubre d e1970, después de una observaciónaparecida el 21 de octubre de 1970 en e ldesaparecido diario »Ya» (JIMÉNEZ, 1977).Con la Ley de 1963, casi cien años despué sde que por vez primera se hubiera hablad ode abrir al público la Casa de Campo, s eestablecía definitivamente el objetivobuscado por la decidida voluntad de todo slos legisladores, desde la apertura a lpúblico de este Parque : que éste s edestinara al disfrute de todos losmadrileños .

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