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Fuente: Libro Jóvenes Testigos de Cristo José María Montiu de Nuix (Coord.) - José A. Martínez Puche (Coord.), Jóvenes testigos de Cristo. Ejemplos de vida y fe en nuestro tiempo, Ed. Edibesa, Colección "Santos. Amigos de Dios"/10, Edibesa, Madrid 2010, 360 pp. El destino de estos jóvenes mexicanos estaba unido en la sangre de familia, eran primos carnales, y en la sangre del martirio: ambos fueron fusilados el mismo día, al 15 de agosto 1926, en el contexto de la persecución religiosa provocada por las 33 leyes del presidente Plutarco Elías Calles que regulaban el culto y anulaban la independencia de las Iglesias. En virtud de dichas leyes, se detenían a los sacerdotes con el pretexto de desobedecer las leyes y a los cristianos laicos porque asistían al culto o porque ayudaban a los clérigos en su trabajo pastoral. El 31 de julio de 1926 los obispos tomaron la audaz decisión de suspender el culto y cerrar los templos. Muchos cristianos se levantaron en armas provocados por el mismo Presidente Calles, que les apuntó esta opción como la única salida al rechazo de sus leyes. En este contexto de persecución religiosa desarrollada entre 1926 y 1929, fueron asesinados vilmente los llamados Mártires Zacatecanos, el sacerdote Luis y los tres jóvenes de Acción Católica que colaboraban con él: Manuel Morales. David Roldán y Salvador Lara. Su testimonio martirial lo asumieron otros muchos posteriormente. David Roldán Lara David nació en Chalchihuites, Zacatecas, parroquia de la Diócesis de Durango, el 2 de marzo de 1907, sus padres se llamaban Pedro y Reinalda. El día 29 del mismo mes fue bautizado.

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Fuentelibro religioso de la iglesia catolica apotolica y romana

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Fuente: Libro Jvenes Testigos de CristoJos Mara Montiu de Nuix (Coord.) - Jos A. Martnez Puche (Coord.), Jvenes testigos de Cristo. Ejemplos de vida y fe en nuestro tiempo, Ed. Edibesa, Coleccin "Santos. Amigos de Dios"/10, Edibesa, Madrid 2010, 360 pp.

El destino de estos jvenes mexicanos estaba unido en la sangre de familia, eran primos carnales, y en la sangre del martirio: ambos fueron fusilados el mismo da, al 15 de agosto 1926, en el contexto de la persecucin religiosa provocada por las 33 leyes del presidente Plutarco Elas Calles que regulaban el culto y anulaban la independencia de las Iglesias.

En virtud de dichas leyes, se detenan a los sacerdotes con el pretexto de desobedecer las leyes y a los cristianos laicos porque asistan al culto o porque ayudaban a los clrigos en su trabajo pastoral. El 31 de julio de 1926 los obispos tomaron la audaz decisin de suspender el culto y cerrar los templos. Muchos cristianos se levantaron en armas provocados por el mismo Presidente Calles, que les apunt esta opcin como la nica salida al rechazo de sus leyes.

En este contexto de persecucin religiosa desarrollada entre 1926 y 1929, fueron asesinados vilmente los llamados Mrtires Zacatecanos, el sacerdote Luis y los tres jvenes de Accin Catlica que colaboraban con l: Manuel Morales. David Roldn y Salvador Lara. Su testimonio martirial lo asumieron otros muchos posteriormente.

David Roldn Lara

David naci en Chalchihuites, Zacatecas, parroquia de la Dicesis de Durango, el 2 de marzo de 1907, sus padres se llamaban Pedro y Reinalda. El da 29 del mismo mes fue bautizado.

David tena apenas un ao de edad cuando muri su padre, quedando viuda su madre muy joven, al frente de la familia. Ella era una mujer cristiana que supo inculcar en su hijo un grande amor a Cristo y a la Iglesia. Envi a su hijo a un colegio particular para su educacin, y ms tarde ingres al seminario de Durango.

Aunque tuvo que abandonar sus estudios en el seminario de Durango, debido a las necesidades econmicas de la familia, David no apart su vida de la fe cristiana, y se caracteriz por ser un joven limpio, ordenado y responsable que trat de evitarle cualquier disgusto o molestia a su madre.

David fue un hijo modelo en todo sentido. Quera mucho a su madre; era respetuoso, obediente y atento. Sus amigos aseguran que era la alegra de la casa, tenia muy bonito modo. Su vida Cristiana era ntegra, comulgaba frecuentemente y fue uno de los grandes cooperador en el trabajo pastoral de su prroco, el padre Luis Batis.

A los diecisiete aos comenz a trabajar en lamina El Conjuro, cerca de Chalchihuites, donde por su carcter , su preparacin y responsabilidad, se hizo acreedor de la confianza de su patrn, Gustavo Windel, de origen alemn , quien le nombr su secretario o empleado de confianza. Su trabajo consista en llevar la contabilidad. Los dems trabajadores del mineral, lo apreciaron y respetaron mucho.

La relacin ms cercana a don Gustavo, lo llev a conocer a la hija del seor Windel y la hizo su novia; inclusive, poco antes de que iniciara la persecucin Religiosa en Mxico, ya la haba pedido en matrimonio.

David no descuidaba sus deberes para con Dios y para con sus hermanos. As mismo frecuentaba y mantena fuerte amistad con el padre Luis y lo ayudaba en ciertas actividades de la parroquia.

Cristiano comprometido, perteneci a la Accin Catlica y en 1925 fue nombrado presidente de la misma, aceptando con gusto y entusiasmo, ya que siempre manifest gran cario por la asociacin. Posteriormente, fue designado vicepresidente de la Liga Nacional de la Defensa de la Libertad Religiosa cuando iniciaron los problemas originados por las leyes del presidente Calles.

Jos Salvador Lara Puente

Salvador naci en el rancho llamado Berln, perteneciente a la parroquia de El Schil, Durango, el 13 de agosto de 1905. Hijo de Francisco y de Mara Soledad, fue bautizado en el templo de la parroquial del lugar el 10 de septiembre.

Salvador fue siempre carioso y respetuoso con sus padres. Al morir su padre, cuando l era muy pequeo, aument su cario y solicitud por su madre, modelo de cristiana y mujer muy caritativa que form el corazn de su hijo en el abandono filial hacia Dios y el espritu de fortaleza. Tena un hermano, Carlos, con el que siempre estuvo unido.

Fue alumno del Seminario de Durango, pero al pasar su familia por una situacin econmica difcil, tuvo que abandonarlo; no dej, sin embargo, de estar cerca y al servicio de la Iglesia. Adems de su trabajo como empleado de confianza en la mina El Conjuro, ayuda mucho al prroco de Chalchihuites, Zacatecas, en su labor pastoral, tanto por su testimonio de vida intachable como por su apostolado cristiano. Era un muchacho limpio, simptico, lleno de vida y vigor fsico, muy sociable y fcil para hacer amistad. Sano del cuerpo y del alma.

Cuando estall la revuelta cristera, se convirti en secretario de la Liga Nacional para la Defensa de la Libertad Religiosa y presidente de la Accin Catlica. En la reunin de jvenes cuando el padre Luis Batis expres sus deseos de martirio y pregunt quien sera capaz de acompaarlo, Salvador con generosidad se ofreci, aunque sin ningn alarde sino con sencillez cristiana.

Poco antes de su sacrificio, en una velada que hubo en Chalchihuites, Salvador declam la poesa titulada Marciano, que describe la inocencia del cristiano acusado de incendiar Roma. Salvador con mucha sentimiento, como posedo del contenido, pareca decir nuevamente: Si mi delito es ser cristiano, haces bien en matarme porque es cierto.

Ambiente de persecucin religiosa

El 29 de julio de 1926 la Liga Nacional de la Defensa de la Libertad Religiosa organiz una junta en la plaza de toros de Chalchihuites a la que concurrieron unas seiscientas personas. Manuel Morales, presidente de la Liga, tom la palabra bajo el lema Dios y mi derecho y expuso que le objetivo de la Liga no era poltico, sino suplicar al gobierno se digne a ordenar la derogacin de los artculos constitucionales que oprimen la libertad religiosa.

En esa reunin participaron el padre Batis, Manuel Morales, Salvador Lara y David Roldn. Las propuestas fueron desde el principio claras: No a la violencia, s a la resistencia organizada y pacfica. Una de las iniciativas consisti en redactar un pliego suscrito por el mayor nmero de personas posibles, pidiendo al Congreso de la Unin se derogaran las leyes anticlericales por coartar la libertad religiosa.

Inmediatamente despus de la junta, el telegrafista, apoyado por le presidente municipal y el secretario del ayuntamiento, acusaron al padre Batos y a los tres jvenes catlicos de conspirar contra el gobierno. Anteriormente el prroco haba manifestado su deseo de martirio: Quiero morir por Cristo, dijo, quin de ustedes quiere acompaarme? Yo, respondi Manuel. No, t tienes hijos. Yo seor cura, dijo Salvador. Y tu novia? Lo interrog el sacerdote. Yo tambin lo acompao, seor cura, dijo David.

El 30 de julio, antes de cerrarse la iglesia al culto pblico, el padre Luis dijo a los catlicos que el autor de aquello no era el gobierno, ni el presidente, sino los pecados de todos y que, por lo mismo, no deban los catlicos levantarse en armas ya que no era conducta cristiana. El padre Luis dej la casa parroquial y se fue a vivir en una casa particular, sin esconderse. Celebraba la misa y los sacramentos en las casas y por las noches, reuna grupos catlicos para animarlos en su fe.

Un pelotn de soldados, acompaado del telegrafista, y el presidente municipal, buscaron al padre en la casa de la familia Mercado, donde iba a celebrar la misa. De ah pasaron a la casa de los obreros y entraron hasta el cuarto donde el padre ya estaba acostado y leyendo. Despus de golpearlo lo sacaron por una calle solitaria y lo encerraron en la oficina de recaudacin.

Estando reunidos los jvenes de la Accin Catlica, cuyo presidente era Salvador, con los miembros de la junta vecinal y de otras asociaciones parroquiales, llegaron los soldados y, tras llamar a Manuel Morales, gritaron su nombre. l respondi con entereza: Aqu estoy!. Y se los llevaron presos. A David lo apresaron en su casa el 15 de agosto cuando, segn su costumbre, se preparaba para cumplir el precepto dominical. No opuso resistencia y se fue sonriente con sus verdugos; al pasar frente a la casa de uno de sus amigos, salud con cortesa y alegra.

Enterado el pueblo del prendimiento del prroco y de los jvenes, una comisin de vecinos hizo las gestiones necesarias para conseguir la libertad La angustiada esposa de Manuel suplic al teniente la libertad de su esposo. Despdase de l, si quiere, fue la respuesta. En medio de gran dolor los esposos se despidieron aunque ella abrigaba alguna esperanza de que nada le sucediera. Por Salvador intercedi su madre a quien el teniente dijo que slo iba a llevarlos a declarar a Zacatecas. Confiada doa Soledad, bendijo a Salvador y le record cun santa y noble era la causa que defenda. El seor Gustavo Windel, tambin intercedi por los prisioneros ofreciendo dinero para salvar la vida del seo cura y los jvenes. Tambin l recibi como respuesta: No hay necesidad de dinero, slo van a Zacatecas con el fin de que den unas declaraciones, pero nada les pasar.

El Martirio

Cerca del medio da del 15 de agosto fueron sacados de la prisin el prroco y los tres jvenes. David y Salvador salieron muy serenos y subieron al automvil que se les indic. Ya en otro vehculo haban subido al padre y a Manuel. La gente del pueblo estaba inquieta y algunos queran ir contra los soldados. Las mujeres lloraban. El padre tuvo que calmarlos. Bajo del coche y con mucha serenidad dijo: por favor no me sigan; no pasar nada, y los bendijo. Los soldados estaban nerviosos por las posibles reacciones de los vecinos que seguan protestando, pero no podan hacer nada bajo la amenaza de las armas.

El automvil del padre Batis lleg sin novedad al lugar llamado Puerto de Danta Teresa. El coche que conduca a Salvador y a David se atasc en un arroyo. En ese lugar, que despus se denomin Lugar Santo, hicieron caminar al padre ya Manuel unos quinientos metros. Luego los intimidaron a reconocer y a aceptar las leyes persecutorias del presidente Calles, a lo que ellos se negaron prefiriendo la muerte.

El prroco sali en defensa de los jvenes: Teniente, yo muero con gusto; s que muero por ser sacerdote; yo doy mi sangre por Cristo y la doy con gusto. Pero por favor, no maten a estos muchachos: Manuel tiene esposa y es padre de tres nios. David y Salvador son el nico sostn de sus familias, que van a quedar desamparadas. Ellos no han hecho ningn mal a nadie.

Lleno de fe y valor, Manuel respondi: Deje que me fusilen, seor cura. Yo muero, pero Dios no muere, l velar por mi esposa y por mis hijos. El padre recibi tremendos golpes que lo tiraron al suelo y el teniente, lleno de ira, le dispar en la cabeza. All mismo un soldado dispar tambin sobre Manuel.

David y Salvador contemplaron la muerte de su prroco y de sus amigo Manuel despus de recibir la absolucin. Ms tarde fueron conducidos a unos ciento sesenta pasos del lugar de la ejecucin anterior, hacia la falda de unos cerros que ah estaban. Caminaban con valor y tranquilidad. Serenos y rezando, se dirigieron al lugar que les sealaban para completar con un acto de amor su vida juvenil, alimentada y sobrenaturalizada con la fe, el trabajo y la entrega generosa al apostolado.

Antes de ser fusilado por el pelotn de soldados, David exhort a su primo Salvador a morir por nuestro buen Jess, y con el mismo grito que acababan de escuchar de labios del padre Luis Batis y de Manuel Morales, dijeron en voz muy alta: Viva Cristo Rey y la Virgen de Guadalupe!

El pelotn de fusilamiento seg la vida de David y un soldado le dio el tiro de gracia en la frente, desfigurndole el rostro, pero no pudo borrarle la sonrisa de paz y tranquilidad que llevaba en los labios. Salvador oraba en voz baja cuando recibi la descarga que acabo con su vida. Su juventud y herosmo impresionaron a los verdugos, quienes al verlo muerto dijeron: "Qu lastima haber matado a este hombre tan grande y tan fuerte" . Y no conocan ni podan estimar su estatura de cristiano. El ofrecimiento que hizo un da, de acompaar a su prroco al martirio, no fue en vano, pues lo cumpli realmente con valor y alegra. Era la tarde del 15 de agosto de 1926; el joven David contaba con 19 aos y a Salvador le faltaban dos das para cumplir 21.

Los familiares fueron a visados de las intenciones del general Eulogio Ortiz, jefe de operaciones militares en Zacatecas, que pretenda arrastrar los cadveres y exhibirlos como escarmiento. Tras un breve velatorio, casi a media noche les dieron sepultura en medio de una grano lluvia y viento huracanado.

Modelos para los jvenes cristianos

David y Salvador fueron beatificados el 22 de noviembre de 1992, por el Papa Juan Pablo II, presidio la ceremonia de su canonizacin, y de otros 26 beatos mexicanos, el da 21. Mayo del ao Jubilar 2000, ante la presencia de miles de mexicanos en la plaza de San Pedro, en el Vaticano.

El lunes 22 de mayo del ao 2000, se efectu una peregrinacin a la iglesia de San Pedro Apstol, en Chalchihuites, Zacatecas, la iglesia a la cual pertenecan los nuevos santos. En la homila de la misa solemne el vicario y oficiante Miguel ngel Lpez Acosta, destaco el sacrificio que realizaron los cuatro mrtires y proclamo: "Estos jvenes con la sangre vertida en tierras Chalchihuitenses, defendieron y afianzaron la fe y con su actitud valiente y ejemplar esparcieron coronas de victoria y de gloria en aras de su iglesia y de su Dios".

David y Salvador fueron presentados tambin como ejemplos de vida cristiana a ms de tres mil jvenes, durante la clausura de la XVII Semana de la Juventud, en el Cerro del Tesoro, lugar del santuario de los mrtires mexicanos.

PDA Francisco de la Rosa Patrn, asesor diocesano de la Pastoral Juvenil, apunto que la fortaleza y la fidelidad de los jvenes mrtires, cuyos restos descansaban en Chalchihuites, Zacatecas, son una enseanza vigente: "Ante las adversidades del mundo, incluyendo el actual, es posible mantenerse firmes en la vivencia y anuncio de Cristo".

Igualmente subrayo que los santos Salvador y David, adems tuvieron los mismos interrogantes que inquietan a los jvenes de hoy: "Quien soy? Qu sentido tiene mi vida? Qu voy hacer? Ante estas preguntas, los mrtires descubrieron que Cristo les ofreca una respuesta concreta por medio del Evangelio. Esta es un proyecto que da sentido a la vida. Conduce a la felicidad".

Y concluyo: " No es una respuesta fcil que se puede encontrar al destapar u refresco o en Internet. No podemos encontrar las supuestas en el Evangelio sin el compromiso de vivir y anunciar a Cristo; es necesario vivir un encuentro personal con El y ser fieles a ese encuentro".

Cabe destacar que tal fidelidad llevo a estos jvenes mrtires a entrar sus vidas por no traicionar su fe, pues amaban a Cristo Rey y a Santa Mara de Guadalupe.