Internet en medicina ¿una ayuda, un problema, una causa de errores…?

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RESUMEN “INTERNET EN MEDICINA ¿UNA AYUDA, UN PROBLEMA, UNA CAUSA DE ERRORES...?” Internet ha significado para la Formación Médica Profesional un gran avance. Cada vez son más utilizadas las bases de datos de Medline en la Comunidad Científica. Los pacientes han empezado a usar Internet como fuente de información sobre sus dolencias, buscando a su través una segunda opi- nión. El artículo pone de manifiesto las ventajas de su uso para los propios enfermos, como asimismo el peligro que representa una información no bien comprendida o en ocasiones no válida científica- mente. Las propias Asociaciones Urológicas deben responsabilizarse de las páginas web en forma clara, con datos de medicina basada en evidencia, informando a los pacientes que deseen confrontar la opi- nión de su especialista con la que se puede obtener por la red, siendo el propio médico, ante las per- sonas que demuestren interés en ello, quien debe proporcionarles las direcciones web más idóneas. PALABRAS CLAVE: Internet. Formación continuada. Peligrosidad de la información. Páginas web recomendables. ABSTRACT “CYBERMEDICINE: A HELP? A PROBLEM? AN ORIGIN OF ERRORS...?” The Internet has been a breakthrough for Professional Medical Training. Medline databases are incre- asingly being used by the scientific community at large. Patients have also started to use the Internet as a source of information on their illnesses, and look in the web for a second opinion. This paper shows the advantages derived for the patients from using the Internet as well as the risks involved from a poorly understood, even not scientifically validated information. The Urology Associations them- selves should take responsibility of the web sites in a unambiguous way, by including evidence-based medicine, offering assistance to those patients who want to compare their specialist’s opinion with that obtainable in the Internet, and with the doctors themselved directing those who show a real inte- rest to the most suitable web sites. KEY WORDS: Continous training. Dangers from information. Recommended wed sites. INTERNET EN MEDICINA ¿UNA AYUDA, UN PROBLEMA, UNA CAUSA DE ERRORES...? F.J. SOLÉ BALCELLS Servicio de Urología. Fundación Puigvert I.U.N.A. Barcelona. Actas Urol Esp. 27 (3): 180-184, 2003 180 E l ordenador fue utilizado por los médicos, en un principio, y en forma tímida, como pro- cesador de textos, sustituyendo a la máquina de escribir. Fue después que los programas infor- máticos fueran utilizados para cálculos estadís- ticos, manejando las bases de datos de Internet a través de Medline. Es indiscutible que el orde- nador es básico para la actualización científica. Pero quizás lo que más ha motivado la utiliza- ción de Internet ha sido la posibilidad de obte- ner, tanto por profesionales médicos como por el público general, información, no siempre total- mente cierta, sobre enfermedades y su trata- miento 1 . ACTAS UROLÓGICAS ESPAÑOLAS MARZO 2003 COMUNICACIÓN ESPECIAL

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RESUMEN“INTERNET EN MEDICINA ¿UNA AYUDA, UN PROBLEMA, UNA CAUSA DE ERRORES...?”

Internet ha significado para la Formación Médica Profesional un gran avance. Cada vez son másutilizadas las bases de datos de Medline en la Comunidad Científica. Los pacientes han empezado ausar Internet como fuente de información sobre sus dolencias, buscando a su través una segunda opi-nión. El artículo pone de manifiesto las ventajas de su uso para los propios enfermos, como asimismoel peligro que representa una información no bien comprendida o en ocasiones no válida científica-mente. Las propias Asociaciones Urológicas deben responsabilizarse de las páginas web en forma clara,con datos de medicina basada en evidencia, informando a los pacientes que deseen confrontar la opi-nión de su especialista con la que se puede obtener por la red, siendo el propio médico, ante las per-sonas que demuestren interés en ello, quien debe proporcionarles las direcciones web más idóneas.

PALABRAS CLAVE: Internet. Formación continuada. Peligrosidad de la información. Páginas web recomendables.

ABSTRACT

“CYBERMEDICINE: A HELP? A PROBLEM? AN ORIGIN OF ERRORS...?”The Internet has been a breakthrough for Professional Medical Training. Medline databases are incre-asingly being used by the scientific community at large. Patients have also started to use the Internetas a source of information on their illnesses, and look in the web for a second opinion. This papershows the advantages derived for the patients from using the Internet as well as the risks involvedfrom a poorly understood, even not scientifically validated information. The Urology Associations them-selves should take responsibility of the web sites in a unambiguous way, by including evidence-basedmedicine, offering assistance to those patients who want to compare their specialist’s opinion withthat obtainable in the Internet, and with the doctors themselved directing those who show a real inte-rest to the most suitable web sites.

KEY WORDS: Continous training. Dangers from information. Recommended wed sites.

INTERNET EN MEDICINA ¿UNA AYUDA, UN PROBLEMA,UNA CAUSA DE ERRORES...?

F.J. SOLÉ BALCELLS

Servicio de Urología. Fundación Puigvert I.U.N.A. Barcelona.

Actas Urol Esp. 27 (3): 180-184, 2003

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El ordenador fue utilizado por los médicos, enun principio, y en forma tímida, como pro-

cesador de textos, sustituyendo a la máquina deescribir. Fue después que los programas infor-máticos fueran utilizados para cálculos estadís-ticos, manejando las bases de datos de Interneta través de Medline. Es indiscutible que el orde-

nador es básico para la actualización científica.Pero quizás lo que más ha motivado la utiliza-ción de Internet ha sido la posibilidad de obte-ner, tanto por profesionales médicos como por elpúblico general, información, no siempre total-mente cierta, sobre enfermedades y su trata-miento1.

ACTAS UROLÓGICAS ESPAÑOLAS MARZO 2003CCOOMMUUNNIICCAACCIIÓÓNN EESSPPEECCIIAALL

Es imposible calcular en este momento cuan-tos millones de personas están "ligadas" aInternet. Sólo en Estados Unidos se considerabahace un par de años que el número de "net-adic-tos" era superior a los 80 millones realizando untercio de los americanos sus compras a través dela red2. Es asimismo cada vez mayor el número depersonas que leen las noticias del día en los perió-dicos virtuales, escuchan la radio o ven la televi-sión a través de ordenador, bajan música a travésde Internet e incluso crean sus propios CD-musi-cales, estando en constante aumento el númerode pacientes que consultan al médico un proble-ma particular por este medio3 o bien leen las pági-nas dedicadas a la salud y a enfermedades espe-cíficas.

El paciente puede consultar de una formatotalmente gratuita la información sobre saludque existe en la red, muchas veces proporcionadapor centros hospitalarios de prestigio4. El 90% delos médicos de Canadá según informa el Dr. Jadadde la Universidad MacMaster de dicho país, hanrecibido alguna vez un paciente que les ha lleva-do información extraída de la red5.

Las tres cuartas partes de los canadienses queemplean Internet usan la web como fuente deinformación ante problemas de salud y dos decada diez consultan las páginas sobre medicacio-nes en relación a su enfermedad. Brown señalaque cerca de la mitad de los adultos que usanInternet han accedido en alguna ocasión a websde consejo médico, y que ello representa enEstados Unidos, aproximadamente a más de 15millones de personas6.

El problema de la utilización de Internet porlos pacientes es la seguridad de que la informa-ción que reciben sea de suficiente calidad paraseguirla como consejo. En un estudio realizadoen una clínica ortopédica de Londres, en 363pacientes que contestaron a un cuestionariosobre su proceso, el 52 por 100 informaron quehabían buscado dicha información en la red, conmayor porcentaje a mayor edad y más alto nivelsocial. Un 25% contestaron que la informaciónrecibida les habían creado más confusiones quelas que tenían previamente y un 20% dijeron quela información de Internet era totalmente distin-ta a la que les había proporcionado su especia-lista7.

Fue en 1997 cuando un artículo de Impiccia-tore8, aparecido en el BMJ, abrió la caja dePandora al señalar a Internet como una fuente deinformación no totalmente fiable para los pacien-tes. Desde entonces han aparecido muchas revi-siones y artículos que han mostrado su reservasobre la calidad de la información médica que pro-porciona Internet y/o la televisión9,10. Su artículocomparaba las recomendaciones "on line" con lasde los libros de texto, mostrando que raramenteeran coincidentes.

El gran peligro de la información médica a tra-vés de Internet es la falta de control sobre la vera-cidad científica. En efecto, así como las revistasmédicas poseen un comité editorial, con diferen-tes especialistas que analizan los artículos remiti-dos a la de revista, controlando la calidad de losensayos randomizados, no existe ningún controlen la red por lo que la mejor solución es aceptarsolamente aquella información que provenga de"fuentes fiables"11.

Aunque es admisible, en una época en que elmotor o energía de nuestro sistema es el dinero,que la única forma de mantener libre, es decir sinpago, la información en Internet es a través deanuncios de productos sanitarios farmacéuticos,la ética obligaría a que existiera una total separa-ción entre el contenido científico y la informacióncomercial, de forma y manera que los anuncian-tes no pudieran influir en la información de lapágina científica, e incluso sería conveniente quenunca el anuncio sobre un producto coincidieraen el tiempo y ubicación con una información cien-tífica sobre esta medicación. En una palabra, laética de la información sanitaria debe respetarseen la red, distinguiéndose con claridad lo que esinformación científica y lo que es publicidad12.

Otra utilización de Internet por los pacientes ogrupos interesados en los temas de salud es lapráctica de conversaciones "on line", donde elsujeto expone sus experiencias, a veces en bene-ficio de otros pacientes, pero en ocasiones conargumentos contra la actuación médica que se leha aplicado. Existen grupos que establecen unarelación personal sobre temas específicos, comopor ejemplo Asociaciones sobre la cistitis intersti-cial, el sida, etc.13. Nadie puede controlar la vera-cidad de estas revelaciones y lógicamente puedendar lugar a grandes confusiones y rechazos fren-

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te a terapéuticas eficaces. El uso de la video-con-ferencia a nivel particular aún refuerza el efectopositivo o negativo de estos chats14. Aún más, elparecer del paciente, muchas veces erróneo fren-te a la actuación profesional del especialista,puede llevar a acusarle de mala práctica, siemprecon el velo de la incógnita del acusador o infor-mante.

El secreto profesional tiene que ver con la infor-mación que el médico da sobre pacientes a terce-ras personas pero no existe el punto contrario, elde la valoración del médico por el enfermo, ni exis-te regla ética que impida que el paciente expliqueo comente su versión de los hechos. Internet ofre-ce acceso anónimo a una gran cantidad de infor-mación sobre enfermedades y asimismo da sopor-te a grupos de las más raras enfermedades y estospacientes, algunos -sólo supuestamente enfer-mos-, en vez de ir a un hospital, pueden consul-tar una tras otra infinidad de páginas web15.

Ante la peligrosidad del uso indiscriminado deInternet por los pacientes el médico debe, -si con-sidera que el paciente es un ciberadicto-, propor-cionarle las direcciones de páginas médicas fiablessobre su afección, para que les consulte, y graciasa ello obtenga un beneficio terapéutico.

El médico ignora en muchas ocasiones el sen-tir del paciente frente a su enfermedad, sin teneren cuenta sus comentarios o explicaciones. La lec-tura de las páginas web que los pacientes publi-can debe hacernos meditar sobre la relación médi-co-paciente. Un artículo del BMJ16 remarca la opi-nión de un paciente con esta sentida frase: "siem-pre hay una persona alrededor de un tumor".

Algunas publicaciones, -la revista JAMA hasido la primera-, incluyen la llamada "página delpaciente" para permitir saber y conocer las opi-niones de los enfermos y gracias a ello mejorar larelación médico-paciente17.

Se están prodigando Guías de interés médicopara pacientes para poder permitirles "navegar" através de más de 7 millones de páginas con infor-mación sobre salud, señalando dichas Guías elíndice de fiabilidad y seguridad de dichas publi-caciones. Estas guías deben evitar crear "ciber-condríacos", y que el paciente sustituya al conse-jo de su equipo médico por la información de lared. Lo que se pretende es tener al público másinformado y que los médicos comprendan que el

paciente precisa de razonamiento, consejos, infor-mación y atención humanizada. Es en este últimopunto que nunca Internet podrá sustituir la mira-da, el calor humano y el razonamiento meditadopor un buen profesional.

La American Medical Association ha editadoGuías para regular las webs médicas, consideran-do como puntos básicos su contenido, aclarandola esponsorización de la misma, y garantizandouna total privacidad y confidencialidad18.

¿Cómo valorar la calidad de la informaciónobtenida por Internet? El que consulta una pági-na médica debe tener en cuenta los siguientespuntos:

1. Identificación de los autores. La página debeespecificar si sus autores son o no profesio-nales médicos, cual es su afiliación y cre-denciales, debiendo poder establecer con-tacto con ellos gracias a e-mail sobre la infor-mación proporcionada.

2. Fuentes de información. Deben proporcio-nar referencias sobre la información médicacon links sobre sus fuentes.

3. Confidencialidad. No debe proporcionarinformación específica sobre un paciente alos que visiten su web, que pueda llevar a suidentificación.

4. Actualización. Debe proporcionar datossobre la fecha de creación de la página médi-ca e incluir las modificaciones posteriores.

5. Información adicional. Debe verificar si exis-te intereses comerciales, así como si la pági-na está esponsorizada, separando totalmen-te los anuncios médicos y farmacológicos delcontenido científico.

6. Propósito. Debe señalar que la informaciónproporcionada no reemplaza en ningún casola relación médico-paciente.

Una forma de contrarrestar lo poco útil o nefas-ta información que Internet pueda proporcionar alos pacientes es que los programas a consultarsean creados por los propios profesionales, ofre-ciendo incluso muchos de ellos acceso a la infor-mación en consejo personalizado. Se estableceentonces una especie de "consultorio virtual", conprivacidad, -la que puede proporcionar la red-,sobre la información del paciente19. El propioServicio Nacional de Salud de Inglaterra ha crea-do un programa que proporciona información

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sobre salud y problemas médicos, tanto medianteuna página web como por consulta telefónica. EnEstados Unidos, la América Doctor (http://www.americasdoctor.com) ha contratado a un grupo demédicos especialistas para que proporcione con-sejo médico sobre un determinado problema. EnEspaña se han multiplicado las páginas web decentros hospitalarios, clínicas privadas y profe-sionales en ejercicio particular, que se sitúan enesta línea de actuación.

Muchas revistas médicas tradicionales como elJournal of Urology o el Urology están ahora a textocompleto en la Red, y algunas, -como la primerade las citadas-, sólo para los socios de la AUA, yotras como Urology de entrada libre gracias a laesponsorización de un laboratorio farmacéuti-co20. Pero aparte de estas revistas, las citadas, yotras como JAMA, The Lancet, New EnglandJournal of Medicine, British Medical Journal,etc., existen revistas sólo publicadas "on line", quepresentan artículos de revisión sobre un temaconcreto o resúmenes de la actualidad médicamuy especializada (Medscape, Drs Guider, UroHealth21), e incluso algunas como Urology Linx22

remite diariamente mediante correo electrónicolas últimas publicaciones sobre un tema concre-to, -cáncer renal, infecciones urinarias...., conposibilidad en algunos casos de acceder median-te un hipertexto o link al artículo completo.Algunas publicaciones solicitan rellenar una hojasobre información personal para poder acceder allibre acceso de su información, pero ¿quién con-trola la veracidad de la información remitida?. Sideseamos que el acceso de la página web esté res-tringida a un grupo de especialistas, ¿cómo certi-ficar que aquel urólogo que dice que vive en Chilepor ejemplo, es realmente urólogo y vive en aquelpaís?.

Cada vez es más frecuente que revistas médi-cas tradicionales, aparte de poder ser "leídas en elordenador", publiquen páginas no incluidas en suedición impresa, sólo existentes "on line" y total-mente libres23. Generalmente este material suple-mentario se selecciona en base a su importanciay su trascendencia para los lectores. Y así, al igualque el BUJ International publica "casos prácticos"sólo en Internet, el New England Journal ofMedicine24, a partir de agosto del 2001 publica enla red artículos que no aparecen en la edición

impresa, si bien consta en ellas su presencia enInternet con el hipertexto para conseguirlo.

Internet, tiene además la ventaja que facilitainformación médica a lugares en los que difícil-mente se tiene acceso a muchas de las revistascientíficas actualizadas. Y ello es especialmenteútil en los países llamados del tercer mundo, endonde el coste de la prensa o libros científicospuede ser prohibitivo. Hace unos 900 años, ungran médico del Islam, -Al-Asuli, escribió una far-macopea médica dividiendo su tratado en dospartes: "enfermedades de los ricos" y "enferme-dades de los pobres"25. Aunque el tiempo no haeliminado en absoluto las diferencias en los tra-tamientos según la clase social, Internet ha faci-litado que, -por lo menos-, el conocimiento y elsaber estén al alcance de todos. La informaciónse ha globalizado, siendo ello una gran ventaja,pero asimismo un gran peligro si la informaciónque se recibe no está filtrada, y basada en evi-dencias26.

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Dr. F.J. Solé BalcellsParque TilosAvda. Pedralbes, 37-41, 7º 1ª08034 Barcelona

(Trabajo recibido el 13 noviembre de 2002)

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