Gélida

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Gélida Fermín Solís José Luis Forte

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de Fermín Solís y José Luis Forte

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GélidaFermín SolísJosé Luis Forte

Edición - © Círculo Vicioso, 2011www.circulovicioso.es

Fermín Solís - © Dibujoshttp://ferminsolis.blogspot.com/http://diaxmenos60.bandcamp.com/

José Luis Forte - © Textos“Keeleriana” ganador del 2010 Tweet Like Keeler Competitionhttp://decimavictima.blogspot.com/http://diaxmenos60.blogspot.com/

KeelerianaEntré en la caseta de la bruja. Ante ella, un cráneo con un agujero en la sien. Este eres tú, me dijo. Miré los ojos de hueso. También estaban vacíos.

Hogar fríoDesde que muriera atropellada, Elisa despertaba todas las noches y salía de su ataúd. Dirigía sus pasos sin un destino fijo, envuelta en sus mejores ropas, ahora ajadas y sucias. Costras de tierra se habían pegado a los bajos de su vestido.

Su mente estaba en blanco. Su errabundo caminar la hacía moverse con una apariencia de decisión, pero ignoraba el final de su deambular nocturno.

Reconoció la casa. Era la que visitaba todas las noches, no sabía por qué. Sus paseos siempre acababan allí. No era premeditado. Atravesó la puerta y encaminó sus pasos hacia el mismo dormitorio, el único ocupado de la casa. Se detuvo junto a un hombre dormido. Este despertó sobresaltado y al verla gritó.

Tenía el rostro desencajado de terror. Desde que había atropellado a aquella chica, todas las noches lo visitaba.

Algo en mi cabezaTodavía no logro entender cómo pudieron hacerlo. Lo tenía todo previsto, todos los movimientos estudiados al milímetro, cada paso revisado en mi cabeza al detalle. Fácil. Tenía que recoger el dinero y salir disparado de allí, irme bien lejos, a algún país con playa y palmeras. Pero estaba claro que no pensaban darme mi parte.

Ella fumaba en el coche. Imagino que se cansaría de esperar y por eso fue a buscarme. Ahora está allí, llorando, aferrada a mi cuerpo sin vida, mi cabeza destrozada por un disparo. Entre sollozo y sollozo musita mi nombre, me llama una y otra vez, incansable, como si solo con su voz pudiera devolverme la vida. Como si solo su aliento bastara. Esperando que tal vez yo pueda responder.

GélidaAlgunas mañanas su cuerpo está tan frío que al tocarla se congelan mis manos.

Algunas mañanas perlas de hielo se condensan en su féretro de cristal.

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l os r e l l e n o s d e a r t e

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S O. E

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