Hackear El Periodismo

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  • ndice

    Agradecimientos 11

    Prlogo

    El gozoso renacimiento del periodismo 13

    Introduccin: Hackear el periodismo 15

    Mutacin y relevancia 16

    El libro 20

    Primera parte. El tiempo 21

    Periodismo intersticial en pldoras 25

    En busca de las leyes de la hiperconectividad 27

    Los nuevos medios pican en punta: in-between time 29

    El miedo a la brevedad 31

    Hay que hacerla corta 32

    Segunda parte. La audiencia 37

    Los amateurs toman la bastilla 42

    Los nuevos sindicatos de distribucin 43

    El algoritmo es una resonancia de la audiencia 44

    La audiencia es el contenido 46

    Antes de Gutenberg, despus de Gutenberg 49

    Hacia dnde nos llevan las audiencias 51

    Sin diferencia, no hay audiencia 53

    Tercera parte. El valor 55

    Expansin: nuevos flujos de creacin de valor agregado 55

    All the news thats fit to print 56

    Labs en los medios online: casos y eficacia 57

    Hacks labs emergentes en los medios 58

    Sin hackers, no hay periodismo 60

  • Cultura hacker para periodistas: pasin y prototipado 61

    El psquico de la hoja de clculo en New York Times 62

    Los contenidos de calidad: Why so serious? 63

    El valor del contenido est en otra parte:

    el texto propone, el paratexto dispone 67

    Si no se propaga, se pudre 69

    SEO: el nuevo Top Of Mind postindustrial 69

    Que me reemplace un algoritmo 72

    Haba que hacer periodismo 74

    En serio, que me reemplace un algoritmo 75

    La nueva retrica de las noticias 77

    Adis a la mentalidad Blockbuster 79

    Periodismo Starbuks 79

    Modelar herramientas para hacer periodismo online 82

    Cuarta parte. La organizacin 87

    La organizacin es poder 87

    La lgica modular del software libre invade la

    organizacin 89

    El cdigo fuente de las redacciones 91

    Integracin expandida 93

    Integracin a lo Dr. House 95

    Planificacin vs. experimentacin 97

    Modelos productivos: por qu importan

    ms que los de negocios 98

    Cmo formar periodistas

    cuando no sabemos qu van a producir 100

    Los nuevos Mlis 101

    Una pista (y una) apuesta: remixologa 103

    Data curators 104

    La organizacin de medios con games mechanics 106

    Quinta parte. Hacks 111

  • Tres casos para hackear el periodismo 111

    Wikileaks: el Napster del periodismo 112

    The Huffington Post: un publisher mutante 115

    Newser: la eficiencia de la nueva noticia? 117

    Obsolescencia vs. reinvencin de las fbricas de noticias

    119

    Bibliografa 125

    Agradecimientos

    Guillermo Culell, Rodrigo Orihuela y Jos Cervera se

    podrn reconocer en algunos prrafos del libro. Los

    trabajos que hemos realizado juntos y las conversaciones

    que hemos tenido han sido clave en mi vida profesional

    durante los ltimos aos y para buena parte de las

    reflexiones que comparto en este libro. Soy un

    privilegiado al tenerlos como colegas y amigos.

    A Csar Sopln, Maricella Arias, Mariella Miranda,

    Carlos Guilln, Jos Kusunoki, Diego Peralta, Pedro

    Rivas, Guillermo Bocanegra, Pedro Jos de Zavalla,

    Sandra Sanchez, Fabricio Torres del guila, Alejandro

    Castro Backus y Marilyn Corrales, todos del Grupo El

    Comercio de Lima, Per, por haber logrado que me

    equivoque menos y aprenda ms cuando trabaj junto a

    ellos. Por haber hecho que mi paso por la gerencia de

    Medios Digitales haya sido una fuente de aprendizaje sin

    igual.

    A Arturo Cataln, director del Magster Internacional de

    Comu-nicacin y Periodismo Digital de la Universidad

  • Mayor en Chile, por la libertad y la confianza que me

    cedi para dictar clases.

    A Ral Drelichman, Alejandro Piscitelli y Jos Luis

    Orihuela, por su generosidad y apoyo permanente.

    A Mariel Ortolano por haber despertado, hace muchos

    aos ya, al pequeo monstruo interior que me gobierna.

    A Roberto Igarza por intentar domesticar y educar al

    pequeo monstruo. Por hacerme beneficiario de sus

    conversaciones y reflexiones.

    A Gumersindo Lafuente por escribir el prlogo de este

    libro.

    A mi familia y a Lorena Betta.

    Introduccin

    Hackear el periodismo

    Hack (literalmente en ingls recortar) es la palabra

    utilizada en determinados sectores de las tecnologas para

    denominar a las pequeas modificaciones,

    reconfiguraciones o reprogramaciones que se le pueden

    hacer a un programa, mquina o sistema en formas no

    facilitadas por el propietario, administrador o diseador.

    Los cambios pueden mejorar o alterar su funcionamiento,

    particularmente si se trata de una solucin creativa o

    poco convencional a un problema.

    Wikipedia

  • Muchos todava confunden a los hackers con criminales

    informticos. El estereotipo meditico est al servicio de

    esa confusin: personajes oscuros que operan en las

    sombras de las redes para encontrar agujeros de seguridad

    en los sistemas gubernamentales y corporativos, infiltrarse

    y producir dao, alterando o robando informacin. Pero no

    es as. Esos son los crackers, o los hackersde sombrero

    negro.

    Los hackers de sombrero blanco se ocupan de otras

    cosas y orientan su tiempo y habilidades en otras

    direcciones, ms productivas. Hay hackers en todas las

    profesiones. Los hay contadores, abogados, periodistas,

    ingenieros, panaderos, vendedores de autos, etc. El mundo

    est lleno dehackers. Personas que, en su profesin,

    buscan la excelencia mediante mtodos poco ortodoxos,

    inexplorados o innovadores.

    Existe un libro sustancial sobre el tema: La tica del

    hacker y el espritu de la era de la informacin, escrito por

    el finlands Pekka Himanen, y publicado en 2001 con un

    prlogo de Linus Torvalds (el ingeniero finlands creador

    original del kernel Linux) y un eplogo de Manuel

    Castells, que no necesita presentacin entre nosotros.

    La expresin tica hacker suele ser atribuida al

    periodista Steven Levy, autor de Hackers: Heroes of the

    Computer Revolution, publicado en 1984, un libro sobre

    los principios morales que surgieron a finales de los aos

    cincuenta en el Laboratorio de Inteligencia Artificial del

    Massachusetts Institute of Technology.

    El libro de Himanen es un ensayo exquisito e inspirador

    sobre la filosofa de los valores de loshackers. Estos son:

    Pasin, Libertad, Conciencia social, Verdad, Anti-

  • Corrupcin, Lucha contra la alienacin del hombre,

    Igualdad social, Libre acceso a la informacin

    (conocimiento libre), Valor social (reconocimiento entre

    semejantes), Accesibilidad, Actividad, Preocupacin

    responsable, Curiosidad, Creatividad. No est

    ntimamente relacionada esta axiologa con el rol de los

    medios y de los periodistas en la sociedad?

    El periodismo y el negocio de los publishers estn

    atravesando un proceso de mutacin y rediseo de su

    relevancia en el que es posible intervenir, aportando

    soluciones, modificaciones, reconfiguraciones o

    reprogramaciones, tal como si se tratase de una pieza

    de software. La industria necesita, en ese sentido,

    profesionales con una visin estratgica que estn a la

    altura del mercado:hackers que se apropien de los desafos

    y puedan disear las soluciones que los medios y la

    profesin necesitan para reinventarse.

    En esa direccin, este libro propone cuatro puertas de

    entrada para infiltrarse en el ncleo funcional y hackear el

    periodismo. Es decir, hacer lo de siempre, pero mejor y

    actualizado: periodismo til y medios rentables,

    atendiendo los intereses y necesidades de la audiencia y

    los anunciantes, capitalizando el nuevo ecosistema

    informacional, donde la enormidad y caos de la red

    facilitan una reconversin profesional y una

    transformacin industrial sin precedentes.

    Mutacin y relevancia

    La industria de los medios est cambiando mucho y

    muy rpidamente. Ms de lo que cualquier pronstico

    hubiese sido capaz de anunciar hace slo unos aos.

  • Las fbricas de noticias enfrentan mltiples desafos en

    simultneo. La relevancia de los medios de comunicacin

    est siendo cuestionada por nuevos hbitos de la audiencia

    y prcticas publicitarias emergentes. La industria ya no es

    lo que era y mucho menos ser lo que es.

    Un rediseo gradual y generalizado de la vida cotidiana

    con conectividad intersticial en alza est desregulando la

    relacin estandarizada de la sociedad con las noticias.

    Un escenario de mutacin impredecible gobierna la

    coyuntura. Ni el romanticismo tecnolgico que pondera el

    soporte por sobre cualquier otra dimensin del cambio

    puede surfear la ola. No todo cambia, pero muy poco, o

    nada, es inmune al cambio.

    Los medios de noticias online hasta hace poco

    entendidos como los motores de la crisis y, ms

    recientemente, como portadores del antdoto del cambio

    ahora tambin luchan para intentar no perder relevancia.

    Una industria emergente e inmadura de contenidos e

    interacciones online los ubic, de repente, en una ecologa

    de relevancia relativa.

    La organizacin periodstica est bajo el ojo del

    huracn. Los hbitos y contextos de consumo de medios,

    como la arquitectura de la inversin del tiempo de

    atencin a las noticias y la percepcin del valor de la

    informacin, estn en pleno proceso de transformacin.

    El parntesis de mutacin profunda que atraviesan las

    fbricas de noticias no es una batalla entre lo viejo y lo

    nuevo. Es un tiempo en el que lo viejo y lo nuevo

    conviven y cambian. Es una cuenta regresiva por la

    bsqueda de la nueva frmula de la relevancia.

  • Los medios estn cambiando porque el contexto en el

    que operan est cambiando. Los productos informativos de

    los medios se invisibilizan en un flujo de produccin

    paraprofesional que sobrepasa a la organizacin

    periodstica. La relatividad de su relevancia flucta en

    funcin de las prcticas y organizacin de la audiencia. La

    relevancia de los productos editoriales depende

    permanentemente de las instancias de consumo y del

    contexto de circulacin.

    La propuesta es, entonces, arriesgar cuatro puntos de

    referencia posible para pensar la mutacin de las fbricas

    de noticias: una ttrada conformada por el tiempo, la

    audiencia, el valor y la organizacin.

    La propuesta

    La ttrada tiempo/audiencia/valor/organizacin no

    pretende ser una ley ni una teora. Es una propuesta para

    reflexionar sobre cuatro aspectos clave de la mutacin de

    las fbricas de noticias. Es un wireframe conceptual o, si

    se quiere, un prisma. Una forma acotada de comprimir y

    ensayar ideas sobre los prximos aos del periodismo y

    las organizaciones de medios.

    Las cuatro variables de la ttrada estn en simultnea

    transformacin, fragmentacin y expansin. La mutacin

    de la industria fomenta su revisin en cada uno de los

    desafos que enfrenta.

    La aparicin de las variables es recurrente sin importar

    el tema que tomemos como ejemplo: estrategias de cobro

    por contenidos, integracin de redacciones, modelos de

    negocio, narrativas multimedia, participacin de la

    audiencia, soportes y nuevas plataformas, distribucin de

    contenidos, etc.

  • La apuesta del libro est en la eleccin de las cuatro

    variables de la ttrada

    tiempo/audiencia/valor/organizacin. Cada una de ellas es

    crucial para el trabajo periodstico del da a da como,

    asimismo, para la planificacin estratgica corporativa en

    las empresas de medios.

    Tiempo/audiencia/valor/organizacin tienen la virtud de

    ser conceptos lo suficientemente anfibios. Se despegan de

    los debates coyunturales pero los subyacen. No son del

    dominio exclusivo de los periodistas, los ejecutivos de las

    compaas ni de la academia. Tampoco de los tecnlogos

    ni de los perfiles ms especializados.

    El libro ofrece reflexiones sobre algunos aspectos

    especficos del tiempo, la audiencia, el valor y la

    organizacin.

    El tiempo es clave. El divorcio entre la forma del

    contenido y la nueva temporalidad de la vida cotidiana

    retiene a los medios en un tiempo de consumo perecedero.

    El desafo ahora no es demandar atencin de la

    audiencia- es infiltrarse en rutinas de hiperconectividad y

    distraccin continua, donde los medios no solan

    operar: in-between time. El tiempo de atencin exclusiva

    golden time primero fue saturado y ahora est en

    decadencia.

    El nuevo rol de la audiencia es un cisne negro para

    los publishers. Algo inesperado, altamente improbable y

    de consecuencias imprevisibles. La amateurizacin masiva

    de la produccin de contenidos y el control de la

    circulacin en manos de la audiencia y los algoritmos

    cambia radicalmente el negocio de los medios. Nadie sabe

    ni tiene experiencia en cmo abordar esa emergencia, que

  • irrumpe cada vez con ms fuerza expansiva. La horda de

    interacciones que desataron los medios sociales no deja

    indiferente a ninguna organizacin periodstica.

    La cadena de creacin de valor se desplaza hacia fuera

    de las redacciones y se atomiza. La manipulacin

    postpublicacin y la propagacin de los contenidos son

    constitutivos del valor de la informacin online. Remixado

    y disponibilidad parainstitucional de los contenidos

    dinamitan la centralidad de los periodistas en la

    configuracin del valor y vuelven programables a los

    medios. El valor del contenido tambin procede de una

    postproduccin distribuida que los publishers no

    controlan. El desafo es producir medios programables e

    inventar una gestin eficiente de contenidos y

    conversaciones generados en otra parte.

    La organizacin periodstica est reescribiendo su

    cdigo fuente y est empujada a repensar su escala. La

    crisis de producto y el incendio que avanza sobre las

    formas tradicionales de circulacin la vuelven ineficiente,

    anacrnica. La industria discogrfica, una de las primeras

    vctimas de la nueva ecologa, es una referencia

    comparativa que acecha con la suerte negra que ha corrido

    durante la primera dcada del siglo XXI. Los indicadores

    corporativos tradicionales advienen incompletos para

    medir resultados donde todos los caminos conducen a la

    experimentacin organizacional.

    La relevancia de lo que producimos en las fbricas de

    noticias no est intacta. La mutacin de la industria afecta

    directamente a la profesin como a la rentabilidad de las

    compaas de medios. Segn el momento que atraviesa

    cada periodista y cada empresa se multiplican las

    diferencias de la resonancia de la mutacin.

  • Es improbable la apertura de un renacimiento financiero

    producto de la aparicin de un nuevo soporte. Como es

    improbable tambin un rediseo profesional inmediato.

    Nadie sabe exactamente qu est pasando ni quines

    estn a cargo de la direccin que tomar la industria de las

    noticias. Todo indica que negociar ese futuro con la

    audiencia ser inevitable.

    El sentido de las fbricas de noticias se juega, al menos

    en buena parte, en la mutacin del tiempo de consumo de

    medios, las nuevas prcticas de la audiencia, la agregacin

    de valor desde afuera de las redacciones y la

    reformulacin de los flujos corporativos.

    El libro

    El libro consta de cinco partes. Las primeras cuatro

    corresponden a las variables

    tiempo/audiencia/valor/organizacin, y la quinta est

    dedicada a ofrecer relaciones entre ellas y anlisis de casos

    que las expresen.

    Buena parte de los textos han sido escritos como

    apuntes y reflexiones durante los aos 2009 y 2010. Se

    trata de ensayos e ideas surgidos a partir de la produccin

    de productos y servicios online, conversaciones con

    colegas y lecturas. Accin y reflexin se funden en mi

    vida cotidiana y el libro es parte de esa alquimia.

    En lneas generales hay tres tipos de textos: algunos

    publicados en Amphibia.com.ar, posteriormente revisados

    y enriquecidos para este soporte. Otros rescatados de una

    carpeta de borradores de mi laptop. Y buena parte, escritos

    especficamente para este libro.

  • Asistimos a una transformacin industrial sin

    precedentes. Tengo el privilegio de padecer como

    muchos y aprovechar como pocos esa transformacin

    con el ojo del huracn encima. Este libro est escrito en

    ese contexto, con el nico propsito de sumar una mirada

    posible a las discusiones que damos quienes trabajamos en

    las organizaciones periodsticas, conectar lo que hacemos

    con lo que pensamos e intentar hacer mejores medios. Ms

    relevantes. Ms rentables. Ms tiles. Ms divertidos.

    Pablo Mancini. Buenos Aires, Enero de 2011

    Primera parte.

    El tiempo

    Los dispositivos son descartables, obsolescen sin pausa y

    cada vez con ms prisa. La conectividad es irreversible y

    se vuelve transparente.[1] La electricidad expandi los

    espacios y transform el mundo.[2] Ahora Internet

    impugna al tiempo y est transformando el diseo de la

    vida cotidiana. El tiempo, el mayor capital que podemos

    tener, se est fragmentando, transformando y expandiendo

    a la vez. Nuestro capital ms preciado se est atomizando.

    Lo ms valioso que tiene la audiencia para ofrecer a un

    periodista o a una organizacin de medios es su tiempo.

    Su tiempo disponible para consumir medios es, desde

    siempre, limitado. La madre de todas las batallas en este

    negocio es la disputa por ese bien escaso, el tiempo

    disponible de atencin del pblico. Desde la segunda

    ../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-1../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-2

  • mitad del siglo XX, la audiencia est cada vez ms

    expuesta a los medios de comunicacin, un fenmeno que

    se aceler como nunca en la historia con la masificacin

    de la televisin. Con el acceso a Internet en entornos

    pblicos, profesionales y acadmicos pero, sobre todo, en

    las pausas de la vida cotidiana y durante los trayectos

    urbanos desde el mvil, esa disponibilidad de exposicin

    se transforma, se fragmenta y se expande cada vez ms. La

    batalla por el tiempo se atomiza y se da en mltiples

    lugares simultneamente.

    El tiempo de la audiencia ya no es solamente limitado.

    Tres barras de progreso con diferente aceleracin estn

    haciendo cada vez ms complejo entender el fenmeno

    para reinterpretarlo y traducirlo en mejores prcticas

    profesionales y organizacionales que, a su vez, posibiliten

    generar mejores productos. La transformacin de la

    percepcin del tiempo, la fragmentacin y expansin de su

    disponibilidad estn cambiando las reglas del juego de los

    medios en forma dramtica.

    El tiempo es clave: es una variable crucial en la

    produccin, en la distribucin y en el consumo de

    informacin. Pero tambin lo es ahora en la percepcin de

    la calidad y la excelencia de un producto o servicio

    informativo.

    El prime time de la televisin es por la noche porque es

    el momento en que hay ms personas mirando algo de la

    programacin. La audiencia ya regres a su casa despus

    de una jornada habitual y est dispuesta a invertir su

    tiempo. El contenido ms atractivo gana. Son entre dos y

    tres horas, a todo o nada. El zapping y la dispersin

    acechan.

  • El prime time de los diarios impresos fue histricamente

    por la maana. Leer las noticias antes de salir de casa era

    una actividad importante para estar informados durante

    todo el da y hasta la noche, cuando algunas noticias ms

    estaran disponibles desde la televisin. Cuando

    aparecieron los diarios impresos, y durante su auge, el

    tiempo de consumo de medios tampoco era abundante.

    Duraba, minutos ms minutos menos, lo que duraba el

    desayuno o el viaje en el transporte pblico hacia el

    trabajo.

    As, hasta hace slo unos aos, la batalla de los medios

    por el tiempo disponible de la audiencia tena espacios

    bastante bien definidos. Los editores de los diarios saban

    cundo y cmo se consumira el contenido que producan.

    El contexto y el hbito de consumo estaban trazados por la

    arquitectura de la vida cotidiana promedio de la audiencia

    del medio. Lo que tambin, claro est, defina sus

    intereses. Lo mismo ocurra con la televisin. Los medios

    eran, en su mayora, generalistas porque la vida era

    generalista.

    Pero, y si todo eso cambi? Y si no existe ms? Si se

    fue y ya no funciona de esa manera? Y si ahora no ocurre

    tan as? El tiempo disponible de la audiencia se

    transforma, se fragmenta y se expande. Internet y la

    conectividad intersticial son motores y beneficiarios de

    esos tres procesos simultneos. Y los dispositivos mviles

    muy particularmente. El prime time de Internet y de los

    medios digitales est dejando de ser los horarios de

    oficina, o el tiempo de exposicin a una computadora

    porque la conectividad se expande hacia los espacios

    transitorios.

  • No todos lo aceptan, pero todos sabemos o intuimos qu

    est pasando. De alguna manera estamos produciendo

    medios periodsticos para una audiencia que ya no est

    ah. Para una audiencia que no tiene tiempo. O que lo tiene

    de otra forma y tambin para muchas otras cosas ms.

    Tenemos un producto de otra poca,[3] para otra

    generacin de hbitos y costumbres, y no sabemos cmo

    producir una actualizacin en sintona, ya no con el futuro,

    con el presente.

    Buena parte de los editores de los diarios online no

    tienen la menor idea acerca del contexto en el que la

    audiencia encuentra las noticias. Algunos, menos aun,

    saben que ese proceso se est invirtiendo y que las noticias

    ahora encuentran a la audiencia. Lo mismo ocurre con los

    productores audiovisuales. Esto no es un problema que

    padecen unos cuantos profesionales. Es un signo de la

    poca. Parte de una transicin profesional y de una

    transformacin de la industria.

    Nadie sabe dnde est la audiencia porque la audiencia

    no est en ningn lugar. La audiencia ahora fluye. Est en

    todas partes y no slo desayunando o relajndose despus

    de un da normal de una vida normal en un mundo normal.

    No est ah sentada esperando tu contenido. Tus primicias,

    tus contrapicados, tus promesas. Mucho menos,

    necesariamente, dentro de las fronteras de lo nacional. El

    tiempo de la audiencia est hackeando la incapacidad y la

    resistencia al cambio que reina y gobierna en la mayora

    de las organizaciones de medios.

    La vida cotidiana de la audiencia se transforma, se

    fragmenta y se expande al ritmo que esos tres procesos

    redisean los espacios urbanos y los ambientes

    profesionales, familiares y domsticos. Las formas

    ../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-3

  • narrativas que les ofrecemos no son permeables a esos

    cambios, y eso en la mayor parte de los casos ni siquiera

    es tema de conversacin casual en las redacciones.

    La audiencia ahora consume en pldoras,[4] en todo

    momento y desde cualquier parte. En lo que dura un

    semforo en rojo mientras maneja. En el subte. En la

    oficina. Durante el almuerzo. Mientras espera a su pareja.

    Antes de empezar una reunin. En el taxi. En la demora de

    la cita con el dentista. En la fila para pagar en el

    supermercado. En todos lados. En ninguno. De paso. Sin

    compromisos ni especial atencin.[5]

    Aun as, la peor noticia para los publishers no es esa. Si

    no el hecho de que el promedio de los que llevan esa vida,

    con toda probabilidad producto de su conectividad de

    continua interrupcin, se sienten informados y con el

    control del flujo de contenidos de sus vidas.

    Los diseos de nuestros productos editoriales estn

    pensados para otra cosa, para otra conformacin de la

    audiencia, para otro tiempo, para contextos constantes, y

    no para flujos sociales discontinuos. Estn dirigidos a

    pblicos mapeados por poder adquisitivo y no por hbitos

    de consumo. El tiempo y la arquitectura de la rutina

    cotidiana de la audiencia dice o nos debera decir ms que

    su cuenta corriente en el banco. Ms que su puesto. Ms

    que el barrio donde vive.

    En el mejor de los casos, nuestras pldoras son

    riqusimas. Las mejores. Pero son enormes y difciles de

    tragar. Son difciles de transportar y compartir. Son una

    cruz difcil de cargar para la audiencia en una jornada

    corriente.

    ../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-4../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-5

  • La buena noticia es que la audiencia consume ms

    informacin y contenidos que nunca antes en toda la

    historia de la humanidad. Pero ese tiempo, vamos de

    nuevo, se est transformando, se est fragmentando y a la

    vez se est expandiendo a zonas de la vida cotidiana que

    jams imaginamos que podramos acceder con nuestros

    productos y servicios. En ese sentido, la oportunidad para

    quienes trabajamos en organizaciones de medios es

    invalorable.

    En televisin siempre dicen que: el tiempo es tirano,

    cuando tienen que terminar el programa y dejar al

    entrevistado con treinta segundos para que se las arregle.

    La audiencia, ahora, nos est diciendo a los periodistas:

    El tiempo es tirano. Pero no la escuchamos y creemos

    que la grilla de programacin todava est en nuestras

    manos y bajo nuestro absoluto control. Pero no estamos en

    el aire, estamos en un lugar donde en otra poca haba

    audiencia con tiempo disponible. Y si a la industria le

    quedan treinta segundos para arreglrselas?

    Periodismo intersticial en pldoras

    Una de las fotos menos movidas que tenemos sobre lo

    que est pasando con el tiempo de la audiencia la tom

    Roberto Igarza en Burbujas de Ocio, nuevas formas de

    consumo cultural (La Cruja, 2009). En esa obra da cuenta

    de una serie de tendencias muy poderosas sobre las nuevas

    formas de consumo en el seno de las ciudades post-

    urbanas. Metrpolis con millones de nodos mviles y fijos

    donde reinan la fluidez y la manipulacin de datos con

    efectos dramticos en la organizacin espacio/tiempo.

    Nuevos contextos donde el consumo habita cada vez ms

    en las micropausas que ofrece y hasta impone la nueva

    configuracin urbana.

  • Ahora, explica Igarza, el ocio ocurre entre bloques

    productivos y los medios sociales introducen al usuario

    en un tiempo de ocio participativo. Es precisamente all,

    en esos bloques de tiempo donde quienes trabajamos en

    las organizaciones de medios podemos encontrar nuevas

    oportunidades. Qu podemos hacer con esta situacin que

    describe Igarza: Una persona que consume una hora de

    trayecto de ida al trabajo y otra de regreso est

    consumiendo por ao el equivalente a la cursada de una

    mesara de dos aos de duracin, a 63 das de trabajo o

    simplemente a doce semanas de su vida.

    Superoferta heterognea de brevedades,

    sobreproduccin de contenidos y pildorizacin cultural.

    En la nueva infraestructura de datos y conectividad ubicua

    conviven prcticas sociales diferentes como nunca

    antes,[6]y el consumo intermitente de medios puede abrir

    como est sucediendo en Asia sobre todo, donde, en

    Japn por ejemplo, en 2008, entre los diez best sellers de

    la industria editorial, los tres primeros fueron relatos

    escritos en o a travs de celulares[7] nuevas posibilidades

    para la distribucin de productos y servicios culturales.

    El mundo tiende a urbano, no a rural, y esa

    transformacin social es una fuente de oportunidades para

    nuevos productos y servicios, para narrativas que jams se

    nos hubieran ocurrido. Los datos que ofrece Igarza

    enBurbujas de Ocio son as de contundentes: Ms de

    1.500 millones de personas viven en las 476 ciudades que

    tienen ms de un milln de habitantes. La poblacin

    urbana era el 3% de la poblacin mundial en 1800, el 14%

    en 1900, el 30% en 1950, y el 50% en el 2009. Existe

    cierto consenso respecto de que la poblacin urbana

    superar el 70% del total mundial en el 2050.

    ../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-6../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-7

  • Como sintetiza el autor, slo hacen falta contenidos

    adecuados, que no por ser brevedades, son carentes de

    calidad. La brevedad no est condenada a hacer efmera y

    voltil y, por ende, adjudicarle falta de valor es

    excesivamente prejuicioso y contraproducente.

    Los fabricantes de hardware especialmente aquellos

    que operan en la industria de los dispositivos mviles y

    las empresas de desarrollo de software estn atendiendo la

    realidad que describe Roberto Igarza en Burbujas de ocio.

    Incluso verdaderos gigantes de la industria digital, como

    Apple o Google, estn orientando investigacin, esfuerzos

    y recursos cada vez ms enfocados en esa direccin de

    hbitos de consumo. Google con su desarrollo del sistema

    operativo Android y Apple primero con los iPods, pero

    ltimamente con el iPhone y el iPad, estn radicalizando

    su apuesta y alineando los indicadores de eficiencia a la

    conquista de las burbujas de ocio cada vez ms presentes

    en la vida cotidiana de miles de millones de personas que

    habitan en contextos urbanos.

    La contracara del fenmeno est protagonizada por

    losplublishers tradicionales, especialmente en Amrica

    Latina. Tenemos que, rpidamente, hacer algo con esta

    situacin. Y, adems, tenemos que hacerlo bien.

    En busca de las leyes de la hiperconectividad

    Los gerentes de las automotrices japonesas lo tienen as

    de claro: sus principales competidores ya no son slo las

    marcas que fabrican y venden autos. En su negocio ahora

    lidian tambin con la expansin de los telfonos celulares.

    La movilidad individual que ofrecan los automviles

    ahora compite en el segmento de los posibles compradores

    ms jvenes con la autonoma y la sensacin de estar

  • conectados que ofrecen los dispositivos mviles. La

    independencia y la libertad que ofreca ese sector de la

    industria del transporte padeci un verdadero jaque

    sociolgico con la crisis financiera. Para muchos, ahora la

    forma de estar en cualquier lado no es autodesplazndose

    fsicamente por las ciudades, sino conectndose en forma

    virtual.

    Con esa referencia comienza el libro The Six Immutable

    Laws of Mobile Business (Wiley, 2010), escrito por Philip

    Sugai, fundador y director del Mobile Consumer Lab de la

    International University of Japan; Marco Koeder,

    Executive Director of Cybermedia; y Ludovico Ciferri,

    Research Manager at Istituto Superiore Mario Boella, y

    profesor de Mobile Business Strategy and Private Equity

    & Venture Capital tambin en International University of

    Japan.

    Los autores estn convencidos de que Japn es el mayor

    laboratorio para los negocios mobile, y que en ese

    mercado se puede aprender de las seis leyes que la

    industria mobileglobal est expandiendo hacia pases

    completamente distintos. Si bien el mercado japons tiene

    particularidades imposibles de trasladar linealmente a

    otras regiones del planeta (estamos hablando de una

    sociedad que tiene, por ejemplo, ms del 85 por ciento de

    sus telfonos con conexin 3G), se dan seis fenmenos

    comunes que ofician de marco para el desarrollo de

    cualquier negocio y cultura mvil: el valor de uso sobre

    las prcticas culturales; el valor de la diferenciacin de las

    zonas de tiempo de la sociedad; la conformacin de una

    ecologa de productos y servicios cada ves ms

    relacionados e interoperables; el empoderamiento social

    que posibilita la conectividad ubicua; el diseo de modelos

  • de negocios enfocados completamente en la movilidad; y

    el equilibrio conceptual entre complejidad y simplicidad

    (simplexity).[8]

    The Six Immutable Laws of Mobile Business funciona

    como un banco de experiencias, indicadores actualizados,

    grficos ilustrativos, testimonios, aprendizajes

    corporativos, productos y servicios posibles vinculados al

    entretenimiento, la informacin, las redes sociales y las

    transacciones. Se trata, con todo, de un libro que atiende el

    rediseo urbano y social en el que coexisten tiempos y

    nuevas formas de consumo (in-between time / golden time)

    sobre los que trabajar para ofrecer nuevas experiencias a

    usuarios diversos e hiperconectados.

    Obsesionados, o vctimas de la inercia de la industria,

    con ofrecer productos y servicios para esa zona de la vida

    cotidiana en la que el tiempo vale oro, para quienes

    trabajamos en medios digitales, The Six Immutable

    Lawsavanza con una mirada renovadora, que encuentra

    formatos, expone nuevos diseos y reivindica experiencias

    posibles para las burbujas de ocio y los tiempos de espera

    que imponen cada vez ms las grandes ciudades.

    Aplicable a muchas ciudades de Amrica Latina, incluso

    en aquellas donde la planificacin urbana es ms un

    accidente que un programa de desarrollo estratgico.

    Lo que producimos en los medios online todava est

    muy ntimamente relacionado a una temporalidad de

    lectura, escritura y consumo de medios diseada en otra

    poca, para contextos urbanos en los que la informacin

    era escasa y el tiempo abundante. Ahora que esa ecuacin

    se vuelve inversa, estamos atendiendo esas nuevas zonas

    de tiempo de las que disponen las audiencias?

    ../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-8

  • Mucho se discute sobre el futuro del periodismo, el de

    la industria de los medios y el de los publishers en

    particular. Enfocamos nuestros esfuerzos en disear

    modelos de negocios para productos que sencillamente ya

    no caben en la vida cotidiana de las audiencias ni en la

    narrativa que las ciudades proponen a las personas que las

    habitan. Los productos y servicios que generamos van a

    tener solucin de continuidad sostenible cuando estn

    diseados para las audiencias que en este instante estn el

    metro, en una sala de espera, por encontrarse con alguien

    en un bar o aburridos en una reunin. Brevedades on

    demand, pldoras a la carta. Una larga cola de productos y

    servicios informativos, transaccionales, de entretenimiento

    y expresin.

    Los nuevos medios pican en punta: in-between time

    Quienes estn detrs de los medios sociales de mayor

    xito y atraccin, como Facebook, Twitter o Youtube,

    Last.fm o Grooveshark, tienen claro precisamente ese

    fenmeno y lo estn atendiendo. Saben que su terreno de

    batalla por el tiempo de atencin de la audiencia es in-

    between time. Son mquinas sociales de interrupcin y

    distraccin. Minan la atencin.[9] Por el contrario, los

    medios tradicionales continan intentando sostener el

    dominio del golden time. El tiempo que, literalmente, vale

    oro. El tiempo de dedicacin y atencin exclusivo que est

    en vas de extincin.

    El diseo de producto de los diarios est atado al tiempo

    originario de circulacin de la informacin que producan

    las primeras empresas periodsticas del mundo: una vez al

    da. Los diarios, incluso lo ms conservadores, aun

    aquellos que adoptan las peores estrategias, ya no son

    diarios, son permanentes, o intermitentes, continuos. Los

    ../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-9

  • diarios ahora se producen, circulan y se consumen todo el

    tiempo, no slo a diario.

    Si los gerentes de las automotrices japonesas se asumen

    competidores de los fabricantes de telfonos celulares y de

    los proveedores de conectividad mvil, los gerentes de los

    medios de comunicacin, por qu no, deberamos

    comenzar a adoptar una mirada en sintona con esa

    transformacin del mercado. Existen nuevas necesidades

    que podemos satisfacer, pero tambin existen las de

    siempre que se estn satisfaciendo de maneras totalmente

    diferentes a otra poca.

    Si los jvenes japoneses, vctimas del cimbronazo de la

    ltima crisis financiera internacional, estn repensando la

    forma de satisfacer sus necesidades de estar en cualquier

    lugar, poniendo en la misma bolsa a los autos que a los

    telfonos celulares, preguntmonos qu est pasando con

    la audiencia de nuestros medios. La gente se est

    informando pero, aceptemos esto, estn poniendo nuestros

    productos y servicios, nuestra especialidad, en la misma

    bolsa que a las redes y medios sociales. La audiencia

    necesita noticias e informacin confiable, pero, eso

    equivale a afirmar que necesita medios tradicionales y

    periodistas? Probablemente no.

    La zona de tiempo golden time se est comprimiendo,

    se est atomizando y est siendo cuestionada por hbitos

    de consumo de informacin donde reina la instantaneidad.

    La zona de tiempo in-between time, hace slo unos aos

    una porcin marginal de la disponibilidad de atencin, se

    est transformando en el long tail de la disponibilidad de

    atencin. Los nuevos medios y los medios sociales se

    estn apoderando rpidamente de ese terreno.

  • En ese sentido, a la mirada de Roberto Igarza que

    comentamos antes, hay que sumarle la de Clay Shirky. En

    2010 public su segundo libro, Cognitive Surplus, en el

    que reflexiona sobre el nuevo capital social que tiene

    como componente clave la explosin del tiempo libre

    atomizado. Shirky sostiene que, como ocurri con la

    industrializacin, asistimos a un proceso en el que no slo

    nos encontramos nuevas formas de trabajo, tambin

    nuevas formas de vivir. Shirky pone el acento en las

    nuevas formas emergentes de creatividad y generosidad,

    no productos pero s posibles precisamente por la

    hiperconectividad y el nuevo diseo de la vida cotidiana.

    Las nuevas herramientas no generan los nuevos hbitos,

    explica, pero los absorben naturalmente. Flexibles, baratos

    e inclusivos, los nuevos medios sociales ofrecen

    alternativas para nuevas zonas de tiempo.

    El miedo a la brevedad

    Los periodistas se quejan. Siempre. Casi por todo. Pero

    con relacin al tiempo tienen argumentos canonizados. Sin

    tiempo suficiente, esgrimen muchos, no es posible

    producir periodismo serio. Sin tiempo suficiente, la

    audiencia no puede informarse adecuadamente. En el

    gremio se asocia, muy arbitrariamente, la escasez de

    tiempo de produccin y consumo a la superficialidad de lo

    que puede producirse. Y se asocia, tambin, a la

    superficialidad y la velocidad con la carencia o escasez de

    valor y calidad. Esta axiologa insostenible es,

    naturalmente, reproducida por la mayora de los

    programas de formacin periodstica en institutos y

    universidades.

    A menor tiempo para preparar un artculo, un video, un

    diseo, o cualquier pieza editorial, menos posibilidades de

  • ofrecer algo decente, profundo. A menor cantidad de

    tiempo disponible para invertir en la lectura de un artculo,

    menor es la capacidad de profundizar sobre el tema en

    cuestin. Es tan as? No es ese el lmite de cualquier

    discusin y el cepo que nos imposibilita avanzar?

    Alessandro Baricco public en 2006 Los brbaros,

    ensayo sobre la mutacin. En 2010, cuatro aos despus,

    escribi una secuela fechada en 2026 para

    la Wired italiana.[10]Mordaz, desarticula a crticos y fans,

    a quienes todava piensan que el sentido de las cosas fue

    puesto en una celda secreta, a quienes confunden la

    supresin de la profundidad con la abolicin del sentido y,

    de paso, tambin a quienes creen que supervisan la cabina

    de mutacin. Arremete en ese artculo con: La

    profundidad est sobrevalorada? La profundidad es un

    gran mito? La superficialidad es insignificante? O la

    superficialidad es todo? O tambin est sobrevalorada?

    Pone en tela de juicio una serie de valoraciones que tienen

    subyacente al tiempo como componente clave.

    Si el tiempo es clave para el futuro de la industria de los

    contenidos y de los medios, tambin ser clave poner en

    discusin conceptos como valor, profundidad, velocidad o

    superficialidad. El miedo a la brevedad conjuga, en ese

    sentido, los prejuicios y el folclore de argumentos que no

    dan para ms.

    Apple entendi este fenmeno hace aos cuando

    redise el producto de venta desde iTunes. No todos

    estn dispuestos a comprar un disco. Pero muchos estn

    dispuestos a pagar por una cancin. Resultado:

    atomizacin del producto y personalizacin de la

    experiencia de consumo; portabilidad y desagregacin.

    ../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-10

  • Hay que hacerla corta

    El negocio del periodismo siempre estuvo basado en la

    agregacin, en la compresin y en la sntesis de

    informacin. Las agencias de noticias fueron creadas y

    contratadas por los medios con ese fin: agregacin y

    sntesis. Ahora muchos se sorprenden porque algunas

    compaas estn llevando adelante la agregacin

    asistiendo la tarea con algoritmos y la sntesis remixando y

    reutilizando contenido disponible en la red.[11]

    La discusin sobre el tiempo es tambin una discusin

    sobre los criterios de calidad y de valor agregado, como

    veremos ms adelante en la parte que en este libro le

    dedicamos al valor. Porque si la brevedad impera en la

    vida cotidiana de la audiencia, y la compresin de la

    produccin y el consumo de contenidos se est

    radicalizando, vamos a tener que decidir si escapar,

    negociar o hacernos socios de esos nuevos hbitos,

    demandas y oportunidades, que tienen que ver con el

    futuro, s, pero ya estn totalmente visibles en el mercado

    actual.

    Cualquier periodista que edite un sitio online sabe que

    las noticias de mayor extensin son las menos ledas y las

    menos comentadas. Tambin las menos compartidas

    pormail y en redes sociales. La extensin ya no es

    sinnimo de profundidad y valor. La reflexin extensa no

    es ya necesariamente equivalente a contenido de calidad.

    La brevedad es parte del paradigma de valor percibido por

    la audiencia.

    Los contenidos breves, aun cuando no son originales,

    distan de ser carentes de valor. Ms aun: la brevedad es un

    servicio. En sitios periodsticos como newser.com saben

    ../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-11

  • que las formas mueren.[12] Un artculo de The New York

    Timesde 3.500 caracteres es menos valioso que el que lo

    resume. Porque no slo obtengo la misma informacin,

    sino que la consigo ms rpido.

    Las formas mueren. Los soportes tambin. No hay

    chances de sobrevivir haciendo lo mismo de siempre pero

    ms rpido. No vamos a volvernos atractivos para la

    audiencia y los anunciantes, ni rentables, haciendo lo de

    siempre pero ms barato a mayor velocidad. La velocidad

    sin precisin no es una buena estrategia. Como tampoco lo

    es la precisin entendida como antao. La realidad

    impugna las metodologas de medios y periodistas.

    Estamos produciendo un cctel explosivo: los soportes

    del futuro con las formas narrativas del pasado.

    En las organizaciones de medios estamos obsesionados

    con los soportes y eso nos est arruinando. Si el contenido

    es transmedia, los medios sern postsoporte.

    Las necesidades mutan en su forma. Pero las formas

    mueren y no se reencarnan. Mueren. La precisin

    periodstica tradicional desde siempre se entendi como la

    capacidad[13] de detallar sucesos y acontecimientos.

    Documentar al detalle siempre fue una forma de precisin,

    porque otras formas de precisin estaban aseguradas:

    sabamos cmo llegar a los lectores, cundo, en dnde y

    con qu diseo de la informacin.

    Es una garanta saber cmo, en dnde y cundo los

    lectores se van a encontrar con lo que producs. Saber que

    este prrafo va a ser ledo maana a la maana, en

    determinado contexto, la mesa de una cocina, con un caf

    que acompaa al lector antes de ir a trabajar, o en una

    ../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-12../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-13

  • cama, el domingo por la maana, supone toda una serie de

    variables dadas en torno al contexto de consumo.

    La digitalizacin acab con eso. No es lo mismo pero

    ms rpido. Quiz es ms rpido, pero con toda

    probabilidad no es lo mismo.

    A comienzos de la segunda dcada del siglo XXI

    tenemos pocas certezas. Pero una, quiz la primera, y

    resistida por el gremio de lado a lado por considerarla

    contraria a una de las propiedades de lo que

    tradicionalmente constitua la calidad, es la brevedad.

    La audiencia est en todas partes. En contextos

    mltiples. De paso. La audiencia es turista en el soporte.

    Producir brevedades, cpsulas y pldoras de contenido es

    clave. Menos es ms.

    El negocio de las noticias siempre estuvo relacionado a

    la agregacin, a la compresin y la sntesis de

    informacin. La sntesis de la sntesis es algo muy breve.

    Y sobre todo algo muy difcil de producir, algo para lo que

    no hemos sido preparados.

    Segunda parte.

    La audiencia

    La audiencia es uno de los cuatro temas clave de este

    libro, porque como el tiempo, el valor y la organizacin, la

    audiencia se transforma, se fragmenta y se expande.

    Durante los ltimos quince aos, el rol de la audiencia ha

    mutado sensiblemente. Lo que podemos entender por

  • audiencia hoy es algo totalmente distinto a lo que

    conocamos en las organizaciones de medios hasta hace

    poco tiempo atrs: receptores ms o menos pasivos y ms

    o menos crticos de lo que consuman. Ese simplismo ya

    no tiene lugar.

    La audiencia ya no es eso. La amateurizacin masiva de

    la produccin[14] y publicacin de contenidos es un

    fenmeno irreversible. Tambin, y no en menor medida, la

    audiencia es clave como agente de la distribucin de los

    contenidos que producen y que generan los medios. No

    vale decir ya que la audiencia tiene ms poder que antes

    de la aparicin de Internet. Cabe decir que la audiencia

    tiene el poder. Con similares herramientas y tecnologas

    de las que disponen los publishers, la audiencia se vuelve

    invencible en la batalla de la escala.

    La audiencia como blanco de los contenidos de los

    medios de comunicacin no existe ms. La audiencia

    invirti la ecuacin. Hasta hace slo unos aos, nos

    contbamos, deba ser entrenada para no creer en todo lo

    que dicen y muestran los grandes medios. Ahora son los

    medios aquellos que ensayan estrategias de filtrado para

    los cada vez ms complejos volmenes de informacin y

    contenidos que produce y distribuye la audiencia, a cero

    costo y con cero ganancias,[15] y, sobre todo, con una

    capacidad de propagacin sin precedentes.

    La industria del software comenz a transitar un

    proceso similar en la dcada del ochenta. La invencin

    del softwarelibre y la multiplicacin de las comunidades

    de desarrollo desoftware de cdigo abierto no llevaron a la

    quiebra a todas las empresas ni transformaron

    en commodities a las piezas de software. Por ir al grano y

    poner un ejemplo, el softwarelibre no destruy a

    ../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-14../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-15

  • Microsoft, ni lo destruir. Lo empuj a reinventarse. La

    produccin y disponibilizacin de softwareabierto y a

    veces gratuito no acab con el trabajo de los

    desarrolladores y programadores. Pero s redise para

    siempre a la profesin y el mercado.

    La industria discogrfica, como todos sabemos, no

    corri con la misma suerte que la del software. El nuevo

    rol de la audiencia jaque el negocio de las grandes

    productoras de discos. El abaratamiento de los costos de

    las herramientas y tecnologas digitales de produccin y

    reproduccin signific, en este caso, un cncer que, ya no

    es arriesgado decirlo, no encontrar cura para la escala de

    prdidas que propuls.

    Las industrias del software y de la msica son dos caras

    de la misma moneda. Son dos casos donde la audiencia ha

    entrado con toda potencia y rol protagnico en la vida de

    las organizaciones que constituan el liderazgo del

    mercado. Son dos industrias que, producto de una nueva

    audiencia ms gil, participativa y comprometida; con

    herramientas y competencias nuevas han cambiado

    radicalmente en muy pocos aos. La industria de los

    medios an no decide qu camino elegir, aunque

    cualquiera de ustedes lo vean clarsimo y yo tambin.

    La participacin de la audiencia es un fenmeno que

    excede a nuestra industria. La gastronmica, por ejemplo,

    no slo no retrocedi con el impacto de Internet. Se est

    volviendo cada vez ms fuerte y eficiente. Los chefs y

    cocineros no slo no ocultan las recetas de sus platos.

    Publican y explican al detalle cmo prepararlos en

    programas de televisin, blogs y toda clase de plataformas

    y soportes. La industria gastronmica es un ejemplo clave

    en esto de liberar el contenido, abrirse a la audiencia y

  • centrarse en la experiencia del usuario: el negocio de los

    hombres y mujeres de la gastronoma no est atado al

    contenido de la receta sino a la experiencia de quien la

    prepara en casa o consume en un restaurante.

    Est claro que la audiencia se est transformado

    profundamente, en el sentido de que est asumiendo roles

    inditos y llevando a cabo actividades sin comparacin en

    la historia de los medios de comunicacin. Pero tambin

    se est fragmentando y expandiendo y esto implica un

    serio riesgo para las organizaciones de medios que no

    estn interesadas o lo suficientemente abiertas e

    informadas para acompaar el fenmeno. La audiencia

    est en todas partes y, como vimos en el captulo anterior,

    en todo momento. La audiencia es un flujo distribuido y

    autnomo que tiene el control total de su trayectoria, y lo

    que producimos en la industria de los medios tiende a

    tener valor y precio deflacionarios porque ya no somos los

    nicos que contamos con los medios de produccin y la

    logstica y canales de distribucin. De hecho, y esto se ve

    cada vez ms claramente en los procesos de distribucin,

    cada vez dependemos ms de la audiencia para construir

    valor.

    Si la digitalizacin de la informacin y la masificacin

    de las herramientas para generar y publicar contenidos no

    solo volvi ms barata la produccin, volvi a los medios

    programables y personalizables.[16] Si los medios son

    programables es porque cada miembro de la audiencia es

    un programador.[17] Muchos de ellos no sabrn escribir

    una sola lnea de cdigo, pero se las arreglan para

    configurar su dieta informativa[18] y propagar lo que les

    interesa entre aquellas personas que les interesa hacerlo.

    ../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-16../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-17../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-18

  • La audiencia entendida como una porcin de mercado

    circunscripta al territorio fsico de distribucin puede ser

    actualmente una definicin irrisoria e ingenua. La

    audiencia, adems, ya no se compone por todas aquellas

    personas que desean conscientemente consumir los

    contenidos de una marca o un medio: quienes estamos a

    cargo de sitios de noticias sabemos que cada vez son ms

    quienes se cruzan con nuestros contenidos en Internet, o

    los encuentran en forma aleatoria y casual, volviendo a las

    estrategias de SEO tan importantes como las marcas, los

    ltimos bastiones de valor y credibilidad de los medios de

    comunicacin.

    La audiencia, por otro lado, ya no es una masa amorfa

    de personas (incluso en algunos casos ni siquiera son

    personas, sino tambin robots y algoritmos). Sabemos ms

    que nunca sobre la audiencia. Contamos con una cantidad

    de informacin muy valiosa sobre cada uno de sus

    miembros, sus hbitos y el uso que hacen de los productos

    y servicios que les ofrecemos online. Contamos con una

    capacidad de segmentacin sin precedentes. Pero poco

    hacemos con ese conocimiento. Casi no hay en los medios

    especialistas en traducirlos a nuevas prcticas

    profesionales. Subvaluamos esa informacin quiz porque

    no todos comprendemos todava que la audiencia ha

    cambiado dramticamente y ya no ser jams lo que supo

    ser.

    Lo mismo vale para el contenido editorial, los servicios

    y la publicidad. En ese sentido, estamos ofreciendo a los

    anunciantes espacios publicitarios online como si se

    trataran de espacios de va pblica.

    La frontera entre productores y consumidores se est

    desdibujando cada vez ms. No se trata de hablar de

  • prosumidores, periodismo ciudadano o entornos

    participativos. Se trata, s, de un nuevo animal meditico.

    De una nueva especie que est transformado la cadena

    alimenticia de una ecologa hasta hace pocos aos

    endogmica y autoreferencial.

    La audiencia, como el tiempo, el valor y la organizacin

    se vuelve inasible. No tenemos categoras eficientes para

    entenderla y, sin miedo a equivocarme, dira que quedaron

    obsoletas buena parte de las teoras que durante el siglo

    pasado intentaron estudiar el fenmeno. La audiencia ya

    no puede ser pensada como un componente ms en la vida

    de los medios. Ya no tiene sentido que hablemos de ella

    sin establecer pautas que conecten con conceptos crticos

    como tiempo, valor y organizacin.

    Cuando la informacin era escasa y el tiempo

    abundante, los medios de produccin, publicacin y

    circulacin eran muy costosos, y estaban en manos de las

    empresas periodsticas y editoriales. Ahora la informacin

    es abundante, el tiempo escaso y el costo de las

    herramientas tiende a cero. De repente,

    los publishers estn en el lugar equivocado. Y nosotros,

    quienes los producimos, junto con ellos en una zona de

    incertidumbre sin igual. Los recursos diferenciales ya no

    son los medios de produccin, sino el tiempo. Y la

    audiencia tiene el control de esa variable.

    Los amateurs toman la bastilla

    Lo que hasta hace poco entendamos como una porcin

    de mercado se est transformando en otra cosa. La

    audiencia est construyendo y asumiendo en tiempo real

    un rol hbrido, clave en la vida de los medios. Ya no

    porque compran el diario, miran un programa de televisin

  • o visitan un sitio Web. Tampoco porque comenten las

    noticias de las ediciones online de los diarios. La

    audiencia se est convirtiendo en la mdula funcional de

    los medios. Y su rol clave no es el consumo per se.

    Tampoco lo es la produccin de contenidos como muchos

    todava creen.

    La audiencia actualmente es la mdula y el motor de la

    distribucin de contenidos. La circulacin de contenidos

    nunca antes estuvo tan optimizada, fue tan precisa y

    estuvo tan expandida como alineada con los intereses de la

    audiencia como ahora. La audiencia propaga el contenido

    hacia donde debe ir. La audiencia recibe el contenido que

    le interesa sin importar los canales de distribucin que un

    medio de comunicacin utilice o quiera fortalecer. La

    circulacin est totalmente fuera de control tal y como era

    entendido durante el siglo pasado.

    El fenmeno ms significativo en torno a las audiencias

    para la economa de los medios es la amateurizacin

    masiva de la produccin de contenidos y su circulacin

    potencialmente ilimitada. La propiedad y el acceso a los

    medios de produccin, publicacin y distribucin siempre

    fue una de las diferencias sustanciales entre periodistas y

    audiencia. Se supone, y se cuenta que no es as, que un

    periodista es mucho ms que eso. Que hay que saber

    contar historias, validar fuentes y todos los clichs que el

    microclima se repite a diario y en cuanta conferencia sea

    posible y haya oportunidad.

    La amateurizacin de la publicacin est haciendo

    estallar las reglas del juego de medios y

    periodistas.[19] No se trata de meros prosumidores, es

    decir, personas que adems de consumir, producen

    informacin. Entender de otra manera a la audiencia es, en

    ../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-19

  • primer lugar, entendernos los periodistas de otra manera a

    nosotros mismos, entender de otra manera el valor que

    solamos agregar y llevar a otra dimensin la

    especializacin de nuestro trabajo.

    Los amateurs, la audiencia, estn asumiendo roles

    otrora reservados en exclusiva para quienes trabajaban en

    la industria. El impacto, como veremos ms adelante, no

    slo se puede traducir en una redefinicin de la profesin

    periodstica y del rol de los medios de comunicacin en la

    sociedad, sino sobre todo en un desplazamiento gradual de

    la cadena de creacin de valor hacia afuera de las

    organizaciones periodsticas.

    Los nuevos sindicatos de distribucin

    Las audiencias son los nuevos sindicatos de

    distribucin. Con-trolan los flujos de circulacin de

    contenidos. La empresa de medios ms poderosa del

    mundo no podra de ninguna forma competir con esa

    capacidad y escala. La eficiencia con la que la audiencia

    actualmente genera la distribucin era impensable hace

    slo diez aos.

    Esta situacin cambia las reglas del juego y el core del

    negocio de los medios. Si las organizaciones de medios no

    tienen el control de cmo se distribuye su contenido no

    estn en una posicin favorable como antao, cuando esa

    capacidad estaba totalmente en su poder.

    Entender que la audiencia es el nuevo sindicato de

    distribucin podra ser un sinnimo de catstrofe para los

    medios que tienen atados sus modelos de negocios a la

    circulacin y a los soportes de distribucin.

  • Cul es la misin de los publishers en un mundo donde

    la audiencia produce contenidos,[20] tienen el total control

    de la circulacin y es blanco, a la vez, de los productos y

    servicios de los medios corporativos y de los medios

    sociales, podra ser un marco de reflexin clave para

    entender la coyuntura de la industria pero, sobre todo, para

    disear las nuevas estrategias de reinvencin de la

    organizacin y de los productos.

    La transformacin que supone esa pregunta retrica est

    a la altura de no menos que una transformacin industrial

    que desplaza con su advenimiento toda certeza cultural y

    estabilidad financiera que configuraban el marco en el que

    los medios de comunicacin generaron dividendos durante

    el siglo pasado, al mismo tiempo que construan marcas

    poderosas de las que actualmente viven y todava son un

    capital, a priori, irremplazable.

    El algoritmo es una resonancia de la audiencia

    Los algoritmos y los robots tambin son parte de la

    audiencia. Quienes trabajamos produciendo

    medios onlinesabemos que una parte importante de la

    audiencia conformada por humanos, probablemente entre

    el 20 y el 50 por ciento, accede a nuestros contenidos por

    sugerencia de ecuaciones artificiales y no necesariamente

    por recomendacin de su red social. Los algoritmos de los

    buscadores muy particularmente consultan los contenidos

    que producimos en los medios decenas y hasta centenares

    de miles de veces cada da, para poder mediar de la forma

    ms eficiente con la audiencia que los consulta.

    En el gremio periodstico, el ombliguismo fomenta dos

    miradas maniqueas sobre los algoritmos: la del bien y la

    del mal. No hay mucho margen para pensar entre las dos,

    ../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-20

  • menos para hacer: su aparicin salvar el negocio o

    liquidar a los periodistas. O la versin pro: las dos cosas a

    la vez: salvar al negocio liquidando a la profesin.

    Algoritmo suena a automatizacin. Suena a hacer ms

    rpido y ms barato un trabajo especfico. De ah su

    sntesis de ruina cultural y panacea financiera, segn el

    lugar que ocupemos en la discusin.

    Est claro que esas dos miradas atrasan. Y que

    probablemente las dos estn equivocadas o, mejor dicho,

    sean marcadamente incompletas. Se trata del miedo

    histrico a la autonoma de las mquinas aplicado a una

    profesin que padece y no aprovecha la plena alza de

    incertidumbre que atraviesa y podra contar a su favor.

    Entender a los algoritmos de otra manera, menos

    reduccionista, es una misin intelectual mayscula para

    repensar lo que hacemos en esta industria donde, se

    supona, nada poda ser automatizado.

    En mayo de 2010, en el edificio del diario El

    Universal de Mxico, una veintena de periodistas de

    medios online de Amrica Latina nos reunimos durante

    una semana, en el marco de un taller que organiz el

    Grupo de Diarios de Amrica (GDA). Asistieron adems,

    como invitados internacionales, Jean-Franois Fogel y

    Gumersindo Lafuente. Fogel y Lafuente ofrecieron las

    exposiciones centrales. El resto de los das, periodistas de

    los diarios digitales que conforman el GDA exponan

    sobre su trabajo, logros y desafos.

    Una maana de esas, Fogel dispar una frase sobre el

    final de su exposicin: El algoritmo es una resonancia de

    la audiencia. Como suele pasar en estos casos, la

  • afirmacin pas inadvertida, sin especial atencin de

    nadie.

    El concepto es un aporte valiossimo. Qu nos estaba

    tratando de decir? Estaba totalmente consciente de lo que

    haba sugerido? Fogel se carg con esa frase una discusin

    gobernada por el sinsentido binario, y abri para algunos

    de nosotros una nueva propuesta para entender la ecologa

    de medios actual, que no est conformada solamente por

    medios periodsticos.

    Lo primero que supone que un algoritmo sea la

    resonancia de la audiencia es que todo lo que hacemos

    periodistas, medios y audiencias est mediado

    porsoftware. El algoritmo, como un concepto/agente de la

    ecologa de medios, no es un mero mecanismo a travs del

    cual reemplazar, acelerar y automatizar. Sera restarle

    importancia y subestimar su impacto entenderlo en una

    forma tan reduccionista. El algoritmo da cuenta de las

    interacciones de la audiencia. Es una versin posible de la

    produccin y de la circulacin. Tambin es una versin de

    la demanda de contenidos en un momento muy puntual del

    mercado.

    Por otro lado, la afirmacin de Fogel supone algo

    esencial: la audiencia opera de tal modo que pone a su

    favor al algoritmo. Se hace de recursos interoperables con

    el algoritmo de tal forma que incrementa su alcance y

    capacidad de consulta, consumo y manipulacin de datos.

    Los algoritmos ya no son endogmicos. Cuentan s con

    una porcin variable de definiciones e instrucciones. Con

    todo, cada algoritmo es una forma de en este caso

    organizar la comprensin de la actividad de la audiencia.

  • La audiencia es el contenido

    Que un diario online ofrezca contenidos de calidad

    asumamos por un momento que ya nos pusimos de

    acuerdo en qu entendemos por calidad hoy, noticias e

    informacin valiosa asumamos por un momento tambin

    que ya nos pusimos de acuerdo en qu entendemos por

    valor para sus lectores es cada vez ms el soporte para

    otros productos y servicios que la misin y fin supremo de

    cualquier empresa periodstica. La audiencia, para los

    anunciantes y para los propios usuarios/lectores, tambin

    es el contenido.

    En un mundo donde la informacin se abraz con la

    abundancia de manera irreversible, incluso los llamados

    contenidos de calidad, los filtros y las jerarquas

    editoriales que invocan al inters comn, generan, de

    todos modos, un pastiche inconcluso que la nueva

    audiencia no atiende, y que an gozan de relativo xito por

    estar a caballo de formas de consumo de distinto origen

    que conviven.

    Alguien puede seguir insistiendo en pensar que existe

    la informacin general, el inters comn, la agenda

    nacional o local? Las secciones? Una muestra cabal de

    ello, y que da lugar a esa pregunta retrica, es la seguidilla

    inapelable de fracasos que han mostrado ser los medios

    hiperlocales.[21]Salvo excepciones, la mayora de ellos

    descansa en paz en el ciberespacio de las buenas

    intenciones.

    La ingenuidad de tanto periodista silvestre en creer que

    el barrio, lo local, del usuario, de su lector, se circunscribe

    al vecindario fsico donde duerme cada noche y recibe las

    cuentas cada maana, slo es la expresin ms chata de la

    ../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-21

  • autoevangelizacin y la endogamia. Una forma de

    contarse a s mismo que esto es una propuesta diferente,

    mal endmico heredado de la formacin de un variado

    abanico de carreras relacionadas a la comunicacin, hacer

    algo diferente, cuando ni siquiera se forma a los

    estudiantes para hacer lo mismo pero bien. Un

    porlomenismo nada desdeable, dada la situacin.

    Incluso las secciones tradicionales de todo medio de

    noticias online, heredadas acrticamente de las ediciones

    impresas, expresan otra poca y el diseo del mundo que

    se gestiona desde el poder: la economa, la sociedad, la

    poltica, etc. En la red, los medios no pueden ser el smil

    de un ministerio. Esas no son las categoras con las que los

    ciudadanos de a pie piensan/viven/hacen/transitan/dejan el

    mundo. O los editores de los online van a seguir

    creyendo que las pginas de las secciones casi no generan

    impresiones ni atraen visitas slo por cuestiones de diseo

    o arquitectura de la informacin? Las secciones no son

    atractivas porque, es posible y hasta muy probable, son la

    mayor desconexin de los medios respecto de sus lectores.

    El vecindario de la audiencia no son slo las IPs que se

    conectan desde calles aledaas. Buena parte del vecindario

    se virtualiz y en los medios, salvo excepciones, ni nos

    enteramos. De hecho, la redes sociales en la Web expresan

    en forma irrefutable esa situacin.

    Si ponemos en la mira la pica de Facebook o la lrica

    de Twitter, es fcil darnos cuenta de que si bien a la hora

    de monetizar esas propuestas las dificultades comerciales

    no desaparecen, anunciantes y clientes parecen ms

    predispuestos y encantados aunque abriendo todos los

    paraguas, prejuicios y miedos generacionales por las

  • redes sociales, aun cuando no las entienden o no saben

    cmo aprovecharlas.

    En sntesis, lo que no terminan por aceptar porque

    entender, lo entienden medios, anunciantes, publicistas y

    centrales de medios es que si no van directo hacia la

    tormenta de interacciones que es la red, asumiendo ese

    diseo del mundo, el huracn cargar tambin con ellos,

    con sus productos y sus contenidos, sin reconocer

    trayectoria, vocacin de servicio, credibilidad o

    experiencia. Ocurri con la industria de la msica y la del

    periodismo no parece tener seguros contra todo riesgo.

    En Facebook, en Twitter, y por donde miren, la

    audiencia es audiencia, contenido, productor y agente de la

    circulacin a la vez. No se trata de simples prosumidores.

    Se trata de otro diseo de los intereses, de otros criterios

    de atraccin. Mientras muchos medios y periodistas se

    golpean el pecho jactndose de interfaces cocoliches y de

    los comentarios abiertos en las noticias que publican, la

    audiencia se lleva la fiesta de la informacin a otra parte.

    En ese sentido, Facebook y Twitter son los pedagogos

    del nuevo periodismo. En las versiones online de los

    medios tradicionales, la audiencia slo puede ver lo que

    escribieron los periodistas y con suerte comentar

    pblicamente, siempre sobre lo que escribieron los

    periodistas, y sujetos a moderacin de la elite.

    Al final siempre discutimos sobre la agenda setting?

    No por mucho tiempo. La audiencia quiere ver a la

    audiencia. La audiencia quiere interactuar con la

    audiencia, y no slo con un grupo de notables periodistas.

    La audiencia no slo es prosumidora. La audiencia setea la

  • agenda con secciones que son sus nodos y contenidos que

    son su red. La audiencia es el contenido.

    Que esta parte del libro sirva al menos para

    preguntarnos esto: Una noticia que revela quines la leen,

    comparten, comentan y editan, es ms valiosa que una

    idntica desde el punto de vista de la informacin pero que

    no ofrece esos componentes?

    Antes de Gutenberg, despus de Gutenberg

    El modelo de la audiencia que viene no es comparable

    con la audiencia que se conform al calor del desarrollo de

    la imprenta durante los ltimos 500 aos: la produccin y

    circulacin de contenidos estn distribuidas y totalmente

    fuera del control de las organizaciones e instituciones. Los

    flujos parainstitucionales de creacin e intercambio

    avanzan y mutan a una velocidad incomprensible para

    Estados y gobiernos, organizaciones y foros internaciones,

    medios y academia.

    El mapa de las industrias culturales, que hasta hace slo

    unos aos nos indignaba con su asimetra Norte-Sur, se

    est haciendo aicos. El diseo unilateral de la emisin

    cultural, otrora poderoso hasta lo recalcitrante, se est

    volviendo inofensivo ante la emergencia de flujos

    culturales ubicuos e incontrolables.

    Los medios de comunicacin tradicionales, masivos y

    exponentes por ejemplaridad de la

    comunicacin broadcastuno a muchos son

    descendientes del diseo del mundo que la modernidad

    propuso imprenta en marcha. Una forma posible e

    incompleta de administracin. Organizar la realidad como

    un Estado moderno fue para los diarios impresos, la radio

  • y para la televisin una forma de entender y contar lo que

    pasa.

    Las secciones de cualquier diario son a la informacin

    lo que los ministerios a las sociedades. Una forma de

    organizar la gestin de los flujos sociales. Una forma de

    normalizacin basada en una inercia cognitiva que todava

    seduce a muchos.

    La diversidad cultural, mediada por una ecologa tan

    conceptualmente concentrada, no fue ms que notas al pie

    de los flujos estandarizados de los medios que, por

    naturaleza, siempre tuvieron como interlocutores ms al

    poder que a la sociedad.

    El profesor Lars Ole Sauerberg, del Institute for

    Literature, Media and Cultural Studies de la University of

    Southern Denmark, lanz en 2010 una hiptesis

    provocadora que no tard en recibir crticas demoledoras.

    Desde el grupo de trabajo The Gutenberg Parenthesis

    Research Forum,[22] sugiri que el futuro est en el

    pasado. Que Internet constituye una oralidad secundaria,

    un parntesis que se cierra quinientos aos despus de

    haber sido abierto por la imprenta. El mundo oral, que

    predomin en toda la historia previa a la invencin de

    Gutenberg, estara de regreso, pero ahora en versin

    hiperconectada. Una lnea conceptual muy en sintona con

    Marshall Mcluhan y sus esbozos publicados en su libro La

    Galaxia Gutenberg(1962).

    Internet es una fbrica de diversidad. La arquitectura de

    la red que es su poltica[23] cancela el monopolio. La

    otredad ahora est en alza. Lo diferente es valioso. La

    lgica de los nuevos medios traslada a las personas total

    libertad y consecuente responsabilidad para producir,

    ../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-22../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-23

  • distribuir, obtener y remezclar contenidos e interacciones.

    El fenmeno parece imparable pese a los variados

    esfuerzos de regulacin que nacen obsolesciendo.

    El mayor desafo ahora es repensar la diversidad de la

    audiencia con nuevas categoras. Ya no como una

    compensacin forzada para nivelar las ecuaciones

    corporativas de la emisin cultural broadcast o aprovechar

    oportunidades coyunturales, sino como flujos broadband:

    muchos a muchos.[24]

    Si el parntesis Gutenberg se est cerrando y asistimos a

    una nueva era de la oralidad, la transformacin de la

    audiencia podra ser mucho ms profunda de lo que

    sospechamos. La industria de la prensa ha alcanzado su

    mayor crecimiento al ritmo que avanz la alfabetizacin

    de la audiencia. Una alfabetizacin que tuvo como

    principal dinamizador e integrador social a la institucin

    escuela, y como tecnologas protagnicas a la palabra

    escrita y al libro.

    Si el profesor Lars Ole Sauerberg y su equipo estn en

    lo cierto, si estamos asistiendo a un cierre gradual de un

    parntesis muy extenso que habamos entendido como un

    captulo final de una historia reciente, el regreso de un

    mundo oral, probablemente tambin mucho ms visual y

    simblico, implique una transformacin para la que no

    estamos preparados en la industria de los medios, y muy

    particularmente en el periodismo.

    Sugerir la posibilidad de audiencias con necesidades,

    competencias e interacciones posteriores, por fuera o en

    paralelo del parntesis Gutenberg podra implicar no

    menos que la demolicin de una forma canonizada de

    pensar o producir medios de comunicacin. En las

    ../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-24

  • organizaciones de medios, todos nuestros equipos,

    nuestros productos y servicios, nuestros circuitos de

    creacin de valor y nuestros modelos de negocios estn

    orientados a atender a una audiencia que quedara del otro

    lado del parntesis.

    Si las audiencias optan por ese recorrido postGutenberg,

    la informacin ser post periodismo. Al menos tal como lo

    conocamos.

    Hacia dnde nos llevan las audiencias

    Nunca antes hubo tanta audiencia posible de alcanzar

    para los periodistas. Nunca antes hubo, tampoco, tantas

    capas y niveles posibles de mediacin con la audiencia.

    Tantos soportes e interfaces para ofrecer nuestros

    productos y servicios informativos a ellas. Tantos

    contextos para conocerlas ms, seguir su rastro y buscar

    las pistas de sus intereses.

    En la era de la escasez informativa, el tiempo disponible

    de la audiencia era abundante. En ese entorno nacieron y

    crecieron los diarios impresos. Ahora, en la era de la

    abundancia informacional, el tiempo es escaso.

    La temporalidad del consumo de medios de las

    audiencias que pari, a finales del siglo XVIII, el

    concepto de opinin pblica y a comienzos del siglo

    XIX, la preocupacin por las masas, deberamos al

    menos sospecharlo, no es la misma que la de estos das.

    De los medios se habla desde la dcada de los aos

    veinte del siglo pasado y desde 1950 de la revolucin en

    las comunicaciones.[25]

    El periodismo nunca creci estrenando soportes, sino

    reinventando formatos y propuestas narrativas

    ../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-25

  • sintonizando su oferta con el tiempo y los hbitos de la

    vida cotidiana de su poca. Los diarios primero, la radio y

    la televisin despus, alcanzaron propulsin periodstica

    mucho despus de la gala del soporte.

    Si hace 300 aos, los diarios comenzaron a contribuir a

    modelar la conciencia nacional al hacer que los lectores

    se tomaran en cuenta como comunidad, qu propulsan los

    nuevos medios cuando los usuarios son mucho ms que

    lectores e interactan entre s?

    Las formas de consumo cultural tienden a la

    pildorizacin y a lo intersticial. Cuando los medios

    llevaban a las audiencias, el destino no fue precisamente el

    paraso. Ahora la industria entiende y acepta que las

    audiencias llevan a los medios, pero hacia dnde?

    Esa es, quizs, la pregunta del milln con la que

    cruzaremos de dcada y la que nos obsesiona a no pocos

    profesionales en esta parte del mundo.

    Pongmoslo en estos trminos: si cambia el periodismo

    y los medios, deshagmonos del conductismo, no

    necesariamente cambiar la audiencia. Pero si cambia la

    audiencia, cambia todo: el mercado, la profesin, la

    organizacin, los hbitos, los criterios de valor y calidad,

    todo.

    Mientras escribo esto, abro Twitter y Gumersindo

    Lafuente, adjunto al director en el diario El Pas, de

    Espaa, publica una frase que viene en sintona con todo

    esto: El reto que tenemos hoy medios y periodistas es

    demostrar a la audiencia que podemos ser tiles,

    relevantes, necesarios.

  • Preguntmonos entonces, hacia dnde nos llevan las

    audiencias. Cules son los criterios de utilidad, relevancia,

    necesidad de las audiencias postGutenberg. Estamos

    hablando de rejuvenecer el discurso y la

    categorizacin/clasificacin/jerarquizacin de las noticias?

    De realizar un esfuerzo histrico sobre la dieta

    informativa que ofrecemos? De tener como antecedente

    narrativo mucho ms a la televisin que a los diarios

    impresos?

    De aceptar que ellas, las audiencias, tambin son parte

    del contenido? De ser agnsticos del soporte? De

    repensar el ADN del capital profesional de los periodistas?

    De redisear la jornada laboral de los periodistas? De

    ensayar modelos productivos orientados a proporciones y

    no a valores absolutos? De redisear la oferta en torno a

    la temporalidad del consumo posible del producto?

    Sin diferencia, no hay audiencia

    Uno de los mayores desafos para los medios online,

    antes que construir valor, es disear y construir diferencia.

    Sin diferencia no hay visibilidad y sin visibilidad no hay

    audiencia posible. La audiencia no es un rebao de

    personas maleable, conducible y modelable que consume

    cualquier producto y servicio que podamos generar y

    ofrecerle.

    En la industria de los medios periodsticos digitales, de

    cara a la audiencia, est ocurriendo algo muy similar a lo

    que ocurre con marcas de gaseosas, barras de cereales,

    jugos, zapatos, papel higinico y de todo tipo de productos

    y servicios de consumo masivo: el mercado oferta a la

    audiencia en un blur extenso y asfixiante de propuestas

    interactivas y de contenidos que prometen lo mismo que

  • cada uno de sus competidores. A veces, con un poco de

    suerte, pero aportando una diferencia mnima, en el precio,

    en el diseo de packaging o algn otro componente.

    Si la audiencia no es un rebao, los medios mucho

    menos pueden ser parte de un cardumen. Youngme Moon,

    una profesora Harvard Business School, public en

    2010Different: Escaping the competitive herd, un libro

    estimulante que invita desde la primera y hasta la ltima

    pgina a salir del rebao y producir diferencia. La autora

    reflexiona acerca de cmo el diseo de la diferencia es

    parte de la cadena de creacin de valor cuando un sector

    tiende a cardumen. Y el sector en el que estamos

    trabajando, tiende a eso.

    A veces no es tan importante saber qu se es como

    saber de qu huir. Pasa en el mundo de los negocios y en

    la literatura, en la poltica y en los medios, en la tecnologa

    y la educacin. En todos los sectores, industrias y

    claustros. En un mundo donde fluye la rplica, slo tienen

    chances de destacar los intentos por construir diferencia,

    condicin necesaria pero no suficiente en la empresa de

    disear valor.

    Tenemos cada vez ms capacidad de clasificar y cada

    vez menos de diferenciar. El mismo rbol de etiquetas

    desde el cual se disean productos, servicios, estrategias

    ybenchmarks, que dan seguridad de planificacin en las

    industrias inmaduras como la nuestra, prescribe la

    capacidad de empresas de todo calibre a la hora de

    producir diferencia y volverse relevante para la audiencia.

    Sin diferencia somos invisibles para la audiencia.

    Nuestros medios no pueden ser parte de una extensa

    gndola de productos que se mimetizan unos con otros. Si

  • en la gndola de medios online la audiencia debe

    retroceder un paso para tomar distancia e intentar hacer

    foco, estamos perdidos. La audiencia no nos va a

    encontrar. Hay que estar en otro lado, con otra propuesta.

    Pero todo esto empieza ya a inscribirse en otra de las

    discusiones que queremos dar en este libro: la del valor.

    Tercera parte.

    El valor

    Expansin: nuevos flujos de creacin de valor agregado

    Ahora s nos vamos a meter en un problema: Qu es el

    valor? Cul es? Dnde est? Quines lo producen?

    Cmo circula? Expira? En qu condiciones y contextos

    flucta la trayectoria de su ciclo de vida? En un mundo

    donde la informacin tiende a materia prima, cmo

    agrega o debera agregar valor el periodismo y los medios

    en un mercado donde su principal aporte fue, desde

    siempre, producir informacin?

    Todo era muy simple: tiempo de consumo de medios

    muy definido, conformacin de la audiencia altamente

    deducible, informacin en escasez y tecnologas para

    producir y distribuir informacin al alcance solamente de

    las empresas de medios. Ahora todo es mucho ms

    complejo, o cambi demasiado en muy pocos aos:

    tiempo de consumo de medios expandido y atomizado,

    conformacin de audiencias hbridas, aleatorias, fluidas y

    participativas; informacin en abundancia y tecnologas

    para producir y distribuir informacin al alcance de toda la

  • audiencia a cada vez a menor costo y con mayor facilidad

    de uso, abuso y usufructo.

    La amateurizacin masiva de la produccin de medios e

    informacin pone sobre la mesa una discusin sobre el

    valor agregado. Impugna toda certeza sobre la calidad de

    nuestros contenidos, productos y servicios. Deja a la

    marca, nica garante de lo que producimos en las

    organizaciones de medios, a la intemperie. La relacin

    marca-valor, o logo-producto, ya no cuenta con la

    exclusividad de la frmula de calidad. De eso nos

    encargamos en esta parte del libro.

    Si todo es nuevo, lo nuevo es commoditie. Si la

    informacin abunda, la informacin en s no aade valor.

    Si pudiramos teletransportarnos fsicamente de un lugar a

    otro del mundo en forma autnoma, muy probablemente la

    industria aeronutica tendra desafos similares a los que

    enfrentan actualmente las organizaciones periodsticas,

    lospublishers. Tambin es cierto que todos podemos

    conseguir alimentos y cocinarlos, y las herramientas

    apropiadas para preparar una exquisita cena en casa. Las

    recetas, por otra parte, se descargan y te las cuenta un

    amigo, o tu abuela. Sin embargo, la industria gastronmica

    no parece correr la misma suerte que la de medios. Qu

    est pasando?Where is the beef?

    All the news thats fit to print

    La historia del periodismo es tambin la de la bsqueda

    incansable por encontrar una solucin al problema de

    informar. Un problema que absorbe y acumula la

    complejidad de cada poca que lo plantea, segn avanza el

    desarrollo tecnolgico, se transforma el diseo urbano, el

  • mercado y cambian los hbitos y costumbres de las

    sociedades.

    Desde sus comienzos, la industria del periodismo ha

    ensayado mltiples soluciones posibles a ese problema.

    Durante los ltimos aos, algunas empresas periodsticas,

    incluso, han invertido millones de dlares en el desarrollo

    de algoritmos artificiales con el propsito de dar con la

    respuesta correcta, de hallar una lista bien definida,

    ordenada y finita de operaciones: el diseo periodstico de

    la frmula para informar con eficacia.

    En 1896, cuarenta y cinco aos despus de su

    fundacin,The New York Times plante el problema a

    escala pblica y se autopropuso como la solucin. El

    sensacionalismo informativo que diarios como New York

    World y New York Journal ofrecan a las audiencias de la

    poca brind al Timesla oportunidad de diferenciarse y

    ofrecer en sus ediciones slo las noticias dignas de ser

    publicadas.

    El problema de la jerarqua de la informacin adoptaba

    as una nueva dimensin: ya no era slo un problema de

    diagramacin de la portada del diario o de diseo editorial

    de sus pginas: ante el nuevo mercado, la construccin de

    la jerarqua demandaba otras variables de inteligencia

    capaces de articular los criterios periodsticos con los

    intereses de las audiencias. The New York

    Timescomenzaba as su vida como algoritmo. Un ejercicio

    diario para encontrar y ofrecer a sus lectores All the news

    thats fit to sprint, lema que todava acompaa su

    cabecera, contrato de lectura por antonomasia de la

    industria de los diarios.

  • Ahora que publicar es una posibilidad tcnica y

    econmica al alcance de muchos; ahora que publicar es un

    hbito de muchos: Cmo se redefine el problema? Es

    slo una cuestin de jerarquas y de agendas? Cmo

    sigue esta historia, la de la bsqueda incansable por

    encontrar una solucin al problema de informar, cuando

    todos nos sentimos informados y capaces de informar?

    Qu es el valor? Cmo se propone? Cul es el ADN

    del valor que pueden ofrecer los medios y los periodistas?

    Una opcin es respon