Imago. Fanzine Onírico
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El soñar es un proceso mental normal, pero definitivamen-te su lógica es aplicable al estado de psicosis.
Este fanzine no trata de análisis psicológicos sobre sueños sino de un intento de representación o “poner en imago”, ya sea con palabras o imágenes, de aquellos escenarios y situaciones oníricas que aparecen detrás de los pár-pados cuando cerramos los ojos.
En éste número se echará un vis-tazo al ilusorio y repetitivo mundo privado de 5 personajes.
No. 1imago enero / 13
Diseño y maquetación:Paula Vallejo De los Ríos
http://pavdelosrios.blogspot.com.es
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de
sueñ
o) Ilustración: David López
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- AhorA está soñAndo. ¿Con quién sueña? ¿Lo sabes?
- nAdie Lo sAbe.
- sueñA Contigo. Y si dejara de soñar, ¿qué sería de ti?
-no Lo sé.
- desApAreCeríAs. eres una figura de su sueño. si se despertara ese rey te apagarías como una vela.
Lewis Carrol(Trought the looking-glass)
la cita
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Me forzaba a ponerle atención. No quería ser ignorado, pero yo no lograba entender que quería…Solo sucedía y sucedía, una y otra y otra vez en la misma noche, y durante varias noches seguidas, causándome distracciones durante el día, y problemas de sueño en la noche.
Desperté. Por la pequeña ventana de mi habitación apenas entraban unos pocos y pequeñí-simos rayitos de luz que le daban un aire lúgubre a ese cuarto que pronto ya no sería mío. Ese cuarto, normalmente muy oscuro y tan atiborrado de cosas, que creaba cierta sensación de claustrofobia, ahora tenía una atmosfera diferente. Sigo con la vista los pequeños hilitos de luz intentando acostumbrar mis ojos, pero los siento tan pesados… no logro acostumbrarme, entonces me levanto y noto ese algo extraño otra vez, esa ho-rrible sensación de estar en alguna otra dimensión, donde no puedo caminar bien, no puedo gritar satisfactoriamente, y lo peor… ¡no logro despertar! ¡No, no, no, otra vez no por favor!
A la quinta vez ya no lo soporto, estoy desesperada por completo, y no me levanto confundida como las primeras veces. Voy donde Laura y grito con los ojos llenos de lágrimas luchando por hacer del descon-suelo algo más llevadero.
¡LAURA DESPIÉR-TEME YA! QUIERO DESPERTAR! Su expresión es la misma. Despierto, todo vuelve a suceder, y ya estoy al borde de la locura. Me levanto y ya no soporto esa maldita expresión ausente de mi hermana. La zarandeo y grito con palabras ahogadas... ¡YA NO MÁS POR FAVOR LAURA!
Ella sólo me mira con expresión ausente. Lina, deje de hablar bobadas ¿si?
Despierto otra vez. Me siento aliviada por un momento, pero entonces vuelve a suceder.
Siento los ojos pesados, y ese aire extraño. ¡Noooo otra vez nooo! ¡Quiero despertar!
Esta vez intento cerrar los ojos con la esperanza de que cuando los abra, la sensación se vaya…Pero todo vuelve a suceder, los rayitos de luz, mi hermana y su expresión ausente, la desesperación, y despertar. Y des-pertar. Y despertar otra y otra y otra vez.
¡DESPIÉRTEME!
Al ver que Sigue sin hacer nada, cambio de opción. Si no podía despertar, al menos podría hacer de la pesadilla otro tipo de sueño, imaginar otras cosas, al fin y al cabo ya lo había hecho antes y me resultaba muy divertido tener ese tipo de sueños lúcidos. Pero no lograba imaginar nada, la pesadilla copaba todo lo que podía pensar. Ya presa de la impaciencia, voy donde mi abuelo. ¡Si! Èl siempre sabe cómo solucionar todo. Entro a su cuarto y me sorprende agarrándome del brazo tan fuerte que me lastima. Me arrastra por el cuarto y saca los restos cortantes de una lata de atún, me coge la mano y yo intento soltarme, con las venas inunda-das de tanta sangre transportada. El miedo me abruma, pensé que mi abuelo iba a ayudarme, y en vez de eso me coge un dedo y lo corta con la lata. El ardor se expande, a la par con mi desconcierto. Se expande no sólo por mi dedo sino por todo mi cuerpo. Y despier-to otra vez.
Salgo del cuarto y me dirijo al de mi her-mana, cuando cruzo la puerta mis pier-nas fallan y mi cuerpo se dobla ansiando el suelo frío, pero logro sostenerme.Cuando entro ella está despierta, es de día y parece que fueran las 3 de la tarde en vez de la madrugada.
Escenario onírico de:Lina Vallejo De los Ríos
Laura… dígame por favor si estoy soñan-do otra vez, y si lo estoy ¡despiérteme!
Siento que se me acaba el aire, abro los ojos y estoy en el agua. ¡No
resisto más!
Respiro.
¡PUEDO RESPIRAR bAjO EL AgUA!
Nado por largo tiempo esperando llegar
rápido a algún lugar. La fascinación sentida
por la capacidad de respirar en el agua se
ve opacada por el cansancio en las piernas
y brazos, necesito descansar. No lo había
pensado, pero puedo salir a la superficie,
parpadeo varias veces y estoy arriba.
Camino sobre arena muy caliente, el cielo
tiene tintes rojizos y a mi alrededor sólo hay
desierto. Parpadeo de nuevo y estoy ahora
frente a una grieta, no cualquier grieta, una
grieta enorme. Tengo la sensación que con
cada parpadeo recorro una gran distancia en
el espacio y aumenta más de una hora en el
tiempo que estoy acá.
Para pasar al otro lado del gran agujero hay
que utilizar un puente de esos de tablas de
madera amarradas entre sí con cuerdas, que
se mueven de un lado a otro con la mínima
ventisca y que rechinan con cada paso.
Empiezo a cruzarlo,
miro hacia abajo y
hay lava; miro hacia
arriba y el cielo es
cada vez mas rojo, al
igual que la luz que
me rodea. Siento
miedo pero aún así
llego hasta el otro
extremo donde
encuentro un templo
griego en ruinas.
Miro a mi alrededor,
las paredes empie-
zan a derrumbarse,
puedo ver el cielo, es
negro ahora. Apare-
cen de la nada tres
ángeles pero no pa-
recen tener buenas
intenciones.
¡ESTÁS EN EL IN-
FIERNO! ¡bRUTA!
¿Es que no te das
cuenta?
Escenario onírico de:Paula Vallejo De los Ríos
Parece el día del
juicio final, mi juicio
final. Sólo se me
ocurre rezar y cerrar
los ojos, depronto
termina, y si no, no
me daré cuenta de
lo que pasa. Abro un
ojo, la curiosidad me
gana. Mala idea, el
suelo se está abrien-
do en dos y sale un
vapor naranja de su
interior. Siento páni-
co y cierro los ojos,
esta vez con más
fuerza que la prime-
ra. Todo es oscuro y
sólo logro escuchar
los rezos dentro de
mi cabeza.
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Escenario onírico de:Olaya Caraballo Pinto
... soñar con ellos, con él y su esposa, con su
esposa y con él (mis vecinos).
Entran en mi cabeza de noche, cuando des-
canso estirada plácidamente en mi cama
y no me dejan tranquila. Repetidamente
siento ese miedo, que van a volver a picar y
gritar. Lo peor de todo es cuando, dentro de
mi sueño, despierto, me pongo las zapatillas
y me dirijo a la puerta, miro por la mirilla y
lo veo a él, esa misma imagen que veía real-
mente cuando me picaba para discutir.
Aunque las
discusiones,
afortunadamente,
nunca llegaron a
más, su “espíritu”
deambula por mi
cabeza mientras
intento encontrar
mi descanso. Un día
encontré la puerta
abierta y ahí estaba,
en la cocina, en
un despiste suyo
le cogía la pistola
que había dejado
encima del mármol
y no lo dudé,
disparé contra él
cuatro veces, quedó
tendido en el suelo,
me aseguré de que
no reaccionara a
mis golpes con el
pie y me dirigí al
salón y ahí estaba de
nuevo, mi asombro
era tal que miré a la
cocina y ahí seguía
su cuerpo, se había
duplicado, esta vez,
ensangrentado, me
lanzaba una grana-
da, no me alcanzó,
pero él volvió a caer
al suelo, ya eran dos
los cuerpos del veci-
no que yacían en el
suelo de mi casa.
La angustia es
indescriptible, la
sensación que sólo
nos separa una
puerta y de que si
algún día llegara a
traspasarla pudiera
sucederme algo.
Ese miedo hace que
empiece a ser cons-
ciente, quiero salir
del sueño, quiero
despertarme, pero
no puedo, mi cuer-
po está despierto,
mi mente, atrapada.
Tal vez sea lo que sienten las personas en
estado vegetal, aquellas que no pueden
mover ni un centímetro de su cuerpo pero
son conscientes de lo que está sucediendo
a su alrededor, pues lo mismo me pasa a
mi, sé que estoy teniendo esa pesadilla de
nuevo, quiero despertar, grito, me muevo e
incluso me pego, pero no puedo salir de ese
mundo, hasta que ELLA me despierta.
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Soy redonda, soy roja.
¿Un palo y una hoja salen de mi cabeza?
¡Soy una manzana!
¡Me van a comer!
¡Me muerden!
No dolió.
Escenario onírico de:Lina Vallejo De los Ríos
Caminaba lentamente por pasillos angostos, todo tenía cierto tono caoba grisáceo probablemente por el polvo que cubría cada rincón de la biblioteca abandonada.
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Escenario onírico de:Camila Velasco Restrepo
Acaricié varios libros sin dete-nerme e inhalé profundamente ese exquisi-to aroma tan familiar, ese que sólo se encuentra im-pregnado en las páginas de los libros buenos, esos que podría leer un millón de veces, esos que cambian la vida.
¿Y cómo no creer en la magia y el destino si tenía apenas 5 años cuando visité aquella solitaria biblioteca por primera vez? Desde el prin-cipio sentí que pertenecía a ese lugar, que hacía parte de mi.
Pero dejó de ser mi lugar pre-dilecto cuando el pasillo se vio interrumpido.
Toda la tranquilidad y la sensación de sabiduría y melancolía se desvanecía y era sustituida por con-fusión. No sin la necesidad de incentivarme una buena dosis valentía, bajé el primer escalón, teme-rosa, parcialmente consciente de lo que sucedería a continuación. Bajé el segundo escalón y resbalé, inhalé profundamente un soplo de aire y lo retuve hasta el final. Al ritmo del vals, zigzagueante como las hojas del ocaso de otoño, caí.
y cuando estuve a punto de tocar el
fondo,
Lo esperaba,
la caida fue lenta y placentera,
desperté.
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“La pesadilla” o “El íncubo” (The nightmare)
Johann Heinrich Füssli
1781
“Una muchacha está acostada. Se des-
pierta y se aterra porque ve que sobre
su vientre se ha acostado un monstruo
que es pequeño, negro y maligno. Ese
monstruo es la pesadilla. Cuando Füssli
pintó ese cuadro estaba pensando en
la palabra Alp, en la opresión del elfo.”
Pero esto no es exactamente lo que
ocurre: la mujer no despierta, sueña,
y aunque quizás transita el territorio
de terror puro que son las pesadillas,
también puede estar teniendo un sueño
erótico (de hecho el rostro recuerda
algunas esculturas de Lorenzo Bernini),
y el íncubo estar allí sólo observándola.
La mujer en todo caso tiene una co-
nexión con el caballo.
el clásico