Isla Negra 7/295 · de todos esos tratados violados, de esas mentiras propagadas, de todas esas...

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1 Isla Negra 7/295 Casa de poesía y literaturas septiembre – 2011- suscripción gratuita. Lanusei,Italia. Dirección: Gabriel Impaglione. Publicación inscripta en el Directorio Mundial de Revistas Literarias UNESCO [email protected] - http://revistaislanegra.fullblog.com.ar/ - http://revistaislanegra.wordpress.com/ “Trastocado como está todo, la línea más corta hoy entre dos puntos, es la parábola…” Martín Micharvegas - Del libro inédito "Parajodidísimas" ( Bs.As. - Madrid // 2006- 2010 ), escrito en fonética rioplatense Pablo Neruda Chile – 1904 - 1973 Testamento 1 Dejo a los sindicatos del cobre, del carbón y del salitre mi casa junto al mar de Isla Negra. Quiero que allí reposen los maltratados hijos de mi patria, saqueada por hachas y traidores, desbaratada en su sagrada sangre, consumida en volcánicos harapos. Quiero que al limpio amor que recorriera mi dominio, descansen los cansados, se sienten a mi mesa los oscuros, duerman sobre mi cama los heridos. Hermano, ésta es mi casa, entra en el mundo de flor marina y piedra constelada que levanté luchando en mi pobreza. Aquí nació el sonido en mi ventana como una creciente caracola y luego estableció sus latitudes en mi desordenada geología. Tu vienes de abrasados corredores, de túneles mordidos por el odio, por el salto sulfúrico del viento: aquí tienes la paz que te destino, agua y espacio de mi oceanía. en Canto general Habría que estudiar primero cómo la colonización trabaja para descivilizar al colonizador, a embrutecerlo en el sentido literal de la palabra, a degradarlo, a despertar en él instintos reprimidos, a la concupiscencia, a la violencia, al odio racial, al relativismo moral, y demostrar que, cada vez que en Vietnam se corta una cabeza y se revienta un ojo y que en Francia se acepta, una niñita es violada y que en Francia se acepta, un malgache torturado y que en Francia se acepta, hay una adquisición de la civilización que pesa su peso muerto, una regresión universal que se opera, una gangrena que se instala, un foco de infección que se extiende y que al final de todos esos tratados violados, de esas mentiras propagadas, de todas esas expediciones de castigo toleradas, de todos esos prisioneros atados e interrogados, de todos esos patriotas torturados, al final de ese odio racial alentado, de esa jactancia extendida, está el veneno inyectado en las venas de Europa, y el progreso lento, pero seguro, del ensalvajamiento del continente. Europa es moralmente, espiritualmente indefendible.”- Aimé Césaire

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Isla Negra 7/295 Casa de poesía y literaturas

septiembre – 2011- suscripción gratuita. Lanusei,Italia. Dirección: Gabriel Impaglione.

Publicación inscripta en el Directorio Mundial de Revistas Literarias UNESCO [email protected] - http://revistaislanegra.fullblog.com.ar/ - http://revistaislanegra.wordpress.com/

“Trastocado como está todo, la línea más corta hoy entre dos puntos,

es la parábola…”

Martín Micharvegas - Del libro inédito "Parajodidísimas" ( Bs.As. - Madrid // 2006- 2010 ), escrito en fonética rioplatense

Pablo Neruda Chile – 1904 - 1973

Testamento 1

Dejo a los sindicatos del cobre, del carbón y del salitre

mi casa junto al mar de Isla Negra. Quiero que allí reposen los maltratados hijos de mi patria, saqueada por hachas y traidores,

desbaratada en su sagrada sangre, consumida en volcánicos harapos.

Quiero que al limpio amor que recorriera mi dominio, descansen los cansados,

se sienten a mi mesa los oscuros, duerman sobre mi cama los heridos.

Hermano, ésta es mi casa, entra en el mundo de flor marina y piedra constelada

que levanté luchando en mi pobreza.

Aquí nació el sonido en mi ventana como una creciente caracola

y luego estableció sus latitudes en mi desordenada geología.

Tu vienes de abrasados corredores, de túneles mordidos por el odio, por el salto sulfúrico del viento: aquí tienes la paz que te destino,

agua y espacio de mi oceanía. en Canto general

“Habría que estudiar primero cómo la colonización trabaja para descivilizar al colonizador, a embrutecerlo en el sentido literal de la palabra, a degradarlo, a despertar en él instintos reprimidos, a la concupiscencia, a la

violencia, al odio racial, al relativismo moral, y demostrar que, cada vez que en Vietnam se corta una cabeza y se revienta un ojo y que en Francia se acepta, una niñita es violada y que en Francia se acepta, un malgache torturado y que en Francia se acepta, hay una adquisición de la civilización que pesa su peso muerto, una

regresión universal que se opera, una gangrena que se instala, un foco de infección que se extiende y que al final de todos esos tratados violados, de esas mentiras propagadas, de todas esas expediciones de castigo toleradas, de

todos esos prisioneros atados e interrogados, de todos esos patriotas torturados, al final de ese odio racial alentado, de esa jactancia extendida, está el veneno inyectado en las venas de Europa, y el progreso lento, pero

seguro, del ensalvajamiento del continente. Europa es moralmente, espiritualmente indefendible.”- Aimé Césaire

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Juana García Abás La Habana, Cuba - 1950 Claustros a Eusebio Leal Spengler Intramuros, opuesto a lo opuesto fundarías lo impensable aun si nunca arribase lo esperado tras la interfaz del límite

(densidad elusiva con dendritas) opus : extramuros, una esfera mayor anida en la menor

magna alquimia rotunda mientras se te va el alma por las lindes, donde ni lo imposible escaparía Jorge Debravo Turrialba, Costa Rica – 1938 - 1967 Parto

Mujer, toda mi sangre está presente Contigo en esa lucha que sostienes. Contigo está mi amor incandescente Y en tu llanto y en tu duelo me contienes. Nunca en la vida estuve tan deprisa, Tan lleno de relámpagos y ruegos, Como ahora que ha muerto tu sonrisa Y están con tu dolor todos tus llantos y fuegos. Nunca estuvo mi amor tan a tu lado, Nunca como esta noche de tortura, Cuando sufre mi amor crucificado En el mismo tablón de tu amargura. Cyro de Mattos Brasil Derrame de Dor

Em memória dos que morreram no ataque terrorista às Torres Gêmeas

de Nova York , em 11/09/2001. Ceifados os sonhos pela fúria do insano matador Dor e tristeza soluçam pelos que morrem sem defesa. Tantos e nada podem fazer para provar a inocência. Nessas duas torres da agonia. Nesse trágico vôo cego Partilhado com o pânico. Por mais que eu saiba Os dias errantes e nefastos de duas guerras mundiais Que se instalam com horror no inferno de nós mesmos. Sinto de novo Guernica, Pearl Harbor, Hiroshima. O quanto sou nos escombros. Todo esse peso terrestre Levo nos ombros diluvianos. Inclino-me sem limites. Escrevo-me às avessas deslocando sem dó e lágrima A eterna aurora para o mais profundo dos abismos. Ó peleja de traumas. Arde sem trégua. Vaza gritos Que ferem. Sufoca-me no terror do outro e o mundo. Os ritmos latejam a manhã sem sol nas algemas do ego. Habito este som e não entendo. Este modo feito medo. Os gemidos da noite. O embate da fúria repetindo negações.

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Contra o amor e o riso. Como dói. Como dói tudo isso. Pablo Armando Fernández Las Tunas, Cuba - 1930 Parábola

Mi madre quiere que yo sea feliz, quiere que sea joven y alegre; un hombre que no tema el paso de los años, ni tema a la ternura y al candor del niño que debiera ser cuando voy de su mano y la oigo repetirme -para que no lo olvide- éstas y otras nociones. Mi madre no quiere avergonzarse de mí.

Mi madre quiere que no mienta, quiere que sea libre y sencillo. No quisiera verme sufrir, porque el miedo y la duda son males que padecen los adultos, y ella quiere que yo sea su niño.

Cualquiera que nos viese no la comprendería: en edad coincidimos -no quiere que lo diga-, aunque ella me dio vida cuando tenía los años que tengo hoy.

Podríamos ser hermanos, ella un poco mayor. Podríamos ser amigos: su memoria y la mía corresponden a un tiempo en que ambos fuimos jóvenes (Yo era menor pero recuerdo verla cantar feliz entre sus hijos, compartir nuestra infancia). Mi madre quiere verme luchar a toda hora contra el dolor y el miedo. Sufriría si supiera que a mi edad, la de ella entonces cuando me dio a la vida, yo soy su viejo padre y ella es mi dulce niña. Eduardo Curbelo Uruguay 1995

Mis zapatos mis tristes zapatos Mis únicos zapatos Mis zapatos porquería Pisadores de gargajos en calles oscuras Tejedores de la trama Perdedores de palabra cada paso Mis mediocres zapatos Dejándome huellas en la garganta Mis zapatos de buscarte Dentro y fuera del cerebro Mis zapatos que nunca se hundieron En un pedal a profundas velocidades Mis zapatos puestos a rodar por el mundo Entre hombres mujeres furias Mis zapatos de poeta de ser nadie Mis zapatos jadeando en el rincón

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Ildefonso Finol Venezuela Poemas contra la guerra

Así estarán las cosas que ya los poetas no cantan al amor

hace tiempo no veo días para enamorarse el mundo está lleno de televisores

he buscado calma en los zoológicos y me descubro humano, cruel, ilógico

la serpiente sólo ataca para alimentarse los aviadores europeos ni miran a sus víctimas

con que frialdad las finanzas masacran familias con que cinismo se venden los jefes de estado

por qué no podré componer estrofas de ternura por qué tengo que dejarme arrastrar por las noticias

necesito inventar un idioma para mis ganas de amar necesito andar descalzo sobre arenas cálidas y llegar al agua

si mi brazo estuviera entre las mandíbulas del tigre de bengala seguro mi guitarra podría liberar notas para sanarme

pero la guerra trabaja con despiadada pasión los bombardeos destrozan la alegría a la vieja humanidad

cómo salir del terror de sus empellones cómo alejarme de estos terribles titulares sin acobardarme

tal vez la poesía debería desactivar al odio tal vez la poesía debió dotarnos de luces contra la ira

nadie ha podido ayudarme en este intento de sosiego nadie si no los poetas podrán acompañarme a insistir. Eddy Rafael Pérez República de Bolivariana de Venezuela- 1949 Total

dios debe estar de parte de los Poetas ¿qué le cuesta? total somos sus mejores aliados para enderezar el mundo ¿no te parece? Aazam Abidov Namangan, Uzbekistán - 1974

La Antigua serpiente se sienta en mi hombro No puedo abrir mis ojos, No puedo abrir mis labios Para gratificar al Dios

Por lo demás, ahora llueve Yo crezco y me hago sólido –Lo que es más aún. El Dios está durmiendo en mi henchido corazón Traducción Andrea Cote

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León Gil Medellín, Colombia - 1954 Lapsus calami (Poema de las Pre-Posiciones)

Contra los muros extramuros de las destartaladas casas de los tugurios y las veredas, como si los mantuviera en pie la fuerza de sus rugidos y de su aliento: La Poesía

Entre los pastizales, confundiéndose su dicha y sus chillidos con el canto de los grillos y las luciérnagas las ranas y las estrellas: La Poesía

En los prostíbulos, unida a las risas y maldiciones de las putas y los borrachos, a ritmo de tango de mambos y de boleros… Ebria: La Poesía

De rodillas, en los confesionarios de las desiertas catedrales, gimiendo y suspirando como en dulce y dolorosa letanía… La Poesía La Poesía

Desde los noticieros de las siete hasta la telenovela del mediodía, por los corredores de la casa, tras los guardarropas de los hospitales, bramando y arrullándose como las olas que van y vuelven contra los enhiestos acantilados: La Poesía

Sobre los verdes prados de los cementerios, cual si pretendiera con sus aullidos y sus embestidas despertar y desenterrar a los muertos: La Poesía

Ante los celestinos espejos de los almacenes los salones y los moteles radiante azogada y ciega: La Poesía

Bajo los cipreses, bajo el lúgubre o festivo cielo, lanzados al infinito sus gorjeos y sus aleteos, desnuda y emplumada: La Poesía

A la orilla de las polvorientas carreteras, bramando como bestia herida o con la mirada perdida y jadeando como un moribundo: La Poesía

Para festejar el triunfo o soportar las penas, para ir al trabajo o para empezar la guerra para todo y siempre y por todas partes y alegre siempre: La Poesía

Con el muñón del pordiosero, con el bordón del ciego o con el cetro de los reyes, humilde y generosa siempre: La Poesía

Según la dirección del viento o la temperatura ambiente, según el tiempo según la rabia según la pena o según el verso: La Poesía La Poesía

Cabe la angustia cabe el rencor cabe la humillación cabe la tiranía cabe el vacío cabe el dolor cabe la muerte, cuando no La Poesía

Hacia el norte y hacia el sur, hacia el poniente y el saliente, girando en espirales como una perfecta máquina como una completa bestia: La Poesía La Poesía

Sin prisa sin pausa y sin prejuicios sin razón y sin sentido, siempre y por todas partes y por el mundo entero, siempre: La Poesía La Poesía La Poesía

FE DE ERRATAS: Donde dice: La Poesía Debe decir: La Poseía

De su libro Coctel de versos para la mesa 3. Medellín, 2002

Arnold de Vos Holanda - Italia Una fuga de cipreses

Al horizonte corren veloces exclamativos sin comas. El sol interrogativo los concentra en un punto donde oscila una frase abolida.

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Traducción de Isabel Ruiz Boggio Maruja Vieira Colombia - 1922 Letras de arena

Háblame. Al fin y al cabo mis sueños están hechos de palabras. Tus palabras. Las que nunca me has dicho y están vivas con fuerza de memoria verdadera. Vivas como en el fondo transparente las estrellas marinas. Como el recuerdo tuyo que me sigue y voy llevándolo. Sin que lo aparte un cielo distinto ni una ola, ni siquiera la sombra de otro cuerpo. Escucha.... El mar enreda sus dedos verdes en los arrecifes. Es como si tu voz estuviera buscándome sin encontrarme y sin que yo la encuentre. Desde lejos viene a azotarme el rostro tu silencio. Nancy Morejón La Habana, Cuba - 1944 Pareja negra

Pasos en el océano con ansias de baobab, desde las aguas turbias que ya no son azules; pasos que nos alzan su voz, más allá de la espuma.

Hombre y mujer, sobre el océano, entre los aires mismos de la nada, de su alma acostumbrada al vaivén de los ríos, a la carne sonora de su ébano, a la fláccida luz del monte umbrío que los entorna en su torso infinito

Mujer y hombre lado a lado, del bosque o la montaña del magüey a la luna con lanzas en los labios, con el ojo de buey entre las manos, con un manto elegíaco para cada pupila, con un árbol de paz, entre los dos.

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Humberto Garza Montemorelos, Nuevo León, México - 1948 Extraterrestre

Como una viajera interplanetaria que no comprendía los gestos de alegría o de enojo, así eras tú.

Con tus ojos mágicos y extraños me veías llorar y golpear la tierra, me veías rechinar los dientes en momentos raspados por higueras que tirarían sus hojas en septiembre.

Mirabas el peso de la noche cayendo lentamente sobre mí, aplastando mi cuerpo sobre un pasto de voces y suspiros que mi sangre teñía gradualmente... de gris.

Después, el aire se impregnó con cenizas humeantes, con ruidos de turbinas, y cantos de pájaros distantes, y te alejaste... dejándome entre el aire ionizado, sufriendo la tensión y ambigüedad que provoca desorden y provoca desastre.

Me dejaste flotando en cotidianas preocupaciones, amando tu rostro joven y el desamor de tu medianoche.

En algún lugar te acordaste de mí porque llamaste para decirme: “Voy camino al astro zahorí en mi nave de ausencia, rodeada por madrugadas secas, heridas por un ruido automotriz. Espera mi regreso en un día cargado con botones de azahar henchidos de perfume y dispuestos a reventar.”

Yo te escuché, aguijoneado por el ahogo febril, contemplando largas páginas que había por escribir.

Tal vez cuando regreses tu apariencia y expresión sean más delgadas, casi imposibles de leer. Posiblemente seas una canasta llena de alaridos salvajes, un laberinto de funciones desconocidas, un ruido que mendiga al aire sonando inútilmente su cascabel.

Pero me intrigarán igual tus dedos temblorosos,

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tus miedos, tus desdenes... y el inmenso misterio extraterrestre Juan Antonio Corretjer Puerto Rico – 1908 - 1985 Boricua en la luna

Desde las ondas del mar que son besos a su orilla, una mujer de Aguadilla vino a New York a cantar. Pero no, solo a llorar un largo llanto y morir. De ese llanto yo nací como la lluvia una fiera. Y vivo en larga espera de cobrar lo que perdí.

Por un cielo que se hacía más feo mas más volaba a Nueva York se acercaba un peón de Las Marías Con la esperanza, decía, de un largo día volver. Pero antes me hizo nacer y de tanto trabajar se quedó sin regresar: reventó en un taller.

De una lágrima soy hijo y soy hijo del sudor y fue mi abuelo el amor único en mi regocijo del recuerdo siempre fijo en aquel cristal del llanto como quimera en el canto de un Puerto Rico de ensueño y yo soy puertorriqueño, sin na, pero sin quebranto.

Y el "echón" que me desmienta que se ande muy derecho no sea en lo más estrecho de un zaguán pague la afrenta. Pues según alguien me cuenta: dicen que la luna es una sea del mar o sea montuna. Y así le grito al villano: yo sería borincano aunque naciera en la luna. Seni Labart Montevideo, Uruguay –1957 - 1998 Cap de Antibes

osario donde quedarán mis muslos mis senos que cabían en tus manos mi manos de muñeca y el lunar en la espalda que heredé de mi madre.

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pertenece a una obra inédita, todos los derechos corresponden a Eduardo Lenga Avilo- Colaboración de A.P y IPN. Eunice Odio Costa Rica – 1922 - 1974 Amar- mar

Vértigo al contacto con el mar sanguíneo de tu piel tan parecido al subir y bajar de la espuma, al roce de tus muslos semejantes a las dunas marinas; donde el delfín se adentra, hacia el interior de la grieta donde la corriente del placer hace explosión, en continuos gemidos y cantos de sirenas ahí donde el sol traspasa el lumbral de la fantasía perdiéndose en la profundidad en la ingravidez del cosmos.

Huelo el contorno de tu corazón y habito en los pequeños y grandes acantilados, aferrando mis ansias cual liquen en medio del huracán, teniendo entre mis piernas, al sol y a la luna cautivos. Enrique Sánchez Hernani Lima, Perú - 1953 3.

En el cóncavo cielo sombreado de Bogotá A las doce puntuales horas del mediodía Planetas de galaxias desconocidas Se baten en encarnizada contienda Con la noche hipotética.

La constelación de Marte Con sus luces De falsas y bellísimas estalactitas Persigue la sensual rotación de Venus Para dirimir la posesión De este imaginario imperio celeste.

En el universo contiguo El sol con su luz anaranjada Envidia la oscura ficción De tanta estrella cinematográfica Y tú Consonante espléndida y dormida Dabas giros excéntricos Alrededor del obcecado planeta de mi razón

Sabrás entonces por qué descendí hasta ti Como una carta astral Signando los días propicios para la dicha Aunque solo sean para verte

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de lejos Mi infierno hermoso y esquivo. De: Sobre la arena / muge el laberinto

Gloria Cepeda Vargas Colombia Ahora

Ya no te hablo en presente porque ya no te toco. En una plaza oscura te quedaste estatua sometida a mis caprichos a mis imprecaciones a mi duelo. ¿Te habrás ido por fin? ya no me surcas arduo sabor de lágrima ya no te sigo como un perro herido a través de la noche. Tu perfume se diluyó en el viento. Amigo apresurado vela que ardió de hondura de tiniebla de pesadumbre que inventé una tarde en que estaba tan sola que el silencio mordía. Ahora no estás y somos tan sin eco que sólo lo presente hiere y canta. Nela Río Canadá La fuga A Amanda Castro, en memoria Para huir de esa vida de encierro algunas mujeres se salieron del cercado, a deshora, cuando la vigilancia invernaba.

Apenas llegaron al lugar donde se guardan las memorias,

escritas, cantadas o pintadas, sintieron la compañía de la historia muda

y se aprestaron a conocerse. Se escucharon poniendo los oídos en el corazón y se supieron fuertes y amontonando los bultos del pasaje se pusieron de pie llenando los huecos de la historia. Caminaron a la laguna donde aguardaba el agua y reconociendo el poder del nombre se bautizaron mutuamente. Lavaron las creencias impuestas que las fabricaban débiles, charlatanas y vacías. Nacieron como ellas se quisieron y salieron del agua reluciendo cuerpos nuevos.

Así llegaron a la falda de los nuevos siglos

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y comenzaron a divulgar la buenanueva. De Laberito vertical, poemario inédito

Antonio Preciado Esmeraldas, Ecuador - 1941 Carlos Marx y el ingenuo color de las intuiciones

Hoy que me causa risa, recuerdo que sumirme en la región más fácil de ese nombre fue algo así como cosa de un simple borrador.

Bobo, dos veces bobo, pero lo cierto es que lo reducía y de cualquier manera lo asociaba con una vaga idea de la profundidad. Aquella en cuyo fondo todo lo que era el agua y la sal conocida se me agolpaba en la mirada fija de ese viejo retrato de larga cabellera y después en el nombre impreso en letras rojas debajo del recuadro, ese nombre barbado, medio descolorido que yo invariablemente imaginaba como un acantilado al pie del risco, tal como lo quería, sin la letra final...

Para mí, francamente, aquella X en el horizonte siempre estaba demás. Hoy que me causa risa, vuelvo a decirme bobo, aunque, después de todo, también el MAR es grande e inmortal.

Ingibjörg Haraldsdóttir Reikiavik, Islandia - 1942

Seguridad

Discutíamos asuntos de seguridad: es prudente ajustarse el cinturón

cruzar con la luz verde ponerse bufandas y tomar vitaminas

dejar de fumar de beber

Todo es tan peligroso en estos días la contaminación horrible (flores marchitas) y hay muchas cosas que engordan: la nata

oprime el corazón aumenta la violencia dicen los sociólogos

tristes y llenos de responsabilidad cuando llegue la noche lo más seguro

es quedarse en casa Discutíamos los asuntos con franqueza

y precaución de pronto la noticia: ha estallado la guerra

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Nos quedamos un rato sin decir nada después apagamos el televisor

y cambiamos de tema diciendo nimiedades

Humberto Fierro Quito, Ecuador –1890 - 1929 Brisa heroica

Bajando por las gradas de los Andes Entre rocas de Cíclopes mineros, Recordaba el honor de los guerreros Que llenaron la historia de hechos grandes Al desnudar los ínclitos aceros.

No tuvieron las águilas alpinas Paseo más triunfal sobre las ruinas Y las tumbas levíticas de Europa Que los corceles de la invicta tropa que luchó en las Repúblicas latinas.

Sagradas son las cumbres y los valles Donde se enrojecieron los detalles Que la Fama magnífica prolonga, Buenos para Rolando en Roncesvalles Y dignos de Pelayo en Covadonga.

Oigamos las guerreras armonías Que dicen al pasar de aquellos días, Mientras huyen barridas al momento La negra Tradición, las Tiranías, Graznando como cuervos en el viento ... Derek Walcott Santa Lucía - 1930 Cañaveral marino

La mitad de mis amigos ha muerto. Te haré unos nuevos, dijo la tierra. No, grité. Devuélvemelos tal como eran, con sus fallas y todo.

Esta noche puedo arrebatar su conversación a la pálida resaca monótona entre los cañaverales, pero no puedo caminar

sobre las hojas marinas iluminadas por la luna solas, por ese camino albo o flotar en el estado de sueño

en que las lechuzas abandonan la carga del mundo. Oh tierra, el número de amigos que tú guardas excede en mucho al de aquellos que quedan por amar.

Los cañaverales marinos al borde del acantilado despiden un fulgor verde y plata; eran ellos las lanzas seráficas de mi fe, pero de aquello que se ha perdido nace algo aún más fuerte

que posee el brillo racional de la piedra, que resiste el claro de luna, más allá de la desesperación, tan fuerte como el viento, que nos apersona a aquellos que amamos

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por entre los cañaverales divisores, tal como eran, con fallas y todo, no perfectos, simplemente así. Cecilia Palma Chile Interferencias in situ - I (a Francisca) Coltrane rebota en las marchitas fronteras del bar mientras una joven caravana a lo Morticia incorpora a escena la anacronía silenciosa de un condenado a muerte. Bien rojos los labios de las cenicientas tan pálidas como si las hubiesen concebido mimos. Yo me sitúo mentalmente y no puedo evitar los ojos que de vez en cuando franquean on line mis coordenadas almendrados y oscuros con brillo semejante quizás sólo a una salida de sol después de la lluvia luego de los ojos inevitablemente todo su rostro y en este punto cualquier cosa pierde vigencia. Sonrío con su sonrisa y entre el jazz su vocecita a media lengua narra una historia teñida de la magia de Francisca. Como si la tuviese enfrente ahora mismo sus perlas brillosas me vigilan y me alegro que no sean de su paisaje aquellos que borronean otras historias en la arena o sobre cohetes y bombas en el Medio Oriente. Esteban Moore Argentina País lejano 3. Durante años desempeñó sus tareas frente un escritorio cubierto de expedientes y documentos mientras que gentes acosadas, de manos encallecidas, viejos,

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acudían a él con formularios;

algunas veces sostenía una barra de lacre a la llama del fósforo y observaba la gran gota de sangre caer pesadamente. Sus ojos glaseados por el polvo, sus largas piernas recogidas. De partes mínimas Mario Jaime Asesinos en serie

Los asesinos en serie Dicen los expertos del FBI (Fisura benemérita intangible) (quizá son expertos pues ellos mismos matan en veces) No sienten piedad ¿Sentirán piedad los cabos y sargentos? ¿Sentirán piedad los toreros, cazadores y tenientes? Los asesinos en serie (o en serio) Van por ahí descuartizando chicas (o grandes) Y se refugian en su noche mirando el óxido de su olvido Pero en realidad Los asesinos en serie (es decir en serie como tiraje fast-track) Son un invento cuasi ideológico para excusar otros asesinos en serio Como los cazadores Que decapitan venados y osos como trofeos en sus muros acerados Asesinos en serio Como los pilotos que dejan caer sus bombas en poblados —poblados— de niños (digo, plagados de terroristas) En serio, asesinos, en serio Como los soldaditos (digo, soldados) Que se disparan para matar estudiantes (digo, subversivos) Y los “hombres” violentos, héroes de corridos ruidosos Machos de tacos y cachas con zafiro “hombres” que penetran hombres como castigo en las duchas, con un tubo mágico pa abrirles el melón o esos mercenarios del África, comparando sus trofeos Y la marabunta de azul o gris, o gris azul con placas brillantes Que pone orden (poner orden en serio) Por las avenidas, sobre caballos y jeeps Escarabajos robotizados (idiotizados) Agentes del orden (que muera el caos bendito) Husmeando entre la paz del sepulcro Los asesinos en serie (en serio) son condecorados Y se forman muy lustrosos en el Super bowl Mientras las rubias lloran con banderitas y burritos mega calóricos Y en el matadero (digo, empresa cárnica) matan hoy 200 cerdos al día Multiplicados por miles de mataderos Pero esos no son asesinos en serie (dice el FBI) ((fabulosa burocracia ideológica)) Sino el que mata diez gordas Y se las come solo (¡Qué egoísta!) En cambio el carnicero mata 200 cerdos para compartir con la grey (que va a rezar los domingos pa comerse a su dios torturado) Intromisión: ¿Oye esto no es un poema? Respuesta: Es un grito Sin metáforas, como el aluvión de nieve sobre el río “Un sistema típico de cadena en un matadero de tamaño mediano dedicado exclusivamente a cerdos que emplean a cinco hombres para conseguir una producción de 40 a 50 canales de cerdo al día” cinco asesinos en serie (¿en serio?) no, no el asesino en serie dice el FBI (Fabulosa burra insensata) asesina tres o más personas durante un extenso periodo “A mí me ordenaron disparar a las casas” Murieron unos veinte en un periodo corto de tiempo Tu medalla, hijo, no eres un asesino en serie, eres un héroe de la democracia

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Abstente escritor abstente Y di: conmigo no cuenten Aquí mejor, lo dejo Que sigan los del FBI (fundamental bienestar de los imbéciles) Ahondando en su presunción Ana Rossetti España Chico Wrangler

Dulce corazón mío de súbito asaltado. Todo por adorar más de lo permisible. Todo porque un cigarro se asienta en una boca y en sus jugosas sedas se humedece. Porque una camiseta incitante señala, de su pecho, el escudo durísimo, y un vigoroso brazo de la mínima manga sobresale. Todo porque unas piernas, unas perfectas piernas, dentro del más ceñido pantalón, frente a mí se separan. Se separan.

De “Indicios vehementes” 1985

Ahmad al-Shahawi Damietta, Norte de Egipto - 1960 Nadie piensa en mi nombre

Nadie piensa en mi nombre al haber puesto el sol en el infierno, al haber perdido el cielo cuya sabiduría acaba de morir, después de haber entrado solo la morada del cero, precedido por una sombra negra.

Deliro en la lejanía, cuelgo mi letra como una estatua rota, entono una canción con un sentimiento de pérdida me amortajo con el agua seca, me hundo en la eternidad herido por noches perversas, mis pájaros agonizan silenciosos y cabizbajos.

Aislado subo por el aire hecho una flauta huérfana.

Me llega el llanto del mar por mí, recorro la luz por si así llevo el sonido al fuego.

Nadie piensa en una cueva silenciosa nadie piensa en un ángel perdido en la multitud, nadie entreteje con estrellas un fuego, nadie pinta los ojos con la imagen del mundo, nadie deja al nieto de herencia una lámpara apagada.

Me vence el sueño porque nadie se fijará en un nombre fugaz, ni ningún espejo me ha de reconocer jamás.

Olvidado en lo desconocido, letra final del final de la noche.

Me extiendo como un hilo asesinado por el habla,

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nadie nos protege del frío, nadie vuelve la cabeza cortada a la luna, tengo extendida la palma de la mano, y mi destino se ata a sus ojos. De Nadie piensa en mi nombre- Antología- 2011. Traducción de Mohamed Abuelata Armando Tejada Gómez Mendoza, Argentina – 1929 - 1992 Oración a la bandera

Quédate en el cielo, amor, no bajes. Aquí abajo, los grises son tan grises que, de algún modo gris, van a ultrajarte. Y sos tan linda allá, tan nomeolvides, -simple ademán de madre por el aire- que si caes, amor, con la ternura con que caen las hojas de los árboles; si llegas a caer, acaso nunca vuelvas a ser tan cielo ni tan madre.

Déjanos a nosotros, los humildes, los que nunca te usamos ni abusamos de tu inmenso silencio planetario, que cuidemos la altura donde habitas, celestemente hermosa, como el aire.

Déjanos a nosotros. De los otros, es piadoso no hablarte. Antonio Candido Branco Portugal - 1956 Zodíaco

O céu nocturno está cheio de vida terrestre. As estrelas são flores. As constelações animais ao espelho. A memória de que são feitas as estrelas é a matéria de outro sangue. Olho o céu de noite como se visse a terra de dia. O céu é um estábulo onde a luz é matéria sublimada. Os animais da terra comem flores os do céu comem estrelas. Em vez de sangue têm luz.

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Vejo-me calado entre os homens celestes que se movem na abóbada como ideias. O céu também é um chão. Um chão feito de memória. Pisam-se lá em cima astros como se pisam pedras em baixo. Antjie Krog Kroonstad Orange Free State, Sudáfrica - 1952 Tierra

bajo órdenes de mis antepasados fuiste ocupada si supiera un lenguaje podría escribir pues fuiste tierra mi tierra

sólo que nunca me quisiste a mí por mucho que me estirara para echarme en susurrantes cauchos azules en el ganado con los cuernos bajos yendo hacia Diepvlei (Hondoarroyo) meciendo sus temblorosas papadas bebiendo en sedosas borlas en el caucho brotando gota a gota en espinos que han resbalado hasta el vacío

a mí nunca me quisiste a mí nunca pudiste soportarme una y otra vez te sacudiste para librarte de mí me levantaste tierra, lentamente en mi boca no tuve más nombre

ahora se pelean por ti te negocian dividen acorralan venden roban hipotecan yo quiero irme bajo tierra contigo tierra tierra que no me acoge tierra que nunca me perteneció

tierra que amo más en vano que antes traducidos por Nicolás Suescún - Fte: La Jiribilla. Patricio Torne Helvecia, Santa Fe, Argentina - 1956 Al descubierto, el cuerpo de la noche

A descubierto, el cuerpo de la noche deja que la sangre llegue al borde mismo donde la luz y oscuridad hacen la penumbra.

Bajo la escalera de caracol, una tulipa de rayos amarillos corona al gato que duerme sobre un mueble de color negro.

Mientras más demoran en tocar la puerta, más obsesivos se vuelven los movimientos del que espera, exigiendo a las cosas un lugar definitivo. Hay que cambiar la música -se dice- Eligiendo lo que en verdad cree que sirve para cualquier ocasión menos para ésta. Tampoco es acertada la bebida que ha puesto en el vaso para aliviar la espera. Antes que en el baño, prefiere devolverla a la botella. Después comprobará que la mesa se ha manchado con las gotas a pesar del cuidado, y "Que horror mi Dios -está pensando- porqué estaré tan nervioso". Mientras retuerce el trapo con el que secará el licor derramado, se detiene: "Es preciso comenzar todo de nuevo"

Lo mejor es sentarse. Jugar un solitario.

Quedar abatido por sí mismo. Confundirse en la penumbra. Anacrónica -Ediciones Delanada, santa fe, 1995-

Ono no Komachi Japón - 825 –900 dc

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Aún si las contengo, no pueden retenerlas

mis mangas: joyas blancas, lágrimas de unos ojos

que no ven a quien aman. Fernando Valverde Granada, España - 1980 Postal de Praga

Quiero traerte al mundo que conozco, a mi mundo de voces y fantasmas, de ciudades que tienen un rincón donde buscar la muerte.

Mi mundo es tan oscuro sin el tuyo...

Ahora miro el Moldava, el agua se suicida en cada margen, la ciudad está quieta, es un dolor sin dioses ni esperanza, muchas guerras después aquí la gente huye de cualquier ilusión pronosticable y el cuerpo se contagia de un temblor parecido a la humedad.

Las paredes son grises como el humo, hay un final después de las palabras que parece romperse.

Y en Vysehrad se mueren las palomas, el invierno es tan frío que resulta una herida en las manos y en los pies.

Pero aquí nadie tiembla, todos saben que es cuestión de fortuna y de equilibrio.

Todos creen en la espera.

Y el dolor se acostumbra, el tiempo se acostumbra, el miedo y la tristeza se acostumbran a vivir sin rencor.

Nada tiende a romperse, todo queda empapado después de una tormenta, de una frágil tormenta que sostiene un milagro de voces, un dolor tan amargo como el frío. De Razones para huir de una ciudad con frío

Rafael Alberti Cádiz, España - 1902 – 1999 Guerra a la guerra por la guerra. Vente...

Guerra a la guerra por la guerra. Vente. Vuelve la espalda. El mar. Abre la boca. Contra una mina una sirena choca Y un arcángel se hunde, indiferente.

Tiempo de fuego. Adiós. Urgentemente. Cierra los ojos. Es el monte. Toca. Saltan las cumbres salpicando roca Y un arcángel se hunde, indiferente.

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¿Dinamita a la luna también? Vamos. Muerte a la muerte por la muerte: guerra. En verdad, piensa el toro, el mundo es bello

Encendidos están, amor, los ramos. Abre la boca. (El mar. El monte.) Cierra Los ojos y desátate el cabello. Guadalupe Grande Madrid, España – 1965 Oficio de crisálida

Durante un tiempo estuve muerta: hubo hambre y cansancio, y el sonido del mar y el aroma de los alimentos y la luz de la vida poblándose, reuniéndose; pero algo estuvo muerto.

(nada existe más allá del instante nada germina nada surge las horas pasan sin hacer ruido niebla que empaña cuanto toca)

Fue imposible rastrear los pasos en el tapiz y ni siquiera hubo obstinación, pues lo primero que un muerto pierde es la memoria; comencé a olvidar sin ningún plan ni itinerario y no hubo signo premonitorio que advirtiera la llegada de esa calamidad.

(acariciaste mi sombra afanosamente amor pero entonces ya estaba muerta hilachas de deseo en la piel y espuma muerta en la boca que estar muerto es triste y dura mucho e indigna a quien lo presencia)

Durante un tiempo estuve muerta como una crisálida guardada en una caja de cartón, detenida en el umbral, olvidada del gusano y de la mariposa. Instante perpetuo, cómo duele despertar de tu sosegada indiferencia, de tu dócil y atónita bondad.

La vida nos sabe a poco el mar no nos basta

Somos un signo de interrogación que ha perdido su pregunta

Enrique Alexander Ordoñez Choluteca, Honduras - 1962 Madre

Infancia de pinares tristes espiabas en el agujero de un astro apagado

Lecciones orbitales de alfabetos aplastados con terrones de luceros muertos escribías en una pizarra de maltrato

Jugabas a construir castillos de llantos en tu piel de luna bohemia

Volaste a tu corta edad a un paraíso de infierno

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en atarrayas rotas de nebular amargura Se escapó la felicidad y en la marchitez de rosas nocturnas brota de tu sangre una estirpe de poetas De: Palabras EntreCortadas,Antología (Poesía) Ricardo Molinari Argentina -1898 - 1996 Casidas Donde la tarde es un pájaro I Ellos dirán al verme tan solo: va como un río, sordo en su corriente, desatado. Ellos dirán que llevo la soledad parapetada por muchas lanzas, por el polvo, que tengo los ojos cerrados, irritados por la luz.

Ellos dirán: mañana volverá a su muerte, a ser rehén, campo mustio de amapolas, tristeza sombría.

Ellos dirán: al fin la espada de su voz descansa junto a su cuerpo arrastrado por la tierra.

II A mi lado va una mujer que lleva un angosto ramo de alhelíes, y el acero de sus carnes mojado por la aurora. Cargado de cadenas me ve el amanecer, con un jaguar que bebe mi sangre rodeado de arroyos.

La curva del río nos llama por nuestros nombres, y no sabemos nada, porque estamos en el sueño excedidos.

III ¡Oh, tú que te alimentas de mis pobres ojos y me dices: Siempre pensaré en ti, hasta que se seque mi piel al sol y mi lengua se destruya bajamente por la arena!

-Repítelo, quiero estar protegido, porque mi corazón se ha acostumbrado a la desdicha.

IV nadie te ha visto a mi lado como no se ve la savia de algunas flores; te cubres de mí, andas por dentro para vivir sin peligro, y el aliento de tu voz se mezcla con el mío, igual a dos hojas donde ha de brotar un narciso.

No pienso nada más que en ti, por eso busco la lluvia y las orillas de los ríos donde crece el azafrán.

4 de abril 1939

Huye el día, pero la noche te encuentra conmigo; veo llegar las lunas llenas; ya oigo el clamor del agua que empapa las lenguas ásperas de los venados y acosa las raíces del desierto.

Quisiera que me lamentaran como a un muerto, porque he sentido por mi piel correr la sangre de mis amigos. Qué me espera vivir, si ya no he de ver los pájaros volando por el cielo, ni deseo larga vida a las flores. Pero ¡ay! quisiera saber aún cómo duermes. De “Barranca Yaco y otros poemas”

Jorge Castañeda Argentina La médula del río -XXVIII Surrealismo utópico

Venido a menos y con túnicas de cambio perpetuo,

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La arquitectura es una isla que muerde la médula Del último Huarpe Y lo transforma en río Para humedecer las arenas del parto. Rodrigo Petrônio Brasil - 1975 Da Paixão

Eis-me aqui: a mesa, a ordem das coisas. Nunca a falta de amor foi mais clara. Vem, chacal. Repasto de feras, meu coração aguarda, meu corpo se abre de leste a oeste para o teu solstício. Aqui estou: altar negro esculpido pela delicadeza das ervas. Um dilúvio se incumbe de varrer meus restos.

Mas tu ainda brilhas, sempre. Copo de lírio, vermelho vivo aceso na cama, gesto a gesto: Meu peito, tua face, o ouro, o verbo. Acaricio grão a grão a página solar da pele. A casa se abre, a luz, uma fresta. E vejo-te aqui, à minha frente, ao alcance da fala: pausada, hesitante, eterna.

Nâo contemplarei as pegadas, resíduos, fotos tardias. Sofro pela miséria não compartilhada. Por perfeição perdi o que em mim falta e em ti sobeja: Amor, finitude, instantes trançados em musgo, pedras desenhando pedras.

Eu: triturado pela engrenagem dos dias. Tu: clareira nascida no momento mais triste da minha vida. Animal ferido, maculei tua face com minha queda. Peço perdão, o perdão das feras, culpadas e cegas. Enquanto o flamingo atinge a glória da lua em sua extinção,

Sei das palavras, a linguagem dita no escuro. Murmúrios tramados em nossa caverna: A transpiração de tua flor em cada uma das minhas células. Sei que isso ainda vive, se conserva em um quadrante do tempo. Vazante, amor: a despedida é infinita, nunca se completa.

Ouço teus passos, a respiração, teus olhos firmes e entregues. Não há reparação, tu sabes. Mas mesmo assim vens pela noite, navegas meu sangue, meu sêmen, ressurreta.

Sim: abaixo de toda a baixeza, estou sujo. Pregado. Entre bandidos, o Senhor me abandonou - ainda vivo. Clamo ao sol: aprofunda esta ferida, esta lepra, escave-a. Cuspa em minha face e pise minhas vértebras. E eu possa cumprir a minha consumação, a tua felicidade. Mãos de cinzas, a cabeça aberta. Peço-te o perdão da estátua, pobre em sua geometria, agônica. Morigerante e certa demais para as formas vivas da luz.

A redenção do mal reconhece o mal, um beijo em tua boca - amada, antiga, redescoberta. Uma vez e tudo já foi dito. Uma vez e tudo já foi foi feito. Plenitude, amor. Acredite: apenas isso é o que meus passos errantes sempre quiseram. Louco, tranlúcido, nu e sem nome, abjeto - rezo.

Peço-te um dia a mais sobre a Terra. Tua mão, teu corpo, o deserto. In "Venho de um país selvagem", Topbooks Editora,Rio de Janeiro, 2009,envio amelia pais

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Kôko Katô Japón - 1931

Palpita sobre los oleajes De blanca arena Una sombra de mariposa. Gerardo Guinea Diez Guatemala Ellos en reposo -III

Pero ellos son donde algo es todo ni cambia nada, tan frágiles con todas las cosas juntas, todas: las mentiras, los estudiantes con sus togas, las visitas que no piden, las ventanas antes de la guerra, el vacío después de allá porque alguien dice sin que nadie lo note, cuando las cosas pasan y sueñan con el hijo que habrá para llamarlo por su nombre, ver un arco iris, morder un pedazo de pan quedar satisfechos con lo que no sucede para siempre en el río que tiembla y se derrama. De: Casa de Nosotros.- Editorial Letra Negra Yesid Gaitán Fonseca Bogotá, Colombia Ella Cae

Ella cae, cada segundo, se sumerge en la soledad.

Vuela, se balancea, bajo un cielo sin estrellas; acogida por etéreos brazos, protectores, susurrantes.

Pero, en un instante eterno, el estruendoso choque lo perturba todo. Toca el suelo.

Al menos, las hojas tocan el suelo. Sin embargo, mi alma, nunca deja de caer. Mario Fernando García Rojas Bogotá, Colombia Monserrat

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Tendido sobre las faldas de Monserrat contemplo el ídolo en la cúspide. El mármol frío, aquel que vive entre paredes, solitario en medio de la multitud. Vive, vive entre sus súbditos, y con su corazón pétreo escucha las plegarias. No quiero ver su cara lánguida, sin los colores que otorgan los astros. Dejaré que me traigan nuevas sin asombrarme de ellas, sin espantarme. Dejaré que desfilen de rodillas ante Monserrat. Antonio Pérez Carmona La Media Luna, Trujillo, Venezuela - 1933 – 2006 He aquí la nostalgia

A Ramón Palomares En todas partes donde me hallo cargo el silbido persistente del tiempo que acribilla mis huesos como un oleaje cruel y furibundo.

En todos los sitios que visito siento el fluir de mi agonía: ángelus del alba, réquiem de la noche, crótalos de infancia...

En todos los lugares donde palpo mi sombra escucho el tañer de las campanas como el ecuador de la vida entre la alegría y la tristeza.

Dios mío, ¿cuándo será posible desterrar esta amada lánguida, esta lluvia dúctil con su carcaj de pájaros heridos? Malcolm Lowry Liverpool, Inglaterra -1909 - 1957 Nocturno

Este anochecer. Venus canta sola Y plumas camino del nido tiemblan como seda Semejantes a la túnica de un fantasma múltiple Las alas desgarran un cielo como leche. Gaviotas que muy pronto se volverán piedra Busco y pierdo más allá del camino De bosques que yo y mi ignorancia poseemos Donde juntos paseamos sobre manos y rodillas Juntos pasamos bajo la palidez De un hermoso atardecer el más amado Y sin embargo este atardecer es mi cárcel Y policías relucen en los árboles. Muin Basisu

Gaza, Palestina – 1927 - 1984 Yo, tú, él

En su vocabulario no había árboles ni flores...

En su vocabulario no había pájaros. Sólo sabía lo que le habían enseñado:

matar a los pájaros, y mató a los pájaros,

odiar a la luna, y odió a la luna,

tener un corazón de piedra, y tuvo un corazón de piedra, a gritar: “¡Viva lo que sea!”

“¡Abajo lo que sea!” “¡Muera lo que sea!”.

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En su vocabulario no había árboles, en su vocabulario no había

tú ni yo porque él debía matarnos

a ti y a mí. Sólo sabía lo que

le habían enseñado: matarnos a ti y a mí.

Nicanor Parra San Fabián de Alico, Chile - 1914 De Poemas y antipoemas Hay un día feliz A recorrer me dediqué esta tarde Las solitarias calles de mi aldea Acompañado por el buen crepúsculo Que es el único amigo que me queda. Todo está como entonces, el otoño Y su difusa lámpara de niebla, Sólo que el tiempo lo ha invadido todo Con su pálido manto de tristeza. Nunca pensé, creédmelo, un instante Volver a ver esta querida tierra, Pero ahora que he vuelto no comprendo Cómo pude alejarme de su puerta. Nada ha cambiado, ni sus casas blancas Ni sus viejos portones de madera. Todo está en su lugar; las golondrinas En la torre más alta de la iglesia; El caracol en el jardín, y el musgo En las húmedas manos de las piedras. No se puede dudar, éste es el reino Del cielo azul y de las hojas secas En donde todo y cada cosa tiene Su singular y plácida leyenda: Hasta en la propia sombra reconozco La mirada celeste de mi abuela. Estos fueron los hechos memorables Que presenció mi juventud primera, El correo en la esquina de la plaza Y la humedad en las murallas viejas. ¡Buena cosa, Dios mío!; nunca sabe Uno apreciar la dicha verdadera, Cuando la imaginamos más lejana Es justamente cuando está más cerca. Ay de mí, ¡Ay de mí!, algo me dice Que la vida no es más que una quimera; Una ilusión, un sueño sin orillas, Una pequeña nube pasajera.

Vamos por partes, no sé bien qué digo, La emoción se me sube a la cabeza. Como ya era la hora del silencio Cuando emprendí mi singular empresa, Una tras otra, en oleaje mudo, Al establo volvían las ovejas. Las saludé personalmente a todas Y cuando estuve frente a la arboleda Que alimenta el oído del viajero Con su inefable música secreta Recordé el mar y enumeré las hojas En homenaje a mis hermanas muertas. Perfectamente bien. Seguí mi viaje Como quien de la vida nada espera. Pasé frente a la rueda del molino, Me detuve delante de una tienda: El olor del café siempre es el mismo, Siempre la misma luna en mi cabeza; Entre el río de entonces y el de ahora No distingo ninguna diferencia. Lo reconozco bien, éste es el árbol Que mi padre plantó frente a la puerta (Ilustre padre que en sus buenos tiempos Fuera mejor que una ventana abierta). Yo me atrevo a afirmar que su conducta Era un trasunto fiel de la Edad Media, Cuando el perro dormía dulcemente Bajo el ángulo recto de una estrella. A estas alturas siento que me envuelve El delicado olor de las violetas Que mi amorosa madre cultivaba Para curar la tos y la tristeza. Cuánto tiempo ha pasado desde entonces No podría decirlo con certeza; Todo está igual, seguramente, El vino y el ruiseñor encima de la mesa, Mis hermanos menores a esta hora Deben venir de vuelta de la escuela: ¡Sólo que el tiempo lo ha borrado todo Como una blanca tempestad de arena!

Maram al-Masri Maram Latakia , Siria – 1962

Golpes en la puerta. ¿Quién es? Escondo el polvo de mi soledad bajo la alfombra,

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compongo mi sonrisa, y abro. Roberto Bolaño Santiago de Chile – 1953 - 2003 Un resplandor en la mejilla

Y Utopía fue el veterinario, el hombre feroz, la vieja en silla de ruedas cercada por sueños, y los personajes de los sueños incompatibles se fueron masacrando uno tras otro, hasta dejar un stock de pesadillas vacías. Y Utopía fue un reflejo opaco en el interior de un vegetal. Vitrinas, maniquís desnudos, ebrios tirándoles besos a las nubes. Un laberinto de escaleras eléctricas por donde vagaban unos niños extraviados que tenían el corazón maravilloso hasta la náusea. ¿De todo eso que vi realmente? ¿Con qué ojos tremendos contemplé el olor puro de aquella muchacha sencillamente parada en la entrada de un circo? Sólo recuerdo haber estado demasiado tiempo en un cuarto blanco leyendo novelas policiales; casi toda mi vida mientras tú me mirabas desde una ventana redonda, como de baño público, y los adolescentes se reían como si acabaran de salir del desierto con los bolsillos llenos de dinero gratis. Dinero gratis, dinero gratis, amor gratis, un resplandor inconcebible en la mejilla. Soñadores transformándose a sí mismos pero incapaces de convencer a una muchacha de que la aman. Nubes gratis y vacías, restaurantes gratis y vacíos, automóviles fríos rumbo a las playas doradas del Pacífico, visiones de Michelangelo para todos, ojos que se cierran con la velocidad de la luz, y su armonía, estrépito de cisnes, estrépito de humedad. Comida gratis, bebida gratis, lluvias divertidas e interminables como las novelas de Victor Hugo. Hospitales gratis, desiertos gratis, animales gratis, deseos de caminar sobre las manos, de ponerse una corona de espinas eléctrica y luminosa. Blue-jeans rayoneados de ternura, escenas de teatro en la orilla del mar prolongadas hasta el infinito, tres años de asco y amor, tres años de enfermedades infantiles enmierdadas con precisión, y los duros arbolitos, pero los duros arbolitos, mientras los duros arbolitos como lanzas florecían. Y gemí, y dije ya no sé qué decir, la oficina está vacía, los submarinos explotan como fetos en las fosas del Atlántico, alguien me acaricia el pelo y dice que ya está igual de largo que el suyo, y yo tuerzo el cuello como un solitario cigarrillo aplastado en la noche enorme y la miro, esperando volver a sentir en los párpados la tibia obsidiana de los sueños, cuando en las mañanas nos abrazábamos sin querer despertar, perdidos en las llanuras de escamas, mientras cae nieve y el frío sonríe desde un cenicero absolutamente limpio, y no queremos despertar, y no sabemos qué decir: los labios partidos, la cara blanca del invierno manchada de lipstick. La velocidad se detiene, mira hacia todas partes, enloquece a las fechas. Un anarquistoide muerto bajo las ramas plateadas de un sauce. Encima de él la primavera violeta. Fuera de ese cuadro una muchacha sueña renacimientos atroces. Y está bien, está bien, ya púdose prender la chimenea y cerrar

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puertas y ventanas. Ningún brillo va reemplazar nada. No habrán formas de arder que completen esta nube cargada de lluvia. No habrá viento contra este resplandor acuático. Ni callejones violetas ni suaves caderas antiguas. Ese jaleo al subir las mil escaleras del ojo abierto: automóviles llenos de Sol estacionados en todas las esquinas de tus venas. Una sonrisa sin contexto, una mano críspada fuera de la foto. Ana de Alba México – 1962 Invocación

Invoco a los vahos de la locura, a los vapores y a los miasmas de la muerte adorada, única y fiel consejera, amable doctora que purifica mi innoble dolor de ángel caído.

Invoco a la esfera de los odios y de los amores malsanos, pues son la sustancia del Amor Divino, savia del Altísimo que mora en este silencioso destierro.

Invoco al llanto que se transforma en el flujo vital, semilla del deseo constante, de la vida transformándose.

Prefiero ser mísero gusano en tierra de ángeles que dulzura imperfecta, inútil, frágil, sustancia humana. “La poesía del encuentro” / Cultura independiente en el segundo centenario. Edición: Floricanto / Ateneo Las Hespérides- 2011-

GUENDARUCABI RUAA

Rucabe’ ruaa ca gubá sti guendaracaí’que, ca gubá dxaa ne ca gubá yuudxu

riladi’ ladi guendaguti cadunaxhii, tobilucha ni huandí’ rulidxi,

ni nadó’ la’dxi’ ni rusianda ne rusiá yuuba’ diiñe’ sti binniguenda ni biaba.

Rucabe ruaa xquisu guendananala’dxi

ne guendaranaxhii nadxaba’, purti’ nacacani rini sti’ ti guendaranaxhii dó’,

tini sti’ Diuxidó’ ni ribeza lu dxidó’ sti’ guendarulaaga di’.

Rucabe ruaa guendaruuna’ ni ridxaa, raca

ti nisa bani, biní sti’ guendaracala’dxi’ huati zé’,

sti’ ti guendanabani ni cadxaa.

Racaladxe’ gaca’ ti bicuti’ zididé lu layú sti binniguenda

ne cadi ti guendananaxhi nabapa, nabali’, nasisi,

xquenda miati’.

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“La poesía del encuentro” / Cultura independiente en el segundo centenario. Edición: Floricanto / Ateneo Las Hespérides- 2011- La traducción al zapoteco de este poema fue realizada por el poeta y antropólogo juchiteco Víctor (Cata) Castillejos.

César Vallejo Perú - 1892 - 1938 Gleba

Con efecto mundial de vela que se enciende, el prepucio directo, hombres a golpes, funcionan los labriegos a tiro de neblina, con alabadas barbas, pie práctico y reginas sinceras de los valles.

Hablan como les vienen las palabras, cambian ideas bebiendo orden sacerdotal de una botella; cambian también ideas tras de un árbol, parlando de escrituras privadas, de la luna menguante y de los ríos públicos! (Inmenso! Inmenso! Inmenso!)

Función de fuerza sorda y de zarza ardiendo, paso de palo, gesto de palo, acápites de palo, la palabra colgando de otro palo.

De sus hombros arranca, carne a carne, la herramienta florecida, de sus rodillas bajan ellos mismos por etapas hasta el cielo, y, agitando y agitando sus faltas en forma de antiguas calaveras, levantan sus defectos capitales con cintas, su mansedumbre y sus vasos sanguíneos, tristes, de jueces colorados.

Tienen su cabeza, su tronco, sus extremidades, tienen su pantalón, sus dedos metacarpos y un palito; para comer vistiéronse de altura y se lavan la cara acariciándose con sólidas palomas.

Por cierto, aquestos hombres cumplen años en los peligros, echan toda la frente en sus salutaciones; carecen de reloj, no se jactan jamás de respirar y, en fin, suelen decirse: Allá, las putas, Luis Taboada, los ingleses; allá ellos, allá ellos, allá ellos! Poemas humanos (1923-1938) Miguel Ángel de Boer Comodoro Rivadavia, Chubut, Argentina Resistencia

Estaban convencidos de que resistía porque me consideraban ideológica/política/moral/física y mentalmente fuerte

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En tanto yo evocaba con mi cuerpo desolado el ruido del mar acariciando la arena y el pedregullo de mis playas

y una frescura luminosa penetró en mi pecho encegueciendo de vida a la muerte Norman Petrich Hasenkamp, Entre Ríos, Argentina - 1972 parábola del exilio interior

miro el espejo grande esmerilado cruel y al mirar veo a alguien que practica la regla del sobreviviente a saber

sostenerse haciendo equilibrio entre los números rojos y azules que zurcen los bolsillos sostenerse como sea como pueda con quien pueda sobre quien sea sostenerse

de mí no dice nada el maldito oculta mi verdadero rostro exiliado muy dentro en un lugar donde la vida se reclama

a golpes de piedra destrozando espejos de a uno por vez Del libro fuegos levantados en las sombras vigiladas (2002) Hugo de Sanctis San Juan, Argentina - 1939 – (Bolivia) 2011 Rama

“Observad mi Ley. Mi labor ha terminado. Me retiro para siempre con mis hermanos

iniciados a una montaña del Ayriana – Vaejo. Desde allí velaré sobre vosotros. Guardad

el fuego divino. Si llegara a apagarse, volvería a aparecer como un juez justiciero y

temible”. *Rama ante el Concejo de su Pueblo.

“Los Grandes Iniciados” Schure Tú venciste las trampas y la malla de la ilusión acerba de lo oscuro, y has pasado por este gran apuro y amargas luchas que tu sangre calla.

Rama eres del Veda donde estalla la flor nupcial en el celeste muro y eres en razón clemente o duro para cercar al mal en su muralla.

Sita te envuelve en paz que nunca falla y en la prueba profunda, lo aseguro, se vuelve más valor y no avasalla.

¡Oh flamígera espada en lo inseguro! con tu ejemplo yo asumo esta batalla por ser la luz y el corazón más puro.

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*Rama: Avatar de la India aria. Protagonista del Ramayana: “Las aventuras de Rama”.

Carlos Sánchez Villa Pueyrredón, Argentina – Folignano, Italia Sociedad de responsabilidad limitada

La mente no reconoce derrotas no tiene edad ni tiempo conserva su lucidez su eterna juventud y aspira a más sabiendo que nunca llegará. El cuerpo es más humilde se ajusta al paso de los años con enorme dignidad sin desgracias irremediables. Ambos tratan de conciliar de ir al paso por el borde del abismo de evitar rupturas definitivas. Y mientras tanto el alma un tanto incrédula de su existencia muy confundida por la filosofía duda al fin si ir de viaje o desaparecer entre las brumas. Por ultimo queda el corazón que agita las aguas de los ríos sin encontrar jamás una alianza segura con la mente con el cuerpo con el alma admitiendo que ella exista Juano Villafañe Ecuador – Argentina - 1952 Contigo bailaría una pieza lenta

Contigo bailaría una pieza lenta Daría un paso Una habilidad de mundo con recortes y alientos que se noten. Daría la vuelta, la visita al frío de un ventanal donde se huye otra vez de aquella música que me colocaste a la mañana. Con la pieza lenta que recorta el espacio, la edad de uno y el tiempo perdido. Y bailaría lo lento con su forma: al giro dado, al paso de dos, la vida corta. Bailaría lento contigo la pieza que se oblicua, que se inclina hacia el paso, al pasadizo, a los hoteles, los pasillos, los pasados. No iría con mis pasos hacia ninguna parte, iría hacia la ida que provoca la vuelta. Ya no hay tiempo para olvidar pasillos sobre los pasos cortos que van hacia la pieza. Bailaría lento como decir: se escucha la música de calle, la visita y el humo que florece. Entraría como se dice juntos sobre la misma pieza, en el mismo piso que se baila, en la misma sala, en la misma madera que se pisa. Lo contigo, lo lento es un decir. Se canta con el cuerpo

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Se ama con la ronda baja. De: Deconstrucción de la mañana.- Buenos Aires, Atuel, 2006 Carlos Patiño Argentina - 1934 Para ganar el pan

el poeta no encuentra el poema en el aire y lo caza el poema no es un pájaro / el poeta no recibe visitas clandestinas de números graciosos que se instalan en su egregia cabeza iluminándola / el poeta es como un viejo minero solitario y muy terco que arrastrando su mula penetra cada día al socavón pico pala esperanza golpe a golpe a la piedra tras la eterna quimera e igual que los mineros son muy pocos los que dan con la dorada veta / pero una vez y otra vez pico pala esperanza tras la eterna quimera golpe y golpe a la piedra jornada tras jornada pisoteando palabras el aire enrarecido polvo sobre la frente sudor lucha trabajo / el poeta es como el viejo minero que acostumbra morirse abrazado a su mula a su pico a su pala. Esquinas silenciosas, 1990.

Alberto Ramponelli Buenos Aires, Argentina -1950 La confusión es un asunto cotidiano –III

Pero ellos gesticulantes decían también nosotros y entonces nosotros pasábamos a ser ellos, nosotros decían y ellos decíamos y el tumulto iba creciendo en ese bar que estaba a la vera de cualquier ruta.

“El hombre es hombre, y el mundo es mundo. En la medida en que ambos se encuentran en una relación permanente, el hombre transformando al mundo sufre los efectos de su propia transformación”- Paulo Freire.

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“Poesía/ Perdóname / por haberte ayudado a comprender / que no estás hecha solo de palabras”- Roque Dalton