Isaac Asimov - El Planeta Que No Estaba

145

description

Excelente libro de ciencia ficción. Es una recopilación de ensayos de Isaac Asimov.

Transcript of Isaac Asimov - El Planeta Que No Estaba

  • EL PLANETA QUE NO ESTABA

    ISAAC ASIMOV Ttulo del original ingls: The Planet that wasnt 1976 by Isaac Asimov 1987 by Editorial Ibis, 1987 Independencia, 92 08902 Hospitalet (Barcelona) Traduccin: Flix Rodrguez Trelles Escaneo: Mike Donovan Correccin: Dom Diseo cubierta: Josep Ubach Composicin: Grafitex, S.A. Impreso en Espaa . Printed in Spain Reservados los derechos para todos los pases de habla castellana ISBN: 84-865 12-09-3 Depsito legal: B-23487-87 Impreso en LIFUSA

    1

  • NDICE INTRODUCCIN............................................................................................................... 3 I. EL PLANETA QUE NO ESTABA ........................................................................... 5 II. LAS NIEVES OLMPICAS..................................................................................... 13 III. SORPRESA TITNICA.......................................................................................... 21 IV. GIRANDO AL REVS ........................................................................................... 29 V. EL PUENTE DE LOS DIOSES............................................................................... 39 VI. EL TERCER LIQUIDO ........................................................................................... 47 VII. TODA BILIS........................................................................................................ 55 VIII. EL OLOR DE LA ELECTRICIDAD .................................................................. 62 IX. VICTORIA SILENCIOSA ...................................................................................... 70 X. CAMBIO DE AIRE ................................................................................................. 78 XI. LA BRUJA MALVADA HA MUERTO................................................................. 86 XII. EL EFECTO DEL ANOCHECER....................................................................... 94 XIII. LOS HOLANDESES EN COHETE .................................................................. 102 XIV. EL MEJOR PASO ATRS................................................................................ 111 XV. PENSANDO EN EL PENSAMIENTO ............................................................. 119 XVI. LA ESTRELLA DEL ORIENTE....................................................................... 127 XVII. EL ARGUMENTO DE YUDO...................................................................... 136 Solapas............................................................................................................................. 144

    2

  • INTRODUCCIN La clave para mi prolongada serie de ensayos en The Magazine of Fantasy and Science

    Fiction es la variedad. En parte ello debe atribuirse a mis Amables Editores -Edward L. Ferman en F & S F y Cathleen Jordan de la Doubleday & Company- quienes estn bien contentos de dejarme divagar sobre casi cualquier tema que me interese. En parte, tambin debo atribuirlo a mi propia mente inquieta.

    Es bastante probable que yo hable un mes sobre la atmsfera, al siguiente sobre las colonias en el espacio, y un mes despus sobre la arteriosclerosis. Por qu no? No solamente mantengo mi propio inters de esa manera, sino que excito la curiosidad de los lectores. De qu hablar Isaac el mes que viene?, se preguntan.

    Sin embargo aunque seas t tan casta como el hielo, tan pura como la nieve, no escapars a la calumnias.*

    Me creeran ustedes que la semana pasada recib una carta denuncindome por haberme ocupado solamente de astronoma durante aos y urgindome airadamente a dejar el tema?

    Qu es esto? pens yo, confundido. Es que he estado escribiendo nada ms que artculos de astronoma durante aos y no me he dado cuenta?

    He verificado y lo dejo en vuestras manos. Si se fijan en este libro, que contiene mis diecisiete ensayos ms recientes, vern ustedes que hay exactamente cuatro artculos que pueden considerarse ntegramente de astronoma: son los primeros cuatro del libro.

    Algunos de los restantes pueden tener un inters astronmico tangencial, pero nada ms que eso. Slo puedo suponer que mi corresponsal debe haber estado bebiendo, un tanto en exceso, algn coac medicinal.

    La variedad de mis ensayos ofrece problemas, sin embargo. Por ejemplo, qu nombres les pongo a las colecciones?

    Mirando para atrs, veo que me habra ahorrado un montn de problemas si las hubiera llamado a todas Coleccin de Ensayos, y las hubiera rotulado como Volumen 1, Volumen 2, Volumen 3, etc. Pero, qu aburrido!

    En cambio, lo que hago es tratar de elegir algn ttulo ruidoso que 1) indique por lo menos vagamente la naturaleza del contenido y 2) use una palabra clave que simbolice la ciencia y que no haya usado previamente.

    Si uno de los ensayos incluidos en el libro tiene legtimamente el ttulo que elijo, tanto mejor.

    No he usado la palabra planeta en ninguno de los ttulos de mis colecciones de ensayos, y uno de los ensayos de esta coleccin tiene como ttulo El planeta que no estaba. Muy bien!, ese es el ttulo del libro.

    Suena a ciencia-ficcin, lo admito, pero eso no es necesariamente una desventaja. Cualquiera de mis libros, cualquiera sea su ttulo, es muy probable que vaya a ir a parar a la seccin de ciencia-ficcin, de todos modos. No siempre se puede contar con que los

    empleados de las libreras sepan que yo escribo cualquier cosa menos ciencia-ficcin. Una vez recib una llamada telefnica de un amigo mo quien, alarmado, me dijo que un

    libro mo titulado Una introduccin fcil a la regla de clculo -que era exactamente lo que el ttulo anunciaba- estaba mezclado con mis libros de ciencia-ficcin en una cierta librera. Le

    * N. del A.: Esta frase no me pertenece. La escribi un antiguo dramaturgo llamado William Shakespeare. Uno de sus personajes, cuyo

    nombre inverosmil es Hamlet. se lo dice a Ofelia... que era, aparentemente, una amiguita suya.

    3

  • dije que se calmara, ya que precisamente los lectores de mi ciencia-ficcin son los ms aptos para comprar y leer mis trabajos fuera del gnero.

    Otro problema que plantea la variedad de ensayos que escribo es la cuestin de la ordenacin. Tengo diecisiete ensayos en este libro. Cul viene primero, cul segundo, cul tercero, y por qu?

    Podra disponerlos en el orden en que fueron publicados originalmente, pero eso significara que, en general, estaran distribuidos de cualquier manera. Esa clase de encantador desorden funciona bien en tanto aparezcan a intervalos mensuales en F & S F. EI lector, que tiene un mes entre cada par de artculos sucesivos, un mes en el que est entretenido en toda clase de ocupaciones y preocupaciones, no tiene muy presente el ensayo del mes pasado, a menos que yo se lo recuerde. Por lo tanto, l est listo para cualquier cosa y me sigue a cualquier parte.

    La situacin es bien distinta cuando los ensayos aparecen en un libro, como ocurre aqu. Entonces usted los tiene todos de golpe y es probable que el lector los lea todos en un tiempo bastante corto... semanas, das. Y todava puede haber algunos espritus intrpidos que leern la coleccin en una prolongada sesin.

    Como ustedes pueden ver, disponerlos al azar no es tan bueno. Habiendo logrado una cierta motivacin del lector con un ensayo, me gustara capitalizar

    esa motivacin para el siguiente, si pudiera. Por lo tanto, frecuentemente agrupo mis ensayos por materias.

    En este libro, sin embargo, tengo la oportunidad de intentar algo ms. Djenme explicar... Ed Ferman me ha instigado a escribir lo que llamamos temas polmicos. De vez en

    cuando quiere que yo discuta algn asunto que, por una razn o por otra, sea delicado. En cada caso defiendo la causa de la ciencia de la manera ms franca y beligerante que

    puedo. Ya sea que yo denuncie a los platillos volantes, o a los tests sobre coeficientes de inteligencia, o a la resistencia a la colonizacin espacial, lo har sin pensar en componendas ni en reconciliaciones. Aqu me quedo, no puedo obrar de otra manera.**

    Esto da por resultado una buena cantidad de correspondencia, lo cual deleita al viejo Ed, de modo que pienso que me instigan a hacer cada vez ms de lo mismo. No, retiro eso de que me instigan. El hecho es que disfruto con los temas polmicos y estoy encantado con la posibilidad de decir lo que pienso.

    En este libro, entonces, he decidido disponer de mis artculos de una manera nueva: en grado de controversia creciente. Comenzamos con nada ms que ciencia y nos vamos encaminando hacia opiniones sobre la ciencia.

    Esto quiere decir que si tiene ganas de discutir, puede usted tentarse a comenzar por el ltimo ensayo y leer hacia atrs. Por supuesto, podra suceder entonces que usted est de acuerdo conmigo en cada detalle y que se haya perdido su ocasin de discutir.

    En ese caso, yo lo sentira mucho... Nueva York

    ** N. del A.: De nuevo, esto tampoco es mo. Lo dijo un predicador llamado Martin Lutero y, por alguna razn, prefiri decirlo en

    alemn. Hier steh. ich. ich kann nicht anders.

    4

  • I. EL PLANETA QUE NO ESTABA Se me pregunt una vez si era siquiera posible que los antiguos griegos hubieran tenido

    conocimiento de los anillos de Saturno.

    La razn para que surja tal pregunta proviene de lo siguiente: Saturno es el nombre de una deidad agrcola de los antiguos romanos. Cuando los romanos alcanzaron el punto en que quisieron igualar a los griegos en su alto nivel cultural, decidieron equiparar sus propios dioses inspidos con las divinidades encantadoras de los imaginativos griegos. As, hicieron que Saturno correspondiera a Cronos, el padre de Zeus y de las otras diosas y dioses del Olimpo.

    El cuento mtico ms famoso acerca de Cronos (Saturno) relata cmo castr a su padre Ouranos (Urano), a quien luego reemplaz como rey del Universo. Como era natural, Cronos temi que sus propios hijos aprendieran de su ejemplo y decidi actuar para evitarlo.

    Como no tena conocimiento de los mtodos de control de la natalidad y era incapaz de practicar la contencin, engendr seis hijos (tres varones y tres mujeres) con su mujer, Rea. Acto seguido, procedi a engullirse cada hijo inmediatamente despus de nacido.

    Cuando naci Zeus, el sexto, Rea (cansada de dar a luz nios sin ningn provecho) envolvi una piedra en unos paales y dej que el tonto Seor del Universo se lo tragara. Zeus fue criado en secreto, y cuando hubo crecido se las arregl mediante una estratagema, para hacer que Cronos vomitara a sus hermanas y hermanos (todava vivos!). Zeus y sus hermanos fueron entonces a la guerra contra Cronos y sus hermanos (los Titanes). Despus de una gran contienda de diez aos, Zeus derrot a Cronos y tom el poder en el Universo.

    Ahora, pues, retornemos al planeta que los griegos haban llamado Cronos, porque se mova ms lentamente sobre el fondo de estrellas que ningn otro planeta y por lo tanto se comportaba como si fuera un dios ms viejo. Por supuesto, los romanos lo llamaron Saturno, y nosotros tambin.

    Alrededor de Saturno estn sus hermosos anillos, de los que todos tenemos conocimiento. Estos anillos estn en el plano ecuatorial de Saturno, que est inclinado 26,7 grados con respecto al plano de su rbita. Debido a esta inclinacin, podemos ver los anillos fcilmente.1

    El grado de inclinacin es constante con respecto a las estrellas, pero no con respecto a nosotros. Para nosotros, aparece inclinado a distintos ngulos que dependen de dnde est Saturno en su rbita. En un punto de su rbita, Saturno mostrar sus anillos inclinados hacia abajo, de modo que los veremos desde arriba. En el punto opuesto, estarn inclinados hacia arriba, de manera que los veremos desde abajo.

    A medida que Saturno recorre su rbita, el grado de inclinacin vara suavemente de arriba hacia abajo y viceversa. A mitad de camino entre abajo y arriba, y luego a mitad de camino entre arriba y abajo, en dos puntos opuestos de la rbita de Saturno, los anillos se nos presentan de canto. Son tan delgados que en ese momento no se los puede ver de ninguna manera, ni siquiera con un buen telescopio. Como Saturno gira alrededor del Sol en algo menos de treinta aos, los anillos se pierden de vista cada quince aos.

    1N. del T.: El autor hace aqu un juego de palabras entre los dos significados de la palabra slant: inclinacin o. en sentido

    familiar, mirada.

  • Cuando Galileo, all por la dcada de 1610, miraba al cielo con su telescopio primitivo, lo dirigi a Saturno y encontr que haba algo raro en l. Le pareci ver dos cuerpos pequeos, uno a cada lado de Saturno, pero no pudo comprender lo que eran. Cuando volvi a mirar a Saturno, fue ms difcil verlos hasta que, finalmente, slo vio la esfera solitaria de Saturno y nada ms.

    Cmo!, gru Galileo, todava se traga Saturno a sus hijos? y nunca ms volvi a mirar el planeta. Pasaron otros cuarenta aos antes que el astrnomo holands Christiaan Huygens, sorprendiendo a los anillos a medida que se iban inclinando ms y ms (y con un telescopio mejor que el de Galileo) descubri lo que eran.

    Pudo suceder que los griegos, entonces, al elaborar su mito de Cronos tragndose a sus hijos, se hubieran referido al planeta Saturno, a sus anillos, a la inclinacin de su plano ecuatorial y a su relacin orbital con la Tierra?

    No, contesto siempre a la gente que me hace esta pregunta, a menos que no podamos pensar en una explicacin ms simple y directa. En este caso, s podemos: se trata de una coincidencia.

    La gente es demasiado incrdula con respecto a las coincidencias. Est mucho ms preparada para descartarlas y construir estructuras arcanas de naturaleza sumamente dbil a fin de evitarlas.

    Por mi parte, en todos los casos veo la coincidencia como una consecuencia inevitable de las leyes de la probabilidad, de acuerdo con las cuales no encontrar ninguna coincidencia excepcional es algo mucho ms excepcional que cualquier coincidencia imaginable.

    Y aquellos que ven un propsito en lo que es solamente coincidencia a menudo ni siquiera conocen las coincidencias realmente buenas: algo que ya he discutido antes.1

    En este caso, qu otras correspondencias hay entre los nombres planetarios y la mitologa griega? Qu les parece el planeta que los griegos llamaron Zeus y los romanos Jpiter? El planeta se llama como el jefe de los dioses y resulta ser ms pesado que todos los otros planetas juntos. Pudo suceder que los griegos conocieran las masas relativas de los planetas?

    La coincidencia ms sorprendente de todas, sin embargo, tiene que ver con el planeta del cual los griegos (imagnense!) nunca haban odo hablar.

    Consideren a Mercurio, el planeta ms cercano al Sol. Tiene la rbita ms excntrica de todas las conocidas en el siglo XIX. Su rbita es tan excntrica que el Sol, en el foco de la elipse orbital, est marcadamente fuera del centro.

    Cuando Mercurio est en el punto de su rbita ms cercano al Sol (perihelio), est a slo 46 millones de kilmetros de distancia y se mueve en su rbita a una velocidad de cincuenta y seis kilmetros por segundo. En el punto opuesto de su rbita, cuando est ms alejado del Sol (afelio), est a 70 millones de kilmetros de distancia y, en consecuencia, ha disminuido su velocidad a treinta y siete kilmetros por segundo. El hecho de que Mercurio est a veces a la mitad de la distancia del Sol a la que se encuentra otras veces, y que se mueva algunas veces con la mitad de la velocidad que tiene en otras, hace algo ms difcil seguir con precisin sus movimientos que los de otros planetas ms metdicos.

    Esta dificultad surge ms notablemente en un aspecto particular...

    1 N. del A.: Vase Pompeya y Circunstancia en The Left Hand of the Electron (Doubleday. 1972). (En castellano: El electrn es

    zurdo, Alianza.) Nota del Corrector: En el libro de Alianza en castellano, que es un refrito de tres libros distintos en ingls, no figura ese captulo.

    6

  • Como Mercurio est ms cerca del Sol que la Tierra, en ocasiones se coloca exactamente entre la Tierra y el Sol y los astrnomos pueden ver su crculo oscuro movindose a travs de la cara del Sol.

    Tales trnsitos, de Mercurio tienen lugar de manera ms bien irregular debido a la rbita excntrica del planeta y porque esa rbita est inclinada siete grados con respecto al plano de la rbita terrestre. Los trnsitos slo se producen en mayo o en noviembre (los trnsitos de noviembre son los ms comunes, en una relacin de 7 a 3) y en intervalos sucesivos de trece, siete, diez y tres aos.

    En el siglo XVIII, los trnsitos se observaban con mucho entusiasmo porque eran algo que no se poda ver con el ojo desnudo y sin embargo poda verse muy bien con los telescopios primitivos de la poca. Adems, los tiempos exactos en los cuales el trnsito comenzaba y terminaba, y el camino exacto recorrido a travs del disco solar, cambiaban levemente con el lugar de observacin sobre la Tierra. A partir de tales cambios, se podra calcular la distancia de Mercurio y, mediante ellas, todas las otras distancias del sistema solar.

    Por consiguiente era desconcertante, astronmicamente hablando, que la prediccin de cundo tendra lugar el trnsito estuviera a veces errada hasta en una hora. Era una indicacin muy clara de las limitaciones de la mecnica celeste de la poca.

    Si Mercurio y el Sol fueran todo lo que existe en el universo, entonces, cualquiera fuera la rbita que Mercurio siguiera al girar en torno del Sol, la seguira exactamente en todas las revoluciones subsiguientes. No habra dificultad alguna para predecir los tiempos de trnsito exactos.

    Sin embargo, todo otro cuerpo en el universo tambin tira de Mercurio, y la atraccin de los planetas cercanos -Venus, la Tierra, Marte y Jpiter-, si bien es muy pequea en comparacin con la del Sol, es lo suficientemente grande como para importar.

    Cada influencia, por separado, introduce una leve modificacin en la rbita de Mercurio (una perturbacin) que debe ser tenida en cuenta mediante clculos matemticos que incluyan la masa exacta y el movimiento del objeto que ejerce la atraccin. El conjunto de complicaciones que resulta es muy simple en teora, ya que est enteramente basado en la ley de la gravitacin de Isaac Newton, pero en la prctica es muy complicado, ya que los clculos requeridos son tan largos como pesados.

    No obstante tena que hacerse, y se hicieron intentos cada vez ms cuidadosos para hallar los movimientos exactos de Mercurio teniendo en cuenta todas las perturbaciones posibles.

    En 1843 un astrnomo francs, Urbain Jean Joseph Leverrier, public un clculo cuidadoso de la rbita de Mercurio y encontr que persistan pequeas discrepancias. Sus clculos, realizados con excesivo detalle, demostraban que despus de haber tenido en cuenta todas las perturbaciones concebibles quedaba un pequeo desplazamiento que no poda explicarse. El punto en el cual Mercurio alcanzaba su perihelio se mova hacia adelante en la direccin de su movimiento un poquito ms rpido que lo que podan explicar todas las perturbaciones.

    En 1882, el astrnomo canadiense-americano Simon Newcomb, usando instrumentos mejores y un mayor nmero de observaciones, corrigi los nmeros de Leverrier muy levemente. Usando esta correccin parecera que cada vez que Mercurio da una vuelta en torno del Sol, su perihelio est 0,104 segundos de arco ms lejos de lo que debera estar si se tienen en cuenta todas las perturbaciones.

    Esto no es mucho. En un siglo terrestre la discrepancia alcanzara solamente a cuarenta y tres segundos de arco. Haran falta cuatro mil aos para que la discrepancia alcanzara el

    7

  • tamao aparente de nuestra Luna y tres millones de aos para que significara una vuelta completa alrededor de la rbita de Mercurio.

    Pero eso es bastante. Si no se pudiera explicar la existencia de este avance del perihelio de Mercurio, entonces habra algo mal en la ley de la gravitacin de Newton, y esa ley haba funcionado tan perfectamente en todo otro sentido que hacerla fracasar ahora no provocara el jbilo de ningn astrnomo.

    De hecho, aun cuando Leverrier estaba analizando esta discrepancia en la rbita de Mercurio, la ley de la gravitacin haba logrado su triunfo ms grande. Y, quin haba sido la fuerza actuante detrs de este triunfo? Por supuesto que Leverrier, quin ms?

    El planeta Urano, por entonces el planeta conocido ms alejado del Sol, tambin presentaba una pequea discrepancia en sus movimientos, que no poda explicarse por la atraccin gravitatoria de los otros planetas. Se haban hecho sugerencias en el sentido de que podra haber otro planeta, ms alejado del Sol que Urano, y que la atraccin gravitatoria de este planeta distante y todava desconocido podra explicar la discrepancia en los movimientos de Urano, que de otra manera pareca inexplicable.

    Un astrnomo ingls, John Couch Adams -usando la ley de la gravedad como punto de partida- haba hallado en 1843 una rbita posible para tal planeta distante. La rbita explicara la discrepancia de los movimientos de Urano y permitira predecir dnde debera estar en cada instante el planeta nunca visto.

    Los clculos de Adam fueron ignorados, pero unos pocos meses ms tarde Leverrier, trabajando en forma totalmente independiente, lleg a la misma conclusin y tuvo ms suerte. Leverrier transmiti sus clculos a un astrnomo alemn, Johann Gottfried Galle, quien result tener un nuevo mapa estelar de la regin de los cielos en la cual Leverrier deca que haba un planeta desconocido.

    El 23 de septiembre de 1846, Galle comenz su bsqueda y, en cuestin de horas, localiz el planeta que ahora llamamos Neptuno.

    Despus de un triunfo como se, ninguno (y Leverrier menos que ninguno) quera cuestionar la ley de la gravedad. La discrepancia en los movimientos orbitales de Mercurio deba ser el resultado de alguna atraccin gravitatoria que no se estaba teniendo en cuenta.

    Por ejemplo, la masa de un planeta se calcula muy fcilmente si tiene satlites que se mueven a su alrededor a una cierta distancia y con un cierto perodo. La combinacin de distancia-perodo depende de la masa planetaria, que as puede calcularse de manera muy precisa. Pero Venus no tiene satlites. Por lo tanto, su masa solamente poda determinarse con cierta indefinicin y poda suceder que en realidad fuera un diez por ciento ms pesado que lo que haban credo los astrnomos de mediados del siglo XIX. Si as fuera, esa masa adicional y la atraccin gravitatoria adicional por ella originada explicaran justamente el movimiento de Mercurio.

    El problema est en que si Venus fuera en tal grado ms pesado que lo que se haba supuesto antes, esa masa extra tambin afectara la rbita de su otro vecino, la Tierra... y la perturbara de una forma que en la realidad no se observa. Poner a Mercurio en orden a costa de desordenar la Tierra no es un buen negocio, y as fue que Leverrier elimin esa solucin basada en Venus.

    Leverrier necesitaba algn cuerpo ms pesado que estuviera cerca de Mercurio, pero no demasiado cerca de ningn otro planeta, y hacia 1859 sugiri que la fuente gravitatoria tena que provenir del lado lejano de Mercurio. Tena que haber un planeta dentro de la rbita de Mercurio lo bastante cerca de l como para explicar el movimiento extra de su perihelio, pero

    8

  • lo bastante lejos de los planetas ms alejados del Sol como para dejarlos esencialmente tranquilos.

    Leverrier dio a este planeta intra-mercurial propuesto el nombre de Vulcano. ste era el equivalente romano del dios griego Hefaistos, que presida la forja como herrero divino. De esta manera, un planeta que estuviera revoloteando desde siempre cerca del fuego celeste del Sol tendra el nombre ms apropiado.

    Sin embargo, si existiera un planeta intra-mercurial, por qu nunca se lo haba visto? En realidad, sta no es una pregunta difcil de contestar. Visto desde la Tierra, cualquier cuerpo que estuviera ms cerca del Sol que Mercurio siempre estara en la proximidad inmediata del Sol, y verlo sera verdaderamente muy difcil.

    De hecho, habra solamente dos oportunidades en que sera fcil ver a Vulcano. La primera sera en ocasin de un eclipse solar total, cuando el cielo en la vecindad inmediata del Sol est oscurecido y cuando cualquier objeto que est siempre en esa proximidad inmediata podra verse con una facilidad que sera imposible de concebir en otros momentos.

    En un sentido esto ofrece una salida fcil, ya que los astrnomos pueden encontrar con gran precisin los momentos y lugares en que tendrn lugar los eclipses solares totales, y estar listos para hacer observaciones. Por otra parte, los eclipses no ocurren con frecuencia, generalmente implican largos viajes y duran slo unos pocos minutos.

    Qu hay de la segunda ocasin para ver fcilmente a Vulcano? Esa se dara cuando Vulcano pasa directamente entre la Tierra y el Sol en un trnsito. Su cuerpo aparecera entonces como un crculo oscuro sobre la esfera solar, que se movera rpidamente de oeste a este en lnea recta.

    Los trnsitos deberan ser ms comunes que los eclipses, deberan ser visibles desde reas ms grandes durante tiempos ms prolongados, y deberan dar una indicacin mucho mejor de la rbita exacta de Vulcano, la cual podra usarse para predecir trnsitos futuros, durante los cuales se podran hacer investigaciones adicionales y descubrir las propiedades del planeta.

    Por otra parte, el tiempo de trnsito no puede predecirse con seguridad hasta que se conozca con precisin la rbita de Vulcano, y sta no puede conocerse con exactitud hasta que se vea al planeta y se lo siga por un rato. Por lo tanto, la primera observacin real debera ocurrir por accidente.

    O quiz ya se haba producido esa primera observacin... Tal cosa era posible y aun probable. El planeta Urano, haba sido visto un sinnmero de ocasiones antes de su descubrimiento por William Herschel. El primer astrnomo real de Gran Bretaa, John Flamsteed, lo haba visto un siglo antes de su descubrimiento, considerndolo como una estrella ordinaria y catalogndolo como 34 Tauri. El descubrimiento de Herschel no consisti en ver a Urano por vez primera, sino en reconocerlo como planeta por primera vez.

    Una vez que Leverrier hizo su propuesta (y el descubridor de Neptuno tena prestigio en esa poca), los astrnomos comenzaron a buscar posibles observaciones previas de objetos extraos que seran ahora reconocidos como Vulcano.

    En seguida apareci algo. Un astrnomo francs aficionado, el Dr. Lescarbault, anunci a Leverrier que en 1845 l haba observado un objeto oscuro contra el Sol al que haba prestado poca atencin en su momento, pero que ahora pensaba que era Vulcano.

    Leverrier estudi este informe muy conmovido, y estim que Vulcano era un cuerpo que giraba alrededor del Sol a una distancia media de 21 millones de kilmetros, un poco ms de

    9

  • un tercio de la distancia de Mercurio. Esto significaba que su perodo de revolucin sera de 19,7 das, aproximadamente.

    A esa distancia nunca estara a ms de ocho grados de separacin del Sol. Esto quera decir que la nica vez que Vulcano podra ser visto en el cielo en ausencia del Sol sera, como mximo, durante el perodo de media hora antes de la salida del Sol o la media hora despus de la puesta (alternadamente, y con intervalos de diez das). Este intervalo de tiempo corresponde a la parte ms brillante del crepsculo, y la contemplacin sera difcil, de manera que no era sorprendente que no hubiera sido detectado durante tanto tiempo.

    A partir de la descripcin de Lescarbault, Leverrier tambin estim el dimetro de Vulcano, que sera de unos dos mil kilmetros, es decir, slo un poco ms de la mitad del dimetro de nuestra Luna. Suponiendo que la composicin de Vulcano fuera similar a la de Mercurio, tendra una masa cercana a un decimosptimo de la de Mercurio o un cuarto de la de la Luna. Esta masa no es lo suficientemente grande como para explicar todo el avance del perihelio de Mercurio, pero quiz Vulcano podra ser slo el ms grande de una especie de grupo de asteroides dentro de la rbita. de Mercurio.

    Sobre la base de los datos de Lescarbault, Leverrier calcul los tiempos en los cuales deberan tener lugar los trnsitos futuros, y los astrnomos empezaron a observar el Sol en esas ocasiones, as como las zonas prximas al Sol cuando haba eclipses.

    Lamentablemente, no hubo evidencia definida de que Vulcano estuviera donde se supona que estara en las ocasiones predichas.

    Siguieron apareciendo informes adicionales cada vez que alguien alegaba haber visto a Vulcano, de vez en cuando. Sin embargo, en cada caso significaba que haba que calcular una nueva rbita y predecir nuevos trnsitos... y tampoco stos llevaron a nada definido.

    Se haca cada vez ms difcil calcular rbitas que incluyeran todas las observaciones, y ninguna de ellas lograba predecir con xito los trnsitos futuros.

    Todo el asunto se convirti en una controversia, en la cual algunos astrnomos insistan que Vulcano exista y otros lo negaban.

    Leverrier muri en 1877. Fue un creyente tenaz en la existencia de Vulcano hasta el fin, y se perdi por un ao la ms grande conmocin debida a Vulcano. En 1878 pasara sobre el oeste de los Estados Unidos la trayectoria de un eclipse solar, y los astrnomos norteamericanos se prepararon para una bsqueda en masa de Vulcano.

    La mayora de los observadores no vio nada, pero dos astrnomos con ttulos imponentes, James Craig Watson y Lewis Swift, informaron sobre observaciones de lo que pareca ser Vulcano. Segn los informes, pareca que Vulcano tena unos 650 kilmetros de dimetro y era cuarenta veces menos brillante que Mercurio.

    Esto era poco satisfactorio, ya que slo tena el tamao de un asteroide grande y no poda explicar sino slo en parte el movimiento del perihelio del Mercurio, pero ya era algo.

    Y aun ese algo fue objeto de ataques. Se puso en tela de juicio la exactitud de los nmeros que daban la posicin del objeto y no se pudo calcular ninguna rbita que permitiese predecir nuevas observaciones.

    Al terminar el siglo XIX la fotografa iba ganando terreno. No haba ya necesidad de hacer mediciones febriles antes de que terminara el eclipse ni de descifrar qu estaba atravesando la superficie del Sol antes de que todo terminara. Usted tomaba fotografas y las estudiaba con toda comodidad.

    10

  • En 1900, despus de diez aos de fotografas, el astrnomo norteamericano Edward Charles Pickering anunci que no poda haber ningn cuerpo intra-mercurial que fuera ms brillante que la cuarta magnitud.

    En 1909, el astrnomo norteamericano William Wallace Campbell fue ms lejos, y afirm categricamente que no haba nada dentro de la rbita de Mercurio que tuviera ms brillo que la octava magnitud. Eso quera decir que nada all adentro poda tener ms de cuarenta y ocho kilmetros de dimetro. Haran falta un milln de cuerpos de ese tamao para explicar el movimiento del perihelio de Mercurio.1

    Con ello prcticamente se extinguieron las esperanzas sobre la existencia de Vulcano. Pero todava el perihelio de Mercurio se mova. Si la ley de gravitacin de Newton era correcta (y en todo el tiempo transcurrido desde Newton no haba surgido ninguna razn para suponer que no lo fuera) tena que haber alguna clase de atraccin gravitatoria desde adentro de la rbita de Mercurio.

    Y por supuesto, la haba, pero se originaba de una manera totalmente distinta de lo que ninguno se haba imaginado. En 1915 Albert Einstein explic la cuestin en su teora general de la relatividad.

    El punto de vista de Einstein sobre la gravitacin era una extensin del de Newton: una teora que se simplificaba hasta coincidir con la versin newtoniana bajo la mayora de las condiciones posibles, pero que era diferente y mejor bajo condiciones extremas.

    La presencia de Mercurio tan cerca de la aplastante presencia del Sol era un ejemplo de condicin extrema que Einstein puede explicar, y Newton no.

    Aqu veremos una forma de hacerlo. Segn el punto de vista relativista de Einstein sobre el universo, la masa y la energa son equivalentes, y una pequea cantidad de masa equivale a una gran cantidad de energa, de acuerdo con la ecuacin e=mc2.

    El enorme campo gravitatorio del Sol representa una gran cantidad de energa y sta es equivalente a una cierta cantidad de masa mucho ms pequea. Ya que toda masa da lugar a un campo gravitatorio, el campo gravitatorio del Sol, visto como una masa, debe dar lugar a su vez a un campo gravitatorio mucho ms pequeo.

    En esta atraccin de segundo orden, la pequea atraccin gravitatoria de la masa equivalente corresponde a la gran atraccin gravitatoria del Sol, la que representa la masa adicional y la atraccin adicional desde adentro de la rbita de Mercurio. Los clculos de Einstein demostraron que este efecto explica precisamente el movimiento del perihelio de Mercurio, y adems explicaron los movimientos mucho ms pequeos de los perihelios de los planetas ms alejados.

    Despus de esto, no hicieron falta ni Vulcano ni ninguna otra masa newtoniana. Vulcano fue arrojado del cielo astronmico para siempre.

    Volvamos ahora a las coincidencias, y a una mucho ms asombrosa que la que relaciona a Cronos tragndose a sus hijos con los anillos de Saturno.

    Vulcano, como ustedes recordarn. es el equivalente del Hefaistos griego, y el mito ms famoso acerca de Hefaistos se desarrolla como sigue:

    1 N. del A.: Por lo que sabemos. esto es correcto. Al presente los nicos objetos que sabemos que se han acercado al Sol a

    menor distancia que Mercurio ha sido algn cometa ocasional de masa despreciable y el asteroide caro, que slo tiene uno o dos kilmetros de dimetro...

    11

  • Hefaistos. hijo de Zeus y de Hera, se puso una vez de parte de Hera cuando Zeus la estaba castigando por su rebelda. Zeus, furioso por la interferencia de Hefaistos, lo ech del cielo. Hefaistos cay a la Tierra y se rompi las dos piernas. Aunque era inmortal y no poda morir, su incapacidad era permanente.

    No es extrao, entonces, que el planeta Vulcano (Hefaistos) tambin fuera expulsado del cielo. No poda morir, en el sentido que la masa que proporcionaba la atraccin gravitatoria adicional tena que estar all, pasara lo que pasara. Sin embargo estaba incapacitada, en el sentido de que no era la clase de masa a la que estamos acostumbrados, no era masa bajo la forma de acumulaciones planetarias de materia. Era, en cambio, la masa equivalente de un gran campo de energa.

    No los impresiona la coincidencia? Bueno, llevmosla ms lejos. Ustedes recuerdan que en la leyenda en que Cronos se coma a sus hijos, Zeus se salv cuando su madre lo reemplaz por una piedra en los paales. Si una piedra sirve de sustituto para Zeus, seguramente ustedes estarn dispuestos a permitir que la frase una piedra, se considere el equivalente de Zeus.

    Muy bien, entonces, quin arroj a Hefaistos (el Vulcano mtico) de los cielos? Zeus! Y quin arroj al Vulcano planetario de los cielos? Einstein! Y qu quiere decir ein stein en el alemn nativo de Einstein?Una piedra!

    Y con esto he presentado las pruebas del caso. Podremos decir que los griegos deben haber previsto todo el enredo vulcaniano, hasta el nombre mismo del hombre que logr resolverlo... O podremos decir que las coincidencias pueden ser enormemente sorprendentes... y que carecen de todo sentido.

    12

  • II. LAS NIEVES OLMPICAS

    Estoy muy preocupado por los ttulos de estos ensayos. Cuando no tengo un ttulo bueno, tengo problemas para empezar.

    A veces, cuando pienso en un ttulo muy bueno, invento deliberadamente un ensayo que se adapte al ttulo. Como este ensayo es el bicentsimo en la serie de Fantasy and Science Fiction, cre necesario elegir un tema significativo y estructurarlo en torno de un ttulo particularmente bueno... potico, ingenioso, sorprendente, algo importante.

    En lo que a tema respecta, se me ocurri que nada hay tan dramtico como los canales marcianos para una persona tan acienciaficcionada como yo. Prcticamente ningn escritor de ciencia-ficcin del siglo XX ha dejado de mencionarlos.

    En seguida se me ocurri, por razones que se harn evidentes en lo que sigue, que Las Nieves del Olimpo sera un ttulo perfecto.

    Estaba encantado conmigo mismo y decid que tan pronto como se presentara la oportunidad apropiada preparara un ensayo con dicho ttulo sobre ese tema.

    Entonces, pocos das despus, mientras pasaba unos momentos en un kiosco de revistas, not de repente el nombre de mi buen amigo Arthur C. Clarke en la tapa del ltimo nmero de Playboy, aunque no recuerdo cmo fue que se me ocurri mirar en esa direccin.

    Interesado por ver qu tendra que decir mi querido amigo Arthur, navegu austeramente a travs de hectreas de piel femenina y llegu a la pgina indicada. Y saben qu tena Arthur all? Una exposicin muy breve sobre Marte, y el ttulo que le haba puesto era Las Nieves del Olimpo.

    Probablemente yo sea la nica persona en la historia que haya jadeado, que se haya atragantado y puesto a dar saltos mirando una pgina de Playboy que no tena ninguna huella del sexo femenino.

    Tena que pensar rpido, y lo hice. La prxima vez que me encontrara a mi psimo amigo Arthur, intentara estrangularlo y golpearle la cabeza contra la pared, ya que est claro que me lo hizo a propsito. Y mientras tanto, transform rpidamente el ttulo de mi artculo en algo completamente diferente, como ustedes ya habrn notado.

    Y ahora, al trabajo.

    El primer descubrimiento telescpico que hizo Galileo cuando dirigi su primer anteojo de larga vista al cielo en 1609, fueron las montaas y los crteres de la Luna. Galileo mismo logr hacer el primer dibujo imperfecto de la superficie de la Luna y, al construirse telescopios cada vez mejores, otros astrnomos dibujaron mapas mejores, ms detallados y ms precisos de la superficie de la Luna.

    En aquella poca pudo parecer que con slo construir telescopios cada vez mayores y mejores los astrnomos podran, de manera anloga, trazar mapas de todos los otros mundos del sistema solar.

    Pero, ay! result que no era as. Los grandes planetas exteriores -Jpiter, Saturno, Urano y Neptuno- estn eternamente cubiertos de nubes, y todo lo que podemos dibujar son las bandas de nubes de Jpiter y de Saturno. En lo que respecta a los cuerpos ms pequeos del sistema solar exterior -asteroides, satlites y cosas por el estilo- jams se construy ningn telescopio (ni siquiera es probable que se lo construya sobre la superficie de la Tierra) que

    13

  • permitiera distinguirlos de manera suficiente para revelar algn detalle de su superficie, aun en los casos en que no exista una atmsfera que oculte dicha superficie.

    Esto nos deja solamente a los objetos del sistema solar interior, aparte de la Tierra y de la Luna, como modelos posibles para trazar mapas. Hay slo cinco de stos. Contando desde el Sol hacia afuera estn Mercurio, Venus, Marte y las dos lunas marcianas, Fobos y Deimos.

    De estos cinco, Fobos y Deimos son demasiado pequeos para mostrar muy poco ms que algunos puntos luminosos, aun en los mejores telescopios, y Venus est eternamente cubierto de nubes que no presentan ningn rasgo. Mercurio carece de atmsfera y expone su superficie desnuda, pero cuando se lo estudia con mayor facilidad est a 110 millones de kilmetros de distancia, se lo ve como un cuarto creciente gordo con la mayor parte de su superficie oscura y est demasiado cerca del Sol para permitir una observacin fcil. Todo lo que puede verse de la superficie de Mercurio desde telescopios con base en la Tierra es nada ms que un conjunto de manchones indefinidos que nunca significaron gran cosa.

    Esto deja a Marte como el nico objeto, aparte de la Tierra y de la Luna, del cual el hombre pudo trazar mapas antes de la Era Espacial.

    La distancia media desde la Tierra al Sol es de 150 millones de kilmetros, mientras que la distancia media de Marte es de 228 millones de kilmetros. Si ambos planetas se movieran alrededor del Sol en rbitas perfectamente circulares, entonces cada vez que la Tierra se adelantara a Marte (oposicin), los dos planetas estaran a 78 millones de kilmetros de distancia.

    Sin embargo las rbitas no son circulares sino algo elpticas, de modo que en algunos lugares estn ms cerca que en otros. Las dos rbitas pueden estar tan separadas como a 99 millones de kilmetros, o tan prximas como a 56 millones de kilmetros.

    Siempre es mejor observar a Marte en la oposicin, cuando est ms cerca de nosotros de lo que estar durante meses y meses, y cuando brilla bien alto en el cielo de medianoche, con toda su superficie brillantemente iluminada por el Sol, mirndonos. Si la oposicin tiene lugar en momentos en que los dos planetas estn pasando por aquellas porciones de sus rbitas que estn relativamente prximas, tanto mejor. En la oposicin ms cercana, Marte esta solamente unas 150 veces ms lejos que la Luna y ningn otro cuerpo de tamao razonable, aparte del nuboso Venus, se acerca tanto a la Tierra.

    La primera oposicin cercana despus de que los telescopios se hubieran convertido en un auxiliar comn de la astronoma se produjo en 1638, y en ese ao el astrnomo italiano Francesco Fontana hizo el primer intento de dibujar lo que vea cuando miraba a Marte. Ya que no vea mucho, solamente podemos registrarlo como un primer intento y seguir de largo.

    El primer astrnomo que vio algo sobre Marte que con el tiempo habra de ser aceptado como un rasgo real de la superficie, fue el holands Christiaan Huygens. El 28 de noviembre de 1659 dibuj una imagen de Marte que inclua una mancha oscura en forma de V en la regin ecuatorial. sta sigui apareciendo en todas las imgenes pictricas posteriores de la superficie marciana.

    El 13 de agosto de 1672 Huygens procedi a dibujar otro mapa, en el cual indic un casquete de hielo por primera vez.

    Tanto Huygens como el astrnomo franco-italiano Giovanni Domenico Cassini trataron de observar los cambios de posicin de las diversas manchas indefinidas que vean noche a noche sobre la superficie marciana y de hacer uso de tales cambios para determinar el perodo de rotacin del planeta.

    14

  • En 1664, Cassini encontr que la rotacin de Marte tiene un perodo de 24 horas y 40 minutos. Esto es slo 2.6 minutos menos que el nmero que se acepta en la actualidad y, verdaderamente, no est mal para tratarse de un primer intento.

    A medida que la observacin de Marte prosigui, sus semejanzas con la Tierra se fueron robusteciendo. No slo era el da marciano muy similar en extensin al terrestre, sino que la inclinacin del eje marciano con respecto a su plano de revolucin alrededor del Sol (25,2 grados) era muy semejante a los 23,5 grados de la Tierra. Eso significaba que Marte tena estaciones muy parecidas a las de la Tierra, a excepcin del hecho que cada estacin duraba casi el doble que la terrestre y era, en general, considerablemente ms fra.

    El astrnomo anglo-germano William Herschel, que estudi a Marte all por las dcadas de 1770 y 1780, not la presencia de una atmsfera en Marte y detect cambios de color con las estaciones.

    Todo esto era importante con relacin al problema de la vida en otros mundos.

    A comienzos de la Edad Moderna los astrnomos tendan a suponer que todos los mundos estaban habitados, aunque no fuera sino porque pareca sacrlego suponer que Dios fuera a crear un mundo para luego dejarlo desierto. Sin embargo, todo lo que los astrnomos iban aprendiendo acerca de los mundos del sistema solar se opona a dicha suposicin. El mundo ms prximo y mejor conocido, la Luna, evidentemente no tena ni aire ni agua y de ninguna manera poda sustentar vida en la forma que se daba en la Tierra. Y si la Luna era un mundo muerto, seguramente tambin otros podran serlo.

    Naturalmente que esto era decepcionante, y fue ignorado por el resto de la gente. El hombre comn sigui suponiendo que haba vida en todos los planetas, y as lo hizo el escritor de ciencia ficcin. (En uno de mis primeros cuentos publicados La amenaza de Callisto, con toda calma le asign una forma de vida nativa propia a Callisto, el satlite de Jpiter.)

    Pero los astrnomos no podan consolarse a s mismos con esa clase de evasiones romnticas. Cada vez ms pareci que el sistema solar era una coleccin de mundos que, en su mayor parte, estaban muertos... y cuando ms pareca ser as, tanto ms los astrnomos se sentan atrados hacia Marte, el cual por la inclinacin de su eje, por sus casquetes de hielo en los polos y sus cambios de color pareca tan terrestre y, por lo tanto, tan vivo.

    En 1830. dos astrnomos alemanes, Wilhelm Beer (hermano del compositor Giacomo Meyerbeer) y Johann Heinrich von Mdler, estudiaron la superficie de Marte durante una oposicin prxima y mostraron los primeros dibujos con mapas reconocibles del planeta.

    Hasta entonces las indefinidas marcas claras y oscuras haban parecido tan borrosas en su mayora, que los observadores pensaron que eran formaciones de nubes o manchas de niebla. Beer y Mdler fueron los primeros en determinar que algunos detalles oscuros y claros eran bastante permanentes, y fueron esos detalles los que trataron de dibujar.

    El mapa no era muy bueno medido segn normas ms recientes, pero ellos fueron los primeros en establecer un sistema de longitudes y latitudes similar al de la Tierra. Las lneas de latitud, basadas en el ecuador y los polos, eran fciles de definir, pero las lneas de longitud tenan que marcarse a partir de algn detalle tomado arbitrariamente como el cero. A ste, Beer y Mdler lo ubicaron en una marca pequea y redonda que lograron ver de manera especialmente clara, y ese patrn slo ha sido modificado muy levemente desde entonces.

    Otros astrnomos en las dcadas que siguieron tambin trataron de trazar mapas. Uno de ellos fue un astrnomo ingls, Richard Anthony Proctor, que dibuj un mapa de Marte en 1867 y estaba tan confiado en sus resultados que decidi bautizar los distintos rasgos. A las

    15

  • reas oscuras las denomin ocanos, mares y estrechos, mientras que a las reas claras las llam continentes y tierras. Design a todos los detalles con los nombres de astrnomos, vivos y muertos.

    El sistema haba funcionado bien para la Luna, pero Proctor favoreci tanto a los astrnomos ingleses que los astrnomos franceses y alemanes se sintieron amargamente ofendidos y el sistema no fue aceptado.

    Entonces lleg el ao 1877. en que Marte tena que alcanzar la oposicin prcticamente a la mnima distancia posible. Los astrnomos, empleando los mejores instrumentos que tenan, estuvieron listos. Uno de ellos fue el astrnomo norteamericano Ashap Hall, que descubri los dos pequeos satlites de Marte durante esta oposicin... pero sa es otra historia.

    Otro fue el astrnomo italiano Giovanni Virginio Schiaparelli quien, como resultado de sus observaciones pudo dibujar el primer mapa moderno de Marte, que dur cerca de un siglo con modificaciones menores.

    An ms importante es el hecho de que Schiaparelli elabor un nuevo sistema para denominar los rasgos marcianos, sistema que tuvo mucho ms xito que el de Proctor y que, de hecho, todava hoy se usa.

    Entre otras cosas, Schiaparelli evit las rivalidades nacionales empleando el latn exclusivamente, y adems hizo uso de nombres de lugares mediterrneos tomados de la historia antigua, de la mitologa y de la Biblia. As, al detalle oscuro que haba sido observado por primera vez por Huygens, Schiaparelli lo llam Syrtis Major (gran pantano) pues l todava supona, como todos los dems, que los detalles oscuros eran agua y los detalles claros, tierra.

    Desde entonces diversos rasgos marcianos han recibido nombres latinos romnticos y sonoros. Una mancha clara ubicada a 135 grados de longitud marciana y unos 20 grados al norte del ecuador de Marte, recibi el nombre Nix Olympica, que yo prefiero traducir como las nieves olmpicas.

    Como Proctor, Schiaparelli observ detalles angostos y oscuros que cruzaban las regiones ms claras y conectaban manchas oscuras de mayor tamao en cada extremo. Proctor los haba denominado estrechos y Schiaparelli los llam cauces. Schiaparelli dio a los distintos cauces nombres de ros. Cuatro de ellos, por ejemplo, eran Gihn, Hidekel, ufrates y Pisn, tomados de los cuatro ros del Jardn del Edn. Estaban tambin Lethes y Nepenthes de los ros del Hades, y estaban Orontes y Nilus de la geografa real. En todo esto no se sugera que se tratara de otra cosa que de cursos naturales de agua.

    Sin embargo, al llamarlos cauces, Schiaparelli emple la palabra italiana canali, la cual de manera bastante natural, fue traducida por la palabra inglesa canals . 1

    Mientras que en ingls un cauce es un curso de agua natural, un canal es artificial y eso constituye una enorme diferencia.

    Tan pronto como los hombres comenzaron a hablar de los canales de Marte todo el anhelo de tener habitados los mundos del universo y todos esos raros presentimientos de que por lo menos Marte fuera un mundo como la Tierra, tuvieron su culminacin.

    Marte no slo pareca estar habitado, sino que tena que tener un elevado grado de civilizacin capaz de irrigar todo el planeta con gigantescas obras de ingeniera.

    1 N. del T.: Canal por cauces. lechos de ros. etctera

    16

  • En realidad, fue fcil elaborar una historia muy romntica sobre Marte. Era un mundo pequeo, que tena slo la dcima parte de la masa de la Tierra y dos quintas partes de la gravedad que tiene la Tierra en su superficie. Marte poda aferrarse a su agua tan dbilmente que, poco a poco, el agua se escap al espacio de manera que Marte se fue secando y secando en etapas muy lentas.

    Luchando contra esta disecacin gradual haba una civilizacin valiente, si bien algo envejecida, que trataba de usar lo que poda de los casquetes de hielo, la ltima reserva de agua del planeta.

    A medida que, en nmero cada vez mayor, los astrnomos miraban ansiosamente hacia los canales, iban apareciendo informes de fenmenos cada vez ms dramticos. En ocasiones se encontr que ciertos canales eran dobles. All donde los canales se cruzaban haba pequeas reas redondas y oscuras, a las cuales en 1892 el astrnomo norteamericano William Henry Pickering propuso que se las llamara oasis.

    Sin embargo, fue en 1893 que la cuestin de los canales marcianos comenz a florecer por completo, ya que en ese ao se interes por ella el astrnomo norteamericano Percival Lowell.

    Lowell, descendiente de una aristocrtica familia de Boston, tena riquezas suficientes para darse sus gustos y construy un excelente observatorio a 2.000 metros de altura en el rido desierto de Flagstaff, Arizona. All se dedic durante quince aos a un estudio de la superficie de Marte.

    Dibuj mapas cada vez ms elaborados, que mostraban cada vez ms canales, hasta que finalmente logr dibujar quinientos. Nadie ms pudo ver nada con el detalle que logr Lowell, pero eso no caus a Lowell ninguna preocupacin. Sostuvo que otros astrnomos tenan peor vista y peores instrumentos, y que observaban a Marte en condiciones climticas peores.

    Lo que es ms, Lowell insisti en que los canales eran artificiales y que Marte era el hogar de una civilizacin avanzada. Present este punto de vista al pblico por primera vez en un libro llamado Marte, publicado en 1895.

    Por supuesto, el pblico siempre est preparado para aceptar lo dramtico, y la visin lowelliana fue ampliamente aclamada por muchos. Entre los entusiastas estaba el escritor ingls Herbert George Wells.

    En 1898, Wells public La Guerra de los Mundos siguiendo el punto de vista lowelliano. Wells describi a Marte como un mundo agonizante. Sus lderes decidieron que permanecer en Marte era un lento suicidio y que, por lo tanto, deban emigrar a la floreciente y cuea Tierra. Las naves marcianas descendieron sobre la Tierra (todas ellas en Inglaterra, por alguna razn, aunque Wells no indica en ninguna parte que esto le parezca extrao) y procedieron a apoderarse de la isla de una manera tan brutal e indiferente como la que emplearamos nosotros para dominar una isla habitada slo por conejos. Los marcianos recin fueron derrotados cuando cayeron vctimas de los grmenes deteriorantes de la Tierra, contra los cuales no tenan ninguna defensa.

    Por lo que yo s, el libro fue la primera historia sobre guerra interplanetaria que jams se escribi y tuvo todava ms influencia que el libro de Lowell para convencer a los no astrnomos de que haba vida inteligente en Marte.

    Entre los astrnomos los puntos de vista de Lowell no fueron generalmente aceptados. Muchos de ellos, incluyendo algunos de los mejores observadores, simplemente no vieron los canales. Un astrnomo italiano, Vicenzo Cerulli, sostuvo que los canales eran una ilusin

    17

  • ptica. Aleg que haba pedazos irregulares de terreno en la superficie marciana, los cuales estaban justo en el lmite de visin. El ojo, en su esfuerzo por verlos, los ubicaba sobre lneas rectas.

    El astrnomo francs Eugenios Marie Antoniadi hizo mapas de Marte -comenzando en 1909- que eran superiores a los de Schiaparelli y no vio ningn canal; vio manchas irregulares, como lo haba sugerido Cerulli.

    Y sin embargo, muchos astrnomos vieron los canales, y no pareca haber forma de resolver la cuestin de manera definitiva. Pareca que ninguno de los progresos posteriores a la poca de Schiaparelli iba a servir de ayuda. Se construyeron nuevos telescopios de gran tamao que, uno por uno, fueron dirigidos ansiosamente hacia Marte y, uno por uno, fueron cayendo derrotados. Los telescopios muy grandes aumentaban enormemente la imagen de Marte, pero tambin aumentaban el efecto distorsionante de los cambios de temperatura en la atmsfera. Aunque los telescopios grandes eran excelentes para estudiar el espacio profundo, no eran tan buenos para estudiar los planetas prximos, por lo menos mientras tuvieran que trabajar desde el fondo de un ocano de aire.

    Tampoco poda aportar nada bueno la nueva tcnica de la fotografa. La fotografa de los planetas nunca era tan clara como la visin que uno poda lograr por medio del ojo puesto en el telescopio.

    Por una parte, la misma placa fotogrfica presentaba granos, y eso introduca un borroneo inevitable. Por la otra, las placas requeran una exposicin temporal y eso daba una oportunidad a las imperfecciones atmosfricas para que oscurecieran el detalle.

    Con el ojo usted poda lograr instantneas con gran detalle en momentos en que el aire era absolutamente claro, obteniendo as un detalle que usted nunca podra lograr en la fotografa.

    As que, siempre igual hasta 1965, uno todava poda discutir sobre si haba o no canales en Marte.

    Sin embargo, a medida que avanzaba el siglo XX pareca ser cada vez menos probable que los canales, aun si existieran, pudieran ser el producto de una raza avanzada de seres inteligentes que estuvieran viviendo ahora en Marte, pues a medida que los estudios continuaban, el ambiente marciano pareca ser cada vez menos hospitalario.

    As, result que la atmsfera marciana era ms delgada que lo esperado y, lo que es ms, no contena nada de oxgeno: no era ms que una bocanada de anhdrido carbnico y, posiblemente, nitrgeno.

    Adems Marte era an ms seco de lo que se esperaba. El planeta no tena lagos ni mares ni pantanos, a pesar del uso de palabras latinas que parecan describir tales accidentes. No haba nieve, esto pareca casi seguro, en el rea de las nieves olmpicas.

    Los casquetes de hielo polares parecan ser la nica agua de importancia en el planeta y podan tener solamente unos pocos centmetros de espesor. Incluso poda no tratarse de agua. Pareca haber razones cada vez ms importantes para pensar que los casquetes estaban hechos de anhdrido carbnico congelado.1

    En esas condiciones los canales, si existieran, seran intiles. Quiz podan haber sido tiles alguna vez, cuando Marte era ms benigno y tena ms agua y ms aire, pero cundo poda haber sucedido esto?... si es que alguna vez haba sucedido.

    1 N. del T.: Tambin conocido como hielo seco

    18

  • No obstante, a pesar de todo, algunos astrnomos vean los canales y la mayora de la gente crea en ellos.

    No se poda hacer nada hasta que se pudiera obtener alguna vista de Marte bajo condiciones mejores que las que son posibles sobre la superficie de la Tierra. Simplemente, haba que enviar instrumentos a las proximidades de Marte. El 28 de noviembre de 1964 se dio un importante paso en esa direccin cuando se lanz una sonda a Marte, la Mariner 4. En 1965 la Mariner envi de vuelta unas veinte fotografas tomadas desde una distancia de 9.500 kilmetros sobre la superficie marciana. Las fotografas no mostraron ningn signo de canales, ningn signo de grandes realizaciones de ingeniera ni de vida inteligente. Lo que s mostraron las fotografas fue una superficie marciana llena de crteres diseminados, muy parecidos a la de la Luna.

    Otros datos enviados por la Mariner 4 parecan mostrar que la atmsfera marciana era an ms delgada que la estimacin ms pesimista, y el ambiente marciano an ms hostil.

    El 30 de mayo de 1971 otra sonda marciana, la Mariner 9, fue lanzada y dirigida hacia el planeta. El 14 de noviembre de 1971 se la coloc en rbita cerca de 1.600 kilmetros sobre la superficie de Marte. Esta vez no era slo cuestin de pasar cerca y tomar la foto que se pudiera; la Mariner 9 estaba destinada a dar vueltas alrededor de Marte indefinidamente y tomar fotografas por un perodo prolongado y, si todo iba bien, deba trazar mapas de toda la superficie.

    Mientras la Mariner 9 estaba en camino hacia Marte se desat una tormenta de polvo sobre el planeta que continu durante meses, oscureciendo la superficie de aquel mundo por completo. La Mariner 9 debi esperar. A fines de diciembre de 1971 todava persista la tormenta de polvo, y el 2 de enero de 1972 la Mariner 9 comenz a sacar sus fotografas. Con el tiempo se logr obtener un mapa de todo el planeta y pronto qued claro que las secciones limitadas que haban sido fotografiadas en misiones anteriores, despus de todo, no haban sido representativas del planeta en su conjunto. En verdad, haba grandes reas que estaban fuertemente perforadas por crteres que parecan de naturaleza lunar, pero stas se limitaban principalmente a un hemisferio del planeta.

    El otro hemisferio no se pareca a nada de lo que haba en la Luna, ni tampoco en la Tierra.

    La caracterstica ms sorprendente result ser Nix Olmpica. Por supuesto que no haba nieves, pero lo que haba era mucho ms que el Monte Olimpo de los griegos, bastante poco imponente. Nix Olmpica, las Nievas Olmpicas, era un volcn, un volcn gigantesco de quinientos kilmetros de ancho en la base y, por lo tanto, dos veces ms ancho que el volcn ms grande de la Tierra... el que forma la isla de Hawai. El crter de la cumbre tiene sesenta y cinco kilmetros de ancho. Se observaron volcanes marcianos ms pequeos en las proximidades de Nix Olmpica. Marte estaba vivo... pero no en el sentido lowelliano.

    Al sudeste de los volcanes hay un sistema de caones marcianos que tambin empequeece todo lo que conocemos en la Tierra. Se extiende a travs de una distancia igual a todo el ancho de los Estados Unidos; los caones son hasta cuatro veces ms profundos que el Gran Can del Colorado y hasta seis veces ms anchos, pero por s mismos no alcanzan a explicar los canales de Lowell.

    En realidad, no haba canales. Una vez que se hubo fotografiado toda la superficie de Marte con detalle meticuloso no hay nada que pueda representar lo que creyeron ver Schiaparelli, Lowell y algunos otros. Despus de todo era una ilusin ptica y los canales marcianos que haban existido en las mentes de los hombres y en una cantidad innumerable de cuentos de ciencia-ficcin (incluyendo algunos mos) llegaron al fin de su vida centenaria.

    19

  • Y Marte se convirti en el tercer mundo del cual hay mapas detallados.

    Adems las sondas marcianas alcanzaron a divisar los pequeos satlites de Marte, objetos irregulares con forma de patata y con crteres casi tan grandes como ellos mismos.

    En 1974 una sonda dirigida a Mercurio obtuvo un mapa de casi toda la superficie de aquel planeta, el ms pequeo y el ms prximo al Sol, y result que tambin era otro mundo fuertemente perforado por crteres. Pareca una Luna picada ms finamente, ya que los crteres individuales son ms pequeos en comparacin con el tamao de Mercurio, que es notablemente mayor que el de la Luna.

    De manera que, de todos los mundos permanentes1 del sistema solar interior solamente Venus carece de un mapa detallado, ya que slo l tiene una superficie tapada por las nubes. (La Tierra tambin est tapada por nubes, pero nosotros estamos debajo de las nubes de la Tierra.)

    No todo est perdido, sin embargo, Venus ha sido observado por medio del radar, el cual puede penetrar la capa de nubes, pegar en el terreno y reflejarse en l. A partir de cambios en la naturaleza del rayo de radar despus de la reflexin se pueden extraer algunas conclusiones sobre la naturaleza del terreno y as se han diagramado, aproximadamente, algunas cadenas montaosas sobre la superficie venusina.

    Y, qu sucede con las vastas extensiones que hay ms all de la rbita de Marte?

    La Pioneer 10, una sonda enviada a Jpiter que pas cerca de aquel planeta en diciembre de 1973, envi entre sus datos una foto de Ganmedes, el ms grande satlite de Jpiter. Ganmedes, con una masa que duplica la de nuestra Luna, es el satlite ms pesado del sistema solar.

    La foto es realmente muy confusa, pero todo lo que se haba visto hasta entonces de Ganmedes mediante instrumentos haba sido un punto de luz o, en el mejor de los casos, un disco pequeo sin ningn rasgo aparente. De modo que esta nueva fotografa representa un progreso enorme.

    La foto parece mostrar algo equivalente a un gran mar lunar (mare) cerca del polo Norte de Ganmedes, y un mar ms pequeo cerca del ecuador. Tambin hay signos de grandes crteres.

    La Pioneer 11, que est en camino hacia Jpiter mientras escribo2 puede decirnos todava ms, y yo sospecho que estamos a punto de recibir ms sorpresas. Ganmedes y Callisto, los ms exteriores de los cuatro satlites mayores de Jpiter, tienen densidades tan bajas que se espera que estn principalmente constituidos por hielo de agua y por hielo de amonaco. Las Nieves del Olimpo que perdimos en Marte pueden reaparecer aqu en cantidades enormes.3

    1 N. del A.: Al emplear esta palabra quiero significar que excluyo a los asteroides, meteoritos y cometas que andan rondando por el

    sistema solar inferior cuando se encuentran en un extremo de sus rbitas alargadas.

    2

    N. del T.: Recordar que este artculo fue escrito en junio de 1975. 3 N. del A.: Desde que este artculo apareci por primera vez, Nix Olympica ha sido rebautizada comoOlympus Mons(Monte

    Olimpo), y el Pioneer I I ha tomado fotografas que muestran casquetes de hielo en Callisto.

    20

  • III. SORPRESA TITNICA Con mayor o menor recelo, suelo esperar la aparicin de descubrimientos cientficos que

    puedan derribar por completo algn artculo que yo haya escrito con anterioridad. De vez en cuando ello ocurre y aunque debera estar, y lo estoy, deleitado al ver que el progreso cientfico convierte lo que esta mal desde el punto de vista ms especulativo en lo que resulta estar bien desde un punto de vista menos especulativo, tambin soy lo bastante humano como para llorar la muerte del artculo.

    Bueno, venga ese psame! All por el nmero de mayo de 1962 de F & SF yo escrib un artculo titulado Por Jpiter!1, que despus apareci en mi coleccin de ensayos Visto desde lo Alto (Doubleday, 1963). En este artculo segua yo las especulaciones de Carl Sagan en el sentido de que, por un efecto similar a lo que se da en un invernadero, Jpiter podra tener una temperatura confortable con una atmsfera densa y un ocano vasto y apacible, ambos con la cantidad justa de componentes que evolucionaran fcilmente hacia estructuras con vida. Incluso llegu a calcular que la masa de materia viviente en los ocanos de Jpiter podra ser tan grande como para equivaler a la octava parte de la masa total de nuestra Luna.

    Mas, ay!, a partir de los datos enviados por la Pioneer 10, la sonda a Jpiter, parece que la visin de un Jpiter confortable es incorrecta. Esencialmente, el planeta es una gota de hidrgeno liquido que se encuentra a una temperatura superior a la del rojo blanco. Tan slo mil kilmetros ms abajo de las capas de nubes, con sus glidas temperaturas bien por debajo del cero, la temperatura es ya de 3.600 C, y esa temperatura contina subiendo hasta alcanzar unos 54.000 C en el centro.

    El hidrgeno lquido hierve a los 253 C en condiciones terrestres, slo veinte grados por encima del cero absoluto; pero las presiones de Jpiter lo mantienen lquido a temperaturas que estn muy por encima de la temperatura de la superficie del Sol.

    Por supuesto que todava podemos imaginarnos alguna forma de vida en Jpiter. A medida que la temperatura va subiendo cuando vamos descendiendo desde las glidas nubes, debe pasar por un nivel donde la temperatura es tan confortable como aqu en la Tierra. El hidrgeno lquido con sus impurezas (amonaco, metano, etc.) sube y baja en un movimiento de circulacin lento y majestuoso, y puede emplear un ao para subir a travs de la zona tibia, dar la vuelta en alguna parte y tardar otro ao para atravesarla de nuevo hacia abajo.

    Si hay vida en Jpiter, la misma puede habitar en esas columnas que suben y bajan, transbordndose desde las que suben a las que bajan cuando la temperatura se pone muy fra, y de las que bajan a las que suben cuando se pone muy alta.

    No obstante tengo el nimo dispuesto para salir en busca de otro mundo para mi ardiente inters hacia las formas de vida poco probables, as que me parece que deber recorrer los mundos del sistema solar con cierto cuidado, clasificndolos segn sus masas.

    En obsequio de la elegancia, usar una escala de diez (1, 10, 100, 1.000, 10.000 y 100.000) para trazar las lneas divisorias. Para lograr resultados interesantes elegir la masa de nuestra vieja y querida Luna (73.500.000.000.000.000.000.000 kilogramos) igual a 1 M.

    Comencemos por el extremo superior de la escala y consideremos los objetos con masas de ms de 100.000 M (es decir, ms de 100.000 veces la masa de la Luna).

    1 N. del T.: Esta es una expresin anglo-americana que suele emplearse para denotar sorpresa.

    21

  • El nico objeto de esta clase en el sistema solar es el Sol, que tiene una masa de 27.000.000 M. Por supuesto que es una estrella y es completamente gaseoso. En su mayor parte, el gas que lo compone es del tipo que conocemos en la Tierra, a excepcin del hecho de su temperatura enormemente elevada. Hacia el centro del Sol la temperatura es lo bastante alta como para romper los tomos y producir un gas nuclear.

    Las estrellas enanas blancas son, en su mayor parte, gas nuclear, las estrellas neutrnicas son una especie de slido nuclear y los agujeros negros son quin-sabe-qu: pero en su mayor parte las estrellas son un gas de la variedad que ahora conocemos con el nombre de plasma porque los efectos desmenuzantes de la alta temperatura producen fragmentos atmicos cargados elctricamente.

    Los astrnomos estn de acuerdo en que cualquier masa de materia mayor que una cierta cantidad crtica termina por convertirse en una estrella, una vez que se ha comprimido lo suficiente bajo la atraccin de su propio campo gravitatorio. Si la masa es lo bastante elevada, las presiones y temperaturas en el centro alcanzarn el punto de ignicin de la fusin nuclear y eso convertir al objeto en un gas caliente.

    Cul puede ser exactamente esa cantidad de masa crtica que hace que un objeto se convierta en una estrella, es algo que no puede decirse con mucha precisin porque, por una parte, vara algo con las propiedades de la masa. No obstante, un objeto que tenga slo la dcima parte de la masa del Sol todava sera una estrella, aunque sera una enana roja, que producira calor nada ms que suficiente para que la superficie se vuelva roja.

    Objetos an ms pequeos podran ser enanas infrarrojas gaseosas las cuales no seran tan calientes como para brillar de manera visible. Que yo sepa, ninguno de estos objetos ha sido observado de manera inequvoca, pero eso no es sorprendente. Deben ser tan pequeos, y enviar tan poca energa que la deteccin debera ser realmente difcil.

    Pero quiz los hayamos visto sin darnos cuenta del todo. Consideremos que Jpiter es en apariencia casi lo bastante pesado como para llenar el requisito. Irradia tres veces ms energa al espacio que la que recibe del Sol, y esto posiblemente se debe a que, en una medida muy pequea, se produce la fusin en su centro, la fusin que puede ayudar a mantener la bola de liquido tan caliente como lo est.

    De manera que si Jpiter fuera un poco ms grande, tendra lugar ms fusin, la suficiente para hacer de la masa un gas denso que estara notablemente caliente, si no completamente al rojo, en la superficie. Pero, conocemos algn objeto ms grande (pero no mucho ms grande) que Jpiter?

    S que lo conocemos. La estrella dbil, ms bien prxima, llamada 61 Cygni es en realidad una estrella binaria cuyos miembros se denominan 61 Cygni A y 61 Cygni B. En 1943 el astrnomo holands-americano Peter van de Kamp inform que una de esas estrellas se balanceaba levemente, y dedujo el efecto gravitacional de una compaera oscura, 61 Cygni C, un planeta cerca de ocho veces ms pesado que Jpiter. De ser as, su masa es de cerca de 200.000 M y, si esto es correcto, conjeturo que es una estrella enana infrarroja.

    Pasemos entonces al prximo escaln, el que se encuentra entre 100.000 M y 10.000 M.

    En este rango cae solamente un objeto conocido: el planeta Jpiter, que tiene una masa de 26.000 M. Aun cuando es lo suficientemente grande como para iniciar unas pocas efmeras reacciones de fusin en su centro, la energa generada de esta manera no es bastante como para convertirlo en gaseoso, as que es un cuerpo lquido. Quiz podramos llamarlo una subestrella, ms bien que un planeta gigante.

    En el rango entre 10.000 M y 1.000 M caen tres cuerpos conocidos:

    22

  • Saturno 7.750 M Neptuno 1.400 M Urano 1.200 M

    Se sabe que la densidad de Saturno es solamente cerca de la mitad de la Jpiter. La mejor forma de explicar eso es suponer que es, en parte, gaseoso. Su menor masa y, por lo tanto, su campo gravitatorio menos intenso, quiz no pueda comprimir su hidrgeno con tanta fuerza y permita que gran parte de l se evapore como gas.

    Urano y Neptuno son aproximadamente tan densos como Jpiter. Sus temperaturas ms bajas pueden permitir que una mayor parte de su estructura sea lquida aun cuando sus campos de gravitacin son considerablemente menos intensos que los de los dos planetas mayores. No obstante, puede haber cantidades sustanciales de gas all. Yo supondra que los planetas en este rango son parcialmente lquidos y gaseosos en su constitucin.

    En el rango de 1.000 M hasta 100 M, nos encontramos enfrentados con una situacin sorprendente. No hay ningn cuerpo conocido en el sistema solar en ese rango de masas. Ninguno!

    Es eso simple coincidencia o tiene algn significado? Puede ser que el valor de 100 M (o algo prximo a ste) sea una masa crtica?

    Por ejemplo, puede ser que si algn objeto se condensa hasta formar un cuerpo compacto y tiene una masa menor que 100 M, carece de un campo gravitatorio lo suficientemente intenso como para juntar y retener el hidrgeno que constituye la gran mayora de la nube csmica comn de la cual se formaron las estrellas y los planetas? En ese caso, el objeto debera seguir siendo pequeo y tener una masa menor que 100 M, ya que debe estar constituido por sustancias que no sean hidrgeno, las cuales no existen en cantidades abundantes.

    Por otra parte, si un objeto compacto resulta tener una masa mayor que 100 M, puede poseer un campo gravitatorio lo suficientemente intenso como para recoger algunas cantidades de hidrgeno de la nube csmica. Cuanto ms recoge, mayor es su masa, ms intenso su campo gravitatorio y ms fcilmente puede recoger todava ms hidrgeno. En otras palabras, en masas de ms de 100 M tendramos un efecto de bola de nieve y terminaramos con un cuerpo de ms de 1.000 M.

    Puede ser por esa razn, entonces, de que haya objetos de menos de 100 M y objetos de ms de 1.000 M, y nada en el medio.

    A rengln seguido desplacmonos al otro extremo de la escala, el de los objetos de menos de 1 M. Si consideramos los objetos conocidos que tienen masas menores que la de la Luna, podemos poner en la lista la mayora de los satlites del sistema solar, algunos cientos de miles de asteroides y nmeros incontables de meteoritos y micrometeoritos.

    Lo que todos ellos tienen en comn es que son slidos. Sus campos gravitatorios son demasiado dbiles como para adherir a sus superficies molculas que sean gaseosas o lquidas a las temperaturas reinantes. Los nicos materiales que pueden constituir cuerpos tan pequeos son sustancias metlicas o rocosas compuestas por tomos que se mantienen juntos por las interacciones electro-magnticas interatmicas, que son enormemente ms fuertes que las interacciones gravitatorias que pueden producir cuerpos tan pequeos.

    Si el cuerpo es lo bastante fro tambin puede estar constituido por sustancias slidas que a temperaturas terrestres solemos considerar como lquidas o gaseosas. Dichos voltiles slidos se denominan hielos.

    23

  • Las nicas excepciones a esta regla de solidez entre los objetos menores son los cometas. Los cometas se formaron originalmente en regiones ubicadas mucho ms all de las rbitas planetarias, donde la radiacin solar es lo suficientemente pequea como para ser ignorada y donde la temperatura probablemente no est muy por encima del nivel general de la radiacin de fondo del universo, que est solamente tres grados por encima del cero absoluto, o sea a -270 C.

    En esas condiciones todo, menos el helio, es slido y los cometas estn formados por grava rocosa entremezclada con hielo, algunas veces con un ncleo rocoso en el centro. En tanto los cometas de roca y hielo permanezcan en sus rbitas transplutonianas, sern cuerpos slidos permanentes, tan permanentes como los asteroides que giran alrededor del Sol entre las rbitas de Marte y Jpiter.

    Sin embargo, cuando surgen perturbaciones gravitacionales originadas en las estrellas distantes o en los planetas interiores, ciertos cometas toman rbitas alargadas que los llevan al sistema solar interior relativamente cerca del Sol y los hielos se evaporan. El objeto, entonces, se vuelve en parte slido y en parte gas (o slido/polvo/gas).

    El campo gravitatorio del cometa, siendo prcticamente nulo, no puede retener el gas ni el polvo que se forma, el cual rpidamente debera difundirse por el espacio y esparcirse de un extremo al otro de la rbita del cometa. En realidad, es barrido por el viento solar. A cada pasada cerca del Sol le roban parte de su materia y, en un abrir y cerrar de ojos en la escala temporal geolgica, queda reducido al ncleo rocoso si lo tiene, o a nada si no lo tiene.

    Entonces, podemos decir que cualquier objeto permanente de masa menos que 1 M es slido. Volvamos atrs a los rangos que hemos pasado por alto. En el rango de 100 M a 10 M conocemos exactamente dos cuerpos, ambos planetas, y ellos son:

    La Tierra 81,6 M Venus 69.1 M

    La Tierra y Venus son principalmente slidos, como los cuerpos de masa menor que 1 M, pero tienen campos gravitatorios lo bastante intensos como para retener una envoltura gaseosa, delgada en comparacin con las atmsferas de los cuerpos ms grandes pero, a pesar de ello, significativamente gruesa.

    Venus es tan caliente que ninguno de los componentes principales de su materia voltil puede existir en forma de liquido. Es un objeto slido/gaseoso.

    La Tierra es lo suficientemente fra como para tener agua en estado lquido y en gran cantidad. Es un cuerpo slido/lquido/gaseoso.

    Podramos sostener que la vida, tal como la conocemos, slo puede formarse sobre un cuerpo slido/lquido/gaseoso, aunque eso puede justamente indicar lo restringido de nuestras opiniones sobre lo que es correcto y apropiado.

    En el rango de 10 M a 1 M existen nueve cuerpos conocidos, tres planetas y seis satlites:

    Marte 9.0 M Plutn 9,0 M Mercurio 4.5 M Ganmedes 2.0 M Titn 1,6 M Tritn 1.5 M Callisto 1.4 M

    24

  • Io 1,2 M La Luna 1.0 M

    La distincin entre planetas y satlites es ms bien arbitraria y parece una vergenza amontonar un cuerpo grande como Ganmedes con uno tan insignificante como Deimos. Yo sugera que los nueve cuerpos de este rango se denominaran subplaneta.

    El ms pesado de los subplanetas, Marte, posee una atmsfera, pero es delgada. La atmsfera marciana tiene una densidad que es solamente un centsimo de la de la Tierra y un diezmilsimo de la de Venus. Y, sin embargo, la atmsfera marciana es lo bastante gruesa como para producir nieblas ocasionalmente, para resistir tormentas de polvo, para brindar proteccin contra los meteoritos... as que merece el nombre de atmsfera. Marte es un slido/gaseoso.

    Del menos pesado de los subplanetas, la Luna, se considera a menudo que no tiene atmsfera. En realidad, el espacio inmediatamente prximo a su superficie tiene una densidad numrica de tomos que es ms elevada que las de las regiones del espacio exterior que se encuentran lejos de todo objeto pesado, de manera que puede decirse que tiene un vestigio de atmsfera, con una densidad que es cerca de un billonsimo de la densidad terrestre.

    Esta no debera producir ningn efecto observable de los que generalmente asociamos a las atmsferas, de manera que para nuestros fines la ignoraremos y pensaremos que la Luna es solamente slida.

    Qu sucede con los cuerpos intermedios? Dnde est el lmite entre tener atmsfera, y no tenerla,?

    La frontera es difcil de trazar porque en el rango de los subplanetas no solamente depende de la masa del cuerpo sino de su temperatura. Cuanto ms alta sea la temperatura, ms rpidamente se movern los tomos y molculas de los gases, y ms rpidamente se escaparn al espacio exterior. Un cuerpo dado en el rango subplanetario podra retener una atmsfera si estuviera lejos del Sol, y no hacerlo si estuviera cerca del Sol, aunque fuera el mismo en todo otro aspecto... As que examinaremos esta cuestin con ms detalle.

    En el sistema solar interior las nicas sustancias con probabilidad de formar una atmsfera considerable son el agua, el anhdrido carbnico y el nitrgeno1. En el sistema solar exterior las nicas sustancias con probabilidad de formar atmsferas importantes en los subplanetas son el agua, el amonaco y el metano.

    De los subplanetas, slo Mercurio, la Luna y Marte estn en el sistema solar interior. Mercurio no es mucho ms caliente que Venus, que tiene una atmsfera densa. Sin embargo, Mercurio slo tiene una decimoquinta parte de la masa de Venus y carece de la energa gravitatoria para producir el efecto. Si fuera un cuerpo fro seguramente retendra alguna atmsfera de algn tipo, pero estando tan cerca del Sol como lo est, no puede. En el mejor de los casos slo tiene un vestigio de atmsfera.

    Marte, que tiene el doble de la masa de Mercurio y es mucho ms fro, no tiene problemas para retener una atmsfera. A su baja temperatura el agua se congela para formar hielo, de

    1 N. del A.: No menciono al oxgeno porque no es probable, de ningn modo, que exista en una atmsfera que no contenga alguna

    forma de vida. Sobre la Tierra. es el producto de la fotosntesis en las plantas.

    25

  • modo que su atmsfera contiene solamente anhdrido carbnico y (probablemente) nitrgeno1.

    Entonces, movmonos ms afuera y consideremos los seis subplanetas del sistema solar exterior. No menos de tres de ellos: Ganmedes, Callisto e lo, son satlites de Jpiter. (Hay un cuarto satlite de Jpiter de tamao adecuado, Europa, pero es menos pesado que los otros tres y con una masa de menos de 0,6 M cae por debajo del rango subplanetario as que, segn mis criterios reconocidamente arbitrarios, debe ser clasificado como un objeto menor.)

    Jpiter est 5,2 veces ms lejos del Sol que la Tierra, y las temperaturas en su sistema de satlites son lo suficientemente bajas como para congelar no solamente el agua (que se solidifica a 0 C) sino tambin el amonaco (que se congela a -33 C).

    En realidad, Ganmedes y Callisto tienen densidades que slo llegan a la mitad de la de la Luna y a la tercera parte de la de la Tierra. Esto slo puede ser de esta manera si una porcin considerable de su volumen est constituida por algo menos denso que la roca. Puede suceder entonces que estos subplanetas estn principalmente constituidos por hielo (agua y amonaco).

    En cuanto a Io (y tambin a Europa), su densidad es similar a la de la Luna, de manera que debe estar formado principalmente por rocas. Pero en este caso por lo menos la superficie est probablemente cubierta por una escarcha de hielo.

    Eliminados el agua y el amonaco slo queda el metano como posible componente atmosfrico. El metano no se licua hasta que se alcanza una temperatura de -162 C y no se congela hasta que se llega a los -182 C. A la temperatura de los satlites de Jpiter, entonces, todava es un gas: y a esa temperatura los campos gravitatorios de esos satlites todava son insuficientes para retenerlos.

    Por lo tanto, los satlites de Jpiter no tienen ms que vestigios de atmsfera. (El vestigio de atmsfera de Io ha sido ciertamente detectado. Su densidad es cerca de un milmillonsimo de la de la Tierra, pero es mil veces mayor que la de la Luna. Cosa curiosa, contiene sodio... pero los vestigios de atmsfera pueden tener toda clase de componentes curiosos. Las atmsferas importantes tienen que ser ms serias.)

    Hay tres subplanetas en las regiones ubicadas ms all de Jpiter. Estos son, en orden ascendente de distancias: Titn (el satlite ms grande de Saturno), Tritn (el satlite ms grande de Neptuno) y Plutn (el objeto ms lejano que se conoce en el sistema solar, aparte de los cometas).

    Plutn y Tritn estn ambos tan lejos del Sol que sus temperaturas son lo suficientemente bajas como para congelar incluso al metano. Las nicas sustancias que seguirn siendo gaseosas a las temperaturas de Plutn y Tritn son el hidrgeno, el helio y el nen, y stos son tan livianos que aun a temperaturas tan bajas los campos gravitacionales de los subplanetas probablemente no lograrn retener ms que vestigios.

    Ambos cuerpos son tan distantes (en sus puntos ms prximos cada uno esta a ms de 4.000 millones de kilmetros), que no es probable que logremos evidencias directas sobre lo que nos interesa por un buen rato.

    Lo cual nos deja solamente a Titn...

    Por su peso, Titn es el segundo satlite del sistema solar, solo segundo de Ganmedes, lo cual constituye una propiedad til si andamos en busca de una atmsfera. La temperatura de

    1 N. del T: las sondas Viking. descendidas en Marte a mediados de 1976. revelaron que su atmsfera contiene nitrgeno, anhdrido carbnico y tambin oxgeno.

    26

  • Titn es de cerca de -150 C, quince grados menos que la de Ganmedes y los otros satlites de Jpiter. A la temperatura de Titn el metano todava es gaseoso, pero est bien cerca de su punto de licuefaccin y sus molculas son verdaderamente perezosas.

    A la temperatura de Titn el metano podra congelarse bajo la forma de un compuesto sin cohesin con el agua, para luego ser liberado por el calor interno que Titn puede tener, y adherido a la superficie por el campo gravitacional de Titn. La combinacin de la masa y la baja temperatura de Titn crearan las condiciones necesarias.

    En 1944, el astrnomo holands-americano Gerard Peter Kuiper detect una atmsfera alrededor de Titn y encontr que consista en metano. Aunque hoy podemos explicar por qu esto es as a posteriori, en el momento del descubrimiento fue una sorpresa titnica (aj!). Lo que es ms, la atmsfera es importante y muy probablemente ms densa que la de Marte.

    Titn es el nico satlite del sistema solar del cual se sabe que tiene una atmsfera real, y el nico cuerpo en el sistema solar que tiene una atmsfera principalmente constituida por metano.1

    El metano ha sido detectado en las atmsferas de Jpiter, Saturno, Urano y Neptuno, pero existe como componente minoritario en atmsferas formadas principalmente por hidrgeno.

    El metano (CH3) es un compuesto del carbono, y el carbono es un elemento nico.2 Las molculas de metano (a diferencia de las del agua y del amonaco) pueden romperse bajo el embate de la radiacin solar y recombinarse para formar molculas ms grandes.

    As, el Pioneer 10 ha localizado en la atmsfera de Jpiter no solamente al mismo metano, sino tambin etano (C2H6), etileno (C2H4) y acetileno (C2H2). Indudablemente tambin existen molculas ms complicadas con ms tomos de carbono, pero en concentraciones sucesivamente ms bajas que las hacen ms difciles de detectar. Podran ser fragmentos formados por tales compuestos ms complicados del carbono los que producen las bandas marrones y amarillas en Jpiter y los que podran explicar el color anaranjado de las regiones ecuatoriales de Saturno.

    En las atmsferas de los planetas gigantes, sin embargo, las molculas de metano chocan entre s de manera relativamente poco frecuente, ya que se les cruzan en el camino las molculas de hidrgeno, que son ms abundantes. En Titn, donde la atmsfera es casi completamente metano, las reacciones pueden tener lugar con mayor facilidad. Seguramente la radiacin del lejano Sol es dbil, de modo que las reacciones tendrn lugar ms lentamente que en la Tierra, por ejemplo, pero por lentas que pudieran ser, estas reacciones han tenido casi cinco mil millones de aos de tiempo para producirse.

    Por lo tanto, puede resultar que la atmsfera de Titn tenga, como constituyente minoritario, una mezcla muy complicada de gases orgnicos que sea la responsable del color anaranjado del satlite. En realidad, Titn puede poseer una cubierta nubosa anaranjada que oculte su superficie por completo. En lo que respecta a esa superficie oculta, puede estar cubierta por un lodo o alquitrn de hidrocarburos. O puede haber un ocano de hidrocarburos disueltos en metano (esta solucin se licua a una temperatura mayor que la que requiere el mismo metano), de modo que Titn podra estar cubierto por un mar de petrleo.

    1 N. del A.: Tambin hay hidrgeno en la atmsfera de Titn, segn se ha descubierto recientemente, y como el campo gravitatorio

    de Titn no puede retener el hidrgeno. Se ha elaborado una teora interesante para explicar su presencia. pero sa es otra historia. 2 N. del A.: Vase Uno y el nico en The Tragedy of the Moon (Doubleday, 1973). (En castellano: La tragedia de la Luna,

    Alianza.)

    27

  • Y, no podra ocurrir que estos compuestos orgnicos, ubicados en un mundo que, como la Tierra, podra ser del tipo slido/lquido/gaseoso, den forma a compuestos muy complejos y verstiles de un tipo del cual nada sabemos porque seran demasiado frgiles para existir a las temperaturas terrestres? Puede haber en Titn una forma de vida basada en el metano fro que nos brinde algn da alguna otra sorpresa titnica? Algn da podremos averiguarlo.

    APNDICE: Tambin pueden tener ustedes un resumen de mi clasificacin de los cuerpos astronmicos de este artculo:

    Masa Clase de objeto Estado fsico Ejemplo tpico + de 100.000 M Estrellas Gas El Sol 10.000 / 100.000M Subestrellas Lquido Jpiter 1.000 /10.000 M Planetas

    gigantes Lquido/gaseoso Saturno

    100 / 1.000 - - - Slido/lquido/gas

    eoso La Tierra

    10 / 100M Planetas Slido/gaseoso Venus Slido/lquido/gas

    eoso Titn

    Slido/gaseoso Marte 1 / 10 M Subplanetas

    Slido Ganmedes Slido/gaseoso Cometa Halley

    - de 1 M Objetos menores Slido Europa

    28

  • IV. GIRANDO AL REVS E1 otro da, durante la redaccin de un artculo que estaba preparando, hizo falta

    determinar con qu velocidad se mueve alrededor de Saturno el borde interior de su anillo. Como soy una persona bastante haragana, mi primera intencin fue buscar ese dato, as que comenc a recorrer mi biblioteca de referencias. Cuando me fallaron los primeros libros de referencias, con los que haba contado confiadamente, me fastidi y recorr todo lo que tena. No sirvi para nada. En muchos lugares distintos encontr cul sera el perodo de revolucin de partculas del anillo que estuvieran ubicadas en la divisin de Cassini1 si hubiera all alguna partcula, pero en ningn lado pude encontrar el perodo del borde ms interior.

    Me sent