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Ciencia y literatura L I T E R A T U R A Índice Educación literaria El Romanticismo: contexto histórico La narrativa 1 La novela realista: 1868-1880 2 El Naturalismo (a partir de 1880) 3 Benito Pérez Galdós Lectura comentada: Fortunata y Jacinta, de Benito Pérez Galdós 4 Leopoldo Alas «Clarín» Lectura comentada: La Regenta, de Leopoldo Alas «Clarín» Trabajo de literatura: Marianela, de Benito Pérez Galdós Y ahora, cine: el Neorrealismo Te lo cuento... Mi hermano Pinín ha marchado ya a dos guerras. Siempre se lo lleva el ferrocarril, como el que vimos aquel lejano día junto a la Cordera, nuestra única vaca. A esta guerra lejana de ahora sólo acuden los jóvenes que no pueden pagarse el privilegio de que- darse en España. Dice Pinín que a Cuba se va a mo- rir de fiebre y de hambre. Entonces, con sus huellas aún frescas, no éramos conscientes de que el tren y otros grandes inventos de nuestra época eran sólo los signos externos de una sociedad que iba a cambiar para siempre. Aun recuerdo aquel traque- teo de hierro contra hierro que callaba el mugido de nuestra vaca. Atrás quedó nuestro prado, atrás la apacible vida rural. El tren de un nuevo tiempo nos transporta, nos vuelca en aluvión, a nosotros, gen- te de campo, a bellas ciudades, iluminadas y abier- tas pero inhóspitas para quienes trabajamos en sus extrarradios, en sus terribles cinturones de mise- ria. Hombres, mujeres y niños amarrados a las má- quinas de sol a sol, y nunca a gusto del fabricante, para quien sólo nuestra extenuación justifica el mí- sero salario que nos paga. A veces, en los barraco- nes, mientras una triste y avejentada chica remue- ve en el renegrido caldero un guiso de tripas de vaca, oigo murmullos contra el tren, un traqueteo de rabia. Esa chica soy yo, Rosa, una de las protago- nistas del cuento de Clarín «Adiós, ¡Cordera!» y, como si escudriñara el tiempo a través del cristal de su desesperación, les respondo que los raíles que nos han traído hasta este infierno son las heridas de la esperanza. Aún estamos en el siglo XIX…

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Ciencia y literaturaL I T E R A T U R A

ÍndiceEducación literaria

El Romanticismo: contexto histórico

La narrativa

1 La novela realista: 1868-1880

2 El Naturalismo (a partir de 1880)

3 Benito Pérez Galdós

Lectura comentada: Fortunata y Jacinta, de

Benito Pérez Galdós

4 Leopoldo Alas «Clarín»

Lectura comentada: La Regenta, de Leopoldo

Alas «Clarín»

Trabajo de literatura: Marianela, de Benito Pérez

Galdós

Y ahora, cine: el Neorrealismo

Te lo cuento...Mi hermano Pinín ha marchado ya a dos guerras.Siempre se lo lleva el ferrocarril, como el que vimosaquel lejano día junto a la Cordera, nuestra únicavaca. A esta guerra lejana de ahora sólo acuden losjóvenes que no pueden pagarse el privilegio de que-darse en España. Dice Pinín que a Cuba se va a mo-rir de fiebre y de hambre. Entonces, con sus huellasaún frescas, no éramos conscientes de que el treny otros grandes inventos de nuestra época eransólo los signos externos de una sociedad que iba acambiar para siempre. Aun recuerdo aquel traque-teo de hierro contra hierro que callaba el mugido denuestra vaca. Atrás quedó nuestro prado, atrás laapacible vida rural. El tren de un nuevo tiempo nostransporta, nos vuelca en aluvión, a nosotros, gen-te de campo, a bellas ciudades, iluminadas y abier-tas pero inhóspitas para quienes trabajamos en susextrarradios, en sus terribles cinturones de mise-ria. Hombres, mujeres y niños amarrados a las má-quinas de sol a sol, y nunca a gusto del fabricante,para quien sólo nuestra extenuación justifica el mí-sero salario que nos paga. A veces, en los barraco-nes, mientras una triste y avejentada chica remue-ve en el renegrido caldero un guiso de tripas devaca, oigo murmullos contra el tren, un traqueteo derabia. Esa chica soy yo, Rosa, una de las protago-nistas del cuento de Clarín «Adiós, ¡Cordera!» y,como si escudriñara el tiempo a través del cristal desu desesperación, les respondo que los raíles quenos han traído hasta este infierno son las heridas dela esperanza. Aún estamos en el siglo XIX…

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CONTEXTO HISTÓRICO

El fracaso del régimen isabelino: 1850-1868La monarquía de Isabel II entró en crisis, entre otras razones, porque los go-biernos moderados que la reina apoyó no realizaron las reformas económi-cas y sociales que el país necesitaba.

La revolución de 1868Durante todo el siglo XIX, la historia de España es la crónica de un país quebusca un sistema político constitucional para acabar con los privilegios de laaristocracia y el Antiguo Régimen. Uno de estos intentos fue la revolución de1868 (La Gloriosa), a raíz de la cual Isabel II tuvo que renunciar al trono y exi-liarse.

El sexenio democrático: 1868-1874Durante seis años se vivió un período convulso en el que se ensayaron va-rios regímenes políticos, ninguno de los cuales llegó a cuajar: ni la monarquíaparlamentaria de Amadeo I de Saboya ni la I República española, que deri-vó hacia el cantonalismo.

Restauración de la monarquía borbónica. Alfonso XII: 1875-1886Cánovas del Castillo se encargó de crear ese sistema político moderado parala España del último cuarto del siglo XIX: una monarquía parlamentaria en laque el rey –Alfonso XII, hijo de Isabel II– conservaba importantes poderes. Era,además, un sistema bipartidista en el que el Partido Conservador y el Libe-ral se repartían el poder por turnos y se aseguraban, cuando tocase, unamayoría de diputados en el Parlamento mediante la compra de votos (caci-quismo). Como veremos en la siguiente unidad, este sistema entró en crisisa finales del siglo XIX, con el reinado de Alfonso XIII.

El movimiento obreroEn este periodo se inició la modernización de la industria, especialmente enCataluña y el País Vasco. Aumentó la población en las ciudades y empeora-ron las condiciones de vida y trabajo del proletariado. Como respuesta a estasituación se desarrolló el movimiento obrero, que se organizó en sindicatosy partidos políticos.

Del Romanticismo al RealismoLas profundas transformaciones políticas, sociales y económicas que se vi-vieron en España entre 1868 y 1898 no permitían seguir con las fantasías, laevasión y el idealismo del Romanticismo. Para una nueva generación de es-critores (Galdós o Clarín, por ejemplo) había llegado el momento de reflejarobjetivamente en sus obras la nueva realidad del país, una sociedad en la quehabían surgido dos nuevos actores –la burguesía y el proletariado–, así comonumerosas tensiones y conflictos producidos por quienes pretendían mo-dernizar la nación y aquellos otros que añoraban el pasado del Antiguo Ré-gimen. Había llegado la hora del Realismo y la Ciencia.

Joan Prim i Prats, general y político español, perte-

neciente al Partido Progresista. Lideró la revolución

de septiembre de 1868 y fue jefe de gobierno desde el

17 de junio de 1869 hasta su muerte. Imagen alegó-

rica que le representa abanderando el movimiento

revolucionario conocido como La Gloriosa.

Joven tejedora catalana aprende en un telar de tipo

garrote (1882), de Joan Planella y Rodríguez.

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El Realismo del siglo XIX

CARACTERÍSTICAS GENERALES

El Realismo es un movimiento artístico y literario que tiene como objetivo representar de forma minuciosa y objetiva una

realidad contemporánea muy concreta: la vida cotidiana y los problemas de la sociedad burguesa de la segunda mi-tad del siglo XIX.

La burguesía en el poderDurante la segunda mitad del siglo XIX, la clase burguesa sehizo con el poder político y económico en Europa y, comoconsecuencia, se produjeron cambios muy profundos enla forma de vivir y pensar.

Revolución industrial y prestigio de la ciencia

Con el ascenso de la burguesía, llegó la revolución indus-trial y se originó un fuerte desarrollo urbano –el tren y laluz eléctrica, por ejemplo, llegaron a las ciudades–, surgióuna nueva clase social –el proletariado–, se produjeron im-portantes avances tecnológicos y científicos y se puso demoda la ciencia experimental. Hasta tal punto alcanzóprestigio el saber científico, que muchos pensadores creye-ron que la ciencia resolvería todos los problemas humanosy sociales, garantizando así el orden y el progreso para siem-pre.

¿Por qué surge el Realismo en Europa?

Los artistas decidieron que había llegado la hora de obser-var de forma objetiva el complejo mundo que había surgi-do a su alrededor.

Los realistasMuchos artistas y escritores se limitaron a dar un testimo-nio fiel de la sociedad convirtiendo sus obras en auténticosdocumentos fotográficos de la realidad.

Los naturalistasEn cambio, otros –los naturalistas– llegaron más lejos. Nosólo observaron objetivamente el comportamiento delhombre y de la sociedad, sino que intentaron explicarlocon las nuevas teorías científicas del siglo XIX: las leyes dela herencia biológica y la selección natural de las espe-cies.

Señoritas a orillas del Sena,de G. Courbet, ejemplo de una escena burguesa.

Realismo-Naturalismo

El escritor realista se identifica con losvalores de la sociedad burguesa, aun-que a veces la critique para refor-marla.

El arte es un producto de la observa-ción directa y minuciosa de la reali-dad («documento fotográfico»). Y paraalcanzar la mayor objetividad, se em-plea el método científico que consis-te en observar, documentarse y ex-perimentar.

La materia literaria del escritor realis-ta es la realidad social contemporá-nea, es decir, el mundo cotidiano en elque vive.

Personajes anónimos, vulgares, in-fluidos por la sociedad y que por pri-mera vez en la literatura no son objetode burla, sino que pueden llegar a ad-quirir una dimensión trágica.

El género realista por excelencia es lanovela.

Lenguaje coloquial y dialectal en losdiálogos, que se combina en el Natu-ralismo con el léxico científico del na-rrador.

Romanticismo

Actitud del artista: el romántico re-chaza la sociedad burguesa y huyehacia épocas pasadas o culturas leja-nas y exóticas.

Método artístico: el arte es productode la inspiración y de la subjetivi-dad.

Temas: los temas románticos surgende los delirios de la fantasía y de lossentimientos, o bien se inspiran enlas leyendas heroicas del pasado me-dieval.

Personajes heroicos, idealizados, re-beldes, que se enfrentan a la sociedady a las fuerzas del destino.

Género literario: el Romanticismobrilló especialmente en lírica y teatro.

Lenguaje: vocabulario y expresionestremendistas, hiperbólicas. A vecesse «envejece» el lenguaje mediantearcaísmos.

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EDUCACIÓN LITERARIA ACTIVIDAD

Lee los siguientes textos y responde a las preguntas.1

A C T I V I D A D

Natario ha entrado de aprendiz en un taller de zapatería, peroRomualdo, el zapatero, no le enseña el oficio, sino que lo tie-ne de cobrador en la calle. Un día un cliente engaña al mu-chacho y éste vuelve al taller con una moneda falsa.

–Usté no es mi maestro. ¡Yo no he robao!

Y una interjección feroz y un conato de arrojarse al cuello de su ene-

migo... Un conato solamente; porque si Natario acababa de sentir en

su espíritu la virilidad que reforzaba su voz, su cuerpo mezquino ce-

dió inmediatamente: dos brazos fuertes le sujetaron, y puños enérgi-

cos le contundieron, descargando sobre su pecho canijo, sus flacos

hombros, sus espaldas precozmente doblegadas, lluvia de trompico-

nes, mientras un pie recio, ancho, intentaba partirle la espinilla con

reiterados golpes de los que hacen ver en el aire lucería de color... El

niño, desencajado, apretando los dientes, reprimía el grito, el ¡ay!

del martirizado; un hilo de sangre brotaba de sus narices magulladas

por un puñetazo certero. El señor Romualdo, embriagándose con su

propia ira, repetía:

–¡Ladrón! ¡Estafador! ¡Venga el duro, o a la cárcel!

Emilia Pardo Bazán, Un duro falso

Era ya Juanita una guapa moza en toda la extensión de la palabra. Las

faenas caseras no habían estropeado sus lindas y bien torneadas ma-

nos, y ni el sol ni el aire habían bronceado su tez trigueña. Su pelo

negro, con reflejos azules estaba bien cuidado y limpio. No ponía en

él ni aceite de almendras dulces ni blandurilla de ninguna clase, sino

agua sola con alguna infusión de hierbas olorosas para lavarle mejor.

Le llevaba recogido, muy alto, sobre el colodrillo, en trenza que, ata-

da luego, formaba un moño en figura de dos triángulos equiláteros que

se tocaban en uno de los vértices. Como Juanita decía que cabeza loca

no quiere toca, casi siempre iba a la fuente sin pañuelo en la cabeza,

luciendo así el primor y la pulcritud de su peinado y dejando ver lo

bien plantada que estaba la cabeza sobre su airoso cuello, sólo som-

breado por algunos ricillos menudos, que se sustraían a la cautividad

en que tenía el moño los más largos cabellos. Por delante, recogido

el pelo, dejaba ver la tersa frente, recta y chiquita, y sobre las sienes

tenía grandes rizos sostenidos con horquillas, que llaman por allí ca-

racoles, por bajo de los cuales había una suave patillita, que no fija-

ba ella contra la cara con zaragatona o pepitas de membrillo, como

hacen otras muchachas, sino que dejaba flotar libremente en vagas sor-

tijillas o más bien alcayatas donde colgar corazones.

Juan Valera, Juanita la Larga

Contenido

a ¿Qué predomina en el texto: la descripción físi-

ca o psicológica? ¿Por qué esta descripción es

minuciosa y realista?

b Señala los elementos lingüísticos descriptivos

que aparecen en el texto.

c ¿Qué campo semántico predomina?

d Di cuáles son los términos reales de las metáfo-

ras que aparecen al final del texto.

e El narrador, ¿es omnisciente u observador? Ra-

zona la respuesta.

f ¿Cómo se refleja en este fragmento el tema de la

crueldad con los niños?

g Señala los elementos descriptivos y narrativos

del texto.

h ¿Hay diferencias entre el lenguaje que utiliza el

narrador y el que emplean los personajes? Ra-

zona tu respuesta.

i ¿Cómo se diría hoy la expresión «lucería de color»?

……………………………

j En el Naturalismo, se pretende demostrar que la

conducta de los personajes está determinada por

el instinto. ¿En qué frase del segundo textos se

deja ver que Romualdo, el zapatero, no puede

controlar su agresividad?

Taller literario

k Inventa un final para el segundo texto.

Textos comparados

l Relaciona este fragmento con la obra El Lazarillo

de Tormes, que estudiaste el curso pasado.

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NOVELAINFORMACIÓN2

1. La novela realista: 1868-1880

Presenta las siguientes características:

1.1 ¿Cuándo y por qué surgió el Realismo en España?

Las primeras novelas realistas españolas son La Fontana de Oro

(1870), de Benito Pérez Galdós, y Pepita Jiménez (1874), de Juan

Valera.

La necesidad de reflejar la realidad (y no las fantasías de la men-

te como habían hecho los románticos) se impuso a raíz de las con-

vulsiones sociales, políticas y económicas que se vivieron en Es-

paña a partir de la revolución liberal de 1868 (La Gloriosa), que en

tan sólo seis años trajo, entre otros cambios, la sustitución de la mo-

narquía de Isabel II por la I República española.

Ante tales convulsiones, los escritores sintieron la urgente necesi-

dad de dar testimonio de la nueva realidad que se estaba vivien-

do en el país.

Esplendor de la novela en el Realismo

La poesía y el teatro no son los géneros más adecua-

dos para la descripción objetiva de la realidad, ya que

la poesía refleja la subjetividad de los sentimientos y en

el teatro no puede haber descripción minuciosa, porque

predomina el diálogo.

El género literario que mejor reflejó el Realismo fue la no-

vela: la presencia de un narrador y su larga extensión per-

miten realizar innumerables y detalladas descripciones

de ambientes y personajes. Por eso, el XIX fue el siglo de

la novela.

La difusión del Realismo en Europa

La novela realista del siglo XIX nace en Francia, en torno

a 1830, cuando a España no había llegado aún el Ro-

manticismo.

El novelista francés Flaubert (1821-1880) escribió una

de las novelas más significativa del Realismo: Madame

Bovary (1857), obra que presenta temas comunes con

La Regenta, de Clarín.

El narrador francés más destacado, aparte de Flaubert,

es Balzac (1799-1850), autor de La comedia humana.

El Realismo se difundió por diversos países europeos. En

Inglaterra destaca Dickens, autor de David Copperfield,

y en Rusia León Tolstoi (1828-1910), cuya obra más co-

nocida es Crimen y castigo.

Verosimilitud: la trama del relato, el ambiente, los personajes

y el lenguaje deben resultar reales, creíbles.

Observación objetiva: el escritor no debe acudir a la fanta-

sía, sino que debe limitarse a hacer un estudio directo y al na-

tural de la realidad que quiere reflejar: un documento fotográ-

fico.

Técnica minuciosa y detallista de la descripción de am-

bientes y personajes: aspecto físico, estudio psicológico, an-

tecedentes biográficos, lenguaje, vestuario, hábitat, mobilia-

rio…

Narrador omnisciente que ofrece al lector información de los

pensamientos y sentimientos más íntimos de los personajes.

Temas: relaciones amorosas conflictivas, el adulterio; el con-

flicto entre tradición y progreso; el anticlericalismo…

Estilo: lenguaje sencillo y referencial en el narrador; coloquial

y dialectal en los diálogos de los personajes.

Intención del autor: muchas novelas realistas se denominan

«de tesis» porque se defienden determinadas posturas ideo-

lógicas: algunos autores añoran la España tradicional y con-

servadora, y otros defienden el liberalismo y el progreso.

En este cuadro realista, G. Courbet (1819-1877) refleja una humillante escena en la queel trabajo que realizan el picapedrero y su aprendiz, lejos de dignificar la vida humana,la embrutece. Esta pintura no sólo es testimonio realista de la realidad, sino una de-nuncia de las duras condiciones del trabajo en el siglo XIX.

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NOVELAACTIVIDAD

Las novelas realistas pretendían ser reportajes fotográficos de la sociedad de la

segunda mitad del siglo XIX. A partir del texto, escribe un breve reportaje periodístico

en el que expliques:

2

A C T I V I D A D

Menudeando el paso y saltando sobre los obstáculos que hallaba en su camino, la Nela

se dirigió a la casa que está detrás de los talleres de maquinaria y junto a las cuadras don-

de rumiaban pausada y gravemente las sesenta mulas del establecimiento. Era la mora-

da del señor Centeno de moderna construcción, si bien nada elegante ni aun cómoda. Baja

de techo, pequeña para albergar en sus tres piezas a los esposos Centeno, a los cuatro

hijos de los esposos Centeno, al gato de los esposos Centeno, y, por añadidura, a la

Nela, la casa, no obstante, figuraba en los planos de vitela de aquel gran establecimiento

ostentando orgullosa, como otras muchas, este letrero: Vivienda de capataces.

En lo interior el edificio servía para probar prácticamente un aforismo que ya conoce-

mos, por haberlo visto enunciado por la misma Marianela; es, a saber, que ella, Maria-

nela, no servía más que de estorbo. En efecto; allí había sitio para todo: para los espo-

sos Centeno, para las herramientas de sus hijos, para mil cachivaches de cuya utilidad

no hay pruebas inconcusas, para el gato, para el plato en que comía el gato, para la gui-

tarra de Tanasio, para los materiales que el mismo empleaba en componer garrotes (ces-

tas), para media docena de colleras viejas de mulas, para la jaula del mirlo, para los dos

peroles inútiles, para un altar en que la de Centeno ponía a la Divinidad ofrenda de flo-

res de trapo y unas velas seculares, colonizadas por las moscas; para todo absoluta-

mente, menos para la hija de la Canela. Frecuentemente se oía:

–¡Que no he de dar un paso sin tropezar con esta condenada Nela!...

También se oía esto:

–Vete a tu rincón... ¡Qué criatura! Ni hace ni deja hacer a los demás.

La casa constaba de tres piezas y un desván. Era la primera, a más de co-

medor y sala, alcoba de los Centenos mayores. En la segunda dormían las

dos señoritas, que eran ya mujeres, y se llamaban la Mariuca y la Pepina.

Tanasio, el primogénito, se agasajaba en el desván, y Celipín, que era el más

pequeño de la familia y frisaba en los doce años, tenía su dormitorio en la

cocina, la pieza más interna, más remota, más crepuscular, más ahumada

y más inhabitable de las tres que componían la morada Centenil.

Benito Pérez Galdós, Marianela

a La vivienda. ¿Se ubicaban en lugares adecuados desde el punto de vista sa-

nitario? ¿Te parece que la acumulación de objetos que hay en la casa del se-

ñor Centeno se corresponde con la idea que tenemos hoy sobre la higiene do-

méstica? Razona las respuestas.

b Los niños y adolescentes. A partir del trato que reciben Nela y Celipín, des-

cribe cómo se trataba a los niños y adolescentes en los ambientes obreros del

siglo XIX.

c Aspectos literarios. Identifica las enumeraciones y anáforas del texto y expli-

ca por qué producen un efecto humorístico. A continuación, localiza los tiem-

pos verbales con valor narrativo y aquellos otros que tiene valor descriptivo.

Antecedentes del Realismo en la literatura española

A los escritores españoles, el Rea-

lismo francés no les resultó una téc-

nica literaria completamente nue-

va. Realistas eran la novela

picaresca del los siglos XVI-XVII y las

descripciones de ambientes y per-

sonajes del costumbrismo ro-

mántico del siglo XIX (recuérdese el

apartado 5 de la unidad anterior).

Precursores

Con estos antecedentes, y a par-

tir de 1849, surgieron una serie de

escritores que pueden conside-

rarse «prerrealistas». Nos referi-

mos a Fernán Caballero (seudó-

nimo de Cecilia Böhl de Faber,

autora de La Gaviota) y a Pedro

Antonio de Alarcón, autor de una

novela corta titulada El sombrero

de tres picos.

El realismo de estos precursores

tuvo un marcado carácter tradi-

cional: costumbrista y morali-

zante.

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NOVELAINFORMACIÓN2

2. El Naturalismo (a partir de 1880)

2.1 ¿Qué es el Naturalismo?

Es un movimiento literario que deriva del Realismo y que lleva al extremo las ideas de

este último movimiento.

Los naturalistas imitaron el método científico para elaborar sus obras: observaban la

realidad y se documentaban rigurosamente.

Ideológicamente, el Naturalismo va asociado a una concepción pesimista del hombre

y de la vida, dado que explicaba la conducta humana a partir de teorías biológicas

deterministas.

2.2 Un movimiento literario polémico

◗ La cronología

El Naturalismo se desarrolló en España en la década de 1880. El novelista que asimi-

ló más intensamente las ideas y técnicas de Zola, novelista francés creador del

Naturalismo, fue Galdós. Su primera obra naturalista fue La desheredada (1881), pero

la más conocida es Fortunata y Jacinta (1887).

◗ La polémica

En nuestro país el Naturalismo fue motivo de polémica. Los escritores realistas de

mentalidad cristiana, como Juan Valera, rechazaron este movimiento literario porque,

desde su sensibilidad, el Naturalismo reflejaba con mucha crudeza los aspectos más

sórdidos de la realidad, y, sobre todo, porque negaba la libertad de los seres huma-

nos, ya que partía del principio de que la conducta humana está ciegamente determi-

nada por la herencia biológica y el ambiente.

Entre los defensores del Naturalismo destacaron grandes novelistas como Benito

Pérez Galdós y «Clarín».

La difusión del Naturalismo en Europa

El Naturalismo surgió en Francia

en la segunda mitad del siglo XIX

y se consolidó a finales de 1870.

El escritor y teórico más impor-

tante del Naturalismo es Émile

Zola (1840-1902), autor, entre

otras novelas, de Germinal. Este

movimiento se extendió pronto

por Europa.

Germinal (1880) es una de las no-

velas más significativas del Natu-

ralismo. Para escribirla, Zola se

guió por el método científico. Pri-

mero llevó a cabo una minuciosa

observación, ya que se trasladó a

una mina para vivir personalmen-

te las duras condiciones labora-

les y domésticas de los mineros.

Mediante la documentación estu-

dió las enfermedades y deforma-

ciones propias de esta profesión.

Y finalmente experimentó con los

personajes de su novela como si

fuera un científico (unos mineros

hacen una huelga para mejorar

sus penosas condiciones de vida,

pero, determinados por el am-

biente y la herencia biológica, fra-

casan y muchos de ellos mueren).

A pesar de este pesimismo, Zola,

influido por ideas socialistas, ve

en este sacrificio el germen de

un mundo futuro mejor.

características de la novela naturalista

ideológicas

1 Concepción determinista de la vida:

según los naturalistas la conducta

humana está condicionada por las

leyes de la herencia y el ambiente.

2 Denuncia de la degradación e injus-

ticias de la sociedad burguesa.

3 Intencionalidad: reformar la socie-

dad (necesidad de asistencia médica,

importancia de la educación, mejora

de las condiciones laborales de los

trabajadores…).

1 Novelas muy extensas, y de acción

escasa.

2 Descripciones objetivas y minucio-

sas para reflejar las condiciones de

vida del proletariado urbano.

3 Preferencia por el personaje colec-

tivo: la mina, la fábrica (trabajos duros).

4 Los personajes individuales pade-

cen malformaciones físicas y taras psí-

quicas.

5 Lenguaje: léxico científico, vocablos

de diferentes jergas, dialectalismos,

lenguaje popular y coloquial.

literarias

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NOVELAACTIVIDAD

Lee el texto y responde a las siguientes preguntas.3

A C T I V I D A D

a Voz del narrador. Explica en qué persona gramatical se narra la historia. ¿Po-

dría pertenecer este fragmento a unas memorias? Razona la respuesta.

b Argumentación. Elabora una argumentación a partir de la información que te

ofrecemos sobre la estructura interna del texto en la que demuestres que

este fragmento pertenece a una novela naturalista.

c Relación fondo-forma. Explica el efecto que producen en ti como lector los re-

cursos literarios utilizados en el texto que se mencionan a la derecha.

d Valoración personal. ¿Crees que los seres humanos somos libres o, por el

contrario, nuestra conducta está completamente determinada por el ambiente

que nos rodea y la herencia biológica que recibimos de los padres?

Emilia Pardo Bazán

Entre los defensores de Naturalis-

mo en España está la novelista

Emilia Pardo Bazán, autora de

dos importantes novelas: Los pa-

zos de Ulloa y Madre Naturaleza.

Esta novelista defendió un natu-

ralismo en el que se combinaban

las técnicas de Zola, el realismo

de la picaresca española del siglo

XVII e ideas cristianas, ya que re-

chazaba el determinismo de los

escritores franceses.El protagonista ha sufrido un plantón por parte de la mujer con quien de-sea mantener relaciones sentimentales (Camila). Durante la espera enmedio de la ajetreada ciudad, el protagonista reflexiona sobre las raícesde su personalidad.

¡Y aquella tunanta de Camila no parecía!... Ya me sabía de memoria todos los

escaparates de la zona por donde andaba; ya había visto cien veces las abiga-

rradas muestras del molino de chocolate, los pañuelos y piezas de tela de la

tienda de ropas, los carteles de Variedades, los puestos de verdura y pescado de

la calle de Santa Isabel. Oí en el reloj de San Juan de Dios las doce, las doce y

media, la una... Yo no había almorzado y empezaba a tener apetito. No podía en-

tretener el tedio de aquel plantón sino echando sondas a mi espíritu. ¡Ay, qué

cosas hallé en tales profundidades! Navegando por entre el gentío de la calle,

hallábame tan solo como en alta mar, y oía el murmullo sordo que me agitaba

con el inextinguible mugido del viento y las olas. Siento desengañar a los que

quisieran ver en mí algo que me diferencie de la multitud. Aunque me duela el

confesarlo, no soy más que uno de tantos, un cualquiera. Quizás los que no co-

nocen bien el proceso individual de las acciones humanas, y lo juzgan por lo que

han leído en la historia o en las novelas de antiguo cuño, crean que yo soy lo

que en lenguaje retórico se llama un héroe, y que en calidad de tal estoy llamado

a hacer cosas inauditas y a tomar grandes resoluciones. ¡Como si el tomar re-

soluciones fuera lo mismo que tomar pastillas para la tos! No, yo no soy héroe;

yo, producto de mi edad y de mi raza, y hallándome en fatal armonía con el me-

dio en que vivo, tengo en mí los componentes que corresponden al origen y al

espacio. En mí se hallarán los caracteres de la familia a que pertenezco y el

aire que respiro. De mi madre saqué un cierto espíritu de rectitud, ideas de or-

den; de mi padre fragilidad, propensión a lo que mi tío Serafín llama entusias-

mos faldamentarios. Lo demás me lo hicieron, primero mi residencia en Ingla-

terra, luego mi largo aprendizaje comercial, y por fin mi navegación por este mar

de Madrid, aguas turbias y traicioneras que a ningunas otras se parecen.

Benito Pérez Galdós, Lo prohibido

descripción detallada del am-

biente o paisaje urbano

recurso literario: enumeración

autorretrato psicológico nega-

tivo (fealdad moral)

recurso literario: símil marinero

reflexión o tesis del personaje-

narrador sobre su personalidad:

determinismo (antihéroe)

recurso literario: vocabulario cul-

to y humor

influencia de la herencia bioló-

gica

recurso literario: humor e ironía

Influencia del ambiente

recurso literario: metáforas de-

gradantes del campo semántico

mar

estructura interna del texto

y lenguaje literario

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200

NOVELAINFORMACIÓN2

3. Benito Pérez Galdós

Nació en Las Palmas en el año 1843 y

murió en Madrid en el año 1920. A los

diecinueve años se trasladó a Madrid

para estudiar la carrera de Derecho, pero

pronto se manifestó su vocación de es-

critor.

Poseía una prodigiosa memoria y un agu-

do poder de observación. Estas faculta-

des le permitieron obtener información de-

tallada de todo tipo de gentes, en las que

luego se inspiró para escribir sus novelas (tahúres, prestamistas, mendigos,

empleados, aristócratas, burgueses…).

◗ Valoración

Es el autor más representativo y prolífico del Realismo en lengua es-

pañola. Escribió 32 novelas, 46 episodios nacionales, 24 obras de te-

atro, así como infinidad de prólogos, artículos, cuentos y crítica lite-

raria.

Toda su obra está inspirada por el noble ideal ilustrado de que desde

la literatura se puede modernizar la sociedad y que la educación es el

instrumento más importante para el progreso del país.

Recibió críticas negativas y descalificaciones por parte de los jóvenes

escritores de la generación del 98, que lo consideraron un escritor pa-

sado de moda. Pero lo cierto es que en él estaba el germen de muchas

de las preocupaciones de la generación noventayochista.

El naturalismo de Galdós

Galdós no reflejó en su obra ni el pesimismo ni

los aspectos más sórdidos y repulsivos de la so-

ciedad, como sí hizo el Naturalismo francés. Para

este novelista el concepto de naturalismo fue evo-

lucionando: a lo largo de su obra nos muestra

que en el comportamiento humano intervienen,

además de la herencia biológica y el ambiente,

otros factores como el azar, la voluntad, la fanta-

sía o ideales como el amor o el sacrificio.

Estilo 1 Acción lenta producida por las numerosas di-

gresiones y descripciones detalladas de perso-

najes, objetos y ambientes, que crean una extra-

ordinaria atmósfera de realismo.

2 Narrador omnisciente y subjetivo, ya que en-

tra en la mente de sus personajes y comenta

con ironía y humor el comportamiento de los

mismos.

3 Caracterización psicológica indirecta me-

diante los diálogos, monólogos interiores y sue-

ños de sus personajes.

4 Uso de los diferentes niveles de la lengua y re-

gistros, especialmente el lenguaje coloquial: ex-

presividad oral, argot, muletillas, frases hechas, ne-

ologismos de moda en su época y vulgarismos.

evolución de su obra literaria

primera época: Realismo

Novela histórica: Episodios nacionales

Propósito: aprender del pasado para

construir una sociedad mejor basada en

la paz y el progreso. Es modelo para el

género de novela histórica posterior.

Comienzan con la batalla de Trafalgar en

1805 y terminan con la revolución del 68.

Novelas de tesis: Marianela (véase

texto pág. 197) y Doña Perfecta.

Propósito: defensa del progreso y la

ciencia. Analizan los defectos y males

de la sociedad española reflejados en

la vida cotidiana de la burguesía: in-

tolerancia religiosa e ignorancia.

segunda época: Naturalismo

Novelas contemporáneas: Fortunata

y Jacinta y Lo prohibido (véase texto

pág. 199).

Propósito: reflejan los acontecimien-

tos históricos y la sociedad que vivió

el autor (ambiente esencialmente ma-

drileño). El tema más repetido es el

afán por aparentar de las clases me-

dias venidas a menos.

El comportamiento de los personajes

está determinado por la asfixiante so-

ciedad y la herencia biológica.

tercera época: Espiritualismo

Superación del Naturalismo: Nazarín

y Misericordia.

Propósito: mostrar que la vida huma-

na no está determinada ciegamente

por el ambiente o la herencia, sino que

el hombre se construye a sí mismo

mediante la voluntad y los ideales.

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201

NOVELALECTURA COMENTADA

L E C T U R A C O M E N T A D A

Fortunata y Jacinta, Benito Pérez Galdós

Es una extensa novela en la que Galdós trata, entre otros muchos te-

mas, el amor, los celos, la fuerza de los instintos, la locura o la ma-

ternidad frustrada. El argumento se centra en las relaciones extrama-

trimoniales que Juanito mantiene con Fortunata, una bella joven de clase

obrera. La vida de esta muchacha irá dando tumbos a merced de los

vaivenes sentimentales de su frívolo amante. La joven se casará con

Maximiliano, hombre tímido y enfermizo, y luego se dejará proteger por

un viejo militar llamado Feijoo. Finalmente muere enferma, no sin an-

tes cederle a Jacinta, la estéril esposa de Juanito, el hijo fruto de sus

relaciones con éste.

Fortunata abandona a Maximiliano, su marido (que se ha vueltoloco), y se va a vivir con un militar retirado llamado Feijoo. En el tex-to, la joven observa la plaza Mayor de Madrid desde la ventana delpiso donde se ha refugiado.

Una mañana, al levantarse, vio que había caído durante la noche una

gran nevada. El espectáculo que ofrecía la plaza era precioso; los techos

enteramente blancos; todas las líneas horizontales de la arquitectura y el

herraje de los balcones perfilados con purísimas líneas de nieve; los árbo-

les ostentando cuajarones que parecían de algodón, y el Rey Felipe III con

pelliza de armiño y gorro de dormir. Después de arreglarse volvió a mi-

rar la plaza, entretenida en ver cómo se deshacía el mágico encanto de la

nieve; cómo se abrían surcos en la blancura de los techos; cómo se sacu-

dían los pinos su desusada vestimenta; cómo, en fin, en el cuerpo del Rey

y en el del caballo, se desleían los copos y chorreaba la humedad por el bron-

ce abajo. El suelo, a la mañana tan puro y albo, era ya al mediodía char-

ca cenagosa, en la cual chapoteaban los barrenderos y mangueros muni-

cipales, disolviendo la nieve con los chorros de agua y revolviéndola con

el fango para echarlo todo a la alcantarilla. Divertido era este espectácu-

lo, sobre todo cuando restallaban los airosos surtidores de las mangas de

riego, y los chicos se lanzaban a la faena, armados con tremendas escobas.

Miraba esto Fortunata, cuando de repente... ¡ay, Dios mío!, vio a su ma-

rido; era él, Maximiliano, que entraba en la plaza por el arco del 7 de Ju-

lio, y tuvo que retroceder saltando más que de prisa, porque el chorro de

agua le cortó el paso. Instintivamente se quitó la joven de su ventana; pero

después se volvió a asomar, diciéndose: «Si aquí no puede verme... Lo que

menos piensa él es que está tan cerca de mí... Vamos; da la vuelta... Se ha

metido por los soportales. Sin duda va al café de Gallo a reunirse con su

hermano, la otra cabeza de campanario. ¿Pero cómo es que le dejan salir

solo? ¿Se habrá puesto bueno? ¿Estará mejor? ¡Pobre chico!...».

Benito Pérez Galdós, Fortunata y Jacinta

Contenido

a Resume el contenido del texto.

b Enuncia el tema

Estructura interna

c Divide el texto en dos partes: 1 la voz del narrador,

2 el monólogo de Fortunata.

Voz del narrador

d ¿En qué persona se narra? Explica si el narrador

es omnisciente.

Modalidad textual

e Señala los tiempos verbales narrativos y descrip-

tivos.

Espacio

f La descripción del lugar es dinámica porque par-

te de una bella plaza nevada que se va transfor-

mando con el paso de las horas en un espacio de

regueros de agua fangosos. Elige expresiones del

texto que reflejen tres momentos de esta trans-

formación.

g Demuestra que la descripción es minuciosa y se

hace desde arriba hacia abajo.

Tiempo

h Explica el paso del tiempo en el texto a partir de

las expresiones deícticas resaltadas.

Personajes

i Demuestra que el pensamiento de Fortunata nos

llega mediante un monólogo interior. ¿Qué teme la

joven? ¿Qué elementos lingüísticos expresan que

se siente insegura y confusa?

Relación con la época

j Demuestra que el texto es realista.

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NOVELAINFORMACIÓN Y LECTURA COMENTADA24. Leopoldo Alas «Clarín»

Nació en Zamora en el año 1852

y murió en Oviedo en 1901. Su

familia era asturiana, pero pasó

sus primeros años en León por-

que su padre era el gobernador

de esta ciudad. Tras estudiar el

bachillerato y la carrera de Dere-

cho en Oviedo, se trasladó a Ma-

drid para cursar el doctorado.

A partir de 1875, firmó sus colaboraciones en el periódico

El Solfeo con el pseudónimo de «Clarín».

Se inicia entonces su carrera como crítico literario, en la

que se ganó la fama de severo. Obtuvo la cátedra de Eco-

nomía Política y desarrolló su labor como profesor en la Uni-

versidad de Oviedo. A los 31 años publicó su obra maestra,

La Regenta; en 1886 su primer libro de cuentos, Pipá; y en

1891 su segunda novela, Su único hijo.

Fue un intelectual de ideas liberales. Denunció la injusticia

y la corrupción política de la Restauración monárquica. Des-

de su juventud fue consciente del papel que debía jugar la

educación en la regeneración de la sociedad española del

último tercio del siglo XIX.

L E C T U R A C O M E N T A D A

La Regenta, Leopoldo Alas «Clarín»

La herencia familiar (determinismo biológico)

Ana Ozores (la Regenta) es portadora ya desde su adoles-

cencia de la mala fama de sus padres y la represión a la que

ha sido sometida por su aya. La vida futura de la joven será

un intento frustrado para evitar ser, como su familia, la comi-

dilla de la sociedad.

El primer error de Ana Ozores

La joven renuncia a casarse con un rico burgués y acepta el

consejo de su confesor de contraer matrimonio con Víctor

Quintanar, un hombre viejo y trasnochado con el que espera

encontrar la tranquilidad y el respeto que no ha tenido en el

hogar familiar (tópico tradicional del viejo y la niña).

La frustración

Pero pasan los años y el marido de Ana no hace otra cosa que

dedicarse a la caza y a leer obras de teatro barroco, sin pres-

tar la menor atención a la joven, que se siente frustrada como

mujer y en su insatisfecho instinto maternal.

El refugio de la religión

El aburrimiento que le causa vivir en la ciudad de Vetusta y el fra-

caso de su matrimonio, hacen que la protagonista se refugie en

el sentimiento religioso con el propósito de dar sentido a su

vida. Ana quiere vivir la santidad y para ello pone su confianza

en su guía espiritual, el clérigo Fermín de Pas. Su experiencia re-

ligiosa le da fuerzas para rechazar las proposiciones amorosas

que le hace Álvaro Mesía, un atractivo seductor al estilo de don

Juan Tenorio.

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203

NOVELALECTURA COMENTADA

La sociedad (determinismo ambiental)

La corrupta sociedad de Vetusta, que está regida por la envidia, la inmoralidad y

la hipocresía, no soporta que Ana no se integre como uno más entre ellos y se de-

dique a su particular aventura espiritual, así que le hará pagar su inadaptación.

El clérigo hipócrita y ambicioso

A diferencia del obispo de Vetusta, hombre de profundos y sinceros sentimien-

tos religiosos, Fermín de Pas, el clérigo y consejero espiritual de Ana, es un sa-

cerdote ambicioso, sin vocación y con doble moral, que utiliza la religión como

un plataforma de poder. Cuando Ana se percata de que pretende seducirla,

queda escandalizada, abandona la religión y cae en brazos de Álvaro Mesía.

El burgués libertino

Álvaro Mesía encarna la figura del seductor, y como tal mantiene relaciones

con Ana Ozores. Le guía más la vanidad que el amor. Es jefe del partido libe-

ral de Vetusta, pero en lugar de representar los valores idealistas y revolucio-

narios de la burguesía liberal se muestra como un hombre materialista, su-

perficial y cómplice de los intereses de las clases conservadoras. Al final de

la obra muestra su cobardía cuando huye dejando a Ana a merced de la cruel

sociedad de Vetusta.

El grotesco código del honor

Quintanar, marido de Ana, es informado del adulterio. A pesar de que de puer-

tas para adentro ignora a su mujer, el viejo código español del honor le obliga

a retar a Fermín de Pas. Con más suerte que pericia, éste mata a Quintanar y

huye a Madrid.

Vuelta a empezar

Ana Ozores está ya en boca de todos. Los círculos burgueses y aristocráticos

de Vetusta, y el propio Álvaro Mesía, humillan a la Regenta. Así le hacen pagar

su incapacidad para adaptarse a una sociedad fundamentada en la hipocresía.

Ana no ha podido superar la pesada herencia de sus padres.

L E C T U R A C O M E N T A D A

Estilo literario de La Regenta

a Voz del narrador: se alterna el punto

de vista objetivo y neutral al presentar

a los personajes con momentos subje-

tivos. En efecto, hace uso de la crítica

burlesca y del lenguaje poético embe-

llecedor.

b Lengua literaria: se combina la rique-

za léxica del narrador con la repro-

ducción del habla popular de los per-

sonajes.

c Tipo de discurso: uso del estilo indi-

recto libre y del monólogo interior para

describir la psicología de los persona-

jes.

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204

NOVELALECTURA COMENTADA2

a Resume el contenido del texto.

b Enuncia el tema.

c Identifica en el segundo párrafo una frase que demuestre

que el narrador es omnisciente.

d Señala los tiempos narrativos (pretéritos perfectos simples).

e Localiza en el tercer párrafo una expresión que ejemplifique

el estilo indirecto libre.

f Haz los retratos psicológicos de Ana Ozores y de don Álva-

ro a partir del texto.

g El ambiente de la plaza donde se desarrolla la historia cam-

bia para Ana cuando aparece don Álvaro. Localiza dos ex-

presiones antónimas que revelen este cambio.

h Identifica los verbos y adjetivos descriptivos.

i Localiza las siguientes figuras literarias: polisíndeton, enu-

meración (párrafos primero y segundo) y metáfora (párrafo

sexto).

j Explica por qué te parece realista el texto.

L E C T U R A C O M E N T A D A

Ya no pasaba nadie por la Plaza Nueva; ni lacayos, ni curas, ni chi-

quillos, ni mujeres de pueblo; todos debían de estar ya en el ce-

menterio o en el Espolón...

Ana vio aparecer debajo del arco de la calle del Pan, que une la pla-

za de este nombre con la Nueva, la arrogante figura de don Álva-

ro Mesía, jinete en soberbio caballo blanco, de reluciente piel, crin

abundante y ondeada, cuello grueso, poderosa cerviz, cola larga y

espesa. Era el animal de pura raza española, y hacíale el jinete pia-

far, caracolear, revolverse, con gran maestría de la mano y la espuela;

como si el caballo mostrase toda aquella impaciencia por su gus-

to, y no excitado por las ocultas maniobras del dueño. Saludó Me-

sía de lejos y no vaciló en acercarse a la Rinconada, hasta llegar de-

bajo del balcón de la Regenta.

El estrépito de los cascos del animal sobre las piedras, sus gracio-

sos movimientos, la hermosa figura del jinete llenaron la plaza de

repente de vida y alegría, y la Regenta sintió un soplo de frescura

en el alma. ¡Qué a tiempo aparecía el galán! Algo sospechó él de

tal oportunidad al ver en los ojos y en los labios de Ana, dulce,

franca y persistente sonrisa.

No le negó la delicia de anegarse en su mirada, y no trató de ocul-

tar el efecto que en ella producía la de don Álvaro. Hablaron del ca-

ballo, del cementerio, de la tristeza del día, de la necedad de abu-

rrirse todos de común acuerdo, de lo inhabitable que era Vetusta.

Ana estaba locuaz, hasta se atrevió a decir lisonjas, que si directa-

mente iban con el caballo también comprendían al jinete.

Don Álvaro estaba pasmado […]. Pero ni siquiera se atrevió a inten-

tar acercarse, lo cual hubiera sido en todo caso muy difícil, pues no

había de dejar el caballo en la plaza. Lo que hacía era aproximarse lo

más que podía al balcón, ponerse en pie sobre los estribos, estirar el

cuello y hablar bajo para que ella tuviese que inclinarse sobre la ba-

randilla si quería oírle, que sí quería aquella tarde. […]

Ana se sentía caer en un pozo, según ahondaba, ahondaba en los ojos

de aquel hombre que tenía allí debajo; le parecía que toda la sangre

se le subía a la cabeza, que las ideas se mezclaban y confundían, […]

Se le secaba la boca y pasaba la lengua por los labios. Y como si al

caballo le hiciese cosquillas aquel gesto de la señora del balcón, sal-

taba y azotaba las piedras con el hierro; mientras las miradas del ji-

nete eran cohetes que se encaramaban a la barandilla en que descan-

saba el pecho fuerte y bien torneado de la Regenta.

Callaron, después de haber dicho tantas cosas. No se había habla-

do palabra de amor, es claro; […] mas no por eso dejaban de estar

los dos convencidos de que por señas invisibles, por efluvios, por adi-

vinación o como fuera, uno a otro se lo estaban diciendo todo […].

Leopoldo Alas «Clarín», La Regenta, cap. XVI

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T R A B A J O D E L I T E R AT U R A

AUTOR Y ÉPOCA

a Resume brevemente la información que obtengas en Internet

sobre la biografía y la obra de Benito Pérez Galdós.

b ¿Qué aportó este autor al desarrollo de la novela española?

c ¿A qué movimiento literario pertenece esta novela? Razona

tu respuesta a partir del año en que fue publicada, el tema

que desarrolla y su estilo literario.

d ¿Cómo se reflejan en esta obra las preocupaciones socia-

les de los novelistas de la segunda mitad del siglo XIX?

e La obra narrativa de Galdós se suele clasificar en tres eta-

pas. ¿En cuál se inscribe Marianela? Razona tu respuesta.

1 Presentación

l ¿En qué persona gramatical se narra?

m Explica, citando fragmentos concretos, si el narrador es om-

nisciente y, además, interviene en la novela con opiniones o

tesis sobre temas sociales.

4 Voz del narrador

n Explica por qué la llegada del doctor Teodoro Golfín rompe

el equilibrio de la situación inicial y crea un conflicto.

¿Cómo se resuelve dicho conflicto?

ñ ¿Es lento o rápido el ritmo de la acción?

o Localiza los fragmentos descriptivos más importantes.

5 Análisis de la acción

p Explica en qué momento se rompe el tratamiento lineal del

tiempo con un flash back.

q ¿Cuánto tiempo transcurre entre la llegada del doctor Golfín

y la muerte de Marianela?

6 Análisis del tiempo

r Explica si tienen más presencia en la obra los espacios in-

teriores o exteriores.

s Localiza en el texto fragmentos en los que se reflejen las di-

ferencias sociales entre proletarios y burgueses a partir de

las características de la vivienda.

t Explica el valor simbólico que tienen en la obra las galerías

subterráneas de la mina y la sima llamada Trascava.

7 Análisis del espacio

8 Análisis de los personajes

2 Contenido

3 Estructuras externa e interna

TÍTULO

f El título de esta novela no informa sobre el significado de la

obra. Inventa otro título que nos adelante algún aspecto sig-

nificativo del tema. Explica por qué se te ha ocurrido.

ARGUMENTO

g Resume el argumento de esta novela.

TEMA E INTENCIÓN

h Di el tema. ¿Qué quiere demostrar Galdós con esta obra?

SUBTEMAS

i Busca en la novela pasajes en los que se reflejen los si-

guientes motivos: crueldad hacia los niños; falsa caridad, ma-

quinismo y revolución industrial, amor romántico entre de-

siguales, ascenso social a pesar de las limitaciones

económicas, ignorancia e importancia de la ciencia.

Marianela, Benito Pérez Galdós

j ¿De cuántos capítulos consta la obra? Explica el significa-

do que tienen los siguientes títulos de capítulos: La familia de

piedra, Entre dos cestas, El Nuevo Mundo, Los ojos matan.

k Divide el contenido en planteamiento, nudo y desenlace.

205

u Haz un retrato completo de Marianela y Pablo.

v Define con un adjetivo la psicología de estos personajes fe-

meninos: Marianela-Señana-Sofía-Florentina.

w ¿Qué simboliza Celipín con su fuga?

x Explica si hay determinismo social y biológico en la muerte

de Marianela. ¿Y en el ascenso social del doctor Golfín?

9 Estilo

y Localiza en el texto: expresiones poéticas o embellecedoras,

personificaciones, animalizaciones, léxico científico, muleti-

llas y vulgarismos, frases humorísticas.

10 Experiencia personal

z Uno de los temas fundamentales de esta novela es la falta

de autoestima de Marianela, una joven que no respon-

de al modelo de belleza estándar. Explica cómo se refle-

ja en la obra y relaciónalo con la actualidad.

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Y ahora, cine

206

También hay películas realistas o de tendencianaturalista, que observan y describen al hom-bre y a la sociedad en la que vive y que, aveces, incluso intentan explicarnos los meca-nismos por los que se rigen. Este propósito seconvirtió, entre 1945 y 1952, en el objetivo cen-tral y casi único de una serie de cineastas ita-lianos. Es lo que se llamó el Neorrealismo.

El Neorrealismo es un movimiento cinemato-gráfico que surge en Italia al término de lasegunda guerra mundial y que se planteaobservar y explicar, de manera realista, elmundo en que vivimos. La Italia de entonces esun país destrozado por la guerra y, muchas veces,sus cineastas carecen del material necesario e,incluso, de estudios medianamente acondiciona-dos para rodar sus películas.

Los cineastas neorrealistas, por lo tanto, filman en la calle, en escenarios naturales oen estudios improvisados. Sus films son sencillos, interpretados frecuentemente poractores y actrices no profesionales. Denuncian, con su sola existencia, la situaciónde buena parte de la Europa de la posguerra: la pobreza de las clases más desasis-tidas, la injusticia social, la falta de vivienda, los graves problemas de la vida cotidia-na de una sociedad que arrastra las dramáticas consecuencias de un gran conflictobélico.

Fueron muchos los cineastas que hicieron posible el movimiento neorrealista. Tedaremos sólo algunos nombres para que los conozcas y los recuerdes: RobertoRossellini, Vittorio de Sica, Luigi Zampa, Alberto Lattuada, Luchino Visconti y PietroGermi.

Y te comentaremos ahora, brevísimamente, cuatro películas neorrealistas:• Roma città aperta (1945, Roma, ciudad abierta), de Roberto Rossellini. Un comu-

nista y un sacerdote luchan juntos contra el invasor, en la Roma ocupada por losalemanes. El primero morirá como consecuencia de la tortura, el segundo seráfusilado.

• Germania, anno zero (1947, Alemania, año cero), de Roberto Rossellini. A través dela mirada de un niño, vemos y sufrimos la Berlín derrotada, dos años después delfinal de la guerra. Incapaz de soportar la situación en que vive, el niño se suicidaarrojándose desde lo alto de un edificio.

• Ladri di biciclette (1948, Ladrón de bicicletas), de Vittorio de Sica. Sin trabajo,como tanta gente, el protagonista consigue un empleo gracias a su bicicleta. Perose la roban y es él, entonces, quien tiene que robar una para poder seguir traba-jando.

• Miraccolo a Milano (1950, Milagro en Milán), de Vittorio de Sica. Un grupo de per-sonas se enfrenta a un capitalista sin escrúpulos que quiere echarlos de los terre-nos en que han construido sus chabolas. Aunque luchan con denuedo, se ven obli-gados, al final, a abandonar el lugar.

Roberto Rossellini e Ingrid Bergman en Venecia (1950).

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¿Qué debe significar exactamente NEOrrea-lismo?

Deduce qué son un estudio cinematográfico yun actor o una actriz no profesionales.

¿Qué significa el término didáctica? Si te deci-mos que Rossellini estaba convencido de que latelevisión puede ayudar a cualquier espectadoren su proceso de aprendizaje, ¿sabrás decirnospor qué se utiliza precisamente este términopara calificar la última etapa de su filmografía?

Hemos dicho que De Sica imprimió un ciertocarácter naturalista y espiritual a sus películasneorrealistas. ¿Qué queremos decir?

4

3

2

1Roberto Rossellini y Vittorio de SicaIndependientemente de hacia donde dirigieron su carrera apartir de los años 50, Rossellini y De Sica son, posiblemen-te, los representantes más significativos del Neorrealismoitaliano.

Roberto Rossellini (1906-1977) se inició en el cortometra-je y, entre los cineastas neorrealistas, fue quizás el quellegó más al fondo de la evolución del alma de sus perso-najes, porque, para él, era tan importante lo colectivocomo lo individual, de manera que una cosa no podía con-cebirse sin la otra. Trabajó con algunas de las actrices másimportantes de la época, Anna Magnani e Ingrid Bergman,que se convirtieron también en iconos del movimientoneorrealista. La segunda parte de su obra, que se inicia en1964 con la serie de cinco capítulos L’Età del ferro, lo con-vertirá en uno de los más grandes directores de la historiadel cine: abandona la gran pantalla y se dedica casi exclu-sivamente a realizar películas históricas y series docu-mentales para la televisión. Es lo que se conocerá comosu etapa didáctica. Mucho antes que nosotros, Rosselliniya se dio cuenta de la gran importancia que iba a tener latelevisión en el futuro.

Vittorio de Sica (1902-1974) se inició en el teatro comoactor, trabajo éste que, en su larga etapa cinematográfica,ya no abandonaría. Como director, su gran época coinci-de con el movimiento neorrealista, al que dio un ciertocarácter naturalista y espiritual (en Milagro en Milán, porejemplo). Después, continuó dirigiendo películas, pero sinalcanzar ya su anterior nivel. La mayoría de sus interpreta-ciones, en cambio, fueron siempre convincentes. En elaño 1959, protagonizó Il generale della Rovere, a las órde-nes precisamente de Roberto Rossellini.

Te hemos citado cuatro directores neorrealistas más, a parte de Rosselliniy De Sica. Dinos una película de cadauno de ellos (título original, título tra-ducido, si lo hay, y año).

ZONATIC

Roma, ciudad abierta (1945), de Roberto Rossellini. Ladrón de bicicletas (1948), de Vittorio de Sica.

207