FUNDAMENTOS DEL DIÁLOGO ECUMÉNICO

Contenidos teológicos y estructuras organizacionales

I. Las instituciones ecuménicas1. Pontificio consejo para la promoción de la unidad de los cristianos2. Pontificio consejo para el diálogo interreligioso3. La custodia franciscana de Tierra Santa4. Comisión “Fe y constitución” del Consejo ecuménico de las Iglesias,

Integrado al Consejo mundial de las Iglesias.II. Directrices para el diálogo intereclesial

La palabra diálogo es una de las palabras mejor asociadas a los contenidos del Concilio Vaticano II: es un medio para llegar a la verdad (DH 3); es algo que ha de aprenderse (OT 19, AG 16); la escuela católica ha de fomentar el diálogo con la comunidad humana (GE 8); las instituciones educativas han de procurar que «se promueva el diálogo con los hermanos separados y con los no cristianos» (GE 11); el diálogo tiene particular importancia en el contexto de la actividad misionera (AG 11, 20, 34, 41); la Iglesia busca el diálogo con las culturas y con toda la humanidad con el fin de edificar una paz auténtica (GS 28, 56, 92); el acercamiento del diálogo supone cortesía, amor a la verdad y caridad (GS 28).

Características del diálogo intereclesial: a) Realizado con un espíritu religioso entre los expertosb) El conocimiento de los orígenes de las Iglesias orientales y de las

relaciones entre Oriente y Occidente.c) Conocimiento de orientaciones ofrecidas en los documentos

postconciliares.

III. Interlocutores del diálogo1. Pastores de la Iglesia católica2. Los fieles cristianos3. Los líderes y responsables de las denominaciones cristianas.

IV. El ecumenismo al conmemorar el 40° aniversario de la promulgación del decreto Unitatis redintegratio, noviembre de 2004.

El Consejo pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos organizó un encuentro internacional que tuvo como finalidad celebrar el 40° aniversario del compromiso ecuménico de la Iglesia, reflexionar sobre el significado permanente del decreto Unitatis redintegratio, analizar el camino recorrido desde el Concilio en adelante, y formular propuestas para la actividad futura. Se quería comprobar el grado de aplicación práctica tanto del decreto Unitatis redintegratio, como del Directorio ecuménico diez años después de su publicación. Los resultados del encuentro fueron los siguientes:

El progreso de la conciencia ecuménica en el ámbito de la Iglesia católica

Signos positivos: en todo el mundo el decreto Unitatis redintegratio ha contribuido a una mejora radical de las actitudes católicas con respecto a los demás cristianos; desean conocer más a las otras Iglesias y comuniones cristianas, por lo general están dispuestos a participar en actos y encuentros ecuménicos, además de la Semana de oración por la unidad de los cristianos, casi por doquier se han multiplicado las celebraciones comunes de las más importantes fiestas y conmemoraciones litúrgicas, así como de las festividades civiles, nacionales o locales. Se suelen compartir lugares de culto. Existe colaboración ecuménica en el ámbito parroquial y en la publicación de orientaciones para la actividad ecuménica.

Problemas y resistencias:

A) Cuestiones teológico-pastorales:

El problema del reconocimiento recíproco del bautismo La cuestión de los abusos en lo que atañe a la communicatio in sacris (comunión

en los sacramentos). Las cuestiones relativas a los matrimonios mixtos. Los problemas planteados en algunos lugares por aparentes excesos en

devociones católicas de culto a la Virgen María. La cuestión de la unificación de la fecha de celebración de la Pascua. La diversidad en la organización y en las estructuras eclesiales en algunos países

impide a los católicos encontrar interlocutores ecuménicos en algunas otras confesiones.

Asimismo, se ha constatado que son frecuentes por doquier (América Latina, Egipto, Rusia...) las acusaciones mutuas de proselitismo.

Por último, numerosas Conferencias episcopales coinciden en señalar que la falta de escritos de carácter ecuménico al alcance de los fieles menos preparados constituye un problema.

B) Factores no teológicos:

Las situaciones sociales y políticas (especialmente en la ex Unión Soviética); Los conflictos étnicos (África y Balcanes); y el hecho de que la Iglesia constituya

una mayoría o una minoría en el país. En la Europa del este muchas tensiones son producidas por la restitución de los

bienes eclesiásticos. En ciertos lugares, algunos grupos islámicos ven como una amenaza la búsqueda

de la unidad de los cristianos. Persistencia de actitudes marcadas por el miedo, la sospecha y la desconfianza

recíprocas, acerca de las intenciones mutuas reales y de las motivaciones evangélicas de los programas y las actividades de unos y otros.

Aunque se haya progresado en la purificación de la memoria histórica, algunas Iglesias locales afirman que los recuerdos de los acontecimientos del pasado, tanto antiguo como reciente, impiden aún o entorpecen las relaciones ecuménicas.

La sospecha de que el ecumenismo debilita la misión evangelizadora de la Iglesia.

En algunas regiones donde la Iglesia católica tiene una amplia mayoría, el escaso número de cristianos pertenecientes a las demás Iglesias suele aducirse como justificación para la falta de iniciativas ecuménicas.

El uso indiscriminado del término "secta" sigue provocando problemas en todos los continentes.

De modo especial en América Latina, algunos grupos evangélicos y pentecostales no reconocen el carácter cristiano de los católicos.

La organización del ecumenismo

El Directorio para la aplicación de los principios y las normas sobre el ecumenismo recomienda la creación de comisiones ecuménicas en cada diócesis. Aunque sólo pocas Conferencias episcopales carecen de un departamento o comisión de ecumenismo, la falta de personal, de preparación específica, de recursos económicos y de otro tipo, indica que la actividad ecuménica se deja con frecuencia a la iniciativa espontánea de los fieles.

Por lo que atañe a la participación en los Consejos de Iglesias, se ha constatado un cambio fundamental ya que hace cuarenta años, la Iglesia católica no participaba en ninguno de esos Consejos.

Algunos puntos de reflexión sobre el futuro del ecumenismo

1. Incluir las iniciativas ecuménicas en los programas pastorales orgánicos de las diócesis;

2. Promover la formación ecuménica de los seglares, los religiosos, los seminaristas, los sacerdotes y los obispos; y

3. Reflexionar sobre el modo como se ha de afrontar el problema del proselitismo agresivo.

Hoy resulta más claro que nunca que el ecumenismo sólo se puede promover sobre una sólida base doctrinal y un riguroso diálogo entre los cristianos separados. Sobre todo, se comprende cada vez mejor que sólo se puede trabajar en favor de la unidad con una espiritualidad convincente y profunda, una espiritualidad de esperanza cristiana y valentía.

V. El aporte doctrinal y teológico de los 4 primeros concilios ecuménicosPodemos resumir que los Concilios de Nicea (325), Constantinopla (381), Éfeso (431) y Calcedonia (451) sentaron las bases teológicas sobre las que se fundamenta la búsqueda de la unidad de los cristianos, ya que de ellos emanaron las verdades fundamentales del cristianismo expresadas en la Profesión de Fe de las Iglesias cristianas, que como lo hemos visto en el tema anterior, es a partir del siglo XX, con el surgimiento de los “Cristianos sin denominación”, las divisiones van a centrarse en aspectos fundamentales de la teología, que van a ser el mayor obstáculo para la búsqueda del ejercicio de un ecumenismo auténtico.

Opinión personal:

¿Cuál considera usted que es el principal obstáculo para el ecumenismo en América latina?

Percibo que en América latina se vive una mayor ignorancia religiosa respecto a otros continentes, una mayor intolerancia a las diferencias políticas, religiosas, culturales y étnicas, un ambiente que no permite identificar que el problema ecuménico es históricamente un problema de Europa y Oriente medio. Con esto quiero decir que el ecumenismo no es propio ni el más urgente de los problemas pastorales y sociales en América latina, en nuestro continente (todo América), tenemos que lidiar con el nacimiento del proselitismo agresivo que busca la descalificación de la Iglesia católica antes que las querellas teológicas, que muchos de estos grupos nacen a partir de errores gravísimos teológicos con los cuales es muy difícil discernir puntos de diálogo y unidad, que nacen también, de la búsqueda de sentido de pertenencia que la Iglesia ha dejado de ofrecer y más recientemente una búsqueda espiritual lejos del control de la Iglesia. Esto requiere otro tipo de atención pastoral.