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FAUVISMO ESPAÑOL: ESTILO Y COTIZACIÓN DE FRANCISCO ITURRINO Y JUAN DE ECHEVARRÍA. Por Alicia Sánchez-Matas Jiménez RESUMEN El Fauvismo, una de las corrientes artísticas de las Vanguardias Históricas nacidas en los primeros años del siglo XX, posee ciertas particularidades que dificultan su estudio y sistematización. Sin embargo, sus planteamientos teóricos y estéticos se encuentran en el origen de los principales ismos gestados durante esos primeros años, claves en la Historia del Arte. El epicentro de esa nueva modernidad se encontraba en París, donde acuden muchos españoles para formarse, siendo el análisis de ellos doblemente enriquecedor al permitir apreciar ideales estéticos internacionales asimilados desde una óptica propia con los particularismos inherentes a toda nación. Con todo ello, es necesario atender a la asimilación en el contexto español de un movimiento tan moderno y “fiero” en su momento como fue el Fauvismo a t ravés de dos figuras poco conocidas pero poseedoras de un gran refinamiento cultural y creadoras de obras de una elevada calidad estética: Francisco Iturrino y Juan de Echevarría. Ambos, amigos y paisanos, descubrieron y transformaron su estilo artístico tras estancias en París y en el luminoso sur español. Además, las relaciones con afamados personajes de la cultura finisecular de nuestro país aportan un horizonte de influencias sintetizadas por cada uno de ellos de un modo original y moderno. Aunque no fueron tan aplaudidos en vida como otros artistas coetáneos y tras su desaparición tampoco fueron estudiados en el grado que merecen, las obras de ambos están presentes en importantes colecciones nacionales y en el mercado del arte, revelando su valoración un ámbito de venta nacional o internacional con precios medios y bajos.

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FAUVISMO ESPAÑOL: ESTILO Y COTIZACIÓN DE FRANCISCO

ITURRINO Y JUAN DE ECHEVARRÍA.

Por Alicia Sánchez-Matas Jiménez

RESUMEN

El Fauvismo, una de las corrientes artísticas de las Vanguardias Históricas nacidas

en los primeros años del siglo XX, posee ciertas particularidades que dificultan su

estudio y sistematización. Sin embargo, sus planteamientos teóricos y estéticos se

encuentran en el origen de los principales ismos gestados durante esos primeros años,

claves en la Historia del Arte. El epicentro de esa nueva modernidad se encontraba en

París, donde acuden muchos españoles para formarse, siendo el análisis de ellos

doblemente enriquecedor al permitir apreciar ideales estéticos internacionales

asimilados desde una óptica propia con los particularismos inherentes a toda nación.

Con todo ello, es necesario atender a la asimilación en el contexto español de un

movimiento tan moderno y “fiero” en su momento como fue el Fauvismo a través de

dos figuras poco conocidas pero poseedoras de un gran refinamiento cultural y

creadoras de obras de una elevada calidad estética: Francisco Iturrino y Juan de

Echevarría. Ambos, amigos y paisanos, descubrieron y transformaron su estilo artístico

tras estancias en París y en el luminoso sur español. Además, las relaciones con

afamados personajes de la cultura finisecular de nuestro país aportan un horizonte de

influencias sintetizadas por cada uno de ellos de un modo original y moderno.

Aunque no fueron tan aplaudidos en vida como otros artistas coetáneos y tras su

desaparición tampoco fueron estudiados en el grado que merecen, las obras de ambos

están presentes en importantes colecciones nacionales y en el mercado del arte,

revelando su valoración un ámbito de venta nacional o internacional con precios medios

y bajos.

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1- El Fauvismo.

Sumergiéndonos en el apasionante nacimiento de nuevas corrientes artísticas durante

la primera década del siglo XX, hay que intentar huir de pretensiones esquematizadoras

y simplistas, pues la Vanguardia se perfila en los dos últimos años de dicha década. Sus

principales representantes desbordan los límites y características de sus movimientos,

debiéndose analizar los ejes de la trama que se configura en esos primeros años, sus

cruces y conexiones.

Las Vanguardias Históricas son resultado de la polarización de los estilos surgidos

tras el Impresionismo, ya augurada en la preeminencia de la línea de Jean-Auguste-

Dominique Ingres frente al color de Eugène Delacroix: la senda “fría” que incide en la

ampliación de lo objetivo hacia lo metódico e incluso científico, y la vía “caliente” que

hace hincapié en el carácter singular de las sensaciones ópticas a costa de la impresión

objetiva haciéndose a veces subjetivo.1 El Fauvismo procede de esta segunda vía.

Para entender el estilo es clave conocer la concepción artística cultivada por el padre

del movimiento, Henri Matisse (1869-1954), para quien el arte debía ser un goce de los

sentidos, un refugio donde olvidar las preocupaciones para conectar con la naturaleza,

idea típica del mundo posindustrial que expresó con las siguientes palabras tan citadas a

la hora de definir el Fauvismo:

“Sueño con un arte equilibrio, puro, tranquilizador, sin temas inquietantes ni turbadores,

que sirva para cualquier trabajador, intelectual, hombre de negocios o artista, como

lenitivo, como calmante cerebral, como una especie de buen sillón donde descansar la

fatiga física”.2

El estudio del Fauvismo presenta ciertas complejidades que dificulta una definición

completa del mismo. No gozó de la autosuficiencia que sí tuvieron casi todos los

movimientos modernos. No realizaron declaraciones teóricas ni redactaron manifiestos

como caracterizan a los movimientos de las Vanguardias Históricas, además de no

trabajar acorde a un estilo homogéneo con límites difusos. Su existencia fue breve al

basarse en las amistades y contactos profesionales de sus integrantes, por lo que

tampoco es sencillo conformar una lista de los mismos. Con todo ello lograron un éxito

evidente, a pesar de ser tratado a veces con laxitud y vaguedad llegando a ser

considerado en ocasiones como mero aliento del Expresionismo posterior.3 Aunque

ciertamente compartió con otros movimientos estilísticos algunas de las ambiciones

generales, fue un movimiento artístico único que requiere una definición propia.

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ESTILO Y TEMÁTICAS

El reconocimiento de una obra fauvista excede de los colores intensos y la brutalidad

de la pincelada en favor de la creación de una satisfacción de orden puramente visual en

el que prima la autonomía del color, prácticamente nueva en el arte Occidental del

momento, aplicada con técnicas mixtas, junto a una sensibilidad personal y juvenil que,

en busca de lo vital y de lo nuevo, descubrió lo primitivo.4

Los fauves transformaron la mirada en algo más dinámico y deliberado, más

consciente estilísticamente,5 pues los componentes pictóricos autónomos como las

manchas, líneas y áreas de color pasaron a ser considerados y representados en un grado

sin precedentes, motivando una nueva sensibilidad. Los artistas llevan a cabo un

proceso en el que advierten la necesidad ineludible de destacar el lenguaje como

mediador, revelando su consiguiente dificultad6 y la aceptación de encontrarse ante una

representación pictórica.

Formalmente, el Fauvismo se distingue por ciertas características. El logro más

importante es el descubrimiento de la coherencia pictórica a través de la interacción de

colores planos que llevó a una nueva forma de construcción colorista,7 liberando al

color de sus apariencias naturales como recurso para expresar más fielmente las

sensaciones. Matisse enseñaba a sus alumnos: “Por encima de todo, orden en el color.”8,

pues según él por si solo el color podía evocar el registro completo de cualidades

pictóricas. Así, los fauvistas proponían un tipo de pintura que prescindía de las sombras

para tratarlas como zonas de color mediante contrastes de tintas y no mediante

degradaciones tonales.

El segundo gran logro del Fauvismo fue la libertad técnica lograda mediante el uso

de pinceladas mixtas muy expresivas, hito radical y fundamental para la pintura

moderna posterior, pues la factura no uniforme se había considerado hasta entonces el

rasgo de un arte incoherente e inmaduro. Es así como nació el Fauvismo, aislando y

reformulando los componentes autónomos de la pintura.

En relación a las temáticas representadas por los fauves, los mayores logros se

alcanzaron en la pintura del paisaje. Se da una interpretación de la realidad exterior que

encontró un grato estímulo en la celebración de la “felicidad de vivir”, representando

escenas de lo pastoral, lo primitivo e ideal, como si de una Arcadia perdida se tratase.

Como fundamento de todo se encuentra la firme creencia en la autonomía individual y

pictórica que le llevó a redescubrir la tradición de un arte esencialmente decorativo.9

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ETAPAS

El grupo, el movimiento y el estilo fauve no aparecieron simultáneamente, siendo

Henri Matisse el denominador común a todas ellas. El grupo fue formado

paulatinamente desde los primeros encuentros de sus integrantes en el estudio de

Gustave Moreau a partir del año 1892 hasta la reconstrucción del núcleo en 1900,

completándose definitivamente en 1906 con la llegada del más joven de todos ellos,

Georges Braque (1882-1963).

La primera etapa distinguible es la denominada como “prefauvismo” o

“protofauvismo” entre 1901 y 1904,10

cuando Matisse y Albert Marquet (1875-1947)

expusieron por primera vez en el Salón de los Indépendents de 1901, expresándose en

colores puros.

El grupo fue bautizado tras el Salon d’Automnne de 1905, donde Matisse expone su

obra Lujo, calma y voluptuosidad (1904, Musée d'Orsay), aunque no se generalizó hasta

1907 y que se recordará por la anécdota del apelativo:

“Exponíamos en el Salon d’Automnne Derain, Manguin, Marquet, Puy y algunos otros

habían colgado juntos sus obras en una de las grandes galerías. El escultor Marque

exponía un busto infantil de estilo italiano en el centro de esta misma sala. Cuando

Vauxcelles entró, exclamó: “¡Vaya, Donatello entre las fieras!” [Donatello au milieu des

fauves].11

Sin embargo, el tono de la crítica fue elogiosa, aunque siempre reconociendo la

conmoción y escándalo suscitado inicialmente como revela la consideración de Leo

Stein, quien había comprado la obra realizada por Matisse Mujer con sombrero (1905,

Museum of Modern Art, San Francisco), quien dijo “una cosa brillante y enérgica, pero

la más repulsiva mancha de pintura que jamás haya visto”,12

o la de Charles Morice,

quien apuntaba que “estamos en el principio de otra cosa”.13

Sin embargo, también

suscitaron críticas como la de Camille Mauclair que dijo de las obras fauvistas ser “una

olla de colores arrojada a la cara del público”,14

o la de Marcel Nicolle que los

denominó como “torpes e ingenuos juegos de un niño con una caja de colores”.15

Al año siguiente, aparece la obra clave del grupo realizada por Matisse, La alegría de

vivir (1905-1906, The Barnes Foundation) consumando públicamente la separación del

círculo Neoimpresionista y de los Nabis, con un estilo fauve común a todos ellos.

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Con todo ello, tan solo un año después, el grupo se disolvería. Para explicarlo sirven

las palabras de Braque reconociendo que “no se puede permanecer siempre en un estado

de paroxismo”16

o de Matisse al confesar que “luego, cada uno de nosotros rechazó la

parte del Fauvismo que consideró excesiva, cada uno según su propia personalidad, para

dar con una trayectoria propia”.17

Las obras posfauves se caracterizan, si bien no en

todos sus integrantes, por el rechazo a lo excesivo en favor de rasgos más racionales y

clásicos, negando el exceso de color.

HERENCIAS

A comienzos del siglo XX el Fauvismo fue recibido como una primera muestra de

una liberación artística. En general, se puede hablar de su repercusión en dos aspectos.

El primero como un modelo de revitalización, ayudando a artistas de las décadas

siguientes a acelerar su compresión del arte previo. Futuros cubistas como Fernand

Léger (1881-1955), Robert Delaunay (1885-1941), Albert Gleizes (1881-1953), Marcel

Duchamp (1887-1968) y otros rompieron con la pintura Impresionista a través del

Fauvismo, siendo solo los dos primeros artistas citados aquellos que desarrollaron el uso

del color de modo renovado. Para todos ellos la última fase cézaniana del Fauvismo, el

geometricismo y primitivismo de 1907, constituyó una fuente importante para su obra

de madurez, como también lo fue para Pablo Ruiz Picasso (1881-1973) y el

previamente mencionado Braque.18

En segundo lugar, como estilo cultivado brevemente antes de desarrollar estilos

propios en los que es apreciable tal influencia, sirviendo de ejemplo Ernst Ludwig

Kirchner (1880-1938) o Jean Metzinger (1883-1956).19

El Fauvismo supuso un

importante modelo para el Expresionismo alemán del grupo Die Brücke (1905-1913),

aunque les diferencia de los fauves la búsqueda del dramatismo y no de la armonía. En

este sentido las palabras de Matisse son muy reveladoras: “Trabajo sin teoría, tengo

solamente conciencia de las fuerzas que empleo, y avanzo empujado por una idea que

no vislumbro sino a medida que se desarrolla la marcha del cuadro”,20

conceptos que

pueden adscribirse a la concepción simbolista y del movimiento expresionista alemán.

Junto a ellos, el interés por las analogía musicales de Matisse y la noción idealista del

Arte como representación más verdadera de una realidad escondida tras la apariencia,

acerca al grupo fauve a artistas como Vasili Kandinsky (1866-1944), Piet Mondrian

(1872-1944) y Kazimir Malévich (1878-1935),21

muchos de los cuales fundarían y se

adscribirían al Arte Abstracto, el cual vinculó Alfred Barr al Fauvismo como demuestra

la siguiente cita:

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“Matisse fue uno de los pocos que se dieron cuenta de que el llamativo color y el poco

convencional dibujo que tanto inquietaron a los otros críticos era solo la manifestación de

un profundo y vigoroso impulso hacia la abstracción”.22

2- Fauvismo español.

En el ámbito español, el desembarco de las Vanguardias se produce en 1909 con la

publicación del Manifiesto Futurista en la revista Prometo el mismo año en el que se

publica en el periódico Le Figaro de París.

Desde finales del siglo ya se venía reivindicando tenuemente la renovación del

horizonte artístico en España. París permitió conocer el arte más moderno a los artistas

españoles que allí residían. Su abundante presencia a partir de 1900 era tan llamativa

que se hablaba de una auténtica invasión española con motivo de la exposición, primera

para ambos allí, de Iturrino y Picasso en la Galería Vollard en 1901.

Los principales focos de recepción de tales novedades fueron Bilbao y Barcelona.

Centrándonos en el primero de ellos, el arte vasco del momento presentaba dos

visiones: La oficial y tradicional, con caracteres puramente vascos sin influencias

foráneas; y la visión moderna, con elementos vascos y franceses procedentes del

Impresionismo y Postimpresionismo defendida por Juan de la Encina, compatibilizando

la influencia foránea con las temáticas propiamente vascas.23

Sin embargo, para la

crítica sobraban esas influencias exteriores, pidiendo un acercamiento al

regeneracionismo para encontrar las perdidas señas de identidad tras el desastre del 98.

ITURRINO Y ECHEVARRÍA

Francisco de Iturrino y Juan de Echevarría, dos pintores nacidos en el norte de

España, fueron amigos, artistas inquietos, muy viajeros y de gran cultura que

desarrollaron estilos propios vinculados al Fauvismo y las experiencias modernas que

descubrieron en París. Participantes de las iniciativas más modernas en nuestro país,

fueron verdaderos exponentes de un Fauvismo Ibérico, siendo tratados por muchos

estudiosos como fauves o incluso prefauves en el caso del primero de ellos. Al igual que

el movimiento francés, ambos pretendieron expresar con sus obras emociones propias,

siempre de goce y armonía, creando desde la satisfacción de un orden puramente visual.

Formalmente los principales rasgos del Fauvismo se ven tamizados en el estilo de

ambos artistas, pues crearon en base a pinceladas mixtas menos expresivas; unidades de

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7

Fig.1- Francisco Iturrino, Manolas, h.1908. Óleo/ lienzo. 114 x 141 cm. Colección Banco Santander.

Fig.2- Francisco Iturrino, La primavera, h. 1916-1917. Óleo/lienzo. 138 x 171 cm. Colección particular, Madrid.

color definidas sobre fondos planos y sombras tratadas con luminosas tintas que no

llegan a ser tan contrastadas ni dislocadas como en los principales fauvistas. En relación

a las temáticas, es notable el interés de ambos artistas por escenas de la tradición

española, si bien cultivaron el género del paisaje y las pastorales tan aplaudidas por los

fauvistas pero desde una óptica nacional.

3- Francisco Iturrino González (Santander, 1864 – Cagnes-sur-Mer, 1924).

“Iturrino, seis años mayor que Zuloaga, ¡quién lo diría! (…) compañero de generación de

Toulouse-Lautrec, de Bonnard, de Vuillard y de Matisse. Tengamos en cuenta esas fechas

para destacar la realidad de que Iturrino fue un precursor del Fauvismo más que un

seguidor de este movimiento”.24

[Lafuente Ferrari]

ESTILO Y TEMÁTICAS

Las obras realizadas por Iturrino durante

la transición de siglo descubren una

pincelada inicialmente abocetada que

evoluciona hacia trazos más amplios y

vibrantes, a veces un tanto violentas pero

muy expresivas. Emplea una paleta cromática

luminosa, repleta de contrastes con

variaciones en la densidad y sus ritmos. Para

algunos críticos, esto llevó a ver en sus obras

cierta agresividad cromática que le identifica

con el grupo fauve, siendo ello la causa por la

que Camón Aznar indicó que “para soportar

esas luces las formas tienen que descomponerse en grumos vivos, en volúmenes

facetados por los reflejos”25

, como se puede

apreciar en muchas de sus obras como por

ejemplo en los mantones y figuras que

componen el óleo Manolas. [Fig.1]

El descubrimiento del sur de España fue

clave en ese desarrollo colorista del artista, si

bien revela el conflicto entras las dos

visiones nacionales de los que eran partícipes

Joaquín Sorolla (1863-1923) e Ignacio

Zuloaga: la blanca, meridional y sensual; y

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8

Fig.3- Francisco Iturrino, Jardín, h. 1913-1914. Óleo/lienzo. 64 x 50,2 cm. Nº Inv. 82/182. ©Museo de Bellas Artes de Bilbao.

Fig.4- Francisco Iturrino, Manola fauve, h. 1908-1909. Óleo/lienzo. 35 x 25 cm. Colección particular, Bilbao.

la negra, mística y doliente.26

Durante sus

temporadas en Castilla pinta con reminiscencias de

influencias velazqueñas y goyescas que recibió a

través de la tradición francesa heredada desde

Delacroix hasta Manet,27

con un potente uso del

negro. El cambio que opera el desplazamiento de

Salamanca a Sevilla en su obra es la reivindicación

de la luz y el color, anticipando las experiencias

fauvistas.28

Sin embargo, a diferencia de Sorolla o la

escuela valenciana coetánea, Iturrino no plantea una

concepción naturalista sino idealista o neosimbolista,

revelando en sus obras transparencias,

luminosidades, audacias en el desdibujo y armonías

de color como sucede en La primavera. [Fig. 2]

La concepción de la pincelada y del cromatismo de Iturrino le vincula o incluso le

conforman como precursor de movimientos vanguardistas del momento.29

Siguiendo los

preceptos aprendidos en la escuela de Gustave Moreau

en París y la idea prestada del poeta Stéphane

Mallarmé de “en lugar de describir, hay que sugerir”,

la percepción de la realidad alcanza un grado de

expresión muy personal en su obra.

Se observa en Iturrino la elección de temáticas

hispanas, especialmente castellana y andaluza. Sin

embargo no destaca en sus obras lo pintoresco, pues se

liberó de subrayar lo castizo en favor del carácter

plástico. La luz y el color son los valores usados por

Iturrino para transcribir emociones, rasgo propio del

Fauvismo, desentendiéndose de la temática que se

convierte en puro pretexto, como revela en algunas

escenas de jardines como en Jardín. [Fig.3]

INFLUENCIAS

En el crisol de movimientos del París finisecular y de principios del siglo XX,

Iturrino supo valorar y recoger múltiples influencias para conformar un estilo muy

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Fig.5- Francisco Iturrino, Bodegón, 19010-1911. Óleo/lienzo. 82 x 98 cm. Colección Alfonso Zorilla de Lequerica, Bilbao.

Fig.6- Francisco Iturrino, Gitana, 19010-1911. Óleo/lienzo. Colección F. Cabrero.

personal. Dichas referencias provienen del Postimpresionismo, del Simbolismo y del

grupo Nabi.

Las lecciones aprendidas en el taller de Gustave Moreau fueron claves, al igual que

para el grupo fauve, al descubrir la obra de Gauguin, quien investigó la plasmación de

emociones por medio de la forma y el color además del cloisonné presente en gran parte

de la obra de Iturrino, con un potente uso de la línea negra como sucede por ejemplo en

Manola fauve. [Fig.4]

Según el crítico Elie Faure, la obra de

Iturrino presentaba tres influencias claras:

la de Cézanne, en algunas de sus vistas de

paisajes, como sucede en el óleo Motrico

(h.1906-1908, Colecc. Zorrilla de Alfonso

Lequerica, Bilbao) donde reinterpreta la

percepción espacial y la valoración de las

formas; influencias de Renoir

principalmente en el cultivo de sus

temáticas de mujeres, el gusto por la luz

filtrada por la carne y la ausencia del

academicismo en la representación de los

cuerpos como se observa en Bañistas (H. 1916, Museo de Bellas Artes de Bilbao); y por

último influencia de su amigo Matisse, con el que estuvo viajando y pintando por

Andalucía y Marruecos, quedando constancia en una

pareja de obras muy similares de ambos autores

realizadas entre 1910 y 1911, los de Iturrino titulados

Bodegón [Fig.5], los de Matisse Nature morte (Séville) y

Nature norte (Espagne) (Hermitage Museum) además

del retrato por ambos de una gitana [Fig.6], titulado por

Matisse Joaquina (Národní Galerie, Praga).

Sin embargo se aprecian diferencias entre Iturrino y

Matisse, pues mientras el francés busca el efecto

bidimensional y más decorativo, el español representa

mayor profundidad en sus obras como revela en el

primer ejemplo el menor abatimiento de la mesa central,

construyendo el espacio de forma más simétrica y con

menor detenimiento en las decoraciones del mantel o la

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tapicería del sillón, por ejemplo. Iturrino aplica el color de forma más espontánea, con

menor equilibrio estructural y contrastes, lo que en las obras de Matisse presentan

mayor rigidez compositiva debido a las yuxtaposiciones de colores,30

llegando a ser

incluso el cromatismo violento de Iturrino antecedente del de Matisse para algunos

historiadores.31

SUS OBRAS EN MUSEOS Y COLECCIONES

La obra de Francisco de Iturrino se encuentra principalmente en museos y

colecciones nacionales, si bien hay alguna excepción en el ámbito internacional.

Destaca primeramente el Museo de Bellas Artes de Bilbao con treinta y cuatro obras,

seguido del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía con ocho óleos. Otras obras

realizadas por Iturrino se encuentran en las colecciones del Museo de Bellas Artes de

Álava, el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander, el de Bellas de Artes

de Córdoba, el Museo Carmen Thyssen de Málaga y el Museo Lázaro Galdiano.

Entre las galerías que albergan algunas de sus obras, todas madrileñas, destacar la

Galería Miguel Espel, la Galería de Arte Lorenart y la Galería de Arte del Louvre.

Sin embargo, gran número de sus obras se encuentra en colecciones particulares,

muchas de ellas bilbaínas y en segundo lugar madrileñas. Como curiosidad, indicar que

Juan de Echevarría poseyó uno o dos cuadros de Iturrino.32

4- Juan de Echevarría y Zuricalday (Bilbao, 1875 – Madrid, 1931)

ESTILO Y TEMÁTICAS

La sensibilidad y evolución estilística de Echevarría madura al compás de corrientes

internacionales del momento como el Impresionismo, el Postimpresionismo y el

Fauvismo. Sin embargo, no se desliga de las fuentes de inspiración españolas, con un

estilo robustecido por influencia del pensamiento de la Generación del 98.33

Todo ello le

lleva a conformar un estilo muy personal en el que se une su formación cosmopolita, su

pasión por la música y sus raíces vascas, siendo un estilo moderno difícil de enjuiciar

históricamente. Así, la insatisfacción con la pura sensibilidad que demuestran sus obras

tiene que ver con la transformación que se estaba produciendo en la transición del

Impresionismo al Expresionismo34

pasando por el Fauvismo.

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Fig.7- Juan de Echevarría, Paisaje de Guetary, ca. 1927. Óleo/lienzo. 55 x 46 cm. Colección particular.

Fig.8- Juan de Echevarría, Bodegón con libros y abanico, ca. 1924. Óleo/lienzo. 116 x 75 cm. Colección particular.

Estudiando la obra de Echevarría destacan

singularmente las gamas tonales escogidas. Empleando

una paleta generalmente clara, transparente y

matizada, con unos campos de color construidos

intuitivamente, gusto por el uso de tintas tenues y

cristalinas, generalmente irisadas y complejas. En su

obra hay una predilección por un empaste leve y

sutiles variaciones cromáticas. Las gamas tonales es lo

que más varía en el transcurso de su obra,

caracterizada por nuevos matices acordes con

evolución de su sensibilidad.35

En 1909 se advierte en

sus primeros paisajes de Pampliega cierto realismo

mientras que en 1912, durante su periodo parisino, se

produce un progresivo destierro de los ocres

comenzando a prevalecer las gamas frías. Su viaje a Granada le descubre la intensa luz

sureña, comenzando a usar una gama más caliente y con mayor contraste cromático,36

lo

cual encuentra mayores similitudes con el estilo fauvista, visible en Paisaje de Guetary.

[Fig.7] Sin embargo, se distancia de ellos en el uso más reflexivo y equilibrado del

color puro, no tan violento ni extremo. Echevarría declaró:

“Todo me habla de espíritu y procuraré no enturbiar éste, prescindiendo en lo posible de

lo pintoresco y de las armonías brillantes de color, es decir, que tiendo a una emoción

más concentrada y pura. Claro que esto no quiere decir que no siga buscando las

armonías de color.”37

Al comentar la pintura del artista bilbaíno hay que

aludir a evocaciones musicales, pues al describir sus

obras se suelen citar términos como “timbre”,

“entonaciones sonoras” o “resonancias cristalinas”.

Muchos estudiosos han indicado que su dedicación

temprana a la música pudo haber modelado su

inspiración e interpretación de las formas a través de las

gamas de color que parecen translucir acordes con

ritmos casi musicales. En 1923 Valle-Inclán habla del

melómano Echevarría como del “pintor musical y

pitagórico”38

a lo que Camón Aznar añade que “parece

mojar su paleta en el hontanar de la música y esta

calidad lírica de sus colores procede de ese juego de

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Fig.10- Juan de Echevarría, Bodegón de los limones, 1920. Óleo/lienzo. 65,7 x 55,2 cm. Nº Inv. 82/119. ©Museo de Bellas Artes de Bilbao.

Fig.9- Juan de Echevarría, Paisaje de Pampliega, ca. 1908. Óleo/lienzo, 74 x 92 cm. Nº Inv. 82/122. ©Museo de Bellas Artes de Bilbao.

armonías que en su alma provoca la interpretación pictórica de la Naturaleza.”39

Técnicamente, su dibujo es sólido con un potente dominio del dibujo. En las

composiciones de sus obras esquematizando los temas usando las líneas más relevantes

[Fig.9], destacando sus estilizaciones producto de la sensibilidad y no del pensamiento

más científico que hacían los cubistas en la misma época.40

Las temáticas que representa Echevarría

son muy variadas. Aunque en la primera

época pinta desnudos de gran formato, por

influencias de van Gogh, Gauguin y Cézanne,

además de Zuloaga y Picasso, comienza a

realizar retratos y naturalezas muertas, los

dos grandes géneros de su trayectoria. Sus

bodegones son los más notables por el

especial estudio de sus colores y formas,41

sirviendo de ejemplo el espléndido el

Bodegón con libros y abanico [Fig.8], o el

Bodegón de los limones [Fig.10]. En relación al género del retrato, Valle-Inclán le

animó especialmente42

, como en el que homenajea a su amigo Iturrino (1919, Museo

Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid). Sin embargo también se vio atraído por

las gitanerías como búsqueda de lo primitivo, de un mundo cercano pero incógnito,

como en Familia gitana. [Fig.11]

INFLUENCIAS

Durante su aprendizaje en París, su amigo el escultor

bilbaíno Paco Durrio fue clave en la conformación de su

estilo43

al pintar y descubrir en su taller su colección de

treinta obras firmadas por Gauguin, del que toma

influencia clara en su obra Mestiza Desnuda (ca. 1923,

Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid.)

además del trazo negro para los contorno. Junto a él

destaca la influencia de Cézanne sobresaliendo en su

interpretación casi simbólica de los bodegones donde el

color va más allá de la línea del dibujo, al igual que en la

construcción de sus paisajes. Además, el estilo y

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“Fauvismo español: Estilo y cotización de F. Iturrino y J. Echevarría.”

Alicia Sánchez-Matas Jiménez. Revista Galería Antiquaria. Diciembre 2016.

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Fig.11- Juan de Echevarría, Familia gitana, ca. 1925. Óleo/lienzo. 115 x 146 cm. Galería Lorenart, Madrid.

cromatismo de van Gogh está muy presente en la obra del artista vasco [Fig.7], pues el

holandés creaba sus obras como exteriorizaciones de sus estados sentimentales.

SUS OBRAS EN MUSEOS Y COLECCIONES

Las obras de Juan de Echevarría se

localizan únicamente en colecciones de

ámbito nacional. Destaca primeramente el

Museo Nacional Centro de Arte Reina

Sofía con diecinueve de ellas. En segundo

lugar se encuentra el Museo de Bellas

Artes de Bilbao, seguido del Museo de

Bellas Artes de Álava, el Museo de

Pontevedra, el Museo de Salamanca, el

Museo Camón Aznar en Zaragoza y el

Museo de Bellas Artes de Granada.

En el ámbito privado, sus obras se reparten entre la Fundación Antonio Ródenas

García-Nieto de Madrid, la Fundación Cultural Mapfre Vida de Madrid, la Colección

Casacuberta Marsans en Barcelona, la Colección Nellie Manso de Zúñiga de Maeztu en

Madrid y la Galería de Arte Lorenart.

Al igual que sucedía con la obra de Iturrino, el hecho de que muchas de ellas se

encuentren en colecciones particulares puede encontrar su causa en la compra de sus

obras en subasta.

5- Cotización en el mercado de fauvistas extranjeros.

Previo análisis de las cotizaciones de Francisco de Iturrino y de Juan de Echevarría,

cabe realizar un breve comentario sobre los remates más elevados que han alcanzado en

subasta los principales artistas del movimiento fauve, generalmente franceses y muchos

de ellos másters en ventas, para contextualizar y comparar los precios de Iturrino y

Echevarría. Los principales del Fauvismo artistas destacan por vender en el ámbito

internacional, principalmente en las sedes que las grandes casas de subastas tienen en

Londres y Nueva York.44

De entre todos los fauvistas destaca, como cabeza del movimiento y en torno a quien

se fraguó el mismo, Henri Matisse cuya obra más cara adjudicada es el óleo titulado Les

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“Fauvismo español: Estilo y cotización de F. Iturrino y J. Echevarría.”

Alicia Sánchez-Matas Jiménez. Revista Galería Antiquaria. Diciembre 2016.

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coucous, tapis bleu et rose (1911), rematado en 32.000.000 € tras una estimación de

12.000.000 € y 18.000.000 €, vendida por Christie’s París en el año 2009.

Como segundo fauve más cotizado se encuentra Maurice de Vlaminck (París, 1876-

1958) con su mayor remate de 20.431.420 € por el óleo titulado Paysage de banlieue

(1905) vendido por Christie’s Nueva York en el año 2011. Le sigue su amigo e

importante fauvista en el grupo, André Derain (Chatou, 1880-1954), siendo su obra más

cara un óleo titulado Arbres à Collioure (1905) rematado en 19.521.240 € por Sotheby’s

Londres en el 2010. Tras ellos se encuentra el genial y particular Kees van Dongen

(Delfshaven, 1877-1968) con el óleo titulado Jeune árabe (1910) rematado en

9.349.260 € por Sotheby’s Nueva York en el año 2009.

Con precios más alejados se encuentran artistas de la calidad de Raoul Dufy (Le

Havre, 1877-1953) con el óleo titulado Le moulin de la gallette vendido en 1.964.520€

por Sotheby’s Nueva york en el 2013. Otro fauvista es Emile Othón Friesz (Le Havre,

1879-1949) cuyo óleo Le port d'Anvers (1906) fue rematado en 1.567.860 € durante el

año 2007 en Christie’s Londres. Otros integrantes del grupo con cotizaciones similares

son Albert Marquet (Burdeos, 1875-1947) con el óleo titulado La plage de Sainte-

Adresse (ca.1906) vendido en 1.538.970 € por Sotheby’s Londres en el 2008, y Henri

Charles Manguin (París, 1874-1949) con el óleo Les oliviers à cavalière (1906) vendido

por 1.012.300 € en Sotheby’s Nueva York en el año 2016. Los artistas del movimiento

fauvista que presentan una cotización más baja, aunque muy superior a la de nuestros

dos artistas españoles, son Louis Valtat (Dieppe, 1869-1952) con la obra titulada

Madame Valtat et son fils rematada en 726.650 € por Sotheby’s París en el 2008, y

Charles Camoin (Marsella, 1879-1965) con el óleo Port de Cassis (c.1901) rematado en

307.000 € en Christie’s París en el año 2010.

Mención aparte merecen dos nombres relevantes en la Historia del Arte como

creadores o cofundadores de importantes movimientos del siglo pasado pero de los que

se suelen desconocer un periodo fauve previo a los mismos: Wassily Kandinsky

(Moscú, 1866 - 1944) y Georges Braque (Argenteuil-sur-Seine, 1882-1963). El artista

ruso cultivó cierto estilo fauvista antes de fundar en 1911 el grupo expresionista El

Jinete Azul (Der Blaue Reiter), el cual, al formar parte del Expresionismo alemán de

vanguardia como se ha comentado, hereda notables influencias del Fauvismo. Así,

aunque su obra más cara es la prototípica de su estilo abstracto, destaca su segundo

mayor remate en subasta, el óleo titulado Studie für improvisation 8 (1908) vendido por

20.907.785 € en Christie’s Nueva York durante el 2012, realizado en época fauvista si

bien con signos que preludian su abstracción posterior. El segundo gran personaje,

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“Fauvismo español: Estilo y cotización de F. Iturrino y J. Echevarría.”

Alicia Sánchez-Matas Jiménez. Revista Galería Antiquaria. Diciembre 2016.

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Fig.12- Francisco Iturrino, Les Manolas. Óleo/lienzo. 86 x 104 cm.

Estimación: 15.000€ - 20.000€. Precio de remate: 85.000€. Lote 34. Subasta 30 abril 2008. Blanchet & Associés, París.

Braque, a pesar de pasar a la historia por su colaboración en la fundación del Cubismo,

sorprende al conocer que su obra más cara vendida en subasta pertenece al periodo

fauve, el óleo titulado Paysage à la Ciotat (1907) rematado en 12.082.500 € en

Sotheby’s Nueva York en el año 2013.

6- Cotización de fauvistas españoles: Iturrino y Echevarría.

FRANCISCO ITURRINO

Las obras firmadas por Francisco Iturrino sacadas a subasta suman un total de ciento

cuarenta y nueve, de ellas cincuenta y ocho son grabados, cincuenta y siete pinturas, y

treinta y cuatro dibujos a la acuarela.45

La cotización de las obras de Iturrino no presenta precios elevados. El remate más

alto alcanzado por una de ellas es el óleo titulado Les Manolas rematado en 85.000 €

tras una estimación de 15.000 € y 20.000 € en París en el año 2008. [Fig.12] Ese precio

máximo no supone como en otros artistas una excepción en su obra, puesto que le

siguen remates con valores muy cercanos.

Sus últimas obras sacadas a subasta han sido vendidas en el año 2016 por dos casas

madrileñas, en marzo el dibujo a la

acuarela titulado Mujer árabe rematado

por el precio de salida en 600 €; y un

dibujo sobre papel con el título Estudio de

mujeres sacado a subasta en mayo por

Subastas Segre adjudicándose también por

la salida en 350 €. Hay que destacar el óleo

Manolas fuera de la plaza de toros

subastado en diciembre del pasado año por

Sotheby’s Londres con una estimación de

entre 96.120 € y 123.570 € que a pesar de

su colorido y estilo típico del artista no fue

rematada.

Los cuatro remates más elevados alcanzados por obras de Iturrino en subasta se

dieron en los años 2008 y 2009, además de encontrar precios altos en años previos y

posteriores que llegan incluso a la década de 1990, no encontrando una época en la que

se revalorizara especialmente. Los años 2001, 2004, 2009 y 2010 son las fechas cuando

se lograron más ventas en subasta. Por su parte, la confluencia de lotes no vendidos se

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“Fauvismo español: Estilo y cotización de F. Iturrino y J. Echevarría.”

Alicia Sánchez-Matas Jiménez. Revista Galería Antiquaria. Diciembre 2016.

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concentra particularmente en el año 2006. Es curioso que sus años de venta no se vean

influidos por la regla del mercado de vender más caro en los años de bonanza, lo que

hace indicar que Iturrino, y también Echevarría como se verá, no son artistas muy

cotizados, por lo que sus ventas no dependen tanto de momentos de crisis y bonanza

como de la particularidad de la obra a subastar.

Las temáticas cultivadas por Iturrino fueron, previamente comentadas, los desnudos,

el folclore andaluz, las marroquinerías, escenas de caballos y toros, junto a jardines y

paisajes. De entre todas ellas, las obras con remates más elevados pertenecen al folclore

andaluz, con especial gusto por las escenas de gitanas y manolas, como revela más cara

ya citada o el segundo remate mayor titulado Danseuse andalouse estimada entre 6.000

€ y 8.000 € y rematada en 78.000 € en París en el año 2008, al igual que Mujeres con

mantones vendido por Ansorena en el 2004 por 60.000 €.

Por tanto, como conclusión general de la valoración en el mercado de la obra de

Francisco Iturrino, cabe destacar su cotización media, lo que implica la independencia

de las normas generales que rigen el mercado de arte, atendiendo pues a la

particularidad de cada una de sus obras. Con cierta presencia internacional, vende

principalmente en Madrid y París, destacando como técnica el óleo y en cuanto a la

temática el folclore andaluz.

JUAN DE ECHEVARRÍA

Comparando con las cotizaciones de la obra de Iturrino, Juan de Echevarría tiene

mucha menor presencia en el mercado de arte debido quizá a la modestia y carácter

perfeccionista, con una valoración bastante inferior y reducida al ámbito nacional, no

hallando sus obras en subastas internacionales a pesar de haber sido un artista tan

cosmopolita y viajero. Solo se encuentran treinta obras subastadas firmadas por

Echevarría, veinte de ellas pinturas, siete dibujos a la acuarela y tres grabados.46

Las obras de Echevarría tampoco presentan precios elevados. El mayor remate

alcanzado fue un óleo sobre lienzo titulado Jardín del Palacio de Picavea (1921),

vendido por 39.042 € tras una estimación de 29.432 € en Subastas Segre Madrid en el

año 2001. [Fig.13] Desde ese precio máximo, le sigue otro óleo rematado en 36.130 €

tras lo cual precios descienden a 17.000 € y cifras menores. Destaca que siendo tan

pocas las obras subastadas, más de un tercio de ellas no hayan logrado remate.

Sus obras vendidas no comprenden unos años específicos en los cuales se

revalorizara o devaluara, con fechas muy diversas, aunque destacan los años 1998 y

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“Fauvismo español: Estilo y cotización de F. Iturrino y J. Echevarría.”

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Fig.13- Juan de Echevarría, Jardín del Palacio de Picavea, 1921. Óleo/lienzo. 80 x 105 cm.

Estimación: 29.431€ Precio de remate: 39.042€. Lote 118. Subasta 12 junio 2001. Subastas Segre, Madrid.

2001, además del 2002, 2004, 2009 o 2014. Sin embargo, las obras de Echevarría no

lograron ningún remate en 2005, 2007, 2008, 2011 y 2013, mientras que el resto de años

vendió pero en menor volumen.

Por tanto, la tendencia que marca la cotización en el mercado de la obra de

Echevarría es irregular, con bajada entre el 2005 y 2008, como también sucedía con

Iturrino aunque recuperándose este un año antes, además de caídas en el 2003, 2011 y

2013. Sus años de subidas de ventas son previos a las mencionadas bajadas, con récords

logrados entre los años del 2000 y 2002, en el 2004 y entre el 2008 y 2010, además de

una muy leve subida en el 2014. Al igual que Iturrino, las ventas de Echevarría tampoco

dependen de la situación económica del mercado sino de la particularidad de la obra a

subastar, razón que se halla en no ser un artista muy cotizado.

Las temáticas cultivadas por

Echevarría fueron, como ya se

desarrolló, más variadas que las de

Iturrino. Sus bodegones y naturalezas

muertas fueron las más notables y

aplaudidas, seguido de las gitanas, los

retratos y paisajes. Estos últimos son

los que presentan remates más elevados

como ejemplifica el lote más caro que

lleva su firma o el óleo Vista de

Oyarzun rematado en 17.000 € por

Durán en el año 2009, seguido de sus

representaciones de gitanas como el

segundo remate más elevado cifrado

en 36.130 € por Castellana 150 en el año 1998, o el óleo Gitana rematado en 15.000 €

por Ansorena en 2002. En relación a los bodegones, aunque fue uno de los géneros más

representativo de Echevarría, hay que esperar al sexto remate más elevado para

encontrar el óleo titulado Florero vendido en Ansorena por 9.000 € el año 2001, o al

noveno puesto titulado Jarrón con flores rematado en 4.750 € por Subastas Galileo en el

año 2010. En relación a los retratos, resulta curioso que los pocos y excepcionales que

salen a subasta queden sin rematar, destacando por ejemplo el titulado La mariquiña del

Valle Inclán subastado en el 2003 por Subastas Segre con un precio de salida de 18.000

€, o el titulado Pío Baroja sentado leyendo en su estudio vendido por Castellana 150 en

el año 2000 con un precio de salida de 51.085 €, retrato similar que posee el Museo

Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

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“Fauvismo español: Estilo y cotización de F. Iturrino y J. Echevarría.”

Alicia Sánchez-Matas Jiménez. Revista Galería Antiquaria. Diciembre 2016.

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Como conclusión general de la valoración en el mercado de la obra de Juan de

Echevarría, cabe destacar su cotización baja, lo que implica la independencia de las

normas que rigen el mercado de arte como sucedía en Iturrino. Su presencia en el

ámbito nacional, principalmente vendiendo en Madrid, destaca su escasa presencia en

subastadas, valorándose principalmente las realizadas al óleo con temáticas de paisajes.

OTRO FAUVISTA ESPAÑOL

Tras conocer las cotizaciones de nuestros dos particulares fauvistas españoles y de

haber citado los remates más elevados que lograron los integrantes principales del

movimiento en Francia, cabe hacer referencia a Carlos Nadal (París, 1917- Sitges,

1998), artista español nacido en Francia que desarrolló un estilo fauve.

Su estudio presenta unas características particulares, pues si bien sus ventas, siempre

internacionales, se realizan casi en su totalidad en grandes casas de subastas con sede en

Londres, además de ocasionalmente vender también en Nueva York, Moscú y escasos

ejemplos en Madrid y Barcelona, sus remates son menores que los de Iturrino pero

mayores que los de Echevarría, aunque superados todos ellos por Raoul Dufy.

Con un elevado mayor volumen de obra en el mercado si se compara con Iturrino y

Echevarría, su mayor remate fue el de 58.595 € alcanzados en el año 2006 por

Sotheby’s Londres, con un precio medio entre los 20.000 € y 30.000 €, vendiendo

generalmente toda obra subastada en los últimos diez años, fechas algo más actualizadas

que las de las ventas de Iturrino y Echevarría.

Su ejemplo puede llevar a reflexionar sobre los múltiples factores que condicionan la

cotización de todo artista, pues aún vendido casi íntegramente en el ámbito

internacional su cotización no es más elevada que la de Iturrino, si bien las temáticas

que pintó quizá son más del gusto actual que los temas hispanos representados por

Iturrino y Echevarría aunque estén concebidos y realizados en consonancia con las ideas

y el gusto moderno. Sin embargo, también es cierto que Carlos Nadal tiene obras muy

similares en estilo y género a las de Dufy que cotizan muy por debajo de ellas.

7- Conclusiones.

Tras la aproximación realizada a Francisco Iturrino y Juan de Echevarría, cabe

considerar su estudio como un campo que permite enriquecer el corpus de artistas

adyacentes al Fauvismo. Este estilo, al caracterizarse por la creación en base a criterios

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“Fauvismo español: Estilo y cotización de F. Iturrino y J. Echevarría.”

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subjetivos, supone un fructífero ámbito para descubrir su heterogénea interpretación en

cada uno de los ámbitos nacionales según las visiones de sus fauves más locales.

Además de los lazos de amistad que les unieron, compartieron el gusto por la

exaltación del color y la luz, por una pincelada expresiva e ideales hedonistas que les

acercan a los planteamientos del grupo fauvista. Fuertemente influenciados por los

principales Postimpresionistas, el cosmopolitismo de ambos y relaciones con la plateada

generación del 98 conforman un horizonte de influencias sintetizadas por cada uno de

ellos de un modo original y moderno.

Se ha podido observar cómo las obras de ambos, presentes en importantes

colecciones nacionales, cotizan con precios medios en el caso de Iturrino y bajos en el

de Echevarría, si bien el primero de ellos posee mayor volumen de obras en subasta

internacionales con valoraciones superiores, mientras que Echevarría presenta un

reducido número de obras vendidas en el ámbito nacional con precios más bajos.

1 ELDERFIELD, John, El fauvismo (versión española de Juan Díaz de Atauri), Madrid: Alianza,

1993, p. 25. 2 MARTÍNEZ DE LAGOS FERNÁNDEZ, Eukene, “Un pintor para los primeros años del siglo

XX: la figura singular de Francisco Iturrino”, Ondare: cuadernos de artes plásticas y

monumentales, Nº 23, 2004, p. 587, nota 35. 3 ELDERFIELD, op. cit., p. 17.

4 Íbid., pp. 19 y 20.

5 Íbid., p. 99.

6 BOZAL FERNÁNDEZ, Valeriano, Los primeros diez años 1900-1910, los orígenes del arte

contemporáneo, Madrid: La balsa de la Medusa, 1991, p. 26. 7 ELDERFIELD, op. cit., p. 64.

8 Íbid., p. 65.

9 Íbid., p. 20.

10 Íbid., p. 23.

11 Íbid., p. 50.

12 Íbid., p. 57.

13 Íd.

“Alma, espíritu y emoción. La posteridad reserva [a

Juan de Echevarría] un sitio de honor.”

(Guillaume Apollinaire, 1911)

“Acaso la pintura de nuestro amigo [Francisco Iturrino] […] sea algún día la base de una nueva escuela, que llevará su nombre y que futuras generaciones, cultivándola con amor, la saquen del abandono en que hoy vive para iluminarla con los resplandores de mérito y adornarla con los laureles de la gloria.”

(Henri Matisse, antes de 1930)

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“Fauvismo español: Estilo y cotización de F. Iturrino y J. Echevarría.”

Alicia Sánchez-Matas Jiménez. Revista Galería Antiquaria. Diciembre 2016.

20

14

Íbid., p. 52. 15

Íd. 16

Íbid., p. 153. 17

Íd. 18

Íbid., p. 154. 19

Íbid., p. 153. 20

Íbid., p. 141. 21

Íbid., p. 158. 22

Íbid., p. 75 23

ENCINA, Juan de la, “El exotismo artístico”, Hermes: revista del País Vasco, Nº 3, marzo

1917, p. 219. 24

Palabras de Lafuente Ferrari en 1964. Citado en: Francisco Iturrino (1864-1924) [cat. exp.],

Fundación Cultural Mapfre Vida, Madrid 3 diciembre 1996 - 2 febrero 1997, Bilbao 11 febrero

– 13 abril 1997, p. 15. 25

CAMÓN AZNAR, José, “El arte de Iturrino” en Francisco Iturrino (1864-1924). [cat. exp.],

Madrid, Instituto de Cultura Hispánica, 1964, sin paginar. 26

ZUGAZA MIRANDO, Miguel, “En torno a 1900. Iturrino y los orígenes del arte moderno en

España”, en Francisco Iturrino (1864-1924) [cat. exp.], Fundación Cultural Mapfre Vida,

Madrid 3 diciembre 1996 - 2 febrero 1997, Bilbao 11 febrero – 13 abril 1997, p. 47. 27

CALLE ITURRINO, E. “Iturrino: Maestro del impresionismo” en Francisco Iturrino (1864-

1924) [cat. exp.], Madrid, Instituto de Cultura Hispánica, 1964, sin paginar. 28

ZUGAZA, op. cit., p. 47. 29

MARTÍNEZ, op. cit., p. 578. 30

JOOS, Petra, “Francisco Iturrino: Un viaje de luz y color” en Francisco Iturrino (1864-1924)

[cat. exp.], Fundación Cultural Mapfre Vida, Madrid 3 diciembre 1996 - 2 febrero 1997, Bilbao

11 febrero – 13 abril 1997, p. 27. 31

BONET, Rafael, “Iturrino y Barcelona” en Francisco Iturrino (1864-1924) [cat. exp.],

Madrid, Instituto de Cultura Hispánica, 1964, sin paginar. 32

BONET, op. cit., sin paginar. 33

CAMÓN AZNAR, José, “El arte de Juan de Echevarría”, Goya: Revista de arte, Nº 95, 1970,

p. 269. 34

SOLANA, Guillermo; “El desollado” en Juan de Echevarría (1875-1931) [cat. exp.],

Fundación Cultural Mapfre Vida, Madrid 28 enero - 28 marzo 2004, Museo de Bellas Artes de

Bilbao 19 de abril - 27 junio 2004, p. 50. 35

CAMÓN, op. cit., 1970, p. 275. 36

MENDIETA, Verónica; “Echevarría. Aquejado de sensibilidad” en Juan de Echevarría

(1875-1931) [cat. exp.], Fundación Cultural Mapfre Vida, Madrid 28 enero - 28 marzo 2004,

Museo de Bellas Artes de Bilbao 19 de abril - 27 junio 2004, p. 22. 37

SOLANA, op. cit., p. 51. 38

MENDIETA ECHEVARRÍA, Verónica, “El pintor y su modelo. Juan Echevarría y Valle-

Inclán”, Goya: Revista de arte, Nº 246, 1995, p. 337. 39

CAMÓN, op. cit., 1962, p. 144. 40

CAMÓN op. cit., 1962, p. 143. 41

“Juan de Echevarría, pintor del 98”, Galería Antiqvaria: Arte contemporáneo, antigüedades,

mercado, coleccionismo, Nº 225, 2004, p. 57. 42

MENDIETA, op. cit., 1995, p. 337. 43

SOLANA, op. cit., p. 45. 44

Todas las cotizaciones y precios de subasta han sido consultados en la base de Art Price. 45

Consultado en línea el 27 de junio del 2016. Disponible en):

http://es.artprice.com/artista/14363/francisco-iturrino-gonzalez 46

Consultado en línea el 27 de junio del 2016. Disponible en):

http://es.artprice.com/artista/8560/juan-echevarria-y-zuricalday-de