Feros - Poder e Autoridade No Siglo de Oro

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REFLEXIONES GENERALES SOBRE AUTORIDAD Y PODER EN EL SIGLO DE ORO 1 Ignacio Arellano Antonio Feros GRISO, Department of History Universidad de Navarra University of Pennsylvania Los aspectos del poder y de la autoridad, su ejercicio, propaganda o crítica, constituyen constantes universales, que en cada época se ma- nifiestan con sus peculiaridades. Una revisión sistemática de tales as- pectos en el Siglo de Oro es ahora imposible 2 , pero caben algunas observaciones generales —un tanto aleatorias— sobre ciertas coorde- nadas que pueden orientar los análisis desde la Literatura y la Historia. La sociedad del Barroco muestra un predominio de la aristocracia y defiende, según Maravall, el régimen de poderes privilegiados 3 . Las 1 Una parte de este libro se enmarca en las investigaciones apoyadas por el Programa Consolider-Ingenio 2010, CSD2009-00033, del Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica, y el Programa Jerónimo de Ayanz, del Gobierno de Navarra, «Ayudas para la intensificación e internacionalización del talento investigador», 2010. Otra se integra en los resul- tados del proyecto «Autoridad y poder en la España del Siglo de Oro. La repre- sentación del imperio, la imagen de una política exterior», HAR2009-09987 financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación de España, dirigido por J. M. Usunáriz. Para otras observaciones generales pertinentes con mayores docu- mentaciones y referencias bibliográficas en relación con los proyectos menciona- dos, ver Arellano, especialmente 2011a. 2 Ver Feros, 2002; Arellano, 2011a; Arellano, Strosetzki y Williamson, 2009. 3 Maravall, 1980: «la monarquía culmina un complejo de intereses señoriales restaurados» (p. 71); «una vuelta a la autoridad, a la estructura aristocrática de los vínculos de dependencia y al régimen de poderes privilegiados» (p. 73); «el Barroco español, bajo el vértice insuperable de la monarquía, está regido por la inadapta- da clase de la nobleza tradicional» (p. 80); caracteriza al Barroco el «fortaleci-

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Artigo sobre o poder e a autoridade no auge da Monarquia Hispânica.

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REFLEXIONES GENERALES SOBRE AUTORIDADY PODER EN EL SIGLO DE ORO1Ignacio Arellano Antonio FerosGRISO, Department of HistoryUniversidad de Navarra University of PennsylvaniaLosaspectosdelpoderydelaautoridad, suejercicio, propagandao crtica, constituyen constantes universales, que en cada poca se ma-nifiestanconsuspeculiaridades. Unarevisinsistemticadetalesas-pectosenelSiglodeOroesahoraimposible2, perocabenalgunasobservaciones generales un tanto aleatorias sobre ciertas coorde-nadas que pueden orientar los anlisis desde la Literatura y la Historia.La sociedad del Barroco muestra un predominio de la aristocraciaydefiende, segnMaravall, elrgimendepoderesprivilegiados3. Las1UnapartedeestelibroseenmarcaenlasinvestigacionesapoyadasporelProgramaConsolider-Ingenio2010, CSD2009-00033, delPlanNacionaldeInvestigacinCientfica, DesarrolloeInnovacinTecnolgica, yelProgramaJernimode Ayanz, delGobiernodeNavarra, Ayudasparalaintensificacineinternacionalizacin del talento investigador, 2010. Otra se integra en los resul-tados del proyecto Autoridad y poder en la Espaa del Siglo de Oro. La repre-sentacindelimperio, laimagendeunapolticaexterior, HAR2009-09987financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacin de Espaa, dirigido por J.M. Usunriz. Paraotrasobservacionesgeneralespertinentesconmayoresdocu-mentaciones y referencias bibliogrficas en relacin con los proyectos menciona-dos, ver Arellano, especialmente 2011a.2VerFeros, 2002; Arellano, 2011a; Arellano, Strosetzkiy Williamson, 2009.3Maravall, 1980: la monarqua culmina un complejo de intereses seorialesrestaurados (p. 71); una vuelta a la autoridad, a la estructura aristocrtica de losvnculos de dependencia y al rgimen de poderes privilegiados (p. 73); el Barrocoespaol, bajo el vrtice insuperable de la monarqua, est regido por la inadapta-daclasedelanoblezatradicional(p. 80); caracterizaalBarrocoelfortaleci-01-intro.qxd27/05/20135:08Page 7cosasnoson, desdeluego, tansimples. EluniversodelpoderenelSiglo de Oro seguramente en cualquier poca es complejo:Quizlaideamsimportantequesedeberesaltaralahoradeanali-zar el mundo poltico en el que vivi Cervantes sea la de la complejidadydiversidaddeeste. Porlogeneralestamosacostumbradosatenerunavisinlinealdelosgobiernosylasideologaspolticasdelpasado[...]Cervantes y sus contemporneos, sin embargo, tenan una conciencia msclara del dinamismo del mundo poltico en el que habitaban4.En cualquier caso uno de los elementos relevantes en este mbitoseraeldelmecenazgoylasrelacionesdelartistaconelpoder. JuanManuelRozasapuntquelaliteraturadelXVII tienecomolmitetrgico para el oficio de escritor el mecenazgo, como en otros ha te-nido la sumisin a la censura5.Esfrecuentequeunpoetasirvadesecretarioaunnoble. VlezdeGuevara, por ejemplo, al cardenal de Sevilla, don Rodrigo de Castro, yluego, alcondedeSaldaa. Noesextraoqueensuscomediassedo-cumente con frecuencia el motivo de elogio de nobles, insertando tra-mashistricasconpersonajesdelanobleza: enMspesaelreyquelasangre, dramatizaelactoheroicodeGuzmnelBueno, antepasadodelconde duque de Olivares, y La serrana de la Vera elogia a los Girones, du-ques de Osuna, etc. El poeta Pedro de Espinosa pasa del retiro eremti-co a la corte del duque de Medina Sidonia, a quien dedica su principalpoesapanegrica, integradaenelElogioalretratodelExcelentsimoseordon Manuel Alonso Prez de Guzmn, y que llega hasta un Himno al n-gelCustodiodelGranDuque. AlcondeduquedeOlivaresdebeFrancisco de Rioja el nombramiento de cronista de su majestad, biblio-tecario real, y varios beneficios de capellanas diversas...8 IGNACIO ARELLANO / ANTONIO FEROSmientodelosinteresesypoderesseoriales, comoplataformasobrelaquesearmalamonarquaabsoluta(p. 89); etc. ApropsitodeLerma, Ferossealalaconvenienciadeexaminarconmiradacrticalaenormevariedaddetextospro-ducidosporelrgimenysusoponentes, sindespacharunospocosconelfcilconcepto de la propaganda, que unificaba para Maravall todas las facetas del po-der monrquico aurisecular (Feros, 2006, p. 24 y ss.).4Feros, 2004, pp. 61-62. VertambinFeros, 2002, p. 19, queadviertedelanecesidad de evitar las interpretaciones demasiado simplistas del periodo del du-que de Lerma, lo que puede valer en general para todo el Siglo de Oro.5Rozas, 1990, p. 129. Ver Arellano, 1998 y 2005.01-intro.qxd27/05/20135:08Page 8SonbienconocidosloscasosdeLopeyelduquedeSessa, Mirade AmescuaenlacortenapolitanadelcondeLemos, o AntoniodeSols, secretario del conde de Oropesa, etc.LanicacomediadeQuevedoesunapiezadeelogiocortesano:Cmo ha de ser el privado, obra en clave cuyo protagonista es Olivares,bajolamscaradelmarqusde Valisero, anagramatransparente. Otrasmuchas reflexiones de Quevedo sobre el poder no son ajenas a su ex-periencia poltica personal6. La presencia de los destinatarios seoria-lessirveinclusoparaexplicarelinacabamientodealgunasobrasgongorinas, comoelPanegricoalduquedeLerma, temainoportunoala cada del valido, o la misma Soledad Segunda7.ElcasodeLopeesdeunespecialintersymereceraunaconsi-deracinminuciosa, quenopodemoshaceraqu, perosealaremosqueinclusoenlatcnicahumorsticade TomdeBurguillosnosehallaausenteunmecanismodesuperacin, desengaoymelanclicaresignacin frente a la actitud negativa de los poderosos8.Estasituacinhaceexplicablesciertoselementosquealgunoscr-ticos modernos malinterpretan a menudo, como el pesadsimo trancoVIII deEldiablocojuelo, de VlezdeGuevara, quedescribeunalargaprocesindenobles, yquehasugeridoaalgunosestudiososunain-tencin agresiva que seguramente no poda entrar en el pensamientode VlezdeGuevara, cuyavidatranscurrisiemprealabrigodelosnobles. LomismopodradecirsedesupuestasburlasaCarlosIIentextos de Bances Candamo considerados sospechosos por sus excesoslaudatorios, queseguramentenoselopareceranaquieneradrama-turgo oficial de la corte.Un gnero, en este sentido, necesitado de mayor estudio es el de lasrelaciones de fiestas: no solo en su escritura, sino en la misma organiza-cin de los festejos participan los escritores como voceros de la gloria ydel poder seorial y regio, y a veces como directores del evento. Fiestayrelacinsondoscomponentesdeunaoperacindeprestigio. Lermaorganiza en su villa en 1617 unas famosas fiestas, y patrocina las relacio-nesquenarranlosfastos. Gasparde AguilaryLopecelebranlasbodasrealesde1599ydedicansusrelacionesalosrespectivosprotectores, elSOBRE AUTORIDAD Y PODER EN EL SIGLO DE ORO 96Ver Quevedo, Teatro completo; Arellano, 2008.7Ver Gngora, Soledades.8Para Lope verArellano y Mata, 2011, pp. 169-190.01-intro.qxd27/05/20135:08Page 9vizconde de Chelva y la condesa de Lemos. Una de las personas elegi-das por Lerma para acompaar a la infanta Ana a Francia y hacer la re-lacin del viaje fue precisamente Lope. Pedro de Herrera, cronista de lasfiestas de Lerma de 1617, comenta la oficiosidad de otros competidores:Concurrieron tantos ingenios aventajados y estudiosos, con el deseo dehacerelmismoservicio[...]quefueradeordenanticiparonimpresio-nes de lo que se no se les haba mandado9.Entalpanoramaeradeesperarelpredominiodeelogioodelapropiaexhibicinpoticadelanobleza. Raravezasomaelrasgosa-trico o la denuncia crtica. Hay, no obstante, un corpus hasta el mo-mento muy poco atendido: el de la stira clandestina, que podra aadiralgunasprecisionessobreestacuestin10. Nodejadeserpeligrosalastira poltica: en la Cueva de Meliso (1642) se llega a acusar a Olivaresde haber ordenado la muerte del conde de Villamediana, en castigo asusstiras, ypresentaesteasesinatocomoavisoparalosdemsescri-tores dscolos:Si hay poeta grande que contra ti y contra los tuyos se desmande,el desacato advierte y con rigor atroz dale la muerte,porque su fin violento sirva a los inferiores de escarmiento11.Porlodems, nocabedudadequelasstirasqueseexpandenpormediosclandestinos, peroquelleganatodaspartesypermeanlaopi-nin pblica, no solo pueden resultar peligrosas para el poeta, si le llegaa alcanzar la venganza del poderoso, sino que influyen tambin en el des-crdito y eventual cada de los ms altos. El mismo Olivares experimentuna fuerte campaa atizada seguramente por muchos enemigos.Sinembargo, enlamayoradeloscasospropiamenteliterarios, lastirasedirigeprecisamentecontralosusurpadoresdelacondicinnoble y de la ostentacin falsificadora de la autoridad y el poder. Ahtenemos, porcitarunpersonajearquetpico, albuscnPablosdeSegovia, cuyacarreravitalesunaobsesivapretensindeusurparun10 IGNACIO ARELLANO / ANTONIO FEROS9Ferrer, 1993, p. 16.10Ver Rosales, 1944; Etreros, 1983; Castro Ibaseta, 2008.11Ver Fernndez Mosquera, 1996.01-intro.qxd27/05/20135:08Page 10estatuto ilegtimo, condenado constantemente al infamante fracaso porla perspectiva enemiga del caballero don Francisco de Quevedo.Losgnerosteatrales, comoespectculopopularymasivo, sones-pecialmenteaptosparalapropagandadelanoblezayelogiodelaCorona, pero hay tambin muchas formas parateatrales, fiestas y prc-ticasdelaostentacinqueutilizanmecanismosdramticosyescni-cos, comolostorneos, mascaradas, puestasenescenadeepisodiossacados de libros de caballeras, etc. La proliferacin de trabajos sobrelasceremoniaspblicasharesaltadosupapelcomoformasderepre-sentar el poder, con un fin claramente propagandstico y de fortaleci-miento de la autoridad pblica, pero tambin como escenarios en losque representar la crtica12.En efecto, como es sabido, hay estudiosos como el citado Maravallque interpretan todo el fenmeno de la comedia aurisecular en clavede propaganda, pero no se puede simplificar excesivamente. Los con-temporneos, quizsmsquelosestudiososmodernos, eranplena-menteconscientesdelasposibilidadesquedabalaobraliteraria. Nosolo recordaban que lo literario, la poesa como gustaban decir, no te-naquereproducirlarealidadhistrica, sinoqueademserancons-cientes de que la poesa poda ser utilizada para alagar a los poderosos,perotambinparacriticarlos, abiertaosutilmente. Desdelaperspec-tivadenuestroanlisis, losdiscursoseideologaoficialesintrnseca-mente ofrecan enormes posibilidades para la crtica. Al tratar de creargobernantes ideales, la propaganda oficial daba la posibilidad a los au-tores del periodo de contrastar esos modelos ideales con gobernantesactuales. Lasteorassobreelbuengobiernoofrecanalmismotiem-po la posibilidad de contrastar ese ideal con el ejercicio concreto delpoder, enmuchasocasionescaracterizadoporinjusticiaylacorrup-cin. Lasmismasteoras, losmismoseventos, lasmismasposicionesideolgicas podran, en las palabras del recientemente fallecido histo-riadoringlsKevinSharpe, serutilizadasparaelogiaralpoder, perotambin para criticarlo13. Son abundantes las comedias que exaltan losvalores de la monarqua y la nobleza, pero no son pocas las piezas denotablesentidocrtico; basteremitira Fuenteovejuna, ElburladordeSevilla, El alcalde de Zalamea oLa estrella de Sevilla.SOBRE AUTORIDAD Y PODER EN EL SIGLO DE ORO 1112Ver Gonzlez Enciso y Usunriz, 1999.13Sharpe, 1987; Skinner, 1974; Feros, 1993.01-intro.qxd27/05/20135:08Page 11Fijmonos un momento en esta ltima. El duelo final del rey conlosjuecessevillanos, quenosedejanintimidarporelpoderabusivo,yobliganalsoberanoadeclararlaverdaddeloshechos, muestrademanera descarnada la inmoralidad y violencia arbitraria con las que elrey ha actuado: intenta imponer su poder, pero pierde toda autoridad:Como a vasallos nos manda;mas como alcaldes mayoresno pidas injustas causas,que aquesto es estar sin ellas,y aquesto es estar con varas,y el cabildo de Sevillaes quien es (vv. 2915-2921).Oleza14expresa su total insatisfaccin por la interpretacin de Laestrella como obra destinada a reafirmar la autoridad de la monarquapor encima y a pesar de sus propios desafueros, y califica de lincha-miento moral del monarca, el crudo examen de las conductas del po-der que plantea la comedia:no solo explora las posibilidades de desobediencia, de insumisin y aunderebelinindividualfrentealpodertirnico, sinoqueplanteadirecta-menteladesautorizacindeesepoderportodaunaciudad, representa-da por sus nobles, pero tambin y sobre todo por sus instituciones...Hayquetenerencuenta, comosiempre, ladiversidaddegnerosde la comedia, que implica muchas diferencias en el tratamiento de laautoridadyelpoder: noimportansololosobjetivosideolgicos; lapreceptiva literaria reclama ciertas convenciones, ya que en ltima ins-tanciaconstituyenobrasartsticas, notratadosfilosficos, jurdicosopolticos, enlosquesejustifiqueocritiqueundeterminadosistemade gobierno o unas determinadas actuaciones del poder. En este sen-tido, lacomediaesunterrenomuydistintodelasstiraspolticasolos panegricos de encargo, que revelan una dimensin pragmtica mu-cho ms cercana a la realidad.Deestemodo, enlosgnerosserios, losprotagonistaspertenecenhabitualmente a la nobleza, y el decoro dramtico exige un tratamiento12 IGNACIO ARELLANO / ANTONIO FEROS14Oleza, 1994, p. 246.01-intro.qxd27/05/20135:08Page 12artsticodeciertaelevacin, inclusoparaprotagonistasaquejadosdedefectosimperdonables, comoloscalderonianosEnrique VIIIenLacismadeIngalaterra oelHerodesdeElmayormonstruodelmundo. Enlas comedias de privanza o en las piezas que examinan el mundo delpoder es frecuente la exposicin del modelo perfecto y tambin la de-nunciadeltraidorasuspropiasobligacionesdehonrayjusticia.Singulares ejemplos de abuso del poder son la emperatriz Teodora (Elejemplo mayo de la desdicha de Mira de Amescua), dominada por la pa-sin, loscelos, lairaylavenganza, oenelmsnotableejemplotir-sianodemalgobernante, elprncipeConstantinodeLarepblicaalrevs, que provoca la corrupcin y el desorden en su reino; y no hacefaltarecordarlosnoblesabusivosdeLopeenlosquesevienenlla-mando dramas del poder injusto o en los dramas de comendador(Elmejoralcaldeelrey, Fuenteovejuna, Peribez...). Versionesgrotescashallamos en la comedia burlesca, que vive su auge en los aos del rei-nado de Felipe IV, y se suele representar en carnestolendas y en el pa-lacioreal como partedelasfiestascortesanasdecarnavalosanJuan.EnLossieteinfantesdeLara (J. CnceryJ. VlezdeGuevara), porejemplo, el rey est tan decidido a impartir justicia que de puro jus-ticiero / pienso que he de hacer diabluras:castigar, vive Dios,excesos tan infinitos,porque castigar delitoses bueno para la tos,que soy rey de tales tratosque para el premio y las quejasme he puesto otras cuatro orejas (vv. 21-27).Lacondicinpardicaesfundamentalenestascomedias, peroelpblico al que se dirigen (el de la corte) niega el valor subversivo queavecessehaatribuidoasemejantespiezas. Ejemplosdenoblesper-fectos abundan y no hace al caso citar ahora ejemplos.No habra que olvidar, sin embargo, la influencia que los espect-culos teatrales pudieron tener a la hora de formar la conciencia pol-tica de la poblacin, fuera de la corte, que acuda con asiduidad a losespectculos teatrales repartidos por toda la geografa de la Monarqua.MsalldelasgrandesrebelioneslascomunidadesdeCastilla, lasalteracionesde Aragn, larevueltadeloscatalaneslospueblosvi-SOBRE AUTORIDAD Y PODER EN EL SIGLO DE ORO 1301-intro.qxd27/05/20135:08Page 13vieron numerosos episodios de desrdenes que no obedecan tanto aimpulsos irracionales sino a una determinada manera de interpretar elejercicio del poder, recogida a partir, por ejemplo, de los sermones pa-rroquiales, perotambindelanovelaodelteatro. En1663gritabanlosvecinosde AldeanuevadeEbro, cuandosupueblofuevendidoaunnoble: Fuenteovejuna, Fuenteovejuna!Matemosaquiennosquiere vender como a perros! Viva la libertad, viva el rey y muera elmal gobierno!15. Esta perspectiva disea nuevos senderos a la hora depoderinterpretarmejorelfuncionamientoylasactitudeshacialosmecanismos del poder.Pero losproblemasdelpoderylaautoridadseintegranenotrosconflictosmsalldesusdimensionespolticas: conflictosgeneracio-nales, por ejemplo, de enfrentamiento padre/hijo: mencionar Los ca-bellos de Absaln oLa hija del aire calderonianos.UnodelosgrandestemasenelteatrodeCalderneseldelosconflictos entre las pasiones personales y las obligaciones del poder ylaautoridad: en LacismadeIngalaterra, Enrique VIIInoescapazdedominar sus pasiones como individuo particular, lo mismo que le su-cedeaHerodesenElmayormonstruodelmundo: lascatstrofesaqueconduceestaincapacidadenseanmuchosobreloslmitesquedefi-nen el campo de actuacin de los poderosos16.No solo los reyes protagonizan tramas sobre los lmites del poder:comendadores abusivos como el de Fuenteovejuna o capitanes brutalescomoeldeElalcaldedeZalamea, olospadrescaballerosparticularesque pretenden forzar a sus hijas a matrimonios no deseados abundanen matices de la problemtica.Denuevolassolucionesdependendelosgneros, porloquelainsercin de la perspectiva temtica en la genrica es fundamental: ladesautorizacindelospadresneciosdelacomediadecapayespadaseexpresamediantesuridiculizacin, peroladelosreyesenlastra-gediasdepoderydeambicinescosamscomplicada, queplanteaentreotrascuestionesladeltiranicidio, queprovocundebatedu-rante los siglos XVI y XVII. Es interesante comprobar cmo una de lasposturas favorables al derecho de resistencia es precisamente la escue-lajurdicaespaola, coincidenteenciertosaspectosconlosprotes-14 IGNACIO ARELLANO / ANTONIO FEROS15Lorenzo Cadarso, 1996, pp. 108-109.16Feros, 1993.01-intro.qxd27/05/20135:08Page 14tantes franceses, y estas tesis se manifestaron en el teatro, con pblicomasivoquepodapresenciartiranicidiosyrebelionesenescena. Lasdiversas soluciones tericas diferencian a Tirso, Rojas Zorrilla o Mirade Amescua, negadoresdeltiranicidio(encomiendanaDioselcasti-godelmalrey), deCaldern, cuyasaccionessonmuchomsradica-les contra los tiranos de uno y otro signo17.Tirso de Molina, por ejemplo, se plantea en muchas obras el pro-blemadelrectoejerciciodelpoder. Elmonarcaestobligadoporlafeyelbiencomn, perolarebelindelsbditoesilegtimaaunqueelreyconculquesusobligaciones: nohaytiranicidiosenelteatrodeTirso. Las soluciones felices son ms fciles en piezas como las palati-nas con trama amorosa y de enredo, con abusos generalmente mixtosentre lo poltico-pblico y lo individual-privado. Una comedia cons-truida sobre el mecanismo de los mltiples abusos de los poderosos esAmar por arte mayor. El tono ldico anula la posibilidad trgica de estapieza de convencin palatina y final feliz.Caldern plantea las cosas de modo ms descarnado: la limitacindelosabusosde AurelianoenLagranCenobia seproducemedianteeltiranicidio, presenciadodirectamenteenescena. Decio, elhomici-da, justifica la muerte del tirano:Muerte mis manos te denpor brbaro, por tirano,por soberbio, por cruel.Y asimismo lo entienden los sbditos que legitiman con su apro-bacin la muerte del tirano:Pues aquesta esjusta venganza de todos,no slo matarte fuenuestro intento por la muertede Aureliano, pero en vezde matarte, te nombramosCsar nuestro, por haberlibrdonos de un tirano.SOBRE AUTORIDAD Y PODER EN EL SIGLO DE ORO 1517Ver Arellano, 1994, 2006; Usunriz, 2008, pp. 83-134.01-intro.qxd27/05/20135:08Page 15Elteatropresentaestetipodeconflictosatravsdelasaccionesdramticas: los libros de teora poltica toman otro tono y tcnicas ex-positivas. Desde La poltica de Dios de Quevedo, a libros de emblemascomolodeMendo, SolrzanoPereiraoSaavedraFajardo, hallamosunenormedesplieguedetextossobreestascuestionesqueconven-dra editar y comparar con los discursos literarios.As, la Historia se ha aproximado al estudio del poder y de la auto-ridad en los siglos XVI y XVII desde mltiples perspectivas: el desarrollodel organigrama administrativo como forma de extender y fortalecer elpoderdelasmonarquaseuropeas; elpensamientopolticoyeldebatetericosobreelgobiernodelamonarquaylaparticipacindeotrasinstancias limitadoras del poder real, que estall en no pocas ocasionesen conflictos internos de gran virulencia y de intenso debate de ideas.Lapolmicapolticapresentadaenelteatroyenloslibrosdeteoradebeexplicarseenelcontextodeunasdeterminadascircunstancias: elfortalecimientodelllamadoEstadomodernoylarupturareligiosaenEuropa. Laprimerasacalaluzlastensionesentrequienesdefendanla plenitudo potestatis del gobierno del monarca, por encima del Derechopositivo, yaquellosquecontemplabanunamonarquadualylimitadaen la que el reino pretenda desempear su papel en las labores de go-bierno. La segunda puso de actualidad el papel de los monarcas ante laherejay, conella, laposibilidaddellevaracabopolticasimpulsadasbien por la defensa a ultranza de intereses confesionales, bien por el usopragmtico y exento de lmites morales, de la razn de Estado. En am-bos casos, la cuestin del derecho de resistencia o, en casos ms extre-mos, del tiranicidio, estuvo presente.Otro motivo nuclear en este contexto es el de la privanza18. La ne-cesidaddeministrosyprivadosqueayudenenlalabordegobiernoesreconocidaenlostratadosyenlaideologadelapoca. AndrsMendo19declaraqueNecesitaelprncipedemuchosojos, odosymanos, y lo son los consejeros y ministros y esta imagen de los sen-tidosdelrey, queyaestabaen Aristteles, sereiteraenotrasmuchasobras, comolayacitadadeSaavedraFajardo. Perolamismaimagenexpresalalimitacindelafuncindeministrosyvalidos, quejamsdebern usurpar la potestad y la dignidad del monarca.16 IGNACIO ARELLANO / ANTONIO FEROS18Ver Feros, 1990, 2001, 2002, 2004.19Solrzano Pereira, Emblemas regiopolticos, p. 172.01-intro.qxd27/05/20135:08Page 16Perolosconceptosdeautoridadypoderenlaliteraturatienentambin un desarrollo que pudiramos llamar interno, dentro del pro-piocampodelateorayprcticapotica, enloqueserefierealasautoridadesliterarias, fundamentalesenlacreacindelSiglodeOro.Seproduceenestemomentounaespeciederevolucin, almenosaparente, en muchos aspectos, respecto de la autoridad de los modelosliterarios. El Arte nuevo de Lope es un buen ejemplo: la cita de una se-rie de autoridades al comienzo prepara su negacin en la segunda par-te del poema, sustituida la nocin de autoridad por la del gusto de unanuevapocayunnuevopblico. Ysinembargo, noseproduceunarupturatanradicalcomoavecessesueleafirmarconelapoyodein-terpretaciones superficiales de algunos textos que no dicen exactamen-te lo que parece. La negacin, por ejemplo, de la frontera entre tragediaycomediaprocededetomarenserioyensentidoradicallaaparentenegacin de la autoridad aristotlica que hace Lope. Tragedia y come-dia siguen existiendo y siguen separadas. La tragicomedia no es una mix-tura, como deca Ricardo de Turia, sino una mezcla20.Algoparecidopodraquizadvertirserespectodelanegacincer-vantina de los libros de caballeras: una negacin muy peculiar que con-sisteenescribirunlibrodecaballeras, tambinpeculiardesdeluego.Gnero que plantea como uno de sus grandes problemas la autoridad delrelato, valga decir su fundamentacin verosimilizadora: asunto que debiresolverCervantesensuvariantegenial. Perolaexploracincervantinadelasrelacionesdeautoridadypoderesmuycompleja. Tomemoselejemplo de la relacin entre amo y escudero en el Quijote, habitualmen-teentendidaporlacrticacomounarelacindeamistadylealtad. Sinembargo, Williamson21ha estudiado en cuatro crisis de la novela (episo-dio de los batanes, encantamiento de Dulcinea, profeca de Merln y pe-lea de Sancho y don Quijote) el deterioro de esta relacin y la destruccinde las estructuras iniciales de poder y autoridad, de manera que es el hi-dalgoquienvieneaquedarsupeditadoaSancho, dequiendependeeldesencantamientodeDulcineayquienpormediodeunaestrategiadeengao interesado manipula las situaciones y las crisis que manifiestan unmenoscabo del principio de jerarqua. La articulacin de las cuatro crisisexaminadaspor WilliamsonarrojadesdeluegounanuevaluzsobrelosSOBRE AUTORIDAD Y PODER EN EL SIGLO DE ORO 1720Arellano, 2011b.21Williamson, 2009.01-intro.qxd27/05/20135:08Page 17protagonistas, cuandomenosambigua, quepodracontinuarseenotrosmbitos cervantinos, y que sera, creemos, especialmente interesante en elmundo de los entremeses, donde los conflictos de autoridad y poder co-bran, dentrodesumarcogenrico, unarelevanciaextraordinaria. Bastepensar en la ambigua autoridad que los espectadores del Retablo de las ma-ravillas conceden a las ficciones de los tracistas. A este ltimo tipo de ca-tegoraspertenecenotrascuestionesquepodramosapuntarapropsitode la picaresca, donde se plantean al menos dos clases de cuestiones im-portantes relativas a la autoridad:Por un lado la autoridad de los narradores para emitir un relato,siendoellospersonajesmarginalesdemnimarelevanciasocialydoc-trinal. En el Lazarillo se soluciona recurriendo a una tercera persona, elvuestramercedquepuedemandaralnarradorquecuenteelcaso.Lzaro-narrador obedece, pues, una orden, aunque ampla a su gusto lasdimensionesdelahistoria, contandonosoloelcaso, sinotodoloquele parece pertinente, desarrollando una extensa crtica social.Porotroladoseplantealaautoridaddeladoctrinaimpartida,es decir, la autoridad tica de unos narradores que pertenecen al mun-do marginal y que hacen del engao su mecanismo de supervivencia.En el caso de Lazarillo, consciente sin duda de esta deficiencia, se ofre-ceunaenseanzaindirecta, mientrasqueGuzmnde Alfarachepre-dicasermonesmoralesexplcitos, loscuales, ademsdeporsucontenido, selegitimandesdeeldesenlacedelanovela, quemuestraa un Guzmn convertido.En todos los casos hay ambigedades. La estrategia del engao pro-pia de los pcaros y del mundo picaresco introduce dudas en la auto-ridaddelnarrador, peroseacomofuereseevidencianmltiplesrupturas de los esquemas de autoridad y poder sustentadores de la es-tructurasocial: losamosnoejercenautoridadsinoviolenciaarbitra-ria (como el ciego del Lazarillo), o han perdido todo rastro de poderyautoridadcomoelescudero, oelpoderdeldinerosustituyeotrasfuentes anteriores de legitimacin del poder.En fin, muchos anlisis de obras, histricas, tericas y literarias que-danporhacer, loscualessindudanospermitirncomprendermejorelfuncionamientodeestosmecanismosdelpoderylaautoridadensus mltiples dimensiones.Algunosdeestosanlisisseabordanenlaspginasqueformanellibro que tiene el lector en sus manos. Es un lugar comn de los es-18 IGNACIO ARELLANO / ANTONIO FEROS01-intro.qxd27/05/20135:08Page 18tudios del teatro del Siglo de Oro el que las obras de historia permi-tan a sus autores una reflexin no solo sobre la historia pasada de sucomunidad, sinotambinhacerreferencias, enocasionescrticas, so-brelarealidadpresente. Fausta Antonuccianalizavariasdelasobrasde Lope de Vega sobre acontecimientos del Imperio Romano, o msexactamente sobre la historia antigua de Espaa. Para la autora se tra-ta primero de definir el gnero exacto de estas obras, as como el mo-mento exacto de su composicin, pero tambin de analizar cmo estasobrassobrehechoshistricospermitanaLopereflexionarsobrelosviciosylasvirtudesdelosgobernantesysuefectoenlasociedad.Ensucontribucin, MaraRosalvarezSellersanalizaobrasquetienencomoprotagonistasaprncipesherederos. Sabemosquedentrode la reflexin poltica de los siglos XVI y XVII la educacin del herede-ro de la corona aparece como fundamental a la hora de determinar elcarcter futuro del gobierno. Con malos herederos, individuos que bus-caban satisfacer sus propios intereses en vez de los de la comunidad, elresultado habra de ser el caos, la injusticia y la corrupcin. Como par-te de estos debates sobre la educacin del heredero figuraba como ele-mentoesencialelgrantemadelmomento: unmonarcaquenoeracapazdeconocerseycontrolarseasmismohabradesernosoloelorigen de su propia perdicin sino tambin de la del reino.En un tema que tiene fuertes conexiones con el anterior, ChristophStrosetzki analiza los debates en la poca sobre el individuo, o ms es-pecficamente, el tema de la dignidad del hombre, de su constitucinyposibilidadesdetransformacinydemejoramiento. LasobrasqueanalizaStrosetzki(PrezdeOliva, Dilogodeladignidaddelhombre;Libro del hombre nuevo, de Miguel Snchez de Ortega, o la Microcosmiade Antonio Camos) son todas ellas fundamentales contribuciones a lasdiscusiones en Europa sobre la dignitas hominis.EnlossiglosXVI yXVII, elmarcoinstitucionaldesdedondelosmo-narcasidealesservanasussbditoseralacorte. Existennumerossimasobrasdedicadasaelogiarlacorterealcomoelespaciodesdeelquelosgobernantes no solo administraban justicia, sino tambin desde donde irra-diaban civilidad. Pero en las monarquas portuguesa e hispana, exista tam-binunaimportantetradicindecrticaalavidacortesana, yotraconuna fuerte tradicin de defensa del campo y en contra de la ciudad. RitaMarnoto demuestra que si la monarqua ofreca a travs de la corte y laciudadsupotencialidadcivilizadoracomonosenseNorbertElias,SOBRE AUTORIDAD Y PODER EN EL SIGLO DE ORO 1901-intro.qxd27/05/20135:08Page 19hay otra literatura que mostraba a la corte y la ciudad como corruptorasde los principios humanistas y cristianos que se decan dominantes en elperiodo. Ladiscusinsobrelacorte, dehecho, aparecienestossigloscomo la ms clara demostracin de las posibilidades de elogio, pero tam-bin de crtica dentro de las monarquas modernas.Losdospersonajesclaveenlapolticaduranteelseiscientoseranel monarca y su favorito, y monarcas y favoritos son protagonistas fun-damentalesenlaobrateatraldemuchosautoreseuropeosdelossi-glos XVI y XVII. Pocos temas, de hecho, daban mayores posibilidades decolegir el verdadero comportamiento de los monarcas. Era en este casocuandolapropagandaoficialqueelmonarcagobiernasoloyte-niendoencuentalosinteresesdelreinopodacompararsemejorconlarealidadquelosmonarcas, todos, estabanrodeadosdefavo-ritosquienes, apesardelapropagandaoficialista, eranvistoscomopersonajesquecontrolabanelpoderparaservirasuspropiosintere-sesynolosdelreyyelreino. AntonioFerosanalizaestostemases-tudiando la obra de dos dramaturgos, el ingls Christopher Marlowe,y el espaol Antonio Mira de Amescua, en un intento de entender eltratamientodeunfenmenopolticosimilardesdeperspectivasna-cionales y culturales radicalmente distintas.Lasposibilidadesdecrticanoestabansolopresentesenlarecrea-cinliterariasinotambinendebatessobrelapolticaconcretadelamonarqua. Quizsunadelasmsimportantesfuncionesdelosmo-narcas hispanos en el periodo moderno fue la constante valoracin dela guerra y la paz, especialmente en relacin a enemigos religiosos. Enel caso de Espaa, la Inglaterra anglicana de los siglos XVI y XVII, la pr-fidaAlbin, eraconsideradacomoelgranenemigodeEspaaenEuropa. LoscomienzosdelsigloXVII, hastaalmenos1623, soncono-cidos, sin embargo, como un periodo de paz entre ambas monarquas.Muchosministrosyautorespolticosvieronestapazcomoelementofundamental para la recuperacin de la monarqua pero tambin comoejemplo especfico de una nueva estrategia geopoltica. Pero como JessM. Usunriz demuestra en su contribucin, los debates sobre la polti-cadepazfueronmuchomscomplejosqueloquesehavenidoase-gurando. UtilizandolasRelacionesdesucesos, Usunriznosmuestralaintensidad de los debates sobre poltica exterior en unos textos que engeneral han sido valorados como parte de las campaas de propagandaoficialista.20 IGNACIO ARELLANO / ANTONIO FEROS01-intro.qxd27/05/20135:08Page 20Lasposibilidadesdeadulacinycrticaestabanperfectamentein-tegradas en las teoras e interpretaciones astrolgicas del periodo, unasteorasanalizadasensucontribucinporFrederick A. de Armas. DeArmas estudia las teoras astrolgicas dominantes en el periodo y cmounaseriedeautores(Cervantes, Lopede VegayCaldern)lasutili-zan, denuevocontodaslasposibilidadesdeelogioperotambindecrtica. El uso de predicciones astrolgicas como crtica a la autoridadyelejerciciodelpoderseconfirmaenlacontribucindeSaraAugusto, unestudiodeAfabuladosplanetas, publicadoporelportu-gusBartolomeuPachoen1643, ydondeclaramenteseevidenciael uso crtico de unos temas que en muchas ocasiones fueron utiliza-dos para hacer elogios de los monarcas y de lo que la propaganda ofi-cial describa como sus predestinados y providenciales destinos.Laspercepcionesdelosportuguesesenlaliteraturacastellanaeselobjeto del captulo de Antonio Apolinario Loureno. No se trata tantoaqudeanalizarlasvisionesdelpoderenlapoca, sinodeadentrarseen cuestiones de rivalidad nacional, y en el quizs ms importante temadelasposibilidadesdecrearunaconciencianacionalespaolaenlascircunstancias culturales e ideolgicas del siglo XVII.La ideologa dominante a la hora de valorar el poder otomano, elpasado musulmn en la pennsula, la presencia de una importante po-blacinmoriscay, sobretodo, lapreparacinyejecucindesuex-pulsin a comienzos del siglo XVII son algunos de los temas que mayorimpactotuvieronenlaliteraturadelperiodo. Nosolofuerontemaspopulares sino tambin conflictivos, contradictorios, y por ello difci-les de manejar para los autores del periodo. Pocos temas podran ser-virtanperfectamenteparaapoyarlasdecisionesmonrquicas, perotambinparaintroducircrticasfundamentalesalejerciciodelpoderenlaEspaadelseiscientos. Milesdepginasfueronescritasende-fensa de las posiciones oficialistas, pero tambin en defensa de los mo-riscoscomoverdaderoscristianosyencontradeunaexpulsinqueavecesfuedescritacomoinhumanayanticristiana. Enmuchasoca-siones ambas posiciones aparecan en la obra de un mismo autor, comoen la de Cervantes, analizada por William H. Clamurro, quien estudiael impacto de estas conflictivas actitudes en algunas de las Novelas ejem-plares y en Don Quijote.Si el tratamiento de los moriscos o la visin del imperio turco po-dranservirparaunareflexinsobreelpoderenEspaa, lomismoSOBRE AUTORIDAD Y PODER EN EL SIGLO DE ORO 2101-intro.qxd27/05/20135:08Page 21suceda con la Inquisicin. Las posibilidades crticas que ofreca la exis-tenciadelaInquisicinhansidodestacadasporhistoriadoresycrti-cos literarios en numerosas ocasiones. Carmen Rivero Iglesias lo haceahora desde la perspectiva de la obra del converso Antonio EnrquezGmez, LaInquisicindeLuciferyvisitadetodoslosdiablos. Creadaenprincipio para comprobar la ortodoxia cristiana de los conversos, conel tiempo, la Inquisicin pas a ser uno de los instrumentos mas po-derososenladefensadelaortodoxiateolgicaypoltica, yelco-mentariocrticocontrasusacciones, siemprepeligroso, permitiaalgunos autores expresar la desazn ante una Inquisicin que muchosvieron como injusta, violenta, corrupta.AunqueutilizandofuentesdeunperiodobienalejadodelSiglode Oro, el estudioso Emmanuel Marigno nos descubre las posibilida-des del discurso crtico a travs del estudio de las ilustraciones de losSueos deQuevedorealizadasenladcadade1970porelpintorAntonioSaura. Laintencindelautorserareflexionar, aunqueaho-radesdeuncontextopolticobiendistinto, sobrelapreguntacentraldeestevolumen: lascontradiccionesentreprincipiosyprcticaspo-lticas y las posibilidades literarias de la crtica al poder.En definitiva, este libro pretende recoger algunos de los aspectos quese han apuntado a lo largo de esta introduccin: la imagen del rey, delgobernante ideal que persigue el bien comn por encima de interesespersonales, que sujeta la brida de sus propias pasiones, que se somete alas capacidades de un favorito o que contempla como gua infalible desulaborlossignosastrales; losproblemasmoralesdeunarazndeEstado, consecuencia de la arrogancia del poder que desemboca en ti-rana, o que se plasma en la aplicacin de determinadas polticas inter-nasyexternasqueafectandirectamentealdesarrollodelapropiamonarqua.Y todo ello apunta a que aquella sociedad barroca, contro-lada y aristocratizada, supo hacer uso inteligente de la crtica del podercomo forma de expresin y cre sus propios espacios de libertad.22 IGNACIO ARELLANO / ANTONIO FEROS01-intro.qxd27/05/20135:08Page 22BIBLIOGRAFAARELLANO, I., La mquina del poder en el teatro de Tirso de Molina, CrticaHispnica, 16, 1, 1994, pp. 59-84. 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