Gregg Braden - Poder de La Profecia

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    PDER DE LA PROFECIA

    GREGG BRADEN

    Este libro fue pasado a formato digital para facilitar la difusin, y con el propsito deque as como usted lo recibi lo pueda hacer llegar a alguien ms. HERNN

    Para descargar de Internet:ELEVEN Biblioteca del Nuevo Tiempo

    Rosario Argentina

    Adherida a: Directorio Promineo: www.promineo.gq.nuLibros de Luz: http://librosdeluz.tripod.com

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    Ttulo original: The Isaiah Effect. Editor original: Harmony Books Traduccin: Alicia Snchez Millet

    Reservados todos los derechos. Queda rigurosamente prohibida, sin la autorizacin escrita de los titulares delCopyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproduccin parcial o total de esta obra porcualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografia y el tratamiento informtico, as como la distribucinde ejemplares mediante alquiler o prstamo pblicos.

    2000 by Gregg Braden de la traduccin: 2001 by Alicia Snchez Millet 2002 by EDICIONES URANO, 5. A.Aribau, 142, pral. - 08036 Barcelonawww mundourano.comwww.edicionesurano.com

    ISBN: 84-7953-489-3 Depsito legal: B. 4.996 - 2002

    Composicin-compaginacin: Autoedici FD, S.L.Muntaner, 217 08036 BarcelonaImpreso por Romany Valls, S. A. - Verdaguer, 1 - 08786 Capellades (Barcelona)

    Impreso en Espaa - Printed in Spain

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    El efecto Isaas

    La ciencia cuntica sugiere la existencia de muchos futuros posibles para cada momento de nuestra vida.Cada futuro se encuentra en un estado latente hasta que lo despertamos gracias a las elecciones querealizamos en el presente.

    Un rollo de dos mil aos de antigedad con un texto escrito por el profeta Isaas describe precisamentedichas posibilidades en un lenguaje que tan slo estamos empezando a comprender. Adems de compartir susvisiones de nuestro tiempo, Isaas describi la ciencia de cmo elegir qu futuro experimentar.

    Cada vez que lo hacemos, experimentamos el efecto Isaas.

    Las antiguas tradiciones nos recuerdan que hemos venido a este mundo por una razn que est porencima de cualquier otra. Estamos aqu para amar y hallar un amor an mayor que trasciende cualquier otraforma de amor conocida por los ngeles celestiales.

    Este libro est dedicado a nuestra bsqueda del amor y al recuerdo de nuestro poder para traer el Cielo ala Tierra.

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    ndice

    Comienzos

    Introduccin

    1 VIVIR EN LOS DAS DE LA PROFECA

    La historia apunta al presente

    PALABRAS PERDIDAS DE UN PUEBLO OLVIDADO

    Ms all de la ciencia, de la religin y de los milagros

    3. LAS PROFECAS

    Visiones silenciosas de un futuro olvidado

    4. OLAS, ROS Y CAMINOS

    La fsica del tiempo y de la profeca

    EL EFECTO ISAAS

    El misterio de la montaa

    6 ENCUENTRO CON EL ABAD

    Los esenios en el Tbet

    EL LENGUAJE DE DIOS

    La ciencia perdida de la oracin y de la profeca

    8 LA CIENCIA DEL SER HUMANO

    Secretos de la oracin y de la sanacin

    9 SANAR LOS CORAZONES, SANAR LAS NACIONES

    Volver a escribir nuestro futuro en los das de la profeca

    Finales

    Notas

    Agradecimientos

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    Comienzos

    Escuch con atencin lo que deca la voz de la radio para asegurarme de que lo haba odo bien. Noestaba familiarizado con el salpicadero de la nueva furgoneta que haba alquilado haca slo unos das y losindicadores luminosos me resultaban extraos. Torpemente manej el control de volumen de la radio paraahogar el rugido de un incesante viento de costado que era el preludio de una tormenta de invierno visibledesde la puesta del sol. Hasta donde poda divisar desde la carretera nacional, slo se insinuaba el reflejo deluces distantes en las nubes bajas que tena por encima. Al estirarme para ajustar el espejo retrovisor, mis ojos

    siguieron el asfalto que acabbamos de recorrer hasta desaparecer en la oscuridad que nos rodeaba. No habaningn resplandor de luces delanteras que anunciara la llegada de algn otro coche. Estbamos solos,completamente solos, en esa autopista del norte de Colorado. Al mismo tiempo me preguntaba cuntaspersonas, en sus hogares o coches, estaran oyendo lo que yo estaba escuchando de boca del locutor.

    El moderador estaba entrevistando a un invitado, le peda que compartiera su visin del final del presentemilenio y del nacimiento del siglo xxi. Al invitado, un respetado escritor y educador, se le solicit que expresaraqu futuro vea para la humanidad en los prximos dos o tres aos. La radio crepit brevemente mientras suspalabras describan un futuro inmediato inestable. Con autoridad y seguridad, habl de su visin de uninevitable colapso finisecular de las tecnologas globales, especialmente de las basadas en la informtica.Mientras desarrollaba el escenario del peor de los casos, emerga un futuro donde los elementos bsicos de lavida escasearan, o quiz se agotaran, durante meses o aos. Cit limitaciones en el abastecimiento deelectricidad, agua, gas natural, comida, y la prdida de las comunicaciones como los primeros signos de ladisolucin de los Gobiernos locales y nacionales. El invitado sigui especulando sobre una poca en nuestro

    previsible futuro en que las leyes nacionales quedaran suspendidas y se habra de imponer la ley marcial paramantener el orden. Adems de esas temibles condiciones, cit la creciente amenaza de enfermedadesincontrolables y la posibilidad de una tercera guerra mundial con armas de destruccin masiva, todo lo cualconducira a la prdida de casi dos tercios de la poblacin mundial, aproximadamente cuatro mil millones depersonas, en un plazo de tres aos.

    Por cierto que anteriormente ya haba escuchado este tipo de presagios. Desde las visiones de losprofetas bblicos hasta las profecas de Nostradamus y Edgar Cayce, en los siglos xvi y xx respectivamente, elaumento del nivel del mar, la formacin de grandes mares interiores y catastrficos terremotos han sido temasconstantes en las predicciones para el cierre del segundo milenio. Esa noche hubo algo diferente. Quiz fueraporque me senta solo en la autopista. Quiz porque saba que haba muchas otras personas que estabanescuchando el mismo mensaje, la autoritaria voz de un invitado invisible que llegaba hasta sus hogares,oficinas y automviles. Me encontr inmerso en una gama de experiencias que variaban desde intensossentimientos de desesperanza y lgrimas de profunda tristeza hasta brotes de ira y rabia igualmentepoderosos.

    No!, empec a gritar. No, no tiene por qu ser como lo describes! Nuestro futuro todava no hallegado. Todava se est formando y an estamos eligiendo el resultado.

    Tras subir a la cumbre de una colina, empec a descender hacia un valle y se perdi la recepcin. Laltima parte de la entrevista que escuch era que el invitado aconsejaba a las personas que huyeran hacia lasmontaas y que se prepararan para la larga espera. Para aquellos que vivan sumidos en la pobreza, almargen de la sociedad o inconscientes de los acontecimientos que estaban dando forma a nuestro futuro, elinvitado les dio un consejo compuesto por cuatro palabras: Que Dios los ayude!. Aunque las voces de laradio se distorsionaban y desaparecan, el impacto de sus palabras permaneca.

    Traigo aqu esta historia porque la perspectiva que se transmiti a travs de las ondas de radio esa nochefue precisamente eso: una perspectiva, no una seguridad sobre lo que nos espera en el futuro. Adems dedescribir escenas de tragedia y desesperacin, los antiguos profetas previeron futuros igualmente viables de

    paz, cooperacin y de gran salud para los habitantes de la Tierra. En unos extraos manuscritos con ms dedos mil aos de antigedad, dejaron los secretos de una ciencia perdida que nos permite trascender lasprofecas catastrficas, las predicciones y los grandes retos de la vida. A simple vista, la ciencia que haycodificada en esos peculiares documentos puede sonar a ficcin, o al menos al tema de una pelcula futurista.Contemplados con los ojos de la fsica del siglo xx, sin embargo, los principios que contienen estos antiguostextos aclaran y ofrecen nuevas posibilidades sobre nuestra funcin en la direccin del rumbo de este momentoen la historia. Los desgastados fragmentos de estos textos describen una ciencia perdida que tiene el poder deacabar con todas las guerras, enfermedades y sufrimientos; iniciar una era de paz y cooperacin sinprecedentes entre Gobiernos y naciones; hacer que los fenmenos climticos destructivos sean inofensivos;aportar una curacin definitiva para nuestros cuerpos, y redefinir las antiguas profecas de devastacin ycatastrficas prdidas humanas.

    Los ltimos desarrollos en la fsica cuntica apoyan precisamente tales principios y aportan nueva

    credibilidad al papel de la oracin masiva y a las antiguas profecas. Vi por primera vez los indicios de estasabidura de poder en las traducciones de los textos arameos escritos unos quinientos aos antes de la eracristiana. Los mismos textos afirmaban que durante el siglo I de nuestra era escritos de tradiciones secretasfueron transportados desde la tierra natal de sus autores en Oriente Prximo hasta las montaas de Asia para

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    Mientras la ciencia moderna sigue verificando la relacin entre los mundos interior y exterior, es cada vezms probable que un puente olvidado vincule el mundo de nuestras oraciones con el de nuestra experiencia.Quizs este vnculo represente lo mejor que toda esa ciencia, religin y mstica puede ofrecer, llevado hastaniveles nuevos que nunca antes nos hubieran parecido posibles. La belleza de esa tecnologa interior estribaen que se basa en las cualidades humanas que ya poseemos. Se nos invita a que sencillamente recordemos,en la comodidad de nuestros propios hogares y sin que exista expresin externa cientfica o filosfica. Alhacerlo transmitimos, a nuestras familias, comunidades y seres queridos, el poder de un mensaje de vida yesperanza que procede de tiempos inmemoriales. Los profetas que nos vieron en sus sueos, nos recuerdanque, al honrar a toda forma de vida, estamos consiguiendo nada ms y nada menos que la supervivencia denuestra especie y garantizar el futuro del nico hogar que conocemos.

    GREGG BRADENNorte de Nuevo Mxico

    Enero de 1999

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    Introduccin

    Es posible que exista una ciencia perdida que nos ayude a trascender temas como la guerra, ladestruccin y el sufrimiento predichos hace tanto tiempo para nuestra poca actual? Cabe la posibilidad deque en alguna parte de las neblinas de nuestra antigua memoria colectiva hubiera tenido lugar algnacontecimiento que provocara un vaco en nuestra comprensin sobre cmo relacionarnos con nuestro mundoy entre nosotros? De ser as, sera posible que, de salvar ese obstculo, se pudieran evitar las grandestragedias a las que se ha de enfrentar la humanidad? Textos de dos mil quinientos aos de antigedad, as

    como la ciencia moderna, sugieren que la respuesta a estas preguntas y a otras similares es un rotundo s!. Adems, en el lenguaje de sus tiempos, los que vivieron antes que nosotros nos recuerdan dos poderosastcnicas que estn en relacin directa con nuestra vida actual. La primera es la ciencia d la profeca, que nospermite ser testigos de las consecuencias futuras de nuestras elecciones del presente. La segunda es lasofisticada tcnica de la oracin, que nos permite elegir qu profeca futura vamos a vivir.

    Los secretos de nuestras ciencias perdidas parecen haber sido abiertamente compartidos por sociedadesy tradiciones antiguas. Los ltimos vestigios de esta poderosa sabidura en la tradicin occidental se perdieronal desaparecer textos muy valiosos en el siglo iv. Fue en el ao 325, cuando los elementos clave de nuestraantigua herencia fueron apartados de la poblacin general y quedaron relegados a las tradiciones esotricas deescuelas de misterio, a sacerdotes de elite y a las rdenes sagradas. A los ojos de la ciencia moderna, lasrecientes traducciones de textos como los manuscritos del mar Muerto y las bibliotecas gnsticas de Egipto hanabierto las puertas a aquellas posibilidades que se dejaban entrever en los cuentos populares y de hadasantiguos y han supuesto un nuevo despertar para las mismas. Ahora, despus de dos mil aos de haber sidoescritos, podemos ratificar el poder de una fuerza que mora en nuestro interior, un poder muy real que tiene lacapacidad de acabar con el sufrimiento y traer paz duradera al mundo.

    Los autores antiguos nos legaron su poderoso mensaje de esperanza descrito con las palabras de sutiempo. Las visiones del profeta Isaas, por ejemplo, fueron registradas ms de quinientos aos antes delnacimiento de Cristo. El rollo de Isaas, el nico manuscrito descubierto intacto entre los manuscritos del marMuerto en 1946, desplegado y montado sobre un cilindro vertical, est expuesto en el Santuario del Museo delLibro de Jerusaln. La exposicin, considerada como insustituible, est protegida por un sistema diseado paraque la estancia se convierta en una cmara acorazada sellada con puertas de acero a fin de conservar el rollopara las generaciones futuras, en el supuesto de que se produjera un ataque nuclear. La antigedad del rollode Isaas, su integridad y el propio texto ofrecen una oportunidad nica para considerarlo como representativode las muchas profecas proferidas para nuestro tiempo. Aparte de los detalles de los acontecimientosconcretos, la visin generalizada de las antiguas predicciones revela el trasfondo de un tema comn. En todas

    las visiones de nuestro futuro, las profecas siguen un patrn claro: descripciones de catstrofes,inmediatamente seguidas de una visin de vida, dicha y esperanza.

    En el manuscrito conocido ms antiguo de este tipo, Isaas comienza su visin de posibles futuros, con ladescripcin de una poca de destruccin global de una magnitud nunca vista. Describe su ominoso momentocomo una poca en que enteramente arruinada quedar la Tierra, totalmente devastada (Is. 24,3).' Su visinde una poca que an haba de llegar se parece mucho a las descripciones de muchas otras profecas dedistintas tradiciones, incluidas las de los nativos americanos hopi y navajo, as como las de los mayas deMxico y Guatemala.

    Sin embargo, en los versos que vienen a continuacin de la descripcin de devastacin de Isaas, suvisin cambia espectacularmente a un escenario de paz y salud: Porque las aguas rebosarn en el desierto,arroyos en la estepa... Y la ardiente arena se convertir en estanque, y el sequedal en manantiales de agua(Is. 35, 6-7). Adems, Isaas dice que en aquel tiempo los sordos oirn las palabras del libro, y los ojos de losciegos vern desde la oscuridad y sin tinieblas (ib., 29,18).

    Durante casi veinticinco siglos, los eruditos han interpretado principalmente estas visiones como unadescripcin de acontecimientos que se esperaba que ocurrieran justamente en el orden en que son descritosen el rollo de Isaas: en primer lugar la tribulacin de la destruccin, seguida de una etapa de paz y salud. Esposible que estas visiones de otros tiempos tuvieran otro significado? Podran las introspecciones de losprofetas reflejar las habilidades de expertos maestros que se introducan entre los mundos de posibles futurosy registraban sus experiencias para las generaciones futuras? De ser as, los detalles de sus viajes podranofrecernos importantes claves para descifrar un tiempo que est por llegar.

    Los antiguos profetas, al igual que las creencias de los fsicos del siglo 'xx, vieron el tiempo y el curso denuestra historia como una senda que puede recorrerse en dos direcciones: hacia atrs as como hacia delante.Reconocieron que sus visiones tan slo reflejaban posibilidades para un momento dado en el tiempo, ms queacontecimientos que sucederan con toda certeza, y cada posibilidad se basaba en las condiciones existentesen el momento de la profeca. Cuando estas cambiaran, el cambio se vera reflejado en el resultado de cada

    profeca. Una visin de guerra de un profeta, por ejemplo, se poda ver como un futuro seguro slo si no sepona fin a las circunstancias sociales, polticas y militares en el momento de la profeca.

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    Esta misma lnea de razonamiento nos recuerda que, cambiando nuestra forma de actuar en el presente-aunque, a veces, ello suponga slo un pequeo cambio-, podemos cambiar todo el curso de nuestro futuro.Este principio se aplica tanto a circunstancias individuales, como la salud y las relaciones, como al bienestargeneral del mundo. En el caso de una guerra, la ciencia de la profeca puede permitir a un visionario proyectarsu visin a un tiempo futuro y alertar a las personas de su tiempo de las consecuencias de sus acciones. Dehecho, muchas profecas van acompaadas de reiteradas splicas de cambio en un intento de evitar quesuceda lo que los profetas han visto.

    Las visiones profticas de posibilidades lejanas a menudo nos recuerdan la analoga de los caminos

    paralelos, sendas posibles que se introducen tanto en el futuro como en el pasado. De tanto en tanto los cursosde los caminos parecen desviarse, haciendo que uno se acerque a su vecino. Es en estos puntos donde losantiguos profetas crean que los velos entre los mundos eran muy finos. Cuanto ms finos estos, ms fcil eraelegir nuevas vas para el futuro, saltando de un camino a otro.

    Los cientficos modernos se toman muy en serio estas posibilidades, y han creado nombres para estosacontecimientos, as como para los lugares donde los mundos se conectan. Mediante expresiones comoondas del tiempo, resultados cunticos y puntos de eleccin, profecas como las de Isaas adquierenpoderosos y nuevos significados. En lugar de ser pronsticos de acontecimientos que se prevn para un da enel futuro, son destellos de las posibles consecuencias de las decisiones que tomamos en el presente. Talesdescripciones suelen recordarnos un gran simulador csmico, que nos permite ser testigos de los efectos denuestras acciones a largo plazo.

    Sorprendentemente, a semejanza de los principios cunticos que sugieren que el tiempo es una coleccinde resultados maleables y diversos, Isaas la un paso ms, recordndonos que las posibilidades de nuestro

    futuro vienen determinadas por elecciones colectivas realizadas en el presente. Al compartir muchos individuosuna opcin comn, amplan el efecto y aceleran el resultado. Algunos de los ejemplos ms claros de esteprincipio cuntico pueden observarse en las oraciones masivas para que se produzcan milagros; de pronto sesalta de una situacin futura a experimentar otra. A principios de los ochenta, los efectos de la oracin con unafinalidad fueron documentados mediante experimentos controlados en zonas urbanas con un alto ndice decriminalidad.2'3 A travs de estos estudios, el efecto localizado de la oracin ha sido muy bien documentado enpublicaciones para todos los pblicos. Pueden aplicarse los mismos principios a zonas ms amplias, quizs aescala global?

    El viernes 13 de noviembre de 1998, se puso en prctica una oracin masiva en todo el mundo, como unaopcin para la paz en una poca en que haba una escalada de tensin poltica en muchas partes del mundo.Concretamente, ese da era la fecha lmite impuesta a Iraq para cumplir con las exigencias de las NacionesUnidas respecto a las inspecciones de armamento. Tras meses de negociaciones sin xito para acceder a loslugares clave, las naciones de Occidente haban dejado claro que el incumplimiento por parte de Iraq daracomo resultado una campaa de bombardeo masivo y extensivo diseado para destruir las zonas donde sesospechaba que guardaban armamento. Semejante campaa habra producido, sin duda alguna, una granprdida de vidas humanas, tanto de civiles como de militares.

    Una comunidad global de varios cientos de miles de personas conectadas mediante la World Wide Web,opt por la paz en una oracin masiva cuidadosamente sincronizada en momentos precisos de esa tarde.Durante el tiempo de oracin, tuvo lugar un acontecimiento que muchos consideran un milagro. A treintaminutos del ataque areo, el presidente de Estados Unidos, tras recibir una carta de los oficiales iraquesdiciendo que iban a cooperar con las solicitadas inspecciones de armamento, dio la inslita orden al ejrcitoestadounidense de deponer las armas, el trmino militar para suspender una misin.4

    Las probabilidades de que este hecho sucediera fortuitamente en el mismo marco de tiempo en que seestaba llevando a cabo la oracin mundial son mnimas. Los escpticos han visto la sincroncidad que hubo eneste ejemplo como una casualidad. Sin embargo, dado que se han visto anteriormente resultados similares

    en acontecimientos ocurridos en Iraq, en Estados Unidos y en Irlanda del Norte, el creciente aumento depruebas sugiere que el efecto de la oracin masiva es ms que una coincidencia. Las pruebas, que confirmanun principio descubierto en textos centenarios, sencillamente afirman que la eleccin de muchas personas,concentradas de una forma especfica, tiene un efecto directo y constatable sobre nuestra calidad de vida.

    Aunque tales cambios parezcan inexplicables por medios ordinarios, los principios cunticos los tienen enconsideracin como productos de la fuerza interior de una eleccin colectiva o de un grupo. Quiz la perdidaciencia de la oracin, oculta en las antiguas tradiciones hasta que nuestro pensamiento actual pudierareconocerla, ofrezca una forma de accin para evitar la enfermedad, la destruccin, la guerra y la mortandadprofetizada para nuestro futuro. Nuestras elecciones individuales se funden en nuestra respuesta colectiva parael presente, con implicaciones que pueden ir desde unos pocos das hasta muchas generaciones en el. futuro.Ahora disponemos del lenguaje para introducir este poderoso mensaje de esperanza y posibilidad en todos losmomentos de nuestra vida. Aunque todo el alcance de las ms oscuras visiones de Isaas todava ha de llegar,cada vez hay ms cientficos, filsofos e investigadores que creen que estamos presenciando el preludio demuchos de los acontecimientos que l predijo para nuestro tiempo. Podran las antiguas claves como el rollode Isaas haber sobrevivido dos mil aos con un mensaje tan poderoso que no pudiera ser reconocido hastaque se comprendiera mejor la naturaleza de nuestro mundo? Nuestra disposicin para permitir dicha

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    posibilidad podra convertirse en nuestro mapa de carreteras para evitar el sufrimiento pronosticado por todauna serie de visiones sobre nuestro futuro.

    Y vi un nuevo cielo y una nueva tierra...

    Escuch una voz que deca:

    No habr ms muerte,- ni sufrimiento, ni llanto

    porque todo esto ya ha pasado

    LIBRO ESENIO DE LAS REVELACIONES

    (APOCALIPSIS DE SAN JUAN, 21,1.4)

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    LA HISTORIA APUNTA AL PRESENTE

    Por alguna razn aquel hombre llam mi atencin mientras yo atravesaba el pasillo que estaba despusde los aseos y los telfonos. Poda haber sido su obra artstica expuesta en las paredes. Quiz sus joyas, quesobresalan modestamente de la artesanal caja de fieltro. Sin embargo, lo ms probable es que fueran los tresnios que le rodeaban. Al no tener hijos propios, con los aos he mejorado al calcular las edades de los quepertenecen a otras personas. El mayor tendra unos ocho aos. Al ver a los ms jvenes, quiz habra dosaos de diferencia entre uno y otro. Qu nios ms preciosos!, pens para m mientras dejaba atrs su

    exposicin en el vestbulo del restaurante.Acababa de terminar una cena con unos amigos, que habamos pospuesto en varias ocasiones y que por

    fin esta vez pudimos disfrutar en una pequea ciudad al lado del mar, al norte de San Francisco. Preocupadopor la preparacin de un taller que tendra lugar durante los tres das siguientes, era consciente de que habaestado algo distante en la cena. Desde mi ventajosa situacin en un extremo de la mesa, las conversacionesparecan estarse produciendo a mi alrededor. Me haba sentido como un observador, mientras el resto delgrupo rpidamente haba formado parejas para entablar las tpicas conversaciones de ponerse al da en loreferente a situacin profesional, romances y planes para el futuro. Recuerdo haberme preguntado si laeleccin de mi asiento haba sido intencionada, si era mi forma de evitar la participacin directa sin dejar dedisfrutar de la presencia de viejos amigos conversando. Ms de una vez me di cuenta de que estaba mirandopor las enormes ventanas de cristal que se encontraban a medio camino entre donde yo estaba sentado y elmuelle bajo el cual suba la marca. Mi mente estaba enfocada en la presentacin que tena que hacer al dasiguiente por la tarde. Qu dira en la presentacin? Cmo invitara a participantes de tan distintasprocedencias y creencias a seguirme en el antiguo mensaje de esperanza respecto a este momento en lahistoria?

    -Eh! Cmo te va? -me dijo el hombre de los nios y de las joyas mientras yo caminaba hacia l. Elinesperado saludo de un extrao me traslad al presente. Sonre y mov la cabeza.

    -Estupendamente -respond, sin tan siquiera pensar-. Parece que tienes unos buenos ayudantes -le dijesealando a sus tres hijos.

    El hombre se ri, y cuando me detuve ante l, de pronto empezamos a hablar sobre sus joyas, del trabajoartstico de su esposa y de sus cuatro hijos.

    -Fui la comadrona de todos mis hijos -me explic-. Mis ojos fueron los primeros que vieron cuandollegaron a este mundo. Mis manos fueron las primeras que tocaron sus cuerpos. -Sus ojos brillaban mientrasdescriba cmo haba crecido su familia. En cuestin de minutos, este hombre al que no haba visto en mi vidaempez a describirme el milagro del nacimiento que l y su esposa haban experimentado cuatro veces juntos.Enseguida me conmovi la confianza y sinceridad de su voz mientras comparta los detalles ntimos de cadaparto.

    Es fcil traer un hijo a este mundo -me dijo.

    Es fcil para ti decirlo -pens yo-. Qu dira tu mujer si le preguntara cul fue su experiencia al tener loshijos?

    Justo cuando estaba pensando esto, apareci una mujer desde el fondo del pasillo. Al momento supe queellos estaban juntos. Eran una de esas parejas que parecen como si uno formara parte del otro. Ella se dirigi anosotros y sonri amablemente mientras

    pasaba el brazo alrededor de su esposo. Habra pasado de largo de su exposicin en el pasillo de nohaber sido porque me par a hablar con su esposo. Aun sabiendo de antemano la respuesta a la pregunta quele iba a hacer, yo habl primero.

    -Eres la madre de estos hermosos nios?El orgullo que reflejaban sus ojos respondi antes que las palabras que salieron de sus labios.

    -S, lo soy -respondi ella-. Soy la madre de los cinco.

    Con la gran sonrisa que surge del privilegio de compartir la vida con otra persona, se ri y apunt con eldedo a su marido en el brazo. Lo capt inmediatamente. Se estaba refiriendo a l como al quinto hijo. Ellasostena en brazos al cuarto, el ms pequeo, un nio de quiz dos aos de edad. Cuando empez a moverse,su madre lo coloc de pie en el suelo de baldosas de la entrada del restaurante. El nio camin hacia su padre,que lo cogi en brazos con un solo movimiento y lo meci en el ngulo de su brazo. El pequeo se senterguido mirando directamente a los ojos de su padre y permaneci as durante el resto de la conversacin. Evi-dentemente era algo que haban hecho muchas otras veces.

    -De modo que es fcil tener un hijo -le dije como recordatorio de donde habamos dejado la conversacinantes de la aparicin de su esposa.

    -Por lo general -respondi l-, cuando estn listos no hay gran cosa que los detenga. Sencillamente salendisparados!

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    Con su hijo pequeo todava en brazos, el hombre se agach un poco para imitar a un atleta atrapandouna pelota o un beb entre sus brazos.

    Todos nos remos y l y su esposa se miraron. De pronto un aire de silencio invadi a la pareja y a sushijos. De vez en cuando alguien pasaba por en medio justo en el momento preciso, cuando estaban a punto desalir las palabras justas que avivaran nuestros recuerdos y despertaran las posibilidades que yacen latentesen el interior de todos nosotros. Creo que, en planos que trascienden el habla, todos funcionamos de estemodo. En la inocencia de lo inesperado, se produce un momento mgico. Supe que ese era uno de esosmomentos.

    El hombre me mir directamente. La expresin de su cara y el sentimiento que brotaba de mi corazn medecan que cualquier cosa que fuera a pasar era la razn de que estuviramos all reunidos en ese momento.

    -Por lo general, no hay problemas -prosigui el hombre-. Aunque, de vez en cuando, pasa algo. Algo vamal.

    Mirando al pequeo que tena entre sus brazos, el hombre estrech al nio todava ms, mientrasalcanzaba y apartaba su pelo de la frente con sus dedos. Por un instante, los dos se miraron directamente a losojos. Me sent honrado por su capacidad de compartir su amor sin hacer que me sintiera un mero espectador.Me estaban dejando participar de su momento.

    -Esto es lo que nos pas con l -continu-. Tuvimos algunos problemas con Josh. -Yo escuchabaatentamente mientras l prosegua-. Todo iba bien, justo como deba. Mi esposa haba roto aguas y su partoavanzaba hasta que nos encontramos con nuestro cuarto parto en casa. Josh se encontraba en el conductocervical cuando de pronto todo se detuvo. Sencillamente el parto se interrumpi. Saba que algo no iba bien.

    Por alguna razn, record un manual de operaciones policiales que haba ledo aos antes. Haba un captulosobre partos de urgencia y haba una seccin dedicada a las posibles complicaciones. Mi mente repas esaseccin. No es curioso cmo parece acudir a la mente aquello que necesitamos en el momento adecuado?-Lanz una carcajada nerviosa mientras su esposa se le acercaba. Ella pas su brazo alrededor de su esposoy de su hijo menor; yo saba que ellos compartan una experiencia que los haba unido a los tres mediante unraro vnculo de proximidad y asombro.

    El manual deca que, en algunas ocasiones, el beb durante el parto poda quedarse atascado contra larabadilla de la madre. Unas veces es la cabeza, otras el hombro lo que queda calzado. Llegar hasta dentro yliberar al feto es un proceso relativamente sencillo. Esto es justo lo que pensaba que le estaba sucediendo aJosh.

    Introduje mis dedos en el cuello uterino de mi esposa, y entonces sucedi algo absolutamentesorprendente. Palp su rabadilla, mov mi mano un poco hacia arriba y not con toda certeza que era elomplato de Josh el que se haba encallado en el coccis. Justo cuando iba a moverle, sent un movimiento. Almomento comprend lo que estaba sucediendo. Era la mano de Josh. Estaba estirndola en direccin al coccispara liberarse l mismo! Cuando su brazo roz mi mano, tuve una experiencia que creo que muy pocos padreshan tenido. -En ese punto de la conversacin ya estbamos todos llorando.

    -La historia todava no ha terminado -dijo la esposa dulcemente-. Sigue, cuntale el resto -le susurr a suesposo animndole.

    -Ahora llego a esa parte. -Sonri mientras se secaba las lgrimas con las manos-. Cuando su brazorozaba mi mano, Josh dej de moverse, slo durante un par de segundos. Creo que estaba intentadocomprender lo que haba encontrado. Entonces volv a sentirle. Esta vez no estaba alargando la mano paraliberarse de la rabadilla de su madre. Esta vez me la estaba dando a m! Sent su manita moverse entre misdedos. Al principio su tacto era inseguro, como si estuviera explorando. En cuestin de segundos me agarrabacon fuerza. Sent a mi hijo todava nonato extenderme su mano y entrelazar sus dedos entre los mosconfiadamente, como si me conociera! En ese momento supe que a Josh no le pasara nada. Los tres juntos

    trabajamos para traer a Josh a este mundo y aqu est hoy.Todos miramos al pequeo que estaba en los brazos de su padre. Al notar que todas las miradas se

    posaban sobre l, Josh ocult su cara en el hombro de su padre.

    -Todava es un poco tmido -dijo el hombre riendo.

    -Ahora entiendo por qu est tan apegado a ti -dije yo-. Los dos comparts algo muy grande.

    Nos miramos los unos a los otros a travs de las lgrimas que haban brotado de nuestros ojos. Recuerdoel sentimiento de reverencia y asombro, y quizs un poco de sorpresa, ante la intensidad de lo queacabbamos de compartir. Todos nos remos, aliviando el desconcierto del momento sin detractarnos del poderde lo que habamos compartido. Tras unas pocas palabras ms y muchos clidos abrazos, nos dimos lasbuenas noches.

    No volv a ver a la familia. Ahora, casi tres aos despus, sigo sin saber sus nombres. Lo que permanecees su historia, su apertura y voluntad de compartir un momento ntimo de sus vidas. Su sinceridad haba tocado

    algo muy antiguo y profundo dentro de m. Aunque haca menos de veinte minutos que nos conocamos, lostres habamos creado un poderoso recuerdo que yo compartira muchas veces durante los meses siguientes.Fue uno de esos momentos en los que no se necesitan explicaciones. Ni siquiera lo intentamos.

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    Una conocida frase en las enseanzas de Hermes Trismegisto, considerado como el padre de la alquimia,sugiere que las experiencias de nuestras vidas cotidianas, como el nacimiento, son reflejos de acontecimientosque ocurren a una escala mucho mayor en el cosmos. Con elocuente simplicidad, el principio afirma: Comoarriba, as abajo. La teora del caos, un estudio especializado de matemticas, lleva la explicacin un pasoms lejos, al sugerir que nuestras experiencias tambin son hologrficas. En un mundo hologrfico, laexperiencia de un elemento es reflejada por todos los dems elementos a travs de todo el sistema. En elgrado en que nuestro cosmos funciona de esta manera, el principio tambin puede ser aplicado a unaexperiencia mucho ms cercana a nosotros: la relacin entre nuestros cuerpos y la Tierra. Mientras la familiaque estaba de pie conmigo comparta los recuerdos del nacimiento de su hijo menor, descubr que estabapensando en el principio de Hermes. De pronto, la historia de Josh abrindose paso hacia nuestro mundo seconvirti en una poderosa analoga de nuestro planeta dando a luz a un nuevo mundo. Las similitudes sonincontestables.

    Si pudiramos imaginarnos, aunque slo fuera por un momento, a nosotros mismos viniendo a la Tierradesde un mundo en que el milagro del nacimiento fuera desconocido, la historia de Josh supondra una nuevaperspectiva para los acontecimientos de nuestro tiempo. Presenciar la vida que llega a este mundo es, sin dudaalguna, una experiencia mgica. Sin embargo, saber cul va a ser el resultado del parto de algn modo debecambiar nuestros sentimientos en cuanto a la experiencia. Cmo sera nuestra perspectiva si noconociramos el resultado? Qu pasara si viramos el proceso del nacimiento sin el privilegio de comprenderque se ha invitado a una nueva vida a nuestro entorno?

    Empezaramos por ver a una mujer que padece tremendos dolores. Su rostro hace muecas sincronizadascon los gritos del parto. Sangre y fluidos que brotan de su cuerpo. En efecto, presenciar la llegada de una

    nueva vida sera como presenciar los mismos sntomas que acompaan la prdida de la misma. Cmopodramos saber por los sntomas exteriores de dolor que se trata de un nacimiento? Es posible que hagamoslas mismas conjeturas al contemplar el nacimiento de una nueva tierra que hara alguien que estuvierapresenciando un parto humano y desconociera lo que est viendo? Este es justamente el escenario que lasantiguas tradiciones sugieren que se est manifestando; somos testigos del nacimiento cclico de un nuevomundo. En las visiones profticas del evangelio de san Mateo, el autor utiliza el nacimiento como una metforapara describir los acontecimientos que la gente de nuestro tiempo espera ver: Habr hambrunas y terremotosen diversas partes. Pero todo esto no es ms que el comienzo de los dolores del parto (Mt. 24,7-8).'

    Durante el ltimo cuarto del siglo xx, los cientficos documentaron unos hechos nicos que parece que nose puedan comparar con nada. Desde las regiones ms profundas de la Tierra hasta los lmites de nuestrouniverso conocido, hay instrumentos que graban acontecimientos que sobrepasan en fuerza y duracin lasanteriores mediciones, a veces por muchos rdenes de magnitud. En otoo de 1997, empezaron a correr por laWorld Wide Web, revistas y otros medios, informes sobre cambios catastrficos en la Tierra y en la sociedad.

    Los artculos describan una variedad de acontecimientos que iban desde los mega terremotos, aumento en elnivel del mar y colisiones cercanas con asteroides, hasta poderosos nuevos virus y la ruptura de la frgil paz deOriente Prximo, todos ellos con el potencial de causar estragos y destruccin. Muchos de los artculosdescriben fenmenos que concuerdan con las predicciones visionarias de hace miles de aos para esta pocade la historia. Tanto las profecas modernas como las antiguas sugieren que los acontecimientos de 1997marcaron el comienzo de un extrao perodo en el que se esperan cambios espectaculares.

    EL LENGUAJE DEL CAMBIOEra la segunda semana del mes de julio de 1998. Mi esposa y yo acabbamos de regresar de un largo

    viaje en el que habamos pasado tres semanas en el Tbet y cinco en el sur de Per. Juntos habamosrealizado viajes sagrados a algunos de los lugares ms prstinos y aislados de nuestro planeta. El propsito decada viaje era aportar pruebas claras e importantes de la existencia de una sabidura antigua perdida paraOccidente hace 1.700 aos. Al viajar a lugares remotos donde las tradiciones se haban conservado durante

    cientos de generaciones, tuvimos la oportunidad de hablar con aquellos que hoy en da todava viven lasprcticas. En lugar de especular sobre la validez de los descoloridos textos o traducir los idiomas olvidados delas paredes de los templos, hablamos directamente con los monjes, chamanes y monjas de esas regionesmediante guas, intrpretes y nuestras propias habilidades lingsticas, hicimos preguntas especficas respectoa las prcticas que tuvimos el privilegio de contemplar.

    Aunque veamos las noticias en las grandes ciudades siempre que podamos, Melissa y yo estuvimosprcticamente desconectados del mundo exterior durante la mayor parte de nuestro viaje. Entr en midespacho justo cuando el fax empezaba a pitar anunciando la llegada de un- mensaje. Ya haba una cascadade papel enrollado que caa al suelo. Me preguntaba qu mensaje poda ser tan urgente como para darnos labienvenida en nuestro primer da de vuelta.

    Tras dejar que las primeras pginas salieran del aparato, las recog y empec a ojear los papeles. Habapginas y pginas de informacin recopilada de una serie de instituciones cientficas desde la AdministracinNacional de Aeronutica y del Espacio (NASA) y del Departamento de Inspeccin Geolgica de Estados

    Unidos hasta las principales universidades y servicios de noticias. Todas las pginas estaban repletas detablas, grficos y estadsticas que documentaban los acontecimientos inusuales que se haban producido en

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    LA HISTORIA APUNTA AL PRESENTE

    Estaba en un breve comps de espera cuando escuch la voz del tcnico por el auricular del telfono.

    -Empezaremos el programa dentro de tres minutos, en una emisora de Idaho, a las 20.30 horas -dijo l.

    Siempre me he sentido cmodo en la radio. Sin embargo, sent una familiar sensacin de emocin que merecorri todo el cuerpo cuando o la voz del hombre. Saba que en las tres horas siguientes cualquier cosa quedijera sera escuchada por otras emisoras de todo el pas que retransmitiran el programa. Durante meses, aveces aos, se me mencionara por algunas de las afirmaciones que hiciera esa noche. Al mismo tiempo, sabaque el mensaje de esperanza que iba a transmitir en la entrevista ofrecera una nueva perspectiva a los oyen-tes. Hice una respiracin profunda para concentrarme y estar preparado. Era un programa en directo y por lotanto no haba habido ensayos. Lo primero que pens fue: Cul ser la primera pregunta?.

    Como si me hubiera ledo el pensamiento, el tcnico volvi de pronto a la lnea.

    -Nos gustara comenzar evocando tu optimismo. Ante tantas predicciones de catica destruccin para elfinal del milenio, por qu eres tan positivo respecto al futuro del mundo?

    -Bueno -respond-. Veo que vamos a empezar por las preguntas fciles. Nos remos juntos, liberando deeste modo las tensiones de los minutos anteriores. Momentos despus la voz del anfitrin del programa inicila entrevista en directo. Rpidamente nuestra conversacin hizo que las personas que llamaban preguntarancules eran los retos que se podan esperar en la transicin de final de milenio y entrada en el siglo xxi. Aunquelas palabras variaban, haba un tema comn en todas las preguntas: la preocupacin sobre cmo afectaran loscambios destructivos a la poblacin humana. Algunas voces temblaban al compartir visiones culturales ypersonales para el final de siglo. Un anciano amerindio de una tribu que no mencion, describi unos cambiosterrestres especficos que sus antepasados haban dicho que marcaran los ltimos de los tres grandestemblores sobre la Tierra. Estos incluan terremotos, alteraciones en los patrones climatolgicos y la cada deciertos tipos de gobierno. Segn la visin de su gente, los cambios profetizados ya haban comenzado.

    Escuch detenidamente. A mi entender, todas las personas que llamaban tenan razn respecto a laspredicciones y detallaban las profecas justo del modo en que yo tambin las haba escuchado. Pero, al mismotiempo, las historias eran incompletas. En las visiones de nuestros antepasados, la destruccin catastrfica erala nica posibilidad para nuestro futuro. Muchas profecas tambin indican otra posibilidad. Sin embargo, lasvisiones de futuros de felicidad y esperanza parece ser que han quedado en el olvido o perdidas por completo

    a medida que las profecas se transmitan de generacin en generacin.El programa se alarg hasta la madrugada del da siguiente. El moderador y yo fuimos recomponiendo uncontexto en el cual los extremos de los fenmenos naturales y sociales empezaban a cobrar sentido. Describuna serie de revelaciones recin descubiertas en los textos precristianos. Al verse apoyadas estas tradicionespor las investigaciones recientes, la razn de mi optimismo pronto qued clara. Mientras nuestros retos puedenparecer ms formidables cada da que transcurre, mi fe en nuestra capacidad colectiva para estar por encimade los acontecimientos que nos amenazan no ha hecho ms que fortalecerse.

    UNA VENTANA HACIA LOS MUNDOS INTERIORESPara muchos investigadores, los recientes extremos que se han producido en nuestro sistema solar, los

    patrones climticos, los cambios geofsicos y los patrones sociales no tienen un marco de referencia en losmodelos de comprensin occidentales. Su formacin les exige ver los sucesos anormales observados por laciencia como fenmenos discretos y no interrelacionados, como si fuesen misterios sin contexto. Las

    tradiciones antiguas e indgenas como las de los amerindios, los tibetanos y las comunidades de Qumrn aorillas del mar Muerto, ofrecen, sin embargo, un contexto que nos permite encontrar un sentido al aparentecaos de nuestro mundo. Estas enseanzas nos proporcionan una visin unificada de la creacin y nosrecuerdan, nada ms y nada menos, que nuestro cuerpo est compuesto por los mismos materiales que laTierra.

    Quiz los antiguos esenios, los misteriosos autores de los manuscritos del mar Muerto, nos ofrezcanalgunas de las visiones ms claras sobre nuestra relacin con el mundo y con las ciencias del tiempo y de laprofeca. Esos textos de 2.500 aos de antigedad, apoyados por las modernas investigaciones, sugieren quelos hechos que se observan en el mundo que nos rodea reflejan el desarrollo de creencias en nuestro interior.Algunos documentos del siglo iv que se conservan en la biblioteca del Vaticano, por ejemplo, nos ofrecendetalles sobre esta relacin y nos recuerdan que el espritu del Hijo del Hombre fue creado del espritu delPadre Celestial, y su cuerpo del cuerpo de la Madre. El Hombre es el Hijo de la Madre Terrenal, y de ella el Hijodel Hombre recibi su cuerpo. Eres uno con la madre terrenal; ella est en ti y t en ella... (las cursivas son

    mas).`Los esenios nos recuerdan, de la nica manera que conocan, una relacin que ahora la ciencia moderna

    nos ha confirmado. El aire de nuestros pulmones es el mismo que se desliza sobre los grandes ocanos y se

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    precipita a travs de los grandes pasos de montaa. El agua, que es la que compone el 98 por ciento de lasangre que corre por nuestras venas, es la misma que una vez fue parte de los grandes ocanos y los ros delas montaas. A travs de los escritos de otros tiempos, los esenios nos invitan a que nos veamos uno con laTierra, en vez de considerarnos como algo separado de ella. Desde esta visin del mundo tan antigua, se nospresentan dos preceptos clave que nos guan a travs de los mayores retos de la era moderna.

    En primer lugar, nos recuerda que los desequilibrios que se producen en nuestro planeta son reflejos denuestro estado interior.

    Estas tradiciones contemplan la precariedad de nuestro sistema inmunitario y la proliferacin cancerosa en

    nuestro cuerpo, por ejemplo, como la expresin interna de una ruptura colectiva que impide que el mundoexterior nos d vida.

    En segundo lugar, esta lnea de pensamiento nos invita a considerar los terremotos, las erupcionesvolcnicas y los patrones climticos como proyecciones del gran cambio que est teniendo lugar en laconciencia humana. Est claro que con semejante visin del mundo, la vida es mucho ms que una serie deexperiencias diarias que suceden al azar. Los acontecimientos que tienen lugar en el mundo son barmetrosvivientes de nuestro progreso en un viaje que empez hace mucho. Cuando miramos nuestras relacionesdentro de los parmetros de las sociedades y de la naturaleza, en realidad estamos siendo testigos de cambiosen nuestro interior. Estas perspectivas holistas sugieren que los cambios que se producen en el mundosuponen una oportunidad excepcional para evaluar las consecuencias de nuestras elecciones, creencias yvalores de un modo espectacular, como un mecanismo de interaccin (feedback), si es que se le puede llamaras. Una vez que reconocemos el mecanismo, despertamos a nuevas posibilidades de opciones inclusomayores en nuestra vida.

    Estas posibilidades de sanacin se han mantenido en secreto en las tradiciones tribales y en las profecasprecristianas durante cientos de generaciones. Ante los ojos de quienes han vivido antes que nosotros, nuestrocalendario parece estar intacto; ahora ha llegado el momento del gran cambio. Si el mundo exterior reflejarealmente nuestras creencias y valores, es posible terminar con el dolor y el sufrimiento en la Tierra sielegimos la compasin y el amor en nuestra vida? Las circunstancias actuales, de placas de hielo que sefunden, aumentando peligrosamente el nivel del mar, de aumento en todo el mundo de la actividad ssmica yde una tercera guerra mundial, slo estn en sus comienzos. Llevados a su mxima expresin, cada una deestas posibilidades puede ser considerada como una seria amenaza para la supervivencia de la humanidad.Nuestro mensaje de esperanza es que todava no se han materializado por completo. La clave para abordarestos acontecimientos se encuentra en el tiempo: cuanto antes reconozcamos nuestra relacin con el mundoque nos rodea, nuestras elecciones internas de paz pueden proyectarse como patrones climticos suaves, lasanacin de nuestras sociedades y la paz entre las naciones.

    Todava tenemos la prueba de una poderosa tecnologa, olvidada hace mucho tiempo, oculta en lasprofundidades de nuestra memoria colectiva. Cada da vemos la evidencia de nuestra tecnologa, basada enlos sentimientos, en la alegra de una nueva vida y un amor duradero, as como en las situaciones que nosalejan de la misma. Es esta ciencia interior la que nos capacita para trascender por medio de la gracia lasprofecas destructivas de tiempos futuros y los retos de la vida. En nuestra sabidura colectiva se encuentra laoportunidad de iniciar una nueva era de paz, unidad y cooperacin global sin precedentes en la historia de lahumanidad.

    LA PROFECA CUNTICA EN LOS DAS DE LA ESPERANZALa ciencia de la fsica cuntica, desarrollada a principios del siglo xx, aporta principios que hacen que el

    tiempo, la oracin y nuestro futuro estn ntimamente relacionados de modos que slo estamos empezando acomprender. Entre las fascinantes propiedades de la teora cuntica est la existencia de muchas posiblesconsecuencias para un momento dado en el tiempo. Si evocamos el pasaje bblico de en casa de mi Padre

    hay muchas mansiones, la casa de nuestro mundo es la sede de muchas de las posibles consecuencias delas situaciones que creamos en nuestras vidas. Ms que crear nuestra realidad, sera ms exacto decir quecreamos las situaciones a las que atraemos los futuros resultados, ya establecidos, a ocupar su puesto en elpresente.

    Las elecciones que realizamos como individuos determinan qu mansin, o posibilidad cuntica,experimentamos en nuestras vidas personales. A medida que nuestras elecciones individuales van cayendo enamplias categoras que afirman o niegan la vida en nuestro mundo, las mltiples opciones se fusionan en unasola respuesta colectiva a los retos del momento. Por ejemplo, si elegimos el perdn, la compasin y la paz,atraeremos futuros que reflejarn esas cualidades. La belleza de la analoga ya citada de Hermes Trismegistocomo arriba, as abajo, es que nos muestra el significado de cada eleccin que ha realizado cada hombre ycada mujer, de cualquier procedencia, en cada momento. En la ausencia de dinero o de privilegios, todas lasopciones tienen la misma fuerza y valor. Seguir nuestro curso por las posibilidades de la vida es un proceso degrupo. En el mundo cuntico no hay acciones ocultas, y cuenta cada accin de cada individuo. Nos

    encontramos en un mundo que creamos juntos.Ni las profecas antiguas ni las actuales pueden predecir nuestro futuro; en cada momento

    perfeccionamos nuestras elecciones! Aunque nos parezca estar en un camino destinado a un resultado

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    especfico, nuestro camino puede cambiar radicalmente para producir otro resultado totalmente inesperado (enun perodo de tan slo treinta minutos como en el ejemplo del bombardeo de Iraq). Las predicciones sloofrecen posibilidades. El fsico Richard Feynman, considerado por muchas personas como uno de los msgrandes innovadores del nuevo pensamiento desde Albert Einstein, hablaba precisamente de este punto clavede la profeca cuando dijo: No sabemos cmo predecir lo que suceder en un momento dado. Lo nico que sepuede predecir es la probabilidad de que sucedan distintos acontecimientos.14

    Quiz los pasajes con ms autoridad de nuestros perdidos textos precristianos hagan referencia a unaantigua ciencia conocida hoy en da como oracin. Considerada por muchos como la raz de toda tecnologa, la

    oracin, que es la unin del pensamiento, el sentimiento y la emocin, representa nuestra oportunidad dehablar el lenguaje del cambio en nuestro mundo y en nuestro cuerpo. Las palabras de otros tiempos nosrecuerdan el potencial que la oracin puede aportar a nuestras vidas. Las modernas investigaciones, con ellenguaje de nuestra propia ciencia, nos ofrecen las mismas visiones.

    A finales de los ochenta, el efecto de la oracin y la meditacin masiva se pudo documentar medianteestudios que se realizaron en algunas de las principales ciudades del mundo, donde se pudo medir eldescenso del ndice de criminalidad ante la presencia de continuas vigilias de paz realizadas por personaspreparadas para este fin.` Los estudios descartaron la posibilidad de la coincidencia ocasionada por losciclos naturales, los cambios en la poltica social o el cumplimiento de la ley. Mientras un estado de calma y depaz se creaba en el seno de los grupos de estudio, los efectos de sus esfuerzos se dejaron sentir mucho msall de las fronteras de las paredes y de los edificios donde tenan lugar. Mediante una red invisible que parecaimpregnar el sistema de creencias, las organizaciones y los estratos sociales de los barrios del centro de lasciudades, la eleccin de la paz por la que optaron unas cuantas personas alcanz a la vida de muchas. Haba

    un efecto directo claramente observable y mensurable en la conducta humana que estaba en correlacin conlos grupos que se haban centrado en la oracin y la meditacin.

    Se cre realmente el cambio gracias a aquellos que estaban centrados en la paz, o las vigilias de oracindemuestran otra posibilidad, con implicaciones aun mayores, hasta la fecha probadas slo en los laboratorios?Si las teoras cunticas mencionadas anteriormente estn en lo cierto, entonces por cada acto de delincuenciaobservado en una ciudad ya exista otra situacin en ese mismo momento: otra en la que no exista el delito.Los investigadores llaman a estas posibilidades superposiciones, pues parecen encubrir una realidad con elresultado de una nueva posibilidad. Existen ciertos tipos de plegaria que atraigan estas superposiciones aocupar el centro de nuestro presente? Para que esto fuera cierto en los experimentos mencionados, porejemplo, las situaciones de paz y de delincuencia tenan que existir en el mismo momento, mientras una deellas ceda el escenario a la otra. Pues, segn nuestra forma de pensar, es imposible que dos cosas compartanel mismo lugar a un mismo tiempo; o es posible?

    El mdico Jeffrey Satinover, en su reciente libro, Cracking the Bible Code, relata una investigacinrecentsima que plantea justamente esas posibilidades. En uno de estos estudios, dice Satinover, seregistraron dos tomos, con propiedades muy distintas, en un acto que desafiaba las leyes de la naturaleza, talcomo las entendemos hoy en da. Bajo las condiciones apropiadas, los dos tomos estaban ocupandoexactamente el mismo lugar en exactamente el mismo momento! 16 Antes de que estos estudios se hubieronverificado, semejante fenmeno se consideraba imposible. Ahora sabemos que no es as. Las situaciones quese produzcan en nuestro mundo, en cualquier momento dado en el tiempo, estn formadas por personas,mquinas, la Tierra y la naturaleza. En su plano ms elemental, estn formadas por tomos. Si dos de loscomponentes bsicos de nuestro mundo pueden coexistir en el mismo instante, entonces se ha abierto lapuerta para que muchos tomos hagan lo mismo, lo que implica que lo mismo sucede con los resultados. Ladiferencia puede ser simplemente de escala.

    Con nuestro refinado lenguaje de ciencia cuntica, disponemos del vocabulario para describir justamentecmo participamos en la determinacin de una situacin de nuestro futuro. Nuestros antepasados, al reconocer

    que las experiencias de nuestras vidas existan como acontecimientos situados en el curso del tiempo, nosrecuerdan que, para cambiar la naturaleza de las mismas, basta con escoger un nuevo rumbo. La diferenciaentre esta lnea de pensamiento y la idea de que creamos nuestra realidad manipulando la estructura de lacreacin es enorme, y, al mismo tiempo, extraordinariamente sutil.

    En vez de crear o imponer el cambio en nuestro mundo, quiz la antigua clave a la que se referan losmaestros del cambio pasivo en la historia fuera nuestra habilidad para cambiar de enfoque. Buda, Gandhi,Jess de Nazaret y aquellos que participaron en la oracin masiva del mes de noviembre de 1998, todosexperimentaron el efecto de ese cambio. La fsica cuntica sugiere que al dar una nueva direccin a nuestroenfoque -all donde ponemos nuestra atencin-, atraemos un nuevo curso de acontecimientos, a la vez queliberamos otro que ya no nos sirve.

    Puede que sea esto precisamente lo que ocurri esa tarde de noviembre en la campaa contra Iraq.Aunque en el pasado la fuerza militar nos sirviera para conseguir nuestras metas polticas, puede que hayamosllegado a un momento en que hemos superado tales tcticas. Por extrao que parezca, la antigua amenaza dedestruccin mutua entre potencias con un poder similar ha creado una de las eras de relativa paz ms largasque ha conocido nuestro mundo en los ltimos aos. De todos modos, algo cambi esa noche de noviembre.Con una voz unificada, nuestra familia global eligi concentrar su atencin en la superposicin de la paz, en

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    lugar de lograr la paz mediante una actuacin militar. Aunque los aproximadamente treinta pases queparticipaban en la oracin esa noche representaban slo una pequea fraccin de nuestro mundo, los efectosfueron muy poderosos. Esa noche, no se perdieron vidas en Iraq por los bombardeos. Podra ser que traerpaz a nuestras vidas fuera algo tan simple como concertar un esfuerzo unificado para concentramos en la pazcomo si esta ya existiera? Las antiguas tradiciones nos preguntan por qu complicamos las cosas.

    VOLVER A ESCRIBIR NUESTRO FUTUROLa membrana entre las posibilidades futuras puede ser tan fina que no podamos reconocer cundo hemos

    cruzado la barrera y nos hemos adentrado en un nuevo resultado. Por ejemplo, el repentino deseo de hacer

    ejercicio ms a menudo, comer de modo diferente o volver a comprometerse con una relacin que se tambaleasupone una nueva eleccin que rompe la estructura de un patrn actual y que promete un nuevo resultado.Aunque podamos sentir que la eleccin ha sido espontnea o natural, el cambio nos permite ahoraexperimentar una posibilidad de salud o de una relacin que en el pasado slo era un sueo. La oracin es ellenguaje que nos permite expresar nuestros sueos, hacerlos realidad en nuestras vidas. Y si nuestraselecciones fueran intencionadas?

    Ahora, quiz ms que en ningn otro momento en la historia de la humanidad, la eleccin est en nuestrasmanos. Una vez que hemos ledo las palabras, reconocido las posibilidades y expuesto nuevas ideas, nopodemos regresar a la inocencia del momento anterior. Ante lo que hemos visto, hemos de dar sentido anuestra experiencia. Podemos olvidar lo que se nos ha mostrado, alegando falta de pruebas o pocos datos, opodemos permitirnos abrazar oportunidad de una nueva vida. El momento en que reconciliamos cada nuevaposibilidad es el momento en que empieza la magia; el momento de nuestra eleccin.

    Mientras el mundo da a luz a una nueva Tierra, las mas terrestres, los patrones climticos, las placas dehielo y los cambios magnticos son testimonio de los cambios. A la luz de las ltimas investigaciones, cul esel potencial de aplicar la sabidura de te tos de 2.000 aos de antigedad a escala mundial, para responde alos retos del nuevo milenio con un resultado de sanacin, paz y suave transicin? La labor ya ha comenzadopuesto que la historia seala alpresente, a los ltimos das de la profeca.

    Me has dado a conocertus ms profundos misterios.

    LIBRO DE LOS HIMNOS,

    MANUSCRITOS DEL MAR MUERTO

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    Palabras perdidas de un pueblo olvidado

    Ms all de la ciencia, de la religin y de los milagros

    Haba sucedido muy deprisa. A veces el sentimiento que deja un acontecimiento dura ms que el propioacontecimiento. Ese era uno de esos casos. Rebobin la escena una y otra vez en mi mente. A cmara lentapoda congelar cada imagen. Con el aplomo y la sensacin del observador que est a salvo, estudi losdetalles en busca de una respuesta, algo en mi mundo conocido que diera sentido a lo que acababa depresenciar.

    Slo unos momentos antes, haba reparado en el anciano caballero mientras cruzaba el aparcamientopara dirigirme al restaurante a orillas del mar. Le haba visto con una mujer, que supuse que era su esposa,abrindose paso a travs de un pequeo grupo de gente para llegar a la acera de enfrente de la recepcin. Losdos haban traspasado las puertas batientes para adentrarse en el trrido y espeso aire de una noche deverano en la costa de Georgia. Su andador de acero inoxidable preceda cada uno de sus pasos, asegurndoleuna posicin estable desde la cual abordar el siguiente movimiento.

    De pronto cambi el ritmo. Inesperadamente haba llegado a una curva con un desnivel de unos 15centmetros respecto al nivel de la acera de la calle. Observ a cmara lenta cmo su andador se tambaleabacon incertidumbre, volcaba y se estrellaba contra el asfalto, todava caliente por el implacable sol del verano. Elhombre, agarrando con confianza las asas de su fiel aparato, cay encima de l. Yaca inconsciente. Como unobservador surrealista, permanec de pie en la calle sin moverme. En silencio. Observando. El viento parecaengaar a mis odos trayndome fragmentos de los aterradores gritos de su esposa. Socorro! Por favor, que

    alguien nos ayude! La fuerza de su voz traicionaba su frgil y delicado cuerpo.A los pocos segundos yo estaba a su lado. Sin embargo, a pesar de la rapidez con la que me mov, no fui

    el primero. En mi silenciosa observacin no me haba fijado en que hubiera alguien ms alrededor, ni que nadiese acercara. Haba otra mujer, ya arrodillada en el suelo al lado del hombre que se haba cado y le habacolocado la cabeza en su falda. Una hilera de sangre en forma de zigzag se dejaba ver en la base del crneo,justo debajo de la oreja. Ella le inclin suavemente la cabeza para localizar de dnde sala la sangre. A la luzde las tenues luces de la entrada del restaurante, pude ver los pliegues de su piel que se superponan entre sy ocultaban cualquier herida que pudiera estar provocando la hemorragia.

    La mujer separ cuidadosamente cada uno de ellos hasta que encontr la herida. La sangre adoptaba unextrao color con el resplandor del vapor de mercurio que desprenda la farola que tenamos encima. Alprincipio pareca otra capa de piel. Luego pude divisar una zona ms oscura, un profundo destello, mientrasseparaba el pliegue. Sin articular palabra, la mujer toc el tejido roto y empez a acariciar la herida como siestuviera acariciando a una mascota. Mir su cara. Tena los ojos cerrados mientras le inclinaba la cabeza endireccin al cielo. Al ver el incidente desde el restaurante, un grupo de personas se haban reunido a nuestroalrededor. Salvo por un susurro espordico de alguien que acababa de llegar, nadie dijo ni una palabra. Todo elgrupo permaneca de pie sin moverse y en silencio, como si se hubiera acordado una seal silenciosa.Posteriormente, esa misma tarde, algunos de los espectadores dijeron haber experimentado una especie desentimiento sagrado en aquel momento. Algunos llegaron incluso a sospechar que se estaba produciendo unacto sagrado.

    En conjunto, nos quedamos en trance ante lo que vimos. Al principio no estbamos seguros de lo quepasaba. Mientras nuestros sentidos sugeran una cosa, nuestra lgica dictaba otra. All, en el mal iluminadoaparcamiento de ese pequeo restaurante, presenci lo que la ciencia moderna hubiera calificado de milagro.Ante la mirada de doce testigos o ms, mientras la mujer acariciaba silenciosamente la herida en la carne delhombre, la herida empez a desaparecer. En cuestin de segundos su herida se haba cerrado sin dejarninguna huella de la cada que acababa de sufrir.

    Alguien en el restaurante haba llamado al telfono de urgencias y los paramdicos no tardaron en llegar.Cuando sus linternas anunciaban su llegada, el grupo se separ, para que los enfermeros accedieran alpequeo crculo donde el hombre todava estaba con la cabeza en la falda de la mujer. Todava abrazando lacabeza y los hombros del anciano, la mujer cedi su sitio al asistente mdico sanitario. Nosotros observbamosmientras l examinaba las manchas de sangre de la camisa. Su experiencia le llev rpidamente a localizar ellugar de la herida en la parte posterior de la cabeza y luego justo debajo de la oreja. Al igual que haba hechopoco antes la mujer, el paramdico separ cuidadosamente los pliegues de la piel de donde la sangre se habaestancado. Para la sorpresa del paramdico y el asombro de los testigos, no haba herida. La sangre parecasencillamente haber aparecido en un punto del cuello del anciano, haber seguido su curso y salpicado el cuellode su camisa. No haba rastro de herida, incisin o cicatriz. La sangre, todava hmeda en la camisa delhombre, pareca no tener fuente! Mientras observaba la escena, me sobrevino la pregunta: Cmo esposible?. Con una ciencia tan avanzada que puede penetrar en el mundo de un tomo y construir mquinasque viajan hasta los lmites de nuestra galaxia, por qu esa misma ciencia considera la sanacin que acabo

    de presenciar como un milagro?

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    LAS PALABRAS PERDIDASAunque en la ciencia de Occidente no tenemos un marco de referencia para tales cosas, estas s entran

    dentro del mbito de las tradiciones indgenas y de los textos antiguos. Adems, las mismas tradiciones nosrecuerdan que es ahora, durante la convergencia de muchos ciclos de tiempo, cuando reconoceremos la'importancia de semejantes milagros. Cuando contemplamos acontecimientos que estn fuera del alcance de laciencia aceptada, reavivamos el recuerdo de un poder que ha vivido en nuestro interior durante cientos degeneraciones. Durante casi dos milenios, nuestro poder ha estado latente, mientras los retos de la historia de lahumanidad nos ponan a prueba. Las mismas tradiciones nos sugieren que ahora despertaremos nuestros

    dones para enfrentamos a retos an mayores durante nuestra vida. Al hacerlo, abriremos las puertas de unaera de paz y de cooperacin sin precedentes, a la vez que aseguraremos un futuro a las generaciones que hande venir.

    Por qu, entonces, suponen los extremos de la naturaleza y la intranquilidad social del mundo actualsemejante misterio para la comprensin occidental? Al igual que nuestras explicaciones de los procesosnaturales nos han servido hasta ahora, podra nuestro entendimiento ser incompleto? Falta algo? Esposible que en los recovecos de nuestra mente colectiva hayamos perdido el conocimiento que nos permite darsentido a lo que aparentemente no lo tiene?

    En la segunda mitad del siglo xx se han descubierto documentos que aclaran esta pregunta tan comn.Los antiguos manuscritos de origen arameo, etope, copto egipcio, griego y latino apoyan a las tradicionesindgenas e indican con seguridad que la respuesta es s!.

    UNA TECNOLOGA OLVIDADA

    Hace mil setecientos aos, se perdieron elementos clave de nuestra antigua herencia, al quedar relegadosa los sacerdotes, de suyo elitistas, y a las tradiciones esotricas de aquellos tiempos. En un esfuerzo porsimplificar las vagamente organizadas tradiciones histricas y religiosas de su tiempo, en el siglo iv, elemperador romano Constantino form un consejo de historiadores y eruditos. Lo que posteriormente seconocera como el Concilio de Nicea cumpli sus directrices y recomend que al menos veinticincodocumentos fueran modificados o eliminados de la coleccin de textos.' El comit consider que muchas de lasobras que estaban revisando eran redundantes, solapaban historias y repetan parbolas. Otros manuscritoseran tan abstractos y en algunos casos tan msticos que se crey que no tenan ningn valor prctico. Adems,otros veinte documentos de apoyo fueron eliminados y quedaron reservados para los investigadores privilegia-dos y eruditos selectos. Los libros restantes fueron condensados y reestructurados, para darles mayor

    significado y hacerlos ms accesibles al lector comn.Cada una de estas decisiones contribuy a confundir cada vez ms el misterio de nuestro propsito,posibilidades y relaciones mutuas. El fruto de su tarea produjo un nico documento en el ao 325. El resultadode su labor todava se encuentra entre nosotros como lo que quiz sean los textos de historia sagrada que mscontroversias han suscitado. Es lo que en la actualidad conocemos como la Sagrada Biblia.

    Mil setecientos aos despus, las implicaciones de las acciones del Concilio de Nicea todava continanmoldeando la poltica, la estructura social, el entendimiento religioso y la tecnologa de nuestras vidas. Aunquevivimos en un sofisticado mundo regido por la ciencia, las suposiciones que nos condujeron a nuestros logrostcnicos estn firmemente enraizadas en nuestras creencias sobre cmo nos relacionamos con el mundo. Estacomprensin, desarrollada hace miles de aos, se ha convertido en el fundamento de nuestra ciencia. Porejemplo, cmo sera la tecnologa del petrleo que rige nuestra economa actual, si en su lugar hubiramosreconocido las leyes de la armona y conectado nuestras mquinas a la banda de energa de siete centmetrosde amplitud que impregna nuestro mundo? Esta tecnologa slo es posible con un sistema de creencias que

    comprenda las leyes holistas de la naturaleza, los mismos principios que desaparecieron de nuestrastradiciones sagradas hace casi dos milenios. Quiz nuestro fallo en reconocer estas relaciones se refleje enuna tecnologa que cree que hemos de aprovechar quemando o haciendo estallar formas de energa paraalimentar energticamente a nuestro mundo. Estas expresiones exteriores de tecnologa pueden estarreflejando nuestro sentido interior de separacin.

    Es evidente que hace casi dos mil aos los miembros del Concilio de Nicea no podan haber previstoestas implicaciones, ni siquiera los traductores de dichos textos cientos de aos despus. Por ejemplo, unafrase atribuida al arzobispo Wake de Canterbury da a entender su inocencia respecto a las correcciones niceascuando al preguntarle por qu eligi la pesada y aburrida tarea de traducir los textos en lugar de permitirse lalibertad creativa de escribir los suyos propios, el arzobispo respondi: Porque supona que estos escritosseran mejor aceptados y sin prejuicios por todo tipo dee personas, que cualquier otra cosa escrita por alguiencontemporneo.2 Cmo podan saber los miembros del concilio del siglo iv que el libro que crearon acabara

    convirtindose en la base de una de las grandes religiones del mundo?ltimamente se han recuperado, traducido y puesto a disposicin del pblico documentos personales ybibliotecas enteras que se haban perdido tras la muerte de Cristo. Que yo sepa no existe una sola recopilacin

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    que contenga toda la informacin, puesto que las traducciones son producto de distintos autores que han tra-bajado en distintos idiomas en el transcurso de los siglos. Sin embargo, espordicamente han traducido textosen bloque. Gracias al trabajo de los eruditos modernos, una de esas recopilaciones de libros bblicos perdidosse public a principios del siglo xx.' Entre los documentos identificados como suprimidos de nuestra Bibliamoderna se encuentran estos libros:

    Bernab Maria

    Clemente I Magnesios

    Clemente II NicodemoCristo y Abgaro Pablo y Sneca

    El credo de los apstoles Pablo y Tecla

    Hermas I-Visiones Filipenses

    Hermas I1-Mandatos Filadelfos

    Hermas III-Similitudes Policarpio

    Efesios Romanos

    Infancia I TrallanosInfancia II Correspondencia entre Herodes y Pilatos

    A continuacin expongo un resumen parcial de los textos complementarios eliminados durante lasrevisiones del siglo iv. Estos textos normalmente quedaron reservados para los eruditos.'

    El libro primero de Adn y Eva Smen

    El libro segundo de Adn y Eva Lev

    Los secretos de Enoc Jud

    Los salmos de Salomn Izacar

    Las odas de Salomn Zabuln

    El libro cuarto de los Macabeos Dan

    La historia de Ajcar Neftal

    El testamento de Rubn Gad

    Aser Benjamn

    Jos

    Las consecuencias de eliminar, o en algunos casos de alterar, estos 41 libros, y posiblemente algunosms, que describan nuestra herencia y relacin con el cosmos, todava deja notar sus efectos. La ausencia deestos textos clave podra explicar la sensacin que muchas personas han expresado de que nuestros textosbblicos estn desperdigados e incompletos. Tanto para los investigadores serios como para los historiadoresaficionados la existencia de estos documentos les devuelve un sentido de solucin de incgnitas. Como sifuera un misterio moderno, es ahora, casi despus de haber transcurrido dos mil aos de su desaparicin denuestra literatura abierta, cuando podemos completar nuestra historia.

    Mientras cada uno de los libros perdidos contribuye a que comprendamos nuestro pasado, hay unos que

    tienen mayores consecuencias que otros. Entre los ms significativos estn aquellos que describen las vidasde las personas que el tiempo ha hecho que veamos como ms que humanas por sus logros. El Libro deMara, la madre de Jess, es uno de esos ejemplos. Durante siglos los eruditos han especulado sobre si Maradesempe un papel mucho ms significativo en la vida de Jess que el que podemos ver en las descripcionesabreviadas de su vida que aparecen en nuestra Biblia moderna. Gracias al libro que lleva su nombre, podemosconocer la herencia y los valores familiares que condujeron a Marta a su funcin de madre de Jess. En lostextos posteriores al Libro de Mara, se nos muestra cmo ella gui a su hijo, inculcndole los valores que leconcederan sus dones de sanacin y de profeca para servir mejor a la humanidad y enel ms all.

    Los padres de Mara, por ejemplo, eran descendientes del linaje de David, una de las primeras tribus deIsrael. Su padre y su madre, Joaqun y Ana, llevaban casados aproximadamente unos veinte aos antes deconcebir a su primera y nica hija. El espritu de Mara entr en el tero de Ana tras un sueo que tanto ellacomo Joaqun compartieron desde distintos lugares, en la misma tarde. En la presencia de un ngel delSeor, aceptaron el voto de que su hija sera entregada al Seor desde su infancia y llena del Espritu Santo

    desde el tero materno.' El nombre de su hija sera Mara, y debido a su pureza sera apta para aceptar unainusual concepcin a los catorce aos. Otros libros adicionales siguen describiendo el tiempo que transcurri

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    hasta el nacimiento de Jess e inmediatamente despus, as como los milagros que no se haban contado querealiz durante su infancia.

    Quiz los Libros de Adn y Eva ofrezcan algunas de las visiones ms importantes acerca de nuestro papelen la historia y nuestras creencias actuales. El Libro primero de Adn y Eva comienza despus de la Creacin,con una descripcin de la localizacin del jardn, que se supone que es el jardn del Edn. Creado al estede la Tierra, el jardn estaba situado en la frontera al este del mundo, en direccin hacia la salida del sol, msall de la cual lo nico que hay es agua, que rodea todo el mundo y llega hasta las fronteras del cielo. Y alnorte del jardn hay un manantial de agua, clara y pura para el paladar, ms que ninguna otra cosa. 6

    Al cabo de un tiempo, cuando Adn y Eva fueron expulsados del jardn, se les dio un extrao horario quedescriba la duracin de su exilio, extensible a todos sus descendientes, hasta un momento especfico en eltiempo. En lo que sera la primera de las grandes profecas, su Creador les dice a Adn y Eva que he dis-puesto esta tierra donde pasaris das y aos, y t y tus simientes morarn y caminarn por ella hasta que losdas y los aos se hayan cumplido. Este tiempo del cumplimiento se prev para despus de los grandescinco das y medio, definidos ms adelante como cinco mil quinientos aos. Ser entonces, al final de ungran ciclo de tiempo, que Alguien vendr y salvar a Adn y sus descendientes.

    Durante casi dos mil aos hemos especulado sobre el tiempo perdido y los evidentes vacos en los textosbblicos. Ahora la recuperacin de los libros perdidos de la Biblia han aclarado preguntas y posiblemente hayanabierto la puerta a otras aun mayores respecto a nuestra comprensin del mundo. Lo que sabemos es que, enel mejor de los casos, nuestra visin e interpretacin de la historia, as como nuestro papel en la creacin, esincompleto. Es posible que los propios fundamentos de nuestra sociedad y cultura, nuestro lenguaje, religin,ciencia, tecnologa, e incluso el modo en que nos amamos unos a otros, se basen en un entendimiento

    incompleto de nuestra historia ms sagrada y antigua? Qu es lo que hemos olvidado de nuestra relacin conlas fuerzas del mundo que nublan nuestra comprensin de la sanacin que tuvo lugar en el aparcamiento delrestaurante esa tarde en Georgia? Quizs el vaco en nuestro entendimiento pueda ser llenado al fin, gracias alas nuevas revelaciones de una sabidura que supone la base de una de las religiones ms importantes delmundo: las enseanzas de los antiguos esenios.

    LOS MISTERIOSOS ESENIOSQuinientos aos antes del nacimiento de Cristo, un misterioso grupo de eruditos formaron comunidades

    para practicar una antigua enseanza cuyo origen se remontaba a tiempos anteriores a la historia tal comonosotros la conocemos. Denominados todos ellos esenios, en realidad eran varias sectas entre las que se in-cluan los nazireos y los ebionitas. Los eruditos romanos y judos se referan a los esenios como una raza ens misma, que sobresala ms que ninguna otra en el mundo.' En los escritos antiguos se encuentranfragmentos de sus tradiciones, como los glifos sumerios, que datan del 4000 a.C. En este antiguo linaje de

    sabidura se pueden encontrar elementos de prcticamente todos los sistemas de creencias importantes delmundo, incluyendo los de China, Tbet, Egipto, India, Palestina, Grecia y el sudoeste americano. Adems,muchas de las grandes tradiciones del mundo occidental tienen sus races en el mismo tronco de informacin,entre las que se encuentran los masones, los gnsticos, los cristianos y los cabalistas.'

    Tambin conocidos como los elegidos y los escogidos, los esenios fueron el primer pueblo queconden abiertamente la esclavitud, el uso de sirvientes y matar a los animales para comer. Dado que vean eltrabajo fsico como una comunin con la tierra, eran agricultores y vivan cerca de los campos que losalimentaban. Los esenios consideraban la oracin como el lenguaje a travs del cual honraban a la naturalezay a la inteligencia creativa del cosmos; no hacan diferencias entre ambos. Oraban con regularidad. La primeraoracin del da tena lugar al levantarse en la oscuridad anterior al alba para ir a trabajar al campo. Acontinuacin oraban antes y despus de cada comida, y luego una vez ms al retirarse al final del da.Consideraban su prctica de orar como una oportunidad de participar en el proceso creativo de sus vidas, enlugar de un ritual estructurado que se haba de realizar durante el da.

    Vegetarianos estrictos segn las pautas actuales, las comunidades esenias se abstenan de comer carnefresca, alimentos derivados de la sangre y lquidos fermentados. Quizs una de las explicaciones ms clarasde su dieta se pueda encontrar en el siguiente pasaje de los manuscritos del mar Muerto: No mates elalimento que te llevas a la boca. Pues si comes alimento vivo, este te dar vida, pero si matas tu comida, elalimento muerto tambin te matar. Pues la vida slo procede de la vida, y la muerte siempre viene de lamuerte. Todo aquello que mate tus alimentos, tambin mata tu cuerpo. 9 Su estilo de vida les permita llegar aedades avanzadas, hasta los 120 aos o ms, con vitalidad y mucha resistencia.

    Los esenios eran meticulosos eruditos, registraban y documentaban sus tradiciones para unasgeneraciones futuras que slo podan imaginar. Puede que el mejor ejemplo de su obra se encuentre en lasbibliotecas ocultas que dejaron por todo el mundo. Al igual que cpsulas del tiempo metdicamente situadas,sus manuscritos proporcionan instantneas del pensamiento de un pueblo antiguo y de una sabidura olvidada.Cul es su mensaje para nosotros?

    LOS MANUSCRITOS DEL MAR MUERTOUna de las bibliotecas esenias ms accesibles y polmicas fue descubierta escondida entre las olvidadas

    cuevas del rea de Qumrn, en las alturas frente al mar Muerto. Se cree que los documentos ocultados por

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    cuerpo del cuerpo de la Madre Terrenal. Tu Madre est en ti y t en ella. Ella te dio a luz: ella te da la vida. Fueella quien te dio tu cuerpo... como el cuerpo de un recin nacido nace del tero de su madre." Nosotros somosla unin asexuada de estas fuerzas, la masculina de nuestro Padre en el Cielo fusionada con la femenina denuestra Madre Tierra.

    Esta visin unificada nos invita a considerar que a travs del hilo comn que une nuestros cuerpos con laTierra, las experiencias de una persona se proyectan en otra. Mientras se honre al matrimonio, la unin entre laTierra y el espritu contina y el tierno templo de nuestro cuerpo seguir viviendo. Cuando se rompe el acuerdo,finaliza la unin, nuestro templo muere y las fuerzas de la Tierra y el espritu regresan a sus respectivos lugares

    de origen.La sabidura esenia, con estos sutiles conceptos, se encontraba entre la inconexa coleccin de textos queformaran nuestras tradiciones bblicas actuales. Esos mismos textos, entre otros documentos, fueroneliminados por el Concilio de Nicea en las revisiones realizadas en el siglo iv. La elegante simplicidad queconecta las grandes enseanzas de los esenios con elementos significativos de nuestras vidas actuales fueredescubierta -conservadas en muy buen estado- en las grandes bibliotecas de la casa de los Habsburgoalemanes y de la Iglesia Catlica. Los manuscritos del Vaticano, que haban sido guardados durante ms de1.500 aos, fueron esenciales entre todos los documentos que condujeron a Edmond Bordeaux Szekeley apublicar traducciones revisadas de estos extraordinarios textos esenios. En 1928 public el primero de unaserie de trabajos que se conoceran como El evangelio esenio de la paz, donde se ofrecan nuevasrevelaciones y un renovado respeto por este linaje de sabidura que precede a casi todas las grandes religionesde la actualidad.

    LA BIBLIOTECA DE NAG HAMMADIDos aos antes del descubrimiento de los manuscritos del mar Muerto ya se haba descubierto otra

    biblioteca de sabidura antigua, que cambiara para siempre nuestras ideas sobre el cristianismo primitivo. EnNag Hammadi, perteneciente a la regin del Alto Egipto, dos hermanos hallaron, en el mes de diciembre de1945, una coleccin de manuscritos. Enterrados en una jarra sellada, los textos se componan de docemanuscritos completos y ocho pginas de un decimotercero, todos ellos escritos sobre un papel antiguo hechode tiras de papiro. Toda la coleccin de documentos se conoce como la biblioteca de Nag Hammadi, yactualmente se conserva en el Museo Copto de El Cairo, Egipto. La biblioteca de Nag Hammadi pas por unsinfn de manos antes de que sus volmenes fueran reconocidos, autentificados e introducidos en los registrosdel museo el da 4 de octubre de 1946. Aunque algunos manuscritos fueron destruidos al ser utilizados comocombustibles para los hornos de la regin, los que han sobrevivido lo han hecho en un sorprendente estado deconservacin, y nos ofrecen revelaciones nuevas, y en algunos casos, inesperadas sobre las tradiciones de los

    antiguos gnsticos y los primeros cristianos.La biblioteca de Nag Hammadi, que data del siglo iv, se inicia aproximadamente cuando los manuscritos

    del mar Muerto quedan relegados. Nunca antes habamos visto semejante continuidad en las enseanzasespirituales y religiosas del cristianismo primitivo, que incluyera su visin de nuestro tiempo mediante laprofeca del futuro. Las tradiciones gnsticas se originaron en una poca en que las primeras doctrinascristianas estaban siendo remodeladas e iban a adoptar una nueva identidad. Los gnsticos se identificabancon las enseanzas primordiales del cristianismo, en su forma original, yeligieron separarse, en lugar de seguirla comente de cambio que la tradicin cristiana estaba llevando a cabo desde su base original de creencia.Cuando el imperio romano se convirti al cristianismo convencional, los gnsticos fueron los primerosrelegados a la categora de secta radical, y al final fueron totalmente excluidos del cristianismo. Libros como elEvangelio de Mara, elApocalipsis de Pablo, elApocalipsis de Santiago y el Apocalipsis de Adn, as como elLibro de Melquisedechan llegado a nuestros das como un testamento de la sabidura gnstica de enseanzaspoco comunes conservadas para generaciones futuras.

    El apocalpss de AdnPuesto que el gnosticismo reconoca haberse originado dentro de las tradiciones del cristianismo primitivo,

    muchos de los textos gnsticos tienen sus homlogos en las historias, los mitos y las parbolas de los primerostextos cristianos. Cabe destacar entre los documentos de Nag Hammadi este extrao texto del Apocalipsis deAdn. Este libro, recopilacin de enseanzas de inspiracin y transmisin divina, es el relato del Adn queencontramos en el Gnesis. Lo que hace nico al Apocalipsis de Adn es su aparente ausencia de cualquierrelacin con otro material anterior. Segn parece, este texto en particular ya estaba completo y bien establecidocomo una forma temprana de gnosticismo mucho antes de la literatura cristiana.

    Adn comienza su relato describiendo la presencia de tres visitantes del cielo, guas que le acompaaronen sus visiones de los futuros de la humanidad. Poco antes de su muerte, le dict sus revelaciones a su hijo,Set. Al igual que con las enseanzas del profeta Enoc, que dict los secretos de la creacin a su hijoMatusaln, cuando ya tena una edad avanzada, los textos empiezan con Adn que ensea a su hijo a los

    setecientos aos... .13 Tras un breve resumen de su vida con Eva, madre de Set, Adn comparte sus visionesde acontecimientos que todava han de suceder. Ahora bien, Set, hijo mo, te voy a explicar las cosas que

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    esos hombres que he visto ante m me han revelado... 14 Adn le habla del gran diluvio de No, que todavahaba de llegar, con todos los detalles sobre su familia y el arca que les salvar la vida.

    Quiz la ms significativa de las revelaciones de Adn sea la descripcin de un salvador al que ldenomina el Luminar. Adn habla de una tierra constantemente azotada por las inundaciones y los incendioshasta que el Luminar aparezca por tercera vez. Tras su aparicin, las grandes potencias del mundo cuestio-narn con incredulidad su poder, autoridad y facultades. A travs de una serie de trece escenarios, Adndescribe trece reinos que identifican falsamente la procedencia del Luminar, con orgenes tan variados comodos luminares, un gran profeta, el len que est debajo.... Es una generacin futura sin rey la que

    identificar correctamente los orgenes del Luminar como alguien escogido por la divinidad de entre todos lostiempos, pasados y futuros, y lo traer al presente: Dios le eligi a l entre todos los eones. Gener elconocimiento del impoluto sobre la verdad que llegara a habitar en l. 15 Estos textos ofrecen claramentenuevas perspectivas y revelaciones renovadas sobre los detalles fragmentados que suelen quedar en lasversiones autorizadas de nuestra antigua herencia.

    El trueno: mente perfectaQuiz la ms poderosa de las obras de Nag Hammadi sea un singular texto escrito por una mujer de la

    tradicin gnstica, titulado El trueno: mente perfecta. Segn las palabras de uno de los traductores de lostextos, George W MacRae, esta obra es prcticamente nica y muy extraordinaria en la biblioteca de NagHammadi.16El manuscrito est escrito en primera persona en forma de dilogo, donde la autora annimaproclama haber experimentado muchas de las dicotomas de la experiencia humana. Pues yo soy la primera yla ltima. Soy la respetada y la despreciada. Soy la ramera y la santa. Soy la esposa y la virgen. Soy la estril ymuchos son sus hijos. 17

    Mediante series de palabras que nos recuerdan la poesa encontrada en los manuscritos del mar Muerto,ella nos recuerda que dentro de cada persona se hallan posibilidades para todo tipo de experiencias, desde laluz ms brillante hasta la ms negra oscuridad. Luego prosigue con un verso