Historia del mundo antiguo. Vol. I. Pr³ximo Oriente y Egipto

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(Próximo Oriente y Egipto)
Ana ivJa Vázquez rJoys Universidad Nacional de Educación a Distancia
AÂ SANZ Y TORRES
HISTORIA DEL MUNDO ANTIGUO. VOLUMEN I. PRÓXIMO ORIENTE Y EGIPTO
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ñ m is hijos. A m is n ie tos D a v id y jav ie r .
A m is am igos. Sin el a m o r y em p u je de
unos y otros este l ib ro no se hub iese hecho.
Q rac ias a todos.
*=> If1! — S'1! ¡u - k er heh en heh
Tu serás por millones, de millones, de años,
f i (1 an j uta senb
¡vida! ¡fuerza! ¡salud!
Los Escribas
«... ellos han acabado su vida. todos sus contemporáneos han caído en el olvido. ellos ha dejado a guisa de herederos los libros de estudio que habían compuesto. Ellos han confiado a sus obras la misión de ser sus sacerdotes funerarios y sus tablillas de escritura se han conuertido en sus hijos queridos. Los poderosos y los humildes se han convertido en sus hijos. Pues el escriba es él mismo su jefe. Se proclama sus nombres a causa de la excelencia de sus obras y el recuerdo de estos autores es eterno. Sé un escriba y guarda ésto en tu corazón, para que tu nombre tenga la m isma suerte;
M ás útil es un libro que una estela grabada o que un muro sólido. Es como un templo o una pirámide para que el nombre de quien lo ha escrito sea proclamado...
... El hombre muere, su cuerpo se convertirá en poluo. Todos sus semejantes vuelven a la tierra. pero el libro hará que su recuerdo sea transmitido de boca en boca. Más vale un libro que una sólida casa o que un templo en Occidente, más aún que un castillo fuerte o que una estela elevada en un santuario. ... los sabios profetas han pasado y sus nombres se olvidarían si sus escritos no perpetuasen sus nombres».
(Egipto. Extractos del Papiro Chester Beatty IV, verso. Reino Nuevo, D. XIX)
H I S T O R I A . D E L jv 'J JJK ID O A N T I G U O . V O L U M E N í. F-ÍZÓ'SCIMO O R I E N T E Y E G I P T O
Prefacio
E s t e l ib ro , m anua l y obra de co n su lta , pero ta m b ié n de lectura para a f ic io n a d o s y p ro fe s io ­
nales de la H is to ria A n t ig u a , es el resu ltado de m u ch o s años de e s tu d io , in ves tigac ió n y
tra b a jo . De c o n s u lta s b ib lio g rá f ic a s , de v ia jes de tra b a jo , de v is ita s a b ib l io te c a s , m useos
y ya c im ie n to s . En sum a: el resu ltado de un gran esfuerzo , ta n to fís ico c o m o in te lec tua l.
C on él se ha p rocu rado s im p lif ic a r el c o n o c im ie n to , d e n tro de lo pos ib le , del d if íc il p a n o ­
rama de la H is to r ia A n t ig u a del P róx im o O r ie n te A s iá t ic o y Egipto, tem a ya o b je to de o tros
traba jos ante rio res de la autora .
En esta nueva obra se han revisado y co rreg ido teorías y c rono log ías , en lo pos ib le , según
las ú lt im a s o p in io n e s de los m á x im o s especia lis tas m und ia les y se han a ñ a d id o m apas,
esquem as, cuad ros s in ó p t ic o s , resúm enes y ex trac tos . Así, se han s in te t iz a d o y resum ido ,
c o m o en to d o m anua l, o p in io n e s ajenas a qu ien es to escribe, las de los au to res c ita d o s en la
b ib liog ra fía , a rqueó logos , f i ló lo g o s e h is to r iado res em inen te s , cada u n o en su ca m p o : la labor
de s íntesis es, en c ie rta fo rm a , resum ir sus o p in io n e s .
Es ésta una empresa ardua que, para los que me p reced ieron en estos m enesteres, es
sob radam en te co n o c id a y va lo rada . In ú t i l es, s in em bargo , exp lica rla a qu ienes nunca h ic ie ­
ron. ni harán, este d ifíc il y labo rioso ca m in o de desbrozar co n esm ero y traba jo lo que los
dem ás rec ib irán tr i l la d o . Q u ienes se ponga n a hacerlo , verán que n o es fácil y que exige m u l­
t i tu d de co rrecc iones y p ruebas de im p ren ta . A u n q u e s iem pre quedará una errata.
A to d a esta labo r de la au tora se sum a, adem ás, el tra ba jo e d ito r ia l, que no ha esca tim a ­
d o es fuerzos en añad ir va lo r a la letra in ic ia l. Así, se ha e n r iq u e c id o la e d ic ió n co n los c u a ­
dros s in ó p tic o s , esquem as y m apas, rea lizados a p ro p ó s ito para esta obra. Esperam os que el
resu ltado guste ta n to a es tud ian tes c o m o a p ro fes iona les y a f ic io n a d o s a la H is to r ia A n t ig u a .
Se ha c o m p u e s to en varios co lores b u sca n d o ta n to la estética c o m o la d ive rs if icac ión ,
in d iv id u a liz a c ió n y separac ión de las d is t in ta s cu ltu ra s para fac il ita r su c o m p re n s ió n . Así, los
sum erios destacan en am arillos , los pue b los sem itas en d is t in to s verdes, los in d o e u ro p e o s en
azu les y los eg ipc ios en naranja. T ra tam os c o n e llo que se id e n t i f iq u e n co n fac il idad y sepa­
rar las d ife ren tes cu ltu ras , «etnias» y g rupos l ing ü ís ticos .
N o se han añ a d id o no tas , sa lvo cu a n d o se ha cre ído o p o r tu n o , a f in de n o recargar la obra.
El espec ia lis ta e ncon tra rá en la B ib liog ra fía f ina l las referencias o p o r tu n a s , ya que n o se ha
cre ído c o n v e n ie n te descender a n ive les de m áx im a espec ia lizac ión co m p le ta m e n te a n t ip e d a ­
góg icos , en tem as pun tu a les , ya que no es éste su lugar de e x p o s ic ió n . Los espec ia lis tas y a f i ­
c io n a d o s que lo deseen ta m b ié n e n co n tra rán en esta b ib liog ra fía espec ia lizada las teorías
o p o r tu n a s que la au tora co n o ce a la perfecc ión . Por razones obv ias, no se c ita n aquí en te x to
(se ha hecho un cu ad ro ) p o r e jem p lo , las m ú lt ip le s o p in io n e s (ya m ás de d ie z ) sobre
A m e n o f is IV /A k h e n a tó n y los m o tiv o s de los cam b io s de A m a rn a . De la m ism a fo rm a , só lo
se a lude b revem en te a la «cuestión sum eria» y escapa ta m b ié n a este m o d e s to m anua l toda
la p ro fu n d a co m p le jid a d de la re lig ión zo roástr ica , p o r c ita r só lo u n o s cu a n to s e jem p los . Lo
m is m o sucede co n la p rob lem á tica de los «Pueblos del Mar». Y no d ig am o s la «cues tió n fe n i­
cia», cuyo desarro llo en p ro fu n d id a d sería o b je to de num e rosos v o lúm e nes , que excederían el
ámbito de este m anua l, que p re tende ser breve y n o lo cons ig ue sin p resc ind ir de in fo rm a c ió n
fundamental. Se c itan , p o r ta n to , só lo los rasgos m u y generales de cada una de las cu ltu ras ,
como en to d o m anua l que se precie.
Se ha procurado , en la m ed ida de lo pos ib le , la u n if ic a c ió n de la o n o m á s tic a y la c ro n o ­
logía. de la que sobre to d o en Egipto, se ha p rocu rado segu ir la de un autor, in d icá n d o se , a u n ­
que a veces se ind ican las de o tros autores, dado que, al tra tarse de teorías, a d m it id a s p o r
unos y negadas po r o tros , deben al m enos ser conoc id as . Así, el a f ic io n a d o o el a lu m n o , los
que por primera vez se acercan a esta m ateria , c o m p rend e rán que «nada es seguro» en ella (o
casi «muy poco»), dada la fa lta de in fo rm a c ió n , de fuen tes h is tó ricas ir re fu tab les , p rob lem as
cronológicos, etc. La d ispa ridad , pues, será no d e s c o n o c im ie n to p o r parte de la au to ra , s ino
«diversidad de o p in ió n » ( m u y lo a b le cada u n a ) e n tre los d ive rso s in ve s tig ado res .
Lógicamente, no m e co rrespo nde u n if ic a r en esta obra , en cam pos d o n d e , c o m o en la
Egiptología, los grandes especia lis tas n o se po nen de acuerdo entre e llos. Casos c o m o el de
Saqqara/Sakkara o A k a d /A k k a d son , h o y p o r hoy, y gracias (y a pesar de) los p rogram as
informáticos, im pos ib les de so luc iona r, y se irán u n if ic a n d o en sucesivas ed ic iones.
En cuan to a las fa ltas de o rtog ra fía , la au to ra pertenece p o r edad y fo rm a c ió n a una gene­
ración que, «por o b lig ac ión» , sabe leer y escrib ir c o rrec tam e n te el españo l, s in fa lta o r to g rá ­
fica alguna, desde el ingreso de Bach ille ra to .
Y en lo que se refiere al es tilo lite ra rio , se lo debe a sus exce lentes m aestros, que la fo r ­
maron en la lengua de C ervan tes leyendo El Q u ijo te . Y a los s u je to -v e rb o -c o m p le m e n to s que
explicó durante m ucho s años en clases de la tín : Sabe lo que quiere dec ir y la enseñaron a
escribirlo sin retórica. Y así ha tra ta d o de hacerlo . Siempre.
Más cerca de A z o rín que de G óngora , buscó un patache. P os ib lem ente , qu ienes la c r i t i ­
can no saben ni de qué se está hab land o .
La autora
HISTORIA DEL HvüíJiWDO ANTlíSUO. VOËUMEN i. PRÓXIMO ORlENfE Y EGliPTO
Prólogo
L a t ra d ic io n a l fa lta de in terés en nues tro país p o r los e s tud ios cen trado s en el P róx im o
O rien te , Ind ia , C h in a y, en a lguna m ed ida , p o r los de Egipto, es to es, en lo q ue ha ve n id o
en llam arse Estudios Orientales, ha id o m o d if ic á n d o s e p a u la t in a m e n te desde hace p o co más
de dos décadas. La carencia de b ib lio te ca s especia lizadas, de cátedras de O r ie n ta lís t ica , de
fo n d o s m use ís ticos , de labo ra to r ios a rqueo ló g icos y l in g ü ís t ic o s ha se n s ib il iza d o a n o pocos
p ro fes iona les u n ive rs ita r ios y es tud iosos . Esta carencia ta m b ié n va s iendo , d e n tro de los esca­
sos m ed ios de que se d ispo ne , co m p le ta d a p o co a p o co co n la in c lu s ió n en los p lanes de
es tud ios de la L icenc ia tura de H is to ria de a lgunas U n ive rs idades españo las de m aterias del
a n t ig u o O r ie n te (p ienso , a vuela p lum a , en la C o m p lu te n se y A u tó n o m a de M a d r id , C o m illa s
de M ad rid , A lca lá de Henares, C en tra l y Pom peu Fabra de Barcelona, Sevilla, M u rc ia , Canarias,
U N E D ), co n la c reac ión y m a n te n im ie n to de en tida des afectas al e s tu d io de Eg ip to (M u s e o
A rq u e o ló g ic o N ac iona l, Fundación C los , In s t i tu to de Estud ios del A n t ig u o Egip to , e tc .) y del
P róx im o O r ie n te (A s o c ia c ió n de Estud ios O rien ta les , M useo O rie n ta l de M onse rra t, IOPA,
C E P O A ). A s im is m o , a lg u n o s p ro fe s io n a le s del C o n s e jo S u pe rio r de In ve s tig a c io n e s
C ien tíf icas , fo rm a d o s en aulas españo las y luego con es tud ios de po s tg ra d o en el extran je ro ,
ju n to a los fo n d o s de su más que s ig n if ic a t iv a B ib lio teca , c o n tr ib u y e n ta m b ié n a restañar el
o lv id o que hasta hace p oco , c o m o decía, existía en España de ta les m aterias.
El a lu m n o en general y los e s tu d io so s de las p u b lic a c io n e s co n c o n te n id o s de h is to r ia y
c iv i l iz a c io n e s p ró x im o -o r ie n ta le s ta m b ié n han v e n id o d e m a n d a n d o el c u l t iv o y la e x is ten c ia
de ta les es tu d io s . Para c o n t r ib u ir a esa de m a n d a se han ¡do im p a r t ie n d o , a u n q u e en gene ­
ral de m o d o n o c o n t in u a d o , con fe renc ia s , cu rsos de fi lo lo g ía y v is ita s gu iadas a M useos p o r
d ife ren tes en tid a d e s privadas o pú b lica s , así c o m o se va p u b lic a n d o , d e n tro del escaso in te ­
rés e d ito r ia l españo l — to d o hay que d e c ir lo — , un buen p u ñ a d o de m o n o g ra fía s y es tu d io s .
U n o de e llos — y que m e h o n ro en p ro loga r— es el presente lib ro de H is to r ia A n t ig u a .
ce n tra d o e x c lus ivam en te en á m b ito s del P róx im o O r ie n te y de Eg ip to , f ru to de la la b o r pa c ie n ­
te, c o n s ta n te y c ien tíf ica de la d o c to ra A na M .a V á zq u e z H oys, Profesora T itu la r de la U N E D ,
qu ien n o ha aho rrado es fuerzos de to d o t ip o , ta n to personales (v ia jes de e s tu d io p o r países
del cercano O rie n te , congresos in te rnac ion a les , reun iones, c o n ta c to s co n co legas) c o m o
c ie n tíf ic o s (m e tó d ic o traba jo de heurís tica , m an e jo de fuen tes y b ib liog ra fía , aná lis is de p ie ­
zas m useístícas, ep ig ra fía ) para pode r dar a la luz este c o m p le tís im o trab a jo que a sus b o n ­
dades c o m o M anua l u n ive rs ita r io reúne las de una verdadera obra de co n su lta .
C o n la e d ic ió n de esta H is to r ia de l M u n d o A n t ig u o (P ró x im o O r ie n te y E g ip to ), que ha
c o n o c id o con sus lóg icas va rian tes y puesta al día tres ed ic iones previas, el a lu m n a d o y el lec ­
to r in te resado va a d isp o n e r de una he rram ien ta de es tu d io ágil, d id ác tica , c la ram en te e n fo ­
cada a co n o ce r lo más sobresa lien te de las c iv i l iz a c io n e s que p reced ieron al deven ir de nues ­
tra c iv i l iz a c ió n grecorrom ana. C o m o se advertirá ensegu ida, la c la ridad exp o s it iva , la sín tesis,
los cuadros esquem áticos , las listas d inás ticas y la más que ac tua lizada b ib liog ra fía son p u n ­
tua les básicos de la obra , Pero n o m e nos son las m agn íficas ilu s trac ion es co m e n ta d a s y los
n um eroso s m apas específicos, to d o ellos c o m p le m e n to bás ico de lo expues to en cada u n o
de los tem as que se aborda.
Si estas bondades se ev iden c ian en lo exterio r, en c u a n to al c o n te n id o c ie n tí f ic o debo
dec ir que responde a las ú lt im a s tende nc ias y p la n te a m ie n to s h is to r io g rá fic o s de los p r in c i­
pales a s ir ió lo gos y eg ip tó lo g o s , en qu ienes apoya sus aseveraciones, pero s iem pre m a tizadas
po r la prop ia óp tica de la au tora , d ocen te , c o m o he d ich o , de la U N E D desde hace ya bas­
tan tes años y au to ra de un buen n ú m e ro de pu b lica c io n e s de H is to ria A n tig u a .
Para el le c to r h ip e rc rít ico de esta obra deb o remarcarle que n o es fácil h is to r ia r a c o n te c i­
m ie n to s a veces m al c o n o c id o s a causa del t ip o de sus d o c u m e n to s , o de co n tro v e rt id a s apre ­
c iac iones c ro n o ló g ica s p o r la especial m anera de da ta r los hechos, que ha llevado a los expe r­
tos a d is t in g u ir hasta c in c o c rono log ías d ife ren tes para un persona je o even to p u n tu a l. En tal
s en tid o , nada es d e f in i t iv o en lo to c a n te al m u n d o m e s o p o tá m ic o y eg ipc io , pues lo que h o y
es d o g m á tic o , una s im p le ta b li l la de barro o un pap iro o tu m b a de scon oc ida pueden m o d i f i ­
car to d o lo d ic h o hasta su ha llazgo . En cu a lq u ie r caso, debo in d ica r que la au tora de esta obra
ha s id o capaz de a fro n ta r el d if íc il re to que para cua lqu ie r h is to r ia d o r que traba je en te m á t i­
cas de la A n t ig ü e d a d s ign if ica abordar una H is to ria del a n t ig u o O r ie n te P róx im o. C o m o se
verá, la do c to ra V á zq u e z Hoys arranca en su e x p o s ic ió n de la m ás rem ota h is to r ia de la a n t i ­
gua M e s o p o ta m ia — de c o m p le to desarro llo p o r el va r iado m osa ico de «etnías», d inastías,
estados e im p e rios que se asen ta ron en e lla— hasta su e x t in c ió n en tie m p o s persas y h e le ­
n ís ticos. A s im is m o , y c o m o no podía ser m enos, da cab ida a la to ta lid a d de la h is to r ia del
a n tig u o Eg ip to — tem a del que la doc to ra V á z q u e z H oys ha p u b lic a d o una exce len te m o n o ­
grafía— , p resen ta ndo la e v o lu c ió n d iac rón ica del m is m o , tan rico en c o n te n id o s re lig iosos y
artís ticos.
C on el m an e jo de esta obra , el e s tu d ia n te o el le c to r in te resado , aparte de p ro fu n d iz a r en
c o n o c im ie n to s acerca de la rica h is to ria del P róx im o O r ie n te y Egipto, co m p le m e n ta rá c u a n ­
to sepa del h u m a n is m o g re co rrom ano , cuyas raíces tu v ie ro n , sin duda a lguna , sus p recede n ­
tes en O r ie n te (ex Oriente lu x ) , que a través del M e d ite rráneo trasm itir ía a O c c id e n te , gracias
a sus v ia je ros y a los co n ta c to s com erc ia les, to d o su acervo cu ltu ra l.
Dr. Federico Lara Peinado
Profesor T itu la r de H is to ria A n t ig u a de la U n ive rs id ad C o m p lu te n se . M ad rid
ä-HSTORIÂ DEL M U M Z30 ANTIGUO. VOäJUMfEäN L PRÓXÍMO ORäiËKlTH V EGIPTO
Í n dice General
II S ú m e r ........................................................................................................................... 25
III A k a d ............................................................................................................................. 59
IV El Renacimiento S u m e r io ................................................................................................. 77
V B a b ilo n ia ....................................................................................................................... 95
VI Asiria ........................................................................................................................... 159
VII Hatti y M i ta n n i ............................................................................................................... 199
VOLUMEN II
X Egipto III. Reino N u e v o .................................................................................................. 367
XI El Próximo Oriente a finales del II M i le n io ....................................................................... 501
XII Israel. Lidia .................................................................................................................. 555
Prefacio.................................................................................................................................. vi
i La protohistoria. Próximo Oriente Asiático
1. Introducción: El descubrimiento moderno del Próximo Oriente ............................. 4 l. l Las excavaciones ........................................................................................ 4
2. Concepto del Próximo O r ie n te ............................................................................. 7 3. El problema cronológico ...................................................................................... 9
4. El medio geog rá fico .............................................................................................. I I
4.1 Las rutas naturales ...................................................................................... 12 5. Las primeras sociedades agrarias y urbanas en Mesopotamia y Asia M e n o r ............ 14 6. Protohistoria de Mesopotamia ............................................................................. 16
II Súmer .............................................................................................................................. 25
1. Los Sumerios. Situación ge o g rá fica ................................................................................ 27
1.1 Origen y etnia ..................................................................................................... 27
1.2 Periodización de la historia sumeria ...................................................................... 31
1.3 La época dinástica arcaica sumeria, Protodinástica o Presargónica ........................... 37
1.4 Las primeras dinastía sumerias. Supremacía de las diferentes c iu d a d e s ..................... 40
1.5 La civilización sumeria ......................................................................................... 44
1.5.1 Sociedad ................................................................................................ 46
1.5.1.2 Dignatarios ................................................................................. 46
2.1 Caracteres generales de la religión m esopotám ica ................................................... 51
2.2 Los mitos s u m e r io s ............................................................................................... 51
2.3 El declive del dom in io s u m e r io .............................................................................. 53
2.4 El derecho en el Próximo O r ie n te .......................................................................... 53
III A ka d ................................................................................................................................ 59
I. Los Acadios. Convivencia de sumerios y acadios (Semitas) en Mesopotamia.
Concepto l in g ü ís t ic o .................................................................................................... 61
1.2 Procedencia de los semitas y primeros m o v im ie n to s ............................................... 62
1.3 El Imperio Acadio. (2334-2193). Sargón I .............................................................. 62
1.3.1 Sargón I (2 2 3 4 -2 2 7 9 ) ............................................................................... 63
1.4 Los sucesores de Sargón I ..................................................................................... 64
1.5 Sharkalisharri (2317-2193) y el fin del Imperio de Akad........................................... 65
1.6 La obra de la dinastía de Akad................................................................................ 65
1.8 La cultura acadia.................................................................................................... 66
1.10 El concepto de Realeza Divina en Mesopotamia....................................................... 72 l.l I Los Guti o Q u tu .......................................................................................... 73
IV El R e n a c im ie n to S u m e rio .............................................................................................. 77
1. El llamado Renacimiento Sumerio. Etapas .................................................................... 78
1.1 La obra de la II Dinastía de Lagash. Gudea ............................................................ 78
1.2 La III Dinastía de Ur. (2112-2004) ........................................................................ 81 1.2.1 Territorios del Imperio de la III Dinastía de U r ............................................. 82
1.2.2 La organización del Imperio de Ur I I I .......................................................... 82
1.2.3 La cultura en el Imperio de Ur III. Características principales ...................... 84
1.2.4 Fin de la hegemonía de la III Dinastía de U r .............................................. 86
1.2.5 La ciudad de U r ......................................................................................... 86
2. Situación del Próximo Oriente al final del III M ilenio y comienzos del II:
Ebla, Isin, Larsa. Mari ................................................................................................ 87
2.1 E b la ...................................................................................................................... 87
2.2 I s i n ...................................................................................................................... 90
2.3 L a rs a .................................................................................................................... 91
2.4 Mari .................................................................................................................... 92
1. Epoca Paleobabilónica ............................................................................................... 96
2. La Babilonia Amorita o I Dinastía de B a b ilo n ia .............................................................. 100
3. Hammurabi. (1792-1750 a. C.) ................................................................................... 100
3.1 Clases sociales según el Código de H a m m u ra b i.................................................... 105
3.1.1 La familia .................................................................................................. 106
3.1.2 La mujer .................................................................................................. 106
3.1.3 La adopción ............................................................................................. 106
3.1.4 La herencia ................................................................................................ 106
3.1.5 La e c o n o m ía .............................................................................................. 107
3.1.6 La administración pa leobab ilón ica .............................................................. 108
3.1.7 El llkum, Redum y Naditum ....................................................................... 109
3.1.8 El comercio paleobabilónico ...................................................................... 110
3.1.9 La ciudad de Babilonia. Otras ciudades y construcciones paleobabibónicas . 110
3.1.9.1 Tell Harmal ................................................................................ 112
3.1.9.3 Arquitectura religiosa ................................................................. 113
4. El fin de la Babilonia amorita. La invasión de los nómadas: Casitas, Arameos, Hicsos
y C a ld e o s ..................................................................................................................... 113
5. La III Dinastía de Babilonia (1570-1157) o Babilonia casita ........................................... 116
5.1 Los reyes casitas y la política exterior ................................................................ 116
5.2 Los archivos de El-Amarna y la política exterior casita ............................................. 117
5.3 Kurigalzu I y sus sucesores ................................................................................... 119
5.4 La civilización c a s i ta .............................................................................................. 121
5.4.1 Clases sociales ......................................................................................... 121 5.4.2 Los kudurrus o m o jo n e s ............................................................................. 121
5.4.3 La administración c a s i ta ............................................................................. 124
5.5 Organización social .............................................................................................. 124
5.7 D erecho ................................................................................................................. 125
5.8 La religión casita. Evolución del dios M a rd u k .......................................................... 126
6. Fragmentación de Babilonia a fines del II m i le n io .......................................................... 127
7. IV Dinastía de Babilonia ( 1156-1027) o II Dinastía de Is in ............................................... 128
3-JäSTOiRiA DSL MUNDO ÄNTäGÖO. VOsLUÍ^HKI L PRÓXIMO OiRISJ'JTE V EGIPTO
IMDäCIE
8. V Dinastía de Babilonia (1024-1004) o II Dinastía del País del Mar ................................. 129
9. El País del Mar ............................................................................................................ 129
10. Babilonia a fines del II M ilenio y comienzos del I M ilenio (Dinastías V I-IX ) ................... 130
11. El dom in io a s i r io ........................................................................................................... 132 12. El Imperio Neobabilónico o Caldeo: X Dinastía de Babilonia (625-539 a. C.) .................... 132
12.1 Los primeros reyes. Nabopalasar (6 2 5 -6 0 5 ) .......................................................... 133
12.2 Nabucodonosor II (6 0 5 -5 6 2 ) ............................................................................... 135
12.2.1 Política e x te r io r ........................................................................................ 135
12.2.2 Política interior ........................................................................................ 136
13. Los últimos reyes de la X Dinastía de Babilonia ................................................... 137
14. Nobónido (555-539) y el fin de la Babilonia C a ld e a ...................................................... 137
14.1 Política in te r io r .................................................................................................... 138 14.2 Política e x te r io r .................................................................................................... 138
15. El fin de la Dinastía Caldea ......................................................................................... 139
16. Babilonia despues de los Caldeos: una Satrapía p e rs a .................................................... 140
16.1 Los persas en Babilonia. Ciro II (5 3 8 -5 3 0 ) ............................................................ 140
16.2 Los herederos de Ciro II. Cambises y Dario I ........................................................ 142
16.2.1 Política interior y exterior ......................................................................... 143
16.3 Jerjesl (485-465) ................................................................................................ 143
16.3.1 Política interior. La reacción babilonia contra Jerjes I ................................... 143
16.3.2 Política exterior. La expedición contra Grecia y Egipto ................................. 143
16.4 Los últimos reyes aqueménidas en Babilonia. Artajerjes I (4 6 4 -4 2 4 )....................... 144
I 6 .4 .I Política interior y exterior ......................................................................... 144
16.5 Babilonia a la muerte de Artajerjes I. La Anábasis ................................................ 145
16.6 Los últimos reyes persas en Babilonia (404-331) .................................................. 146
17. Babilonia. De la dominación de Alejandro Magno a R o m a .............................................. 147
18. Administración del Imperio Neobabilónico ................................................................... 148
18.1 La administración p ro v in c ia l.......................................................................... 149
18.2 La administración de los te m p lo s ................................................................. 149
18.3 La sociedad en el Imperio Neobabilónico .................................................... 151
18.4 La economía .................................................................................................... 151 19. La ciudad de Babilonia ................................................................................................ 152
20. La R e lig ió n ................................................................................................................... 153
21. Importancia, influencia y supervivencia de la cultura ba b iló n ica ...................................... 154
VI A s i r í a ............................................................................................................................... 159
1. Los Asirios. Situación geográ fica .................................................................................... 160
2. Los comienzos de la historia de A s ir ía ........................................................................... 160
2.1 Los pueblos nómadas en esta é p o c a ..................................................................... 160
3. Los Asirios en C apadoc ia .............................................................................................. 161
Imperio Antiguo Asirio o Época Paleoasiria ( 18 13 - 13 9 3 ) ...................................................... 168
4. Shamsi-Adad I y su época ............................................................................................ 168
5. Asiría dominada por Babilonia. Situación in te rn a c io n a l.................................................. 169
6. Organización inicial del r e in o ........................................................................................ 170
6.1 La sociedad asiría ................................................................................................ 171
Imperio Medio o Epoca Mesoasiria (1392-1077) ................................................................. 171
X Ü ¡
HJ3TORJA DEL. MUNDO ANTIGUO, VOLUMEN L PRÓXIMO ORIENTE V EGIPTO
7. El renacimiento político de Asiria: Asur Uballit I y sus su ce so re s .................................... 171
8. Relaciones con Egipto ................................................................................................ 171
9. La alianza con Babilonia .............................................................................................. 172
10. Salmanasar I y el fin de M itanni (1274-1245) ............................................................... 174
11. Tukulti N inurta I (1244-1208) y el apogeo del Imperio Asirio Medio ............................. 174
12. Decadencia asiria ......................................................................................................... 175
13. Tiglat Pileser I y el nuevo apogeo a s i r io ......................................................................... 176 1 4 -Los sucesores de Tiglat Pileser I (1 0 7 7 -9 1 2 ) ................................................................... 177
El Imperio Nuevo Asirio (9 1 1 -6 0 9 ) ...................................................................................... 178
15. Adad Nirari II (911-891) .............................................................................................. 178
16. Tukulti-N inurta II (8 9 0 -8 8 4 ) .......................................................................................... 179
17. Asurnasirpal II (8 8 3 -8 5 9 ) .............................................................................................. 179
18. Salmanasar III (858-824) .............................................................................................. 180 19. Los sucesores de Salmanasar III .................................................................................... 182
20. Adad Nirari III (811-783) y sus sucesores ..................................................................... 182
21. El apogeo del Imperio Nuevo Asirio: la obra de Tiglat Pileser III. El Imperio
Asirio-Babílónico ......................................................................................................... 184
23. Sargón II (721-705). Los Sargón idas(704-627)............................................................... 188
24. Organización del Imperio asirio .................................................................................... 190
24.1 Economía asiria ................................................................................................. 191
24.3 R e lig ió n .............................................................................................................. 193
25. El fin del Imperio A s i r io ............................................................................................... 195
25.1 Urartu .............................................................................................................. 196
25.2 Auge y fin de U r a r tu ........................................................................................... 197
V I I H a t t i y M i ta n n i ........................................................................................................... 199
H a t t i ................................................................................................................................ 200
1. Los hititas: Introducción .............................................................................................. 200
1.1 Primeras noticias ............................................................................................... 200
l. l . l Su d e scu b rim ie n to .................................................................................... 200
2. La civilización hitita ................................................................................................ 201
I El Antiguo Reino (± 1750 -1500).................................................................................... 204
II Período oscuro (1 5 0 0 -1 4 5 0 ).......................................................................................... 207
III Primer Imperio hitita o Imperio Nuevo (1 4 5 0 -1 3 3 6 ) ....................................................... 208
111.1 Esplendor del Imperio hitita: Subiluliuma ............................................................ 208
111.2 Las guerras sirias y sus consecuencias.................................................................... 209
IV El Segundo Imperio hitita: Los sucesores de Subiluliuma (1336-1215) ........................... 211
3. La organización política del E s ta d o ................................................................................ 214
3.1 La familia r e a l ...................................................................................................... 214
4. Sociedad, cultura y religión .......................................................................................... 217
4 .1 Las escrituras y las lenguas hititas ....................................................................... 219
4.2 R e lig ió n ............................................................................................................... 225
5. Los estados Neohititas (1 2 0 0 -7 0 0 ) ........................................................... 227
ínouce:
6. Los hurritas .............................................................................................................. 229
8. Las primeras n o t ic ia s .................................................................................................... 230
9. Expansión m ita n n ia ...................................................................................................... 230
10. Política in te rn a c io n a l.................................................................................................... 231
10.1 Enfrentamiento H itita-M itannio ........................................................................... 231
10.2 Enfrentamiento E g ip c io -M ita n n io ......................................................................... 233
10.3 Intervención hitita y división de M i ta n n i .............................................................. 234
10.3.1 Disgregación del Imperio de M itanni ......................................................... 234
10.3.2 La civilización mitannia ........................................................................... 237
10.3.3 Organización del Imperio M i t a n n io ........................................................... 239
10.3.4 La Religión .............................................................................................. 239
Z & P W J U O J^ j j r .
I <•
21 p / i l M iJ I S lS ö f J a
ó v - i s n o O r í z s ú z A s i á t i c o
Ü P •• :¾
En su época comenzaron a representar un pro­
blema los lullubi, habitantes de las montañas
del Zagros y Kurdistán Oriental (conmemoró su
victoria contra ellos con la famosa estela que se
conserva en el Louvre), y los guti, de la región
entre el Zaba inferior y el Diyala. Ya antes de su
muerte comenzó la disgregación del gran Impe­
rio Sargónida, tan difícilmente mantenido por los
sucesores de Sargón y los hurritas, que más tar­
de formarían el reino de M itanni, ocuparon en
estos años una región al este del Imperio Acadio.
que la riqueza traían consigo. Esta riqueza que
obtuvo: Por medio de botines de guerra, por los
impuestos, por el monopolio de los bienes de
consumo más importantes: maderas, piedras pa­
ra la construcción de edificios, canales, templos
y metales y por el control de las rutas comercia­
les que van desde Siria y Mari (descendiendo por
el Éufrates, hacia el Golfo Pérsico, país del estaño
y por el Líbano hacia Anatolia, donde ya encon­
tramos comerciantes acadios establecidos en es­
ta época, como siglos más tarde lo estarán los
asirios de Kanish).
1.5 S h a rk a lis h a r r i (2217-2193) y EL FIN DEL IMPERIO DE AKAD
El último rey de la Dinastía de Akad fue Shar­
kalisharri, con el que se dieron una serie de nue­
vas circunstancias:
Ya no se le llama «rey de las Cuatro Zonas» y
se contentó con el nombre de «rey de Akad».
Uruk intentó independizarse y tal vez lo consi­
guió. Elam se independizó, cambiando la lengua
acadia por la elamita. También se legó a la inde­
pendencia de los amorreos, martu o amoritas,
semitas occidentales, aún seminómadas en el
noroeste y continuó la amenaza de los guti o
qutu que terminarían finalmente con el imperio
de Akad, junto con otros numerosos factores.
Según la tradición sumeria, Agadé fue una c iu­
dad maldita para siempre29.
1.6 La obra de la D in a s t ía
de A kad
Acadio, como la de todos los imperios, tuvo un
móvil económico, además del poder y la gloria
(29) El documento que describe estos hechos es un poema sumerio de 281 líneas conocido como «La Maldición de Agadé». Después del reinado de la Dinastía de Sargón. Súmer pasó a ser conocida con el nombre compuesto de «Súmer y
Estela de Narám-Sin.
día culto. Era el
único señor de to ­
atrajo a los nómadas y pueblos más pobres que
buscaban enriquecerse con el pillaje.
Pero el Imperio Acadio, a pesar de su corta
duración, marcó una impronta indeleble en
todo el Próximo Oriente. La lengua acadia
se convirtió en lengua franca y aún los
elamitas y los hurritas, tras su inde­
pendencia, conservaron la escritura
cuneiforme para su propia lengua.
1.7 O r g a n iz a c ió n
del Es t a d o A c a d io
La monarquía acadia fue
les.
65
HÜ3TC>.R£jA ID F l L^ W U M D O AjKJTJQUO^ V O l.U ^/jH ^J L F JF ± Ó " K 1 M C J OJSJSÑTrS V E l G l i
C O M E R C I O M E S O P O T A M I C O C O N EL G O L F O P E R S I C O Y EL V A L L E D E L I N D O 45° E 50° E
X? «-A
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40° N
75° E
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• o Nippur' V c ¡ r 3 t i ‘ •
Ujrima • .p * * » la g ásh Uruk * i
Mohenjo Daro ^
Civilización Harappa Área principal de utilización de lá escritura cuneiforme, hacia 2000 aC '
e r s i c o
Sutkagen DorJtkagi
•X y~ Ibri
25° N
" . T|i Tarut ,WadiSu(>
, * '* ' * Khor Ummal-Nar J ilL Niveles en metros v ,, .< . samad v Ras al-Junayz«5.000 lN\ .J aKAin\«afrt Bat# . M 4.000 . ♦ * í- 3.000 i-
2.000 1.000 \ / -500 ?) '200 \ p ? 0 nivel del mar 200 0 100 200 300 400 500 Km
' 3 ^ V i
M a r
A r á b i g o
40° E 45° E 50° E 55° E 60° E 65° E
Los lugartenientes de la familia real eran, in­
distintamente, los hombres, que ocupaban el
cargo de ensi o gobernador y las mujeres, nom ­
bradas grandes sacerdotistas.
rios que dependían del rey: administradores civ i­
les y militares: escribas, contables, transportis­
tas, inspectores, artesanos, etc., pagados por el
rey con la concesión de bienes de consumo, ali­
mentados y vestidos por él y con tierras cultiva­
bles en usufructo.
1 . 8 La c u l t u r a A c a d i a
Hay escasez de textos que nos permitan co­
nocer la cultura de este pueblo, aunque los que
existen son de gran calidad y sustituyen el rigory
el hieratismo sumerios por la fantasía y la movili­
dad, así como el realismo.
Tenía una gran importancia la lengua acadia
(semítica), que era la lengua cotidiana, escrita en
cuneiforme sumerio, existiendo diferencias regio­
nales en esta época:
de clases sociales, según la riqueza.
a) En Mesopotamia norte: Había pocas i
dones sumerias, y si se empleaba el sumerio
se escribía al lado la traducción acadia.
C u a d r o 3.3 Organización del Imperio Acadio
Impuestos Abren nuevas rutas de comercioIr__________ [I
Botines de guerra— Expediciones militares
Producen Riqueza
pueblos sometidos q ff lT O j
Agadé o Monopolio estatal sobre Akad capital bienes de consumo
IMPERIO ACADIO Lo mismo que lo (2334-2193) engrandece lo destruye
La riqueza atrae a los nómadas (pillaje)
1 __ ____ 1--- j La opresión produce rebeliones
de los pueblos sometidos Soportado por una estructura
política superficial
Numerosos funcionarios
LUGARTENIENTES:
• Miembros masculinos de la familia real como Ensís o Gobernadores.
• Mujeres de la familia real en puestos relgiosos de importancia (Grandes Sacerdotisas de N anna. en Ur)
• Guarniciones militares acadias jun to a estos Gobernadores, en las ciudades sometidas, como apoyo y defensa.
Se conservan los Reyes rivales (salvo los peligrosos como Lugalzagesi) y las estructuras políticas de los países sometidos: Ur conserva su Rey.
Sargón I
dio y seguía empleándose el sumerio,
que después de algunas generaciones
será relegado a lengua litúrgica (como el
latín llegó a nuestros días), quedando
como lengua culta.
Acadios
elementos de la religión acadia eran originalmen­
te semitas y cuáles sumerios.
Sello procedente de
C., con representación de
67
HJaWORlA D£L xvJLJKlOQ AMTjGÜO. VOLÜMSM L PHÓ5ÍJMO OFiJHixlTH V HQJF
A. La religión
En la concepción acadia, el panteón d iv in o 30
parte de un principio acuoso primitivo del que se
aíslan dos entes primarios:
forma femenina del agua salada y Apsu, océano
que rodea el mundo.
La religión acadia (II).
la tiara de cuernos,
propia de las divinidades.
Ambos principios dieron origen a todos los
seres, naciendo de ellos las deidades Lahmu y
Lahamu, dos serpientes monstruosas que pron­
to vieron borrado su papel religioso. Tras ellos
viene la segunda pareja formada por Anshar y
Kishar, representantes de la totalidad del Cielo y
la Tierra.
prema: Anu, el cielo, Enlil, la atmósfera y Ea, el
agua (en sumerio Enki) quienes se repartieron la
totalidad de lo creado.
triada formada por: Sin, el dios luna y sus hijos,
Shamash, el dios sol e Ishtar, el planeta Venus,
versión semítica de la diosa sumeria Inanna,
que fue el prototipo de la diosa del amor y de la
guerra.
las divinidades sumerias y las amoldaron a sus
propias necesidades religiosas, limitándose prác­
ticamente a un cambio onomástico.
Pero en esta época acadia, el politeísmo su­
merio y el semítico evolucionaron hacia una sis­
tematización más cuidada y hacia una simplifica­
ción, unificando en algunas divinidades las
esferas de soberanía de otros dioses singulares,
como reflejo del acontecer político de esta fase
acadia y después en Babilonia, puesto que aca­
dios y babilonios tendieron hacia un nacionalis­
mo, y por tanto, fue natural que buscasen exaltar
a uno de sus dioses al papel de dios supremo.
Los demás dioses quedaron sólo como un
pálido reflejo de esa divinidad suprema, del mis­
mo modo que las ciudades lo eran de Babilonia,
la capital del imperio.
su primacía cuando se logra la unidad de Súmer
y Akad, ya en la gloriosa época de la dinastía
amorrea o amorita y de su máximo representan­
te, Hammurabi, elaborándose al mismo tiempo
nuevas versiones de las antiguas leyendas sume-
(30) Cfr. Nota 13 Supra. Cfr. en español J im e n e z Zamudio ,
R.: Mapa y Etana. Ed. Clásicas, Madrid 2002; id.: Poema de Esrra, Madrid, Ed. Clásicas 1998; del mismo autor, Qramática de la len­ gua sumeria. Ed. Clásicas, Madrid 1998. En Internet, información en http://space.tin.it./clübnet/bxpoma/akadeng/books.htm; toda la literatura sumeria en http://www-etcsl.orien.ox.ac.uk/bibliogra- phy.htm; el Cuneiform Data Base Project en http://www.ece. bham.ac.uk/cuneiform; http://www.sumerian.org./sumerian.htin. http://www-etcsl.orient.ox.ac.uk/. La CDL en: http://cdli.ucla.edu con acceso a los diferentes lugares (Cuneiform Digital List). Gra­ máticas y Diccionarios de Sumerio: T h o m s e n , M. L.: The Sumerian Languaje: An Introduction to Its History and Qramatical Structu­ re. Copenhagen 1984; H ayes , J. L.: A manual of Sumerian gram­ mar and Texts. 2a ed. Malibú 2000. De Acadio cfr. B la c k , J.-Geor-
c e , A .-Po s t g a t e , N. (eds.): A Concise Dictionnary of Akadian. Wiesbaden 2000.
rias, para elevar a Marduk a la supremacía del
panteón divino, como dios de la sabiduría y pro­
tector de los hombres y el mismo Anu, dios del
cielo, cede su papel a Marduk:
• Ea, padre de Marduk, traspasó a éste in ­
cluso su propio nombre.
ma de la creación» babilónico, entregó a
Marduk la «Tablilla de los Destinos» por
haber vencido éste a la diosa Tiamat, ele­
mento femenino primordial, océano de
aguas saladas con matices de fuerza caóti­
ca primigenia, rebelada contra An, padre
de los dioses, y en consecuencia a partir
de ahora será Marduk campeón de los
dioses. El cambio debió ser progresivo, da­
do el gran poder de los sacerdotes de En-
iil, suprema divinidad del panteón sume­
rio, dios de la atmósfera y señor de los
Destinos, que no consentirían fácilmente
ser relegados.
Sarpanitu, «la radiante» y su hijo fue Na­
bu, dios de la escritura, protector de los
escribas.
de importancia secundaria:
actividades intelectuales, que se con­
vierten en dioses cósmicos, que regu­
lan ordenadamente el Universo y en
seres morales que mantienen el orden
social y el respeto al derecho.
Tanto en la religión sumeria como
en la acadia existían asimismo, un
gran número de espíritus y demonios,
buenos y malos, que acompañan al hombre
durante su vida, para premiarle o castigarle.
Los acadios aportaron nuevos dioses:
Ninurta, dios de las crecidas y «huracán
de Enlil». Fue considerado también dios de
la guerra y de la caza. Era el esposo de la
diosa Gula, «la gran curandera». Adad, dios
del tiempo meteorológico, que fue el encarga­
do de desencadenar el d iluvio: Ea, cuyo nom ­
bre equivale a «Casa del agua», lo que define su
carácter y atribuciones. Fue dios del agua dulce
y del Océano, en cuyas profundidades tuvo su
69
70
J-JJS-rOíülA O i L iVJUrJrjO Ä W TiG Ü O , VOLUMEisJ L P ü Ó X JM O O ñ JS M T E Y £QJi
Toro taraceado de
caliza y plata.
Junto a las figuras humanas y diuinas, los
an imales fo rm an parte de la re lig ión de
M esopotam ia. M useo de Bagdad. Iraq.
morada (Apsu). Los sumerios le habían llamado
Enki; Dagan, divin idad del Éufrates medio, o ri­
ginariamente fue dios del tiempo (equiparado a
Adad y Enlil) con rasgos a veces de dios infer­
nal; Abu, dios protector de la vegetación que
fue, en época neosumeria, dios personal del rey
Gudea de Lagash. Su nombre significa «Señor
del Arbol de la Vida». Hubo además otros m u ­
chos dioses, cuya relación se haría in term ina­
ble.
Más Allá o Mundo Subterráneo, que se sitúa bajo
el abismo del Apsu. Era la casa de la que no se
podía volver a salir, el lugar eterno reservado a la
totalidad de los hombres y reino gobernado tam ­
bién por importantes dioses.
ro, masculino y femenino.
B. Los mitos acadios
rencias con respecto a los sumerios.
A) En cuanto a su carácter y alcance: Se co­
pian y se mantiene el interés por los antiguos
mitos sumerios. Esto dio lugar a la existencia
de varias versiones de un mismo mito:
• Se crearon algunos mitos nuevos como eí
M ito de la Ascensión.
• Se dio mayor abstracción a los dioses.
• Se unificó a todos los dioses en un único
panteón, con evidentes tendencias hacia
un monoteísmo religioso (primacía de
Marduk) como dijimos arriba.
nuevo panorama político (nacionalismo,
ahora una serie de rasgos diferenciadores:
— Menor interés por cuestiones de fertili­
dad.
a) De la realeza (m ito de Erra).
b) De la relación entre rey y diviniza­
ción personal (Gilgamesh, Sargón).
Detalle de una estela
Museo de Oriente. Estambúl (Turquía).
c) De ia organización del mundo me-
sopotámico en torno a una ciudad y
a un dios supremo nacional (Enu-
ma elish o Poema de la Creación).
• Por un carácter nacionalista, tenderán a
ajustar las creencias religiosas a las pautas
dictadas desde las escuelas teológicas o fi­
ciales.
odios:
prototipos sumerios.
los dos grandes poemas de este momento:
El Enuma elish y el de Gilgamesh.
— Pierden variedad conceptual y tienden
hacia la abstracción y jerarquización,
prueba de un nuevo orden de cosas.
— Son reelaboración de mitos preexistentes
a su ámbito cultural.
sos literarios.
ger y F. Lara Peinado forman siete grandes b lo ­
ques atendiendo a su contenido temático:
1) Mitos sobre la Creación y los orígenes
son los de la creación del mundo y de los
dioses, creación del hombre, el de los
dioses Lamga, la Teogonia babilónica de
la ciudad de Dunnu, la Cosmogonía de
los sacerdotes kalu, la Cosmogonía cal­
dea (composición bilingüe sumero-aca-
la gloria del dios Marduk) y el del árbol
de Eridú.
2) Mitos de lucha y victoria son los del pá­
jaro Zu, la victoria de Marduk sobre
Tiamat y el de Gilgamesh, Ishtar y el
Toro Celeste.
panículos masculinos,
bajorrelieve procedente de Nim rud . Siglo ix. Museo del Louvre, París.
3) Mitos de destrucción y salvación son los placa de marf l
del Diluvio Universal, el de Atrahasis ™ “ d- Esfinge sobre p lan tas
(«cuando los dioses eran como los hom- estil izadas. Museo
bres») y el del poema de Erra. Britán ico W71134322.P 7 ¡
JNJS T O iS lA D E L í/JU í-jD O Â ^T JG Ü O . V O L U M E N J. F F í C S K l M O O RiSKJTS V EOJPT
Cilindro-sello y su impronta, con
divinidades navales,
Museo del Lovure, París.
de Nergal y Ereshkigal, el descenso
de Ishtar a los infiernos, una visión del
mundo inferior o el de la planta de la In­
mortalidad.
6) Mitos de exaltación divina y humana, co­
nocemos los de la exaltación de Ishtar,
el poema de Saltu y Agushaya, el naci­
miento de Marduk, el Himno a Mar­
duk, los cincuenta nombres de Marduk,
plegaria al divinizado Gilgamesh y el del
nacimiento de Sargón de Agadé.
7) No son muy numerosos los mitos con
seres fantásticos. Conocemos los de En­
lil y el dragón Labbu o el de los siete
utukku o demonios malignos.
gia y ambas con la medicina. El mencionado
m ito del árbol de Eridú es un largo sortilegio
acadio de tipo médico, en el que se alude a un
árbol de extraordinarias virtudes terapéuticas,
u tilizado en las ceremonias y operaciones de
carácter mágico. Este árbol crecía en la ciudad
de Eridú y ha sido considerado por algunos es­
pecialistas como el prototipo del Arbol de la V i ­
da. La ciudad de Eridú, al S.O. de Ur, juega un
gran papel en las fórmulas mágicas mesopotá-
micas, pues en ella residía el dios Ea, el dios
mago, t itu lar de la sabiduría. También nos han
llegado amuletos, conjuros y un encantamiento
acadio contra el dolor de muelas, copiado en
época neobabilónica.
1.10 El c o n c e p t o de R ealeza
D iv in a en M e s o p o t a m ia
Sobre este terna31 hay una gradación a lo lar­
go de la larga historia mesopotámica:
En época sumeria, protodinástica o presargó-
nica: Se carece de testimonios de divinización
del rey, pero sí hay divinización postuma (como
en los casos de Lugalbanda y Gilgamesh) y tam­
bién hay «filiación divina» en las inscripciones de
Mesilim, rey de Kish (h. 2550) «Amado hijo de
Ninhursag», la diosa-madre sumeria y del rey
Eannatum de Lagash (± 2455-2425), también lla­
mado hijo de Ninhursag.
testimonio literario sobre esta costumbre corres­
ponde a la época de Iddin-Dagan de Isin (1974-
1954) en que se compara al rey con Dumuzi, jo­
ven dios de la fertilidad agrícola y de la vegetación
(cuyo nombre acadio es Tammuz y Adonis en
la mitología griega), amante de la diosa Inanna.
En el período acadio se le hace morir y resucitar
anualmente, como la vegetación.
(2112-2004) hacen suponer a Falkestein que ya
se celebraba la hierogamia en esta época.
En época acadia: aunque se puede hablar de
un culto rendido a todos los reyes acadios (Sar­
gón y sus sucesores), el primero que lleva el títu­
lo de «dios de Akad» es Narâm-Sin de Akad
(2254-2218), nieto de Sargón I: Ante todo el
mundo, el rey adquiere una fuerza sobrehumana
72
(31) Sobre el concepto de realeza divina en Mesopotamia cfr. La b a t , R.: Le caractére d iv in de la Royauté Assyro-babylo- nienne, París, 1969. También D h o r m e , E.: Le roidieu dans la reli­ g ión A ssyro-babylonienne, París, 1950, p. 169: Fran kfor t , H.: Kingship a n d the Qods, Chicago, 1948; H a l l o , W. W.: 6 M esopo tam ian Royal Titles. New Haven, 1957, pp. 56-65. Ver también C o o p e r . J. S.: Sumerian and M a d i a n Royal Inscrip­ tions. I. Presargonic Inscriptions. New Haven, 1982.
(32) Sobre la hierogamia cfr. K r a m e r , S. N.: El matrimonio en la A n t ig u a Súmer. Editorial Ausa, Barcelona, 1999.
Cilindro-sello de jaspe
impresión moderna.
Héroes luchando con un
>
D iv in idades antropom orfas .
y cósmica, propia hasta ahora só lo de los d ioses.
No hay cambio de na tura leza, s in o de fu n c ió n .
El Rey pasaba a ser para sus s ú b d i to s : C reado r y
Organizador (Juramento p o r los d ioses) , d u e ñ o y
Señor de los destinos y, p o r ta n to , de él em ana
todo el derecho: «prom ulga cód igos» (Ju ram ento
por el rey).
Con la III Dinastía de U r a u m e n ta la p o s ic ió n
centralista y unif icadora de la D inastía , en la que
el rey es, a partir de Shulgi: Juez S up rem o , cabe ­
za de la administración, el que dec ide las cues ­
tiones de paz y guerra, el que c o n s t ru y e te m p lo s ,
como el de N inkarnunna, ded ica d o p o r el rey
Shulgi a la diosa Ishtar.
En un siguiente paso a lcanzarán los reyes un
poder humano ¡limitado.
La divinización del monarca o r ig ina c u lto s lo ­
cales, como el de Shulgi en U m m a . El rey tiene
poder protector sobre el país, pero se sitúa po r de ­
bajo de los grandes dioses, aunque a veces, con
ocasión de las nupcias sagradas (o hierogamia),
se identificase con Dumuzi, amante de Inanna.
1. 1 1 Los G u t i o Q u t u
(± 2193-2112)
Media y Asiría), un lugar m uy estratégico, de­
fendible y con accesos a esas dos llanuras. Los
docum entos que se conservan de ellos están
en lengua acadia. Sharkalisharri (2217-2193),
sucesor de Narám-Sín y cuarto rey acadio des­
pués de Sargón I, que según algunos autores
era un rey perezoso, incapaz de dotes políticas
y según otros era un rey decidido, tan to como
hábil po lítico, no pudo detener la invasión guti
(33) Sobre el final de la dinastía de Akad y las invasiones de los Guti, cfr. G a d d , C. J.: The D inas ty o f A gade an d the Q utian Invasión, Cambridge. 1963. 73
74
J - J J S T r O í a J Á r jE lL . í / J U ^ D O X j n J T J G Í J O . V O L - U íV ÍS ín J L . F F ¿ Ó S ¿ J j v í O O ' J S J S i s I T S V H - G J F 1
se comportaron com o bárbaros (en el sentido
peyorativo de la palabra) y esta op in ión es la
de la mayoría de los orientalistas, pero des­
pués, m antuvieron, no una administración rígi­
da y abstracta como el pueblo anterior, sino
una adm inistración encadenada con cada uno
de los antiguos pueblos. Los guti aprendieron
la lengua acadia, pero más bien com o rivalidad
contra Akad, debido a que el acadio había sido
el pueblo que más se les resistió y también al
que más castigaron. Sin embargo, los guti tu­
vieron en cuenta estas culturas anteriores, per­
m itiendo los intercambios comerciales entre
los diversos pueblos. Su poder se manifestaba
ya muy débil en la época de tiriqán, su último
rey.
arcilla escrita en
del Diluvio sumerio.
Procede de la b ib lio teca de Asurban ipa l. (668-627 a C.) Nin ive, h. 25 cm. W A 128622. Museo Británico. Londres.
(ejemplo de pueblo con técnicas inferiores que
vence a Otro con armamentos y técnicas supe­
riores), que produjo una época de anarquía.
Aunque los autores antiguos les atribuyen la
caída del Imperio Acadio, los guti no fueron
más que uno de los numerosos factores que
contribuyeron a su final.
sen, nos presenta la cronología y sucesión de 21
reyes guti, que reinaron durante noventa y un
años, entre los que se encuentran Lasirab, Ba-
sium, Erridupiti y Tiriqán, entre otros. Algunas
Dinastías guti llegarán hasta los Seléucidas (su­
cesores de Seléuco, general de Alejandro Mag­
no), ya en el siglo m a. C.
El período de dom in io guti fue contem porá­
neo de las Dinastías IV y V de Uruk, por lo que
algunos orientalistas piensan que hubo dos rei­
nos (uno del norte y otro del sur), pero hoy se
desestima esta op in ión . La tradición, que se ba­
sa en fuentes sumero-acadias, dice que los guti
Los guti no continuaron el estado universal y
su gobierno quedó un tanto desarticulado, con
un régimen de autonomías locales, respetando
las minorías étnicas. Su dom in io duró unos 132
años, aunque actualmente se tiende a rebajar es­
ta cifra a unos 40 ó 50 años, acabando de un
modo inesperado a manos de una ciudad sume­
ria: Ur.
ti fueron expulsados34 por Utu-hegal de Uruk
( 2 123-2113), único rey de la V Dinastía de Uruk,
a su vez vencido por Ur-Nammu de Ur, que fun­
dó una dinastía en esta ciudad (III Dinastía de
Ur, cfr. p. 66).
dor de Lagash (II Dinastía) cuyo rey, Gudea, fue
un extraordinario gobernante y uno de los reyes
más religiosos que se conocen. Marcó reformas
de orden social muy radicales, elevando la masa
de esclavos con un sentido humano y político
(se conocen los famosos carnavales de Gudea,
que tenían un matriz moral de ¡gualdas y alegría
colectiva en sentido religioso) como veremos a
continuación.
( 3 4 ) Sobre el final del d o m in io guti en Mesopotamia dr.
T h u r e a u - D a n g i n , F.: «La fin de la d o m in a t io n gouteénne», en
Rev. d 'Assyr io log ie . IX , 1912 , p. I I I .
Textos
El NACIMIENTO DE S a rg ó n (E laboración m u y posterior, de época neobab ilón ica , para ju s t if ic a r el
poder de M arduk y có m o Sargón con el apoyo d iv in o co ns ig u ió reinar)
Sargón, rey poderoso, rey de Agade, soy yo;
mi madre fue una e n t u m (m in is tro de c u lto de rango m u y e levado);
a mi padre no le conocí;
el herm ano de mí padre hab ita en las m ontañas;
mi c iudad es A z u p ira n u («La c iudad de A za frá n ), s ituada a orillas del Éufrates
mi madre me c o n c ib ió y en secreto me parió;
me co locó en una canastilla de ju n c o s , se lló mi puerta (la tapa) con betún
me arrojó al río, que no se levan tó con tra mí;
el río me m a n tuvo a f lo te y me llevó hasta A q q i, el aguador.
Aqqi el aguador me sacó cu an d o m e tió su jarra
Aqqi el aguador me ado p tó , me crió;
Aqqi el aguador me h iz o su horte lano .
Como horte lano, Ish ta r me am ó.
Durante 56 años ejercí el poder real
I Desde el Gran C ie lo, d ir ig ió su pensam ien to hacia la Gran Tierra
la diosa desde el Gran C ie lo, d ir ig ió su p ensam ien to hacia la Gran Tierra
Inanna desde el Gran C ie lo , d ir ig ió su pensam ien to hacia la Gran Tierra
Mi Señora abandonó el c ie lo , aba n d on ó la tierra, descend ió al M u n d o In ferior
5 Innana abandono el c ie lo , a ba n d on ó la tierra, al M u n d o In fe rio r descend ió
Abandonó su co nd ic ió n de en, a ba n d on ó su co n d ic ió n de la g a r , descend ió al M u n d o In fe rio r
en Uruk abandonó el Eanna, al M u n d o In fe rio r descend ió ,
en Badtibira abandonó el Em ushkalam a, al M u n d o In fe rio r descend ió
en Zabalam abandonó el G iguna, al M u n d o In fe rio r descend ió
10 en Adab abandonó el Esharra, al M u n d o In fe rio r descend ió
en Nippur abandonó el Baradurgara, al M u n d o In fe rio r descend ió
en Kish abandonó el Hursagkalam a, al M u n d o In fe rio r descend ió
en Agade abandonó el Eulmash, al M u n d o In fe rio r descend ió
Ató los siete m e
15 reunió todos los me, los asió con su m ano
con todos los m e se preparó para partir,
el Shugurra , la corona de la estepa, se co lo có sobre la cabeza
rizos de cabello d ifuso sobre su frente
la vara y la cuerda de m edir de lap is lázu li cog ió en su m ano ,
20 pequeñas cuentas de lap is lázu li a tó a lrededor de su cuello
cuentas ovoides geminadas abrochó sobre su pecho
una pulsera de oro colgó en su m uñeca
el pectoral llamado «ven hom bre ven» c iñó sobre su pecho
con el vestido-pala, el ves tido de su co n d ic ió n de señora cu b r ió su cuerpo
25 con el ungüento llamado «que él venga, que
él venga» m aqu illó sus ojos»
(K in g 1907, apénd ice I; A n e t , 119, Lewis, 1980)
T exto 2
D e s c e n s o d e I n a n n a a l M u n d o In fe r io r ,
sg. K r a m e r
(Se c itan num erosos te m p lo s m e sop o tá m icos ded icados a Inanna ).
75
& \
. H i S T O - R i l A D £ L j v í U js J J D O Á J v T f J G J J Ö * V O L J J M S W L P S Ó I 1 M O O F i J H i ^ J T EL V E L G 1 F
C u a d r o 4 . 1 Renacimiento sumerio ( 2 1 12 - 2 0 0 4 )
RENACIMIENTO SUMERIO
/ f m m Gudea (2141-2122)
5 reyes más
ca la continuación:
1. De la cultura sumeria
2. Del poder político acadio
. El l l a m a d o R e n a c im ie n t o Su m e r io . Etapas
La III Dinastía de Ur tenía tres centros importantes:
• Nippur: capital religiosa
• Ur: Capital del Imperio
tres yernos, el ú ltimo de los cuales fue Gudea.
Marcan el apogeo de L a g a s h y son contempo­
ráneos de los últimos reyes Guti o qutu, por lo
que no sería de extrañar que estos reyes fuesen
qutu (como indicaría el mismo nombre de
«Gudea» o «Quteo»...) aunque siempre se les ha
considerado los sucesores de los sumerios (por
su cultura y territorios) y de los reyes de Akad.
Son excelentes las esculturas de esta época,
sobre todo las del rey Gudea, de diorita, que for­
maban parte de los templos que construyó este
rey, pero que desconocemos (salvo el plano del
templo del dios de Lagash, Ningirsu, grabado
(35) Sobre Gudea cfr. Römer, W. H. Ph. en Ni. or.. 26. 1969. pp. 159-171; las inscripciones están publicadas porFfli- KENSTEIN, A.: Die Inschriften Qudeas von Lagas. I. Einleitung. Roma, 1966: cfr. asimismo en RLA III, pp. 676-679 el artículo «Gudea»; también Roux, op. cit.. pp. 151-152 y notas 13 y ss. al cap. 10. p. 384.78
1.1 La o b r a de la I I D in a s t ía
de La g a s h . G u d e a
Al desaparecer los últimos reyes
de Akad, reinaba en Lagash el rey Ur-
Baba o Ur-Ban, al que sucedieron sus
• El reinado de la II Dinastía de Lagash
(2155-2111).
(2112-2004).
Estatua de Qudea,
Príncipe de Lagash. realizada en piedra calcárea. Hallada en Tello. hacia el 2150 a. C. Museo del Louvre, París.
SE conoce esta época como «Renacimiento
Sumerio» por recuperar Súmer la supremacía
política tras la época anterior, de predominio acadio.
Comprende dos etapas explicadas en el Cuadro 4 .1;
Clavo de fundación de
De forma general, se puede decir que esta II
Dinastía de Lagash constituye una vuelta a la
organización política de las «Ciudades-Estado»
que imperaban en Mesopotamia, sobre todo en el
sur, antes de la hegemonía de los acadios36.
C u a d r o 4*2 II Dinastía de Lagash
REYES
6. Nam-mahazi (±2113-21 I I )
Estatua oferente de Qudea de Lagash. (2141-2122 a. C.; Periodo Neosumerio; en diorita: 41 cm„ Tannahill Foundation
Estatua de Gudea de Lagash con una inscrip­ ción que se extiende desde el hombro dere­ cho y sobre el lado izquierdo del traje. El texto sobre el hombro da el nombre del gobernante, mientras que el segundo testo, sobre la tún i­ ca, cuenta la razón por la que se realizó esta estatua. La primera inscripción dice:
«Gudea, ensi de la ciudad de Lagash, el hom ­ bre de la ciudad que construyó el templo de N ingizhzida y el templo de Geshtinanna».
El segundo texto dice:
«Gudea, ensi de la ciudad de Lagash, edificó a Geshtinanna, el a -a z i-m u -a de la reina, la es­ posa querida de Ningizhzida, su reina, su templo en Girsu. Él creó para su estatua [es­ to], «Ella concedió el rezo,» él le dio un nom ­ bre para ella y lo trajo en su templo».
Traducción de Prof. Robert Biggs. The Orienta l Ins titu te . U nivers ity o f Chicago
Sus soberanos trataron,
autarquía económica por
cos y comerciantes, tratan­
atravesar libremente su terri­
conclusión ya expuesta, de
fuesen guteos).
muestra la perfección a la que
había llegado la lengua. La
cultura, pues, sigue siendo
sumeria, pero con influencia
vocabulario las nuevas expre­
siones literarias usadas, pro­
(36) Cfr. pp. 151-152.
Roux, op. c it.,
S i_ P E ^ A C i i V J JH .r-JT O S U M S R
«La dama del chal».
Princesa de la fa m il ia de (¡udea. Hallada en Tello. hacia el 2150 a. C. Esteatita.
en una estatua de Gudea). Construyó también
otros templos en Ur, Nippur, Uruk, etc., así como
canales, presas para riegos y otras para sanea­
miento de pantanos.
de esta época en Lagash, la seguridad de los trans­
portes y la fuerza del Estado por el oro, el cobre, la
diorita, la cornalina y diversas clases de árboles,
como el ébano, materias todas de las que se tiene
noticia que eran objeto de comercio. Expediciones
a Elam le proporcionaban prisioneros de guerra
como esclavos.
Estatua de Ur-Ningirsu.
Hijo del rey de Qudea. Bajo sus pies hay unos personajes en ac t itud de ofrenda. Museo del Louvre, París.
j V J O K l O O A j x J - r J G Ü O , V O J O J M S j n J L F > F í Ó 3 € 1 M < 0 O J ^ J S j n í T H ' Y S X 2 \ Á
Lista de sinónimos
acadios y sumerios
Foto Vázquez Hoys.
La religión es sumeria con ciertos
conceptos acadios, com o el papel
«real» de los dioses. El más impor­
tante de los quince santuarios que
construyó Gudea fue «el Eninnu»,
morada de Ningirsu, dios tutelar de
la ciudad de Girsu, dios nacional y
t itu lar de la vegetación, de la guerra
y de la caza, equiparado desde muy
antiguo con Ninurta.
la ciudad de Lagash pasó a ser vasalla
de Ur ill, regida por gobernadores
como Ur-Ninsuna, Ur-Ninkimara, Lu-
2023 se independizó nuevamente.
EL I M P E R I O DE LA I I I D I N A S T Í A DE UR
L a g o d e ^ S : V a n ' ,
Dash-e Kavir 35° n
' 200
Urnammu.
Museo de Irak, Bagdad. Foto Vázquez Hoys.
1.2 III D in a s t ía de U r
(2112-2004)
UR-NAMMU (2112-2095), gobernador de Ur,
recogió la herencia de Utuhegal de Uruk (que había
expulsado a los Gutti), pero no conservó Uruk
como sede de su realeza, sino que se trasladó a Ur.
Con él comienza la III Dinastía de esta ciudad3'.
Ur-Nammu colocó a un partidario suyo en el
gobierno de Lagash, restauró las ciudades, cons­
truyó murallas, reconstruyó los santuarios que
estaban en ruinas, abrió canales para desarrollar
la agricultura y el comercio y promulgó el primer
Código de Justicia conocido para regular las rela­
ciones económicas, precedente directo del Códi­
go de Hammurabi.
SHULGI, (2094-2047) su hijo, le sucedió, rei­
nando casi cuarenta y ocho años. Su reino y el de
su hijo AMARSUEN (o Amar-Sin), constituyen el
apogeo del Imperio de Ur III.
En política interior, Shulgi restauró santua­
rios, reformó los pesos y medidas, introduciendo
el gur real (equivalente a 300 sila), reorganizó el
ejército, introduciendo un cuerpo de arqueros
según modelo de Agadé y se hizo divinizar,
siguiendo el ejemplo de Naram-Sin, elevándose
templos en su honor. También tomó el títu lo de
«Rey de las Cuatro Regiones».
En política exterior, había peligro
por la presión elamita desde el este,
que resolvió en el plano diplomático,
casando a su hija con el Ensi de Ans-
han (cerca de la actual Shiraz), aun­
que luego luchó contra él. Durante su
reinado se extendió la efervescencia
política a todo el actual Kurdistán.
Murió sin poder asegurar la victoria
sobre los rebeldes.
año siguiente de su subida al trono. Y
tras esta campaña, hubo paz hasta el
reinado de Ibbi-STn. A Amarsuen le
sucedió en el poder SHU-SIN (2037-
2029), su hijo, que mantuvo la paz.
IBBI SIN (2028-2004), fue el último rey de esta
III Dínastía de Ur. Después de él hay una penetra­
ción de nómadas amoritas. Tras la desmembración
del Imperio de Ur III, se fundaron Estados en Isin,
Larsa y Babilonia (Epoca Paleobabilónica).
(37) Sobre las fuentes históricas relativas a la III dinastía de ur, cfr. H a l l o , W. W.: «The Royal Inscripcions of Ur: A Typo­ logy», HUCA, 1962, pp. 6-23; So llbeg er , E.: Ur Excavation Text. 8 , Londres, 1965. Sobre la economía y el comercio, cfr. Jo n e s ,
T. B.-SNyDER, J. W.: Sumerian economic Texts from the Third Ur Dynasty. Minneapolis, 1961, C u r t is , J. B . - H a l l o , W. W.: «Money and merchants in Ur III», Hebrew Union College Annals, 30, 1959, pp. 103 y ss. Sobre la organización del Esta­ do, cfr. la obra clásica de Le g r a in , L.: Le Temps des Rois d'Ur. Paris, 1912. Una mayor información bibliográfica sobre el tema puede encontrarse en G a r e l l i, P., cit., 2, pp. 309-314.
C u a d ro 4*3 III Dinastía d e Ur (2112-2095)
UR-NAM M U (2112-2095)
SHULGI (2094-2047)
Ennirgalanna Gran sacerdotisa de Ur
j-JJS T O F ¿ J Á rjELL. iVJUiKI r j o A M Y J G U O , V O U J J M H iW i . JP K Ó X J jV J O O -R íJ -S K IT e V
Territorios del Imperio de la
III Dinastía de Ur
ficamente tres zonas:
unidos por alianzas matrimoniales.
2) Las ciudades de Susa, Assur y Mari: Regidas por
gobernadores, generalmente nacidos en el país.
3) El centro del Imperio, los antiguos principa­
dos, eran ahora provincias. Sólo había lugal
en Ur y los ensis eran ahora nuevos funcio ­
narios administrativos del territorio.
dio. Comprendía parte de Mesopotamia más
Transtigrinia hasta Elam e incluso Susa. Sólo
Simash logró conservar su autonomía, siendo el
núcleo de la oposición antisumeria.
En el oeste, los reinos de Ebla, y Tuttul (sobre
Tablilla el río Balikh) e incluso Biblos, en la costa medite- con una inscr ipc ión de rránea, reconocían la autoridad de la III Dinastía de tema astrologtco procedente de U ruk Ur, por lo menos durante el reinado de Amarsuen.
82
El Rey tenía poder patrimonial, basado en su:
cualidades personales y el mandato divino que
Enlil le confiaba, siendo el propietario teórico ck
todo el reino. El país era una suma de circunscrip­
ciones en las que gobernaban el Ensi y el Shagin.
Los funcionarios se dividían en varias categorías:
A) A lto s fu n c io n a r io s :
• Ensi: Funcionarios con poder civil. Mante­
nían el orden, organizaban las obras públi­
cas, actuaban como jueces y recogían los
tributos, quedándose con su parte corres­
pondiente.
Ésta era la regla general, aunque había cir­
cunstancias locales: En Mari, el Shagin
dirigía el ejército y los trabajos agrícolas y
comunales, como la construcción de cana­
les y su mantenimiento.
de Ur, ya no disponían de un poder compa­
rable al de los antiguos jefes de las ciudades.
De hecho, ahora eran simples funcionarios
nombrados por el Gobierno, e incluso se dio
la circunstancia de haber dos en una misma
ciudad. Estos cargos eran arrendados y los
titulares recuperaban su dinero cuando recau­
daban los impuestos. También tendían a per­
petuarse en las mismas familias.
Tareas de los funcionarios reales eran: Reco­
pilar los impuestos, recoger las ofrendas des­
tinadas al rey y a las divinidades, ocuparse del
mantenimiento de los funcionarios subalter­
nos, vigilar la buena marcha de los negociosy
presidir las cortes de justicia.
En las regiones periféricas a veces se encarga­
ba estas misiones a notables de origen local.
De un modo general, no había una distin­
ción absoluta entre poderes civiles y milita­
res y a veces había colaboración para una
misma misión entre Ensi y Shagin.
v • / ( " m m m m
Tierras:
Extensión:
IMPERIO DE
UR III
Toda Mesopotamia es un gran principado en el que Enlil es su dios, Ur, su capital el Lugal de Ur, su rey
Sociedad:
O