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  • MARA GUADALUPE ARRIEGUE problemas de literatura latinoamericana Universidad de Buenos Aires

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    fotos de risa y muerte en PEDRO LEMEBEL Toda fotografa es una ficcin que se presenta como verdadera Joan Fontcuberta Hay una foto en Loco afn que dispara una variedad de remembranzas al respecto de sus personajes. Las locas de fiesta, en ese verano de fines de 1972, antes de que caiga la avalancha de la dictadura, tienen algo de estampita religiosa y popular. Un halo de misterio y misticismo envuelve a la Chamilou, la Pilola, la Palma todas metidas adentro de los sacos de visn, ridculos en su desperfecto de alta moda1. Las locas son un esperpento social. No meten miedo, meten desorden risa alterada de carnaval. Risa subversiva. En Lemebel, la muerte adviene, primero con la dictadura y despus con el sida. Primero es una imagen, retrato eternizado en una foto, que funciona de augurio. Una pilita de huesos, restos de comida en foco centrado y primer plano y detrs, en movimiento, vibradas y borrosas (o fuera de foco) la siguiente pilita de huesos las protagonistas de Loco afn que se va a llevar esa ola mortuoria. Lo mismo sucede en el cementerio, ese que describe como vestido de retazos de telas de colores, los restos de fiesta. En las fotos que coronan ese altar cachivache, hay una premonicin marcada, un estigma de muerte: la ltima fiesta sepiada en la foto donde aparece el muerto, ya muerto, adelantadamente muerto por el chispazo del flash2. Hay algo en esa instantnea de maldicin. La idea de la fotografa como gesto de muerte es tan vieja como la historia de la disciplina lo es3. Y lo mismo su evolucin 1 Porque las travestis no vienen a sumarse a las filas de consumo de clase media. Esos visones son una marca de clase. Las travestis, en su estilo (generalizando y armando una gran bolsa de todoeslomismo) difieren de la norma de consumo de moda y actualidad. Las locas se visten de tapado de visn, de vieja de clase. Nada de coloridos en ese festejo: blanco, negro y Dior. La ropa de clase alta, y de primer mundo: La ltima moda fnebre que la adelgaz como ninguna dieta lo haba conseguido. La dej tan flaca y plida como una modelo de Vogue, tan estirada y chic como un suspiro de orqudea. El sida le estruj el cuerpo y muri tan apretada, tan fruncida, tan estilizada y bella en la economa aristcrata de su mezquina muerte. En Pedro Lemebel, Loco

    Afn, Buenos Aires, Seix Barrial, 2009. Pgina 23. 2 Pedo Lemebel, op. cit. Pgina 131 3 Hay religiones en las que la representacin del mundo est prohibida (usurpacin del poder de un dios creador de todas las cosas). Pensndolo bien, es muy posible que fotografiar sea artimaa del diablo y cada disparo, un pecado. Grard Castello Lopes, Perto de Vista, 1984.

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    en el cine: el pblico estaba viendo fantasmas (pienso en las proyecciones de circo, de magos como Mlis)4. Pero tambin, paralelamente, en la ficcin literaria. Sobre todo en el gnero fantstico, el ms romntico y de enigma Hoffmann a la cabeza: los fantasmas, dobles, espejos, las distintas versiones de narcisismo, sombras y muertos vivos que acechan. Esta es al faceta ms simbolista de Lemebel, y por qu no, maldita. La cita que sigue tiene mucho del Baudelaire crtico de arte, ms especficamente del texto sobre los cuadros de modas, donde mira fotografas5. Del grupo que aparece en la foto, casi no quedan sobrevivientes. El amarillo plido del papel es un sol desteido como desahucio de las pieles que enfiestan el daguerrotipo. La suciedad de las moscas fue punteando de lunares las mejillas, como adelanto maquillado del sarcoma. Todas las caras aparecen moteadas de esa llovizna purulenta. Todas las risas que pajarean en el balcn de la foto son pauelos que se despiden en una proa invisible. Antes que el barco del milenio atraque en el dos mil, antes incluso de la legalidad del homosexualismo chileno, antes de la militancia gay que en los noventa reuni a los homosexuales, antes que esa moda masculina se impusiera como uniforme de ejrcito de salvacin, antes que el neoliberalismo en democracia diera permiso para aparearse. Mucho antes de estas regalas, la foto de las locas en ese ao nuevo se registra como algo que brilla en un mundo sumergido. Todava es subversivo el cristal obsceno de sus carcajadas desordenando el supuesto de los gneros. 32 Las travestidas, o el travestismo de los personajes de Loco Afn, tienen una fuerza que aparece en el impacto de la imagen. Por algo Lemebel es un artista visual odio decir performance, escribirlo es ms fcil; tiene mucho de accin teatral. El vestido, el disfraz, es un elemento con fuerza de protesta, y carcter revolucionario. El punk como descontento social de la juventud londinense empez en el desorden del vestido6. Pero la alteracin de Lemebel juega en un sentido que va ms all del buen gusto de las costumbres. O no, el travesti se viste y disfraza con las ropas que pertenecen al sexo opuesto, segn las reglas sociales. Si, como dice Barthes, la moda es un sistema de signos, cualquier sujeto puede definirse a travs de la ropa que utiliza. Lo que sucede con el travestismo es 4 En un estudio de foto hay cajas de luz, paraguas, disparadores, flashes, brazos mgicos, sinfines, espejos, rebotes y ms. 5 Charles Baudelaire, Salones y otros textos literarios, Madrid, La balsa de la medusa. Lo que ms valora de las fotos, el voyeurista, es su aspecto documental del paso del tiempo. Tambin guarda relacin con Barthes contemplando la foto en el jardn de invierno de su madre muerta. 6 No quiero subsumir al punk a una cuestin sociolgica, de tribus o modas solamente, es un modo de expresin social y cultural. Creo que puede historizarse. Algo as como la recuperacin que hace de la historia Greil Marcus en Rastros de carmn, Barcelona, Anagrama, 2002: Sonaba divertido hacer naufragar al mundo. Era como sentirse libre. Era la libertad, despus de or que una adolescente de San Diego llamada Brenda Spenecer haba disparado un arma en su escuela y matado a tres personas slo porque no le gustaban los lunes, de escribir una cancin celebrando el acontecimiento tal como hiciera una vez Bob Geldof. I dont like mondays fue un xito. La relacin de Lemebel y el punk para otra monografa.

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    que viene a confundir e intercambiar estos signos genricos, y es, precisamente en ese desarreglo que su imagen cobra tanta preponderancia7. Es romper con la lgica binaria, hombre/mujer, y desajustarla como imposicin social. Es su gesto poltico, de revolucin. Hay en la vestimenta travesti una esttica del exceso, como en el dandy del siglo diecinueve: mucho make-up y excentricidad. Como todos los roqueros andrginos que Lemebel describe. Pero mientras que los dems se acercan al borde, las locas lo atraviesan. No es un espectculo sino vitalidad. Y no solamente con su ropa sino con todo su appeal: Algo en ese montaje exagerado excede el molde. Algo la desborda en su ronca risa loca8. No es solamente lo femenino en el exceso, es tambin una risa macabra, de la inversin, con el maquillaje y el lenguaje ttrico y grotesco de su encanto. Maquillarse supona designarse como un cuerpo vivo y muerto al mismo tiempo: busto blanqueado del teatro totmico, hombre con el rostro pintado del teatro chino, maquillaje a base de pasta de arroz del Katha Kali indio, mscara del N japons. Y esta misma relacin es la que encuentro en la Foto; por viviente que nos esforcemos en concebirla (y esta pasin por sacar vivo no puede ser ms que la denegacin mtica de un malestar de muerte), la Foto es como un teatro primitivo, como un Cuadro Viviente, la figuracin del aspecto inmvil y pintarrajeado bajo el cual vemos a los muertos9. Existe la consideracin y Barthes y Baudelaire no hubieran disentido de que la fotografa slo adquiere su valor pleno con la desaparicin irreversible del referente, con la muerte del sujeto fotografiado: con el paso del tiempo. La esencia de la fotografa, para Barthes, es precisamente esa obstinacin del referente en estar siempre ah. Como un depsito de fugacidades, presencias congeladas. Hay una momificacin que pone en funcionamiento el fotgrafo, donde los cuerpos se encuentran ah, pero en un tiempo otro. Como esa postal de fin de ao nuevo con las locas de festejo. Lemebel con esa fotografa juega a ser taxidermista. Hace uso de los cuerpos muertos, pero no para falsearle el interior sino que primero los presenta tal como fueron en un instante concreto (la foto). Que, a su vez, connota una serie de historias, minibiografas de cada una de las retratadas. Son enmarcadas en la escritura de sus vidas, y luego sus muertes. 7 Ver Karina Wigozki, El discurso travesti o el travestismo discursivo en La esquina es mi corazn: Crnica urbana, en http://www.class.uh.edu/mcl/faculty/zimmerman/lacasa/Estudios%20Culturales%20Articles/Karina%20Wigozki.pdf 8 Lemebel, op. cit. Pgina 111. 9 Roland Barthes, op. cit. Pgina 65.

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    10 10 Madelene Schwartz, Crislidas, editado por Jorge Schwartz. Con textos de Bia Abramo y Edgardo Cozarinsky. Trabajo hecho en Brasil de la fotgrafa hngara.

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    12 Enmarcados en la distancia, sus bocas son risas extinguidas, ecos de gestos congelados por el flash del ltimo brindis. () La foto no es buena, est movida, pero la bruma del desenfoque aleja para siempre la estabilidad del recuerdo. La foto es borrosa, quiz porque el tul estropeado del sida entela la doble desaparicin de casi todas las locas13. 11 Las yeguas del apocalipsis. Las mscaras de las muecas son fantsticas. 12 Las yeguas del apocalipsis. Accin en vivo. 13 Pedro Lemebel, op. cit. Pgina 23.

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    La fotografa, entonces, vale por su efecto en la memoria de quien la contempla y escribe. Lo que Barthes llama, el punctum de la fotografa: es ese azar que en ella nos afecta (pero que tambin nos resulta tocante, hiriente)14. El punctum nace de una situacin personal, es la proyeccin de una serie de valores que proceden de nosotros, que no estn originariamente contenidos en la imagen. Ese retorno de los muertos, en realidad las muertas en qu realidad?, es por el sujeto que mira la foto, que reproduce lo que la mirilla de la cmara al momento del disparo. Por eso, la fotografa es una presencia y un retorno, de corte proustiano, de reposiciones y sobreposiciones espacio-temporales. Y la memoria y la nostalgia. Las locas tienen un tul que las cubre, que no las deja aparecer ntidas en la reproduccin. Es el tul de muerte de enfermedad, el sida, que las hace doblemente desaparecidas. Todas menos una, la Palma, se pegan la sombra. Pero antes, viven una vida de vrtigo absoluto. Algunas se van, las exiliadas de la dictadura. La Pilola Alessandrini a Nueva York. Y despus la Palma, que se va a Brasil a sambearse la vida. Que la descose en la fiesta sexual de Rio. Las travestis de la Av. Atlntida, o ms fuerte todava: las amazonas de Lapa, el mejor destino para la liberacin sexual y la trasgresin social. Pero la risa y el vrtigo desbarrancan en la enfermedad. La Palma vuelve a esa foto del 72, para congelar doblemente su muerte. Su ano filntropo, retumbando panderetes y timbales en el ardor de la colitis sidosa. En otra fiesta nos vemos, dijo triste, mirando la foto clavada en las tablas de su miseria. Y antes de cerrar los ojos pudo verse tan joven, casi una doncella sonrojada empinando la copa y un puado de huesos en aquel verano del 73. Se vio tan bella en el espejo de la foto, arrebozada por el visn blanco de la Pilola, se vio tan regia en la albina aureola de los pelos, que detuvo la mano huesuda de su muerte para contemplarse15. Todas las muertes son dramticas. Pero la tragedia de otras se ve mucho ms matizada por el humor, que mantienen hasta el final. Hay un velorio, el de la Chamilou, que mientras estn en la procesin fnebre, se encuentran con las marchas que festejaban el triunfo del NO. Como si la muerte hiciera un alto en su camino y se bajara de la carroza a bailar un ltimo pie de cueca16. Despus, esta la operacin violenta y necrfila de la Tora sobre el cuerpo de la Loba, para que deje ese ltimo beso de muerte, eterno. Habr que taparle los moretones, dijo alguna, 14 Barthes, op. cit. 15 Lemebel, op. cit. Pgina 25. 16 Lemebel, op. cit. Pgina 30.

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    sacando su polvera Angel Face. Y para qu? Si el rosa plido combina bien con el lila cerezo17. El nico antdoto para tanta muerte y enfermedad es el humor. En Lemebel, la risa es un arma, igual que la cmara.

    18 La risa no es ms que una expresin, un sntoma, un diagnstico. Sntoma de qu? He ah la cuestin. La alegra es una. La risa es la expresin de un sentimiento doble o contradictorio; por eso hay convulsin19. La risa del grotesco, de lo invertido y el mundo al revs est en la espectacularidad del exceso de esos cuerpos travestidos. Es un desorden del mundo, representado en una foto de juventud: La foto de aquel entonces muestra un carrusel risueo, una danza de risas gorrionas tan jvenes, tan pberes en su dislocada forma de rearmar el mundo20. Y lo mismo en la potica del sobrenombre gay que seala Lemebel. El denso humor en marcar el detalle de la anomala, subrayar el defecto, para ridiculizarlo 17 Lemebel, op. cit. Pgina 67. 18 Las Yeguas del Apocalipsis 19 Charles Baudelaire, Lo cmico y la caricatura, La Balsa de la Medusa. Pgina 99. 20 Lemebel, op. cit. Pgina 33

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    embelleciendo la falla. Es la risa del grotesco, que no es que tenga una funcin teraputica. No disuelve lo trgico, no esconde ni engalana, sino que acenta cmicamente su negatividad. La operacin que hace Lemebel en estas crnicas es la misma del fotomontaje. Mientras la foto capta el instante, ste hace del instante un objeto. Que contina esa instantnea (la del 72), pero compuesta en una obra mayor, que refiere a los personajes, lugares y acontecimientos. La asociacin de estos motivos establece un tramado de significaciones (entre vida, cuerpo, sexualidad, poltica, dictadura, sida, muerte, etc.) que traza una interpretacin histrica. La foto de 1972 rene todos esos elementos como un azar de premonicin. Compone la red de significados que sugieren el destino fnebre que le sucedi. Esa foto descripta en la primera de las crnicas despunta y anima, es el disparador de la historia.

    21 21 Fotografa tomada en el Museo de Cs. Naturales de Parque Centenario, una semana atrs. Al igual que la foto de tapa.