Fiestas Populares de Santiago Del Estero
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FIESTAS POPULARES DE SANTIAGO DEL ESTERO: EL PATIO DE FROILÁN GONZÁLEZ.
UN ESTUDIO DE CASO
POR: GUILLERMO SORRIBAS Y JUAN MANUEL SAYAGO
INTRODUCCIÓN Y PLANTEO DEL PROBLEMA
El presente trabajo pretende introducirse en la cultura popular nacional en gene-
ral, y particularmente en lo referido a nuestra provincia de Santiago del Estero; indagar
los aspectos más relevantes desde sus orígenes, pasando por el gran desarrollo que expe-
rimentó en el curso del tiempo, hasta apro-
ximarnos a nuestros días.
En ese contexto nos encontramos
con el Patio del “Indio” Froilán González
y el deseo por conocer un lugar tan popu-
lar, por una multiplicidad de factores que
en este trabajo se pretenden describir y de-
sarrollar, en especial los referidos a sus co-
mienzos y evolución.
A la vez se realizará una compara-
ción de “el Patio” con otras festividades
santiagueñas que forman parte de nuestras
ricas tradiciones. Ello a través de la lectura
y análisis de textos, que con suma minu-
ciosidad otros autores describen.
En el devenir del proyecto fue sur-
giendo un interrogante. ¿Hubo en la vida del Patio de Froilán González alguna partici-
pación gubernamental? Y si la hubo o la hay ¿de qué tipo es? Y actualmente, ¿cuál es la
relación entre el Patio y los gobiernos municipales y provinciales?
Con todo esto pretendemos solamente brindar un aporte a un tema que lamenta-
blemente ha tenido poca difusión, para en definitiva y con toda humildad, ofrecer un po-
co de luz en un terreno tan escasamente explorado como es la cultura popular actual.
El Patio de Froilán se encuentra ubicado en la zona norte de la ciudad Capital,
sector que antiguamente se conocía como “Mal Paso” y que en la actualidad ha tomado
el nombre de Boca del Tigre. Se accede al lugar bordeando el canal San Martín a unos
2500 mts. aproximadamente de la Avda. Belgrano, a escasos metros del Río Dulce. En
este lugar se sitúa la residencia de los González, familia que en sus orígenes se dedica-
ban a la pesca y venta de lo producido como modo de subsistencia.
Amantes de las reuniones familiares con música y danzas nativas, comienzan en
la década de los “80 a festejar todos los años el cumpleaños de Víctor (sobrino de Froi-
lán). Con el paso del tiempo y la popularidad, de la que comenzó a gozar particularmen-
te el “Indio” Froilán por su carácter de eximio luthier, el que otrora fuera el patio fami-
liar fue adquiriendo notoriedad y a ser visitado por personalidades del ámbito provincial
y curiosos en general. Este proceso terminó por convertir al Patio de Froilán en un lugar
de encuentros, donde las tradiciones culturales son el común denominador.
MARCO REFERENCIAL
Para Peter Burke la cultura es una construcción social, resultado de un proceso
histórico cambiante, caracterizado por la interpretación y reinterpretación que los indivi-
duos hacen del sistema de significados, actitudes y valores. A esta cultura la divide en
dos tradiciones culturales. La gran tradición cultural que es aquel sistema de signifi-
cados, prácticas y valores, dentro de la cual se mueven los miembros de las elites mino-
ritarias que se conserva y transmite a través de la escuela y las universidades por lo que
es exclusiva de los sectores sociales educados. Y la pequeña tradición, alejada de lo
escrito (oral y visual), se trasmite mediante la cotidianeidad de la vida, por medio de
mecanismos informales como fiestas, espectáculos, imágenes religiosas y en lugares
abiertos a todos.
Ambas tradiciones interactúan y se influyen constantemente, lo que posibilita la
modificación y trasformación de significados, valores y actitudes. Esta interacción entre
ambas se suscita gracias a la existencia de una 3º tradición intermedia formada por
grupos que, a la par de estar inmersos en una cultura popular, se mantienen en contacto
con la cultura docta y viceversa.
Por su parte Néstor García Canclini amplía estos conceptos al determinar que
“las costumbres eran populares por su tradicionalidad, la literatura porque era oral,
las artesanías porque se hacían manualmente”, es decir que lo popular (tradicional, oral
y manual) era sinónimo de primitivo.
Continúa explicando que si bien existe un vasto conocimiento sobre grupos étni-
cos, sus estructuras económicas, sus relaciones sociales y aspectos culturales como la
religiosidad, los procesos simbólicos en la medicina, las fiestas y las artesanías; en estos
trabajos la recolección de datos es sesgada por la intención de concentrarse en la identi-
dad étnica o lo que diferencia ese grupo de otros o resiste a la penetración occidental,
dejando de lado las crecientes relaciones con la sociedad nacional e inclusive con el
mercado económico y simbólico transnacional.
Para completar estas ideas Néstor García Canclini sostiene: “El análisis de las
artesanías, como también de las fiestas étnicas utilizadas por el nacionalismo político y
el turismo, nos demuestra que la modernidad capitalista no siempre requiere eliminar
las fuerzas económicas y culturales que no sirven directamente a su crecimiento si esas
fuerzas aún cohesionan a un sector numeroso, si satisfacen sus necesidades o las de
una reproducción equilibrada del sistema”
Las artesanías de Santiago del Estero
La presente investigación, utiliza un concepto amplio de folklore, que abarca a
los aspectos:
Materiales: como son la vivienda, la vestimenta, la comida, los instru-
mentos musicales, etc.
Espirituales: como la música, la danza, los cuentos, leyendas, supersti-
ciones, refranes, creencias, etc.
Es por ello que en este apartado, decidimos acotar el tema y centrarnos en la ex-
presión material del folklore a través de las artesanías. Esta aclaración la realizamos en
virtud de que estas últimas dieron a Froilán la notoriedad que en la actualidad goza y
que trasformaron a su taller de bombisto en un sitio en donde se manifiestan las más va-
riadas formas de la cultura popular provincial.
Como un resumen histórico de las artesanías en Santiago del Estero podemos
afirmar que, en nuestra provincia el ferrocarril inició un proceso que acabó con una or-
ganización estable dedicada a labores agrícolas y ganaderas con una primitiva industria
que cubría las necesidades de una población sencilla y austera.
Con el ferrocarril llegaron productos de civilización de forma indiscriminada y
masiva, haciendo impacto negativo en una sociedad que no estaba preparada para asimi-
larla en beneficio propio.
Los productos industrializados reemplazaron a los de fabricación regional per-
diéndose, poco a poco, de esta forma la tradición artesanal y la imaginación e ingenio
popular para la transformación de la materia autóctona, de los productos de la tierra y se
comenzó a despreciar lo de fabricación “casera”.
A partir de la década del
´70 existen con fuerza en Santiago
seis artesanías. Esto se da sobre
todo en la campaña en donde hay
una larga tradición, una inque-
brantable tenacidad de aferrarse a
las artesanías populares como el
caso de las teleras del Dulce (Ata-
misqui, Salavina y Loreto), los
cesteros de Río Hondo, trenzado-
res y talabarteros de las Sierras de
Guasayán, Ambargasta y Sumam-
pa, Los bombistos de Yanda,
Huaico Hondo y La Banda, Las
familias alfareras de Las Cejas y
Los plateros de Atamisqui.
En el radio suburbano de la ciudad Capital y zonas vecinas existen numerosos
artesanos que fabrican gran cantidad de bombos y cajas vidaleras utilizando madera en
combinación de con cuero.
Los González son una familia especializada de bombistos que viven en el radio
suburbano de la Capital (Mal Paso). Su actividad es manual, practicada con técnicas tra-
dicionales y realizadas por una persona o por un grupo (núcleo familiar). Su taller de
trabajo se encuentra en el patio de su casa.
Conviene aclarar que si bien el objeto de estudio de esta investigación es un lu-
gar o los encuentros tradicionales que en él se desarrollan, no podemos pasar por alto a
la persona y oficio de Froilán González; porque es su carácter de artesano y bombisto, y
el renombre que adquiere gracias a sus manufacturas, los que lo colocan como un refe-
rente de la cultura popular santiagueña, tal es el caso que reconocidos artistas le dedican
canciones y poemas.
José Froilán González nació en la capital de Santiago del Estero el 25 de agosto
de 1951, está domiciliado en el Bº La Boca del Tigre en Avda. Libertador (N) s/n, su es-
tado civil es casado, tiene dos hijos y cursó únicamente los estudios primarios.
Su persona adquiere renombre a partir del los años ´80, gracias a su vocación y a
participar de numerosas ferias, encuentros y fiestas tanto nacionales como internaciona-
les de artesanos.
Sus logros le permitieron realizar producciones para importantes músicos y artis-
tas como Shakira, Gustavo Santaolalla, el “Chaqueño” Palavecino, Carlos y Peteco Ca-
rabajal, Horacio Guaraní, Mercedes Sosa, Circo du Solei, Jairo y Jorge Rojas entre
otros.
Las fiestas populares de Santiago del Estero
El pueblo santiagueño tradicionalmente festeja sus fiestas religiosas, patronales,
la llegada del carnaval, etc. En estas fiestas regionales están siempre presentes los ins-
trumentos musicales, que en nuestro ámbito son fabricados por habilísimos artesanos
que abastecen las necesidades del grupo.
Algunas de estas fiestas populares son: la Trinchera (Carnaval), La Telesiada y
El Rezabaile entre otros, en donde se funden supersticiones indígenas con ideas católi-
cas. Allí se manifiesta el pueblo en toda su excelencia y todos sus defectos, bajo la for-
ma de un mismo espectáculo, simple pero emotivo. Se trata de una clara expresión del
sincretismo religioso o cultural.
Las Trincheras (Carnaval): la “trinchera” consiste en largos tron-
cos que sostienen horcones clavados en el suelo. Tras ellos, la cancha para el
baile, rodeada de bancos. Todo el mundo concurre a las “trincheras. Hombres,
mujeres, niños, viejos, pobres y ricos. Era la fiesta de la comunidad, y todavía lo
es, en algunas partes. En ella hay serenatas, bailes y vidalas”
El carnaval es la válvula de escape de la contención, y en él caben todos
los excesos, los desmanes, la ruptura de las normas y principios, esos límites
donde rige la ley, un orden, una observancia, que pesan por lo monótona y ruti-
naria durante todo el año. Pero en su llegada es una fiesta de liberación, donde
todo está permitido pues “carnaval tiene la culpa”.
La Telesiada : se celebran las fiestas o el baile de la Telesita en
cualquier momento del año que se le deba agradecer un favor solicitado de ante-
mano, o el hallazgo de un bien perdido, o el cumplimiento de una promesa.
El rito es sencillo: se prepara un baile y un monigote de papel o de tra-
po que representa al cadáver de la Telesita se lo coloca en una mesa o estrado
con cuatro o cinco velas alrededor que se encienden antes de comenzar el bai-
le, los primeros que bailan son el "Promesante y su mujer" siete chacareras se-
guidas y entre chacarera y chacarera, ambos toman una copa de una bebida es-
pirituosa, (ginebra, caña, o lo que haya). La música se ejecuta en los siguientes
instrumentos tradicionales: caja, bombo, violín y guitarra. La fiesta termina a
la madrugada, con muchos alcoholizados y el monigote que representa a la Te-
lesita es quemado.
El Rezabaile : es un baile tradicional criollo que se realiza en
cumplimiento de alguna promesa a algún santo, o por costumbre o tradición de
familia. Se prepara una especie de altar en el alero de la casa con la imagen del
santo. Al caer la tarde se reza y se cantan los gozos o alabanzas correspondien-
tes a la devoción, luego los músicos tocan una pieza en obsequio del santo y de
los síndicos, y se inicia el baile. Durante la noche, este se interrumpe varias ve-
ces para rezar y cantar y así se continúa hasta el amanecer. Generalmente, a
medianoche, se hace una procesión por las cercanías de la casa. Se invita luego
a los concurrentes con brindis preparados por los dueños y se sirven licores; el
Rezabaile por lo general es dedicado a Sta. Rita, San José, Sr. de Mailín y Vir-
gen de Sumampa.
A pesar de la descripción realizada de cada espectáculo, amerita indicar que
existen puntos en común en todas estas festividades tradicionales como la ingesta de al-
cohol, la música y baile y la fiesta de todos. A continuación nos referiremos breve-
mente a cada uno de ellos:
Ingesta de alcohol: Las bebidas alcohólicas están presentes en casi todas las so-
ciedades del mundo. Diversos cronistas relatan su uso por parte del santiagueño ya sea
para olvidarse de sus penas, divertirse e inhibirse o para estrechar lazos fraternales.
Según Orestes Di Lullo “… no importa que el efecto sea efímero. Mientras bebe
el hombre calma su sed de ser y se llena de mundo. Ya no esta solo. Se ha olvidado de
su pena. Se ha humanizado, confía y ríe jovialmente.
Una visión más jocosa nos la brinda Agustín Chazarreta quien nos relata que “…
la mujeres llevan el saco y el sombrero de sus esposos casi inconscientes por la ebrie-
dad. Algunos de estos se trenzan en peleas.
Agentes de policía disparan para todos lados para darse abasto y atender a los
ebrios. Lindo es todo esto siempre que el exceso de bebida no haga correr sangre”
Música y baile: la música folclórica tiene el don de convocar por si misma. La
fiesta, y todo lo que a ella rodea, prometen al santiagueño momento de relajación y ale-
gría como lo testimonia Ricardo Rojas.
“… en un descampado se alzaba el miserable rancho de quincha, bajo cuyo ale-
ro el rústico violín crujía entre las manos de los músicos, acompañada de la guitarra
llorona y el bombo potente. Junto a la ruidosa orquesta, la concurrencia fatigaba sus
manos en cadenciosos palmoteos.
- ¿Y bailan todos los sábados?
- Casi todos los sábados, cuando no en una parte, en otra, motivo no falta.”
Fiesta de todos: marcando una clara diferencia con los festivales folclóricos
existentes en el rango de nuestra provincia y en todo el país en donde están claramente
marcadas las diferencias entre un público que observa y los folcloristas o artistas que
entretienen al espectador, que es protagonista de manera indirecta al solo poder aplaudir
o vivar a aquel que se encuentra sobre el escenario, Bernardo Canal Feijóo dice: “En la
fiesta del folclore se excluye al espectador público. Todo el pueblo, todo el ruedo está
hecho de participantes y oficiantes, al menos en potencia. No hay nadie que mire desde
afuera”.
Necesidades de la Cultura Popular
Hasta los años ´60 y ´70 se denominaba política cultural al conjunto de interven-
ciones realizadas por el Estado con el objeto satisfacer las necesidades culturales dentro
de cada nación y obtener consenso generalizado en la sociedad.
A partir de la última década del si-
glo XX y con proyección hacia el XXI co-
mienzan a surgir dos actores nuevos que se
suman a ese Estado, responsable de admi-
nistrar el patrimonio histórico, desde los
grandes monumentos hasta las expresiones
de la cultura popular:
La iniciativa privada siempre de-
sempeñó un gran papel en el desarrollo
cultural y educativo bajo la forma de pa-
trocinios o mecenazgos; pero estos hom-
bres, que a la par de prestigio buscan otros
fines distintos de los netamente nominales,
defendían la generosidad de sus auspicios,
sin hacer manifiesta la desnaturalización del bien cultural.
Los organismos independientes como lo son asociaciones de artistas, especia-
listas en comunicación y animadores culturales, ONG, organismos vecinales o represen-
tativos de la llamada sociedad civil se constituyen como el tercer actor de las políticas
culturales. Entre sus caracteres más destacados podemos señalar que la concepción de
cultura que poseen los llevará a privilegiar manifestaciones más relacionadas con los
destinatarios de estos bienes, que con gustos personales; pero la falta de intereses lucra-
tivos limitará sus fondos, de modo que la mayoría de su mano de obra será gratuita.
Por otro lado hacen hincapié en formas de vida locales lo que a su vez restringirá
su esfera de acción. Esta línea de acción está en crecimiento, aunque le falta mucho para
poder sustituir al Estado y a las iniciativas privadas.
La salida a esta crisis producida por la mundialización de la cultura es un Estado
que crea alternativas para que el capital privado se interese en formar parte activa de los
Profesores de Historia
procesos culturales sin que esto signifique obtener beneficios sin comprometerse con el
desarrollo de la misma, es decir “…la creación de una verdadera industria cultural que
conciba sus manifestaciones como algo redituable, pero sin atentar contra sus princi-
pios esenciales, contribuyendo así a que la cultura pueda integrarse a las políticas eco-
nómicas y sociales.”
En nuestra provincia es Amalia Gramajo de Martínez Moreno la que propone
medidas defensivas a las producciones artesanales al señalar la necesidad de organizar
escuelas o talleres de artesanos ya que de esta manera se dota de vitalidad a estas artes,
y junto a ello “… puede hacer comprender la raíz de un pueblo y parte de la savia que
nutre nuestra tradición cultural argentina”
La manera como el santiagueño ama y defiende lo que considera como suyo
queda sintetizado cuando Orestes Di Lullo dice: “…El mundo que no sabe o siente su
música es para el santiagueño un mundo extraño y hasta hostil, pues le ha quitado lo
material y de amo se transformo en siervo. El despojo ha sido efectivo en lo material.
Más un valor espiritual se ha mantenido incólume: el folclore, la música, lo que nadie
quiso y con la música y el folclore el santiagueño se siente en su plenitud de poder.”
DISEÑO METODOLÓGICO
Nuestra tarea investigativa comenzará guiada por el aporte de Bernardo Canal
Feijóo, quien haciendo referencia al estudio de la cultura popular de nuestra provincia
establece el siguiente concepto: “Para el que quiera pretextos para un estudio científico
del folclore, entiendo que el nuestro se los daría de sobra con los que van sugeridos y
que podemos sistematizar así: elementos originales y elementos importados, grado de
vitalidad actual del folclore y tónica de la tipicidad folclórica de cada región.” Y será
el marco teórico el que nos posibilitará definir los elementos presentes en el mismo:
Elementos originales y elementos importados
Entenderemos como elementos originales a lo referente a la preservación y difu-
sión del folklore (artesanías, música y baile).
En tanto que elementos importados dan cuenta de lo que García Canclini define
como la articulación de estos actores sociales con la sociedad de consumo, concreta-
mente la finalidad lucrativa que se persigue, siempre que no se desvirtúe la esencia mis-
ma del fenómeno.
Grado de vitalidad actual del folclore
La misma se manifiesta a través de la participación o colaboración directa o indi-
recta de los gobiernos tanto provinciales como municipales.
Esta vitalidad, producto de la acción gubernamental, no requiere una organización
total por parte del Estado pero sí el apoyo de éste en lo concerniente a la difusión de es-
tas prácticas.
Tónica de tipicidad folclórica de cada región
Este factor se puede determinar a través de la descripción de las diferentes festivi-
dades populares de Santiago del Estero, o al menos con las de mayor representatividad,
estableciendo las características comunes entre ellas
En este contexto
teórico, esta investigación
se encuentra enmarcada
dentro del tipo explorato-
ria- descriptiva. Es ex-
ploratoria porque el te-
ma que pretendemos estu-
diar es nuevo y, al no
existir datos o referencias
anteriores que orienten
nuestra investigación, el
objetivo principal será
crearnos una visión gene-
ral del fenómeno objeto de nuestro estudio. A su vez este trabajo servirá de punto de
partida de posteriores investigaciones. Y descriptiva porque presentaremos caracterís-
ticas generales de un fenómeno para así determinar qué agentes intervienen en sus ca-
racterísticas más distintivas.
Las corrientes historiográficas dentro de las cuales se inscribe este trabajo son:
Historia Cultural, Historia del tiempo Presente e Historia Oral.
Historia Cultural: aborda el estudio de las representaciones y los imaginarios
junto con el de las prácticas sociales que los producen; también se ocupa por los modos
de circulación de los objetos culturales.
La historia cultural abarca un amplio territorio en el que es posible reconocer di-
versidades, sean ellas conceptuales o metodológicas, además de aquellas que obedecen
a las distintas tradiciones historiográficas. El interés de los estudios culturales se centra
más en análisis concretos de casos históricamente situados que en tipos generales de
comportamiento, no pretenden ofrecer un modelo único para todos los casos y no res-
ponden a límites disciplinarios establecidos.
Un área particularmente interesante en la que convergen variables antropológi-
cas, socioeconómicas, políticas y culturales es el multiculturalismo, problemática rela-
cionada con los efectos paradójicos de una globalización que, a la vez que proclama la
idea de una cultura “universal”, en rigor revela como nunca antes la multiplicidad de las
culturas.
Desde hace dos décadas, la nueva historia política y la cultural convergieron en
un área en expansión gracias a una cantidad creciente de coloquios, jornadas, publica-
ciones especializadas e instituciones: de esa convergencia surgió la historia del presen-
te basada generalmente en el criterio de “memoria viva” o sea la de los testigos vivos
que refieren a procesos aún no terminados.
El tema ha suscitado ardientes polémicas por sus implicancias ético-políticas,
epistemológicas y conceptuales-metodológicas, ya que se ponen en juego dimensiones
que conectan la historia y la memoria, lo vivido y lo recordado, lo observado y lo narra-
do.
Por estos conflictos, de la historia oral tomaremos su principal instrumento de
recolección de datos (la entrevista etnográfica) y parte de su aparato metodológico pa-
ra una mejor crítica de las fuentes orales.
Dijimos que la cultura es un sistema de significados, actitudes y valores; y será
la entrevista etnográfica (basada en observación participante y que se asemeja a una
conversación casual) el medio por el cual accederemos a esos significados, actitudes y
valores.
La misma está basada en la inmersión en la cultura o sociedad a estudiar, permi-
tiendo descubrir y realizar entrevistas en profundidad y analizar cualitativamente cada
una de las respuestas tomando el tiempo necesario para ello y recurrir a conversaciones
informales durante la observación de la conducta de las personas en el día a día.
En cuanto a lo metodológico, el historiador-entrevistador debe procurar influir lo
menos posible a la hora de recoger los testimonios, pues sino se produce una alteración
evidente de los mismos. Es lógico que cualquier entrevistado tenga tendencia a contar lo
que cree que su entrevistador espera oír de él. La tarea propiamente historiográfica e in-
terpretativa, que corresponde al historiador, ha de ser posterior, tras haber reunido un
corpus suficiente de material, que debe utilizar con respeto, pero sin renunciar a la críti -
ca, como a cualquier otra fuente documental. Asimismo, deben contrastarse las fuentes
y no renunciar a la utilización como apoyo de otras especialidades históricas.
Las fuentes orales siempre han sido tomadas con prevención por los historiado-
res, y sometidas a crítica documental, aunque desde el principio de la historia como
ciencia se han utilizado.
CONCLUSIONES PREELIMINARES
Gracias a la iniciativa de Eduardo Mizoguchi, Fredy García, Tere Castronuovo y
el propio Froilán se decide elaborar un proyecto para festejar los 450 años de la ciudad
mediante una procesión de bombos que partiera desde el Patio de Froilán.
De esa ocasión los prota-
gonistas destacan la colaboración
del entonces intendente Gerardo
Zamora, quien también ayudo en
los meses previos con el festejo
del cumpleaños de don Sixto Pa-
lavecino y que además estuvo
acompañando en la noche de la
vigilia previa al aniversario de la
ciudad. Por esta razón el Dr. Za-
mora fue el único funcionario in-
vitado a subir al escenario.
También se destaca la co-
laboración desinteresada de particulares como ser panificadora Manjares o otra del Ba-
rrio Borges, cuyo nombre el protagonista no recuerda.
Hay que tener en cuenta que no todas las relaciones con el sector político fueron
positivas ya que en mas de una oportunidad sufrió la negativa en cuanto colaboración
como por ejemplo de vehículos, permisos, sonidos, mejoras en la infraestructura y acce-
so al lugar, legando incluso a recibir como respuesta de un funcionario “yo no voy a po-
ner plata para que vengan cuarenta borrachos tocando el bombo”.
A modo de conclusión podemos sostener que el Patio del Indio Froilán constitu-
ye en primer lugar, un espacio en donde se manifiesta viva la cultura popular de Santia-
go del Estero y en el que todos los asistentes forman parte de ella.
La genialidad de Froilán González trasciende su grado de formación ya que su
figura fue más allá de las fronteras provincial y nacional, y perdurará mucho mas que a
su propia persona.
Esta genialidad, al margen de todo análisis de los encuentros que se dan en el pa-
tio, se manifiesta al escucharlo establecer las claras relaciones que construye entre falta
de educación y trabajo, pobreza y sus consiguientes resultados: marginación y flagelos
como la droga y el alcoholismo con sus respectivas consecuencias. En este rubro nos
sentimos obligados a contar que José Froilán González cuenta con más de 10 aprendices
que trabajan y a la vez van conociendo el oficio de ser luthier.
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