Feixas y Miro-Capitulo II
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8/15/2019 Feixas y Miro-Capitulo II
http://slidepdf.com/reader/full/feixas-y-miro-capitulo-ii 1/27
.14
APROXIMACIONES
A
Lt\
PSICOTERAPIA
la vez supone ya una respuesta. Por supuesro, no nos referimos a un
documento' legal firmado por ambas partes sino a un acuerdo acerca
del problema a considerar y la forma de tratarlo. Por tanto, e! contra
to rerapéurico supone un plan de la rerapia para poder construir e!
proceso posre nor.
A nuesrro juicio, el modelo de Egan
(yen
general la mayoría de
los planteamientos sobre la psicoterapia) subestima el papel de los
procesos previos a la llegada del cliente a consulta.
Nos
esramos
refiriendo al proceso por el cual se realiza la búsqueda de ayuda, y la
derivación. Por ejemplo, e! análisis del proceso
por
e! cual el caso
llega a un servicio clínico
determinado
implica aspectos
como
la
posición del derivanre, su definición problema, el prestigio del
servicio al que se deriva, la relación
pro
esional entre el derivan re y el
psicorerapeura, y la expliciracion de 1 s pasos que se han seguido
dentro del medio natural del
sujeto
(habitualmente la familia) para
llegar a consulta. El
papel
de rodas esros procesos puede ser a veces
dererriünanre, como ha puesro de relieve el análisis sisrémico de esros
aspectos (p.ej., Cancrini,
1988).
En resumen, la idea básica del
modelo
es fomentar una
buena
relación rerapéurica en las fases iniciales adoprando una acrirud na
direcriva y expresando respeto y comprensión, para proceder a partir
de' ahí a una acción más direcriva que conduzca a
un
cambio de
conducta que es el objerivo final del modelo de Egan. En la practica,
ya hemos visto que las erapas que sugiere esre modelo deben enten
derse de un modo flexible. Esra nora de precaución es necesaria,
porque la realidad del
cambio
psicorerapéurico no siempre sigue una
secuencia tan lógica como los modelos intentan plasmar.
CAPÍTULO 11
LA APROXIMACIÓN HISTÓRICA
La psicoterapia hunde sus raíces en el hecho de que
la
vida
j
:.
r ,
humana es constirurivarnenre problemárica, porque el hombre es
r-
siempre un naufrago en el mar de
1 que
no sabe o no puede, como
,
•
dijo Ortega. Además, el hombre es un ser intersubjerivo que depen
¡ ~ ~ ;
de de sus semejanres para sobrevivir en un
mundo
cambiante y
sólo
~ ~ t j
l'
parcialmente conocido. Como en ninguna otra especie yiva,
la
reali
I
l
·,
dad inrersubjeriva el hombre, basada en la coordinación de acrivi
.-ir
dades entre los miembros del grupo, ha desplazado al
~ e r o
ambien
re físico.
I
Este hecho ha determinado que la acrivi ad humana
siempre Haya estado sujeta a parrones sociales de rol, p r un lado, y,
por orco, '
que
desde el alba de la humanidad se hayan desarrollado
pcocedim entos
muy
diversos para hacer frente a los
pr
,b1emas bási
, cos
del
(e n)vivir humanamente.
I
Los p ocedirnienros utilizados a
1
largo de la historia para hacer
i frente
al
s problemas de la convivencia
humana han ~ v o l u c i o n a d o
: junto con arras aspectos de la vida. A grandes rasgos, cabe disringir
',_
"
dos
form
s de ver la conducra anormal o desviada
&,1
grupo. La
í, :;,:
primera c rresponde a uri esradio pre-racional en e! quella anorrnali
¡di, dad se en cibe como el .producto de la voluntad de algún agenee
fJH sobrenaru al: antepasados, brujos, demonios, dioses... En la segun
~ ~ J : ~ a . por o o lado, se cons;idera que la anormalidad es el i resultado de
I ~ i i ; , causas na urales, En' función de! predominio de una u 'otra concep
itoón,
los r asto rnos psicológicos han dependido de los intermediarios
l ; : ~ n loso renarural
'?
de los profesionales de la ciencia natural de la
¡irenfermed d mental.
,¡JI
.La!
corerapia contemporánea aparece durante el siglo
XIX
en
~ ¡ á m b i r q
de la medicina, Su historia, en esre sentido restringido, va
1
i
¡t i
8/15/2019 Feixas y Miro-Capitulo II
http://slidepdf.com/reader/full/feixas-y-miro-capitulo-ii 2/27
,
1(,
APllOXIMJI. JONES
A
LA PSICOTERAPIA
unida al
reconocimiento
de los determinanres psicológicos de ciertas
neurosis. Para
que
ello fuera posible,
hubieron
de
suceder
dos cosas.
Primero,
que
la enfermedad rncnral se
desvinculara
roralmente de las
concepciones sobrenaturales y segundo que cierras fonnas de neuro-
sis se
desvincularan
de la
patología,genetal.
A
partir
de
aquí,
fue
posible aceptar
la exisrencia de
enfermedades
capaces de
disminuir
al
hombre
en su
humanidad, esto
es, en
su libertad
y
autonomía
(Ey
et
al. 1965). El camino recorrido hasta llegar a reconocer la enferme-
dad mental como un hecho
na rural
que
afecra a la
humanidad
del
hombre, de hecho, corre en paralelo a la propia evolución de la
civilización
occidenral, que promueve ¡ la liberrad individual y los
valores democráricos. En este capírulo abordarnos
las raíces, la emer-
gencia,
el desarrollo y la
situación
actual
de
la psicorerapia.
-
2.1.
Las raíces de la psicorerapia
La psicorerapia
hunde
sus raíces en diferentes ripos de saberes,
presentes en la culrura occidental, rales como la magia, la medicina,
la filosofía y la religión.
Para poner
de manifiesto los aspectos psico-
terapéuticos presentes en estas tradiciones hay que tener en cuenta
que la reconsrrucción de
pasado
de la
psicoterapia
es
diferente
de la
reconstrucción de su historia. En este último caso parti mos de un
concepro
níciro y de un marco
sociocultural con
los que estamos
familiarizados. En e primer caso, en
cambio,
al
hablar
de psicotera-
pia en orras épocas y otras sociedades -p . ej., la Grecia clásica-
corremos e peligro de ignorar las distancias
que
nos
separan
de unos
hombres y
mujeres
cuyas mentalidades eran diferenres de las nues-
rras.
¿Hasra
qué punro podemos
suponer
que
los
griegos
eran capa-
ces
realizar, en su
propia
experiencia, distinciones
equiparables
a
las que realiza el hombre del siglo XX,
De
hecho, para realizar
una
reconstrucción cabal del
pasado
de
la psicorerapia sería necesario partir de
una
hisroria de la praxis de
vivir
coridiano.
Desde
esta
perspectiva,
las
practicas
psicorerapéuri-
cas formarían parte de los recursos o remedios
que
e hombre ha
urilizado
para salir (o hacer salir a orros) de situaciones vitales recu-
rrentes. Habría
que mencionar aquí
remedios considerados normales
denrro
de dererminados conrextos, tales
como
las confesiones, las
epístolas, las
guías
espiriruales, etc. Aunque
no
es
nuestro propósito
LA APROXIMACiÓN HISTÓRICA
.,7
analizar
la evolución de esros temedios, que en buena medida
siguen
teniendo
vigencia, a
conrinuación ofrecemos
algunos ejes en
torno
a
los cuales podemos siruariel
largo
pasado de la psicoterapia.
2 1 1
La
«psicoterapia» en las sociedade¡
tribales
Las
primeras
explicaciones sobre
la naruraleza
y la
vida
están
dominadas
por
metáforas sobrenaturales,
místicas y míticas,
que
en
buena medida rodavía perduran. Estas meráforas corresponden a los
primeros
estadios de la evolución humana en los
que
e
hombre
vive
de
la
caza y la recolección y,
más
tarde, de una incipiente agricultura.
La característic a esencial del funcionamiento humano en esre esradio
es la
ausencia de límites
precisos
entre
e
hombre
y la
totalidad
de las
"
·1
,
1(1:
•
"';:
Osas de la
naruraleza.
Mucho
antes
de que el hombre se conciba a sí
,
mismo
como un
ser
claramente distinto de
los animales y las planras,
«e
hombre
se ve a sí
mismo
como
un
eslabón
en la
cadena
de la
vida
en general, cadena:
denrro
de la
cual cada enre
esrá magicarncnre
ligado
col
el roda,' de ral manera que no sólo parecq posible sino
necesario,' como
forma
narural
de
la vida, e que se dé una consranre
i
transmur:ición de un ser en Otro» (Cassirer,
1923,
vol. tI, pág. 221).
".1';
En
c o n s e c J ~ e n c i a
en este
estadio,
al igual que no hay
Jna
distinción
'
_
;,; , clara entre e
género
humano y los
géneros animales, rampoco
existe
;:1"
I una
de irrÜración precisa lentre el grupo humano en su conjunto y el
j:::1
indiVidual
En realidad, apenas resulta
líciro
hablar
de conciencia
:
individua como
algo distinto de la conciencia tribal.
Pfr
esta razón,
.
los remed os que se utilizan para
hacer
frenre a lo que hp'y
llamamos
~ e n r a l corresponden a
actividades
muy ~ d l v e r s a s qued
~ . I t n p l t c a n
o solo al
enfermo
y al
curandero,
S1110
al
grupp
SO Ial
en su
i onjunro Ellenberger, 1970; Frank, 1961; Sendrail, 1980).
I .:r· En
ge
eral, las prácticas que podemos
considerar
anrecedenres
: ~ e m o t o s
d la psicoterapia
corresponden
a
una
acrirud anirnisra, que
~ l a ; s i d o
e rudiada empíricamcnre en cierras rribus de Australia y
lJ:\frica (Se
drail, 1980).
lEsra
acrirud
consiste en la creencia en
un
~ . f t J i r i c i P i o isrinro de cuerpo; e alma, que puede abandonar e c,uer-
P l duranr e
sueño
y ram
bién puede sobrevivir
al cuerpo
despues
de
~ i i i T ú e r r e
reencarnandose en orros seres (merempsicosi s). Las
almas,
~ r l t l L r \ t o ~
están sujetas a las
vidas de
los
cuerpos
y su presencia se
'itluede se Ir en las cosas Ique rodean al hombre. De este modo, e
' l ;'
'
i ~ f ,
8/15/2019 Feixas y Miro-Capitulo II
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. ..
• -
_·_
III.1 1
i
1
1 I
I
JH
APROXI:\(A( .IONES A LA PSICOTERAP¡A
LA
APROXIMACIÓN HISTÓRICA
39
hombre vive en un
mundo
que
está lleno de presencias trampas,
fantasmas
hechizos, demonios
y encanrarnienros,
que
se mueven en
un
reino
atemporal
en
el
que no se distingue entre pasado presente y
porvenir. Como
Sendruil ( 1(80)
ha
indicado, «Ia
enfermedad
es en
este caso
esencialmente un
fenÓITI nO fle
posesión:
un
alma
extraña o
devoradora
ocupa
el
lugar
del
alma
del
paciente»
(pág.
3.3). En
este
estadio de la evolución humana , la experiencia clave es
el
terror
y
toda (psicolccrupia consiste cn la relación inmediata entre
el
sufri
miento y aquello
que
lo alivia (Sendrail, 1980).
Las
practicas curativas que
podríamos
llamar «rraramicnros
psicorerapéuricos» prurunvos presentan numerosas variantes.
Ellenberger (1970) ofrece una sisrema\ización,
cn la que
se inclu
yen pnícricas corno las siguientes: ceremonias para la restauración
,
,
del
alma, prácticas exorcistas
confesiones curaciones por incuba-
ción, ere.
Por
ejemplo, en e caso
de
las ceremonias
para
la restaura
ción
de
alrna , encontramos la crcencia de que e hombre
posee
dentro
de
sí
una
especie
de doble
o
alma fantasma
cuya presencia
en
el
cuerpo es necesaria para su buen
funcionarnienco
, pero que
también
puede
abandonarlo.
Estos
abandonos
ocurren en
condicio
nes especificas, por ejemplo, en estados
dc
intenso miedo o mando
se
despierta
bruscamente al que duerme o cuando el alma es robada
por
los
fantasmas
o los brujos. En estos casos,
la
curación se
produ
ce cuando el hechicero encuentra, casi siempre con la ayuda de
instrumentos
especiales, e
alma perdida
y la restaura al
cuerpo
al
que .pcrrenecc,
En
el
caso de las prácticas exorcistas la creencia es que los
espíritus
malignos
han penetrado en e
cuerpo del enfcrmo
y
han
tomado
posesión
de
él.
Existen
algunas variantes. pero los rasgos
centrales
de
la
posesión residen
en
quc
la
identidad del individuo
cambia; el individuo se convierte en
OtW
persona su
fisonomía
se
rransforrnu
y se parece a la persona
que
supuesrarncnre encarna y
con voz alterada
pronuncia
palabras que
corresponden
al nuevo
individuo. Las posesiones pueden ser espontáneas es decir
pueden
ocurrir en
contra dc
la
voluntad
del
sujeto, pero también pueden
ser artificiales, es dccir,
cultivadas por
medio de técnicas cspeciales,
como la practicada por la pitonisa dc Delfos o
por
cierras chamanes
siberianos. Se conocen al menos tres
formas
de enfrentarse a una
posesión: la primera consiste en tratar
de
expulsar al espíritu malig-
no por medio
de
procedimientos inccanicos , por ejemplo con rui-:
dos y malos olores o incluso golpeando al poseído hasta hacerlo
sangrar;
la segunda consiste
en transferir e espíritu
maligno
a
otro
ser normalmente a un
animal
y la tercera consiste en intentar
extraer
al espíritu
maligno por medio de conjuros
o
procedimientos
psíquicos (ElIenberger,
1970). De
las tres formas, la
tercera
es la
que la
Iglesia
católica retomó y normalizó, y que expondremos con
cierro
detalle
en e próximo aparrado.
Aunque
las creencias primitivas roda
vía
persisten en la acruali
dad
en
determinados
COntextos,
históricamente,
el círculo
cerrado
de
la
tribu
comenzó a resquebrajarse hacia el siglo VI a. de
c. período
en el que se produjo un cambio
respecto
a
las
creencias primitivas.
1
i, .::, ', ~ o s s »
~ 1 1 ;
[ < ~
Este cambio
no
consistió
tanto
en la superación de las antiguas creen
cias como en que
éstas
dejaron paso a dos caminos 'distintos de
conceptualización:
las religiones organizadas y el pensarnienm racio-
nal. Estas nuevas vías de conceptualización ocupan un VaStO horizon-
te:
Buda
en
la
India,
Lao-Tse
en China, Tales
de
Miletl' y
Piragoras
.en
Grecia.
Por
divergentes
que
a
primera
vista
puedan
arecer, esras
:,obras tienen en cormin e
establecer
una distinción entre este mundo
(aparente)
y
el
otro mundo (más
real, verdadero, etc.) implican la
capacidad
de
distanciarse .de
la
inmediatez de la s i t u a c i ~ n
presente.
ITodas ellaf
suponen, en' definitiva, nuevas formas
d(j
ordenar
la
: e x p e r i e n c i ~ .
«Tao» significa camino. Buda llama a sus enseñanzas la
e «tercera via» y can Tales Iy su planteamiento acerca de «ser de las
s e ~ i
repara
el terreno para el surgimiento del pensamiento
¡Hacional
(
arnbrano,
1958). 1
Aunq
e el
Tao ha servido de punto
de reflexión
par
los psicore-
~
tapeuras
e istenciales:
modernos,
y el panviraiismo de la
tradición
~ l i n d ú ha d
do
origen a técnicas como e yoga y la meditación
-réc
l ~ i c
a,s a u x i ~ a r e s que están presentes en la
psicoterapia
actual-,
no
I ~ : ~ m os a d tenernos en ellas porgue su
presencia
en
las tradiciones
1Ii
; ~ ~ :
,dan o rgen a
la
pSIcoterapIa actual es tangencial.
"::.'.- ,
' ,a;1.i2,
a psicoterapia» en recia
y el
mundo antigllo
I ~ f l : :
. .
;5(:;,J¡¡1 orig n de la
psicoterapia
actual hay
que situarlo
en
Grecia,
Btl¡ le surg e pensamiento
racional
y con él la tradición filosófica y
tradición médica. Laín
958) ,
en a curación por la palabra en la
tijc;a c l á ~ a ha presenradn la
«psicorerapia. griega
a la
luz de
la
i
8/15/2019 Feixas y Miro-Capitulo II
http://slidepdf.com/reader/full/feixas-y-miro-capitulo-ii 4/27
·• " iíl ..4.."..
"ój
• • II
. . • . • . ••• . ¡I
••
·,· 1
•• ,..··--.. .
H
.. .... 1 ..----- .......-
LA APROXIMACIÓN HISTÓRICA
41
PROX!l-.L\C10NES A LA PSICOTERAP1A
40
transición entre los métodos caracterísricos de la medicina mágica y
hubiera liberado violentamente de todas las leyes de la conviven
la incipiente memalid ad racional. Paralelameme, se produce el desa
rrollo del alfabeto y la rransición 'de la tradición oral a la tradición
¡
scrita. La
sociedad
griega no sólo llevó a cabo esta
transición
hacia
la
racionalidad, sino
que
rarnbién
la hizo explfcira.
Así, en la obra de Arisróreles, el gran sisrernarizador de la culrura
griega, se encuentran
darameme
establecidos y diferenciados los dis
rimos usos de la palabra, que fue
ampliameme
urilizada en Grecia
con Enes curativos. A, la palabra persuasiva se le llamó merafórica
mente
ensalmo, denominación que
implica
que
el
hombre
cambia de
condición bajo su influjo. Algunos sofistas, como Gorgias, propusie
ron incluso su
aplicación
técnica
para
[a curación de algunas
enfer
medades. Platón,
por
Otro lado, hizo inreresantes obsetvaciones sobre
los efectos de la palabra sobre la vida
ahírnica.
Si el discurso es bello,
produce un estado de armonía en rodas las partes del alma (JophroJY-
ne ,
que posee efectos sornaticos beneficiosos Yes la condición para
que
la acción de los fármacos sea eficaz al
máximo
(López
y Morales,
1970).
En efecto, la obra de Piaron comiene algunas observaciones
sobre las pasiones, los sueños y el inconsciente,
que
parecen antece
denres del perlsamienro de Freud. Considérese, por ejemplo, la si
guieme observación sobre las partes inferiores del alma
que
despier
tan durante el sueño
cuando
la razón no esra «en
control»:
(los deseos)
que
se despiertan
durame
el sueño, cuando esta
parte del alma
que es racional, pacífica y a
propósito para
man
dar, está como dormida, y la parte animal y feroz, excitada por
el vino y por la buena comida, se rebela y, rechaz.ando el sueño,
inrenta escaparse Y satisfacer sus apetitos. Sabes
que
en tales
momentos esta parte del alma a todo se ofrece, como si se
3. Este aspect o es n-nporranre para comprender la aparición de la mentalidad
racional. Con la
palabra
escrita, la experiencia acumulada de los que nos han prece
dido puede fijarse
y
el sujeto puede situarse frcnre a ella, hecho que hace posible la
aparición de cierra distancia dentro de la cual la reflexividad puede aparecer. En
la
tradición oral, en
cambio,
la
palabra hablada
no es únicamente el vehículo
mediante
d cual las acciones en el presente pueden coordinarse, sino que es el único medio a
rravés del cual puede transmitirse el saber acumulado en un grupo social. En conse
cuencia, la mayor parre del aparato cognirivo debe estar dedicado a la reproducción
memorística de historias,
que
puedan ser recordadas al ser oídas, y que recojan la
sabiduría acumulada en
la
experiencia de los que nos han precedido ante las situacio
nes recurrentes de la vida.
~ , - I .
cia y del pudor; no distingue nada, ni dios, ni hombre, ni bestia.
Ningún
asesinato,
ningún
alimento indigno le causa horror; en
una palabra, na hay acción
por
extravagante y
por
infame
que
sea,
que
no esté
pronta
a ejecutar (citado en Müeller,
1963,
pág.
56). .
Laín
(1958)
sostiene que si este
punto
de vista se hubiera culti
vado sistemáticamente, el psicoanálisis habría surgido en Grecia. Sin
embargo, las observaciones de Platón, al igual
que
la
máxima
socrá
tica «conócete a ti mismo», no forman
parte
del intento de aprehen
der
cienríficamenre
la estructura de la
psiqu -propósito que
sí guia
ba a
Freud-,
sino
que
forman parte de concepciones éticas y
políticas.
Por otro lado, hay
que
resaltar que las enseñanzas 1e los filósofos
tenían lugar en coqtextos bien estructurados, como, ?tI ejemplo, la
Academia platónici'" el Liceo de los aristorélicos o la Cara y
Jardín
de
Epicuro en Arenas.' Estos fueron tos ámbiros en los que se cultivaron
las técnica.s de a u t o ~ onrrol, concentración y recitación qte, incorpora
das a la mental idad popular, han sobrevivido hasta n estros días y
que
la
mpderna
psicoterapia se está encargando de ha er explícitas.
En la G ~ e c i a antigua, la adopción de una docrrina I
filosófica
no
I
implicaba
~ n i c a m e m e u?a
forma de pensar, sino
que f . u n d a ~ e m a l -
. mente exlgla
una
forma .de
VIVIr.
Para ser aceptado como miembro
,.de
la
ese da, el aspiranrt tenía
que
atravesar un p e r í o ~ o de conver
Jsión
o
ini
cÍación. En la
I
práctica cotidiana, cada esc ela
filosófica
l
había de rrollado métod os de enrrcnamienro psicoló ico para per
[ seguir los ideales propues tos
por el
maestro o fundador
de la
escuela.
¡ <Bar
ejem
·10,
en la escuela de
Píragoras
(que es
una
verdadera escuela
"pe
rransi ión en la cual los rasgos chamanísticos se funden con las
:. incipiente concepciones fientíficas), junco al estud io de, las materna
~ ~ i ~ a s ,
l
a tronomía y
l
música, se seguían ciertas restricciones
dieté
~ d ~ a s y se racticaban ejercicios de aurocontrol, de memorización y te
•
I ~ t a c I 6 n
.
~ i i , k Así p es, la tradición filosófica iniciada en Grecia aporra a la
1 1 l ~ ¡ c o r e r a
ia
una
concepción racional y un conjunto de argumentos y
m ~ ~ a d p s ' ara que la part e racional del ser
humano,
que hace posible
..c?nviv' cia, predomine sobre la parte
pasional/animal
que, deja
@ ~ e n
F ~
rad, haría imposible
la
convivencia. Esre criterio valoran
',,,' :
i ~ ¡ : ;
"
8/15/2019 Feixas y Miro-Capitulo II
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43
APROXIl lACIONES
A LA
PSICOTERAPIA
2
va, que
prima la paree racional del ser humano, ha
sobrevivido
ha sta
nuestros
díhs
y se encuentra estructurado principalmente en torno a
os doctrinas
éticas: la aristotélica y la estoica.
Cuando Aristóteles
intenta hacer explíciros los principios
que
deben regir una vida feliz instaura 1"
doctrina
de
in medio
i-irrns que
ha prevalecido hasta
nuestros
días. Aristóteles argumenta
que
toda
acción es fuente potencial de placer si se ejerce conforme a la natura-
leza del ser que la realiza. En el caso del ser humano, su
naturaleza
es
ser racional, lo
cuallc
inclina al ejercicio de la recra razón. La virtud
reside en el justo medio entre dos
extremos
viciosos; por ejemplo, el
valor es mejor
que
la cobardía y
que
la temeridad, la
generosidad
es
preferible
;1
la avaricia y a la
ptodigalidad,
etc.
La
solución
estoica para la vida feliz v iene a ser más radical
porque
consiste en
ptescindit de
las pasiones
'por
considerarlas irra-
cionales. Según los estoicos,
el
hombre
debe
vivir
ajustado
al
orden
del mundo que está determinado
por
la Razón universal. Las pasio-
nes son excesos irracionales
que pueden conducir
a la
«enfermedad
del alma». Siguiendo el principio
cognitivo
de que no
son
las cosas
las que nos
afectan,
sino las reptesentaciones
que
tenernos de ellas,
los estoicos concibieron las pasiones OIno representaciones falsas o
engañosas de las cosas. En consecuencia para alcanzar la
«aparta»
o
impasibilidad,
estado
de auténtica
libertad,
el hombre
debe aprender
a controlar las pasiones lo cual se consigue borrando las representa-
ciones falsas que perturban el buen juicio. En la práctica, los esroicos
aprcndían a controlar las pasiones por medio de ejercicios escritos y
verbales de
concentración
y meditación. Por ejemplo, elegían un
tema
y
trataban de
disociar el objeto
de todas
las opiniones, rernores
y
recuerdos
que
se habían asociado con
él.
Los estoicos practicaron
también
la
consolación,
que
consiste en un discurso
(hablado
o escri-
to)
dirigido
a
una persona afligida en
los escriros de Séneca abun
clan los
ejemplos
de este género.
Por
otrO lado, Grecia es
también
una de las
cunas de
la tradición
médica
occidental. La emergencia del
pensamiento
racional
introdu
jo cambios
notables
en la clasificación de las enfermedades y la
conducta
anormal.
De la obra
de
Hipócrares (s. IV a. de C),
Corpus
Hip¡JOcratictllll, compuesto por 70 tratados,
se
ha dicho que
es a la
me d icina
lo
que l
filosofía es
al miro.
Hipócratcs
sisrernatizó
conoci-
mientos de
fuentes diversas: la
medicina
sacerdotal, vinculada al
culto a Esculapio, la escuela pitagórica, las tradiciones médicas de
LA APROXIMACIÓN
HISTÓRICA
Egipto Y la India y las concepciones cosmológicas de los filósofos de
su tiempo.
En
contraposición
a las concepciones
mágicas
que atri-
l
buían las enfermedades a
agentes
externos,
Hipócrares
las localizó en
i
estados inrernos del
organismo.
En consonancia con los principios
,
radicales
de
la
naturaleza propuestos por
los
filósofos (fuego,
tierra,
agua
y aire) a los
que
correspondían
cualidades
específicas (calor,
sequedad,
humedad y
frialdad),
se postuló la existencia de cuatro
humores»
(sangre,
flema,
bilis amarilla y bilis negra) localizados en
órganos específicos (corazón, cerebro, hígado y bazo) y asociados a
temperamentos
específicos
(sanguíneo, flemático,
colérico y
melan
cólico).
,
La
salud
se
concibió como un estado de armonía
o
equilibrio
craJis)
eorre los
cuatro humores
y la
enfermedad como un
desequili-
brio de los mismos discraJis). Y lo que es más importante, la
curación se consideraba
obra de
la
naturaleza,
lo único
que
el
médico
debía
hacer es ayudarla en su
lucha
por restablecer el equilibrio. Esta
naturaleza
se
consideraba únicamente en términos
somáticos. En
consecuencia, aunque los hipocráticos eran conscientesl de la impor
tancia cle ganar la confianza del enfermo y de la influencia del estado
de ánimo'
sobre
la
salud;
no
indagaban en
las posibles motivaciones
psicológicas del
trastorno.
La importancia de esre hbcho ha
sido
puesta
dd manifiesro
por
López y
Morales
(1970): I
I
Esta limitación va a;ser decisiva
para
la historia
posterior
de la
meditina científica. Durante casi dos milenios y
m ~ i o
el conoci-
mienf y aprovechamienro técnico de la
rerapéutica psíquica
no
llegó
tener
verdadera existencia en la medicina
deorífica
occi-
:
denta'. En
este
terreno,
la acrividad del
médico quedó
práctica-
,
ment;
reducida
a
procedimientos roborantes'
y
de
adquisi
, : ción e la confianza.del enfermo (pág. 95).
I
. , ,
t \
I
: , é ~ :
'Los
e quemas básicos de la medicina hipocrárica
fueron desarro
'¡:\lados
po
Galeno
(128-200),
cuya
obra
está
considerada como
la
l i , ~ r n t e s i s d la medicina antigua y determinó la práctica
médica
hasra
\ i
lEelad oderna;
de
hecho,
no
fue hasta el siglo
XVIII que
los
l
~
el
Boerhaave,
Hoffman y Srach la
desplazaronde
los
esque
, ,lo, ," ,
, f j [ t ~ , : '
. . ~ t b o r a n ( e : aplicable a lo que robora o da fuerza. Término utilizado en
~ ~ ~ c i n ~ » ~ i c c i o n a r i o
ManalMoliner).
I
8/15/2019 Feixas y Miro-Capitulo II
http://slidepdf.com/reader/full/feixas-y-miro-capitulo-ii 6/27
44
45
I
I
APROXIMAClOI\ES A LA PSICOnR,IPIA
mas oficiales de la medicina (López y Morales, 1970). Galeno distin
uióenrre eq sas «naturales» c1ClTICntOs radicales, humores,
tempe-
ramentos y facultades), cosas «prerérnarurales», esto es, que están en
conrra de la naturaleza la enfermedad, sus causas y síntomas), y cosas
«na
naturales», es decir,
que
pertenecen
a
l
naturaleza humana.
Esras
úlrunas pueden
ser de seis géneros: aire
y
ambiente comida
y
bebida, trabajo y descanso, sueño y vigilia, excreciones y secreciones
y movirnicnros del iínimo. Estas
cosas
no naturales pueden ser causas
externas de la enfermedad y constituyen la base de la terapia.
La enfermedad es para Galeno una disposición preternatural del
cuerpo por la cual están alteradas las funciones vitales. El médico
puede
ayudar a la naturaleza a curarl alterando las seis cosas no
narurales. Como hemos visto, éstas incluían los movimientos del
ánimo que podían alterarse por medio 8e la a ~ c i ó n del médico; así,
por ejemplo, el médico podía provocar ira en las enfermedades de
naruralcza
humoral fría, para
combatir
con su calor la
causa
de la
enfermedad. Por otro lado, en su
Tratado de las pasiones del alma y
SUJ
errores Galeno distinguía dos clases de pasiones, las sanas y las
enfermizas. Entendía que las primeras eran competencia de la moral,
pero reclamó para la medicina las segundas. Para curar a estos últi
mos enfermos. Galeno acude a la razón; aconseja alcanzar la sereni
dad e impone a estos enfermos una especie de tutor, pedagogo,
censor y guardián porque, aun reconociendo que
el
consejo es mejor,
reconoce
que
«resulta insuficiente en la mayoría de los casos».
2 1 3
La aportación del cristianismo
Durame
la Edad Media,
el
mode lo galénico, que se concentra en
las seis cosas no naturales y que reduce e papel de lo psicológico a
mero soporte moral, sobrevivió. A lo largo de este período, fue la
Iglesia la
que jugó un papel dererminanre a la hora de considerar los
trastornos mentales como productos de una voluntad sobrenatural,
en este caso, de diablo. Los tratam ientos
«psicoterapéuticos»,
por
tanto, iban desde la oración hasta la hoguera, pasa ndo por la tortura
y e exorcismo. La enfermedad men tal se interp retó como el resulta
do de la posesión por el Otro, e diablo. La lógica de este argumento
reside en la misma docrrina neotestamentaria que simultáneamente
constituye e fundamento de la vida interior (y la libertad) del horn-
LA APROXIMACIÓN HISTÓRICA
i
bre y de la existencia de pecado y del diablo. Veamos estos argu
mentos con mayor detaJle.
I
La vida interior se origina con la doctrina neoresrarnenraria,
I
según
la cual el hombre no sólo
puede
pecar con su conducta, sino
también
Con
su
«corazón»,
de modo
que
lo verdaderamente decisivo
t;
para la vida moral (y religiosa) es la secreta y libre) intimidad de
cada hombre, es decir, su vida interior. Esra doctrina tiene su funda
r
mento en
las
palabras del
Génesis
«Dios creÓ al hombre a su imagen
y semejanza».
y
dado que Dios es espíritu puro, que ha creado el
1
1,
,
mundo ex nibilo y que zrasciende e mundo por Él creado, resulta
que la inrimidad de cada hombre puede también trascender e mun-
.
do. La posibilidad de esta trascendencia
depende
de la comunicación
I
'::"
,,);': . ~ n ~
I
,
" .1
I
con Dios, en función de la cual el hombre puede renovarse, "bebien
do en la fuente de la vida», a pesar de
que
su cuerpo y su psique
envejezcan y se deterioren (Laín,
1961).
La implantación de esta doctrina es un hecho de una.irnporranria
decisiva en la historia de la convivencia
humana,
porque con ella
cambia la concepción del hombre (Lafn, 196 o. Mientras un griego
ve en Otro individuo, a un ser vivo, un producto de la común natura
•.le za, un cristiano ve
,.una
realidad emergente de la nada [Orada de un
¡centro cuasidivino por
el'
cual puede dedicarse o pecar
;" Esta docrrina, no obstan te, posee en su mismo 1 1 nrearnienro
contradicción esencial es la siguiente: si
el
hombre en su
j, ,
linrimidadl en su SUStanCIa mas pura y verdadera, es Imagen de
01OS,
bd¿cómo es
e hombre,
puede
pecar' Es evidente
qie
si actuara
ll':¡ ¡conforme. su consrirucion cuasidivina , no pecaría. Y la ¡respuesta de
s,an Pablo. nte este problema es la siguiente: «No soy
Yf
quien obró
1.<lqueJlo (e mal obrado); quien obró es el pecado
que
habira en mí»
l
(Laín,
19
1 . De
este
modo,
e camino
para
atribuir
aqueJlo
: que fuera onrr ario a la ley de Dios a la presencia
dd
diablo quedaba
ll:\>ierto. E leste contexto, dos aspectos resultan especialmente rele
~ ~ n t e s pa la historia la psicoterapia. Por un lado. los recursos
jp nicarse con ?ios. especialmente
la
insrauracion de procea. corn
¡¡;l/miento e la confesión, y, por otro, los recursos para evitar el
,f1ecado.
c lrivados especialmente por las órdenes religiosas.
~ r l · · r I L a
co fesión es un procedim iento cuyo origen se remonta a las
~ p s i l o r ~ m ¡as». primitivas. En el ámbito de la, r i ~ U , la confesión es
i/Mbhcl\ y, utiliza ante la ruptura de un tabu (Ellenberger , 1970;
@ atJ.k, 1 . Sin embargo, en el
rímbiro
de la tradición cristiana, La
iH<,
1
I ~ ; :
I
8/15/2019 Feixas y Miro-Capitulo II
http://slidepdf.com/reader/full/feixas-y-miro-capitulo-ii 7/27
46
P R O X [ ~ I U O N S A LA PSICOTERAPIA
LA APROXIMACIÓN HISTÓRICA
47
confesión
es
el vehículo de expresión y configuración de la vida
es débil Yque no
puede cambiar,
de
modo que
la rarea
de
vencerse a
interior.
El1
csrc sentido, el
paradigma
de la confesión fue establecido
sí mismo es la rarea de roda la
vida.
De
hecho, todas
sus recomenda-
por san ~ u s t í n en el siglo IV con sus Confesiones en las que se
ciones se resuelven en una; «persevera».
expone
por
primera vez un proceso de cambio
personal
(véase
Miró,
La propuesra de Ignacio de Loyola, por el contrario, parre dela
1990).
firme creencia
de que
es
posible
cambiar. Para
ello,
propone
realizar
Por otro
lado,
la Iglesia culrivó
procedimientos
esrrucrurados
unos ejercicios intensiv os y muy
esrrucrurados
durante un período
de
para
implantar
las virtudes cristianas, sobre todo por la vía de los
unas cuatro semanas bajo la
guía
de un experro. Sus Ejercicios Espiri-
ejercicios espirituales,
a
través de la cual se perpetuaron las enseñan-
tuales ofrecen insrrucciones específicas no sólo sobre e contenido y la
zas de la antigüedad.
Aunque
las guías prácticas para el desarrollo de
.,:, forma
de
llevar a cabo los ejercicios, sino rambién sobre
qué acritudes
las virtudes cristianasaparecieron
durante
la Edad Media, prolifera
deben acompañar a la realización de los aeros cotidianos, como dor-
ron en el Renacimiento. época en la que la Iglesia católica se vio
comer,
ere.
De
esre
modo, durante
el período que
presionada
por
la Reforma.
Especialmente
ilustrativos de principios
~ ; : '
duran
los
e j ~ r c i c i o s
es la totalidad de la persona la
que
se encuentra
psicotcrapéuricos utilizados por la Iglesia católica .resulran El tratado
1 bajo dirección y forzada a
plantearse
ramo el papel
que ha
desempe-
de la victoria de sí
1 ÚSIIIO,
del reólogo
dominico
Melchor
Cano,
y Los
O : fiado hasra
ahora
como el que va a desempeñar a parrir de
ahora.
A
ejercicios espiritnales, de Ignacio de Loyola.
modo de prueba de la eficacia de estas técnicas, fundamento de la
El tratado de la victoria de Jí mismo es representativo de la visión
espiritualidad acriva de la Compañía de Jesús, se
puede
considerar la
más
tradicional.
Su
propósito
es ofrecer
remedios
para
vencer a los 'expansión
que
la
Compañía
realizó
durante
esre
perícdo,
en
e
que
vicios de la
gula,
la lujuria, la ira, la acidia (u holgazanería), la
?gró
i m p l a n r a ~ i ó n en diversos á"?bitOs
de
la sociepad, desde la
pereza, la avaricia, la
soberbia
y la
envidia.
Para ello, Cano recomien
j::l\1caclOt) de los
hIJOS
de las clases dmgemes hasta el estableClmlento
da evitar aquellas cosas
que
nos apartan de una vida recta,
entre
ellas
ei misiones en
Exrremo Oriente, Japón,
China y Cali
amia (Gaos,
las siguientes:
«Dormir
en blanda cama comer delicados manjares,
, -',71). Desde el punto de visra psicorerapéurico desr ca la uriliza
, I .
vestir muy sutiles y delgados lienzos, ataviarse de preciosas y olorosas
de
j9rarquías, la disociación, la
imaginería
rnenral la
compara-
ropas, en fin, vivir vida
regalada».
Para no caer en una «vida regala
'óp y, sobre roda, el nivel de estructura y especificid d.
da», Cano propone reriros espirituales periódicos, en los
que
el cris
' ~ t l : . ; No o ~ s t a n t e juma aestos aspectos positivos, hay reconocer
tiano
se ocupe de reflexionar
sobre
su propia
vida,
a solas con Dios.
, .Ia acr,
rud de la Iglesia católica ame la enfermedadr,ental y am e
Esta reflexión está encaminada para conocer los vicios para
poder
119,qo
p e n s ~ m i e n t o
libre durante la Edad Media fue des ótica e inhu-
vencerlos por separado
comenzando
con «el que
mas
nos fatiga,
y
~ ~ p a
como lo
muestran
las prácticas inquisiroriales y a creación de
vencido aquél daremos tras el otro». Cano
recomienda
también estar
in tituciones corno la
de
to
ary
of
Berblebem, en
el
áreaa
punro para distinguir <da
calidad
del
pensamiento que
nOS
ocupa;
~ \ i . g : ~ i n e n s , en la que los «locos» eran exhibidos como objetos de
que algo es vano como de guerras y otras cosas irnperrinenrcs; algo
iversión. Una 'excepción notable
durante
este
período
la
superfluo, como de
pérdida
de
hacienda,
de hijos, de deudos y orras
el padre Gilaberro Jofré, que en e siglo
XV
dirigió e
semejanres desgracias... pues con pensar en ellas no se
da
remedio»
¡¡¡¡j,ill
er
nOfocomio en Valencia (inaugurado en 1410), tratando a los
(citas romadas de Gaos, 1971, pág.
107).
Es posible
observar
en esre'
Ilf 7rmos fon dieras, ejercicios al aire libre y lo que hoy podríamos
planteamiento antecedentes daros de técnicas terapéuticas; tales
~ r
te Pia
ocupacional. Su enfoque no esraba exeriro de las in
como
la
autoobservación, la detección de los pensami entos
aurornati-
e la
m e d i c i ~ a
oriental,
preservada
en E s p a ñ ~ a rravés del
cos, la consrrucción
de
jerarquías, e fomento de pensamienros alter-
',:1
correspondía
a
una
concepción holisra del ser
humano
y
nativos. Sin
embargo, desde
el
puma
de visra psicorerapéutico,
la,
,¡
úe.·lJeya a consigo una forma que
podríamos
denominar ecológica,
propuesta de Cano no va más allá de ser
un
conjunto de remedios..,'
, p s i c o s o m á r i c ~ ,e ideográfica (en términos iacruales) de
parciales. Cano, en definitiva, entiende
que
la «naturaleza» humana
enfermedad y la relación rerapéutica.
' : .
'j'
1
1
,:
,;
ji mir, vestirse,
,
¡gU,
~ e r t a s
; ~ ~ t e o y
iiPnstiruy
~ , ' ~ . ' i , : , : n c i a s
,;tm, qu
~ e y e n ~ i v l ~
~ t ~ n d e r
j
I ~ l
j
8/15/2019 Feixas y Miro-Capitulo II
http://slidepdf.com/reader/full/feixas-y-miro-capitulo-ii 8/27
APROXIMACIONES A LA PSICOTIRAPIA
4H
2 1 4 El j?eI acillliellto la hlllllanización de la diferencia
Con el Renacimiento se empezaron a oír los primeros testimo-
nios contra la consideración de
la
enfermedad mental
corno una
posesión diabólica. Algunos de estos testimonios procedían de médi
cos
que,
babiendo
servido
como
especialistas en los rribunales de la
Inquisición, se arrevieron a
distinguit
entre los que habían perdido la
razón por influencia del
demonio,
cuyos únicos
caminos
eran el
exorcismo o la pira, y los que la habían perdido por
un
desorden
mental,
en cuyo caso: eran competencia
del
médico. Esta distinción
crucial fue obra de pioneros como J, Wier, A. Paré, F. Plater, y
más
tarde
elaborada por P.
Zachias,
T.
Willis, D. Sennert.
Boerhaave,
precursores de la psicopatología
modf'rna
No
obstante, resulta algo] paradójico que e! siglo XVI, período
de recentramiento en el hombre y
~ s c e n t r a n 1 i e n t o
de
Dios 1
coin-
cida con el período más activo de
«c z »
de brujas,
demonios,
fan-
tasmas
y diablos.
Por
ejemplo,
el
Malletts maleficartilll
(El
martillo
de los maleficios) ruvo
34
ediciones entre 1486 Y
1669
(citado en
Sendrail, 1980). Sendrail (1980) sostiene incluso que la patología
psíquica dominante durante e! siglo XVI fue el satanismo. Esre
hecho, sin
embargo, resulta
más comprensible
cuando
se tiene en
cuenta que e! siglo
XVI
es
una
época de tremenda transformación
social. Las guerras, la peste negra, el
hambre
y la síülis (traída por
Colón del Nuevo Mundo) estaban
provocando
estragos
entre
la
población. La vida
cotidiana
europea
esraba
dominada por la angus
tia, e! sufrimienro y la obsesión
por
la
muerte. También
resultaban
comunes las posesiones diabólicas y las prácticas exorcistas. A modo
de ilusrración de estas prácticas citaremos la figura de! padre Gass
ner, al
que
se le ha calificado
como
e!
mayor
exorcista de
todos
los
tiempos.
El padre
J,J,
Gassner (1722-1779) fue un humilde sacerdote
austríaco que viajaba por Europa cunlndo enfermedades y arrastran
do multirudes.
Distinguía
dos tipos de
enfermedades,
las
«natura
les»,
que
eran cosa de los médicos, y las «preternaturales»,
que
eran
cosa del delTIonio. Él sólo renía competencias sobre estas
últimas.
Para saber si una enferlnedad pertenecía a su ámbiro, Gassner conju-
raba al demonio pidiéndole que los síntomas de la enfermedad se
manifestaran;
si esro se producía, entonces
había
que proceder a un
exorcisrno
que
requería
la
fe del pacienre en Jesucristo; en caso con-
1
"
¡pi'
LA APROXIMACIÓN HISTÓRICA
49
';"
e
"o
erario, se le recomendaba al pacienre que fuera a ver al médico.
I
r
Como Ellenberger (1970)
ha mostrado, el exorcismo es una práctica
t
psicoterapéutica
bien estructurada, cuyas características se resumen
en la tabla 5.
~ ¡ o
Tabla 5. aracterísticas de
las prácticas
exorcistas adaptado de Ellenberger,
K,¡
.
1970)
: ~ ~ : :
I ~ ~
a) el exorcista habla en nombre de un ser superior:
b) el exorcista debe confiar ple nament e en la realidad de la posesión y en
,SI
,
el poder del ser superior;
, \
c) el exorcista se dirige al in truso de una forma solemne, como corres-
ponde al ser superior que representa;
f! .
t
d) el exorcista da coraje al individuo poseído
y
le salvaguarda de las
amenazas del intruso;
e) el exorcista se prepara para su rarea con oraciones y ayuno;
(f) el exorcismo debe realizarse en un lugar sagrado
l
en presencia de
testig os que no de curiosos);
.
g) el exorcista invita a hablar al intruso y mantiene
coi
él largas
discu-
siones que
pueden durar semanas o
meses;
(h)el exorcista corre el peligro de quedar infecrado por el espíritu que
efPulsa del paciente.
¡
;:1
• G, J
ofré en Valencia el primer manicomio
• J, Wier distingue enrre posesión diabólica y enfermedad men-
tal
I
A
Paré especula sobre el carácter hereditario y las posibles causas
materiales de las enfermedades mentales
8/15/2019 Feixas y Miro-Capitulo II
http://slidepdf.com/reader/full/feixas-y-miro-capitulo-ii 9/27
f
--- ..... ., · ~ · - - - r l . lllv,nr:ll-=CC ::==:: l:=Z :-;
\(J
API{OXlt-.IM.]ONES A LA PSICOTEltAPIA
15H3 F. Placer describe la melancolfa
y
la
hipocondría
l ~ r ~ Gazoui propone que los locos sean recogidos en hospitales
1G24, 7;acchias insiste en
que
los locos deben depender s610 del médico
I()(,7, T. Willis
publica
los primeros crarados de neuropacologja. Descri
be la epilepsia, la histeria y la hipocondría
como
rrasrornos del
funcionamiento
nervioso
I()H2,
T.
Syt\L'llham profundiza en la patogenia esrrictamenre nerviosa de
la hipocondría y la histeria, y plantea la necesidad de realizar una
clasificación nosologica
17(,9,
W.
Cuilen acuña
el término
«neurosis» para las
enfermedades
que
dependen directamente
de
las alce raciones del sistema nervioso
17H9
Pincl propone una inrcr
pretac
ión
anatumoclfnica
del concepto de
neurosis
179),
Pinel romp(
lás
cadenas
de
los alienados
en Bicerré e introduce el
o-nrnmienro 1110ral
Duranre
esra época los rrararnienros
médicos
recomendados
para
los problemas bisréricos se diferenciaban poco de los
procedimientos
antiguos.
Las
recomendaciones
consistían en
curas de
reposo en un
sanatorio,
masajes e
hidroterapia,
electroterapia, etc.
El
rrararnicnto
moral introducido
por
Pine al filo de la Revolu
ción Francesa
constituye un
paso importante hacia la humanización
de la enfermedad mental. Este movimiento rerapéutico respondía
principalmente a dos cosas: a) la reforma
de
la asistencia psiquiátrica
que siguió a la
Revolución y lo) una
concepción
optimista de las
enfennedades
mentales,
que veía en las pasiones las causas
mas
importantes de
la locura. El fundamento teórico de
movimiento
provenía de
los escritos
de Cabanis. representante médico de
Jos
ideólogos
influidos
por
Condillac,
quien había
ofrecido explicaciones
acerca
de (ÓI110
ciertas
impresiones morales pueden
tener consecuen
cias sobre el cuerpo. A pesar de rodo ,
el
rrararnicnro mor l no iba
más
allá de los esquemas rerapéuricos tradicionales,
basados
en las
seis cosas «no
naturales». Recomendaba
cosas tales
como ambientes
placenteros, compañías agradables
,
un régimen de
vida
conveniente,
música,
ejercicio,
contacto
con la naturaleza, consuelo del enfermo,
, ~ ;
manejo
de las pasiones
suscitando otras que Se opongan
a las causan-,
",o
res de la enfermedad y
procurando
ejercer e dominio
de
la tazón,
j
sobre las ideas
mórbidas que
las originaban (López
y
Motales{
,',1
.
LA APROXIMACIÓN HISTÓRICA
5¡
1970). Pinel,
por otro lado, asignaba
gran
importancia
a la relación
del
médico
con el enfermo.
Recomendaba
que los centros donde se
practicara este tratamiento fueran
pequeños
y se
animaba al
personal.
a que conociera los problemas del enfermo. Según parece, este trata
miento tuvo
considerable
éxito, según los
datos
que cira Bockoven
(cirado
por
Kazdin,
1978), que
indican
un
porcentaje
de
airas
supe
rior al 70
%
en su pequeño
hospital
(aunque poco sabemos de los
criterios
de
selección
de
los
pacientes
ni
de
la
gravedad de
sus altera
ciones). A pesar
de roda,
el trararnienro
mor l
ofrecía, en definitiva,
un
tratamiento más humanitario que psicorerapéunco,
puesto
que
; sin
una
concepción psicogénica
de
las alreraciones menrales poco
más
podía hacerse.
de la
psicoterapia
i
'La
psicorerapía,
en
sentido
estricto, aparece
durante
el
último
~ Í : Ó siglo
pafado.
Ésre es
un
período en el qud los
descubrí
~ I ~ , , , :,Sbuceden
¡ con
rapidez y los
conocimientos
c u ~ u l a d o s en el
?
fl
mienzan
í'
ser vistos bajo una nueva luz: la m dicina oficial
a
naturaleza
psicogenica
de
la neurosis.
Tal
como
afirma
' I ~ 6 ~ (1983), ¡<sin una
auréntica
psicogenia no posible una
psicorerapia» ,(pág.
88).
Aunque el
problema de
la in
, . ~ ' / e la
mente
sobre el cuerpo preocupaba a los médicos," la
f'
zo
posible
la \,parición
de
la p s i c o r e r a ~ i a desarrolló al
in, los
esquemas
'de
la
medicina oficial
y solo hacia
finales
del
;,f:, , . , , ~ , S e i n t e ~ r ó d ~ n t r o de
ésra. La descripción dclesre proceso,
l",
~
I
, ~ : ~ , 9 j ~ ~ i V o «psicotera éurico» posiblernenre aparece por primera vez en un
.
j l , ~ o
«Fairh Heali
g
and Fear Killing» publicado en el
Contemporary
1 ' § : ~ 7 . escriro
I
por
"
Cobbe,
en
el que
se defendía el paJ;'el de la fe en el
curaci6n.
'
; I i i b f ~ . ~ - ; I 1 P l o , e n ' E e { l / ~ n t a
PhyJiologiae de HalJer, 1757, considerado
como
b ; ~ t a d o
de
la fisiología moderna, se recogen observ aciones sobre las
.
t q ? ~ os f e 9 6 ~ e f O S
psíquicos
producen por
vía
nerviosa en las fibras
' ~ J ~ ,
'
e c r e c i p n e ~ ,
a circulación, etc. Por orro lado,
J.
Gregory.
catedra
i ~ . d c ;
la
U 9 i v e ~ s i
ad
Edimburgo,
en 1?65 hablaba de
Ida
indecible
ficaba
para
lo
médICOS
el no haber tenido en cuenta, por lo general,
- ,
la
rpenter
de su influencia sobre
el
cuerpo» ( cit ado en López
y
;/i
I
I
~ 1 : , ~ t ,
i
-
,;r:
i
8/15/2019 Feixas y Miro-Capitulo II
http://slidepdf.com/reader/full/feixas-y-miro-capitulo-ii 10/27
53
Ir
,
.
APROXIMACIONES A
LA
PSICOnRAPIA
52
.
que culmina con la formación del psicoanálisis, es lo que nos va a
ocupar en este aparrado.
2 2
l.
Del
magnetismo
animal
a la.bípnoJiJ:
el
I , /;o
camíno basta
la pJi(Ogenia
La importancia de la hipnosis en la historia de la psicoterapia es
dara porque representa el vinculo de unión entre las curaciones
I
pre-psicológicas de la
antigüedad
y el psicoanálisis. entre los fenóme
nos de posesión
por
el Otro (con «o» mayúscula, el diablo) y los
fenÓlTI nOS
de
posesión por
el
otro (con'
«o»
minúscula,
el
inconscien-
I te).
La
historia
moderna
de la hipnosis
Icolnienza
con el controvertido
asunto
del ffi'Jgnetismo
animal.
Van
Helmont
(15
77-l644),
influi
do
por
Paracelso,
había
postulado la existencia de un fluido al que la
voluntad podía guiar para
influir en la
'mente
y en el cuerpo , y al
que
llamó
«magnetismo animal». Pero 1<1
verdadera
historia del magne
tismo animal comienza con F.A. Mesmer (17 34-18l5),
un
médico
vienés.
Aunque
sus teorías fueron rechazadas y sus procedimienros
psicoterapéuticos resultaron polémicos, y aunque, en conjuntO su
figura quede más cerca del anriguo mago que del psicoterapeuta
moderno, Mesmer proporcionó un impulso clave para el desarrollo
de la psicpterapia. En esencia su contribución consistió en presentar
lo
que
hasta enronces se
había
considerado como cosa del
diablo
y de
las brujas, como cosa de la ciencia. Rechazó las prácticas exorcistas,
aunque
éstas le
proporcionaron
su punto de partida, en especial las
practicadas por Gassner.
Mesmer,
hijo de la
Ilustración, inrenró
moldear
su
pensamiento
siguiendo las
modas
científicas de su tiempo: la electricidad, el
mag
netismo y la astronomía. Presentó su teoría en 27
puntos
que pueden
resumirse en las siguientes tesis (Ellenberger, 1970):
Exisre un fluido físico que llena el universo y que es el
l
vehículo de unión enrre el hombre, la tierra y los astros, y
también
entre hombre
y
hombre.
La enfermedad se origina a causa de una disrribución dese
2.
quilibrada de esre fluido en el cuerpo; la recuperación se
logra cuando se restaura el equilibrio.
I¡
.
- -.... - ._ ,-.,.........,= <..... . -, -.........
·
•
l,
LA APROXIMACiÓN HISTÓRICA
,"
,1;
~ . '
3.
Con la ayuda de ciertas técnicas este fluido puede canalizar
"
-t
se, almacenarse y transmitirse a otras personas.
o
j ;
4.
De
este modo, se pueden provocar «crisis» en los pacientes
' r',.'.
y
curar
las enfermedades.
i;r ;
l'
.
~ : .
~ ~ ~ ~ ;
En
un primer momento,
Mesrner pensó que los imanes podrían
.t.,
ser el vehículo adecuado
para'
resta urar el fluido desequilibrado y
~ ~ : -
¡¿ro empezó a experimentar con las posibilidades terapéuticas del
magne
¡k
tismo. Su primer
éxito
terapéutico lo tuvo can una mujer que pre
sentaba síntomas extraños, entre los que figuraban dolores de cabe
'f'
1 ¡ ; ; ;
.
za, parálisis, vómitos y paroxismos de rabia. Para corregir los
;
desequilibrios del fluido de su cuerpo, Mesmer coloc¿ en éste
ima
nes, le adminisr ró un brebaje con hierro para aumentar su eficacia ya
continuación
empezó
a hacerle «pases» Con otro imán. A medida
, I .
que Mesmer realizaba los pases, la paciente sentía sensaciones extra
; ¡ ñas por todo el cuerpo; su respiración se volvió agitada; Comenzó a
I
gemir,
a
temblar,
y a tener convulsiones y espasmos a I?s
que
sucedía
una fase
de
relajación.
Tras
varias sesiones, los trastornos de la pa
¡¡:',.ciente desaparecieron. Mesmer pensaba que estas «crisis», con espas
{,irnos musculares, eran la forma en la
que
el fluido ma$nenco conse
'U;gUía redistribuirse en el cuerpo,
aunque,
sin
duda
[alguna, sería
~ , ; p o s i b l e
considerar 'otro tipo de hipótesis. I
,F 1,:' PocoIa poco, M e s ~ e r abandonó el uso de los imanes, ya el
:i poder u ~ a t J v o no residía en ellos SInO en su propio flUido magnetlCO.
:A .parrir \de aquí, Mesrner sostuvo la tesis de
que
este fluido se
,;co,:,cent
ba
en
las
personas, de
modo
que algunas tehían ,;,ás
que
:Otg<s -
r ejemplo, los: poderes del padre
Gassner
debían a su
Ievada oncenr ración de este fluido, que él mismo
poseía también
;idé,
modo elevado-.
Además,
este fluido
podía
transmirirse a otros
~ ~ ~ d i a n t e
el contacto (<conducción», analogía
tomada
de la física
de
U r , I ~ · ~ P D o c a ) , d ; h 1
. . I
1,
~ ~ : , , . ,esPfes e muc OSi exiros rerapeuncos prmcipa mente con pa
' ~ t & \· ' ~ . ' f l t e s c p síntomas histéricos, Mesrner Se trasladó a París, donde, en
,¡poco tie po, consiguió
una
gran clientela y una gran fortuna perso
A I ' : ~ ' l Am l ó
su consulta, cre ando «habitaciones de crisis. y, dado
'. "ue tenfa
más
pacientes He los que podía atender, instauró un proce
,. jmiel1t<\ de terapia de: grupo que llamó baquet: una especie de
!I : . ~ s . i j a : . d\
eñada siguiendo el modelo de un condensador elécrrico, de
t¡
I nos 50; m., de la que salían barras de hierro y cuerdas
que
cornuni-
I
Ei"
. ,
8/15/2019 Feixas y Miro-Capitulo II
http://slidepdf.com/reader/full/feixas-y-miro-capitulo-ii 11/27
55
APROXlMAClONES A LA PSlCOTERAPlA
caban
con
los pacicnrcs. Para aquellos
que
no podían pagar sus
honorarios', Mesrner magnetizo un
árbol
en las proximidades
de
su
casa.
Sus curaciones se hicieron 1l1UY famosas
y
desencadenaron una
gran controversia en Francia." Entre los seguidores de Mesmer se
produjo una
escisión:
por
un
lado,
estaban
los «fluidiscas.
ortodo
xos, que atribuían los poderes curativos a la existencia del fluido
magnético, y, por otro, estaban los «animisras», seguidores del
mar
qués
de
Puységur, que sostenían que los poderes curativos tenían
que
ver con el poder psicológico
de
la fe. «Toda la doctrina del magnetis
mo
animal está condensada en dos
palabras:
creer y querer»
había
afirmado
Puységur. Éste, cuando estaba
magnerizando
a un
campe
sino de sus tierras, Vicror Race
l
cnconrró un, tipo
de
crisis diferente :
en
lugar
de las convulsiones
que
mostraban las pacientes de Mesmer,
Vicror mostraba un estado de adorrnecirnienro en el cual mostraba
una
lucidez insólita (podía recordar dosas olvidadas hacía
mucho
riempo, podía
predecir el curso
fututo de
sus
síntomas
e incluso
prescribir tratamientos para sus dolencias). Puységur denominó a
este
estado
«sonambulismo artificial».
Replicó
sus efectos en otros
sujetos y describió la
amnesia postbipnotic«, Su
puma
de
vista sobre
la hipnosis fue
retomado
más tarde por
Bernheim
y, en la actuali-
dad,
por
T.X. Barber.
El médico btitánico J. Braid
(1795-1860)
acuñó e término
hipnosis para estos fenómenos e intentó ofrecer
una
explicación cien-
tífica utilizando la neurofisiología de su tiempo (trastorno de centro
cerebroespinal), y presentándola
como
un estado de «sueño nervio
so». En marcado COntraste con sus contemporáneos mesmcrisras
(Elliosron, Esdailc,
Lafontaine
...), que atribuían a su persona el
mag
netismo
responsable
de
las curaciones,
Braid
se
basaba
en la
condi
7. Las
autoridades nombraron
una
comisión investigadora, de la
que forma
ban parce algunos de los científicos más eminentes de la
época.
como Lavoisier, el
dOCCOf
Guillorin
(inventor del
aparare
que
lleva
su
nombre) y
B. Franklin
(embaja
dor estadounidense en
Francia
en esos morncnros). En 1794 la
comisión
dio a
conocer su informe en el que se negaba la existencia
del
magnetismo animal como lo
entendía Mesrncr, pero no así
el efecto
de las sesiones
curativas. Según
la
comisión,
éstos se debían a la disposición de los sujcros: «Los resultados no dependen
del
magnetismo,
sino de las esperanzas del pacienrc. Si se
magnetiza
al pacicnre cuando
ésrc lo espera, se presentara la crisis y la curación, pero si éste no 10 espera, no se
darán nunca».
LA APROXIMAClÓN HISTÓRICA
ción
mental
y fisiológica del sujero. Pero a pesar
de
rescarar el hipno-
,
tismo
de ambienre oculrisra del mesmerismo, la
comunidad
cienrffi-
ca briránica rechazó sus ideas.
En Francia, la Revolución disolvió las organizaciones creadas
por
los rnesrnerisras y sus enseñanzas cayeron en el olvido hasta que, casi
un
siglo
más
tarde,
se redescubrieron
simultáneamente
en
dos
cen-
rros distinros, denrro ya del marco de la medicina oficia . Liébaulr
(1823- 1904) podría ral vez considerarse como una figura
de
transi-
ción enrre los viejos y los nuevos métodos. Liébault era un médico
rural,
en
un
pueblo
cercano a Nancy. Después de diez
años de
ejercicio con éxito de
su
práctica
médica,
por razones desconocidas
comenzó
a tratar a sus pacienres
mediante
la hipnosis. Su
procedi
miento consistía en
ordenar
al pacienre que le mirara fijamente a los
ojos mientras le decía que esraba cada vez más dormido. Una vez el
paciente entraba en un estado
de
somnolencia, Liébaulr' le aseguraba
: que sus síntomas habían desaparecido. Con este método rraraba
roda
1
tipo
de
enfermedades.
No
gozaba
de
simpatías entre
sus colegas
de
. i la profesión,
porque utilizaba
la hipnosis (que los círcfIlos oficiales
¡;;
¡
todavía no
habían aceptado) y
porque
no cobraba a sus pacientes
::' :
(Ellenberger,
1970 . I
¡ '. Los Centros, en
gran
medida rivales, en los
que r e s u ~ i ó
la
hipno
1,
S S
fueron. la escuela de N ancy, en
torno
a las figuras de
Liébaulr
ír
(1823-1904) y Bernheim (1840-1919), Yla escuela de la Saipétrie-
;;: 1re, en torno a la figura
de
Charcor
(1825-1893)
y dortJe realizó su
'1
inVeSrigacjón clínica P.
Janet
1859-1947). En ambas estudió
'.," Freud.
I
l Bernfeim,.
i e n d o
ya profesor universitario de ?resfigio recono-
1
~ . l C 1 d o s ~ CO nVlrrlO p u ~ l t c m e n t e en
admirador de
L;ebault.
Introdujo
i
lF:
I
m ~ t o ~ ~ s
en la
chnical
uruversirana
y desarrollo un
rrograma de
'trn
mvesngac\on acerca del potencial
terapéutico
de:a
hIpnOSIs.
Para
Bernhe m¡ la hipnosis era
producto
de la sugestIono Entendía por
: I , ~ , f . l s u g e s r i o n , b i l i d a d
<da
a p ~ i t u d
para transformar
una Idea,en aero », es
; decir, unakaracrerísrica
qúe
rienen todos los seres
humanos
en mayor
:1
:i o menor girado. El procedimiento
terapéutico
era similar al inrrodu
. cido por íliébault y se solía
u t i l ~ z a r para
tratar dolenci,as de índole
\l: i
[muy
dIVeJ¡'a, enfermedades orgarucas del sistema nervioso, reuma
: ~ , I ,
\ risrnos,
en ermedades.
gasrroinrestinales, rrastornos
menstruales,
ere.
TIIi Delante d sus esrudian res, Bernheim hipnotizaba a un sujeto Y le
¡daba la or en
de
que cinco minutos después
de
despertar fuera a la
~ , I
¡ ~ t i
8/15/2019 Feixas y Miro-Capitulo II
http://slidepdf.com/reader/full/feixas-y-miro-capitulo-ii 12/27
57
__
...
.
56
APROXIMACIONES
A
LA
PSICOTERAPIA
esquina de la
habitación, abriera
un
paraguas
y
que
olvidara
que
había
recibido tal
orden.
Y,
en
efecto, 'cinco
minutos después
de
despertar &
la hipnosis, el sujeto Iba a
laesquina
de la
habitación
y
delante
de codos
abría el paraguas;
cuando
se le
preguntaba
por qué
lo
había hecho
decía
que
no lo sabía.
Freud interpretó que
estas
prácticas según CUClltB en su autobiografía eran una demostración
de
que «podía haber
procesos mentales poderosos
que,
no
obstante,
pennanecían ocultos a la conciencia de los hombres».
Paulariuamenre,
Bernheim
fue prescindiendo de la hipnosis y
aseguró que
los resultados
que
se
pudieran
alcanzar
por
este
método
se podían alcanzar también
mediante
la,sugestión en estado de vigi
lia, procedimiento
que
la escuela de
N ~ n c y
denominó psicoterapia
Sus métodos se
extendieron
ráPidamenle por.el continente y la
hip
nosis y los
procedimientos
sugestivos se
introdujeron
en algunos
hospitales psiquiátricos. I
La posición
de Charcot
respecto de
hipnosis era
muy
diferente,
y
también
lo era el
ambiente
donde
se llevaron a
cabo
sus investiga
ciones. La Salpérriere de finales] del siglo pasado era
una
especie
de
asilo
médico
con
capacidad para cuatro
o cinco
mil
ancianos. Estaba
formado
por unos
4 S edificios y venía a ser
como un
pueblo peque
ño.
Cuando Charcor
asumió la dirección de una de sus secciones
más
grandes,
en 1862, organizó
un
activo
equipo
de investigación. Si
guiendo los
métodos
de la
patología anatomoclínica
de comienzos
del
siglo XIX se dedicó a describir
cuadros
clínicos y evoluciones
típicas. Realizó valiosas contribuciones
que
en poco tiempo lo
con-
virrieron en el
neurólogo
más
famoso
de su riempo.
Hacia
1870
comenzó
a
estudiar
la histeria y
el hipnotismo.
Sugirió
que
en las:
hisréricas la condición
hipnótica
se
presentaba siguiendo
tres
erapas
:
sucesivas: letargo, catalepsia y
sonambulismo.
La histeria
estaba
con- :
siderada como una enfermedad
típica de mujeres y su
investigación ;¡¡
formaba parte
del
paradigma
de las parálisis generales
que había; :¡¡i
servido de
modelo
en la invesrigación anatomoclínic,a:
Dentro
de este:
paradigma,
S l
embargo,
la histeria
resultaba difícil
de
acomodar: j
porque
no era posible
mostrar ninguna
lesión orgánica.
Algunos;j
médicos
ingleses
habían
hablado
de la existencia de parálisis
psíqui-
ti
cas, es decir,
producidas
por
factores
puramente
psicológicos. Las l'
investigaciones de Charcor, sin
embargo,
apuntaban
en
otra direc
ción: la
sisremarización
de los síntomas histéricos
y
su distinción
de:
los
ataques
epilépticos.
Consiguió demostrar que
la hisreria no
e r ~ .
1
LA
APROXIMACIÓN
HISTÓRICA
ll.
una enfermedad
exclusiva, de las mujeres,
como
se creía
desde
la
::.,
antigüedad,
y
que
las parálisis hisréricas
podían
reproducirse experi
t:'
mentalmente utilizando
la hipnosis. En relación con el
primer punto,
' L ~ l - : '
~ : : , ,
encontró síntomas bastante
similares en
hombres. Concretamente,
se
¡ Iil:
ocupó de
la rehabilitación de tres ferroviarios
que habían
sufrido
,'
accidentes laborales,
traumas
físicos, pero cuyos
síntomas,
a
pesar
de
'
1 f 1 ~ >
que
sus lesiones
habían
sido curadas,
persistían
presentando
un
cua
dro
similar a la histeria.
Además,
consiguió
mostrar que podían
reproducirse síntomas, histéricos en
hombres por
medio de la
hipno
sis. Si
por
medio de
la hipnosis se
podían
provocar
síntomas
histéri
cos, ¿no
podrían
también
eliminarse
por
el
mismo procedimiento
Charcor realizó investigaciones en este
sentido,
pero su
programa
estaba
limitado por
un
prejuicio teórico, a saber,
que
todos los cua
dros clínicos
debían
rener
una
lesión
neurológica
específica. En conse
I cuencia postuló
que
las histerias traumáticas tenían en [su base una
[lesión
neurológica
permanente
y
que
la hipnosis no servfa
más
que
¡;:
[para acrivar
dicha
lesión neurológica. En realidad,
Charcor
sosrenía
r
l,gue la
susceptibilidad hipnótica, por
sí misma, ya era
l,n signo
de
f1. degeneracion neurológica. Por tanto, las posibilidades rerapéuticas
,1 >:,
de la
hIpnOSIS quedaban muy
reducidas bajo su programa.
' ~ l : l ,
fl
trabajo
de
Charcor
recibió numerosas críticas.1 Bernheim,
:l
E¡>mplerarr¡ente
contrario
a su reoría sobre la hipnosis, ~ e g ó a decir
entre
l'os miles de pacientes
hipnotizados
por él
solamente
uno
¡¡¡¡,:JCI,
,e
el
lOS
h ~ b í a atravesado las
tres fases
que
Charcor
pr, ponía: una
.• f.¡¡.ciente ptcedente de la
Salpérriere.
En realidad, las
amosas
de
~ o s t r a c i o n s de Charcor, las
que
provocaba sínromas istéricos en
¡us
pacienr s
de
la
S a l p e t ~ i e r e por
medio de la hipnosis resulraron
~ \ , ~ ~ . , , ' ( 1 ' U r o t ~ a t r o »
en el
que
sus
pacientes y colaboradores
participa
ln para
n
contradecir
al,
«Napoleón
de las neurosis». Pero esto se
po'
más
arde.
Cuando Freud visitó
a Charcor en IEj8S, ésre se
\ ~ o n t r a b a
'en la
cúspide
de su
fama
y
sus mérodos impresionaron
al
,ep
'1'
neur
logo
de
Viena:
:
i J ~ ~ n ~ u
trabajó
también
en la
S a l p e t r i ~ r e
con Charcor, P.Janet
-bfa 1111Cl
do
su ca rre ra :desde la filosofia y
había aprendido
la
méa
hip ética para
,estudiar la
«mente
subconsciente». Su análisis
f . ~ ¡ 9 g i c o
oseía claras implicaciones rerapéuricas, pero
tuvo que
; f ~ r hast adquirir una formación
médica
para
poder
desarrollar
publicó una
historia clínica sobre el rraramienro de
una
~ c a ( ~
cile)
por
medi'o de la concentración. bajo hipnosis, en
. . . . . I
I
8/15/2019 Feixas y Miro-Capitulo II
http://slidepdf.com/reader/full/feixas-y-miro-capitulo-ii 13/27
jH
AP){OXIM,\UONES A LA PSICOTERAPIA
J
ideas subconscientes. Sus procedimientos
terapéuticos
se
anticiparon
en muchos laspc([os
al rnérodo cararrico.
En resumen, durante este período de
avance
de la nosología
psiquiátrica (p.ej.,
Kraepelin)
se había
conseguido
aislar ciertas en-
.'1
...
li;
: ¡ ~
:" l·"
';1;
l'
:
'01'
; j \ ~
e
o
tí!\C(j'.
Vea
~ ~ , . s : u a n d
ca. Habí
iR/.jcado
.
'1,.
Ir-
·tJ¡fi·
'1 Ho.....
terrncdadcs a las que no se podía
encontrar
una lesión anarómica.
Por
otro
lado,
la sucesiva
depuración
del
mesmerismo
había hecho
de hl hipnosis un
procedimiento
aceptable para
los
médicos.
Ambos
factores,
unidos
a
1J.
demanda social
de rrararnienros para
las
enfer-
medades nerviosas, permitieron la
emergencia
de la psicoterapia.
Durante este
período el
procedimiento
terapéutico
estelar fue la
su-
gcS(ión hipnótica. Hacia el final de siglo el término psicoterapia se
utilizaba para dar referencia al rrararniento por sugestión, y, por
,
extensión, se convirtió en el término
aceptado
todos los métodos
dc curación por
medio de la menee. En la
rabla
7 se
reseñan algunos
sucesos relevantes para el
surgimiento
dp la
psicoterapia
durante este
período,
en
el
que predominan: las investigaciones francesas que se
expandieron
no
sólo por
Europ:",
sino
barnbién
por
los
EE
UU.
Tabla 7. Secesos relevan/es
para
la
apnricion
de la psicoterapia entre 1882
y
11095 (adaptado de
Ellcnbergcr,1970)
1882,
)_1\tL Charcor,
Sur les divers
ét
ats l l e 1 ~ l 1 C J J X déterminés par l b i
pnoti-
sat ion cbez les bystériqnes
lH86,
P. )aner,
publica el
caso de Lucile, considerado
como
la primera
cura
carartica
1886, H. Bcrnbeim, publica
un
manual sobre hipnotismo y
se declara
discípulo
de
Licbaulr
188Y, P. )ancr, L
·AJI/OJlhlIÍS1l/e psúologiqlle
lHH9,
Congreso
Inrcrnacicnal sobre
hipnotismo,
Van
Renrcrghem
y
Van
Ecden dan cuenta
de
la «Clínica
de
Psicoterapia Sugestiva» que
han
abierto
en
Amsrcrdarn
1889, A. Biner, publica un trabajo sobre hipnosis e histeria
I ~ O
\Xi'. James, Principles 01 Ps) chology (obtiene éxito inmediato
ambos
lados del
Atlánricn)
H.
W.
Gricsingcr, antecesor de E. Kraepelin
y
presidente de la Sociedad
Psicología Médica de Bcrhn,
que
en
1885
fue rebautizada como Sociedad de
P s i ~ ,
quiacrfa y
Enfermedades
Nerviosas,
sosruvo
que en codo diagnósrico de
una penurJ;
bacion psíquica había
que
especificar
una
causa fisiológica. '1
;¡¡.
LA
APROXIMACIÓN HISTÓRICA
.,.
59
'Ir 18l) 1, H.
Bernheim,
Hypnotisme, suggestion, psycholhérapie, ÉtudeJ nou-
'\' velles
1891, S. Freud publica su monografía
sobre
la afasia
1892,
l Congreso Internacional de Psicología (Londres),
Van
Eeden
define la psicoterapia como «la
cura
del cuerpo por la mente,
ayudada
por
el
impulso
de
una
mente
a arra»
1892,).
Bcnedikt
en Viena
trata
a sus
pacientes intentando
averiguar
sus problemas íntimos en
estado
consciente
y ayudándolos
a re-
solverlos
1893,). Breuer y S:
Freud
publican Sobre el mecanismo pstquico de
IOl
[enomenos bistérícos
1895, La influencia de Bernheim se extiende por Europa
:L.,2.2. Del método catártico al psicoanálisis
Como hemos visto,
el procedimienro
de sugestión hipnótica
se
~ j ~ a b í a
convertido
en equivalenre
de psicoterapia.
Esre
p r J I ~ c e d i m i e n r o ,
b
~ f f l f
efIl argo, no
parecíaacabar d e f i ~ l f 1 v a m e n r e con
los fínromas
de
enfermedad. El
siguienre
paso unporranre en
la
génesis de la
~ ~ ~ i O t e r a P i ~ m o d e r n ~ lo p.
roporcionó el
método carárrlco, descriro
r
J. Breu t a
parrir
del 'cual Freud desarrolló el mérodo psicoana-
os esta
transición con mayor
detalle.
el
médico
vie9és
Sigmund Freud ( 1 8 5 6 - 1 9 ~ 9 ) abrió su
q f l s ~ l r a
Pj'vada en
1886 o n r a b a con
una
sólida formación
neurolo-
realizado
invesrigaciones con los
métodos
de la anatomía
réf.\>ScÓpi
a y la
neurología
anarornoclfnica , clínica y re6rica. Había
arios
t r a b ~ j o s
y
monografías sobre
las parál,isis cerebrales
¡'Q!,P(js y neurofisiologia de la afasia y la agnosia.
to o
ello le
'(d ,do¡ cierto prestigi<j>
como
neurólogo, de
modo
que
105
pa -
que, ecudían a su consulta,
por
10 general, tenían «problemas
I l l _ ~ ~ ~ ? ~ » :
¡OS s í n t o ~ a s
qye presentaban
estas
personas
eran sirnila-
<
:'
l
I
~ ~ F ~ ~ ~ +
época. de la f u b J c ; ~ c i ó n de los Estudios
sobre
~ i J ¡ e r i ~ ~ P:
Janer
ya
)uphca: o vanos casos clínicos tratados con un prccedimienro similar
~ ~ E I ~ I ~
rmiric afasia signif ca incapacidad para nombrar cosas,::mienlras ag-
~ 1 r 9 l l capacidad
~ a r a
re1conocer cosas. Este último rérminc fue inrroducidc
F,
:U.ilj' '1 I
\
I
8/15/2019 Feixas y Miro-Capitulo II
http://slidepdf.com/reader/full/feixas-y-miro-capitulo-ii 14/27
-
-mm
,0
P R O X I ~ I I O N E S A LA PSICOTER PI
res a los producidos
por
una lesión orgánica,
por
ejemplo, parálisis,
dolores, temblores, rics y trastornos de memoria. Sin embatgo, el
examen neurológico mostraba que no existía lesión; en algunos ca-
sos, incluso el síntoma
cambiaba
de localización sin causa aparente:
por ejemplo, la parálisis de un brazo pasaba al Otro brazo o una
persona postrada en
cama
caminaba en sueños, etc. Estos tipos de
fenómenos habían convertido la histeria en un cuadro clínico exaspe-
rante para muchos médicos y, corno vimos anteriormente, éstos eran
los tipos de problemas
que
Charcor había intentado delimitar y
clasificar
neurológicarnente.
Para resumido en pocas palabras, la
histeria
era la enfermedad de la época.
Freud comenzó a aplicar la hipnosis
COn
estos pacientes. En
1892
publicó
su primer
trabajo sobre la curación.de una hisrérica y
propuso
su
primera
teoría sobre la histeria. El procedimiento utiliza
do
era similar
al
empleado
por la escuela de Nancy. Freud hipnotizó
a
la paciente
y le
sugirió
que no tendría más
dificultades
para hacer
lo
que
quisiera
(en
este caso
dar
de
mamar
a su hijo recién nacido).
En efecto, las dificultades
desaparecieron
tras dos sesiones de hipno-
sis. En
su
explicación de este caso Freud sostiene
que
el
deseo
de
realizar una acción suscita
dos
representaciones: la de realizar la
acción
y su representación contraria. La persona sana «reprime» o
inhibe
la
voluntad contraria, peto las
personas
que tienen una inse
guridad subjetiva no consiguen excluir 'esta voluntad contraria de
modo que e resultado es un conflicto en que dos fuerzas se contra-
rrestan
mutuamente.
La sugestión hipnótica actúa, según esta teoría,
reforzando e
deseo
o la voluntad consciente.
Aunque en esta primera aproximación de Freud al problema de
la histeria se ha visto
la
prefiguración de los elementos de psicoanáli
sis
(Wyss,
1961),
el
mérodo
terapéutico utilizado por Freud no
es
orro que la sugestión hipnótica. El paso decisivo para la creación del
psicoanálisis fue el método catártico practicado por
Breuer,
y descrito
en su obra conjunta siudios sobre la histeri (1895), en la
que
figuran los elementos esenciales de la transición de los viejos métodos
de la sugestión hipnótica al nuevo método psicoanalítico.
El libro comienza con la reconstrucción hecha por
Breuer
de su
rraramiento de la célebre
paciente
Ana O., quien contrajo la enfer
medad mientras cuidaba a
su padre moribundo.
Posteriormente,
manifestó
síntomas muy diversos, tales como parálisis, contraccio-
nes, alreraciones oculares, desorganización lingüística (hablaba en
'"''
>
LA APROXIMACIÓN HISTÓRICA
61
I
f
una jerga ininteligible), alucinaciones
COn
serpientes, hidrofobia,
anorexia,
depresión, etc. Breuer había
empezado
a tratarla con la
técnica de la sugestión hipnótica, en la que de un modo sisremático,
II
bajo hipnosis, le sugería la desaparición del síntoma. La paciente
;
.
empezó a mejorar, pero
cuando
murió
su padre
los síntomas empeo-
,
raron notablemente hasta
el
puma
de
que
no
reconocía a
nadie
excepto a Breuer, que llegó a tener que alimentarla, y no
hablaba
en
í'
{
otro
idioma
más que en inglés. Durante este período, Breuer la
visitaba con frecuencia (varias veces a la semana). Ante el empeora-
miento, Breuer volvió a empezar
por
el principio con la sugestión
w:
hipnótica. Sin
embargo,
poco a poco,
Ana
fue introduciendo
en
las
H
sesiones comentarios sobre su vida interior. Empezó a ocupar más
tiempo
de las sesiones haciendo «limpieza de la chimenea». Estas
i
I
conversaciones empezaron a tener un impacto curativo y se hizo
n
evidente que
cuando
la conversación le conducía a los incidentes
¡lit
específicos del pasado, en los que había aparecido el-síntoma, éste
desaparecía.
Por
ejemplo,
su
hidrofobia,
que
i n e x p l i c ~ b l e m e n t e
ha-
: :
bía desarrollado en medio de un verano muy caluroso, desapareció al
I
recordar Con todo detalle el momento
en
que había visro beber a un
perta de un vaso de agua y al dar rienda suelra a los senrirnienros de
[
L
rabia y repugnancia que sintió
en
aquel
momento.
A. medida
que
este procedimiento,
que
Ana había llamado
«curación
por la con ver
I
sación» (o «limpieza de la chirnenea»), fue mostrándose eficaz,
"I .
Breuer dejó de insistir sobre la sugesrión hipnótica
y
a partir de
1
rt
entonces se limitó a hipnotizar a la paciente para ayutarle a revivir
..
los recuerdos
emocionales
traumáticos. Después de años de tra-
rarnientolla paciente fue dada de alta (Erdelyi, 198 ).
11. Desd e una perspectiva actual, el caso de Anna O. resulta
h UY
conrroverri
do por varias razones. En primer lugar, la paciente no sólo
m o s t r b ~
una sinromaro
logia muy cornplejn. sino que [parece que coexistían en ella dos
p e r ~ o n a l i d a d e s
una
que vivía er el presente.
y
otra que vivía .165 días antes. En segundo lugar, los
síntomas iban desapareciendo en un orden cronológico exactamente inverso en el que
se habían
adquirido.
En tercer lugar. los síntomas habían sido adquiridos aparente-
mente sin n ~ n g ú n período de incubación. Estos hechos lleva ton a Ellenberger 970)
a afirmar que
«la
historia de
'Anna
O. es un caso único del cual no se conoce otro
ejemplo ni ~ m e s ni después»
pág. 555 .
Por
orto
lado, E. Jones reveló
el
nombre de
la paciente 'en 195.1, Berrha Pappenheim, que fue una destacada líder feminista y
una dc las +iciadoras de la asistencia social en Alemania. Se sabe que el tratamiento
de Ana O.
~ ~ r m i n ó
bruscamente, debido a cierres «hechos desgraciados» que fueron
omitidos del informe de Breuer, Parece ser que Breuer escribió este informe tras
'mlllll m iS g¡
_
8/15/2019 Feixas y Miro-Capitulo II
http://slidepdf.com/reader/full/feixas-y-miro-capitulo-ii 15/27
63
--.. .. , ._,-
:
t
,
------
o
¡
62
APROXIMACIONES \ LA PSICOTERAPIA
En
resumen,
el método r t ártico consistía en ayudar a la paciente
a revivir y
descargar
(<<purgan» las
emociones
patógenas
vinculadas
con los recuerdos rraumaricos. La hipnosis tenía como propósito
aumentar la esfera de la conciencia
del paciente
y faciJitar de este
modo
el
recuerdo de los hechos traumáticos.
Para que
este
procedí
miento
fuera
eficaz, los 'recuerdos
tenían
que
reviviese
COn
toda inten
sidad afectiva y
con
el
mayor
detalle. Aunque la técnica
catártica,
como acabamos de ver, partió
de
los mismos presupuestos que la
sugestión hipnótica, implica una estrategia terapéutica
distinta. En
la
sugestión hipnótica se aborda
el
síntoma directamente, mientras
que en la cararsis se aborda la
supuesta
causa del sfnrorna. En la
primera
el paciente tiene que cumplir U9<l
orden, mientras
que en la
segunda tiene que hablar, recordar y revivir. Así, en el proceder catár
tico, la hipnosis está al setvicio de la
recuperación
y expresión de
recuerdos traumáticos que
supuestameqte
se hallan en la base del
trastorno. Todo ello supone un descenrrarnienro del síntoma de indu
dables
consecuencias pata la posterior evolución de la psicoterapia.
Freud pensaba
que
el
método
cararcico
podía curar
los
síntomas
de la enfermedad, peto no
modificaba
la
predisposición
a la histeria,
de
modo
que los síntomas podían volver a aparecer. Por otro lado, :
veía .problemas de índole práctico, tales como el que no rodas los ¡
pacientes fueran hipnorizables
y el
que no
rodas
reaccionaran con
la ,
descarga emocional deseada. Además, Fteud había descubierto la
i
importancia de la defensa; por la cual el Yo del
paciente rechaza
las i'
representaciones insoportables, y la importancia
de
la relación rera-
:: ¡
péurica, En
otras palabras,
practicando con
el
método catártico, ;Ht:
'
Fteud había
descubierto
los
fenómenos
clínicos
que
se
conocen como
"1'
1 I
tesistencia y transferencia (véase más adelante), y ello le llevó a
desarrollar
el
método de
la asociación
libre
(que había
sido.sugerido
casualmente por una
paciente).
Freud
le pedía al
paciente
que se recostara en un diván y
le'
proponía
un
tema
de su
biografía sobre
el que
debía
hablar sin:
: 'j;
mucha insistencia por parte de
Ercud, y
que, de
hecho,
abandonó (Oralmente
el
del
método
carsírrico después de dejar el caso. Según el
relato
de
junes,
rodo ello.
debido
a
la
vinculación emocional
que
se
había desarrollado
entre el
m é d i c ~ t
paciente. Visto desde
ahora,
diríamos
que
Brcucr descubrió
también
la «rrahsfef]
cia positiva», pero el hecho le aterrorizó
runro que nunca rnás volvió
a
u t i l ~ z ~ r ~ i
método
con
Otro paciente.
l.. ':;.;:
, ¡
LA APROXIMACIÓN HISTÓRICA
ejercer
ningún
COntrol.
Cuando
la corriente de ideas se agotaba utili
zaba el apremio esto es, ponía la mano en la frente del paciente y le
incitaba a
recordar
un hecho. Suponía que la fuerza de la resistencia
.anre la
sugerencia era idéntica
a la fuerza de la
defensa
o represión.
Freud abandonó este método de presión sugestiva y modificó el
encuadre terapéutico conservando
únicamente
la
asociaci6n libre
que representa en el psicoanálisis lo
que
el microscopio en la biolo
gía.
JUntO a ello,
entre 1892
y 1900, Freud lleva a
cabo
una
intensa
labor
investigadora
en la que sienta
las
bases
del
edificio
psicoanalítico, que abordaremos más adelante.
i La obra
de Freud se
desarrolla
a partir de la
medicina
y culmina
1.-,
•
en la creación de las condiciones
de
posibilidad
pata
que la psicología
r.¡:,o se convierta en un
saber operativo
y eficaz, capaz no sólo de
detectar
,
la enfermedad,
sino
de promocionar la
salud.
Su
obra representa
¡, R¡fra la psicología un; proceso de reincorporación de la VIsión global
~ i ~ . F
enfermo y la reir\.tegración en ella de la dimensión psicológica.
,¡f:e,uei fue plenamemb consciente en sus inicios de
que
se Insertaba (a
,:, t¡lVés de Charcor e ~ p e c i a l m e n t e , pero también
a través
de
Bern
~ b ¡ o m Forel,
Breuer,
érc.) en la rradición C i e n t í f i c o - m é d i C ~ ' interesada
t ~ p ' ; , ! I
00 ,
Dqfrh hipnosis y la sugesrión. Sin embargo, su inquebra
table
corn
'Omiso
cOI.
la curac¡'ón lo llevó más
allá
de las posibili
ades
técni
1
-
1
\.slue no, científicas, ya agotadas en sus predecesores, a
elaborar
í1,""'ot,',Odo
ell
bagaje
de su
rigurosa formación científico-nltural, pero
'1'
.. Il.
1
,
l
,BorlfUa (1986) nos recuerda varios anrecedenres al uso psico nalítico de la
~ ' . ~ i ? n ¡ l i b ( ~ e :
a)
Garch W i l k ~ n s o n
sugirió en
1887
su uso (con
tI nombre
de
sién» ara
la composición literaria; b) Borne publicó en 18 3 un ensayo
~ ~ r i : c u r a creaciva doripe se proponía la asociación libre (se riene onstancia de
'ud'
había leído
a esce
autor);
e) el
propio Galton rambién
lo
hlbía utilizado
~ < :
f e c ~ f r d a n
Eysenck y
~ i l s o n
1980).
T ~ m b i é n
pueden
enco rrarse
nume
l c ~ e d e
tes
de ~ r r ~ s nocio?cs p ~ i ~ o a n a l í r í c a s ,
como las de incon cienre (véase
~ r g e r , ,1 70) Ysignificado simbólico de los sueños, que se
conoci
ya en la an
'd'!: IL
'
¡ ,
; ~ A u ~ [ue más carde,
con el
desarrollo del
movimiento
psicoanalítico,
sur
...., -: I I
; ~ é y ~ ,
odos
de acceder a la mente inconsciente,
p.cj.
el Rorsdlach y
el
resto
. t ~ . p ~ yecrivas, Frcud
pensaba
que la asociación libre era el ~ n i c o camino
lal s resiscencias¡ En
1;904,
cuando
expone
«El
mérodo
psiqoanalfrico
de
l í f ~ i ' que
la
récrtica
del
método
psicoanalírico
«una
vcz
aprendida,
es
difícil de lo ¡que por descripción parece, y... no exrsre ningún orco
[S;co: duzca al fin p r o p u ~ s t o y, por ranro, el camino más e n o ~ o es de rodas
,c.
~ f i
orto
.../ .../ s: t:ati de hacer a ~ c s i b . l e a la conciencia lo inconsciente,
Con el
venctmlenjo
de la resisrencra» (pág. 1005)
.
.... I
' ,L
¡ l
I
~ I I I _ ~ ~ _ I I I ~ ~ L . ~ , ~ - . c = = ~ ~ - , ~ ~ - ~ . ; ~ -
.
-'_-- '. '
8/15/2019 Feixas y Miro-Capitulo II
http://slidepdf.com/reader/full/feixas-y-miro-capitulo-ii 16/27
65
()4
APROXIMACIONES A
LA
PSICOTERAPIA
sobre todo
de, una forma
reurariva y
empmca,
un
nuevo método
basado en la asociación libre y la interpretación. Este método se
convirtió
simulraneamenre
en técnica psicorerapéutica y en
método
de investigación tanto científica corno tecnológica.
2.3.
El
desarrollo de
la
psicoterapia
Querríamos iniciar esta descripción
del desarrollo
de la
psicotera
pia señalando
quc
su evolución ha transcurrido durante
muchos
decenios, yen ¡cietto
modo hasta nuestros
días,
desligada del
resto de
la
psicología. A finales del siglo
XIX
y ptincipios
del
XX, a instan
cias publicas y privadas. algunos
psicólogos
académico-experimenta
les
comienzan
a interesarse por problemas sociales prácticos, y a
aproximarse a ellos con su ciencia y con un cierto
optimismo
baco
niano.
COI l l )
hemos visto especialmente en Alemania la psicología
académica
se resiste este proceso. La posición de W undt es reprer
scnrariva: argumenta en: contra de la aplicación de la psicologfá
científica a la
solución
de
problemas prácticos
propugnada
pot
sus
discípulos (Mcuruann, Münsrerberg,
Carell,
erc.) porque sería «pre
cipirada»
anres de una
mayor
fundamentación experimental y teóri
ca de la psicología «pura». Anrc la fuerza lirresistible del funcionalis
mo y el pragmatismo a n ~ c r i c a n o ITitcherjer
radicalizaría
la postura
de Wundt. Pero,
finalrnehre, se
LmpusLery.tesls como
las de
Müns
terberg: igual, quc la medicina no ha podi o esperar
que
las ciencias
biológicas culminasen
su
desarrollo,
es importante desarrollar la
«psicotecnia» como
ciencia
de
la aPlicació1n ptáctica
de
la psicología
cicnrífica
(Caparrós, 1983 . I
Progresivarncnre
se
desarrolló
en los EE.UU.
una
psicol,ogía pro
fesional orientada a la resolución
de
los ¡:¡roblemas prácticos
de
sus
clientes
(individuos, empresas, instituciones ...). Pero la polarización
entre
clínicos y académicos
no
se
¡
hizo
patente
hasta que las tareas
profesionales
dejaron de estar en manos de los académicos. .En 1916
el
75,7 '/f. de
los
miembros
de
la
APA eran universitarios,
mientras
que en 1940 representaban sólo
el 50,1
.
Con
tal crecimiento de
los psicólogos profesionales, la mayoría clínicos no académicos, se
consuma
la separación entre psicolbgía profesional y académica. Esta
polarización entre clínicos y académicos ': entre ciencia y recnologfa
en definitiva-- COlTIO
vemos
se arrastra ya desde los inicios de
la :1
psicología (Caparrós, 1983).
. Clark,
':>
i
LA
APROX IMACJl >N HJSTl >RICA
Desde su creación el
movimiento
p s i c o a n a l í t i ~ o se
desarrolló
de
una
forma autónoma y paralela en relación con lal psicologí a acadé
mica, la psicología clínica psicomérrica y la psiquiatría. Contribuyó a
esta
separación el propio
Freud,
quien
nunca, como observa
Capa
rrós (1983), se esforzó
por
entrar en l
comunidad de
psicólogos,
orientada
ya en
aquel entonces
hacia
la
experimentación
y la
medida.
Este proceso exige sin
embargo,
algunas
matizaciones que
concier
.
nen
a la
psicología
clínica en
su constitución como profesión,
produ
cida originariamente en los Estados Unidos. Baste
recordar,
a este
propósito, la
excelente
acogida que
tuvo Freud
en la Universidad de
en
Worcestet, cuando
acudió
para pronunciar
un ciclo de
conferencias, invitado por
su
presidente,
G.
Stanley
Hall,
juntamen
te con Jung, Jones y Ferenczi, en septiembre de 1909. En contra de
la actitud
de
la
psicología académica,
la psiquiatría le
ororgó
en
~ é r i c a un reconocimienm lnuy favorable.
Así
es
como
ambas
-
,muflidades, la psicoanalítica y la psicológica, coexistieron
con pocas
. i ? t ~ r f e r e n c i a s e influencias mutuas en una historia llena
de
recelos,
.:silenClos y
rechazos
mutuos.
:lA pesar de que la' obra ele Freud se desarrolla a partir de la
n:me<ilicina y
de que
en
un principio
es
entre
los
psiquiatras donde
,: recibe mejor
acogida,
el psicoanálisis tiene
un
papel
importante
en el
¡ : : a u g ~
de
la psicología clínica después
de
l Primera Guerra
Mundial,
~ ¡ d a d a la
insatisfacción
reinante en relación con el enfoque psicornérri-
¡<Xli La
necesidad de
que los psicólogos clínicos
reciban
a sus
pacien
~ i t e S ,
¡dotados de insrrumenros teóricos y de técnicas, hizo
que
muchos
~ é : I b p t a r a n
el
psicoanális.is
como
marco
de
referencia.
En
este
sentido,
1l:1 lpsicoanálisis ofrecía un saber operativo y comprensivo, un
saber
rGi:f
tífiCO
y
tecnológico¡que
faciliró el
desarrollo
de técnicas no sólo
. gnósticas sino también rerapéuricas (Caparrós, 1983). '
,;En
la
década
de
los Itreinta, la
disconformidad
ele los c línicos Con
nfoque psicornétricojprodujo,
ro
un principio,
reivindicacion
es
unas funciones Psicob'diagnÓSticas que contasen con la hJ"toria
del
eco Y:
con
su desarroll , que lo viesen Como
una
totalidad. Plantea
'ila
primera
rcivindicacion,
pronto
se produciría
una
se unda: la
.ic
.
ipación de los psicólogos en las
tareas
psicoterapéuticf,s, en las
··oi?no cardaron en producirse algunos éxitos. Como telón ¡:te fondo
I ~ O S
~ a m b i o s se hallaban las
posibilidades
ofrecidas
por
psicoa-
isi.S. a. los psicólogos
no
médicos. Por esta época se pOPUlfrizan en
~ E s t a d o s Unidos
los Irests proyecrivos,
basados
en
la
co cepción
de
la personalidad.
1
[ ' ; I I
, ft'L :
'
8/15/2019 Feixas y Miro-Capitulo II
http://slidepdf.com/reader/full/feixas-y-miro-capitulo-ii 17/27
67
,()
APROXIMAC10NES A LA PSICOTER PI
En este contex to aparecen también las primeras obras america-
nas sobre
la personalidad,
no identificables con el psicoanálisis, aun
que r m p o ~ ajenas a él, escritas por psicólogos disconformes con el
neoconductismo vigente
(Alíen,
Allporr, Murray, Rogers, Sragner).
Propuestas que independientemente de su valor
inrrfnseco,
apenas
tenían posibilidades
de abrirse camino frente al psicoanálisis,
que,
bueno o malo, constituía la única
alternativa
posible si se buscaba
una teoría que abarcara tanto la concepción de los trastornos menta-
les, como la personalidad y su desarrollo, la psicorerapia, ere.
En los
años
cuarenta surge la aproximación rnás importante que
en la historia de la psicología se haya producido
entre
psicoanálisis y
psicología experimental-académica: la llevada a cabo en el Instituto
de Relaciones Humanas de la Universidad de Yak, en la década de
los cuarenta, ral
como quedó plasmada
en la- obra de numerosos
psicólogos
neoconducrisras dirigidos
e
inspirados
por Hull (Dollard,
Miller,
Mowrer
, Sears, Spence, erc.), Tal aproximación
intelectual
parece que obedecia más bien a razones institucionales ante la pre-
sión
ejercida
por
los psicologos clínicos
que
exigían
una
formación
universitaria. La aportación de n uevas técnicas inspiradas en las teo-
rías conducrisras dd apr¡'endizaje
hizo
que tales intentos
de aproxima
ción
quedaran en el olv
do cuando
apenas habían fructificado. Visra
desde
una
perspectiva
¡{¡stórica, la obra Ide
Dollard
y
Miller (1950)
supone
el
primer intento integrador seno,
que a
nuestro
juicio fue
injustamente tratado allno apreciarse
ellnotable
esfuerzo conceptual
realizado. I
Con la Segunda Guetra Mundial la tonciencia terapéutica de los
psicólogos ff te en aurnenro; se apoyaba, además, en una fuerte de
manda social. Esta conciencia llevó al reconocimiento definitivo de la
dimen sión terapéutica de la psicología clínica gracias en gran parte
al trabajo realizado por los psicól ogos kn la selección de personal
militar y en el rraramienro de los veteranos de guerra, para lo que
dispuso de
fondos
muy sustanciales. Este reconocimiento se vería
confirmado por los reajustes de la
APA
y de sus divisiones, así como
los de algunos currículos universitarios.
En efecto, fue en 1949 cuando se celebró la renombrada confe
rencia de Boulder (Colorado, EE.UU.) en la que se prefiguró el
modelo de psicólogo clínico que se aplica en los
departamentos
uni
versitarios norteamericanos hasta nuestros días. Y éste es el modelo
del «científico-practicante» desde el que se plantea que el psicólogo
1:
I
LA APR(JXIMAClON HISTORICA
:;.
'1"
clínico debe recibir
formación
científica (a nivel de
doctorado)
ade
"
'Ik
más de una
formación
aplicada (internado residente en
centros
asis
tenciales) para
poder
ejercer de
forma
reconocida.
1:
El modelo del psicólogo clínico como científico practicante ha
r:
inspirado
los programas de formación de psicólogos clínicos de rodas
,
,.¡
las
universidades
americanas, desde 1949
hasta
la
década pasada,
en
la
que
las
contradicciones implícitas
en
este
modelo
se hicieron espe
I
!'o!
cialmente visibles. El modelo subraya que los psicólogos clínicos
1;
íl,
deben recibir formación en tres áreas: l diagnóstico la investigación
¡
y la terapia. Es la primera vez que se reconoce la psicoterapia como
'
una
competencia de los psicólogos y la reacción de los psiquiatras no
';
¡
se hizo esperar. Poco después de la Conferencia de Boulder, la Aso
1
I,.
ciación de Psiquiatras Americanos se apresuró a definir la psicotera-
.1:
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pia corno un tratamiento
médico
y de
competencia
exclusiva de los
psiquiatras
(véase Garfield,
1974).
r"
En el contexto de esra '
lucha.
los psicólogos se esfuerzan
por
',':'
defender
el status científico
de
la psicología, y no
están dispuestos
a
,1 ,
supeditar
su labor
a posiciones que
consideran
anticientíficas. El
psicoanálisis,
que
alcanzó
SU
apogeo
en los
EE.UU.
a finales de la
década
de los cuarenta y principios de los
cincuenta,
no encaja
con
los
esfuerzos cienrifisras
de
los psicólogos por dos
motivos.
En primer
lugar,
por
practicarlo
exclusivamente psiquiatras
(según
la normati
va de la Asociación Psicoanalítica Internacional), y, en segundo
lu
gar, por su falra de
aiuste
al
proceder
científico
experimental.
Era de
esperar
que
se
rompiera
este
matrimonio
contr n tur m entre la
psicología clínica y el psicoanálisis (Caparrós, 1983).
. Es en esta
época
cuando
aparecen
enfoques terapéuticos
alterna
tivos al psicoanálisis con un interés visible por
desarrollar
la investi
gación científica en
psicoterapia.
Por
ejemplo, Rogers, enel
marco de
la Universidad Esraral de Ohio, empezó a grabar
entrevistas rerapéu
¡icas
para
someterlas
la
un
análisis sistemárico. Ello
permitió
el
desa
~ r o l l o de escalas de observación y registro de las p r g u n r ~ y respues
tas de
cliente
y terapeuta, y de este modo se inició la i ves tigac ión
~ i e n t í f i
sobre
el proceso
rerapéurico.
En 1943 se leyó la primera
tesis doctoral basada en
entrevistas grabadas
electrónica ente.
Ro
gers contó
con
un
entusiasta
grupo
de colaboradores
q e ponían a
prueba
sus hipótesis acerca de las condicione s necesarias suficientes
para
el
cambio
rerapéurico,
Por
esta
razón, Rogers
debe s r reconoci
?o como
una
de
las figuras centrales en el desarrollo
moierno de
la
psicorera
pia.
,
1
8/15/2019 Feixas y Miro-Capitulo II
http://slidepdf.com/reader/full/feixas-y-miro-capitulo-ii 18/27
r
(,(¡
IIPROXiM CiüNES \ L P ~ I U T E R P I
En este
contexto aparecen también
las
primeras
obras
america
nas sobre la personalidad, no identificables con el psicoanálisis, aun
que rarnpoco ajenas a él, escritas por psicólogos disconformes con el
neoconducrisrno
vigeme (Allen, AlIporr, Murray,
Rogers,
Sragner).
Propuestas que
independientemente de su valor intrínseco, apenas
tenían posibilidades de
abrirse camino frente al psicoanálisis,
que,
bueno
o
malo,
consrituía la
única alternativa
posible si se
buscaba
una teoría que abarcara tanto la concepción de los trastornos menta-
les, como' la personalidad y su desarrollo, la psicorctapia, etc.
En los años cuarenta surge la aproximación
más importante que
en
la historia de la psicología se
haya producido
entre psicoanálisis y
psicología
experimental-académica:
la
llevada
a
cabo
en el Instituto
de
Relaciones
Humanas de
la
Universidad de
Yale, en la
década
de
los cuarenta, tal como quedó plasmada en -la obra
de
numerosos
psicólogos
neoconducristas dirigidos
e inspirados por Hull (Dollard,
Miller, Mowrer, Scars, Spence, erc.).
Tal
aproximación intelectual
parece que obedccía mas bien a razones institucionales, ante la pre-
sión ejercida
por
los psicólogos clínicos
que
exigían
una
formación
universitaria. La aporfación de nuevas¡ técnicas inspiradas en las
teo-,
rías conducrisras del aprendizaje hizo que tales intentos de
aproxima
ción quedaran en
el olvido
cuando
apenas habían fructificado. Vista
desde
una perspectiva
histórica, la
obra de Dollard
y
Miller
(1950)
supone l primer
intento integrador serio,
que
a
nuestro
juicio fue
injustamente tratado al no apreciarse el
notable
esfuerzo
conceptual
realizado. , '
Con la
Segunda
Guerra Mundial la conciencia terapéutica
de
los
psicólogos fue
en aumento;
se apoyaba, además, en
una
fuerte de
manda social. Est a conciencia llevó al reconocimient o definitivo
de
la
dimensión
terapéutica de
la psicología! clínica gracias, en
gran parte,
al
trabajo
realizado
por
los psicólogos en la selección
de personal
militar y en el rrararnienro de los veteranos de guerra, para lo que
dispuso de
fondos muy sustanciales.· Este reconocimienro se vería
confirmado
por
los reajustes de la APA y de sus divisiones, así como'
los
de
algunos currículos universitarios.
En efecto, fue en 1949
cuando
se
celebró
la
renombrada
confe
rencia de Boulder (Colorado, EE.UU.) en la que se prefiguró el
modelo de
psicólogo clínico
que
se aplica en los
departamentos
uni
versitarios norteamericanos hasta nuestros días. Y éste es el modelo
del «cicnnfico-practicante»
desde
el
que
se
plantea que
el
psicólogo
i.
67
A APIlOXIMAClON HISTORICA
•
clínico
debe
recibir formación ciemífica (a nivel de doctorado) ade
,1:,·
más
de una formación
aplicada (internado residente en centros asis
t
tenciales)
para poder
ejercer de
forma
reconocida.
...
\ .
El modelo del psicólogo clínico como aentifiro practicante ha
;;
inspirado los programas
de
formacióo
de
psicólogos clínicos
de
todas
,
e
las universidades americanas,
desde
1949 hasta la década
pasada,
en
la
que
las contradicciones implícitas en este
modelo
se hicieron espe
cialmente visibles. El modelo subraya que los psicólogos clínicos
deben recibir formación en tres áreas; el diagnóstico. la investigación
y
la terapia. Es la
primera
vez que se reconoce la psicoterapia
corno
una competencia
ele los psicólogos y la reacción ele los
psiquiatras
no
se hizo esperar. Poco
después ele
la
Conferencia de Boulder, la Aso
ciación de Psiquiatras Americanos se apresuró a definir la psicotera-
pia como
un tratamiento
médico y
de
competencia exclusiva
de
los
psiquiatras
(véase Garfielel, 1974),
En el contexto ele esta lucha, los psicólogos se esfuerzan por
defender el status ciennfico ele la psicologia, y
no
están elispuestos a
supeditar su labor a posiciones
que consideran
anricientfficas. El
psicoanálisis,
que
alcanzó su
apogeo
en los
EE.UU.
a finales
de
la
, : década de los cuarenta y principios de los cincuenta, no encaja con los
'esfuerzos cienrifisras de los psicólogos por dos motivos. En primer
,lugar, por practicarlo
exclusivamente
psiquiatras (según la norrnati
va
de
la Asociación! Psicoanalítica Internacional), y, en segundo lu
gar, por su faIra de ,ajuste al proceder científico experimental. Era de
esperar que se rompiera este
matrimonio
contra naturam entre la
psicología clínica ylel psicoanálisis
(Caparrós, 1983).
Es en esta época cuando aparecen enfoques terapéuticos alterna-
tivos al
p s i c o n á l i s i ~
con
un
interés visible
por
desarrollar la investi
gación científica en psicoterapia. Por ejemplo, Rogers, en el marco de
la Universidad Estatal de Ohio, empezó a
grabar
entrevistas terapéu
ticas
pam
someterlaf
a
un
análisis sistemático. Ello
pe ritió
el desa
.rrollo de escalas
de
~ s e r v c i ó n y registro de las preguntas y respues
: t¡¡5
de
cliente y terapeuta, y
de
este
modo
se inició la investigación
.cientffica sobre el proceso terapéutico. En
1943
se ley la
primera
~ t e s i ~ d o c t ~ r l basada en entrevistas
grabadas
elecrrónic mente., Ro
.gers canto con
un
entusiasta grupo
de
cola botadores ue poruan a
¡prufba
sus hipótesis; c e r c de las c o n d i ~ i o n e s nccesariasly suficientes
rpara el
cambio terapeunco.
Por esta razon,
Rogers debe
ser
reconoci
como
una de
las' figuras centrales en el desarrollo miderno de la
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8/15/2019 Feixas y Miro-Capitulo II
http://slidepdf.com/reader/full/feixas-y-miro-capitulo-ii 19/27
69
- ~ - I ¡
}K
APROXlfo lA<. IONI:S A LA PSICOTER \PIA
LA APROXIMACIÓN HISTÓRICA
I
Paralelamente, después de dos décadas de
hegemonía
académi-
ca
el
conducrismo
se
presentaba
On10
una alternativa al psicoanáli-
sis capa z de inspirar una practica rerapéurica
distinta: la terapia de
conduna.
La idea básica
en
la que se sustenta la terapia de conducta,
desde sus orígenes es
que
si x es aprendido, x puede ser «desaprendí-
do».
Aplicado al campo clínico,
este
principio supone la inrerprera-
ción de los trastornos
psicoparológicos que no
tengan una
base
org.ínica evidente) C l11 trastornos aprendidos, y corno tales sujetos
,\ las
leyes
del condicionamiento.
Se
poseula, de entrada,
una
conri-
nuidad
entre la
conducta normal
y la
anormal.
Y
cuando
esta
ultima
se ve desde Ila óptica de una conducta aprendida,
la
apelación a
causas intrapsíquirus. conflictos
inreruos
y demás constructos inferi-
dos
pierde sentido.
Resumido
con una rnení íora ,
aunque la
caja
negra siga siendo negra podemos actuar.
Tal visto desde
ahora
la bundcru a la LJuc se aterran los psicólogos clínicos ante unos psi-
quiarras LJuc
se
han
,vuelco
eruditos
sobre las
rnúltiples tonalidades
del negro, pero que en términos prácticos siguen teniendo a S ~ l S
pacicnrcs
postrados
en un diván.
En
medio
de
codo ello apareció el
d ~ c i s i v o
trabajo
de
H.]. Ey-
scnck (
1952)
sobre los efectos della
p s i c ~ c e r a P i a .
Su argumento era
el
siguiente:
si la psicoterflPia es
eficaz:
lo pacientes tratados por este
procedimiento
deben
I11VStrar
unu mejoría mayor
que
los
no
trata-
dos.
Revisó
los dacos
disponibles
y
ObscrVf
que
los
pacientes rracados
con p s i c o t ~ r a p i a 1 10 sólo ¡no mejoraban n ás que los no tratados sino
que parella eXlsur
' '
una corrdlación inversa entre
r
ecUper¡CiÓn y psicoterapia; a r -
yac psicorerapia, menor índice de mcjoría... Los resultados
mucsrran quc aproximadamfme dos tercios del
grupo de
pa-
cientes ncuróricos se recuperará o
mejorara
en
grado
apreciable
después de aproximadarnenre dos años a partir
e1el
inicio de la
enfermedad, siendo
tratados o no
a rruvés
de
psicoterapia
(Ey-
scnck, [952, pág.
322).
Este rrabajo dc Eysenck, que:
marcó un hito
en
la investigación
rcrapcurica, reforzó
indudablemenre
las posiciones
de
los psicólogos
clínicos frente a los psiquiatras que en su mayor parte seguían anda-
dos en las posiciones psicoanalícicas. Por otro lado, Skinner, cuyo
paradigma del
aprendizaje operante era
hegemónico
en esos mornen-
.},
l.,:,
li'
[il
1
¡ti.
ros
dentro
de la psicología académica, en su obro¡ Ciencia y conducta
hum n 1953) reinterpretó la terapia psicoanalírica en términos de
castigo y refuerzo
ahorrándose cualquier
formulación inrrapsíquica,
y ofreciendo así
más
argumenros
para que
los
psicólogos
clínicos se
establecieran sobre unas bases aucónomas.
En 1958 apareció Plicaterapia por inhibición recíproca ,de Wol-
pe, que,
junro a la
obra
de
Skinner
y al
trabajo
de Eysenck,
contribu-
yó a esrablecer la terapia de conducra como un
método
ciemífico de
tratamiento psicológico. La consolidación de la recnología de la rera-
pia
de
conducta durante
los años sesenra y setenta (véase
3.3)
ocurre
de modo paralelo a
una
sociedad en pleno
cambio
social lucha por la
igualdad racial, la igualdad entre sexos, la oposición a la
guerra
del
Vietnam),
que
exige
cambios rápidos por rodas
parres y la inrroduc-
ción de un
nuevo
orden moral
más
racional.
Al rrazar la trayectoria histórica de las técnicas de psicoterapia
hay
que
señalar la existencia de distintos
enfoques que, aunque
se
fraguaron en la década
de
los cincuenta, no
irrumpieron
plenamente
en la escena
p s i c o c e r a p é u r i c ~
hasta
los años sesenta,
Como
hemos
visto,
al iniciarse la
segunda
de
esre
siglo
el panorama psicore-
rapéutico se
reducía
dos opciones: las psicoterapias de orienración
'psicoanalícica,
que, margen
de la psicología académica, seguían
Ir
rtedominando en
el ~ m b i r o
aplicado, y la modificación de
conducta,
ue,
aún
en fase de 'desarrollo, se inspiraba en
gran medida
en la
sicología cieneífica para el desarrollo de sus técnicas. Sin
embargo,
sra doble
alternativa
resultó
insuficiente
por varias razones. Por un
~ ; : a d o
la efeccividad d:e escos enfoques en
el rrararnienro
de la rnulri-
hadad de
problemas humanos
no era devastadora a la luz de las
',¡il.J :pectarivas de pos icidas .
Por otro
lado, las bases antropológico-
ilos6ficas
de
esros
enfoques
(principios
deterministas,
fisicaliscas y
, ,
'educcionisras)
proporcionaban
una
imagen
del ser
humano
para
iuchos decepcionante deshumanizanre y despersonalizadora), a la
ue se
sumaban
las dificultades
de
rales
modelos para 90mprender
~ e n 9
cipo de fenóm6nos
humanos
complejos acordes con los ideales
,.,s.tóricos de época (pl,.e
i
.,
crearividad, libertad, e S P i r i c u a l i ~ adj. Tarn-
¡pco; la aspiración guesrálrica de la globalidad holista se da refleja-
~ e \
la
orientación mas
bien
analítica de
conduccismo y psicoanali-
's
~ E . n definitiva,
esctclima de insatisfacción
propició
q 'e, a partir
" rnbién de.sus dererr inanres interno s espec ífico s nacier n una serie
'. ,1
i
~ i e r i f o q u e ~
psicorerapéucicos
que han
renido su peso en I desarrollo
i
-
~ _
••
8/15/2019 Feixas y Miro-Capitulo II
http://slidepdf.com/reader/full/feixas-y-miro-capitulo-ii 20/27
71
0
I,PROXIMACION ES A LA PSICOTERAPIA
de la psicoterapia,
de entre
los
que
cabe desracar la psicología
huma
nista y el
enfoque
sistémico.
Otras
aportaciones independientes de
esta época,
como
las de Kelly (.1955) y
Moreno
(1946-l962),
se
comentaran en relación con os tres modelos que
describimos
en la
segund
panco
La
¡}sicología bllllldlJijtd
a pesar de
contar
con
algunas
aportacio-
nes previas y de un
cieno
período de incubación en los años cincuen
ta, se consolida a principios de los años' sesenta. Nacido
como movi
miento
filosótlco y social,
más que como enfoque
rerapéurico,
aglutina dc
forma
asisrcmarica una serie de pensadores
(Bühler,
Bugcnralj
Maslow, May, Murphy,
Rogers,
van Kaam,
erc.) y técni-
GlS promotoras
de
la aurorreulización (terapia
centrada en el c1ienre,
guesuíltica,
análisis transaccional erc.)
que
se aurodenorninan «ter
cera fuerza»
(Maslow
,
1962).
Sin
embargo,
fa psicología
humanista
nunca ha pretendido
convertirse en
un nuevo paradigma
(Caparrós,
1979;
Rosal, 1986) sino
que
se
trata más
bien de «una
Welrans
chauung
global, nmal
nueva
filosofía de la vida, una
nueva
concep-
ción del
hombre»
CMaslow" 1962). A
pesar
de la influencia de
algunos emigranres
europeos, la psicología
humanista
es
un fenóme
no genuinamente arriericano que contribuyó al
movimiento
contra
cultural
de los sesenta, y sólo
más
t ~ r d e llegó a Europa.
Su
contribución ~ u n d m e n r l
a
Ial
arena
psicorerapéucica
ha
sido
un
conjunto de prácticas y
técnicas, muchos
casos con
pobre
base
teórica,
que,
aunque
idesligadas,
pretenden,
a
partir
de
una
diversi-
dad
de
-r-a menudo-
'imaginanivos
procedimientos, procurar
la
auto
rrcalización
y el desarrollo del potencial humano. Pori orro lado, al
promover
el trabajo.
grupal, han c o ~ r r i b u i d o
a la difusión de la
psicoterapia en
amplias
capas
de
la p blación, incluso enrre aquellas
personas konsideradas «sanas». Se resenta una descripción más
completa;
de
algunas
de esras conrribuciones al
h b l ~
del
modelo
hurnarusrico-exisrencial I I
De forma
totalmente
independicrirc del
movimiento humanisra,
pero también en los años cincuenta ysesenta, se desarrolla un enfo
que que supone
un salto
cualidarivarnenre
distinto a los anteriores. El
modelo sistémico se caracteriza
por
su especial
ptoragonismo
en la
terapia
familiar,
modalidad
con
la que
a
menudo
se identifica, y
por
la adopción de la teoría general de sistemas y la cibernética
como
marco
orientador de su prácrica
y
conceptualización clínica. En efec
to a partir del estudio de la comunicación en los esquizofrénicos
t
., .,
fi l
-
f : ~ : :
LA APROXIMACIÓN HISTÓRICA
lW,"
,
~ F . H
' 7'
~ . ¡ ~ -
~ : : . . :
l
..
(Bateson,
]ackson, Haley
y
Weakland, 1956)
y de otros escudios
convergentes, se llegó a la formulación de la ~ a m i l i a
entendida
corno
sistema abierto,
como
núcleo de conceptualización y
tratamiento.
El
salto cualitati vo 10 constituye el hecho de dejar de
atribuir
los
proble
mas humanos
y psicopatológicos al portador del
síntoma,
para consi-
derarlos
como
expresión
de una determinada
estructura del sistema
familiar y
de
su
funcionamienro
cibernético.
El
crecimiento
de
este
modelo
no esta del codo desligado del
movimiento
antipsiquiatrico (Laing,
Cooper,
Bassaglia, etc.) merced
al peso dado al contexto familiar que circunda al
enfermo
Cantoen la
generación
como
en el
mantenimiento
o curación
de
los síntomas.
Sin
embargo,
el
modelo
sisrémico
ha tenido una
trascendencia hiscó-
rica mucho
más
seria que el
movimiento
anripsiquiatrico, y la
prue
ba
está
en
que mientras
el
segundo
decaía
fuertemente
a los fines de
los
setenta, 'el movimiento
sistémico no ha hecho
más que
consoli-
darse y
ganar adeptos, como comentaremos
al hablar de esce
modelo
(véase
3.5).
Duranre
la
década de
los años sesenta y setenta aparecen los
modelos cognitivOJ
en psicoterapia, en
parte
debido
a la
propia
evolu-
ción de las ceorías del aprendizaje y la
terapia
de
conducta,
pero
principalmente como movimiento aurónomo.
Como exponemos
más adelante
al
hablar
de las terapias cognirivas (véase
3.4), éstas
se
desarrollaron della mano de Ellis ,(
1962),
Beck (1967), Mahoney
(1974),
y
Meichenbaum (1977),
entre
otros, junro con la recupera-
ción de la perspectiva de los conscrucros personales de Kelly
(1955).
Coincidiendo con el
predominio
del
enfoque
cognitivo en la psicolo-
gía
académica, las
llamadas
terapias cognitivas tienen
un impacto
muy significativo en la escena
psicoterapéurica contemporánea.
2.4. El escado accual de la
psicoterapia
l
I '
Resulta
difícil
abordar
este aparcado
porque
la Isicuación accual
de la psicoterapia es exrraordinariamenre compleja. ' o hace mucho.
'un
autor expresaba
esta
situación
diciendo: «El
cam
o de la psicote-
rapia
ha
llegado la ser
Can amplio
y variado
que par
ce
una
corre d.
Babel" que desafía la comprensión humana»
(Mast
rson, en Zeig 1
Munion,
1990)'IEscas
palabras, desde
luego, no res
ltan
alentadora,
y
aunque
no es
nuestro
objetivo definir cuál es (da, situación de j¡
I
8/15/2019 Feixas y Miro-Capitulo II
http://slidepdf.com/reader/full/feixas-y-miro-capitulo-ii 21/27
73
'
APROXIMACIONES A LA
PSICOTERAPIA
psicorcrapra anual,
pOd ITIOS
al menos intentar situar los ejes que
configuran el espacio en
que
se
mueven
las perspectivas
anuales.
La
primera caracrcnsrica que
definiría a la psicoterapia actual,
segün
la
mayorfa de
manuales,
es la mulriplicidad de perspectivas o
enfoques rcrapéuricos. Si bien a principios de siglo la única forma de
psicoterapia reconocida era la psicoanalírica, al iniciar la
última
déca-
da del
m ilcruo
las técnicas de
psicoterapia «registradas.
se
cuentan
por
centenares. La relación
que
ofrece Corsini alcanza la cifra de
241,
de las
que
desarrolla
COIl10
las más «corrienrcs- y 66
como
las
111 ís
innovadoras.
Las relaciones ofrecidas por otros
autores
las cuen-
ran ra
mbién
Ipor centenares, de manera que la cifra se suele situar
entre las SÓ y las . ~ O O . El colmo de estos alardes numéricos lo
proragoniza Karasu
(1986) al
aporrar
la cifra de 400
(!!)
psicorera
ptas.
Aunque
los criterios de selección
empleados
en estos estudios
puedan
ponerse en entredicho, , y
aunque
ral variedad de estructuras
superficiales pueda
rccrorracrse
a
unas
pocas
estructuras
profundas,
la proliferación (o diversificación creciente) de perspectivas consriru
ye una caracrerfsricai rerrbtraídade lal pSlcoterapia anual. :
Estos
córnpuros
gl08ales, sin e m l : j a r g ~ nos dicen muy
poco
so
bre
el predominio
de los Idisrintos ienf9qu s. En la tabla 8 se recogen
los daros de
dos estudios
acerca ele las or enraciones
rerapéuricas
de
una
irnporrarire
¡nuesrral de
psicorerapeu
as americanos.
'
, ,
!
!
, I
I 1
14. Por ejemplo, el
criterio
u r i i i z a ~ l o por C ~ r s i n i
1984)
para calificar una
Iormn de psicorcrupiu lomo «(innovadora1) es que su teoría °
proccdirnicnro
«fuera
algo dítcrcnrc de los sistemas csnindarcs» (pág. ;X . Por su pues ro, si se buscan
diferencias, no debe
resultar
sorprcndcnrd
cnconrrnrlas.
Por orto lado, como indica
Frank ( llJH2), a la hora de explicar esta proliferación de psicoterapias conviene rcner
presente el conrcxro en que se ha producido; la kociedad estadounidense. Como
cualquier orto producto
social que
tiene
sobrevivir en un mercado
competitivo,
las psicoterapias tienen que procurar alcartzar visibilidad
y
para ello, el recurso más
utilizado sigue siendo el de uccnruar las J i f e r e n c i a ~ entre lo que uno hace y lo que
hacen los dcnuis. La utilización
indiscrirrtinada
de
este
recurso, no obsranrc, lleva
consigo el peligro de convertir el urea en
.una «torre
de babel».
LA APROXIMACIÓN HISTÓRICA i
Tabla
8.
Tendencias teáricas de
1 J
psicáiogos clinicoJ norteamericanos (daros
procedentes de
Prochaska
y
Norcross, 11983; y
de
Barrorn,
Shadish
y
Mont
gomery, \988)
Orientación
Ecléctica
Psicodinamicay Psicoanalúica
Cognitiva
Conducrual
Existencial
Humanista
Sistémica
Guestáltica
Adleriana
:'
Sullivaniana
: > I 1
i h ~ r l q
·jl. ',,:
Comunicación
1 1
1
Otras
"":1
'111
ProchaJka
y Norcross
arrom et al,
30.2
42.0
25.5
25.0
8.3
7.0
5.6
12.0
4.4
4 \
4.0
3.4
4.0
3.4
1.5
1.2
\.0
8.\
7.0
I
~ ; i t
:
i ~ ~ ~ !
Mahoney
098'1', 1991), por su parte, ha elaborado un índice
'e', ,
m : ~ : t ;
global a
partir de
daros obtenidos en 15 estudios que desde 1953
j ~ ~ ~ :
['
a 1988 incluyen un: total
aproximado
de
70.000
psicólogos clínicos
~ I I ¡ I
. estadounidens es acerca
de
su orientación. Los resultados se
resumen
~ I ¡ C _ , I
',,,:I
en la figura
1. :
1
Siguiendo
a
Mahoney,
estos daros
muestran profundos cambios
en las orientaciones ~ e ó r i c a s de los psicólogos clínicos
durante
las tres
. últimas décadas. Las tendencias más destacables que se observan en
: estos daros son las siguientes:
1
1
¡
',.li:l
i
S1
I
,
!
"
i , ~ ~ i
¡ ~ ~ ; \ '
~ i ~ J :
~ e ·
r:- ·
~ ~ ~ . .
]l¡;,,¡¡
lid:
1
~ ; ~ :
:
',.,
i
1.
Aumento
espectacular desde.los años setenta
Jel
eclecticis
mo que
aptrece
corno la tendencia
dominame.
¡De los daros
disponible
se
observa un
ligero descenso
moderado
en la
década
de
los ochenta. .
2. Descenso
p.
rogresivo
de
la
orientación p S i c o a ~ l í r i c a entre
los años sesenta y ochenta con
una
cierta
recup
ración en los
ochenta d ~ b i d según el autor, a la profund zación en el
estudio
de]
sí
mismo (self),
Los daros
de
las e c uestas de la
tabla 8 parecen ind icar cierra estabilidad en los iltimos años
en
romo
al
S %.
8/15/2019 Feixas y Miro-Capitulo II
http://slidepdf.com/reader/full/feixas-y-miro-capitulo-ii 22/27
75
(j
APROXIMACIONES A LA PSICOTERAPiA
Pigura
l.
Tendencias reoricas de los psicólogos clínicos norteamericanos du
ranrc
las l í t [ i l ~ a s décadas (adaptado de Mahoney. 1989, 1991)
60
(PA)
PSICODINAMICA
(C)
COMPOR1 AMENTAL '(1"'..0\
VI (H) HUMANISTA I \
50
(Ca) COGNIT/V
A
I \
.. (E) ECLÉCTICA / \
it ,(S)
SISTÉMICA I \
> ' \
2'i
40 - , .... -.Q .
I
\
í\
o
"-"-', 1
" I
q
I \
§
o-: ,J I \ I
E
3 30 I
l:f
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1 .
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...
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¡a,y '
ea
g 10
~ - · ~ :
...... i ......
-»'
¡
e
~ : · · ~ : ~ ; l ~ ~ :
'
H
..........
s
1955
1960
1965
1970
1980
1985'
AÑO
I
!
5.
Aumenro
lema pero progresivo y, consranre de los modelos
cognirivos,
que
se sitúan a niveles unas veces superiores y
orras inferiores
a
los conducruales,
pero
en la misma banda
(entre el 7 yel 14 'X,j. Quizás esras flucruaciones se relacio-
nan
con
el
uso extensivo que se hace de
la denominación
híbrida «cognitivo-conducrual, en
muchos
ambienres.
¡
I
"
LA
APROXIMACIÓN
HISTÓRICA
4. Consolidaci ón de la orientación humanista durante los años
sesenta, con cierto incremento al inicio de los ochenta que
parece ir decayendo al finalizar la década.
5. Papel
moderado,
pero constante, de la tendencia conductis-
tao
6. Evolución constante, pero más moderada , de la orientación
sistémica.
Tanto los datos presentados
como
las conclusiones que de ellos
se deducen no pueden contemplarse sin tener en cuent a al menos dos
consideraciones. La primera es que son datos referidos a los EE.UU.
y,
por tanto, sólo relativamente generalizables a nuestro medio. La
segunda consiste en señalar que estas encuestas incluyen únicamente
a psicólogos clínicos. Como
hemos
dicho anteriormente, la psicotera-
pia, aun siendo en sí
mismf
una profesión, es practicada por otros
profesionales además de los psicólogos clínicos: psiquiatras, counse-
lors
asesores religiosos y matrimoniales, asistentes sociales, enferme-
tos de psiquiatría."!
Todo
dio
de acuerdo con las regulaciones de
cada país.
'6
Para comprender esta pluralidad actual es necesario tener pre-
sentes las repercusiones de la investigación comparativa de resulta-
dos, porgue c i e r t a m ~ n t e la situación del área sería muy diferente si la
.
investigación hubierf
mostrado
de un
modo
inequívccoque elenfo-
ji;
.
que
terapéutico «x»¡ es superior a rodos los demás. '
, "1
~ l i
"
;
Jil
r
IW
15. En lo referente a los EE.UU., r e n e m ~ s indicios para
pensf
que los daros
presentados
muestran
un sesgo
notable
en relación con
el
modelo, sistémico y el
;'t·,
i
humanista.
pracricados eón
mucha más
frecuencia de 10
que
aparece Jo esras encues-
,
ras. En efecto, una
buenalparre
de los r erapeuras familiares sisrémicos!y los humanis
ras no son psicólogos clrnicos sino asesores matrimoniales, psiquiatras, asisrenres
sociales, ere.
No
es exrraño
que
ello sea
así,: dado que
la
f u n d a ~ e n a c i n y el
.1 1
.' desarrollo de esros modelos han ocurrido, en gran medida, al margen e la psicología
;;
1'
académica,
como
se expone
más
adelante.
::
. 16. A modo de ejemplo, en los EE.UU. pueden realizar psi orerapia rodas
1\ '
estas profesiones, pero las'entidades aseguradoras sólo reconocen plen
mente
a psicó-
!¡
.,
logos y psiquiatras. En Inglaterra, después de la reforma de los
s e r v i ~ O S
públicos de
.,,, ,
" '
salud, hay un creciente número de enfermeros psiquiérricos que rea izan psicorera-
,1
pia. Asimismo, la
ejercen'
aquellos con arras titulaciones más específi as como la de
«rerapeura artfsrico»
art tberapist ,
desvinculadas en gran
medida
e la carrera de
z,..,
psicología. :
,
';r-'
¡ ¡ ¡ ~ ~
,
ir
8/15/2019 Feixas y Miro-Capitulo II
http://slidepdf.com/reader/full/feixas-y-miro-capitulo-ii 23/27
77
.
f:,
~ ¡ : .
7Ú
APROXIMACIONES A LA PSICOTERAPIA
LaJ repercnsion«: de la ¡rlveJtigacirin de
remit
ados
Como hemos
visto, hacia la mitad' del siglo,
H.J.
Eysenck
(1
')')2)
desafió a la psicorerapia a
demosrrar
su eficacia,
afirmando
que en el rraramicnro
de
los
trastornos neuróticos
ésta no
era superior
a la remisión
csponr.ínca.
El desafío
lanzado
por
Eysenck se
convirtió
en
un
potente
csnrnulo
para
la
investigación sobre
los efectos de la
psicoterapia. Tanto las instituciones públicas como las privadas, que
financian los costes de los tratamientos psicológicos en los
EE.UU.,
asignaron fondos
para la
investigación psicorerapéurica diferencial.
17
Después
de dos décadas de investigaciones y agrias polémicas, a
principios
ele los años ochenta se llegó a
un
consenso entre los investi
gadores en
el
sentido
de
que la psicoterapia, entendida en rérrninos
genéricos,
había probado
cmpíricarncnre ser nuís eficaz que la ausen
cia de tratarnicnro (corno describimos en 4.2).
El consenso establecido se basa en
que
la psicoterapia, en sentido
genérico, es superior al
no tratamiento. Sin embargo, el
interés de: la
investigación recae, en
realidad.ten
la posibilidad
de determinar
ern
.
'
pÍrícllncn.te que torrna
de t ~ r m i c n t o
es la más e f i ~ ~
..
Pero a p ~ s r
de la
cantidad
de
financiación
qu.e este c
mpo
ha recibido, no ha sido
posible declarar
un
«vencedor».
El dato
ccurrenre es
que
los resulta
dos de disrinras terapias son
equivalen
es.
Luborsky
e/ al. 1975)
han recogido la cira de Alicia en fl
paíJ
e las illaravillaJ,
que
utilizó
Frank
(
196
I ) para
resumir
esta siruació diciendo
«todos
han gana
do y todos van a recibir un
premio».
¿ uiere
esto decir
que) a
pesar
de su
manifiesta
variedad,
todos los
enf
ques
terapéuticos
son equi
vulcntcs?
17. Todo este: interés por la invcsrigación
en
l
,
psicoterapia se ha plasmado en la
sociedad
SPR
(5ol ÍdJ /or
P.1ycholhert,pJI ?.esearch)
que
desde 1969
viene
congregan
do
anunlnu-nrc
a los
investigadores
inrcrcsndos, y 'donde se han debatido las cucsrio
ncs nuis
rundcnrcs
de ada mOI1lCJ1 O en csrc campo. La SPR ha jugado, a su vez, un 1, i
papel
imporrnnrv
en la formación complementaria de invcsrigadorcs , la inspiración
1 ;
ele
nuevos
diseños y mcrodos de investigación, y el fomento
de
proycuos colaborari- • ¡:
vos donde
participan
varios centros dcjinvcsrigat.ión de rutina coordinada. Ih:
1H. Snlcs t l dI. (Il)Hó) califican csra situación de paradójic a: las disrinras l].
psicorcmpias producen resultados similares aunque utilicen
procedimientos
prácticos :}
disriruos, lo
cual
parece implicar
que,
haga lo que haga el terapeuta, el r c s u l r d o ~
{IU.tI es el mismo. Esta conclusión no puede ser aceptada facilmenre, ni teórica o¡ i!
pcrsonalmcurc. por los terapeutas lJue han pasado muchos
años
refinando
sus
récni-
GIS
especializadas. Como dicen Rac-hrnan y \.'<Iilson (1980): :;
LA APROXIMACIÓN HISTÓRICA
Ésta es
una cuesnon muy importante para
el desarrollo de la
psicoterapia y la rrat arernos con
mayor
profundidad más
adelante en
nuestra
aproximación
metodológica, pero, aun así, vale la
pena
in
troducir aquí unos comentarios. Por una
parte,
las metáforas
pueden
ser
muy
útiles y,
como ésra, pueden
convertirse en lugares
comunes,
,pero también
pueden
ser equívocas.
Dodó,
e pájaro de
cuento
de
Alicia, sostiene
que
todos
han
ganado
en la carrera
porque
(a) cada
uno
tenía diferentes líneas de
partida,
(b) cada
uno
renía su
propia
trayecroria y (c)
cada
uno
tenía su propia línea
de
llegada.
Y,
a juzgar
por
la proliferación
dela anarquía que
parece
dominar
e
campo
de
la psicoterapia actual, la metáfora resulta ilustrativa.
Por
arra parte,
no hay
que
olvidar
que
es
una
falacia sostener
que
,del hecho de
que
dos
tratamientos
no
puedan
diferenciarse se sigue
¡
que
son equivalentes.
Como
Stiles
e/ al. (1986) han pues
ro de
mani
. ' fiesro, la falta de diferencias
puede
tener tres significados diferentes,
también
se
han estudiado:
; l · ~ P i < : . :
1j Jr
l.
Que
los resultados' no
pueden
disringuirse. Este significado
:¡\IJ'
. apunta
a
problema
merodológico, es decir,
que
las estra
. , , ~ ~ k : ,
regias de investigación utilizadas no
han
'sido lo suficiente
~ ~ : ¡ .
mente
perfeccionadas como
para
captar las diferencias exis
'1..,, , rentes. En Il
a
parte
final sobre la «aproximación rnerodologi
i ~ · : :
.
ca» expone,mos tales estrategias, sus pros y contras, y vemos
¡[i :
.
que, a pesar de los desarrollos recientes, los problemas
meto
lII:k'¡
dológicos aFtuales no permiten
dar
una
respuesta a las cues
riones planfeadas
por
e problema de la eficacia.
El o m p o r ~ m i e n t o de los representantes de distintas psico
terapias
0'0 puede
distinguirse. Sriles
e/ al. (1986)
conclu
, yen
que
se ha demostrado
repetidamente que
'la resis de la
1
equivalencja de
contenido
de' las terapias es falsa. Las dife
. rencias de
contenido son
ran
grandes
y esrán
sisternari
'carnente rel.acionadas con la teoría
que
no
parlce
razonable
. I
,
,
argumento de
distribución
indiscriminada de premios se
impone ...
acabaremos
.ylismo
consejo a
rodo el
mundo:
«Sea
cual sea la
nfturaleza
de su
~ . s . n.a¡P4
SQ
uese cual¡Uicr forma de psicorcrapia». Esro es
absurdo. Dudamos
de
~ i s f n 0 s
defens res del argurncnro del pájaro
Dudó den
jl,ste consejo. Si
- : l . ~ ~ a c e r l o
ello
mismos ty
la profesión en su roralidad) se anarán rápida
:ve] QClprecio de s s
probables
clientes (pág.
257).
" I ¡
I
"'_ ,,¡
L
8/15/2019 Feixas y Miro-Capitulo II
http://slidepdf.com/reader/full/feixas-y-miro-capitulo-ii 24/27
79
H
APROXII\.IAUONES A LA I'SICOTERAPtA
atribuir
el
éxito
común
al solapamiento de las técnicas de
los terapeutas.
Realmente
hay diferentes ingredientes en las
diferentes psicoterapias, aunque aún esrá por demostrar si
son
ingredientes activos o accesorios.
5. Que las distintas psicoterapias utilizan principios comunes
de
cambio
psicológico.
Los defensores de esta afirmación se
aglurinun en torno a la investigación de los factores comu-
nes, una línea de trabajo que se encuadra denrro del
movi-
miento integrador 4ue se comenta en las próximas líneas (y
en el aparrado de modelos eclécticos e integradores).
Teniendo en cuenta estos tres significados y sus posibles implica
ciones,
podernos
señalar rcntativamenre las repercusiones
más
rele-
vantes de los resultados de la investigación sobre la eficacia de la
psicoterapia. En
primer
lugar, se observa un crecimiento de la con
ciencia ele
que
el modelo rerapéutico
que
cada
uno
defiende no es
definitivo, ni en su conceptualización ni en Su resultado, sin o limita-
do. Ello implica
también
un cambio de actirud respecto a los
derruís
modelos,. tcndenre a fo/nentar el
respeto
y a estar abierto a otras
formulaciones como pOFlble fuente de aprendizaje. Se desvanecen
así, paularinamcnre, inten tos de convertir o
cxrerrninar)
a los
partidarios de otras orieuraciones. 1
Por orro lado, junco¡ a los tradicionales' estudios sobre; la eficacia
(que
siguco recibiendo el grueso
la
financiación),
parece imponer-
I <.- i i
se la
idea
de que es necesario lograr una fOlnprensión más profunda
de los mecanismos de cambio. Se observa así una apertura hacia
nuevos planrearnienros
en la
invesrigación
<p.ej.. el estudio del pro-
ceso terapéutico, véase
4.3,
o el estudio
del
efecro de las variables de
personalidad en el proceso de
cambio)
en.derrirnenro
del viejo
esque-
111<1
de la
comparación
de tratamientos.
Einalmcnrc, hay que
destacar:
coma resulrado
no
prevista
de
esta
situación el desarrollo del movimiento integrador. rv Esre movirnien-
· 1:
to, urriculudo en torno a SEPI Society lor the Exploration 01Psycbor->
.
e..ap ,
lntegrasion), constituye un marco de diálogo y estudio que;
refleja de
forma característica
los
dos
puntos
anteriores;
es d e c i r . ~ ~
forncnra un clima de respero y diálogo, y
promueve
nuevas
Iíneas d ~ : ~
::?
ti . Esta tercera consecuencia no es ajena al auge
de
los planrcarnicnros e é t ~
I
cos , comentado anrcriormcrnc
a
pa n ir
de los
daros
de las
encuestas.
LA APROXIMACIÓN HISTÓRICA·
investigación. La aparición de este nuevo marco permite acceder a un
nivel de elaboración teórica y empírica que va más allá de la investi
.gación intra-escuelas que ha canalizado
el
desarrollo de la psicorera
pia
durante
décadas.
a
tendencia hacia
el
eclecticismo
y
la integración
La opción ecléctica, como muestran los daros mencionados al
inicio
deesre
capítulo , parece ser la opción más utilizada en la pracri
ca." Eclecticismo, etimológicamente, significa selección de lo mejor
,
de cada teoría, y a lo largo de la historia ha conseguido mayor
; ~ ~ e p t a c i ó n en
momentos
de crisis ideológica o escepticismo (p.ej., en
; . ~ I p e r í o d o helénico romano).
1;
; ;.1.,
Aunque
los modelos eclécticos permit en la apertura y la f1exibili
~ ¿ l a d favorecen igualmente una selección indiscriminada de elernen
](\'.I·"
¡tps de la
más
diversa procedencia, lo que puede dar lugar a una
t w ~ z c o l a n z a incoherente de conceptos y técnicas. Por tanto, no hay
,
M,F
supo(ler
que adoptar
UJ;1
enfoque ecléctico conlleve una mejora
¡fRm¡\tica en la aetI¡,ación del terapeuta. En realidad, existen varios
¡es
de posturas o ¡enfoques
cclécricos
de valor
muy
desigual en
~ l : t o
a su
c o n t r i b ~ c i ó n
al avance de la psicoterapia como ciencia.
.¡m
bién
SOn
varios.llos autores
que
han emprendido: la tarea de
if Ípguir
entre las
I
diversa" formas de eclecticismo <Ncimeyer,
, , ~ ¡
Norcross,
1916;
Villegas, 1()90b), aportaciones
que
nosotros
'
~ p s . utilizado
para realizar el siguiente intento de
sisrernarización:
~ : ~ t "
I
~ ¡
¡¡.;,..t .,:; Ff eetieismo (ntuitivo o ateérico,
Se nutre ú n i c a ~ t = n t t : : de los
¡',,: procedimientos cspeoficos de las distintas técnicas, COn in
•. dependencia¡'de su marco conceptual. Incurre
en:
el
coleccío
~ t l
• I I
i
1 i ~ m o de técnicas y conceptos a Veces conrrapuestos. Sus
. ~ . . ;
\ ~ - l ~ f t i d a r i o s
sf:e1en
ser poco amanres de la
t e o r i ~ a F i ó n y
~ s c o -
Iti'j'
gel'
técni as a emplear en base a su
arraccion:
subjetiva o
~ ' i ' 1 J i '
VIvenCIa
y creatividad del momento. Es
mJy
frecuente
i ~ ·
1 , ~ n : 1 a
práctica clínica, aunque por motivos
teóricos
y ciennfi
' Í t I ' f ~ Q ~
presenta evidentes problemas.
"
· I i
I, , , ~ J , f . . l ;1I
.. ffi \ ~ n o de los 1
encontró qye
el 1 de los
415
e n c u e s r a d ~ s se
auc
denominaba
o al marlz su re puesta, escogían, términos bien disptes que reñc-
i ' c ; f ~
de
signific
dos
qhe se recogen bajo
esra eriquera.
,:\t
¡
'1
1
8/15/2019 Feixas y Miro-Capitulo II
http://slidepdf.com/reader/full/feixas-y-miro-capitulo-ii 25/27
81
APROXll\Ir\C10NES A LA PSICOTERAI (A
2. Eclecticismo técnico. Consiste en la selección de técnicas y
proccdirnienros de orígenes diversos de acuerdo con criterios
sistcnuíricos
(pragrnarico s o teóricos), sin necesidad
de
acep
tar
el marco de referencia o teoría de
donde
proceden. fue
sugerido por
A. Lazarus, cuy'\
propuesta, el
rnultimodalis
mo, es
un
ejemplo típico de esta opción (Lazarus,
1981).
A
menudo acaba precisando de una guía racional o teoría
que
sea 1"
suficientemente amplia, potente
y flexible
como
para
abarcar de forma coherente elementos dispares.
_).
Eclecticismo
sintétrco, Dentro del movimiento integrador se
conoce
también
COIno «integración teórica» puesto que tra-
ta de integrar conceptos procedentes de distintas teorías.
Villegas (1990b) lo
llama
integracionismo y
distingue entre
integración asimilativa (reformulación de los conceptos de
una rcoua en rérrninos de otra) e integración acornodativa
(articulación de elementos teóricos compatibles). I
,
De
hecho, estas
dos últimas
formas
de
eclecticismo forman
par
te, junro con la línea
e
l:os factores
comunes,
del
movimiento i n t e ~
grador en psicorcrapia.
t .
Ot un lado, es cierto
que
el interés or integrar distintas pers
pectivas psicotcrapéuticas es antiguo, re,
ontandose
a los clásicos
trabajos
de
Ftench
(193.)
y
Dollard
y Mfller (1950), y tradicional
mente
ha estado
centrado
en torno al p icoanalisis y la terapia de
conducta. Pero, por otro lado, también es cierto.que las imensiones
que ha adquirido el
movimientol actual para la integración
de
las
psicoterapias son Inuy notables. omo un exponente de este auge,
algunas
de Ids revistas principa1cb del á r
han dedicado números
monograficos al terna de la integración;
d r
ejemplo,
Bebn utor Tbe -
rapy, Cognisu» Tberapy alJd Researcb, 'i ritish
}vlIrnal
of
Clinical
Psychology, y
el
Briti.rh }ollmal of Gllidance
ami
Connselling.
Ade-
m.ís, en la actualidad existen os revistas dedicadas exclusivamente a· ;!I
este terna: el }ollrnal
of
Eclectic
and
lntégratioe Psycbotberapy
y el
1
}Iwrnal of PsydJvlherajJ'y Integration
(órgano oficial de SEPI).
La
cuestión de la integración de las psicoterapias también ha tenido eco :j
en los
organismos
oficiales.
particularmente
en el seno del
NIMH,;
Nalivnal
lnst
ume vfMenlal
Healtb),
que es el principal
organismq)
de provisión de fondos
para
la investigación en
salud
mental
en
l O : ~ , i
EE.UU.
Después
de dedicar
una
conferencia al
tema,
este
organismo]
LA APROXIMACiÓN HISTÓRICA
hizo un conjunto de recomendaciones para la investigación en psico
terapia a las
que
nos referiremos
más adelante
(Goldfried,
1991).
En
1983
el
movimiento
integrador en psicoterapia se
dotó
de
una estructura
formal con la creación de
una
sociedad internacional
dedicada a estos fines, la SEP1, y en
1990
se constituyó en
nuestro
país la Sociedad Española
para
la Integración en Psicoterapia (SEIP),
confeder ada con la
primera.
En el
capítulo
5
abordamos
las principa
les respuestas al reto
que
la cuestión de la integración
supone para
todo el campo de la psicoterapia.
La tendencia creciente hacia la terapia breve
En los años de
predominio del
psicoanálisis, la psicoterapia era
A
un proceso lento
de muchas
sesiones semanales
durante
varios años.
Aún
en
informes
relativamente recientes (p. ej.
Kernberg el al.,
' : , ~ ; J , 9 7 2 ) se
habla
de un total de 840 sesiones,
aproximadamente.
Sin
~ : ~ d u d a ,
este
planteamiento
sólo es
asumible por determinadas
capas
~ d t · l a
población.
Con
la aparición del resto de
modelos
terapéuticos
se
I S ~ ~ : J d o consolidando
a tendencia,
cada
vez
más
acentuada,
hacia el
~ h c Q r t a m i e n t o del
proceso terapéutico.
Por
ejemplo, los enfoques sis
", l P i c o s de terapia fabiliar no sobrepasan las veinte sesiones (Gur
qán
Kniskern
y
P i n ~ o f , 1986).
Este
número queda por
debajo del
~ . ~ i t e
de las veinticinfo sesiones, que es criterio generalrrl.ente adrni
~ \ : I o ' p a r a
considerar ,un
tratamiento como
breve
(Koss.y
Burcher,
986). Algunos
modelos cognitivos (p.ej., Beck
el al., 1979) ram
r,ij n'::defienden la
corta duración
de sus tratamientos, en
torno
al
l i t ~
de las
v e i n t i c i n ~ o
sesiones. La modificación de
conducta puede
~ Ú l t a r t a m b i é n brere. Por
ejemplo, Wolpe (/952)
~ n f o r m a
de
~ n ~ a
casos
cuya
duración
osciló
entre
4 y
125
sesiones.
Algunos
:/ ct;dimientos
específicos,
como
la
implosión,
se
c o n c i b ~ n
también
formatos breves.
Como
describimos
más adelante: dentro
del
~
~ ~ ~ P s i c P d i n á m i c b
se
han
dado
también
intentos
im
orrantes de
.1i,<e
6n
del
tiempo' de
tratamiento
(psicoterapias
din
micas bre
~ f ~ i
n su: revisión,
Koss
y
Bllt:her (1986)
clasifican as terapias
en
cuatro grupos;
psirodinarnicas, cognltIvo-cond ctuales,
111
e6.cioneS en
111:" (i
crisis, y otras. En
la actualidad,
Garfiel y Bergin
1 t I
'}
S ~ t l ~ l u y e n qll<
«es
obvio
que la
mayor parte
de 1 psicotera
. I ~ e f e ofrece al.
ú b l i c o
en general es relativamente breve,
tan
,>p.r
a
corno el
psicoanálisis,
y
menos
costosa»
(pág.
12).
¡:..
:
I ,
.t:. : . I !
:¡.
8/15/2019 Feixas y Miro-Capitulo II
http://slidepdf.com/reader/full/feixas-y-miro-capitulo-ii 26/27
83
1:"
, ,c'
H2
APROXIMACIONES A LA
PSICOTERAPIA
LA APROXIMACIÓN HISTÓRICA
En este sentido, resulta irnpotranre recoger aquí algunos datos
disponibles
sobre
la
duración
de la psicoterapia.
Garfield
(1986),
tras revisar varios estudios, informa .del hecho de que dos tercios de
los pacientes 'tratados
terminan
el
tratamiento
antes de la
décima
sesión. En servicios psicológicos
que
atienden a clientes de clase social
baja el 75 % «le los casos
acude
sólo para una sesión, el 15 %
para
dos y sólo e 10
%
para
tres
o
más. Estos datos responden
más
a
una
terminación prematura de
tratamiento
que a un planteamiento bre
ve de la terapia.
Teniendo
en
cuenta
estos daros, la tendencia creciente de las
psicoterapias hacia la
brevedad
supone un sano ejercicio de ajuste a la
realidad de la' morivación o
disponibilidad
de los clientes. Pero existe
otra razón aun más poderosa en favor de las terapias breves: los
esrudios sobre efectividad terapéutica. Al comparar distintos
trata-
mientos, la variable relativa a la duración de la psicoterapia. no
produce efectos diferenciales, por lo que resultan tan efectivas las
terapias de larga duración como las breves.
22 '
Si las terapias de
larga duración
no,
han demostrado
ser
mas
efectivas
que
las breves, [as segundas.resultan preferibles
por
varios
motivos. En primer lugat, en el plano dela política de
salud
mental
en centros públicos no scida coherente
gastar
el dinero del.conrribu-
yenre en tratamientos I ~ r g o s
cuando,
enfoques más breves pueden
resultar
al
menos
tan efectivos. En e ár'biro
privado
la cuestión
afecra al cliente de forma más directa, C O ~ I O que también resulta un
problema ético
proponer
un rratamient de larga duración.
Por otro Jada, hay que recordar
que
a psicoterapia no es un fin
en sí rnisma.: sino que su finalidad es pr mover un buen funciona
miento del cliente en su
medio
natural. uantas más sesiones dure
una psicoterapia
más
se lo
aparra
de su, medio, y más importante
21. Aún más conrundenres son
los
hallazgos
de
HowarJ
l al. (1986), quie-
nes
analizando
los
daros de estudios basados
en
niás de 2.400
clientes
encontraron
que
a las 8 sesiones, aproximadamenre,
el 50 %:
de los clientes
habían mejorado
sensiblemente.
A las
26
sesiones
habían:
mejorado ya
el
75 %, lo
cual
es
un dato
también
muy interesante si consideramos-que el porcentaje
estimado
de mejorfa roral
se sitúa
en
el
85
r;{
22.
Asimismo, en la revisión de
60
estudios
que investigan específicamente ,:::
esta
cuestión de la duración del traramienro se confirma también la equivalencia d e l : ~
resultados entre las
terapias
breves
y
las de larga duración (Iohnson
y
Gelsc,
\ 9HO).
1""
deviene e terapeuta dentro de su red social. El tiempo que pasa en la
consulta
o servicio psicológico lo resta de su tiempo libre que, de orro
modo, sería disponible para su
mundo
social, familiar y personal. El
dinero que destina se resta de su capacidad para hacer
determinadas
actividades
potencialmente
también terapéuticas. Asimismo, la per
sona de rerapeu ra deviene un ser
poderosamente
importante en la
vida de cliente, incluso en
comparación
con (y quizás en
competen-
cia con) orros vínculos familiares o afectivos. Por supuesto, algunos
modelos han reivindicado e interés de tal intensidad para e vínculo
terapeuta-cliente, per o no se ha probado su mayor eficacia en la prac
l' cica,
r
, ,
i ~ . : : : : : . Unas notas acerca del estado actual de la psicoterapia en Espafla
Uno de los hechos fundamentales de la década de los ochenta en
/,jq'i'estro país ha sido su integración en las estructuras de la Europa
~ < i ó m u n i t a t i a . Como parte de esta andadura común, la década de los
"'
,
~ 9 y e n t a
va a ser testigo de la' libre circulación
de
profesionales entr e
1, países europeos. Ello conlleva un esfuerzo de coordinación
de
lrerios también en lo referente a la profesión de psicólogo y espe
lmenre la
de
psicorerapeura.
,p.a
asociación holandesa de psicoterapeutas ha proragonizado e
¡ll:icipal esfuerzo aglurinador frente a' una realidad
muy
dispersa
~ ~ , ,, 1
1
r t c ~ del estaruto del psicoterapeuta en los distintos países euro
:"El fruro más concreto de este esfuerzo es la fundación de la
' 1' I
¡lJE.t/ropean
A ~ s o c i a t i o n
Psychotherapy
(Ávila, 1 ~ 9 l .
¡ p
nuestro pais, Ir profesión
de
psicoterapeura no está reconoci-
Ilegalmente corno tal, en parte por la falra de titulación ~ n i v e r s i t a -
,ifspedfica. El
estudio
universitario
de
la psicorerapia se
desarrolla
carreras de psicología
y
psiquiatría,
pero
en la práctica hay
lS.:profesionalesno titulados
que
están ejerciendo.
Nada
de esro es
0 i.al
hecho de la juventud de la propia psicología corno carrera
" ¡-Sitaria en Espa1a, ni a la corra
vida
de los colegios
psicolo
. : ~ . la. equiparación
europea nos ha puesro en la uación de
q. ue actualizar jmestro estatuto profesional, y tres entidades
~ 9 ~ ~ I
(Colegiol?ficial de
Psicólogos, Sociedad, E pañola.
de
¡ l S ~ \ \
r
Asociación Española de
Neuropsiquiatría)
an unido
H ~ r ~ Q f para c r e ~ r
un
[marco asociativo
común
y es ecífico de
'¡ I'
,
,
~ 1 , , _ .
'
¡·I
"
;r'
8/15/2019 Feixas y Miro-Capitulo II
http://slidepdf.com/reader/full/feixas-y-miro-capitulo-ii 27/27
85
4
't'
PROXIM CIONES A
L
PSICOTER PII}
psicoterapeuta, que permita
la integración
con la EAP
a partir
de
las
asociaciones ya existentes. Estos esfuerzos de coordinación
han
dado
lugar a la
FEAP
(Federación Españolade Asociaciones de Psicotera
peuras),
entidad
que
aglutina
a la casi totalidad de asociaciones de
psicorerapeuras, establece un proceso común de
acreditación
de psi
corerapeuras,
e instaura un registro
de
psicorerapeuras
acreditados,
todo ello
de
acuerdo con los
baremos
que se acuerdan en la EAP. En
la tabla 9 se resumen estos criterios.
Tabla 9. C .jtu-jos de acreditación que se conJidera en la EA y la FEAP
1. Titulación de rango universirario. La Iicencíarura en psicología (con la
especialidad de psicología clínica) y la
licenciatura -
~ ~ j i c i n a y cirugía (con
la especialidad de psiquiatría) se consideran
adecuadas.
2. Un mínimo de tres años a tiempo parcial, en el período de posgrado
universitario dedicados a la formación teórica, técnica y clínica en psicorera
pia y a la adquisición de las habilidades
básicas del psicoterapeuta,
mediante,
cursos
y
seminarios, con un
mínimo
total .de
600
horas, Incluirá
s i
lO
ha
formado paree Je la forrnación universitaria
de acceso-
al menos 50 horas de
conocimientos fundarnehrales de las diferentes modalidades
y
orientaciones'
.
1
en psrcorerapra. ,1
3.
Un
mínimo
de
dos
años depracnca
r o f e i o n a l supervisada,
e iniciada
[ras al menos un año del formación teórica¡ Al menos incluirá el tratamiento
de dos cases y un
mínimo
rotal d¿ 1 se+ones de t r a t a m i e n ~ o La supervi
sión de la práctica profesional
h a b r ~
de realizarse con psicorerapeuras expertos
acreditados
como tales por las respectivas
asociaciones
de
psicorerapeutas,
4.
Un
rhínimo de seis meses de accividakies prácticas en entornos públ icqs
o priv ados Ide salud mental, en
1'05
cuales
el
psicorcrapcura en fo
r
m aci6p
pueda tener experiencia
directa
la
chnica psicopacológica,
permitiéndole
[Ornar
conracro directo con las diferentes formas de manifestación de los
trastornos mentales, y ltls discinros profesionales que intervienen en la salud
mental.
i Ji
, 5. Las secciones ,.. elaborarán criterios fobre la realización por )05 candi
datos
a
psicoterapcutas
de psicoterapia
personal
u Otros procedimientos que
garanticen la capacitación personal del terapeuta...
I¡
I
11
!
'1'
"
ji
LA APROXIMACIÓN HISTÓRICA
terapia como una profesión compleja que requiere
una
formación
muy específica. Ello supone un cambio raelical con respecto a la
situación previa
en la que, en base a la
legalidad
vigente,
el mero
hecho de
poseer
una de estas dos licenciaturas
permitía
el lib re ejerci
cio. Aungue la
constitución
de la FEAP no cambia automáticamente
la legislación,
í
supone
una
importante
definición
estatutaria
hecha
por el
propio colectivo de psicorerapeuras, que
supone
un avance en
la regulación de esta profesión en nuestro país.
A su vez, el establecimiento
de
estos criterios hace explícita y
. patente una situación anteriormente poco clara, es decir, el hecho de
¡ que la formación
universitaria
de primer y segundo ciclo no es sufi
cienre para un ejercicio responsable de la psicoterapia, y gue la profe
r sión requiere de una formación
que
debe regularse de
alguna
forma.
La estructura federativa
de la
FEAP
otorga a sus asociaciones rniern
·jbro la autoridad para reconocer la
adecuada
f o ~ m a c i ó n de sus psico
r\, terapeutas afiliados (en base a los cnrenos mmrrnos de la FEAP).
I
pero
la
cuestión
de
quién debe llevar
a
cabo realmente
esta
forma
' : \ 'ción
no está concretada. En la práctica
parece
que
cada
asociación
e s t ~ b l e ~ e sus p r o p i ~ s cenrros de formación
y
práctica, mientras que la
"ij!:\.uruverstdad queda':
un
p o c ~ relegada en esta tarea. .estructura
-lhace
que todo dependa en
ultima
mstancia
de la
asociacion
a la
gue
¡.: 'i::I psicoterapeura se afilie. '
El
hecho
de que los criterios de acreditación
partan
de las l i c e n ~ i
ciacuras de psicología o medicina
y
requieran una importante forma ¡1;
ción
adicional
teórica y
práctica
supone el
reconocimiento
de la psic
.!