Interculturalidad de Tubino y Heise

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Interculturalidad. Un desafoMara Heise, Fidel Tubino & Wilfredo ArditoCAAAP1994

LA DIMENSIN CULTURA DE LA VIDA HUMANAMuchas personas creen que una cultura es el conjunto de las manifestaciones externas que produce un pueblo, como la lo son la msica y la artesana. Sin embargo, el concepto de cultura alude a una realidad mucho ms profunda.

Una cultura es un conjunto de formas y modos adquiridos de concebir el mundo, de pensar, de hablar, de expresarse, percibir, comportarse, organizarse socialmente, comunicarse, sentir y valorarse a uno mismo en cuanto individuo y en cuanto a grupo. Es intrnseco a las culturas el encontrarse en un constante proceso de cambio.

En una cultura encontramos un conjunto de formas y modos de pensar que estn intrnsecamente vinculados a una lengua, porque el lenguaje no es solamente un instrumento de comunicacin sino, sobre todo, la expresin de una manera de concebir el mundo. Todo lenguaje conlleva en s un esquema de pensamiento.

Benjamn Lee Whorf sostiene que hay una diferencia fundamental ente las lenguas habladas en el mbito de las culturas europeas y las habladas en otros entornos culturales, como por ejemplo las lenguas amerindias. Esta diferencia se expresa no solo en las gramticas y las sintaxis, sino en conceptos bsicos como el del tiempo y del espacio. En el idioma Ashninka, por ejemplo, no se mide el tiempo con las categoras presente, pasado, futuro, sino con los conceptos de accin empezada y accin no empezada.

Pensamiento y lenguaje estn tan estrictamente unidos que una estructura en la morfologa, como en cualquier otro nivel lingstico, refleja al mismo tiempo una determinada estructura de pensamiento.

Las diferencias que se pueden observar entre los distintos sistemas lingsticos manifiestan que cada lengua se ordena de acuerdo a un determinado conjunto detrs de las cuales hay una propia visin del mundo:Por cierto (una lengua) transmite informacin, pero tambin sirve para establecer relaciones humanas, para expresar el pensamiento, para el juego de las actividades mentales y creadoras, etc. Pienso que no hay razn para privilegiar uno u otro de estos modos. Pero si tuviera que elegir, reiterara algo muy clsico: el lenguaje sirve para expresar el pensamiento. (Chomsky, Noah, Cit. en Ronat, M. 1981:133)

As pues se puede observar, por un lado, que no se puede hacer escalas valorativas entre las lenguas, porque cada una de ellas representa un tipo de pensamiento. Por otro lado, que dejar que se pierda la lengua de una comunidad no solo implicara la desaparicin de la lengua, sino como bien lo ha sealado Chomsky, de una manera de establecer relaciones humanas, de una manera propia de concebir la realidad, en suma, de una forma propia de pensar.

Encontramos tambin forma de percibir sensorialmente el mundo. Es conocido el hecho de que los nativos amaznicos escuchan, observan y sienten dentro de un bosque mucho ms de lo que percibe un hombre occidental. La percepcin sensorial de colores o sonidos est determinada selectivamente por la forma como una cultura percibe su propio medio ambiente.

De esta manera, mientras, los nativos poseen muchas palabras para distinguir diferentes tonalidades de verde, colores como celeste, azul, plomo y negro, se expresan en muchos idiomas con el mismo vocablo. Adems, el mundo de lo visible es ms amplio de que nosotros consideramos. As, entre muchos nativos de la Amazona, las enfermedades suelen producirse como resultado del encuentro con espritus malignos que ellos ven. Para los Shipibo, los dibujos de los tejidos y cermicas representan la visualizacin del dibujo interior que tienen las personas.

La cultura est presente tambin en un conjunto de formas o modos particulares de expresar la vivencia del mundo y de la vida. Con esto queremos sealar la diversidad de estilos de expresin de lo vivido individual y colectivamente, que se plasma en obras concretas y sensibles, desde la cermica hasta el teatro y desde la danza hasta la msica.

Asimismo en toda cultura hallamos formas de o modos de comportamiento, desde la manera de saludarse o despedirse, es decir la gesticulacin cotidiana y los hbitos sociales, hasta los rituales extraordinarios. Las actividades y sus consecuentes comportamientos que podemos observar la interior de un grupo social llevan implcitos los cdigos normativos o valorativos con los que sus miembros regulan sus relaciones.

Estos valores constituyen el marco referencial a partir del cual se forman los juicios axiolgicos y la distincin que el grupo realiza entre lo socialmente aprobado, permitido o prohibido.

Cabe aadir que las normas morales que estn detrs de la conducta de las personas suelen estar como teln de fondo de las normas jurdicas. Sin embargo, esto no quiere decir que en absoluto todas las normas jurdicas se originen en la moral social.

Aunque tambin un conjunto de formas modos de comunicarse, pero en el acto comunicativo no se transmiten solamente mensajes entre un sujeto emisor y un sujeto receptos, sino que el modo como el mensaje se expresa entonacin, nfasis, pausas, gesticulaciones- manifiesta la actitud del sujeto emisor hacia el contenido del mensaje, hacia la persona receptora y hacia s mismo. A este modo se le conoce como fuerza ilocutiva.

Los modos en que se expresa esta fuerza ilocutiva varan de cultura a cultura y estas diversidades dificultan con frecuencia la comunicacin entre personas de culturas diferentes. Por ejemplo, en algunas culturas tradicionales hombres y mujeres no pueden hablar entre s a no ser que sean hermanos o esposos. Si lo hacen, cualquiera que sea el contenido o la intencin, se asume que existe o se busca una relacin sexual.

Se trata de formas y modos de sentir. No solo la manifestacin de los afectos posee rasgos culturales propios sino que puede ser muy variada la manera en que el individuo se conecta con sus propios sentimientos y con los de los dems.

Finalmente, el ncleo de una cultura est constituido por la forma y el grado de autoestima grupal. La autoestima est estrechamente relacionada con la auto-imagen o auto, representacin que el grupo tiene de s mismo.

Dicha auto-imagen, no necesariamente explicitada, posee un origen: se configura desde los acontecimientos pasados que han dejado una huella en el presente. Estos pueden ser sucesos traumticos o de honda gratificacin colectiva.

Otro elemento importante para la formacin de la autoimagen de un grupo es la manera como siente que es percibido, valorado o menospreciado, reconocido o desconocido, por otros grupos culturales con los que est en relacin.

Ambos elementos (la historia propia y la percepcin del otro) configuran una autoimagen que est a la base de un sentimiento colectivo, sea de superioridad, de inferioridad o de igualdad en relacin a las otras culturas.

IDENTIDAD CULTURA Y CAMBIOSe dice que la identidad cultural es lo propio de una cultura, pero qu es verdaderamente lo propio?

Muchos antroplogos y estudiosos de la culturas tradicionales coinciden en considerar que lo propio de una cultura es el conjunto de sus rasgos diferenciadores en relacin al resto.

Sin embargo, nosotros pensamos que lo propio no se agota en lo exclusivo. Lo propio, la identidad de un pueblo, est formado por una diversidad de formas y concepciones que vienen de dentro y fuera del grupo. La identidad tiene, en verdad, una conformacin heterognea. Los elementos y aspectos ms ntimos de una cultura pueden tener diversos orgenes. Lo importante es que formen parte de la vida cotidiana de un pueblo sin disminuir su autoestima.

Este carcter heterogneo de lo propio de un pueblo es fruto del constante proceso de transformacin, cambio y reinvencin en que se encuentra toda realidad humana, por ser una realidad viviente. Y no hay conservacin de una realidad viviente sin cambio y transformacin.

Las culturas se conservan cambiando, asumiendo, apropindose de modos y formas culturales nuevas. La apropiacin de lo externo puede adoptar una diversidad de estilos, llegando a ser asumida vivencialmente por el grupo tnico. Si dicha apropiacin no elimina los valores fundamentales de una cultura, pasa a formar parte de lo propio de esta cultura. Es lo que por ejemplo sucede en los andes peruanos o en Lamas, donde lo que se conoce como vestimenta tradicional en realidad provienen de los campesinos de Castilla.

Igualmente, existen elementos y aspectos que en el pasado formaron parte de lo propio de una cultura y que a travs del tiempo dejaron de ser asumidos vivencialmente por una diversidad de causas. En ese caso, se trata de elementos que un pueblo ya no vive o asume como suyos. Han dejado de formar parte de su identidad cultural.

Discrepamos de la posicin de aquello intelectuales que se acercan a estudiar las culturas tradicionales con el inters de que permanezcan estticas, imponiendo la conservacin de sus tradiciones y de su pasado.

Nosotros consideramos que no tenemos derecho a imponerle a ningn grupo cultura un repliegue forzado, no espontneo, a una etapa anterior. No confundamos un repliegue impuesto al pasado con la revalorizacin de la memoria colectiva de un pueblo.

La memoria colectiva es importante en las sociedades de fuerte tradicin oral, y no solo en ellas, como elemento de unificacin y cohesin del grupo cultural, pero ha de ser santificada o identificada con lo permanentemente propio del grupo.

Lo propio es una realidad, repetimos, heterognea, con una diversidad de orgenes. Intentar conservar o preservar el pasado, las tradiciones, a costa de negarse a aceptar que toda cultura, en tanto, realidad viviente, se encuentra en un constante proceso de transformacin, cambio y apertura, es una actitud forzada que priva a la cultura de su dimensin vital.

Conservar, para ciertos investigadores, es finalmente congelar, momificar, colocar los aspectos especficos de un grupo humano en el escenario de un museo para el deleite intelectual.

Conservar es para nosotros, en cambio, contribuir a la afirmacin del yo colectivo, afirmando su tendencia al cambio y a la reinvencin constante de sus formas de expresin. Decimos esto porque tenemos la conviccin de que no existe la posibilidad de conservar algo en vida negando su transformacin, cambio y recreacin continuos.

Adems, cabe resaltar otro aspecto de la vitalidad de los grupos culturales y es la presencia de las fuerzas de entropa. Estas fuerzas, segn Balandier, son aquellos impulsos destructivos que todo organismo lleva en s mismo, fruto del continuo desgaste de los mecanismos que lo mantienen vivo.

Nada vivo se conserva si no se renueva la energa mediante determinados mecanismos de regeneracin. Las sociedades tambin desarrollan mecanismos de defensa y regeneracin capaces de retroalimentar y sostener el equilibrio del grupo cultural.Las sociedades tradicionales no son sociedades sin historia, como se ha sostenido, sincrnicas, es decir sin cambio. En ellas estos mecanismos de regeneracin son capaces de transformar los estmulos desestructurantes en factores de reforzamiento del equilibrio interno del grupo cultural.

Ese es el caso de muchas festividades, rituales (iniciacin, pasaje, purificacin) y mitos, que constantemente el grupo reformula de acuerdo a los acontecimientos que vive. Un ejemplo son las sucesivas versiones del mito del Inkarri, desde la Colonia hasta el presente.

LA RELACIN ENTRE LAS CULTURASLlamamos aculturacin a todo tipo de fenmenos de interaccin que resultan del contacto de dos culturas.

En general, los estudios sobre la aculturacin han descrito situaciones de dominacin colonial y comportan dos caractersticas complementarias, primero, la heterogeneidad de las culturas en cuestin y segundo, la dominacin de una cultura sobre la otra. La extrema complejidad de los procesos y de los resultados nos pone frente a un sinfn de situaciones y reacciones diferentes. Sin embargo, analizando y comparando estas diferentes situaciones es posible elaborar una distincin fundamental.

Podemos decir que los fenmenos de aculturacin se reparten entre los extremos de la integracin y la asimilacin de acuerdo a la terminologa de Nathan Wachtel.

En el primer caso, la cultura indgena integra los elementos forneos sin perder sus caracteres originales, ms bien organizando estos elementos segn los modelos y valores autctonos

Un ejemplo es la utilizacin de deslizadores, camionetas y aparatos de radio por grupos que mantienen una fuerte identidad como los Aguaruna. De esta forma, la cultura hace propios elementos externos y sus actores sociales se identifican con ellos, sin eliminar sus valores fundamentales.

El polo opuesto es presentado por la asimilacin. En este caso, la adopcin de los elementos forneos va acompaada de la eliminacin de los valores fundamentales de las tradiciones propias dejndose absorber el grupo por los modelos y valores de la sociedad dominante.

Al trmino de este proceso, la identidad tnica se disuelve en las variantes de la cultura dominante. La asimilacin significa una negacin total de los valores propios. La identidad adquirida no tiene races ni tradicin, sino que se queda como un reflejo, una borrosa imitacin del nuevo modelo adoptado.

Los diversos tipos de relaciones entre culturas se configuran segn el grado de autoestima que cada grupo tiene de s mismo.

La subestimacin colectiva de un grupo cultural conduce con frecuencia a actitudes de sometimiento y sumisin que acaban por hacerlo depender de otros grupos para intentar conseguir la satisfaccin de sus necesidades bsicas. Por otro lado, se borran los elementos propios, sin integrar verdaderamente lo nuevo. En este caso, la asimilacin autoeliminatoria es una especie de suicidio cultural, que es el peligro ms fuerte que origina la subestimacin de un pueblo.

El caso extremo de este fenmeno dentro de la Selva amaznica son aquellos nativos, descendientes de nacionalidades fuertes en el pasado, que actualmente habitan en los pueblos jvenes de las grandes ciudades de la Amazona e intentan ocultar su idioma, sus apellidos y todas sus manifestaciones culturales.

La aculturacin puede representar un trnsito de la asimilacin a la integracin. En efecto, asumir rasgos exteriores de la cultura dominante, reinterpretados desde experiencias tradicionales, indica el esfuerzo para recomponer la unidad en la concepcin del mundo, puesta en crisis por la violencia irrupcin de la cultura envolvente, con sus portadores y sus productos. Los nativos suelen apelar a su propia lgica para poder comprender el verdadero origen de estos elementos forneos.

Entre los Ashninka existe el mito de que las escopetas, los cartuchos, los motores, etc., son producidos por el Inca, atrapado por los blancos en Lima. Un da esto se revertir y el Inca regresar al ro Tambo, haciendo que los Ashninka sean dueos de los productos occidentales, en realidad destinados a ellos. En gran parte de la Selva existe la creencia de un barco fantasmal, cargado de estos bienes, cuya llegada los nativos an esperan.

Una situacin diferente que aparece en las relaciones entre las culturas es la sobre-estima de un grupo cultural, que lo encierra sobre s mismo. Esto impide la percepcin de los valores culturales de los grupos externos y la reinvencin creativa de la propia identidad cultural. En otras palabras, conduce a una vanidad cultural paralizante, que en trminos tcnicos se denomina etnocentrismo.

Cuando un grupo cultural cae en el etnocentrismo, asume actitudes de intolerancia que impiden el establecimiento de vasos comunicantes con el mundo exterior, intolerancia que se refleja en actitudes impositivas, de avasallamiento de lo que es diferente sustituyendo la posibilidad de dialogo por el conflicto cultural.

Tenemos el caso de muchos maestros que en lugar de procurar y entender la cultura de la poblacin con la que trabajan, se encuentran en una serie de conflictos al pretender imponer sus propios valores y conocimientos.

En cambio, el logro de una autoestima equilibrada a nivel grupal o individual, consiste en valorarse a uno mismo, acoger lo propio con aprecio y, al mismo tiempo, engendrar en uno mismo una actitud de apertura a lo externo que es la condicin de la comunicacin intercultural.

Dicha apertura permitir valorar tambin lo ajeno y esta valoracin permitir incorporarlo, integrndolo y no asimilndose a l, recrendolo y reinventando as la cultura propia. De esta manera se le abre la posibilidad a un grupo cultural de seguir viviendo, sin anquilosarse en el culto al pasado ni eliminarse a s mismo en la negacin de lo propio.

El logro de una autoestima equilibrada no es algo que se pueda dar por adquirido permanentemente. Slo existe en la medida que se renueva y se reinventa en actitudes y en la interaccin social. Presupone el manejo de una autoimagen que genere sentimiento de seguridad en uno mismo, en las propias convicciones, lo que no significa aferrarse permanentemente a ellas.

Aferrarse a las convicciones y valores propios traduce tal vez un comportamiento dogmtico como un mecanismo de defensa, fruto de una seguridad personal y colectiva puramente ilusoria, puesto que impide la comunicacin. Es lo que sucede con los movimientos fundamentalistas religiosos y polticos.

La seguridad interna, tanto a nivel de la psiquis individual como de la psiquis colectiva, presupone una reconciliacin con el pasado. En otras palabras, involucre una relacin que no es ni de negacin ni de nostalgia, sino de afirmacin del yo individual y colectivo del grupo colectivo.

Slo sobre esta base es posible establecer relaciones comunicativas horizontales en las que no se trata de intercambiar ideas o valores como quien intercambia productos. Es preciso, para lograr la comunicacin, no mirar lo externo como valor de cambio, sino como valioso por s mismo. La comunicacin no es una relacin de intercambio, sino un encuentro gratuito e incondicional.

El sentimiento de autovaloracin individual y colectiva es el que hace posible la aceptacin de lo propio y de lo diferente como valioso y permite desarrollar una dosis madura de tolerancia frente a la frustracin que conlleva todo proceso de socializacin. Se aprende a aceptar que las personas acten segn sus propias motivaciones y no segn nuestras expectativas; se acepta que las otras personas no sean como se desea, sino como realmente son.

LA ALTERNATIVA INTERCULTURALLa revalorizacin culturalLa revalorizacin cultural es un aspecto fundamental de la interculturalidad, pues solamente en la medida en que culturas tradicionales de nuestra Amazona refuercen su autoestima grupal, ser posible una relacin de horizontalidad democrtica y no de verticalidad dominante con la cultura de la sociedad envolvente.

Decamos que para muchos antroplogos, la revalorizacin de la cultura implica replegarse al pasado. Es difcil en nuestro pas no caer fcilmente en la tentacin de pensar que el futuro est en el pasado y que el pasado alberga la riqueza de nuestras culturas dominadas, alienadas, marginadas, como es el caso de las culturas amaznicas.

De all se piensa que revalorizar las culturas es rescatar sus rasgos ms especficos. Nosotros, en cambio, pensamos que si identificamos revalorizar con rescatar estamos cayendo en un grave error, pues desconocemos el carcter vital de la identidad de estos grupos. Rescatar es sinnimo de salvar algo ya hecho, congelado y definitivo que est en peligro de extincin.

Pero lo propio, la identidad, no es algo acabado ni puede llegar a serlo. La identidad est siempre hacindose. Un individuo o un grupo social no son una esencia inmutable que resiste a todos los cambios. Un individuo, un grupo social, es aquello que hace de s. En otras palabras, no es que tiene una historia, sino que es su propia historia.

Dicho de otro modo, la esencia de lo propio es el cambio, la reinvencin, el desarrollo, la integracin de elementos y aspectos nuevos, de formas distintas e incluso inditas.

En la revalorizacin, el nfasis no est en salvar o rescatar, sino en impulsar. No es en una actitud de repliegue al pasado, sino de impulso al despliegue de las potencialidades de un grupo cultural en el presente y en el futuro, como estaremos colaborando con la revalorizacin de su autoestima y de su autenticidad.

Lo autntico no es aquello que qued en el pasado, las tradiciones muertas. Lo autntico es lo que est vivo y en tanto tal, acta como agente dinamizador y motivador en la vida cotidiana. Lo autntico no es solamente lo especfico de un grupo cultural en relacin a los otros. Lo autntico es tambin todo lo integrado vivencialmente por un grupo humano. Lo autntico es lo propio, lo que vivifica la vida cotidiana.

En resumen, lo autntico, lo propio, la identidad cultural, no son algo que est hecho y que debemos rescatar o proteger.

Solo vive en la medida que se transforma y se transforma de mltiples maneras. Por ejemplo, recreando lo tradicional, integrando elementos exteriores, reestructurando formas de vida.

Revalorizar es impulsar el proceso dinmico presente en cada cultura. Por el contrario, intentar preservar o conservar una cultura tradicional considerando su transformacin constitutiva (asuncin, integracin, innovacin y cambio) como algo negativo que debe impedirse es como matarla e impedirle que viva.

Los casos ms dramticos se dan cuando algunos intelectuales pretenden que los nativos se vean privados de elementos occidentales, por considerar que son elementos forneos.

Revalorizar es impulsar, pero tambin acoger y reafirmar la memoria colectiva de las culturas. En sta se transmiten sus mitos, sus concepciones fundamentales, las huellas de la historia vivida e interpretada desde sus propias categoras. Pero no confundamos la revalorizacin de la memoria colectiva, que es un elemento vivo, integrador del grupo cultural, con un repliegue nostlgico al pasado.

Fundamentacin filosfica de la nocin de interculturalidadEn la actualidad existe dentro de la Filosofa una polmica aguda ente el proyecto integral de la Modernidad y la corriente conocida como Postmodernidad. Esta surge en Europa y en los Estados Unidos frente a los llamados fin de las ideologas, fin de las utopas y fin de la identificacin de modernizacin con progreso.

La postmodernidad surge frente al intento propiamente moderno de uniformizar el saber sobre la base de un mtodo unitario y una racionalidad que se autocorona como universal y nica.

La postmodernidad afirma el carcter plural de la racionalidad, el carcter heterogneo de las formas de vida y la toma de conciencia de que no existe un punto de referencia absoluto y permanente. Con estas ideas de la filosofa postmoderna hemos reforzado los sustentos tericos de nuestra propuesta.

La pluralidad de racionalidadesUna racionalidad es una manera de representar y codificar, segn un orden lgico, los elementos que simbolizan la vivencia de la realidad que tiene un grupo para hacerlo comprensible. Un orden lgico es la manera particular como al interior de un lenguaje se relacionan entre s las partes que componen los enunciados y proposiciones.

Sera absurdo pensar que existe una sola racionalidad o un nico orden lgico vlidos para toda la humanidad y espacios culturales existentes. Tampoco hay argumentos vlidos para que podamos afirmar que exista una racionalidad o un orden lgico que sea superior al resto. En realidad nos encontramos ante una diversidad de racionalidades que coexisten entre s.

Antes de autoeregir la racionalidad occidental como la razn universal, omniabarcadora y totalizante, lo que debemos buscar es establecer puentes, vasos comunicantes, entre las diversas racionalidades.

El establecimiento de estos vasos comunicantes presupone, por una parte, la toma de carcter contextual y limitado de nuestra racionalidad, pero tambin la toma de conciencia, por parte de los interlocutores de otras culturas, del carcter contextual y limitado de sus racionalidades.

Esta toma de conciencia mutua es lo que posibilita asumir una actitud de apertura y escucha desde la cual se torna posible el dilogo intercultural.

Cuando aprendemos a escuchar los contenidos expresados por otras culturas a travs de diversas formas, encontramos que en ellas hay toda una riqueza de posibilidades alternativas a aquellas respuestas que solemos manejar en nuestra vida cotidiana desde nuestra cultura.

En el Per, y en la Amazona en especial, coexisten alrededor de 65 grupos tnicos que pertenecen a doce familias lingsticas. Dichas nacionalidades o culturas poseen racionalidades diferentes, sobre la base de un fondo comn. Esta diversidad constituye un valor que hasta ahora no ha sido justamente apreciado.

Desde el siglo XVI en que dichas culturas entraron en contacto con la cultura occidental han sido con frecuencia tratadas como inferiores, sus habitantes vistos como menores de edad, su racionalidad incomprendida y juzgada desde un etnocentrismo cerrado.

La cultura occidental se ha presentado como poseedora de la razn universal y del pensamiento abstracto; con sus conceptos universales, ha sido presentada como la forma de racionalidad ms evolucionada de todas.

Si bien actualmente asistimos a un cambio de actitudes por parte de algunos sectores, a nivel nacional sigue primando el prejuicio de que se trata de culturas menos evolucionadas que la cultura occidental desde la cual son juzgadas.

b) La Heterogeneidad irreductible de las Formas de VidaRespecto a la heterogeneidad de las formas de vida, podemos decir que Amrica Latina, y por ende el Per, son la patria del pastiche y el bricolage, donde se dan cita irnicamente todas las pocas y todas las estticas (Garca Canclini: 1987).

Lo arcaico y lo nuevo, lo moderno y lo postmoderno, lo tradicional y lo vanguardista, lo precapitalista y lo industrial, la informtica y las tecnologas nativas, se mezclan en un hibrido de permanente ebullicin.

Como seala con acierto Jos Joaqun Brunner (1987), las sociedades latinoamericanas son sociedades perifricas en las que algunos participan de un mercado mundial de mensajes que penetran las propias identidades sociales.

Nuestro punto de partida es reconocer el carcter de esta heterogeneidad de formal de vida que coexisten entre si, como un valor y no como un defecto. Si alga nos identifica coma naci6n, no es la sntesis de lo diverso, sino la heterogeneidad de formas de vida y la pluralidad de racionalidades culturales.

c)No Existe un Punto de Referencia AbsolutoLa Modernidad se caracteriza por la postulacin de principios evidentes, y por ende axiomticos, sobre los cuales se funda el saber universal como saber verdadero y absoluto. Frente a esta idea, la Postmodernidad parte de una desconfianza en torno a la posibilidad de alcanzar para el conocimiento un punto de apoyo que sea evidente y axiomtico.

Antes bien se revela que la forma moderna de concebir el conocimiento humano, auto colocando la racionalidad occidental coma la razn universal, conduce al etnocentrismo y as a reforzar la intolerancia y finalmente el autoritarismo. Si algo caracteriza la Postmodernidad es su lucha contra el autoritarismo en todas sus posibles formas en las relaciones humanas (familiares, laborales, acadmicas, etc.) y el desenmascaramiento de toda forma de avasallamiento del hombre y por el hombre.

Las actitudes autoritarias se encuentran siempre avaladas o justificadas por la creencia de que el panto de vista particular tiene un valor absoluto e incuestionable; en otras palabras, en un dogmatismo racional o irracional. Dichas actitudes autoritarias engendran el hecho de que las relaciones interpersonales e intergrupales se transformen en relaciones de poder y que las relaciones de poder sean relaciones de avasallamiento.

Por el contrario, reconocer el carcter relativo de nuestros puntos de referencia nos conduce a adoptar una actitud de dilogo horizontal y de enriquecimiento recproco.

EL RETO DEL DILOGO INTERCULTURALNuestras mentes se encuentran configuradas hasta tal punto por el nmero y la escritura, que resulta un desafo escuchar espontneamente los relatos mticos como historias verdaderas y comprender su significado.

Mientras la racionalidad cientfica avanza tomando como base los resultados ya alcanzados, asumindolos como correctos y desarrollndolos sistemticamente (el progreso de la ciencia), podemos, sin negarlos, crear un espacio de disponibilidad dentro de nosotros para escuchar los mensajes que nos hablan desde las diversas expresiones de las culturas amerindias y sus formas de ver el mundo, de sentir la vida y de percibirnos a nosotros.

Se suele contraponer el pensamiento mtico al pensamiento cientfico, considerando al primero, tpico de las sociedades tradicionales, como inferior al segundo por ser irracional e ilgico.

En realidad, el pensamiento mtico no es un comienzo, un esbozo, un indicio de un pensamiento ms acabado, sino un sistema acabado y coherente, Independiente y paralelo aI sistema que constituye la ciencia, de la cual, segn Lvi-Strauss, el pensamiento mtico representa una suerte de expresin metafrica.

Por ejemplo, est cientficamente comprobado que una enfermedad como la gripe lleg a Amrica trada per los occidentales haciendo estragos en la poblacin autctona. Por otro lado, segn un relato ashninca, esta enfermedad empez cuando tres mujeres rubias y de ojos azules aparecieron durante una fiesta en una comunidad, cargando canastas vacas. Al da siguiente las mujeres hablan desaparecido y la gente empez a morirse de una enfermedad desconocida por ellos. La comunidad se qued despoblada, sobreviviendo solamente una anciana. Despus de un tiempo las mujeres gringas reaparecieron y la anciana vio que las canastas estaban llenas de los restos humanos de los que hablan fallecido. Como se puede apreciar, en ambos casos, la enfermedad es introducida por agentes occidentales. Este hecho cientficamente comprobado es explicado metafricamente en la narracin ashninca.

Del mismo modo que el pensamiento cientfico examina una realidad y presenta el resultado de su anlisis con una serie de conceptos abstractos, el pensamiento mtico emplea los smbolos y metforas con una profundidad que puede ser incomprensible para quien es ajeno a esa formulacin.

Tenemos as que mitos como el sealado sobre el Inca benfico capturado por los blancos (ver pg. 20) y el conocido mito del Inkarri representa toda una interpretacin sobre la penetracin occidental y sus consecuencias para la poblacin indgena con la que eventualmente pueden coincidir estudios realizados por diversas disciplinas.

Por lo tanto, en lugar de oponer mito y ciencia, sera mejor colocarlos paralelamente como dos modos de conocimiento, diferentes en cuanto a los resultados tericos y prcticos, pero no por la clase de operaciones mentales que ambos suponen, y subrayar que cada uno tiene su lgica aunque partan de principios diferentes. As, la lgica de pensamiento se encuentra basada en el principio de identidad, mientras que la lgica de las culturas tradicionales se basa en el principio de metamorfosis.

Por ejemplo, dentro del mundo amaznico se tienen muchos relatos en los cuales hay hombres que se transforman en animales y viceversa. Tales historias son absurdas dentro de una cosmovisin marcada por el principio de identidad, pero completamente lgicas dentro de una cultura marcada por el principio de la metamorfosis.

No se trata de sistemas excluyentes, pues una persona puede haber sido formada con una mentalidad mtica, y al mismo tiempo asumir el pensamiento cientfico en determinadas esferas de su vida, conservando el pensamiento mtico como marco referencial.

El psicoanlisis de Karl Jung nos ensea la importancia vital del mito que se puede considerar, en todo tiempo y en toda cultura, la vox del inconsciente colectivo.

Segn l, el mito es el sueo de un pueblo, como el sueo es nuestro mito individual. El mito expresa temores, aspiraciones, odios, en fin, Los sentimientos bsicos de la naturaleza humana. Cabe aadir que en las sociedades tradicionales el mito es un agente integrador, en el cual se reflejan sus sistemas sociales, sus concepciones del mundo, sus valores morales.

Negar todo esto, en nombre de un mal entendido racionalismo, sera desconocer el inconsciente colectivo y rechazar todo un sistema de percibir el mundo.

Para el hombre amaznico los elementos de la naturaleza, la tierra, los ros, Las aves, las plantas se encuentran cargados de significaciones. La sabidura de los pueblos indgenas es una sabidura potica: las metforas y metonimias, antes que figuras de un texto literario, son formas espontneas y naturales de expresin.

Los relatos mticos en tanto expresiones privilegiadas de esta sabidura potica se encuentran ms all de lo totalmente comprensible por nosotros, porque nuestra forma de pensar eminentemente conceptual, mientras que la forma de pensar dentro de las sociedades tradicionales es eminentemente simblica.

Desde la sabidura potica de los hombres de las culturas tradicionales, los mitos no son historias fantsticas o falsas. Son historias reales que suceden en un tiempo que no es ubicable en el transcurso histrico, sino en un tiempo primordial. Por ejemplo, los Aguaruna sitan sus mitos en el pasado del que no tenemos memoria. Su verdad no es del orden histrico, sino del orden mtico y su misterio es inaccesible al pensamiento racional conceptual basado en el principio de identidad.

IMPLICANCIAS CONCRETAS DE LA INTERCULTURALIDADDesde la Dimensin PolticaCreemos que la sobreestima que un sector de la poblacin tiene de s misma y su incapacidad para aceptar a quienes poseen una cultura diferente, se ha traducido histricamente en muchos casos de dominacin que se han manifestado especialmente en los regmenes coloniales, pero no solo en ellos.

En el Per, la ausencia de una tradicin democrtica es uno de los factores que refuerza, adems de manera determinante, la adopcin de actitudes autoritarias frente a las nacionalidades indgenas de la Amazona.

Sus dirigentes y autoridades tradicionales no son consultados cuando se trata de promulgar una ley o una poltica de desarrollo que los afecta. Esta ausencia de participacin real en la toma de decisiones polticas es reflejo de un autoritarismo que se justifica considerando solamente como validos los criterios del hombre occidental y urbano, que son colocados como un referente universal.

La aceptacin de las culturas amaznicas se demuestra, en primer lugar, respetando el derecho de sus miembros a participar en los rganos de gobierno y en la toma de decisiones.

En segundo lugar, una perspectiva intercultural de respeto y tolerancia de las diferentes racionalidades tambin ha de influir en nuestra forma de percibir la democracia, elemento fundamental dentro de la sociedad occidental. En muchas sociedades la democracia es vista como el gobierno de la mayora, estando las minoras tnicas obligadas a acatar dicha voluntad aun contra sus propios intereses.

A pesar de ello, nosotros pensamos que una opinin puede tener valor y ser importante aunque sea expresada por una minora, la cual por ello debe ser respetada en cuanto a establecer una forma de vida diferente a la de la mayora. El criterio para considerar una opinin validad deja de ser cuantitativo.

En la democracia, el gobierno de la mayora no tiene derecho ni legitimidad para violar los derechos fundamentales de las minoras; antes bien, tiene la obligacin de respetarlos. Respeto no por el nmero, sino por el hecho de que se trata de posiciones y opiniones de seres humanos.

Sin embargo, en el caso de las minoras tnicas o pueblos indgenas, sus derechos no son respetados o se quedan en declaraciones de principios que no se aplican.

Pretender forzar un consenso absoluto para una poblacin bsicamente heterognea y en conflicto es imposible. La alternativa es ms bien aceptar que seguiremos viviendo en el pluralismo y la heterogeneidad, buscando consensos parciales que nos permitan organizar el conflicto en base a un cuidadoso equilibrio.

De esta forma, finalmente, se est afirmando la autonoma de cada individuo y de cada grupo y sus posibilidades para trazarse un destino.

En tercer lugar, cabe sealar que existen valores polticos presentes en las culturas indgenas de las cuales tenemos mucho que aprender. As, por ejemplo, nosotros hemos asumido un sistema de representacin delegada, en la que los ciudadanos dejan de ejercer el poder sobre las decisiones polticas, dejando que sean otros los que lleguen a tomar decisiones sobre sus vidas.

El Estado se desvincula de la sociedad, no llegando siquiera a defender los intereses de un grupo especifico, sino que se convierte en un ente burocrtico, que vive y genera normas en funcin de si mismo y no de la realidad. En estos casos, los grupos tnicos se encuentran doblemente marginados.

En las sociedades tradicionales, en cambio, es la comunidad la que se auto determina a travs de su organizacin poltica. Las decisiones son tomadas por todos los miembros del grupo, quienes a su vez estn permanentemente evaluando a sus autoridades, de acuerdo no solo a lo que prescriben los estatutos o normas, sino a su funcin en cuanto a la integracin del grupo y la defensa de sus intereses. Podemos llamar a esto democracia directa Esto no quiere decir que desconozcamos el hecho de que en la toma de decisiones, generalmente estn excluidas las mujeres y los forneos (y en el pasado los esclavos). Sin embargo, la experiencia de democracia directa se mantiene en relacin a los sujetos involucrados (varones adultos).. Evidentemente, el modelo de democracia directa es impracticable a nivel global en sociedades complejas. Sin embargo, puede inspirar formas de participacin concretas a nivel de los gobiernos locales.

Por otro lado, las relaciones entre los individuos se basan en principios de solidaridad. Ser egosta o mezquino es una de las faltas ms graves que existen. El trabajo no es practicado entre los nativos como una mercanca, sino como servicio recproco y muchos bienes no tienen un verdadero valor de cambio.

No solo en las sociedades ms tradicionales encontramos manifestaciones de democracia directa, sino que aparecen muchas veces en los sectores populares para garantizar la satisfaccin de sus necesidades fundamentales.

Encontramos que muchas veces el sistema de elegir representantes para que asuman la toma de decisiones polticas es una renuncia a la propia libertad de la persona, en el sentido de que no decide sobre su vida. Por ello es interesante considerar el proceso de creacin de nuevas formas de participacin en la toma de decisiones.

Desde El DerechoEl Derecho es uno de los aspectos que mayor dificultad ofrece para ser trabajado desde una perspectiva intercultural. No solamente existen las ya mencionadas reticencias a la apertura y a la comunicacin, sino que en los ltimos siglos la sociedad occidental ha conformado el llamado Derecho Moderno, cuyos principios (seguridad jurdica, autonoma, jerarqua de las normas) y formas (leyes escritas, procedimientos judiciales) buscan homogeneizar la diversidad cultural.

Estos elementos son propios de un sistema jurdico especifico, no de todos. Muchas personas que forman parte de la sociedad occidental creen sin embargo que cuando no aparecen estos elementos en una sociedad se trata de hombres que viven sin ley, en estado de barbarie. Es decir confunden una forma de derecho con El Derecho.

En realidad, dentro de cada sociedad se genera un sistema de valores, que la mayora de integrantes considera positivo y procura que sean respetados. Los mecanismos para conseguir esto son muy variados y van desde la sancin pblica al infractor, hasta formas ms difusas como su aislamiento en reuniones sociales. As, las diversas culturas conciben sistemas de valores muy diferentes, de acuerdo a las necesidades y expectativas del grupo.

Es muy posible, sin embargo, que en una sociedad un sector que posee determinado predominio (por raza, edad o posicin econmica), llegue a generar una serie de normas que le permitan afianzar este predominio. Es posible tambin que la mayora de la poblacin consiga que las normas que rigen su vida cotidiana reflejen realmente su sistema de valores.

En la Amazona, la sociedad envolvente se ha servido tradicionalmente del derecho occidental como mecanismo para asegurar su dominacin. Esto se ha producido tanto mediante la promulgacin de normas por las que la poblacin indgena era despojada de sus derechos territoriales y recursos naturales, tanto como en el empleo de elementos incomprensibles para la poblacin (idioma castellano, textos escritos, conceptos abstractos) y especialmente, considerando a las sociedades tradicionales como incapaces de elaborar normas jurdicas a partir de sus propios valores.

Sucede que mientras el procedimiento jurdico occidental se basa en el conflicto y procura designar un vencedor, muchos procedimientos jurdicos tradicionales se basan en el acuerdo y, por el contrario, procuran eliminar el conflicto entre las partes mediante mutuas concesiones.

Proponer que el principio del consenso sea considerado por la administracin de justicia en lugar del principio de conflicto no es descabellado, por cuanto dicho principio es empleado, paradjicamente, tambin en las negociaciones y contratos entre grandes empresas. De esta forma, tambin sera interesante revisar los criterios de justicia penal o la predominancia de la forma en los procedimientos judiciales.

De esta manera, el principal reto para el legislador, desde una perspectiva intercultural, es aceptar la existencia de formas y concepciones jurdicas diferentes a las occidentales en los aplican determinados principios. Por ejemplo, se puede sealar distintos grupos humanos.

Mientras tanto, la convivencia en un mismo territorio nacional de poblaciones con distintas concepciones jurdicas, plantea al legislador tres alternativas.

La primera tiene como meta asegurar la unidad nacional y considera que las diferencias culturales son un obstculo, por lo instalar el proceso paulatino de asimilacin de la poblacin al sistema jurdico occidental y a sus valores predominantes.

Quienes incurran en algn hecho punible es de estos valores sern considerados como inimputables, es decir no sern sancionados porque no tenan nocin de que estaban cometiendo algo prohibido.

Una segunda opcin, postula que cada grupo cultural mantenga su propio sistema jurdico, pudiendo las sociedades tradicionales autorregularse. Solamente aquellas relaciones entre sujetos pertenecientes a sistemas jurdicos diferentes seran reguladas de acuerdo a principios similares a los que rigen el Derecho Internacional Privado.

Esta rama del derecho parte del principio de que cada nacin tiene la potestad de regular de forma diferente asuntos civiles tales como la mayora de edad, los requisitos para el matrimonio, las causales de divorcio, el tratamiento de la herencia y las pautas para los contratos. No existen normas superiores ni inferiores, simplemente cada pas ha escogido las que le pertenecen ms convenientes.

En el caso de que haya relaciones que surgen entre individuos de diferente nacionalidad o en territorios distintos, se aplican determinados principios. Por ejemplo, se puede sealar que se aplicar el Derecho del pas donde las partes nacieron, o donde residen actualmente. El principio fundamental es considerar a cada sistema jurdico como un todo autnomo y vlido.Esta alternativa es criticada por permitir una discriminacin, excluyendo a los indgenas de los derechos estipulados para la poblacin occidental. Por ejemplo, algunas polticas segregacionistas en Sudfrica, pretenda basarse en respetar la forma de vida tradicional de la poblacin negra. Se justificaba la discriminacin afirmando que residir en ciudades con los blancos violentaba su forma de vida tradicional. El mismo argumento se ha empleado para sostener que los campesinos no deban ser alfabetizados, o para pretender que las mayoras no votaran.

Sin embargo, la objecin de mayor peso es la existencia en los ordenamientos tradicionales de manifestaciones contrarias a lo que el Derecho Oficial considera principios universales (Derechos Humanos), como la venganza como bsqueda de equilibrio y el infanticidio. Esta opcin implicara, llevada al extremo, que cualquier prctica de violacin a estos derechos debera ser tolerada si est de acuerdo a los valores de quienes la ejecutan.

Por consiguiente, una tercera posibilidad es plantear una revisin de los sistemas de valores de las distintas culturas que conviven en un territorio, de acuerdo a los principios de que se permita el bienestar del individuo y que ste no atente contra el bienestar de los dems. Estos creemos que son, finalmente, los principios que deberan sustentar un ordenamiento jurdico.

Evidentemente, aqu nos encontramos ante opciones personales sobre que entendemos por bienestar. Nosotros entendemos que se trata de la salud fsica y mental que permita lograr una autoestima equilibrada. De esta forma, el fin ltimo de todo sistema jurdico sera garantizar la formacin de individuos que se aprecian a s mismos, sin minusvalorarse ni sobrevalorarse.

Desde la EducacinLa dimensin de la interculturalidad es particularmente necesaria en el cameo de la educacin, para evitar choques traumticos sobre la cosmovisin y los valores autctonos y aquellos impuestos por la cultura dominante.

La escuela que trae valores urbanos, expresados en una lengua extraa, representa un quebrantamiento del mundo del nio, que no conoce ni semforos, ni carreteras, ni a nat. ni entierde !Ds modales en la mesa que el Ebro presenta, Es peor cuando el profesor llega de fuera y clesconoce la lerhgua y cultura nativa. Para el sus alurnnos son solo pequehos salvajes de escaso nivel intelectual.

Por otro lado, en cuanto al nirlo, si bien no son muchos los conocimientos que aprende to que si incorpora es el convencimiento de set inferior por set- un nativo,

En la bsqueda de soluciones frente a esta realidad se ha desarrolladu una pretensi6n utOpica, tomprenslble desde el punto de vista aritropolagico. pero que significi el aislarniento de los nativos en ura especie de reservas protegiclas. Eska pre tension postula que, ya clue no se pueden cerrar las escuela s, solo se ensenen la cosmovision y los valores de las rim. pectivas culturas nativas.

De esta forma, per eiernplo, se llega a pretender que to nifios ignoren las divisiones entre los animates que postula la biologia y las ciencias naturales y conozca n solo aquellas presentes en la rnentalidad tradirional,

Sin embargo, no podemos impedirque el Mande exterior que ingresa y se rnanifiesta dentro de la villa cotidiana de la poblaciOn, penetre tambign en las escuetas, Negar a los native's este derecho de amp liar su conocirniento del munc, exterior es negarles el derecho de paler sobrevivir y enfrentar ese mundo.

Ahora Bien, atittna mos que una educaclOn bilingue interCultura es la rnejor a lterna tiva. En termlnos conceptuaies se podrta definirla como el proceso educativo planificado para darse en dos knguas y dos cul turas. Podriarnos corn pararla a un puente que perrnite el proceso de comunicacion entre el educador y los educandos, cuando stns habtan una tengua que no es la oricial del pais.

La Ciencia de la Comunicacion nos dice que el proceso de comunicaciOn se da cuando el mensaje transmitido por el enzisor es ca ptado por el reeeplor. Pa mque esto pueda darse es necesa no queemisor y receptor manejen el mismockligo, es decir, hablen la misma lengua. Evidenternente, si el profesor aplica en una escuela con a lumnado monol ingue vernAculo habbnte la educadon official que se da en castellano, el proceso de comunicacion no puede establecerse.

Ser hablante de una lengua cualquiera significa poseer la habilidad de recibir y producir mensajes. Ungiiisticamente existen cuatro habilidades b6sicas: dos orates y dos escritas Se d ice adenuis que son recept i vas y productivas, respectiva mente:

receptiv asproductiv asoralente ni :perhablarescritaleeresc r1bir

Con dos de estas habilidades el nino Vega a la escuela: entiende y habla. En is escuela el nifio aprenderA las actividades de leer y escribir. El proceso no presenta mayor problerna cuando la lengua del hogar coincide con la lengua oficial del pais. En el also del Peril, el nifiocastellano hablante, dominando ya a su ingreso a la escuela Las habllidades de entender y hablar, podra sin mayor esfuerzo aprender a leer y escribir en esta lengua. Mu y diierente es el caso de un nino verreiculo-habla nte, que llega tambien a la escuela dominando Las dos actividades bAsicas de entender y hablar, pero en su lengua materna. iritereadituraiiial. LIP? Desafir)

En este caso, ensefiarle a leer y escribir en castellano, sin proporcionarle antes los conocimientos de las dos habilidades orates en este idiorna, serA corno edificar una casa sin cimientos.

Por este motivo, la eclucacion bilingue postula que en el primer grade, se ensene a leer y escribir al nino en su lengua materna, proporciord ndole pa ra lela mente los conocimientos de la segunda lengua en forma oral, es clecir, las habi [Wades basicas de entender y hablar. Cuando el nino domine la lecto-escritura en lengua materna y tenga s-uficiente ma neje oral de la segunda lengua, se podrA proceder a la transferencia a la segunda lengua de las habilidades de la lecto-escritura.

En educaci6n bilingii e se habla de un modelo de tra risicion y de un modelo de mantenimiento. En el modelo llamado de translcion, la eclucacion es bilingile en la etapa inicial de la escolaridad, pars luego seguir usando solo Ia segunda lengua. Asi, se dare Ia educacion bilinge pasta que el ni6o tenga un manejo suficiente de la segunda lengua, quesegulr5 coma nica lengua de enseanza.

En el modelo de mantenimiento, la primera y la segunda lengua son utilizadas corno instrurnentos de educacien a to largo de toda la etapa escolar. Esto implica el use de dos lenguas y dos culturas durante todo el ciclo de prirnaria.

El modelo de mantenimiento nos lleva a un bilingilismo aditivo, en manta se propane que los educandos anadan la segunda leng-ua a la primera. El modelo de transicion nos puede facilenente Ilevar a un bilingnismo sustractivo, en el cual la lengua materna se deja paulatinamente de lado y con ella naturalmente la propia cultura. Por la situacift de ma rgi nacion en la cual las lenguas vernacu Las se encueniran, es Wit caer en un bilingilismo sustractivo.

A pesar de la sencillez de sus postulados, la educacion billn gae intercultural represents un gran reto, De hecho urn pLanificacion curricular adecuada teniendo en amnia Ia en.sellbanz.a en as dos Lenguas, sea en forma oral o escrita Es necesario tambin la elaboracin de material educative en las dos lenguas, no solo para la !Mira de lenguaje sine para las diferentes asignaturas. El esfuetzo mayor se (la cuando la lengua materna es una lengua Agrala, lo que irnplica tin largo trabajo lingaistico y antropolOgico. Pero et reto mayor se da por Ia situacion de dinprestIgio y ma.rginacI6n. en La cual se encuenIran estas ]eng.uas, lo que en muchos cases Ileva al rechazo de este models de education per parte de los misrnos usuarios.

Actualmente, solo el 8.4% de Ia poblacin rnonolingue verni.culo-ha blante del pais. res a tendicLa por la cclucacik. sue-Intercultural. Esto nos dice cucinta labor lodavia esLi por

En el Peru nos encontramos con dos tlpos de idiornas cornpletamente diferentegL en primer Lugar el castellano perk.- neclente a Las lenguas conocidas corno "Standard Apenigt aropean Languages", (Lenguas Europeas de Norma Standar) con Una larga troldici6n de reptesentwidn escrtta y, en segundo lugar, las lerigua5 amerirtidias y Agrafas.

Evidentemente los esquemas de pensamiento que subyacen a estos dos sisternas lingralsticos son totalmente diferentes desde la misma concepc I6n del tiempo, sin qu e per este, se puedaninguno considerar superior. Si cualquier traducci6n, inclusive entre d os I enguas europeas, difidimente puede expresar con abwhita fidelidad el pensarnienlo original, et problerna se hace mocha mac complejo en el pas:ije deuna lengua amerindia al CO Mei la no y vice versa

Adern5s, mtentras el castellano fija su tradiciOn literaria, sus products intelectuales y cientificos y su historia misma en obras escritas, la s ienguasa men nclias reCOgert su memoria colectiva en el relate oral.

Fijar esta rice tradiciern oral en una forma escrita, Ino dIstorsiona y violenta la rnanera de ser de sentir y de manifes tam de las culturas nativas?

Concordamos con Lu ri Lotman en que la traditional afirmacion de diviclir historia y prehistoria a partirde la escritura es un error Es melor, nos. dice el autor, dtslinguir entre culturas miticas y culturas escrlturales. Mite y escritura no representan distintos grads); de ci vilizacion sine que responden a dos maneras distintas de Fijar la historia. En las culturas escriturales la sabiduria esta dada en los librros y labia iNsin(fninio de letrado. En Las culturas miticas, al noexistirescritura,la riqueza noel guardada en los libros sine en la memaria. Asi, el sablo no serf el Ietracio sine ei ancia no.

Actualmente,corno las culturas attic no viven cerradas s mismas sine clue son asaliadas por medics fonineos, no podemos ya confiar en La memoria ni en la conservation del mitt), Ademis silo que qoeremos es una intercultuntidad, es necesarin no s6lo que la escritura sea vista conic urt elements extraho que ellas pueden utilizar para una segurtda lengua extrafta (el caskella no) sin que la integren a su cullura, es decir que scan =paces de leer y escribir en so iengoa. Es necesario entoncesque la enserianza deb led 0-escrItura en Iengua materna sea vista conio un medic que pert/111e [VW el lenguaje hablador que es variable,

is necesidad de la escritura se encuentra en directa relation con Las exlgencias de una sociedad cada vez mil comply.

Aunque La escritura de per si no pertenezca a las expresiones tradicionales de una cultura nativa, el dominio de ella, la posibilldad de Nat y mantener las ma nifestaciones y las expresiones de dicta cultura y darlas a conocer a los dernis representan una opal& que Ilene que se: puesta at a/cance de los diferentes grupos itnicos, aportando a su desarrollo y autoformacion.

Esta posibilidad puede significar para ello un enriquecimiento y seri decislan suya integrarla o no a su cultura.

Finalmente sobre este pun to quie es tienen b palabra y la decision son los rnismos nativos, pues les corresponde a ellos escoger su futuro. La mas importante es una educacian que respete la lengua y cultura, to que es un derecho fundamental.

A MANERA DE EPLOGOComo hemos mostrado en estas pginas, la interculturalidad, antes que un concepto es un desafo vital, una actitud de apertura que nos libera de la tirana de los prejuicios y de las aparentes certezas absolutas, que nos conducen al estancamiento y a la intolerancia. No ha sido nuestra intencin dar respuesta a los problemas que plantea la interculturalidad. Antes que acallar preguntas, nos interesa suscitarlas

Abrirse al otro es una aventura que nos coloca frente al misterio y la incertidumbre. El reto es aprender a convivir con ellas sin impacientarse por aferrarse a conceptos dogmticos.

La interculturalidad es una apuesta por el respeto a la pluralidad de racionalidades y a la heterogeneidad de formas de vida. Es un reto intentar establecer vnculos horizontales entre personas de cultural diferentes, La voluntad de comprender al otro sin ponerle condiciones posibilita que la empata y la comunicacin fluyan superando los obstculos que se originan en el temor a la apertura y a la inseguridad.

Finalmente, debernos reconocer que no somos producto de una sola cultura sino que en nuestra vida cotidiana, incorporamos aspectos culturales de distintas fuentes. Por consiguiente, la Interculturalidad y el desafo que nos plantea, no se refieren solamente a nuestras relaciones con los otros, sino que supone tambin una mayor comprensin y aceptacin de nosotros mismos.