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CRITICÓN, 49, 1990, pp. 77-90. Huarte de San Juan : de la 'naturaleza' a la 'política' por Guillermo SERES (Universidad Autónoma de Barcelona) Desde el principio del Examen de ingenios queda claro su objeto: la necesidad de adecuar en lo posible la naturaleza humana -una vez sistematizadas, con método riguroso, sus "diferencias"- a las necesidades de la "República": Para que las obras de los artífices tuviesen la perfección que convenía al uso de la república, me pareció, Católica Real Majestad, que se había de establecer una ley: que el carpintero no hiciese obra tocante al oficio de labrador (...), sino que cada uno ejercitase sola aquel arte para la cual tenía talento natural, y dejase las demás... considerando cuan corto y limitado es el ingenio del hombre para una cosa y no más... Y porque no errase en elegir la [arte] que a su natural estaba mejor, había de haber diputados en la república... que en la tierna edad descubriesen a cada uno su ingenio, haciéndole estudiar por fuerza la ciencia que le convenía, y no dejarlo a su elección. De lo cual resultaría en vuestros estados y señoríos haber los mayores artífices del mundo y las obras de mayor perfección, no más de por juntar el arte con naturaleza. Este afán y necesidad de Huarte de sistematizar las "diferentes formas de ser hombre", de "juntar" las diversas "naturalezas" con las "artes" respectivas, refleja un modo de hacer muy de su época. En efecto, en el umbral del siglo XVII, los afanes del intelectual van por derroteros distintos de los del humanista de la primera mitad de siglo: el panmctodismo ha acabado por sustituir a la consideración "universalista" del pensamiento, surgida al contacto y restitución de la cultura greco- latina. Huarte y sus contemporáneos, especialistas en cualquiera de las "artes", ya se encontraron los textos de las diversas disciplinas "desbrozados" de impurezas (textuales y terminológicas, 1 Se trata del "Proemio a la Majestad del rey don Felipe, nuestro señor", del Examen de ingenios para las ciencias de Juan Huarte de San Juan; cito siempre por mi edición: Madrid, Cátedra, (Letras Hispánicas, 311), pp. 149-151. La primera edición es la de Bacza, 1575; la llamada "edición reformada" (Baeza, 1594) contiene las enmiendas que se vio obligado a hacer el autor a raíz de las expurgaciones de que fue objeto su libro por parte del Santo Oficio; para este particular, véase de la introducción a mi edición, "El libro y la Inquisición", pp. 110-118; también puede verse Mauricio de Iriarte, El doctor Huarte de San Juan y su "Examen de Ingenios". Contribución a la historia de la psicología diferencial, Madrid, C.S.I.C., 1948, pp. 87-100, y passim.

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CRITICÓN, 49, 1990, pp. 77-90.

Huarte de San Juan : de la 'naturaleza' a la 'política'

por Guillermo SERES(Universidad Autónoma de Barcelona)

Desde el principio del Examen de ingenios queda claro su objeto: la necesidad de adecuar en loposible la naturaleza humana -una vez sistematizadas, con método riguroso, sus "diferencias"- alas necesidades de la "República":

Para que las obras de los artífices tuviesen la perfección que convenía al uso de la república, mepareció, Católica Real Majestad, que se había de establecer una ley: que el carpintero no hiciese obratocante al oficio de labrador (...), sino que cada uno ejercitase sola aquel arte para la cual tenía talentonatural, y dejase las demás... considerando cuan corto y limitado es el ingenio del hombre para unacosa y no más... Y porque no errase en elegir la [arte] que a su natural estaba mejor, había de haberdiputados en la república... que en la tierna edad descubriesen a cada uno su ingenio, haciéndoleestudiar por fuerza la ciencia que le convenía, y no dejarlo a su elección. De lo cual resultaría envuestros estados y señoríos haber los mayores artífices del mundo y las obras de mayor perfección,no más de por juntar el arte con naturaleza. •

Este afán y necesidad de Huarte de sistematizar las "diferentes formas de ser hombre", de"juntar" las diversas "naturalezas" con las "artes" respectivas, refleja un modo de hacer muy de suépoca. En efecto, en el umbral del siglo XVII, los afanes del intelectual van por derroteros distintosde los del humanista de la primera mitad de siglo: el panmctodismo ha acabado por sustituir a laconsideración "universalista" del pensamiento, surgida al contacto y restitución de la cultura greco-latina. Huarte y sus contemporáneos, especialistas en cualquiera de las "artes", ya se encontraronlos textos de las diversas disciplinas "desbrozados" de impurezas (textuales y terminológicas,

1 Se trata del "Proemio a la Majestad del rey don Felipe, nuestro señor", del Examen de ingenios para lasciencias de Juan Huarte de San Juan; cito siempre por mi edición: Madrid, Cátedra, (Letras Hispánicas,311), pp. 149-151. La primera edición es la de Bacza, 1575; la llamada "edición reformada" (Baeza,1594) contiene las enmiendas que se vio obligado a hacer el autor a raíz de las expurgaciones de que fueobjeto su libro por parte del Santo Oficio; para este particular, véase de la introducción a mi edición, "Ellibro y la Inquisición", pp. 110-118; también puede verse Mauricio de Iriarte, El doctor Huarte de SanJuan y su "Examen de Ingenios". Contribución a la historia de la psicología diferencial, Madrid,C.S.I.C., 1948, pp. 87-100, y passim.

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ideológicas y conceptuales), gracias a la gigantesca labor filológica llevada a término por Nebrija ysus continuadores en todos los campos y disciplinas (incluida, por supuesto, la medicina), en latíny en castellano.

En consecuencia, y teniendo siempre como Norte cuestiones de tipo político, ideológico ydoctrinal (que van a influir, y mucho, incluso en la temática de los ensayos), hay que apuntar enseguida que la actividad y el método del ensayista de finales del XVI van a tender progresivamente ala sistematización enciclopédica, al estudio compartimentado y a la clasificación exhaustiva de lossaberes. Se quiere "reducir todo a arte" y, naturalmente, se revigoriza la creencia en un arteuniversal, lulliano, enciclopédico 2. En este contexto hay que considerar la labor de Huarte: elestudio de los temperamentos o de las complexiones, el examen de las habilidades individuales, delas vocaciones profesionales y de las necesidades de "toda república bien compuesta".

Con todo, y vista la relativa imposibilidad del empeño, los métodos clasificatorios,"reductores", los sistemas o cuadros del mundo y del hombre suelen caer en el error de simplificarexcesiva y esquemáticamente la realidad o la naturaleza 3. Aunque no llegue a tales extremos, elExamen de ingenios parte de semejantes propósitos metodológicos: no es tiempo ya del relativodesorden de las misceláneas y florilegios de unos años atrás -verbigracia, las obras de Pero Mexía oAntonio de Torquemada-, sino de interpretar, organizar y jerarquizar las "señales" aparentementeinconexas de la Naturaleza:

Todos los filósofos antiguos hallaron por experiencia que donde no hay naturaleza que dispongaal hombre a saber, por demás es trabajar en las reglas del arte. Pero ninguno ha dicho con distinciónni claridad qué naturaleza es la que hace al hombre hábil para una ciencia y para otra incapaz, nicuántas diferencias de ingenio se hallan en la especie humana, ni qué artes y ciencias responden a cadauno en particular, ni con qué señales se había de conocer, que era lo que más importaba. Estas cuatrocosas, aunque parecen imposibles, contienen la materia sobre que se ha de tratar, fuera de otrasmuchas... ("Proemio al rey", pp. 153-154)

No es de extrañar, pues, que aparezca la organicista obra del médico navarro en la misma épocaen la que Jerónimo Merola, pongo por caso, "construye" una "república del cuerpo humano"; en lamisma en que el maestro Simón Abril redacta una Filosofía natural, cuyo objeto es sistematizar "elcuerpo natural o la cosa natural, que es lo que está sujeto a alteraciones"4; etc. En general, se puede

2 Es de sobra conocida la pujanza del método lulliano, bástenos recordar un representante, Pedio deGuevara y su Breve y sumaria declaración de la Arte general, Madrid, 1586. Consecuentemente, se aferra ala concepción medieval del objeto y método de estudio, y a la tripartición de representantes: "de cuantose puede tratar, o son cosas o conceptos o voces"; cada uno de los objetos de estudio comporta, claro, que"tres diferencias hay y hubo tres maneras de filósofos: unos reales... y otros nominales... y otrosnocionales" (fol. 14 r.).3 Por ejemplo, la gran "máquina" de pensar de Giulio Camillo, L'idea del Theatro, no es más, como otrostratados de esta época, que una ordenación de tópicos generalizados. Véase Francés A. Yates, "Lamemoria renacentista: el teatro de la memoria de Giulio Camillo", en El arte de la memoria, Madrid,Taurus, 1974 (Ensayistas, 113) pp. 157-189. El teatro de Camillo representa al Universo"expandiéndose desde las Causas Primeras a través de los diferentes estadios de la creación" {ibid. p. 170)y pretende recoger, compendiar y sistematizar, desde puntos de vista herméticos y cabalísticos, lossaberes de la humanidad: astrología, mitología, fisiología, medicina,etc; se trata, en suma, de unamachina mnemotécnica ad usum de un cierto tipo de intelectual con afanes enciclopédicos.4 A diferencia de la de Merola, la de Simón Abril (ca. 1589) está estructurada de acuerdo con la scalanaturae aristotélica (cf. M. Morreale, Pedro Simón Abril, Madrid, C.S.I.C., 1949, pp. 123-169). En otraobra del mismo autor encontramos propósitos semejantes a los de Huarte, en tanto que el individuo es

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afirmar que la preocupación por un método de análisis de la realidad y de la naturaleza, un arte quepermita clasificar los diversos elementos de que está compuesta y que, en consecuencia, permita aestos intelectuales y ensayistas especializados incidir en la sociedad, al brindar sus obras para superfeccionamiento, está en el ánimo de la mayoría de tratadistas: desde el gran Vives y su intento deestablecer una, digamos, enciclopedia del saber de su tiempo 5 , hasta bien entrada la centuriasiguiente. El afán por encontrar un método clasifícatorio y sistemático es uno de los caballos debatalla de esta segunda generación de humanistas "especializados", tanto en el terreno científico 6

como en el estrictamente filosófico 7. Método que ha de basarse, forzosamente, en la observación dela Naturaleza, y más en el caso que nos ocupa: el de un médico que clasifica las disponibilidadesnaturales y el ingenio mediante una doctrina supuestamente científica.

De hecho, las afirmaciones de los humanistas anteriores ya prepararon el terreno en estesentido, esto es, en el de que basta en cierto modo con imitar interiormente los procedimientos dela Naturaleza, con pensar y actuar en connivencia con ella, para adquirir todos los poderes queencierra. Así, el pensamiento se vuelve productivo: creencia, en principio, muy humanista y muypróxima a la ciencia moderna8. El método del Examen supone una colaboración entre Naturaleza yPolítica tendente a "reajustar" las naturalezas particulares y sus "artes" correspondientes de acuerdocon las necesidades del Estado (véase el fragmento citado al principio), con el cuerpo social de larepública, a cuya cabeza, Felipe II, dedica la obra 9 .

considerado en su condición de miembro de la "república"; se trata de sus Apuntamientos de cómo sedeben reformar las doctrinas y la manera de enseñallas, Madrid, BAAEE, vol. 65, p. 293 y ss.5 Véanse, si no, sus sistemáticas y constructivas De prima philosophia. De anima y De tradendisdisciplinis. En la última, "el humanista español Vives quiso cumplir el ambicioso intento de sustituir elconocimiento medieval por una enciclopedia clásica y humanista de la sabiduría, y ejerció en toda laeducación occidental una influencia profunda y vasta" afirma P. O. Kristeller, El pensamientorenacentista y sus fuentes, México, F.C.E., 1982, p. 69. Véase también el excelente libro de E. Garin,L'educazione in Europa. 140011600, Roma-Bari, Laterza, 1976, (Universale Laterza, 359), pp. 160-161.6 Y técnico; a este propósito resulta ejemplificador el hecho de que Francis Bacon considerase lastécnicas como modelo de las ciencias, porque veía en aquéllas la cooperación de los inventores y elprogreso rectilíneo (apud P. Rossi, Los filósofos y las máquinas, 1400-1700, Barcelona, Ariel, 1965,I a parte); cooperación evidente en la obra de Huarte. Para ampliar lo relativo a este campo, cf. José M.López Pinero, Ciencia y técnica en la sociedad española de los siglos XVI y XVII, Barcelona, Labor,1979.7 Oigamos en este último terreno al escéptico Francisco Sánchez: "Nihil enim tantum in docendomomentum habet quantum methodus; quae subinde tam varia hominibus est, quaque uti scire non minuslaboriosum ingenioque plénum est quam utile, nec minus rarum quam necessarium" (Quod nihil scitur,Lyon, 1581, p. 82).8 Véanse, por ejemplo, E. Callot, La Renaissance des sciences de la vie au XVIe siècle, París, 1951, pp.33-37 y 40-41; J. M. López Pinero, op., cit., pp. pp. 149-370, con rica bibliografía; Robert Klein, "Loshumanistas y la ciencia", en La forma y ¡o inteligible, A. Chastel (comp.), Madrid, Taurus, 1980(Ensayistas, 204), pp. 299-309. Por otra parte, la llamada unión de las letras y las ciencias de lanaturaleza, formulada, entre otros, por Rabelais, Alberti o Vives, o por Bárbaro y Pontano, está muybien desarrollada en el trabajo de Eugenio Garin, La cultura florentina nell'età di Leonardo, en Belfagor,1952, pp. 272-289; del mismo autor también puede verse "Los humanistas y las ciencia", en Larevolución cultural del Renacimiento, 2a éd., Barcelona, Crítica, 1984 (Estudios y Ensayos, 80),pp .243-270 .9 Véase Luigi Firpo, Lo stato idéale della Controriforma, Barí, Laterza, 1957; nos explica el autor estecarácter cientifista de algunos proyectos políticos. Véase también F. Rico, "De política", en El pequeñomundo del hombre, 2a éd., Madrid, Alianza, 1986 (Alianza Universidad, 463) pp. 107-117 y 316.

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También en el "Segundo proemio" (al lector) evidencia sus objetivos: "Saber, pues, distinguir yconocer estas diferencias naturales del ingenio humano, y aplicar con arte a cada una la ciencia enque más ha de aprovechar, es el intento desta mi obra" (p. 164). Ni que decirse tiene que el modelopolítico que implícitamente respalda Huarte es el organicista, heredado de la Edad Media: debajo deDios, que "conserva y gobierna el mundo", el rey (cabeza del Estado), que ha de imitar dicho orden"en el gobierno de la república"10; de ahí que le "disponga naturalmente" para tal función, y que sufisiognomía y temperamento coincidan con los de Cristo (cap. XIV-XVI). Los restantes "órganos"han de someterse a su dictado n .

Descuella, decíamos, la idea de que es necesario armonizar la naturaleza humana con el arte(physis-tekhné) y con las necesidades políticas, o sea, con el nomos. Sin embargo, si se lee conatención, se observa que más que de 'armonía' cabe hablar de 'función' pública (y,consiguientemente, de 'organicismo'); esto es, se subraya la relación, aunque mejor sería hablar de'sujeción', de laphysis al nomos, de las "diferencias naturales" al bien de la "república" y su cuerposocial. Este es el verdadero y último propósito de la obra de Huarte; propósito que, dicho sea depaso, no ensombrece las preciosas informaciones y estupendas ideas que nos ofrece a lo largo dellibro. Lo ratifica unas pocas líneas más abajo, al referirse de nuevo a la necesidad de unos"examinadores" que comprueben si el aspirante a teólogo, filósofo, médico o letrado

tiene el ingenio que cada una de estas ciencias ha menester. Porque si no, fuera del daño que este talhará después en la república usando su arte mal sabida, es lástima ver a un hombre trabajar y quebrarsela cabeza en cosa que es imposible salir con ella. Por no hacer hoy día esta diligencia, han destruidola cristiana religión los que no tenían ingenio para teología, y echan a perder la salud de los hombreslos que son inhábiles para medicina, y la jurispericia no tiene la perfección que pudiera... ("Proemioal rey", pp. 152-153).

Al margen de "salir con ella" acota un lugar de la República de Platón (II, 3734 a y ss.) quesubraya la inconveniencia de que un hombre libre aprenda por fuerza una ciencia; semejante al deunos párrafos arriba, esta vez de las Leyes: "...dos profesiones no pueden ser ejercidas debidamentepor un solo hombre" (en concreto, III, 678 c). Es muy lógico, por otra parte, que cite con ciertafrecuencia (ocho veces) esta última obra, pues en ella Platón sigue el ejemplo de la cienciamédica 12 y pretende conseguir un legislador en el más alto sentido, es decir, un verdadero educadorde los ciudadanos; establece para ello un paralelo entre la acción del médico y la del político, entreel microcosmos y el macrocosmos 13. Como adecuado es el pasaje de la República, pues pone demanifiesto Platón que la justicia (subtítulo del diálogo) del Estado no debe ser más que un reflejo

10 Juan de Santa Mana, Tratado de república y policía cristiana. Valencia, 1619, fol. 73 r.11 Teoría muy conocida que puede verse, por ejemplo, en José A. Maravall, Teoría española del Estado enel siglo XVII, op. cit., pp. 103, 122-124 y passim; id.. Estudios de Historia del pensamiento español, II:La época del Renacimiento, Madrid, I.C.I., 1984, p. 183, donde aduce el ejemplo de C. Pérez de Herrera,Remedios para la salud del cuerpo de la República (1610) (apud F. Rico, op. cit., pp. 317-318).12 Especialmente debe considerarse la parte final del libro IV (718 d y ss.), y sobre todo el paralelo queestablece entre el legislador y el médico (719 e y ss.). Para las Leyes en general, véase la Paideia deJaeger, pp. 1015-1077; también David Ross, Teoría de las ideas de Platón, Madrid, Cátedra, 1986(Teorema, s. n.), pp. 166-169. Desde un punto de vista más "político", aún pueden verse los dos librosclásicos de R. L. Nettleship, Lectures on the "Republic" of Plato, Londres, 1901; The Theory ofEducation on the Republic of Plato, Univ. Press., Chicago, 1906.13 Cf. Gorgias, 463 b-464 d; compruébese también, abajo, el mayor peso específico del Timeo, eldiálogo de Platón que más veces aparece en el Examen.

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de la del individuo (371 e y ss.), un principio según el cual cada uno debe realizar la tarea propia(370 a y ss.) y, en consecuencia, aprender y ejercer la ciencia que le cuadre. Y no sólo para que elEstado reproduzca la estructura del alma individual, sino también para que no haya profesionesinnecesarias; para prevenirse, por tanto, de un Estado elefantiásico y enfermo que va creándosenecesidades a medida que aumentan la molicie y el lujo (372 e y ss.). Nada más cercano, pues, alos propósitos políticos de Huarte, quien, como vemos, sabe elegir muy bien sus fuentes yadaptarlas a a sus fines, en último término, políticos.

No se plantea únicamente nuestro medico objetivos a largo alcance, esto es, no se proponeteorizar sobre la república ideal. No es un utópico, conoce los principales problemas que aquejan ala España contemporánea, y el libro, como venimos apuntando, responde más bien a unasnecesidades muy concretas de la política de Felipe ü; entre ellas las de índole económica. En estesentido, no es el único que levanta la voz, se suma a otras, entre ellas las de los "repúblicos"arbitristas 14, que, ya en la época de Huarte, apuntan que el abandono de la agricultura y de otrasactividades productivas es la primera causa de la decadencia económica de España. Abandonomotivado, en la mayor parte de los casos, por el deseo de medrar mediante profesiones o actividadespara las que era menester cursar estudios superiores: los agricultores, por ejemplo, enviaban,cuando podían, a sus hijos a la Universidad con la esperanza de mejorar su estado 15. Además deldescenso de productividad, otro mal a considerar era el excedente de graduados universitarios, que,aparte de ser un peligro político (pues eran potencialmente sediciosos), acarreaban privilegios casiinsostenibles16. No cabe duda de que Huarte también tiene en cuenta este aspecto pragmático, puesse combinan en su libro los dos planos, el teórico y, de forma implícita, el práctico. Por otraparte, esta división en teoría y práctica será otro de los criterios a la hora de examinar los ingeniosy clasificar las ciencias, en el cap. VIII-X.

Además de elegir buenos licenciados y de eliminar el excedente estudiantil, otro fineminentemente pragmático se trasluce a lo largo del libro: la necesidad de crear una clase "móvil"de intelectuales, "hijos de sus obras", que ocupen puestos de relevancia en el cuerpo social (Huartese guarda para sí, claro, el de "examinador" arriba citado). Cuestión plenamente incardinada con unade las tesis del libro: 'cada uno debe ocupar el rango que le permite su disposición natural, su

14 Cf. J. Vilar, Literatura y economía. La figura satírica del arbitrista en el Siglo de Oro, Madrid, 1972.15 Oigamos, si no, el testimonio de Fernández Navarrete: "parece conveniente... que se reformen muchosestudios. Y aunque parezca que tiene algo de rigor el quitar a la gente plebeya la ocasión de valer pormedio de las letras, no lo es, considerada la necesidad que los reinos tienen de gente que acuda a losministerios de las armas, a la labor de las tierras y al ejercicio de las artes y oficios" (Conservación de lasmonarquías y discursos políticos, Madrid, 1626, p. 299). Hay muchos más ejemplos que reflejan elutilitarismo del estudiantado; por ejemplo, el libro citado arriba de Pedro Simón Abril, pp. 293-294;Juan Lorenzo Palmireno, El estudioso de aldea. Valencia, loan Mey, 1568, pp. 96-97; Pero de Rhúa,Cartas censorias, BAAEE, XIII, 1, p. 231; etc. Véanse, por ejemplo, R. L. Kagan, Students and Societyin Early Modem Spain, Baltimore-Londres, J. Hopkins Univ. Press, 1974; L. Gil Fernández, "Políticaeducativa y didáctica de las lenguas clásicas en España: del Renacimiento a la Dustración", en Estudios deHumanismo y tradición clásica, Madrid, Univ. Complutense, 1984, pp. 67-92. En concreto, G. A.Perouse, Le Dr. Huarte de San Juan: pédagogie et politique sous Philippe 11, en Bibliothèqued'Humanisme et Renaissance, 23,1, 1970, pp. 81-92.16 Cf. J. A. Maravall, La oposición política bajo los Austrias, op. cit., pp. 221 y ss.; Id, Estudios deHistoria del pensamiento español, op. cit., p. 183 y s.; id., Trabajo y exclusión: el trabajador manual enel sistema social español, en A. Redondo (éd.), Les problèmes de l'exclusion en Espagne (XVle-XVlle

siècles), París, 1985, pp. 135-159; en general, A. Domínguez Ortiz, La sociedad española en el sigloXVH, I, Alianza, Madrid, 1963, pp. 161-322.

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"diferencia" de ingenio'. En la sociedad trazada por Huarte parece no haber lugar para la "nobleza desangre": Felipe II es rey porque, -¡feliz coincidencia!- la Naturaleza le ha dotado del temperamento"perfecto" para ser el "celebro"; los demás "órganos" deben ganar su "honra" con su ingenio: "todasu honra [del hombre] y nobleza (dice Cicerón) es tener ingenio y ser bien hablado: 'ut hominisdecus est ingenium, sic ingenii lumen est eloquentia". En eso sólo se diferencia de los brutosanimales y tiene semejanza con Dios" (p. 210; el pasaje de Cicerón es del De claris oratoribus, VI,23). Las afirmaciones en este sentido son constantes; verbigracia: "Verdad es que hay algunos tanignorantes y faltos de consideración, que no admiten que su nobleza tuvo principio, sino que eseterna, y convertida en sangre, no por merced del rey particular, sino por creación sobrenatural ydivina" (p. 550). Así, pues, la intención de nuestro médico (que lo es tanto del cuerpo "natural"como del "social") es la de elaborar un método que permita, técnicamente, elegir a los individuosmás aptos para servir a la colectividad, que sea fundamento de la verdadera nobleza, la "espiritual".

Esta "reducción" de la Naturaleza en pro del cuerpo social marca las líneas maestras teóricas delExamen; las traza Huarte teniendo en cuenta la tripartición de los ingenios que expone en el cap. I(ed. reform.) y de la asignación de las "ciencias" que corresponden a cada "diferencia". La república,viene a decir, debe ser consciente de los tres "grados de habilidad" (correspondientes a las tres"diferencias de ingenio") de sus subditos, y éstos deben serlo de su ingenio: ya posean el propio delos individuos capaces sólo de comprender cuestiones "claras y fáciles"; ya el de los capaces dedominar "todas las reglas y consideraciones del arte", aunque todo se lo hayan de dar "hecho ylevantado"; ya, por fin, el de los "ingenios inventivos", que "llaman en lengua toscanacaprichosos". Además del grado, hay que tener en cuenta la cualidad: según la potencia del alma quepredomine en ellos -a saber, memoria, imaginación o entendimiento 17-, les corresponderá ungrupo determinado de saberes. Dichas triparticiones metódicas, operativas, condicionan, además, laestructura de la obra.

Tanto es así, que, aunque el libro formal y temáticamente esté dividido en dos grandes partes1S,la estructura es claramente tripartita y, podríamos decir, jerárquica, "piramidal". Los capítulos I-VII(I-IX) se dejan agrupar bajo un epígrafe que, en principio, podemos denominar "Naturaleza' (es decir,

17 Para la distinción y definición de las tres potencias se remite más abajo a la tradición aristotélica, queconsideraba a la imaginación como la facultad intermediaria entre la sensación o percepción y elintelecto o pensamiento. La demostración de Aristóteles (De anima, HI, 3 passim y De memoria etreminiscencia, 449 b y ss; incluso en la Retórica, 1370 b) afirma, contra Platón (cfr. Filebo, 38 b-39 c;Sofista, 264 b; Timeo, 52 a) que todo conocimiento deriva de las impresiones sensoriales y elpensamiento actúa sobre ellas, ya cualificadas, tras haber sido tratadas y absorbidas por la facultadimaginativa. Es, pues, la parte hacedora de imágenes (de "figuras", dirá Huarte abajo) del alma la querealiza el trabajo de los procesos más elevados del pensamiento {cf. De anima, 432 a 17). La memoriapertenece a la misma parte del alma que la imaginación, se diría que es un "archivo" de imágenes (cf. Dememoria, 449 b 31 y passim). Por su lado, la facultad intelectiva entra en acción en la memoria, pues esahí donde el pensamiento opera sobre las imágenes almacenadas procedentes de la percepción sensorial.La historia de los sentidos internos fue reconstruida por M. W. Bundy, The Theory of Imagination inClassical and Medieval Thought, Minois, Univ. Press, 1927; véase también Francés A. Yates, op. cit.pp. 43-67.18 La primera, de cariz fisio-psicológico, abarca los primeros catorce capítulos (dieciséis de la ediciónreformada); la segunda, de orientación biológico-dietética y con fines eugenésicos, ocupa el capítulo XVde la princeps, dividido en cuatro partes que en la reformada se convirtieron en seis capitulitos (XVII-XXII); esta segunda parte sería como un apéndice "práctico" de la primera. La mejor explicación de esteplan de trabajo se encuentra en la continuación del "Segundo proemio" (al lector), redactada para laedición reformada de 1594.

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los fundamentos fisiológicos del todo), que coincide grosso modo con el terreno de la physisclásica: cualidades elementales, elementos, humores, temperamentos, espíritus, órganos y susfacultades, constitución cerebral, diferencias de ingenio (caracterizadas por todo lo anterior), etc.; setrata, en suma, de la base de la pirámide: la exposición de los elementos y sus relaciones, ladescripción (centrada, principalmente en el capítulo II-IV) de la interdependencia de las partesfisiológica y psíquica del ser humano. Las tres almas aristotélicas (especialmente descritas en elcap. III-VI) también son tenidas en cuenta a la hora de determinar las habilidades o aptitudeshumanas, sus "disposiciones naturales"; esta participación es, precisamente, lo que pretendíaexplicar en el totalmente expurgado capítulo VIL

La segunda parte, capítulos VIII-XIII (X-XV), se puede inscribir bajo el epígrafe "arte"(tekhné), pues es donde Huarte establece la serie de correspondencias entre "diferencias de ingenio"(esto es, temperamentos determinados fisiológicamente) y "ciencias" convenientes a la república.En ésta se dedica especialmente al estudio de las facultades del "ánima racional" aristotélica, perosin descuidar el resto, pues dos (imaginación y memoria) dependen del "sensorio común" (cf. nota17); tampoco dejan de entrar en juego las facultades de los órganos vitales ("irascible" yconcupiscible"), puesto que, y siempre siguiendo el De anima (II, UI, 414-415), cada una de lasalmas está contenida en la superior la scala naturae ha de tener primeros peldaños, lo mismo que elcuerpo social ha de tener órganos subsidiarios, pero imprescindibles.

La tercera parte, por fin (capítulo XIV-XVI), la cima de la pirámide (natural y social, claro),está dedicada al rey, a Felipe II: en su persona, como hombre "templado" que es, se concilianarmónicamente naturaleza y arte para el bien del Estado, y al amparo de la Providencia divina (cf.nota 11). Resulta evidente que esta parte, aristotélicamente hablando, le corresponde al almaintelectiva y, en concreto, al entendimiento; no sólo porque éste es necesario para gobernar, sinotambién porque el rey es la cabeza, el "celebro", de la república. No es de extrañar, pues, que loasimile a Jesús de Nazaret fisiognómica y "naturalmente" (physis), jerárquica (nomos) y"científicamente" (tekhné); pues ambos, cada uno en su "círculo" macrocósmico (la República, elUniverso) tienen la disposición natural, la complexión o temperamento, de gobernantes.

Se deja entrever que dicha estructura remeda a grandes rasgos el desarrollo y la arquitectura delDe anima de Aristóteles. La primera parte describe todos los elementos "naturales" de los que elhombre participa y que éste comparte con el resto de la creación, es decir, el "alma vegetativa" delmundo (la planta, el bruto y el hombre); la segunda se centra especialmente en el hombre, y en susalmas "sensitiva" e "intelectiva", desde la perspectiva de su actividad social (hombre y sociedad); latercera nos muestra, predominantemente, la parte "angélica" del hombre, esto es, su alma"intelectiva" (el hombre y Dios). La comunicación entre las tres porciones que constituyen alhombre (y al libro), o sea, el "ascenso" o "descenso" por la scala naturae, es, además, uno de lossubtemas del Examen; por ello anunciábamos que la estructura subraya (o es su reflejo formal) elcontenido. Tal "comunicación" se establece, a su vez, ya sea por disposiciones naturales (physis):cualidades elementales (por ejemplo, cuando afirma: "la sequedad hace a los hombressapientísimos" 19), espíritus, humores, país de origen, etc.; ya por las condiciones de cada "arte"

19 En varios pasajes, entre ellos, uno del cap. V-VTII (o en una enmienda al cap. VI-IX) afirma, dentro delas más pura tradición de la physis presocrática: "los secos de celebro... crecen en la buenarepresentación de las figuras por el resplandor y claridad que está conjunta con la sequedad, y esto es loque más ha menester el entendimiento conforme aquello de Heráclito: 'splendor siccus animussapientissimus'" (p. 330). En efecto, se trata del fragmento 22 A 15 (E. H. Diels, Die Fragmente derVorsokratiker, W. Kkanz (éd.), Berlín, 1934-54); ideas que reaparecen una y otra vez en Hipócrates y en

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(tekhné): necesidad del desarrollo de una potencia interior más que otra, dedicación y estudio, etc.;ya por los elementos socio-políticos (nomos): constitución del país de origen, nacimiento rural ourbano, linaje...; aptitud, en suma. Y así como cabe la posibilidad de "ascender" de 'alma' en 'alma'por la scala naturae y de 'arte' en 'arte' por la, digamos, scala artis, también lo es en la entidad quees reflejo del microcosmos: el macrocosmos social, el Estado. Quien "naturalmente" lo merezca, sise esmera, podrá "ganar honra", alcanzar privilegios, ascender por la, y valga la expresión, scala reipublicae.

Por ello, pese a que Platón le proporcione a Huarte un modelo político (nomos) ideal20, partede Aristóteles para establecer las tres grandes "diferencias" de ingenios de acuerdo con las tresfacultades racionales y para la definición de "ánima", aunque matizada de acuerdo con los principiosfisiológicos de la medicina hipocrático-galénica (physis-tekhné). Por ejemplo, en la continuacióndel "Segundo proemio", cuando refiere que en "el repartimiento de las ciencias" tuvo en cuenta Dios"el ingenio y natural disposición de cada uno" (pasaje expurgado), aduce para corroborarlo que "larazón de esto es que las ciencias sobrenaturales se han de sujetar en el ánima, y el ánima está sujetaal temperamento y compostura del cuerpo". Se trata de un pasaje del omnipresente De anima (II, n,414 a 10-25) en torno al cual giran otras muchas referencias 21.

Pese a todo, las nociones, temas y estructuras de los dos filósofos citados los pone Huarte alservicio de las directrices, conceptos y métodos de Hipócrates y Galeno, cuyos tratados son elfudamento teórico y práctico del Examen de ingenios. Desde esta perspectiva médica es desde la quehay que considerar los conceptos básicos con los que elaborar su arte dello stato: 'Naturaleza' e'Ingenio'.

La Naturaleza para Huarte, y no se cansa de repetirlo, es "el temperamento de las cuatrocalidades primeras (calor, frialdad, humedad y sequedad)... de ésta nacen todas las habilidades delhombre, todas las virtudes y vicios y esta gran variedad que vemos de ingenios" (cap. II, IV, p.244). Se trata, pues, de un método "combinatorio" de cualidades elementales, humores, edades,latitudes geográficas, aires, dietas, etc., que en último término remite a Hipócrates. Porque en másde un tratado del Corpus hippocraticum (CH)se explicita que la verdadera medicina es aquella quenunca desliga la parte del todo, que contempla hphysis o naturaleza humana o de cada objeto en

Galeno, fuentes intermedias de Huarte. El Examen está cuajado de afirmaciones de esa índole para cada unade las cualidades elementales; en lo tocante a la "sequedad", puede verse, por ejemplo, el cap. XII-XIV,donde afirma, demuestra y ejemplifica la mayor inteligencia del pueblo judío (en alguna facultad racionaly para alguna "ciencia" en concreto, claro) a causa de su prolongada estancia en el desierto y en tierrasestériles y secas.2 0 A pesar de que hemos citado las Leyes y la República, es el Timeo la obra más utilizada (mencionado19 veces con su subtítulo, De natura). No es de extrañar, pues da cabida en esta obra el filósofo griego a ladoctrina de las cualidades, a la correspondencia de clima y carácter, e incluso a la influencia del clima enlas enfermedades, no sólo mentales, sino también morales (86 y ss.). Huarte se sirve especialmente detodo lo referente a las tres almas, a la colaboración entre Dios y la Naturaleza, a los temperamentos yhumores, etc.; pero especialmente tiene presentes las primeras palabras del libro, cuando Platón, en prodel macrocosmos social, esto es, del Estado, aboga por la selección de vocaciones y profesiones y ofreceun sistema educacional que sirva a los intereses de aquél. El Teeteto lo utiliza, especialmente, paramostrar el método socrático, la mayéutica, (149-150). El Ion y el Cratilo le sirven para cuestiones dedetalle (que son las que más ha subrayado la crítica): para terciar en la controversia del "furor divino" delpoeta (Ion, 533 e-534 a-b), o en la disputa platónico-aristotélica sobre la naturaleza / convención de losnombres: Cratilo, 389 d; frente al De interpretatione, II, 16 a 19.2 1 Extraídas de varias obras: De partibus animalium. De somno et vigilia, la Phisica, De metheoris, losTópicos, la Ética, la Metafísica, etc., etc.

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particular a la luz de la "Naturaleza universal", el divino principio, el fondo universal de donde nacecuanto hay "y fundamento de toda realidad, sea esta la de Zeus o la del guijarro"22.

Por lo mismo, porque todo influye y condiciona el modo de ser, la naturaleza humana, en elC H también encontramos tratados de 'etnografía geográfica'; por ejemplo Sobre los aires, las aguasy los lugares (Littré, II, pp. 12-92), donde se explicita que el 'medio físico' condiciona loscaracteres somáticos y psíquicos de sus moradores y su mayor o menor "ingenio" para determinadas"ciencias". Siguiendo, precisamente, este tratado acota Huarte al margen del "Proemio segundo":"En España no puede naturaleza juntar más que dos diferencias de ingenio, y tres en Grecia" 23. Yno sólo el medio físico, sino también el nomos. No hay más que leer el principio de este tratadodel C H para darnos cuenta de la paradoja subrayada por el autor: viene a decirnos que la naturalezade Asia es más grande y hermosa, tiene mejor y más uniforme clima, los aires y las aguas tambiénaventajan a los de Europa...; sin embargo, esta ventajosa physis se ve malograda por lascaracterísticas institucionales, político-sociales (por el nomos), en el sentido de que el imperiotiránico exime de, diríamos, las responsabilidades a sus subditos: "donde los hombres, en lugar deser dueños de sí mismos e independientes, obedecen a un señor, no es fácil que se preocupen delmodo de arrostrar las fatigas de la guerra... Porque no hay allí un reparto justo del peligro..."(Littré, II, pp. 62-66). Al no estar repartidos los peligros por igual, en los asiáticos falta el valor,la capacidad de sacrificio, la constancia, la energía moral y otras virtudes cívicas y patrióticas; loque prevalece, en conclusión, es el placer y la indolencia. Los europeos, bajo un clima y, en suma,unas condiciones naturales más duras son gobernados por leyes de las que son partícipes y, portanto, tienen un mayor interés en defender a su patria, pues si ella triunfa, el triunfo es de todos, loque también comporta un incremento del valor y del "honor" individuales.

Es así como el nomos contribuye al valor (la virtus latina), colabora y aupa a la physis (II,82-86) y tiene una importancia nada desdeñable a la hora de caracterizar los tipos fisio-psicológicos.Sin duda tenía "in mente" Huarte estas cuestiones a la hora de fijarse los propósitos de su obra. Suplanteamiento metódico, no obstante, es inverso: parte de un propósito político, la mejora de larepública mediante una utilización racional de los "ingenios", que conllevará, por consiguiente, unamejora del valor cívico de sus subditos (nomos); y llega a la caracterización fisiológica de las

22 Pedro Lafn Entralgo, La medicina hipocrática, Madrid, 2a éd., Alianza, 1983 (Alianza Universidad,340), p . 47; cf. pp. 43-109. Nos informan, entre otros, de la relación entre medicina hipocrática yfisiología W. Jaeger, "La medicina griega considerada como paideia", en Paideia, México, F.C.E., 1974,pp. 783-829, esp. p. 788; R. Joly, Le niveau de la science hippocratique, París, 1966; M. Vegetti,Ippocrate. Opere, 2" éd., Turin, Einaudi, 1976. En las letras españolas, además del imprescindible librode Laíh, puede verse J. S. Lasso de la Vega, Pensamiento presocrático y medicina, en P. Laín Entralgo(éd.), Historia universal de la medicina, Salvat, Barcelona, 1972, II, pp. 37-71; la introducción a losTratados hipocráticos, éd., estudio y notas de C. García Gual et alii, Madrid, Gredos, 1983. Las citas delas obras de Hipócrates las saco (salvo cuando me refiero a las ediciones contemporáneas de Huarte) de laedición de E. Littré, Oeuvres completes d'Hippocrate, París, 1839-1861, 10 vols. Para la difusión de laobra del médico de Cos en España, puede verse Teresa Santander, Hipócrates en España (Siglo XVI),Madrid, 1971; en general, Luis S. Granjel, La medicina española renacentista, en id.. Historia general dela medicina. Salamanca, Public, de la Univ., 1980, ü , 91-104 y passim.23 P. 159. Las "diferencias" correspondientes al entendimiento y a la "imaginativa"; en el capítulo VIII-Xamplía este extremo: "los que están sitiados (sic) entre el Septentrión y la tórrida zona sonprudentísimos. La cual postura responde puntualmente a nuestra región" (p. 415). Dicha latitud de Españahace también, claro, que seamos más aptos para unas "ciencias" y "habilidades" que para otras. Es obvioque depende de Sobre los aires... (XII-XXIV, especialmente, este último). Cf. J. Verdenius, "Notes onHippocrates "Airs, Waters, Places' ",en Mnemosyne, VIII, 1955.

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condiciones naturales y pertinentes de los tipos y temperamentos (physis) para llevar a término estaempresa, la que supone la restauración del cuerpo social a partir de la correcta distribución de lasartes (tekhnai), de acuerdo con los "ingenios".

El estudio riguroso de la naturaleza del individuo, así, se ha de supeditar a la del todo. Sinembargo, para lograr que su examen sea sistemático y exhaustivo, tiene que echar mano Huarte dela interrelación entre fisiología y psicología, que, aunque no falta en el C H, es mucho másexplícita en la obra de Galeno. Por lo mismo, deberá abandonar algunos de los fundacionalesprincipios aristotélicos, pues, si bien es cierto que "Aristóteles y los demás filósofos llaman'Naturaleza' a cualquier forma substancial que da ser a la cosa y es principio de todas sus obras" M

y, por tanto, "en la cual significación nuestra ánima racional con razón se llamará Naturaleza,porque de ella recibimos el ser formal que tenemos de hombres, y ella mesma es principio decuanto hacemos y obramos" 25; si esto es cierto, también lo es que tal definición le resultaba pocoproductiva, pues

como todas las ánimas racionales sean de igual perfección, así la del sabio como la del necio, nose puede afirmar que Naturaleza, en esta significación, es la que hace al hombre hábil; porque, si estofuese verdad, todos los hombres temían igual ingenio y saber. Y, así, el mesmo Aristóteles buscóotra significación de Naturaleza, la cual es razón y causa de ser el hombre hábil o inhábil, diciendoque el temperamento de las cuatro calidades primeras (calor, frialdad, humedad y sequedad) se ha dellamar 'naturaleza', porque de éstas nacen todas las habilidades del hombre, todas las virtudes yvicios, y esta gran variedad que vemos de ingenios 26.

2 4 Capítulo II (IV de la ed. reformada), p. 243; al margen acota: "Libro II, De physica auscultatione". Setrata del pasaje 199 a 30 de la Física; en la edición que debió de utilizar Huarte (int. y trad. de IoanneArgyropylo, Lyon, 1556) resulta más explícito: "Earum quae sunt, quaedam sunt natura partesque ipsorumet plantae et Simplicia corpora, ut terra, ignis, aer et aqua. Haec enim, et huiusmodi, natura dicimus esse(p. 26). Menudearon los comentaristas de la Physica auscultatione (o auditione); posiblemente, uno delos mejores fue el célebre médico Fancisco Valles, maestro de Huarte en Alcalá; sus Commentaria superocto librorum Aristotelis de physica doctrina (Alcalá, 1562) los conocería, a no dudarlo, Huarte. En elpaso citado del Estagirita apunta "el Divino" Valles, desmintiendo a ciertos mixtificadores: "Nomennaturae multifariam usurpan a philosophis supra nonminus: latius patente nomine natura dicitur essentiarei cuius, sive ea sit morui apta, sive minus, sive sit substantia, sive substantiae accidens; nam dicimusangelum esse natura incorporeum... Verum natura proprie ut Philosophi in hoc opere praecipue utuntureo nomine, de substantiarum corporearum essentia dicitur. Medicis est huiusmodi nominis usus aliusvocant enim naturam, eam vim quae agit sine cognitione et arbitrio, ut vis animalis hominum natura nonsit, sed vis altrix tantummodo" (pág. 53). Completa la definición Huarte con el De anima (II, 412 a-b) deAristóteles, teniendo "in mente" el Sobre la naturaleza humana de Hipócrates (VI, p. 32).2 5 Está pensando Huarte en los conceptos aristotélicos de 'forma específica' (eídos) y 'entidad' (pusía) delviviente, desarrollados profusamente en el libro II del De anima (especialmente, 412 a-b). El hecho deque el alma es el eídos implica que sea también su entidad y entelequia y, finalmente, se identifique con lavida (412 a 12-17 y 27-28). Estos lugares del De anima, unido al anterior de la Física, en el que, segúnAristóteles, en los seres naturales (es decir, aquellos cuyos movimiento acontece kata physin, 'conformea la naturaleza') coinciden la causa formal y la causa final, se los encuentra Huarte en Galeno, para quien elestudio de la forma es inseparable del estudio de la función y de la finalidad (cf. nota 28).2 6 Anota al margen: "30.a sectione, Problem. 1.°" (p. 244). Tal afirmación la encuentra en Galeno (op.cit. en la nota 28). Preciso es decir, por otra parte, que la Inquisición expurgó la parte "todas las virtudesy vicios" de la definición de Huarte, a causa de la para ellos intolerable dependencia natural de la conductamoral.

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También es patente que el navarro aquí se contradice: si en un primer momento equiparaba, en elhombre, naturaleza y alma racional, aquí, haciendo abstracción de la noción aristotélica de'intelecto' (que no tiene, según el estagirita, "sede" orgánica; cf. De anima, 429 a 17-20), define lanaturaleza humana de acuerdo con la proporción temperamental, cualitativa y humoral, a la zaga deGaleno. Dependencia que igualmente es incompatible con la afirmación "todas las ánimas son deigual perfección", o sea, con la tabula rasa aristotélica (De anima, 429 b 30-430 a 3). Es naturalque se contradiga, porque, a su vez, Galeno y Huarte tienen presentes la physis y la phsykhehipocráticas. Conceptos que en el C. H están íntimamente relacionados: el alma humana nunca secontempla sub specie de espiritualidad, sino que hay que entender física, fisiológicamente, muchasde las afirmaciones que a este respecto encontramos; algunas repetidas literalmente por el navarro y,casi todas, expurgadas 27.

Galeno le sirve no sólo para confirmar pragmáticamente a Hipócrates, sino también para des-cribir y sistematizar las "diferencias de ingenio". Es la fuente más citada y de él depende todo lo queHuarte teoriza sobre temperamentos, espíritus, naturaleza del cerebro, influjo del temperamento enel carácter; en una palabra, la parte del león de su libro. Por eso no tarda en confesar que sigue muyde cerca la obra del médico de Pérgamo: a raíz de la sentencia "Natura facit habilem" (cap. II-IV)

escribió Galeno un libro probando que las costumbres del ánima siguen el temperamento delcuerpo donde está ; y que, por razón del calor, frialdad, humidad y sequedad de la región que habitan loshombres, y de los manjares que comen... unos son necios y otros sabios, unos valientes y otroscobardes, unos crueles y otros misericordiosos (...) Y para probar esto trae muchos lugares deHipócrates, Platón y Aristóteles, los cuales afirmaron que la diferencia de las naciones, así en lacompostura del cuerpo como en las condiciones del ánima, nace de la variedad de esetemperamento. 2 S

Salvo Jesús de Nazaret y Felipe II, que son "templados", esto es, "equilibrados fisiológicamente',el resto sufrimos destemplanzas que hacen que nuestros respectivos ingenios descuellen en una uotra faceta: en función tanto de las facultades racionales como de las "naturales", "vitales" y"animales", vehiculadas estas tres últimas por los respectivos y homónimos "espíritus" (pneumahipocráüco); originarios, respectiva y aproximadamente, del abdomen, corazón y cerebro29.

27 Por ejemplo, que "el alma abrasada consume al cuerpo" (Littré, V. 314), que "visita las paites delcuerpo" (VI, 478), que el ejercicio de la reflexión es para el hombre un "paseo del alma" (V, 316).Especialmente esta última, reproducida por Huarte en el cap. V-VIII ("animae deambulado, cogitatiohominibus", p. 345), va a acarrearle muchos disgustos con el Santo Oficio.2 8 P. 246. Se refiere al tratado Quod animi mores corporis temperamento sequantur. Aún sirve lamonumental edición de Kühn, Medicorum Graecorum opera quae extant, IV, 767-822; Müller, I, ScriptaMinora 2, Leipzig, 1893; reimpr., Amsterdam, 1967, pp. 32-79; yo me voy a ceñir, sin embargo, a laedición de Lyon, 1550, 5 vols.; I, col. 994 B; donde, al hablar de la "racionatrix anima", que "facultateshabet plures: sensum, memoriam, prudentiam aliasque singulas", las hace depender de las cualidadeselementales, temperamento, latitudes geográficas, edades y todo el resto de condicionantes. Para la obrade Galeno en general, puede verse Luis García Ballester, Galeno, Madrid, 1972.2 9 Vide Galeno, De plaçais Hippocratis et Platonis, I, vii, 6-8; De temperamentis. I, i, 5-9. Por otraparte, la tradición de los "espíritus" o ne urna fue muy conocida en la Edad Media; valga, por ejemplo, lacita de San Alberto Magno: "Spiritus enim operationem nutrimenti formam ab hepate, sed adoperationem motus et sensus formam accipit a cerebro, et ad operationem vitae formam accipit a corde"(Summa de creaturis, II, tr. I, q. 86 y 41). Los espíritus vitales (que, a su vez, son una sublimación de losnaturales) son los que, mezclados con el aire, circulan por la sangre y se subliman en el cerebro,convirtiéndose en 'animales', esto es, los que 'sustentan' el "ánima". Puede verse la explicación en Juan

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Habida cuenta de todo ello, el 'Ingenio1, que en principio lo define Huarte como "la fecundidadde la inteligencia..., capacidad de engendrar conceptos o figuras representativas de la naturaleza delas cosas, con carácter científico (...) porque el entendimiento tiene virtud y fuerzas naturales deproducir y parir dentro de sí un hijo, al cual llaman los filósofos naturales noticia o concepto, quees verbum mentis" (cap. I de la ed. reformada, pp. 188-189), también dependerá de dicha circulaciónespiritual, íntimamente ligada a la humoral y al resto de determinantes externos, tanto de faphysiscomo del nomos. Por ello, aunque la definición, como vemos, no parece diferenciarse demasiado dela de algún ilustre predecesor, por ejemplo, de la de Luis Vives ("universa vis mentís nostrae" 3°),en realidad Huarte lo concibe como un talento natural que debe perfeccionarse, como una dispo-sición fisiológica que depende del temperamento y, por lo tanto, de los humores del cuerpo, y quenos dispone (dentro del determinismo de todo orden, que marca sus "diferencias") al conocimiento.

Determinismo que no sólo fundamenta al ingenio, sino también la conducta moral, mediantelos espíritus vitales y animales, pues de ellos dependen la parte "irascible" y "concupiscible" delalma (no la "racional"): quien los domine será dueño de sus actos. De ellos depende también la"imaginativa"; sólo ella "es libre para imaginar lo que quisiere. Y de las obras desta potencia...andan siempre asidos los espíritus vitales y sangre arterial; y los echa a la parte que quiere; y dondeacude este calor natural [de la sangre] queda la parte más poderosa para hacer su obra, y las demáscon menos fuerzas" (cap. V de la ed. reformada, pp. 272-273). "Porque [por ejemplo], si el hombrese pone a imaginar en alguna afrenta que le han hecho, luego acude la sangre arterial al corazón ydespierta la irascible, y le da fuerzas para vengarse. Si el hombre está contemplando en algunamujer hermosa, o está dando y tomando con la imaginación en el acto venéreo, luego acuden estosespíritus vitales a los miembros genitales y los levantan para la obra" 31. Nótese que de este modola virtus y el amor se ven reducidos a un impulso fisiológico, encauzado por la sangre arterial. Perono sólo el valor y al amor, también la honra (VIII-X), la poesía (IV-VII) y toda la escala de valores,las actividades artísticas o académicas, la moral....; en suma, todo lo referente al hombre y sudignidad, concebida ya sea desde las perspectivas natural y "técnica", ya desde la político-social.

El ingenio se erige, de este modo, en "puente" entre la Naturaleza y las necesidades de laRepública; puente en tanto que participa del fondo fisiológico del todo, da las directrices ("señales")para la distribución de las artes y sirve, por ello, al perfeccionamiento del Estado, previa selecciónde las aptitudes naturales de sus componentes. Y así como los "espíritus" -"vehículos" del

Sánchez Valdés de la Plata, Coránica y historia general del hombre, Madrid, 1598, ü , caps. 47-50, fols.114-118; mejor aún es la descripción "espiritual" de Juan Valverde de Hamusco, Historia de lacomposición del cuerpo humano, Roma, 1556, esp. fol. 99.3 0 De anima. H, vi, en Opera omnia (Valencia, 1782), III, pág. 367. Sin embargo, la concepción delentendimiento de Huarte difiere de la formulación gnoseológica de Vives (de clara raigambre platónica yformulación aristotélica) según la cual "en nuestra alma un poder misterioso depositó unas como semillasde todas las artes y disciplinas y... una simplicísima y espontánea inclinación que le lleva a ellas (...), alas verdades manifiestas va la agudeza del entendimiento" (De tradendis, II, 532 ); repite lo de las"semillas" ("que reciben el nombre de anticipationes y format iones") en De instrumento probabilitatis(H, p. 372).31 Cap. ni-VI, p. 290. Esta tripartición "espiritual" depende, es fama, de Platón (cf. República, IV, 438 dy ss.); IX, 580 d y ss., etc.; Timeo, 69 c y ss.); Ja recoge Galeno (aunque le criiica al filósofo que no citenunca la "parte material" del alma) y afirma, por ejemplo en Quod animi mores..., refiriendo lascualidades de la "irascible", que tiene "cupiditatem libertatis, victoriae, potentiae, imperii, gloriae atquehonoris (col. 994 D-995 A). O sea, la escala de valores sub specie naturae.

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ingenio- ascienden por los órganos del cuerpo humano, ordenados jerárquicamente desde lasfacultades "irascible" y concupiscible" a la "racional", e incluidos cada uno en su superior, losindividuos con buen ingenio podrán ascender por el cuerpo social, llegar a las cercanías de su"celebro", convertirse en "espíritus animales" de la República.

Sin embargo, como indicaba al principio, no hay que confundir a Huarte con un funcionario deFelipe II: el ingenio, además de servir para la racional distribución vocacional y profesional de losindividuos en función de las necesidades estatales, es fundamental para el pleno desarrollo de lacapacidad individual, puesto que, tras la lectura de su libro, el hombre se conocerá metódicamente,

porque es vergüenza muy grande que me haya dado Naturaleza ojos para ver y entendimiento paraentender, y pregunte a Astistóteles y a los demás filósofos qué figuras y colores tienen las cosas, yqué ser y naturaleza. Abrid vos los ojos, dice Platón, y aprovechaos de vuestro ingenio y habilidad; yno seáis cobardes: que el Autor que hizo a Aristóteles, ese mesmo os crió a vos, y quien hizo un tangrande ingenio podrá fabricar otro mayor, quedándole la mano sana y sin lesión (V-VIII, p. 337).

No obstante esta defensa de la dignidad humana, es consciente Huarte de la "miseria"32 delentendimiento; no en balde se ciñe a las palabras de Sócrates: "'hoc unum scio, me nihil scire'...;lo que Sócrates quiso sentir y dar a entender fue la poca certidumbre que tienen las cienciashumanas" (VI-IX, p. 347). Sólo ciertos "científicos" pueden tener alguna certeza, pues puedencomprobarla por el "buen suceso" de su empresa: el médico, el capitán y el teólogo; "pero en lasdemás cuestiones, donde el entendimiento tiene libertad de opinar, no hay manera inventada parasaber cuáles razones concluyen, ni cuándo el entendimiento compone bien la verdad" (XI-XIII,p. 486).

Para compensar ese error residual del entendimiento, el Examen ofrece una explicación cerradadel saber de su época. Por ello también sirve el libro de poliantea para lectores de cultura media,para romancistas que quieran hacerse con un bagaje cultural que, por la diversidad de cuestiones,deriva hacia un enciclopedismo que pocos dudarían en calificar de pre-barroco 33. Lo propio cabedecir de la utilización de los cuatro autores antiguos de más frecuente aparición: adecúa susdoctrinas a ese ideal pansófico, las "examina" a la luz del método rector, las adapta estructural yaxiológicamente según las directrices marcadas por los objetivos últimos, los políticos.

3 2 Miseria cuya causa es la imposibilidad de constatar y verificar los juicios personales, y cuyo origen,paradójicamemte, es la "riqueza", la diversidad de intelectos: "En lo cual [en la variedad de juicios eingenios, y en la mutabilidad de éstos por causa de enfermedad u otra] se muestra la gran miseria denuestro entendimiento, que compone y divide, argumenta y razona, y, después que ha concluido, no tieneprueba ni luz para conocer si su opinión es verdadera" (XI-XIII, p. 485). Cf. F. Rico, El pequeño mundodel hombre, s. v. "miseria del hombre".3 3 Entre ellos, y por citar nombres insignes, J. A. Maravall, La cultura del Barroco, Ariel, Barcelona,1975 {Letras e Ideas, 7), pp. 131-156 y passim; o Eugenio Gaiin, "Ideali pansofici ed enciclopedismo",en L'educazione ¡n Europa..., op. cit., pp. 209-240. Para explicar tal transición hacia esta concepción"enciclopedista" de la cultura, véase el sagacísimo discurso de recepción en la R.A.B.L.B. de AlbertoBlecua, Las Repúblicas literarias y Saavedra Fajardo, Barcelona, 1984; en su brillante alocucióndemuestra la distancia que media entre la humanista primera redacción y la segunda, más bien barroca (dedistinta autoría, según demuestra el trabajo). Muchos de los temas predilectos de Huarte también lo sondel autor de la segunda redacción de la República literaria: el mismo imperativo de que el intelecto debeordenarse al bien común y ser convenientemente controlado ("examinado" diría Huarte) para evitar que elEstado se debilite, semejantes críticas a los teólogos de la Reforma, la necesidad de que el rey poseaentendimiento y juicio sólidos, el mismo desprecio por los "arrogantes" gramáticos y humanistas que seatreven a enmendar la plana incluso a la Biblia, etc., etc.

Page 14: Huarte de San Juan: de la «naturaleza» a la «política» · bien desarrollada en el trabajo de Eugenio Garin, La cultura florentina nell'età di Leonardo, en Belfagor, 1952, pp.

90 GUILLERMO SERES Criticón, 49, 1990

Todo lo supedita a la interpretación de las "señales" de la Naturaleza, a su encauzamiento yespecialización; esto es, todo está en función de "reducirla a arte", a l'arte dello stato.

SERES Guillermo. Huarte de San Juan : de la 'naturaleza' a la 'política'. En Criticón (Toulouse), 49, 1990,pp. 77-90.

Resumen. El propósito último del artículo es mostrar, por una parte, que el Examen es una obra detransición entre el Renacimiento y el Barroco, por otra, que responde a ciertas necesidades políticas de laépoca. Para ello se aducen algunos testimonios de los contemporáneos de Huarte y algunas fuentesantiguas que le permiten esclarecer conceptos básicos ('Naturaleza1, 'Arte', 'constitución política', etc.).Todo en el libro responde a tales objetivos: desde el deseo de encontrar un método clasifícatorio para"examinar" los "ingenios" en pro del perfeccionamiento de la "república", hasta su misma estructura. Talclasificación sirve, además, para referirse a los temas predilectos de aquel momento cultural, por lo que ellibro también es una especie de polyaníhea, de enciclopedia.

Résumé. Il s'agit de prouver, d'une part, que Y Examen est une œuvre de transition entre la Renaissance etle Baroque et, d'autre part, qu'il répond à certains besoins politiques de l'époque. Pour ce faire, sont citéscertains témoignages de contemporains de Huarte et certaines sources anciennes, qui permettent de mieuxcomprendre quelques notions fondamentales ('nature', 'art', 'constitution politique', etc.). Quant auxobjectifs du livre, ils vont du désir de trouver une méthode de classification qui permette d' "examiner" lesesprits afin de perfectionner la "république", jusqu'à la considération de la structure même de cette"république". La classification ainsi élaborée débouche en outre sur tous les thèmes majeurs de l'époque,ce qui fait de l'ouvrage une sorte de polyaníhea ou d'encyclopédie.

Summary. This study tries to show first, that the Examen is a transitiona] work, between Renaissanceand Baroque, and also that it answers some of the political needs of its day. To that end, we quoteévidence from contemporaries of Huarte and some older sources, which provides a better understandingof some fundamental notions such as 'nature', 'art', 'political constitution', etc. As for the purposes ofthe book, they range from a désire to invent a method of classification making it possible to examinethe 'minds' in order to improve the 'republic', to a considération of the very structures of that Republic.The classification thus obtained constitutes a means of dealing with the main thèmes of the period,which turns the book into a sort of polyanthea or encyclopedia.

Palabras clave. Huarte de San Juan. Examen de ingenios. Política. Naturaleza.