Guita nº0
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año
1 - n
º 0
- Jun
io 2
009
2
3
sumario
(no Benedetti)
poesía II
Hank allá | Charles Bukowski p. 16
esto no lo dije yo
Paranoia y conspiraciones | Thomas Pynchon p. 24
totally wired
Hablan por la espalda | Los nuevos atletas p. 28
panorama
Otra mirada a la gripe porcina p. 33
blogósfera p. 35
estamos forrados en guita - staff p. 4
editorial p. 5
poesía I
Hank aquí | Jorge Alfonso p. 6
4
estamos forrados en guita:
Redactores:
Agustín Acevedo Kanopa
Nicolás Grandiroli
Gastón Paolini (Argentina)
Juan Manuel Sánchez
Colabora en este número:
Verónica Miranda (México)
Juan Pez (Argentina)
en ilustraciones art. sobre Jorge Alfonso
Corrección:
Stephanie Amaro
Editores:
Stephanie Amaro
Juan Manuel Sánchez
Diseño:
Stephanie Amaro
Contacto:
staff
4
5
Al igual que el rayo en la noche de tormenta, la cultura, el arte, encuentra su camino
y ocurre. De nada sirve intentar detenerlo (aunque algunas políticas se hayan creído muy
efi cientes en ese sentido). Si los museos y las galerías de arte dan la espalda a los nuevos
creadores, la ciudad se llena de graffi ties y esténciles. Si las discográfi cas y las grandes
salas ningunean a los jóvenes músicos, estos suben sus canciones a myspace y organizan
toques alternativos. Los poetas, los grandes postergados del universo editorial, han copado la
blogósfera con sus versos y se la han ingeniado para distribuir sus trípticos o libros artesanales.
Pero para que el círculo artístico se complete, es necesario crear un público, un sec-
tor de la sociedad lo más amplio posible, que tenga conciencia y consuma las propuestas
creativas que se generan. Romper, por un lado, con la indiferencia del ciudadano de a pie
respecto al arte contemporáneo y, por otro lado, con los mundillos cerrados del arte, de corto-
metrajes que sólo son vistos por cineastas y pintores sólo son conocidos por otros pintores.
Creamos esta revista con la fi nalidad de hacer públicas nuestras inquietudes artís-
ticas y dar a conocer, dentro de nuestras humildes posibilidades, a aquellos creadores que
entendemos que, por la calidad de su obra, merecen ser conocidos por un público más am-
plio. Muchos de nosotros estamos vinculados a alguna actividad artística y nos preocupa
la nula repercusión que tienen varios de los creadores más valiosos de nuestro momento.
Creemos, también, en el mandato de T.S.Eliot respecto a que cada generación debe rever
el pasado y construir su propio canon. Tal vez nuestras ambiciones sean demasiadas para
tan humilde medio, pero es mejor hacer un poco, antes que no hacer nada. Cansados de
quejarnos y oír lamentos, que no hay posibilidades, que faltan dinero, instrumentos, deci-
dimos abrir un camino que, por pequeño e insignifi cante que resulte, es un camino a fi n
de cuentas. Porque como dije al principio, la cultura en general y el arte, ocurren a pesar de todo.
Muchas veces se nutren de las adversidades y la guita, después de todo, siempre fue secundaria.
Juan Manuel Sánchez
editorialeditorial
5
6
hank aquíJorge Alfonso
7
"Cuando agarraban sus poemitas y sus libros de 'aprenda a escribir correcta-
mente' y se iban corriendo a los intercambios culturales, vos te escapabas a
los tambores y aprendías de la poesía chupando vino y fumando marihuana.
Nunca pensaste en el triunfo porque para el poeta no hay triunfo posible.”
Jorge Alfonso, Texto para cuando no haya nadie que te oiga leer poesía.
“Poca cosa será lo nuestro, Charly, pero siempre será la otra cosa.”
Jorge Alfonso, Carta para Bukowski.
En este país, donde la poesía vive en perpetuo riesgo de extinción, de volverse el pa-
trimonio exclusivo de vetustas profesoras de literatura que toman el té con masitas y le
rinden culto a Juana -no a la Juana del porno, sino a la Juana de América de los textos es-
colares-, del mismo Uruguay de la Juana de América y de la poesía burócrata de Benedetti,
es Jorge Alfonso.
Viene a recordarnos la poesía de la bohemia, pero no esa bohemia Intendencia de Mon-
tevideo, bohemia light, de tomarse dos grapamieles para entonar la murga y perpetuar la
auto-felatio cultural uruguaya que tanto nos complace, sino la bohemia de verdad, la que
jode, la que coquetea con la marginación, la que pone el dedo en la llaga, que tiene olor a
cerveza recalentada por el sol, a vino lija y se prende un fasito para ir achicando; la bohemia
a la que miran mal, “este seguro está en algo raro, mejor cruzo antes de que me robe”.
Baudelaire dijo que el poeta debe encontrar la belleza en lo feo. Jorge Alfonso es en
este sentido un discípulo del decadente francés, ha sabido encontrar belleza en aquellas
cosas que muchas veces concebimos como desagradables. La muchachada tomando vino
en la plaza, la incomprensión de la juventud por parte de los adultos, el peculiar ambiente
de las bailantas. La primera vez que leí “Poema de amor plancha” me quedé sorprendido,
es poesía y de la buena, escrita tal como habla un plancha. Hasta entonces le había negado
a esta subcultura todo derecho estético, toda posibilidad de belleza.
poesía I
8
Sin embargo sería injusto con la obra poética de Jorge Alfonso califi carla de una mera
crónica de la realidad (desconfío de la poesía meramente realista). Se trata de una poesía
con vuelo, anclada en la realidad, pero que la toma de base para ir más allá, es una poe-
sía que como toda buena poesía, da lugar a múltiples lecturas y problematiza su propia
interpretación. ¿Por qué en “Poema del poema” en vez de desechar directamente la idea
de hacer el digno poema lo deja en la barra de tareas? Agregando, además, que está llena
de imágenes bellas e ingeniosas como “los mundos palpándose emputecidos” que dan
cuenta de su habilidad poética.
Como refl exión fi nal, quiero aventurarme a hacer un poco de futurología, quizás Jorge
Alfonso sea el iniciador o al menos un precedente de la poesía planchesca, que al igual
que la gauchesca no era escrita por gauchos sino por letrados de la ciudad que imitaban
su forma de hablar y construyeron, de esta manera, al gaucho como parte del imaginario
colectivo nacional. De la misma forma que en los fogones rurales no es raro ver a algún
peón recitando el “Martín Fierro”, tal vez dentro de cincuenta, cien años, podamos en-
contrar en las calles montevideanas a planchas recitando las poesías de Jorge Alfonso y
creyendo que fue uno de ellos.
Juan Manuel Sánchez
poesía I
9
EL POEMA DEL POEMA
Hacer un poema sin ganas
que no hable de mujeres
ni de alcohol ni de drogas
ni de ilustres descomposiciones
Apto a todo público mi poema sonriente
saturado de fl orecitas y pajaritos
sin muertes ni orgasmos
sin culos ni tetas
Hacer un digno poema
brillante como berenjena nueva
piadoso pero mansito
libertario pero cuidadosamente inofensivo
Hacer un poema enorme
como el sueño de los dioses
como la postal de sus tumbas
Defenderlo predicando con el ejemplo
acostándome a las nueve
mintiendo hadas y duendes
omitiendo embarazos precoces, inhumanas
[miserias
Hacer ese poema
(escudo de los débiles,poem
as
poesía I
10
volcán de dieciséis grados centí-
[grados
escalera mecánica al cielo)
Hacer ese poema
queda colgado en la barra de tareas
queda de deberes
queda para la próxima
poesía I
YÉSICA YENY RODRÍGUEZ
Yésica Yeny Rodríguez
Al boliche a comer la muzzarella
Al bailongo a bailar la muzzarella
Yésica Yeny Rodríguez
agitando al viento tu dulce bandera/bom-
[bachita rosa
acumulando pulseras fosforescentes
eligiendo al gil que te pague la cerveza
Yésica Yeny Rodríguez
Aviso recuadrado en el diario:
Mujer se ofrece. Reconstruida a
nuevo y con mejoras. En liquida-
ción. Amplias facilidades. Yésica
Yeny Rodríguez: ENTREGA INME-
DIATA
Gloriosa, majestuosa, exuberante ninfa de
11
[jeans apretados
es mi Yésica Yeny Rodríguez
es el brillo de los dientes que le van que-
[dando
es su graznido lapidario:
No, que no, que no me conmueven los poe-
[mas, que no
Yésica Yeny Rodríguez
Con tal de bajarte la pollera y la bandera
te juro todo
todo es posible
encontrarle sentido a la vida
descifrar el misterio de la cumbia tanga
Yésica Yeny Rodríguez
¡Me traiciono!
¿Soy como los otros,
codiciando tu racimo de embutidos
bajo la minifalda verde y fucsia?
Adoradísima Yésica Yeny Rodríguez
¿Ves?
Entre tus senos se nos confunde lo política-
[mente correcto
Yésica Yeny Rodríguez
Yo te convoco
al reino de la felicidad sin celulares ni im-
[plantes mamarios
a no mover el culo cuando los proxenetas
de la música te lo ordenen
a soltar el yugo de los amanerados canto-
[res melódicos
Yésica Yeny Rodríguez
que mi asco no te alcance
que la fuerza de los artistas empantanados
[en tus ojos siempre te acompañe
que te saque las ganas de sacarte todo de
[la zapatería
que logre que leas los libros locos
que te prive de engendrar mil millones de
[infelices
Yésica Yeny Rodríguez ¡basta!
Yésica Yeny Rodríguez, yo te reclamo
A la mierda la revista Caras,
las dietas de la luna,
el perfume cazamachos número 5
A la mierda los autos modifi cados, tu boca
abierta, tu bermuda abierta, tus chicles de
melón, tus besuqueos con pavotes de pelos
permanentemente en permanente
Por vos y por todas las Yésicas Yenys Rodrí-
[guez
yo te digo HAY ESPERANZA HAY
poesía I
12
esta noche mi poema viaja por los bailes de
[cumbias
pegado al bolsillo trasero bien pegado a tu
[trasero
Y eso, eso no tiene precio
Es el roce de nuestras banderas en los in-
[tersticios de la tela
Es el goce de dos mundos que se palpan
[emputecidos
Es la RE-VO-LU-CIÓN
POEMA DE AMOR PLANCHA
hola, ¿qué hacés?
¿todo bien?
mirá, te vi y me dije “tengo que encarar”
pero en una buena, ¿sacás?
porque yo te amo salado
yo te amo abundante
yo te amo a full, fl aca
¿UN BRILLO PA’L VINO, DOTOR?
dale, no seas amarga
aunque digas zafá, ya bastó
aunque arranques
que no te gusta el bardo
que estoy hecho un bicho de vivir en las
[bocas
de tomarme todas las bolas
de tanta cameruza
de tanto palo de tanto botón
poesía I
13
de tanto curtir
¿SALE UN PRÓCER AHÍ, JEFE?
perdoná si agito cabezas al pedo
capaz que te estoy atomizando, pero...
¿te acordás cuando trillábamos juntos?
¿te acordás de la feria, de tirar el paño?
¿te acordás de los toques de La Vela,
encanutando el fasito y armando el achi-
[que?
¿te acordás de los meta bomba, meta bom-
[ba, toda la noche chocando los perros?
¡qué viaje, eh!
¿UNA FUERZA QUE TE SOBRE, VALOR?
el otro día te vi franeleando con ese rastri-
[llo
se la pasa haciendo carteras y esos chucus
¡amargo!
¡maluco!
me tiene quemado
con su aire de pirucho
dandoselás de zarpado
yo estaba re-duro, que si no...
le largaría:
valor, dejate de locas pasiones
lo picaría como avispa nueva
lo picaría como un queso
lo picaría para copetín
¿UNAS CHAPAS AHÍ, MISTER?
fl aca, no encajés cualquiera
encará
no digas ya fue
no digas ningún-ningún
aunque esto no funque porque soy un
plan-
[cha
este plancha está de la cabeza/de la mente/
[de la nuca
este plancha está detonado por vos
¿UNA SEDA PA’ LA BARRA, CAMPEÓN?
y no es que quiera darle color
vos hacé lo que te pinte
manejate
conducite
rescatate
si querés cortarte cortate
vos ves si da o no da
y si no da, ¿cuál es?
ya me colgué contigo
¿me desbundé mucho?
capaz que estoy marcando
capaz que te estoy dando una masa de
[aquellas...
perdoná si te hago la cabeza
pero sabelo
estoy harto de transas
posta que me tenés loco, re-loco, tri-loco,
[multi-loco
poesía I
14
me fi surás
me dejás fl ashando
capaz que algún día te venís conmigo
¡chau, estaría de más!
¡estaría de fi esta!
juntaríamos alguna moneda
nos iríamos a escaviar un tinto por áhi
a fumamos ese fi nito en la rambla, en una
[mansa
de última...
¡más bien que te quiero!
¿más fi rme?
toy re-metido
toy mutando
toy al palo
me tenés hecho paté
fl aca, el sábado hay tambores
yo qué sé...
si pinta...
si estás afín... ¿sacás?
te invito a fumar una seca por el barrio
si te cabe, estoy en el lugar de siempre
dale, prendete
decime que sale
¿sale?
¿sale?
¡arriba!
poesía I
CONSPIRACIÓN
Los sapos conspiran para adueñarse de la
[noche
Yo colaboro con tres puntas de cigarrillo
dos tapitas oxidadas
cuatro o cinco páginas de europeos muer-
[tos
Los sapos piden más, más, más
Adjunto una navaja rota
una caja de fósforos sin fósforos
tres botones
(uno negro, uno verde, uno dorado)
Los sapos fornican y saltan y revuelven la
[cacerola
me cuentan que hace falta literatura que
[hable de elefantes
del montón de niñas azules que se enamo-
[ran del otoño y escriben poesía con dedos
temblorosos
y si esto es poesía, ¿dónde entonces los
[cantos de los pájaros?
Yo digo
mi vecino come cascarudos y pasto y polen-
[ta y azucaradas ciruelas verdes
1515
Jorge Alfonso, datos que importan:
Nace en: 1976, Montevideo.
Vive en: Montevideo.
Publicaciones:
Cacareos poéticos y poemas de amor
misóginos. 2007 (Edición artesanal)
Porrovideo (cuentos) 2008
Cuentos llenos de abrojos. 2009 (pre-
mio fondos concursables del Ministe-
rio de Cultura).
mi vecina saca la cabeza entre una reja y
[llora
Yo digo
nada de entrar a la vida suavemente
no somos el canto de los pájaros
somos el canto de los pájeros
Y el complot avanza
Faltarían dos corazones de cigarra y la caí-
[da de todos los imperios
Faltarían mil líneas para las caras de felici-
[dad del Tato y de Javier
de cuando afanaron esa cubierta y la ven-
[dieron para ver a Darnauchans
Poesía entonces los elefantes
y la cara de felicidad del Tato
y la cara de felicidad de Javier
y Darnauchans
poesía los sapos y el complot
y poesía el canto de los pájeros
Poesía nuestro bendito canto de nosotros
[los pájeros
16
hank alláCharles Bukowski: el tuerto en el país de los ciegos
“Norman, a pocos escritores les
gustan las obras de otros escrito-
res. Sólo les gustan cuando están
muertos, o si llevan mucho tiempo
muertos. A los escritores sólo les
gusta olisquear sus propios zuru-
llos. Yo soy uno de ésos. A mí ni
siquiera me gusta hablar con escri-
tores, mirarles, o —peor todavía—
escucharles. Y lo peor es beber con
ellos; se babean de arriba abajo,
son realmente patéticos, parece
que anden buscando el ala protec-
tora de su madre. Prefi ero pensar
en la muerte que en escritores.
Mucho más agradable.”
Charles Bukowski, El capitán salio a co-
mer y los marineros tomaron el barco.
poesía II
17
Podría aburrir a los lectores de esta ¿revista? con datos biográfi cos concernientes al
escritor que nos compete del tipo “nació en Alemania, Andernach en 1920 y…”, pero dicha
caracterización se puede conseguir en cualquier Wikipedia del cybercafé más cercano, así
que mejor dejo escrita en sus pupilas esta evocación, de delirio automático, acerca de un
hombre lo sufi cientemente loco para vivir con las bestias. En estilo posmoderno como es
gusto de nuestro jefe de redacción.
Se secó la cara, la porosa cara, la cara como papel de lija agrietado, como el cemento
partido de las calles de Los Ángeles en días de sol conduciendo al hipódromo, escuchando
música clásica en la radio, tal vez Malher o Brahms. Se sentó contra el respaldo de la silla,
era un buen respaldo, sí señor, estaba desnudo y divertido de ver como sus huevos se
balanceaban como un columpio. Los huevos no deberían balancearse así, tal vez debería
ir a un médico pero en realidad no importaba, lo que importaba era escribir, escribir como
un condenado, aporrear la maquina de escribir como si fuera un piano tocado como un
instrumento de percusión, escribir aunque los dedos sangren un poco. Abrió una cerveza,
se la bebió de un solo sorbo, ahora la maquina tenía combustible y, lo más importante,
estaba sola, funcionando en una esquina de esa habitación. La máquina destellaba luces
amarillas y rojas y traía un vendaval furioso, todos los recuerdos juntos como agua sucia
cayendo desde una canilla abierta y estrellándose contra el suelo. Un remolino de camas
de pensión, de prostitutas de medias rotas, de años vagando de trabajo en trabajo alimen-
tando esa otra máquina que es el yo, mientras hay un espacio que se cierra y el tiempo nos
arrastra. Hank reía y sus palabras se materializaban en el ambiente y la máquina aturdía
con sonidos de otras décadas, con poesía inconformista y que formalmente haría arrancar-
se los pelos a más de un preciosista de la lengua.
Después de ver 1000 conchas, todas se parecen, una trinchera rosada llena de agua
barrosa y así se ve el sexo sin ningún miedo, como una función más, como cagar y coger,
como las tres funciones esenciales de las que los dadaístas hablaban. Y de todas estas
cosas Bukowski se explayaba con placer, en los vericuetos de la tinta en el papel él narraba
la pequeña vida del obrero que vuelve a casa y golpea a su mujer, de los boxeadores que
nunca llegaron a la gran pelea, de conversaciones en bares y quilombos, temas que pare-
17
poesía II
18
cían triviales y sin ningún interés en una época de guerra fría y espionaje internacional.
Temas que eran políticamente peligrosos y atacaban una cierta idea de “American Dream”
que unos señores en las sombras intentaban vender. Temas cotidianos pero cuya coti-
dianeidad cimentaba la ciudad en que Charles vivía. Para escribir hay que escribir acerca
de lo que se vio y vivió a través de cada poro ¿Qué obra no es autobiográfi ca? ¿Que obra
es escrita desde el vacío? No existe tal cosa y todos nos movemos por vidas miserables,
cumpliendo las pequeñas tareas de los días y las horas, que nos hagan infelices o felices
poco da, esas son solo etiquetas para catalogar lo inevitable, el pasaje del tiempo y la
acumulación de experiencia y recuerdos en los huesos del cerebro los cuales raramente
se mueven y cambian.
En esos recuerdos retrató a Estados Unidos, Estados Unidos como un Moloch perverso,
un salón de baile repleto de trampas para osos y hay que saber bailar para salir airoso. El
baile de Charles era no dar concesiones, es ser uno mismo en todo momento, es bailar
frente a la doña muerte, es brindar por todos los perros viejos que pelearon antes que él:
Hamsun, Dostoyevski, Hemingway, Céline, Ezra Pound, Villon y otros escritores, sus verda-
deros padres, las únicas almas compañeras alejadas en muchos casos por siglos y miles de
kilómetros y fronteras. Verdaderos sabuesos de carnes y hueso, incorruptibles al ofi cio de
la letra y la palabra. Bukowski fue uno de ellos, alguien que se decía llamar conformista y
no conformista al mismo tiempo, alguien al que le interesaba más la carrera de caballos
del martes que el posible estallido de una bomba atómica y esa era su forma de que la
máquina, su máquina, su única maquina importante, siguiera funcionando, siempre pe-
leando a la contra.
Nicolás Grandiroli
poesía II
19
poemasYou
you're a beast, she said
your big white belly
and those hairy feet.
you never cut your nails
and you have fat hands
paws like a cat
your bright red nose
and the biggest balls
I've ever seen.
you shoot sperm like a
whale shoots water out of the
hole in its back.
beast beast beast,
she kissed me,
what do you want for
breakfast?
Tú
eres una bestia, me dijo ella
con tu blanca panza
y esos pies peludos.
nunca te cortas las uñas
y tienes manos regordetas
zarpas como de gato
tu nariz colorada y brillante
y los huevos más grandes
que he visto.
arrojas esperma como una
ballena arroja agua por
el agujero de su espalda.
bestia bestia bestia,
ella me besa,
Qué quieres para el
desayuno?
Traducción de Lucía Manríquez Montoya.
poesía II
20
face of a political candidate on a
street billboard
there he is:
not too many hangovers
not too many fi ghts with women
not too many fl at tires
never a thought of suicide
not more than three toothaches
never missed a meal
never in jail
never in love
7 pairs of shoes
a son in college
a car one year old
insurance policies
a very green lawn
garbage cans with tight lids
he'll be elected.
el rostro de un candidato político
en una valla publicitaria
ahí está:
no demasiadas resacas
no demasiadas peleas con mujeres
no demasiados neumáticos desinfl ados
nunca pensó en el suicidio
no más de tres dolores de muelas
nunca se salteó una comida
nunca estuvo encarcelado
nunca estuvo enamorado
7 pares de zapatos
un hijo en la universidad
un coche que no tiene más que un año
pólizas de seguros
un césped muy verde
cubos de basura con tapas herméticas
seguro que le eligen.
Traducción de Lucía Manríquez Montoya.
poesía II
21
The souls of dead animals
after the slaughterhouse
there was a bar around the corner
and I sat in there
and watched the sun go down
through the window,
a window that overlooked a lot
full of tall dry weeds.
I never showered with the boys at the
plant
after work
so I smelled of sweat and
blood.
the smell of sweat lessens after a
while
but the blood-smell begins to fulminate
and gain power.
I smoked cigarettes and drank beer
until I felt good enough to
board the bus
with the souls of all those dead
animals riding with
me;
heads would turn slightly
women would rise and move away from
me.
Las almas de los animales muertos
después del matadero
había un bar a la vuelta de la esquina
y yo me sentaba ahí
y miraba cómo se ponía el sol
a través de la ventana,
una ventana que daba a un baldío
lleno de pasto seco.
yo nunca me bañaba con los muchachos de la
planta
después del trabajo
así que olía siempre a sudor y
sangre.
el olor del sudor disminuye
al rato
pero el olor de la sangre empieza a fulminar
y gana poder.
fumaba y tomaba cerveza
hasta que me sentía bien como para
subir al colectivo
con las almas de todos eso animales
muertos viajando
conmigo.
las cabezas se daban vuelta lentamente
las mujeres se cambiaban de asiento lejos de
mí.
poesía II
22
when I got off the bus
I only had a block to walk
and one stairway up to my
room
where I'd turn on my radio and
light a cigarette
and nobody minded me
at all.
For Jane
225 days under grass
and you know more than I.
they have long taken your blood,
you are a dry stick in a basket.
is this how it works?
in this room
the hours of love
still make shadows.
when you left
you took almost
everything.
I kneel in the nights
before tigers
that will not let me be.
cuando me bajaba del colectivo
tenía que caminar nada más que una cuadra
y subir una escalera hasta mí
habitación
y nadie se preocupaba por mí
en absoluto.
Para jane
225 días bajo la hierba
y ya me conoces mejor que yo mismo.
ellos se han llevado tu sangre,
eres un palo seco en una canasta.
¿es así como funciona?
en este cuarto
las horas de amor
aún hacen sombras
cuando te fuiste
te llevaste casi
todo
me arrodillo en las noches
ante tigres
que no me dejarán ser.
Del libro "Charles Bukowski 1", antología poética bilingüe argentina,
editora AC, selección y traducción de Federico Ludueña.
poesía II
23
what you were
will not happen again.
the tigers have found me
and I do not care.
lo que fuiste
no volverá a suceder.
los tigres me han encontrado
y no me importa,
version de Lucía Manríquez Montoya
Todas las traducciones fueron corregidas
por Nicolás Grandiroli
poesía II
24
En la literatura del norteamericano Thomas Pynchon pode-
mos encontrar las más variadas conspiraciones de todo tipo.
En La Subasta del Lote 49 podemos encontrar un histórico co-
rreo privado (Thurn and Taxis y Trystero) que lucha, en la Nor-
teamérica del sesenta, contra el monopolio del correo público,
con todo un pasado en la historia de la oligarquía europea, con
revoluciones, escisiones y demás vicisitudes. La empresa Thurn and Taxis real-
mente existió, y esta es una de las características de la literatura de Pynchon:
mezclar hechos reales con hechos fi cticios.
También podemos encontrar un protagonista que no tiene muchas ganas de hacer su
trabajo de inteligencia en la Segunda Guerra Mundial (El Arco Iris de la Gravedad) y se
encuentra con bombas V2 que caen sobre Londres, donde él trabaja. De pequeño, ese
mismo muchacho había caído en un experimento con un científi co pavloviano (sí, pe-
rros y todo eso) que trabajaba en ciertos estudios relativos a las bombas para los nazis o
aliados, y a un plástico experimental. El protagonista de esta novela, entonces, atraviesa
los últimos días de la Segunda Guerra dando vueltas por la Europa devastada, buscando
respuestas que no tiene muchas ganas de encontrar, tampoco.
En Vineland, por otro lado, encontramos una ex-hippie que trabajaba para el gobierno
de los EEUU. En los reajustes de la administración de Ronald Reagan, un agente del FBI
que era su ex amante, pierde su trabajo y, desde ese momento, va en contra de ella y
paranoia y conspiraciones
Thomas Pynchon
esto no lo dije yo
25
la busca, aunque no se sabe para qué. Esta trama está tamizada con hechos históricos
comprobables, con muchas dosis de sexo y, estructuralmente, con muchas partes donde
se abandona la prosa y se pasa al verso (en canciones, sea de Rock o del género de la
época).
Normalmente, hay un personaje que es el que carga con el peso de la búsqueda pro-
piamente dicha y se va encontrando con otros personajes, casi siempre muy estrafalarios,
que le dan claves o despistan la trama, para llegar, de esa manera, al fi nal de libro (no así
al fi nal de la conspiración paranoide). Estos personajes muchas veces tienen un gran peso
propio y podemos leer largos párrafos, o capítulos enteros, de sus soliloquios acerca de lo
que los ha llevado hasta ese lugar de la trama. Van y vienen como entes independientes
de la historia, aparecen de repente en el primer capítulo y pueden desaparecer hasta el
fi nal de la novela, donde reaparecen, sin mucha explicación. En este momento recuerdo
que en El Arco Iris de la Gravedad hay un grupo de argentinos anarquistas en Suiza, que es-
taban en Europa intentando robar un submarino, y que citaban, como inspiración, ciertos
pasajes del Martín Fierro en los cuales, según ellos, se demostraba el anarquismo en Her-
nández, mucho más que en Bakunin. Este grupo de argentinos aparece en una parte del
segundo capítulo y vuelven a aparecer casi al fi nal, sin mucha parsimonia ni explicación.
Porque así van las cosas en las novelas de Pynchon. Los personajes aparecen y des-
aparecen, casi como en una emulación de la conspiración que siguen. Las cosas no son
siempre lo que parecen y los datos desdoblan y aparecen de golpe. Hay tanta información
como personajes y muchas veces es muy difícil seguir el ritmo.
Thomas Pynchon es uno de los dos autores norteamericanos actuales de los que se
sabe poco y nada. El otro caso es J.D. Salinger, el otro gran huraño; pero de éste se cono-
cen fotografías e inclusive en una época no era un recluso. Por otra parte, su estética y
narrativa nada tienen que ver con el autor que nos atañe.
De Pynchon-persona, se sabe poco y nada. Se dice que hizo el servicio militar en la
Armada de los EEUU, que estudió en la Universidad de Cornell (mencionada varias veces
en su libro La Subasta del Lote 49), que en esa Universidad asistió a cursos con el escritor
Nabokov, quien a su vez dice no recordarlo en sus clases. También se dice que trabajó para
esto no lo dije yo
26
la Boeing. Es casi como si Pynchon pudiera
ser un personaje escondido de su propia
novela.
Cuando este autor decide ser un ente
anónimo, está participando de su propia
novela conspirativa. Sus fanáticos tienen
foros donde discuten sus argumentos y sus
próximas novelas y comparten datos sobre
el autor. Pynchon decidió el anonimato y,
de esta manera, el ente Pynchon-persona
ha dejado paso al ente Pynchon-personaje.
Es como si asistiéramos a la búsqueda de
este autor en una de sus novelas. Encon-
tramos pistas, sus libros, con sus dislates
paranoicos y, por otro lado, los medios, nos
van informando cada tanto sobre alguna
actividad profesional suya. Todo lo que sabemos de este Pynchon-persona puede real-
mente que sea sólo una creación del Pynchon-autor; todo lo que nos dice sobre su perso-
na realmente es el Pynchon- personaje.
Así tenemos que todo puede ser fi cción, todo lo que sabemos sobre este autor (persona-
personaje) puede que sea falso. No conocemos más que unas fotos de cuando estaba en
la marina de los EEUU y sólo escuchamos su voz en un par de capítulos de The Simpsons.
Es casi como una fabricación de su Pynchon-personaje. ¿Por parte de quién? Tal vez por el
mismo Pynchon-persona, o quizá (así me gusta pensarlo a mí) por el Pynchon-personaje.
Aunque siempre en términos de Pynchon-autor.
¿Qué nos queda? Sus novelas. Son las pistas que nos va dejando, donde no debe haber
nada sobre su persona. Tenemos los libros donde sus principales protagonistas van detrás
de algún misterio-conspiración, siempre con toques de humor y sexo bizarro. ¿Y qué tal
si éste es su último misterio conspirativo, el verdadero yo de Pynchon? Él es otra novela,
esto no lo dije yo
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la no-escrita; pero, desde su reclusión, en su escape de la vida pública, ha creado un mito
mucho más grande que el de cualquier otro autor actual. Él mismo es parte de su fi cción
y una tan interesante como sus novelas. Es otra parte de la conspiración o la paranoia,
porque, acaso, no tiene sentido que un autor que escribe novelas basadas mayormente en
conspiraciones, situaciones paranoicas, fantasía; no dé la cara.
El Pynchon-persona no existe, el Pynchon-personaje se mezcla con el Pynchon-autor;
pero no nos consta que realmente un Pynchon exista. Por más que tengamos en nuestras
manos sus pesadas novelas (El Arco iris de la Gravedad y Mason & Dixon tienen más de mil
páginas cada una) no podemos llegar a decir que esta persona realmente exista. Y de ser
así, ¿cuáles son nuestras confi rmaciones?
Sólo sabemos que existe un Pynchon-Personaje (que incluye al Pynchon-autor) pero más
allá de eso, no sabemos realmente nada. Y ya que estamos en esta onda, y como Esto no lo
dije yo, vamos a seguir siendo paranoicos:
Proverbio para paranoicos 3: Si ellos logran que hagas las preguntas equivoca-
das, no tienen que preocuparse por las respuestas.
Thomas Pynchon – El arco iris de la Gravedad.
Gastón Paolini (Argentina)
Obra de Thomas Pynchon publicada:
· V. (V.) 1963. Novela.
· La Subasta del Lote 49. (The Crying of lot 49; Leído) 1966. Novela.
· El Arco Iris de la Gravedad. (Gravity´s Rainbow; Leído) 1973. Novela.
· Lento Aprendizaje. (Slow Learner). 1984. Cuentos Cortos.
· Vineland. (Vineland; Leído). 1990. Novela.
· Mason & Dixon. (Mason & Dixon). 1997. Novela.
· Contra el día. (Against the day). 2006. Novela.
esto no lo dije yo
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La primera vez que vi a Hablan por la Espalda fue en un toque realizado en DOS, un día
gélido similar a los que están por venir, cuando aún pesaba sobre la banda un abyecto boi-
cot que los había prácticamente obligado a exiliarse en otros circuitos de difusión. Como
es costumbre en una ciudad como la nuestra, la leyenda negra que caía sobre la banda
terminó –al menos en materia de difusión- haciendo de sus defectos una virtud, convir-
tiendo a Hablan por la Espalda en un pequeño organismo que se iba alimentando e hiper-
trofi ando en el boca a boca. “Estan re locos esos pibes, el tipo se desbola en escenario”/
“A Fermín en una gira en Alemania casi lo meten en cana por un supuesto abuso sexual”
/ “Te recomiendo que te mantengas lejos del escenario, me dijeron que suelen escupir y
mear hacia fuera”. En fi n, un ladrillo más en el inabarcable fresco de la mitología roquera,
como podía ser los Stooges, GG Allin –con más fi ereza y muchísimo menos contenido que
los primeros-, o, remitiéndonos a lo local, Motosierra.
Aquella primera vez, había acudido a tal show, por así decirlo, movido por un interés más
antropológico que musical. Prácticamente no había escuchado nada, tan sólo el videoclip
de la sucia e imponente “El pecado”, y unos pocos temas escuchados en el destartalado
MP4 de un amigo de facultad. Recuerdo haber llegado en el mismo momento que salía la
banda, escabulléndome entre las pocas personas que había en el sitio para hacerme una
imagen más clara de lo que todos presenciaban. Un pelado barbudo con una parca que era
como una confección híbrida entre una túnica del Ku Klux Klan y el pijama de un cafi olo
milonguero presentaba a los integrantes como si fueran luchadores entrando al ring. Un
hombre gallo a la guitarra, un tipo de melena curiosamente apodado “el pelado” aposta-
do tras un paquidérmico órgano Hammond y Fermín, con la campera de cuero como un
destartalado chaleco antibalas, recorriendo el escenario con saltitos de gorrión, tal como
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Los nuevos atletashablanhablanporporlaespalda
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lo ritualizan los boxeadores antes de la pelea. El hombre gallo lanzó su zarpazo
sobre las seis cuerdas. Fermín gritó “It’s just the beast and the way I am”. Y ahí
comenzó todo. Posiblemente aquel toque prácticamente olvidado en DOS se convir-
tió en una de las experiencias estéticas más importantes que viví como espectador.
Con bandas como Buenos Muchachos, había llegado a sentir auténtica fascinación, un
sentimiento oceánico, como si en ciertos climax de canciones como Plasticol o Coral #
5 uno se sumergiera en el fondo del mar, viendo desde las profundidades a la tormenta
agitándose en la superfi cie. Con Hablan por la Espalda la experiencia era radicalmente
distinta, la banda se lanzaba anfetamínicamente sobre Thunder Vendetta y aquello no se
sentía como aquel trance intrauterino, todo era demasiado real, era estar rascando en la
infl amada epidermis de la tormenta, en la superfi cie del agua, con los rayos arriba, las olas
a los costados y los tiburones debajo, luchando contra una corriente que te chupaba hacia
el borde del escenario, sin llegar a darte las brazadas para lograr escapar.
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Ya para entonces, Hablan por la Espalda había cambiado bastante de lo que era a sus ini-
cios. Fundada por Valentín Guerreros y los hermanos Solana, la banda de resentido nom-
bre dio sus primeros pasos en el circuito hardcore, con canciones inmediatas, de letras
expresionistas y de fuerte infl uencia nietzscheana, pero aún bastante circunscritas a la
exigencia del género. No tardó mucho tiempo para confi rmar algo que ha caracterizado a
HPLE: esa inquietud casi ontológica, una construcción y barrido sobre los cimientos perpe-
tuos e incansables, no sólo en su plantilla (tras varias formaciones, los únicos integrantes
originales son sus fundadores), sino también en lo musical. Tras tres discos editados en el
exterior (Le petit detail qui change tout, Hablan por la Espalda y el 7 pulgadas, A fi stful of
Rock), la banda publica Macumba, su primer disco editado en Uruguay, cuyo lanzamiento
es prácticamente inminente. En diez años la formación fue incorporando elementos y dis-
tintas infl uencias a sus raíces hardcore, creando un híbrido potente entre la urgencia de
dicho género y ciertos momentos crimsonianos (recordar las intrincadas guitarras de La
república, tema perteneciente al disco homónimo). Sin embargo, posiblemente el peque-
ño detalle que cambió todo se dio en la relectura e incorporación de elementos blueseros
a sus composiciones. Hablan por la Espalda forman parte de esa generación de pibes que
redescubrieron en las bateas apolilladas de Tristán Narvaja los discos de Días de blues,
fagocitándolos a su manera y desde sus propias infl uencias –como el caso de Cadáver
Exquisito, en donde se cruza el estilo guitarrístico nervioso y violento de Greg Ginn con
poderosas bases y riff s zeppelineros.
Pero Hablan por la Espalda siguen cabalgando las propias líneas de fuga que ellos abren.
En el último año, incluyeron a su formación a El faraón, interesante personaje que tras las
tumbadoras, dota a los temas de la banda de un aire latino y, por momentos, tribal. Pero
posiblemente el sonido más rastreable en la nueva producción de Hablan sea la música
de Fela Kuti, aquel irrepetible personaje de la música nigeriana, que logró convertirse en
el embajador, no sólo de la lucha por derechos civiles, sino del afrobeat, término autode-
nominado por él que recogía tanto elementos del jazz, como de los sonidos propiamente
africanos. Con estos beats repetidos al grado de un mantra, y con un swing que se retroa-
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limenta entre la percusión y los arreglos de órgano del Pelado Varela, curiosamente la
música de HPLE ha comenzado a hacer bailar, más que a poguear, aún así sin perder sus
momentos de desenfreno extático que tanto los caracterizan.
Ante tanto cambio, ciertos rasgos distintivos de la banda se siguen manteniendo, con
una aproximación –quizás una ética- casi deportiva hacia la música (no confundir con fut-
bolizada, mal de muchas bandas locales), con canciones para sudar y someterse a los lími-
tes de la resistencia física. Precisamente, lo deportivo no es una mera alegoría de quien
escribe, sino que es una suerte de leit motif, o gran metáfora, no sólo en las letras de
HPLE, sino en la misma imaginería y presentación de la banda, con Fermín constantemente
boxeando contra sus múltiples sombras expandidas caleidoscópicamente por las luces del
escenario. Después de todo, los grandes atletas de la actualidad no son más que los meros
sucedáneos de los antiguos gladiadores, esos seres que siempre estaban desafi ando los lí-
mites impuestos por los dioses. Hablan por la Espalda posiblemente seguirá acercándose
y rompiendo, con mayor o menor precisión dichos límites, pero con toda seguridad seguirá
siendo algo digno de escuchar y presenciar.
Agustín Acevedo Kanopa
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El mundo de los niños es de colores, defi nitivamente. Verán, soy madre de dos pequeñas
niñas de cinco años; cuando ellas dibujan lo hacen sin pensar en los detalles engorrosos
que solemos ver los adultos.
Cuando México se quedó en alerta máxima por cuestiones de la fi ebre porcina, y ningún
niño podía salir de casa ni siquiera a jugar al parque hubo necesidad de idear formas de
distracción.
Debo confesar que, por cuestiones de trabajo, les dedico poco tiempo; así que cuando
me corresponde estar con ellas mi tiempo es oro. La Ciudad de México que es de regular
bulliciosa y acelerada, de pronto se vio callada por el cerco sanitario. ¿Cómo explicar a las
bambinas, entonces, que los juegos en la jardinera estaban suspendidos, que el colegio no
daba clases? y que al menos en dos semanas no verían a sus amiguitos…
Debo confesar que los dos primeros días me cayeron tal y como el efecto debía ser-
lo: sorpresa y alarma. No quería que ni un "atchu" de catarro se colara por las ventanas.
Paranoica como debe ser una madre, revisaba la temperatura de las niñas a todas horas,
cuidaba que se asearan las manos cada veinte minutos y que no dejaran de usar el cubre-
bocas. "No se asomen a la ventana", les decía, una primavera muy calurosa, en la que el
paro de mi esposo por primera vez me caía de maravilla para atender a las niñas. Así llegó
el sábado y las pequeñas como siempre estaban felices de que yo estuviera a cargo. Hay
que dibujar, les dije después del almuerzo. "Pero ¿qué dibujamos?", decían aburridas y
acaloradas.
“No lo sé, dibujen un cordero”, les dije emulando la sugerencia de "El principito", al
aviador en la novela de Saint Exupery.
panorama:Otra mirada a la gripe porcina
panorama
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De pronto mis labores caseras me hicieron olvidar la pequeña sugerencia. Mientras tan-
to, yo limpiaba como una de esas personas con trastornos obsesivos compulsivos. Cuando
un niño está en silencio, decía mi abuela, es que seguramente está haciendo una trave-
sura. Me llamó la atención que de pronto ya no se oían las niñas platicando en la sala. Me
asomé para buscarlas y las pude ver. Tan altas como su pequeña estatura da, ahí las dos
paraditas dibujando una granja completa en la ¡pared!
"Mamá, mira, ven a ver..." No sólo dibujamos un cordero, sino también vacas, y chanchi-
tos (cerdos). No soy de las que reprimen un acto así, total al día siguiente se lava esa pared
y ya. Lo que me llamó la atención, es que tuvieron la gracia de poner cubrebocas a toda
aquella fauna, y colorear indistintamente sin ton ni son. “¿Por qué no podemos salir?”,
decían refunfuñando.
“Entonces vamos a pintar toda la casa”, protestaron.
¡¡¡Claro!!!, cómo no se me ocurrió antes... y me puse a pintar con ellas. Llenamos aquella
pared de dibujos y colores, más colores.
Por un momento olvidé que afuera era todo gris.
Verónica Miranda
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blogósfera
http://soloveonucas.blogspot.com
J. Pablo Díaz, 22 años, poeta argentino, autor
de Despojos, libro que editó de forma inde-
pendiente, tiene un blog en el que de forma
limpia, sencilla, pero nunca inadvertida, deja
su poesía como si dejara caer algo imprescin-
dible que esperara ser recogido y atesorado.
Con una estética cuidada, Díaz le da importan-
cia a las imágenes (fotográfi cas en su mayoría)
que ilustran sus textos y crean un ambien-
te especial, pero no opacan los poemas
que acompañan.
Estos poemas, que nos pasean casi de manera
infantil por las estaciones, la naturaleza y de
forma explícita por el cuerpo (el propio, el aje-
no, lo interno y lo externo) aparecen con una
periodicidad espaciada pero se hacen esperar.
Encontrándole lo bello a lo bizarro
http://www.fotolog.com/sisima
Imagen y texto entrelazados de forma poéti-
ca. La autora mexicana los combina haciéndo-
le honor al título de este espacio, poniendo
palabras que ilustran cuestiones bizarras de la
cotidianeidad o que, en esa mezcla de imagen
y poesía, generan un ambiente dicotómico y
bizarro.blog
ósfe
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Zaidenwerg
http://zaidenwerg.blogspot.com/
Ezequiel Zaidenwerg dedica su blog a las tra-
ducciones de poesía. Con una vasta lista de
poetas llevados al castellano, le imprime un
toque personal y regional a las traducciones e in-
cluye, cada tanto, traducciones hechas por otros.
Es un blog sencillo de leer, con listas ordena-
das de las traducciones, que principalmente son
de poesía, pero que incluyen también canciones.
La cantidad de links que clasifi can los trabajos
anteriores contribuyen a un fácil acceso a la
información y a su vez, los links externos nos
abren muchas puertas para descubrir otros si-
tios relacionados.
Blog muy recomendable para aquellos que
gustan del mundo de la traducción o bien para
quienes simplemente quieran leer a conocidos
poetas en versiones no solo correctas sino
especialísimas.
blog
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