Gramsci_Selección_de_Los_Cuadernos sobre Estado

download Gramsci_Selección_de_Los_Cuadernos sobre Estado

of 60

Transcript of Gramsci_Selección_de_Los_Cuadernos sobre Estado

  • 8/12/2019 Gramsci_Seleccin_de_Los_Cuadernos sobre Estado

    1/60

    1

    Fragmentos sobre:Partido Poltico

    Antonio Gramsci/Cuadernos de la crcel

    INTRODUCCIN................................................................................ 2

    ESTADOYSOCIEDADCIVIL....................................................... 3

    ESTADO, PARTIDOSYBUROCRACIA...................................... 6

    ESTADOYFASES

    ECONOMICO-CORPORATIVAYETICO-POLITICA............... 19

    ESTADOYHEGEMONIA................................................................ 28

    ESTADO, TRANSFORMISMO, CESARISMO............................. 40

    TRANSFORMACIONESDELESTADO....................................... 51

    ESTADOYCOMUNISMO.............................................................. 58

  • 8/12/2019 Gramsci_Seleccin_de_Los_Cuadernos sobre Estado

    2/60

    2

    Antonio Gramsci/Cuadernos de la crcel

    Introduccin

    Esta es una seleccin de apuntes de los Cuadernosde la crcel en los que Antonio Gramsci realizaaportes importantes a la teora marxista del esta-do. Tiene exclusivamente una finalidad didctica.Busca, antes que nada, reducir las dificultades quepresenta el uso de los Cuadernosgramscianos en eldictado de asignaturas universitarios en las que seabordan problemas de teora poltica marxista y, enlos hechos, se origina en nuestro propio trabajo enla materiaSociologa Poltica, ctedra de M. Thwai-

    tes Rey, del Departamento de Ciencia Poltica dela Universidad de Buenos Aires. Pero quizs sirvatambin para el estudio en cursos extra-universi-tarios. El concepto de estado es decisivo y aparecerecurrentemente en las reflexiones del Gramscicarcelario, de manera que, si esta seleccin pre-tendiera ser exhaustiva, su extensin se volveraincompatible con su finalidad didctica. Seleccio-namos, en consecuencia, aquellos apuntes en loscuales consideramos que Gramsci realiza mayoresaportes a la teora marxista del estado, pero man-

    teniendo a la vez una extensin razonable. Acasosus minuciosas y ricas reflexiones histricas acercade la formacin del estado italiano hayan sido laspeores vctimas de este procedimiento.

    Ahora pasemos a algunas indicaciones para el usode esta seleccin. Cada uno de los apuntes querene va encabezado por el nmero de pargrafoy su ubicacin en el cuaderno correspondiente,seguidos de su ttulo, en caso de que lo tenga.As, por ejemplo: # 47, Cuaderno 1. Hegel y el

    asociacionismo. A continuacin de cada apunte,

    entre parntesis, agregamos el sitio en el que seencuentra el apunte en cuestin en la versin enespaol (Mxico, Era, 1981-1999) de la edicin cr-tica del Instituto Gramsci de los Cuadernosa cargode Valentino Gerratana, es decir, de la versin dela que provienen los textos de esta seleccin. Porejemplo: (Tomo I, pginas 122-123). Para reducirel tamao de esta seleccin, recortamos algunosapuntes. Esto se seala: .... Y alguna vez, cuandorecortamos un apunte, insertamos una aclaracin

    en el texto para restituir la hilacin de los argu-mentos gramscianos. La marcamos ponindolaentre corchetes.

    Hay dos caractersticas de los Cuadernosque nosllevaron a agregar varias notas a pi de pgina. Enprimer lugar, el hecho de que Gramsci escribieraen prisin, vindose obligado a esquivar la censurade sus carceleros, lo oblig a emplear un vocabu-lario que puede resultar muy opaco. En segundolugar, Gramsci invoca en estos apuntes carcelarios,muchas veces de memoria, una enorme cantidadde citas, personajes, acontecimientos, etc. Nues-tras notas al pi apuntan pues a aclarar los trminosy referencias ms importantes. A veces recurrimosa las notas que Gerratana incluye en la menciona-da edicin crtica de los Cuadernos, explicitando eltomo y pgina en que se encuentra estas notas. Aveces son de nuestra propia cosecha. Finalmente,aclaremos que agrupamos los apuntes bajo un pu-ado de subttulos para facilitar un poco el manejode esta seleccin, aunque sin ninguna pretensin

    de mayor alcance.

    Alberto Bonnet

    ANTONIOGRAMSCI

    ELESTADOENLOSCUADERNOSDELACRCEL

    INTRODUCCION

  • 8/12/2019 Gramsci_Seleccin_de_Los_Cuadernos sobre Estado

    3/60

    3

    Antonio Gramsci/Cuadernos de la crcel

    Fragmentos sobre:Estado y sociedad civil

    # 47, Cuaderno 1.Hegel y el asociacionismo

    La doctrina de Hegel sobre los partidos y las aso-ciaciones como trama privada del Estado. staderiv histricamente de las experiencias polticasde la Revolucin francesa y deba servir para daruna mayor concrecin al constitucionalismo. Go-bierno con el consentimiento de los gobernados,pero con el consenso organizado, no genrico yvago tal cual se afirma en el instante de las elec-ciones: el Estado tiene y pide el consenso, perotambin educa este consenso con las asociacio-nes polticas y sindicales, que sin embargo son or-ganismos privados, dejados a la iniciativa privadade la clase dirigente. As, Hegel, en cierto sentido,

    supera ya el puro constitucionalismo y teoriza elEstado parlamentario con su rgimen de partidos.Su concepcin de la asociacin no puede ser to-dava ms que vaga y primitiva, entre el polticoy el economista, segn la experiencia histrica dela poca, que era muy limitada y daba un solo elejemplo logrado de organizacin, el corporativo(poltica injertada en la economa).1

    Marx no poda tener experiencias histricas supe-riores a las de Hegel (al menos muy superiores),

    pero tena el sentido de las masas, por su actividadperiodstica y de agitacin. El concepto de Marx dela organizacin sigue estando todava atado a estoselementos: organizaciones de oficios, clubes jacobi-nos, conspiraciones secretas de pequeos grupos,organizacin periodstica. La Revolucin francesaofrece dos tipos predominantes: los pueblos, queson organizaciones no rgidas, tipo comicio po-pular, centralizadas por personalidades polticas

    aisladas, cada una de las cuales posee su peridico,con el cual mantiene atenta la atencin y el inte-rs de una determinada clientela difuminada ensus mrgenes, que sin embargo sostiene las tesisdel peridico en las reuniones del club. Es ciertoque en medio de los asiduos a los clubes deban

    existir agrupamientos restringidos y seleccionadosde gente que se conoca recprocamente, que sereuna aparte y preparaba la atmsfera de las re-uniones para apoyar a una u otra corriente segnlos momentos y tambin segn los intereses con-cretos en juego. Las conspiraciones secretas, queluego tuvieron tanta difusin en Italia antes del 48,debieron desarrollarse despus del Termidor, enFrancia, entre los partidarios de segunda lnea del

    jacobinismo, con muchas dificultades en el perodo

    napolenico por el astuto control de la polica, conms facilidad del 15 al 30 bajo la Restauracin, quefue bastante liberal en la base y que no tena ciertaspreocupaciones. En este perodo del 15 al 30 debiproducirse la diferenciacin del campo polticopopular, que resulta ya notable en las gloriosas jor-nadas de 1830, en las que afloran las formacionesque haban venido constituyndose en los quinceaos precedentes. Despus del 30 y hasta el 48 esteproceso de diferenciacin se perfecciona y da tiposbastante logrados con Blanqui y con Filippo Buo-

    narroti. [...] (Tomo I, pginas 122-123)

    #24, Cuaderno 6.

    Nociones enciclopdicas. La sociedad civil

    Hay que distinguir la sociedad civil tal como la en-tiende Hegel y en el sentido en que a menudo seemplea en estas notas (o sea en el sentido de hege-

    ESTADOYSOCIEDADCIVIL

    1La referencia es a G. W. F. Hegel: Principios de filosofa del derecho, Bs. As., Sudamericana, 2004 (especialmente vasela Tercera Parte, Seccin II, # 250-56, p. 222-226 y Seccin III, # 301-5, p. 278-282). Pero Gramsci no parece haberdispuesto de este texto hegeliano en la crcel (vase la nota de Gerratana en el Tomo I, p.372).

  • 8/12/2019 Gramsci_Seleccin_de_Los_Cuadernos sobre Estado

    4/60

    4

    Antonio Gramsci/Cuadernos de la crcel

    Fragmentos sobre:Estado y sociedad civil

    mona poltica y cultural de un grupo social sobre lasociedad entera, como contenido tico del Estado)del sentido que le dan los catlicos, para los cuales

    la sociedad civil es, por el contrario, la sociedad po-ltica o el Estado, en confrontacin con la sociedadfamiliar y de la Iglesia. Dice Po XI en su Encclicasobre la educacin (Civilt Cattolica del 1 de fe-brero de 1930): Tres son las sociedades necesarias,distintas aunque armnicamente unidas por Dios,en cuyo seno nace el hombre: dos sociedades de or-den natural, como son la familia y la sociedad civil;la tercera, la Iglesia, de orden sobrenatural. Primerola familia, instituida inmediatamente por Dios parasu propio fin, que es la procreacin y educacin de

    la prole, la cual por lo tanto tiene prioridad natu-ral y en consecuencia una prioridad de derechos,respecto a la sociedad civil. No obstante, la familiaes una sociedad imperfecta, porque no tiene en stodos los medios para su propio perfeccionamiento:all donde la sociedad civil es una sociedad perfec-ta, porque tiene en s todos los medios para su finpropio, que es el bien comn temporal, all, a esterespecto, o sea en orden al bien comn, sta tienepreeminencia sobre la familia, la cual alcanza en lasociedad civil su conveniente perfeccin temporal.La tercera sociedad en la cual nace el hombre, me-diante el Bautismo, a la vida divina de la Gracia, esla Iglesia, sociedad de orden sobrenatural y univer-sal, sociedad perfecta, porque tiene en s todos losmedios para su fin, que es la salvacin eterna de loshombres, y por lo tanto es suprema en su orden.

    Para el catolicismo, la que se llama sociedad ci-vil en lenguaje hegeliano, no es necesaria, osea, es puramente histrica o contingente. En laconcepcin catlica, el Estado es slo la Iglesia, y

    es un Estado Universal y sobrenatural: la concep-cin medieval, en teora, se mantiene plenamen-te. (Tomo III, pginas 28-29)

    #179, Cuaderno 8.Estado tico o de cultura

    Me parece que lo ms sensato y concreto que pue-de decirse a propsito del Estado tico y de cultu-

    ra es esto: todo Estado es tico en cuanto que unade sus funciones ms importantes es la de elevar ala gran masa de poblacin a un determinado nivel

    cultural y moral, nivel (o tipo) que corresponde alas necesidades de desarrollo de las fuerzas pro-ductivas y por lo tanto a los intereses de las clasesdominantes. La escuela como funcin educativapositiva y los tribunales como funcin educativarepresiva y negativa son actividades estatales msimportantes en tal sentido: pero en realidad, a esefin tienden una multiplicidad de otras iniciativasy actividades supuestamente privadas que formanel aparato de la hegemona poltica y cultural delas clases dominantes. La concepcin de Hegel es

    propia de un perodo en el que el desarrollo de laburguesa en expansin poda aparecer ilimitado,por consiguiente la eticidad o universalidad deaqulla poda ser afirmada: todo el gnero huma-no ser burgus. Pero en realidad slo el gruposocial que postula el fin del Estado y de s mismocomo fin a alcanzar, puede crear un Estado tico,tendiente a poner fin a las divisiones internas delos dominados etctera, y a crear un organismosocial unitario tcnico-moral. (Tomo III, pginas307-308)

    # 187, Cuaderno 8.Intelectuales

    En la concepcin no slo de la [ciencia] poltica,sino en toda la concepcin de la vida cultural yespiritual, ha tenido enorme importancia la posi-cin asignada por Hegel a los intelectuales, quedebe ser cuidadosamente estudiada. Con Hegelse comienza a no pensar ms segn las castas o

    los estados sino segn el Estado, cuya aris-tocracia son precisamente los intelectuales. Laconcepcin patrimonial del Estado (que es elmodo de pensar por castas) es inmediatamentela concepcin que Hegel debe destruir (polmicasdespectivas y sarcsticas contra von Haller).2 Sinesta valorizacin de los intelectuales hecha porHegel no se comprende nada (histricamente) del

    2Karl L. von Haller (1768-1854), pensador poltico y jurdico conservador suizo, autor de Restauration der Staatswissens-

    chaft, obra en seis volmenes publicada entre 1816 y 1834. La polmica de Hegel contra esta obra de von Haller, a laque hace referencia Gramsci, se encuentra en sus mencionadosPrincipios de filosofa del derecho, Tercera Parte, SeccinII, # 258, p. 286 y ss.

  • 8/12/2019 Gramsci_Seleccin_de_Los_Cuadernos sobre Estado

    5/60

    5

    Antonio Gramsci/Cuadernos de la crcel

    Fragmentos sobre:Estado y sociedad civil

    #137, Cuaderno 6. Concepto de Estado

    Que el concepto comn de Estado es unilateral y

    conduce a errores gigantescos puede demostrarsehablando del reciente libro de Daniel HalvyDeca-

    denza della libert, del cual he ledo una resea en las

    Nouvelles Littraires. Para Halvy Estado es el aparato

    representativo y descubre que los hechos ms im-

    portantes de la historia francesa desde el 70 hasta

    hoy no se han debido a iniciativas de los organismos

    polticos derivados del sufragio universal, sino a or-

    ganismos privados (sociedades capitalistas, Estado

    mayor, etctera) o a grandes funcionarios desconoci-

    dos para el pas, etctera. Pero qu significa esto sino

    que por Estado debe entenderse adems del aparato

    gubernamental tambin el aparato privado de

    hegemona o sociedad civil. Hay que observar cmo

    de esta crtica del Estado que no interviene, que

    va a la cola de los acontecimientos, etctera, nace la

    corriente ideolgica dictatorial de derecha, con su

    fortalecimiento del ejecutivo, etctera. Sin embargo,

    habra que leer el libro de Halvy para ver si tambin

    l ha entrado en esta va: no es difcil suponerlo, da-

    dos sus antecedentes (simpatas sorelianas, por Mau-

    rras, etctera).4

    (Tomo III, pgina 105)

    # 15, Cuaderno 10.Notas breves de economa

    [...] Entre la estructura econmica y el Estado consu legislacin y su coercin est la sociedad civil,y sta debe ser radicalmente transformada en con-creto y no slo sobre el papel de la ley y de los li-

    bros de los cientficos; el Estado es el instrumentopara adecuar la sociedad civil a la estructura eco-nmica, pero es preciso que el Estado quierahacerlo, esto es, que quienes guen al Estado seanlos representantes del cambio producido en la es-tructura econmica. [...] (Tomo IV, pgina 149)

    idealismo moderno y de sus races sociales. (TomoIII, pginas 311-312)

    # 136, Cuaderno 6.Organizacin de las sociedades nacionales

    Ya seal en otra ocasin3que en una determinadasociedad nadie est desorganizado y sin partido,siempre que se entiendan organizaciones y parti-do en sentido amplio y no formal. En esta mul-tiplicidad de sociedades particulares, de carcterdoble, natural y contractual o voluntario, una oms de ellas prevalecen relativa o absolutamente,

    constituyendo el aparato hegemnico de un gruposocial sobre el resto de la poblacin (o sociedadcivil), base del Estado entendido estrictamentecomo aparato gubernativo-coercitivo.

    Siempre sucede que personas aisladas pertene-cen a ms de una sociedad particular y a me-nudo a sociedades que esencialmente estn enoposicin entre s. Una poltica totalitaria tiendeprecisamente: 1] a obtener que los miembros deun determinado partido encuentren en este solo

    partido todas las satisfacciones que antes hallabanen una multiplicidad de organizaciones, o sea aromper todos los lazos que ligan a estos miembrosa organismos culturales extraos; 2] a destruir to-das las otras organizaciones o a incorporarlas en unsistema del que el partido sea el nico regulador.Esto sucede: 1] cuando el partido en cuestin esportador de una nueva cultura y estamos ante unafase progresista; 2] cuando el partido en cuestinquiere impedir que otra fuerza, portadora de unanueva cultura, se vuelva totalitaria; y estamos

    ante una fase regresiva y reaccionaria objetiva-mente, aunque la reaccin (como siempre sucede)no se confiese abiertamente y trate de presentarsecomo portadora de una nueva cultura. [...] (TomoIII, pginas 104-105)

    3Gramsci parece estar remitiendo al # 47 del Cuaderno 1, incluido ms arriba, sobre las asociaciones polticas y sindicalescomo organismos privados o trama privada del Estado (vase nota de Gerratana en tomo III, p. 399).

    4Daniel Halvy (1872-1962), historiador francs que public Dcadence de la liberten 1931, haba simpatizado efectiva-mente con las ideas de Sorel en su juventud, aunque desde el affaire Dreyfusvira hacia el restauracionismo orleanista.

    De aqu que Gramsci vincule su nombre al de Charles Maurras (1868-1952), el escritor y poltico francs que encabeza la derecha nacionalista, catlica y monrquica de su pas a travs de la Accin Francesa.

  • 8/12/2019 Gramsci_Seleccin_de_Los_Cuadernos sobre Estado

    6/60

    6

    Antonio Gramsci/Cuadernos de la crcel

    Fragmentos sobre:Estado, partidos y burocracia

    #90, Cuaderno 7.Pasado y presente.Estado y partidos

    La funcin hegemnica o de direccin poltica delos partidos puede ser valorada por el desarrollode la vida interna de los mismos partidos. Si elEstado representa la fuerza coercitiva y punitivade reglamentacin jurdica de un pas, los partidos,representando la adhesin espontnea de una litea tal reglamentacin, considerada como tipo deconvivencia colectiva en el que toda la masa debeser educada, deben mostrar en su vida particularinterna que han asimilado como principios de con-ducta moral aquellas reglas que en el Estado sonobligaciones legales. En los partidos la necesidad yase ha convertido en libertad, y de ah nace el enorme

    valor poltico (o sea de direccin poltica) de la dis-ciplina interna de un partido, y, por lo tanto, el valorde criterio de tal disciplina para evaluar la fuerza deexpansividad de los diversos partidos. Desde estepunto de vista los partidos pueden ser consideradoscomo escuelas de la vida estatal. Elementos de vidade los partidos: carcter (resistencia a los impulsosde las culturas superadas), honor (voluntad intrpidapara defender el nuevo tipo de cultura y de vida),dignidad (conciencia de actuar para un fin superior),etctera. (Tomo III, pginas 200-201)

    #119, Cuaderno 3.Pasado y presente.

    Agitacin y propaganda

    La debilidad de los partidos polticos italianos entodo su perodo de actividad, desde elRisorgimen-to en adelante (exceptuando en parte al partido

    nacionalista) ha consistido en lo que se podrallamar un desequilibrio entre la agitacin y lapropaganda, y que en otros trminos se llama faltade principios, oportunismo, falta de continuidadorgnica, desequilibrio entre tctica y estrategia,etctera. La causa principal de este modo de ser

    de los partidos debe buscarse en la delicuescenciade las clases econmicas, en la gelatinosa estructuraeconmica y social del pas, pero esta explicacin esun tanto fatalista: de hecho, si bien es verdad quelos partidos no son ms que la nomenclatura de lasclases, tambin es verdad que los partidos no sonsolamente una expresin mecnica y pasiva de lasclases mismas, sino que reaccionan enrgicamentesobre ellas para desarrollarlas, consolidarlas, univer-salizarlas. Precisamente esto es lo que no ha suce-

    dido en Italia, y la manifestacin de esta omisines precisamente este desequilibrio entre agitaciny propaganda o como quiera llamrsele.

    El Estado-gobierno tiene cierta responsabilidaden este estado de cosas (puede llamarse respon-sabilidad en cuanto que ha impedido el fortale-cimiento del propio Estado, o sea ha demostradoque el Estado-gobierno no era un factor nacional):de hecho el Estado ha operado como un parti-do, se ha colocado por encima de los partidos nopara armonizar sus intereses y sus actividades en

    los cuadros permanentes de la vida y de los inte-reses estatales nacionales, sino para disgregarlos,para apartarlos de las grandes masas y tener unafuerza sin partido ligada al gobierno con vnculospaternalistas de tipo bonapartista-cesreo: as escomo hay que analizar las llamadas dictadurasdeDepretis, Crispi, Giolitti y el fenmeno parla-mentario del transformismo.5 Las clases expresan

    ESTADO, PARTIDOSYBUROCRACIA

    5Agostino Depetris (1813-1887), Francesco Crispi (1819-1901) y Giovanni Giolitti (1842-1928) fueron polticos prove-

    nientes de la izquierda que se desempearon como primeros ministros (entre otros cargos importantes en el gabinete)entre 1876 y 1921, es decir, durante el perodo del denominado transformismo.

  • 8/12/2019 Gramsci_Seleccin_de_Los_Cuadernos sobre Estado

    7/60

    7

    Antonio Gramsci/Cuadernos de la crcel

    Fragmentos sobre:Estado, partidos y burocracia

    a los partidos, los partidos elaboran a los hombresde Estado y de gobierno, los dirigentes de la so-ciedad civil y de la sociedad poltica. Debe haber

    una cierta relacin til y fructfera en estas mani-festaciones y en estas funciones. No puede haberelaboracin de dirigentes donde falta la actividadterica, doctrinaria de los partidos, donde no sebuscan y estudian sistemticamente las razonesde ser y de desarrollo de la clase representada. Deah la escasez de hombres de Estado, de gobierno,miseria de la vida parlamentaria, facilidad de dis-gregar a los partidos, corrompindolos, absorbien-do a sus pocos hombres indispensables. De ah lamiseria de la vida cultural y la angustia mezquina

    de la alta cultura: en vez de la historia poltica,la erudicin descarnada, en vez de religin, lasupersticin, en vez de libros y grandes revistasel peridico diario y el libelo. El da por da, consus sectarismos y sus enfrentamientos personalis-tas, en vez de la poltica seria. Las universidades,todas las instituciones que elaboraban las capaci-dades intelectuales y tcnicas, no permeadas porla vida de los partidos, del realismo viviente de lavida nacional, formaban cuadros nacionales apo-lticos, con formacin mental puramente retrica,no nacional. As la burocracia se enajenaba delpas, y a travs de las posiciones administrativas,se converta en un verdadero partido poltico, elpeor de todos, porque la jerarqua burocrticasustitua a la jerarqua intelectual y poltica: laburocracia se converta precisamente en el partidoestatal-bonapartista.

    Ver los libros que a partir del 19 criticaron unestado de cosas similar (pero mucho ms ricoen la vida de la sociedad civil) en la Alemania

    del emperador Guillermo, por ejemplo el librode Max Weber, Parlamento y gobierno en el nuevoordenamiento de Alemania. Crtica poltica de la bu-

    rocracia y de la vida de los partidos.6[] (Tomo II,pginas 102-103)

    #3, Cuaderno 15.Pasado y presente

    Es extrao cmo no siendo de fcil comprensin

    la identidad `Estado-clase`7, sucede que un go-bierno (Estado) puede hacer refluir sobre la claserepresentada como un mrito y una razn de pres-tigio el haber finalmente hecho lo que desde hacams de cincuenta aos deba haberse hecho y quepor lo tanto deba ser un demrito y una razn deinfamia. [] (Tomo V, pgina 175)

    # 18, Cuaderno 15.Pasado y presente

    (Cfr. nota en p. 2 bis abajo.)8Y, sin embargo, el he-cho de que el Estado-gobierno, concebido comouna fuerza autnoma, haga refluir su prestigiosobre la clase que es su fundamento, es de los msimportantes prctica y tericamente y merece seranalizado en toda su extensin si se quiere tenerun concepto ms realista del Estado mismo. Porotra parte, no se trata de cosas excepcionales oque sean propias de un solo tipo de Estado: pare-ce que puede incluirse en la funcin de las lites

    o vanguardias, por lo tanto de los partidos, enconfrontacin con la clase que representan. Estaclase, a menudo, como hecho econmico (y tal esesencialmente toda clase) no gozara de ningnprestigio intelectual y moral, o sea que sera inca-paz de ejercer una hegemona y, en consecuencia,de fundar un Estado. De ah la funcin de las mo-narquas incluso en la poca moderna, y de ah es-pecialmente el hecho, que se da especialmente enInglaterra y en Alemania, de que el personal diri-gente de la clase burguesa organizada en Estado

    est constituido por elementos de las viejas clasesfeudales desposedas en el predominio econmico(junkers y lords) tradicional, pero que han halladoen la industria y en la banca nuevas formas de po-tencia econmica, aun no querindose fundir con

    6Gramsci se refiere, naturalmente, a la serie de artculos publicados por Max Weber en el Frankfurter Zeitungen 1917, yreunidos como libro en 1918, conocidos en espaol comoParlamento y gobierno en una Alemania reorganizada (vase laedicin de susEscritos polticos, Madrid, Alianza, 1991).

    7

    La expresin Estado-clase equivale a las ms usuales de Estado de clase o, simplemente, Estado burgus.8Se refiere al # 3 del Cuaderno 15, antes incluido.

  • 8/12/2019 Gramsci_Seleccin_de_Los_Cuadernos sobre Estado

    8/60

    8

    Antonio Gramsci/Cuadernos de la crcel

    Fragmentos sobre:Estado, partidos y burocracia

    la burguesa y permaneciendo unidas a su gruposocial tradicional. (Tomo V, pginas 194-195)

    # 10, Cuaderno 4.Marx y Maquiavelo

    Este tema puede dar lugar a una tarea doble: unestudio sobre las relaciones reales entre ambosen cuanto tericos de la poltica militante, de laaccin, y un libro que extrajese de las doctrinasmarxistas un sistema ordenado de poltica actualdel tipo del Prncipe. El tema sera el partidopoltico, en sus relaciones con las clases y con elEstado: no el partido como categora sociolgica,

    sino el partido que quiere fundar el Estado. Enrealidad, si se observa bien, la funcin tradicionalde la institucin de la corona es asumida, en losEstados dictatoriales, por los partidos: son stoslos que, aunque representando a una clase y a unasola clase, sin embargo mantienen un equilibriocon la otras clases, no adversarias sino aliadas, yprocuran que el desarrollo de la clase representadase produzca por consenso y la ayuda de las clasesaliadas. Pero el protagonista de este nuevo prn-cipe no debera ser el partido en abstracto, unaclase en abstracto, un Estado en abstracto, sino undeterminado partido histrico, que acta en unambiente histrico preciso, con una determinadatradicin; en una combinacin de fuerzas socialescaracterstica y bien definida. En suma, se tratarade no recopilar un repertorio orgnico de mximaspolticas, sino de escribir un libro dramtico encierto sentido, un drama histrico en accin, enel que las mximas polticas fueran presentadascomo necesidad individualizada y no como princi-

    pios cientficos. (Tomo II, pgina 144)

    # 127, Cuaderno 5.Maquiavelo

    En laNuova Antologadel 16 de diciembre de 1929se publica una nota de un tal M. Azzalini, Lapoltica, scienza ed arte di Stato, que puede serinteresante como presentacin de los elementosentre los que se debate el esquematismo cientfico.

    Azzalini comienza afirmando que fue una gloriabrillantsima de Maquiavelo el haber circuns-

    crito en el Estado el mbito de la poltica. No esfcil entender lo que quiere decir Azzalini: cita lafrase, del cap. III del Prncipe: Habindome dicho

    el cardenal de Run que los italianos no entendannada de la guerra, le respond que los franceses noentendan nada de las cosas del Estado y en estacita basa la afirmacin de que, por consiguiente,para Maquiavelo, la poltica deba entendersecomo ciencia y como ciencia del Estado y quefue gloria suya, etctera (el trmino ciencia delEstado para la poltica habra sido empleado, en elcorrecto significado moderno, antes de Maquiave-lo, slo por Marsilio de Padua) Azzalini es bastanteligero y superficial. La ancdota del cardenal de

    Run, separada del texto, no significa nada. En elcontexto adquiere un significado que no se prestaa deducciones cientficas: se trata evidentementede una frase ingeniosa, de una salida de respuestainmediata. El cardenal de Run haba afirmado quelos italianos no entienden de guerra: como rplicaMaquiavelo responde que los franceses no entien-den del Estado, porque de otro modo no hubieranpermitido al papa ampliar su poder en Italia, loque iba contra los intereses del Estado francs.Maquiavelo estaba bien lejos de pensar que losfranceses no entendieran del Estado, porque lincluso admiraba el modo como la monarqua (LuisXI) haba reducido a Francia a la unidad estatal, yde la actividad francesa de Estado haca un trminode parangn para Italia. En esta conversacin suyacon el cardenal de Run, Maquiavelo hizo polticaen acto y no ciencia poltica porque, segn l,si era perjudicial para la poltica exterior francesaque el papa se fortaleciera, ello era an ms perju-dicial para la poltica interna italiana.

    Lo curioso es que partiendo de tal cita incon-gruente Azzalini prosiga diciendo que aunenuncindose que aquella ciencia estudia elEstado, se da una definicin (!?) totalmente im-precisa (!) porque no se indica con qu criteriodebe considerarse el objeto de la investigacin.Y la imprecisin es absoluta dado que todas lasciencias jurdicas en general y el derecho pblicoen particular, se refieren indirectamente y direc-tamente a aquel elemento. Qu quiere decirtodo esto, referido a Maquiavelo? Menos quenada: confusin mental.

  • 8/12/2019 Gramsci_Seleccin_de_Los_Cuadernos sobre Estado

    9/60

    9

    Antonio Gramsci/Cuadernos de la crcel

    Fragmentos sobre:Estado, partidos y burocracia

    Maquiavelo escribi libros de accin polticainmediata, no escribi una utopa en la que secontemplara un Estado ya constituido, con todas

    sus funciones y sus elementos constituidos. En sutratamiento, en su crtica del presente, manifestconceptos generales, que por lo tanto se presentanen forma aforstica y no sistemtica, y expres unaconcepcin del mundo original, que podra tam-bin ella llamarse filosofa de la praxis o neo-humanismo en cuanto que no reconoce elemen-tos trascendentales o inmanentes (en sentidometafsico), sino que se basa toda ella en la accinconcreta del hombre que por sus necesidades his-tricas acta y transforma la realidad. No es cierto,

    como parece creer Azzalini, que en Maquiavelono se tenga en cuenta el derecho constitucio-nal, porque en todo Maquiavelo se encuentrandispersos principios generales de derecho consti-tucional e incluso afirma, bastante claramente, lanecesidad de que en el Estado domine la ley, losprincipios establecidos, segn los cuales los ciuda-danos virtuosos puedan actuar seguros de no caerbajo los golpes de lo arbitrario. Pero justamenteMaquiavelo lo reconduce todo a la poltica, o seaal arte de gobernar a los hombres, de obtener suconsenso permanente, o sea a de fundar grandesEstados. Hay que recordar que Maquiavelo sen-ta que no era Estado la comuna o la repblica oel seoro comunal, porque les faltaba, junto conun territorio vasto, una poblacin tal que pudieraser base de una fuerza militar que permitiese unapoltica internacional autnoma: l senta questa durara hasta el momento en que incluso lareligin se convirtiera en poltica del Estado yno ya poltica del papa para impedir la formacin

    de Estados fuertes en Italia, interviniendo en lavida interna de los pueblos no dominados por ltemporalmente por intereses que no eran los delos Estados y por lo mismo eran perturbadores ydisgregantes.

    Podra encontrarse en Maquivelo la confirmacinde lo que apunt en otro lugar, que la burguesaitaliana medieval no supo salir de la fase corpo-rativa para entrar en la poltica porque no supoliberarse completamente de la concepcin medie-val-cosmopolita representada por el papa, el cleroe incluso por los intelectuales laicos (humanistas),

    o sea que no supo crear un Estado autnomo, sinoque permaneci en el marco medieval feudal ycosmopolita. [...]

    Si hubiera que traducir en lenguaje poltico mo-derno la nocin de Prncipe, tal como se utilizaen el libro de Maquiavelo, habra que hacer unaserie de distinciones: prncipe podra ser un

    jefe de Estado, un jefe de gobierno, pero tambinun dirigente poltico que quiere conquistar unEstado o fundar un nuevo tipo de Estado: en estesentido prncipe podra traducirse en lenguajemoderno por partido poltico. En la realidadde algunos Estados el jefe del Estado, o sea elelemento equilibrador de los diversos interesesen pugna contra el inters predominante, pero noexclusivista en sentido absoluto, es precisamenteel partido poltico; pero ste, a diferencia de loque ocurre en el derecho constitucional tradicio-nal, no reina ni gobierna jurdicamente: tiene elpoder de hecho, ejerce la funcin hegemnica ypor lo tanto equilibradora de intereses diversos enla sociedad civil, que sin embargo est de hechoa tal punto entrelazada con la sociedad polticaque todos los ciudadanos sienten que aqul, por

    el contrario, reina y gobierna. Sobre esta realidadque est en continuo movimiento no se puedecrear un derecho constitucional, del tipo tradi-cional, sino solamente un sistema de principiosque afirman como fin del Estado su propio fin,su propia desaparicin, o sea la reabsorcin de lasociedad poltica en la sociedad civil. (Tomo II,pginas 341-346)

    # 13, Cuaderno 13.

    [] Hay que considerar preferentemente a Ma-quiavelo como expresin necesaria de su tiempo ycomo estrechamente vinculado a las condicionesy exigencias de su poca que son resultado: 1] delas luchas internas de la repblica florentina y dela particular estructura del Estado que no sabaliberarse de los residuos comunales-municipales,o sea de una forma que estaba cargada de feuda-lismo; 2] de las luchas entre los Estados italianos

    por un equilibrio en el mbito italiano, que estabaobstaculizado por la existencia del papado y de los

  • 8/12/2019 Gramsci_Seleccin_de_Los_Cuadernos sobre Estado

    10/60

    10

    Antonio Gramsci/Cuadernos de la crcel

    Fragmentos sobre:Estado, partidos y burocracia

    otros residuos feudales, municipalistas de la formaestatal ciudadana y no territorial; 3] de las luchasentre los Estados italianos ms o menos solidarios

    por un equilibrio europeo, o sea de las contradiccio-nes entre las necesidades de un equilibrio internoitaliano y las exigencias de los Estados europeos enlucha por la hegemona. Sobre Maquiavelo acta elejemplo de Francia y Espaa que han alcanzadouna fuerte unidad estatal territorial; Maquiavelohace un parangn elptico (para usar la expresincrociana)9y deduce las reglas para un Estado fuerteen general e italiano en particular. Maquiavelo esun hombre totalmente de su poca y su ciencia po-ltica representa la filosofa de su tiempo que tien-

    de a la organizacin de las monarquas nacionalesabsolutas, la forma poltica que permite y facilitaun desarrollo ulterior de las fuerzas productivasburguesas. En Maquiavelo se puede descubrir innucela separacin de los poderes y el parlamenta-rismo (el rgimen representativo): su ferocidadse dirige contra los residuos del mundo feudal, nocontra las clases progresistas. [...]

    Durante las guerras civiles en Francia, Bodin es elexponente del tercer partido, llamado de los pol-

    ticos, que se sita en el punto de vista del intersnacional, o sea de un equilibrio interno de las clasesen donde la hegemona pertenece al Tercer Estadoa travs del monarca. Me parece evidente que cla-sificar a Bodin entre los antimaquiavlicos es unacuestin absolutamente extrnseca y superficial.Bodin basa la ciencia poltica en Francia en un te-rreno mucho ms avanzado y complejo que el queItalia ofreca a Maquiavelo. Para Bodin no se tratade fundar el Estado unitario-territorial (nacional)o sea de regresar a la poca de Luis XI, sino de

    equilibrar las fuerzas sociales en lucha en el interiorde este Estado ya fuerte y arraigado; no es el mo-mento de la fuerza el que interesa a Bodin, sino el

    del consenso. Con Bodin se tiende a desarrollar lamonarqua absoluta: el Tercer Estado es a tal puntoconsciente de su fuerza y de su dignidad, conoce

    tan bien que el xito de la monarqua absoluta estligado a su propio xito y a su propio desarrollo,quepone condiciones para su consenso, presenta exi-gencias, tiende a limitar el absolutismo. En FranciaMaquiavelo serva ya a la reaccin, porque podaservir para justificar que se mantuviese perpetua-mente al mundo en la cuna (segn la expresinde Bertrando Spaventa)10, por consiguiente erapreciso ser polmicamente antimaquiavlicos.Debe sealarse que en la Italia estudiada por Ma-quiavelo no existan instituciones representativas

    ya desarrolladas y significativas para la vida nacio-nal como las de los Estados Generales en Francia.[...] (Tomo V, pginas 26-29)

    # 21, Cuaderno 13

    Contina sobre el Nuevo Prncipe.11 Se ha dichoque el protagonista del Nuevo Prncipe no podraser en la poca moderna un hroe personal, sinoel partido poltico, o sea en cada ocasin y en las

    diversas relaciones internas de las diversas nacio-nes, aquel determinado partido que pretende (yes racional e histricamente fundado para este fin)fundar un nuevo tipo de Estado. Debe observar-se cmo en los regmenes que se postulan comototalitarios, la funcin tradicional de la institucinde la corona es en realidad asumida por el partidodeterminado, que tambin es totalitario precisa-mente porque desempea tal funcin. Si biencada partido es expresin de un grupo social y deun solo grupo social, sin embargo determinados

    partidos representan precisamente un solo gruposocial en ciertas condiciones dadas, en cuanto queejercen una funcin de equilibrio y arbitraje entre

    9Esta expresin, parangn elptico, a la que suele recurrir Gramsci en los Cuadernos, es empleada por Benedetto CroceenMaterialismo storico ed economia marxista, de 1921, para referirse a la teora del valor de Marx (vase la nota corres-pondiente de Gerratana en Tomo I, p. 331).

    10La expresin mantener en la cuna remite en ltima instancia a la afirmacin, que Gramsci atribuye a Hegel en el# 53 del Cuaderno 8, de que la servidumbre es la cuna de la libertad. Bertrando Spaventa recupera crticamente estaafirmacin en su libro Principi di etica, de 1904, objetando que hay quienes quieren mantenernos para siempre en la

    cuna (vase la nota de Gerratana de Tomo III, p. 460).11Remite al # 1 del Cuaderno 13, no incluido en esta seleccin.

  • 8/12/2019 Gramsci_Seleccin_de_Los_Cuadernos sobre Estado

    11/60

    11

    Antonio Gramsci/Cuadernos de la crcel

    Fragmentos sobre:Estado, partidos y burocracia

    los intereses de su propio grupo y los otros grupos,y procuran que el desarrollo del grupo representa-do se produzca con el consenso y la ayuda de los

    grupos aliados, si no es que tambin de los gruposdecididamente adversarios. La frmula constitu-cional del rey o del presidente de repblica quereina y no gobierna es la frmula jurdica queexpresa esta funcin de arbitraje; la preocupacinde los partidos constitucionales de no descubrira la corona o al presidente, las frmulas sobre lano responsabilidad, para los actos de gobierno,del jefe del Estado, sino sobre la responsabilidadministerial, son la casustica del principio generalde tutela de la concepcin de la unidad estatal,

    del consenso de los gobernados a la accin estatal,cualquiera que sea el personal inmediato de go-bierno y su partido.

    Con el partido totalitario estas frmulas pierdensignificado y son por lo tanto disminuidas las ins-tituciones que funcionaban en el sentido de talesfrmulas; pero la funcin misma es incorporadapor el partido, que exaltar el concepto abstractode Estado y buscar por diversos medios dar laimpresin de que la funcin de fuerza imparcial

    es activa y eficaz. (Tomo V, pginas 50-51)

    # 37, Cuaderno 17.Maquiavelo

    Es la accin poltica (en sentido estricto) necesa-ria para que se pueda hablar de partido poltico?Se puede observar que en el mundo moderno enmuchos pases los partidos orgnicos y fundamen-tales, por necesidades de la lucha o por otra causa,se han fragmentado en fracciones, cada una de lascuales adopta el nombre de Partido e incluso de

    Partido independiente. A menudo, por lo tanto,el Estado Mayor intelectual del Partido orgnicono pertenece a ninguna de tales fracciones sinoque opera como si fuese una fuerza directriz por ssola, superior a los partidos, y a veces as tambinlo ve el pblico. Esta funcin se puede estudiarcon mayor precisin si se parte del punto de vistade que un peridico (o un grupo de peridicos),una revista (o un grupo de revistas), son tambinpartidos o fracciones de partido o funcin de

    determinados partidos. Pinsese en la funcindel Timesen Inglaterra, en la que tuvo el Corriere

    della Seraen Italia, y tambin en la funcin de lallamada prensa de informacin, supuestamenteapoltica, e incluso en la prensa deportiva y en

    la tcnica. Por lo dems, el fenmeno ofrece as-pectos interesantes en los pases donde existe unpartido nico y totalitario de gobierno: puesto quetal Partido no tiene ya funciones estrictamente po-lticas sino slo tcnicas de propaganda, de polica,de influencia moral y cultural. La funcin polticaes indirecta: porque si no existen otros partidoslegales, existen siempre otros partidos de hechoo tendencias incoercibles legalmente, contra lascuales se polemiza y se lucha como en un juegode gallina ciega. En todo caso es cierto que en ta-

    les partidos las funciones culturales predominan,dando lugar a un lenguaje poltico de jerga: o seaque las cuestiones polticas se revisten de formasculturales y como tales se vuelven irresolubles.

    Pero un partido tradicional tiene un carcter esen-cial indirecto, o sea que se presenta explcita-mente como puramente educativo (lucusetcte-ra), moralista, de cultura (sic): y es el movimientolibertario: tambin la llamada accin directa (te-rrorista) es concebida como propaganda con el

    ejemplo: de ah se puede an reforzar el juicio deque el movimiento libertario no es autnomo, sinoque vive al margen de los otros partidos, paraeducarlos, y se puede hablar de un libertaris-mo inherente a todo partido orgnico. (Qu sonlos libertarios intelectuales o cerebrales sino unaspecto de tal marginalismo con respecto a losgrandes partidos de los grupos sociales dominan-tes?) La misma secta de los economistas era unaspecto histrico de este fenmeno.

    Se presentan por lo tanto dos formas de partidoque parece hacer abstraccin [(como tal)] de la ac-cin poltica inmediata: aqul constituido por unalite de hombres de cultura, que tienen la funcinde dirigir desde el punto de vista de la cultura,de la ideologa general, un gran movimiento departidos afines (que son en realidad fracciones deun mismo partido orgnico) y, en el perodo msreciente, partido no de lite, sino de masas, quecomo masas no tienen otra funcin poltica que lade una fidelidad genrica, de tipo militar, a un cen-

    tro poltico visible o invisible (a menudo el centrovisible es el mecanismo de mando de fuerzas que

  • 8/12/2019 Gramsci_Seleccin_de_Los_Cuadernos sobre Estado

    12/60

    12

    Antonio Gramsci/Cuadernos de la crcel

    Fragmentos sobre:Estado, partidos y burocracia

    no desean mostrarse a plena luz sino operar sloindirectamente por interpsita persona y por in-terpsita ideologa). La masa es simplemente de

    maniobra y es ocupada con prdicas morales,con aguijones sentimentales, con mitos mesini-cos de espera de edades fabulosas en las que todaslas contradicciones y miserias presentes sernautomticamente resueltas y sanadas. (Tomo V,pginas 326-327)

    # 51, Cuaderno 17.Maquiavelo

    En elMein Kampf, Hitler escribe: La fundacin o

    la destruccin de una religin es un gesto incalcu-lable ms relevante que la fundacin o la destruc-cin de un Estado: no digo de un partido....12Su-perficial y acrtico: los tres elementos: religin (oconcepcin del mundo activa), Estado, partido,son indisolubles y en el proceso real del desarrollohistrico-poltico se pasa del uno al otro necesa-riamente. En Maquiavelo, en los modos y en ellenguaje de la poca, se observa la comprensinde esta necesaria homogeneidad e interferenciade los tres elementos. Perder el alma para salvara la patria o al Estado es un elemento de laicismoabsoluto, de concepcin del mundo positiva ynegativa (contra la religin o concepcin domi-nante). En el mundo moderno, un partido es tal,ntegramente y no, como sucede, fraccin de unpartido ms grande, cuando aqul es concebido,organizado y dirigido de modos y formas tales quedesarrolle integralmente en un Estado (integral,y no en un gobierno tcnicamente entendido) yen una concepcin del mundo. El desarrollo del

    partido en Estado reacciona sobre el partido y exi-ge de l una continua reorganizacin y desarrollo,as como el desarrollo del partido y del Estado enconcepcin del mundo, o sea en transformacintotal y molecular (individual) de los modos depensar y de operar, reacciona sobre el Estado ysobre el partido, obligndolos a reorganizarse con-

    tinuamente y plantendoles problemas nuevos yoriginales que resolver. Es evidente que tal con-cepcin es obstaculizada en el desarrollo prctico

    por el fanatismo ciego y unilateral de partido(en este caso de secta, de fraccin de un partidoms amplio, en cuyo seno se lucha), o sea por laausencia tanto de una concepcin estatal como deuna concepcin del mundo que sean capaces dedesarrollo en cuanto histricamente necesarias.La vida poltica actual ofrece un amplio testimo-nio de estas angustias y estrecheces mentales,que por otra parte provocan luchas dramticas,porque ellas mismas son el modo como el desa-rrollo histrico se efecta prcticamente. Pero el

    pasado, y el pasado italiano que ms interesa, des-de Maquiavelo en adelante, no es menos rico enexperiencias; porque toda la historia es testigo delpresente. (Tomo V, pginas 333-334)

    #23, Cuaderno 13. Observaciones

    sobre algunos aspectos de la estructura delos partidos polticos en perodos

    de crisis orgnica (a vincular conlas notas sobre las situaciones

    y las relaciones de fuerza)13

    En cierto punto de su vida histrica los grupossociales se separan de sus partidos tradicionales,o sea que los partidos tradicionales en aquelladeterminada forma organizativa, con aquellosdeterminados hombres que los constituyen, losrepresentan y los dirigen no son ya reconocidoscomo su expresin por su clase o fraccin de clase.Cuando estas crisis tienen lugar, la situacin in-

    mediata se vuelve delicada y peligrosa, porque elcampo queda abierto a soluciones de fuerza, a laactividad de potencias oscuras representadas porlos hombres providenciales o carismticos. Cmose crean estas situaciones de oposicin entre re-presentantes y representados, que del terreno delos partidos (organizaciones de partido en sentido

    12Gramsci remite, naturalmente, aMi luchade Adolf Hitler. Pero Gerratana, en su nota de Tomo V, p. 539, afirma que la

    cita proviene, en realidad, de alguna fuente indirecta no especificada.13Remite al # 17 de este Cuaderno 13, incluido en parte, ms adelante, en esta seleccin.

  • 8/12/2019 Gramsci_Seleccin_de_Los_Cuadernos sobre Estado

    13/60

    13

    Antonio Gramsci/Cuadernos de la crcel

    Fragmentos sobre:Estado, partidos y burocracia

    estricto, campo electoral-parlamentario, organiza-cin periodstica) se refleja en todo el organismoestatal, reforzando la posicin relativa del poder

    de la burocracia (civil y militar), de la alta finanza,de la Iglesia y en general de todos los organismosrelativamente independientes de las fluctuacio-nes de la opinin pblica? En cada pas el procesoes distinto, si bien el contenido es el mismo. Y elcontenido es la crisis de hegemona de la clasedirigente, que se produce ya sea porque la clasedirigente ha fracasado en alguna gran empresapoltica para la que ha solicitado o impuesto con lafuerza el consenso de las grandes masas (como laguerra) o porque vastas masas (especialmente de

    campesinos y de pequeoburgueses intelectua-les) han pasado de golpe de la pasividad polticaa una cierta actividad y plantean reivindicacionesque en su conjunto no orgnico constituyen unarevolucin. Se habla de crisis de autoridad yesto precisamente es la crisis de hegemona, ocrisis del Estado en su conjunto.

    La crisis crea situaciones inmediatas peligrosas,porque los diversos estratos de la poblacin noposeen la misma capacidad de orientarse rpida-

    mente y de reorganizarse con el mismo ritmo. Laclase tradicional dirigente, que tiene un numerosopersonal adiestrado, cambia hombres y programasy reabsorbe el control que se le estaba escapan-do con una celeridad mayor que la que poseenlas clases subalternas; hace incluso sacrificios, seexpone a un futuro oscuro con promesas dema-ggicas, pero conserva el poder, lo refuerza por elmomento, y se sirve de l para aniquilar al adver-sario y dispersar a su personal de direccin, queno puede ser muy numeroso ni muy adiestrado.

    El hecho de que las tropas de muchos partidos

    pasen a colocarse bajo la bandera de un partidonico que mejor represente y resuma las necesi-dades de toda la clase es un fenmeno orgnico y

    normal, aunque su ritmo sea rapidsimo y casi ful-minante en comparacin con tiempos tranquilos:representa la fusin de todo un grupo social bajouna direccin nica considerada la nica capazde resolver un problema dominante existencialy de alejar un peligro mortal. Cuando la crisis noencuentra esta solucin orgnica, sino la del jefecarismtico, significa que existe un equilibrioesttico (cuyos factores pueden ser dispares, peroen el que prevalece la inmadurez de las fuerzasprogresistas), que ningn grupo, ni el conservador

    ni el progresista, tiene la fuerza necesaria para lavictoria y que incluso el grupo conservador tienenecesidad de un amo (cfr. El 18 brumario de Luis

    Napolen).14[...] (Tomo V, pginas 52-53)

    # 84, Cuaderno 6.Pasado y presente.

    Continuidad y tradicin

    Un aspecto de la cuestin mencionada en la p. 33

    Diletantismo y disciplina, desde el punto devista del centro organizativo de una agrupacin ydesde el de la continuidad que tiende a crearuna tradicin entendida, naturalmente, en elsentido activo y no pasivo como continuidad encontinuo desarrollo, pero desarrollo orgnico.15Este problema contiene en germen todo el pro-blema jurdico, o sea el problema de asimilar ala fraccin ms avanzada de la agrupacin todala agrupacin: es un problema de educacin demasas, de su conformacin segn las exigencias

    del fin a alcanzar. Precisamente sta es la funcin

    14Se refiere, naturalmente, aEl dieciocho Brumario de Luis Bonaparte de Marx. Ms precisamente, Gerratana, en su nota deTomo 5, p. 468, indica que se refiere al siguiente prrafo: Francia slo parece escapar al despotismo de una clase parareincidir bajo el despotismo de un individuo, y concretamente bajo la autoridad de un individuo sin autoridad. Y la lu-cha parece haber terminado en que todas las clases se postraron de hinojos, con igual impotencia y con igual mutismo,ante la culata del fusil (en K. Marx y F. Engels: Obras escogidas en tres tomos, Mosc, Progreso, 1981, tomo I, p. 313)).

    15Mediante la expresin la cuestin mencionada en la p. 33 Diletantismo y disciplina Gramsci se refiere al # 79 deeste Cuaderno 6, donde reflexiona acerca de algunas cuestiones de organizacin y disciplina partidarias y particular-mente acerca de la relacin entre dirigentes y dirigidos (la expresin centro organizativo de una agrupacin remite

    a esto). Ya en ese # 79 Gramsci compara las caractersticas de la organizacin del partido con las de la organizacin delEstado, pero es en este # 84 que incluimos donde la comparacin es ms relevante para esta recopilacin.

  • 8/12/2019 Gramsci_Seleccin_de_Los_Cuadernos sobre Estado

    14/60

    14

    Antonio Gramsci/Cuadernos de la crcel

    Fragmentos sobre:Estado, partidos y burocracia

    del derecho en el Estado y en la Sociedad; a tra-vs del derecho el Estado hace homogneo elgrupo dominante y tiende a crear un conformismo

    social que sea til a la lnea de desarrollo del grupodirigente. La actividad general del derecho (quees ms amplia que la actividad puramente estataly gubernativa e incluye tambin la actividad di-rectiva de la sociedad civil, en aquellas zonas quelos tcnicos del derecho llaman de indiferencia

    jurdica, o sea en la moralidad y las costumbresen general) sirve para comprender mejor, con-cretamente, el problema tico, que en la prcticaes la correspondencia espontnea y librementeaceptada entre los actos y las omisiones de cada

    individuo, entre la conducta de cada individuo ylos fines que la sociedad se impone como necesa-rios, correspondencia que es coactiva en la esferadel derecho positivo tcnicamente entendido, yes espontnea y libre (ms estrictamente tica)en aquellas zonas en las que la coaccin no esestatal, sino de opinin pblica, de ambiente mo-ral, etctera. La continuidad jurdica del centroorganizativo no debe ser de tipo bizantino-napo-lenico, o sea segn un cdigo concebido comoperpetuo, sino romano-anglosajn, o sea cuyacaracterstica esencial consiste en el mtodo, rea-lista, siempre ligado a la vida concreta en perpe-tuo desarrollo. Esta continuidad orgnica exige unbuen archivo, bien organizado y de fcil consulta,en el que toda la actividad pasada sea fcilmenterastreable y criticable. Las manifestaciones msimportantes de esta actividad no son tanto lasdecisiones orgnicas como las circulares expli-cativas y razonadas (educativas).

    Existe el peligro de burocratizarse, es cierto,

    pero toda continuidad orgnica presenta este peli-gro, que es preciso vigilar. El peligro de la discon-tinuidad, de la improvisacin, es an ms grande.[...] (Tomo III, pginas 70-71)

    # 36, Cuaderno 13. Sobre la burocracia

    1] El hecho de que en el desarrollo his-trico de las formas polticas y econmicas se

    haya venido formando el tipo del funcionario decarrera tcnicamente adiestrado para el trabajo

    burocrtico (civil y militar) tiene un significadoprimordial en la ciencia poltica y en la historiade las formas estatales. Se ha tratado de una

    necesidad o de una degeneracin con respecto alautogobierno (self-government) como pretenden loslibrecabistas puros? Es cierto que toda forma so-cial y estatal ha tenido su propio problema de losfuncionarios, un modo de plantearlo y resolverlo,su propio sistema de seleccin, su propio tipo defuncionario que educar. Reconstruir la evolucinde todos estos elementos es de importancia capi-tal. El problema de los funcionarios coincide enparte con el problema de los intelectuales. Perosi bien es verdad que cada nueva forma social y

    estatal ha tenido necesidad de un nuevo tipo defuncionario, tambin es verdad que los nuevosgrupos dirigentes no han podido nunca prescindir,al menos por cierto tiempo, de la tradicin y delos intereses constituidos, o sea de las formacionesde funcionarios ya existentes y preconstituidas enel momento de su advenimiento (esto especial-mente en la esfera eclesistica y en la militar).La unidad del trabajo manual e intelectual y unvnculo ms estrecho entre el poder legislativo yel ejecutivo (por el que los funcionario electos,adems de interesarse en el control, se encarguentambin de la ejecucin de los asuntos de Estado)pueden ser motivos de inspiracin tanto para unaorientacin nueva en la solucin del problema delos intelectuales como para el de los funcionarios.

    2] Relacionada con la cuestin de la bu-rocracia y de su organizacin ptima se halla ladiscusin sobre los llamados centralismo org-nico y centralismo democrtico (que por otraparte no tiene nada que ver con la democracia abs-

    tracta, tanto que la Revolucin francesa y la terce-ra Repblica desarrollaron formas de centralismoorgnico que no haban conocido ni la monarquaabsoluta ni Napolen I). Habr que buscar y exa-minar las relaciones econmicas y polticas realesque encuentran su forma organizativa, su articula-cin y su funcionalidad en las diversas manifesta-ciones de centralismo orgnico y democrtico entodos los campos: en la vida estatal (unitarismo,federacin, unin de Estados federados, federa-cin de Estados o Estado federal, etctera), en lavida interestatal (alianzas, formas varias de cons-

  • 8/12/2019 Gramsci_Seleccin_de_Los_Cuadernos sobre Estado

    15/60

    15

    Antonio Gramsci/Cuadernos de la crcel

    Fragmentos sobre:Estado, partidos y burocracia

    telacin poltica internacional), en la vida de lasasociaciones polticas y culturales (masonera, Ro-tary Club, Iglesia catlica), sindicales econmicas

    (crceles, trusts), en un mismo pas, en diversospases, etctera.

    Polmicas nacidas en el pasado (antes de 1914) apropsito del predominio alemn en la vida de laalta cultura y de algunas fuerzas polticas interna-cionales: pero era real este predominio y en quconsista realmente? Puede decirse: a] que ningnvnculo orgnico y disciplinario estableca tal su-premaca, que por lo tanto era un simple fenme-no de influencia cultural abstracta y de prestigiomoral muy dbil; b] que tal influencia cultural no

    tocaba para nada la actividad real, que viceversaera disgregada, localista, sin orientacin de con-

    junto. Por lo tanto no se puede hablar de ningncentralismo ni orgnico ni democrtico ni de otrognero o mixto. La influencia era sentida y sufridapor escasos grupos intelectuales, sin vnculos conlas masas populares, y precisamente esta ausenciade vnculos caracterizaba la situacin. Sin embar-go, tal estado de cosas es digno de examen por-que sirve para explicar el proceso que condujo a

    formular las teoras del centralismo orgnico, quefueron precisamente una crtica unilateral y deintelectuales a aquel desorden y a aquella disper-sin de fuerzas.16

    Entre tanto, hay que distinguir en las teoras delcentralismo orgnico entre aquellas que velanun programa preciso de predominio real de unaparte sobre el todo (ya sea que esa parte estconstituida por un estrato como la de los intelec-tuales, ya sea que est constituida por un grupoterritorial privilegiado) y aquellas que son una

    pura posicin unilateral de sectarios y fanticosy que no obstante pueden ocultar un programade predominio (generalmente una sola indivi-dualidad, como la del papa infalible por la que elcatolicismo se ha transformado en una especie deculto del pontfice), inmediatamente no parece

    ocultar semejante programa como hecho polticoy consciente. El nombre ms exacto sera el decentralismo burocrtico. La organicidad no

    puede ser ms que del centralismo democrtico,el cual es un centralismo en movimiento, poras decirlo, o sea una continua adecuacin de la or-ganizacin al movimiento real, un contemporizarlos impulsos de abajo con el mando de arriba, unainsercin continua de los elementos que brotan delo profundo de la masa en el marco slido del apa-rato de direccin que asegura la continuidad y laacumulacin regular de las experiencias: aqul esorgnico porque toma en cuenta el movimiento,que es el modo orgnico de revelarse de la reali-

    dad histrica y no se endurece mecnicamente enla burocracia, y al mismo tiempo toma en cuentaaquello que es relativamente estable y permanen-te o que por lo menos se mueve en una direccinfcil de preverse, etctera. Este elemento de es-tabilidad en el Estado se encarna en el desarrolloorgnico del ncleo central del grupo dirigente talcomo sucede en una escala ms restringida en lavida de los partidos. El predominio del centralis-mo burocrtico en el Estado indica que el grupodirigente est saturado y convirtindose en unacamarilla estrecha que tiende a perpetuar susmezquinos privilegios regulando o incluso sofo-cando el nacimiento de fuerzas contrarias, aunqueestas fuerzas sean homogneas a los interesesdominantes fundamentales (por ejemplo en lossistemas proteccionistas a ultranza en lucha conel librecambismo econmico). En los partidos querepresentan grupos socialmente subalternos, elelemento de estabilidad es necesario para asegu-rar la hegemona no a grupos privilegiados sino a

    los elementos progresistas, orgnicamente progre-sistas con respecto a otras fuerzas afines y aliadaspero compuestas y oscilantes.

    En todo caso hay que sealar que las manifesta-ciones morbosas de centralismo burocrtico sehan producido por deficiencias de iniciativas y

    16Gerratana, en sendas notas del tomo IV, p. 416, afirma que la expresin fuerzas polticas internacionales remite a lasocialdemocracia alemana y la expresin teoras del centralismo orgnico a la concepcin de la organizacin del PCIque Amadeo Brdiga haba opuesto a la oficial del centralismo democrtico. Recurdese que Brdiga (1889-1970),

    uno de los fundadores del PCI y su mximo dirigente y secretario general entre 1921 y 1924, haba enfrentado desdela izquierda la lnea oficial de la III Internacional, con la que se alineara Gramsci.

  • 8/12/2019 Gramsci_Seleccin_de_Los_Cuadernos sobre Estado

    16/60

    16

    Antonio Gramsci/Cuadernos de la crcel

    Fragmentos sobre:Estado, partidos y burocracia

    responsabilidad en la base, o sea por el primitivis-mo poltico de las fuerzas perifricas, aun cuandostas sean homogneas con el grupo territorial

    hegemnico (fenmeno del piamontesismo enlas primeras dcadas de la unidad italiana). Laformacin de tales situaciones puede ser extraor-dinariamente daina y peligrosa en los organismosinternacionales (Sociedad de las Naciones).

    El centralismo democrtico ofrece una frmulaelstica que se presta a muchas encarnaciones; viveen cuanto que es interpretada y adaptada continua-mente a las necesidades: consiste en la bsquedacrtica de lo que es igual en la aparente disformidady por el contrario distinto e incluso opuesto en laaparente uniformidad para organizar y conectarestrechamente lo que es similar, pero de modoque la organizacin y la conexin resulten una ne-cesidad prctica e inductiva, experimental y noel resultado de un proceso racionalista, deductivo,abstracto, o sea propio de los intelectuales puros (opuros asnos). Este esfuerza continuo para extraerel elemento internacional y unitario en la rea-lidad nacional y localista es en realidad una accinpoltica concreta, la nica actividad productiva de

    progreso histrico. Esto exige una unidad orgnicaentre teora y prctica, entre estratos intelectuales ymasas populares, entre gobernantes y gobernados.Las frmulas de unidad y federacin pierden granparte de su significado desde este punto de vista,mientras que conservan su veneno en la concep-cin burocrtica para la cual acaba por no existirunidad sino un pantano de aguas estancadas, su-perficialmente tranquilo y mudo y no federacinsino costal de papas, o sea yuxtaposicin mec-nica de unidades aisladas sin vnculo entre s.

    (Tomo V, pginas 76-79)

    # 52, Cuaderno 8.Maquivelo.

    El moderno Prncipe

    La cuestin de la clase poltica (cfr. los libros deGaetano Mosca). Pero en Mosca la cuestin est

    planteada en forma insatisfactoria: ni siquierase comprende exactamente qu entiende Mos-ca precisamente por clase poltica, a tal punto

    la nocin es ondulante y elstica. Parece queabarca todas las clases propietarias, toda la clasemedia; pero cul es entonces la funcin de laclase alta? Otras veces parece que se refiere sloa una aristocracia poltica, al personal polticode un Estado y ms an, a aquella parte que ac-ta libremente en el sistema representativo, osea con exclusin de la burocracia incluso en suestrato superior, que para Mosca debe ser contro-lada y guiada por la clase poltica. La deficienciade Mosca se demuestra en el hecho de que no

    encara en su conjunto el problema del partidopoltico, y se comprende, dado el carcter de suslibros y especialmente de los Elementi di scienza

    politica .17 El inters de Mosca oscila entre unaposicin objetiva y desinteresada de cientficoy una posicin apasionada de inmediato hombrecomprometido que ve desarrollarse aconteci-mientos que lo angustian y ante los que quierereaccionar. Las dos partes del libro escritas endos momentos tpicos de la historia poltico-so-cial italiana, en 1895 y en 1923, mientras la clasepoltica se desintegra y no logra encontrar unterreno slido de organizacin.

    En el moderno Prncipe la cuestin del hombrecolectivo, es decir del conformismo social, osea del fin de crear un nuevo nivel de civiliza-cin, educando a una clase poltica que ya enidea encarne este nivel: por lo tanto cuestin dela funcin y la actitud de cada individuo fsico enel hombre colectivo: cuestin tambin de lo quees la naturaleza del derecho segn una nueva

    concepcin del Estado, realista y positiva.Tambin la cuestin de la llamada revolucinpermanente, concepto poltico surgido hacia1848, como expresin cientfica del jacobinismoen un perodo en el que an no se haban consti-tuido los grandes partidos polticos y los grandessindicatos econmicos, y que ulteriormente sera

    17Gaetano Mosca (1858-1941), politlogo, diputado y senador vitalicio italiano en la monarqua y el fascismo, public los

    Elementi di scienza politicaen 1896 (parcialmente publicados en espaol comoLa clase poltica, seleccin e introduccinde N. Bobbio, Mxico, FCE, 1984).

  • 8/12/2019 Gramsci_Seleccin_de_Los_Cuadernos sobre Estado

    17/60

    17

    Antonio Gramsci/Cuadernos de la crcel

    Fragmentos sobre:Estado, partidos y burocracia

    ajustado y superado en el concepto de hegemo-na civil.18

    La cuestin de la guerra de posiciones y de la

    guerra de movimientos, con la cuestin del ar-ditismo, en cuanto vinculado a la ciencia poltica:concepto del 48 de la guerra de movimientos enpoltica y precisamente el de la revolucin per-manente: la guerra de posiciones, en poltica, esel concepto de hegemona, que slo puede nacerdespus del advenimiento de ciertas premisas, asaber las grandes organizaciones populares de tipomoderno, que representan como las trincherasy las fortificaciones permanentes de la guerra deposiciones. [...] (Tomo III, pginas 243-244)

    #6, Cuaderno 13.

    La cuestin de la clase poltica, tal como es pre-sentada en las obras de Gaetano Mosca, se haconvertido en un rompecabezas. No se entiendecon exactitud qu entiende precisamente Moscapor clase poltica, a tal punto la nocin es elsticay ondulante. A veces parece que por clase poltica

    entiende la clase media, otras veces el conjunto delas clases propietarias, otras veces aquello que sellama la parte oculta de la sociedad, o el per-sonal poltico (clase parlamentaria) del Estado:a veces parece que la burocracia, incluso en suestrato superior, est excluida de la clase polticaen cuanto que debe ser controlada y guiada porla clase poltica. La diferencia del tratamiento deMosca se muestra en el hecho de que no enfrentaen su conjunto el problema del partido polticoy ello se comprende, dado el carcter de los libros

    de Mosca y especialmente de los Elementi discienza politica: el inters de Mosca, en efecto, vadesde una posicin objetiva y desinteresada decientfico a una posicin apasionada de inmediatohombre de partido que ve desarrollarse aconte-cimientos que lo angustian y frente a los cuales

    deseara reaccionar. Por otra parte, Mosca incons-cientemente refleja las discusiones suscitadas porel materialismo histrico, pero las refleja como el

    provinciano que siente en el aire las discusionesque se producen en la capital y no tiene los mediosde procurarse los documentos y textos fundamen-tales: en el caso de Mosca no tener los medios deprocurarse los textos y documentos del problemaque sin embargo trata, significa que Mosca per-tenece a esa clase de universitarios que mientrasconsideran su deber hacer despliegue de todas lascautelas del mtodo histrico cuando estudian lasideuchas de un publicisista medieval de tercer or-den, no consideran o no consideraban dignas del

    mtodo las doctrinas del materialismo histrico,no consideraban necesario remitirse a las fuentesy se conformaban con hojear articulejos de peridi-cos y folletos populares. (Tomo V, pgina 21)

    # 71, Cuaderno 9.Pasado y presente

    [] Un aspecto esencial de la estructura del pases la importancia que en su composicin tiene

    la burocracia. Cuntos son los empleados de laadministracin estatal y local? Y qu fraccin dela poblacin vive con el producto de los empleosestatales y locales? Debe verse el libro del doctorRenato Spaventa, Burocrazia, ordinamenti ammi-nistrativi e Fascismo, 1928, editores Treves. Repro-duce el juicio de un ilustre economista que 17aos antes, o sea cuando la poblacin era de unos35 millones, calculaba que aquellos que obtie-nen su subsistencia de un empleo pblico, oscilanalrededor de dos millones de personas. Parece

    que entre ellas no se calcularon los empleadosde los organismos locales, mientras que s pareceque se calcularon los ferroviarios y los empleadosde industrias monopolizadas que no pueden cal-cularse como empleados administrativos, sinoque deben ser considerados aparte porque, bien

    18La expresin la cuestin de la llamada revolucin permanente no remite aqu a la concepcin elaborada por Trotskyante las revoluciones rusas de 1905-17, a la que se refiere Gramsci en otros apuntes, sino a la adoptada por Marx y En-gels ante la revolucin alemana de 1848 (vase en este sentido el # 44 del Cuaderno 1 de Gramsci, as como K. Marx y

    F. Engels: Mensaje del Comit Central de la Liga de los Comunistas de 1850, en K. Marx y F. Engels: Obras escogidasen tres tomos, Mosc, Progreso, 1981, tomo I) (vase nota correspondiente de Gerratana en tomo I, p. 369).

  • 8/12/2019 Gramsci_Seleccin_de_Los_Cuadernos sobre Estado

    18/60

    18

    Antonio Gramsci/Cuadernos de la crcel

    Fragmentos sobre:Estado, partidos y burocracia

    o mal, producen bienes controlables y son em-pleados por necesidades industriales controlablescon exactitud. La comparacin entre los diversos

    Estados puede hacerse para los empleados admi-nistrativos centrales y locales y para la parte delpresupuesto que consumen (y para la fraccin depoblacin que representan), no para los pertene-cientes a las industrias y servicios estatizados queno son semejantes y homogneos entre Estado yEstado. Por esta misma razn no pueden incluirseentre los empleados estatales los maestros de es-cuela, que deben ser considerados aparte, etctera.Hay que aislar y confrontar aquellos elementos deempleo estatal y local que existen en cada Estado

    moderno, incluso en el ms librecambista, yconsiderar aparte todas las otras formas de empleo,etctera. (Tomo IV, pginas 52-53)

    # 61, Cuaderno 3.Lucha de generaciones

    El hecho de que la vieja generacin no consigaguiar a la generacin ms joven es en parte tam-

    bin la expresin de la crisis de la institucinfamiliar y de la nueva situacin del elementofemenino en la sociedad. La educacin de los

    hijos se confa cada vez ms al Estado o a ini-ciativas escolares privadas y ello determina unempobrecimiento sentimental con respectoal pasado y una mecanizacin de la vida. Loms grave es que la vieja generacin renunciaa su misin educativa en determinadas situa-ciones, basndose en teoras mal comprendidaso aplicadas en situaciones distintas de aquellasde las que eran expresin. Se cae incluso enformas estadoltricas: en realidad todo elemen-to social homogneo es Estado, representa al

    Estado, en cuanto que adhiere a su programa:de otro modo se confunde al Estado con la bu-rocracia estatal. Cada ciudadano es funciona-rio si es activo en la vida social en la direccintrazada por el Estado-gobierno, y es tanto msfuncionario cuanto ms adhiere al programaestatal y lo elabora inteligentemente. (Tomo II,pgina 61)

  • 8/12/2019 Gramsci_Seleccin_de_Los_Cuadernos sobre Estado

    19/60

    19

    Antonio Gramsci/Cuadernos de la crcel

    Fragmentos sobre:Estado y fases...

    #17, Cuaderno 13.Anlisisde las situaciones: relaciones de fuerza

    [...] Primeramente en la relacin de fuerza hayque distinguir diversos momentos o grados, que

    fundamentalmente son stos: 1] Una relacin de fuerzas sociales estre-chamente ligada a la estructura, objetiva, indepen-diente de la voluntad de los hombres, que puedeser medida con los sistemas de las ciencias exactaso fsicas. Sobre la base del grado de desarrollo delas fuerzas materiales de produccin se tienen losagrupamientos sociales, cada uno de los cualesrepresenta una funcin y tiene una posicin dadaen la produccin misma. Esta relacin es la quees, una realidad rebelde: nadie puede modificar

    el nmero de las empresas y de sus empleados,el nmero de las ciudades con su correspondientepoblacin urbana, etctera. Este planteamientofundamental permite estudiar si en la sociedadexisten las condiciones necesarias y suficientespara su transformacin, es decir, permite controlarel grado de realismo y de practicabilidad de lasdiversas ideologas que han nacido en su mismoterreno, en el terreno de las contradicciones queaqulla ha generado durante su desarrollo.

    2] Un momento subsiguiente es la rela-cin de las fuerzas polticas, o sea la evaluacindel grado de homogeneidad, de autoconciencia yde organizacin alcanzado por diversos grupos so-ciales. Este momento puede ser a su vez analizadoy distinguido en varios grados, que correspondena los diversos momentos de la conciencia polticacolectiva, tal como se han manifestado hasta ahoraen la historia. El primero y ms elemental es eleconmico-corporativo: un comerciante sienteque debe ser solidario con otro comerciante, unfabricante con otro fabricante, etctera, pero el

    comerciante no se siente todava solidario con elfabricante; o sea que se siente la unidad homog-nea, y el deber de organizarla, del grupo profesio-nal, pero todava no del grupo social ms vasto. Unsegundo momento es aqul en el que se alcanzala conciencia de la solidaridad de intereses entre

    todos los miembros del grupo social, pero todavaslo en el campo meramente econmico. Ya eneste momento se plantea la cuestin del Estado,pero slo en el terreno de alcanzar una igualdadpoltico-jurdica con los grupos dominantes, por-que se reivindica el derecho de participacin en lalegislacin y en la administracin y tal vez inclusode modificarlas, de reformarlas, pero en los cua-dros fundamentales existentes. Un tercer momen-to es aqul en que se alcanza la conciencia de que

    los propios intereses corporativos, en su desarrolloactual y futuro, superan el crculo corporativo, degrupo meramente econmico, y pueden y debenconvertirse en intereses de otros grupos subordi-nados. Esta es la fase ms estrictamente poltica,que seala el trnsito neto de la estructura a laesfera de las superestructuras complejas, es la faseen la que las ideologas germinadas anteriormentese convierten en partido, entran en confronta-cin y se declaran en lucha hasta que una sola deellas o al menos una sola combinacin de ellas,

    tiende a prevalecer, a imponerse, a difundirse portoda el rea social, determinando, adems de launidad de fines econmicos y polticos, tambinla unidad intelectual y moral, situando todas lascuestiones en torno a las cuales hierve la lucha noen el plano corporativo sino en un plano univer-sal, y creando as la hegemona de un grupo socialfundamental sobre una serie de grupos subordina-dos. El Estado es concebido como organismo pro-pio de un grupo, destinado a crear las condicionesfavorables para la mxima expansin del grupomismo, pero este desarrollo y esta expansin son

    ESTADOYFASESECONOMICO-CORPORATIVAYETICO-POLITICA

  • 8/12/2019 Gramsci_Seleccin_de_Los_Cuadernos sobre Estado

    20/60

    20

    Antonio Gramsci/Cuadernos de la crcel

    Fragmentos sobre:Estado y fases...

    concebidos y presentados como la fuerza motrizde una expansin universal, de un desarrollo detodas las energas nacionales, o sea que el grupo

    dominante es coordinado concretamente con losintereses generales de los grupos subordinadosy la vida estatal es concebida como un continuoformarse y superarse de equilibrios inestables (enel mbito de la ley) entre los intereses del grupofundamental y los de los grupos subordinados,equilibrios en los que los intereses del grupo do-minante prevalecen pero hasta cierto punto, o seano hasta el burdo inters econmico-corporativo.En la historia real estos momentos se implicanrecprocamente, por as decirlo horizontalmente y

    verticalmente, o sea segn las actividades econ-mico-sociales (horizontales) y segn los territorios(verticalmente), combinndose y escindindosediversamente: cada una de estas combinacionespuede ser representada por su propia expresinorganizada econmica y poltica. Con todo, hayque tener en cuenta que a estas relaciones in-ternas de un Estado-nacin se entretejen lasrelaciones internacionales, creando nuevas com-binaciones originales e histricamente concretas.Una ideologa, nacida en un pas ms desarrollado,se difunde a pases menos desarrollados, incidien-do en el juego local de las combinaciones. (Lareligin, por ejemplo, ha sido siempre una fuentede tales combinaciones ideolgico-polticas nacio-nales e internacionales, y con la religin las otrasformaciones internacionales, la masonera, el Ro-tary Club, los judos, la diplomacia de carrera, quesugieren expedientes polticos de origen histricodiverso y los hacen triunfar en determinados pa-ses, funcionando como partido poltico internacio-

    nal que opera en cada nacin con todas sus fuerzasinternacionales concentradas; pero religin, ma-sonera, Rotary, judos, etctera, pueden entraren la categora social de los intelectuales, cuyafuncin, a escala internacional, es la de medir losextremos, la de socializar los hallazgos tcnicosque hacen funcionar toda actividad de direccin,la de imaginar compromisos y vas de escape en-tre las soluciones extremas.) Esta relacin entrefuerzas internacionales y fuerzas nacionales secomplica an ms por la existencia en el interior

    de cada Estado de numerosas secciones territoria-

    les de diversa estructura y de diversa relacin defuerza en todos los grados (as la Vende estabaaliada con las fuerzas internacionales reaccionarias

    y las representaba en el seno de la unidad territo-rial francesa; as Lion en la Revolucin francesarepresentaba un nudo particular de relaciones,etctera).

    3] El tercer momento es el de la relacinde las fuerzas militares, inmediatamente decisivoen cada ocasin. (El desarrollo histrico oscila con-tinuamente entre el primer y el tercer momento,con la mediacin del segundo.) Pero tampoco stees algo indistinto e identificable inmediatamenteen forma esquemtica; tambin en ste se puedendistinguir dos grados: el militar en sentido estrictoo tcnico-militar y el grado que se puede llamarpoltico-militar. En el desarrollo de la historia estosdos grados se han presentado en una gran variedadde combinaciones. [...] (Tomo V, pginas 35-38)

    # 18, Cuaderno 13.Algunos aspectostericos y prcticos del economismo

    [...] El planteamiento del movimiento del libre-cambio se basa en un error terico cuyo origenprctico no es difcil identificar; en la distincinentre sociedad poltica y sociedad civil, que dedistincin metodolgica es convertida en distin-cin orgnica y presentada como tal. As se afirmaque la actividad econmica es propia de la socie-dad civil y que el Estado no debe intervenir en sureglamentacin. Pero como en la realidad efectivasociedad civil y Estado se identifican, hay queestablecer que tambin el librecambismo es una

    reglamentacin de carcter estatal, introduciday mantenida por va legislativa y coactiva: es unhecho de voluntad consciente de sus propios fi-nes y no la expresin espontnea, automtica delhecho econmico. Por lo tanto, el librecambismoes un programa poltico, destinado a cambiar, encuanto triunfa, el personal dirigente de un Estadoy el programa econmico del Estado mismo, osea a cambiar la distribucin de la renta nacional.Diferente es el caso del sindicalismo terico, en lamedida en que se refiere a un grupo subalterno, al

    cual con esta teora se le impide llegar a ser domi-

  • 8/12/2019 Gramsci_Seleccin_de_Los_Cuadernos sobre Estado

    21/60

    21

    Antonio Gramsci/Cuadernos de la crcel

    Fragmentos sobre:Estado y fases...

    nante, desarrollarse ms all de la fase econmico-corporativa para elevarse a la fase de hegemonatico-poltica en la sociedad civil y dominante en

    el Estado. Por lo que respecta al librecambismo setiene el caso de una fraccin del grupo dirigenteque quiere modificar no la estructura del Estado,sino slo la orientacin del gobierno, que quierereformar la legislacin comercial y slo indirec-tamente industrial (porque es innegable que elproteccionismo, especialmente en los pases demercado pobre y restringido, limita la libertadde iniciativa industrial y favorece morbosamenteel nacimiento de los monopolios): se trata de larotacin de los partidos dirigentes en el gobierno,

    no de la fundacin y organizacin de una nuevasociedad poltica y mucho menos de un nuevotipo de sociedad civil. En el movimiento delsindicalismo terico la cuestin se presenta mscompleja: es innegable que en ste la indepen-dencia y la autonoma del grupo subalterno quese dice expresar son por el contrario sacrificadasa la hegemona intelectual del grupo dominante,porque precisamente el sindicalismo terico noes ms que un aspecto del librecambismo, justi-ficado con algunas afirmaciones mutiladas, y porlo tanto trivializadas, de la filosofa de la praxis.Por qu y cmo tiene lugar este sacrificio? Seexcluye la transformacin del grupo subordinadoen dominante, o porque el problema ni siquiera seha proyectado (fabianismo, De Man, parte notabledel laborismo) o porque es presentado en formasincongruentes e ineficientes (tendencias socialde-mocrticas en general) o porque se afirma el saltoinmediato del rgimen de grupos al de la perfectaigualdad y de la economa sindical.

    Es por lo menos extraa la actitud del economis-mo frente a las expresiones de voluntad, de acciny de iniciativa poltica e intelectual, como si stasno fuesen una emanacin orgnica de necesidadeseconmicas e incluso la nica expresin eficientede la economa; as, es incongruente que el plan-teamiento concreto de la cuestin hegemnica seainterpretado como un hecho que subordina al gru-po hegemnico. El hecho de la hegemona presu-pone indudablemente que se tomen en cuenta losintereses y las tendencias de los grupos sobre loscuales la hegemona ser ejercida, que se forme

    un cierto equilibrio de compromiso, esto es, queel grupo dirigente haga sacrificios de orden eco-nmico-corporativo, pero tambin es indudable

    que tales sacrificios y tal compromiso no puedenafectar a lo esencial, porque si la hegemona es ti-co-poltica, no puede dejar de ser tambin econ-mica, no puede dejar de tener su fundamento enla funcin decisiva que el grupo dirigente ejerceen el ncleo decisivo de la actividad econmica.[...] (Tomo V, pginas 41-42)

    # 90, Cuaderno 3.

    Historia de las clases subalternas(cfr. notas en las pp. 10 y 12)

    La unificacin histrica de las clases dirigentesest en el Estado y su historia es esencialmente lahistoria de los Estados y de los grupos de Estados.Esta unidad debe ser concreta, o sea el resultadode las relaciones entre Estado y sociedad civil.Para las clases subalternas la unificacin no seprodujo: su historia est entrelazada con la de lasociedad civil, es una fraccin disgregada desta. Hay que estudiar: 1] la formacin objetiva

    para el desarrollo y las transformaciones, ocurridasen el mundo econmico, su difusin cuantitati-va y el origen de otras clases precedentes: 2] suadherencia a formaciones polticas dominantespasiva o activamente, o sea tratando de influir enlos programas de estas formaciones con reivindica-ciones propias; 3] nacimiento de partidos nuevosde la clase dominante para mantener el controlde las clases subalternas; 4] formaciones propiasde las clases subalternas de carcter restringidoo parcial; 5] formaciones polticas que afirman la

    autonoma de aqullas pero en el cuadro antiguo6] formaciones polticas que afirman la autonomaintegral, etctera. La lista de estas fases puedeprecisarse ms an con fases intermedias o concombinaciones de varias fases. El historiadorseala la lnea de desarrollo hacia la autonomaintegral, desde las fases ms primitivas. Por ello,tambin la historia de un partido de estas clases esmuy compleja, en cuanto que debe incluir todaslas repercusiones de su actividad para toda el reade las clases subalternas en su conjunto: entre s-tas una ejercer ya una hegemona, y esto hay que

  • 8/12/2019 Gramsci_Seleccin_de_Los_Cuadernos sobre Estado

    22/60

    22

    Antonio Gramsci/Cuadernos de la crcel

    Fragmentos sobre:Estado y fases...

    establecerlo estudiando tambin la evolucin detodos los dems partidos en cuanto que incluyenelementos de esta clase hegemnica o de las otras

    clases subalternas que sufren esta hegemona. Uncanon de investigacin histrica podra construir-se estudiando la historia de la burguesa en estaforma (estas observaciones se relacionan con lasnotas sobre el Risorgimento): la burguesa tomel poder luchando contra determinadas fuerzassociales ayudada por otras determinadas fuerzas;para unificarse en el Estado deba eliminar a unasy tener el consentimiento activo o pasivo de lasotras. El estudio de su desarrollo de clase subal-terna debe, pues, investigar las fases a travs de

    las cuales conquist una autonoma con respectoa los enemigos que haba que abatir en el futuroy conquist la adhesin de aquellas fuerzas quela ayudaron activa o pasivamente en cuanto quesin esta adhesin no habra podido unificarse enel Estado. El grado de conciencia a que haballegado la burguesa en las diversas fases se mideprecisamente con estas dos medidas y no slo conla de su alejamiento de la clase que la dominaba;por lo general suele recurrirse slo a sta y se tieneuna historia unilateral o a veces no se comprendenada, como en el caso de la historia italiana de lasComunas en adelante: la burguesa italiana nosupo unificar al pueblo, sta es una causa de susderrotas y de las interrupciones en su desarrollo:tambin en elRisorgimentoeste egosmo limita-do impidi una revolucin rpida y vigorosa comola francesa.

    He aqu una de las cuestiones ms importantes yuna de las causas de dificultad al hacer la historia delas clases subalternas. (Tomo II, pginas 89-90)

    # 5, Cuaderno 25. Criterios metodolgicos

    La unidad histrica de las clases dirigentes ocurreen el Estado, y la historia de aqullas es esencial-mente la historia de los Estados y de los gruposde Estados. Pero no hay que creer que tal unidadsea puramente jurdica y poltica, si bien tam-bin esta forma de unidad tiene su importanciay no solamente formal: la unidad histrica funda-mental, por su concrecin, es el resultado de las

    relaciones orgnicas entre Estado o sociedad po-ltica y sociedad civil. Las clases subalternas,por definicin, no estn unificadas y no pueden

    unificarse mientras no puedan convertirse enEstado: su historia, por lo tanto, est entrela-zada con la de la sociedad civil, es una funcindisgregada y discontinua de la historia de lasociedad civil y, por este medio, de la historia delos Estados o grupos de Estados. Por lo tanto, espreciso estudiar: 1] la formacin objetiva de losgrupos sociales subalternos a travs del desarro-llo y las transformaciones que tienen lugar en elmundo de la produccin econmica, su difusincuantitativa y su origen en grupos sociales pre-

    existentes, de los que conservan durante ciertotiempo la mentalidad, la ideologa y los fines;2] su adhesin activa o pasiva a las formacionespolticas dominantes, los intentos de influir enlos programas de estas formaciones para imponerreivindicaciones propias y las consecuencias quetales intentos tienen en la determinacin de pro-cesos de descomposicin y de renovacin o deneoformacin; 3] el nacimiento de partidos nue-vos de los grupos dominantes para mantener elconsenso y el control de los grupos subalternos;4] las formaciones propias de los grupos subalter-nos para reivindicaciones de carcter restringidoy parcial; 5] las nuevas formaciones que afirmanla autonoma de los grupos subalternos pero enlos viejos cuadros; 6] las formaciones que afirmanla autonoma integral etctera.

    La lista de estas fases puede hacerse an msprecisa con fases intermedias o con combinacio-nes de varias fases. El historiador debe sealary justificar la lnea de desarrollo hacia la auto-

    noma integral, desde las fases ms primitivas,debe sealar cada manifestacin del espritude escisin soreliano. Por eso, tambin la his-toria de los partidos de los grupos subalternos esmuy compleja, en cuanto que debe incluir todaslas repercusiones de las actividades de partido,para toda el rea de los grupos subalternos ensu conjunto y sobre las actitudes de los gruposdominantes, y debe incluir las repercusiones delas actividades mucho ms eficaces, por estarapoyadas por el Estado, de los grupos dominan-tes sobre los subalternos y sobre sus partidos.

  • 8/12/2019 Gramsci_Seleccin_de_Los_Cuadernos sobre Estado

    23/60

    23

    Antonio Gramsci/Cuadernos de la crcel

    Fragmentos sobre:Estado y fases...

    Entre los grupos subalternos uno ejercer otender a ejercer una cierta hegemona a tra-vs de un partido, y esto hay que establecerlo

    estudiando incluso los desarrollos de todos losdems partidos en cuanto que incluyen elemen-tos del grupo hegemnico o de los otros grupossubalternos que sufren tal hegemona. Muchoscnones de investigacin histrica se puedenconstruir partiendo del examen de las fuerzasinnovadoras italianas que guiaron el Risorgi-mento nacional: estas fuerzas tomaron el poder,se unificaron en el Estado italiano moderno,luchando contra otras determinadas fuerzas yayudadas por determinados auxiliares o aliados;

    para convertirse en Estado deban subordinarseo eliminar a unas y tener el consenso activo opasivo de las otras. El estudio del desarrollo deestas fuerzas innovadores desde grupos subal-ternos a grupos dirigentes y dominantes debepor lo tanto buscar e identificar las fases a tra-vs de las cuales adquiri