José María Eguren - poemas

3
José María Eguren (Lima, 1874 – 1942) Es el único representante del Simbolismo en el Perú; es decir, del simbolismo tardío que se desarrolló posteriormente al Modernismo. En sus trabajos sugiere ambientes irreales cargados de significaciones, liberando al poema de toda connotación objetiva. Su trabajo tiene gran importancia, ya que se considera como el que inaugura la poesía contemporánea en el Perú. A Eguren se le atribuye uno de los roles más decisivos para la iniciación de la tradición de la poesía moderna peruana, la que después se consolidaría mundialmente con la presencia e influencia que ejerce la profunda e intensa poesía de César Vallejo. LIED I Era el alba, cuando las gotas de sangre en el olmo exhalaban tristísima luz. Los amores de la chinesca tarde fenecieron nublados en la música azul. Vagas rosas ocultan en ensueño blanquecino señales de muriente dolor. Y tus ojos el fantasma de la noche olvidaron, abiertos a la joven canción. Es el alba; hay una sangre bermeja en el olmo y un rencor doliente en el jardín. Gime el bosque, y en la bruma hay rostros desconocidos que contemplan el árbol morir. NOCTURNO

description

Tres poemas

Transcript of José María Eguren - poemas

Jos Mara Eguren (Lima, 1874 1942)

Es el nico representante del Simbolismo en el Per; es decir, del simbolismo tardo que se desarroll posteriormente al Modernismo. En sus trabajos sugiere ambientes irreales cargados de significaciones, liberando al poema de toda connotacin objetiva. Su trabajo tiene gran importancia, ya que se considera como el que inaugura la poesa contempornea en el Per. A Eguren se le atribuye uno de los roles ms decisivos para la iniciacin de la tradicin de la poesa moderna peruana, la que despus se consolidara mundialmente con la presencia e influencia que ejerce la profunda e intensa poesa de Csar Vallejo.

LIED IEra el alba,cuando las gotas de sangre en el olmoexhalaban tristsima luz.

Los amoresde la chinesca tarde fenecieronnublados en la msica azul.

Vagas rosasocultan en ensueo blanquecinoseales de muriente dolor.

Y tus ojosel fantasma de la noche olvidaron,abiertos a la joven cancin.

Es el alba;hay una sangre bermeja en el olmoy un rencor doliente en el jardn.

Gime el bosque,y en la bruma hay rostros desconocidosque contemplan el rbol morir.

NOCTURNODe Occidente la luz matizadaSe borra, se borra;En el fondo del valle se inclinaLa plida sombra.

Los insectos que pasan la brumase mecen y flotan,y en su largo mareo golpeanlas hmedas hojas.

Por el tronco ya sube, ya subeLa ntida tropaDe las larvas que, en ramas desnudas,Se acuestan medrosas.

En las ramas de fusca alamedaQue cien las rocas,Bengales se mecen dormidos,Soando sus trovas.

Ya descansan los rubios silvanosQue en punas y costas,Con sus besos las blancas mejillasAbrazan y doran.

En el lecho mullido la inquietaFanciulla reposa,y muy grave su dulce, risueosemblante se torna.

Que as viene la noche trayendoSus causas ignotas;As envuelve con mstica nieblaLas nimas todas.

Y las cosas, los hombres dominaLa parda seora,De brumosos cabellos flotantesY negra corona.

FAVILAEn la arenaSe ha baado la sombraUna, dosLiblulas fantasmas...

Aves de humoVan a la penumbraDel bosque.

Medio sigloY en el lmite blancoEsperamos la noche.

El prticoCon perfume de algas,El ltimo mar.

En la sombraRen los tringulos.