Feiner, J. Löhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

487
MYSTERIl | SALUTIS 1 MANUAL DE TEOLOG] COMO HISTORIA DE LA SALVACIÓN IV/2 LA IGLESIA

Transcript of Feiner, J. Löhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

  • 7/22/2019 Feiner, J. Lhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

    1/486

    MYSTERIl| SALUTIS1 MANUALDE TEOLOG]COMOHISTORIADE LASALVACINI V / 2

    LA IGLESIA

  • 7/22/2019 Feiner, J. Lhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

    2/486

    MYSTERIUM SALUTISMANUAL DE TEOLOGACOMO HISTORIA DE LA SALVACIN

    Dirigido porJ O H A N N E S F E I N E RYM A G N U S L O H R E R

    IEDICIONES CRISTIANDAD

    Huesca, 30-32M A D R I D

    LA IGLESIA:EL ACONTECIMIENTO SALVIFICOEN LA COMUNIDAD CRISTIANATOMO II

    CULTO * SACRAMENTOS * GRACIACon la colaboracin de

    JOHANNES BETZ - BERNARD DUPUYJOSEF DUSS-VON WERDT - PIET FRANSEN - HEINRICH GROSSPETER HUIZING-MAX KELLER-OSKAR KOHLERRENE LAURENTIN - MAGNUS LOHRER - FRANZ MUSSNEROTTO HERMANN PESCH - RAPHAEL SCHULTEALOIS STENZEL - DIETRICH WIEDERKEHRFRIEDRICH WULF

    EDICIONES CRISTIANDADHuesca, 30-32M A D R I D

  • 7/22/2019 Feiner, J. Lhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

    3/486

    Copyright universal de esta obra enBENZIGER VERLAG, EINSIEDELN 1974publicada con el ttuloMYSTERIUM SALUTISGRUNDRISS HEILSGESCHICHTLICHER DOGMATIK

    DAS HEILSGESCHEHEN IN DER GEMEINDEGOTTES GNADENHANDELNk it A

    Supervisor de la edicin espaolaP . JUAN ALFARO, SJProfesor de TeologaPontificia Universidad GregorianaLos textos bblicos se tomaron deNueva Biblia Espaola (Ed. Cristiandad, Madrid 1975),traducida por Luis Alonso Schokel y Juan Mateos.

    Imprim potest:JOS MARA MARTN PATINOProvicario GeneralMadrid, 9-12-1975

    Derechos para todos los pases de lengua espaola enEDICIONES CRISTIANDAD, MAERID 1975Depsito legal: M. 3.765.1969 (IV /2 ) ISBN : 84-7057-194-X

    Printed in Spain byARTES GRFICAS BENZAL. -Virtudes, 7. - MADRID

  • 7/22/2019 Feiner, J. Lhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

    4/486

    Prlogo 2 1CAPITULO VI

    ASPECTOS DE LA IGLESIA CO MO INSTITUCINSeccin pr imera:EL SERVICIO DIVINO DE LA COMUNIDAD REUNIDA EN CRISTO. CULTO Y LITURGIA [Alo is Sten zel] 26

    Not as preliminares 261. La comunidad cultual de la antigua alianza 2 7a) I s rael como pueb lo elegido de Yahv 28b) El culto de I srael 30

    c) El culto de I srael en la his tor ia de salvacin 332. El culto de Cristo Jess 343. El culto de la comunidad escatolgica 37a) El sacerdocio com n 41b) El sacerdocio minis ter ial 45c) Liturgia 47

    Bibliografa 52Seccin segunda:LOS SACRAMENTOS DE LA IGLESIA COMO DESMEMBRACIN DEL SACRAMENTORADICAL [ Raphae l S chu l t e ] 5i

    I. Reflexiones previas 5 31. Problemtica de es ta seccin 532. Problem tica actual de una teologa de los sacramentos engeneral 563. Posibil idad d e l legar a una comp rensin de la categor a sac r am ento 61

    II . Vida de la Iglesia en sus sacramentos y teologa sacramental derivadade ella 7 01. La vida de la Igles ia en sus sacramentos 712. L os t r m inos iv(rtr\Qiov y sacramentum en orden a unateologa de los sacramentos 76a) MWTTIQIOV en el griego clsico y en el helen ismo 78b) MWtr iQ iov en e l Ant iguo T es tam ento 80c) M/UOTT)QIOV en e l Nuevo T es tam ento 81d) Significado de \ivcnr)Qiov y sacramentum en la patr s

    t ica pr imitiva 87e) Resultad os 96

  • 7/22/2019 Feiner, J. Lhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

    5/486

    1 2 C ONTENI DO3 Origen y primeros pasos de la teologa sobre los sacramentosen general 984 Desarrollo posterior y doctrina de la Iglesia 110

    I I I Los sacramentos como acontecimiento salviftco eclesial Esbozo sistemtico 1161 Presupu estos protolgicos 120a) La creacin como palabra y smbolo 121b) La potencialidad de lo creado como receptividad de configuracin y virtud operativa 125c) Dimensin trinitaria de la creacin 1282 Aspectos histrico salvficos 132a) Dimensin histrica de la accin personal 132b) Pecado y redencin como concreciones histricas de laaccin de la criatura y de Dios 1353 Sobre la institucin y el nm ero de los sacramentos I394 Intervencin personal de Dios y del hombre en los sacramentos en cuanto acciones eclesiales I445 Estructura del signo sacramental I476 Peculiaridad de los sacramentos como revelacin y accinOpus operatum Palabra y sacramento 1507 Los sacramentales I55

    Bibliografa 15Seccin terceraEL ORDENAMIENTO ECLESISTICO [P e t e r Hu lZ ing ] 16Q1 Estructura social 160a) Comu nidad sacramental de fe 160b) Iglesia del derecho e Iglesia del amor I61c) Flexibilidad del ordenam iento eclesistico 162d) Colegialldad I63e) Sociedad perfecta 3 I64f) Q uin est sujeto al ordenam iento eclesistico? I65g) Iglesia y Estado I65h) Potestad propia y potestad vicaria 166

    2 Derecho divino y humano I67a) Planteamiento del problema 167b) Autorid ad eclesistica y derecho natural 168c) Derecho divino positivo 1703 La obediencia en la Iglesia 172a) Obediencia a los preceptos eclesisticos 173b) Vigencia relativa del ordenam iento eclesistico 173c) Obediencia comn 175d) Ordena miento eclesistico y vida religiosa ^personal 1764 El derecho como servicio 178a) Carcter funcional del ordenam iento eclesistico 178b) Disciplina eclesistica 179c) Prestacin de servicio 180d) Servicio al homb re 181Bibliografa I84

    CAPITULO vilLA EUCARISTA, MISTERIO CENTRAL[Johannes Betz]

    Seccin primeraFUNDAMENTOS BBLICO TEOLGICOS DE LA EUCARISTA 1861 La Cena segn los relatos de la institucin 186

    a) Los relatos de la institucin 186b) Significado de la Cena segn los relatos del NT 191c) Origen de la presencia real eucanstica en el Jess histrico 2012 La Cena segn los restantes testimonios del NT 203a) poca primitiva 203b) Pablo 204c) Juan 205Seccin segundaLA EUCARISTA EN LA HIST ORIA DE LOS DOGMAS 2081 Padres apostlicos y apologetas 2082 Escuela de Alejandra 212

    3 Escuela de Antioquia 2154 Padres griegos posteriores a Efeso 2195 Padres latinos 2216 Comienzos de laEscolstica primera controversia en torno a la cena 2287 Controversia de Perengano y afirmacin de la presencia real enla Escolstica 2308 Baja Edad Media 2419 Los Reformadores 24510 El Concilio de Trento 24911 Siglos posteriores a Trento 25112 Siglo XX nuevo enfoque 253Seccin terceraREFLEXIN SISTEMTICA 260

    1 Contexto dogmtico y nocin general de la eucarista 2602 Presencia de Cristo como agente principal en la eucarista 264a) Escritura 265b) Tradicin 266c) Magisterio 268d) Aclaraciones sistemticas 2693 Presencia memorial del sacrificio de C risto carcter sacrificial dela eucarista 271a) Sobre la nocin de sacrificio 272b) La eucarista, sacrificio repr esen tado de Cristo 273c) La eucarista como sacrificio de la Iglesia 279d) Relacin entre el sacrificio de Cristo y el de los cristianos . 282e) El carcter sacrificial de la eucarista y la teologa evanglica 2844 Presencia real sustancial del cuerpo y sangre de Cristo 286a) Su lugar en el contexto eucarstico 286

  • 7/22/2019 Feiner, J. Lhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

    6/486

    14 CONTENIDOb) Hec ho, sujeto y m o d o de la presencia real 287c) Realizacin ntica de la presencia real: mu tacin de los elementos eucar sticos 297

    Bibliografa 309CAPITULO VIII

    FORMAS DE EXISTENCIAY MINISTERIOS EN LA IGLESIASeccin pr imera:

    M A R I A , P R O T O T I P O E IMAGE N DE LAIGL E S IA [Rene Laurent in] 3121. Evolucin histrica de lasrelaciones entre Marta y la Iglesia 3122 . Relacin estructural 3183. Relacin funcional 320a) M ar a en el cu l to de la Iglesia 320b) La funcin de M ar a en la Iglesia 324

    Bibliografa 331Seccin segunda:DIVERSAS FORMAS DE EXISTENCIA CRISTIANA EN LA IGLESIA [Di etri ch Wie-d e r k e h r ] 332

    I. Pluriformidad de la existencia cristiana 3351. Posibilidad y necesidad deco n cr e ta r la individualid ad cr istiana. 335a) La concretizacin como problema f ilosf ico 335b ) La concretizacin como proble ma teolgico 336c) En t r e el uniformismo y el individualismo 3372. Tipologa tradicional de la existencia cr istiana 338a) La ar ticulacin de la Iglesia como orden establecidoporel espr itu 338b ) El testimonio cr istiano como respuesta al retode la histor ia. 339c) Diversas formas delseg u imien to 340d ) Las categor as de santos en la liturgia 3413. Lases t r u c tu r as de la existencia cr istiana como base de la unida d y diversidad de las formas de existencia 3424 . Posibilidad y realizacin de un tipo personal de fe 343a) L ib er tad y aceptacin de la fe 344b) Fases de la realizacin concreta 345c) Repulsa y equivocacin en la concretizacin 3465. Relacin entre los diversos tipo s de existencia cr istiana 347a) La individualid ad cr istiana en la comunidad eclesial 348b) Complementar iedad recproca de los tipos de existenciacr istiana 348c) Correccin y cr tica recproca .* 349d) Criter ios tradicionales de jerarquizacin 351e) P r o b lemas de toda jerarquizacin 352

    I I . Formas peculiares de la existencia cristiana 3561. Posibles cr iter ios y mo t iv o s de diferenciacin 356

    a) Opciones der ivadas de la exper iencia de D io s 356b) Opciones der ivadas de la fe en Cristo 358

    CONTENIDO 15c) Realizacin de la dimensin eclesial 359d ) Op cio n es d en t r o de la situacin salvfica co mn 3622 . La situacin antropolgica como un car isma en p o ten c ia 363a) Indiferencia negativa y positiva de la fe 363b) Relacin mut ua entre existencia relig iosa y sexo 364c) Ed ad de lap er so n a y av en tu r a de la fe 365d) Posibilidad car ismtica de los diversos e stados 3663. Diferencias especf icas dentro de los tipos individuales y deg r u p o 3684. D iv er s id ad de posturas ante el m u n d o 370a) Condic ionamientos culturales de la postura c r istiana antee l mu n d o 370b) Distin t a valoracin de la p o s tu r a an te el m u n d o 371c) Accin transform ante y renuncia paciente 3725. Actu a l id ad y p er man en c ia de los tipos de fe 3736. Casos extremos y excesos 375a) U nilateralidad legtima e ilegtima 376b) Ejemplos de unilateralid ad e xistencial 377c) Imprecisin de los lmites 378Conclusin: Individuum ineffabile 379

    Bibliografa 381Seccin tercera:T E OL OGA DELL AICADO [Max Keller] 383

    1. Estado de la cuestin 383a) Preconciliar 383b) En el Vat ican o I I 3872. Elementos de unateologa del laicado 394a ) P u n t o de p ar t id a 394b ) I n ten to s de clarificacin 398c) Perspectivas 406

    Bibliografa 409Seccin cuar ta:EL M A T R I M O N I O C O M O S A C R A M E N T O [Josef Duss-von Werd t] 4101. Reflexin gentica 411a) El elemento histr ico 411b) Datos exegticos 422

    2. Principios sistemticos 427a) El matr im onio como representacin 427b) El mat r imo n io co mo aco n tec imien to 429c) Algunas consecuencias 433Bibliografa 437Seccin quinta:F E N O M E N O L O G A T E O L G I C A DE LA VIDA RE L IGIOS A [Friedrich Wulf] 438

    1. El problema hermenutico 4382 . Los fundamentos teolgico-espirituales de la vida religiosa 445

  • 7/22/2019 Feiner, J. Lhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

    7/486

    16 CONTENIDO3. Lo especficoy distintivo de la vida religiosa dentrode la vocacincristiana comn 4544. Elementosde unateologade la vida religiosa 465

    Bibliografa 471Seccin sexta:TEOLOGA DE LOS MINISTERIOS [Bernard D. Dupuy] 473

    1. El ministerio como servicioy potestad 474a) La diacona cristiana 474b) El ministerio como representacin de Cristoycomo potestad ... 4752. Estructurade losm inisteriosen la Iglesia 477a) Diversidad de ministerios en el NT 477b) Estructura de los ministerios en el catolicismo primitivo: losdiscpulosde los apstoles 483c) El episcopado monrquico 484d) El gobiernode la Iglesia universal: episcopado y papado 4853. Laordenacin paraelministerio 489a) Doble forma de ordenacin en la Iglesia primitiva 489b) La plegaria de ordenacin 491c) Los dones otorgadosen la ordenacin 4934. Losgradosdel orden 494a) Aplicacin del conceptode orden al ministerio 494b) El orden es incluido entre los sacramentos 496c) Grados de la jerarqua: obispo, sacerdote y dicono 499Bibliografa 507

    CAPITULO IXLA IGLESIA COMO HISTORIA[Oskar Khler]

    1. El tiempo salvfico de la Iglesia 5092. El problemade la teologa histrica 5113. La historia de la historiografa eclesistica como historiade laauto-comprensinde laIglesia 5254. pocasy estructuras temporalesen la historiade la Iglesia 5525. Sobre la imposibilidadde presentarla historiade la Iglesia como historiade salvacin 567Bibliografa 570

    LA ACCIN DEDIOS POR LA GRACIAIntroduccin 575

    CAPITULO xLA GRACIA SEGN EL TESTIMONIODE LA SAGRADA ESCRITURA

    Seccin primera:LA GRACIA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO [H ei nr ic h G rOSs ] 579

    1. La graciaen los principales estratos literariosy obrasdel AntiguoTestamento 579a) Yahvista-Elohsta 580b) Gn 1-11 580c) Deuteronomio 581d) Los Profetas 582e) Los Salmos 5842. Visin generalde la gracia segnel Antiguo Testamento 585a) Terminologa del Antiguo Testamento 585b) Gracia y salvacin 586

    c) Gracia y redencin 587d) Aspecto escatolgico 588Bibliografa 589Seccin segunda:LA GRACIA EN EL NUEVO TESTAMENTO [Franz Mussner] 590

    1. Ladoctrinade lagracia en los escritosdel Nuevo Testamento ... 590a) Jess (Sinpticos) 590b) Juan 591c) Pablo 594d) Cartas deuteropau linas 598e) Carta a los Hebreos 601f) Primera carta de Pedro 601g) Segunda carta de Pedro 6022. La naturalezade la gracia segnel Nuevo Testamento 604a) La gracia como acontecimiento escatolgico de salvacin 604b) La gracia como esfera de salvacin 605c) La gracia como gratia Christi 606Bibliografa 608

    2

  • 7/22/2019 Feiner, J. Lhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

    8/486

    CAPITULOXIDESARROLLO HISTRICODE LA DOCTRINA DE LA GRACIA[Piet Fransen]

    Seccin primeraEL ORIENTE CRISTIANO 6111 Doctrinade losPadres griegos 611a) Observaciones semnticas 611b) Grandes temas teolgicosy antropolgicos 613

    2 Tradicin bizantina 616Seccin segundaEL OCCIDENTE CRISTIANO 6191 Temas tpicosde la teologade la graciaen Occidente 6192 Agustny las primeras controversias sobrelagracia 623a) Doctrinade lospelagianos 624b) Agustn 625c) Elsemipelagiamsmo 632

    d) Observaciones finales 6363. Aportacinde la Edad Media 638a) Formasdepensar 639b) La preparacin para la gracia 642c) La justificacin primera 645d) El misteriode la inhabitacin de Dios en nosotros 6534 Elagustinismoy laReforma 656a) Postura s relativamente comunesen la doctrina de la gracia 659b) La crisis de la Reforma 666c) La doctrina delConcilio deTremo 6825 Laera postndenttna en pro y en contradeAgustn 697a) Tendencias generales 698b) El suareciamsmo o molinismo 706c) El agustmismo postridentino 711Bibliografa 730

    CAPITULOXIILA GRACIA COMO ELECCINY JUSTIFICACIN DEL HOMBRE

    Reflexiones introductorias * 732Seccin primeraLA GRACIA COMO ELECCIN DEL HOMBRE [Magnus Lohrer] 7371 Elproblemade la predestinacin 740

    a) Planteamientoen elescritodeAgustnAdSimplicianum (395) 741b) El problemade la voluntad salvfica universal de Dios 744

    C O N T E N I D O 19c) Elproblema de la predestinacin en la teologa escolstica 746d) Nueva formulacin de la doctrina sobre la predestinacin enKarl Barth 7522 Reflexin sistemtica 762a) Presupuestos hermeneuticos 762b) Laeleccinde lacomunidad 769c) Eleccin en Jesucristo 774d) La eleccin de Israel y la Iglesia 778e) Eleccin y esperanza 784

    Bibliografa 787Seccin segundaLA GRACIA COMO JUSTIFICACIN Y SANTIFICACIN DEL H O MBRE [ O t t O Her-mann Pesch] 7901 Lugary funcinde ladoctrina sobrela justificacin 792a) La tradicin escolstica 792b) Mirada retrospectiva sobre Pablo 795c) Elnuevo principiode la Reforma 7972 Accin justificante de Dios 8023 La justificacin como acontecimiento sobre el hombre 805a) Justificacin forense o justificacin efectiva? 805b) La justificacin como aceptacin delpecador 8074 Lajustificacin como acontecimientoen el hombre 810a) La libertad 811b) Sola fide . 818c) Certeza de la salvacin 8305 Justificacin y santificacin 837a) Conversin y penitencia 838b) Redencin incipiente 840c) Libertad de un hombre cristiano 8436 Tres temas especiales 844a) Simul mstus et peccator 845b) Ley y evangelio 849

    c) Diferencia entre Lutero y Calvinoen la doctrina de la justificacin 8537 unidos en la doctrinade la justificacin?O de nuevo lugaryfuncin de la justificacin 856a) Justificacin e Iglesia 858b) Mensaje de la justificacin sin justificacin? 866Bibliografa 873

  • 7/22/2019 Feiner, J. Lhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

    9/486

    CAPITULO XIIIEL SER NUEVO DEL HOMBRE EN CRISTO[Piet Fransen]

    Introducc in y observaciones metodolgicas previas 879Seccin primeraESTRUCTURAS FUNDAMENTALES DEL NUEVO SER 88 5

    1 Perspectivas principales 885a) Benignidad de Dios 885b) Modelos teolgicos 885c) La presencia viva y creadora de Dios 886d) La estructura dialogal de la gracia 886e) Estructura trinitaria 888f) Conclusiones 8912 El hombre en gracia Ensayo de antropologa teolgica 892a) Un presupuesto teolgico Hasta dnde llega la corrupcin debida al pecado ? 892b) Es tructura personal y comun itaria de la existencia humana 896c) Estruc tura escatolgica de la gracia 907Seccin segundaALGUNAS CUESTIONES SOBRE LA GRACIA 91 01 El estado de gracia 9102 Las virtudes teologales como dinamismo activo del estado de gracia 9143 Los dones del Espritu como aspecto pasivo del estado de gracia 9194 La gracia actual 9205. La experiencia de lagracia 9216 Gracia y libertad 9257. Gracia y mrito 931Bibliografa 937ndice onomstico 939ndice analtico 955

    PROLOGO

    La segunda parte del presente volumen de Mysterium Salutis haresultado ms amplia de lo previsto y aparece con bastante retraso.Contiene los captulos de eclesiologa no estudiados en el tomo anterior y el tratado sobre la accin de Dios por la gracia. En la introduccin a esta segunda parte sobre la gracia se analizan la estructura dedicho tratado, su relacin con la eclesiologa y su puesto dentro delplan general de esta obra. Con ello se dar cuenta el lector de los motivos que nos indujeron a tratarlo dentro del contexto eclesiolgico alque por su esencia pertenece. El gran nmero de autores que colaboran en el tomo dificult no poco el trabajo de redaccin, sobre todoporque la entrega de las colaboraciones se retrasaba constantementepor los ms diversos motivos. Q uiz consuele al lector tanto como alos Directores el hecho de que ya se avecina el final de toda la obra,puesto que el volumen quinto constar de un solo tomo y apareceren breve plazo.No es necesario hacer aqu una introduccin a los captulos deeclesiologa que integran la primera parte del presente tomo, ya quelas orientaciones doctrinales y prcticas sobre esta materia se expusieron en la introduccin al tomo primero del volumen. Existen seguramente razones para preguntar si no es excesivo el espacio que Mysterium Salutts consagra a la eclesiologa Ha bra sido preferible, sin dudaalguna, que ciertas colaboraciones se hubieran redactado en forma msbreve. Nosotros hemos resumido determinados manuscritos dentro delo posible. Pero para formarse una opinin exacta sobre este punto esnecesario tener en cuenta que esta amplitud se debe sobre todo a queengloba una parte considerable de la doctrina sobre los sacramentos,que antes se expona con detalle en un tratado especfico. Obedecetambin a que ha sido preciso estudiar distintos problemas (por ejemplo, los planteados en la seccin sobre las Diversas formas de existencia cristiana en la Iglesia y en el captulo La Iglesia como historia)que hasta ahora apenas se trataban en eclesiologa. La especial atencincon que se han elaborado los diferentes temas eclesiolgicos puede sertambin en alguna medida eco del nfasis que se puso en el Vaticano II

  • 7/22/2019 Feiner, J. Lhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

    10/486

  • 7/22/2019 Feiner, J. Lhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

    11/486

    SIGLAS DE LOS LIBROS BBLICOSAbd AbdasAg AgeoAm AmosAp ApocalipsisBar BarucCant Cantar de los CantaresCol Colosenses1 Cor 1.a Corintios2 Cor 2.a Corintios1 Cr 1 Crnicas2 Cr 2 CrnicasDn DanielDt DeuteronomioEcl EclesiastsEclo EclesisticoEf EfesiosEsd EsdrasEst EsterEx xodoEz EzequielFlm FilemnFlp FilipensesGal GlatasGn GnesisHab HabacucHeb HebreosHch HechosIs IsaasJr JeremasJob JobJl JoelJon JonsJos JosuJn Juan1 Jn 1.* Juan2 Jn 2." Juan3 Jn 3.a Juan

    Jds JudasJdt JuditJue JuecesLam LamentacionesLv LevticoLe Lucas1 Mac 1. Macabeos2 Mac 2." MacabeosMal MalaquasMe MarcosMt MateoMiq MiqueasNah NahnNeh NehemasNm NmerosOs Oseas1 Pe 1.* Pedro2 Pe 2.a PedroProv Proverbios1 Re 1. Reyes2 Re 2. ReyesRom RomanosRut RutSab SabiduraSal Salmos1 Sm 1 Samuel2 Sm 2 SamuelSant SantiagoSof Sofonas1 Tes 1.a Tesalonicenses2 Tes 2.a Tesalonicenses1 Tim 1.a Timoteo2 Tim 2.a TimoteoTit T itoTob TobasZac Zacaras

    SIGLAS QUE NO APARECEN EN EL TOMO IEn el tomo I de este vol. IV, pp. 611-618, se publican las siglas de las principales obras citadas en l. Sealamos aqu algunas que slo aparecen en esta segunda parte.

    MS Mysterium Salutis, vols. I-IV, dirigido por J. Feiner y M. Lohrer (Ediciones Cristiandad; Madrid 1969-1975).PA Padres Apostlicos, trad. y comentarios de D. Ruiz Bueno (Madrid 21965).SM Sacramentum Mundi, vols. I-V, dirigido por K. Rahner (Barcelona 1972-74).TE P Textos eucartsticos primitivos, 2 vols. Trad. de J. Solano (Madrid 1952-54).

    C API TULO VIASPECTOS DE LA IGLESIA CO MO INSTITUCIN

    En el captulo IV se ha estudiado la Iglesia como sacramento de salvacin. Con ayuda del concepto sacramento se considera all principalmente el aspecto institucional visible de la Iglesia como signo de surealidad interna de gracia. Al referirnos ahora a algunos aspectos fundamentales de la Iglesia como institucin, es decir, al servicio divino dela comunidad reunida en Cristo, a los sacramentos como prolongacindel nico sacramento radical, que es la Iglesia, y al ordenamiento ecle-sial, damos por supuesta la visin sacramental de la Iglesia desarrolladaen dicho captulo. El hecho de que estos tres aspectos se traten en unmismo captulo no significa que los tres tengan la misma importancia.Pero los tres coinciden en que su estructura concreta, su significado y sumutua relacin slo pueden valorarse debidamente partiendo de la esencia sacramental de la Iglesia. La visin sacramental comn no excluyeque en las secciones siguientes se expongan, desde el punto de vista desu significado particular, los diversos aspectos de la Iglesia como institucin. No es difcil comprender que el servicio divino y los sacramentostienen un puesto en la eclesiologa en general y en este captulo en particular. Nos ha parecido importante abordar tambin en este contextola cuestin del ordenamiento eclesial y del derecho eclesistico. Si se quiere superar una concepcin juridicista de la Iglesia, no se debe separarde la eclesiologa la legtima cuestin teolgica sobre el ordenamientoeclesial. La nueva ordenacin del derecho eclesistico slo resultar acertada si se estudian adecuadamente dentro de la eclesiologa las premisasteolgicas del ordenamiento eclesial.

  • 7/22/2019 Feiner, J. Lhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

    12/486

    SECCIN PRIMERAEL SERVICIO DIVINO DE LA COMUNIDAD REUNIDA EN CRISTO.CULTO Y LITURGIA

    Notas preliminaresDebemos precisarelsignificadode este epgrafe. Este captulo ofrecerla Iglesia-institucinen sus diversos aspectos.Setrata,por tanto,de presentar lacomunidadreunida cultualmente en Cristo como fundamental para la expresin y revelacindel misterio de Cristoy de la autntica naturalezade la verdadera Iglesia'.Hayque sealar tambin el puesto que la comunidad cultual neotestamentaria ocupaen la historia de salvacin,su constituciny susestructuras,ascomoel lugardelservicio divinoen la Iglesia.No se trata aqude enumerar, describiryvalorarlasdiversas formasdel serviciodivino; slo nos referiremos a ellas en la medida en que sea indispensable paraaclarar el objeto especfico de nuestras reflexiones.Puede parecer inclusoque los trminos del ttulo han sido empleados ligerae irreflexivamente. Hemos habladode comunidad reunida en servicio divino,decomunidad cultualy finalmente hemos aducidounacitade laConstitucin sobre

    la liturgia.No se pretender impugnar el concepto, ms amplio y flexible, de serviciodivino.Y se admitir que no se puede renunciar a la liturgia, porque en la comunidaddelEsprituy de su libertad escatolgica tiene que haberunservicio divinodistintode la existencia cristiana.Un servicioque no sloha de efectuarse segnel orden establecido (determinadoen sus elementos fundamentales por su fundador,sociolgicamente indispensable y, por tanto, necesitado de profundas determinaciones positivas), sino que adems ha de realizarse bajo signos que indiquen eltiempo final, todava no manifiesto, pero realmente iniciado.Mas nosquedaelconceptodeculto.No es necesario haber odo hablar demasiado sobre cristianismo sin religin, secularizacin, mundo secular, etc., parapensarque elconceptodeculto aunquese le d el calificativodenuevoocristiano no es suficientemente adecuado para expresar lo distintivo del serviciodivinode la comunidad escatolgica. En efecto, si el culto se concibe slo comoun trmino vagoy, por lo mismo, peligroso, demanera que incluya lugares, personas y ritos sagrados (paganos y tambin veterotestamentarios), debemos afirmarcon decisin queCristo,fin de la ley,ha puesto tambin aqufin a loantiguo.De ah sesiguequecuando seempleauna terminologa cultual,hay quehacerloteniendo bien presente el objeto a que uno se refiere. Si no se puede, pues, usardicha terminologa con libertad, para qu seguir emplendola?La respuestano puede, naturalmente, anticipar lasreflexiones que seexpondrnms adelante. Intentaremos nicamente insinuar una explicacin. Es decisivo elhechode que el servicio divinode la comunidad reunida en Cristo slo puedesercontemplado adecuadamente en perspectiva histrico-salvfica. Ahora bien,es claroque Israel tena un cultoy que era una comunidad cultualen el sentidoms corrientede la palabra.Si el nuevo pueblodeDiosno puedeserentendidoms quecomo surgidodelantiguo, habrqueconsiderarla comunidad cultualde Israel comopunto de partida sin el cual no puede haber un sistema prctico de coordenadasy tratardedefinir lacomunidad cultualdeJesucristoenrelacinconaqulla.1 Constitucin sobrelaliturgiaSacrosanctum conclium(enadelante: Const. L it.),art.2.

    LA COMUNIDAD CULTUAL DE LA ANTIGUA ALIANZA 27Siya no se confa en que una tradicin muy antigua del lenguaje teolgicoseasuficiente garanta de que tal concepcin expresa suficientemente la diferencia existente entre el pueblode la antigua alianza y la comunidad salvfica escatolgica,entonces habrquerecurrira una ulterior comprobacin.Enefecto,la terminologacultual empleada por la Escriturano es rgida.Ya el Antiguo Testamento incluyeconla mayor naturalidad la observanciade losmandamientosen el temadelculto.Cuandoel Nuevo Testamento se refiere luegoal amor fraterno y al apostoladoempleando enfticamente trminos cultuales, confirma que es coherente extender elservicio divinoa lavida. Puestoque setratade unaaplicacin cadavezms ampliadela terminologa cultual,se debera buscar,msallde la legitimidad comprobadade su empleo, su funcin positiva. Slo una indicacin: poder conservar entreservicio divino cuyo significado verbal no se distingue suficientemente de laexistencia cristiana y liturgia dembito muy limitado el trmino intermedio culto, resulta gratono slo porqueas sehablaen elmismo planoen queel Nuevo Testamento habla del sacerdocio de Cristoy de la comunidad, sinoquean hay algo ms:el sacerdocio comnde losfieles,por unaparte,es no slounasuntode actitud interior, sinoun verdadero sacerdocioconcarcterdesigno, tantopor su origen comopor surealizacin;porotra parte,noest limitadopor lamultitud de condiciones que circunscriben su competenciaen lo propiamente litrgico.Llamar a la comunidad neotestamentaria pueblo cultual, en este sentido, pareceprocedente y est de acuerdo con la tradicin.

    1. ha comunidad cultual de la antigua alianzaEl estudio de este punto constituye una ayuda indispensable para eldesarrollo de nuestro tema, pero slo es una ayuda. Esta limitacin permite dos cosas: por un lado, no es necesario estudiar el culto en sentidohistrico-religioso general2; es decisivo lo que el culto israelita reflejade estas categoras fundamentales. Por otro, huelga describir las lneasgenticas3; aqu y ahora bastan la antigua alianza y sus instituciones;de ella se sirve, por ejemplo, la carta a los Hebreos para deducir la novedad y el carcter definitivo de la comunidad escatolgica de salvacin.Se puede, pues, dar como supuesto que todo culto (tambin el deIsrael) es una respuesta a la experiencia de lo divino, respuesta que seexpresa en oraciones, himnos y sacrificios. Su finalidad es establecer uncontacto, un encuentro, un intercambio con la divinidad, cuyo objeto esfacilitar y otorgar la salvacin. La divinidad debe mostrarse propicia consu presencia y accin salvadora (las prcticas mgicas no contradicenestas creencias y afanes, sino que los corroboran por caminos errneos).

    2Cf. Culto(E. J. Lengeling)y sus referencias bibliogrficas en CFT I,353-373.3No se puede olvidar aqu que, en el camino haciael monotesmo puro, tambin el culto tuvoquepu rificarse y que elpeligrode unab aalizacinpormediodelareliginde Canan provoc retrocesosy cadasy, detiempoen tiempo, exigireformas cultuales.Es de escaso inters aqu saber si Ex25 yNm 10 son tanantiguos que se pueda remontar con seguridad hasta Moiss la existencia de unsacerdocio especial; si la tarea especfica de los sacerdotes incluaen un principioconsultar a Diosy comunicar orculos;si (yhasta cundo)laoblacinde sacrificiosera algo exclusivodelsacerdocio prejerrquicodel rey (que en lasreligiones antiguasorientaleses elcentrode lo quesostienealmundo)o deljefede latribu,etc.

  • 7/22/2019 Feiner, J. Lhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

    13/486

    28 ASPECTOS DE LA IGLESIA COMO INSTITUCINAunque la idea de fundacin se verifique propia y verdaderamente enel conjunto de la religin revelada y de sus instituciones, el hecho se daen todos los lugares y tiempos sagrados y en todas las personas y ritossacros 4 : Dios establece las condiciones de su autorrevelacin, facilita elacceso, determina y delimita la capacidad cultual y se crea de esa formasu comunidad cultual. Como ocurre en los diversos cultos, tambin enel culto israelita se dan las categoras de puro (impuro) y sacro (profano).Estas se traducen en bendicin (maldicin), vida (muerte), proximidad(lejana); cobran eficacia por el poder de Dios en la celebracin cultualy pueden, por lo mismo, constituir el principal contexto del culto 5 .

    a) Israel como pueblo elegido de Yahv.El Credo primitivo de Israel dice as: Mi padre era un arameoerrante. Baj a Egipto y residi all con unos pocos hombres; pero allse hizo un pueblo grande, fuerte y numeroso. Los egipcios nos maltrataron, nos humillaron y nos impusieron dura esclavitud. Gritamos entoncesa Yahv, Dios de nuestros padres, y Yahv escuch nuestra voz; vionuestra miseria, nuestros trabajos y nuestra opresin. Yahv nos sacde Egipto con mano fuerte, con brazo extendido, con terribles portentos,

    con signos y prodigios. Nos trajo a este lugar y nos dio esta tierra, unatierra que mana leche y miel (Dt 26,5-9; cf. 6,20-25; Jos 24,2b-13).Yahv es el creador y conservador del universo, Seor de su historia,que es historia de salvacin. Pero la idea que Israel tiene de s y de Dioses la siguiente: Hoy te has comprometido a aceptar lo que el Seorte propone: l ser tu Dios.. . y Yahv se compromete hoy a aceptar loque t le propones: que sers su pueblo (Dt 26,17s). De entre la multitud de pueblos, Dios ha elegido uno (y lo ha convertido as en el propioXae;, frente a los muchos 0vn) y, en respuesta, los elegidos se adhierencon amor agradecido al Dios que los ha elegido (Dt 7,6; 6,4; 11,1). Asentienden ellos su dogma nacional, el indisoluble complejo tnico-4 Como los tiene tambin Israel. Enumeremos los posibles malentendidos paraevitarlos: estas manifestaciones exteriores se oponen tan poco a la interioridadde la accin cultual (el hombre compuesto de cuerpo y alma no queda dividido)como se opone a la gracia all presente la lapidaria contraposicin de Heb 9,13s:pureza de la carne-pureza de la conciencia (la desvalorizacin pureza simplementeceremonial, levtica califica a la alianza como alianza de la ley, que en cuanto talno otorga gracia).5 En una poca de desacralizacin desapasionada y hasta de conciencia dolorosade que hay que hacer presente a Dios por medio de la, fe, la esperanza y la caridad(y no en primer trmino por medio de la institucin), no deberamos descuidar doscosas: por una parte, que el alejamiento, la ruptura y la estilizacin, etc., son formascasi insustituibles para expresar la trascendencia y, por tanto, elemento integrantede toda actividad cultual humana (porque tampoco se pueden negar sencillamentetrascendencia y re-ligiopor el hecho de qu e acercamiento y visita de Dios sonpalabras clave en la religin revelada); por otra parte, que un culto as entendido

    accin humana en este mundo, pero no de este mundo puede elevar en elsentido de que libera para el mundo.

    LA COMUNIDAD CULTUAL DE LA ANTIGUA ALIANZA 29religioso6 de ser pueblo de Dios, es decir, de pertenecer a Dios y deposeerlo de forma peculiar e insuperable por pertenecer segn la sangre a este pueblo concreto 7 . Todo ello es fruto de la predileccin divinainmerecida (Dt 7,7), que hace santo al pueblo elegido y gracias a la cualmora Dios en el pueblo de su propiedad (Ex 25-40), para gloriarse en l,en el paso de la santidad ontolgica de la vocacin al imperativo sedsantos, porque yo, el Seor vuestro Dios, soy santo (Lv 19,2; cf. Dt 7,6; 26,19). Pueblo santo, escogido para una alianza (Ex 24,4-8) cuya iniciativa fundacional est hasta tal punto en las manos de Dios, que laalianza se basa exclusivamente en la fidelidad de Yahv. Por eso hay quepartir de aqu para descubrir la realidad de esta alianza. De ah que dichaalianza sea eterna, irrevocable (Ex 32 ,13; Lv 26,42; Dt 4 ,31), mximecuando esa fidelidad se convierte en amor: Cuando Israel era joven,yo le am (Os 11,1; de forma anloga se expresa Isaas cuando hacede la santidad, como compendio de la divinidad, el fundamento de laaccin salvfica de Dios: 41,14; 43,3; 47,4). A partir de este Dios que,segn la teologa de la protohistoria, es Creador y Seor, Dios nicoadquiere la alianza particular una universalidad permanente. Sin duda,la eleccin como p ueblo especial y propio es la raz de lo que hoy se llamanacionalidad. Pero la eleccin no se hace para ejercer un dominio auto-suficiente y egosta 8 , sino para cumplir una misin entre los pueblos delmundo, para ser testigo (Is 43,10; 49,6; 60,3; Jr 1,5). Si Dios se une tanntimamente a Israel, lo hace para que ste sea signo visible de su presencia. Es cierto que la expresin reino sacerdotal (Ex 19,6) sigueconstituyendo hoy un problema para los exegetas. Pero es claro que indica lo siguiente: este pueblo es sacerdotal, es decir, est prximo a Dios 9y tiene acceso a l. Es sacerdotal porque vive para honrar a Dios cum-

    Esto podra ser un motivo de que, como autodesignacin, se escogieran lostrminos qabalyekklesia, trminos que no son propiamente cultuales.7 La alianza con Abrahn (Gn 15; cf. exposicin anloga en Jr 34,18ss) demuestra que este recproco pertenecerse o apropiarse se concibe como una verdadera comunidad de vida: los dos signatarios de la alianza estn unidos en la vida delanimal despedazado, que hace de mediador.8 No es extrao que el Dios con nosotros pueda degenerar de tantas formas:en una relajacin de todo esfuerzo tico, en una postura de egosmo poltico, enuna confianza cultual masvo-mecnica en el Dios, que est en medio de su pueblo.De la crtica proftica al culto hemos hablado ya; es terrible la amenaza de Oseas(1,9; 2,25): A 'Mi-pueblo' le voy a llamar 'Mi-no-pueblo'.5 La raz acercarse asoma detrs del trmino usado en hebreo para designaral sacerdote. Las preguntas todos reyes? (eco tardo en 2 Me 2,17), todossacerdotes? (cf. Nm 11,29) reciben respuestas diversas por parte de los exegetas.Cf., como orientacin, G. Fohrer, Priesterliches Konigtum, Ex 19,6: ThZ 19(1963) 359-362. No es necesario que tomemos aqu una postura al respecto: nuestrasafirmaciones se sitan ms ac de la lnea de discrepancias. Por lo dems, si laafirmacin de Ex 19,6 se refiere al rey y al sacerdote, tenemos una nueva manifestacin de la mutua penetracin entre lo nacional y lo religioso en Israel. Hay tambin motivos suficientes para pensar que el rey es portador de una mediacin mesi-nica: ni siquiera los profetas pueden concebir una salvacin al margen de la dinastadavdica.

  • 7/22/2019 Feiner, J. Lhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

    14/486

    30 ASPECTOS DE LA IGLESIA COMO INSTITUCINpliendo sus mandamientos. Este culto existencial no es primariamentetarea obligatoria, sino aceptacin viviente del designio que Dios haconcebido de establecer una comunidad con su criatura. Viene a significar lo siguiente: Yahv, el Seor de la alianza, recibir honor y gloriaen su pueblo Israel para signo e invitacin de los pueblos (Dt 4,6). Aslo expresa Israel en la alabanza y en la accin de gracias, en sus lamentaciones porque Dios parece abandonarlo, y en sus concepciones 10: hasido elegido como propiedad de Dios no para su propia honra o provecho,sino para desempear una misin: la de ser vrtice adecuado y propiciode la penetrante voluntad de inmanencia de la santidad de Yahv u ;para que se realice la salvacin de muchos por medio de pocos, la salvacin de los fuertes y poderosos por medio de los dbiles y dolientes.

    b) El culto de Israel.No es posible describir a Israel como pueblo que pertenece en propiedad a Dios sin recurrir a trminos cultuales. Su separacin mediantela eleccin equivale tanto a santidad, que se prolonga espontneamenteen la Ley de Santidad (Lv 17-26) con su estribillo sed santos, porqueyo , el Seor vuestro Dios, soy santo. La gloria y glorificacin del

    Dios de la alianza constituye la nica respuesta vlida a la preguntasobre el porqu de dicha eleccin. Se trata, pues, de un sacerdociodel pueblo, expresado en el servicio divino de una adhesin existenciala Dios; la misin de mediacin ante y para los pueblos subraya este aspecto sacerdotal. Si Israel llega a ser pueblo gracias a la eleccin, se sigueque en Israel el Estado, la nacin y el pueblo tienen carcter cultual(mientras que habra que considerar como costumbre pagana dar carcter estatal a la religin y al culto).No hay duda ninguna sobre la posicin dominante del culto en estepueblo, que fue constituido precisamente para eso por la gracia y el libreautocompromiso de Dios. Si es pueblo porque Yahv est en medio,se sigue que, para l, es lugar principal y permanente el culto en el santuario. En l mora Yahv (Dt 12,5ss; 2 Cr 7,lss), all se ve su rostro(Dt 16,16; Is 1,12) y tiene lugar el encuentro y la comunicacin con l(Ex 29,42s). Para decirlo con pocas palabras: Dios realiza en el cultola salvacin prometida en la alianza. Lo demuestra tambin el hecho deque las leyes cultuales de Moiss se dan como encargo de Yahv (Ex 40,1; Lv 1,1; Nm 5,1). La sancin es totalmente consecuente: hay que se-

    10 Gn 12,lss constituye la expresin ms clara de u/ia teora salvfica universalista.El deuteronomista es el que ms se aproxima al yahvista en la idea de que Israeldebe ser sacramento para la salvacin del mundo.11 Es una formulacin de G. von Rad: Theologie des Alten Testaments I (Munich 41962) 219. La necesidad de hacerse proslito es reflejo de dicha conviccin.Sobre el modo concreto de convertirse los paganos a Yahv haba diversas tradicionesescatolgicas. La inseguridad de la primitiva comunidad cristiana viene a probar lomismo; resulta llamativa la imagen ms que pensamiento de que toda la gentilidad sera atendida por apstoles que recogeran la cosecha.

    LA COMUNIDAD CULTUAL DE LA ANTIGUA ALIANZA 31parar del pueblo a quien viola dichas leyes (Gn 17,14; Ex 12,15.19;Lv 7,20; Nm 9,13).Podemos citar aqu algunos pasajes de la Teologa del Antiguo Testamento de G. von Rad que explican la extraordinaria importancia delculto en la vida de Israel. P ( = el Docum ento sacerdotal, que debe considerarse como obra histrica) quiere poner de manifiesto con toda seriedad que el culto vivido histricamente por el pueblo de Israel constituyela finalidad para la que surgi y se ha desarrollado el mundo. La creacinmisma tiene por centro a este Israel (loe. cit. I, 247; esta ltima afirmacin se prueba suficientemente con el hecho de que la narracin de lacreacin propia de esta fuente est organizada en torno al sbado). Enel Sina instituy Yahv el culto de Israel (ibd.). De todas forma s. . . ,la disposicin del Deuteronomio constituye una unidad compacta, puesla secuencia de las diversas partes refleja el desarrollo de una fiesta cultual, a saber, el de la fiesta de la renovacin de la alianza de Siqun. Elhecho de que el desarrollo litrgico de un suceso cultual constituya elmarco de un obra literaria teolgica nos vuelve a mostrar qu difcil leha resultado a Israel desarrollar tericamente los contenidos teolgicospor s mismos (loe. cit. I , 233).No es tarea nuestra tratar aqu sobre el culto de Israel en la medidaen que tiene que expresarse por medio de la gramtica propia de lasreligiones naturales y, por lo mismo, responde como las dems a laexperiencia de Dios con oracin, himnos, sacrificios, etc. , en la medidaen que est ligado a factores culturales y sociolgicos (y lo est en altogrado por ser eminentemente asunto de todo el pueblo). El culto yaexistente de los autctonos cananeos ejerce sobre Israel un influjo tanimportante como el hecho de que un pueblo de agricultores seminmadasno pueda ni quiera disimular el carcter agrario de sus fiestas (totalmente claro en las fiestas de las Massot, de las [siete] semanas, de lacosecha ). Pero si se admite esto como algo natural y casi inevitable, debe,sin embargo, afirmarse con toda claridad lo siguiente: Israel no hafundado su culto del mismo modo que los pueblos que le preceden y lerodean. Estos conciben un cosmos profundamente sacralizado, en el quelo divino est difusamente presente por todas partes y puede ser conocido experimentalmente, segn creen, en diversas hierofanas (trminoacuado por M. Eliade *). En el culto se busca que esto sobrenatural divino sea propicio y se pretende lograr la garanta de que conceder susbienes salvficos. Tambin conocen, claro est, la realidad del pecado,que interrumpe y distorsiona esta experiencia, pone en peligro el contactocon la divinidad y, por lo mismo, exige purificacin.Tal fundamentacin del culto es bastante slida. Aqu se entra encontacto ms all del momento fugaz, siempre y nunca disponiblecon la vida verdadera, que escapa a la corriente de la fugacidad; aqu sepalpa eternidad. Las fiestas de ao nuevo garantizan la riqueza inagotable

    * En el Tratado de Historia de las Religiones (Ed. Cristiandad, 1974).

  • 7/22/2019 Feiner, J. Lhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

    15/486

    32 ASPECTOS DE LA IGLESIA COMO INSTITUCINde esta vida. Los mitos del dios de la fertilidad, que est cautivo en elmundo subterrneo, pero resurge siempre triunfante, representan el ciclode la energa vital. No podemos demostrar aqu que la fundamentacindel culto de Israel, en comparacin con este trasfondo, es sorprendentey constituye una gran aportacin, etc. Pero cmo sera posible fuerade una religin revelada lo que sucedi en Israel, es decir, que la historiaentrara en su culto (y este hecho no slo constituye para dicho puebloel centro de su autocomprensin religiosa, sino que es su misma auto-comprensin)? Q uiz deberamos hablar con mayor precisin. Historia e historicidad son hoy conceptos tan generales que a veces nos dacierto reparo acudir a ellos; pero, al mismo tiempo, tienen una resonanciafascinante (sobre todo cuando apuntan hacia el futuro y sus mltiplesposibilidades); por eso hay que repetir con objetividad la siguiente formulacin: Israel funda su culto (el objeto mediador de su salvacin)sobre acontecimientos contingentes 12. Esto es realmente maravilloso. Estanto como decir que este pueblo est plenamente convencido del papelfundamental de su eleccin, aunque no lo vea con claridad, y que laconsidera como trnsito de la historia general a la historia especial (e historia de salvacin), la cual es elemento constitutivo para este pueblo.Toda la importancia de este salto est en la palabra constitutivo. Significa lo siguiente: hechos contingentes constituyen la base del sentidoy quehacer de este pueblo, de sus exigencias y promesas; es decir, acontecimientos a los que hasta entonces no se les haba atribuido una funcin significativa y que, en el mejor de los casos, podan ser epifenmenostiles para conocer el nico trasfondo vlido y permanente. Israel ve endichos acontecimientos salida de Egipto, alianza, caminar por el desierto, guerra santa, conquista de la tierra etapas de una intervencinde Dios con dimensiones de creacin: en ellos ha encontrado a su Diosy ha llegado a ser pueblo suyo.La celebracin cultual concreta proyecta la luz decisiva sobre estaafirmacin; la palabra clave es aqu anamnesis. Ahora bien, el trminosolo no indica si se trata de recuerdo o de conmemoracin. Pero sise tiene en cuenta que Yahv e Israel aparecen alternativamente comosujeto y objeto de dicha memoria, es decir, que en ella Israel recuerdaa Yahv u y se pide a Yahv que se acuerde de Israel14 , entonces quedaconfirmada la benevolencia de Yahv y asegurada la eficacia de tal celebracin cultual. Pero lo decisivo se expresa con el hoy peculiar de laanamnesis que tiene poder de actualizacin. El tratado de la Misn sobre

    12 Esto vale no slo para los contenidos centrales, como eleccin, la alianza, etc.,sino para todo el aparato cultual (si se puede hablar as): tanto los lugares santos(Gn 23; 26,23ss; 28,10-22; 32,ls) como los das y tiempos santos (pascua: liberacinde la esclavitud; fiesta de las semanas: la alianza, concesin de la tierra; fiesta delos tabernculos: conduccin a travs del desierto).13 Cuando se expresa con todo nfasis que el sentido supremo es colocar a Israelante la exigencia de Yahv y ponerlo al servicio de su glorificacin, se refleja lapeculiaridad de la relacin con Dios: Yahv tiene y conserva la iniciativa soberana.14 G. von Rad, op. cit., I, 255.

    LA COMUNIDAD CULTUAL DE LA ANTIGUA ALIANZA 33la pascua lo formula as: Uno est obligado en toda poca a considerarsesacado de Egipto. Pues est escrito: aquel da t dirs a tu hijo: (la fiestade la pascua se celebra) por todo lo que me hizo Yahv cuando sal deEgipto 15. Lo mismo sucede cuando en la asamblea cultual se oye lasiguiente invitacin: Escucha, Israel, los preceptos y las normas que yote anuncio. Aprndelas y cmplelas fielmente. Yahv, nuestro Dios, hahecho en el Horeb una alianza con nosotros. No hizo Yahv esta alianzacon nuestros padres, sino con nosotros, con nosotros que estamos hoyaqu, todos vivos (Dt 5,lss).Con esto deja de ser la poca fundacional simplemente el primermomento de un largo y verdadero proceso histrico y se convierte en elpunto primordial, que tiene carcter de creacin y abarca y sustenta laspocas sucesivas. En esto se basa la eficacia de la anamnesis como acontecimiento salvfico aqu y ahora, en el que se afianza la fe, se vivifica laesperanza y crece el amor (cf. Ex 14,31; Dt 7,18s; 6,5). En efecto, puedehacer que una persona o un acontecimiento estn tan realmente presentes 16, que se pueda participar aqu y ahora del nico xodo y de la nicaalianza.

    c) El culto de Isra el en la historia de salvacin.Tras la carta a los Hebreos no resulta fcil entender la antigua alianza. El esplendor de lo nu evo, de lo pleno y definitivo dificulta un a visinclara de la antigua alianza, que es introductoria, preparatoria y provisional. Pero, de todas formas, en el contexto de la historia de salvacinhay que resear muchas cosas positivas sobre el culto de Israel, que nopueden quedar ensombrecidas y cuya validez se confirma en una lecturaretrospectiva.Los sacrificios de Israel no son una simple promesa ni el vano intento de autopurificarse o de influir en Dios. Causan la expiacin (tal esla finalidad de la mayora de las acciones sacrificiales), aplacan la ira,proporcionan la reconciliacin y conservan viva en la comunidad cultualla alianza con Dios. Es cierto que aqu hace falta una serie de actos par

    ticulares que slo dan, por decirlo as, frutos efmeros. La carta a losHebreos no tendr reparos en subrayar la precariedad que esto implicani en destacar que la necesidad de repeticin continua es, en ltimo trmino, signo de insuficencia e impotencia. Pero asimismo es cierto lo siguiente: tambin este culto, este sacrificio, es institucin de Dios, establecida por mandato y ordenamiento divinos para una sucesin ininterrumpi-15 Ex 13,8- Pesaquim 10,5.16 P. Brunner cita a W. M'arxsen: Aqu la actividad del objeto consiste en unsalto que se realiza lo mismo en el espacio que en el tiempo. Lo normal es la entradadel pasado en el presente, pero tambin puede darse la anticipacin del futuro alpresente (Zur Lehre Vom Gottesdienst. Leiturgia I, 212). Sobre la cualidad creadora de este tiempo original, cf. Sal 114. Es claro que aqu no se da un procesoanlogo al de Sal 89,10-13, por ejemplo, que inserta en los relatos de la creacindel Gn (que ya no ofrece ningn riesgo) la poesa de las cosmogonas extrabblicas.

    3

  • 7/22/2019 Feiner, J. Lhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

    16/486

    34 ASPECTOS DE LA IGLESIA COMO INSTITUCINda. Tampoco p uede olvidarse que se trata de la persistencia provisional deuna alianza divina que est siempre en peligro, una alianza cuya pervi-vencia no est asegurada con una garanta definitiva. Es tan manifiestala debilidad y caducidad de dicha alianza, que las esperanzas y deseos delos israelitas se dirigen cada vez con mayor intensidad hacia una nuevaalianza (Jr 31-34; Ez 36,24-31). Aunque fue necesario hacer de un resto 17 el soporte de la esperanza, queda siempre el recurso al resto deIsrael, incluso en los discursos profticos ms implacables. As, suculto constituye la garanta de un s divino, que es ms fuerte quela incredulidad y la obstinacin, y que sustituir la multiplicidad desacrificios por el nico sacrificio vlido, que vendr despus.As, pues, los sacerdotes de Israel son verdaderos mediadores(aunque, conforme a las caractersticas de esta alianza, aparecen mscomo mandatarios de Dios ante su pueblo que como abogados del puebloante su Dios). Han sido elegidos; slo ellos tienen acceso inmediato aYahv (Nm 3,38; Ex 33,7-11); constituyen la prueba de que la intercesin y el sacrificio cultual no son obras creadas por el hombre, sinoinstituidas por Dios y de que, por ello, su aceptacin est asegurada.

    2. El culto de Cristo JessPodra parecer que hemos prestado excesiva atencin al culto de la antiguaalianza. Pero no es as. La novedad de la alianza ltima y definitiva la ser de unaplenitud incomparablemente superior a todo lo pasado, pero no por eso deja de sercumplimiento de la antigua alianza y de las promesas en ella contenidas. Ya hemosmostrado que sa es la conviccin de quienes tuvieron que expresar sin compasinla dolorosa experiencia de la provisionalidad. Tampoco el aserto dogmtico Israelsegn la carne = Israel de Dios puede ser entendido de otra forma, pues se tratade crear un nuevo Israel. La misma conviccin muestran los que miran al pasado yno pueden ver ms que cumplimiento de promesa. Tal es el caso de la carta a losHebreos y de Pablo en otros muchos pasajes. Entindase como se quiera lo nuevo,se trata siempre de una continuidad. Ningn rechazo fue absoluto: No es quehaya fallado la palabra de Dios, Dios no ha rechazado a su pueblo, en quien deantemano puso sus ojos (Rom 9,6; 11,2). Ningn camino va a Dios, el Dios de laalianza de Abrahn, Isaac y Jacob, sin pasar por Israel, la primicia santa, la razsanta, el olivo cultivado (Rom 11,16-24). Lo saben los que estn en la oscuridad17 A ms tardar, cuando fracasa el intento de Esdras-Nehemas de convertir, pordecirlo as, mediante la legislacin a los que retornaron del exilio en la comunidadideal y de identificarlos as con el resto, ya no es posible poner freno al desarrollodel pensamiento: No todo Israel (segn la carne) es elegido lleva inevitablementea la idea complementaria: No todos los elegidos proceden de este Israel (Is 11,10;54,5; 45,22; Zac 2,11.15; 8,22). *18 Del carcter de tiempo originario que Israel atribuye al xodo y a la conquista de la tierra se sigue que la categora alianza, cuyo fundamento y contenido surgen as, no slo mira hacia atrs (hay alianza entre Dios y Abrahn, hayalianza entre Dios y No; en ambos casos se da una situacin de xodo), sino tambin hacia el futuro: si es verdad que el futuro prometido y esperado por Israel es

    un futuro real, tambin es verdad que se dar una nueva alianza (nuevo xodo,nueva tierra prometida).

    EL CULTO DE CRISTO JESS 35y los que estn en la luz: el Dios de la alianza ha renovado al pueblo porque ie hadado una nueva interioridad, como haba sido profetizado: Pondr mi Ley en suinterior y la escribir sobre sus corazones (Jr 31,33).

    Era, pues, necesario, y est justificado, estudiar el pueblo cultual dela antigua alianza. El paso de ste a la comunidad del fin de los tiemposno es posible sin aquel que es meta de todo lo que pasa (Rom 10,4;Gal 3,16) y, del mismo modo, para todo lo que vendr, nadie puedeponer otro fundamento que el ya puesto, Jesucristo (1 Cor 3,11). EnJesucristo ha hecho Dios realidad insuperable su voluntad de alianza.Este hombre es Dios. Dios de modo humano, hombre de modo divino:este mdium, este mediador es el mensaje. Es la encarnacin de la voluntad divina de establecer una comunidad con su pueblo y con la hum anidaden general. Aqu su salvacin no slo est definitivamente prometida(perceptible en el suceso intrahistrico de la encarnacin), sino que enmedio de ella est ya realizada en el fundamento, en el principio: enJesucristo. En l se hace presente el reino de Dios; es ya realidad, aunqueslo de modo incipiente: los Padres hablan de una autobasileia. Y comol es el Mesas prometido, que no puede existir sin su pueblo, en l seda ya la Iglesia. Pero mientras l vivi y actu en la tierra, la Iglesiaestaba encerrada en los lmites de su cuerpo. Por eso es necesario tratarprimero y fundamentalmente del misterio cultual de Jesucristo, cabezade su cuerpo.El es, en persona, la manifestacin humana del amor salvfico y redentor de Dios, as como el realizador del culto ante Dios en nombrede toda la humanidad. Con esto, sin necesidad de establecer una polmica o pronunciar una condenacin expresa, todo lo provisional quedaviejo y superado. As deben entenderse las palabras y los hechos deJess que abrogan lo antiguo: no condenan slo la exteriorizacin, comohace, por ejemplo, la crtica proftica del culto. La curacin del paraltico (Me 2,1-12) es una desvalorizacin radical del culto sacrificial: elperdn de los pecados no est ligado ya a la expiacin cultual hecha enel templo. La afirmacin sobre la impureza (Me 7,15) es algo ms queuna enseanza tica. E. Kasemann afirma: Q uien niega que la impureza entra en el hombre desde el exterior ataca los presupuestos y laletra misma de la Tora y la autoridad de Moiss 19. El significado fundamental de la expulsin de los vendedores del templo (Me 11,15-18) noes que se prescinda sin ms del verdadero templo de los sacrificios: ladiferencia entre espacio sacro y profano est superada 20 . Dicho clara-

    " Das Problem des historischen Jess: Exegetische Versuche und Besinnungen I(Gotinga 1960) 207.20 Sobre la purificacin del atrio de los gentiles como anuncio mesinico, vaseE. Lohmeyer, Kultus und Evangelium (Gotinga 1942)34-51.La percopa del templo,transmitida en seis formas distintas, presenta varios problemas. No puede discutirseque est relacionada en cuanto al contenido con la accin simblica que nos ocupa;de ah se sigue que xPMeiv, que tantas veces se repite, reviste una importanciaclave.

  • 7/22/2019 Feiner, J. Lhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

    17/486

    36 ASPECTOS DE LA IGLESIA COMO INSTITUCINmente: Aqu hay algo mayor que el templo (Mt 12,6), pues aqu hayalgo ms que una simple presencia divina de gracia en el lugar sagrado,aqu est Dios corporalmente. Es definitivo el anuncio (Me 14,58) deotro templo, dentro de tres das. Esto nos lleva al centro de la actuacin cultual de Jess. Si cuando se destruy el templo de su cuerpo(Jn 2,19-22) se rasg el velo del templo judo, es claro que han sidoabrogados todos sacrificios y el mismo templo.No pretendemos aqu hacer afirmaciones soteriolgicas por razn des mismas; nicamente las usamos como apoyo para nuestras reflexiones.Dios (Padre) ha hecho hombre a Dios (Hijo). Este mediador, el Santode Dios (Me 1,24) y nico justo, se ha hecho en obediencia amorosapecado y maldicin por nosotros (2 Cor 5,21; Gal 3,13) y ha ofrecidosacerdotalmente el sacrificio expiatorio sin mancha y de satisfaccin absoluta, que supera a todas las potencias de la muerte, rompe todas lascadenas y abre todo lo cerrado. Con Cristo, pues, el sacerdocio levtico(Heb 7,14-10,18) es llevado a su cumplimiento, es completado (y abrogado: Heb 7,18; 8,13; 10,9). El Jess histrico, en su vida y en su muerte , tiene carcter sacerdotal; l mismo es la vctima sacrificial (Me 10,4 5; Rom 3,25; 2 Cor 5,19; Ef 5,2; Heb 10,5). Tambin el glorificadoes sacerdote y su sacerdocio permanece (Heb 8,1), intercediendo pornosotros sin cesar (Rom 8,34; Heb 7,25; 9,24), pues ha sido aceptadopara siempre como sacrificio ante el trono de Dios, ha sido consideradoexpiacin vlida y confirmado como oferente (Heb 5,9s; Ap 5,6). Conesto se expresa definitivamente lo que se inici cuando el Verbo se hizocarne, cuando este Jess de Nazaret se hizo el nuevo hombre nacido deDios, el segundo Adn, en el que estn incluidos todos los hombres.Esto significa que no puede haber salvacin fuera de l, pues l no slohabl de salvacin, sino que es la salvacin misma. Con esto queda indicado que no basta or de su vida, su muerte y su resurreccin y aceptardespus una doctrina, sino que uno tiene que ser creado en ellas.

    En efecto, la muerte, resurreccin y entronizacin a la derecha delPadre significan que se ha completado el dilogo entre Padre e Hijo.Desde que el Hijo se entreg, aprendiendo obediencia (Heb 5,8) enrepresentacin de todos nosotros, la respuesta es constitucin comoHijo de Dios en poder (Rom 1,4; Hch 2,36), es decir, en el poder deatraer como glorificado todos a s (Jn 12,32) y de convertirse encausa de salvacin eterna para todos (Heb 5,9), enviando el espritude filiacin ( Jn 1,12; 16,7 ; Rom 8,15) con el que l edifica su cuerpo.Ser Kyrios, Seor, es ser cabeza con plenitud y poder.El culto del primognito tiene como meta a Dios, que, por mediode Cristo, nos reconcili consigo (2 Cor 5,18). Si antes no haba anEspritu, porque todava no haba sido glorificado Jess (Jn 7,39), ahoraque Cristo se ha ofrecido l mismo a Dios como sacrificio sin tacha pormedio del Espritu Santo (Heb 9,14) hay ya Espritu. Jess ha recuperado, glorificado como Seor, la vida que con la mayor entrega filialhaba puesto en manos del Padre (Le 23,46); por eso participa del poder

    EL CULTO DE LA COMUNIDAD ESCATOLOGICA 37de enviar el Espritu Santo como Espritu suyo (Hch 2,33). O lo que eslo mismo: puede dar su presencia, darse a s mismo, en el Pneuma. Estaltima realidad posibilita la epifana de la Iglesia en la tierra, es decir, laepifana de su cuerpo, vivificado y edificado por su Espritu.

    3 . El culto de la comunid ad escatolgicaDe acuerdo con lo dicho, puede afirmarse lo siguiente: todo serviciodivino de la Iglesia tiene el libre acceso al Padre, que ha abierto el sacrificio de Cristo. Cristo sigue siendo el sujeto del servicio divino; todocamino pasa por l. El ha introducido el t iempo ltimo y definitivo, esel segundo Adn, el poseedor del Pneuma (Me 1,10), el que enva elEspritu (Le 4,18).Existir en Cristo, en el Seor, configura no slo la existenciadel cristiano individual, sino tambin y primariamente la de la comunidad. Esta expresin aparece sobre todo en el encabezamiento de lasepstolas paulina s: 1 Cor 1,2; Ef 1,1; Col 1,2 (cf, He b 2,1 1, que NuevaBiblia Espaola traduce: consagrante y consagrados son todos del mis

    mo linaje). Aqu se refleja la primaca de reinado de Dios y reino en lapredicacin sinptica, que responde as a las esperanzas mesinicas: stano se refiere primariamente al individuo, sino a la totalidad del puebloy de la comunidad cultual; la Iglesia y a travs de ella el individuoes la meta del designio salvfico del Dios de la alianza.Siendo esto as, no es necesario demostrar ulteriormente que el mismo en Cristo tiene que ser tambin contexto y criterio del serviciodivino de la comunidad. Este se ha de realizar en Cristo, cuya humanidad ejemplar exige que le invoquemos como definitivo Adn, en elque todo se fundamenta y en el que se abre todo futuro. Slo en Cristopuede alcanzar la humanidad como cuerpo suyo lo que el plan divinole tiene dispuesto: Vosotros sois uno en Cristo Jess (Gal 3,28); esteser completamente uno no excluye en absoluto la individualidad 21 .La caracterstica fundamental del culto cristiano es, pues, ser asamblea en el nombre de Jess (Mt 18,20; 1 Cor 5,4 y los numerosos pasajes que hablan de ruvfEcrflai,, cruvpxC&ai,). Principalmente porque laIglesia est fundada en el acontecimiento salvfico, cuyo punto culminante es el misterio de la pascua, es decir, el xodo: esta salida no puedecarecer de meta y este sacrificio no puede quedar sin aceptacin; la riqueza de dicho xodo slo puede captarse en la gran variedad de conceptos pascuales: esclavitud-libertad (Rom 8,21; Gal 2,4; 5,13), muerte-Este dato es central y as es visto y valorado por Teilhard de Chardin (paraponer un ejemplo), segn el cual la corriente csmica con tal direccin tiende aintegrar cada Eg o en el misterioso Superego, que preserva tanto la socializacincomo la personalizacin; cf. tambin H. Mhlen (Una mystica persona, Paderborn1967), que ha propuesto la frmula eclesiolgica una persona en muchas personas.

  • 7/22/2019 Feiner, J. Lhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

    18/486

    38 ASPECTOS DE LA IGLESIA COMO INSTITUCINvida (Jn 5,24), t inieblas-luz (Col 1,13; Hch 26,18). En este acontecimiento de xodo se da la mxima actualizacin de la alianza y, por eso,los redimidos son entregados, con toda propiedad, al Seor de su culto,pasan a ser pueblo de su propiedad, pueblo santo, pueblo sacerdotal(Ap 5,10 y 1 Pe 2,5.9 tienen contexto pascual) 22 , son elegidos, liberados, etc. Es totalmente coherente, pues, que el Nuevo Testamentorecurra a trminos cultuales para describir el acontecimiento Cristo(del Cristo total, cabeza y cuerpo) y que los haya reservado para ello.Confirma esto el hecho de que la Iglesia tiene y tendr siempre su origenen la celebracin de los misterios cultuales: en el bautismo, que nosintroduce en el trnsito pascual de Cristo (Rom 6,3ss) y funda la comunidad del nuevo pueblo de Dios; en la eucarista, que hace presente lasangre de la nueva alianza (Me 14,24 par.) y logra con ello que la alianza se convierta de nuevo en acontecimiento para la comunidad litrgicay para toda la Iglesia.Esto es, pues, la asamblea en el nombre de Jess: confesin delacontecimiento escatolgico que es Jesucristo, del Seor que acta ennosotros y en cuya esfera de dominio y poder nos movemos, de la comunidad en cuanto cumplimiento escatolgico de la qahalde Yahv23 , de laeficacia salvfica de dicha asamblea, ya que el individuo es santo y tieneacceso a Dios nicamente en la comunidad (los captulos 10-14 de 1 Corson un testimonio elocuente en este sentido). Presencia es el trminoclave24 : presencia de Dios en Cristo (Mt 18,20; 1 Cor 14,24s), hasta talpunto que en la asamblea no se predica nicamente la palabra de Cristo,sino la Palabra Cristo (2 Cor 4,5). El servicio divino de la comunidad secaracteriza, por tanto, primera y fundamentalmente como cristolgicoy escatolgico. Despus, por razn de su orientacin ltima, el serviciodivino de la comunidad escatolgica se caracteriza como pneumtico 2S .De aqu que los hagigrafos insistan en que se trata de un nuevo y definitivo pueblo de alianza precisamente porque la efusin y la presenciadel Espritu son ya una realidad cumplida. Se habla de arras, y estoes sin duda una limitacin, pero no es obstculo para afirmar positivamente que el Espritu est presente. Esta certeza de poseer el Esprituconstituye la comunidad y le da conciencia de s misma: el Espritu

    22 Para una alusin de que Ap 5,10; 1 Pe 2,5.9 s tienen contexto pascual;cf. J. Blinzler, Eine Bemerkung zur Geschitsrahmen des Johannesevangeliums:Bibl. 36 (1955) 30s; el autor hace notar que el sacrificio pascual constituy, hastael ltimo momento, el nico caso en que cualquier israelita conservaba el derechode inmolar.23 Esto se experimenta con mayor intensidad n la celebracin central de laeucarista: anticipacin del comer y beber en su reino, dotada de una fuerza ascendente hasta que l venga (1 Cor 11,26); en cuanto que es recuerdo de tal muerte,es necesariamente un comer con alegra (Hch 2,46).24 Expuesto con marcado nfasis en la Const. Lit., art. 7.25 Es necesario recurrir a esta designacin. La caracterizacin pneum ticono slo es equvoca en s misma, sino que, efectivamente, ha sido empleada en elsentido (helenstico) de acentuar slo lo interno y espiritual, de destacar nicamentela tica.

    EL CULTO DE LA COMUNIDAD ESCATOLGICA 39ha sido dado a todos (Me 1,8), es constitutivo de la comunidad (Me 3,28ss), y no de forma intermitente, con la posibilidad de que desaparezca,sino de forma permanente (Le 11,13; Hch 2,38s; 19,2). En esta indivisible posesin del Espritu, la comunidad se reconoce como adoradoren Espritu y en verdad (Jn 4,20-24; la expresin Dios es Esprituno pretende describir la esencia de Dios, sino su realidad, su proximidady su apertura; cf. Ef 2,18); en ese Espritu la comunidad reconoce lapresencia de su Seor y se reconoce a s misma como templo y, portanto, lugar del servicio divino (Ef 2,21s; 1 Cor 3,16); en el mismoEspritu se siente liberada del mbito cultual-sacral (como lo describeHeb 12,18-21) y sabe que es superior a todo lugar, persona y rito sacros(Heb 13,13). El lugar preferente de esa experiencia del Espritu comofuerza permanente de la accin salvfica escatolgica de Dios en Cristoes la asamblea que se rene precisamente en el nombre de este Jess(Hch 5 ,1-11; 15,28). La asamblea cultual hace experimentar el Espritucomo uno en todos (Ef 4,4), que con la diversidad de sus dones conviertea la Iglesia en lo que por concesin y encomienda divinas debe ser:cuerpo vivo y diferenciado de muchos miembros (1 Cor 12-14). Estasson, pues, las dimensiones fundamentales del culto de la comunidad deJesucristo: es un culto cristolgico, pneumtico, escatolgico; se tratade cualidades que le otorga la realidad del Seor Jesucristo, que estsentado a la derecha del Padre, enva el Espritu y es el mismo ayer,hoy y siempre (Heb 13,8).

    Dnde est y cmo es esta comunidad cultual? La respuesta se hallacontenida en lo dicho anteriormente y basta deducirla. Se crea y estall donde se edifica el cuerpo de Cristo, en el que su Espritu establece lacomunin con el Seor del culto. Se crea y est all donde la realidadcultual del Seor26 es nuestra realidad actual y crece progresivamente;all donde su pascua y su Pentecosts se convierten, por gracia, ennuestro destino: porque su Padre es nuestro Padre; porque en el Primognito nosotros hemos sido hechos hermanos (Rom 8,29); porque graciasa l contamos ya con una muerte acaecida y poseemos una resurreccininiciada; porque ahora, que est presente el Espritu, vale para nosotrosaquello de que el que crea en m, como dice la Escritura, de su senocorrern ros de agua viva (Jn 7,38s). Esto es lo que se significa cuandose habla del bautismo y de la confirmacin (Mt 3,11; Le 3,16; Hch 19,5;Me 1,8; H ch 1,5; 2,38s), y de los sacramentos, en los que uno entra a formar parte de Cristo y de la comunidad (1 Cor 12,12s; Gal 3,27s). Esto eslo que se significa cuando se habla de los sacramentos de iniciacin propios del tiempo de la Iglesia, del tiempo que media entre el sacrificio quesalva al mundo y el retorno del Seor, del t iempo en que la muerte yresurreccin de Jess no son an de hecho muerte y resurreccin de todos

    26 Con esto se recoge no slo la lnea ascendente de la obediencia del Hijo, sinotambin la de la respuesta del Padre a dicha obediencia; slo un culto aceptadoes un verdadero culto, slo un sacrificio aceptado y fructfero es verdadero sacrificio.

  • 7/22/2019 Feiner, J. Lhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

    19/486

    40 ASPECTOS DE LA IGLESIA COMO INSTITUCINlos hombres, en que la parusa est todava oculta en el misterio pascual v(por usar esta expresin tan frecuente en la Constitucin sobre la liturgia), es decir, propios del tiempo en que la comunidad reunida en elnombre de Jess es pueblo elegido por Dios para ser enviado. Esta esla palabra decisiva para saber si la comunidad cultual satisface su propiaexigencia de ser presencia del culto de Jesucristo, que es el enviado porantonomasia.No es ste el lugar para desarrollar con todo detalle el maravillosocambio que se opera con el acontecimiento Cristo tema del que hablanfrecuentemente los Padres, y que debe determinar tambin el cultode la comunidad, si ste ha de ser el culto de Cristo y no otro. Dios,que en Cristo reconcili al mundo consigo (2 Cor 5,19), no slo nospermite, sino que nos exige en todo momento que lo aceptemos conactitud agradecida, hasta tal punto que incluso nuestros actos de ofrecimiento no signifiquen otra cosa que dejarnos invadir y poseer por suamor soberano. No debemos olvidar, sin embargo, que al tratar de describir el dnde y cmo de la comunidad cultual de Jesucristo hemos dereferirnos al bautism o y a la confirmacin. La palabra clave ser enviadonos permite ver con claridad y precisin hasta qu punto el bautismoy la confirmacin son constitutivos fundamentales de la comunidad cultual escatolgica. Aqu se debe hablar de lo que la teologa llama el carcter de estos dos sacramentos de iniciacin.Al tratar de los sacramentos se abordar el tema con la profundidadque merece; aqu esto no es posible ni necesario. Como la concepcin desanto Toms sobrepasa abundantemente las exigencias del magisterio dela Iglesia en esta materia y no se ha convertido en patrimonio comnde las diversas escuelas teolgicas, no puede tomarse de suyo como baseindiscutible. Pero su concepcin del carcter como algo espiritual,impreso en el alma (frmulas de los Concilios de Florencia y Trento)y su interpretacin del mismo como capacidad fsica de participar enel sacerdocio de Cristo y como condicin necesaria para tomar parte enel culto cristiano (con la dignidad de verdadero instrumento en manosdel Sumo Sacerdote Cristo; la contraprueba est, segn l, en el hechode que tal capacitacin para el culto no es ni posible ni necesario en elAntiguo Testamento) son indicaciones de indudable utilidad. Indicanque estos dos sacramentos de iniciacin, en cuanto imprimen carcter,crean una relacin especial con la Iglesia visible, Iglesia que est edificada sobre la palabra y el sacramento y debe ser considerada fundamen-

    27 Para cuya iluminacin la Escritura ofrece no slo los polos muerte-resurreccin,sino tambin, por decirlo as, el centro, dando al bautizado el sorprendente ttulode el sepultado con l (cf. Rom 6,4; Col 2,12; 3,3). Tal expresin sirve tanto paraasegurar toda la realidad de nueva creacin y regeneracin como para garantizar,contra toda pretensin entusiasta, la nueva forma de manifestacin reservada para elfuturo; ofrece as mbito para el ocultamiento de vocacin y santificacin, para laruptura de la gloria de la filiacin, para la soledad y el destierro de la comunidaden este mundo . por tanto, para la salvacin y fue realizada de acuerdo con tal conviccin. Digamos lo mismo con otras palabras: no basta (para el principiode nuestra reflexin) afirmar, por ejemplo, que en la Iglesia se bautiz

    14 Cf., por ejemplo, el tema del Concilio de los Apstoles, Hch 15,1-35.

    74 ASPECTOS DE LA IGLESIA COMO INSTITUCIN LA VIDA DE LA IGLESIA EN SUS SACRAMENTOS 75

  • 7/22/2019 Feiner, J. Lhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

    36/486

    desde los comienzos. Hay que descubrir y afirmar, ms bien, que eneste punto concreto se adopt un rito externo no precisamente nuevo , pero entendido y practicado con la conciencia clara de que comportaba una novedad total y con una finalidad en consonancia con ella; esdecir, dar y tomar parte en la muerte de cruz consumada ya y proclamada como la salvacin por antonomasia del Seor Jesucristo por todos, as como en su resurreccin (para no entrar de momento en msexplicaciones)15 . Algo semejante ocurre con la eucarista: el punto centralno es que hubo comidas religiosas con mltiples formas y motivaciones,que quiz constituan una imitacin, sino el significado que se les dio,lo que en ellas se realiz y valor: Siempre que comis este pan ybebis de este cliz anunciis (no tanto con palabras como mediante estaaccin simblico-verbal) la muerte del Seor, hasta que l venga (1 Cor11,26). Aqu se piensa en el acontecimiento de la cruz de una formaincreblemente concreta y provocadora (cf. 1 Cor 1,18-25).Para alcanzar lo que nuestro estudio se propone aqu (tomar en consideracin y valorar la historia de la vida de la Iglesia en sus sacramentos, especialmente al comienzo de sta, para elaborar una sacramen-tologa cristiana plenamente vlida) hay que tener en cuenta lo siguiente:segn nos informan las fuentes de que podemos disponer, la cristiandadprimitiva tuvo conciencia de un acontecimiento proveniente de Dios;supo que el mismo Dios haba hecho y creado algo nico y definitivo,revelador y eficaz, como cumplimiento de lo preanuciado, y que ello sehaba realizado de modo histricamente verificable en estos das deJess 16. Es esto, exactamente esto, lo que se ha de creer, predicar y realizar y hacer tambin eficaz en el acontecimiento simblico. Por consiguiente, esta comunidad esy vive lo que constituye el contenido esencialy propio de la fe, el eaYyXiov; mejor dicho: Dios ha realizado esto detal modo que esta joven comunidad es, vive y debe continuar (co-Realizando lo realizado por Dios " . Dios, Yahv, el Dios de Abrahn, Isaacy Jacob, el Dios de nuestro Seor Jesucristo, ha realizado medianteeste Hijo suyo, en la cruz y resurreccin, la salvacin de los hombres ydel mundo en ta l forma que la realizacin actual es la Iglesia. Y estaIglesia realiza su ser y el encargo implicado en l viviendo y derramandoen comunicacin salvadora como participacin suya en este nico actosalvfico de Dios Padre esta misma salvacin, la vida que Dios le haotorgado, y lo hace junto con su cabeza, mediante ella y como su CT&yxcy rc\T)pojpa. Y esto precisamente se efecta en lo que ms tarde se llamar sacramento (sin que sea necesario abordar aqu otras formas, quetambin existen, de transmitir la salvacin; eje esto habr que hablar en

    15 Cf., a modo de ejemplo, 1 Cor; Rom 6 y passim; Jn 2; Hch 2 ypassim.16 Cf. la sntesis, razonada ya teolgicamente, que presenta el discurso de Pedroen Pentecosts, tal como aparece en Hch 2,14-47.17 Sobre esto y las ulteriores reflexiones de este punto, cf. la explicacin del concepto de misterio que se hace ms adelante, pp. 81-87. Ahora, en esta reflexin bsica,se hace una primera valoracin de lo que all se desarrollar detenidamente.

    otro lugar). Por consiguiente, lo que aqu nos interesa en ltima instanciano es una idea, no es la invencin o conservacin de formas de expresindel espritu humano (y, en este sentido, eclesiales) o cosas parecidas.Lo decisivo es ms bien esto: Dios ha realizado la salvacin; sta estya realizada; pero hay que realizarla comoalgo ya realizado. En este proceso constatamos (y aqu nos limitamos a comprobar un dato histricamente verificable, tal como corresponde al tema de este apartado) que, enel tiempo de la Iglesia, la salvacin realizada como Iglesia, vital yoperativa como vida de esta Iglesia se efecta en formas humanas deexpresin palpables, perceptibles o como deban llamarse, es decir,en realizaciones concretamente experimentables. Desde el principio se vecon claridad e incluso se manifiesta 18, aunque no se comprenda adecuadamente ni se logre una perfecta realizacin tica, que lo que aqu esten juego es el 'EayfXiov, la salvacin, la vida de Dios que, como yarealizada, tiene que revelarse y realizarse torrencialmente en este acontecimiento eclesial y por medio de l 19 .En esta perspectiva se comprende desde el principio que las formasdel acontecimiento tienen un valor relativo y secundario y son tratadasde acuerdo con esta conviccin (tal como manifiesta inequvocamente lahistoria de los sacramentos), sin renunciar nunca a ellas por principio. Lodecisivo es lo que se efecta; aquello en lo que encuentra expresin significativa y eficaz puede estar y ser configurado de modos diversos. Desdeeste principio se entiende tambin con facilidad que los sacramentos noson primariamente obra de los hombres orientada hacia Dios, sino, originariamente, obra de Dios encaminada a los hombres, cierto que (ya)no sin la intervencin de los hombres. Desde este mismo principio hayque entender tambin la peculiar distancia o discrepancia que se veentre el ya real y realizado en el sacramento, de una parte, y el posterior cumplimiento tico-personal del ser otorgado sacram entalmente.Baste recordar aqu el imperativo que surge siempre del indicativo, sobretodo en los escritos de Pablo 20 .As, pues, lo que aqu interesa es lo siguiente: hay que ver que aquello que ms tarde se piensa y desarrolla teolgicamente con mayor profundidad se realiza desde ya hace tiempo por iniciativa de Dios comouwxripiov suyo y segn sus disposiciones. Slo el acontecer salvfico realen el tiempo de la Iglesia permite conocer que Dios, en estas disposiciones de su puo-nriptov, ha co-autorizado a la Iglesia y puede haberle confiado tambin determinar con ms precisin las formas de la mediacinde esta nica salvacin; en cualquier caso, este problema no se puede

    Es decir, en los escritos neotestamentarios, como veremos en los prrafos siguientes.19 Parece claro que estas reflexiones comprenden tambin anlogamente la palabra, la predicacin de la palabra. Sobre este punto trataremos ms adelante.Cf. Rom, 1 Cor, Col, Ef, etc., passim. Ms detalles pueden verse, por ejemplo,en R. Schnackenburg, Neutestamentliche Theologie (Munich 1963) espec. 102ss, conla bibliografa citada all.

  • 7/22/2019 Feiner, J. Lhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

    37/486

  • 7/22/2019 Feiner, J. Lhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

    38/486

  • 7/22/2019 Feiner, J. Lhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

    39/486

  • 7/22/2019 Feiner, J. Lhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

    40/486

    84 ASPECTOSDE LA IGLESIA COMO INSTITUCINForma tambin parte este u-ucrcripiov hecho est reali

    LOS TR M I NOS M YSTER I ON Y SAC R AM ENTUM 85trico-salvfica (cf. la constante insistenciaen lapasiny cruzde Jess)

  • 7/22/2019 Feiner, J. Lhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

    41/486

    de el de quezadopor Dios (Padre) en Cristo Jess (cf. el usoconstante de formasde aoristo,porejemplo,en Ef 1 y 3),perode tal maneraque a la vezdebe actuar todava (cf. Ef 3,10 y 2,11-22). Tampoco en este sentidoequivalen su revelacin y realizacin a su supresin y eliminacin oacabamiento. Efectivamente,no se diceque lo que en otro tiempofue|xucnnr)pwv est ahora revelado, constituye una realidady, en este sent ido,ya noesy,uemf)pi.ov. S ucede ms bienque ely,v>oTi/)piov a nte s oc ult oen Dios es ahoraun pwnpt .ov reveladoy, por su misma naturaleza,tiene que continuar siendo revelado (es decir, proclamado conpoderyeficacia)y realizado precisamente como lo(ya)reveladoy realizado(recurdesede nuevoel aoristo) paraque sea aseficaz: esconstitutivodeeste jxuo-nnpiov la existencia de una ofocovopoc, dispuestapor el mismoDios,en la que tal misterio est comoyareveladoyrealizadoy todavaen esperade su consumacin.Estees el punto exactoen el queaparecela Iglesiacon sunaturalezapeculiar. Ella es, efectivamente, la plenitud de las riquezas de Cristo(Col 2,3), trasladada ya (aoristo ) a la esfera de los poderes celestes(cf. Ef 3,10; 2,6, con el sentido que all tiene)en cuanto misterioqueest(ya)reveladoy que, sin embargo, todavaha deactuary ser eficaz.Lo queDiosha revelado al efectuar esto esla Iglesia,y ella tienequeser, proclamary comunicar esto, precisamente, como misterio que ya esreal y est realizado en ella, pero que todava ha de ser revelado almundoy a las potestades. Resumiendo, podramos decir que la Iglesiaes el misterio de Dios encarnado en el acontecer histrico concreto;ahora,en el tiempo de la Iglesia,el misterio encarnadoastienequeser algoquese ha de revelary realizar;en la culminacin escatolgicadefinitiva ser la herenciay propiedad inagotables deDioso del Padre(Ef 1,14), sobrelabasedelcrecimientode todalaedificacin en Cristo(Ef 2,20ss)y de la plena recapitulacin de todaslascosasen la cabeza,Cristo Jess(Ef1,10),para pleno gozode laIglesia(cf. Jn 15,11; 16,24;17,13; 10,10)ygloriade Dios Padre(Ef 1,14; cf. 1 Cor 15,24-28).Es importante advertir que Ef y Col (cf. aqu especialmenteEf 3,1-12) atribuyen de hecho una funcin especial a la Iglesiaen el nicomisterio de Dios que lo abarca todo. Ello forma parte esencial cosaqu eesdecisivade laincomprensibilidaddelmisteriodeDios(cf. 1 Cor1,17-2,16)o, lo que es equivalente,de su insondable riqueza (Ef 3,8),yse debeal mismo beneplcito nicodeDios(cf. Ef 1,19; 3,10ss).Encuanto misterio realizadoycumplidoen Cristo,la Iglesia formadadejudos y gentiles (cf. Ef 2,11-19), situada ai lado de Cristo comosu

  • 7/22/2019 Feiner, J. Lhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

    42/486

  • 7/22/2019 Feiner, J. Lhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

    43/486

  • 7/22/2019 Feiner, J. Lhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

    44/486

    92 ASPECTOS DE LA IGLESIA COMO INSTITUCINconvirtiera semasiolgicamente en expresin tcnica de la jura de la ban

    LOS TR M I NOS M YSTER I ON Y SAC R AM ENTUM 9 3por determinar si no son perceptibles aqu ciertas matizaciones. Adems,

  • 7/22/2019 Feiner, J. Lhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

    45/486

    dera por los soldados. Con este significado aparece como un caso especialde juramento. Tiene alguna relacin con el mbito de lo divino y de lopblico y jurdico. Por eso, el sacramento es tambin en este sentido elmedio de consagracin en el acto de prestar y tomar juramento, que seconcibe como una consagracin. Sacramentum puede significar tambinla suma de dinero que se ha de dejar en lugar sagrado antes de comenzarun proceso civil y que, en caso de perder el proceso, se queda all paraser empleada. Se trata, pues, por decirlo as, de una ofrenda que vienea implicar una automaldicin en caso de infidelidad o de falta de veracidad. Ambos significados, juramento militar y depsito con ocasin deun proceso, se fundan en lo mismo, es decir, en la consagracin pblico-jurdica del juramento mediante una automaldicin para el caso de perjurio. Los elementos particulares que resuenan en la etimologa y lasemasiologa permiten comprender el hecho de que la Antigedad hayausado sacramentum en textos que abordan materias de los cultos mistricos o temas semejantes, bien exponindolos, bien rechazndolos. Peroaqu no es necesario estudiar ms de cerca este aspecto.Por lo que se refiere al uso cristiano desacramentum, hay que anotaren primer lugar que el vocablo se empleaba en el mundo cristiano yaantes de Tertuliano, primer escritor latino que usa multiformementesacramentum como trmino teolgico. En las antiguas versiones (africanas) de la Biblia,sacramentum fue palabra usual para traducir paitraripiov.Este hecho es notable porque ya exista el prstamo lingstico myste-rium, cuyo empleo fue luego frecuente en la tala y predominante en laVulgata (29 : 16). Hoy es imposible determinar con certeza por qu enla primera poca se tradujo p,u7TT)piov por sacramentum y no por mys-terium. La opinin ms comn aduce que al principio se evitaron absolutamente los extranjerismos (cf. tambin verbum y sermo po r \6yoc,,entre otros muchos ejemplos), pero que adems se quiso evidentementeev ita r puffnfjpiov (jJOKmfipMx) a caus a de su significado esp ecf icam entepagano (as como otros trminos que sugeran con facilidad una concepcin pagano-cultual o algo semejante). De todos modos, parece indispensable tener en cuenta el elemento irracional de una seleccin espontnea de las palabras llevada a cabo por personas carentes ms bien deformacin, lo mismo que ocurre en otros casos 43 .Las versiones de la Biblia, al adoptar sacramentum como traduccinde |jai todava menos, sobre ambas en cuanto sacramentos. Caer en lacuenta de esto podra ser importante.

    En Tertuliano se advierte todava otra acepcin especfica desacra-

    http://6yoc/http://6yoc/http://6yoc/
  • 7/22/2019 Feiner, J. Lhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

    46/486

    9 6 ASPECTOS DE LA IGLESIA COMO INSTITUCINminada a la solucin del problema de si es necesaria o no la santidad

    LO S TRMINOS MYSTERION YSACRAMENTUM 9 7bera hablar globalmente y generalizando de la celebracin cultual cristiana (como eco de los y,uavnf)pw5c de los cultos mistricos); habra que

  • 7/22/2019 Feiner, J. Lhrer, M.- Mysterium Salutis IV-2

    47/486

    personal del minister sacramenti: la eficacia del sacramento no dependedel estado personal de gracia de quien lo administra. Grandes repercusiones histricas ha tenido, finalmente, la distincin que Agustn creynecesario introducir durante la controversia antidonatista entre el bautismo y sus efectos de gracia; tal distincin se concret en la doctrina sobreel carcter sacramental.e) Resultados.

    Con frecuencia se dice sin ms que en la antigua Iglesia [xwnr)p ,ov ysacramentum se convirtieron en denominaciones fijas de los sacramentoscristianos 45 . Tal juicio es difcilmente sostenible o demasiado global, segnhan puesto de relieve nuestras observaciones sobre el uso real de jjoicm']-pwv y sacramentum (en la medida en que aqu nos interesa) en los primeros tiempos de la Iglesia y en los Padres primitivos. Efectivamente,el significado de sacramento en semejante juicio est tomado precipitadamente y sin garantas de nuestro concepto actual (especficamentecristiano o, ms am plio, propio de las ciencias de la religin). En realidad,en el estado actual de la investigacin puede decirse que durante losprimeros siglos slo el bautismo y la eucarista son llamados de hechoHuonfipiov o sacramentum, segn los casos; mejor todava: la mayorade las veces se llama sacramentum a un aspecto particular de estos sacramentos; por ejemplo, al agua, a las promesas bautismales, al pan yvino, etc. Junto al bautismo y la eucarista, tambin el matrimonio esllamado eventualmente, y ya desde el principio, y,wnr)piov y sacramentum; pero en este caso, a diferencia de los anteriores, ello se efecta enun contexto cristolgico-soteriolgico o eclesiolgico. Como pudimosver, fue la teologa de Agustn la que introdujo en este punto un cambioesencial.Por eso, todava habra que preguntar ante todo si los cristianos anteriores a Agustn ya perciban y empleaban conscientemente en estecontexto ixucrTTiptov y sacramentum como una categora capaz de expresar lo comn, descubierto y elaborado como tal, y precisamente enla lnea de lo que se entendi ms tarde por sacramentalidad de lossacramentos. Tal cosa presupondra efectivamente que, en alguna medida,ya se haba reflexionado expresamente, al menos sobre el bautismo y laeucarista, en orden a determinar una sacramentalidad comn y quetal examen se haba concretado en el consciente uso comn de sacramento . Mas las afirmaciones de las fuentes de que disponemos indican queno ocurri tal cosa. Cierto que ya no habra d transcurrir mucho tiempopara que apareciera tal inters: apareci con Agustn.En conjunto, queda por determinar en qu sentido exacto se empleanirwrr)p&ov y sacramentum en contexto cultual. Por eso tampoco se de-45 As opina, por ejemplo, G. Bornkamm en su artculo MVOTTJQIOV: ThWNT 4

    (1942) 832; y con l muchos autores.

    precisar con exactitud. Si se hace esto, se comprueba que, cuandotiwrr)p'i,ov o sacramentum se usan en relacin con el acontecimientocultual-sacramental, en esta primera poca se trata casi exclusivamentedel bautismo y la eucarista. Adems, queda por estudiar la conexinentre el acto cultual expresado mediante el empleo de estos vocablos yla obra salvfica o el acontecimiento salvfico que, segn la concepcin de la Iglesia antigua, tal acto cultual representaba o celebraba.Es ciertamente exacto que, como hemos visto, no pocas veces se llamaUAJcmripMX a una serie de sucesos de la vida de Jess: origen divino delLogos, encarnacin, concepcin, nacimiento, bautismo de Jess por Juan,pasin, muerte de cruz, resurreccin, glorificacin, etc. Pero en talescasos no se piensa en una celebracin cultual, sino en los acontecimientosmismos (Ignacio, por ejemplo, insiste incluso en lo histrico-real), en sueficacia reveladora y salvfica. Es sintomtico que no exista lo que precipitadamente se ha llamado, empleando un plural genrico, celebraciones (eclesistico-cultuales) de las obras salvficas del Seor; dichascelebraciones se referiran, segn se opina, a sucesos particulares de lavida de Jess (y a eventos similares) y, puesto que a stos se les llamainxmftpux, podran recibir el mismo nombre en cuanto celebracionescultuales. Si se puede hablar de celebracin cultual de los cristianos, talexpresin, segn las fuentes de que disponemos, slo puede referirseconcretamente al bautismo (con la confirmacin) y la eucarista' 1*. Sinembargo, es caracterstico del bautismo y la eucarista que, cada uno enla forma que le es propia, slo realizan cultualmente el nico |xwn)-piov. Y con l se refieren en suma al nico acontecimiento Cri sto, llamadoenfticamente y.utrnf]pi,ov en el NT, haciendo hincapi en la cruz y muertey en su fruto (la resurreccin), pero considerndolas como obra salvfica(de sentido universal) de Dios Padre e