Franciscanum. Revista de las ciencias del espíritu ... · El MÉTODO PARA LA INVESTIGACIÓN EN...
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Franciscanum. Revista de las ciencias del
espíritu
ISSN: 0120-1468
Universidad de San Buenaventura
Colombia
BONILLA, Ángela; RESTREPO GONZÁLEZ, Publio; CRISTANCHO ALTUZARRA, José Gabriel;
OLKHOVAIA, Elena; ROJAS CORDERO, William; ROA BARRERA, Norberto
El MÉTODO PARA LA INVESTIGACIÓN EN FILOSOFÍA: A PROPÓSITO DE UNA "CUESTIÓN
DISPUTADA" EN SAN BUENAVENTURA
Franciscanum. Revista de las ciencias del espíritu, núm. 139, 2005, pp. 153-168
Universidad de San Buenaventura
Bogotá, Colombia
Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=343529889006
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El MÉTODO PARA LA INVESTIGACiÓN" "EN FllOSOFIA: A PROPOSITO DE UNA
"CUESTiÓN DISPUTADA" EN SANBUENAVENTURA
Ángela BONILLA, Fray Publio RESTREPO GONZÁLEZ,José Gabriel CRISTANCHO ALTUZARRA, Elena OLKHOVAIA,
William ROJAS CORDERO, Norberto ROA BARRERA'
APUNTES FilOlÓGICOS PRELIMINARES
Al abordar el estudio de un texto, un autor, una obra, como objeto de investigación,
debemos enfocamos inicialmente en la raíz de dicho estudio, es decir, en la traducción.
La traducción ha sido desde hace milenios uno de los procedimientos más im
portantes, acaso el más importante, para la propagación de la cultura, para la
creación y el desarrollo de nuevas literaturas y para el enriquecimiento de las
lenguas utilizadas para traducir l.
Traducir, del latín traducere, es expresar en una lengua lo que antes fue escrito
en otra (pasar un texto de una lengua original a un texto en una lengua terminal).
Para llevar a cabo el proceso de traducción hay que tener en cuenta ciertas consi
deraciones: el conocimiento del idioma original, el conocimiento del idioma al cual
se va a traducir y el conocimiento de la obra; estos puntos permiten al traductor
Profesores de la Facultad de Filosofia
GARCÍA YEBRA, Valentín. Traducción: Historia y Teoría. Madrid: Gredos, 1994, p. 373
154
BONILLA, Ángela. Sajo: Estudio y traducción histórico y literario. Universidad Nacional de Colombia, 2001, p 6.
Ángela Bonilla, el al
llegar a lo que García Yebra llama la re
gla de oro de la traducción: "decir todo
lo que diga el original, no decir nada
que el original no diga y decirlo con toda
la naturalidad que permita la lengua a la
cual se traduce". Al enfrentarse el tra
ductor a este proceso debe considerar
lo no sólo desde el campo de la opera
ción lingüística, realizada ésta sobre
objetos lingüísticos (textos) y con me
dios lingüísticos (palabras sujetas a nor
mas o leyes lingüísticas), método rigu
rosamente científico, sino también como
una operación artística y creativa don
de el estudioso contribuye -en la medi
da de sus capacidades- al enaltecimien
to de la obra.
Este oficio, como producto germinal,
parte de algunos testimonios de literatura
sumeria en el 2000 a. de c., y de extravia
dos asomos de literatura acadia. La pro
ducción literaria y artística de Grecia con
lleva al pueblo romano a la traducción y
adaptación del griego para la educación de
sus gentes e inspira el surgimiento de la
literatura latina a partir de sus obras. La
traducción al árabe y del árabe permite el
vínculo entre Oriente y Occidente. La tra
ducción en España a principios del siglo
XV de La Divina Comedia de Dante, y de
autores como Petrarca y Bocaccio, da paso
al conocimiento de la cultura clásica, y
ya, con el aire del Renacimiento, a las tra
ducciones de los autores clásicos latinos
y griegos se suma un interés de los tra
ductores por verter desde las lenguas clá
sicas a las modernas.
En la España del siglo XIX se tra
duce del griego y sobre todo del latín
tanto como del francés, inglés o alemán.
El considerable cambio en el desarrollo
histórico de la traducción, -entiéndase
éste como traducción científica, técni
ca, documental o literaria dependiendo
de la disciplina a la que se encuentre li
gado- da paso en el siglo XX a un nú
mero in crescendo de traducciones al es
pañol de obras de autores modernos,
principalmente franceses, ingleses, ale
manes e italianos.
Las traducciones al francés predomi
nan hasta los años cincuenta y ad portas
del siglo XXI el inglés aventaja a las de
más lenguas. En el presente se realizan tra
ducciones del griego, latín, portugués, fran
cés, italiano, ruso, sueco, holandés, danés
e inglés; traducciones de dialectos y len
guas aborígenes, entre otros.
La teoría de la traducción distin
gue dos géneros2, teniendo en cuenta el
155
SAN BUENAVENTURA. Obras. Edición bilingüe. V: cuestiones disputadas sobre el misterio de laSantísima Trínidad. Colaciones sobre los siete dones del Espiritu Santo. Colaciones sobre los diezmandamientos. Edición de Fr. Bernardo Aperribay, O.F.M. , Fr. Miguel Oromí, O. F. M. Y Fr. MiguelOltra, O. F. M. 2'. Ed. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1996, p. 95-121.
tipo de texto que se traduce y el fin con
que fue escrito; así encontramos la tra
ducción científica documental y la lite
raria.
La traducción científica (también lla
mada no literaria) es la que trabaja con
textos técnicos y científicos los cuales
se caracterizan por su objetividad, pues
la persona que los escribe no implica sus
sentimientos ni subjetividad durante la
composición; su lenguaje es técnico y
convencional, sumado a un carácter con
ciso, riguroso y especializado; la traduc
ción literaria, como su nombre lo indica,
y según muchos teóricos, hace parte de
la literatura, ya que se encarga de la tra
ducción de textos artísticos literarios, en
los cuales a diferencia de los textos cien
tíficos, sí se implica la subjetividad y la
visión del mundo del autor; el lenguaje es
utilizado no sólo para decir un mensaje
sino para evocar y armonizar; el texto li
terario es una combinación perfecta en
tre forma y contenido, es un trabajo de
creación e imaginación impregnado de as
pectos contextuales, culturales y hasta fi
losóficos.
El método para la investigación en Filosofía...
La pertinencia de remitirse en un pri
mer paso a los textos originales desde
cualquiera de las disciplinas en que nos
encontremos está totalmente solventada
en la férrea necesidad de acercarnos al
autor y su intencionalidad. Intenciona
lidad que sólo puede ser descifrada a tra
vés de las herramientas aportadas por la
filología y la lingüística durante éstos dos
milenios de producción de conocimien
to científico y creación literaria impe
recederos.
Dadas las condiciones de la disci
plina en el campo que nos compete, la
traducción es de tipo literario.
Para demostrar la existencia de un
método de investigación en filosofía to
mamos a San Buenaventura con la obra
Quaestiones Disputatae De Misterio
Trinitatis y en primer término la
Quaestio 1: Articulus 1 Utrum Deum Esse
Sit Verum 1ndubitabile3• Intentamos bre
vemente establecer el trabajo filológico
de la obra y del autor teniendo en cuenta
los argumentos de autoridad y los argu
mentos de razón.
156
¡bid. p. 94
¡bid, p. 94
¡bid. p. 94
¡bid. p. 95
RüUET DE JüURNEL, s. j. Enchhiridion Palrislicu11l. Edición bilingüe. Editio décima quarta. Barcelona: Herder, 1946, párr. 2338, p. 734.
Ángela Bonilla, el al
El autor para demostrar su idea elige
triplice via4:
Prima via: Toda verdad impresa en
todas las mentes es verdad indudable.
Secunda via: Toda verdad que pro
clama toda criatura es verdad indudable.
Tertia via: Toda verdad certísima y
evidentísima en sí misma, es verdad indu
dable.
Prima via: omne verum omnibus
mentibus impressum est verum indubita
bile5• El autor en este procedimiento tra
baja los argumentos de autoridad y omite
los argumentos de razón. Así pues, toma
remos algunos de esos argumentos para
nuestros fines.
Argumentos de autoridad de Ioannes
Damascenus, Boecio, San Agustín y Aris
tóteles, entre otros.
Argumento de autoridad de Ioannes
Damascenus, in libro primo, capítulo ter
tio: Cognitio existendi Deum naturaliter
nobis inserta est6, cuya traducción: El
conocimiento de la existencia de Dios está
naturalmente impreso en nosotros7•
El trabajo del filólogo nos remite al
texto latino De fide ortodoxa. ef. ¡bid.,
C. 1, cito textualmente, Nemo quippe est
cui non hoc ab eo naturaliter insitum
sit... 8, el cual, cotejado con el citado por el
autor presenta considerables cambios de
tipo morfológico y sintáctico, por citar sólo
algunos; y a su vez, nos remite al texto
original en lengua griega "llcial rapf¡ YlIcOall; -rOV Etllal eEOV úrc
aú-rov rpvalKci5r; ÉYKa-rÉarcap-raz",
cuya traducción en un primer acercamiento
sería: "el conocimiento de que Dios existe
por él, ha sido sembrado en todos natural
mente", teniendo en cuenta que, el voca
blo fusikwaj debe entrar a ser estudiado
laboriosamente para establecer con certe
za el valor del texto.
Nótese así, que la cita de san Buena
ventura para demostrar esa prima via ca
rece de fundamentos filológicos. El texto
original en lengua griega no es citado por
el autor, aún más, el texto citado en lengua
latina no es una cita precisa y no corres-
Cabe recordar que
yeso nos conlleva hipotéticamente al
mismo interrogante ¿el texto del que se
valió el autor fue el texto original? ¿qué
probable fue que san Buenaventura se haya
basado en algún tipo de compendio reali
zado por otro autor para hacer sus formula
ciones?
en Occidente no se conocieron di
chas traducciones hasta que en el
año 1.150 a petición de Eugenio III
tradujo Bargundio de Pisa el Defide
ortodoxa y quizás la Dialéctica y el
libro de las herejías por don Pedro
Lombard09,
El método para la investigación en Filosofía...
Argumento de autoridad de Boethius:
Inserta est mentibus hominum veri
bonique cupiditas 1o , y traduce: está gra
bado en las inteligencias de los hombres
el deseo de la verdad y de la bondad!l,
cuyo texto sufre una ligera variación a
la cita referida textualmente en el lib. III,
2, 4 que dice: Est enim mentibus homi
num veri boni naturaliter inserta cupi
ditas l2 y a la que el autor vuelve cuando
continúa ... sed affectio veri boni prae
supponit cognitionem eiusdem: ergo
mentibus hominum impressa est cog
nitio veri boni et cupiditas máxime
desiderabilis 13• La fuente original nos ha
bla de "verdad y bondad", mientras que
el autor nos adjetiviza esos términos en
"lo verdadero y lo bueno" para más ade
lante retomar el sentido del original en
sed affectio veri boni praesupponit ... y
sustantivar los términos. Dice su tra
ducción: Está grabado en las inteligen
cias de los hombres el deseo de la ver
dad y la bondad; -y más adelante
continúa-: "ahora bien, el deseo de la
verdady la bondad supone su previo co
nocimiento; luego en las inteligencias de
FRAILE, Guillermo. Historia de la filosofia JJ. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, MCMLXVI,p. 192.
SAN BUENAVENTURA. Op. Cit., p. 96
Jbid, p. 97
TVRNHOLTI. Corpus Christianorum. Series latinas XCIV. Edidit Lvdovicvs Bieler. Tvrnholti,Typographi Brepols Editores Pontificii MCMLVII. Lib. 111. 2,4.
SAN BUENAVENTURA. Op. Cit., p. 96
157
10
13
II
12
ponde al original como se pudo constatar
en el anterior párrafo. Al ofrecernos el au
tor tan sólo una idea del texto, nos surgen
los interrogantes: ¿El texto original -en
tiéndase en lengua griega, o aún la versión
latina-, estuvo al alcance de San Buena
ventura? ¿tuvieron los autores de la Edad
Media acceso a los textos en su lengua de
origen?
158
¡bid, p. 96-97
ARISTÓTELES. Metafisica. Edición trilingüe por Valentín García Yebra, Segunda Edición Revisada.Gredas, 1990, p. 96.
Ángela Bonilla, et al
los hombres se halla grabado el conoci
miento de la verdad y de la bondad y el
deseo del objeto más deseable ...
Argumento de autoridad de San Agus
tín: ¡tem, Augustinus De Trinitate in pluri
bus locis dicit, quod imago consistit in
mente, notitia et amore, et quod ratio
imaginis attenditur in animam per com
parationem adDeum... y traduce: además,
San Agustín, en multitud de lugares del
libro De Trinitate, dice que la imagen con
siste en la mente, conocimiento y amor, y
que la razón de imagen se aplica al alma,
si se compara con Dios; ... 14.
San Buenaventura cita: Lib. IX, c.2,
n. 2ss,; XII, cA. 4 ss.; XIV, c. 8, n. II ss.
ef. I sent., d. e, p. 2, a. 1. En medio de
estos argumentos el autor no se ata a la
cita, sino que parte de todas ellas para ofre
cer una idea general del conjunto de epís
temes.
Argumento de autoridad de Aristó
teles: Omnes homines natura scire
des iderantls, cuyo texto griego dice:
"nav'tec; av8nCúnot 'toi) Et8ÉvatopÉyov'tcn <j>úcrel," y al cual el tex
to no hace referencia alguna.
14
15
Apelamos a un conjunto reducido de
argumentos de autoridad para intentar es
tablecer a grandes rasgos la labor del au
tor y de la obra. Labor por demás, digna
de ser mentada en virtud del discurso filo
sófico de san Buenaventura, pero también
señalada en el orden filológico de sus es
critos, como se pudo entrever. Y es en ese
punto donde cobran más vigor los cues
tionamientos formulados anteriormente:
¿Tuvieron los autores de la Edad Media
acceso a los textos en su lengua original?
¿fueron las fuentes primarias en lengua
griega o latina del alcance de san Buena
ventura?, ¿se basan sus formulaciones o
cuestionamientos en segundas versiones
de otros autores?
Estos cuestionamientos, nos abocan
a un camino un tanto incierto que bajo la
luz de los filólogos modernos y su labo
rioso empeño tiende a ser vislumbrado en
"la verdad de su doctrina", para así, com
prender aún más a nuestro carísimo San
Buenaventura.
Nos preguntamos si hay método de
investigación en Filosofía. La pregunta
supone la investigación en filosofía. Es
otra pregunta. Pero aquí no la vamos a
159
plantear y desarrollar, pues nuestro inte
rés se dirige a método en esa investiga
ción. La otra pregunta simplemente la
suponemos.
y supone también la relación natural
o artificial entre método y objeto, método
y problema, método y tema.
Aun queremos ver la necesidad del
estudio del método y de los métodos, pues
pensamos que la falta de claridad en este
campo es muy grande; y más aún la nece
sidad de su implementación explícita. Este
problema tiene conexión con otro y es el
concepto mismo de "ciencia".
Durante unos tres siglos y medio, des
de Galileo, hubo la pretensión a la exclusi
vidad de "ciencia", en las ciencias fisicas,
naturales y matemáticas.
Había áreas y problemas a los que se
les negaba el derecho de ciencia: el dere
cho, la historia, la vida; aún es más re
ciente la reticencia a considerar la "socio
logía", y la "psicología", por ejemplo,
como CIenCIas.
Hasta principios del siglo XX, no se
comenzó a mostrar el código y el ámbito
propio de otras ciencias distintas a las fi
sico naturales, con los estudios y trabajos
de Dilthey, con ciencias a las que se llamó
"ciencias del espíritu".
El método para la investigación en Filosofla...
Hasta hoy se ventilan otros tipos de
ciencias o sus modalidades: ciencias "du
ras" y ciencias "blandas"; ciencias "socia
les"; ciencias "puras" y ciencias "aplica
das"; "ciencias de ideas" y "ciencias de
hechos"; "ciencias del hombre", con una
ambigua nomenclatura en éstas, como si
no fuera y no hubiera sido el hombre el
que ha hecho ciencia: es decir, que todas
las ciencias o sus clasificaciones son "del
hombre" y por el hombre.
Hoy cada campo y área está tan diver
sificada, que dificilmente se vería un vín
culo de unión o aun algo que fundamente
a las ciencias.
La misma organización de las univer
sidades sólo les proporciona y asegura un
vínculo "funcional" o "administrativo" ar
tificial, muchas veces trazado por los
tecnócratas, ajenos completamente a los
asuntos mismos de que tratarían y se ocu
parían las ciencias.
Por todo lo anterior, es por lo que se
hace necesario un vínculo, que ninguna
de las ciencias especializadas puede brin
dar, y donde la filosofia cree tener la posi
bilidad, la experiencia y la autoridad para
ofrecerlo.
Ese sería "el contenido" que podría
ligar desde "el asunto mismo" a las cien
cias.
160
SAN BUENAVENTURA. Obras. Edición bilingüe. V: cuestiones disputadas sobre el misterio de laSantisima Trinidad. Colaciones sobre los siete dones del Espíritu Santo. Colaciones sobre los diezmandamientos. Edición de Fr. Bernardo Aperribay, O. F. M. , Fr. Miguel Oromi, O. F. M. Y Fr. MiguelOltra, O. F. M. 2' ed. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1996, p. 92-115.
Ángela Bonilla, et al
Pero aquí más que el contenido nos
aguijonea la inquietud del camino o méto
do para la creación y crecimiento de las
ciencias.
y allí abrigamos la sospecha de que
no sólo puede existir el método para la
investigación en filosofía; sino que ha
existido, se ha practicado y es mostra
ble.
Creemos que no sólo en el tratamien
to sistemático, sino también en el históri
co de la filosofia se han empleado diferen
tes métodos: como el mayéutico en
Sócrates; el de contrarios o del diálogo en
Platón; el deductivo en Aristóteles; el "del
sí y del no" durante toda la Escolástica,
desde Pedro Abelardo a Santo Tomás y
San Buenaventura; el inmanente raciona
lista en Descartes, Espinoza, Leibniz; el
"empírico" en Locke, Hume, etc; el dialé
ctico refinado en el idealismo alemán; el
de la "deconstrucción", en parte, de la
postmodernidad; el de los filósofos "de la
sospecha"; el "fenomenológico" en
Husserl, etc.
Nosotros creemos que en las obras
de todos estos períodos y de estos auto-
16
res y otros muchos en filosofía hay un
verdadero método.
Queremos estudiarlo en una obra de
terminada, de un autor que nos interesa
como inspirador no sólo de una escuela
respetable filosófica, y de probadas cáte
dras en muchas universidades europeas y
americanas del norte y sur, sino de esta
misma universidad: de San Buenaventura.
Mostraremos ese método efectivo y
fecundo en una cuestión que tiene en su
misma estructura el carácter y la expre
sión de la investigación: es la pregunta no
prejuiciada de si Dios en su existencia pue
de ser conocido con certeza, tanto por la
razón como por la fe.
La formulación precisa de Buenaven
tura es: "si la existencia de Dios es una
verdad indudable"16.
La modernidad generó una incerti
dumbre que se conserva hasta nuestros
días: se puso en duda que la filosofia es
una ciencia. La simiente del argumento de
esta tesis es considerar que sólo lo medi
ble y verificable en la experiencia es cien
cia. Es decir, concibe que sólo aquello que
161
estudia un objeto cognoscible -para la cien
cia moderna, un objeto empírico-, y que
sólo aquello cuya forma de investigación
es el método experimental, merece el títu
lo de ciencia.
Como vemos, para la modernidad las
notas esenciales de la ciencia son el tener
un objeto cognoscible y un método de
investigación. Obviamente, si desde este
presupuesto de la modernidad se puede
concluir que la filosofía no es ciencia, bas
ta demostrar que la filosofía no posee al
menos una de esas notas esenciales. Pero
ambas cualidades atribuidas por la mo
dernidad a la ciencia se complementan
mutuamente. De ahí que la proposición
que se deduzca sobre la filosofía sea ro
tunda: los objetos de estudio de lafiloso
fia no son verificables ni cognoscibles;
por lo mismo, un método de investiga
ción para objetos de esa naturaleza es un
absurdo.
Sin embargo, hay dos cosas curiosas
de esa proposición según la cual la filosofía
no es ciencia. La primera es que, en su sen
tido etimológico,filosofia es la actitud del
deseo de saber, fuente de cualquier investi
gación, y por lo mismo, del ejercicio mis
mo del investigar, o sea del "hacer cien
cia". La segunda cosa curiosa es que
precisamente una serie de sistemas filosó
ficos (empirismo, fenomenalismo, positi
vismo, etc.), fueron los que postularon la
El método para la investigación en Filosofia...
forma de concebir la ciencia que dio ori
gen a esta idea que poseemos en la moder
nidad.
Más allá de estas curiosidades, el in
terrogante sigue latente ahí; ¿es o no la fi
losofía una ciencia? Esta pregunta exige
dos interrogantes más profundos, sin los
cuales no podríamos responder el asunto:
1) ¿Es verdadera esa definición de ciencia
dada por la modernidad?; es decir ¿qué es
ciencia? y, más aún, 2) ¿qué es filosofia?
Ojalá tuviéramos el tiempo suficiente para
analizar estos problemas, pero su ampli
tud originaría una disertación demasiado
extensa y dispendiosa. No podemos evitar
encontrar otra curiosidad aún más iróni
ca: ya tenemos dos objetos por investigar,
los cuales son la ciencia y la filosofía ¿Nos
servirá el método experimental para res
ponder esta pregunta?
Pero basta de ironías. Como vemos,
el asunto no es demostrar que la filosofía
es una ciencia, sobre todo con estas dos
incógnitas de fondo. Infortunadamente es
tos temas son muy amplios y no podemos
continuar con este ensayo si no ponemos
entre paréntesis este dar por sentado los
interrogantes elementales y fundamentales
por la ciencia y la filosofía; por eso no
podemos rechazar la posibilidad de apor
tar algo al concepto de filosofía. ¿De qué
modo? Examinando un escrito de un pen
sador al cual le hayan llamado filósofo.
Ángela Bonilla, el al
162
SAN BUENAVENTURA, Op. cit., p. 95
HEIDEGGER, Martín. Qué es eso de la jilosojia. Buenos Aires: Sur, 1960, p. 25
Lógicamente es imposible sobrepasar
el círculo hermenéutico: si la existencia de
Dios es una verdad indudable, esto, de
acuerdo con San Buenaventura será el fun
damento de todo conocimiento certitudinal,
pero al mismo tiempo, para demostrar "si
la existencia de Dios es una verdad indu
dable", necesita de este mismo conoci
miento certitudinal. Se comprueba lo últi
mo cuando él elige tres procedimientos para
investigar la cuestión de la certeza de la
existencia de Dios: 1) toda verdad impre
sa en todas las mentes es verdad induda
ble; 2) toda verdad que proclama toda cria
tura, es verdad indudable; 3) toda verdad
certísima y evidentísima en sí misma, es
verdad indudable 17•
¿Tuvo conciencia San Buenaventura
del "círculo vicioso" en que se encontra
ba? Esto nunca lo podemos saber. Pero
de acuerdo con Heidegger "la filosofía
misma parece ser este círculo"18: de una
manera extraña entramos en éste en el mo
mento de empezar a filosofar y todo el
resto depende de la dirección en que ca
minamos. Solamente en el camino de la
mística se descubre la efectividad del
método "del sí y del no" que usa San Bue
naventura para demostrar la certeza de la
existencia de Dios. Es un místico fran-
17
Realmente era la búsqueda de un ver
dadero método lo que en el caso de San
Buenaventura permitió acercar dos enfo
ques diferentes: el misticismo y el racio
nalismo. Pero no es por azar por 10 que el
papa León XlII lo declaró "Príncipe de la
mística": la razón cede al misterio en sus
obras. Precisamente es lo sobrenatural lo
que permite al conocimiento ascender por
un camino certero, que lo libere y lo depu
re de la duda y la incertidumbre.
San Buenaventura escribió las Quaes
tiones de Trinitate entre los años 1253 y
1257, mientras ejercitaba su Doctorado en
la Universidad de París. Fue el tiempo de
grandes disputas: ¿cómo adoptar la filoso
fia de Aristóteles sin perjudicar al cristia
nismo? Se buscaba mantener en las nue
vas teorías la comprensión agustiniana de
la fe, fundamentada sobrenaturalmente, y
se veía en el lenguaje conceptual de Aristó
teles una herramienta que pudiera ser de gran
ayuda en hacerlas más claras y precisas.
¿Examinando qué de ese escrito? Lo que
tiene que ver con ese concepto provisio
nal de ciencia dado por la modernidad: el
método de investigación que este pensa
dor haya usado para conocer lo que se
propuso saber.
18
El método para la investigación en Filosofía...
nal no acierta a resolver sino hasta las co
sas evidentes a los sentidos, como son las
corporales"23.
La sabiduría verdadera no es el resul
tado de los ejercicios intelectuales en la
vida cotidiana, sino el don divino, la bien
aventuranza de los pacíficos que se alcan
za por la unión amorosa del alma con Dios.
La verdad eterna está "sellada" en cada
mente de manera inmediata por el mismo
Dios. Para la comprensión de la verdad
eterna es indispensable la participación de
la razón, mas esta misma comprensión es
accesible solamente para un corazón lim
pio y, parece extraño, pero se logra en el
silencio de las facultades cognoscitivas,
cuando el alma se abre a lo misterioso y lo
oye. La última contradicción es solamente
aparente: la mente debe ser preparada para
escuchar lo desconocido, es decir, debe
tener los conocimientos previos sobre el
asunto que examina y al mismo tiempo debe
ser abierta a lo nuevo e inesperado. Es un
estado específico del alma y del cuerpo
que se logra a partir de la paz mental, que
el científico contemporáneo llamaría intui
ción, mientras que un yoga o un budista
meditación.
163
SAN BUENAVENTURA, Op. cit., p. III
¡bíd., p. I 13
¡bid., p. 113
¡bid.. p. 113
¡bid., p. 113
2122
20
23
19
ciscano y es dirigido por la luz de la sabi
duría divina; por lo tanto, las tres vías
que él elige son el rastro de "impresión"
de la verdad eterna en todas las mentes,
de la verdad, a la cual no le falta "la razón
de la evidencia"19.
Ahora, después de las previas aclara
ciones, se puede mirar su método en fun
ción: cómo realiza realmente la investiga
ción sobre si la existencia de Dios puede
ser conocida como una verdad indudable.
Lo hace recogiendo las "verdades" en pro
y en contra, para rechazar posteriormente
las últimas como no legítimas y defectuo
sas a causa de "tres deficiencias del en
tendimiento que conoce"20. La primera de
ficiencia que surge del acto de aprehensión
aparece cuando "no se toma en sentido
recto y pleno el significado del nombre de
Dios"21. La segunda, proviene del acto de
la comparación parcial: "así, cuando ve el
necio que la justicia no deja caer su peso
sobre el impío, infiere de esto que no hay
régimen en el mundo, y por ello, que no
hay en él un rector primero y sumo, que
es Dios excelso y glorioso"22. Y la tercera
aparece "por algún defecto en el acto de la
resolución ... cuando el entendimiento car-
164
JASPERS, Karl. Nielzsce elle chrislianisme. Paris: Les Edilions de Minuil, 1949, p.77-78,80
Ángela Bonilla, el al
Es exactamente en este punto donde
no se puede negar que la filosofia escolás
tica en su aspiración por conocer 10 infini
to y 10 eterno preparó la aparición de la
ciencia contemporánea. La ciencia, para
la cual no existen ni fronteras, ni límites y
la cual en su creación teórica se eleva so
bre lo material: pese a la imposibilidad del
experimento directo, sus teorías permiten
interpretar, describir y conocer los fenó
menos del mundo. Parece que Kart Jaspers
tiene razón cuando asegura:
C'est dans le monde chrétien seul, au
cours de l'histoire, que la volonté de
savoir a pris une telle ampleur; c'est
la que la recherche de la vérité a pris
le caractere impitoyable qui se ma
nifeste dans la science. Il s'agit la d'un
fait incontestable: cette science, avec
son universalité, son exigence sans
limite et sa tendance a l'unité, n'est
apparue quIen Occident, et seulement
sur sol chrétien... Le Grec reconnait
dans le cosmos la réalité parfaite,
ordonné; il reconnait ce qui est con
forme a la raison et aux lois ; le reste,
pour lui, n'est rien, c'est la matiere, le
néon inconnaissable et indigne d'etre
connu. Si au contraire, le monde est
la création de Dieu, alors tout ce qui
est a été créé par Dieu et mérite d'etre
connu ; non seulement ce qui est con-
24
forme a la raison, ce qui se laisse
mesurer... Alors l'homme se plonge
avec amour dans toutes les parti
cularités des phénomenes, alors il n'y
a rien qui ne doive devenir connai
ssance et savoir24•
La formulación bonaventuriana de
"si la existencia de Dios es una verdad
indudable" es una de las tantas que pro
pone para desarrollar 10 esencial del mé
todo escolástico de la disputa, de los ar
gumentos a favor y los argumentos en
contra; no se queda en sólo una visión
cerrada, ni en la del salmista ni en la del
damasceno como él manifiesta en su obra.
San Buenaventura, por ejemplo, frente
a este enunciado presenta 29 argumentos
a favor y 14 argumentos en contra. Este
camino no es una simple formulación de
muchos "Sí" y de otros tantos "No"; es el
desarrollo riguroso, estricto y metódico de
todos los enunciados que puedan plantear
se frente a un determinado problema o
tema.
Con los argumentos a favor o los en
contra San Buenaventura no pretende apo
logizar ni a los unos ni a los otros; lo que
busca es mostrar un camino metódico y
exhaustivo bajo una cuestión medieval, (en
este caso la existencia de Dios como ver-
dad indudable), que bien puede ser mo
derna o contemporánea para alumbrar su
verdad o falsedad, sin dejar de lado, como
una tarea eminentemente suya, el formu
lar soluciones a las diversas objeciones
respondiendo de manera lógica, detallada
y propia cada una de las sentencias del
problema en cuestión.
San Buenaventura al examinar las dis
tintas cuestiones, no solamente deduce de
principios generales los principios particu
lares que se pueden aplicar a la disputa, sino
que su trabajo está en contraponer las di
versas opiniones y epistemes de lo que con
tiene es sí el problema que se trata.
Es innegable que se entreveren otros
métodos tradicionales conocidos, como la
mayéutica, la dialéctica o la intuición, pero
sobre todo la concepción de la lógica como
herencia aristotélica muestra su primacía,
la cual muchos filósofos y por ende San
Buenaventura aplican con rigor exhausti
vo para examinar opiniones divergentes.
Todo trabajo filosófico debe estar acom
pañado de una voluntad constante de escu
cha admirativa y voluntad de sospecha, de
sospecha no necia, sino en lo posible
epistemológica.
El rigor del método escolástico del sí y el
no, consiste estrictamente en poner los argu
mentos unos en frente de otros, en criticarlos
165
El método para la investigación en Filosofia...
unos con otros, extrayendo de ellos lo que
puede haber de verdadero y lo que puede ha
ber de falso. Es un ejercicio constante de de
ducción y prueba, prueba y deducción, com
plementándolo con discusiones dialécticas
para confirmar o negar los argumentos.
El método escolástico quizá se pueda
definir como una batalla pacífica donde no
hay ganadores ni perdedores, sino que
existen y se descubren verdades en con
tra o falsedades a favor del conocimiento
como ejercicio racional constante de filó
sofos entre sí o del filósofo consigo mis
mo, como lo expresa San Buenaventura al
acceder al conocimiento con los pasos que
propone en El Itinerario de la Mente ha
cia Dios:
Por Tanto, para llegar a la contem
plación del primer Principio, espiri
tualismo, eterno y por encima de
nosotros, hemos de pasar primero
por el vestigio, que es corporal,
temporáneo y situado fuera de no
sotros mismos; y en esto consisti
rá el ser guiados por los senderos
de Dios. Luego, es necesario en
trar en nuestra mente propia, que
es imagen de Dios, espiritual, evi
terna e interior a nosotros: esto es
los que el salmista llama caminar en
la verdad de Dios. Por último, he
mos de pasar a lo eterno, espiritua
lísimo y superior a nosotros, mi-
Ángela Bonilla, el al
166
MASA, Pablo. Itinerario de la Mente hacia Dios. Buenos Aires: Aguilar, 1953, p. 64
lb id. , p.69
la potencia, la sabiduría y la bondad
inmensas del Creador. En el segun
do, el aspecto del entendimiento que
cree, considerando este mundo,
atiende al origen, al decurso y al tér
mino. Pues por la fe creemos que la
palabra de vida formó los siglos; por
la fe creemos... En el tercer modo,
el aspecto del entendimiento que in
vestiga racionalmente, ve que algu
nas cosas sólo existen; que otras
existen y viven; que otras existen,
viven y disciernen; y que las prime
ras son ciertamente inferiores, las se
gundas intermedias y las terceras me
jores. Ve en segundo lugar que unas
cosas son corporales, otras parte
corporales, y otras parte espiritua
les; de donde se infiere que hay otras
meramente espirituales, mejores y
más dignas que las anteriores. Ve
además que algunas cosas son
mudables y corruptibles, como las
terrestres, que otras son mudables e
incorruptibles como las celestes; pero
de donde concluye que hay otras
inmutables e incorruptibles, como las
supercelestes"26.
El compromiso, estrictamente hablan
do, es el de encaminar el conocimiento por
2625
El método escolástico y de manera
especial reflejado en San Buenaventura, es
un camino que requiere ser acompañado
de aquello que bien llamó San Agustín: Ilu
minismo, que consiste específicamente en
pedir la iluminación divina para conocer
las verdades eternas que aparecen en la
mente humana, sin negar o dejar de lado el
conocimiento sensitivo e intelectivo que
también colaboran fecundamente en la
búsqueda de las certezas accediendo a los
grados más elevados:
En el primer modo, el aspecto del
entendimiento que contempla, con
siderando las cosas en sí mismas,
ve en ellas el peso, el número y la
medida: el peso, por la relación que
tiene con el lugar al que se inclina;
el número por cuanto se distinguen
unas de otras, y la medida por la
que se limita. Y así ve en ellas el
modo, la especie y el orden, y ade
más la sustancia, la potencia y la
operación. De lo cual, en vestigio
puede el alma levantarse a entender
rando al primer Principio: y en esto
consistirá el alegrarse en el conoci
miento de Dios y en el respeto de
su Nombre"25.
Así se llamó Buenaventura antes de entrar a la Orden de Frailes Menores, u Orden Franciscana
167
el sendero que brinde más luces y posibi
lidades a la investigación misma, ya que
en San Buenaventura una de las formas de
designar la universalidad del conocimien
to es a través de la palabra Studium, que
en el mismo Juan de Fidanza* tiene un sen
tido elevado y amplísimo: lo entiende como
una lectura constante de la realidad, es el
leer diario de la vida, un rememorar cons
tante, es la experiencia vital que hace al
investigador. Por tanto, en el fundamento
investigativo científico se deben juntar to
das las estrategias que engrandezcan di
cho quehacer; el método, las corrientes,
las tendencias, los modelos, las formas que
taxonomicen y delimiten el objeto del co
nocimiento para llegar por una buena es
tructura a lo que se debe designar como
verdad.
Encontramos que el método de la es
colástica no se agota en la conclusión a la
que se llega después de haber enunciado
la cuestión, que consiste en una afirma
ción, sobre la cual hay la necesidad de
demostrar desde la lógica racional, el ca
rácter de verdad.
El método consiste en proponer ar
gumentos a favor y argumentos en con
tra, es decir el Sí y el No de la cuestión
disputada, para finalmente poder elaborar
El método para la investigación en Filosofía...
una conclusión que refleje el avance en el
conocimiento de la cuestión.
El método del Sí y del No, nos lleva
a ver la realidad del problema (cuestión)
con sus luces y sus sombras, con las de
bilidades y fortalezas, para luego deducir
las conclusiones que nos develen la ver
dad.
Las afirmaciones y negaciones (el Sí
Y el No) del problema o cuestión pueden
ser sometidas al método analítico, com
probadas, deducidas, racionalizadas. Todo
depende de la naturaleza del problema que
se plantea.
En la actualidad la ciencia avala que
cada una de las disciplinas que buscan el
conocimiento último de su objeto de estu
dio, desarrollen su propio método de in
vestigación, pues lo pertinente al método
de investigación es que permita mostrar
el carácter de verdad de manera clara y
evidente.
Hay que tener en cuenta que la cien
cia siempre estará expuesta al ataque del
escepticismo, pues comenta, por ejem
plo, García Morente que "Un espíritu in
quisidor y descontentadizo encontrará
siempre motivos para dudar de la verdad
168
27 GARCÍA MORENTE, Manuel. La filosofia de Kant. Madrid: Espasa Calpe, Colección Austral,p. 21.
José Gabriel Cristancho Altuzarra
del ser humano; esto se debe a que todo
conocimiento se funda en principios y
axiomas no demostrados, admitidos como
evidentes"27.
La filosofía puede y debe recurrir al
método que le permita de forma expedita
y contundente develar la verdad objetiva,
es decir, con validez universal. Prueba de
ello es que los métodos utilizados a lo lar
go de su historia han facilitado a la filo
sofía avanzar en el conocimiento de la
verdad.
La filosofía no tiene un método, tiene
muchos métodos y además es ella como
disciplina interesada en el conocimiento
último de las cosas, la que determina cuál
debe ser el camino que debe recorrer para
llegar a la verdad.
La filosofía tiene una obligación adi
cional que consiste en someter al análisis
filosófico todos los métodos de investiga
ción, pues estos métodos tienen unos
principios y razones que indican la pers
pectiva desde la cual se conoce.
Si la filosofía tiene que recurrir al mé
todo positivista, lo hace de forma consciente
y reconociendo los alcances y limitaciones
de éste, de la misma forma lo hace frente a
todos los demás métodos de investigación,
llámese analítico, dialéctico, constructivista,
trascendental, deductivo, semiótico, feno
menológico, axiomático o formal.
La filosofía en su intención de encon
trar un camino para hallar la verdad no ex
cluye la posibilidad de combinar varios de
estos métodos.