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Introducción a la psicologíasocial sociológica

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Introducción a la psicología social

sociológica

José Luis Álvaro EstramianaAlicia Garrido LuqueInge Schweiger Gallo

José Ramón Torregrosa Peris

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Diseño de la colección: Editorial UOC

Primera edición: Julio de 2007

© José Luis Álvaro Estramiana, Alicia Garrido Luque, Inge Schweiger Gallo y José Ramón Torregrosa Peris, del texto

© Editorial UOC

Rambla del Poblenou 156,

08018 Barcelona

www.editorialuoc.com

Realización editorial: MEDIAactive, S.L.

Impresión: XXXXXXXXX

ISBN: 978-84-9788-603-1

Depósito legal: XXXXXXX

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Autores

José Luis Álvaro Estramiana

Catedrático de Psicología Social en el Departamento de Psicología Social de la Uni-

versidad Complutense de Madrid. Ha sido profesor invitado en diferentes Univer-

sidades europeas y latinoamericanas, donde ha impartido conferencias y cursos de

Psicología Social. Asimismo, ha sido Affiliated Lecturer en la Facultad de Ciencias

Políticas y Sociología de la Universidad de Cambridge, en Inglaterra, donde ha im-

partido docencia. Es autor de numerosos capítulos de libros y artículos de psicología

social publicados en revistas científicas nacionales e internacionales. Sus áreas de in-

vestigación e interés científico son las consecuencias psicosociales del desempleo, los

factores determinantes de la salud mental, los significados del trabajo en la sociedad

contemporánea y la historia de la Psicología Social, especialmente las concepciones

sociológicas de la Psicología Social. También es autor y coautor de diversos libros en-

tre los que caben destacar Desempleo y Bienestar Psicológico (Ed. Siglo XXI); Influencias

Sociales y Psicológicas en la Salud Mental (Ed. Siglo XXI); Técnicas de Análisis Estadístico

en Ciencias Sociales (Ed. Complutense); Análisis de Datos con SPSS (Ed. CIS); Psicología

Social Aplicada (Ed. McGraw-Hill); Psicología Social: Perspectivas Teóricas y Metodológi-

cas (Siglo XXI); Fundamentos Sociales del Comportamiento Humano ( Ed UOC); Psicolo-

gía Social. Perspectivas Psicológicas y Sociológicas (Ed. McGraw-Hill); Consumo, Narcisis-

mo e Identidades Contemporâneas: Uma análise Psicossocial (Ed UERJ) e Introducción a la

psicología social sociológica (Ed. UOC). Correo electrónico: [email protected]

Alicia Garrido Luque

Profesora Titular de Psicología Social en el Departamento de Psicología Social de la

Universidad Complutense de Madrid. Ha impartido docencia en Psicología Social

en diversas Universidades españolas y latinoamericanas. Sus principales áreas de

interés científico e investigación son la psicosociología del trabajo, las consecuen-

cias psicológicas del desempleo en los jóvenes y el desarrollo teórico de la psico-

logía social. Es autora y coautora de diferentes artículos publicados en revistas na-

cionales e internacionales, así como libros entre los que cabe reseñar Consecuencias

de las transiciones de los jóvenes al mercado de trabajo (Ed. Complutense); Influencias

Sociales y Psicológicas en la Salud Mental (Ed. Siglo XXI); Sociospsicologia del Trabajo

(Ed. UOC); Técnicas de Análisis Estadístico en Ciencias Sociales (Ed. Complutense);

Análisis de Datos en Ciencias Sociales (Ed. CIS); Psicología Social Aplicada (Ed.

McGraw-Hill); Psicología Social. Perspectivas Psicológicas y Sociológicas (Ed. McGraw-

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Introducción a la Psicología... 6 Editorial UOC ©

Hill) e Introducción a la psicología social sociológica (Ed. UOC). Correo electrónico:

[email protected]

Inge Schweiger Gallo

Licenciada en Sociología por la Universidad Complutense de Madrid tras cursar el

segundo ciclo de dicha carrera, especialidad de Psicología Social, en la Universität

Konstanz (Alemania) con una beca Erasmus. Es en esta universidad alemana donde

completa sus estudios de doctorado, se dedica a la investigación e imparte docencia

de Psicología Social. En el año 2000 recibe el premio DAAD para estudiantes extran-

jeros destacados. Obtiene el título de Doctor en Psicología, además de la acredita-

ción de Doctor Europeo, en 2005 con una tesis sobre el control voluntario de las

emociones. Desde febrero de 2006 es Profesora Titular Interina del Departamento de

Psicología Social de la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado artículos

en revistas tanto nacionales como internacionales y sus líneas de investigación se

centran en el ámbito de las emociones, las actitudes y las teorías en Psicología Social.

Los resultados de sus investigaciones han sido presentados en congresos nacionales e

internacionales, tanto en Europa como en Estados Unidos. Su última publicación en

colaboración con José Luis Álvaro, Alicia Garrido y José Ramón Torregrosa lleva por

título Introducción a la psicología social sociológica (Ed. UOC).

José Ramón Torregrosa Peris

Licenciado y Doctor en Ciencias Políticas y Económicas por la Universidad Complu-

tense de Madrid. Ha ampliado estudios de postgrado en Psicología Social en la Uni-

versidad de Michigan. Es Catedrático de Psicología Social en la Facultad de Ciencias

Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid. También ha sido

Catedrático de Sociología de la Universidad de Valencia y Profesor Visitante en el Ins-

titute of Social Research de la Universidad de Michigan y en la Facultad de Ciencias

Sociales y Políticas de la Universidad de Cambridge. Asimismo, es Overseas Fellow del

Churchill College de esta última Universidad. Es autor de numerosas publicaciones

y trabajos de investigación, así como autor, coautor y editor de varias obras de Psico-

logía Social como La Juventud Española: Conciencia Generacional y Política (Ediciones

Ariel), Teoría e Investigación en la Psicología Social Actual (Instituto de la Opinión Pu-

blica), Perspectivas y Contextos de la Psicología Social (Ed. Hispano-Europea), Influencias

Sociales y Psicológicas en la Salud Mental (Ed. S. XXI), Psicología Social Aplicada (Ed.

McGraw-Hill), Introducción a la psicología social sociológica (Ed. UOC).

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Índice

Introducción.............................................................................................. 9

Capítulo I. La psicología social, ¿debe ser más social o sociológica? .............................................................................................. 17

1. Antecedentes históricos ........................................................................ 19

Capítulo II. Niveles de análisis en las ciencias sociales ............... 25

Capítulo III. El punto de vista psicosociológico en la teoría

sociológica clásica .................................................................................. 33

Capítulo IV. Las relaciones entre individuo y sociedad

en los primeros desarrollos teóricos de la sociología ................... 37

1. La relaciones entre individuo y sociedad en la teoría social francesa .. 37

2. La relación entre individuo y sociedad en la teoría social alemana..... 39

3. La sociología de la Escuela de Chicago ................................................. 43

Capítulo V. El punto de vista psicosociológico en el

enfoque funcionalista ........................................................................... 49

Capítulo VI. El punto de vista psicosociológico en la teoría

del intercambio ...................................................................................... 57

1. Las teorías del intercambio de George Homans y Richard M. Emerson..57

2. La teoría del intercambio de John Thibaut y Harold Kelley................. 61

3. La teoría del intercambio de Peter Blau ................................................ 63

Capítulo VII. El interaccionismo simbólico ................................... 67

1. Desarrollos del interaccionismo simbólico: las Escuelas de Iowa y

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Introducción a la Psicología... 8 Editorial UOC ©

Chicago ................................................................................................ 71

2. El interaccionismo simbólico estructural ............................................. 72

3. La teoría de roles ................................................................................... 76

4. El enfoque dramatúrgico de Erving Goffman ...................................... 81

Capítulo VIII. La sociología fenomenológica de Alfred Schutz..87

Capítulo IX. El construccionismo social de Peter Bergery Thomas Luckmann ............................................................................. 93

Capítulo X. La etnometodología de Harold Garfinkel ................. 99

Capítulo XI. La teoría sociológica en la actualidad:vínculos con la psicología social ...................................................... 107

Capítulo XII. La sociología psicológica .......................................... 113

Capítulo XIII. La psicología social sociológicacontemporánea a través de sus manuales...................................... 117

1. Las perspectivas psicológicas .............................................................. 117

2. Las perspectivas sociológicas .............................................................. 118

Conclusiones .......................................................................................... 127

Prácticas ................................................................................................. 131

Bibliografía............................................................................................ 159

Lecturas recomendadas ...................................................................... 171

Vínculos recomendados ...................................................................... 173

Glosario ................................................................................................... 175

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Introducción

Este libro tiene como objetivo mostrar las bases sociales del comportamien-

to humano. Su finalidad es la de ayudar a comprender mejor el comporta-

miento individual como un aspecto de las relaciones interpersonales y de la

sociedad en la que vivimos. A lo largo de la historia de las ciencias sociales

podemos encontrar dos posturas contrapuestas en la comprensión del com-

portamiento de las personas y de los fenómenos sociales, las cuales quedan

reflejadas en la utilización de dicotomías como colectivo/individual, holis-

mo/individualismo, objetividad/subjetividad, interior/exterior y estructura/

acción. Estos conceptos muestran diferentes formas de entender tanto el

comportamiento de las personas como el de los colectivos, grupos o clases

sociales. La idea principal de este texto es que ni existe sociedad al margen

de los individuos ni hay individuos sin sociedad. Así pues, la realidad social

debe ser entendida como una construcción de los individuos y de las relacio-

nes que mantienen entre sí.

Podemos entender la conducta humana desde tres perspectivas diferen-

tes: personal, interpersonal y social. Estos tres niveles pueden ser indepen-

dientes analíticamente, pero no los podemos desligar en la práctica. Para

entender cómo se comporta una persona, debemos indagar en las relaciones

que mantiene con otras personas, así como en la influencia de factores socia-

les de los que no tiene que ser consciente necesariamente. Del mismo modo,

si queremos comprender las relaciones entre las personas, no podemos pres-

cindir de las diferencias entre las mismas y del medio social en el cual la

interacción cobra sentido. Para finalizar, si queremos explicar el sistema de

valores y normas de una sociedad, debemos incluir en nuestros análisis los

motivos de los individuos y las relaciones que mantienen entre sí.

Así pues, es imposible entender la sociedad si no es como el producto

histórico y cultural de los actores, ni la conducta de éstos si no es como un

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Introducción a la Psicología... 10 Editorial UOC ©

producto social. Individuo y sociedad son dos realidades inseparables. Esto

no se ha entendido siempre así, y aún hoy día no existe acuerdo sobre estas

cuestiones. Una de las primeras polémicas al respecto la tenemos entre Émile

Durkheim y Gabriel Tarde. Para el primero, el objeto de la sociología debía

ser el estudio de los hechos sociales. Éstos, según Durkheim, son un produc-

to colectivo, tienen una naturaleza externa a los individuos y se imponen a

la conciencia individual. El origen de los hechos sociales debía, en su opi-

nión, buscarse no en la conciencia individual, sino en otros hechos sociales.

Tenemos aquí una visión objetivista de la realidad social. Por el contrario,

Tarde pensaba que la sociedad no era algo independiente de los individuos

y que era una psicología intermental la que podría, mediante el análisis de

procesos como la imitación, explicar cómo era posible el orden social.

Otra forma de entender la conducta desde la sociología es la ofrecida por

Max Weber, para quien la sociología se tenía que preocupar por la acción

social. Según Weber, la sociedad no puede ser comprendida al margen de las

acciones de los individuos y de los significados que éstos dan a su conducta.

El objetivo de los sociólogos, en opinión de Max Weber, es la comprensión

–Verstehen– de los fenómenos sociales. La Verstehen es también un método

de análisis con el que cuenta el sociólogo y el psicosociólogo para su inves-

tigación de la realidad social, entendida como la forma en que los actores

sociales dan sentido a sus actos. Es importante destacar aquí la diferencia

que existe entre conducta y acción. Max Weber era partidario de considerar

la sociología como una ciencia cuyo fin era la comprensión de la acción

social, y esto es posible debido a que la acción supone un actor reflexivo y

no un sujeto reactivo que se comporta siempre igual ante los estímulos del

medio, tal y como supone la noción de conducta. Esta psicosociología de la

acción supone dar primacía a los individuos y a la acción social frente a la

importancia que Émile Durkheim otorga a lo colectivo.

Frente al colectivismo de autores como Durkheim, encontramos formas

opuestas de entender los hechos sociales a los que se refería el sociólogo

francés. El individualismo metodológico es un concepto que se utiliza para

incluir a quienes creen que es posible explicar los fenómenos sociales par-

tiendo del comportamiento de los individuos. Sus partidarios suponen que

podríamos estudiar el comportamiento individual en diferentes contextos

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Editorial UOC © 11 Introducción

sociales y construir un conjunto de proposiciones desde las que poder expli-

car la sociedad. Las instituciones sociales son entendidas como el resultado

de los intereses de los individuos. La sociedad aparece de este modo como

una categoría de análisis residual, una consecuencia de las acciones raciona-

les de los individuos, y los motivos individuales se convierten en las causas

suficientes de la sociedad. Un ejemplo de dicha visión lo encontramos en

una gran parte de la psicología social de origen psicológico que se practica

en la actualidad. Ambos reduccionismos ofrecen una visión parcial del ser

humano y de la sociedad en la que vive y son insuficientes para explicar tan-

to la realidad social como las manifestaciones psicológicas de los individuos.

La propuesta de un sociólogo como Norbert Elias (1990, pp. 48-49) evita

dichos dualismos y nos permite reflexionar sobre la necesaria complemen-

tariedad de conceptos como los de individuo y sociedad y, por tanto, de la

imprescindible unión entre el conocimiento sociológico y el conocimiento

psicológico:

“[…] la contraposición entre un “yo puro” –el objeto de estudio de la psico-logía–, que, por así decirlo, sólo posteriormente sale fuera de sí mismo para relacionarse con otras personas, y una sociedad –el objeto de estudio de la sociología–, exterior a la existencia del individuo, tiene sin duda sentido como expresión de una determinada configuración histórica del tejido humano y del correspondiente automodelado de la conciencia del ser humano; pero re-sulta insuficiente cuando se amplía el campo visual, cuando la persona, al reflexionar en torno a la sociedad, no parte directamente de sí misma y de sus sensaciones, sino que ve su propia figura y su propia autoconciencia dentro del más amplio contexto del devenir histórico. Cuando uno se pregunta cómo y por qué la estructura del tejido humano y la estructura del individuo cam-bian al mismo tiempo de una manera determinada, cuando uno ve cómo la transición de, digamos, una sociedad guerrera a una sociedad cortesana, con la transición de esta sociedad cortesana a una sociedad burguesa, se transfor-man también los deseos personales del individuo, el modelado de sus instin-tos y pensamientos, el tipo de individualidades, esta ampliación de la visión estática a una visión dinámica hace desaparecer la imagen de una muralla infranqueable entre el ser humano y todos los demás, entre un mundo in-terior y un mundo exterior, y en su lugar aparece la imagen de un constante e inconmovible entrelazamiento de seres individuales en el que todo lo que presta a la sustancia animal de estos seres el carácter propio de un ser humano –esto es, ante todo, su autodirección psíquica, su carácter individual– adquiere su forma específica en relación y de las relaciones con los otros.”

Las teorías que se muestran en este libro abordan la problemática aquí re-

ferida entre las explicaciones colectivistas y las explicaciones ofrecidas por el

individualismo metodológico. En las primeras, la realidad social se presenta

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Introducción a la Psicología... 12 Editorial UOC ©

como aquello que determina el comportamiento individual y los estados de

la conciencia. En las segundas, sucede todo lo contrario, y se defiende que

los motivos de los actores sociales son los que explican la realidad social. En

definitiva, que no hay nada en la sociedad que sea diferente a los comporta-

mientos de los individuos que la forman.

La idea principal de este libro es que el estudio de fenómenos individuales

debe tener en cuenta la estructura social de un periodo histórico. Del mismo

modo, la estructura social no es algo que se dé por encima y al margen de

los individuos y sus acciones. El sociólogo C.W. Mills, en un libro titulado

La imaginación sociológica, comenta que dicha imaginación consiste en “la

capacidad de pasar de las transformaciones más impersonales y remotas a

las características más íntimas del yo humano, y de ver las relaciones entre

ambas cosas” (Mills, 1961/99, p. 27). Previamente, Mills (1961/99, p. 26) nos

decía lo siguiente:

“Ningún estudio social que no vuelva a los problemas de la biografía, de la historia y de los intereses dentro de la sociedad, ha terminado su jornada in-telectual. Cualesquiera que sean los problemas del analista social clásico, por limitados o por amplios que sean los rasgos de la realidad social que ha exami-nado, los que imaginativamente han tenido conciencia de lo que prometía su obra han formulado siempre tres tipos de preguntas:

¿Cuál es la estructura de esta sociedad particular en su conjunto? ¿Cuáles 1)son sus componentes esenciales, y cómo se relacionan entre sí? ¿En qué se diferencia de otras variedades de organización social? ¿Cuál es, dentro de ella, el significado de todo rasgo particular para su continuidad o para su cambio?

¿Qué lugar ocupa esta sociedad en la historia humana? ¿Cuál es el me-2)canismo por el que está cambiando? ¿Cuál es su lugar en el desarrollo global de la humanidad y qué significa para él? ¿Cómo afecta todo rasgo particular que estamos examinando al periodo histórico en que tiene lu-gar, y cómo es afectado por él? ¿Y cuáles son las características esenciales de ese periodo? ¿En qué difiere de otros periodos? ¿Cuáles son sus modos característicos de hacer historia?

¿Qué variedades de hombres y de mujeres prevalecen ahora en esta socie-3)dad y en este periodo? ¿Y qué variedades están empezando a prevalecer? ¿De qué manera son seleccionados y formados, liberados y reprimidos, sensibilizados y embotados? ¿Qué clases de naturaleza humana se reve-lan en la conducta y el carácter que observamos en esta sociedad y en este periodo? ¿Y cuál es el significado para la naturaleza humana de to-dos y cada uno de los rasgos de la sociedad que examinamos?”

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Editorial UOC © 13 Introducción

Con esta obra hemos pretendido ofrecer un conjunto de herramientas

conceptuales y teóricas desde las cuales poder incrementar nuestra com-

prensión de la psicología social sociológica, entendiendo que esta reflexión

es la mejor forma de tomar conciencia de nosotros mismos y de nuestros

comportamientos, del mundo de la vida cotidiana en la que se da nuestra

existencia.

Los objetivos de este libro se enmarcan en los enumerados por C. W.

Mills y pueden ser brevemente descritos de la siguiente manera:

Comprender que sociedad e individuos no son realidades separa-

das y analizar diferentes teorías psicosociológicas como perspec-

tivas desde las que se da respuesta a la contraposición entre un yo

autosuficiente y una sociedad externa a los individuos.

Conocer las principales orientaciones sociológicas en psicología

social y manejar conceptos clave de esta perspectiva para enten-

der las bases sociales del comportamiento.

Reflexionar sobre la existencia de dos psicologías sociales, una

psicológica y otra sociológica. De dicho reconocimiento se deri-

va que, en la práctica, la aplicación y la intervención de los psi-

cólogos sociales de formación sociológica deben tener el mismo

protagonismo social que el que se reivindica para los psicólogos

sociales de formación psicológica.

Todos estos objetivos pueden ser resumidos en uno: ofrecer al lector un

esquema que pueda servirle de orientación en el estudio de la teoría socio-

lógica y que le ayude a percibir los vínculos existentes entre la sociología y

la psicología social; vínculos que van más allá de la mera relación o cercanía

entre ambas disciplinas y que suponen el reconocimiento de la procedencia

sociológica de la psicología social. Aunque con frecuencia concebimos la

psicología social como una especialidad de la psicología, lo cierto es que

el pensamiento psicosociológico empezó a gestarse al mismo tiempo en el

seno de la sociología (véase Álvaro & Garrido, 2007). A medida que la psi-

cología y la sociología fueron consolidándose como disciplinas científicas

independientes, tuvieron que plantearse necesariamente el problema de sus

relaciones recíprocas. La constatación de que muchos de los fenómenos que

ambas ciencias intentaban estudiar eran producto de la interacción de fac-

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Introducción a la Psicología... 14 Editorial UOC ©

tores tanto psicológicos como sociales pronto hizo surgir un espacio común

entre la psicología y la sociología al que terminó denominándose psicología

social. Sin embargo, la psicología social no ha sido nunca, ni siquiera en sus

comienzos, una verdadera zona de intersección entre la psicología y la socio-

logía. La reflexión sobre la indisoluble unión entre lo individual y lo colec-

tivo, entre lo social y lo psicológico, no dio lugar a un espacio de encuentro

entre psicología y sociología, sino a dos líneas de desarrollo paralelas que, a

su vez, originaron dos psicologías sociales bien diferenciadas.

La mayoría de los libros en psicología social publicados en español están

adaptados para un lector más familiarizado con la psicología social psico-

lógica, por lo que es preciso ir introduciendo algunas de las ideas centrales

de la psicología social sociológica, a la que también podríamos denominar

psicosociología. El punto de partida posible para presentar el desarrollo de

una psicología social sociológica es el de una reflexión sobre los distintos ni-

veles de análisis en que podemos situarnos a la hora de abordar el estudio de

la realidad social. A menudo se define la sociología como aquella disciplina

científica que tiene como objetivo el estudio de los fenómenos sociales. Esta

definición puede llevarnos a la idea equivocada de que la sociología úni-

camente presta atención a los determinantes sociales del comportamiento,

dejando a un lado los factores individuales o psicológicos. A lo largo de las

páginas de este libro intentaremos deshacer dicho equívoco, mostrando al

lector la diversidad de enfoques y de formas de análisis que se han desarro-

llado en el seno de la teoría sociológica en psicología social.

A la hora de analizar el comportamiento social, podemos concebirlo como

el resultado de fuerzas sociales externas a la persona, como, por ejemplo, la

cultura o las instituciones sociales, o bien como el producto de factores de

naturaleza individual o psicológica. En el primer caso estaremos situando

nuestro análisis en un nivel macrosociológico, mientras que en el segundo

estaremos adoptando una perspectiva microsociológica. La reflexión sobre

cuál es el nivel de análisis más adecuado para estudiar la realidad social ha

sido y es objeto de un fuerte debate en sociología. En el apartado “Niveles

de análisis en las ciencias sociales” se exponen las principales ideas de este

debate, especialmente pertinente cuando de lo que se trata es de mostrar los

vínculos entre la teoría sociológica y la psicología social.

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Editorial UOC © 15 Introducción

La psicología social no se distingue, de hecho, de otras ciencias sociales

por su objeto de estudio, sino por la perspectiva desde la que éste es abor-

dado. La perspectiva psicosociológica se caracteriza por estudiar la realidad

social teniendo en cuenta la interacción de factores tanto sociales como

individuales. El interés de este libro reside en mostrar al lector cómo esta

perspectiva, fruto de la integración entre diferentes niveles de análisis, se

ha ido consolidando dentro de la teoría sociológica y ha ido dando lugar

a una importante línea de desarrollo psicosociológico (Collier, Minton, &

Reynolds, 1996).

Esta reflexión inicial sobre los distintos niveles de análisis de las ciencias

sociales es la que sirve como hilo conductor para exponer los principales

desarrollos de la teoría sociológica. Esta exposición se inicia con las ideas

de algunos autores clásicos, como Comte o Spencer, que dedicaron parte

de su obra a la reflexión sobre las relaciones recíprocas entre la sociología

y la psicología. Asimismo, se muestra la forma en que fue gestándose una

concepción psicosociológica durante las primeras etapas del desarrollo de la

sociología. Dicha concepción fue surgiendo en el contexto de un importan-

te debate sobre el nivel de análisis más adecuado para la sociología, del que

tenemos importantes ejemplos en la obra de autores como Durkheim, Tarde,

Weber o Simmel. A continuación, se presentan algunas de las ideas centrales

de los principales enfoques teóricos de la sociología contemporánea. A lo

largo de los apartados de este libro aparecen descritos enfoques tales como

el funcionalismo estructural, las teorías del intercambio, el interaccionismo

simbólico, las teorías de roles, el enfoque dramatúrgico, la etnometodología

o la sociología fenomenológica. Para finalizar, se incluye un breve análisis de

las corrientes teóricas más recientes de la sociología.

Este libro no tiene la pretensión de hacer un análisis pormenorizado y

exhaustivo del desarrollo de la teoría sociológica en psicología social, puesto

que dicho análisis excedería por completo tanto los objetivos del mismo

como el espacio disponible. El objetivo es, más bien, acercar la teoría so-

ciológica en psicología social a lectores poco familiarizados con la misma,

motivo por el que en este libro no se incluyen todos y cada uno de los enfo-

ques teóricos de la sociología, sino que se han seleccionado las teorías más

relevantes para el desarrollo de la psicología social sociológica.

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Capítulo I

La psicología social, ¿debe ser más social o más sociológica?

“Creo que una sociología que olvidara la mediación a través del sujeto indivi-dual sería tan falsa, tan mala y permítanme decir, tan dogmática, como una sociología que –tal y como el mismo Freud la imaginaba– creyera que la socio-logía no es otra cosa más que psicología aplicada a una mayoría de individuos” (Adorno, 1968/1996, p.154).

A pesar de que el término psicología social es el más utilizado, no es el único

que tenemos para designar a esta área del conocimiento; así, por ejemplo,

algunos autores no dudan en utilizar el término psicosociología. Arguyen

quienes son partidarios de este término, que el adjetivo social es redundante,

pues a lo más que llegamos con él es a distinguir entre la psicología fisiológi-

ca y la social. Este grupo de autores se pregunta si es posible una psicología

del ser humano sin referirnos a su dimensión social. En segundo lugar, ha-

blar de psicología social nos puede llevar a equívocos. El más común es creer

que la psicología social pertenece al campo de la psicología, aunque guarde

algunas afinidades con otras ciencias sociales, como la sociología. La psico-

logía aparece, de esta manera, como el núcleo desde el que se desprenden,

como las capas de una cebolla, diferentes formas adjetivadas de considerar

esa matriz central que es la psicología: clínica, organizacional, ambiental, so-

cial, etc. Esta forma de considerar la psicología social ignora el hecho de que,

desde un punto de vista histórico, nace y se constituye tanto en psicología

como en sociología (Álvaro & Garrido, 2007). La división entre la psicología

social psicológica y la psicología social sociológica es, con frecuencia, ilus-

trada haciendo referencia a los dos textos que se suelen considerar como los

dos primeros manuales de psicología social. Nos estamos refiriendo a los del

sociólogo Ross, Social Psychology, y del psicólogo Mc Dougall, Introduction

to Social Psychology, ambos publicados en 1908. El primero está basado en

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Introducción a la Psicología... 18 Editorial UOC ©

la sociología de Gabriel Tarde y en la imitación como principal mecanismo

explicativo del comportamiento humano; el segundo, en una teoría de los

instintos.

Si bien no podemos considerar estos textos como los primeros en psico-

logía social, pues antes ya existían libros cuyo contenido y título ponen de

manifiesto una preocupación muy anterior por esta área de conocimien-

to, lo cierto es que reflejan adecuadamente esta tensión en el interior de la

psicología social entre una concepción más sociológica y una concepción

más psicológica de la misma (Garrido & Álvaro, 2007). La psicología social

pertenece al área de las ciencias sociales y debe ser entendida como una pers-

pectiva desde la que podemos enfocar problemas sociales tales como la inmi-

gración, el prejuicio, el desempleo, el hacinamiento, la salud, etc. Desde este

punto de vista, las divisiones entre psicología, psicología social y sociología

resultan borrosas y encontramos teorías sociológicas que son, sin embargo,

por su perspectiva, teorías psicosociales, y teorías en psicología en las que el

escaso énfasis o ausencia de una dimensión social de los procesos que pre-

tenden explicar las acercan más a una psicología individual. También pode-

mos encontrarnos con teorías como la del intercambio de Homans que, pese

a su origen sociológico, utiliza un nivel de explicación psicológico, haciendo

suyas las tesis del individualismo metodológico.

Normalmente pensamos que las definiciones son irrelevantes en lo que

a la configuración de un campo de conocimiento se refiere, dado que son

meramente intencionales o declaraciones de intenciones que no pueden

condensar por si mismas lo que un campo de conocimiento es o representa.

En muchas ocasiones podemos leer que existen tantas definiciones como

autores hay en un área de conocimiento. Sin embargo, podemos afirmar que

las definiciones tienen más consecuencias que las que los científicos están

dispuestos a reconocer (Sapsford, Still, Miell, Stevens & Wetherell, 1998). Las

definiciones son las que hacen que las concepciones de la ciencia aparezcan

de una forma más evidente. Debemos tener en cuenta que funcionan como

un mapa inicial del territorio delimitado por un campo del conocimiento.

Las definiciones también legitiman la investigación de ciertos temas sobre

otros. Podemos afirmar que definir significa marcar los límites y fijar las fron-

teras. En una época de nacionalismos, el nacionalismo disciplinario también

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Editorial UOC © 19 Capítulo I. La psicología social...

está teniendo cada vez más raigambre. Los límites y la territorialidad están

en el origen de los conflictos a través de los cuales el estatus y el poder de

las personas y de los grupos son configurados. El hecho de que estas luchas

disciplinarias sean discursivas y simbólicas, no impide que sean intensas.

En las páginas de este libro se argumenta que si la psicología social quiere

ser una disciplina más representativa y más específica conceptualmente, no

sólo precisa ser más social, sino más sociológica. La dimensión sociológica es

lo que le da a la psicología social su singularidad frente a una psicología bá-

sica. Al adoptar una perspectiva sociológica, la psicología social se convierte

en una parte de la sociología tanto como lo pueda ser de la psicología.

1.1. Antecedentes históricos

La expresión psicología social no parece tener un sentido claro y explícito

más allá del conjunto de tradiciones conceptuales y metodológicas en las

que se utiliza. El significado del término puede variar mucho dependiendo

de lo que entendamos por psicología y, sobre todo, del significado que de-

mos al término social. Por otro lado, lo que hoy en día podemos considerar

como la perspectiva dominante en psicología social no parece separarse de

la mantenida por un autor tan influyente como Floyd H. Allport (1924). Para

él, la psicología social es, sobre todo, psicología y, muy secundariamente,

social, en cualquiera de las acepciones que demos a dicho concepto. Así,

Allport (1924, p. 4) escribió en un texto en el cual intentó especificar los

principios básicos de la disciplina:

“No hay psicología de los grupos que no sea esencial y enteramente una psi-cología de los individuos. Sus necesidades biológicas son la meta hacia la cual se dirige su conducta social. Dentro de su organismo se encuentran todos los mecanismos que explican su conducta.”

Más adelante, este mismo autor (Allport, 1924, p. 11) señala que:

“De hecho, la psicología social ha crecido gracias al trabajo de los sociólogos. Es un error, sin embargo, suponer tal y como algunos lo han hecho, que es una rama de la sociología más que de la psicología… A pesar de las buenas intenciones y oficios de los sociólogos, las dos ciencias sociales deben perma-necer como campos de investigación separados.”

Está más allá de los objetivos de este libro llevar a cabo un pormenorizado

análisis de las implicaciones programáticas de este texto. Otros autores, sin

Page 21: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Introducción a la Psicología... 20 Editorial UOC ©

embargo, han realizado esta tarea (Álvaro & Garrido, 2007; Cherry, 1995;

Garrido & Álvaro, 2007; Danziger, 1990; Farr, 1996). El pronunciamiento

de Allport, a pesar de no haber atraído mucha atención y de su ambigüedad

e imprecisión conceptual, contiene un mensaje inequívoco: la psicología

social es, exclusivamente, psicología. Esta posición es la que ha sido mante-

nida en los libros de la psicología social psicológica y los manuales de psico-

logía social que contienen capítulos sobre la historia de la disciplina, como

son el de Gordon Allport (1954) y Jones (1985), en los que el punto de vista

de Allport es defendido.

Independientemente de la adecuación del marco conceptual de F. H.

Allport tanto para la psicología como para la psicología social, parece obvio

que el origen de la confusión inducida por definiciones como la suya des-

cansa sobre el significado atribuido a los términos social y aspectos sociales.

Incluso aunque no se trate de especificar el contenido de estos términos,

cabe hacerse la siguiente pregunta: ¿es posible una psicología que no sea so-

cial y que sea, por tanto, asocial? Toda psicología, sea individual o colectiva,

tiene que incluir “los aspectos sociales” como parte de sus explicaciones, lo

que hace que tenga que ser social. La expresión psicología social no deja de

ser, hasta cierto punto, tautológica, en la medida en que toda psicología es

social, de una u otra manera. Los psicólogos sociales no resolvemos el pro-

blema simplemente diciendo, tal y como es práctica común desde Allport,

que la psicología social es social porque trata de “lo social”. La materia de la

que trata una ciencia sólo nos indica aquella parte de la realidad que estudia

o intenta estudiar, pero no nos dice nada acerca de cómo es estudiada o des-

de qué perspectiva. Paradójicamente, la psicología social ha sido acusada en

numerosas ocasiones de ser excesivamente individualista. Tal y como escribe

Baumeister (1995, p. 75):

“Existe una paradoja en la forma en que la psicología social es practicada hoy en día: no es siempre tan social. Irónicamente, la mayoría de los psicólo-gos sociales piensan que las personas son, en gran medida, unidades autocon-tenidas, concediendo sólo que, ocasionalmente, entran en contacto unas con otras.”

Observaciones como las de esta cita han sido hechas por autores con di-

ferentes orientaciones epistemológicas (Augoustinos, 1999; Marková, 2000;

Osterkamp, 1999; Smith, 1999).

Page 22: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Editorial UOC © 21 Capítulo I. La psicología social...

Si la psicología social es básicamente una extensión de la perspectiva psi-

cológica a lo social, entonces su sesgo individualista no debería sorprender,

dado que el nivel de análisis de la teorización psicológica se ha desarrollado,

normalmente, en función de sus explicaciones del sistema de la personalidad

o de sus subsistemas. Si añadimos a esta descripción el ethos individualista de

la cultura occidental, podemos entender las observaciones de Parsons (1954,

p. 101) acerca de las tendencias generales de la teoría psicológica:

“1) La reificación del organismo, el cual, en virtud de su constitución genética, es considerado como la base “real” de la estructura de los sistemas de com-portamiento; 2) la reificación de la “unidad real de la conducta”, la cual pue-de ser tanto la secuencia Estímulo-Respuesta (E-R) de los conductistas como la “gestalt” perceptual momentánea. Esto es considerado como clave para la comprensión de toda conducta, o 3) la reificación del individuo, haciendo de la personalidad una forma más o menos clara de la acción. Se pretende que el conocimiento de sí mismo se realize independientemente de sus relaciones sociales, actuales o previas, y sea presuntamente independiente de cualquier comprensión genuina de cómo los individuos, cuando son puestos juntos en sociedad, se comportan”

Estas observaciones, realizadas mucho antes de que entraran en vigor las

corrientes de pensamiento construccionistas, nos indican no sólo las difi-

cultades de entender la conducta social por medio de la teoría psicológica,

sino también el intento permanente de explicación de lo social en térmi-

nos de los individuos y, en última instancia, de su constitución biológica.

Moscovici (1972, p. 35) ya indicó que esta forma de reduccionismo afecta a

los postulados de la propia psicología social convencional:

“El primero se refiere a la idea de que la diferencia entre los procesos sociales y los procesos no sociales más elementales es una cuestión de grado y que se puede establecer una jerarquía en la cual pueden ser ordenados desde los más simples a los más complejos y desde lo individual a lo colectivo. El segundo postulado se refiere a la idea de que los procesos sociales no necesitan de la idea de fenómenos sociales gobernados por sus propias leyes, sino que pueden ser explicados por leyes psicológicas, las cuales, a su vez, pueden ser explicadas por leyes de carácter fisiológico. El último postulado parte de la idea de que no hay diferencia en la naturaleza de la conducta social y no social: las otras personas sólo intervienen como parte del ambiente general.”

Estas críticas son contestadas con el argumento de que existen dos psico-

logías sociales: una con una orientación psicológica y otra con una orienta-

ción sociológica. Esta distinción implica que ambas son reduccionistas con

respecto a la matriz original de la que surgieron. En esta línea, podría argu-

Page 23: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Introducción a la Psicología... 22 Editorial UOC ©

mentarse que existe un reduccionismo o sesgo psicológico en la psicología

social psicológica, de la misma manera que existe un sesgo sociológico en

la psicología social sociológica. Pero este argumento, que señala la existen-

cia de dos tipos de sesgos de iguales características, no es acertado, pues no

ofrece un relato adecuado de la actual situación si tenemos en cuenta el

modelo conceptual del cual parte el enfoque teórico más representativo de

la psicología social sociológica: el interaccionismo simbólico y las corrien-

tes teóricas afines que veremos en páginas posteriores. El interaccionismo

simbólico originado por Mead (1934) difícilmente puede ser calificado de

reduccionista si tenemos en cuenta que uno de los mayores logros de dicha

teoría ha sido el haber superado de forma convincente los viejos dualismos

individuo-sociedad, especificando cómo ambas realidades son constituidas a

través de los procesos de comunicación simbólica y de la interacción social.

Esta comprensión de la relación individuo-sociedad es también caracterís-

tica de las versiones más estructurales del interaccionismo, como es el caso

de Goffman (1959) o Stryker (1980), quien enfatiza la importancia de las

normas y roles sociales. Asimismo, también es característico de los estudios

de la sociología psicológica (House, 1977, 1981, 1991, 1995). De todos estos

autores trataremos con mayor profundidad en las páginas siguientes.

En resumen, si queremos hablar de psicología social, no podemos obviar

que desde sus orígenes la psicología social tuvo dos perspectivas diferentes,

tal y como ocurre en la actualidad: una perspectiva sociológica y otra psico-

lológica (véase figura 1; House, 1991, p. 46).

Page 24: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Editorial UOC © 23 Capítulo I. La psicología social...

PSICOLOGÍASOCIAL

Interacciónsimbólica

Estructurasocial yPersonalidad

Psicologíasocial

psicológica

SOCI

OLO

GÍA PSICO

LOG

ÍA

Figura 1. La psicología social como intersección de la sociología y la psicología.

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Page 26: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Capítulo IINiveles de análisis en las ciencias sociales

El problema de las relaciones entre el individuo y la colectividad es el aspec-

to central de uno de los debates más antiguos desarrollados en el seno de las

ciencias sociales. Podemos decir que desde el momento mismo de su cons-

titución como disciplinas científicas, tanto la psicología como la sociología

tuvieron que dedicar algún esfuerzo a la clarificación de las relaciones entre

lo que es social y lo que es individual.

La psicología, que nació con la vocación de convertirse en el estudio

científico de la mente, tuvo que enfrentarse muy pronto al hecho de que

la mente humana no surge ni se desarrolla en un vacío social, sino que es

producto de la inserción de la persona dentro de una colectividad. La so-

ciología, por su parte, nacida con la pretensión de convertirse en el estudio

científico de la sociedad, tampoco pudo ignorar en sus análisis la existencia

de factores psicológicos o individuales que influyen en el comportamiento

social. A medida que la sociología y la psicología se fueron desarrollando, fue

emergiendo la cuestión de las relaciones entre ambas ciencias. Fruto de esta

reflexión fue constituyéndose una nueva disciplina, la psicología social, que,

como hemos señalado en la introducción, surge al mismo tiempo dentro de

la psicología y de la sociología.

Un primer paso en la reflexión sobre los niveles de análisis en ciencias

sociales consiste en suponer que cada disciplina científica se diferencia de las

demás por tener su propio nivel. Desde este punto de vista, podríamos supo-

ner que la sociología se centra más en los factores sociales que determinan

el comportamiento, el pensamiento o las emociones, mientras que la psico-

logía presta más atención a los procesos psicológicos involucrados en dichos

procesos. La psicología social, fruto de la intersección de ambas disciplinas,

podría ser, de este modo, concebida como aquella perspectiva en la que la

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Introducción a la Psicología... 26 Editorial UOC ©

interacción de ambos tipos de factores prima a la hora de analizar la realidad

social. No obstante, esta suposición no es del todo exacta, ya que dentro de

cada disciplina coexisten diferentes niveles de análisis.

Como veremos a lo largo de este libro, dentro de la sociología no sólo

tienen cabida aquellas teorías centradas en fenómenos sociales de carácter

estructural, sino que también se han desarrollado importantes enfoques teó-

ricos en los que se ha puesto el acento en el comportamiento individual y/o

en la interacción social.

La reflexión sobre los niveles de análisis que podemos utilizar a la hora de

abordar el estudio de la realidad social ha ocupado un lugar más destacado

en sociología que en psicología. La psicología ha prestado, en general, poca

atención a esta cuestión que, en cierto modo, se ha considerado resuelta con

la mera existencia de la psicología social. De algún modo, dentro de la psico-

logía se ha ido asumiendo que es en el contexto de la psicología social donde

hay que mantener el debate en torno a las relaciones entre lo individual y lo

colectivo, o entre lo psicológico y lo social. La reflexión acerca del nivel de

análisis más adecuado a la hora de abordar el estudio de la realidad social no

ha despertado, sin embargo, mucho interés dentro de la psicología social.

Durante los años setenta, coincidiendo con una etapa de crisis de la dis-

ciplina, se desarrolló en el seno de la psicología social un fuerte debate en

torno a la necesidad de una mayor consideración de la dimensión social del

comportamiento, pero no hubo acuerdo a la hora de definir dicha dimen-

sión social. Tampoco hubo entonces, ni lo hay en la actualidad, un esfuer-

zo metateórico encaminado a la identificación de los diferentes niveles de

análisis en los que se sitúan las distintas teorías psicosociológicas. Uno de

los pocos trabajos que pueden enmarcarse dentro de esta línea es el de Doise

(1980), que distingue cuatro niveles de explicación dentro de la psicología

social: el nivel intraindividual, centrado en los procesos mentales que se en-

cuentran en la base del comportamiento de las personas; el nivel interindi-

vidual, centrado en el análisis de la interacción social en una situación dada

sin tener en cuenta factores sociales ajenos a dicha situación; el nivel social,

en el que se analiza la interacción social teniendo en cuenta la posición so-

cial de las personas involucradas en dicha interacción, y el nivel ideológico,

en el que se tiene en cuenta la influencia de la ideología y de los sistemas de

Page 28: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Editorial UOC © 27 Capítulo II. Niveles de análisis...

creencias, representaciones y normas vigentes en la estructura social de la

cual la persona forma parte.

Como ya hemos señalado, el esfuerzo por identificar los niveles de aná-

lisis en los que puede situarse el estudio de la realidad social ha sido mayor

en sociología que en psicología social. No es éste el lugar para examinar de

forma exhaustiva todas y cada una de las aportaciones que se han hecho

al estudio de esta cuestión. En este apartado nos limitaremos a mostrar las

grandes líneas temáticas en torno a las cuales se ha desarrollado el trabajo

sobre los niveles de análisis en ciencias sociales. Nuestro objetivo es introdu-

cir una serie de conceptos básicos que puedan facilitar la comprensión de las

teorías psicosociológicas que analizaremos a lo largo de este libro.

Una de las dimensiones que solemos utilizar para distinguir entre los dife-

rentes ámbitos de análisis de la realidad social es la dimensión micro-macro.

Esta dimensión se deriva de la posibilidad de establecer un orden entre dife-

rentes fenómenos sociales en función de su magnitud.

En el extremo inferior del continuo micro-macro encontraríamos a los

individuos, mientras que en el extremo superior hallaríamos los fenómenos

sociales a gran escala. Entre ambos extremos encontraríamos diferentes fe-

nómenos sociales de magnitud intermedia (véase la figura 2; Ritzer, 2002,

p. 619). Existen algunas diferencias entre los sociólogos en cuanto a qué

debemos definir como micro o macro. Así, cuando hablamos de nivel micro,

podemos estar haciendo alusión a fenómenos psicológicos, a individuos o

a la interacción entre individuos. Cuando hablamos de fenómenos macro,

por otra parte, nos podemos referir a las poblaciones, a la sociedad y su es-

tructura, o incluso a la cultura. Pero, en general, la dimensión micro-macro

se puede equiparar a un continuo que iría de lo individual a lo colectivo

Otra forma de aludir a esta dimensión la tenemos en la distinción que hacen

algunos sociólogos entre acción y estructura, y que, en líneas generales, es

equiparable a la diferenciación entre los niveles micro y macro. Por regla

general, mediante el concepto de acción hacemos referencia a los actores

individuales, mientras que el término estructura alude, casi siempre, a las

instituciones sociales. El análisis de la realidad social desde el punto de vista

de la acción suele ser, por tanto, un análisis microsociológico, mientras que

Page 29: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Introducción a la Psicología... 28 Editorial UOC ©

el análisis estructural de la realidad social se corresponde, en general, con un

nivel de análisis macrosociológico.

Nivel micro Nivel macro

Pensamientoy Acciónindividual

Interacción Grupos Organizaciones Sociedades Sistemas mundiales

Figura 2. La dimensión micro-macro.

En el continuo que se extiende desde lo individual a lo colectivo, cada

uno de los niveles surge como resultado de la agregación de elementos del

nivel anterior. La acción individual da paso a la interacción, que es, a su vez,

la base sobre la que se constituyen los grupos. Éstos se encuentran integra-

dos dentro de las organizaciones que forman parte, a su vez, de una estruc-

tura social más compleja. Pero cada uno de estos niveles no es meramente

la suma de elementos del nivel anterior, sino que tiene propiedades nuevas

que no están presentes en sus elementos constitutivos. Un grupo no es un

mero agregado de personas, sino una realidad social diferente que no puede

ser conocida de forma adecuada a partir del estudio individual de las perso-

nas que lo constituyen.

La idea de que los diferentes niveles de organización tienen propiedades

nuevas que no están presentes en los elementos que los constituyen se co-

noce con el nombre de emergentismo social o doctrina de las propiedades

emergentes. Según la tesis del emergentismo social, o de las propiedades

emergentes, cada nivel de organización social supone la aparición de nuevas

formas que no están presentes en sus elementos constitutivos.

En general, casi todos los sociólogos reconocen que cada uno de los nive-

les del continuo micro-macro implica la aparición de fenómenos nuevos que

no estaban presentes en el nivel anterior. Sin embargo, no todos admiten

que la emergencia de nuevos fenómenos haga necesario utilizar principios

explicativos diferentes de los empleados para analizar la conducta individual.

Esta postura se conoce con el nombre de individualismo metodológico.

El individualismo metodológico es una forma de abordar el estudio de la

realidad social que consiste en utilizar los mismos principios que explican la

conducta individual para analizar los fenómenos sociales de mayor escala.

Page 30: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Editorial UOC © 29 Capítulo II. Niveles de análisis...

Un ejemplo de individualismo metodológico lo tenemos en la teoría del

intercambio de Homans (1961), que analizaremos más adelante. Este autor

reconocía que en el transcurso de la interacción social emergían nuevos fe-

nómenos, pero subrayaba que todos ellos podían ser explicados partiendo

de las leyes del conductismo skinneriano. Se trata de una postura contraria

a la que habían defendido autores como Durkheim, quien consideraba que

para explicar los fenómenos sociales había que recurrir a fenómenos sociales

del mismo nivel.

No obstante, la dimensión micro-macro no es suficiente para elaborar

un esquema de los diferentes niveles de análisis en los que se puede situar el

estudio de la realidad social. Hay teorías que se sitúan en un mismo punto

del continuo micro-macro y que, sin embargo, son radicalmente diferentes

en su forma de abordar el estudio del comportamiento social. Por ejemplo,

tanto las teorías del intercambio, derivadas del conductismo, como el inte-

raccionismo simbólico o la sociología fenomenológica son teorías microso-

ciológicas. Sin embargo, es evidente que hay notables diferencias entre estos

enfoques en el análisis que hacen de la interacción social.

Para los teóricos del intercambio, la conducta es el resultado de variables

objetivas situadas fuera del individuo. La interacción social es definida en

términos de un intercambio que se mantiene en función de los refuerzos

proporcionados por otras personas. En el interaccionismo simbólico y en la

sociología fenomenológica se tienen en cuenta los significados que las per-

sonas dan a sus acciones. La intervención de la conciencia y de los procesos

subjetivos internos, totalmente rechazada por el conductismo, se convierte

en fundamental en estas dos corrientes. De ahí que sean necesarias otras

dimensiones para diferenciar entre los niveles de análisis de las ciencias so-

ciales.

Otra dimensión central es aquella que nos sirve para distinguir entre un

nivel de análisis centrado en el estudio de procesos subjetivos y otro más in-

teresado en la identificación de los procesos objetivos que conforman la rea-

lidad social. Ejemplos de tal dimensión son el continuum subjetivo-objetivo

propuesto por Ritzer (2002) o la dimensión materialista-idealista propuesta

por Alexander (1982). Los fenómenos sociales objetivos son aquellos que tie-

nen una existencia material, como, por ejemplo, los actores, las estructuras

Page 31: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Introducción a la Psicología... 30 Editorial UOC ©

burocráticas o el lenguaje. En el otro extremo de esta dimensión hallaríamos

los fenómenos sociales subjetivos, que carecen de existencia material. Los

procesos mentales, las normas, los valores, etc. son fenómenos cuya existen-

cia se manifiesta en el plano de las ideas. Partiendo de la intersección de am-

bas dimensiones, algunos autores proponen la existencia de cuatro niveles

de análisis de la realidad social.

Ritzer (2002), por ejemplo, habla de los cuatro niveles siguientes:

Nivel macro-objetivo. En el análisis de la realidad social se recurre a los

fenómenos sociales a gran escala y a los procesos que tienen una manifesta-

ción material. En este nivel se situaría, por ejemplo, el funcionalismo estruc-

tural de T. Parsons.

Nivel macro-subjetivo. Este nivel se caracteriza por situar el interés en los

fenómenos colectivos de carácter subjetivo, como las normas y los valores.

Nivel micro-objetivo. En este caso, el análisis se centra en los fenómenos

individuales o interindividuales y en los procesos de carácter objetivo. Un

ejemplo de teoría de nivel micro-objetivo es la teoría del intercambio.

Nivel micro-subjetivo. Como en el caso anterior, el objeto de análisis son

los fenómenos individuales o interindividuales, pero se tienen en cuenta los

procesos que se manifiestan en un plano subjetivo. La sociología fenomeno-

lógica o el interaccionismo simbólico constituyen algunos de sus ejemplos.

Una forma similar de entender los niveles de análisis de las ciencias so-

ciales es la propuesta de Alexander (1982), para quien existen cuatro niveles:

colectivo-idealista, colectivo-materialista, individual-idealista e individual-

materialista. La dimensión individual-colectivo se corresponde con la di-

mensión micro-macro, mientras que el continuo idealista-materialista co-

rresponde a la dimensión subjetivo-objetivo. Otra aportación interesante a

los niveles de análisis de la psicología social es la de Pettigrew (1991, p. 22).

Page 32: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Editorial UOC © 31 Capítulo II. Niveles de análisis...

NIVELMACRO

NIVELMESO

SituacionalCara a cara

NIVELMICRO

Individuos

Análisis dearriba aabajo

Análisis deabajo aarriba

A

C D

B E

F

Figura 3: Seis tipos de análisis psicosociológicos

Como vemos en la figura 3, podríamos incluir seis tipos de análisis en las

investigaciones realizadas en psicología social. El predominio de la psicolo-

gía social psicológica ha situado a una mayoría de sus estudios en el nivel de

las interacciones cara a cara, niveles B y E. Las relaciones representadas en

los niveles C, D y F han sido objeto, sin embargo, de una escasa atención,

salvo en la psicología social sociológica, donde la interacción entre los nive-

les individual, situacional –interacción social– y estructural ha recibido una

mayor atención.

Aunque algunos de los enfoques teóricos que analizaremos se han situa-

do en posiciones extremas, no es extraño encontrar ejemplos en los que

hemos llegado a una cierta integración de estos diferentes niveles de análi-

sis. Algunos de estos intentos de integración serán analizados en el último

apartado de este libro, en el que mostraremos algunos de los desarrollos más

recientes de la teoría sociológica.

Page 33: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger
Page 34: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Capítulo IIIEl punto de vista psicosociológico en la teoría sociológica clásica

La formación de un punto de vista psicosociológico dentro de la sociología

es temprana. Las primeras ideas psicosociológicas van surgiendo a medida

que se empieza a reflexionar sobre las relaciones entre sociología y psicolo-

gía, o entre sociedad e individuo. Y esto es algo que ocurre muy pronto den-

tro de la sociología. Uno de los primeros autores que analizó las relaciones

entre la psicología y la sociología fue Comte (1798-1857).

Fue este autor quien acuñó el término sociología para dar nombre a la

ciencia que se encargaba del estudio de la sociedad (Comte, 1830-1842). Una

exposición detallada de las contribuciones de este autor al desarrollo de las

ciencias sociales excede claramente los objetivos de este libro. De ahí que

nos detengamos únicamente en su visión de las relaciones entre sociología

y psicología. Por este motivo, destacaremos las reflexiones de Comte acerca

del conocimiento científico, que dieron como resultado una clasificación

jerárquica de las ciencias.

Para Comte, sólo existían seis ciencias fundamentales, cada una de las

cuales incluía todas las anteriores: matemática, astronomía, física, química,

biología y sociología. La sociología, cuyo objetivo era el estudio de la vida

social, se encontraba, por tanto, en la cima de todas las ciencias, a las cuales

incluía. La psicología no formaba parte del esquema de clasificación de las

ciencias propuesto por Comte, ya que para este autor el conocimiento psico-

lógico tenía que formar parte bien de la biología, bien de la sociología.

Comte no le reconocía carácter científico a la psicología introspectiva de

la época. Debemos tener en cuenta que en la época en la que Comte propuso

esta jerarquización del conocimiento científico, la psicología todavía care-

cía del estatuto científico que logró más tarde de la mano de Wundt (véase

Page 35: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Introducción a la Psicología... 34 Editorial UOC ©

Garrido y Álvaro, 2007). Comte consideraba necesaria la desvinculación de

la psicología y la filosofía, pero no creía en el carácter autónomo de la psico-

logía. Para él, esta disciplina estaba dividida en dos grandes ramas: el estudio

del organismo individual debía formar parte de la biología y el estudio psi-

cológico del individuo, en tanto que ser social, de la sociología.

Esta concepción ha hecho que algunos autores, como Allport (1954), con-

sideren a Comte como el fundador de la psicología social. No obstante, es

necesario matizar que las reflexiones de Comte no se referían a la delimita-

ción de un área de estudio específica, sino a la necesidad de que la psicología

se fundamentase en la biología o en la sociología. La reflexión acerca de las

relaciones entre psicología y sociología ocupó también un lugar destacado

en la obra de Spencer (1820-1903). No en vano este autor está considerado

como uno de los padres fundadores, no sólo de la sociología, sino también

de la psicología. Heredero de la tradición evolucionista británica, Spencer

(1870, 1876) ejerció una influencia muy importante en el pensamiento so-

cial de su época. Muchas de las ideas que dieron lugar al darwinismo psico-

lógico y al darwinismo social proceden, en realidad, de las ideas de Spencer,

más que de la obra de Darwin.

De hecho, Spencer fue el primer autor que desarrolló una concepción

evolucionista de la psicología, concepción que expone en su obra Principios

de psicología, basada en las ideas de J.B.Lamarck. Con posterioridad, cuando

Darwin dio a conocer sus ideas en El origen de las especies, Spencer tomó algu-

nas de ellas y extendió su visión evolucionista a otras disciplinas científicas.

El resultado fueron sus ambiciosas obras Sistema de filosofía sintética: Primeros

principios, Principios de biología, Principios de psicología, Principios de sociología

y Principios de moralidad, publicadas entre 1862 y 1892. Spencer formuló una

ley general de la evolución que denominó ley de la diferenciación creciente.

Según esta ley, la evolución consiste en una progresión continua desde un

estado homogéneo e indiferenciado hasta un estado de heterogeneidad y di-

ferenciación crecientes. Esta ley fue el punto de partida de Spencer a la hora

de elaborar su sistema científico y filosófico.

La aplicación de la ley general de la evolución en la psicología llevó a

Spencer a afirmar que la evolución de la mente es el resultado de una pro-

gresión desde el estado indiferenciado de los organismos primitivos hasta

Page 36: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Editorial UOC © 35 Capítulo III. El punto de vista...

la estructura compleja del cerebro humano. Esta complejidad es el resulta-

do de la interacción entre el organismo y el medio, que hace que se vaya

pasando de los reflejos a los instintos, luego a la memoria y, finalmente, al

razonamiento mental. A diferencia de Darwin, quien negaba la existencia de

una diferencia cualitativa entre los animales y la especie humana, Spencer

afirmaba que la continuidad mental significaba progreso y su concepción

de la evolución incluía aspectos valorativos que Darwin no había admitido.

Spencer valoró como mejores los organismos más evolucionados, lo que le

llevó a defender la superioridad intelectual del europeo, basada en el mayor

tamaño del cerebro, y de los hombres, basándose en la diferente organiza-

ción del cerebro de los hombres y las mujeres.

Aplicada a la sociología, la ley general de la evolución implicaba que la

sociedad ha ido evolucionando desde un estado inicial de homogeneidad

hasta el alto grado de complejidad actual. Para explicar el proceso de evolu-

ción social, Spencer define la sociedad como un organismo, algo que tam-

bién había hecho Comte.

Spencer fue contradictorio al utilizar la analogía organicista, puesto que

a veces adoptó una posición nominalista, usando el término sociedad como

mera etiqueta, mientras que en otras ocasiones su postura fue realista, ya que

para él, la sociedad adquiere una entidad propia e independiente. Spencer

siempre defendió la existencia de una interacción recíproca entre el indivi-

duo y la sociedad, pero nunca aceptó la idea de que la personalidad indivi-

dual es un producto cultural; más bien subrayó el papel del individuo como

factor determinante de las peculiaridades de la cultura. Para Spencer, la so-

ciedad es producto de las unidades que la componen y, aunque ambas partes

interaccionan, las características de los individuos son las que determinan el

carácter de la sociedad, y no al revés.

Spencer concibió las relaciones entre psicología y sociología de manera

radicalmente diferente a como las había definido Comte. Para él, la sociolo-

gía debía ser una ciencia sintética, fundamentada en la biología y la psico-

logía. Esta concepción reduccionista de la sociología fue uno de los rasgos

básicos del pensamiento spenceriano.

La influencia de Spencer en el desarrollo de las ciencias sociales duran-

te la segunda mitad del siglo pasado es inequívoca. Su teoría evolucionista

Page 37: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Introducción a la Psicología... 36 Editorial UOC ©

tuvo una gran acogida en Estados Unidos, ejerciendo una enorme influencia

en los primeros sociólogos norteamericanos. La psicología norteamericana

tampoco fue ajena al impacto de las ideas evolucionistas, que se convirtie-

ron en la principal alternativa a la psicología de Wundt. Aunque Spencer no

hizo ninguna contribución directa a la psicología social, algunas de sus ideas

constituyeron la base sobre la que se elaboraron las aportaciones de otros

autores. El tratamiento que Spencer dio a los instintos, por ejemplo, debe

considerarse como un antecedente de la psicología social de McDougall.

Page 38: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Capítulo IVLas relaciones entre individuo y sociedad en los primeros desarrollos teóricos de la sociología

La reflexión sobre las relaciones entre lo individual y lo colectivo y sobre

las fronteras entre la sociología y otras ciencias sociales siguió siendo uno

de los temas centrales de la sociología durante la etapa de consolidación de

esta ciencia. En torno a esta reflexión se fueron articulando algunos de los

desarrollos teóricos más importantes de la sociología.

4.1. La relaciones entre individuo y sociedad en la teoría social francesa

El debate acerca de las relaciones entre el estudio del individuo y el estudio

de la sociedad se convirtió en un elemento central de la sociología france-

sa posterior a Comte. El enfrentamiento entre las posiciones de Durkheim

(1858-1917) y las de Tarde (1843-1904) nos ilustra acerca de este tipo de

polémica.

Durkheim rechazó el individualismo de la sociología spenceriana y la

concepción que Spencer mantenía sobre el estatus de la sociología como

ciencia fundamentada en la biología y la psicología. De hecho, uno de sus

principales objetivos fue definir el carácter de la sociología como disciplina

científica e independiente de otras áreas de conocimiento, en especial de

la psicología. Durkheim realizó una labor en la sociología similar a la que

Wundt había desarrollado en la psicología (véase Garrido y Álvaro, 2007),

delimitando un objeto de estudio y un método que confiriesen a la sociolo-

gía un carácter científico. Las propuestas de Durkheim aparecen desarrolla-

das en Las reglas del método sociológico (1895), donde subraya que el objeto

de estudio de la sociología son los hechos sociales, que tienen un carácter

objetivo y deben ser tratados como si fueran cosas. En cuanto al método de

estudio, Durkheim rechazó las explicaciones de carácter psicológico e insis-

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Introducción a la Psicología... 38 Editorial UOC ©

tió en la necesidad de que la explicación causal en sociología se situase en el

nivel social: “la causa determinante de un hecho social se tiene que buscar

entre los hechos sociales que lo precedieron, y no entre los estados de con-

ciencia individuales” (p. 121).

De este interés por objetivar los hechos sociales surge su concepción de la

sociedad como una entidad independiente de los individuos que la constitu-

yen. Para explicar las relaciones entre la sociedad y los individuos sin recurrir

a causas psicológicas, introduce el concepto de conciencia colectiva. La so-

ciología no debe recurrir, para explicar los hechos sociales, a las conciencias

individuales, sino a la conciencia colectiva (Durkheim, 1895/1991, p. 116).

“Agregándose, penetrándose, fusionándose, las almas individuales engendran un ser, psíquico si se quiere, pero que constituye una individualidad psíquica de un nuevo género. En la naturaleza de esta individualidad colectiva, y no en las unidades integrantes, es donde es preciso ir a buscar las causas próximas y determinantes de los hechos que se producen en ella. El grupo piensa, siente, obra en forma distinta a como lo harían sus miembros si se encontraran aisla-dos. Si se parte, pues, de estos últimos, no se podrá comprender nada de lo que pasa en el grupo... Por consiguiente, siempre que se explique directamente un fenómeno social por un fenómeno psíquico, puede tenerse la seguridad de que la explicación es falsa.”

Para Durkheim, la sociedad está por encima del individuo, y la concien-

cia colectiva por encima de la conciencia individual. Las relaciones entre la

sociedad y el individuo se explican mediante el mecanismo de la coerción.

Los hechos sociales ejercen un poder coercitivo sobre los individuos.

El concepto de conciencia colectiva enfrentó a Durkheim con otros soció-

logos de la época como, por ejemplo, Tarde. Este autor rechaza la idea de una

conciencia colectiva independiente de los individuos. Para él, el comporta-

miento individual no es producto de procesos psicológicos independientes

y situados fuera del individuo, sino un resultado de las reacciones recíprocas

entre las conciencias (Tarde, 1904/1986). En lo que se refiere a las relacio-

nes entre psicología y sociología, la postura de Tarde se parece más a la de

Spencer que a la de Durkheim, ya que defendió la idea de que la sociología

tenía que fundamentarse en la psicología.

Tarde es, sin duda, uno de los primeros sociólogos en desarrollar un pun-

to de vista psicosociológico en el análisis del comportamiento humano. De

hecho, sus dos obras más representativas, Las leyes de la imitación y La lógica

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Editorial UOC © 39 Capítulo IV. Las relaciones entre...

social, habían sido concebidas, en un principio, como una sola obra cuyo

título inicial iba a ser Psicología social y lógica social. De haberse mantenido

la idea inicial, el de Tarde hubiera sido el primer texto en torno a la disci-

plina.

La psicología social era, para Tarde, una psicología intersubjetiva, cuyo

objeto de análisis eran las relaciones interpersonales. Para Tarde, el mecanis-

mo explicativo de la conducta social no era la coerción, como había preten-

dido Durkheim, sino la imitación y la sugestión. El comportamiento social

no es el resultado de la influencia unidireccional de la colectividad sobre el

individuo, sino de un proceso de influencia recíproca entre las conciencias.

Esto hace de Tarde el precursor del concepto actual de interacción. Algunas

de las ideas de Tarde, en especial su análisis de las leyes de la imitación, fue-

ron retomadas con posterioridad por Ross y constituyeron la principal base

teórica sobre la que se articuló el manual de psicología social publicado por

este autor en 1908.

4.2. La relación entre individuo y sociedad en la teoría social alemana

La sociología alemana no fue ajena a la preocupación por definir las rela-

ciones entre el individuo y la sociedad, así como los límites entre la psicolo-

gía y la sociología. Un ejemplo de esta preocupación lo tenemos en la obra

de Max Weber, situada en un nivel de análisis microsociológico en el que,

sin embargo, no se descuidó el estudio de fenómenos de naturaleza macro.

Weber abogó claramente por una sociología centrada en los individuos más

que en la colectividad. Aunque reconoció la importancia de los fenómenos

colectivos, Weber mantuvo siempre la convicción de que éstos podían ser

estudiados partiendo del estudio de la acción individual. El método de aná-

lisis de la sociología, por tanto, tenía que ser individualista.

Una de las aportaciones más destacadas de Weber a la teoría sociológica

fue su distinción entre acción y conducta. Mientras que la conducta es una

mera reacción automática a estímulos externos, la acción implica la inter-

vención de procesos reflexivos. Según Max Weber, uno de los principales

objetivos de la sociología debería ser el estudio de la acción social. El com-

portamiento no puede ser estudiado como mera reacción a estímulos exter-

nos, sino que para su comprensión debemos entender cuál es el significado

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Introducción a la Psicología... 40 Editorial UOC ©

que los individuos dan a sus actos. En resumen, el análisis sociológico tiene

que partir del sentido que el actor da a su acción.

La pretensión de Max Weber (1913/1993, p. 177) fue la de construir una

sociología comprensiva, que definió de la siguiente manera:

“En efecto, su objeto específico no lo constituye para nosotros un tipo cual-quiera de «estado interno» o de comportamiento externo, sino la acción. Pero acción (incluidos el omitir y el admitir deliberadamente) significa siempre para nosotros un comportamiento comprensible en relación con objetos, esto es, un comportamiento especificado por su sentido subjetivo poseído o mentado, no interesa si de manera más o menos inadvertida [...]; la acción que específicamente reviste importancia para la sociología comprensiva es, en particular, una conducta que 1) está referida, de acuerdo con el sentido subje-tivamente mentado del actor, a la conducta de otros 2) está codeterminada en su decurso por esta su referencia plena de sentido, y 3) es explicable por vía de comprensión a partir de este sentido mentado (subjetivamente)”.

Aunque es preciso señalar que la reflexión sobre cuestiones metodológi-

cas no ocupó un lugar central en la obra de Weber, su forma de concebir la

sociología lleva a considerar una serie de implicaciones metodológicas que

ejercieron una gran influencia tanto en la sociología de la época como en la

sociología actual. Una de estas implicaciones fue el uso de la Verstehen como

una de las principales herramientas metodológicas del sociólogo.

Verstehen, que significa comprensión, es también el nombre con el que

se conoce a un método de estudio derivado de la hermenéutica, y cuyo ob-

jetivo es el análisis del significado y la estructura de los textos. La propuesta

de Weber fue ampliar el contexto de utilización de este método y usarlo no

sólo para desentrañar el significado de textos escritos, sino también para

comprender el sentido de las acciones. La idea de que la Verstehen podía ser

un método de estudio apropiado para la sociología se derivaba de la forma

en la que Weber había definido el objeto de esta ciencia.

Para Weber, la sociología tenía que estudiar los fenómenos sociales por

medio del análisis de la acción individual. A diferencia de lo que le sucede

al científico natural, el científico social no es ajeno a la realidad que está

estudiando.

A la hora de llevar a cabo un estudio de la acción de otras personas, el

sociólogo puede beneficiarse, según Weber, del conocimiento introspectivo

que tiene de sus propias acciones. De esta forma, el científico social puede

Page 42: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Editorial UOC © 41 Capítulo IV. Las relaciones entre...

alcanzar un grado de comprensión de la realidad que estudia y al que difí-

cilmente se podría llegar en ciencias naturales. Weber no fue el único cien-

tífico social que vio en este método un camino fructífero para el estudio de

la realidad social. También Dilthey (1894), desde el ámbito de la psicología,

reivindicaba el uso de la Verstehen como método de estudio propio de las

ciencias sociales.

La reivindicación de la Verstehen como método de estudio característico

de las ciencias sociales se basaba, por tanto, en la idea de que, a diferencia

de la realidad física, no podemos explicar la realidad social recurriendo a la

formulación de leyes generales. Los fenómenos que estudian las ciencias so-

ciales son únicos y singulares y, en consecuencia, no podemos llevar a cabo

su estudio mediante la búsqueda de regularidades de carácter universal. En

otras palabras, el conocimiento derivado de las ciencias sociales no es un

conocimiento nomotético, sino un conocimiento idiográfico. Esto suponía

un abierto enfrentamiento con la tesis positivista de la unidad de la ciencia,

según la cual todas las disciplinas científicas, incluida la historia, debían

seguir un método común. Desde el punto de vista positivista, las ciencias

sociales, al igual que las ciencias naturales, eran una forma de conocimiento

nomotético, cuyo objetivo último era la formulación de las leyes generales

que explican la realidad social.

En la polémica que enfrentó a los partidarios del carácter nomotético

de las ciencias sociales con quienes abogaban por su naturaleza idiográfica,

Weber se situó en una postura intermedia. Según él, la sociología se tiene

que interesar tanto por la generalización como por la particularización del

conocimiento. El puente que le sirvió para unir ambos extremos fueron los

tipos ideales. Los tipos ideales son conceptos generales o modelos que el

sociólogo utiliza a la hora de estudiar la realidad social. Se trata de abstrac-

ciones elaboradas por el sociólogo partiendo de la realidad empírica, pero

presentando ésta de forma exagerada. Son conceptos ideales en el sentido de

que no tienen un referente empírico real. El tipo ideal es una generalización

y, en este sentido, responde a una caracterización de la sociología como un

saber nomotético.

Sin embargo, partiendo de estos conceptos generales, el sociólogo debe

estudiar una realidad concreta, particular; debe, por consiguiente, utilizar

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Introducción a la Psicología... 42 Editorial UOC ©

estos conceptos para obtener un conocimiento idiográfico de la realidad so-

cial. Además de sus contribuciones a la teoría sociológica, Weber llevó a cabo

importantes investigaciones empíricas, entre las que destacan sus estudios

sobre las estructuras de autoridad y la burocracia, su análisis de la racionali-

zación y sus estudios acerca de la religión, en los que ocupa un lugar relevan-

te el análisis de la relación entre el capitalismo y la ética protestante.

Pese a la perspectiva microsociológica en la que Weber situó explícita-

mente la labor de la sociología, hay que señalar que en estos estudios tras-

cendió el análisis de la acción individual y prestó atención a fenómenos

macrosociales, como la estructura social o la cultura.

Otra contribución importante al debate sobre la relación entre individuo

y sociedad fue la de Simmel (1858-1918), cuya influencia en el desarrollo

de la teoría sociológica fue decisiva, no sólo en Alemania, sino también en

Estados Unidos. El análisis que Simmel (1908, 1917) hizo de la interacción

social sirvió de inspiración a los sociólogos de la Escuela de Chicago y ejerció

una notable influencia en el interaccionismo simbólico. Por otra parte, el

trabajo de este autor influyó, también, en otras teorías como las del inter-

cambio. Para Simmel, el objeto principal de la sociología debe ser el análisis

de las interacciones que se producen de manera cotidiana entre las personas.

A la hora de estudiar la interacción social, nos tenemos que situar, según

Simmel, en un nivel de análisis microsociológico, ya que los principios que

rigen este tipo de interacciones “sólo pueden apreciarse con el microsco-

pio psicológico”. Con ello, Simmel se separa de la postura macrosociológica

adoptada por autores como Durkheim.

En cuanto a la metodología adecuada para abordar el estudio de la in-

teracción social, Simmel considera que el método de estudio del sociólogo

tiene que imitar la forma de proceder del lego cuando éste da sentido a sus

interacciones cotidianas. Las personas se enfrentan de manera cotidiana a

numerosos acontecimientos e interacciones. A la hora de dar sentido a sus

interacciones, las personas no actúan como si fuera la primera vez que se

enfrentan a ellas, sino que las definen utilizando una serie de etiquetas y

modelos que ya poseen. Amistad, intercambio o extrañeza son algunos de

los modelos con los que contamos para dar sentido a las interacciones que

mantenemos de forma habitual con los demás. Según Simmel, el sociólogo

Page 44: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Editorial UOC © 43 Capítulo IV. Las relaciones entre...

debe actuar del mismo modo, reduciendo el complejo entramado de inte-

racciones con el que se tiene que enfrentar a un número limitado de clases o

formas de interacción. La identificación y el análisis de las formas de interac-

ción fue, precisamente, una de las principales aportaciones de Simmel a la

microsociología. Así, situaciones como el conflicto, el intercambio, la extra-

ñeza o la subordinación destacan entre las formas de interacción analizadas

por Simmel. Pero las formas de la interacción no fueron el único objeto de

la sociología de Simmel. También prestó una considerable atención al papel

que desempeñan en las interacciones cotidianas los diferentes actores que

participan en ellas. De este modo, desarrolló un importante trabajo encami-

nado a la identificación y el análisis de una serie de tipos sociales, en el que

destacan sus reflexiones sobre el extraño o el pobre. Entre las aportaciones

de Simmel al estudio de la interacción social también destaca el análisis que

hizo de las diferencias entre la diada y la triada, así como sus estudios sobre

la influencia que ejercen el tamaño del grupo o la distancia entre sus miem-

bros en la interacción social y en la personalidad individual.

La postura de Simmel, en lo que se refiere a las relaciones entre individuo

y sociedad, se aleja tanto de posturas realistas –como la de Durkheim–, como

de posturas nominalistas. Frente a ambos extremos, adopta una postura in-

teraccionista, en la que el individuo y la sociedad se determinan mutuamen-

te. Las estructuras sociales son producto de la interacción entre las personas

pero, una vez creadas, trascienden a éstas y pueden ejercer sobre ellas una

influencia coercitiva.

4.3. La sociología de la Escuela de Chicago

Entre los desarrollos teóricos de la sociología que ejercieron mayor influen-

cia en la psicología social se encuentran, sin lugar a dudas, los trabajos de-

sarrollados en el Departamento de Sociología de la Universidad de Chicago.

Dicho Departamento, fundado por Albion Small en 1892, se convirtió en

el centro de la sociología norteamericana durante los años veinte. Figuras

como Robert Park (1864-1944), Ernest W. Burgess (1886-1966), W.I. Thomas

(1863-1947), Charles H. Cooley (1864-1929) o George Herbert Mead (1863-

1931) destacan entre los principales representantes de una orientación que

Page 45: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Introducción a la Psicología... 44 Editorial UOC ©

se convertiría en uno de los más importantes desarrollos teóricos de la psi-

cología social sociológica.

A los sociólogos de la Escuela de Chicago, en especial a Park, les debemos

la introducción y difusión de las ideas de Simmel en la sociología norteame-

ricana. Al igual que Simmel, los sociólogos de la Escuela de Chicago adoptan

una orientación microsociológica centrada en el análisis de la acción y de

los procesos subjetivos que la determinan. Al subrayar el papel de este tipo

de procesos, los teóricos de la Escuela de Chicago se alejan claramente del

conductismo, corriente teórica que ejercía una influencia hegemónica en

la psicología de la época. Frente a la concepción mecanicista de la persona

que se derivaba del conductismo, estos sociólogos proponían una visión vo-

luntarista del ser humano: la persona no reacciona mecánicamente ante los

estímulos que se le imponen desde el exterior, sino que sus acciones están

mediadas por la conciencia. A diferencia del conductismo, que concibió a la

persona como un ser reactivo y pasivo, la sociología de la Escuela de Chicago

la definió como un sujeto reflexivo, cuyas acciones estaban guiadas por el

significado que atribuye a las mismas.

Un ejemplo del papel que los sociólogos de la Escuela de Chicago atribu-

yeron a los procesos subjetivos que determinan la acción lo tenemos en la

siguiente afirmación de Thomas y Thomas (1928, p. 572): “si los hombres

definen una situación como real, ésta será real en sus consecuencias”. A la

hora de explicar y comprender el comportamiento de las personas, la per-

cepción que éstas tienen de la realidad puede ser más importante que la

realidad misma. El estudio de la conciencia y de los procesos subjetivos que

guían la acción ocupó, por tanto, un lugar muy destacado en los trabajos

realizados en la Escuela de Chicago. La conciencia era entendida como el

producto de la interacción de la persona con su entorno.

Un ejemplo de esta forma de entender la conciencia lo tenemos en el

concepto de yo espejo de Cooley, que implica que la conciencia de uno mis-

mo surge en el transcurso de sus interacciones con los demás y es un reflejo

de las imágenes de nosotros que éstos nos devuelven. Pero fue, sin duda, en

la obra de G.H. Mead donde esta forma de concebir la conciencia ocupó un

lugar más destacado. Las ideas de este autor dieron lugar al interaccionismo

Page 46: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Editorial UOC © 45 Capítulo IV. Las relaciones entre...

simbólico, una de las principales corrientes teóricas de la psicología social

sociológica, que será analizada en un apartado posterior.

El énfasis que se ponía en el punto de vista subjetivo del actor tuvo impor-

tantes implicaciones metodológicas. Si uno de los objetivos de la sociología

era el estudio de la conciencia y de los determinantes subjetivos de la acción,

resultaba imprescindible que el sociólogo fuera capaz de adoptar el punto

de vista del actor. Ésta era la idea que guiaba la recomendación de Cooley

cuando proponía que el sociólogo se familiarizase con el uso de la introspec-

ción simpática, poniéndose en el lugar de los sujetos a los que investigaba.

La gran aceptación que esta idea tuvo entre los sociólogos de la Escuela de

Chicago dio lugar a un importante desarrollo de la metodología cualitativa,

lo cual no quiere decir, sin embargo, que se abogara por el uso exclusivo de

este tipo de técnicas de investigación. Si por algo se caracteriza la Escuela de

Chicago, desde el punto de vista metodológico, es por el uso conjunto de

técnicas de investigación cualitativas y cuantitativas. De hecho, el periodo

de mayor actividad de la Escuela de Chicago coincidió con un importante

desarrollo de las encuestas sociales, al que los estudios realizados en el con-

texto de esta Escuela no fueron ajenos. Un ejemplo de esto lo tenemos en el

estudio Los negros en Chicago (Chicago Commission on Race Relations, 1922),

realizado por Johnson y dirigido por Park, con el objetivo de analizar la inte-

gración de la población negra en la ciudad de Chicago (véase Bulmer, 1984).

En esta investigación, que tuvo un carácter fundamentalmente aplicado, se

realizaron dos grandes encuestas entre la población negra, en las que parti-

ciparon 274 familias y 865 empleados de diferentes sectores. Además de este

método, se hizo un amplio uso de técnicas cualitativas como la observación

directa, la entrevista detallada y el análisis de artículos de prensa; y todo esto

con el complemento del análisis cuantitativo de datos del censo.

Entre las investigaciones desarrolladas por los sociólogos de la Escuela de

Chicago destaca también, por su relevancia para la psicología social, el estu-

dio de Thomas y Znaniecki (1918) El campesino polaco en Europa y los Estados

Unidos. Esta investigación, cuyo objetivo fue analizar el cambio que se pro-

ducía en las actitudes y valores de los inmigrantes polacos que se instalaban

en la ciudad de Chicago, ocupa, por diferentes motivos, un lugar destacado

en la historia no sólo de la psicología, sino también de la sociología. Por una

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Introducción a la Psicología... 46 Editorial UOC ©

parte, y al igual que el estudio sobre Los negros en Chicago, esta investigación

destaca por la combinación de diferentes técnicas de investigación. El estu-

dio fue pionero en el uso que hizo de documentos personales, tales como

cartas e historias de vida de los inmigrantes. Asimismo, se utilizaba otro tipo

de fuentes documentales, como artículos de periódicos, entrevistas, etc. Por

otra parte, esta investigación es importante por la forma en la que los datos

empíricos fueron integrados en un esquema teórico, en el que la reflexión

sobre el concepto de actitud ocupó un lugar central.

La forma en la que el concepto de actitud fue definido en el estudio de

Thomas y Znaniecki resulta especialmente relevante para la psicología so-

cial, hasta el punto de que esta investigación es el punto de partida de un im-

portante desarrollo de la investigación sobre actitudes. Thomas y Znaniecki

definen a la psicología social como el estudio científico de las actitudes, a

las que, a su vez, conciben como la contrapartida subjetiva de los valores

sociales. De esta forma, estudian el cambio de actitud como respuesta a las

características objetivas de la realidad social. Los dos estudios que acabamos

de mencionar son ejemplos representativos de la principal característica de

la sociología de la Escuela de Chicago: su orientación hacia la investigación

empírica y aplicada. Herederos directos del pragmatismo norteamericano,

los sociólogos de la Escuela de Chicago dieron un giro importante a la socio-

logía, dirigiéndola hacia el estudio empírico de la realidad social. Otra idea

central compartida por todos los miembros de esta Escuela fue la concepción

de la sociología como una ciencia orientada hacia la reforma social, algo

que se vio reforzado por las características del contexto social en el que se

desarrolló su labor. Los sociólogos de la Escuela de Chicago se vieron en la

necesidad de abordar los problemas sociales derivados de la rápida indus-

trialización y urbanización de la ciudad. La idea de que la ciudad era el gran

laboratorio en el que los científicos sociales debían desarrollar sus investi-

gaciones supuso un impulso importante para el desarrollo de la sociología

empírica.

En resumen, la sociología norteamericana de los años veinte y treinta

estuvo dominada por el trabajo que se desarrollaba en la Escuela de Chicago.

Las características definitorias de esta Escuela fueron las siguientes:

Orientación hacia la investigación empírica y aplicada.

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Editorial UOC © 47 Capítulo IV. Las relaciones entre...

Concepción de la sociología como una ciencia aplicada orientada

hacia la reforma social.

Adopción de un nivel de análisis microsociológico.

Énfasis en las dimensiones subjetivas de la acción.

Concepción de la conciencia como producto de la interacción so-

cial.

Pluralismo metodológico, que desembocó en la combinación de mé-

todos de investigación tanto cuantitativos como cualitativos en la

misma investigación.

Énfasis en la investigación de campo frente a la investigación de

laboratorio: la ciudad era concebida como el laboratorio propio del

sociólogo.

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Capítulo VEl punto de vista psicosociológico en el enfoque funcionalista

El funcionalismo es una perspectiva teórica que explica los fenómenos so-

ciales en términos de las funciones que éstos cumplen o, lo que es lo mismo,

analizando de qué manera contribuyen al mantenimiento de la sociedad.

Podemos encontrar los primeros antecedentes de la perspectiva funcionalista

en la obra de algunos sociólogos clásicos, como Comte, Spencer o Durkheim,

quienes habían insistido en la necesidad de considerar a la sociedad como

un todo y de estudiar la forma en la que cada una de las partes contribuía

a mantener el equilibrio del conjunto. La perspectiva funcionalista tuvo su

primer gran desarrollo dentro de la antropología, en la que destacan los

trabajos de autores como Radcliffe-Brown (1881-1955) o Malinowsky (1884-

1942). En la sociología, en la que el funcionalismo estructural fue la corrien-

te teórica dominante durante los años cincuenta y sesenta, los principales

representantes de este enfoque fueron Talcott Parsons y Robert Merton, al-

gunas de cuyas ideas resumiremos en estas páginas.

A pesar de que los autores que se encuadran dentro de esta corriente

divergen entre sí en numerosos aspectos, es posible extraer algunas caracte-

rísticas comunes que permitan dar una breve visión de conjunto de todos

ellos. De forma muy esquemática, todos los autores que se encuadran en la

perspectiva del funcionalismo estructural tenían en común los siguientes

rasgos:

Adopción de un punto de vista macrosociológico: La unidad de análisis

de los funcionalistas estructurales son los fenómenos sociales a gran escala,

tales como la estructura social, la cultura o las instituciones sociales.

El objeto de la sociología es el análisis de las estructuras sociales y de las

funciones que dichas estructuras cumplen. Las estructuras sociales son fun-

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Introducción a la Psicología... 50 Editorial UOC ©

cionales para el sistema, en el sentido de que contribuyen al mantenimiento

de éste.

El sistema social es percibido en términos de consenso, siendo el resulta-

do de la existencia de un consenso valorativo y normativo.

El cambio social se produce de forma lenta. El funcionalismo estructural

no supone un rechazo de la existencia de cambios en el sistema, pero sí de la

idea de que éstos tienen lugar de forma brusca. Los cambios en una parte del

sistema ocasionarán un proceso de ajuste de las demás partes.

Como acabamos de señalar, uno de los principales representantes del

funcionalismo estructural en sociología fue Talcott Parsons, en cuya obra

podemos distinguir dos grandes etapas. La primera de ellas se caracteriza por

la adopción de una perspectiva microsociológica muy influida por la teoría

de la acción de Max Weber. La obra más representativa de esta primera etapa

es La estructura de la acción social (1937).

En ella, Parsons desarrolla una teoría de la acción en la que la unidad de

análisis es el acto-unidad, y cuyo objetivo principal es analizar los determi-

nantes subjetivos de la acción. Como había hecho Weber, Parsons rechazó el

concepto de conducta y reivindicó el uso del término acción, más apropiado

porque implica tener en cuenta el papel de la conciencia y de los determi-

nantes subjetivos del comportamiento.

El interés inicial de Parsons por los fenómenos microsociológicos y por

el análisis de la acción fue dando paso a un interés creciente por la macroso-

ciología. El producto de esta evolución lo tenemos en su teoría funcionalista,

que ocupó la segunda fase de su carrera. La obra más representativa de esta

segunda etapa es El sistema social (1951). Según Parsons, la acción social o, lo

que es lo mismo, la interacción entre actores individuales, podemos conce-

birla como un sistema. La idea central sobre la que Parsons fue construyendo

su perspectiva funcionalista es la de que todo sistema necesita, para mante-

nerse, que se cumplan cuatro funciones:

A. Adaptación

Todo sistema se tiene que adaptar a su entorno y lograr que el entorno

cambie en función de sus necesidades.

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Editorial UOC © 51 Capítulo V. El punto de vista...

G. Logro de metas

Un sistema debe ser capaz de definir y lograr sus propias metas.

I. Integración

Todo sistema debe garantizar una adecuada interrelación entre sus par-

tes.

L. Latencia

Un sistema tiene que motivar a los individuos para que permanezcan en

él y tiene que garantizar la existencia de pautas culturales que mantengan

la motivación.

La intención de Parsons fue aplicar este esquema al estudio del sistema de

la acción social. La acción social tiene lugar en el contexto de una estructura

social que pone a las personas en relación con otras. Cualquier acción trans-

curre, además, en el contexto de una cultura que la determina por medio de

una serie de valores y normas. Asimismo, la acción se encuentra determina-

da por las necesidades y características de los actores individuales. De ahí

que Parsons considere que para un análisis de la acción es necesario tener

en cuenta tres niveles: el sistema social, el sistema cultural y el sistema de la

personalidad de los actores individuales. El sistema social cumple la función

de integración, al garantizar el mantenimiento de las relaciones entre los ac-

tores individuales. El sistema de la personalidad cumple la función del logro

de metas, y el sistema cultural, la de proporcionar a los actores las pautas que

tienen que guiar su acción. La función de adaptación se lleva a cabo en un

nivel más elemental, como es el del organismo biológico.

Aunque dedica cierta atención al estudio del sistema cultural y del siste-

ma de la personalidad individual, el interés central de Parsons se situó en

el análisis del sistema social. Éste es el objetivo que se plantea en El sistema

social (1951), donde propone un cuerpo de conceptos para el análisis de los

sistemas sociales. A continuación vamos a ver la definición que da Parsons

(1951/1988, pág. 17) del sistema social:

“Un sistema social –reducido a los términos más simples– consiste, pues, en una pluralidad de actores individuales que interactúan entre sí en una situa-ción que tiene al menos, un espacio físico o de medio ambiente, actores mo-tivados por una tendencia a «obtener un óptimo de gratificación» y cuyas relaciones con sus situaciones –incluyendo a los demás actores– están media-

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Introducción a la Psicología... 52 Editorial UOC ©

das y definidas por un sistema de símbolos culturales estructurados y com-partidos.”

Aunque reconoce que la unidad del sistema social es el acto, Parsons se-

ñala que cuando queremos llevar a cabo un análisis de los sistemas sociales,

tenemos que seleccionar la unidad de análisis de orden más alto: el estatus-

rol. La unidad de análisis ya no es el actor individual, sino el actor en tanto

en cuanto está relacionado con otros actores. El interés del sociólogo se tie-

ne que centrar, por lo tanto, en la participación del actor en las relaciones

interactivas con otros actores. Esta participación tendrá dos dimensiones: el

estatus o posición que un actor ocupa con respecto a otros actores, y el rol o

papel que el actor desempeña en su relación con los demás.

Como corresponde a su enfoque funcionalista, Parsons dedicó una gran

atención al análisis de los requisitos funcionales previos del sistema social.

El primero de ellos es que exista compatibilidad entre el sistema y las necesi-

dades de los actores individuales que constituyen dicho sistema. Asimismo,

el sistema social tiene que estar estructurado de tal forma que sea compatible

con el sistema cultural al que está asociado. En definitiva, para que un de-

terminado sistema social exista, es imprescindible el apoyo de los otros dos

sistemas que constituyen el sistema de la acción. Los prerrequisitos funcio-

nales del sistema social son, por tanto, los siguientes:

Motivación adecuada de los actores: es necesario un número sufi-a)

ciente de actores individuales que estén motivados para actuar de

acuerdo con las exigencias del sistema. Los actores tienen que estar

motivados para actuar positivamente, cumpliendo con las expec-

tativas asociadas a sus roles, y negativamente, evitando conductas

desviadas.

Compatibilidad de las pautas culturales: las pautas culturales tienen b)

que garantizar un mínimo de orden en el sistema y dicho sistema tie-

ne que evitar pautas culturales que planteen a los individuos deman-

das imposibles y que generen, por tanto, desviación y conflicto.

El problema del orden es central en la obra de Parsons, así como en la

de casi todos los funcionalistas. Según Parsons, el problema del orden es el

problema de cómo podemos lograr, dentro de un sistema social, la integra-

ción de la motivación de los actores individuales con las normas culturales.

Page 54: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Editorial UOC © 53 Capítulo V. El punto de vista...

En cualquier sistema social, la acción se encuentra “normativamente orien-

tada”, es decir, se encuentra regulada de acuerdo con una serie de normas

establecidas.

Según Parsons, la orientación hacia el cumplimiento de las normas se

puede concebir en un continuo que va desde la conveniencia (el actor actúa

en función de intereses instrumentales) hasta la introyección o internaliza-

ción del criterio (actuar conforme a la norma llega a ser una necesidad de los

actores). Para Parsons, es esta última forma de orientación hacia las normas

la que da lugar al método más adecuado de integración entre la motivación

de los actores individuales y la estructura de valores. De modo que, gracias

al proceso de socialización, que se extiende a lo largo de todo el ciclo vital,

se logra que las normas y los valores lleguen a convertirse en parte de la

conciencia de los actores. De ahí surge la importancia que adquiere en la

obra de Parsons el análisis del proceso de socialización, que es, según este so-

ciólogo, el mecanismo principal que utiliza el sistema social para garantizar

su mantenimiento. El otro mecanismo, el control social, tiene un carácter

secundario.

La orientación macroestructural de Parsons es clara. El principal objeti-

vo de su trabajo teórico fue el análisis del sistema social. La acción indivi-

dual ocupó un lugar secundario en el funcionalismo estructural de Parsons.

Dentro de su esquema teórico, los actores individuales eran concebidos

como meros receptores pasivos de las características del sistema, y nunca

como creadores o determinantes del mismo.

Otro representante destacado del funcionalismo estructural en la socio-

logía fue Robert Merton. Discípulo de Parsons, Merton criticó algunas de

las posturas extremas que éste había adoptado. Uno de los postulados del

funcionalismo estructural que Merton criticó fue la idea de que cualquier es-

tructura o institución social es funcional para el mantenimiento del sistema.

A diferencia de la mayor parte de los funcionalistas estructurales, centrados,

casi en exclusiva, en el análisis de la adaptación o el ajuste entre las diferen-

tes partes de un sistema, Merton también le prestó atención al estudio del

desajuste. Ya desde los inicios de su carrera académica, Merton (1936) desa-

rrolló el concepto de “consecuencias no intencionales de la acción intencio-

nal” para referirse a las consecuencias no previstas de la acción social. Sin

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Introducción a la Psicología... 54 Editorial UOC ©

duda, una de sus principales aportaciones fue la introducción del concepto

de disfunción, que hacía referencia al hecho de que determinadas estruc-

turas o instituciones sociales podían tener consecuencias negativas para el

sistema. Asimismo, admitió la posibilidad de que determinadas estructuras o

instituciones no cumplieran ninguna función relevante para el conjunto del

sistema. Tal era el caso, por ejemplo, de aquellas instituciones que seguían

existiendo como reminiscencias del pasado, pero que habían dejado de ser

funcionales. Todo esto le llevó a introducir el concepto de no función.

Otra importante aportación de Merton (1968) fue la distinción que esta-

bleció entre las funciones manifiestas de un sistema o institución social y sus

funciones latentes. Según Merton, toda institución social cumple dos tipos

de funciones. Las funciones manifiestas son aquellas que resultan conocidas

para los participantes en una determinada actividad; se trata de funciones

que los actores conocen y persiguen de forma consciente. Las funciones la-

tentes, por otra parte, son las consecuencias de la actividad que los partici-

pantes no conocen, de las que no son conscientes. Uno de los principales

objetivos de la sociología, según Merton, es descubrir las funciones mani-

fiestas y latentes de las instituciones sociales. Podemos hallar un ejemplo de

la aplicación del enfoque funcional de Merton al análisis de una institución

social en el análisis psicosociológico que realiza Jahoda (1987) de las funcio-

nes del empleo. Su función manifiesta sería la de proporcionar a la persona

unos ingresos económicos, mientras que sus funciones latentes serían las de

imponer una estructura temporal a las actividades diarias; ampliar el campo

de las relaciones sociales más allá de las relaciones familiares, que a menudo

conllevan una gran carga emocional; demostrar, gracias a la división del tra-

bajo, que los propósitos y las realizaciones de una colectividad trascienden

a los objetivos individuales; conceder un estatus social y clarificar la iden-

tidad personal, así como establecer la obligación de realizar una actividad

regular.

Otro de los conceptos a los que hay que hacer referencia en la obra de la

obra de Merton (Merton & Kitt, 1950) es el de grupo de referencia, a cuyo

análisis contribuyó de manera significativa mediante el concepto de socia-

lización anticipada. La socialización anticipada se da cuando los miembros

de un grupo asumen como propias las normas de un exogrupo con el que

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Editorial UOC © 55 Capítulo V. El punto de vista...

se identifican. Ésta puede ocurrir incluso antes de que el grupo de referencia

tenga un contacto con la persona y pueda ser objeto de influencia directa.

La importancia de los desarrollos de Merton en relación a los grupos de

referencia ha sido de gran trascendencia para la investigación psicosocio-

lógica posterior. La obra de Merton supuso, por tanto, una revisión de los

postulados básicos del funcionalismo estructural que se vieron ampliados

con la introducción de los conceptos de disfunción y de no función, y con

la distinción entre funciones manifiestas y latentes; todo ello sin abandonar

el nivel de análisis macro-sociológico propio de esta perspectiva.

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Capítulo VIEl punto de vista psicosociológico en la teoría del intercambio

Uno de los principales vínculos entre la teoría sociológica y la psicología

social lo encontramos en las teorías del intercambio. Bajo esta etiqueta se en-

cuadran una serie de modelos teóricos cuyo objetivo común es el de identi-

ficar los principios explicativos de las relaciones interpersonales. Las teorías

del intercambio son uno de los resultados de la introducción de los princi-

pios del neoconductismo en psicología social.

Como señala Morales (1981), todas las teorías del intercambio comparten

dos supuestos. El primero de ellos es la consideración del hedonismo como

rasgo esencial de la naturaleza humana y como determinante fundamental

de las relaciones sociales, que se mantienen en función de los resultados o

recompensas que proporcionan. El segundo supuesto sobre el que se asien-

tan las teorías del intercambio es el convencimiento de que el individua-

lismo es el principio explicativo más adecuado en ciencias sociales. Como

consecuencia de esto, todas las teorías del intercambio parten de la base de

que hay que entender las relaciones sociales a la luz de las necesidades de las

personas que participan en ellas.

Las teorías del intercambio más influyentes en psicología social son las de

Homans (1961), Blau (1964), Emerson (1972a y 1972b) y Thibaut y Kelley

(1959), procedentes las tres primeras de la sociología y la última, de la psi-

cología.

6.1. Las teorías del intercambio de George Homans y Richard M. Emerson

Una de las teorías del intercambio de mayor relevancia en psicología social

es la de Homans, que supone una aplicación de los principios del conductis-

mo de Skinner al análisis de las relaciones interpersonales.

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Introducción a la Psicología... 58 Editorial UOC ©

Las aportaciones iniciales de Homans a la psicología social se encuen-

tran reunidas en el libro El grupo humano (1950), en el que el autor formula

una serie de principios generales sobre el comportamiento humano en gru-

pos pequeños. Pero es en un libro posterior, Social Behavior (1961), donde

Homans desarrolla completamente su teoría del intercambio, como resul-

tado de haber aplicado al análisis del comportamiento social las leyes del

condicionamiento operante.

Una de las bases sobre las que Homans asienta su teoría del intercambio

es la idea de que para explicar el comportamiento social no es necesario re-

currir a principios distintos de los utilizados para explicar el comportamien-

to individual. Los principios del comportamiento individual que Homans

utiliza para explicar el comportamiento social son las leyes del condicio-

namiento operante de Skinner. Partiendo de estas leyes, Homans formula

cinco proposiciones (Homans, 1982, pp. 92-99).

Proposición del éxito: “cuanto más sea recompensada la actividad a)

de una persona, tanto más probable es que ésta lleve a cabo esa ac-

tividad”.

Proposición del estímulo: “si el concurso de un determinado estí-b)

mulo o de una serie de estímulos ha comportado, en el pasado, que

la actividad de una persona se haya visto recompensada, entonces

cuanto más semejantes sean los estímulos actuales a los pasados,

tanto más probable es que esa persona realice ahora la actividad o

alguna actividad semejante.”

Proposición del valor: “cuanto más valiosa sea la recompensa de una c)

actividad para una persona, tanto más probable es que ésta realice

esa actividad.”

Proposición de la privación-satisfacción: “cuanto más haya recibido d)

una persona una recompensa determinada en un pasado inmediato,

tanto menos valiosa le resultará toda ulterior unidad de esa recom-

pensa.”

Proposición de la frustración-agresión: “si una persona no recibe por e)

su actividad la recompensa que esperaba o recibe un castigo que no

esperaba, sentirá enfado y, al estar enfadada, los efectos de una con-

ducta agresiva le valdrán de recompensa.”

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Editorial UOC © 59 Capítulo VI. El punto de vista...

Homans introduce en su análisis teórico de las relaciones de intercam-

bio el concepto de justicia distributiva. Según Homans, las personas utilizan

cuatro reglas para decidir si un determinado intercambio es justo.

Debe existir proporcionalidad entre las recompensas que se dan y las 1.

que se obtienen.

Las recompensas que se obtienen en un intercambio tienen que ser 2.

proporcionales a las inversiones, definidas como todas aquellas con-

tribuciones que una persona hace a una relación y que se derivan de

características personales como la edad, la raza, el nivel educativo,

etc.

Tiene que haber proporcionalidad entre las recompensas que una 3.

persona recibe y los costes producidos por el intercambio, definidos

como todo aquello que la persona pierde por contribuir a una deter-

minada relación.

Engloba a las tres anteriores. Tiene que haber proporcionalidad entre 4.

beneficios (recompensas-coste) e inversión.

A las cinco proposiciones que acabamos de mencionar, Homans añadió

otra, derivada de la teoría económica de la elección racional. Según la pro-

posición de la racionalidad, cuando las personas eligen entre acciones al-

ternativas, lo hacen siguiendo el principio racional de obtener el máximo

beneficio.

La persona evaluará las diferentes alternativas que se le presentan en fun-

ción del valor de la recompensa derivada de cada una de ellas y de la pro-

babilidad de obtener dicha recompensa. Según Homans, esta proposición

implica que las personas preferirán recompensas muy valoradas y fáciles de

conseguir.

En resumen, la teoría del intercambio de Homans es uno de los ejemplos

más claros de la aplicación de los principios del neoconductismo en sociolo-

gía. La utilización de principios psicológicos para explicar el comportamien-

to social y su pretensión de establecer leyes generales del comportamiento

humano le acercan bastante al conductismo radical skinneriano.

La teoría de Homans tuvo una continuación en la sociología conductista

posterior, como es el caso de Emerson (1972a, 1972b), quien se sirve de los

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Introducción a la Psicología... 60 Editorial UOC ©

principios del condicionamiento operante para aplicarlos no sólo a las rela-

ciones de intercambio interpersonales o diádicas, sino también a los grupos

sociales y colectividades. Su enfoque está basado en tres principios básicos

(Emerson, 1981):

Las personas tienden a actuar en función de obtener aquellas cosas 1.

que les son valiosas.

Todo aquello que es valioso lleva implícito un principio de saciedad 2.

o de utilidad marginal. Cuanto más obtenemos de algo que valora-

mos, mayor saciedad nos procurará y la utilidad marginal recibida

será menor.

Los beneficios que se obtienen en los procesos sociales son contin-3.

gentes entre sí. Es decir, los beneficios que recibimos deben estar

asociados a los que damos, y viceversa.

Partiendo de estos principios, Emerson (1981) incluye tres conceptos

para explicar qué es lo que provoca que algo sea valorado. En primer lugar,

que responda a una necesidad; en segundo lugar, que exista una cierta in-

certidumbre sobre la posibilidad de obtenerlo, lo que incrementa su valor;

y en tercer lugar, que los objetos que median las relaciones de intercambio

tengan un valor en sí mismos, tal y como sucede con el dinero. Partiendo

de estos supuestos, la teoría del intercambio de Emerson (Cook & Emerson,

1978) hace hincapié en las relaciones de poder-dependencia y en las relacio-

nes de intercambio entre estructuras de redes. Las relaciones de poder-de-

pendencia se dan cuando el intercambio no está regulado por un principio

de equidad. Las estructuras de redes están formadas por dos o más relaciones

de intercambio que están conectadas entre sí. Para que dichas relaciones

de intercambio estén conectadas entre sí es necesario que el intercambio

en una de las relaciones involucradas dependa del intercambio o ausencia

de intercambio en la otra relación. A y B están involucrados en una red de

intercambio si A y C o B y C dependen de la relación de A y B para sus rela-

ciones de intercambio. Las conexiones son positivas cuando el intercambio

en una relación depende del intercambio establecido en la otra. Y viceversa,

la conexión es negativa si el intercambio en una relación depende de la

ausencia de intercambio en la otra. Las relaciones paterno-filiales a través

de generaciones son un ejemplo de conexión positiva, mientras que las re-

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Editorial UOC © 61 Capítulo VI. El punto de vista...

laciones de competencia económica son ejemplos de conexiones negativas.

Aunque Emerson sigue anclado en el conductismo operante, su teoría inclu-

ye las relaciones de poder-dependencia como fenómenos estructurales que

surgen como consecuencia de la posición social de los agentes en las redes

de intercambio. En este sentido, y tal y como señala Ritzer (2002), Emerson

establece una integración entre los niveles micro y macro al estudiar las dia-

das como partes de redes de intercambio más amplias.

En resumen, para este sociólogo, lo importante no son sólo las relaciones

de interdependencia que se pueden establecer entre dos personas, sino entre

esa relación y otras con las que es contingente. Estas relaciones contingentes

dan lugar a redes de intercambio establecidas sobre la base de relaciones de

poder-dependencia. Las relaciones de poder–dependencia entre las personas

son las que determinan la situación de interacción. El poder de una persona

sobre otra es inversamente proporcional a la dependencia que dicha persona

tiene de la primera.

6.2. La teoría del intercambio de John Thibaut y Harold Kelley

Otra contribución importante a las teorías del intercambio fue la de Thibaut

y Kelley (1959), en la que el influjo neoconductista elaborado a partir del

concepto de refuerzo se encuentra matizado por la influencia de autores

como K. Lewin y L. Festinger, así como por algunos elementos de la teoría

de los juegos (véase Garrido & Álvaro, 2007).

En su análisis de las relaciones de intercambio, Thibaut y Kelley parten

del supuesto de que el fenómeno social elemental es la diada y que podemos

aplicar los principios que explican la relación diádica al análisis de relacio-

nes más complejas. La unidad de análisis utilizada para explicar las relacio-

nes interpersonales es la interacción, definida como aquella situación en la

que dos personas (Thibaut & Kelley, 1959, p. 10):

“[...] emiten conductas en presencia mutua, mantienen relaciones de recipro-cidad o se comunican entre sí; en cualquier caso, consideramos que hay inte-racción si existe por lo menos la posibilidad de que las acciones de uno afecten al otro y viceversa.”

Como el resto de las teorías del intercambio, la de Thibaut y Kelley parte

del supuesto de que el comportamiento de la persona está guiado por el

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Introducción a la Psicología... 62 Editorial UOC ©

principio hedonista de obtener el máximo beneficio. De ahí que los con-

ceptos centrales del modelo sean los de recompensa –cualquier cosa positiva

que la persona obtiene de una relación– y coste –lo negativo que se deriva de

la misma–. El resultado obtenido por la persona en una relación será la suma

algebraica de recompensas y costes.

Así pues, la persona tenderá a mantener una relación cuando las recom-

pensas que dicha relación le proporcione sean superiores a los costes. Por

el contrario, aquellas relaciones en las que los costes sean superiores a las

recompensas tenderán a extinguirse.

Según Thibaut y Kelley, a la hora de valorar los resultados de una relación

de intercambio, la persona utiliza dos criterios o patrones de comparación

subjetivos: el nivel de comparación y el nivel de comparación de alternati-

vas.

Thibaut y Kelley (1959, p. 21) definen el nivel de comparación como “el

estándar en relación al cual el sujeto valora lo atrayente o satisfactoria que

resulta esa relación para él”. Por encima del nivel de comparación, la perso-

na valorará el resultado como satisfactorio. Para establecer el nivel de com-

paración en una situación social dada, la persona tiene en cuenta los resul-

tados obtenidos en esa situación en el pasado (por ella misma o por otros).

De esta forma, el nivel de comparación se define como “algún valor modal o

promedio de todos los resultados –de la situación social dada– conocidos por

la persona (en virtud de experiencias personales o sustitutivas), siendo cada

resultado ponderado por su saliencia (o por el grado con que es provocado

en el momento)”. Por encima del nivel de comparación, los resultados de la

interacción son considerados ganancias y por debajo, costes. En cualquier

caso, es un valor sujeto a diferencias individuales e intraindividuales.

El nivel de comparación de alternativas es “el estándar que el sujeto de

una relación emplea para decidir si permanece en ella o la deja” (1959, p.

21). Cuando la persona valora los resultados de una relación de intercambio,

establecerá una comparación entre los resultados que obtiene de ella y los

que obtendría de otras relaciones alternativas. Presumiblemente, una perso-

na no mantendrá una relación de intercambio si los resultados que puede

obtener con relaciones alternativas son mejores. El nivel de comparación de

alternativas es un mínimo por debajo del cual la persona abandonará la re-

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Editorial UOC © 63 Capítulo VI. El punto de vista...

lación en caso de que surjan alternativas mejores. Del mismo modo, aunque

los resultados de una relación sean insatisfactorios, ésta se mantendrá si los

resultados de la alternativa son peores.

La teoría de Thibaut y Kelley presenta muchos de los mismos problemas

que presenta el modelo de Homans. Su principal contribución fue el énfa-

sis en los dos patrones de comparación. Las recompensas y los costes no se

experimentan como absolutos: la importancia psicológica de la recompensa

varía en función de las experiencias que ha vivido la persona y las opor-

tunidades presentes. Conscientes de algunas de las críticas suscitadas a su

modelo, estos mismos autores amplían el contenido de su primer libro con

la publicación de uno nuevo (Kelley y Thibaut, 1978). En él analizan, bajo la

teoría del intercambio, relaciones como el altruismo, al tiempo que tienen

en cuenta tanto factores externos que influyen en la relación de intercam-

bio, como a los propios actores que pueden unir sus esfuerzos por alcanzar

metas conjuntas y maximizar sus beneficios.

6.3. La teoría del intercambio de Peter Blau

Otro modelo teórico sobre las relaciones de intercambio es la teoría del emer-

gentismo social de Blau (1964).

Este modelo procede de la sociología, al igual que el de Homans, y trata de

superar algunas de las limitaciones de las teorías del intercambio de Homans

y de Thibaut y Kelley. Más en concreto, uno de los objetivos de Blau fue in-

tegrar algunas de las ideas de las teorías del intercambio con los presupuestos

de la teoría estructural. Como hemos visto en los apartados precedentes, tan-

to en la teoría del intercambio de Homans como en la de Thibaut y Kelley,

la unidad de análisis es la interacción social en grupos pequeños. A partir del

análisis realizado en ambos modelos, parece desprenderse la idea de que las

relaciones de intercambio se producen en un vacío social. El modelo de Blau

(1964) surge como un intento de superar esta limitación.

Blau (1964) está de acuerdo con la idea de que los procesos de intercam-

bio son los que constituyen la base de las relaciones interpersonales, pero

señala que a partir de estos procesos se van generando nuevas formas de re-

lación que terminan dando lugar a las estructuras sociales. En concreto, Blau

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Introducción a la Psicología... 64 Editorial UOC ©

propone la existencia de seis tipos de relaciones sociales. La forma básica de

relación social es la asociación, que precede necesariamente al intercambio

y que se encuentra fundamentada en tres procesos psicológicos básicos: la

atracción interpersonal, la presentación de una imagen deseable y la apro-

bación social. Sólo cuando estos procesos psicológicos han actuado, deter-

minando la formación de una asociación, podremos hablar de intercambio

social, que sería la segunda forma de relación. A partir de las relaciones de

intercambio van surgiendo nuevas formas de relación, como los procesos

de poder, cuando se obtienen servicios a cambio de obediencia; el inter-

cambio secundario, cuando se intercambia justicia por aprobación social; el

intercambio indirecto, cuando los miembros de un grupo ganan aprobación

social a cambio de seguir las normas sociales del mismo y el intercambio en

las grandes asociaciones. Cada una de estas relaciones aporta algo nuevo a

la relación anterior, es decir, tiene una serie de propiedades emergentes. El

planteamiento de Blau es coincidente con el de Emerson, quien trata de bus-

car un vínculo entre los proceso micro y macro considerando las relaciones

de poder-dependencia en las redes de intercambio, sin olvidar la posición de

los actores en dichas redes.

A la hora de analizar las relaciones de intercambio que tienen lugar en

grupos de tamaño reducido, Blau parte de presupuestos similares a los de

Homans. Las personas se sienten atraídas por aquellos grupos que van a re-

compensar más su conducta. La consolidación de los grupos dependerá, en-

tonces, de que las recompensas recibidas por sus miembros sean mayores que

los costes que supone la pertenencia a los mismos. La posición de la persona

dentro de un grupo dependerá de su capacidad para ofrecer recompensas a

los demás. Estos procesos de intercambio de recompensas entre los miem-

bros de un grupo se encuentran en la base de los procesos de liderazgo.

Pero, a diferencia de Homans o de Thibaut y Kelley, Blau no admitía que

los principios que guían las relaciones de intercambio más elementales pue-

dan ser utilizados, sin más, para explicar las relaciones interpersonales que

tienen lugar en el contexto de grandes colectividades.

Según Blau, los principios psicológicos derivados de las teorías del inter-

cambio pueden ser utilizados en el estudio de los grupos pequeños porque

existe una relación directa entre los miembros del grupo. Pero cuando la

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Editorial UOC © 65 Capítulo VI. El punto de vista...

interacción directa no se da, como ocurre en las grandes colectividades, hay

que recurrir a otros mecanismos explicativos. En su caso, los mecanismos

que utiliza son las normas y los valores. La conducta de la persona en las

grandes colectividades no está determinada por las relaciones de intercam-

bio directo con otras personas, sino por las normas y valores que la colecti-

vidad impone. Así pues, es el grupo el que recompensa o castiga la conducta

de sus miembros.

Uno de los ejemplos utilizados por el autor para analizar las relaciones de

intercambio indirecto es el de la conducta altruista en las grandes organiza-

ciones, que Blau comparaba con las relaciones de caridad tradicionales. En

el patrón tradicional, la caridad es un intercambio directo entre personas.

La persona caritativa da algo material y recibe a cambio agradecimiento y

aprecio de la otra persona. En las organizaciones actuales no hay contacto

directo entre las personas que dan y las que reciben. El donante que hace un

donativo a una organización no tiene una relación directa con los recepto-

res de la ayuda, y quien contribuye económicamente a una organización lo

hace por ajustarse a la norma social y por recibir el reconocimiento del gru-

po, no para granjearse la gratitud de quienes se benefician de su ayuda. La

teoría del intercambio de Blau (1964) va, por tanto, más allá que las teorías

de Homans y de Thibault y Kelley. La conducta individual y las relaciones de

intercambio directas dejan de ser el único foco de análisis que se amplía de

esta forma para tener en cuenta el papel de la estructura social.

Blau reconoce, en cualquier caso, que la estructura social es el resultado

de las relaciones de intercambio más elementales, pero, una vez creadas, las

estructuras sociales acaban por tener vida propia y ejercer un papel determi-

nante en la acción social. Blau no sólo reconoció las propiedades emergentes

de las relaciones sociales, algo que también había hecho Homans, sino que

fue más allá que éste, al afirmar que para explicar los procesos que tienen

lugar en el nivel estructural es necesario tener en cuenta una serie de prin-

cipios diferentes de los utilizados para explicar la conducta individual. Al

integrar la teoría del intercambio dentro de esta visión estructuralista, Blau

creó un enfoque diferente que encajaba más en la teoría estructural que en

la teoría del intercambio. Las últimas aportaciones de Blau (1987) a la teoría

sociológica se sitúan, de hecho, en el nivel macro.

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Introducción a la Psicología... 66 Editorial UOC ©

En resumen, las teorías del intercambio surgen durante la década de los

sesenta como resultado de la introducción de los principios del neocon-

ductismo en psicología social. Los modelos más relevantes fueron los de

Homans (1961), Thibaut y Kelley (1959), Blau (1964) y Emerson (1972a y

1972b). Aunque parten de presupuestos comunes, estas teorías presentan

entre sí algunas diferencias. Mientras que los modelos de Homans, Blau y

Emerson proceden de la sociología, el de Thibaut y Kelley surge dentro de la

psicología social de orientación psicológica. Por otra parte, mientras que en

el modelo de Homans es claramente perceptible la huella de Skinner y en el

de Emerson se deja traslucir también la huella del conductismo operante, en

el de Thibaut y Kelley, los principios del neoconductismo fueron integrados

con ideas procedentes de otros enfoques, como la psicología de la Gestalt.

Por su parte, el modelo de Blau parte de una concepción del emergentismo

social en el que están presentes las relaciones micro-macro.

Para finalizar, y centrándonos en el nivel de análisis utilizado, los mo-

delos de Homans y Thibaut y Kelley se sitúan en un nivel micro, utilizando

como unidad de análisis las relaciones de intercambio en las situaciones diá-

dicas y en los grupos pequeños. En el modelo de Blau, se da una mayor im-

portancia al papel de la estructura social, y las relaciones interpersonales se

analizan, no sólo a la luz de principios psicológicos, sino teniendo en cuenta

otros principios derivados de la teoría estructural. Igualmente, el modelo de

Emerson, con la introducción de las relaciones de poder-dependencia como

variables estructurales y el análisis de las redes de intercambio, integra los

niveles micro-macro en sus investigaciones.

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Capítulo VII

El interaccionismo simbólico

Como ya hemos señalado antes, el desarrollo teórico más importante al que

dio lugar la sociología de la Escuela de Chicago fue el interaccionismo sim-

bólico. El nombre de interaccionismo simbólico se lo debemos a Herbert

Blumer, uno de los interaccionistas simbólicos que, después de G.H. Mead,

han tenido una mayor influencia en el desarrollo de esta teoría psicosocioló-

gica. La definición que este psicólogo social nos da de esta perspectiva es la

siguiente (Blumer, 1969/82, p. 2):

“El interaccionismo simbólico se basa en los más recientes análisis de tres sencillas premisas. La primera es que el ser humano orienta sus actos hacia las cosas en función de lo que estas significan para él […]. La segunda premisa es que el significado de estas cosas se deriva de, o surge como consecuencia, de la interacción social que cada cual mantiene con el prójimo. La tercera es que los significados se manipulan y modifican mediante un proceso interpretativo desarrollado por la persona al enfrentarse con las cosas que se va hallando a su paso”.

La principal característica de este enfoque es la consideración de la di-

mensión simbólica del comportamiento humano. Las consecuencias que se

derivan de incluir esta dimensión para el análisis del comportamiento hu-

mano son diversas y, entre las mismas, podemos destacar las siguientes:

Las personas no responden a los estímulos del medio de una forma 1)

prefijada, sino que el comportamiento es el resultado de los signi-

ficados atribuidos a dichos estímulos. Por lo tanto, en el caso del

comportamiento humano, éste se encuentra mediado por el univer-

so simbólico en el que viven las personas.

Los significados que las personas adscriben al medio son el resultado 2)

de la interacción social. En la interacción con los otros es donde va-

mos aprendiendo los significados que damos a los objetos del medio.

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Introducción a la Psicología... 68 Editorial UOC ©

Vivimos en un medio simbólico por medio del cual aprendemos los

significados de nuestra cultura.

La realidad social es una construcción humana, producto de la in-3)

teracción social, que antecede a los individuos, pero que es un pro-

ducto de sus actos. Las personas tienen la capacidad de transformar

el medio en el que viven; el interaccionismo simbólico reconoce la

capacidad de agencia en los individuos.

El ser humano, a diferencia de los animales, tiene la capacidad de 4)

ser un objeto para sí mismo. Esta capacidad de interactuar de forma

reflexiva consigo mismo le permite anticipar las consecuencias que

se derivan de diferentes cursos de acción y elegir entre ellos.

El pensamiento es el resultado de la interacción simbólica. Gracias al 5)

lenguaje somos capaces de pensar la realidad e imaginar otras posi-

bles realidades, así como de tener una imagen de nosotros mismos.

Hallaremos los orígenes filosóficos del interaccionismo simbólico en el

pragmatismo. Esta filosofía, desarrollada por W. James, Ch.S. Peirce, J. Dewey

y G.H. Mead principalmente, considera que el pensamiento es una forma de

acción. No existe, por tanto, para los pragmatistas una división entre pensar

y actuar. Contrarios a una concepción dualista del ser humano, consideran

que un conocimiento es verdadero si sirve para orientar nuestra conducta.

Sin duda, el texto fundacional del interaccionismo simbólico es Espíritu,

Persona y Sociedad. Publicado de forma póstuma en 1934, este texto es una

síntesis de las clases que impartió Mead, recopiladas por sus alumnos y pu-

blicadas en forma de libro. En él podremos encontrar las claves del desarro-

llo posterior de este enfoque psicosociológico.

La definición que da Mead (1934/72, p. 54) de la psicología social es bas-

tante ilustrativa de su manera de concebir las bases sociales del comporta-

miento humano:

“La psicología social estudia la actividad o conducta del individuo tal y como se da dentro del proceso social; la conducta de un individuo sólo puede ser entendida en términos de la conducta del grupo social del cual es miembro, puesto que sus actos individuales están involucrados en actos sociales más amplios, que van más allá de él y que abarcan a otros miembros de ese grupo. En psicología social no construimos la conducta del grupo social en términos de la conducta de los distintos individuos que lo componen; antes bien, par-timos de un todo social determinado de compleja actividad social, dentro del

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Editorial UOC © 69 Capítulo VII. El interaccionismo...

cual analizamos (como elementos) la conducta de cada uno de los distintos individuos que la componen. Es decir, que intentamos explicar la conducta del individuo en términos de la conducta organizada del grupo social, en lugar de explicar la conducta organizada del grupo social en términos de la conduc-ta de los distintos individuos que pertenecen a él. Para la psicología social, el todo (la sociedad) es anterior a la parte (el individuo), no la parte al todo; y la parte es expresada en términos del todo, no el todo en términos de la parte o las partes.”

Está claro, en tal caso, que el interaccionismo simbólico de Mead entien-

de a la persona y al medio social como dos aspectos de una misma realidad.

En este sentido, ofrece una superación de las separaciones tradicionales en-

tre individuo y sociedad; una forma de superación del individualismo meto-

dológico, el cual considera posible explicar la sociedad a partir de las moti-

vaciones individuales de sus miembros.

Podemos considerar el interaccionismo simbólico como una teoría que

comparte aspectos comunes con lo que el propio Mead (1934/72, p. 55)

define como conductismo social, pero que está muy alejado de la psicología

conductista de Watson, que será objeto de crítica por el hecho de negar la

existencia de la conciencia:

“La psicología social es conductista en el sentido de que parte de una actividad observable […] que debe ser estudiada y analizada científicamente. Pero no es conductista en el sentido de pasar por alto la experiencia interna del indivi-duo, la fase interior de ese proceso o actividad.”

Otro de los aspectos centrales del interaccionismo simbólico de Mead es

el importante papel adscrito a la comunicación simbólica en la explicación

del comportamiento humano. Sin esta característica propia de la interacción

humana sería imposible la aparición del pensamiento y el surgimiento de

la mente; es decir, de una conciencia reflexiva. Mediante nuestra capacidad

para crear un universo simbólico damos sentido a la realidad social, defi-

nimos las situaciones, guiamos nuestras acciones, nos relacionamos con el

mundo y buscamos soluciones a los problemas anticipando diferentes cursos

de acción. La teoría interaccionista es también una teoría de la identidad.

Todos tenemos una idea acerca de nosotros mismos, de cómo y quiénes

somos, puesto que en nuestra interacción con otros semejantes vamos cons-

truyendo una imagen de nosotros. Esta imagen que tenemos de nosotros

no es un proceso interno, algo que el sujeto va construyendo de manera

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Introducción a la Psicología... 70 Editorial UOC ©

autónoma, sino que es el resultado de las concepciones que los otros tienen

sobre nosotros y que se expresan en la comunicación simbólica. Aquí es

importante subrayar la distinción que establece Mead entre dos pares de

conceptos como son los de mí y yo, y otro y otro generalizado. El proceso por el

que la persona tiene una idea de sí misma, un self, es de carácter social y evo-

lutivo. La identidad surge como resultado de un proceso de identificaciones

que tienen lugar con las personas más próximas al niño, otros significativos y,

posteriormente, con un otro generalizado, es decir, la sociedad. Así, por ejem-

plo, el juego y el deporte marcan dos fases en este proceso de creación de la

identidad: mediante el juego adoptamos las actitudes de los otros significati-

vos al identificarnos con ellos y por medio del deporte nos identificamos con

el grupo en su conjunto como tal (Mead, 1934/72, p. 170).

“El individuo se experimenta a sí mismo como tal, no directamente, sino sólo indirectamente, desde los puntos de vista particulares de los otros miembros individuales del grupo social, o desde un punto de vista generalizado del gru-po social, en cuanto a un todo al cual pertenece.”

Por último, los conceptos de mí y yo hacen referencia a las relaciones

entre la persona y la sociedad. El énfasis que Mead pone en lo social no

supone una imagen sobresocializada del individuo. El origen y las bases de

la persona son sociales, pero esto no quiere decir que no seamos más que

el producto de una adaptación a las actitudes que la sociedad impone sobre

nuestra conducta.

El mí, según Mead, es aquella parte de la persona que responde a las ac-

titudes de los otros adoptándolas como suyas; el yo se corresponde con las

reacciones que las actitudes de los otros nos suscitan. Dichas reacciones se

encuentran influidas por el mí, pero no determinan la respuesta final que

adoptamos. Así, por ejemplo, nuestra pertenencia a una nación, una cultura,

un grupo social, etc. va determinando quiénes somos y la conciencia que

tenemos de quiénes somos, así como nuestra conducta. Sin embargo, si bien

adoptamos las actitudes de los grupos sociales con los que nos identifica-

mos, cada uno de nosotros responde de manera particular ante las mismas

situaciones, unos de manera más predecible y otros de manera más desviada

con respecto a las normas sociales.

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Editorial UOC © 71 Capítulo VII. El interaccionismo...

7.1. Desarrollos del interaccionismo simbólico: las Escuelas de Iowa y

Chicago

En las Escuelas de Iowa y Chicago podemos encontrar dos de los principa-

les desarrollos del interaccionismo simbólico, representados por Manford

Khun, la primera, y Herbert Blumer, la segunda. Los desacuerdos entre am-

bas Escuelas son de carácter teórico y metodológico.

El primer desacuerdo teórico entre las Escuelas de Iowa y Chicago surge

con respecto a la idea de self, término que podemos traducir por sí mismo o

yo y que hace referencia a la identidad. Ambas están de acuerdo en la impor-

tancia de los procesos de comunicación simbólica para el surgimiento de la

identidad, en su origen social, pero se diferencian en la importancia dada al

self como estructura o como proceso. Mientras que la idea de Khun (1964)

se identifica con el concepto de mí desarrollado por Mead, la de Blumer

está mucho más cercana al concepto de yo, también desarrollado por Mead.

Khun pensaba que si conocemos las actitudes de una persona para consigo

misma podemos predecir la conducta, mientras que para Blumer la conducta

se encuentra indeterminada. Para Blumer, el sujeto es, ante todo, un organis-

mo activo que elabora su propia acción antes que estar sometido a fuerzas

externas.

Encontramos otra diferencia en la importancia y efectos asignados a la

interacción social, por un lado, y a las estructuras sociales, por otro. Para

Blumer, la interacción es un proceso mediante el cual la vida grupal está

en continuo desarrollo, en permanente cambio y depende de los diferentes

esquemas de interpretación que utilizan los individuos que participan de la

misma.

Khun, sin embargo, enfatiza los aspectos más estructurales en la determi-

nación de la conducta, los cuales dependen de las definiciones sociales que

aprendemos sobre los objetos. Es decir, nuestras actitudes hacia los objetos

del medio, positivas o negativas, son, para Khun, una consecuencia de los

significados con los que aprendemos a designarlos.

Por último, cabe decir que entre ambas Escuelas de pensamiento inte-

raccionista existen notables diferencias de carácter metodológico. Mientras

que para Blumer, el análisis de la realidad social no puede ser reducido a

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Introducción a la Psicología... 72 Editorial UOC ©

una búsqueda de las relaciones entre un conjunto de variables, Khun nos

propone para su estudio el uso de variables definidas operacionalmente. Los

procedimientos que se basan en la búsqueda de relaciones entre variables

independientes –causas– y variables dependientes –efectos– son, en opinión

de Blumer, erróneos, puesto que omiten el proceso de interpretación, ocul-

tando lo que ocurre en la vida real. Khun (Khun & McPartland, 1954), sin

embargo, defiende la idea de utilizar métodos que permitan la investigación

empírica, tal y como acontece con el uso de instrumentos de medida como

el Twenty Statements Test (TST), utilizado para operacionalizar el concepto de

self. Blumer, por el contrario, aboga por el estudio directo del mundo social

y no por la imposición de un conjunto de procedimientos prefijados. La pro-

puesta de utilizar conceptos sensibilizadores con los que poder interpretar la

vida social frente a la lógica de la operacionalización de conceptos, que limita

el significado de las variables a su significado cuantitativo y el uso de técnicas

de observación frente a la aplicación de escalas, son las principales diferen-

cias metodológicas entre ambos enfoques del interaccionismo simbólico.

7.2. El interaccionismo simbólico estructural

Sin duda, una de los psicólogos sociales de orientación sociológica que

más ha contribuido al desarrollo del interaccionismo simbólico es Sheldon

Stryker. Consciente de algunas de las críticas realizadas al interaccionismo

simbólico por destacar los aspectos procesuales del comportamiento frente a

las determinaciones estructurales del mismo, propone una teoría de la con-

ducta y de la identidad en la que ésta es entendida como un producto de

nuestras interacciones, pero también reconociendo que viene determinada

por nuestras posiciones en la estructura social:

“La clase social, el sexo, la edad o cualquier otra estructura social influyen sobre la posible formación y estabilidad de los grupos sociales, y las consi-guientes interacciones, y penetran así en los sistemas de significados que las personas utilizan para organizar su comportamiento. Reconocer este hecho significa abrir el camino a una comprensión teórica del contexto social de los significados y su impacto” (Stryker, 1983, p. 65).

Esta concepción estructural del comportamiento, pero abierta a los aspec-

tos procesuales del mismo, es lo que ha hecho que la teoría de Stryker sea

denominada como interaccionismo simbólico estructural.

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Editorial UOC © 73 Capítulo VII. El interaccionismo...

El siguiente esquema puede dar cuenta, de una manera sencilla, de su

teoría:

Estructura social

Interacción social

Conducta eidentidad

social

Figura 4. Relación entre estructura, interacción e identidad.

La interacción social, según Stryker, no es algo que se dé de forma alea-

toria, sino que nuestras interacciones vienen configuradas por determinan-

tes estructurales que influyen en la probabilidad que tenemos de entrar en

contacto con otras personas. Pensemos que no nacemos en una misma clase

social, no vamos a los mismos centros educativos, ni pertenecemos al mismo

ámbito cultural o religioso. Tendemos a relacionarnos con personas de nues-

tro contexto social. Obviamente, estas interacciones dan cuenta de significa-

dos que compartimos con otros significativos y con los cuales damos sentido

a la realidad que nos rodea, a nuestros comportamientos y a los del resto de

personas, y, en definitiva, sirven para ir construyendo una imagen de noso-

tros mismos; en conclusión, dichos significados nos permiten ir creando una

identidad social.

La idea de la que parte el interaccionismo simbólico, tal y como he-

mos visto, es la de describir la manera en que la sociedad forma parte del in-

dividuo, tanto a través de su mente como de su conducta e identidad social.

Desde este principio básico, podemos extraer, de acuerdo con Stryker (1997,

p. 317ff), las siguientes conclusiones:

La experiencia humana se da dentro de un contexto social organi-1.

zado. Nuestras interacciones y el significado que damos a la misma

viene determinado por dicho contexto social. Nuestra pertenencia a

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Introducción a la Psicología... 74 Editorial UOC ©

distintos grupos sociales incide en la probabilidad que tenemos de

interactuar con otras personas, sobre ciertos aspectos de la realidad

social y en compartir ciertos criterios interpretativos. Y viceversa,

dicha pertenencia hace más improbable la interacción con ciertos

grupos y personas, la discusión o el diálogo sobre ciertos temas y la

adquisición de ciertos criterios o repertorios interpretativos. Cabe

concluir que las estructuras sociales hacen más o menos probable

el que tengamos ciertas concepciones de la realidad social. Dichas

concepciones vienen mediadas por la experiencia compartida con

otros a través de un conjunto de significados comunes; asimismo,

cabe esperar que nuestras cogniciones se vean afectadas por dichos

significados que compartimos con quienes interactuamos.

La realidad social es construida. En el curso de nuestras interaccio-2.

nes cotidianas las personas, a través del lenguaje, damos sentido a

nuestras acciones y a las de los demás. Esta forma de concebir el

construccionismo social no debe ser interpretada en el sentido de

negar una realidad social objetiva y el alineamiento con posiciones

relativistas en las que se defiende que toda realidad no es más que

un producto de convenciones lingüísticas sin ningún nexo con un

mundo externo a nuestras formas de aprehenderlo.

Nuestro mundo es un mundo simbólico, un mundo de significados 3.

compartidos del que nos servimos para orientar y justificar nuestras

acciones, dar sentido a las conductas de los demás e ir construyendo

nuestra propia identidad. El que la realidad social sea una realidad

simbólicamente construida no quiere decir que dicha realidad no

tenga un impacto sobre nuestras vidas independientemente de la

forma que tenemos de interpretarla; lo que asume esta concepción

del interaccionismo simbólico es que las definiciones sobre la reali-

dad tienen consecuencias prácticas sobre nuestras acciones.

Los seres humanos son capaces de transformar la realidad social 4.

a través de sus acciones. Si las estructuras sociales ponen límites a

nuestras acciones, las personas también tenemos la capacidad de

transformar, a través de la acción compartida, dichas estructuras so-

ciales. La paradoja del ser humano viene definida por la capacidad

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Editorial UOC © 75 Capítulo VII. El interaccionismo...

de influir y ser influido, de estar constreñido en sus acciones y, al

mismo tiempo, tener la capacidad de trascender dichas limitaciones.

Si bien somos un producto de las interacciones que se dan en el cur-

so de los procesos de socialización, las instituciones sociales son, a su

vez, un producto de nuestras interacciones.

En resumen, la psicología social propuesta por Stryker define a la psico-

logía social sociológica como una perspectiva desde la que analizar las rela-

ciones entre persona y sociedad mediadas por los significados compartidos

que la persona tiene de sí misma y de los otros a través de las interacciones

sociales. Dichas interacciones sociales tienden, a su vez, tanto a la repro-

ducción como al cambio del orden y estructuras sociales. En este sentido, el

interaccionismo simbólico de carácter estructural de Stryker defiende una

psicología social de carácter probabilístico y no determinista en la que el

énfasis está en el mí frente al yo, en la terminología de George Herbert Mead.

Mientras que el mí, tal y como vimos, es la parte de la persona que responde

a las actitudes de los otros de manera prevista y determinada, el yo, por el

contrario, supone la parte más creativa de la persona. Si el mí da cuenta de

la conducta en términos de las probabilidades de acción que el individuo

tiene en función de las expectativas de los otros con quienes comparte un

universo de significados sobre los mismos objetos, el yo tiene la capacidad

de agencia que le posibilita el cambio de dichos significados. En resumen, la

estructura hace más probable el surgimiento de un mí en la interacción, pero

dichas interacciones no son una mera réplica de las expectativas de carácter

normativo generadas en la estructura social. El yo puede transformar la di-

námica de las interacciones y, por tanto, las normas sociales que dan lugar a

la clasificación de los individuos en grupos y clases sociales y al universo de

significados compartidos que caracteriza a cada grupo social.

El pensamiento de Stryker, si bien basa su corpus teórico en el interaccio-

nismo simbólico, comparte muchos elementos con la teoría de roles. Por un

lado, acepta la existencia de estructuras cerradas que fijan los roles y limitan

los márgenes de acción con los que la persona puede manejarse. Por otro,

también admite que otras estructuras sociales son abiertas y hacen posible

un margen más o menos amplio de innovación en las conductas asumidas

en dichos roles (role taking vs. role making en términos de Ralph H. Turner).

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Introducción a la Psicología... 76 Editorial UOC ©

Finalmente, cabe destacar en la teoría de Stryker el concepto de saliencia

de la identidad. Stryker se refiere a la importancia que damos a ciertas formas

de identidad en un mundo en el que las personas ocupamos diferentes posi-

ciones sociales. Según Stryker y Serpe (1982), las distintas identidades de rol

que poseemos están organizadas de forma jerárquica. Dicha jerarquía depen-

de de nuestro compromiso con cada una de dichas identidades de rol y con

la activación de las mismas. Si un rol lleva aparejado una red extensa de rela-

ciones sociales valoradas, la importancia atribuida a la identidad asociada al

desempeño de dicho rol será mayor y, en consecuencia, el comportamiento

de la persona vendrá guiado por la saliencia de dicha identidad. Así, cuanto

mayor es nuestro compromiso con una identidad, mayor es la probabilidad

de que nos comportemos de una determinada manera consistente con di-

cha identidad. El compromiso con una identidad viene determinado por la

cantidad e intensidad de los vínculos que la persona mantiene a través de la

activación de dicha identidad. Un ejemplo de esto lo tenemos en el estudio

sobre la identidad del rol religioso (Stryker & Serpe, 1982). En este estudio,

ambos autores encontraron que cuanto mayores y más intensos son los vín-

culos o relaciones establecidos sobre la base del rol religioso, más saliente

es la identidad de dicho rol religioso y mayor la probabilidad de encontrar

conductas asociadas a actividades religiosas.

7.3. La teoría de roles

Como acabamos de señalar, el interaccionismo simbólico está vinculado a

los distintos enfoques que conforman la teoría de roles. Las distintas aproxi-

maciones a dicha teoría hacen hincapié en la crítica a la concepción que el

funcionalismo tenía del rol y en la que el individuo adaptaba su compor-

tamiento a las expectativas de los otros definidas por las normas sociales.

Frente a esta concepción normativa de rol, entre los teóricos del rol de in-

fluencia interaccionista se comienza a destacar la naturaleza procesual de

los mismos, su carácter no determinista y la capacidad de las personas de

adecuar sus conductas de rol al contexto social en el cual tiene lugar la in-

teracción social. Esta distinción es destacada por Shibutani (1961) cuando

distingue entre roles convencionales y roles interpersonales. Tanto la es-

cuela antropológica de Ralph Linton (1936) como la sociológica de Talcott

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Editorial UOC © 77 Capítulo VII. El interaccionismo...

Parsons (1959) entienden los roles como convenciones o conjuntos de ex-

pectativas que el ocupante de una posición social conoce y en función de

las cuales actúa. Frente a esta idea o perspectiva, los interaccionistas sim-

bólicos entienden los roles como actuaciones que deben ser consideradas

como parte de los procesos de interacción social. Si bien podemos entender

que todo actor precisa de una cierta idea de lo que la sociedad espera de él

como ocupante de una posición social, lo cierto es que en la interacción

cotidiana dichos roles están sujetos a un proceso de acomodación que viene

definido por la interacción con los otros. En este sentido, la psicología social

sociológica ha desarrollado toda una serie de conceptos y enfoques ligados

a la teoría de roles. Entre las perspectivas más destacadas encontramos la de

Turner (1962) y su diferenciación entre role taking -adopción o asunción de

rol- y role making -hechura de rol o creación de rol-. Esta distinción sirve a

Turner para diferenciar entre los roles entendidos como una mera puesta en

acción de comportamientos socialmente prescritos y los roles contemplados

como comportamientos que están sujetos a cambios en el proceso de la inte-

racción social. Si el concepto de role-taking hace referencia a una concepción

determinista de las actividades prescritas en una cultura a través de las nor-

mas sociales que definen las actividades propias de una posición social, el

concepto de role making enfatiza los cambios, ajustes y adaptaciones que las

personas hacen en su vida cotidiana para conformar sus comportamientos a

las expectativas de los otros:

“La interacción es siempre un proceso tentativo, un proceso en el que cons-tantemente se pone a prueba el rol del otro. La respuesta del otro sirve para reforzar o cuestionar esta concepción. El resultado de este proceso es la esta-bilización o modificación de nuestros roles. La idea de role making cambia el énfasis desde la mera actuación de un rol prescrito a la puesta en escena de un rol sobre la base del rol que percibimos en el otro. El actor no es un mero ocupante de una posición para la que tiene un conjunto claro de reglas –una cultura o un conjunto de normas– sino que la persona debe actuar desde la perspectiva que le da su relación con otros cuyas acciones reflejan roles que debe identificar. Dado que el rol de los otros sólo puede ser inferido, más que directamente conocido por el yo, las inferencias sobre el rol del otro son un elemento constante de la interacción. En consecuencia, el carácter tentativo de las definiciones del propio rol y actuación es algo que está siempre presen-te” (Turner, 1962, p.23).

La perspectiva de Turner es de gran importancia, pues deriva directamen-

te de la relación entre el mí y el yo que Mead establecía. Dicha dinámica está

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Introducción a la Psicología... 78 Editorial UOC ©

relacionada con la importancia dada por Mead a la interacción simbólica en

la que constantemente asumimos el rol del otro para dar cuenta de nuestras

propias conductas. Mientras que los enfoques culturalistas o funcionalistas

destacan la relación entre la persona y la cultura a través del proceso de

adopción de rol como vínculo entre el individuo y la sociedad, los interac-

cionistas ven este proceso mediado por nuestras interacciones simbólicas.

El acento ya no está en la relación entre cultura e individuo a través de la

asunción de las normas sociales que definen las actuaciones de los ocupan-

tes de un rol, sino en cómo los ocupantes de estos roles definen su actuación

en función de las inferencias de las expectativas de los otros en la dinámica

de la interacción social. Este proceso supone que el actor tiene en cuenta la

conducta de los otros, bien anticipándola (validación interna en términos de

Turner, 1962) o bien teniendo en cuenta la definición que la sociedad hace

de su contenido (validación externa en términos de Turner, 1962). Además,

tal y como señala Goffman (1961), las personas manejan de distintas mane-

ras su relación con los papeles que les toca realizar. Así, podemos hablar de

distancia de rol cuando existe una discrepancia entre el rol desempeñado y

la persona que lo pone en práctica. Alguien rico puede vestir informalmente

para demostrar que no se adecua al rol que por su posición se supone que

debería tener; un niño puede realizar una actividad de manera poco atenta

para demostrar que ya es suficientemente mayor como para seguir realizan-

do dicha actividad, o una persona que realiza un rol que está por debajo de

su nivel de preparación o con el que está en claro desacuerdo puede mostrar

una distancia de rol para preservar su imagen y demostrar que el desempe-

ño de rol no se adecúa a su capacidad, a su personalidad o a su manera de

pensar. Asimismo, una persona dará al rol desempeñado unas características

propias que hacen que por encima del rol asome la personalidad de quien lo

ejecuta (Goffman, 1974/2006, p. 305):

“Es casi imposible hablar sobre anclaje de los actos en el mundo sin que parez-ca sustentarse la idea de que los actos de una persona son en parte expresión y resultado de su yo (self) perdurable, y que este yo estará presente tras los roles particulares que represente en cualquier momento determinado”.

Podemos, por tanto, analizar la sociedad desde las reglas que definen la

interacción social, incluidos los roles que se ponen en acción en dichas inte-

racciones, o podemos analizarla desde la perspectiva de los actuantes y de los

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Editorial UOC © 79 Capítulo VII. El interaccionismo...

procesos de negociación que ocurren en toda organización social como marco

donde se da la interacción (véase Lindesmith, Strauss & Denzin, 1999/2006).

Un ejemplo de esta perspectiva, en la que se destacan los aspectos más

dinámicos, inconclusos e indeterminados de la realidad social, es el enfoque

de orden negociado de Anselm Strauss (Strauss et al., 1963). A partir del aná-

lisis de las relaciones de un hospital, Strauss y sus colaboradores llegan a la

conclusión de que el orden social se explica mejor atendiendo a las transac-

ciones entre personas que tienen metas, ideologías, grupos de referencia e in-

tereses distintos, que partiendo de la idea del orden social como un conjunto

de reglas y roles que sirven para enfrentarse a las actividades diarias. En el

orden social del hospital estudiado por Anselm Strauss y sus colaboradores,

la única meta supraordinada era que los pacientes regresaran a sus casas en

mejores condiciones que las que habían provocado su ingreso. Aparte de

esto, las reglas formaban parte de un sistema de relaciones y transacciones

entre los distintos grupos de personas que integraban el hospital. El hospi-

tal, como cualquier otra institución social, precisa de una actualización del

orden social a través de las relaciones cotidianas entre sus miembros. Las

relaciones dan lugar a un conjunto de transacciones cotidianas en las que es

preciso negociar las actividades que deben realizarse, así como el cómo y el

cuándo. En términos de Turner (1962), podríamos decir que es necesario un

permanente role taking negociado en la propia interacción.

Otra importante aproximación a la teoría de roles es la de McCall y Simons

(1966), denominada como teoría del rol-identidad. Según estos autores, las

personas intentan diseñar sus roles en relación a las posiciones que ocupan

en la sociedad teniendo en cuenta la imagen que tienen de sí mismas como

ocupantes de dichas posiciones sociales. Dichas imágenes afectan a sus rea-

lizaciones como ocupantes de dicha posición, definen los estándares que

guían su conducta y dan significado a las situaciones a las que se enfrentan

y a las personas con quienes interactuan. En palabras de los propios autores

(McCall & Simons, 1966, p. 65), la identidad de rol puede ser definida como

“el carácter y el rol que una persona se diseña para sí misma como ocupante

de una determinada posición social. Intuitivamente, dicha identidad de rol

consiste en la imagen que tiene de sí misma tal y como le gustaría pensarse

y verse actuar como ocupante de dicha posición…” Nuevamente, compro-

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Introducción a la Psicología... 80 Editorial UOC ©

bamos que el interaccionismo simbólico tiene una idea dinámica y creativa

de los roles. Si bien se admiten las constricciones que las propias normas y

convenciones sociales tienen sobre el desempeño del rol, también encon-

tramos que la propia interacción y las imágenes que las personas tienen de

sí mismas como ocupantes de dichos roles contribuyen a conformar su des-

empeño. Si recordamos la dialéctica entre el mí y el yo que Mead estableció,

entenderemos por qué los interaccionistas interpretan los roles como un

diálogo entre esas dos instancias que representan las demandas de ese otro

generalizado que es la sociedad, y el yo, que es la respuesta del individuo; un

proceso que tiene lugar en la interacción cotidiana.

Podemos resumir la importancia de la teoría de roles desde una perspec-

tiva interaccionista señalando que los interaccionistas simbólicos enfatizan

no tanto la conformidad a la hora de describir la conducta de rol, sino la

estructuración cognitiva y simbólica que los participantes hacen de los roles

en función de las situaciones; dichas configuraciones sirven como marcos

donde hacer inteligible la interacción. Asimismo, los roles, según esta orien-

tación teórica, no son listas de obligaciones, sino un conjunto de ideas sobre

cómo interactuar en una situación dada. Finalmente, los roles son utilizados

como instrumentos con los que guiamos nuestras acciones e interpretamos

las acciones de los otros. En resumen, los roles nos ayudan a anticipar las

acciones de aquellas personas con las que interactuamos y a dar sentido a

dichas acciones (Hewit, 2007). Como podemos ver, las tesis de los interac-

cionistas simbólicos están claramente influidas por la dialéctica entre el mí y

el yo; es decir, por la dinámica entre los aspectos definicionales de los roles,

aquella conducta que se espera de nosotros como actuantes de un rol, y

los aspectos procesuales, es decir, la puesta en escena y actualización de los

mismos como producto no de las reglas y normas sociales, sino de la propia

interacción. En la adecuación al rol respondemos como un mí, pero en su

desempeño actuamos como un yo.

Como señala Hewit (2007), la concepción convencional de los roles no

es incompatible con una concepción interpersonal de los mismos. A veces

utilizamos simultáneamente ambos tipos de rol. Nuestras expectativas de los

otros en cuanto ocupantes de una determinada posición social no son algo

que esté sujeto a permanente innovación en cada nuevo encuentro. Las ex-

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Editorial UOC © 81 Capítulo VII. El interaccionismo...

pectativas sobre los roles de los otros están basadas en ciertos supuestos nor-

mativos –todos tenemos ciertas expectativas sobre cómo el ocupante de una

determinada posición social debe actuar–, pero, al mismo tiempo, dichas ex-

pectativas deben actualizarse –lo que implica que deben ser tenidas en cuen-

ta las peculiaridades de cada participante en la interacción, su historia de

relaciones interpersonales, sus expectativas y sus obligaciones, establecidas

sobre la base de su propia relación interpersonal. El entramado de relaciones

sociales que constituye la dinámica social es el resultado de este marco de

convenciones y relaciones sociales que configuran la vida cotidiana.

7.4. El enfoque dramatúrgico de Erving Goffman

Si bien la obra de Goffman es muy extensa, incluyendo un numeroso conjun-

to de publicaciones, nos centraremos en una de ellas por ser la que ha tenido

un mayor impacto tanto en la sociología como en la psicología social socio-

lógica de corte interaccionista (véase Garrido & Álvaro, 2007). Se trata de La

presentación de la persona en la vida cotidiana, texto publicado en 1959.

Goffman (1959/1987, p. 11) define su enfoque de la siguiente manera:

“En este estudio empleamos la perspectiva de la actuación o representación teatral; los principios resultantes son de índole dramática. En las páginas que siguen consideraré de qué manera el individuo se presenta y representa su ac-tividad ante otros, en las situaciones de trabajo corriente, en qué forma guía y controla la impresión que los otros se forman de él, y qué tipo de cosas puede y no puede hacer mientras actúa ante ellos.”

El enfoque inicial de Goffman recibe el nombre de dramatúrgico.

Preocupado por el análisis de la interacción cara a cara, ésta se nos muestra

como una representación de carácter escénico. Su objetivo es analizar los

encuentros (encounters) en los que es preciso tener en cuenta la presencia

mutua de las personas y en los que éstas realizan actuaciones (performances)

para influirse mutuamente.

La idea del mundo como un gran teatro es la que sirve a este sociólogo

para analizar cómo influimos y ejercemos control sobre los demás por medio

de la forma de presentarnos, o, dicho de otra manera, del manejo de impre-

siones.

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Introducción a la Psicología... 82 Editorial UOC ©

El desempeño de un rol implica, para Goffman, dos extremos diferen-

ciados. En uno de los extremos encontramos al actuante sincero, aquel que

cree en la imagen que da en el desarrollo de su actuación. En este caso puede

llegar a convertirse él mismo en su propio auditorio y obrar según le dicta su

conciencia o su moral. En el otro extremo encontramos al cínico, aquel que

presenta la imagen que mejor conviene a sus intereses. La tergiversación de

los hechos, el mantenimiento de la distancia social y el artificio son formas

de actuación de quien representa un papel sin creer en su contenido. En este

caso, la máscara acaba por ser parte integrante de su personalidad.

La obra de Goffman es un análisis de los diferentes elementos que hacen

posible la interacción cara a cara y el manejo de las impresiones que se dan

en estas situaciones. Así, nos habla de la fachada social, que se refiere tanto

al medio (setting) donde se desarrolla la acción, como a la fachada perso-

nal, formada por la apariencia y los modales y en la que quedan incluídas

las expresiones faciales, el aspecto, las pautas del lenguaje, etc. La fachada

personal, según Goffman, puede referirse a todo aquello que indique tanto

el estatus personal (apariencia) como el rol en la interacción (modales). La

fachada define, por tanto, los aspectos prescritos y normativos del rol del

actuante, así como sus características personales.

Otro concepto importante introducido por Goffman en su enfoque dra-

matúrgico de la interacción social es el de región o espacio donde tiene lugar

la actuación. Goffman distingue entre región anterior y región trasera. En la re-

gión anterior –front region- mantenemos un vínculo con la audiencia a través

de nuestra actuación, la cual está regida por dos grupos de normas. El primer

grupo de normas regula la actuación cuando el actor se dirige a la audiencia,

mientras que el segundo grupo de normas se refiere al decoro que el actuante

debe representar cuando no mantiene un diálogo con la misma, pero sabe

que está siendo observado. Así, por ejemplo, una persona que trabaja en un

comercio debe mostrar ciertas pautas de conducta aun cuando no esté aten-

diendo a un cliente, o un trabajador aparentar o dar la impresión que está

trabajando, aun cuando no lo esté haciendo en ese momento. En la región

trasera –back region– o trasfondo escénico –back stage– es donde los actuantes

preparan su actuación y donde pueden aparecer los elementos suprimidos

en la actuación realizada en la región anterior.

Page 84: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Editorial UOC © 83 Capítulo VII. El interaccionismo...

Según Goffman, en nuestras realizaciones dramáticas tendemos a encu-

brir aquellas acciones que no son compatibles con la imagen que queremos

transmitir; esto nos lleva a intentar no perder el mantenimiento del orden

expresivo, es decir, a obviar en la interacción cualquier elemento que pueda

contradecir la imagen que deseamos transmitir de nosotros mismos o del rol

que representamos. Así, el actuante ante un auditorio intentará dar una ima-

gen idealizada de sí mismo, representando papeles distintos ante diferentes

auditorios. Obviamente, la discrepancia entre la apariencia y la realidad pue-

de ser descubierta y poner en entredicho no sólo la actuación, sino la propia

reputación del actuante. Por eso, éste debe evitar lo que Goffman denomina

como gestos impensados, expresiones inoportunas y pasos en falso que de

forma involuntaria den pistas al auditorio sobre sus verdaderas intenciones.

Goffman amplía su estudio a lo que denomina equipos. Señala que, en

numerosas ocasiones, las personas colaboran entre sí, no para mostrar una

imagen de sí mismas, sino del servicio que ofrecen o de su trabajo profesio-

nal. Los equipos, en definitiva, cooperan entre sí para mostrar sus rutinas

diarias. Al igual que en las interacciones cara a cara, los equipos intentan dar

una imagen idealizada de sí mismos cuando se enfrentan a un auditorio, por

lo que el control de la información y la apariencia son centrales para no dar

ninguna pista que pueda ser destructiva para sus fines. Así, los miembros de

un equipo deben tener lealtad, disciplina y circunspección dramáticas; es decir,

deben mantener discreción acerca de los comentarios que puedan perjudicar

su imagen, no mostrar distanciamiento durante la representación y tener

recursos suficientes para realizar una representación adecuada. La discrepan-

cia entre las intenciones de un equipo y la representación de sus compo-

nentes también es objeto de análisis en la obra de Goffman. Una fuente de

riesgo para el control de la información son las personas que juegan un rol

discrepante. Existen diferentes tipos de roles discrepantes, como son los de

delator, falso espectador, soplón e intermediario o mediador. Las personas

que ocupan estos roles tienen acceso a información que puede contradecir la

imagen que el equipo quiere dar, pudiendo alterar la relación entre el equipo

y el auditorio. Este es el caso del delator que, haciéndose pasar por miem-

bro del equipo de actuantes, obtiene información destructiva y traiciona al

equipo, o el del mediador, que obtiene información de uno de los equipos

enfrentados entre sí y la pone al servicio del equipo contrario.

Page 85: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Introducción a la Psicología... 84 Editorial UOC ©

Otro aspecto de gran importancia en la obra de este sociólogo es lo que

denomina comunicación impropia. La comunicación impropia es aquella

comunicación incompatible con la imagen que queremos dar como actuan-

tes en una interacción. Existen cuatro tipos o categorías de comunicación

impropia, según sea ésta referida al tratamiento de los ausentes, a la puesta

en escena, a la connivencia del equipo o al realineamiento de posiciones.

La primera forma de comunicación impropia se refiere a las maneras que

los miembros de un equipo tienen de referirse acerca del auditorio cuando

no están en presencia de éste y que tienen en la burla y la utilización de

términos despectivos dos de sus formas más típicas. En cuanto a la puesta

en escena, la comunicación impropia hace referencia a las conversaciones

que se dan entre los miembros del equipo sobre el auditorio y sus actuacio-

nes y que incluyen todo tipo de comentarios sobre el vínculo con aquél y

sus problemas de puesta en escena. La connivencia del equipo sucede, por

ejemplo, cuando entre los miembros del equipo se es partícipe de un tipo de

actuación que aparentemente se acomoda al sentir del público pero que, en

realidad, representa una actitud de burla o distanciamiento del propio audi-

torio. Por ejemplo, cuando un grupo de músicos acentúan la forma de tocar

que gusta al público de forma que sus compañeros entiendan lo que están

haciendo pero no así el auditorio. Finalmente, el realineamiento de posicio-

nes se efectua con la intención de expresar el desacuerdo con el consenso al-

canzado entre los miembros del equipo o entre éstos y los miembros de otros

equipos. Se trata de una comunicación indirecta en la que están implicadas

todo tipo de sutilezas, indirectas, pausas intencionadas, alusiones etc.

Como es obvio, el enfoque dramatúrgico hace referencia a un nivel de

análisis microsociológico sobre el arte de manejar las impresiones cara a cara.

Su mérito consiste en realizar una minuciosa radiografía de la estructura de

las interacciones sociales. Pero, y de forma contraria a los interaccionistas

simbólicos como Blumer, Goffman entiende que los papeles que represen-

tamos y las máscaras que utilizamos para llevar a cabo la representación de

nosotros ante los demás vienen prescritos socialmente. Esta definición social

de las pautas de acción que se consideran correctas en la puesta en escena de

uno mismo no supone la consideración del actor como un títere en manos

de un guión socialmente prescrito, sino que el actor puede mostrar su propia

identidad (adecuándose a los aspectos ritualizados de la actuación o distan-

Page 86: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Editorial UOC © 85 Capítulo VII. El interaccionismo...

ciándose de los mismos). Asimismo, al introducir el análisis del componente

expresivo en el estudio de la interacción social, Goffman es consciente de

que se pueden producir disrupciones en el curso de la interacción que po-

nen en cuestión la imagen de los actuantes. Estas disrupciones o situaciones

embarazosas que desorganización la acción y la interación social perjudican

la imagen de los participantes en la misma, comprometen la interacción y

tienen consecuencias sobre la propia estructura social.

Finalmente, Goffman considera que hay que utilizar la idea de la vida

social como un teatro como una analogía útil y no de forma literal, al tiem-

po que pone límites a sus análisis, al referirlos a la cultura occidental.

Page 87: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger
Page 88: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Capítulo VIIILa sociología fenomenológica de Alfred Schutz

Podemos entender el conjunto de la obra de Schutz como el intento por

construir una teoría de la acción subjetiva. Max Weber será el sociólogo

que más influencia tendrá en su pensamiento, por medio de su sociología

comprensiva, que no es otra cosa que el estudio del comportamiento desde

el sentido que el actor le da al mismo. La otra gran influencia de este autor

proviene de la fenomenología de Edmund Husserl. Con respecto a Husserl,

Schutz toma la idea de actitud natural. El escenario donde se desarrolla la

acción social es el mundo de la vida, es decir, el mundo cotidiano que damos

por real, donde las personas desarrollan su vida, donde interactuamos con

los demás.

La teoría de Schutz es, ante todo, una sociología desde la que podemos

analizar cómo las personas damos sentido a nuestras acciones y al mundo en

el que vivimos. Se trata, por lo tanto, de una sociología de la vida cotidiana.

Comprender cómo es posible el mundo social y simbólico que habitamos es

el objetivo de la tarea emprendida por este autor. Para Schutz, lo que le tiene

que preocupar al científico social es el análisis del conocimiento del sentido

común.

Al igual que para la fenomenología de Husserl, Schutz (1962/1995, p.

60) considera que la realidad social no es algo externo ni puede ser reducida

a una mera percepción sensorial. La realidad es algo que construimos en

nuestra experiencia de la misma, formando parte de nuestro mundo feno-

ménico.

“Las ciencias sociales deben abordar la conducta humana y su interpretación de sentido común en la realidad social, lo cual requiere el análisis de todo sis-tema de proyectos y motivos, de significatividades y construcciones [...]. Tal análisis remite al punto de vista subjetivo; es decir, a la interpretación de la acción y su encuadre en términos del actor.”

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Introducción a la Psicología... 88 Editorial UOC ©

Nuestra experiencia no es algo que surja desde nuestro interior de una

manera solipsista, sino que está biográficamente determinada. Con este

concepto Schutz nos indica que nuestra forma de dar sentido al mundo de-

pende de nuestras experiencias previas que se dan en un medio social y cul-

tural. Cada uno de nosotros nos situamos en la vida de una manera singular

y esa forma de situarnos no es algo que surja como una respuesta mecánica

al medio físico, sino que es el resultado de la forma que el mundo externo

adopta como parte de nuestra experiencia subjetiva (Schutz, 1962/1995, p.

280).

“La situación biográfica única en la cual me encuentro dentro del mundo en cualquier momento de mi existencia sólo es en muy pequeña medida pro-ducto de mi propia creación. Me encuentro siempre dentro de un mundo históricamente dado que, como mundo de la naturaleza y mundo sociocul-tural, existió antes de mi nacimiento y continuará existiendo después de mi muerte.”

El escenario de la acción social es el mundo de sentido común o mundo

de la vida diaria; un mundo intersubjetivo en el que trabajamos y en el que

nos relacionamos con otras personas gracias al lenguaje. Es un mundo cuya

existencia damos por supuesta y que limita nuestras acciones, pero que, al

mismo tiempo, podemos transformar con nuestras acciones.

Para interactuar en el mundo de la vida, las personas utilizan el pensa-

miento de sentido común, que se caracteriza por su tipicidad. Este concepto,

derivado de la filosofía fenomenológica de Husserl, para quien la experien-

cia del mundo se construye sobre la tipicidad de los objetos o sucesos de la

vida cotidiana, es retomado por Schutz para explicar el pensamiento de sen-

tido común como un proceso mediante el cual los objetos del mundo exte-

rior son apropiados por los actores según ciertos principios perceptivos: “Por

ejemplo, el mundo exterior no es experimentado como un ordenamiento

de objetos individuales únicos, dispersos en el espacio y en el tiempo, sino

como ‘montañas’, ‘árboles’, ‘animales’, ‘hombres’, etc.” (Schutz, 1962/1995,

p. 39). La noción de tipicidad hace posible vivir en un mundo sobre el que

podemos ejercer cierto control, al poder prever de forma anticipada las con-

secuencias provocadas por nuestras acciones sobre el mundo:

“Al colocar una carta en el buzón, preveo que personas a quienes no conozco, llamadas empleados de correo, actuarán de una manera típica no totalmente

Page 90: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Editorial UOC © 89 Capítulo VIII. La sociología...

inteligible para mí, con el resultado de que mi carta llegará al destinatario en un tiempo típicamente razonable” (Schutz, 1962/1995, p. 47).

Las tipificaciones de sentido común son una cualidad del lenguaje, ya

que mediante el uso del mismo construimos la realidad de una forma típica

y constituyen “nuestro conocimiento a mano”, el cual surge de la experien-

cia cotidiana.

“Mundo de la vida cotidiana significará el mundo intersubjetivo que existía mucho antes de nuestro nacimiento, experimentado e interpretado por Otros, nuestros predecesores, como un mundo organizado. Ahora está dado a nues-tra experiencia e interpretación. Toda interpretación de este mundo se basa en un acervo de experiencias anteriores a él, nuestras propias experiencias y las que nos han transmitido nuestros padres y maestros, que funcionan como un esquema de referencia en la forma de conocimiento a mano.” (Schutz, 1962/1995, p. 198)

Las tipificaciones de las que nos habla Schutz constituyen un conjunto

de recetas aprendidas de las que nos valemos para dar sentido a nuestro

entorno, orientar nuestra conducta y comprender la de los demás. El orden

social estaría, así, basado en un sistema de tipificaciones que hace predecible

la conducta de los otros (Schutz, 1962/1995, pp. 309-310).

“[...] sólo una fracción pequeña del acervo de conocimiento a mano del hom-bre se origina en su propia experiencia individual. La mayor parte de su co-nocimiento se deriva de la sociedad, le ha sido transmitido por sus padres y maestros como su herencia social. Consiste en un conjunto de sistemas de tipificaciones significativas, de soluciones típicas para problemas prácticos y teóricos típicos; en preceptos típicos para conductas típicas [...] Todo este co-nocimiento es presupuesto sin discusión por el respectivo grupo social y es, por ende, un conocimiento socialmente aprobado [...]. El conocimiento social aprobado consiste, entonces, en un conjunto de recetas destinadas a ayudar a cada miembro del grupo a definir su situación en la realidad de la vida coti-diana de una manera típica.”

La sociología de Schutz también intenta dar respuesta a cómo es posible

la vida social. La idea clave para él se encuentra en la interacción. Como nos

dice el propio autor, la vida cotidiana es un mundo intersubjetivo. Vivimos

con otras personas y en interacción con ellas construimos un mundo de

significados sobre las cosas. Mi conocimiento del mundo no es algo privado,

sino que es compartido. El mundo de sentido común que todos comparti-

mos para desarrollar nuestra vida cotidiana es posible gracias a la comunica-

ción con nuestros semejantes. En conclusión, el significado de lo dicho an-

teriormente (que nuestro conocimiento del mundo tiene un origen social)

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Introducción a la Psicología... 90 Editorial UOC ©

es posible gracias a la socialización en una cultura que nos antecede y a la

interacción simbólica con nuestros semejantes.

Antes de emprender una acción debemos tener en cuenta la adecuación

de los medios empleados para conseguir una meta. No sólo debemos tener

un conocimiento acerca de la adecuación entre medios y fines, sino que te-

nemos que presuponer, al mismo tiempo, que las personas con quienes nos

relacionamos comparten ese mismo conocimiento. El mundo social sólo es

posible porque en nuestra vida cotidiana asumimos que el sentido que da-

mos a nuestros actos va a ser comprendido del mismo modo por los demás.

Schutz (1962/1995, pp. 282-83) llama a esto reciprocidad de perspectivas:

“[...] doy por sentado –y presupongo que mi semejante hace lo mismo– que yo y él tendríamos típicamente las mismas experiencias del mundo común si cambiáramos nuestros lugares, de tal modo que mi Aquí se transformara en el suyo, y su Aquí –que para mí es ahora un allí– en el mío.”

El mundo de la vida es, por tanto, un mundo intersubjetivo, dotado de

sentido para nosotros gracias a la interacción con otros semejantes. En este

mundo del sentido común, Schutz distingue entre los contemporáneos, con

los que se da una interacción cara a cara; los predecesores, que pueden in-

fluir en nuestras acciones; y los sucesores, que pueden guiar nuestra acción.

La interacción con nuestros contemporáneos sólo puede darse dentro de un

sistema de tipificaciones que hace predecible la respuesta de los otros a nues-

tros actos. Pero la predicción no es de naturaleza matemática, sino subjetiva,

lo que explica que la racionalidad de las acciones no sea absoluta. Además,

la interpretación subjetiva del sentido de la acción, su carácter propositivo y

su origen en la conciencia, junto con la definición de la situación que reali-

za el actor, hacen que la acción no esté absolutamente determinada, lo que

explica la distancia entre los modelos de acción racional de los actores y los

tipos ideales de acción ideal elaborados por el investigador social.

Éste es un punto de especial trascendencia en el esquema teórico propues-

to por Schutz. ¿Cómo es posible que nosotros, como estudiosos del compor-

tamiento humano, seamos capaces de comprender el sentido subjetivo de las

acciones de los individuos que estudiamos tal y como éstas se manifiestan en el

mundo real, en su vida cotidiana? La respuesta que nos da Schutz (1962/1995,

pp. 37-38) es que las ciencias sociales constituyen un conocimiento de segun-

do grado que las diferencia de forma radical de las ciencias naturales:

Page 92: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Editorial UOC © 91 Capítulo VIII. La sociología...

“Los hechos, datos y sucesos que debe abordar el especialista en ciencias na-turales son hechos, datos y sucesos solamente dentro del ámbito de observa-ción que le es propio, pero este ámbito no significa nada para las moléculas, átomos y electrones que hay en él. En cambio, los hechos, sucesos y datos que aborda el especialista en ciencias sociales tienen una estructura totalmente distinta. Su campo de observación, el mundo social, no es esencialmente ines-tructurado. Tiene un sentido particular y una estructura de significatividades para los seres humanos que viven, piensan y actúan dentro de él. Éstos han preseleccionado y preinterpretado este mundo mediante una serie de cons-trucciones de sentido común acerca de la realidad cotidiana, y estos objetos de pensamiento determinan su conducta, definen el objeto de su acción, los medios disponibles para alcanzarlo; en resumen, los ayudan a orientarse den-tro de su medio natural y sociocultural y a relacionarse con él. Los objetos de pensamiento construidos por los expertos en ciencias sociales se refieren a los objetos de pensamiento construidos por el pensamiento de sentido común del hombre que vive su vida cotidiana entre sus semejantes, y se basan en esos objetos. Las construcciones usadas por el especialista en ciencias sociales son, pues, por así decirlo, construcciones de segundo grado, o sea, construcciones de las construcciones hechas por los actores en la sociedad misma, actores cuya conducta el investigador observa y procura explicar de acuerdo con las reglas de procedimiento de su ciencia.”

Resumiendo la sociología fenomenológica de Schutz, podemos decir que

su modelo teórico nos sirve para comprender el comportamiento de las per-

sonas en su vida cotidiana, en el mundo real en el que viven. Hay que en-

tender lo dicho desde el punto de vista de los significados que el actor da a

su acción. Estos significados forman parte de la cultura que nos antecede,

pero también se van construyendo en el curso de nuestras interacciones con

nuestros coetáneos y por medio de nuestra experiencia vivida que se cons-

tituye en nuestra biografía. Así pues, nuestra experiencia del mundo de la

vida es una experiencia compartida, en la que aprendemos en comunicación

con los demás a definir las situaciones en las que desarrollamos nuestra vida

cotidiana. Estas definiciones nos sirven como guías para nuestras acciones.

El mundo de la vida tiene una estructura preexistente que nos condi-

ciona, pero los seres humanos somos capaces de transformarla con nues-

tras acciones. Este doble nivel de análisis da a la perspectiva de Schutz una

fundamentación psicosociológica. Actores y estructuras sociales son dos ele-

mentos inseparables de la dialéctica de su pensamiento. Para comprender

el comportamiento debemos tener en cuenta tanto a la realidad social, en

forma de tipificaciones que regulan las conductas, como a los individuos,

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Introducción a la Psicología... 92 Editorial UOC ©

en términos del sentido que éstos dan a sus acciones y de la forma en que

definen las situaciones en las que se encuentran.

Si hay que definir la psicología social como una perspectiva antes que

como un campo del saber con un objeto predeterminado, podemos consi-

derar la sociología fenomenológica de Schutz como una teoría psicosocio-

lógica.

Page 94: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Capítulo IX

El construccionismo social de Peter Berger y Thomas Luckmann

La construcción social de la realidad, publicado originalmente en 1966, es uno

de los libros que mayor influencia ha ejercido en el pensamiento sociológico

contemporáneo. La intención de Berger y Luckmann, al redactar este libro,

es la de construir una psicosociología de la vida cotidiana partiendo de las

ideas de Schutz. En este sentido, podemos considerar a ambos autores como

los principales continuadores de la obra de este autor y, por tanto, de una

tradición de pensamiento fenomenológico aplicado a las ciencias sociales.

Pero la obra de ambos autores, aunque parte de la sociología fenomenoló-

gica, incluye a otros autores y corrientes de pensamiento de especial relevan-

cia en las ciencias sociales, como son el interaccionismo simbólico de G.H.

Mead, la teoría de la acción social de M. Weber, el pensamiento dialéctico de

K. Marx y la sociología objetiva de É. Durkheim.

Como Schutz, ambos sociólogos se centran en el conocimiento de sentido

común sobre la realidad social, en cómo las personas construimos la realidad

social sobre la base de nuestras interacciones simbólicas, mediante las que

interpretamos el mundo de la vida cotidiana. La vida cotidiana se constituye

como una realidad ordenada, un mundo compartido. Este mundo de la vida

cotidiana es tanto un mundo subjetivo como una realidad objetiva. En este

punto, Berger y Luckmann intentan integrar el pensamiento de Durkheim,

es decir, la realidad como algo externo a los individuos y que ejerce un con-

trol coercitivo sobre los mismos, y el de Weber, la realidad como expresión

de los significados subjetivos que los actores dan a sus acciones.

El carácter dual de la realidad social es el que da sentido al pensamiento

construccionista de Berger y Luckmann (1968, p. 35):

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Introducción a la Psicología... 94 Editorial UOC ©

“La sociedad, efectivamente, posee facticidad objetiva. Y la sociedad, efectiva-mente, está construida por una actividad que expresa un significado subjeti-vo [...]. Es justamente el carácter dual de la sociedad en términos de facticidad objetiva y significado subjetivo lo que constituye su «realidad sui generis»[...]. La cuestión central para la teoría sociológica puede, pues, expresarse así: ¿Cómo es posible que los significados subjetivos se vuelvan facticidades ob-jetivas?”

Dentro de este esquema general, la obra de estos dos autores puede ser

dividida en tres grandes apartados:

el conocimiento de la vida cotidiana, 1)

la sociedad como realidad objetiva y 2)

la sociedad como realidad subjetiva.3)

Para el análisis de la vida cotidiana, Berger y Luckmann parten de la socio-

logía fenomenológica de Schutz. La principal cuestión que plantean es cómo

es posible nuestro conocimiento del mundo de la vida, es decir, cuáles son

las relaciones entre la realidad objetiva y nuestra conciencia de esa realidad.

Para dilucidar esta cuestión, parten de una serie de supuestos básicos como

son: la realidad de la vida cotidiana es inseparable de nuestra conciencia de

la misma; dicha conciencia es un producto de nuestra acción en el mundo,

acción que compartimos con otras personas, lo que hace que nuestra vida

cotidiana sea un mundo compartido e intersubjetivo; la conciencia siempre

se dirige a objetos, siendo, por tanto, intencional, y dichos objetos se pre-

sentan ante nuestra conciencia como pertenecientes a realidades diferentes

–las personas que aparecen en el curso de la vida real tienen una naturaleza

e implican tensiones muy diferentes a las que aparecen en nuestros sueños–;

aprehendemos la realidad como algo externo, real, ordenado y ya objetivado

previamente; está estructurada, principalmente, en torno al presente, a la es-

fera de la vida cotidiana que nos es directamente accesible y que manejamos

gracias a las tipificaciones que resultan de nuestro aprendizaje social y que

constituyen un conocimiento rutinario de la realidad en la que vivimos.

Nuestro conocimiento de la realidad social es posible, en gran medida,

gracias al lenguaje, puesto que gracias a él somos capaces de entrar en la

subjetividad de otras personas con las que compartimos el mundo, al mismo

tiempo que hacemos que procesos subjetivos sean objetivados. El lenguaje

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Editorial UOC © 95 Capítulo IX. El construccionismo...

es, así, el mecanismo principal de objetivación de la vida cotidiana (Berger &

Luckmann, 1968, pp. 54-57):

“Los signos y los sistemas de signos son objetivaciones, en el sentido de que son accesibles objetivamente más allá de la expresión de intenciones subje-tivas aquí y ahora [...] el lenguaje se origina en las situaciones cara a cara, pero puede separarse de ellas fácilmente [...]. El lenguaje se origina en la vida cotidiana, a la que toma como referencia primordial; se refiere, sobre todo, a la realidad que experimento en la conciencia en vigilia, dominada por el mo-tivo pragmático (vale decir, el grupo de significados que corresponden direc-tamente a acciones presentes o futuras) y que comparto con otros de manera establecida [...]. Como sistema de signos, el lenguaje posee la cualidad de la objetividad. El lenguaje se me presenta como facticidad externa a mí mismo y su efecto sobre mí es coercitivo.”

Estos procesos de objetivación a los que acabamos de hacer referencia

dan lugar a la institucionalización. Cada vez que interactuamos, asumimos

un conjunto de tipificaciones recíprocas que permiten hacer inteligible la

conducta de cada una de las personas involucradas en la interacción. Nos

permiten asumir el rol del otro y conocer los motivos que guían sus accio-

nes. La institucionalización sería una consecuencia de dichas tipificaciones

sociales que se convierten en realidades externas y preexistentes para los

individuos de nuevas generaciones. Las instituciones sancionan qué tipos

de acciones hay que realizar y bajo qué procedimientos los actores tienen

que llevar a cabo dichas acciones. Tienen, por tanto, un poder coercitivo y

son útiles para el mantenimiento del orden social. Una parte importante de

la institucionalización de la actividad humana se da por medio de los roles,

puesto que con ellos aprendemos a identificar las acciones de los otros como

comportamientos tipificados, es decir, como comportamientos tipo, cuya

intencionalidad es predecible con independencia de quién la ejecute. Supo-

nen, por tanto, el nexo de unión entre la estructura de la realidad objetiva y

la realidad subjetiva (Berger & Luckmann, 1968, p. 98):

“Las instituciones se encarnan en la conciencia individual por medio de los roles [...] al desempeñar los roles, los individuos participan en un mundo so-cial; al internalizar dichos roles, ese mismo mundo cobra realidad para ellos subjetivamente.”

Entender la sociedad como realidad externa no significa ignorar que ésta

es un producto humano. Las estructuras objetivas del mundo no son algo

independiente de los sujetos que las construyen y el orden social es una

consecuencia de la acción de los individuos, un producto de su acción sobre

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Introducción a la Psicología... 96 Editorial UOC ©

el mundo. Olvidar este hecho supone reificar la sociedad, considerarla como

un hecho ajeno a su construcción humana.

La externalización y objetivación de la actividad humana forman parte

de un proceso dialéctico que se completa con la internalización. Ésta hace

referencia a la aprehensión de dicha realidad objetiva como una realidad

con significado que hacemos nuestra.

El mecanismo mediante el cual la realidad externa se convierte en una

realidad interiorizada se halla en los procesos de socialización, unos procesos

que implican un aprendizaje tanto cognoscitivo como afectivo. Mediante

la socialización primaria los niños aprenden a identificarse con las inter-

pretaciones que los otros significativos dan de la realidad. De manera que

aprenden a adoptar los roles de los otros y de esta forma a identificarse a sí

mismos. Este proceso de identificación tiene lugar de manera progresiva, de

forma tal que el niño acaba por hacer suyo el punto de vista de la sociedad

en su conjunto.

Como vemos, la dimensión subjetiva de la realidad social guarda una

gran similitud con los procesos descritos por G.H. Mead sobre la relación

entre sociedad e identidad. De hecho, su pensamiento sirve de guía a ambos

autores para describir el proceso mediante el cual interiorizamos la realidad

social. Una realidad que se presenta como inevitable durante la socializa-

ción primaria, pero que puede ir transformándose como consecuencia de

definiciones alternativas de la realidad que entran en competencia, o por si-

tuaciones marginales que provocan cambios en la aprehensión de la misma.

Aquí juega un papel relevante el lenguaje o la actividad simbólica (Berger &

Luckmann, 1968, p. 191):

“La vida cotidiana del individuo puede considerarse en relación con la puesta en marcha de un aparato conversacional que mantiene, modifica y reconstru-ye continuamente su realidad subjetiva.”

Resumiendo el enfoque teórico de Berger y Luckmann, podemos decir

que su principal interés se encuentra en el estudio de la vida cotidiana; se

preocupan por el conocimiento de sentido común que orienta nuestras ac-

ciones y por el que vamos construyendo la realidad social. Su análisis par-

te de considerar la sociedad como un producto humano, al tiempo que es

aprehendida como una realidad externa. Consideran, por tanto, la realidad

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Editorial UOC © 97 Capítulo IX. El construccionismo...

objetiva y la realidad subjetiva como partes de un mismo proceso de cons-

titución de la sociedad y del individuo, pues sociedad e individuo no se

contraponen.

Los individuos son un producto social y la sociedad es un producto de los

individuos. Toda realidad es el resultado de la externalización de la actividad

humana, de su objetivación por medio del lenguaje y de su institucionali-

zación mediante la tipificación de las acciones de los otros. Esta dimensión

objetiva de la realidad debe ser completada con su aprehensión por parte de

los individuos. La internalización de la realidad objetiva gracias a los proce-

sos de socialización primaria y secundaria da lugar a la dimensión subjetiva

de la realidad. Así, hay que entender la conciencia individual y la acción

social en el contexto de una estructura social que le da sentido. Al mismo

tiempo, una estructura social no es algo que esté por encima o al margen de

los individuos, puesto que los individuos reaccionan frente a las estructuras

sociales y las modifican o las mantienen.

Como señalábamos al principio, la teoría construccionista de Berger y

Luckmann parte de las reflexiones de la sociología fenomenológica de Schutz

sobre la vida cotidiana y el conocimiento de sentido común, pero amplía di-

cha perspectiva incluyendo en sus análisis las teorías sociológicas de Weber

y Durkheim, utilizadas para conformar una teoría de la acción en la que está

presente el pensamiento de Mead. De esta síntesis resulta un enfoque psico-

sociológico de la realidad social de gran interés.

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Capítulo XLa etnometodología de Harold Garfinkel

Hablar de etnometodología supone referirse a la obra de su creador Harold

Garfinkel y a su libro, Studies in Ethnometodology, publicado en 1967.

Garfinkel, al igual que Durkheim, considera que el estudio de los hechos

sociales es el objetivo fundamental del análisis sociológico, pero difiere sig-

nificativamente del sociólogo francés a la hora de definir lo que es un hecho

social. Mientras que para Durkheim los hechos sociales son externos a los

individuos y ejercen un poder coercitivo sobre los mismos, para Garfinkel,

los hechos sociales forman parte y se construyen en las prácticas cotidianas

de los miembros de una sociedad. Garfinkel (1967, p. 7) no discute el carác-

ter de objetividad que Durkheim da a los hechos sociales, pero no los sitúa

como algo que se realiza al margen de nuestras interacciones ni los considera

una entidad supraindividual:

“En contraposición a algunas opiniones del pensamiento de Durkheim según las cuales la realidad objetiva de los hechos sociales es el principio fundamental de la sociología, nosotros proponemos, como política de investigación funda-mental para los sociólogos, que la realidad objetiva de los hechos sociales debe ser entendida como realización continua de las actividades concertadas de la vida cotidiana de sus miembros, los cuales conocen, usan, y consideran como obvios los procedimientos ordinarios e ingeniosos para esta realización.”

La intención de Garfinkel es la de estudiar las actividades prácticas, es

decir, las actividades de la vida diaria, actividades mediante las cuales los

miembros de una sociedad organizan su vida diaria y dan sentido a la mis-

ma. El orden social, para Garfinkel, no es otra cosa que las reglas sociales

con las que los miembros de una sociedad se enfrentan a tareas cotidianas.

Estas reglas, que suponen un conocimiento práctico de los actores sociales,

les sirven para producir y manejar el día a día de sus interacciones. En este

sentido, podemos considerar la etnometodología como una sociología de la

vida cotidiana.

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Introducción a la Psicología... 100 Editorial UOC ©

En la primera página de su libro, Garfinkel (1967) nos relata que sus estu-

dios “tratan de las actividades prácticas, de las circunstancias prácticas y del

razonamiento sociológico práctico como temas de estudio empírico, pres-

tando a las actividades comunes de la vida diaria la misma atención que si se

tratase de acontecimientos extraordinarios [...]”.

No es fácil establecer una definición de etnometodología, por lo que em-

plearemos la dada por el propio Garfinkel, para intentar, después, describir

los términos utilizados por los etnometodólogos (Garfinkel, 1967, p. 11).

“Utilizo el término etnometodología para referirme a la investigación de las propiedades racionales de las expresiones indexicales y otras acciones prácti-cas como partes de las continuas realizaciones que logramos gracias a nuestra destreza en la organización de las prácticas de la vida diaria.”

La indexicalidad de la que habla Garfinkel se refiere tanto a las expresio-

nes que utilizamos en el lenguaje cotidiano como a las acciones que empren-

demos como miembros de una sociedad para realizar nuestras actividades

diarias. Desde el punto de vista del lenguaje natural, la indexicalidad implica

la contextualización necesaria de una palabra, una frase o una locución para

captar su sentido. Garfinkel retoma de Husserl la idea de que no podemos

saber el sentido de una expresión si no tenemos un conocimiento de la bio-

grafía y propósitos de quien la emplea, las circunstancias de su locución, el

curso previo de la conversación o la relación que existe entre el emisor y el

receptor de la interacción. Esto lleva a Garfinkel a establecer una distinción

entre las expresiones objetivas (libres del contexto), referidas a la ciencia, y

las expresiones indexicales referidas al lenguaje natural. Mediante las expre-

siones indexicales los miembros de una sociedad construyen y dan sentido

a sus actividades cotidianas.

La importancia que los etnometodólogos dan al lenguaje, tal y como se

manifiesta en la vida cotidiana, les lleva a tener un particular interés por el

análisis conversacional. El objetivo del mismo es demostrar cómo los miem-

bros de una sociedad utilizan procedimientos comunes para hacer inteligi-

bles sus interacciones. Cuando se produce una quiebra en el curso normal de

la conversación, se interrumpen las expectativas en las que se basa el enten-

dimiento y una comprensión común que hace posible mantener la interac-

ción. El siguiente ejemplo sirve a Garfinkel para ilustrar las propiedades del

discurso común que permiten la interacción. Nos muestra una situación en

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Editorial UOC © 101 Capítulo X. La etnometodología...

la que un estudiante (E) de Garfinkel cuestiona a un conocido (S) acerca del

sentido de sus observaciones. Veamos el breve extracto de uno de los relatos

realizados por un estudiante (Garfinkel, 1967, p. 42):

“(S) Se me ha pinchado una rueda.

(E) ¿Qué quieres decir con que tienes una rueda pinchada?

Ella parecía momentáneamente aturdida. Entonces me contestó de una mane-ra hostil: «¿Qué quieres decir con “qué quieres decir”?» Una rueda pinchada es una rueda pinchada. Eso es lo que quiero decir. Nada especial. Vaya una pregunta absurda.”

Los etnometodólogos no establecen distinciones entre el conocimiento

de los científicos sociales y el que emplean las personas en sus procedimien-

tos para comprender el mundo. La etnometodología no se preocupa por

establecer las condiciones de validez o verdad del conocimiento, sino las

prácticas comunes tanto al razonamiento sociológico como al conocimiento

del sentido común.

Tanto los sociólogos como los psicólogos sociales utilizamos nuestra “re-

flexividad para producir, realizar, reconocer o demostrar la adecuación ra-

cional para todo propósito de carácter práctico de nuestros procedimientos

y descubrimientos” (Garfinkel, 1967, p. 8). Desde este punto de vista, los

etnometodólogos son muy críticos con respecto a diferentes concepciones

provenientes de distintos campos de las ciencias sociales, tales como la psi-

cología social, la antropología o la sociología, que dan una idea de la persona

como “idiota cultural” (cultural dope). Un ejemplo de este tipo de teorías lo

tendríamos en el funcionalismo de T. Parsons, que pretende explicar la ac-

ción social sobre la base de normas interiorizadas (Garfinkel, 1967, p. 68):

“Por idiota cultural entiendo la persona que, en la sociedad del sociólogo, hace posibles los rasgos estables de dicha sociedad de acuerdo a lo que estable-cen las alternativas legítimas para la acción que provee la cultura común.”

Tanto los científicos sociales como los demás miembros de una sociedad

tienen la competencia comunicativa necesaria como para hacer inteligibles

o descriptibles (accountable) los procedimientos que hacen posible llevar a

cabo todas nuestras actividades cotidianas. Ambos utilizan el mismo método

en su comprensión del mundo social: el método documental. Como método

de interpretación, lo utilizamos para conocer el significado de nuestras ac-

ciones, el patrón subyacente a las mismas o la manera en que llegamos a dar

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Introducción a la Psicología... 102 Editorial UOC ©

cuenta de los acontecimientos de la vida cotidiana. En palabras del propio

Garfinkel (1967, p. 78):

“El método consiste en tratar la apariencia actual como el «documento de», «señalando a», como «estando en nombre de» un patrón subyacente [...]. El método es reconocible para las necesidades diarias de reconocer de qué está hablando una persona, dado que no sabe exactamente de lo que está hablan-do […]”.

Garfinkel ejemplifica el método documental exponiendo un experimen-

to en el que participaron diez estudiantes y un falso consejero. Cada es-

tudiante discutía individualmente con el supuesto consejero un problema

sobre el que precisase ayuda. El consejero debía contestar con un sí o un no

a cada pregunta que le hiciera el estudiante por medio de un micrófono que

conectaba las salas en las que se encontraban ambos. Las respuestas eran

aleatorias, de manera que no dependían de la pregunta realizada. La conclu-

sión de Garfinkel es que las personas intentaban dar sentido a la situación

de intercambio mediante las respuestas del falso consejero; para ello, los

estudiantes entendían cada respuesta como parte de un patrón o esquema

de interpretación que iban estableciendo en el curso de la conversación.

La aleatoriedad de las respuestas del falso consejero provocaba continuos

esfuerzos, por parte del estudiante, por reordenar el sentido de las mismas,

de forma tal que cada respuesta alteraba el sentido de la anterior, hasta cons-

truir un modelo interpretativo con el que poder entender el conjunto de

respuestas y orientar, así, su acción futura.

Tanto los científicos sociales como el resto de los miembros de una socie-

dad utilizan los mismos procedimientos para hacer narrables y descriptibles

sus razonamientos de carácter práctico. Desde este punto de vista, tanto el

razonamiento de sentido común como el razonamiento sociológico o psico-

sociológico son de carácter práctico, lo que les hace ser objeto, por igual, del

estudio etnometodológico.

Para estudiar ambos tipos de conocimiento, los etnometodólogos propo-

nen una actitud de indiferencia etnometodológica. Esta actitud consiste en

abandonar nuestras categorías de análisis e hipótesis sobre el mundo social y

analizar, sin prejuicios o categorías previas, los procesos que hacen posibles

las actividades cotidianas de los miembros de una comunidad.

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Editorial UOC © 103 Capítulo X. La etnometodología...

Los etnometodólogos rechazan la idea de explicar la conducta de las per-

sonas como la interiorización de normas o valores preestablecidos y propo-

nen analizar cómo los miembros de una sociedad se organizan para hacer in-

teligibles sus decisiones, realizaciones, planes; en resumen, las propiedades

racionales de sus actividades prácticas. Garfinkel propone estudiar el orden

social como las realizaciones prácticas de sus miembros, es decir, se trata de

analizar dichas prácticas cotidianas como procesos en los que las personas

buscan de forma deliberada dar sentido a sus interacciones.

La descripción de las reglas que gobiernan nuestros encuentros cotidia-

nos es estudiada por los etnometodólogos gracias a los experimentos de

ruptura (breaching experiments). No se trata de experimentos propiamente

dichos, sino de demostraciones sobre la ruptura del curso normal de una in-

teracción en situaciones de la vida cotidiana. Estos experimentos muestran

cómo las personas se esfuerzan por restaurar el orden de la interacción sobre

la base de un conocimiento social compartido. Asimismo, permiten estudiar

las propiedades de cualquier intercambio conversacional y las reglas que dan

sentido a nuestras interacciones cotidianas.

Dentro de los estudios etnometodológicos podemos distinguir diferentes

tipos de preocupaciones e intereses. De entre las mismas, cabe destacar el

análisis conversacional desarrollado por Harvey Sacks, Emmanuel Schegloff

y el propio Garfinkel, entre otros, y la sociología cognitiva de Aaron Ci-

courel. Los analistas de la conversación tienen como objetivo estudiar las

propiedades de las conversaciones cotidianas: su carácter interactivo, su or-

den secuencial y su inteligibilidad contextual. En el curso de las conversa-

ciones cotidianas damos por supuestas todas estas características que sólo se

manifiestan cuando pedimos a uno de los interlocutores en una conversa-

ción cualquiera que explique el sentido de cada intervención.

Un breve extracto de una conversación familiar transcrita por uno de los

alumnos de Garfinkel nos sirve para ilustrar cómo vamos construyendo en la

conversación el sentido de lo que decimos y desarrollamos un conocimiento

de carácter práctico que permite la interacción con los demás sobre la base

de un entendimiento mutuo (Garfinkel, 1967, pp. 25-26).

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Introducción a la Psicología... 104 Editorial UOC ©

“Marido: Dana logró poner un penique en el parquímetro sin ayuda.

Esta tarde, al volver del colegio, nuestro hijo de cuatro años, Dana, fue capaz de introducir un penique en el parquímetro [...] mientras que antes siempre tenía que ayudarle.

Esposa: ¿Le llevaste a la tienda de dis-cos?

Si logró introducir un penique quiere decir que te paraste mientras ibas con él. Sé que paraste en la tienda de discos a la ida, antes de ir a buscarlo, o a la vuelta [...].

Marido: No, a la zapatería. No, paré en la tienda de discos cuando iba a buscarlo y en la zapatería, cuando volvía a casa y él estaba conmigo.

Esposa: ¿Para qué? Conozco un motivo por el cuál tenías que ir al zapatero, pero ¿cuál fue exacta-mente ese motivo?

Marido: Me compré unos cordones para los zapatos.

Te acordarás que se me rompió uno de los cordones de mis zapatos marrones el otro día, así que decidí parar para com-prar unos nuevos [...].”

En cuanto a la sociología cognitiva de Aaron Cicourel, debemos destacar

su crítica a una concepción del orden social basada en constructos como los

de estatus, rol o expectativa de roles. En su opinión, el teórico de las ciencias

sociales, al igual que el actor social, utiliza procedimientos interpretativos

con los que crea un mundo de significados compartidos mediante los que da

sentido a la interacción cotidiana. Mediante la adquisición de dichos pro-

cedimientos interpretativos, el niño adquiere una noción del mundo que

le permite orientar sus actuaciones y ejercer influencia en las acciones de

los demás. La opinión de Cicourel (1973, p. 72) queda bien reflejada en la

siguiente cita:

“La idea según la cual la acción concertada es posible gracias a un conjunto de normas y orientaciones de valor comunes que tienen la capacidad de generar consenso ha sido un tema particularmente persistente a lo largo del tiempo en las ciencias sociales. El argumento presentado con anterioridad afirma que las personas son capaces de una acción concertada en ausencia de consenso, o en una situación de conflicto, o como en el caso de los niños que no poseen una noción clara de las normas y mucho menos de los elementos de un sistema de valores compartido. Con esto no pretendo decir que los valores son irrele-vantes o que son innecesarios, pero el papel que juegan en el origen, manteni-miento o cambio en el escenario de la acción, depende de las propiedades de los recursos interpretativos.”

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Editorial UOC © 105 Capítulo X. La etnometodología...

La sociología cognitiva de Cicourel aboga por una teoría del lenguaje (se-

mántica generativa) en la que se pongan de manifiesto los procedimientos

interpretativos que hacen posible la constitución de un conocimiento so-

cialmente compartido. La adquisición y uso del lenguaje conlleva procesos

cognitivos de carácter psicológico y sociológico que hacen posible la inte-

racción social con fines prácticos. Dichos procedimientos interpretativos no

sólo incluyen el lenguaje oral, sino también la comunicación no oral (como

en el caso de los sordos), a la que Cicourel dedica una atención detallada.

Estos procedimientos interpretativos en los que se basa la interacción sirven

para dar sentido a la misma, al proveer de un vínculo entre el lenguaje y

los procesos cognitivos asociados al procesamiento de la información. Así

pues, dan a los miembros de una comunidad una competencia interaccional

que les permite programar sus actividades de manera socialmente acepta-

ble, comportarse como si compartieran un escenario común y recibieran y

procesasen la misma información, participasen de un conjunto de normas

comunes acerca de la interacción, manifestasen repertorios de conducta y

formas de comunicación inteligibles y vinculasen la información recibida a

situaciones pasadas y posibilidades futuras.

El enfoque teórico de Cicourel, aun dentro de los postulados etnometo-

dológicos, presta una especial atención a los procesos cognitivos de aten-

ción, memoria y procesamiento de la información, sin desvincularlos de los

procesos simbólicos. Por el contrario, los analistas de la conversación de raíz

etnometodológica se centran en las propiedades del discurso sin vincular

dichos procesos a procesos mentales, olvidándose de la reflexividad como

característica básica de toda interacción.

En su conjunto, podemos considerar el enfoque etnometodológico como

una teoría psicosociológica que ha tenido influencia en otros enfoques

teóricos procedentes de la sociología, como la teoría de la estructuración

de Giddens, o de la psicología, como el análisis conversacional de Antaki

(1988), el análisis del discurso de Potter y Wetherell (1987) y el enfoque

retórico de Billig (1991).

Los trabajos de Garfinkel y la etnometodología, junto con el interaccio-

nismo simbólico, la sociología fenomenológica o el enfoque dramatúrgico,

que hemos visto en páginas anteriores, supusieron una apertura del campo

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Introducción a la Psicología... 106 Editorial UOC ©

de la teoría social hacia caminos diferentes, en algunas ocasiones, y críticos

con respecto al funcionalismo, en otras, en tanto que teoría hegemónica

del pensamiento sociológico hasta la década de los años sesenta. Las teorías

que hemos expuesto constituyen el núcleo fundamental de una psicología

social sociológica. A partir de dichas teorías, en conjunción con otras –como

la teoría crítica de la Escuela Frankfurt–, se irá desarrollando la teoría socio-

lógica actual.

Page 108: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Capítulo XI

La teoría sociológica en la actualidad: vínculos con la psicología social

En los apartados anteriores hemos ofrecido al lector un esquema de algunos

de los enfoques teóricos más relevantes de la sociología clásica y contempo-

ránea. Este último apartado lo vamos a dedicar al análisis de algunos de los

desarrollos más recientes de la teoría sociológica. Más que abordar de forma

exhaustiva y pormenorizada todo el desarrollo de la teoría sociológica ac-

tual, lo que pretendemos en este apartado es ofrecer un esquema que pueda

servir de orientación para una posterior profundización en el estudio de la

misma. De ahí que no se ofrezca un análisis de todas y cada una de las apor-

taciones teóricas más recientes, sino más bien una descripción global de las

mismas que sirva para identificar sus características más relevantes. Aunque

la teoría sociológica actual es lo suficientemente amplia y diversificada como

para que resulte difícil ofrecer una visión de conjunto de la misma, podemos

extraer algunos rasgos definitorios que la diferencian de la teoría sociológica

anterior. Tales rasgos son los siguientes:

Superación de la oposición macro-micro y búsqueda de la integra-

ción de diferentes niveles de análisis.

Abandono de la pretensión de crear teorías globalizadoras.

Alejamiento del dogmatismo teórico y mayor interés por las aporta-

ciones procedentes de enfoques teóricos diferentes.

Búsqueda de una síntesis teórica.

Una de las características que mejor definen a la teoría sociológica actual

es el abandono del dogmatismo teórico y epistemológico de etapas ante-

riores y la actitud de mayor apertura hacia las aportaciones procedentes de

enfoques teóricos distintos del propio. A diferencia de lo que ocurría durante

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Introducción a la Psicología... 108 Editorial UOC ©

los años cincuenta y sesenta, ya no se pretende llegar a una gran teoría glo-

balizadora con la que explicar toda la realidad social.

Los ejemplos más ilustrativos de esta pretensión fueron el conductismo,

en psicología, y el funcionalismo estructural, en sociología. Tras haber aban-

donado esta idea, cada vez son mayores los esfuerzos por lograr la integra-

ción entre diferentes teorías o entre diferentes niveles de análisis, lo cual

no quiere decir que hayan desaparecido las tensiones entre los diferentes

paradigmas teóricos. De hecho, la mayor parte del trabajo teórico que se

desarrolla en la actualidad se sigue llevando a cabo desde la perspectiva de

un paradigma determinado y conserva algunas de las características consti-

tutivas de éste.

Aun cuando los distintos enfoques que hemos analizado en apartados

anteriores siguen teniendo un desarrollo en la actualidad, casi todos han

evolucionado hacia la síntesis con otras teorías. Un ejemplo de esta tenden-

cia hacia la síntesis teórica lo tenemos en los últimos desarrollos del funcio-

nalismo estructural, que ha ido abandonando su nivel de análisis macroso-

ciológico para ir incorporando conceptos y formas de análisis procedentes

de enfoques microsociológicos. Uno de los resultados de esta integración es

el neofuncionalismo de autores como Alexander (1997). La relación entre la

estructura social y el mundo de la vida, entre la acción individual y el sis-

tema social, entre subjetividad y objetividad pretenden cerrar la oposición

entre lo macro y lo micro. Integrar en una teoría socio-estructural como

el funcionalismo tradiciones de pensamiento provenientes de la sociología

hermenéutica es el fin de este sociólogo neofuncionalista (Alexander, 1997,

pp. 299-300):

“Creo que la multidimensionalidad es la única posición que puede explicar el mundo social de manera total, coherente y satisfactoria […] es también la úni-ca perspectiva desde la cual toda la variedad de las teorías sociológicas rivales se pueden interpretar con justicia sin dejar de lado ninguno de sus intereses parciales.”

Los enfoques teóricos situados en el extremo micro también han ido evo-

lucionando en la dirección de una mayor aceptación del papel de la estruc-

tura social. Podemos encontrar un ejemplo en el interaccionismo simbólico

de Stryker (1983; Stryker y Vryran, 2003), en el que se tiene en cuenta el

papel de la estructura social en la construcción de la identidad personal. Del

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Editorial UOC © 109 Capítulo XI. La teoría sociológica...

mismo modo, desde la teoría del intercambio se han ido dando pasos hacia

una mayor consideración de la estructura social. Esta preocupación por la

síntesis teórica coexiste con el interés por lograr la integración de diferentes

niveles de análisis.

Uno de los rasgos más característicos de la sociología contemporánea es

el rechazo de la oposición macro-micro que caracterizó a la teoría sociológi-

ca durante las décadas de 1950 y 1960. Aunque siguen existiendo importan-

tes ejemplos de trabajos teóricos que se sitúan bien en un nivel de análisis

micro, bien en un nivel macro, podemos afirmar que la teoría sociológica

actual se caracteriza por la búsqueda de una integración entre ambas pers-

pectivas.

Una clara muestra de integración es la aparición de una importante línea

de trabajo teórico o metateórico, cuyo objetivo es la reflexión sobre el proble-

ma de los niveles de análisis y sobre la posibilidad de integrarlos. Ejemplos

de este tipo de trabajo teórico los tenemos en el paradigma sociológico inte-

grado de Ritzer (2002) y la sociología neofuncionalista de Alexander (1997).

También constituyen ejemplos de este mismo esfuerzo unificador los tra-

bajos acerca de la integración acción-estructura de Giddens (1987, 2000). Su

teoría de la estructuración es un ejemplo más de la integración de diversas

aportaciones teóricas como la etnometodología, la fenomenología y el es-

tructuralismo. En síntesis, considera que la estructura social no sólo restrin-

ge la acción, sino que la hace posible, de manera que ésta no es sólo un pro-

ducto de la estructura, sino que también es una consecuencia de la misma

(ver figura 5; Giddens, 1984, p. 43).

Condicionesinadvertidas de

la acción

Consecuenciasno intencionadas

de la acción

Registro reflexivo de la acción

Racionalización de la acción

Motivación de la acción

Figura 5. Modelo estratificado de la acción.

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Introducción a la Psicología... 110 Editorial UOC ©

El análisis de la relación entre habitus y campo de Bourdieu (1984), es

otro de los ejemplos que podrían señalarse en esta misma dirección. Se trata,

en su caso, de elaborar lo que denomina constructivismo estructuralista. La

idea básica es la de construir una teoría en la que se integren los procesos de

interiorización de las estructuras sociales – habitus– y de exteriorización de

las acciones de los individuos –campo–. Nuestras formas de pensar y compor-

tarnos tienen una génesis social, de la misma manera que las instituciones

sociales se originan, mantienen o transforman en el curso de las interaccio-

nes entre los individuos y los grupos sociales.

Para finalizar, debemos incluir en las aportaciones más significativas al

desarrollo de la teoría sociológica los estudios y reflexiones de la teoría crí-

tica de la Escuela de Frankfurt, una tradición de pensamiento que incluye

a autores como Horkheimer, Adorno y Marcuse y que, más recientemente,

tiene en Habermas (1987) y su teoría de la acción comunicativa su princi-

pal teórico. De nuevo, podemos establecer las conexiones entre algunas de

las aportaciones de estos sociólogos y los vínculos con la psicología social

o considerar sus reflexiones teóricas sobre la realidad social como parte de

una concepción sociológica de la psicología social. Trabajos de investigación

como La personalidad autoritaria de Adorno y colaboradores, publicado en

1950, se encuentran en algunos manuales de psicología social como antece-

dente de los estudios sobre el prejuicio, pero el resto de su obra permanece

ignorada por la psicología social.

La siguiente cita, en la que Adorno (1968/1996, p. 58) define el concepto

de sociedad, nos ilustra sobre la necesidad de considerar el pensamiento de

la Escuela de Frankfurt como un antecedente de los intentos de integración

ya señalados:

“…la sociedad no es la mera suma o aglomeración (o como lo quieran llamar) de individuos, ni es algo absolutamente autónomo situado por encima de los individuos, sino que posee en sí simultáneamente ambos momentos [...]. Tiene muy poco sentido hablar, en sentido social, de individuos, es decir, de seres humanos que puedan existir como personas con derechos propios y, ante todo, como realizadores de trabajo, salvo en relación con la sociedad en la que viven y que los conforma hasta en lo más íntimo. Del mismo modo, tampoco existe la sociedad sin que su propio concepto esté mediado por los individuos; pues el proceso por el cual ella se mantiene es, en última instancia, el proceso de la vida, el proceso del trabajo, el proceso de producción y repro-ducción que se mantiene en marcha a través de los individuos socializados.

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Editorial UOC © 111 Capítulo XI. La teoría sociológica...

Esto es, en un sentido simple y, si ustedes quieren, elemental, un ejemplo de lo que puede caracterizarse como la necesidad de una consideración dialéctica de la sociedad.”

Del mismo modo, la teoría de la acción comunicativa de Habermas (1987)

se encuentra entre estos esfuerzos de integración teórica entre el orden nor-

mativo y el orden práctico. La teoría habermasiana constituye un intento de

analizar la sociedad desde la perspectiva de la acción, acción que puede ser

técnica o comunicativa. El mundo de la vida se caracterizaría por el predo-

minio de la acción comunicativa entre sus miembros, mientras que la eco-

nomía y el Estado se caracterizarían por la acción técnica e instrumental. En

última instancia, la sociedad sólo es posible como realización intersubjetiva,

mediada simbólicamente por el lenguaje y la capacidad de las personas de

comunicarse entre sí.

Todos los autores mencionados comparten un intento de integración

teórica entre lo micro y lo macro, entre las determinaciones objetivas y las

interpretaciones simbólicas, entre el voluntarismo individualista y el sistema

normativo, entre la acción y la estructura, y apuntan hacia una nueva forma

de entender la teoría y su papel en ciencias sociales. Más que establecer sus

vínculos con la psicología social, constituyen un paso más en la constitución

de una psicología social sociológica.

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Capítulo XIILa sociología psicológica

Tal y como hemos señalado en el apartado anterior, la sociología contem-

poránea se caracteriza por la integración de los niveles micro-macro en el

análisis de los fenómenos sociales. Esta situación ha dado lugar a lo que al-

gunos autores, como House (1977), han denominado una tercera gran pers-

pectiva teórica en la psicología social sociológica. Se trata de la sociología

psicológica o estructura social y personalidad, cuyo objetivo es el estudio de

la influencia de los procesos y estructuras macrosociales sobre la conducta

individual y de cómo aquellas son, a su vez, el producto de las conductas

y creencias de los individuos (House, 1995). El origen de esta perspectiva

teórica de la psicología social sociológica estaría en los mismos inicios de la

sociología y en los escritos de algunos de sus fundadores, como Max Weber,

Karl Marx y Émile Durkheim:

“Aunque su trabajo constituye la fundación de la moderna sociología, la psi-cología social fue central, o el centro de las preocupaciones de Karl Marx, Émile Durkheim y Max Weber. A menudo no se es consciente de esto debido a la tendencia de estos autores, acentuada por sus intérpretes posteriores, a acentuar las diferencias entre su enfoque sociológico y el de los psicólogos de su época” (House, 1977, p. 169).

Los antecedentes más próximos de la sociología psicológica los tendría-

mos en los trabajos de Inkeles sobre la influencia de los procesos de mo-

dernización industrial y económica sobre las actitudes y conducta de los

individuos (Inkeles, 1969). Los estudios de Inkeles realizados en seis países

en vías de desarrollo demostraban que los procesos de modernización eco-

nómica influían en el cambio de actitudes, valores y comportamientos de

las personas. Los factores más importantes para estos cambios estaban en la

educación y en la experiencia ocupacional. La modernización económica

provocaba transformaciones en la apertura a nuevas experiencias, la inde-

pendencia de la autoridad paterna y la implicación en los asuntos públicos.

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Introducción a la Psicología... 114 Editorial UOC ©

Los estudios de Inkeles han tenido un impacto en el estudio de las relacio-

nes entre los procesos socio-estructurales y los procesos psicológicos. Esta

relación entre ambos niveles de análisis ha sido retomada por House, quien

ha desarrollado desde un punto de vista teórico los estudios que tienen en

cuenta los aspectos señalados por Inkeles.

La sociología psicológica, tal y como se deriva de la propuesta de House

(1981, 1995), estaría constituida sobre tres ejes: (1) los componentes de la

estructura macrosocial, (2) las interacciones sociales próximas, a través de las

cuales dichos componentes influyen sobre los individuos, y (3) los procesos

psicológicos que determinan la percepción y conducta de los individuos en

las interacciones sociales (véase figura 6; McLeod & Lively, 2003, p.78).

Individual

Díadas

Grupos pequeños

Comunidades

Organizaciones einstituciones

Sistema social

Figura 6. Modelo de la relación entre la estructura social y la personalidad.

De acuerdo con Rohall, Milkie y Lucas (2007), la estructura social define

nuestras posiciones y los roles que acompañan dichas posiciones, así como

nuestras relaciones interpersonales. Una gran parte de la teoría de roles, tal

y como es formulada por funcionalistas como Talcott Parsons o interaccio-

nistas como Sheldon Stryker, tiene como objetivo analizar la influencia que

los roles, definidos estructuralmente por las posiciones que ocupamos en el

sistema social, tienen sobre la interacción social y la conducta individual.

Otros teóricos del rol, desde una perspectiva interaccionista, más próxi-

ma a los postulados de Herbert Blumer, han analizado cómo la propia inte-

racción social da a los roles un contenido propio que influye a su vez en los

cambios institucionales o en la estructura social. A su vez, una gran parte de

los estudios y enfoques sociológicos tratados en el apartado anterior consti-

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Editorial UOC © 115 Capítulo XII. La sociología psicológica

tuyen perspectivas teóricas que confluyen en una perspectiva sociológica en

psicología social, tal y como es entendida por House (1995). La confluencia

a la que nos estamos refiriendo no sólo proviene del campo de la sociología

sino que ha sido realizada, también, desde la propia psicología social. Un

ejemplo relevante para este enfoque lo tenemos en las tesis de un psicólo-

go social como Martín-Baró, cuya perspectiva se encuentra próxima a los

planteamientos de House. Aunque no de una forma explícita, Martín-Baró

(1983, 1989) siempre partía en sus estudios de una concepción sociológica

de la psicología social. Su reconocimiento de una sociología psicológica le

lleva a afirmar que:

“La actividad de las personas o grupos particulares como sujetos de este sis-tema de relaciones sociales no se entiende a partir de las características indi-viduales de cada cual, sino a partir de su posición en la estructura de clases (Martín-Baró, 1989, p. 35)”.

La crítica ideológica a la psicología social psicológica que realiza Martín-

Baró (1986/98, p. 291) es también una consecuencia lógica de su enfoque

ligado a una psicología social sociológica:

“El problema con el individualismo radica en su insistencia por ver en el indi-viduo lo que a menudo no se encuentra sino en la colectividad, o por remitir a la realidad lo que sólo se produce en la dialéctica de las relaciones interper-sonales. De esta manera, el individualismo termina reforzando las estructuras existentes al ignorar la realidad de las estructuras sociales y reducir los proble-mas estructurales a problemas personales”.

Como podemos comprobar, los intentos de integración entre el indivi-

duo y la organización social, a través de los procesos de interacción social,

constituyen el núcleo de una psicología social sociológica preocupada por

superar los reduccionismos tanto de carácter psicológico como sociológi-

co que han caracterizado a una parte de las ciencias sociales en su devenir

histórico. La producción en esta área es extensa e incluye temáticas muy

diversas, entre las que cabe destacar los estudios sobre la psicología social

transcultural (Miller-Loessi, 1995), el desarrollo evolutivo y los procesos de

socialización (Corsario & Eder, 1995), la estratificación social y los proce-

sos de movilidad social (Kerckhoff, 1995), el trabajo (Mortimer & Lorence,

1995), la salud mental (Álvaro, Torregrosa & Garrido, 1992; Mirowsky &

Ross, 1989), los efectos psicológicos del desempleo (Álvaro, 1992; Garrido

1996), los movimientos sociales y el comportamiento colectivo (véase Snow

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Introducción a la Psicología... 116 Editorial UOC ©

& Oliver, 1995; Mcleod & Lively, 2003), los efectos de la clase social sobre la

autoestima (Rosenberg & Pearlin, 1978), la violencia como consecuencia de

las desigualdades sociales (Martín-Baró, 1983), etc. La sociología psicológica

entiende que la estructura y los individuos se influyen mutuamente a través

del sistema de relaciones interpersonales, es decir, a través de los contextos

en los cuales está presente la estructura social en las vidas cotidianas de las

personas. La familia y el trabajo, por ejemplo, constituyen ámbitos donde se

ponen en juego los estatus y roles aprendidos, donde tienen lugar los pro-

cesos de socialización a través de los cuales accedemos a las normas sociales

y culturales y donde vamos construyendo una imagen de nosotros mismos

y de los otros. Aunque podemos considerar a la sociología psicológica (o

los estudios sobre estructura social y personalidad) como un enfoque de la

psicología social sociológica, lo cierto es que pese a que es un campo de

estudio en expansión, con el que sintoniza una gran parte de la sociología

contemporánea, su reconocimiento depende más de su visibilidad bajo el

adjetivo de psicología social sociológica que de su fortaleza como tradición

de investigación empírica y teórica. Para ello, tal y como señalan McLeod y

Lively (2003, p. 97):

“Sociólogos y psicólogos deben trabajar consciente e intencionalmente para superar los sesgos personales y departamentales en contra de la incorporación de paradigmas teóricos rivales en su trabajo. En el nivel institucional, las uni-versidades deben seguir ofreciendo su apoyo a los centros académicos y de in-vestigación interdisciplinares que reúnan académicos de diferentes disciplinas preocupados por problemas comunes y sustantivos”

La propuesta de McLeod y Lively (2003), que está en la misma línea que

la de psicólogos como House (1991) o Pettigrew (1991), es la unificación de

las perspectivas psicológica y sociológica de la psicología social. Retomando

algunas de las ideas expresadas en las páginas iniciales de este libro, si lo que

caracteriza a la psicología social es la perspectiva analítica desde la que es-

tudia los temas de los que se ocupa, parece lógico concluir que la psicología

social tiene mucho que ganar si los psicólogos sociales de formación socio-

lógica y los psicólogos sociales de formación psicológica unen sus esfuerzos

de manera interdisciplinar.

Page 118: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Capítulo XIIILa psicología social sociológica contemporánea a través de sus manuales

Un breve recorrido a través de los manuales más recientes de la psicología

social, así como de sus contenidos, muestra la coexistencia de textos con un

patrón eminentemente psicológico, caracterizado por un interés en temas

clásicos tales como la investigación en actitudes, procesos de atribución,

etc., y textos escritos desde una perspectiva sociológica, centrados en temas

tales como los procesos de socialización, la construcción social y simbólica

de la identidad o la desviación social.

13.1. Las perspectivas psicológicas

Dentro de una orientación eminentemente psicológica encontraríamos, por

ejemplo, los manuales de Aronson, Wilson y Akert (2005); Baron, Byrne

y Branscombe (2006); Brehm, Kassin y Fein (2005); Hewstone y Stroebe

(2001); Hogg y Vaughan (2005) o Taylor, Peplau y Sears (2003); y en el

panorama español, los manuales coordinados por Gómez y Canto (1997);

Gómez, Gaviria y Fernández (2006); León y otros (1998); Morales (1994);

Páez, Fernández, Ubillos y Zubieta (2004) o Rodríguez (2003). Todos ellos

abarcan una serie de contenidos comunes y que pueden ser considerados

como clásicos, tales como las actitudes, la percepción social, la conducta

prosocial o la agresión.

Así, por ejemplo, la cognición social sigue ocupando un papel predomi-

nante en la psicología social psicológica. Desde la década de 1990 y hasta

ahora, se ha acentuado su importancia, como demuestran no sólo el nú-

mero de publicaciones internacionales en libros y revistas, sino también su

presencia en cada uno de los manuales que se han publicado en estos años.

Su objeto de estudio comprende la investigación de cómo las personas perci-

Page 119: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Introducción a la Psicología... 118 Editorial UOC ©

ben, interactúan e influyen a otras, por lo que abarca la percepción social, el

prejuicio y los estereotipos, las relaciones personales, los procesos grupales,

la persuasión y la influencia social.

Otra temática clásica de la Psicología social psicológica cuya importancia

sigue vigente hoy en día es la relacionada con las actitudes, el cambio de

actitudes, la influencia social y la persuasión. Las teorías clásicas en este ám-

bito siguen predominando en las investigaciones actuales que realizan los

psicólogos sociales. Tal es el caso, por ejemplo, de la teoría de la acción razo-

nada de Ajzen y Fishbein (1980; Fishbein y Ajzen, 1975), que sirve de base

para numerosas investigaciones en las que se aborda el cambio de actitudes

en temas como la donación de órganos, las adicciones o las conductas de

riesgo. Asimismo, hemos de mencionar un modelo que sigue suscitando nu-

merosas investigaciones dentro del campo de la persuasión, como el modelo

de la probabilidad de elaboración de Petty y Cacioppo (1986). Otro tema que

no ha perdido importancia con el paso de los años es el relacionado con los

procesos de atribución, tales como la teoría de las inferencias correspondien-

tes de Jones y Davis, el análisis ingenuo de la acción de Heider, o el modelo

de covariación y esquemas causales de Kelley. En cuanto a la atención dada

a la socialización o el lenguaje, apenas han sido tratados desde la perspec-

tiva psicológica, si bien estos temas sí han sido tratados ampliamente en

los manuales de Psicología Social escritos desde una perspectiva sociológica.

Probablemente el cambio más significativo se ha producido en el estudio

de las representaciones sociales, que ha ido perdiendo importancia en los

últimos años.

13.2. Las perspectivas sociológicas

En este segundo grupo, que puede ser ubicado dentro de la Sociología, nos

encontramos con unos manuales que toman en consideración el contexto

social en el que se inscriben las conductas analizadas. En el ámbito interna-

cional, el número de manuales dedicados a la psicología social sociológica

ha aumentado notablemente en los últimos años, como muestran las fechas

de publicación de Symbolic Interactionism: An Introduction, An Interpretation,

de Charon (2007); Self and Society: A Symbolic Interactionist Social Psychology,

de Hewitt (2007); Social Psychology: Sociological Perspectives, de Rohall, Milkie

Page 120: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Editorial UOC © 119 Capítulo XIII. La psicología social...

y Lucas (2007); Social Psychology: Sociological perspectives, de Rosenberg y

Turner (1990); Social Psychology: A Sociological Perspective, de Von der Haar

(2005), o la reciente traducción del manual Psicología social, de Lindesmith,

Strauss y Denzin (2006). Podemos encontrar aquí contenidos que abarcan

desde la Psicología Social de la estratificación o la Psicología Social de la des-

viación, hasta el estudio de las actitudes o emociones, que son compartidos

por la vertiente más psicológica dentro de la Psicología Social, tal y como

hemos visto (ver tabla 1).

Esta pauta de confluencia de temas comunes, por un lado, y de una pers-

pectiva complementaria, por otro, caracteriza asimismo al Handbook of Social

Psychology coordinado por Delamater (2003), que es otro ejemplo de Psicolo-

gía Social sociológica: aquí se abarcan los temas clásicos de investigación de

la Psicología social psicológica, tales como las actitudes, la cognición social

o la identidad, pero incorporando no sólo teorías relevantes dentro de una

orientación más sociológica, como el interaccionismo simbólico, la estruc-

tura social y la personalidad o la perspectiva socio-evolutiva, sino también

temas como la socialización, los movimientos sociales, o la desviación.

Este renovado interés por el enfoque sociológico y el reconocimiento de

la interdisciplinaridad de la Psicología Social es perceptible también en la

producción bibliográfica de la Psicología Social española, tal y como demues-

tran las contribuciones de Álvaro (1995), Garrido y Álvaro (2007), Ibáñez y

otros (2004), Munné (1982, 1989) Sabucedo y otros (1997), Seoane (1996),

Torregrosa (2004), Torregrosa y Sarabia (1983), entre otros.

Page 121: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Introducción a la Psicología... 120 Editorial UOC ©

Autor/Autores TítuloAño de

publicaciónContenidos

Charon SymbolicInteractionism:An Introduction, An Interpretation

2007 La perspectiva de la ciencia socialEl interaccionismo simbólico como una perspectivaEl significado del símboloLa importancia del símboloLa naturaleza del selfLa mente humanaTomando la perspectiva del otroAcción humanaInteracción socialSociedadErving GoffmanInteraccionismo simbólico: Una evaluación final.

Cook, Fine y House

Sociologicalperspectives on social psychology

1995 Self e identidadActitudes, creencias y conductaCognición socialAfectos y emocionesLenguaje, acción e interacción socialRelaciones sociales y procesos grupalesPsicología social transcultural y comparadaDesarrollo y socializaciónEstratificación social y movilidad socialTrabajoDesviaciónSaludMovimientos sociales y conducta colectivaExperimentación en psicología social sociológicaInvestigación cualitativaMétodos cuantitativos

Delamater Handbook of Social Psychology

2003 El marco del interaccionismo simbólicoLa teoría de los estados de expectativaLa teoría del intercambio socialEstructura social y personalidad

Page 122: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Editorial UOC © 121 Capítulo XIII. La psicología social...

Autor/Autores TítuloAño de

publicaciónContenidos

Psicología social evolutivaDesarrollo y socialización en la infanciaDesarrollo y socialización en la adolescenciaDesarrollo y socialización a lo largo de la edad adultaEl self y la identidadEl lenguaje y la interacción socialCognición socialIdeologías, valores, actitudes y conductaEmociones y sentimientosAtracción y relaciones interpersonalesInteracciones en grupos pequeñosInteracciones en redes socialesEstructura social y funcionamiento psicológicoPerspectivas sociopsicológicas sobre la desviaciónRelaciones intergrupalesPerspectivas sociopsicológicas sobre las multitudes y movimientos sociales Psicología social transcultural

Ellwood Someprolegomena to social psychology

1901 La necesidad de conocer la psicología socialEl hecho fundamental en la psicología socialLa naturaleza y tarea de la psicología socialEl concepto de mente social

Garrido y Álvaro

Psicología social. Perspectivaspsicológicas y sociológicas

2007 Historia del pensamiento en psicología socialOrígenes sociológicos de la psicología socialTeorías psicológicas en psicología socialTeorías sociológicas en psicología socialLa psicología social en el contexto latinoamericano

Page 123: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Introducción a la Psicología... 122 Editorial UOC ©

Autor/Autores TítuloAño de

publicaciónContenidos

Epistemología y psicología socialMétodos en psicología social

Hewitt Self and Society: A Symbolic InteractionistSocial Psychology

2007 Psicología social y el interaccionismo simbólicoEl selfLa interacción social y la formación de la conductaOrden socialDesviación y orden socialEl valor del interaccionismo simbólico

Lindesmith,Strauss y Denzin

Psicología social 2006 El campo de la psicología socialInteligencia de los primates y conducta simbólica humanaNaturaleza del lenguajeLenguaje, grupos y estructura socialLas emociones y cómo les ponemos nombrePercepción, memoria, motivos y relatosEl aprendizaje del lenguaje en la primera infanciaEl desarrollo del sí mismoLos mundos sociales de la infanciaLa interpretación del orden de la interacciónLas transformaciones del sí mismo y de la identidadSexualidad e identidadDesviación, cuerpos desviados y mundos desviadosEnfermedad, envejecimiento, muerte y cuerpos medicalizados

Mead On social psychology

1956 El self y la interacción simbólicaLa mente y la conductaLa sociedad y la organización socialLa naturaleza del conocimiento científico

Page 124: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Editorial UOC © 123 Capítulo XIII. La psicología social...

Autor/Autores TítuloAño de

publicaciónContenidos

Rohall,Milkie y Lucas

Social Psychology: SociologicalPerspectives

2007 Introducción a la psicología social sociológicaPerspectivas en la psicología social sociológicaEstudiando a las personasLa psicología social de la estratificaciónEl self y la identidadLa socialización a lo largo de la vidaPsicología social de la desviaciónSalud mental y enfermedad Actitudes, valores y conductasLa sociología del sentimiento y la emociónConducta colectiva

Rose HumanBehaviour and social processes. An interactionist approach

1962 Teorías en psicología socialLos individuos y las organizaciones socialesProcesos sociales

Rosenberg y Turner

Social Psychology: Sociologicalperspectives

1990 Interaccionismo simbólicoTeoría del intercambioGrupos de referencia y evaluaciones socialesRoles sociales SocializaciónInteracción socialActitudes, conducta, autoconcepto, sentimientos y emocionesComportamiento colectivoRelaciones intergrupalesComunicación de masas y opinión pública

Ross Social psychology. An outline and a source book

1908 Naturaleza y dimensión de la psicología socialSugestiónLas multitudesConvencionalismo, moda e imitaciónConflicto, unión y compromiso

Page 125: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Introducción a la Psicología... 124 Editorial UOC ©

Autor/Autores TítuloAño de

publicaciónContenidos

Opinión públicaDesequilibrio e innovación

Shibutani Sociedad y personalidad.Unaaproximacióninteraccionistaa la psicología social

1961 La conducta humanaEl control socialLos rolesIdentidad socialGrupos de referenciaRelaciones interpersonalesSentimientosNormas socialesLa socializaciónPsicología social y control social

Torregrosay Sarabia

Perspectivas y contextos de la psicología social

1983 Tendencias teóricas de la psicología social Identidad socialLimitaciones de la psicología social experimentalRelaciones intergrupalesNacionalismo e identidad nacionalSociología y psicología socialModelos interdisciplinares en psicología social

Von der Haar

Social Psychology: A Sociological Perspective

2005 Los fundamentos científicos de la psicología socialSocialización primariaSocialización a lo largo de la vidaEl selfPercepción de personasActitudes y cambio de actitudesLos ABCs de las relaciones interpersonalesDimensiones de amor y relaciones matrimonialesDesarrollo del altruismo y de la moralAgresiónPrejuiciosConformidad, condescendencia y obedienciaGrupos y organizacionesConducta colectiva y movimientos sociales

Page 126: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Editorial UOC © 125 Capítulo XIII. La psicología social...

Autor/Autores TítuloAño de

publicaciónContenidos

Young SocialPsychology. An analysis of social behavior

1930 El medio social de la conducta humanaLa psicología de la conducta individualPersonalidad y participación grupalPersonalidad y normas subjetivasMasas y opinión pública

Znaniecki, The Laws of Social Psychology

1925 El problema de las leyes en psicología socialLa acción social como objeto de la psicología socialEl cambio socialLa psicología del conflictoEl self.

Tabla 1. Manuales de psicología social dentro de la perspectiva sociológica.

Page 127: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger
Page 128: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Conclusiones

A lo largo de este libro hemos ido exponiendo las ideas centrales de algu-

nos de los principales enfoques teóricos de la sociología. Nuestro objetivo

ha sido facilitar la comprensión de estos enfoques a un lector que está más

familiarizado con la psicología social psicológica que con la que se ha ido

desarrollando dentro de la sociología.

Hemos iniciado el libro con una reflexión sobre los diferentes niveles

de análisis que pueden adoptarse en ciencias sociales. Resumiendo las ideas

centrales del importante debate existente en sociología en torno a esta cues-

tión, decíamos que una posible distinción entre los diferentes niveles de

análisis es la que da lugar a la dimensión macro-micro. A la hora de estudiar

la realidad social, podemos centrarnos más en el estudio de fenómenos so-

ciales a gran escala, como la clase social o la cultura, o en los individuos y sus

interacciones. En el primer caso, estamos situando nuestro estudio de la rea-

lidad social en un nivel macro y, en el segundo caso, en un nivel micro. La

segunda dimensión que utilizábamos para diferenciar entre distintos niveles

de análisis era la dimensión objetivo-subjetivo. Situarse en un nivel objeti-

vo implicaría centrarse en procesos que tienen una manifestación material,

mientras que en el nivel subjetivo se hace referencia a procesos y a fenóme-

nos que se manifiestan en el plano simbólico. Estas dos dimensiones nos

han servido para diferenciar entre cuatro niveles diferentes de análisis: nivel

macro-objetivo, nivel macro-subjetivo, nivel micro-objetivo y nivel micro-

subjetivo, mientras que la diferenciación entre cuatro niveles de análisis de

la realidad social nos ha servido como hilo conductor para hacer un reco-

rrido por el desarrollo de la teoría sociológica. Nuestro objetivo principal

ha sido que el lector pueda diferenciar entre distintos enfoques teóricos en

función del nivel de análisis adoptado por cada uno de ellos. Incluso a riesgo

Page 129: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Introducción a la Psicología... 128 Editorial UOC ©

de ofrecer una imagen simplificada del desarrollo de la teoría sociológica,

hemos sintetizado el contenido en el cuadro 1.

Tal y como hemos mostrado en los primeros apartados de este libro, la

teoría sociológica clásica se caracterizó por el predominio de puntos de vista

integradores a la hora de abordar el estudio de la realidad social. La utiliza-

ción conjunta de diferentes niveles de análisis es un rasgo característico de

los autores clásicos tratados en apartados anteriores, como Max Weber y G.

Simmel.

Los niveles de análisis en la teoría sociológica

Teoría sociológica clásica

Teoría sociológica contemporánea

Teoría sociológica actual

Integración de diferentes niveles de análisis, aunque con tendencia hacia alguno de los extremos.

Ejemplos:

WeberSimmelEscuela de Chicago

Extremismo macro-micro. Búsqueda de una gran teoría globalizadora.

Ejemplos:

Nivel macro-objetivo:Funcionalismo estructural

Nivel macro-subjetivo:Funcionalismo estructural

Nivel micro-objetivo:Teoría del intercambio

Nivel micro-subjetivo: Interaccionismo simbólico EtnometodologíaSociología fenomenológica

Alejamiento del extremismo macro-micro y búsqueda de una visión más integradora.

Interés por la integración de diferentes niveles de análisis y por la síntesis de diferentes enfoques teóricos.

Ejemplos:

NeofuncionalismoTeoría del intercambioInteraccionismosimbólico estructuralSociología psicológica

Cuadro 1. Los niveles de análisis en la teoría sociológica

En las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, la sociología

entra en un periodo en el que la característica fundamental del análisis teó-

rico es el extremismo a la hora de adoptar un determinado nivel de análisis.

Uno de los ejemplos más ilustrativos lo tenemos en el funcionalismo estruc-

tural, enfoque teórico dominante en sociología durante las décadas de los

cincuenta y los sesenta. Como hemos visto en el apartado correspondiente,

los teóricos que trabajan desde este enfoque estudian las grandes estructuras

e instituciones sociales y la influencia coercitiva que éstas ejercen sobre la

conducta individual. El funcionalismo estructural se caracteriza por la adop-

ción de un nivel de análisis macro, en el que se concede una importancia

Page 130: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Editorial UOC © 129 Conclusiones

residual a la acción individual. Los funcionalistas estructurales no adoptan

posiciones tan extremas cuando se sitúan en el continuo subjetivo-objetivo.

Dentro del nivel de análisis objetivo se encuadrarían los teóricos funcionalis-

tas interesados en la estructura social, mientras que en el del nivel subjetivo

se situarían aquellas teorías que se encuentran más centradas en la cultura.

Como reacción al enfoque del funcionalismo estructural surgieron, du-

rante el mismo periodo, algunos desarrollos teóricos que se situaron en el

extremo opuesto del continuo macro-micro. A lo largo de este libro hemos

analizado algunos de los más relevantes. En el cuadro 1 aparecen clasificados

en dos grandes grupos, según concedan mayor o menor peso a factores de

carácter objetivo o subjetivo. Dentro del nivel micro-objetivo, el enfoque

más representativo es el constituido por las teorías del intercambio, cuyo

objetivo es la identificación de los factores objetivos que determinan la con-

ducta social. Elaboradas sobre los supuestos del conductismo, las teorías del

intercambio conciben la conducta social como el resultado del sistema de

recompensas y castigos proporcionados por otras personas. Se trata de una

conducta reactiva, mecánica, en la que la conciencia juega un papel de or-

den menor.

Frente a las teorías del intercambio y los enfoques derivados del conduc-

tismo, se sitúan otras teorías que, manteniéndose dentro de un nivel de aná-

lisis micro, prestan una mayor atención a los determinantes subjetivos del

comportamiento social. La adopción de esta perspectiva supone el rechazo

del concepto de conducta propio del conductismo y su sustitución por el

concepto de acción. La acción no es el resultado de fuerzas objetivas situadas

fuera del individuo, sino de factores internos. Se trata de teorías voluntaris-

tas, en las que la persona no reacciona mecánicamente ante el medio, sino

que actúa en él y elige entre diferentes cursos de acción. Dentro de este gru-

po de enfoques hallamos el interaccionismo simbólico, la etnometodología

y la sociología fenomenológica.

Como hemos visto en este libro, el extremismo a la hora de adoptar un

determinado nivel de análisis ha ido disminuyendo en las últimas décadas.

A partir de la década de 1980, ha ido creciendo la preocupación por conciliar

diferentes niveles de análisis de la realidad social, en un intento de alcan-

zar una comprensión más adecuada de la misma. Aunque siguen existiendo

Page 131: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Introducción a la Psicología... 130 Editorial UOC ©

partidarios de posiciones extremas, la teoría sociológica actual, considerada

en su conjunto, puede ser calificada como integradora y sintética, al menos

en mayor medida de lo que pudo serlo la teoría sociológica de hace unas

décadas. Los últimos desarrollos de cada uno de los enfoques sociológicos

tratados en este libro han ido en la dirección de buscar una mayor concilia-

ción con posiciones que se encuentran en el extremo opuesto del continuo.

Así, por ejemplo, los nuevos desarrollos del funcionalismo estructural han

dado lugar al neofuncionalismo, mientras que tanto el interaccionismo sim-

bólico, como la teoría del intercambio, han dado lugar a nuevos desarrollos

más interesados por el papel de la estructura social. Asimismo, los estudios

en los que se vincula la estructura social a la personalidad han confluido en

una sociología psicológica en la que se incluyen los procesos psicológicos,

dando lugar a una prometedora línea de investigación dentro de una psico-

logía social sociológica.

Como todo resumen, el cuadro anterior ofrece una visión simplificada de

la realidad que se pretende sintetizar. Evidentemente, no han sido incluidos

todos y cada uno de los enfoques que constituyen el cuerpo teórico de la

sociología. El espacio disponible, así como los objetivos que se perseguían

con este libro, han hecho necesaria una selección de los enfoques teóricos

analizados. Esperamos, en cualquier caso, que esta selección pueda servir

como punto de partida para ahondar en el estudio de las teorías que hemos

analizado aquí, así como para profundizar en el estudio de la psicología so-

cial sociológica.

Page 132: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Prácticas

Capítulo I. La psicología social, ¿debe ser más social o más sociológica?

Lectura:

Torregrosa, J.R. (1998). Psicología social. En S. Giner, E.

Lamo de Espinosa & C. Torres (eds.), Diccionario de sociología.

Madrid: Alianza Editorial, pp. 615-618.

Preguntas:

1.1. ¿Por qué la psicología social ha llegado a ser tan individualista?

1.2. ¿Cuáles son las consecuencias positivas que, según el autor, ha te-

nido la crisis de la psicología social para el desarrollo actual de la

disciplina?

1.3. ¿Cuál es la perspectiva teórica más representativa de la psicología

social sociológica?

1.4. ¿Cuál es la concepción que la psicología social sociológica tiene de

la psicología social?

1.5. ¿Por qué es necesario introducir el punto de vista sociológico en la

psicología social?

Lecturas complementarias:

Álvaro, J.L. y Garrido, A. (2007). Orígenes sociológicos de la psicología so-

cial. Revista Española de Investigaciones Sociológicas, 118, 11-26.

Allport, G. (1954). The historical background of modern social psychology.

En G. Lindzey & E. Aronson (comps.), Handbook of Social Psychology.

Nueva York: Random House, pp. 1-46.

Page 133: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Introducción a la Psicología... 132 Editorial UOC ©

Graumann, C.F. (1990). Introducción a una historia de la psicología social.

En M. Hewstone, W. Stroebe, J.P. Codol & G.M. Stephenson (eds.),

Introducción a la psicología social. Una perspectiva europea. Barcelona:

Ariel, pp. 21-35.

Torregrosa, J.R. (2004). Social psychology: social or sociological? En A.

H. Eagly, R.M. Baron & V.L. Hamilton. The social psychology of group

identity and social conflict. Washington, D.C.: American Psychological

Association, pp. 21-40.

Page 134: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Editorial UOC © 133 Prácticas

Capítulo II. Niveles de análisis en las ciencias sociales

Lectura 1:

Doise, W. (1980). Levels of explanation in the European

Journal of Social Psychology. European Journal of Social

Psychology, 10, 213-231.

Preguntas:

2.1. ¿Qué niveles diferencia Doise en su artículo?

2.2. ¿Qué tipo de estudios son característicos de cada nivel?

2.3. ¿Cómo se relacionan los diferentes niveles entre ellos?

2.4. ¿Cuáles son los enfoques predominantes en la psicología social

identificados por Doise?

Lectura 2:

Garrido, A. & Álvaro, J. L. (2007). La investigación sobre los

procesos de atribución causal. En A. Garrido y J.L. Álvaro,

Psicología Social. Perspectivas psicológicas y sociológicas. Madrid:

McGraw-Hill, pp. 340-354.

Ejercicio:

2.5. Explica cuál es el nivel de análisis de las teorías de la atribución descritas por dichos autores.

Lecturas complementarias:

Doise, W. (1978). Groups and individuals. Explanations in social psychology.

Cambridge: Cambridge University Press.

Pettigrew, T.F. (1991). Toward unity and bold theory: Popperiam sug-

gestions for two persistent problems of social psychology. En C.W.

Stephan, W.G. Stephan & T.F. Pettigrew (eds.), The future of social psy-

chology. Nueva York: Springer-Verlag, p. 13-27.

Page 135: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Introducción a la Psicología... 134 Editorial UOC ©

Ritzer, G. (2002). Recientes desarrollos integradores en la teoría sociológi-

ca. En G. Ritzer, Teoría sociológica moderna. Madrid: McGraw-Hill, pp.

443-514.

Page 136: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Editorial UOC © 135 Prácticas

Capítulo III. El punto de vista psicosociológico en la teoría sociológica

clásica:

Lectura 1:

Pérez, J. (1993). La filosofía de Comte y el método positivo.

En E. Quiñones, F. Tortosa & H. Carpintero, Historia de la

psicología. Madrid: Tecnos, pp. 184-191.

Preguntas:

¿Cuáles son los estados del conocimiento distinguidos por Comte?3.1.

Ejercicio:

Discute las siguientes frases:3.2.

a) La psicología social tiene un carácter lineal y acumulativo y los

principios que de ella se derivan son de carácter universal, siendo

el método experimental el más apropiado para la misma.

b) La psicología social es necesariamente histórica y contextual. Sus

principios no tienen un carácter universal y el método más apro-

piado para la misma es el método hermenéutico-interpretativo.

Lectura 2:

Pérez, A & Tortosa, F. (1993). La psicología tal y como la ve

John Watson. En E. Quiñones, F. Tortosa & H. Carpintero,

Historia de la psicología. Madrid: Tecnos, pp. 366-377.

Ejercicio:

Comenta la relación que existe entre la concepción positivista de la 3.3.

ciencia de A. Comte y el conductismo de J.B. Watson.

Lecturas complementarias:

Alexander, J. (1987).La centralidad de los clásicos. En A. Giddens & J. Turner,

La teoría social hoy. Madrid: Alianza Universidad, pp. 22-80.

Page 137: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Introducción a la Psicología... 136 Editorial UOC ©

Comte, A. (1830-1842). The positive philosophy. Nueva York. Calvine

Blanchard. [Trad. Curso de filosofía positiva. Buenos Aires: Aguilar.

1973]

Page 138: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Editorial UOC © 137 Prácticas

Capítulo IV. Las relaciones entre individuo y sociedad en los primeros

desarrollos teóricos de la sociología

Apartado 4.1. Las relaciones entre individuo y sociedad en la teoría so-

cial francesa

Lectura:

Durkheim, E. (1895/1991). Las reglas del método sociológico .

Madrid: Akal.

Preguntas:

4. 1. 1. ¿Qué es un hecho social, según Durkheim?

4. 1. 2. ¿En qué se diferencia de otros tipos de fenómenos?

4. 1. 3. ¿Qué constituye para Durkheim una sociedad?

4. 1. 4. ¿Cuáles son las características del ámbito de la Sociología?

4. 1. 5. ¿Qué distingue a la Sociología de la Psicología?

4. 1. 6. ¿En qué consiste la explicación sociológica?

4. 1. 7. ¿Qué métodos distingue Durkheim para el estudio de los fenó-

menos sociales y cuál es el más adecuado para la Sociología?

Ejercicio:

4.1.8.

Comenta la siguiente cita de É. Durkheim: a)

“El psicólogo y el biólogo consideran, con razón, como bien fundados los fenómenos que estudian, sólo porque están ligados a una combinación de elementos de orden inmediatamente inferior, ¿por qué pasaría otra cosa en sociología?...Una creencia o una práctica social es susceptible de existir con independencia de sus expresiones individuales. Evidentemente, no queremos decir con esto que la sociedad es posible sin individuos, absurdo manifiesto del que no se nos imputará ni la sospecha. Sino que entendemos: 1º, que el grado formado por los individuos asociados es una realidad de naturaleza dis-tinta que cada individuo tomado separadamente; 2º que los estados colectivos existen en el grupo de la naturaleza de que se derivan, antes de afectar al indi-viduo como tal y de organizarse en él, bajo una nueva forma, una existencia puramente interior” (Durkheim, 1976, pp. 351-352)

Compara la citab) anterior de É. Durkheim con la de F. Allport y co-

méntalas:

Page 139: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Introducción a la Psicología... 138 Editorial UOC ©

“No existe una psicología de los grupos que no sea esencial y totalmente una psicología de los individuos… Sus necesidades biológicas son los fines para los que sus conductas sociales son medios. En su organismo residen todos los mecanismos por los que se explica su conducta social…la psicología, en todas sus ramas, es una ciencia del individuo…” (Allport, 1924, p.4)

Ejercicio:

4. 1. 9 Explica por qué el suicidio no es para Durkheim un acto indivi-

dual sino una tendencia colectiva debida a causas propiamente

sociales.

Lecturas complementarias:

Alexander, J. (1987). La centralidad de los clásicos. En A. Giddens & J.

Turner, La teoría social hoy . Madrid: Alianza Universidad, pp. 22-80.

Durkheim, E. (1995). El suicidio. Madrid: Akal.

Apartado 4.2. La relación entre individuo y sociedad en la teoría social

alemana

Lectura:

Garrido, A. y Álvaro, J.L. (2007). Max Weber y la teoría de

la acción social. En A. Garrido & J. L. Álvaro, Psicología social.

Perspectivas psicológicas y sociológicas. Madrid: McGraw-Hill,

pp.102-107.

Preguntas:

4. 2. 1. ¿Qué quiere decir que el comportamiento es acción, según Max

Weber?

4. 2. 2. Max Weber, en su trabajo sobre “La ética protestante y el espíri-

tu del capitalismo”, afirma que la ideología protestante influyó

no sólo en las creencias, sino tambíén en los comportamien-

tos. ¿En qué medida podemos afirmar que este tipo de estudios

constituye un antecedente de los estudios sobre estructura y

personalidad o los fundamentos de una sociología psicológica,

tal y como afirma House (1977)?

Page 140: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Editorial UOC © 139 Prácticas

4. 2. 3. ¿Cómo definirías el concepto de Verstehen ?

Ejercicio:

4. 2. 4. Comenta la siguiente cita:

“El protestantismo satisfacía las necesidades humanas del individuo atemori-zado, desarraigado y aislado, que se ve obligado a orientarse y relacionarse con un mundo nuevo. La nueva estructura del carácter que derivaba de los cambios sociales y económicos y adquiría intensidad por obra de las nuevas doctrinas religiosas, se tornó a su vez un importante factor formativo del desarrollo económico y social ulterior. Aquellas mismas cualidades que se hallaban arrai-gadas en este tipo de estructura del carácter –tendencia compulsiva hacia el trabajo, pasión por el ahorro, disposición para hacer de la vida propia un sim-ple instrumento para los fines de un poder extrapersonal, ascetismo y sentido compulsivo del deber –fueron los rasgos de carácter eficientes de la sociedad capitalista, sin las cuales sería inconcebible el moderno desarrollo económico y social…Obrar de conformidad con los rasgos propios de ese carácter resulta-ba ventajoso desde el punto de vista de las necesidades económicas; también resultaba satisfactorio psicológicamente, puesto que esa forma de comportarse respondía a las necesidades y a la angustia propias de este nuevo tipo de perso-nalidad…El proceso social, al determinar el modo de vida del individuo, esto es, su relación con los otros y con el trabajo, moldea la estructura del carácter; de ésta se derivan nuevas ideologías -filosóficas, ideológicas o políticas-, que son capaces a su vez de influir sobre aquella misma estructura y, de este modo, acentuarla, satisfacerla y estabilizarla” (Fromm, 1976, pp. 14-15).

Lecturas complementarias:

Alexander, J. (1987).La centralidad de los clásicos. En A. Giddens & J. Turner,

La teoría social hoy. Madrid: Alianza Universidad, pp. 22-80.

Weber, M. (1977). La ética protestante y el espíritu del capitalismo . Barcelona:

Península. [Publicado originalmente en 1904/5]

Weber, M. (1913/1993). Ensayos sobre metodología sociológica . Buenos Aires:

Amorrortu Editores.

Apartado 4.3. La sociología de la Escuela de Chicago

Lecturas:

Page 141: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Introducción a la Psicología... 140 Editorial UOC ©

Thomas, W.I. (1905). The province of social psychology.

American Journal of Sociology 10, 445-455.

Thomas, W. & Znaniecki, F. (2006). El campesino polaco en

Europa y en América . Madrid: CIS.

Preguntas:

4. 3. 1. ¿Qué entiende Thomas por psicología social?

4. 3. 2. Para Thomas, ¿cuál es la relación entre el individuo y el grupo

desde el punto de vista de la psicología social?

4. 3. 3. ¿Cuál es la definición que Thomas y Znaniecky dan de acti-

tudes y de valores? ¿Cuál es la relación entre ambas? Pon un

ejemplo.

Ejercicio:

4. 3. 4. Comenta la siguiente cita: “si los hombres definen una situa-

ción como real, ésta será real en sus consecuencias” (Thomas,

& Thomas, 1928, p. 572.

4. 3. 5. Lee el capítulo 6 de H. Blumer titulado “Notas sobre el campesi-

no polaco” y publicado en su libro “El interaccionsimo simbó-

lico: perspectiva y método”, pp. 89-95. ¿Cuáles son las críticas

que realiza Blumer a esta obra?

Lecturas complementarias:

Blumer, H. (1962/1982). Notas sobre el campesino polaco en Europa y

América, de Thomas y Znaniecki. En H. Blumer, El interaccionismo sim-

bólico: perspectiva y método . Barcelona: Hora, pp. 89-95.

Jaspars, J. & Fraser, C. (1984). Attitudes and social representations. En R.

Farr & S Moscovici (eds.), Social representations. Cambridge. Cambridge

University Press, pp. 101-123.

Thomas, W. & Znaniecki, F. (2006). El campesino polaco en Europa y en

América . Madrid: CIS.

Page 142: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Editorial UOC © 141 Prácticas

Torregrosa, J.R. (1968). El estudio de las actitudes: perspectivas psicológicas

y sociológicas. Revista Española de Opinión Pública, 11, 155-165.

Page 143: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Introducción a la Psicología... 142 Editorial UOC ©

Capítulo V. El punto de vista psicosociológico en el enfoque funciona-

lista

Lectura 1:

Garrido, A. & Álvaro, J.L. (2007). El auge del funcionalis-

mo estrucural En A. Garrido & J.L. Álvaro, Psicología social.

Perspectivas psicológicas y sociológicas. Madrid: McGraw-Hill,

pp. 270-277.

Preguntas:

5.1 ¿Qué entiende R. Merton por consecuencias no anticipadas de la

acción? Pon un ejemplo.

5.2 ¿Qué es un grupo de referencia y cuál es su importantancia en la

explicación de la conducta? Pon un ejemplo.

5.3 ¿A qué se refiere el concepto de privación relativa y cuál es su im-

portancia en la explicación de la conducta? Pon un ejemplo.

5.4 ¿Cuál es la diferencia entre funciones manifiestas y funciones la-

tentes? Pon un ejemplo.

Lectura 2:

Dawson, E.M. & Chatman, E.A. (2001). Referent group

theory with implications for information studies: a theoreti-

cal essay. Information Research, 6.1

Estos autores resumen los aspectos centrales de la teoría de los grupos de

referencia de la siguiente manera:

“Socialmente, los individuos están influenciados por los grupos que consi-deran importantes. Los individuos utilizan determinados grupos como una guía para saber cómo comportarse (grupos de referencia normativa). Los in-dividuos utilizan los grupos como una base para compararse a si mismos en relación a otros individuos u otros grupos (grupos de referencia comparativa). Los individuos pueden y de hecho utilizan más de un grupo como una guía

1 http://InformationR.net/6-3/paper105.html

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Editorial UOC © 143 Prácticas

de referencia (grupos de referencia múltiples). Determinados grupos utilizados por los individuos como un punto de referencia poseen el poder para influir en las actitudes y la conducta de los individuos que pueden ser o no ser miem-bros de ese grupo”.

Ejercicio:

5.5 Siguiendo estos aspectos, ¿podrías poner algún ejemplo de violen-

cia social que pueda ser explicado según esta teoría?

Lecturas complementarias:

Jahoda, M. (1987). Employment and unemployment: A social-psychological

analysis. Cambridge: Cambridge University Press. [Trad. Empleo y des-

empleo: Un análisis socio-psicológico. Madrid: Morata.]

Merton, R. K. (1936). The unanticipated consequences of purposive social

action. American Sociological Review, 1, 894-904.

Merton, R. K. (1968). Social theory and social structure. Glencoe: Free Press.

Merton, R. K. & Kitt, A. (1950) Contributions to the theory of reference group

behavior. Glencoe: Free Press.

Münch, R. (1987). Teoría parsoniana actual: en busca de una nueva sín-

tesis. En A. Giddens & J.Turner, La teoría social hoy. Madrid: Alianza

Universidad, pp. 155-204.

Page 145: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Introducción a la Psicología... 144 Editorial UOC ©

Capítulo VI. Las teorías del intercambio.

Lectura:

Homans, G.C. (1982). Procesos sociales fundamentales. En

J.R. Torregrosa & E. Crespo (eds.), Estudios básicos de Psicología

social. Barcelona: Hora, pp. 89-105.

Preguntas:

6. 1. 1. ¿A qué se refiere Homans con “procesos sociales fundamenta-

les”?

6. 1. 2. ¿Cuáles son las proposiciones que establece Homans y cómo

denomina a cada una de ellas?

6. 1. 3. ¿En qué suposiciones se basa cada una de las proposiciones?

6. 1. 4. ¿Qué características comunes subyacen a las dos primeras pro-

posiciones?

6. 1. 5. Según Homans, ¿qué consecuencias tiene un intercambio/ una

interacción para el futuro?

6. 1. 6. ¿A qué se refiere Homans cuando habla de justicia distributi-

va?

6. 1. 7. Emplea el esquema de retribución trazado por Homans para

aplicarlo a otro ejemplo.

Lecturas complementarias:

Blau, P. (1987). Intercambio y poder en la vida social. Barcelona: Herder.

Emerson, R.M. (1981). Social exchange theory. En M. Rosenberg & R. Turner

(eds.), Sociological perspectives in social psychology. Nueva York: Basic

Books, pp. 31-65.

Homans, G. (1987). El conductismo y después del conductismo. En A.

Giddens & J. Turner, La teoría social hoy. Madrid: Alianza Universidad,

pp. 81-111.

Morales, J.F. (1981). La conducta social como intercambio. Bilbao: Desclée de

Brouwer.

Page 146: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Editorial UOC © 145 Prácticas

Thibaut, J.W. & Kelley, H.H. (1959). The social psychology of groups. Nueva

York: Wiley.

Page 147: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Introducción a la Psicología... 146 Editorial UOC ©

Capítulo VII. El interaccionismo simbólico

Lectura:

Mead, G.H. (1934/1972). Espíritu, Persona y Sociedad . Madrid:

Paidos.

Preguntas:

7.1. ¿Cuál es la concepción de Mead de la Psicología Social?

7.2. ¿Qué diferencia el enfoque conductista de Mead del de Watson?

7.3. ¿En qué se distinguen el mí y el yo?

7.4. ¿A qué se está refieriendo Mead con el concepto de otro generaliza-

do?

7.5. ¿Qué concepción tiene Mead del lenguaje en los procesos de inte-

racción social?

7.6. ¿Qué teoría de la identidad se puede derivar de los postulados del

interaccionismo simbólico?

7.7. ¿Qué idea tiene Mead de la mente y de su constitución?

7.8. Relaciona los conceptos de mente, identidad e interacción simbóli-

ca en la teoría de George Herbert Mead.

7.9. Comenta la siguiente cita de Mead (1934/1972):

“En psicología social no construimos la conducta del grupo social en términos de la conducta de los distintos individuos que la componen; antes bien, par-timos de un todo social determinado de compleja actividad social, dentro de la cual analizamos (como elementos) la conducta de cada uno de los distintos individuos que lo componen” (p. 54).

Lecturas complementarias:

Joas, H. (1998). El pragmatismo y la teoría de la sociedad. Madrid: CIS.

Mead, G.H. (1956). George Herbert Mead. On social psychology. En A.

Strauss (ed.), The social psychology of George Herbert Mead . Chicago:

Chicago University Press.

Meltzer, B.N., Petras, J. W., & Reynolds, L. (1975). Symbolic interactionism.

Genesis, varieties and criticism . Londres: Routledge and KeganPaul.

Page 148: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Editorial UOC © 147 Prácticas

Rose, A. (1982). El interaccionismo simbólico. En J.R. Torregrosa & E. Crespo

(eds.), Estudios básicos de psicología social. Barcelona: Herder, pp. 117-

138

Apartado 7.1. Desarrollos del interaccionismo simbólico: las Escuelas de

Iowa y Chicago

Lectura:

Blumer, H. (1969/1982). El Interaccionismo simbólico:

Perspectiva y método . Barcelona: Hora.

Preguntas:

7. 1. 1. ¿Cuáles son los supuestos principales del interaccionismo sim-

bólico según H. Blumer?

7. 1. 2. En opinión de Blumer, ¿cuáles son las consecuencias sociológi-

cas del pensamiento de George Herbert Mead?

7. 1. 3. ¿Cuál es la crítica que H. Blumer realiza a los conceptos de ac-

titud y variable?

7. 1. 4. ¿Cuál sería el nivel de análisis en el que se situaría la perspecti-

va interaccionista de H. Blumer?

Ejercicio:

7. 1. 5. Explica el papel que la interacción simbólica tiene en la cons-

trucción de la sociedad.

7. 1. 6. Compara el enfoque interaccionista de H.Blumer con el en-

foque estructuralista del interaccionismo simbólico de S.

Stryker.

Lecturas complementarias:

Joas, H. (1987). El interaccionismo simbólico. En A. Giddens & J. Turner, La

teoría social hoy. Madrid: Alianza Universidad, pp. 112-154.

Page 149: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Introducción a la Psicología... 148 Editorial UOC ©

Ritzer, G. (2002). El interaccionismo simbólico. En G. Ritzer, Teoría socioló-

gica moderna. Madrid: McGraw-Hill, pp. 247-334.

Apartado 7.2. El interaccionismo simbólico estructural

Lectura:

Stryker, S. (1983). Tendencias teóricas de la psicología so-

cial: Hacia una Psicología Social Interdisciplinar. En J.R.

Torregrosa & B. Sarabia (eds.), Perspectivas y contextos de la

psicología social. Barcelona: Hispano Europea, pp. 13-73.

Preguntas:

7. 2. 1. ¿Qué distingue según Stryker a la psicología social de proce-

dencia psicológica y a la de procedencia sociológica?

7. 2. 2. ¿Cuáles constituyen los puntos de crítica de las dos psicologías

sociales?

7. 2. 3. ¿Cuáles son para Stryker las tendencias en la psicología social

psicológica?

7. 2. 4. ¿Y de la psicología social sociológica?

7. 2. 5. ¿Cuáles son y en qué consisten las tendencias en el interaccio-

nismo simbólico?

7. 2. 6. ¿Cómo describe Stryker su versión del interaccionismo simbó-

lico estructural?

Ejercicios:

7. 2. 7. Describe cómo ha cambiado, si es que ha cambiado, el panora-

ma de la psicología social tanto psicológica como sociológica

desde la aparición del capítulo de Stryker hasta nuestros días al

hilo de lo expuesto en este libro.

7. 2. 8. Compara el interaccionismo simbólico estructural de S. Stryker

con las perspectivas de G.H. Mead y H. Blumer.

Page 150: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Editorial UOC © 149 Prácticas

Lecturas complementarias:

Stryker, S. & Serpe, R.T. (1982). Commitment, identity salience, and

role behavior: A theory and research example. En W. Ickes & E. S.

Knowles (eds.), Personality, roles, and social behavior . NuevaYork:

Springer-Verlag, pp. 199-218.

Stryker, S. & Vryan, K.D. (2003). The symbolic interactionist frame. En J.

Delamater (ed.), Handbook of social psychology . Nueva York: Kluwer

Academis/Plenuem Publishers, pp. 3-28.

Apartado 7.3. La teoría de roles

Lectura:

Khan, R.L., Wolfe, D.M., Quinn, R., Snoek, J.D. &

Rosenthal, R. (1982). Conflicto y ambigüedad de rol. En.R.

Torregrosa & E. Crespo (eds.), Estudios básicos de Psicología

social. Barcelona: Hora, pp. 527-542.

Preguntas:

7. 3. 1. ¿Qué entienden los autores por conflicto y que tipos de conflic-

to de rol existen según estos autores?

7. 3. 2. ¿Qué entienden por ambigüedad de rol?

Ejercicio:

7. 3. 3. Comenta la siguiente cita de Turner (1962, p. 23):

“La interacción es siempre un proceso tentativo, un proceso en el que cons-tantemente comprobamos la concepción que tenemos del rol del otro. La res-puesta del otro sirve para reforzar o cuestionar esta concepción. El producto de este proceso de comprobación es la estabilización o modificación del pro-pio rol. La idea de role taking cambia el énfasis puesto en la realización de un rol prescrito por el énfasis en la conducta basada en el rol del otro. El actor no es el mero ocupante de una posición para la cual existen un conjunto de re-glas – la cultura es un conjunto de normas- sino una persona que debe actuar desde la perspectiva que, en parte, le suministra su relación con otros cuyas acciones reflejan los roles que debe identificar”

Page 151: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Introducción a la Psicología... 150 Editorial UOC ©

Lecturas complementarias:

Deutsch, M & Krauss, R.M. (1984). Teoría del rol. Teorias en psicología social.

Buenos Aires: Paidos, pp. 163-198.

Heiss, J. (1981). Social roles. En M. Rosenberg & R. Turner (eds.), Sociological

perspectives in social psychology. Nueva York: Basic Books, pp. 94-129.

McCall, J & Simons, J.L. (1966). Identities and interactions. An examination of

human associations in everyday life. Nueva York: The Free Press.

Turner, R.H. (1962). Role-taking: Process versus conformity. En A.M. Rose

(ed.), Human behaviour and social processes: An interactionist approach .

Londres: Roudlege and Kegan Paul, pp. 20-40.

Apartado 7.4. El enfoque dramatúrgico de Erving Goffman

Lectura:

Goffman, E. (1959/1987). La presentación de la Persona en la

Vida Cotidiana . Buenos Aires: Amorrortu.

Preguntas:

7. 4. 1. ¿Cuáles son los conceptos centrales en la obra de Goffman?

7. 4. 2. ¿Cómo se presentan los individuos y cómo presentan sus acti-

vidades ante otros según Goffman?

7. 4. 3. ¿En qué forma guiamos y controlamos la impresión que los

otros se hacen de nosotros?

7. 4. 4. ¿Qué tipo de prácticas se pueden o no llevar a cabo mientras se

actúa ante otros?

7. 4. 5. ¿Qué tipos de actividad significante diferencia Goffman?

Ejercicios:

7. 4. 6. Aplica los conceptos manejados por Goffman a una entrevista

de trabajo.

7. 4. 7. Compara el concepto de estructura en E. Goffman y S. Stryker.

Page 152: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Editorial UOC © 151 Prácticas

Lecturas complementarias:

Briset, D. & Edley, Ch. (1975). Life as theater. A dramaturgial sourcebook .

Chicago: Aldine Publishing Company.

Sebastián, J.R. (1994). Erving Goffman. De la interacción focalizada al orden

institucional. Madrid: CIS.

Page 153: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Introducción a la Psicología... 152 Editorial UOC ©

Capítulo VIII. La sociología fenomenológica de Alfred Schutz

Lectura:

Schutz, A. (1944). The stranger: An essay in social pscholo-

gy. The American Journal of Sociology, 49, 499-505. [Trad. El

forastero. Ensayo de psicología social. En A. Schutz. Estudios

sobre teoría social. Buenos Aires: Amorrortu Editores. 1974].

Preguntas:

8.1. ¿Cuál es la diferencia entre actor y sociólogo en lo concerniente a

la pauta cultural de la vida grupal según Schutz?

8.2. ¿Cuáles son las características del conocimiento del hombre que

actúa?

8.3. ¿Qué diferencias existen entre la perspectiva del endogrupo y la del

forastero con respecto a la pauta cultural?

8.4. ¿Cuáles son, según Schutz, las dos características básicas de la acti-

tud del forastero?

Ejercicio:

8.5. Relaciona el concepto de actitud en Schutz y en “El campesino po-

laco en Europa y en América” de Thomas y Znaniecki.

Lecturas complementarias:

Schutz, A. (1962/1995). El problema de la realidad social. Buenos Aires:

Amorrortu.

Schutz, A. (1964/1974). Estudios de teoría social. Buenos Aires: Amorrortu.

Page 154: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Editorial UOC © 153 Prácticas

Capítulo IX. El construccionismo social de Peter Berger y Thomas

Luckmann

Lectura 1:

Berger, P., & Luckmann, T. (1968). La Construcción Social de

la Realidad. Buenos Aires: Amorrortu.

Preguntas:

9.1. ¿Qué entienden Berger y Luckman por la sociedad como realidad

objetiva?

9.2. ¿Cuál es el vínculo que los autores establecen entre la realidad

como realidad objetiva y subjetiva?

9.3. ¿Qué conclusiones se pueden derivar del libro de Berger y Luckman

para un enfoque sociológico de la psicología social?

Lectura 2:

Garrido, A. y Álvaro, J.L. (2007), El construccionismo social

de K. Gergen. En A. Garrido y J.L. Álvaro, Psicología Social.

Perspectivas Psicológicas y Sociológicas. Madrid: McGraw-Hill,

450-456.

Ejercicio:

9.4. Establece las distinciones entre el construccionismo de Berger y

Luckmann y el construccionismo de K.Gergen.

Lecturas complementarias:

Ibáñez, T. (2001). Psicología social construccionista. Guadalajara: Universidad

de Guadalajara.

Mannheim, K. (1997). Ideología y utopía. Introducción a la sociología del cono-

cimiento. Madrid: FCE. [Publicado originalmente en 1929].

Page 155: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Introducción a la Psicología... 154 Editorial UOC ©

Ortega y Gasset, J. (1916/83). El espectador I. Obras completas, vol II. Madrid:

Alianza.

Page 156: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Editorial UOC © 155 Prácticas

Capítulo X. La etnometodología de Harold Garfinkel

Lectura:

Ritzer, G. (2002). Etnomedodología. En R. K. Merton. Teoría

sociológica moderna. Madrid: McGraw-Hill, pp.301-334.

Preguntas:

10.1. ¿Cuál es la definición de etnometodología que da Ritzer?

10.2. ¿Qué es el análisis conversacional?

10.3. ¿Qué son los experimentos de ruptura?

10.4. ¿Cuáles son las principales críticas de los etnometodólogos a la so-

ciología tradicional?

Ejercicio:

10.5. Comenta la siguiente cita:

“El discurso es el lenguaje como práctica social determinado por las estructu-ras sociales (reglas o conjunto de relaciones transformativas organizadas como propiedades de los sistemas sociales). Así, la estructura social determina las condiciones de producción del discurso…El lenguaje es parte de la sociedad, no es algo que se encuentra fuera de ésta; segundo, el lenguaje es un proceso social; y, finalmente, el lenguaje es un proceso que está social e históricamen-te condicionado de la misma manera que otras partes de la sociedad o de pro-cesos no linguísticos” (Íñiguez, 1997, citado Garrido & Álvaro, 2007, p.471)

Lecturas complementarias:

Coulon. A. (1987). La etnometodología. Madrid: Cátedra.

Heritage, J. (1987). Etnometodología. En A. Giddens & J. Turner. (1987), La

teoría social hoy. Madrid: Alianza Universidad, pp. 290-350.

Garfinkel, H. (1967). Studies in Ethnomethodology. Nueva Jersey: Prentice-

Hall.

Wolf, M. (1982). Sociologías de la vida cotidiana. Madrid: Cátedra.

Page 157: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Introducción a la Psicología... 156 Editorial UOC ©

Capítulo XI. La sociología psicológica

Lectura:

Martín-Baró, I. (1983). Violencia y agresión social. En

I. Martín-Baró, Acción e ideología. Psicología social desde

Centroamérica. San Salvador: UCA Editores, pp. 359-422.

Preguntas:

11.1. ¿Qué tipos de violencia distingue Martín-Baró?

11.2. ¿Cuál es el nivel de análisis más adecuado para explicar los diferen-

tes tipos de violencia?

11.3. ¿Se puede explicar la violencia desde el punto de vista de la socio-

logía psicológica descrito en el capítulo 11?

Ejercicios:

11.4. Pon un ejemplo de violencia en el que se integren los diferentes ni-

veles de análisis individual, interpersonal, grupal e ideológico para

su explicación.

11.5. Comenta la siguiente frase de House (1995, p.387):

“Las estructuras y procesos macrosociales son centrales para la psicología so-cial, especialmente en sus formas más sociológicas. Toda la conducta indivi-dual ocurre dentro de y es influenciada por las estructuras y procesos macro-sociales…Dado que las estructuras y procesos macrosociales son en última instancia el producto de modelos de conducta y creencias que se dan entre grupos de individuos, la psicología social también debe considerar cómo la conducta y las creencias individuales pueden moldear las estructuras y proce-sos macrosociales”

Lecturas complementarias:

Fromm, E. (1971). El miedo a la libertad. Buenos Aires: Paidos.

House, J.S. (1977). The three faces of social psychology. Sociometry, 40, 161-

177.

Page 158: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Editorial UOC © 157 Prácticas

House, J.S. (1981). Social structure and personality. En M. Rosenberg & R.

Turner (eds.), Sociological perspectives in social psychology. Nueva York:

Basic Books, pp. 525-561.

McLeod, J. D. & Lively, K.J. (2003). Social structure and personality. En

J. Delamater (ed.), Handbook of social psychology. Nueva York: Kluwer

Academis/Plenuem Publishers, pp. 77-100.

Torregrosa, J.R. (1982). Emociones, sentimientos y estructura social. En

J.R. Torregrosa & E. Crespo (eds.), Estudios básicos de Psicología social.

Barcelona: Hora, pp. 185-199.

Page 159: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger
Page 160: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Bibliografía

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(1950/1982). The authoritarian personality. New York: Harper and

Row.

Adorno, T.W. (1968/1996). Introducción a la sociología. Barcelona: Gedisa.

Ajzen, I., & Fishbein, M. (1980). Understanding attitudes and predicting social

behavior. Englewood Cliffs, NJ: Prentice-Hall.

Alexander, J.C. (1982). Theoretical logic in sociology. Berkeley: University of

California Press.

Alexander, J.C. (1997). Las teorías sociológicas desde la Segunda Guerra

Mundial. Barcelona: Gedisa.

Álvaro, J.L. (1992). Desempleo y bienestar psicológico. Madrid: Siglo XXI.

Álvaro, J. L. (1995). Perspectivas teóricas y metodológicas en psicología social.

Madrid: Siglo XXI.

Álvaro, J.L. y Garrido, A. (2007). Orígenes sociológicos de la psicología so-

cial. Revista Española de Investigaciones Sociológicas, 118, 11-26.

Alvaro, J.L., Torregrosa, J.R. & Garrido. (1992). Influencias sociales y psicoló-

gicas en la salud mental. Madrid: Siglo XXI.

Allport, F. (1924). Social psychology. Boston: Houghton y Mifflin.

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Vínculos recomendados

Asociaciones nacionales e internacionales de Sociología:

ASA (American Sociological Association) http://www.asanet.org/

ISA (International Sociological Association)http://www.isa-sociology.

org/

FES (Federación Española de Sociología)http://www.fes-web.org/

presentacion.php

Asociación Latinoamericana de Sociología http://www2.udec.cl/~alas/

European Sociological Associationhttp://www.valt.helsinki.

fi/esa/

Association for Applied and Clinical

Sociologyhttp://www.aacsnet.org/wp/

Sociologists without Borders

http://www.

sociologistswithoutborders.

org/

Algunos Departamentos nacionales e internacionales de Sociología que

imparten psicología social en el grado y posgrado:

Departamento de Psicología Social.

Facultad de Ciencias Políticas y

Sociología. Universidad Complutense de

Madrid.

http://www.ucm.es/centros/

webs/d277/

Department of Social and Developmental

Psychology. Faculty of Social and Political

Sciences. Universidad de Cambridge. Gran

Bretaña.

http://www.sps.cam.ac.uk/

psy/index.html

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Gotëborg. Suecia.

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Finlandia.

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sospsyk/english/

Departament of Social Psychology.

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Sociology. University of Tokio. Japón.

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tokyo.ac.jp/english/

Páginas de los Departamentos de Sociología

en los EE.UU.

http://www.sociolog.com/

us_links/

Otros vínculos de interés:

Foundational documents in sociological

social psychology:

http://www.brocku.ca/

MeadProject/

Social Science Information System

based at the University of Amsterdam:

http://www.sociosite.net/

index.php

Society for the Study of Symbolic Interactionhttp://www.espach.salford.

ac.uk/sssi/index.php

Page 176: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Glosario

Acción social

El concepto de acción social se refiere a una conducta que tiene un signifi-

cado para el actor. Frente a la reacción pasiva ante los estímulos del medio,

la acción comprende el sentido que damos a nuestras acciones. Incluye una

noción de reflexividad.

Condicionamiento operante

Para el psicólogo conductista B. F. Skinner, podemos explicar la conducta de

los individuos por medio del refuerzo. La recompensa de una conducta hace

que ésta tienda a su repetición.

Emergentismo social

Explicación de los procesos sociales como un producto de procesos indivi-

duales y/o biológicos. En última instancia, se trata de reducir una realidad a

sus elementos constitutivos básicos.

Enfoque dramatúrgico

El enfoque dramatúrgico de Goffman parte del estudio de las interacciones

cara a cara utilizando la metáfora del teatro. Como en el escenario teatral,

en la vida cotidiana los actores se afanan por ofrecer la mejor imagen de sí

mismos en cada uno de los papeles que representan.

Estructura social

Concepto sociológico ampliamente utilizado por diferentes escuelas teóri-

cas, lo que dificulta una definición precisa. Desde enfoques teóricos como el

estructuralismo, el funcionalismo, o ciertas formas de marxismo hacen refe-

Page 177: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Introducción a la Psicología... 176 Editorial UOC ©

rencia a los elementos externos a los individuos que determinan sus formas

de pensar, actuar y sentir.

Estructura social y personalidad

véase sociología psicológica.

Etnometodología

Enfoque psicosociológico que define el orden social como las actividades

prácticas de sus miembros realizadas en el transcurso de la vida cotidiana.

Externalización

Para autores como Berger y Luckman, la externalización supone un proceso

por medio del cual la actividad humana y el significado subjetivo que le

atribuimos acaban institucionalizándose, es decir, forman hábitos que dan

lugar a pautas de acción que se constituyen en la base donde se asienta el

orden social. La externalización da lugar a la sociedad como realidad obje-

tiva.

Hecho social

Para Durkheim, los hechos sociales son formas de actuar y pensar externas a

los individuos que se imponen sobre éstos. El término social se refiere a que

no pertenecen al ámbito de la conciencia individual. Por el contrario, para

los etnometodólogos, los hechos sociales son relativos a las realizaciones

prácticas de los miembros de una sociedad.

Indexicalidad

Concepto utilizado por los etnometodólogos para referirse al significado

contextual de las locuciones. Podemos considerar la indexicalidad como una

característica del lenguaje.

Intercambio

Transacciones interpersonales que dan lugar a relaciones de dependencia al

tiempo que suponen la base del orden moral y social (Lévi-Strauss), la con-

ducta individual (Homans) o las diferencias de poder (Blau).

Page 178: introduccion a la psicologia social sociologica alvaro garrido y schweiger

Editorial UOC © 177 Glosario

Internalización

Proceso mediante el cual la sociedad externa se transforma en realidad sub-

jetiva. Por medio de la socialización, las personas asumen y dan significado

a la realidad en la que viven.

Justicia distributiva

Características que debe tener un intercambio justo, basado en la proporcio-

nalidad entre inversiones-costes y beneficios-recompensas. Concepto básico

de la teoría del intercambio de Homans.

Concepto clave del interaccionismo simbólico que constituye la parte so-

cializada del individuo que responde a los estímulos sociales de la manera

prevista.

Microsociología

Incluye varios enfoques sociológicos interesados en las interacciones cara a

cara. Sus estudios quedarían incluidos en el nivel de análisis interpersonal.

Podríamos encontrar ejemplos de perspectivas microsociológicas en ciertas

formas de entender el interaccionismo simbólico (por ejemplo, la Escuela de

Chicago de H. Blumer, el enfoque dramatúrgico de E. Goffman o la etnome-

todología de H. Garfinkel).

Otro generalizado

En la terminología del interaccionismo simbólico de G. H. Mead hace re-

ferencia a la sociedad considerada como un todo. La asunción del otro ge-

neralizado forma parte del proceso de socialización mediante el cual nos

convertimos en miembros de una sociedad.

Psicología social sociológica

Una de las divisiones de la psicología social se encuentra en sus dos oríge-

nes: sociológico y psicológico. Este término, si bien hace referencia al origen

sociológico de la psicología social, se emplea para diferenciar los enfoques y

perspectivas sociológicas de las tradiciones de pensamiento psicológico en

psicología social. Otro término sinónimo es el de psicosociología.

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Introducción a la Psicología... 178 Editorial UOC ©

Psicosociología

véase psicología social sociológica

Reflexividad

Constituye una característica básica de todas las sociologías comprensivas.

La idea de actor reflexivo es compartida por varios enfoques como la teoría

de la acción de M. Weber, el interaccionismo simbólico de G. H. Mead o la

sociología fenomenologia de A. Schutz.

Self

La idea de self (sí mismo, identidad) es esencial para teorías como el inte-

raccionismo simbólico. Según esta teoría, tomamos conciencia de nosotros

mismos por medio de los otros, en el curso de las interacciones simbólicas

que mantenemos con nuestros semejantes. La identidad personal es, así,

concebida como identidad social.

Sociología psicológica

La sociología psicología puede ser considerada, junto con el interaccionis-

mo simbólico, una perspectiva teórica de la psicologia social sociológica.

Su objetivo es analizar el comportamiento, las emociones, las cogniciones

y la identidad social de los individuos en función de sus posiciones en la

estructura social. A su vez, estudia cómo la estructura social se mantiene o

se transforma como consecuencia de las acciones de las personas y de las

interacciones que mantienen entre sí.

Tifipicación

En la sociología fenomenológica de A. Schutz es un concepto básico. Las

tipificaciones son un conjunto de técnicas (recetas) mediante las cuales da-

mos sentido al mundo cotidiano y ejercemos un control sobre el mismo.

Yo

En contraposición con el mí, el yo, según G. H. Mead, se encuentra indeter-

minado. Es aquella parte de la persona que se manifiesta de forma espontá-

nea y creativa.