Itinerario Del Asco y La Erección

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Itinerario del asco y la erección Entré a Meteored, busqué el clima para Puerto Vallarta en los siguientes tres días, 36ºC de intenso calor, con una sensación térmica del Demonio. Desee viajar entonces a la región rusa de Siberia, -93ºC no le caerían nada mal a mi par de bolas calientes. Pero la “huida familiar” estaba preescrita para la Riviera Nayarit, en Nuevo Vallarta, sobre las estropeadas aguas del océano Pacífico, en uno de esos hoteles de cinco estrellas para gringos fofos y canadienses obesas. Hoteles de pulserita, de todo incluido, para encerrarte en una mazmorra de servicio insincero y fanfarrón, a tragar comida azteca elástica e ingerir bebidas ridículas rebajadas, un parador ramplón, tosco, de esos que abundan en las playas cutres de México. Arrojé un desdichado montón de ropa en una maleta, un par de garras viejas como playeras y unos trajes de baño que había saqueado de Sears, metí también un disco de NOFX, uno de Fugazi y el último de Juan Cirerol, al final sólo pude escuchar la música irritada de los hoteles, pseudo armonías para hacer menar el culo de las gringas más párvulas y enclenques. Subí al autobús junto con todos esos rostros insignificantes que suspiraban mar y omisión, habían dejado en sus agencias el trabajo acumulado de jornadas, y habían puesto en sus ojos la inmensidad del océano, queriéndose hundir en sus oleajes picados para no salir nunca jamás de él, me sentí melancólico, si fuera un oficinista quisiera ahogarme también, en medio de la vergüenza y el degenere. Las carreteras estaban echas un basca, para mí parecía que todo estaba saliendo a la perfección, autos, gasolineras, tiendas de servicio y florestas incendiadas. Narcobloqueos perpetrados por grupos del crimen organizado en Jalisco, pirotecnia por todos lados, morbo y cabecillas asomándose por las ventanas. El chofer del ómnibus pidió calma y precaución, pero en ese momento un helicóptero oficial fue derribado como a un kilómetro de ahí, fuegos artificiales más conmoción, chillidos y desasosiego, parecía que en realidad, para mí, todo estaba saliendo a la perfección. Ese era el tipo de viajes que me gustaba realizar, si es que en verdad, viajar para mí representaba algo. Yo

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Crónica de unas vacaciones absurdas, por Alfredo Padilla.

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Itinerario del asco y la ereccin

Entr a Meteored, busqu el clima para Puerto Vallarta en los siguientes tres das, 36C de intenso calor, con una sensacin trmica del Demonio. Desee viajar entonces a la regin rusa de Siberia, -93C no le caeran nada mal a mi par de bolas calientes. Pero la huida familiar estaba preescrita para la Riviera Nayarit, en Nuevo Vallarta, sobre las estropeadas aguas del ocano Pacfico, en uno de esos hoteles de cinco estrellas para gringos fofos y canadienses obesas. Hoteles de pulserita, de todo incluido, para encerrarte en una mazmorra de servicio insincero y fanfarrn, a tragar comida azteca elstica e ingerir bebidas ridculas rebajadas, un parador rampln, tosco, de esos que abundan en las playas cutres de Mxico.Arroj un desdichado montn de ropa en una maleta, un par de garras viejas como playeras y unos trajes de bao que haba saqueado de Sears, met tambin un disco de NOFX, uno de Fugazi y el ltimo de Juan Cirerol, al final slo pude escuchar la msica irritada de los hoteles, pseudo armonas para hacer menar el culo de las gringas ms prvulas y enclenques. Sub al autobs junto con todos esos rostros insignificantes que suspiraban mar y omisin, haban dejado en sus agencias el trabajo acumulado de jornadas, y haban puesto en sus ojos la inmensidad del ocano, querindose hundir en sus oleajes picados para no salir nunca jams de l, me sent melanclico, si fuera un oficinista quisiera ahogarme tambin, en medio de la vergenza y el degenere. Las carreteras estaban echas un basca, para m pareca que todo estaba saliendo a la perfeccin, autos, gasolineras, tiendas de servicio y florestas incendiadas. Narcobloqueos perpetrados por grupos del crimen organizado en Jalisco, pirotecnia por todos lados, morbo y cabecillas asomndose por las ventanas. El chofer del mnibus pidi calma y precaucin, pero en ese momento un helicptero oficial fue derribado como a un kilmetro de ah, fuegos artificiales ms conmocin, chillidos y desasosiego, pareca que en realidad, para m, todo estaba saliendo a la perfeccin. Ese era el tipo de viajes que me gustaba realizar, si es que en verdad, viajar para m representaba algo. Yo prefiero enclaustrar el culo en un cubo de cuatro metros cuadrados para terminar de conocerme mejor. A unos cuantos metros adelante, el transporte de audio de una agrupacin pop haba sido siniestrado tambin, como una gentileza del crtel Jalisco Nueva Generacin. Sin nimos de ofender a nadie, no me hubiera importado nada que incineraran igualmente a Mario Domm, para dejar de escuchar una y otra vez esas canciones cursis que se posicionan en la radio, gracias a la payola. Haba gente de todo tipo en el transporte, dementes, imbciles, chiflados, rencorosos, sdicos y futuros suicidas como yo; la sociedad moderna haba creado su propia especie y la haba enfrentado entre s, en los pasillos de ese camin. Despus de las deflagraciones y las refriegas, algunos de ellos se echaron a roncar, otros a rumiar comida como cerdos en aislamiento, sus masticadas me punzaban el tmpano, yo me propuse a leer Fllame, de la mamacita Virginie Despentes, no lo logr, me arroj a soar. Viajar es un ejercicio con consecuencias fatales para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de mente, sola decir el autor de Capitn Tormenta, y yo era el mayor de todos los intransigentes, as que las consecuencias seran fatales sino me destrua en alcohol lo ms pronto posible. Acto seguido de registrarme en aquella fila de burocracia cosmopolita, vi los primeros atisbos de juventud extranjera, estadounidenses, quebequenses y algunas tokiotas de sonrisas mltiples y pechos pequeos, nada mal para comenzar el da, mi cosa empez a elevarse, y eso que an no las distingua en bikini. Me dirig al bar ms cercano y ped mi primer Manantial del Diablo (Vodka Devils Spring) un aguardiente que presume de tener 80 por ciento de alcohol, y que se utiliza para preparar distintos ccteles con ctricos como lavanda, t de hierbas, chiles, rbanos y frutos secos.En los hoteles recreativos llanos nada pasa en realidad, navegan en un contexto de plstico y prosperidad. Algunas bermejas nalgonas surcan el aire con flashazos de entrepierna y culo, separando las fauces de algunos cuantos juerguistas, pero nada ms. Es slo tumbarse al sol a ver el desfile de baadores internacionales de todos los matices posibles, y dejar que tu aparato enhiesto se glorifique a condiciones mximas mientras tragas ms de ese vodka posedo. Esperaba algo enternecedor, que alguien se ahogara en el mar para amenizar la tarde, que un pensamiento retorcido revolcara en alguna de aquellas ontarianas y promoviera as el deprave, una orgia, una francachela saturnal, una bacanal puerca. La vida debera ser un lujurioso pasar de bacanales y orgas, pero pareciera que para las turistas, las orgas son demasiado solidarias, buscan ms el placer del colectivo que el de las individualidades que lo componen y eso les resta eficacia, piensan que son ms interesantes de contar que de vivir, seguramente han ledo a Valrie de Tasso, seguramente no, pero son unas aburridas, una verdadera decepcin, viajan kilmetros y kilmetros para tumbarse en un camastro a leer a Sidney Sheldon, y dejar que su piel resplandezca tanto como la de un camarn. El turismo es una contrariedad, un viaje de mil millas comienza con el primer paso, y ellas an no han dado ninguno.Trotar con una ereccin, reclamar tu bebida con una ereccin, cenar comida oriental con una ereccin, excretar con una ereccin, sacar la conversacin con una ereccin, bucear con una ereccin, mirar la pelea de box con una ereccin, a veces pienso de verdad que algunos tipos an creen que una ereccin es para mear por encima de una pared alta, como dira Mark Renton en Trainspotting. Las paseantes sern glaciales, pero tienen unos cuerpos perversos, las madres estn gordas como vacas en cuaresma, pero sus hijas son una escultura de Brunelleschi movindose por todas partes, es triste, no tienen conmiseracin por la vista del hombre frgil, todos esos shorts, hot pants, tops y culottes que entristecen la vida del individuo acoplado. El resto del viaje lo pas en el bar, un sports bar pequesimo con tres mesas de billar completamente desabitadas, algo apesadumbrado. Dej por fin el vodka y me concentr en el whisky, demasiado de algo es malo, pero demasiado de un buen whisky es apenas suficiente, me lo deca otra vez el creador de Capitn Tormenta. Apenas y pude dormir con todos estos traseros dndome vueltas por la cabeza, ese vaivn de carne fresca ondulndome de oreja a oreja. Por la maana haba que salir, yo haba dormido con una rigidez inalterable, y un asco superior al de Poe cuando muri en su propio vmito, no tena nimos de nada, si vea un culo ms en cacheteros morira de un alzamiento fatal.Sub de nuevo al autobs, los rostros insignificantes no haban perdido su insignificancia, nicamente estaban quemados de la piel como pollos dorados al carbn, ellos parecan presumirlo, me deprim otra vez, ninguno se haba ahogado, y ms de diez regresaran a sus trabajos mediocres la maana siguiente. La polica an segua resguardando las carreteras, ms helicpteros, ms patrullas y rondas temerosas, se senta el miedo de los uniformados, kilmetros y kilmetros de autopista carbonizada. Abr el libro de la zorrita Despentes, comenc a leer: Por qu no te vas a la cocina? Tengo ganas de masturbarme delante de la tele, estoy harta de hacerlo siempre en la habitacin. Aunque si quieres quedarte, mis nimos comenzaron a mermar, regresara a casa, a mi cubo de cuatro por cuatro, no dejara que ninguna otra prvula hiciera levantar mi cosa sino es para manipularla; los viajes y las turistas no son para m, las escapatorias son para gente que quiere conocer a otra gente, y yo slo quiero saber un poco ms de m, de mi propia mierda y mi propia frustracin, lo dems es asunto de las agencias de viajes.