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Franásco de Vitoria: vida, muerte y resurrección MARCELINO OCAÑA GARCÍA RESUMEN: La doctrina de Vitoria con respecto a que los derechos humanos —na- turales o «de gentes», no importa si al margen de la fe y el cristianismo—, están muy por encima del poder y la jurisdicción del Papa o el Emperador, se infiltré de tal for- ma en el modo de pensar posterior, que, a pesar de haber olvidado al propio Vitoria como su fundador o, al menos, su principal impulsor, prevaleció en la mente de los grandes pensadores posteriores y se va viendo calcada tanto en la realidad histórica o las relaciones sociales de nuestro tiempo, como en la propia Constitución de las dife- rentes democracias actuales. INTRODUccIÓN Entiendo el título en el sentido de Sartre, refiriéndose a Kierkegaard: Kierkegaard está vivo en la muerte en la medida en que afirma la singu- laridad irreductible de todo hombre a la historia, la cual lo condiciona rigu- rosamente, sin embargo. Y está muerto, en cuanto sigue siendo interroga- ción inerte, círculo abierto que exige ser cerrado por nosotros’. Así Vitoria: la historia —y,en concreto, la existencia de unos «bárbaros hasta hace poco desconocidos»—, lo condiciona, pero no puede reducirlo a objeto momificado, despersonalizado, y por eso permanece vivo en su propia muerte; pero necesita de nosotros para prolongar esa vida, letra muerta, en todo caso, a menos que sea leída —o, mejor, desleída—, interpretada, actua- lizada. Sartre, 1 P.: El universal singular, en «Kierkegaard vivo». Coloquio organizado por la UNESCO en París, en 1964. Alianza Editorial. Madrid, 1970, p. 49. 297

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Franáscode Vitoria:vida, muertey resurrección

MARCELINO OCAÑA GARCÍA

RESUMEN:La doctrinade Vitoria con respectoa que los derechoshumanos—na-turaleso «de gentes»,no importasi al margende la fe y el cristianismo—,estánmuyporencimadel podery la jurisdiccióndelPapao el Emperador,seinfiltré detal for-maen el mododepensarposterior,que,a pesardehaberolvidado al propio Vitoriacomo su fundadoro, al menos,suprincipal impulsor,prevalecióen la mentede losgrandespensadoresposterioresy seva viendocalcadatanto enla realidadhistóricaolasrelacionessocialesdenuestrotiempo,comoenla propiaConstituciónde las dife-rentesdemocraciasactuales.

INTRODUccIÓN

Entiendoel título en el sentidode Sartre,refiriéndoseaKierkegaard:

Kierkegaardestávivo enla muerteenla medidaenqueafirma lasingu-laridadirreductibledetodohombrea la historia, la cuallo condicionarigu-rosamente,sin embargo.Y estámuerto,en cuantosiguesiendointerroga-ción inerte,círculo abiertoqueexigesercerradopor nosotros’.

Así Vitoria: la historia —y,enconcreto,la existenciade unos«bárbaroshastahacepocodesconocidos»—,lo condiciona,perono puedereducirlo aobjeto momificado,despersonalizado,y por esopermanecevivo ensupropiamuerte;peronecesitade nosotrosparaprolongaresavida, letra muerta,entodocaso,amenosquesealeída—o, mejor,desleída—,interpretada,actua-lizada.

Sartre,1 P.: El universalsingular, en «Kierkegaardvivo». Coloquio organizadopor laUNESCOenParís,en 1964. AlianzaEditorial. Madrid, 1970, p. 49.

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«Vida, muertey resurrección»también,porqueestaslíneasserviránpararecordaraun compañeroy amigo—AdolfoAñas—,quienen suvida, hastaayerconnosotros,consuimperturbablesonrisa—avecessarcásticay burlo-na, avecesirónicay aguda,perosiemprefestiva, transparente,contagiosa—,dabaaentenderlo queensuinterior creíaconprofundaconvicción,alejadade la angustiaunamuniana:quela inmortalidades un hecho,y la resurrec-ción una realidadindubitable, aunque,para conseguirlo,sea preciso tenerqueatravesar,inexcusablemente,el túnel de lamuerte.

«Vida, muertey resurrección»,enfin, apuntandoconestaspalabrasa lasinevitablesfasesdetodoauténticoprocesovital queseperpetúaensupropiogermen,no sin exigir, previamente,la ocultagestaciónantesdel feliz alum-branijento.En el Evangeliono pasadesapercibidoel hecho:«si el granodetrigo no muere,no dafruto». EugenioD’Ors lo exponegráficamente,estable-ciendounaanalogíaconel retrato:«Unretrato vieneal mundosiguiendounproceso en tres etapas que respectivamentepuedenser llamadas “vida “,

“muerte” y “resurrección”.. •»2•Estaes la realidadqueperciboen Vitoria: sudoctrina,en granmedida

opuestaala tradicióny la práctica,no menosquealos interesespolíticosyeconómicosdel Poder,fue ganandoadeptos;sufigura permanecióviva, pu-jantedurantemásde un siglo, enel espíritu dela Escuelade Salamanca.Lesobrevinola muerteunoscien añosdespués—a raíz, casi, del fallecimientode Suárez—:unagranpersonalidad—Hugo Grocio—, consiguióabsorber,digerir y patentarlas ideasfundamentalesdel pensamientovitorianocomoalgopropioy original; Vitoria quedó,durantedoscenturias,oscurecido,en-sombrecido,olvidado. Fue,sinduda,necesariaestaetapaparapoderreapa-recermástardecontodoslos atuendosde un auténticoresucitado,brillandoconluz propia,y consiguiendoiluminar tantolasplumasde diferentesescri-torescomo, sobretodo,el discurrirde lahistoriasobrelos rengloneso falsi-lla previamentetrazadospor él.

1. VrroRIA vivo: VrromA Y Sil PRoYEccrdNINMEDIATA

La fechade sunacimientosiguesituándose,sin muchaconvicciónni de-masiadaprecisión,en un abanicode posibilidadesqueabarcanadamenosquedoceaños.

El P. AlonsoGetino,en l9l4~, dice: «elaño desu nacimientono nosconstadecierto. Echardseñalael de 1480, sin queen ningúnhistoñadorsehalle otrafecha,ni hayadificultadescronológicasqueoponera ésa».Porsuparte,elP.Bel-

2 O’ors, E.: Introduccióna la vida angelica. EditorialesReunidas.BuenosAires, 1941, PP.

179-187.3AdonsoGetino,L,F.: Rl MaestroFranciscode ½toriay el Renacimientofilosófico teológicodelsiglo XVL Rey, deArch., Bibí. y Museos.Madrid, 1914, p. 9.

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tránde Heredia,demuchomáspesoy rigor científico queGetino, en j9394,seencuentraindeciso:«Franciscode Vitoria nacióen Vitoria entre1483y 1486»;no obstante,considera«la de 1486másfundada».Sin embargo,el mismoBel-trándeHeredia,cuatroañosmástarde5,documentadocomosiempre,creepo-der asegurarsintemor aequivocarse,queVitoria —como dice Teóffio Urdá-noz,seguidorde estateoría—, «habríanacidoen 1492-3,másbien haciafinesde 1492,fechahistórica en queCristóbal Colón descubríael NuevoMundo»8.Recientemente,un granestudiosode Vitoria, el tambiéndominicoP. RamónHernández7,seha enfrentadocondecisiónal problemadelnacimientodeVito-ria, considerandoestarencondicionesdepoderlafijar enel año1483.

En cualquiercaso,no es suvida física,somática,fisiológica, sinosu vidaintelectuallaqueaquínos interesa;no es el discurrirespacio-temporalde subiografía,sino laevoluciónatemporaldesusideas,formandoun cuerpodoc-trinal coherente,quese imponecadavez conmáscontundencia,quese acep-ta cadadíaconmásconvicción.

Nossituamosde golpe,en el año 1539:sieteañosantesdesu muertefísi-ca,cuarentay sietedespuésdel Descubrimiento;docedesdequetomarapo-sesiónde suCátedrade Prirna y poco másde diezdesdequeleyerasupri-merarelección—«DePotestatecivili»—, enlaUniversidaddeSalamanca,endiciembrede 1528.Es elkilómetroceroy puntodepartidade nuestrainves-tigación: en enero,la primerarelecciónsobrelos indios8;enjunio, la segun-da9; en noviembre,«la recomendaciónamenazante»de CarlosV al Prior deSanEsteban10.A partir de esemomento,todaunarevoluciónde ideas,inte-lectualesy éticas,en enfrentamientodialéctico. Terminaránpor imponerse

“Beltrán deHeredia,V.: Franciscode Vitoria. Ed. Labor. Madrid, 1941, p. 8.BeltrándeHeredia,V.: ¿EnquéañonacióFranciscode Vitoria? Un documentorevolucio-

nario. «CienciaTomista»64(1943>,pp. 49-59.6Urdanoz,T.: ObrasdeFranciscodeVitoria. Releccionesteológicas.EAC. Madrid, 1960,p. 5.

Hernández,R.: Un españolen la OMJ. Franciscode Vitoria. BAC popular.Madrid, 1977,Pp. 13-16. Derechoshumanosen Francisco de Vitoria. Biblioteca Dominicana.Salamanca,1984,PP. I3-l&

»De Indisrecenterinventis,relectioprior. Suele citarse,corrientemente,«DeIndis, prior», o,incluso, «DeIndis», sin más.

9DeIndis, site dejurebern hispanorumin barberos,relectioposterior.Puede citarse«DeIn-disposterior»,o, másfrecuentemente,«Deini-ebelli». RecordemoscómotambiénHugoGrocioempleétérminosidénticosparael titulo desu célebreobra«Deiure boíl acjpacis».

“‘ «El R~¿: Venerablepadreprior del monasteriode santistebande la cibdaddesalamancayo hesido informadoquealgunosmaestrosreligiososdeesacasahantuestoenplática y tratadoensussermonesyenrepeticionesdelderechoquenostenemosalas yndiasyslasetierrafirmedelmaroceanoytambiendelaihercayvalorde las conpusicionesqueconautoridaddenuestromuysantopadresehanfecho<t..) mandarleseysdenuestraparteyvuestraqueagorani entiempoal-guno sin espresalicencia nuestra no traten ni prediquenni disputende lo susodichoni haganynprirnir escripturaalgunatocanteaello...»,Cita tomadadeAlonso Getino,L. G.: El MaestroFr Franciscode Vitoria y el Renacimientofilosófico teológico delsiglo xw. Tip. de la «Rey, deArch, Bibí y Museos».Madrid, 1914, Pp. 101-102.

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—no sin lucha, riesgoy oposición”—, las del MaestroFranciscode Vitoria.Comencemospor el principio, es decir, por la preguntaclave formulada

por el Maestro,alcomienzode suprimerarelecciónDe Indis: «¿Por quéde-recho hanvenidolos bárbarosa dominiode los españoles?»

El trípodede ideassobrelas quese asientabásicamentela doctrinavito-nana,y quemarcanun nuevorumboenel mododepensarposterioralasre-leceiones,puedenresumirseenlo siguiente:

—El derechonatural: es detodoslos hombresy no sepierdeporel pe-cadoo la infidelidad’2.

—El derechodeguerra:presuponeunacausajusta,queen ningúncasopuedeserla excusade lafe o el cristianismo’

—El derechodegentes:dimanadelasociabilidadnatural,regulandolasrelacionesentrediferentesestadosque, aunquelibres, se encuentranvmd-ladosenunacomunidadinternacional”’.

Si ralentizamosalgoesosañosqjuetranscurrierondesdeelDescubnmien-to hastael momentoen quedichasreleccionesfueronpronunciadas,podre-mosver cómodichafechamarcaun hito en el pensamientocrítico de los es-pañolesde entoncesacercadel hecho—ya consumadoy másqueconsuma-do, sinduda—,delapertenenciadeaqueflastierrasalaCoronaEspañola.Elcambioen elmododepensares notorio;hastase puedeapreciar,sin grandi-ficultad, unaciertainseguridadsobrela legalidad—nuncapuestaenentredi-chohastaentonces—,del dominioy la autoridaddel gobiernoespañolsobretierrasy personasdel NuevoMundo.

El tema se encuentraminuciosamentedesarrollado,cronológicamentesincronizadoy documentalmentefundamentadoen «Franciscode Vitoria y laEscueladeSalamanca:La Eticaen la ConquistadeAmérica»’5,dondese ex-poney estudiaenprofundidad:

Segúnel P. BeltrándeHeredia(Franciscode Vitoria, oc., p. 82), la relección«DeTem-perantia»—leídaun añoantes—,provocóun ciertomalestar—«unrumorsordo,unaprotestacadavezmásacentuada»,segúnél—, al queel Maestrono quisoenfrentarsede momento,porlo queconsiderómásprudentesilenciarel temade las re!eccionessobrelos indios queestabapreparando.Urdánoz,porsu parte,consideraexageradoy fueradetono estainterpretacióndelP. Heredia:Cfr. ObrasdeF. de Vitoria, BAC, oc., Pp. 504-506.

2 «Dominitunfundaturin imagineDei. SedbomoestimagoDeipernaturam.Ergononper-ditur perpeccatummortale (...) Fidesnontollit nec jus naturalenec huimanunvSeddonúniasuntvel de jurenaturail velhumano.Ergonontolluntur dominiaperdefectuinfidei». De Indis.Cfr. Urdanoz,T., oc., PP. 654y 656.

“«Si fideschristianaeisproponatur(...) et noluerinteamreciperenontamenhacrationeIi-cetcosbello persequiet expoliarebonissuis».íd., id., PP.693y 695.

“ «Cumunarespublicasit parstotius orbis... (...). Totusorbis,qui aliquomodoestunares-publica...»De pot. civiII. tjrdanoz,oc., pp. 168y 191.

“‘Vol. XXV del«CorpusHispanorumdePace»,editadoenMadrid,en 1984,porel C.S.íC.,bajo ladireccióndeLuciano Pereña.

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—Primero: cómo «la dudaindiana sobrela legitimidady licitud delaconquista,que por primera vez’6cuestionay planteaFranciscodo Vitoria—el subrayadoes mío—, contribuyea la formacióndinámicadetodaunaEscuelay ala redaccióndela primeracartaamericanade los derechoshu-manosal serviciodelos indios»‘~.

—Segundo:cómo, «aunquelos interesesde la Coronafueran por otrocamino,laEscueladeSalamancaejercióunaverdaderapresión,queinfluyóen laconcienciadel rey y de susconsejeros<...) quienesterminaronpor ac-titar de acuerdocon las enseñanzasde Vitoria»’8

El primer bloquede conferenciasnos lleva de la manopor entrelos añosquetranscurrendesdeelmomentodel Descubrimientohastala mitad del si-glo xví —diez añosdespuésde las relecciones—.El recorrido impuestovaorientadoaconstatarcómola conciencia—tanto intelectualcomomoral—,se va abriendoprogresivamenteaunaduda—absolutamenteinexistenteenlos primeros años—,sobrela legitimidad del dominio hispanoen tierrasamericanas;dudaqueafecta,de algúnmodo,al propioEmperador.

Es de sobra conocido cómo a partir de las Bulas de Alejandro VI—1493——, la CoronaEspañolase consideródueñay señorade las «tierrasdescubiertase por descubrir».Los españolespudieronpermitirse—«manumilitad»—, determinadasrepresaliasy castigos,orientadosa frenarrebelio-nesy alzamientosporpartede los indios, asícomodictar ordenanzasy dis-posicionespropiasde quienesse sientenauténticosgobernantesy legislado-res,conautoridadlegítimapararedactarías,y conpodersuficiente—físicoypolítico, no menosquemoral—, paraexigir su cumplimiento.Ningdn re-mordimientodeconcienciadesdedentro;ningdnreprochedesdefuera:se ac-túa en casa,se utilizan los procedimientosy mecanismosqueestánpermiti-dosenlapropiarepública.Si hubodenuncias,quejaso exigenciaparaquesedictarandeterminadasleyes,no ibanéstas,desdeluego,orientadasa revisarel hechojurídico delaconquistao eldominio, sino, meramente,amejorar eltratoquese dabaalos indios19.

íd Asíparececonfirmarloel mismoVitoria cuandodice: «Debeadvertirsequeyo nadahevis-to escritodeestacuestiónni heasistidoaningunadisputao consejoacercadeestamateria» (Cir.Urdanoz,T.: ObrasdeF. de Vitoria. BAC, o.c., p. 703). Loqueno quita el queexistieranya al-gunaspublicaciones,sobretodolasdeCayetano—citadasporel propioVitoria—,olasdeTor-quemada,quepudieranhabersido el germeninicial desuspropiasideas.Paramásampliain-formaciónsobreel tema,puedenconsultarse,tantoal P. Urdánozensu citadaobra,apartir dela página496,comosobretodo,al 1>. VenancioDiegoCarro enLa Teologíay los teólogosespa-ñolesantela conquistadeAmérica;Salamanca,1951, capítulosII, III y IV, principalmente.

~ «Presentación»dela obraanteriormentecitada—«LaÉtica. » p. 7.‘8lbid.“Esteestambiénelpuntodevista defendidoporAntonio Garcíay García:«La cuestiónque

inmediatamenteemeigedeestasituaciónno era ni podía serla de la éticade la conquista,sinola de la aiea del trato quesedabaa losindios y la delsistemadelas encomiendasenquetal ti-a-toseapoya»:«El sentidodelasprimerasdenuncias»,enoc., p. 113.TambiénUrdánozexpresa

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Lajustificaciónúltima dela conquistay del dominioespañolseencontra-ba, calladamenteaceptado,sin reprochede ningún género,en el hechodeunaevangelizacióndispuestaporquientieneeldominio absolutodel mundo—el Papa—,evangelizacióny dominioquerespaldansin escrúpulosde con-cienciay sin dudasde ningunaclase,elusode las armasy la declaracióndeunaguerra,absolutamentejusta.Sólo apartir de 1534,segúnIsacio Pérez,comienzanaaparecerteoríascontrapuestas,dondese vislunibraalgunadudasobrelaconquistaen cuantotal y sucorrespondientelicitud o ilicitud20. Enel año 1542 parecequeel propioCarlosV encaraconcierto desasosiegosusituaciónconrespectoalosindios,pidiendoconsejoy tomandodecisionesdeimportancia,talescomolaredaccióndelas NuevasLeyes. Hay, incluso,quie-nespiensanque,apartir de entonces,las dudasinfiltradas en la concienciadel Emperadorfueron en aumento,hastael punto de haberllegado ésteapensarseriamenteen abandonarlas tierrasconquistadas,devolviéndolasasus legítimosdueños21.

Encualquiercasolas tesisdeVitoria —cuyavozseoyeconénfasisatra-vés del propio Fr. Bartoloméde las Casas—,se van extendiendocadavezmás,mientrasquelas de Matíasde Pazy PalaciosRubios —retomadasconénfasisextremistaen el «Democratesalter»—,pierdenaudienciay partida-nos-

El docedeagostode 1546 el cuerpodel MaestroVitoria es enterradoenelpabellóndelos teólogosde5. Esteban.Suespíritu,sin embargo,sobrevue-la losclaustrosdelconventoy lasauiasdelaUniversidad.Susideasy sumen-te, comoañosatrássucuerpo,sonllevadasahombrospor discípulosy sim-patizantesde diferentesuniversidadesy hábitos,consiguiendode estemodoprolongarsuvida hastabienentradoel siglo xvíí.

la mismaidea: «No todosehabíaresueltocon elcelode los misionerosye1tesónpolemistadeLasCasas...Quedabapor abordarelproblemateóricodelos fundamentosjurídicosdeaqueldominiopolítico sobrelos indios o la legitimidaddela conquistay colonizaciónquelos mismosmisionerosy los primerosconsejerosjuristasy teólogosdabanporsupuestoysolucionado..»:ObrasdeF. deVitoria, oc., p. 498.

20 «Ningunodeellos duda,enprincipio, dela eticidaddela presenciadeEspañaenAmérica,ni de la convenienciayhastanecesidadde la permanenciade españolesallí (3. Todos, unáni-memente,denunciancomoéticamenteilícitos los comportamientosanti-legalesdelos conquistado-res (...) y todosproponencorreccióndetalesabusos(.3..»:«Acusacionesy reivindicaciones»,enoc., pp. 117-162.

21 Si existió o no tal duda,no nos afectadirectamente.Es un hechopuntual dematizab-solutamenteexistenciale histórico, prácticamenteimposiblede resolvera cuatrosiglos dedistancia,amenosquesetenganala manodocumentosquelo acreditenfehacientemente.Eltemalo trataenprofundidadManuelLucena, («Crisisde Ja conciencianacional:Las dudasde CarlosV», en «La dtica en la conquistadeAmérica», oc., PP. 163-198>, analizandolostextossobrelos que sefundatal hipótesis,defendidaentreotros, por GarcíaGallo, ArmasMedina,JuanManzanoy MenéndezPidal. El ponenteno aceptaestatesisy exponelasrazo-ne.sdesu desacuerdo.

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VemosasíaDomingode Soto~y Melchor Cano~,Covarrubiasy Azpil-cueta,Juande laPeñay BartolomédeMedina, y hastalos —en el temadellibre albedrío—,irreconciliablesy agresivosadversarios,Báñez y Molina,junto con suscorrespondientesseguidores,dándosela manoy haciendounfrentecomúnen lasdoctrinasvitorianas.

Un pensamientocomún,aunqueno idéntico—dadosucarácterevoluti-yo, vivo, dinámico—;vitorianoensusraícesy enla armazóndesuestructu-ra —masno mimético, sino original, personal,asimiladoy moldeadoporcadapensadorconcretoen cadacircunstanciaconcreta—,es el queva a ter-minarpor imponerseen laUniversidadSalmantina,llegandoadesterrarde-finitivamentelaantiguadoctrina—la tradicionaly oficial; lade PalaciosRu-bios, MatíasdePazy Sepúlveda;laquehalagabaadescubridores,conquista-doresy Emperador;la quejustificabala firma pontificia en unasbulas—,yque fue capazde llegar acontagiar,inclusive, al restode centrosuniversita-rios de importancia.

Porqueno fue sóloen Salamanca,ni únicamenteentrequienesvestíanelhábitode laOrdende Predicadores.La ondaexpansivade estasideasresonóconmáso menosintensidadenlas principalesuniversidadeseuropeas—Al-calá, Evorao Coimbra—,asícomo en el ContinenteAmericano;de ellas sehicieron eco—junto alosdominicos—,franciscanos,agustinos,mercedariosy, sobretodo, jesuitas;consiguieron,incluso, rebasarlas fronterasde lo es-trictamentecatólico,parafusionarsedealgúnmodoconel pensarsocio—po-lítico másdestacadodel protestantismo.

Lasconclusionesson las mismasquelas mantenidasporVitoria y la¡ni-meraEscuela:

Continuandola línea de pensamientoiniciada porVitoria, Soto,Cano,Covarrubias,losmaestrossalmantinosdela segundageneraciónconsolidandefinitivamentela doctrinade la escuelasobrela éticade la ocupacióny delas guerrasindianas~’.

Y junto a los salmanticenses,tos conimbricenses:Salamanca,Evora yCoimbra,formaronun trenzadocompactoy único en el quesedifuminarontodaslas diferencias.Y cerrandoelciclo, comobrochede oro, el incompara-

~ Enel aÑo1535,cuandoaúnestabaVitoria disponiendolos inateriálesparasusdosreleccio-nes«DeIndis»,ya DomingodeSoto(1495-1560)seadelantóensu Relección«DeDominio»,plan-teandoel problemaconunaspalabrascasiidénticasa lasqueposteriormentepronunciaráel pro-pioVitoria: «¿Conquéderechoretenemosel imperioultramarinoqueahorase nosdescubre?».

23 MelchorCano(1509-1560),absolutamentecoincidenteconla doctrinavitorianasobrelaguerra,no tuvo inconvenienteenhacerpúblicasu opiniónsobrela licitud deunaposibledecla-racióndeguerrade Felipe11 al propioPauloIV: Cfr. PEREÑA, L.: MelchorCanoy su teoríadela guerra, en«AnuarioAsociaciónF. deVitoria» (1959>, Pp.63-115.

~ CarlosBaciero:«Conclusionesdefinitivasde la segundageneración»,en o.c., p. 454>,.

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bleFranciscoSuárez~,quien,evidentemente,no fue un merocontinuadordelas doctrinasvitorianas,sino —segúnBrownScott—, «la culminaciónde laescuelaespañoladel DerechoInternacional, creadorade esaciencia»26,quecuandodicho «DerechoInternacionalnecesitabaunaJilosoflá,Jite él —Suá-rez—quienIaformuló>A7.Es él, sin Jugaradudas,el eslabóninsustituibleenla cadenaqueenJazala Escuelade Salamancacon el “indiscutido” HugoGrocio, quien, comodiceCopleston,«debiómuchoaSuárez,aunqueno re-conocieseconclaridadesadeuda»~.

Suárezexponesu teoríapolítica,fundamentalmente,en su«Tractatusdelegibusac de DeoLegislatore,in decemlibros distributusx’. No obstante,hayquetenerpresentes,tantosu«Defensiofidei»29como,sobretodo, su«Deti-Nicí vtrtute»,publicadaen 1621.

No es difícil ver en estasobraslas huellasdeVitoria, al queconfrecuen-cia cita, aunque,evidentemente,estéofrecidaen moldesmássistemáticos,so-bre todo en lo referenteal derechoy la ley, por lo que no carecede razónMarcial Solanacuandodice que:

el mayorméritoy lamásgrandeoriginalidadqueofreceSuárezcomointer-nacionalistaes haberfundamentadoconsolidezberroqueñala existenciaylanocióngenuinadelDerechoInternacionaF0.

ParaBrownScottladiferenciaentreVitoria y Suárez,por lo quela temade la guerrase refiere, estribaen que «las dosdisquisicionesde Vitoria sobrelos indios, terminancon unabrevedeclaraciónde la ley que los españolesde-benaplicar encasodeguerraconlos aborígenesdelNuevoMundo»mientrasque«el tratado deSuárez<½)esla culminacióndela escuelaespañolasin re-

~‘ FranciscoSuárez(1568-1617>,nacióenGranadadosañosdespuésde la muertedeVito-cia. Muchohincapiésehahechoen quela filosofíadeSuárezarrancay sebasaen la deSantoTomás—entodo caso,fue la queél estudió—.CeferinoGonzálezasílo atestigua:«esla Filoso-fía deSantoTomás,aquiencitay sigueencadapáginadesusobrasfilosóficas»—«Historiadela fllosoffa».Madrid, 1886,III, p. 145—. Coplestonatenúa:«estábasadaenla deSantoTomásdeAquino; perono poresomerecemenosquesela juzguecomoundesarrollooriginal, habidacuentadesu amplitud,minuciosidady profundidad»—«Historiadela Filosoifa». Ariel, 1975,TU, p. 362—. MenéndezPelayoselamenta:«eslástimaquela filosofíadel DoctorEximio ape-nashayasido estudiadahastaahoramásqueporescolásticosdeprofesión, empeñadosenbo-rraroatenuaratodacostalasdiferencias,queesdonderesideprincipalmenteel interésy laori-ginalidaddeun sistema»—«EnsayosdeCrítica Filosdfica».CS.l.C., 1948, p. 83, nota.

~ Ver oc., p. 188.27 BEowt4 Scorr,1: «El origen españoldel DerechoInternacionalmoderno».Valladolid,

1928,p. 206.~»F. copleston:«Historia dela fllosojta».Ariel, 1975,t 3, p. 362.21) El título completoes:Defensiofidei catholicaeetapostolicaeadversusAnglicanaesectae

errores, cumresponsioneeJapologiamcumiuramentofidelitatíseJpraefationemmonitoriamSe-renissimiIacobiAngliaeregis».La obrafue quemada,tantoenLondrescomoenParis.

»> SOLANA, M.: «Historia de la FilosoifaEspañolaenelsiglo xvra, 111. p. 506.

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ferenciaa casosespecialesy sin otra tesisque la de mantenerla causasagradade lajusticia y la Caridad»31.

Suárez,no cabeduda,delimitó loscamposy losconceptos,obligandoalaposteridada considerar«tressistemasde leyseparadosy distintos:la LeyNa-tural (...), la Ley Positiva (...) y la Ley de las Naciones»32,o, si preferimos,tresparcelasdel derecho:«elDerechoNatural, tan universalcomola Huma-nidad, e inalterable,el Civil o Municipal, modificablepor el Estadoque lo hahecho,y el Derechodelas Naciones,formadopor ellas,por los usosy costum-bres, quesolamentepuedesermodificadopor usosy costumbrescontrarios»33.Suárezsistematizóla filosofía del Derecho,esclareciólaverdaderanaturale-zay lasfuncionesdel DerechoInternacional,perolo hizo con «los materialesqueestabanyaa la mano,enformadispersa»M.Vitoria, sin duda,seguíavivoen la mentey en laplumadel DoctorEximio.

2. MuERTE DE VITORIA: LA APARICIÓN DE HucoGROGIO

Cualsi de unareencarnaciónsetratase,nacióy murióun sigloexactodes-puésqueVitoria. Sudoctrina,comoel título de su obramásfamosa—Deiurebelli acpacis,escritoenParísen 1625—,no obstantecoincidir enlo sus-tancialconel MaestroSalmantino,y seguramentepor eso,se convierteenelsudarioqueocultarádurantedossiglos lamemoriade Vitoria y susseguido-res.

EscuriosoqueDonMarcelinoMenéndezy PelayoconsidereaHugoGro-cio como el principal divulgador—no ya de las ideasy doctrinade Vitoriaque, ciertamente,lo fue, no por otra cosa, sino porquese identificó conellas~—,sino de lapropia famay renombredel MaestroSalmantino:

Enverdadquepareceraraironíade la suerte,el quedureel nombredeFranciscode Vitoria (...) porunacircunstanciaqueparecemeramentefor-tuita; es,a saber,por labuenafe y lahonradaerudiciónde Grocio, el cual,en sufamosotratado Delure belli ac pacis (...> tuvo a galacontar aVitoriaentrelos másegregiosprecursoresdesu obrahumanitaria,citandoconver-daderoamorlas dos Relecciones,DeIndis yDe¿urebell0~.

Brown ScottJ.: «El origenespañoldelderechointernacionalmoderno».Vaiiadojid, 1928,p. 188.

321d.. d., pp. 219-220.íd., id.,p.211.

íd., id., p. 206.~ «El juristaholandés—aseguraUrdánoz—,siguea Vitoria y aceptacasitodoslos pnncí-

pios internacionalistassentadospor éste(...); bien cabedecir queestaprimerasistematizacióndelderechointernacionalhasido elaboradacasitodaconmaterialese ideasdelmaestrosalman-tino o procedentesdesu escuela».Urdanoz,oc., p. 513.

«~ «Ensayosdecrítica filosófica». C.S.I.C., 1948,Pp. 232-233.

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306 MarcelinoOcañaGarcía

Bien es cierto queel Holandéscita conciertafrecuenciaaVitoria en susdiferentesobras,pasandode cincuentalasvecesquealudeaél ensu«famosotratadoDeUvebelil acpacis». Sinembargo,hayquien, enlugarde«buenafe,honradaerudicióny verdaderoamor»,aciertanaver, másbien,un tonoalta-newy despectivo,capazde avergonzaracualquieradmiradordeVitoria:

En su discursopreliminar, el jurista holandés—Grocio, evidentemen-te—, conscientedesusuperioridadrespectodetodossuspredecesores,echóuna miradadespectiva—el subrayadoesnilo—, sobreun grupodeescrito-res, incluyendoaVitoria37. Grotius erasuperiora cualquierotro competi-dor, anterioro contemporáneo(..

Peroencualquiercaso,valoracionesapreciativasalmargen,la realidadesqueFranciscode Vitoria permanecióprácticamenteignorado durantedoscenturias,eclipsadoporla famay el renombredel holandésHugo Grocio, apesarde que—y tal vez, precisamenteporque—,lasideasfundamentalesdeladoctrina deGrocio habíansido ya expuestasy defendidasporVitoria.

EmestCassireres un claroexponentedeesa «ignorancia»...u olvido. Ensuconocidaobra«Filosofíade la flustración»no se dignanombrarunasolavez a Vitoria. Cassirerno tiene ojos paraver sino los siglos xvii y xvní y aHugo Grocio como únicabisagraque enlace ambosmomentos,ignorandopor completoel papel quepudieracorrespondera Vitoria o Suárezañosatrás:

El siglo xvii y el xviii vuelvena considerarotra vez el problemaentodasuuniversalamplitud.Hugo Grocio, especialmente,restableceel contacto.No sólo un político y un jurista, sino tambiénun humanista,el pensadormásimportanteeindependientesurgidodel círculo delHuinanismo»%

Puedequeel casode Cassirersealamentable,ya que, no teniendorepa-ros el propioGrocio en recordaraVitoria, hayaél caídoen este casi imper-donableolvido; sin embargono haymásremedioqueaceptarla realidad:Vi-toñaya no contaba,surecuerdosehabíaborradocomopor encanto,un ol-vido universalizadohabíacaídocomo un mantosobresu tumba; en unapalabra,Vitoria habíamuerto.

Claro que, decirqueVitoria estabamuerto,sólo hacíareferenciaasu fi-gura, asunombreexpresamentecitado,asupresenciaenescena;pero]a ver-

~ El texto alqueserefiere Phillipsonseencuentraenlos«Prolegómenos»del«De iurebelliac pacis»,enel n” 37. Diceasí: «Vi libros especialmentededicadosal derechodeguerra, unoses-critos por teólogos,comoFranciscode Vitoria (..). Perotodosestosautores,detan rica materia,muypocodúeron,ymezclansin ordenlo queesdederechonatural,divino, degentes,civil o ca-nónico,y todo lo confi<nden».

»‘ Brown Scott,J.: El origen español...,oc., Pp. 134-135.31) C.c.,p. 283.

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Franciscode Vitoria: vida,muertey resurrección 307

dad es quesu influencia—si bien, fuerade la luz del escenario,desdelasbambalinas,entrecandilejas—,seguíasiendonotoria,insustituible;suspala-bras—aunquepronunciadasporalgúnotro máspresente,máscercano,másactual—,seseguíanescuchando:

Ni encuantoal método—aseguraScottconpalabrastomadasdelDis-cursodeEduardode Hinojosa—,ni en cuantoalfondo principaldeladoc-trina,difierenesencialmenteGentilisy Grocio del Dominico español~.

Tambiénde acuerdoconestaidea,el ProfesorNys en su Introducciónala ediciónDe Indis et De Jure Belli Relectiones,poneen bocade HermannConringpalabrassimilares,aludiendoconmásprecisión,si cabe,ala fuenteinspiradoradel Holandés:

Si HugoGrotius sobresalióenFilosofíay produjoel incomparablelibroDe iure ¿‘dli tic pacis, lo debióa su lecturadelos jurisconsultosespañolesVázquezy Covarrubias,quienesasu vezhabíanusadoel tratadodelMaes-tro FranciscodeVitoria41.

PareceevidentequeGrocio «construyóel edificio, peroconmaterialpro-porcionadopor otros»42,aunqueestono quite en absolutoméritoasugranobrani ala popularidadde supersona.Peroen cualquiercaso,laverdadesqueelolvido deVitoria fue unarealidad;quelamuertedel Maestrosobren-no; y quelarazónde tal hechoestáenla aparicióndelholandésHugoGro-cio: «Estosautoresya no sonleídos,porqueDe Groot los eclipsóconsugloria,condenándolosal olvido»”3.

Pareceevidenteque, de habersido citadoslos autoresespañolescon «laveneración,buenafey amor»aquealudeoptimistaDonMarcelino,no hubie-rahabidointerrupción,sino continuidad;enlugardela muertea quealudi-mos,habríamosasistidoal fluir ininterrumpidode unay lamismavida.Perolamuertefue un hecho,el olvido seimpuso;sibien, puedequeexistieranal-gunascausas—dos en concreto—,máso menossoterradas,capacespor sísolasde produciresta«intencionadaignorancia»U.La primera,«el prejuiciodelosprotestantescontrala Iglesiacatólica»45;lasegunda—másfuerte,másconcretay personalizada—aludealcompromisoqueconllevabanunasideasquese enfrentabanal Poder,del que,tal vez, no conveníaalejarse:

40 Brown Scott,o.c., p. 133.

“‘ íd., id., p. 234.42 Id., id., p. 236.

“íd., id., p. 230.~ íd., Id., p. 229.

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308 MarcelinoOcañaGarcía

He aquíunadoctrina muy desagradablepara los señorespríncipesyparaelmismoGrocioquedeseaba,no sólo hacerseleerporellos, sinoserlesgrato,hastaelpunto dehacerseagregaral serviciodealgunos.

Perola ley tienequecumplirse:imposiblela resurrección,sin unamuer-te previa;y lo mismoen el retrato:el procesoiniciado teníaqueculnúnarse,y por eso,despuésde dossiglos de brochazosqueemborronaronla siluetainicial, las acertadaspinceladasde un escocés—3. Mackintohs—,comenza-ron a devolverlavida al retrato,reiniciándoseasíel tercerpasodelproceso:la resurrección.Tal vez tengatambiénrazónel MaestroD’Ors cuandodiceque «los buenosretratoslleganaparecerseal original (o el original a ellos)cincoaños—queennuestrocasoseríancincosiglos—,mástarde»”7.

3. «RESURRECCIÓN»DE VIToRIA: EN LA INVESTIGACIÓN Y EN LA HISTORIA

El día 27 dejunio de 1974se descubríaparaelpueblosalmantino,en sufamosaeilustrePlazaMayor, unmedallónconel bustodeVitoria. Al añosi-guiente,el 6 deseptiembre,FranciscodeVitoria —por gentilezadelAyunta-mientoy pormanodel artistaFranciscodeToledo—,aparecíaen bronce,decuerpoentero,frenteal conventode SanEsteban—suconvento—.Son dossímbolosquerepresentanel recuerdo,no siempremanifestado,dela granfi-guraquede un tiempo a estapartehabíacomenzadoaemergerconbrío yatractivogeneralizado.

Un añodespués,el 4 de junio de 1976,el símbolo fue acompañadodelgestoy la palabra;lasanécdotasfigurativasy caserasdeSalamancase agran-daron,convirtiéndoseen categoríaviviente, prototípica,universalizada.Eraelbicentenariodelaindependenciade losEstadosUnidos.JuanCarlos1, Reyde España,representantey máximaautoridaddel puebloespañoldesdenohacíamuchotiempo,haceactodepresenciaenel Palaciodela ONU y entre-gaasusecretariogeneralKurt WaldheimunaimagendeFr. FranciscodeVi-toria, con las siguientespalabras:

Señorsecretariogeneral,señorasy señores:Estees el recuerdoquehoyofrezcoalaOrganizacióndelasNacionesUnidas.Ostraigola efigie defran-cisco deVitoria, humildefraile y granfilósofo, quedefinió parasiemprelosfundamentosdel derechointernacional,cuyasreglas, respetadaspor todoslos Estadosmiembros,son cimientomismode estaorganización~.

~> Id., id., p. 239.~rD’Ors, E.: Introduccióna la vida angélica,oc.,p. 184.‘~ Hernández,R.: «Un españolenla ONU? Francisco de Vitoria». BAC popular. Mad,id,

1977,p. 4.

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Franciscode Vitofla: vida,muerteyresurrección 309

Pretendocon lo que sigue, señalarmeramente,apuntarcon el Indice—sinaspiracionesdemostrativasni razonamientosargumentativos—,larea-lidad de unapersonalidadcadavez másapreciaday destacada,ala que, dedíaendía, selevanatribuyendosusauténticosy genuinosvalores—tantoenEspañacomo,sobretodo,en el extranjero—,y terminarconstatandocómola realidadsocio-históricaseha encargadodeajustarunateoría,presumible-menteutópica,ala verificaciónpráctica.

a)Autoresextranjeros:

«DeGroot—diceJ.W. Scott—,indudablementeprevi6quese recordarlasunombre<.4; Franciscode Vitoria seguramentejamáspensóquele sobre-viviría el suyo,y sequedaríasorprendidode haberlealguiensugeridoquese-ña ~

Estafrase,pronunciadao escritaen 1928,pretendeser unaconstatacióndelo real ehistóricamenteocurrido.Y no eraparamenos,dadoqueVitoriani mandóala imprentasusescritos,ni pensóquealguienpudierahacerlo,mientrasqueHugo Grocio,apartir delaño1626,apenaspublicadasuobra,fue mundialmenteconocidoy constantementecitado.

Tal veztengamosquereconoceralescocésy protestante—queno católico—,j Machintoshcomoal auténticopromotorquereflotéel recuerdodeVitoria,flamandolaatenciónya ene] año1816—dossiglasexactosdesdelamuertedeSuérez—,sobrequeidos orígenesdel derechonatural,públicoe internacional,debenbuscarse,sobretodo, enlos filósofosespañolesdelsiglo xvm»~.

Y junto aMackintoshy «siguiendosushuellas»,comodiceMenéndezPe-layo, elhistoriadornorteamericanoH. Wheatony su«Histoire desprogrésduDroit de Gensdespuisde la patx de Westphaliejusquánosjours»,editadoenLeipzig en 1846,dos añosdespuésde queMackintoshpublicarasu famosa«Etica».Wheaton,comoMackintosh,no tienereparosen asegurarlapriori-daddeVitoria y los escolásticosespañolessobrelapaternidadgratuitamenteotorgadaaHugo Grocio.

Todavíaantesdetenninarel siglo, y lejosaúnde nuestrasfronteras,dosautores:A. Giorgi yE.Nys.E] primero,italiano,ensulibro «DellazAta e de-ile operedi Alberico Gentilb>, publicadoen 1876,«saludaaFranciscodeVito-ria, no sólo comoinspiradoryprecursordeGentili, sino comoverdaderopa-drede la cienciadelDerechoInternacional»51.El segundo,profesorde laUni-

~ «Elorigenespañoldelderechointernacionalmoderno»,oc.,p. 4.Cita tomadadeMenéndezPelayoen «EnsayosdeCrítica Fflosófica».c.sj.c.,Santander,

1948,p. 233.El texto remiteala «RevistadeJ2dimbwgo»,Septiembrede 1816,vol. XXII, tam-biéncitadopor3W. Scott,enac., p. 65.

~‘ MenéndezPelayo, M.: EnsayosdecríticaFilosófica»,oc., p. 234.

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310 Marcelino OcañaGardo

versidaddeBruselas,juez del Tribunalde PrimeraInstanciay miembrodelInstitutodeDerechoInternacional,publicaen 1894 suobra«LesoriginesduDroit International»,dondelasalusionesa los autoresespañoles—Baltasarde Ayala, Vitoria, Covarrubias,Sotoo Suárez—,se repitencapitulotrasca-pitulo, no menosquelos nombresde Gentfli o Hugo Grado.De Vitoria, enconcreto,dice:

Uno delos grandesrepresentantesde esta¿poca,tal vez el másgrande,esFranciscodeVitoria, quienocupólacátedradeteologíadelaUniversidadde Salamancade 1526 a 1546.Es ésteun maestroincomparable(...). Unose lamentade queFranciscode Vitoria y sus ilustresdiscípulosno hayanejercido unamayor influenciaenla cienciadel derechode gentes52.

Ya ennuestrosiglo, losestudiossesuceden,repitiéndosereiteradamente,o dandopor supuestoel título de «padreo fundadordel derechodegentesodelderechointernacional»,aplicado,sin ainbigiiedadni discusiónaFr. Fran-ciscode Vitoria. DestaquemosentreotrosaBarthelemy,Vanderpol,Delos,Vollenhoveno Phillipson, paradejarcerrandofilas a«unadelas personali-dadesmásactivasde estemovimiento vitoriano»,segúnBeltránde Heredia,al profesordela Universidadde Georgetown,JamesBrownScott, merecida-mentenombradoDoctor «honorisCausa»de la Universidadde Salamancaymiembrohonorariode la «AsociaciónFranciscode Vitoria». Seis añosdes-puésde suyacitado libro «El origen espaAol del DerechoInternacionalmo-denia»,publicó en Oxford»ThespanishOrigin ofInternationalLaw. Francis-ca de Vitoria and his Law ofNations»dondeanalizamásen particular laobradeVitoria. Deél diceBarciaTrelles:

Brown Scottno sólo ha iniciado eimpulsadolapublicaciónde unaad-mirableedicióndelos clásicosdel DerechoInternacional(...) sinoqueaho-rapublicaun estudio,sosteniendoqueesFranciscodeVitoria el indiscutiblefundadordel DerechoInternacionalmoderno~.

Y sin duda,estafue suúnicapretensión:justificar que«la escuelamoder-na del DerechoInternacionalsurgióa la vida para hacerfrentea las necesi-dadesmodernasde las naciones»y que«elprimero de estosescritores,elfi¿n-dadorde la escuela,y el queexpusolos principiosquedeberfanregir ylos apli-có a hechosconcretosde la vida internacionalde su dpoca,fi¿e FranciscodeVitoria en susdosleccionessobrelas Indias»M.

52NYS, E.: «Lesoriginesdu Droitlnternationah.J.K. Tadema,1894,pp. 128-129.~ BarciaTreiles,c., enel prólogoa«El origen españoL.»,e.c., p. Vil.~ O.c., PP. 72-73.

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Franciscode Vitoria: vida, muertey resurrección 311

b> La aportaciónespaífola:

Cedamosahorael turno de intervencionesanuestrospropioscompatrio-tas,ya quetambiénentrelos españolesse encuentrannombresdignosde sertenidosen cuentaenel temaquenosocupa.

El puntode partida—remoto,tímidoy puramenteocasional—,podemossituar]oene] siglopasado,exactamenteenel año1876,cuandoDanGumer-sindodeAzcáratepronuncióaquellafamosafrase,tantasvecesevocada,chis-pa provocadorade la enardecidapolémicasobrela «CienciaEspañola».Cla-ro que, estono obstante,es D. EduardodeHinojosaquien—conmotivo desuingresoenlaRealAcademiadela Historia,en marzode 1889—,pusolasbases,en sudiscursode entrada,paraempezaraconsideraraVitoria cama«unode lospensadoresmásilustresdenuestrosigloxvi, restauradordelaEs-colástica,y verdaderoSócratesde laTeología-

Tal vez pudohaberquedadocomo simpleanécdotasin demasiadatras-cendenciaestaaportaciónespañola,de no habersido por dosplumasverda-deramenteentusiastasy tenaces,quese hanconstituidoen puntode referen-cia obligadaparatodainvestigaciónquepretendarelacionarseconlos estu-dios del DerechoInternacionaly las fuentesoriginariasde estadisciplina,yasindudaubicadasenelderechode gentesde FranciscodeVitoria. Sondichasplumas:los PP.AlonsoGetinoy Beltrán de Heredia. Ellos hanconseguidorecopilary ofreceral estudiosointeresado,todoel materialimprescindibleparaun conocimientoexhaustivode lapersonay la obradelP.Vitoria.

ComienzaGetino,apartir de 1910,apublicaren «La Ciencia Tomista»unaseriede artículosdecarácterhistóricosobreVitoria, queunosañosmástarde—en1914—,reuniríaen un sólo volumenconel título de «Rl Maes-tro FY F. de fltoria y el renacimientofilosófico-teológicodelsiglo xvi» y que,posteriormente—en 1930—,rematarlaenunaobraimprescindible,alaquepodemosdenominarconelapelativode «clásica»,sobretodoporladocumen-taciónqueaporta «Rl MaestroFray Franciscode Vitoria. Suvida, su doctri-na y su influencia».

Ni importademasiado,evidentemente,el queel objetivoprincipal alquehayadirigidosusesfuerzosno hubierasidootroqueelde reclamar«unahis-toriade españoleshechaporespañolesy conespírituespañol»,o el«reivindi-carpara la fe católicauna gloria expoliadapor sus enemigoshistóricos»,comodice CastillaUrban&6. No es del casoentraradiscutir si es correctaono la apreciacióndel citadoautor. Encualquiercaso,no creo quedichain-tencionalidad«patriótica»o «apologético-católica»,puedaconstituir un bal-dón, ni, sobretodo,puedaconsiderarsequemermeun ápiceun trabajodo-

~ MenéndezPelayo,M.: «Ensayosdecrítica filosófica».(Z.S,l.C., 1948,pp. 228-229.~ CastillaUrbano,F.: «ElpensamientodeFranciscodeVitoria. fllosoJLipolítica eindioame-

ricano,.. Anthropos.1992, PP. 15-16.

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312 MarcelinoOcaRaGarcía

cumentalde valor inestimable,si bien —ahorasí—, hayaqueaceptarequi-vocacionesy errores57,delos quehemossalido, contoda seguridad,gracias,precisamente,asuspropios fallos y enbase—sin lugara dudas—,asuspro-piasaportaciones,contrastadaspor investigacionesy descubrimientosposte-flores.

Al P. Beltránde Heredia—dominico, como Getino—,se debela máxi-ma precisióny autoridaden temasdiscutiblesy discutidos,tantosobrepun-tosbiográficoso bibliográficos,comosobretodoenlo concernienteaunaau-ténticadivulgacióndel pensamientovitoriano.

Es él quienseha preocupadoconconstancia,pacienciay rigor, de desem-polvarde las bibliotecasy entregarlosalos estudiosos,manuscritosy papelesinéditos;recopilaren seistomosy darala prensalos ComentariosdeVitoriaa la«Secundasecundae-»de SantoTomás.El quientuvo la última y definiti-va palabrasobreelnúmeroy ordenen quefueron pronunciadaslas releccio-nes~~«; portodo lo cual, el prestigioy la autoridadconquese haimpuestoenasuntosvitorianos,quedafueradc todaduda.

Beltrán de Heredia,pues,y Alonso Getino, inevitables,imprescindibles—aunquesin olvidar ni desestimar,evidentemente,a los ya nombradosdelsiglo pasado—,perono suficientes.Es,sobretodo,apartirdel año 1~26 —

centenariode Hugo Grocio— cuandose advierteun verdaderomovimientovitorianoqueproclaniaal MaestroSalmantino«Fundadordel DerechoInter-nacionalmoderno»,y queva«in crescendo»hastallegarasu máximoesplen-dor en elaño 1946,cuartocentenariode supropiamuerte.

En tomo al año1930,tal vez debidomás,no sési al contagioo al pudorquepudieronproduciren losánimoshispánicoslas intervencionesde BrownScott,extranjeroentodocaso,quealaspublicacionesdel P- Getino,aunquecontandoya, desdeluego conlos primerosmanuscritosde Beltrán deHere-dia, se danaconocertrabajosmásfrecuentesy de mayorrepercusión,al ha-ber sido escritospor plumasdereconocidoprestigio,tales comoBarciaTre-lles, Fraile, Menéndez-Reigada,GarcíaVilloslada o Venancio DiegoCarro.En 1946y 1947es cuandocon másprofusiónse mandana la imprentaartí-culosy libros —muchosdeellos, conferenciaspronunciadasconmotivo delaniversariode Vitoria—, relacionados,en su mayada,con el temadel año:«Franciscode Vitoria, fundadordel DerechoInternacional».

Juntoalos ya mencionadosy los omnipresentesHerediay Getino, tal vezdebamosuna referenciaespeciala Truyol Serray, por supuesto,a TeófiloUrdánoz.A Urdánoz,precisamente,sedebeunaedicióndelasReleccionesde

p. 17.~« «Ti-aspacientesinvestigaciones—diceel P. Urdánoz—,el 1’. BeJtráj~ deHerediahalogra-

do establecer,a basededatosdelos mismosmanuscritosy deotrostextos,esta cronología,cadavez masconfirmadapor nuevosdocumentos,asícomodescubrirlas peripeciasocurridasen lacomposicióndecada‘ma delaspiezas».Urdarioz,T.: «ObrasdeFranciscodc Vitoria», oc.,p. SL

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Franciscode Vitoria: vida,muertey resurrección 313

Vitoria, biingiley crítica,quehasido,sin lugaradudas,la máspopulary lamásutilizada, desdequesalida la luz en 1960.Hapodidosu autor,eviden-temente,aprovecharlas conclusionesdefinitivasde investigacionesaúntitu-hesitesenfechasanteriores.Se ha podido,incluso,permitir aiusionescríti-casa los quele precedieron,puntualizandoo enfatizandomaticesde interés,comolas observacioneshechasa lasdiferentesedicionesy posiblesconfusio-nesoriginadasala horade catalogaro contabilizarlasrelecciones59.En cual-quiercaso,esla ediciónmásasequibley usada.Cadarelecciónva precedidade una introducción,en la quehaceuna exposicióndel pensamientoe in-fluenciadeVitoria, juntocon un recorridohistóricoy unalecturaactualiza-dade la tesispropuesta.

c) El testimoniosocioh¿stónca

Perahay algomás.Al hablarde la resurrecciónde Vitoria no podemosreducirnos,exclusivamente,asunombre,ala memoriadesufigura, evocadapor escritoresrecientesquelo hanpuestosobreel candelerodespuésde tan-tosañosde olvido. Esto, pienso,no señasuficiente.Ya hemosdichoquenoessufísico, sino su espíritu;no sonsuslabios,sino suspalabras;no sucere-bro,sino sumente,lo quenosimportadesempolvar.Y queesaquí,precisa-mente—enla sociedady en la historia—,dondecabecontemplar,no yaunasimple resurrección,sino una, inclusive, sorprendentey espectacularascen-sión de susideasquese hanido imponiendo—no en los escritossinoen larealidad—,cadavezcon máscontundenciay brillantez-

Es en el año 1776 —estandoaúnVitoria en el sepulcrodel olvido—,cuandoNorteaméricadeclarasuIndependencia,configurandounamacrorre-publica—primerosatisbosde la sociedadinternacionalvitoriana—,sobrelabasedetreceestadosy formulandounaprimeradeclaraciónde los derechosdelhombreencuantotal, sin exclusionesni distingosdecunao colorde piel:

-- Todoslos hombresson,por naturaleza, igualmentelibres eindependientes,y tienen ciertos derechosinherentesde los que,cuandoseorganizanen sociedad,no puedenellos ni suposteridadserdespojadosni privadosJQ

»~ Cfr. Urdanoz,OC., pp. 84-107.En la página107, precisamente,prometeunaauténticaedicióncritica,enlaque<esperapresentarlapublicacióndel solo texto latino contodo el apa-ratodevariantesparaquelos doctosjuzguenmejordelestadodeltexto».Notenemosnoticiadequehayavistola luzdichaedición.

~“ DeclaracióndeDerechosde Vbx’inia, el 12 dejuniode 1776,quesevolveránaredactarenMassachusettsen1780,y que seránbásicamentelos mismosde la célebreDeclaracióndelosDe-rechosdelhombreydelCiudadano,promulgadael 26deagostode 1789.Y junto alosderechosfundamentales,puntualizaciones—declarosaborvitoriano—,sobreel podero lareligión: «2.

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314 MarcelinoOcaña García

La Declaraciónfrancesa,tanto la inicial de 1789 comola posteriorde1793, matizancon énfasis,cómo la causa—«únicacausa»—,de los malesquepadecenlos hombres,estáen haberolvidadoo despreciadodichosdere-chos61.

El año 1776,portanto, marcaun hito en la Historia; los EstadosUnidosde Américaseconstituyenenlos pionerosde la independenciay ladescoloni-zación. Sin embargo,no sonlos únicos;«elmal ejemplo—comoalguienhadicho—,cundióenHispanoamérica»62.A decirverdad,esoeralo suyo,dadoquecuandoVitoria dijo que «sony hansido auténticosseñores»,sereferíaprecisamente,aellos,a los «bárbaros»del NuevoMundo,dominadosporlosespañoles.Refiriéndosea ellos accedióa la convenienciade unatutelaespa-ñola,peromatizandocon precisióny acierto:

Esclaroque despuésquesehanconvertidoallí muchosbárbaros,ni se-ría convenienteni lícito al príncipeabandonarpor completola administra-ción de aquellasprovincias63.

Hablade«noabandonarporcompleto»:unasupervigilanciao un determi-nadocontrol - - - perono un gobiernototal y absoluto,ya queno setratadeunaposesión,de un dominio, sino de unasimple «administración»,comolaquecabeotorgara los queaúnno hanllegadoal usode razón.

Portodolo cual,aúnenel casode estardeacuerdoconVenancioCarro%o conel propio EugenioD’0rs65, la conclusióna la quesedebellegar después

Todopoderestáinvestidoeny,por consiguiente,derivadelpueblo<4.3.- El Gobiernoesodebeserconstituidoparael comanprovecho,protecciónyseguridaddelpueblo(.j. 16.- Lareligión oel deberquetenemospara connuestroCreadory lafonnadecumplirlo, sólopuedeestar regula-do por la razóny la convicción,y nopor lafi¿erzay la violencia...»Paramásdetalles,verArto-la, M.: «Losderechosdelhombre».AlianzaEditorial. Madrid, 1986.

«Losr~presentantesdelpueblofrancés, constituidosenAsambleaNacional, considerandoquela ignorancia,elolvido oeldespreciode los derechosdel hombre,sonlas únicascausasdelosmales públicosydela corrupcióndelosgobiernos...»

“2lntroducción a la Historia deEspaña.VV. AA., Ed.Teide. Barcelona,1974, p. 494.«~ «it Indis,>: Urdanoz,oc., p. 726.~ «Contodaverdady exactitudpuedeafirmarsequeningunaCorteoNación europeapue-

depresentarunalegislacióntan humanay cristiana comola quenosofreceEspañay susReyes(...). Paralos Reyesde Españael indio eslibre yun nuevovasallo. Peroel indio no estáprepa-rado parael trabajodisciplinadoy colectivo...»VenancioCarro:«La teologíay los teólogosjuris-tasespañolesante la conquistadeAmérica».Salamanca,1951, pp. 29-30. Evidentemente,laobradelP. Carrono sereduceaestaslíneas.Sucríticaesprofunday extensa,aunquepartedeestasbases,sin dudaalguna,fundamentadas.Paranosotros,en todocaso,la preguntasigueenpie: ¿conquéautoridadseleslegisla?, ¿conquéderechoselesconsideravasallos?

~ «Nadiedesconocehoy la importanciadela diferenciadeconductamanifestadaenesteres-pedoconloscolonizadoresespañolesenparangón,porejemplo,conlade loscolonizadoresingle-ses (.4Enlugardeimponersecomoextrañaalos indígenastodaunacivilizacióntratóaquídein-corporarlos,sinrehuirsiquieraala mezcladesangres,extrañaatodapreocupación,y hastaatodofreno,depurezaderaza’,.EugenioD’Ors: «LaCienciade la cultura».Rialp, 1964,Pp. 262y 210.

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de leeraVitoria, esdiáfana:«ni la niñez,ni la demencia,ni el pecado,ni elpaganismo»son óbice parala legítimaposesióny dominio, si bien puedenserloparaunaprovisionaly pasajeragestiónacargode unostutoresque,enningúncasopuedenconsiderarsepropietarios,sino merosadministradores,hastatantopuedanhacersecargolos auténticosdueños.Estecarácterdetem-poralidad,o no sequisotenerencuenta,o seolvidó. Tambiénpuedeolvidár-selea unamadrequeha llegadola horadel parto,perola naturalezano ol-vida, los derechosquede elladimananno perecenni prescriben.

La ironíadel destinohabíadejugaraEspañaunamalapasada.Ella, quesirvió de matronaen el nacimientodelPuebloAmericano,poniendoal set-vi-cio delgeneralWasingtbonsuscañones,facilitandode estemodoel partodeun paísquesedesgajabadelasentrañasdela CoronaBrit.ánica~fue incapazdecomprenderquelahorade supersonalalumbramientono estabaya lejos.Ni siquieratomóconcienciacuandocomenzaronlos doloresdelpartoenMé-jico con el fusilamientodel «Cura Morelos», o se escucharonlos primerosllantosconla IndependenciaVenezolana.El nacimientode la nuevacriaturaeraya un hecho,aunquelos propiospadres—a la fuerzay frentea los ini-pulsosde la propianaturaleza—,sequeríanresistir,pretendiendoevitar loinevitable, intentandoreteneren el senomaternoal hijo queseles ibade lasentrañas.El cordónumbilical hubodecortarse,sinmásremedio,despuésdequela Madretuvieraquesometerseala sangríade Cuba, Filipinasy PuertoRico, en aquellainolvidablegesta,desastrosamenteheroicadel 98 —«cesá-rea»impuestaporla propia naturalezaa unamadre«estrecha»,delucesy decaderas,incapazde permitir a su hijo el pasofrancoparaunavidaindepen-diente,comole correspondía.

Fueel año 1898.Lo recordamosmuybien. Talvez lo evoquemosconundejede nostálgicatristeza,si bienno deberíamosolvidarquede suscenizasemergióla edaddePlatade nuestrasletras.El NuevoMundosehaconstitui-do asíenunhito especialdenuestrahistoria: consuDescubrimientoy cons’-guientemaridajenosllegó el siglo de Oro; con su nacimientoe independen-cia, el de Plata.

A partirde ahíel rosariodela descolonizaciónsehaido desgranandoportodala superficiedel Globo, desparramándosepor los cinco continentes.Y

~ Es evidenteque los móvilesque impulsaron aCarlos ¡Uy suCorte aprestarsemejanteayu-da, no estaban,en modoalguno, basadosen <el deberpor el deber» kantiano, en la implanta-ción de la justicia o la restauración de unos derechoshumanos lesionados;pero, en cualquiercaso,una vez mÁs, la naturalezaseha valido de la mano deja libertad humana y de los impul-sosdel egoísmoy la venganzapara imponer suley. Ya lo dice Kant en su «Ideadeunahistoriauniversalensentidocosmopolita»:«No seimaginanlos hombresenparticularni tampocolos mis-mospueblosque,alperseguircadacualsu propósito,segúnsu talante,yamenudoenmutuaapo-sición, sigueninsensiblemente,comohilo conductor,la intenciónde la naturalezaqueellos igno-ran». Cfr. Enmanuel Kant .9losoffadela Historia. Prólogoy traducción de E. Imaz. FCE. Até-xico, 1979,p. 40.

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no hansido sólo los pueblos,paíseso nacionalidades;tambiénlas razas,losgremios,las clasessocialeshanalzadosu voz y hanexigido susderechos,sibien no todos conla mismafortunay éxito. Hemosasistidoasía la mayoríadeedaddela mujer,del trabajador,delnegro.Todosellosconocensusdere-chosy los caucesparaexigirlos. Bien es cierto queaún no estántotalmentereconocidosen igualdadabsoluta.Que la mujer aún estáinfravalorada,eltrabajadorbastantedesprotegido,el negrotodavíamuymarginado;peroquesebuscanfórmulas—al menosenlateoría,enlos escritos,enlas«declaracio-nes»—,queseajustenaunasexigenciasmínimasdelos derechosdelhombreencuantotal, y queseaninternacionalmentereconocidas,aceptadas,respeta-das.

Por todo lo cual, no creoquesepuedadecirde la doctrinavitorianaqueseacomo el «volapuk»—«lenguainternacional. - - quenadiehabla»—o el«deberser»kantiano .., queno tieneporquéllegara«sen>.El «ser»del dere-cho, descubiertopor Vitoria en la naturalezade todo hombre,nos lleva al«deberser»de su aceptación,no menosqueala posiblecreacióndeun brazosancionador—ONU, OTAN. - —, quepuedapenalizarsuincumplimiento.Yesaquí,precisamente,en el tránsitodel «ser»aun «debersen> —queya vasiendo—,dondehemosde situaresaresurreccióndequehablamos;dondeseapreciaconnitidezesaascensiónaquenosreferimos.

Poreso,nadade extrañotieneel queen abril del año1926, tricentenariode la publicacióndel «De iure belli» de HugoGrocio, una delegación,preci-samenteholandesa,dela asociación«Grotius», sedesplazarahastaSalainan-caparahacerentregadeunamedalladeoro,comomuestradereconocimien-to y proclamacióndeVitoria comofundadorpre-grocianodel DerechoInter-nacional.O que en julio del mismo alio, se creaseen Españaun colectivosimilar al de «Grotius»,de carácterabierto e internacional:la «AsociaciónFranciscode Vitoria», dispuestaa difundir y estimularla divulgaciónde laobravitoriana, creandoparaello un órganodifusorcapazde perseguirconeficaciadicho objetivo: el «Anuariodela AsociaciónFranciscodeVitoria». Oqueun añodespuésseconsiguiesela creaciónde unaCátedraenla Universi-dadde Salamancaquellevarael nombrede Vitoria. O, en fin, queun lustromástarde,en 1932,otraasociación,y éstafueradenuestrasfronteras,sedie-raaconocerconel nombrede«AsociaciónInternacionalVitoria Suárez»,sur-gidade unareuniónmantenidaenOslo,porlos componentesdel InstitutodcDerechoInternacional.

Terminemosel artículo, que no la tarea,con las acreditadasy alenta-doraspalabrasde RamónHernández;dadoque, si bien la «resurrección»ya tuvo lugar, la «ascensión»estásiendo un hechoque no debeinterrum-pirse:

Hoymásque nunca esnecesarioestudiardesdeVitoria lasvirtualidadesinternacionalistasdel derecho de gentes(...>. Despertary promover los dere-

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chosdelos hombresy delas razas(...). Esefueel lemaquemantuvoconte-sónFr. FranciscodeVitoria. Esetendríaqueserel digno idealdelosquesecreenherederosdel pensamientoy del significadohistóricodel primeroqueideéla ONU&.

Hernández,R.: Un españoíen la ONU.BACpopular.Madrid, 1977, p. 6.