Industria de transformación pesquera en la isla de La Gomera · 2020. 10. 18. · hacer una...
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Marta González Herrera
Curso 2017/2018
José Juan Castro Hernández
Trabajo Fin de Título para la
obtención del título Máster en
Gestión Sostenible de Recursos
Pesqueros.
INDUSTRIA DE
TRANSFORMACIÓN
PESQUERA EN LA
ISLA DE LA GOMERA
(ISLAS CANARIAS) EN
EL SIGLO XX
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RESUMEN ................................................................................................................................... 6
1. INTRODUCCIÓN ............................................................................................................... 8
2. MATERIAL Y MÉTODOS .............................................................................................. 11
2.2. Área de estudio .......................................................................................................... 11
2.2. Datos históricos .......................................................................................................... 13
2.3. Series de datos............................................................................................................ 13
2.4. Estimación del esfuerzo y CPUE .............................................................................. 17
3 RESULTADOS Y DISCUSIÓN ....................................................................................... 17
3.1 La pesca del atún en La Gomera y la industria conservera .................................. 17
3.2 Situación previa a la industria conservera .............................................................. 20
3.3 La Gomera y la industria pesquera derivada: establecimientos conserveros ...... 20
3.4 El pescador gomero: condiciones sociales, laborales y económicas ...................... 25
3.5 Lloret y Llinares S.L y la fábrica de La Rajita ....................................................... 27
3.5.1 Historia ............................................................................................................... 27
3.5.2 Evolución: en 1910 salazón, luego conservas .................................................. 29
3.6 Evolución de las capturas ......................................................................................... 35
3.6.1 Capturas totales en fábrica ............................................................................... 35
3.6.2 Captura por unidad de esfuerzo ...................................................................... 40
4 CONCLUSIONES ............................................................................................................. 41
BIBLIOGRAFÍA ....................................................................................................................... 45
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SUMMARY ............................................................................................................................... 50
1. INTRODUCTION ............................................................................................................. 51
2. MATERIAL AND METHODS ........................................................................................ 54
2.1. Study area .................................................................................................................. 54
2.2. Historical data ........................................................................................................... 55
2.3. Data series .................................................................................................................. 56
2.3. Effort estimation and CPUE .................................................................................... 60
3. RESULTS AND DISCUSSION ........................................................................................ 60
3.1. The tuna fishing in the island of La Gomera and the canning industry............... 60
3.2. Canning industry previous situation ....................................................................... 63
3.3. La Gomera and the derived fishing industry: canning establishments ................ 63
3.4. The fishermen from La Gomera: social, labor and economic conditions ............ 68
3.5. Lloret y Llinares S.L and La Rajita Factory .......................................................... 70
3.5.1. History ................................................................................................................ 70
3.5.2. Evolution: in 1910 salting, then preserves ....................................................... 72
3.6. Evolution of catches .................................................................................................. 78
3.6.1. Total catches in factory ..................................................................................... 78
3.6.2. Capture per unit of effort ................................................................................. 83
4. CONCLUSIONS ............................................................................................................... 84
5 BIBLIOGRAPHY ............................................................................................................. 87
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LA INDUSTRIA DE TRANSFORMACIÓN PESQUERA EN LA ISLA DE LA
GOMERA (ISLAS CANARIAS) EN EL SIGLO XX.
1 RESUMEN
La industria atunera da soporte a una de las principales pesquerías a nivel mundial
y que en Canarias se desarrolla de manera artesanal en sus aguas circundantes y próximas.
En las islas esta industria no surgió hasta mediados del siglo XIX, con la aparición de las
fábricas de salazón y, posteriormente a principios del siglo XX, con las factorías de
conservas. Estas industrias transformadoras constituyeron el inicio de la pesquería
artesanal de túnidos en el Archipiélago Canario.
Esta memoria de final de máster se centra en una de las fábricas que tuvo su
actividad en la isla de La Gomera, concretamente al sur del municipio de Vallehermoso.
Aquí se describen las condiciones en las que la pesca de túnidos se llevaba a cabo
(embarcaciones, aparejos, épocas de zafra), así como las condiciones sociales en las que
los pescadores desarrollaban la actividad.
Se hace una descripción de la serie histórica de las capturas totales procesadas por
una de estas factorías durante 58 años, a la vez que se estima las variaciones en el poder
de pesca de la flota y la correspondiente captura por unidad de esfuerzo (CPUE).
Por último se exponen las conclusiones de este trabajo de tipo histórico-
descriptivo, cuya importancia recae en el conocimiento del origen y motivo de la
aparición de la pesquería de túnidos en las islas en dicho contexto industrial.
PALABRAS CLAVE: Pesquería de túnidos, Islas Canarias, datos históricos, CPUE.
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SUMMARY
The tuna processing industry gives support to one of the principal fisheries
worldwide, and in the Canary Islands is developed in an artisan way in its neighbouring
waters. In the Canaries, this processing industry started in the middle of XIX century,
with the building of tuna salting factories and, in the early XX century, the tuna canning
industries afterward. These transforming activities constituted the beginning of the small-
scale tuna fisheries in the Archipelago.
This master’s memory is focused one of the factories that operated in La Gomera
Island, at the south of Vallehermoso municipality. It is described the way this tuna fishing
took place (boats, fishing gears, fishing seasons) during these years, and the fishermen
social conditions.
It is described the series of tuna fish processing by the factory during 58 years,
and the variations in the fishing power of the tuna fleet and captures per unit of effort
(CPUE) are estimated.
At last, historical-descriptive conclusions are presented, the importance of which
lie in the knowledge of how and why the tuna fisheries was developed the Canary Islands
in that industrial context.
KEYWORDS: Tuna fisheries, Canary Islands, Historical data, CPUE.
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1. INTRODUCCIÓN
La pesca artesanal en aguas del Archipiélago Canario se puede estructurar en tres
grandes grupos o pesquerías, con ritmos, sistemas de pesca y especies objetivo bien
definidas y diferenciadas. Por una parte, la pesca litoral realizada con embarcaciones
pequeñas o desde la misma orilla, y que se orienta principalmente a la captura de peces
bentónicos y bentopelágicos (García-Cabrera, 1970; Bas et al., 1995). Por otra parte,
pequeños grupos de traineras (traiñas) de mediano tamaño se concentran en distintos
puertos en las zonas de sotavento de las islas, dedicadas a la captura de especies pelágico-
costeras, sobre todo caballa y sardina (Bas et al., 1995). Y, finalmente, una pesquería
estacional ligada a las arribadas de túnidos, ya sea a finales de la primavera y verano o a
finales del otoño, dependiendo de ecología de dichas especies y a las condiciones
climáticas (Ramos, 1992; Gancedo-López, 2005). En el desarrollo de las dos primeras
pesquerías, durante lo que se denomina “zafra”, gran parte de los barcos de pesca
abandonan parcialmente sus artes y aparejos tradicionales (nasas, cordeles, trasmallo o
traiñas) para dedicarse plenamente a la pesca de atunes (Ramos, 1992), a través del
método del cebo vivo.
La actividad pesquera en aguas de las islas presenta dos aspectos fundamentales:
el primero referido a las aguas costeras y, el segundo, a la zona que puede considerarse
como área de influencia. La estructura de geomorfológica de las Islas Canarias, de
carácter volcánico, con prácticamente nulas plataformas insulares, delimita la actividad
pesquera, no sólo en lo referente a los sistemas de pesca utilizables, sino también a la
abundancia de las especies que se encuentran en la zona cercana a la costa (Bas et al.,
1995). El segundo aspecto se refiere a la pesquería de carácter artesanal y cuasi-industrial
que tiene lugar en áreas alejadas del Archipiélago, como la pesquería en los caladeros
saharianos de gran importancia para el desarrollo de la actividad pesquera industrial en
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Canarias desde una perspectiva histórica (Bas et al., 1995; Balguerías et al., 2000),
actualmente poco relevante en el contexto económico insular, o la de túnidos más allá de
los límites geográficos del Archipiélago (Gancedo-López, 2005).
Por otro lado, la gestión de las poblaciones de peces explotadas en aguas de las
islas presenta diversos problemas, sobre todo cuando se trata de evaluar el estado de los
recursos más importantes. El principal de ellos está relacionado con la escasez de datos
disponibles, en particular en lo que hace referencia a las series históricas de capturas y el
esfuerzo de pesca, lo que dificulta realizar una evaluación fiable del estado actual de los
stocks. No obstante, en esta generalidad, habría que hacer una excepción con la pesquerías
de túnidos, aunque tampoco ha estado exenta de problemas por la inexactitud de los datos,
que en el caso del atún rojo ha sido determinante en la escasa asignación de cuotas de
captura a la flota canaria (La Vanguardia, 2017; MAPAMA, 2018). Esta excepcionalidad
respecto a la "buena calidad" de las series históricas de túnidos se debe principalmente a
que los altos volúmenes de capturas obtenidos durante su arribada reportan un
significativo beneficio económico para los pescadores, siendo considerados un recurso de
interés a escala nacional, pero sobre todo a las ayudas al transporte y comercialización
que destinan las administraciones públicas a estas capturas y que obligan a su mayor
fiscalización (ver BOE, 1993). Sin embargo, la evaluación de estos stocks es muy
compleja e imposible de realizar exclusivamente con las estadísticas insulares, ya que
conforman un recurso explotado por diversas flotas y países, y de cuya evaluación y
gestión se encarga ICCAT (Comisión Internacional para la Conservación del Atún
Atlántico). De estas especies, el bonito-listado (Katsuwonus pelamis) y el patudo
(Thunnus obesus) son las más importantes, en volumen de captura, en las islas (Ramos,
1992).
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Por otra parte, la situación geográfica del Archipiélago canario (28⁰N-16⁰W), y su
proximidad a la costa sahariana junto con las condiciones oceanográficas de sus aguas,
en medio de las rutas migratorias de muchas de las especies de túnidos, hace que se
puedan encontrar en las proximidades de las islas especies de túnidos templados, como
son el atún blanco ó barrilote (Thunnus alalunga, Bonnaterre 1788) y el atún rojo
(Thunnus thynnus, Linnaeus 1758), y también los llamados tropicales, como el rabil
(Thunnus albacares, Bonnaterre 1788), el patudo (Thunnus obesus, Lowe 1839) y el
listado (Katsuwonus pelamis, Linnaeus 1758) (Delgado de Molina et al., 2005; Gancedo-
López, 2005). Y ha sido esta situación geográfica la que ha permitido que en las islas se
haya desarrollado, desde muy antiguo, una actividad pesquera dedicada a la captura de
túnidos bien arraigada, inicialmente de subsistencia y, desde mediados del siglo XIX con
un carácter netamente comercial y de exportación a mercado externos (Carballo-
Wangüemert, 1862; Pascual, 2004). Así, una de las principales actividades asociadas a la
pesca del atún en las Islas fueron las industrias conserveras (Di Natale, 2014; Barrera-
Luján, 2016). Éstas se instalaron principalmente al sur de las islas de Tenerife, Gran
Canaria y La Gomera, y a barlovento de Lanzarote y Fuerteventura.
De este modo a industria pesquera en torno a la pesca de atunes ha jugado un papel
muy importante en el desarrollo de la actual configuración de la pesca artesanal en las
Islas Canarias (García-Cabrera, 1970; Ramos, 1992; Bas et al., 1995), pero, en opinión
de algunos autores (Castro et al., 2016), la errónea sobrestimación de las posibilidades de
pesca asociadas a estas especies, en las décadas de 1970 y 1980, ha sido parte de las
razones sobre las que se fundamentó la política pesquera desarrollista llevada a cabo en
el Archipiélago, a partir de 1984, y que ha motivado el sobredimensionamiento de las
infraestructuras actuales asociadas a muchos puertos pesqueros de las islas (Barrera-
Luján 2016). En este contexto, el objetivo de este trabajo ha sido buscar toda la
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información y documentación administrativa relacionada con la pesca de túnidos para
hacer una descripción de la evolución histórica de esta pesquería en la isla de La Gomera,
y reconstruir así las series de captura y determinar los factores sociales y ambientales que
han definido su desarrollo e impacto en la economía insular.
2. MATERIAL Y MÉTODOS
La elaboración de este trabajo se fundamenta esencialmente en diversos
manuscritos procedentes de distintas fuentes documentales y bibliográficas, así como
datos de captura extraídos del “Diario de Conservas” de una de las fábricas conserveras
que tuvo actividad en la isla de La Gomera durante gran parte del siglo XX.
2.2. Área de estudio
El Archipiélago Canario está conformado por islas oceánicas de naturaleza
volcánica independientes del Continente Africano próximo y separadas del mismo por
profundidades cercanas a los 2000 m (Carracedo, 1984). Además, los edificios insulares
se encuentran separado entre sí por profundidades que oscilan entre los 2000 y 3000 m,
con la excepción de las islas más orientales (Fuerteventura, Lanzarote y los islotes al norte
de esta última) que presentan una plataforma continua cuyo talud desciende bruscamente
a partir de la isobata de 40 m (Fig. 1).
La isla de La Gomera se localiza en posición subcentral en el conjunto del
Archipiélago, siendo la sexta en tamaño y la quinta más próxima al Continente Africano.
Junto con Tenerife, La Palma y El Hierro configuran la provincia de Santa Cruz de
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Tenerife y lo que se conoce como las islas Canarias Occidentales. Se encuentra separada
de Tenerife unos 39 km. Al igual que el resto del Archipiélago, carece de Zona Económica
Exclusiva. Está construida sobre un edificio geológico claramente independiente del resto
de las islas del Archipiélago, con profundidades que alcanzan los 1000 m en el canal que
la separa de la isla de Tenerife y superiores a 2700 m en su separación con las islas de El
Hierro y La Palma (Fig. 1).
De forma más concreta, el área de estudio se centra en el establecimiento costero
de La Rajita, ubicado al suroeste de la isla, en la desembocadura del barranco de mismo
nombre (término municipal de Vallehermoso), y de la flota que pescaba mayoritariamente
en aguas de esta isla y en las que conforman el canal existente entre La Gomera y Tenerife.
Figura 1. Mapa batimétrico de las Islas Canarias (Atlántico Centro-Oriental).
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2.2. Datos históricos
Se ha realizado una búsqueda intensiva de documentos en diferentes instituciones
locales e insulares en las islas de La Gomera, Tenerife y Gran Canaria, como por ejemplo
los diferentes cabildos insulares, bibliotecas y archivos provinciales. Resultado de esta
búsqueda se han analizado datos históricos procedentes de los archivos del Iltre.
Ayuntamiento de Vallehermoso (La Gomera), Hemeroteca de la Biblioteca Pública de
Santa Cruz de Tenerife, Centro de Documentación de Canarias y América (CEDOCAM),
Hemeroteca de la Biblioteca Nacional de España y del repositorio digital “Jable”-Archivo
de Prensa Digital de Canarias-(ULPGC).
2.3. Series de datos
Los datos correspondientes a las capturas de las diferentes especies de túnidos
objeto de explotación por parte de la flota pesquera de La Gomera, principalmente bonito-
listado, y trabajadas por la fábrica de La Rajita, provienen de los libro de registro de
capturas procesadas en dicha fábrica (Figs. 2 y 3). Por otro lado, los datos
correspondientes a las embarcaciones de pesca registrada en la isla de La Gomera, y
perteneciente a la flota asociada a la empresa conservera, se obtuvieron a través de la
consulta y transcripción in situ de las hojas de registro archivadas en la capitanía marítima
de Tenerife, distrito marítimo de San Sebastián de La Gomera (Fig. 4).
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Figura 2. Ejemplo de libro de registro de capturas (Diario de pesca) recepcionadas en la
fábrica de La Rajita (Lloret y Llinares SL).
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Figura 3. Hoja de registro de las capturas de túnidos recepcionadas en la fábrica de La
Rajita en 1926 (Lloret y Llinares SL).
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Figura 4. Hojas de registro de la embarcación de pesca "María del Carmen", perteneciente
a Lloret y Llinares SL, archivadas en la capitanía marítima de Tenerife, distrito marítimo
de San Sebastián de La Gomera.
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2.4. Estimación del esfuerzo y CPUE
La estimación del esfuerzo de pesca y las variaciones de la CPUE a lo largo del
periodo del que se dispone de datos (1945-1963), se realizó estimando el poder de pesca
de cada unidad de pesca, diferenciando las embarcaciones impulsadas a remo de las que
lo hacía a motor. No obstante, para el cálculo del esfuerzo la serie de datos se ha dividido
en dos periodos, antes y después de 1958, año en el que aparecen las primeras
embarcaciones a motor.
El poder de pesca para una embarcación de remo se estimó como la captura anual
media de cada unidad entre 1945 y 1957, periodo en que toda la flota se propulsaba a
remo o vela. En este primer periodo la flota estuvo compuesta por 9 embarcaciones. El
poder de pesca estimado se utilizó como poder de pesca máximo de este tipo de barcos
para toda la serie histórica disponible. A partir de 1958 se incorporaron varias unidades
propulsadas a motor en diferentes años, lo que significó un claro aumento de la
productividad de la fábrica. La estimación del poder de pesca de estas unidades
motorizadas se calculó por sustracción de la captura obtenida por los barcos a remo.
3 RESULTADOS Y DISCUSIÓN
3.1 La pesca del atún en La Gomera y la industria conservera
La isla de La Gomera es la más erosionada del Archipiélago, donde la erosión
fluvial ha generado una serie de barrancos amplios en su desembocadura, los cuales
constituyen las únicas entradas posibles a la isla desde el mar (García-Cabrera, 1970).
Esta situación de aislamiento generada por los barrancos propició una economía cerrada
(Mesa-Moreno, 1982) en la que las comunidades de pescadores aparecerían debido a un
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incremento demográfico. Para el establecimiento de esta comunidad de pescadores era
necesario establecerse en las zonas de la isla con fácil acceso al mar y con costas
protegidas de los vientos y mar de fondo (Pascual-Fernández, 1999).
Así, los pueblos del norte de la isla, importantes centros agrícolas, no
desarrollaron una comunidad pesquera ya que esta vertiente presenta costas de difícil
acceso o no se encuentran azocadas de los vientos más frecuentes, haciendo la tarea de
embarque-desembarque impracticable la mayor parte del año (Mesa-Moreno, 1982). En
el suroeste, los pescadores encontraron mejores condiciones oceanográficas y climáticas,
ya que la masa de la isla protegía a la costa de los vientos dominantes, generando una
zona de calmas permanente durante casi todo el año (Pascual-Fernández, 1999). No
obstante, también se pueden encontrar lugares de la vertiente sur de la isla sin
establecimientos pesqueros, como por ejemplo la playa de Iguala o la playa de La Negra,
sitios en principio adecuados para el desarrollo de una comunidad de pescadores pero que
carecen de una comunidad agrícola próxima con la que intercambiar el producto (Mesa-
Moreno, 1982).
La existencia de atún en Canarias, en cantidad tal para constituir un negocio
rentable y su captura con fines industriales permaneció casi ignorada durante un largo
periodo (La Prensa, 1926). En las zonas de calmas de Tenerife y La Gomera, suelen
aparecer bancos de túnidos en abundancia y fue esta riqueza lo que propició en la isla de
La Gomera el desarrollo de la pesca, sobre todo a partir de mediados del siglo XIX, en
respuesta a la demanda de las factorías de salazón. Los túnidos, antes de la demanda
generada por dichas factorías, simplemente no se capturaban (Pascual-Fernández, 1999).
El asentamiento de estas factorías de salazón y conservas fomentó el desarrollo de
varias poblaciones pesqueras, no sólo por el aprovechamiento de un recurso hasta la fecha
ignorado, sino porque les ofrecía a los pescadores un mercado seguro para la venta de sus
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capturas, hecho difícil de encontrar en otras zonas (Pascual-Fernández, 1999). Aún pese
a esta abundancia citada de túnidos, cabe destacar que el gomero era el isleño que tenía
la dieta más baja de pescado en el Archipiélago ya que las factorías absorbían toda la
producción pesquera (García-Cabrera, 1970).
Además, las empresas, sobre todo durante la década de 1920, reclutaron
pescadores de la zona norte de la isla, principalmente en los meses de invierno y
primavera, y en épocas de zafra abundante, como apoyo a la mano de obra fija (Díaz de
La Paz, 2012). También esta alta actividad industrial afectó en la afluencia de mano de
obra de otras islas como El Hierro, La Palma y Tenerife, estableciéndose estas familias
de forma definitiva en la isla (La Prensa, 1926). No obstante, el aumento en número de
establecimientos conserveros durante aquellos años contribuyó a la mejora de los medios
de producción (La Prensa, 1926), así como la llegada de numerosas innovaciones
tecnológicas que se siguieron empleando por los nuevos productores (Pascual-Fernández,
1999).
Una de las grandes ventajas y éxitos de la industria conservera en las islas fue el
disponer de una oferta de túnidos llamados “fuera de temporada”, ya que se generaba en
períodos donde no existían otros sustitutos en la península, y se producían con un coste
relativamente bajo, y esto fue la principal ventaja que permitió asentar la producción
atunera isleña en los mercados de conservas y mantener su competitividad (Díaz de la
Paz, 2012). Ésta situación se mantuvo en el tiempo hasta la década de 1980, época del
declive de la potente industria conservera canaria (Macías-González, 1992), donde la
comercialización de los túnidos pasaría a estar controlada por cofradías, cooperativas o
intermediarios, en vez de por empresas privadas como se venía haciendo hasta la fecha
(Pascual-Fernández, 1999).
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3.2 Situación previa a la industria conservera
Poca es la información disponible sobre el sector pesquero en la isla de La
Gomera, y muchos menos son los estudios que explican el surgimiento de este sector. No
obstante, se sabe que desde la época de la conquista, en el siglo XV, hasta el siglo XX, la
actividad económica principal de La Gomera fue la agricultura (Jerez-Darias, 2007). La
pesca fue una industria que pasó desapercibida-inexplotada durante todos aquellos siglos
(Carballo- Wangüemert, 1862).
Por un lado, existía la agricultura de subsistencia, dedicada al cereal y legumbres,
y, por otro lado, la agricultura de exportación que se desarrollaba cerca de los 300 metros
sobre el nivel del mar y que experimentó una sucesión de cultivos como el azúcar,
orchilla, cochinilla, tomate y plátano. Junto con el cultivo del tomate y plátano en la franja
costera, se sumaría el asentamiento de diversas factorías para que se empezara a
considerar la costa como una nueva franja habitable para los gomeros, produciéndose
importantes trasvases de población desde los núcleos septentrionales hacia los núcleos
costeros meridionales. De esta forma, ya en 1950, la actividad pesquera llegó a
representar un 3,5% de los activos económicos insulares (Jerez Darias, 2007).
3.3 La Gomera y la industria pesquera derivada: establecimientos conserveros
La industria salazonera en la isla de La Gomera se remonta al año 1830 (El
Porvenir de Canarias, 1852), cuando el genovés Francisco Grasso obtuvo la prerrogativa
real que le permitió construir una industria de este tipo llamada La Cantera, ubicada en el
municipio de Alajeró. Así viene recogida dicha información en la revista “El Porvenir de
Canarias”, de Noviembre de 1852: “Ciertos industriosos genoveses concibieron la idea
de establecer una pesquería para hacer valer los atunes, que frecuentan las costas de la
Gomera. Con este objeto D. Francisco Grasso obtuvo en mil ochocientos treinta
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privilegio por seis años para la salazón de este pescado, con cuya Real gracia fundó un
establecimiento en el puertecillo que laman las Canteras, en el canal que separa la
precitada isla de la Gomera de Tenerife. El Sor. Grasso continuó sus operaciones con un
producto anual por término medio de doscientas cincuenta pipas, hasta mil ochocientos
treinta y ocho que terminó su prerrogativa”.
Además, el artículo relata cómo después de la extinción de la prerrogativa de D.
Francisco Grasso, el ejercicio de la salazón de atún queda libre, multiplicándose así los
establecimientos dedicados a tal fin en la isla y en otras: “Desde que el ejercicio de esta
pesca quedó enteramente libre, se multiplicaron los establecimientos de salazón, tanto
en la misma isla de la Gomera, como en las costas del sudoeste de Tenerife y sur de La
Palma. Actualmente existen catorce en las tres islas, los cuales proveen al sostenimiento
de ciento cincuenta familias, ocupando ochenta barcos de pesca y transporte, tripulados
por ochocientos hombres de mar. Las que se ocupan de esta pesca venden la mayor parte
del atún o casi todo, a los establecimientos de salazón, que lo embarrican para esportarlo
a Cataluña. Cada pipa se calcula en tres quintales, cuyo precio medio es de ochenta a
noventa pesos fuertes; aunque también ha solido subir a ciento veinte, como bajar a
treinta. Puédense llenar anualmente cosa de setecientas, mil, a mil trescientas pipas,
todas de exportación. Los pescadores acostumbran a salar algún atún para vender en el
interior de la isla”. De esta forma, en 1838 la relación de las fábricas dedicadas al salado
de atún en La Gomera eran las siguientes (Mesa-Martín, 2003):
- En la Cantera, los Señores Grasso y Ravina (descendientes de Don Francisco Grasso).
- En La Playa de La Rajita, se estableció Don Juan Tugores.
- En la Playa de Erese, los Señores Don José Mila Grao y Compañeros, de Huelva.
- En la Playa de Argaga, Don León de León.
- En la Playa de Santiago, los Señores Roldán y Borrás.
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- En la Villa de San Sebastián, Don Manuel de Foronda.
Finalmente, debido a una Real Orden sobre los impuestos de la sal, estas industrias
cesaron su actividad y pasarían unos años de letargo hasta que en La Gomera volviera a
reactivarse la industria derivada del atún (Mesa-Martín, 2003). Posteriormente, la familia
Casanova, originaria de Isla Cristina (Huelva), estableció su industria de enlatado de atún
en la playa de Erese, comprada a José Mila Grao alrededor del año 1838 (La Prensa,
1926). Luego, uno de los descendientes, Pastor Casanova, ubicaría su empresa en Valle
Gran Rey, la cual hasta 1926 seguía funcionando (Mesa-Martín, 2003) bajo la razón social
“Casanova Hermanos”, hijos del citado (La Prensa, 1926).
A finales del siglo XIX, la fábrica de La Cantera, propiedad de la familia Grasso,
fue comprada por el ciudadano italiano Ángelo Parodi, la cual pasó a estar regentada a
principios del siglo XX por su sobrino, el ingeniero naval Mario Novaro Parodi (Mesa-
Martín, 2003), quien anteriormente creó una factoría en Arguineguín (Gran Canaria) en
terrenos del señor Conde de la Vega Grande, antes de trasladarse definitivamente a la
fábrica de su tío en la isla de La Gomera (La Prensa, 1926).
En 1862, Benigno Carballo Wangüemert realiza un viaje a la isla de La Gomera,
y en su relato “Afortunadas: Viaje descriptivo a las Islas Canarias” narra su visita a la
fábrica de La Cantera, describiéndola de la siguiente manera:
“…Al fin llegamos al establecimiento de salazón llamado de las Canteras. Son muchos
los que de esta clase se encuentran en esta costa, y como se diferencian tan sólo en
accidentes de más o menos lujo o comodidad, me detendré tan sólo en la descripción de
este.
Su asiento está naturalmente en una caleta ensenada que facilita el desembarco,
y al lado de esta ensenada se levanta el edificio. Compónese éste de grandes salones, en
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cuyo centro se encuentran los estanques secos que se llaman chancas, y sirven para
depositar el pescado cuando está ya salado. La salazón se verifica sobre grandes tableros
dispuestos a los costados del mismo local o en otros anejos. El pescado objeto de la
salazón es el atún (albacora en el país), de que hablé cuando estaba con el viajero en
Tasacorte, debiendo notar que la preparación es tan minuciosa, que no se pierden ni aún
las espinas, pues con ellas hacen parte de lo que se llama sangallo. Una vez salado el
atún y puesto en la chanca, lo colocan en pipas y lo preparan para la exportación a los
mercados del Mediterráneo. Hay además en estos establecimientos, y en calidad de
accesorias, dependencias de tonelería, herrería y carpintería, para el servicio de los
mismos; almacenes de acopios de materiales, y habitaciones para los dueños, empleados
y trabajadores: de manera que cada establecimiento forma una especie de caserío,
alguno de los cuales reúne las circunstancias de buen orden y gusto.”
Figura 5. Vista de las instalaciones en ruina de la fábrica conservera de La Cantera
(Alajeró, La Gomera).
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En 1905, la empresa alicantina Lloret y Llinares instala una fábrica en la playa de
La Rajita (Vallehermoso, 1965), haciéndose especialistas en salazón de atún y bonito
(Mesa-Martín, 2003). En 1926 se construye en los terrenos de La Rajita una fábrica de
conservas y de hielo, teniendo esta última el objeto de surtir a los vapores, “trawlers”,
contratados por la empresa para pescar atún en la costa africana y transportarlos, en
fresco, a la fábrica gomera para su procesado (La Prensa, 1926).
Otra de las instalaciones salazoneras-conserveras creadas en La Gomera fue la que
se ubicó en la comarca de Playa de Santiago (municipios de Alajeró y San Sebastián),
donde la firma “López y Compañía” fundó “Salazones y conservas de La Gomera”
(Mesa-Martín, 2003). Aquella se dedicó al salado y conserva, no sólo de túnidos, sino
también de gueldes, calamares y otras especies (La Prensa, 1926). Posteriormente, en
agosto de 1924, la casa italiana “Florio y Cia.” se estableció en Guía de Isora (Tenerife)
con el objeto de trabajar túnidos, sardinas, etc. (Di Natale, 2014). No obstante, al observar
que la producción de túnidos era muy escasa en el sur de Tenerife, en comparación con
la que había en La Gomera, decide construir un edificio en esta última para dotarlo de la
maquinaria y elementos de fabricación y elaboración necesarios (La Prensa, 1926) aunque
nunca se supo si llegó a funcionar.
Por último, en el mes de abril de 1925 se instaló en San Sebastián de La Gomera
otra empresa salazonera de atún y bonito propiedad del Excmo. Sr. Conde de Barbate y
dirigida por el Sr. Bendala Palacios (La Prensa, 1926; Hespérides, 1927). Dicha fábrica
se conformó en dos barracones, en uno se ubicaba el taller de carpintería de ribera, para
la construcción de buques, y en el otro todos los elementos necesarios para la elaboración
de los diferentes productos: atún y bonito en salmuera, mojamas y sardina salada
(Hespérides, 1927) (Fig. 6).
-
25
Figura 6. Barracón de la fábrica salazonera de atún y bonito propiedad del Excmo. Sr.
Conde de Barbate (San Sebastián, La Gomera).
3.4 El pescador gomero: condiciones sociales, laborales y económicas
Hasta aproximadamente 1925, los pequeños barcos pesqueros y sus aparejos
pertenecían casi en su totalidad a los patrones o tripulantes de los mismos, que en la época
del atún vendían el pescado a las factorías (La Prensa, 1926). A partir del citado año, las
factorías adquirieron, tras pagar grandes sumas, todos los barcos de pesca que existían en
la isla junto con los respectivos aparejos de pesca. Así, el industrial-armador entregaba al
patrón el barco completamente equipado y listo para la pesca, corriendo el armador con
los correspondientes gastos de preparación y reparación de los botes y sus aparejos (La
Prensa, 1926). Además, los pescadores en épocas de poca pesca o circunstancias
especiales, podían contar con anticipos en metálico por parte de la empresa con el único
-
26
aval de su trabajo. También los pescadores podían contar con la embarcación, en época
de escasez de atún, para la pesca de otras especies como si la embarcación fuera de su
propiedad (La Prensa, 1926).
No obstante, a pesar de lo que a priori parecen grandes ventajas, el industrial, al
conceder estos préstamos, constituía un contrato que comprometía al pescador con el
empresario (Rial, 1933). El empresario se aseguraba así la vinculación del pescador con
la firma y que éste no vendiese las capturas a la competencia, debiendo los marineros
aceptar los precios impuestos por la fábrica (Pascual-Fernández, 1999). Así describió esta
situación José Rial, inspector costero del Instituto Social de la Marina en la revista España
Marítima y Pesquera en 1933:
“…Porque hasta hace diez o doce años ese mismo atún se pagaba apenas a 10 céntimos
el kilo. Y digo apenas, porque el fabricante se reservaba el derecho de escoger los peces
y rechazar los que no le agradaban para su industria. Y los barcos eran suyos, y suyos
los préstamos que ahogaban la vida, aunque hechos sin interés, porque constituían un
contrato que ligaba al deudor con el acreedor y le imponía ya, para siempre, por la
gratitud, el deber de seguir indefinidamente sujeto a ese contrato; deber que hoy se
pretende mantener por el hecho de tener cada fábrica “sus pescadores”.
Debido al “boom” conservero, se llegó a considerar en aquella época al pescador gomero
como un pescador desahogado, incluso de los mejores retribuidos del país, puesto que la
pesca del atún rebasaba la demanda de éste en las factorías, con lo que derivó en la
apertura de otras nuevas, creciendo así la demanda de atunes y, con ella, el precio por
kilo. En dos años (1924-1926) se llegó a multiplicar por doce el valor de los 100 kilos de
atún (La Prensa, 1926). Así, todo aquel pescador que dedicara su labor a la pesca del atún
para su venta a las fábricas, contaba ya, desde que Benigno Carballo Wangüemert visitó
la isla, con habitaciones en la propia fábrica donde podía hospedarse (Carballo-
-
27
Wangüemert, 1862). Esta práctica se ve continuada en el tiempo, por ejemplo, la fábrica
de Lloret y Llinares construye también barracones de viviendas para los pescadores y
obreros (Mesa-Moreno, 1982), así como una escuela e iglesia (Vallehermoso, 1965). Lo
mismo haría la sociedad “Rodríguez López” para sus empleados, construyendo viviendas,
hospitalito, economato e incluso un cine (Padilla-Cruz, 2013).
3.5 Lloret y Llinares S.L y la fábrica de La Rajita
3.5.1 Historia
Una de las principales empresas conserveras de túnidos en Canarias, y
concretamente en la isla de La Gomera, fue Lloret y Llinares, constituida en el año 1802.
Su nombre se obtuvo de la unión empresarial entre los primos Miguel Lloret y Vicente
Llinares (Diario de Las Palmas, 1983). En 1870 esta empresa estaba dedicada al comercio
de especias en el Mediterráneo. Más tarde, enfocaron su empresa en la actividad que les
resultaría más lucrativa: las conservas. La primera factoría de conservas y salazones la
establecieron en Tarifa (Cádiz), y no sería hasta el año 1905 que crearon sus primeras
factorías en las Islas Canarias (La Rajita en La Gomera y Mogán en Gran Canaria),
habiendo trabajado sin interrupción desde aquella fecha en forma de sociedad colectiva
inscrita en el Registro Mercantil de Alicante hasta el año 1936, en que fue transformada
en Sociedad Limitada (Vallehermoso, 1965). Esta Sociedad incrementó sus factorías de
conservas, salazones y subproductos de la pesca en las islas, llegando a implantarse en La
Rajita (La Gomera), Playa de San Juan (Tenerife), Mogán, Arguineguín, Puerto de la Luz
y el Rincón, en 1935 (Gran Canaria), Gran Tarajal (Fuerteventura) y los Mármoles, en
1955 (Lanzarote), además de factorías en Alicante, Tarifa y la Casa central en Villajoyosa
(Alicante). La fábrica de La Rajita se estableció en una antigua plantación de plataneras
-
28
y comenzó comercializando con pescado salado hasta que se construyó la fábrica de
conservas. Esta pesca comenzó siendo realizada mediante “barquillos”, viniendo
posteriormente barcos desde otras islas, como por ejemplo desde La Palma, y más tarde
incluso llegaron a faenar barcos de altura traídos desde la Península (Diario de Las
Palmas, 1983).
Sus principales productos eran las conservas de túnidos y sardinas (Fig. 7) que se
comercializaban bajo las marcas de “El Ancla”, para el mercado nacional, y “Queen of
the Coast”, “Ship” y “Apolo”, para el mercado extranjero (Diario de Las Palmas, 1983).
Figura 7. Lata con conserva de atún fabricada por Lloret y Llinares SL en la fábrica de
La Rajita.
Posiblemente, la elección de la Rajita como localización para el establecimiento
de la factoría de Lloret y Llinares, tuviese en cuenta la existencia en dicha zona de un
pequeño embarcadero, construido sobre la misma roca del margen derecho de la playa y
utilizado para el transporte de plátanos (La Gaceta, 1915), de la anterior plantación de
plataneras existente en el lugar. De esta manera pudieron comenzar su actividad sin
-
29
mayores desembolsos que la fábrica en sí misma y sin esperar a aprobaciones de
proyectos: contaban desde el inicio con la infraestructura necesaria para dar entrada a
mucha de la maquinaria y materiales requeridos para la construcción y funcionamiento
de la fábrica, así como para dar salida a la mercancía producida.
3.5.2 Evolución: en 1910 salazón, luego conservas
- Crecimiento demográfico
La Rajita comenzó siendo una pequeña colonia de pescadores que se asentó en el
barranco de mismo nombre, en el sur de La Gomera, y cuyo núcleo urbano más cercano
era la población agrícola de La Dama (Fig. 8). El comienzo de la construcción, y posterior
puesta en funcionamiento, de la factoría de pescado atrajo población a dicho
asentamiento. Se sabe que en 1920 habitan la zona unos 39 habitantes, en 1940 unos 134,
en 1950 unos 223 y en 1970 unas 339 personas. Parte de esta expansión demográfica se
ve facilitada por la construcción, por parte de los empleadores, de pabellones a modo de
viviendas para los pescadores, obreros y familias de éstos.
Figura 8. Plantación platanera en la playa de La Rajita (Vallehermoso, La Gomera).
-
30
- Zonas de pesca
Por lo general, y en el caso de La Gomera en particular, las pesquerías canarias de
atún se desarrollan en zonas de “calmas”, en las áreas de sotavento de las islas (Bas et al.,
1995; Díaz de La Paz, 2012). Una de las grandes ventajas del desarrollo de esta pesca en
la isla fue su cercanía al recurso (La Prensa, 1926), a dos o tres millas de la costa (Rial,
1933). Aun así, se sabe que en concreto la empresa alicantina pescaba también en la costa
africana próxima al Archipiélago, en lo que se conocía como como Banco Canario-
sahariano (La Prensa, 1926) (Sahara Occidental), contratando para ello a una empresa
catalana de “trawlers” para la pesca del atún y su transporte hasta la fábrica de La Rajita
(Mesa-Martín, 2003).
- Temporadas de pesca (zafras)
En la Isla de la Gomera llegó a capturarse atún durante todo el año, alternando las
especies. Así, en la revista La Prensa (1926) se describe que la pesca en la década de 1920
se caracterizó porque desde principios de enero, hasta abril, el pez comía y se capturaba
en la superficie, teniendo un peso medio de 30 kilos el ejemplar. En mayo, junio y julio
los túnidos picaban el cebo a profundidad y las piezas eran de mayor tamaño, por otro
lado, en agosto disminuía la pesca hasta mediados de septiembre.
- Embarcaciones/artes
A finales del siglo XIX la pesca del atún en La Gomera se realizaba con cordel o
liña, de manera muy artesanal y algo rudimentaria (La Prensa, 1926). El aparejo de cada
embarcación consistía en 80-100 liñas, con un número de anzuelos variable. Cada liña
medía unas 25 brazas (46 metros aproximadamente) y el grosor, y por tanto su resistencia,
dependía de la época del año en la que se efectuara la pesca (en función de la especie
objetivo y del peso medio de los ejemplares). Las más usadas eran las liñas de hilos de
-
31
cáñamo torcidos de los calibres 12, 15, 18, 21, 24, 27, 30, 33 ø (mm) (La Prensa, 1926).
Igualmente, los anzuelos eran de hierro acerado, los cuales recibían distinto nombre según
su tamaño (de mayor a menor): de fondo, medio-fondo, vellisco, superficie y bamba (La
Prensa, 1926).
Estos aparejos y métodos de pesca pudieron verse influenciados por pescadores
de Playa San Juan y Alcalá (Tenerife), que en 1909 se asentaron en algunas comunidades
pesqueras de La Gomera huyendo de la erupción del volcán Chinyero (Mesa-Martín,
2003).
Las embarcaciones empleadas en los inicios de la pesquería eran botes de dos
proas (Bas et al, 1995), de 5 a 7 metros de eslora y de un 1,7 a 1,8 metros de manga, lo
que hacía que fuesen considerablemente veloces, tanto al uso de la vela como del remo
(Fig. 9). Estos botes contaban con una tripulación de cuatro a seis hombres, según las
dimensiones del mismo, aunque se podían dar casos extremos de tres tripulantes, en las
embarcaciones más pequeñas, hasta ocho, en las más grandes (La Prensa, 1926).
-
32
Figura 9. Embarcación de pesca "Palmito" (foto de Jorge Jiménez González, tomada
aproximadamente entre 1950 y 1960)
José Rial, en su visita a la isla en 1933, describe a las embarcaciones que realizan
la pesca de esta manera: “Volvía yo de visitar las factorías de los Sres. Lloret y Llinares
y D. Mario Novaro en la motora del Pósito de la playa de Santiago, que cortaba, a toda
máquina, las olas suaves de “las calmitas”, la zona que recorre el atún a un largo, y en
una extensión de dos a tres millas, en las proximidades de La Gomera, y de rato en rato
encontrábamos las lanchas, largas y estrechas, de dos proas, con esa esbeltez de las
embarcaciones meridionales, que tienen, siempre, algo de piragua y de pez, en lo livianas
y lo coquetas”.
Además de las velas, remos y aparejos, cada barco llevaba tanques con caballa
para usarla como carnada/engodo y un par de bicheros para izar a bordo el pescado, luces
de petróleo, enseres de cocina, agua, comestibles y todo aquello que se hiciera necesario
para la vida durante los ocho-diez días que duraba cada viaje (La Prensa, 1926).
-
33
Esta práctica en precario de la pesca del atún en la isla sufre pocos cambios desde
la crónica de 1926 hasta finales de la década de 1960, en los que Carmelo García Cabrera,
la describe de esta forma: “Es inexplicable cómo se puede obtener un rendimiento tan
elevado con artes tan baratas, anticuadas y viejas. El pescador gomero sabe su oficio.
Es una pena no poner en sus manos mejores armas y en sus mentes una mejor
preparación. Harían maravillas” (García-Cabrera, 1970).
Aparte, cada empresa contaba con un par de barcos a motor para remolcar a los
botes al volver de la pesca o recogerles el atún (La Prensa, 1926). La flota de pesca
asociada a la fábrica de Lloret Llinares SL llegó a estar compuesta por 36 embarcaciones
(Tabla. 1).
-
34
Tabla. 1 Relación de embarcaciones registradas en el Registro Marítimo de la provincia
de Sta. Cruz de Tenerife para la empresa Lloret y Llinares.
Embarcación Año TRB CV Eslora (m) Manga (m) Puntal
(m)
Observaciones
Canarias 1945 1,85 - 8,0 2,6 1,05
Hupalupo 1948 4,27 - 8,9 2,1 0,98
Eugenio 1948 0,9 - 5,15 1,3 0,55
María del Carmen 1956 1,02 - 5,42 1,34 0,58
Trinidad 1956 1,58 - 5,9 1,42 0,55
Rayo 1956 0,97 - 6,18 1,21 0,55
Monarca 1956 0,92 - 5,15 1,29 0,59
Helena 1957 1,18 - 5,89 1,45 0,65
Sita 1957 1,42 - 7,0 1,8 0,76 Modificado 1979-8,5
bhp
Valiente 1959 1,6 - 6,3 1,61 0,61
Veloz 1959 0,9 - 5,45 1,28 0,51
San Francisco de
Asís
1959 1,06 - 5,65 1,35 0,57 Modificado
estruct./motor 1977
Tameleio 1959 2,09 7 6,9 1,7 0,74
Cedro 1959 2,23 7 6,95 1,75 0,75
Tabarca 1959 2,22 7 7,0 1,72 0,78
J. Fach 1959 2,26 7 7,0 1,75 0,77 Modificado 1967-7,5
bhp
Kilimanjaro 1959 2,38 7 7,2 1,78 0,77
Céfiro 1959 0,86 - 5,0 1,3 0,52 Modificado 1967-7,5
bhp
Diamante 1959 1,06 - 5,5 1,38 0,55
La Caleta 1959 1,27 - 5,3 1,5 0,66
Lorenzo 1960 2,02 - 6,7 1,68 2,7
María Catalina 1961 1,9 - 6,44 1,7 0,7
Palmito 1961 1,13 - 6,65 1,68 0,7
Audaz 1961 1,94 - 6,7 1,68 0,7 Modificado 1964-3,5bhp
El Atrevido 1963 1,22 - 5,77 1,46 0,57
Calé 1967 4,61 18 7,32 2,46 1,05
Oliva 1967 3,4 7,5 7,65 2,05 0,9
Santa María 1967 3,4 7,5 7,65 2,05 0,9
Montserrat 1967 3,2 7,5 7,65 2,0 0,86
Este 1967 1,45 7,5 6,15 1,5 0,65
Damián 1968 3,22 7,5 7,7 2,0 0,86
Palmito 1968 2,96 7,5 7,42 1,76 0,84
Valle Gran Rey 1972 12,49 95 11,2 3,3 1,35 Modificado 1981-15 bhp
Santa Cruz 1972 11,54 40 10,5 3,35 1,25
Río Elva 1973 4,71 15 8,28 2,32 1,02 Modificado 1977-145
bhp
Pedro Miguel 1973 4,71 15 8,28 2,32 1,02
Ascensión del
Señor
1977 11,2 115 10,0 3,5 1,1
San Francisco de
Asís
1977 2,5 7.5 8,0 1,08 0,65
-
35
3.6 Evolución de las capturas
3.6.1 Capturas totales en fábrica
Los registros de capturas de túnidos, y particularmente de bonito-listado
(Katsuwonus pelamis), comprende 58 años, ya que los primeros datos de capturas se
comienzan a registrar en 1926 (pese a que la fábrica de Lloret y Llinares SL se pusiera en
marcha en 1905) y finalizan en 1984, año en el que la empresa da por concluida su
actividad en la isla. No es hasta el año 1928 que se experimenta el primer cambio
relevante en la factoría, pasando de ser fábrica salazonera de túnidos a fábrica conservera
(Mesa-Moreno, 1982).
Seguidamente, se observa un periodo de bajas capturas (1935-1953) en el que
dentro del mismo se produce un pequeño repunte y, por tanto, en la producción, y
posiblemente también de la disponibilidad del recurso, en los años 1937, 1938 y 1939.
Este suceso se podría explicar si asumimos que, como ocurriera con la industria
conservera gallega, la Guerra Civil Española (1936-1939) tuvo efectos positivos en lo
que la industria conservera se refiere (Bravo, 2016), dando lugar a posibles exportaciones
del producto hacia la Península Ibérica. Además, cabe pensar que estas posibles
exportaciones se vieran facilitadas por la construcción de un muelle-embarcadero
(Vallehermoso, 1965) un año antes del comienzo de la contienda, en 1935, y que sin duda
facilitaría las labores de descarga de la pesca y salida del producto manufacturado.
Entre 1940-1950 se registran las capturas más bajas, del orden de las 39,8 t. Este
hecho parece coincidir con el comienzo del primer periodo de la dictadura franquista
-
36
(1939-1959) que se caracterizó por el aislamiento de España respecto al mundo y una
política autárquica que posiblemente circunscribiera la actividad al ámbito nacional,
viéndose afectadas las exportaciones internacionales. Hay que señalar que no se reportan
capturas de bonito en los años 1942 y 1947, pero sí de otros túnidos, principalmente atún
blanco (Thunnus alalunga) (Fig. 10).
Por otro lado, las mayores capturas se producen a partir de los años 1965-1967
(2.128 t), coincidiendo en el tiempo con varios factores que jugaron a favor: comienzo de
la época desarrollista de la dictadura franquista, ampliación de las instalaciones de la
fábrica y construcción de edificaciones anejas a la misma, como por ejemplo un colegio
e iglesia. Así, la población de La Rajita pasa de contar con 223 habitantes, en 1950, a 339,
en 1970, siendo esto un claro indicador de que se produjo un aumento en la producción
de la fábrica que propició dicho aumento poblacional.
No obstante, en lo que se refiere a las capturas de bonito-listado (Katsuwonus
pelamis), la fábrica después de un amplio intervalo temporal sin casi procesar esta
especie, entre 1935 y 1961, aunque en algunos años se produjeron casi las 80 toneladas,
experimenta una época de relativa abundancia, entre 1962 y 1974, llegando a procesarse
capturas de bonito que alcanzaron las 900 toneladas (1965) Sin embargo, es preciso
aclarar que siempre años buenos estuvieron seguidos de años menos productivos, con un
periodo de crecimiento entre 1959 y 1965, para luego languidecer de forma progresiva
hasta 1983, con ciertos altibajos (Fig. 11).
-
37
Figura 10. Evolución histórica de las capturas de especies de túnidos, principalmente
Thunnus alalunga, procesadas por las fábricas de conserva ubicadas en la isla de La
Gomera.
Figura 11. Evolución histórica de las capturas de bonito-listado (Katsuwonus pelamis)
procesadas por las fábricas de conserva ubicadas en la isla de La Gomera.
0
100000
200000
300000
400000
500000
600000
700000
800000
900000
1000000
19
26
19
28
19
31
19
33
19
35
19
37
19
39
19
41
19
44
19
46
19
49
19
51
19
53
19
55
19
57
19
59
19
61
19
63
19
65
19
67
19
69
19
71
19
73
19
75
19
77
19
80
19
82
Bonito-listado
0
500000
1000000
1500000
2000000
2500000
3000000
3500000
0
50000
100000
150000
200000
250000
300000
350000
1926 1933 1940 1947 1954 1961 1968 1975 1982
Otros túnidos
kg
kg
-
38
Al igual que lo indicado por Ramos (1992) y Delgado de Molina et al. (2005), en
la serie de capturas la mayor producción para el bonito-listado se obtiene de julio a
octubre, rebasando en la mayoría de los años el 64% del total capturado de esta especie.
No obstante, para la serie de 58 años disponible, sólo en 6 años las mayores capturas no
se obtuvieron en estos meses (1931, 1933, 1948, 1950, 1970, 1977).
La temperatura superficial del mar constituye un factor limitante de presencia del
bonito-listado (González Ramos, 1988) y su anomalía puede ser el factor que explique la
presencia o ausencia de esta especies en aguas de
Canarias en determinados meses del año (Gancedo-López, 2005; Trujillo-Santana, 2010).
Estos años anómalos en las capturas de listado han tenido lugar tanto en los periodos en
que la flota estuvo compuesta exclusivamente por barcos de remo, como durante algunos
de los años en que se incorporaron a la misma los barcos propulsados a motor, lo que
indica que las anomalías en las capturas no estén necesariamente asociadas de forma
directa a cambios en el poder de pesca. Sin embargo, no se puede descartar la influencia
de factores debidos a problemas sociales (e.g. falta de mano de obra) o de disponibilidad
del mercado.
Por otra parte, no se puede descartar que en algunos de los años en los que se han
observado anomalías en la duración de la zafra del listado, con capturas más altas de lo
habitual, estos túnidos hayan sido capturados en aguas del Banco Sahariano, y este hecho
quedase reflejado en los libros de registro de la fábrica. Según el IEO (2006), el listado
suele aparecer también en zonas límite entre masas de agua templadas y frías o
afloramientos. Según Trujillo-Santana (2010), el bonito-listado al migrar estacionalmente
a lo largo de un gradiente de latitud, entre zonas próximas al ecuador y 58ºN, siendo
afectado por una multiplicidad de perturbaciones ambientales. En este sentido, existe un
número creciente de evidencias que sugieren que la capa superior del océano (por la que
-
39
migran preferentemente) está afectada por procesos oceanográficos, atmosféricos y
climáticos de forma más directa que el resto del océano. Por otra parte, y con
independencia de cuál sea la razón o razones que expliquen las discordancias en las series
de captura locales, se podrá, a partir del establecimiento de relaciones entre datos
climáticos-oceanográficos y de captura, estimar las tendencias en la población/stocks de
esta especie en el tiempo y espacio. La determinación de tales relaciones podría darnos la
oportunidad de describir como el pez interactúa con el medio, variando su
comportamiento para maximizar la eficacia en sus desplazamientos latitudinales, y
encontrar la explicación a las oscilaciones observadas en las series de captura locales.
También, Trujillo-Santana (2010) apunta que el análisis de las series de captura de bonito-
listado en canarias parece indicar que esta especie se captura prácticamente durante todo
el año en el Archipiélago Canario, aunque esta situación es realmente engañosa. La
captura se realiza fundamentalmente entre los meses de junio y octubre, con variaciones
importantes entre años (Ramos, 1992). Las primeras capturas del año se obtienen
generalmente en las islas más occidentales del Archipiélago (El Hierro y La Palma), en
las proximidades del mes de febrero y marzo, mientras que las últimas se logran en
noviembre-diciembre en la parte oriental del mismo (Fuerteventura y Lanzarote).
Confirmando así lo expuesto por Ramos (1992) sobre la existencia de gradiente negativo
en las capturas desde las islas occidentales hacia las orientales, excepto en agosto donde
son muy similares en todo el Archipiélago. También apunta que esta oscilación
longitudinal se debe a variaciones en las condiciones oceanográficas motivadas
fundamentalmente por el progresivo calentamiento estacional oeste-este del agua
superficial del mar, por el debilitamiento hacia finales del verano del afloramiento
norteafricano.
-
40
De acuerdo con Trujillo-Santana (2010), cuando aumenta la intensidad del
afloramiento africano disminuye la temperatura superficial del agua del mar en Canarias,
lo que provoca modificaciones en la ruta migratoria de los diferentes grupos de tallas del
bonito-listado que arriban a las islas, generando una disminución de las capturas en la
región. Este enfriamiento de las aguas da lugar a que los individuos de mayor tamaño
realicen su migración hacia el norte siguiendo una ruta más oceánica (que denomina Ruta
Azoriana), alejándose de la zona de pesca de Canarias. No obstante, los atunes más
jóvenes, con un sistema de termorregulación menos desarrollado, son más vulnerables a
los cambios ambientales y realizan migraciones más cortas y no llegarían tan al norte en
su ruta migratoria. Es decir, a medida que aumenta la temperatura, hacia el verano, se
verifica un aumento significativo de las capturas en Canarias, ya que el sistema de
afloramiento africano pierde intensidad, dando como consecuencia una llegada masiva de
los grupos de tallas más pequeñas y el desplazamiento más hacia el este, hacia aguas más
próximas al continente, de las rutas migratorias de esta especie (ruta costera o africana).
De la misma forma, durante la migración de retorno hacia el Golfo de Guinea, los
individuos de mayor tamaño regresan bordeando la costa africana, a partir de septiembre,
cuando el alisio se relaja y debilita el sistema de afloramientos, comenzando así a ser
capturados en las islas más orientales, muy influenciadas por las aguas frías procedentes
del afloramiento hasta ese momento (Trujillo-Santana, 2010).
3.6.2 Captura por unidad de esfuerzo
La estimación de los cambios en la abundancia, a partir de la Captura por Unidad
de Esfuerzo (CPUE) se ha realizado únicamente para el periodo comprendido entre 1945
y 1963, que es el intervalo del que se dispone de datos. La captura media anual obtenida
por un barco de remos, entre 1945 y 1957, fue de 2,015 t, rendimiento que fue
-
41
incrementado de forma significativa con la incorporación a la flota de barcos a motor. La
presencia de estos nuevos barcos permitió un importante aumento de la producción, ya
que estas unidades obtenían 14,3 veces captura que los barcos a remo, con un rendimiento
medio anual de 28,850 t por unidad.
Se puede asumir que durante el periodo de pesca analizado en este trabajo la
técnica de pesca se mantuvo prácticamente inalterada (García-Cabrera, 1970),
utilizándose la pesca exclusivamente mediante liña y anzuelo con las diferentes
modificaciones según la especie objetivo. La modalidad de pesca con cebo vivo se
generalizó en Canarias a partir de la llegada de la flota vasca, en 1953, lo que implicó
transformaciones significativas (Díaz de la Paz, 2012). En la década de 1990 también se
introdujo la práctica de pesca de túnidos con el método de “mancha”, que consiste en
utilizar el barco a modo de objeto flotante bajo el cual se acumula el cardumen de túnidos,
principalmente sobre las especies tropicales, que son los que presentan este
comportamiento (Delgado et al., 2005).
4 CONCLUSIONES
1. El éxito de la instalación de industrias conserveras en las Islas, y particularmente en La
Gomera, en las primeras décadas del siglo XX fue el disponer de una oferta de túnidos
llamados “fuera de temporada”, ya que se generaba en períodos donde no existían otros
sustitutos en la península, y se producían con un coste relativamente bajo. Esta situación
ventajosa se prolongó hasta bien avanzada la posguerra española, hasta finales de la
década de 1960.
-
42
2. La elección de la playa de La Rajita por parte de la empresa Lloret y Llinares SL para
instalar una fábrica de salazón, en 1905, y posteriormente de conserva, en 1926, supuso
una apuesta segura de éxito dado que la pesquería de túnidos en las Islas Canarias se
hallaba infraexplotada y cabe pensar que en la isla de La Gomera directamente no existía.
3. La estrategia llevada a cabo por los empresarios, y que suponía la normal general en el
resto de factorías, consistía en adquirir las barcas y aparejos de los pescadores, lo que les
aseguró la dependencia de los mismos a la fábrica durante muchos años,
despreocupándose de buscar suministradores y dictando ellos mismos el precio por kilo
de cada especie, según la conveniencia de producción. Estas rígidas condiciones de
vinculación y dependencia de la empresa, en el contexto socio-económico gomero de
aquellos años constituían, junto con los cultivos de plátanos y tomates entre otros, una
oportunidad de progreso y una forma de vida que aseguraba un medio de trabajo (el
bote/barco) y vivienda para toda la familia (barracones edificados anexos a la fábrica), en
una época de oligarquía insular.
4. El modo de vida y trabajo anteriormente descrito constituye el germen de lo que hoy
en día es la organización social y el proceso de gobernanza de la pesca artesanal en las
Islas Canarias. La presencia de esta industria hizo posible el ahorro por parte de los
pescadores que permitió la adquisición de sus propios barcos y dio lugar a otros métodos
de comercialización diferentes de los de la industria conservera. Este proceso terminó en
la fundación de las actuales cofradías u organizaciones de pescadores.
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43
5. El incremento poblacional que se produce entre los años 1950-1965 propició un
aumento de la producción al aumentar el nivel de explotación del recurso, hasta entonces
suponemos que infraexplotado, ya que se observa cómo a medida que va aumentando la
flota, en los primeros años de este periodo, se produce un aumento importante de las
capturas, hasta llegar a la década de 1970 en la que sobreviene el cierre de la fábrica tras
una fuerte caída en la producción.
6. En la década de 1920 la flota de pesca asociada a la fábrica de Lloret y Llinares SL
contaba con 12 barcos propulsados a remo, mientras que en 1960 llegó a estar compuesta
por 36 embarcaciones, donde la mayoría (21) de ellas disponían de motor.
7. Durante el periodo analizado la técnica de pesca se mantuvo prácticamente inalterada,
realizándose la pesca exclusivamente mediante liña y anzuelo con las diferentes
modificaciones según la especie objetivo. La modalidad de pesca con cebo vivo se
generalizó en Canarias a partir de la llegada de la flota vasca, en 1953 y la de mancha en
la década de los 90.
8. La captura media anual obtenida por un barco de remos, entre 1945 y 1957, fue de
2,015 t, rendimiento que fue incrementado de forma significativa con la incorporación a
la flota de barcos a motor. La presencia de estos nuevos barcos permitió un importante
aumento de la producción, ya que estas unidades obtenían 14,3 veces captura que los
barcos a remo, con un rendimiento medio anual de 28,850 t por unidad.
-
44
9. El volumen de capturas en el periodo estudiado era absorbido por completo por las
factorías transformadoras, lo que paradójicamente motivó que el gomero fuera el isleño
con la dieta más pobre en pescado.
10. Las capturas más importantes para el bonito-listado se han producido normalmente
de julio a octubre, obteniéndose en el periodo estival más del 64% de captura. Sólo en 6
años, de los 58 que compone la serie, no se ha cumplido este patrón de máximas capturas
en los meses de verano.
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45
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THE FISH TRANSFORMATION INDUSTRY IN THE ISLAND OF LA GOMERA
(CANARY ISLANDS) IN THE 20th CENTURY
RESUMEN
La industria atunera da soporte una de las principales pesquerías a nivel mundial
y que en Canarias se desarrolla de manera artesanal en sus aguas circundantes y próximas.
En las islas esta industria no surgió hasta mediados del siglo XIX, con la aparición de las
fábricas de salazón y, posteriormente a principios del siglo XX, con las factorías de
conservas. Estas industrias transformadoras constituyeron el inicio de la pesquería
artesanal de túnidos en el Archipiélago Canario.
Esta memoria de final de máster se centra en una de las fábricas que tuvo su
actividad en la isla de La Gomera, concretamente al sur del municipio de Vallehermoso.
Aquí se describen las condiciones en las que la pesca de túnidos se llevaba a cabo
(embarcaciones, aparejos, épocas de zafra), así como las condiciones sociales en las que
los pescadores desarrollaban la actividad.
Se hace una descripción de la serie histórica de las capturas totales procesadas por
una de estas factorías durante 58 años, a la vez que se estima las variaciones en el poder
de pesca de la flota y la correspondiente captura por unidad de esfuerzo (CPUE).
Por último se exponen las conclusiones de este trabajo de tipo histórico-
descriptivo, cuya importancia recae en el conocimiento del origen y motivo de la
aparición de la pesquería de túnidos en las islas en dicho contexto industrial.
PALABRAS CLAVE: Pesquería de túnidos, Islas Canarias, datos históricos, CPUE.
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SUMMARY
The tuna processing industry gives support to one of the principal fisheries
worldwide, and that in the Canary Islands is developed in an artisan way in its
neighbouring waters. In the Canaries, this processing industry started in the middle of
XIX century, with the building of tuna salting factories and, in the early XX century, the
tuna canning industries afterward. These transforming activities constituted the beginning
of the small-scale tuna fisheries in the Archipelago.
This master’s memory is focused one of the factories that operated in the Gomera
Island, at the south of Vallehermoso municipality. It is described the way this tuna fishing
took place (boats, fishing gears, fishing seasons) during these years, and the fishermen
social conditions.
It is described the series of tuna fish processing by the factory during 58 years,
and are estimated the variations in the fishing power of the tuna fleet and captures per
unit of effort (CPUE).
At last, historical-descriptive conclusions are presented, the importance of which
lie in the knowledge of how and why the tuna fisheries was developed the Canary Islands
in that industrial context.
KEYWORDS: Tuna fisheries, Canary Islands, Historical data, CPUE.
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1. INTRODUCTION
The artisanal fisheries on the Canary Islands can be divided in three principal types,
with well-defined rhythms, fishing systems and objective species.
On the one hand, coastal fishing made with small boats or even from the shore and it
is objective species are the bentonic or bentopelagic ones (García-Cabrera, 1970; Bas et
al., 1995). On the other hand, small groups of trawlers (known in spanish as traiñas) of
medium size operates at different harbours at the lee sides of the islands, mostly dedicated
to pelagic-coastal species as mackerel and sardine (Bas et al., 1995). And, finally, a
seasonal fishery linked to tuna arrivals, either in late spring and summer or late autumn,
depending on the ecology of these species and climatic conditions (Ramos, 1992;
Gancedo-López, 2005). At the development of the first two fisheries, during what is
called “zafra”, most of the fishing boats tend to abandon their traditional gears (traps,
strings, trammel or traiñas) in order to concentrate in tuna fishing (Ramos, 1992), through
the live-bait method.
The fishing activity in the waters of the islands presents two fundamental aspects: the
first is referred to the coastal waters and, the second is its area of influence. The
geomorphological structure of the Canary Islands, of volcanic type, with practically no
insular platforms, delimits the fishing activity, not only in relation to the suitable fishing
systems, but also to the abundance of the species found in the area near the coast (Bas et
al., 1995). The second aspect refers to the artisanal and quasi-industrial fishery that takes
place in areas far from the Archipelago, such as the fishery at the Saharan fishing grounds
-
52
and its importance for the development of industrial fishing activity in the Canary Islands
from a historical perspective (Bas et al., 1995; Balguerías et al., 2000), nowadays, little
relevant in the insular economic context, same as tuna fishery beyond the geographic
limits of the Archipelago (Gancedo-López, 2005).
On the other hand, the management of fish populations exploited in the island
waters presents several problems, especially when it comes to evaluating the state of the
most important resources. The principal one is related to the lack of available data, in
particular in what refers about historical series of catches and fishing effort, which makes
it difficult to make a reliable assessment of the actual state of the stocks. However, in this
generality, and exception should be made with the case of tuna fisheries, although it has
not been exempt of problems due to the inaccuracy of the data, which in the case of bluefin
tuna has been decisive in the scarce assignment of catch quotas to the Canarian fleet (La
Vanguardia, 2017; MAPAMA, 2018). This exceptionality of the “good quality” of the
historical tuna series is mainly due to the fact that the high volumes of catches obtained
during their arrival report a significant economic benefit for fishermen, being considered
a resource of interest at national level, but especially to the transportation and
commercialization aids that the public administrations destine to these catches that forces
to his greater control (see BOE, 1993). However, the evaluation of these stocks is very
complex and impossible to carry out exclusively with the insular statistics, since it
constitutes a resource exploited by different fleets and countries, and whose evaluation
and management is handled by ICCAT (International Commission for the Conservation
of Atlantic Tunas). Of these species, skipjack (Katsuwonus pelamis) and bigeye tuna
(Thunnus obesus) are the most important in what refers on capture volume at the islands
(Ramos, 1992).
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53
The geographical situation of the Canarian Archipelago (28ºN-16ºW), its
proximity to the Saharan coast and its oceanographic water conditions, in the middle of
the migratory route of many of the tuna species, makes it possible to find near the islands
temperate tuna species, such as white tuna (Thunnus alalunga, Bonnaterre 1788) and
Bluefin tuna (Thunnus thynnus, Linnaeus 1758), and also the tropical ones, such as
yellowfin tuna (Thunnus albacares, Bonnaterre 1788), bigeye tuna (Thunnus obesus,
Lowe 1839) and skipjack tuna (Katsuwonus pelamis, Linnaeus 1758) (Delgado de Molina
et al., 2005; Gancedo-López, 2005). And it has been this geographical situation that has
allowed the development of a fishing tuna activity, initially subsistence and, since the
mid-nineteenth century with a purely commercial character and exported to external
markets (Carballo-Wangüemert, 1862; Pascual, 2004). Thus, one of the main activities
associated with tuna fishing in the Islands was the canning industry (Di Natale, 2014;
Barrera-Luján, 2016). These were installed mainly at the south of the islands of Tenerife,
Gran Canaria and La Gomera and windward of Lanzarote and Fuerteventura islands.
In this way, the fishing industry around tuna fishing has played a very important
role in the development of the current configuration of artisanal fisheries in the Canary
Islands (García-Cabrera, 1970; Ramos, 1992; Bas et al., 1995), but, in the opinion of some
authors (Castro et al., 2016), the wrong overestimation of the fishing possibilities
associated with these species, in the 1970s and 1980s, has been part of the reasons why a
developist fishing policy was made since 1984 and it has led the over-dimensioning of
the current infrastructures associated with many fishing ports in the islands (Barrera-
Luján 2016). In this context, the objective of this thesis has been to find all the information
and administrative documentation related to tuna fishing in order to make a description
-
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of the historical evolution of this fishery on the island of La Gomera, and to reconstruct
the series of capture and determine the social and environmental factors that have defined
its development and its impact on the island economy.
2. MATERIAL AND METHODS
The elaboration of this thesis is essentially based on various manuscripts from
different documentary and bibliographic sources, as well as capture data extracted from
“Diario de Conservas” of one of the canning factories that was active on the island of La
Gomera during a large part of the twentieth century.
2.1. Study area
The Canarian Archipelago is made up of oceanic islands of volcanic nature and
independent from the nearby African continent and separated from it by depths around
2000 m (Carracedo, 1984). In addition, the insular buildings are separated from each other
by depths ranging between 2000 and 3000 m, with the exception of the eastern islands
(Fuerteventura, Lanzarote and the islets) that presents a continuous platform whose slope
descends sharply from the 40 m isobath (Fig. 1).
The island of La Gomera is located in a subcentral position in the whole of the
Archipelago, being the sixth in size and the fifth closest to the African Continent. Along
with Tenerife, La Palma and El Hierro make up the province of Santa Cruz de Tenerife
and what is known as the Western Canary Islands. It is separated from Tenerife about 39
km. Like the rest of the Archipelago, it has no Exclusive Economic Zone. It is built on a
-
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geological building clearly independent of the rest of the islands of the Archipelago, with
depths that reach 1000 m in the channel that separates it from the island of Tenerife and
more that 2700 m in its separation with the islands of El Hierro and La Palma (Fig. 1).
More specifically, the study area focuses on the coastal settlement of La Rajita,
located southwest of the island, at the end of the ravine with the same name
(Vallehermoso municipality), and of the fleet that fished mostly in waters of this island
and those between La Gomera and Tenerife
Figure 1. Bathymetric map of the Canary Islands (East-Central Atlantic).
2.2. Historical data
An intensive search of documents has been made in different local and insular
institutions in the islands of La Gomera, Tenerife and Gran Canaria, such as the different
island councils, libraries and provincial archives. Result of this search, historical data
from the Iltre. Valleher