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Universidad Nacional de La Plata
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Historia de la Educación Argentina y Latinoamericana
Profesor: Martín Legarralde
Alumno: Andrés Leonardo Roa
Número de legajo: 102.799/4
Carrera: Licenciatura en Ciencias de la Educación
Tema: Alternativas y propuestas de educación práctica y técnico-profesional en la
historia del sistema educativo argentino
Fecha de entrega límite: 31 de agosto de 2015
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HISTORIA DE LA EDUCACIÓN ARGENTINA Y LATINOAMERICANA
TRABAJO DE EVALUACIÓN FINAL DE LA PROMOCIÓN SIN EXAMEN FINAL
Para comenzar este trabajo trataré de definir los elementos que forman parte del tema
elegido. El primero es el de Educación Práctica y Técnico Profesional.
En el portal del Ministerio de Educación dependiente de la Presidencia de la Nación1
se detalla la formación que brindan la educación técnica: a)”Formación orientada a la
apropiación por parte de los estudiantes de los conocimientos, habilidades, actitudes,
valores culturales y éticos correspondientes a un perfil profesional…” b) “Un saber
técnico y tecnológico, con sustento teórico científico de base, que permita
intervenciones técnicas específicas…” c) “Preparación para el desempeño en áreas
ocupacionales determinadas que exigen un conjunto de capacidades y habilidades
técnicas específicas…”.
En el caso de Sistema Educativo Argentino, utilizare la definición de Margaret Archer2
sobre sistema educativo nacional, que nos dice que es una colección de instituciones
diferenciadas, de amplitud nacional, cuyo control e inspección general es, al menos en
parte, de la incumbencia del Estado y cuyos procesos y partes integrantes están
relacionadas entre sí. Por lo tanto, en base a esta definición, podemos hablar de un
sistema educativo argentino a partir de la aparición de leyes del Estado que articularon
y reglamentaron la actividad la segunda mitad del siglo XIX, desde el artículo 5° de la
Constitución Nacional de 1853 (texto confirmado en 1860) donde cada provincia debía
dictar una constitución propia que asegure entre otras cosas la educación primaria,
hasta, principalmente, la sanción de la Ley 1420 de Educación Nacional del año 1884,
que si bien solo regulaba el funcionamiento de las escuelas primarias de Capital
Federal y los Territorios Nacionales, sirvió de modelo para las legislaciones en
educación provinciales.
La aparición del sistema educativo argentino se dio en el marco ideológico de la
tradición republicana que “…ha sido caracterizada como una corriente política que –
brevemente dicho – quiso establecer una república liberal, como un conjunto de
derechos institucionalizados y estuvo centrada en la idea de progreso” (Southwell,
2001, p.5). En este marco, la educación era considerada la principal herramienta para
la transmisión de estos valores y la transformación del orden político. Los principios en
que se apoyaba este sistema educacional eran tres: estatal, civilizatorio y normalista.
1 http://portal.educacion.gov.ar/secundaria/modalidades/educacion-tecnico-profesional/
2 Margaret Scotford Archer (Grenoside, Reino Unido, 20 de enero de 1943) es profesora de Sociología de
la Universidad de Warwick y miembro fundador de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales.
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Historia de la Educación Argentina y Latinoamericana Andrés Leonardo Roa
En los inicios del sistema educativo argentino el nivel primario de educación quedo
bajo la responsabilidad de los gobiernos provinciales, mientras que los niveles
secundario y universitario eran responsabilidad del gobierno nacional.
En el caso de la educación primaria su objetivo era “…favorecer y dirigir
simultáneamente el desarrollo moral, intelectual y físico de todo niño de seis a catorce
años de edad”3, priorizando para este objetivo el dictado de materias como Lectura y
Escritura, Aritmética, Geografía (nacional), Historia, Idioma (nacional), Moral y
Urbanidad, Higiene, nociones de Ciencias (matemáticas, físicas y naturales), Dibujo,
Música, Gimnasia y conocimientos de la Constitución Nacional, quedando la
educación práctica y técnica, reducida en el caso de las niñas a las labores de manos
y la economía doméstica, y para los niños al conocimiento de los ejercicios militares
más sencillos y nociones de agricultura y ganadería en el caso de poblaciones de
campaña4.
A diferencia del nivel primario que era obligatorio y gratuito, el nivel secundario fue
concebido para los jóvenes pertenecientes a los sectores sociales dominantes (política
y económicamente) y buscaba servir, principalmente como preparación para el ingreso
y recorrido por la Universidad. En esta concepción de educación “…los alumnos
debían ante todo ser personas completas, con el dominio de todos los ramos” (Dussel,
1997, p.3) y la institución que materializó esta idea fue el Colegio Nacional, que se
apoyaba en un currículum humanista. Estos colegios se basaban en el modelo que
desarrollo Amadeo Jacques5 en Tucumán y quedo expresado en sus memorias.
Jacques (1865) sostenía que “…la diferencia que hay entre el colegio y una escuela
especial de cualquier ramo, es que en aquel se da, además, otra provisión de
conocimientos, que completando la instrucción especial, la ilustra y la profundiza, lejos
de dañarla…”. Y profundizando aún más en su idea de un fondo común de instrucción,
pensaba que una educación exclusivamente especializada, formaba hombres
mediocres “…encerrados en la rutina de su oficio y eternamente condenados a la
misma tarea”.
Por lo tanto con la hegemonía del currículum humanista, como modelo a seguir por la
educación media “…los saberes del pobre circularon casi permanente al margen del
sistema educativo oficial, que los desestimó como poco valiosos” (Dussel, 1997, p.4).
3 Artículo 1° de la Ley N°1420 de Educación Común
4 Artículo 6° de la Ley N°1420 de Educación Común
5 Amadeo Florentino Jacques (París, Francia, 4 de julio de 1813; Buenos Aires, Argentina, 13 de octubre
de 1865). Tuvo a su cargo la cátedra de física de la Universidad de Buenos Aires, actuó como director del
Colegio San Miguel de Tucumán y como director de estudios del Colegio Nacional de Buenos Aires.
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Historia de la Educación Argentina y Latinoamericana Andrés Leonardo Roa
Y más allá de los contenidos abordados en los Colegios, lo que cobra valor es el
desarrollo del entendimiento, es decir “…el papel del conocimiento es accesorio al
desarrollo de la inteligencia” (Legarralde, 1999, p.39). Pero aunque los contenidos
tratados eran diversos, lo que nos dice Legarralde (1999) es que los mismos se
encuentran alejados de orientaciones prácticas. Este alejamiento de los saberes
prácticos se debería, a que la expansión económica ocurrida en la segunda mitad del
siglo XIX no requería la cualificación técnica de la fuerza de trabajo, y además como
sostiene la hipótesis que Tedesco desarrolla en su libró Educación y Sociedad en
Argentina (1880-1900), los grupos dirigentes asignaron a la educación una función
política y no una función económica.
La crisis política de fines del siglo XIX, desemboca en la creación de escuelas
secundarias centradas en lo práctico y técnico, como son las Escuelas Industriales (la
primera Escuela Industrial de la Nación se remonta al año 1899 y a partir de 1926 se
llamará Escuela Otto Krause), Escuelas de Artes y Oficios y Escuelas de Comercio. El
fundamento de estas reformas se basaba en la creencia de que el sistema educativo
de nivel secundario (colegios nacionales) al permitir el ingreso de nuevas clases
sociales, permitía la suma de voces en las discusiones políticas, lo que terminó
produciendo esta crisis. Sin embargo, la idea de crear un circuito de estudios para las
clases medias y bajas, no tuvo gran adhesión entre los estudiantes, que seguían
optando por los carriles de estudio tradicionales.
Este modelo de educación perduro sin mayores cambios en lo que se denominó
periodo conservador o régimen oligárquico (más allá de los intentos de los grupos
anarquistas por establecer escuelas “modernas” o alternativas al sistema educativo
estatal en la primera década del siglo XX basados en la propuesta de Ferrer Guardia6),
hasta el año 1915, último año del mismo, donde el Ministro de Instrucción Pública
Saavedra Lamas propone una reforma del sistema educativo que buscaba que los
niños y niñas de clases medias y bajas concluyen su escolarización en menor tiempo e
incluía un período intermedio antes de la escuela secundaria poco útil en términos de
la integración al mercado y por lo tanto poco atractivo como opción para las clases
bajas, que serviría de filtro para el acceso al nivel secundario, y posteriormente a la
Universidad. También es cierto que dicha reforma, basada en el trabajo de Mercante,
contemplaba aspectos psico-biológicos de púberes y adolescentes, lo que daba una
organización científica al sistema educativo. “Tampoco puede obviarse el tercer
6 Francisco Ferrer Guardia (Alella, España, 14 de enero de 1859; Barcelona, España, 13 de octubre de
1909). Pedagogo libertario, su obra más conocida el “La Escuela Moderna”.
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Historia de la Educación Argentina y Latinoamericana Andrés Leonardo Roa
elemento constitutivo de la propuesta: la orientación técnico profesional en el nivel
secundario” (Puiggrós, 1992, p.28) que buscaba la reestructuración del trabajo en las
nuevas capas sociales.
En 1916, mediante elecciones libres y una ley electoral que permitía controlar las
prácticas de fraude, llega a la presidencia Hipólito Yrigoyen de la Unión Cívica Radical,
dando fin a la etapa conservadora. Ese mismo año decide derogar la reforma
aprobada un año antes, existiendo según la Ficha de la Cátedra: Reforma Saavedra
Lamas y Reforma Universitaria dos hipótesis de explicación para tal acción. La primera
planteada por Juan Carlos Tedesco, indica que Yrigoyen pensaba que dicha reforma
perjudicaba a los sectores medios y bajos, y la segunda, sostenida por Puiggrós, nos
dice que se debió al malestar mostrado por maestros, profesores y directores.
Si bien los gobiernos radicales (1916-1930) intentaron modernizar el sistema educativo
mediante la introducción de una orientación técnico-profesional, “…las clases medias
rechazaron todas aquellas propuestas…” (Puiggrós, 1992, p.15), comportamiento que
puede entenderse “…como una actitud inherente a su calidad de clase no fundamental
y al incierto lugar que ocuparían en el mundo de la producción, de la cual se derivaría
su necesaria adhesión a la ideología pedagógica de la clase dominante,
considerándose como tal al positivismo” (Puiggrós, 1992, p.15). Durante estos años
también se discutieron las ideas de la Escuela Nueva (autonomía infantil,
profundización del lazo social y cultural con la infancia, críticas a la hegemonía del
maestro, etc.) “…que caracterizó el clima plural desde el punto de vista cultural e
ideológico de la experiencia del radicalismo en el poder” (Carli, 2005, p.193).
Si bien durante este período se produce un desarrollo industrial, el mismo no se
constituye como alternativa ante el modelo tradicional agro-exportador. La Unión
Industrial Argentina impulsaba la promoción de escuelas de artes y oficios formadoras
de “simples obreros” y no de técnicos. “Algunos autores sostienen que la falta de
dinamismo de la sociedad comienza a revertirse a partir de 1930, cuando se nota una
nueva actitud hacia la industrialización” (Puiggrós, 1992, p.18), aunque la misma
Puiggrós (1992) se plantea si esta actitud puede ser generalizable a todas las capas
sociales.
En 1930 se produce un golpe cívico-militar que derroca a Yrigoyen, y lleva a la
presidencia al General José Felix Uriburu, dando esta dictadura comienzo a lo que se
dio en llamar “la década infame” (período que en realidad transcurre entre los años
1930 y 1943). Dentro de esta etapa se destaca una reforma al sistema educativo
bonaerense, realizada durante la gobernación del médico y político del Partido
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Demócrata Nacional, Manuel Fresco, que gobernó entre los años 1936 y 1940.
El nivel donde se aplica esta reforma es el primario, y buscaba conformar una
sociedad más homogénea centrada en los preceptos de Dios, patria y hogar. Su lucha
se centró en acabar con el analfabetismo (multas, denuncias) y la deserción escolar
(comedores escolares, colonias de vacaciones, cooperadoras escolares), y en el plano
de la enseñanza se apoyó, como nos dice Bejar (1992), en tres pilares: la religión
católica como materia obligatoria, destacar a la educación física, y exaltar el hacer
frente al intelectualismo dominante. Los dos primeros pilares se aplicaron a la totalidad
de escuelas de la provincia, pero el tercero, y de mayor interés a este trabajo, solo fue
de carácter experimental y llegó a pocos establecimientos educativos.
En términos generales la reforma buscaba erradicar el verbalismo y el enciclopedismo,
y se plantaba como enfrentada al materialismo y racionalismo, exaltando la corriente
del espiritualismo. Se tomaron dos orientaciones para agrupar las distintas
asignaturas: instrucción (idioma, matemática, dibujo y trabajo manual) y
desenvolvimiento (educación patriótica, moral y religiosa, educación estética,
educación física, y educación intelectual).
Con la idea de revalorizar el trabajo manual y ofrecer los rudimentos de distintos
oficios se creó un nuevo nivel para los alumnos de 5° y 6° grado, el Preaprendizaje
General, cuyas orientaciones eran: “a) educación para el hogar (sólo para niñas) que
comprendía: alimento, vestido, vivienda y puericultura; b) industria o taller (sólo para
varones) integrada por imprenta y encuadernación, carpintería, metalistería,
electrotécnica, cestería y esterilillado, talabartería, jabonería, mineraje, juguetería y
pesquería; c) comercio (para ambos sexos) en la que incluía economía comercial y
contabilidad, dactilografía, idioma extranjero y taquigrafía; d) orientación para las
actividades rurales (mixto) proponía una serie de tareas para desarrollar en el huerto
o la granja escolar” (Bejar, 1992, p.91).
Los diseñadores de la reforma sostenían que este nuevo nivel se ajustaba a los
requerimientos de obreros calificados que una industria creciente requería. Sin
embargo “…en virtud del contenido de los cursos y de los medios que se dispusieron
para su concreción – talleres rudimentarios y con el maestro del grado a cargo de su
dictado – ,…, estuvo lejos de ofrecer una capacitación para ingresar al mundo del
trabajo fabril” (Bejar, 1992, p.92). Esta experiencia estuvo vinculada con la “escuela del
trabajo” (George Kerschensteiner en Alemania), los “centros de interés” (Decroly) y la
reforma de Lombardo Radice en Italia, entre otras influencias.
A pesar de contar con el apoyo de la Iglesia Católica y de distintas entidades
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nacionalista, como así también del consenso obtenido a través de las políticas
asistencialista y el apoyo inicial de los grupos docentes, la propuesta terminó en
fracaso, aunque mostro el intento de una clase dirigente por responder a los desafíos
de los nuevos tiempos y postuló “…una nueva rearticulación de factores claves que
marcaron decisivamente la configuración de la sociedad argentina” (Bejar, 1992,
p.125).
Volviendo al plano nacional, en el año 1939 mediante el Decreto n°25.578 de la
Presidencia de Roberto Ortiz, la educación técnica de nivel secundario comienza a
inclinarse hacia la especialización. Dicho decreto señalaba “que las últimas reformas a
sus planes, han lesionado su carácter primordial de institutos técnicos, por la
acumulación excesiva de materias de letras o disciplinas afines en remplazo de las
indispensables de especialización…”. Para resolver esta situación se creó un plan de
estudios para las Escuelas Industriales de la Nación, con un ciclo básico de 3 años, un
4°año donde su puede obtener una carrera menor (ayudante topógrafo, dibujante,
sobrestantes de obras viales o sobrestantes de construcciones) o servir de enlace a un
ciclo superior de 2 años (5° y 6°) donde se puede obtener la tecnicatura en Mecánica,
Electricidad, Construcciones o Química. El desplazamiento parcial de las materias de
letras y afines reduce la carrera de técnico de 7 a 6 años (desde 1935 era de 7 años).
En 1944 bajo la presidencia de Edelmiro Farrel (que participo en el golpe que derroco
a Ramón Castillo en el ’43 y en el ’44 sucedió a Pedro Ramirez) y mediante el Decreto
n°17.854 se crea la Dirección Especial de Enseñanza Técnica, dependiente del
Ministerio de Justicia e Instrucción Pública, cuyo Director será el doctor Carlos
Zamboni. En este decreto se hace una crítica de como la orientación enciclopédica y
racionalista de la enseñanza media no ha formado el criterio y la personalidad de la
juventud argentina y destaca la necesidad de la especialización de las artes prácticas
y de las técnicas en respuesta a necesidades verdaderas de la vida nacional y también
a necesidades propias y particulares de las distintas regiones de nuestro territorio.
Juan Domingo Perón, que fue vicepresidente de Farrel, (a la vez que Ministro de
Guerra y de la cartera de Trabajo) y en 1945 fue destituido, se presenta en el año 1946
a elecciones presidenciales apoyado por el Partido Laborista y la UCR Junta
Renovadora más independientes (luego crea el Partido Peronista) donde obtiene un
amplio triunfo con el 56% de los votos emitidos.
A pesar de los decretos señalados anteriormente, que buscan destacar la formación
técnica “…los intentos desde el Estado de vincular el sistema educativo con el mundo
del trabajo fueron escasos” (Zancov, 2010, p.233) y es recién durante los primeros
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gobiernos peronistas (1946 – 1952) donde se presenta una real expansión de la
modalidad técnica.
Esta expansión se produce como respuesta a demandas y discusiones que se venían
dando con anterioridad en la sociedad entre distintos grupos. Uno de estos grupos era
el de los ingenieros, donde se planteaba el debate entre ingeniería civil (formación
generalista para trabajar en tareas propias de una economía agroexportadora) e
ingeniería especializada (orientada al desarrollo industrial). Esta discusión se expresa
en las siguientes preguntas sobre el profesional de la ingeniería: “¿Debía seguir
siendo el organizador de la producción agrícola, el constructor de grandes obras,
inserto en el bloque de poder oligárquico? ¿O debía vincularse a la producción
industrial como técnico especializado, construyendo un consenso con nuevos
protagonistas?” (Dussel y Pineau, 1995, p.115). La creación de la Universidad Obrera
Nacional (UON) en el año 1952 (bajo la Ley 13.229 y el Decreto reglamentario 8.014)
e inaugurada el 17 de marzo de 1953 más su orientación curricular, nos señala la
elección por el perfil de ingeniero especializado y vinculado a la actividad industrial
hecha por el peronismo. Pero esta institución iba más allá de la especialización, ya
que fue realizada y dirigida, por y para los obreros argentinos, y orientada bajo los
principios básicos de la política del movimiento justicialista.
En términos generales durante el peronismo se plantea la necesidad, como señala
Dussel y Pineau (1995), de una educación diferenciada para sectores diferenciados en
vistas de su promoción social. Esta educación diferenciada se refleje en la creación de
un circuito paralelo al ya existente en educación técnica, formado por las Escuelas
Fábricas, las Misiones Monotécnicas y la Universidad Obrera Nacional, donde se
destaca el saber hacer por sobre el saber decir.
En 1944 (previo al peronismo) se crea la Comisión Nacional de Aprendizaje y
Orientación Profesional (CNAOP) con presencia sindical y orientada por una
pedagogía espiritualista, que en año 1946 forma las Escuelas Fábricas. Su duración
(1° ciclo) era de 3 años (48hs semanales) con un plan mixto de enseñanza y
producción que se desarrollaba en una planta industrial dedicada a la especialidad.
Para ingresar se exigía la escolaridad primaria y las edades debían estar entre los 13 y
18 años. Los alumnos recibían gratuitamente uniformes, textos y útiles escolares y de
taller y una ayuda escolar monetaria que variaba dependiendo del año que se cursaba,
lo que permitía a los sectores bajos continuar sus estudios, situación que resultaba
inédita. Las orientaciones eran muy variadas (Radiocomunicaciones, Tornería
mecánica, Mecánica general, etc.) y el certificado obtenido era de “experto”. Un
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segundo ciclo iniciado en 1947 permitía la obtención de una tecnicatura y el ingreso a
la UON.
Bajo la órbita del Ministerio de Educación en 1947 se crean las Misiones Monotécnicas
y de Extensión Cultural que pasan a depender de la Dirección General de Educación
Técnica (DGET) en 1948. El requisito de ingreso era tener el 4°grado del nivel primario
aprobado y daban una capacitación para oficios y cultura general. Fueron instituciones
que originalmente se crearon para brindar una enseñanza técnica terminal, aunque
lograran finalmente articularse con el sistema de formación técnico oficial, y darán
(aunque no se registren casos) la posibilidad de acceder a la UON.
Para transitar este nuevo circuito de enseñanza técnica era necesario presentar el
carnet de trabajo (condición de obrero), y otra novedad fue que a los conocimientos
académicos y técnicos, se sumaban los saberes políticos “…tales como nociones de
derecho laboral, cultura obrera e historia del gremialismo” (Dussel y Pineau, 1995,
p.134). “A su vez,…, es conveniente destacar que esta condición de obrero no se
verificaba solo para los alumnos sino que también afectaba a sus funcionarios y
dirigentes” (Dussel y Pineau, 1995, p.134). Esta innovación educativa invirtió la
jerarquía de los saberes relevantes, pasando a ocupar los primeros lugares los
jóvenes obreros aprendices, situación que “…la mayor parte de los estudiantes
reformistas y los ingenieros tradicionales nunca le perdonaron al peronismo” (Dussel y
Pineau, 1995, p.162).
El 1955 se produce el golpe cívico-militar, autodenominado Revolución Libertadora,
que derroca al presidente constitucional Perón. Este régimen gobierna (Lonardi, luego
Aramburu) hasta 1958, donde luego de elecciones donde se encuentra proscripto el
peronismo, resulta electo para la presidencia Arturo Frondizi de la Unión Cívica
Radical Intransigente. Frondizi fue derrocado por otro golpe cuatro años después.
Este nuevo período se encuadra en lo que se denominó el desarrollismo, “que implico
una nueva modernización basada en cambios económicos y en la modificación de
pautas de comportamiento social” (Pineau, 1996, p.382). Uno de los objetivos de estos
cambios fue la eliminación del pasado, es decir acabar con los sujetos sociales
previos, esto significó que a pesar que el desarrollismo buscaba fomentar una
enseñanza técnica especializada, no podía aceptar las reformas peronistas hechas al
sistema educativo aunque las mismas hayan dado respuestas a la difícil relación
educación-trabajo. El espiritualismo, se reactualizo de la mano de nuevas corrientes
tecnocráticas economicistas, y fue la Teoría del Capital Humano la que llevo el
concepto de educación de un gasto social necesario a una inversión de largo plazo,
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Historia de la Educación Argentina y Latinoamericana Andrés Leonardo Roa
donde el sujeto pedagógico era visto como “…asocial, individualista, racional y
planificador, un sujeto carente de significaciones sociales, de inserciones colectivas,
que actúa movido exclusivamente por la búsqueda racional del máximo beneficio al
menor costo” (Pineau, 1996, p.384).
A partir del golpe del ’55 tanto la CNAOP como la UON son intervenidas. En 1959 en
el marco de la Ley 15.240 se crea el Consejo Nacional de Educación Técnica
(CONET) que da fin al CNAOP (y a la DGET con la que se fusionó). El mismo año se
produce un proceso de “normalización” de la UON, que pasa a denominarse
Universidad Tecnológica Nacional. El cambio de nombre no es un hecho menor, ya
que implica una nueva concepción de los sujetos que la conformaban: de obreros a
tecnólogos. Estas dos situaciones marcan el triunfo del modelo tecnócrata-
espiritualista contra el industrialista y basado en la promoción de los sectores sociales
populares.
“El CONET tuvo la responsabilidad nacional de la dirección, supervisión y organización
de la educación técnica y la formación profesional. Se constituyó como organismo
autárquico dependiente directamente del Ministerio de Cultura y Educación” (Pineau,
1996, p.387). En 1960 se unificaron los planes vigentes en las Escuelas Industriales,
tomando como referencia los pertenecientes a la DGET. Con respecto a la UTN solo
conservo la organización regional de la UON, perdiendo las características que le
habían dado su razón de ser y convirtiéndose en una más de las Universidades
Nacionales.
El golpe que derroca a Frondizi en 1962 acepta en la presidencia a quien le seguía en
la línea sucesoria, el presidente del Senado José María Guido, que tiene un corto
mandato condicionado por las fuerzas militares. En 1963 se llama a elecciones, con el
peronismo nuevamente proscripto, donde resulta vencedor el radical Arturo Umberto
Illia, que será derrocado a su vez por otro golpe militar en 1966 que llevará a la
presidencia a Onganía (1966-1970), Levinston (1970-1971) y Lanuse (1971-1973).
En medio de este convulsionado ambiente político el CONET afianza su línea
ideológica y en 1963 crea las Escuelas Nacionales de Educación Técnica (ENET) que
determina el cierre de las Escuelas Fábricas. La ENET se organizaba en un ciclo
básico de 3 años (conocimientos generales) y otro superior de 3 años (o 4 para los
turnos vespertinos) donde se daba la especialización. El concepto de tecnología como
ciencia y técnica, en el que se fundamentaba, se expresaba en la división de la
enseñanza en espacios físicos diferenciados: la ciencia en el aula y la técnica en los
talleres. En este período desarrolla también distintos Cursos de Formación para
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Adultos, Adolescentes, Mujeres, entre otros que duraban un año, y a los que se podía
ingresar luego de cumplir los tres primeros años del nivel medio. Desde 1963
desarrollo “…un proyecto de educación a distancia televisiva llamado Telescuela
Técnica apoyado por material escrito” (Pineau, 1996, p.389).
El año 1973 marca el regreso al gobierno del peronismo, y con él se producen algunas
modificaciones que hacen recordar la CNAOP aunque sea solo de manera parcial,
como la creación de la Dirección General de Formación Profesional, de la que
dependían los Centros Nacionales de Formación Profesional.
Entre los años 1976 y 1983, Argentina vive la dictadura más cruenta que recuerde su
historia. En el plano de educación técnica, no se producen mayores cambios, más allá
de los mismos padecidos por el resto del sistema educativo (desapariciones,
persecuciones, prohibiciones, quema de libros, etc.).
Es en el año 1980 donde se realiza un cambio importante, al implementar “El Sistema
Dual” de Escuela-Empresa, que intenta tapar el bache educación-trabajo que después
de 20 años de creación del CONET seguía abierto. “El concepto pedagógico que
atravesaba el proyecto era aprender haciendo” (Pineau, 1996, p.395) y buscaba cerrar
la brecha de la necesidad de personal técnicamente capacitado que los avances
científicos y tecnológicos demandaban y un sistema estatal que ya no podía dar
respuestas. En este sentido, el CONET propone sumar al sector privado para que
juntos, puedan realizar los procesos educativos para tal fin. Para ingresar al sistema
se debía completar el ciclo básico de la ENET (o el 2°año si ya se tenía 16 años de
edad). El Sistema Dual se extendía por 2 años y tenía una carga horaria de 36hs
semanales repartidas en dos días (6hs x día) de clase en la Escuela (contenidos
teóricos) y tres días (8hs x día) en la fábrica o empresa (contenidos prácticos). Durante
estos dos años recibían una beca pagada por empresa (descontada de impuestos
nacionales) y al egresar obtenía la certificación como “Auxiliar Técnico” en la
especialización elegida, con la posibilidad de ser contratados por la misma empresa,
aunque no tenían la posibilidad de acceder a la Universidad. Con dos años de más de
estudio se podía acceder a la Tecnicatura de la especialidad elegida.
El Sistema Dual choco con una realidad nacional que lejos de priorizar la actividad
fabril y empresarial, se hundía en la desindustrialización, la concentración económica y
la tercerización, lo que puso fuertes límites a sus pretensiones.
En 1983, se celebran elecciones libres y la República Argentina entra en un proceso
democrático que se extiende hasta nuestros días, período que no estará incluido en
este trabajo.
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FUENTES
Fragmentos de la memoria de Amadeo Jacques sobre los Colegios
Nacionales en 1865.
Plan de Estudios de escuelas industriales (1939)
Decreto de creación de la Dirección General de Enseñanza Técnica (1944)
Decreto reglamentario de la Universidad Obrera Nacional (1952)
Ley 15240 de creación del CONET (1959)
El sistema dual “escuela-empresa” (1980)
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Editorial Brujas, Córdoba