Faith Carroll, Damnare

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En Las Vegas, Liva Arkadi vive con el tiempo corriendo en su contra. Se ha convertido en una Damnare. Un ser maldito destinado a perder el alma, no recuerda cómo sucedió y mucho menos si existe forma alguna de eludir tan horrible destino. Caden Ford es, a pesar de su juventud, el cazador de demonios más poderoso y temido. Eso no es bueno para Liva, porque el descubrimiento de su nueva condición le lleva, a la ciudad del pecado, con la intención de acabar con su miserable existencia. La inesperada aparición del ángel caído Astaroth, obliga a Arkadi y a Ford a unir sus fuerzas para detenerle y no son conscientes del gran secreto que porta Arkadi en su interior. En una lucha contrarreloj, se verán obligados a enfrentarse a todo tipo de adversidades: sus miedos más profundos, el pasado y, lo más difícil, la atracción que hay entre ellos, sentimientos que los hacen tan humanos…

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Damnare

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Los personajes y situaciones que se narran en esta historia son ficticios, cualquier hecho

parecidoalarealidadesmeraconciencia.

PrimeraEdición:Septiembre2015Diseñodelaportada:PoppyPotsDesign©TítuloOriginal:DamnareDeltexto:FaithCarroll©Correcciónmorfosintácticaydeestilos:TaraHowell©Deestaedición:RedAppleEdiciones©

FaithCarroll©2015

www.redappleediciones.com

ISBN:978-84-944283-3-3

Bajo las sanciones establecidas por las leyes queda rigurosamente prohibidas, si la autorización expresa de su titular, la

reproduccióntotaloparcialdeestaobraporcualquiermediooprocedimientomecánicooelectrónico,actualofuturo–incluyendolaimpresiónparasuposteriorcopiaoladifusiónatravésde“amigos”eninternet–yladistribucióndeejemplaresdeestaediciónoposterioresyfuturasmediantealquileresoprestamospúblicos.

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“Leernosdaunsitioalqueircuando

tenemosquequedarnosdondeestamos.”

MasonCooley

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Prólogo

Escribirunprólogonuncaessencillo,enmuchasocasionessepuedepecardeagrandaroexagerar,deparecerexcesivamentehalagadora.Porellointentaréserimparcial.

CuandoFaithmepropusoserlectoracerode“Damnare”aceptéencantada.Yahabíaleído“Lacanciónmásbellaparamienemigo”(sintítulo¿verdad?)ymehabíagustadobastante.

Cuandorecibílanoveladecidíquemeembarcaríaenella,laviviríacomosimeestuvierasucediendoamí.Peroparaque fueraposible lahistoriadeFaithdeberíaestarbienescrita, lanarración debía ser excelente y la historia engancharme como si no hubiera unmañana paraterminarlaytuvieraqueseguirleyendo.Soysinceracuandoosdigoquenosiempresucede.

A menudo nos pasa que cogemos un libro y cuando llevamos dos o tres capítulos lodejamosparacontinuarlalecturamástarde,tenemostiempoparaseguirleyendoperononoshaenganchadolosuficientecomoparadejarlotodoyviviresaaventura.

Con el firme propósito y el libro ya enmismanos comencé la lectura. Lo primero queadvertífueunamejoraconsiderableenelestilo.Verlaevoluciónlohacíatodavíamásatrayente,eraunañadidoparamí.Pero lo realmente importante: ¿Meengancharía?¿Meharíavivirunahistoria?¿Sentirla?¿Reír?¿Llorar?Parasaberloteníaqueseguirhastaelfinalylarespuestaatodaslaspreguntases¡Sí!.

Ynosoloeso,¿sabéisesasensaciónderesacaliteraria?Aquellaenlaqueestásdosotresdíassinleernadamásporquesolopuedespensarenesospersonajes,enlahistoriayentodaslassensacionesquesentistetraseltranscursodelamisma.Puesesomismomepasó.Yesoesloquemeencantaríaquevivieraisvosotros.

LafantasíayelmundosobrenaturalnosdamuchasposibilidadesenunahistoriayFaithesunaexpertaenexprimirlaydarnostodoaquelloqueesperamosydeseamos.

Estoy convencida de que tú que tienes éste libro en tusmanos pensarás igual que yo alterminarlo.Yvolverásaleerelprólogoylaprimerafraseconlaqueempecéysabrásquenienunasolapalabraheexagerado,inclusoséquepensarásquemehequedadocorta.

Afindenoresultartediosaosdoypasoaunanovelaquenoosdejaráindiferente.

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ItsyPozueloAutorade“Unmundopordescubrir”y“Alison”

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ReconoceraCadenFordentrelamultituddelJimmy´sCavenoeranadabueno.Ylacosaprometíaempeorar,cuandosufielperromatón,aparcófrentealapuerta.

—Mierda.—susurróArkadiantesdellevarseotrotragodesucervezaalaboca.Sabíala

razónpor lacualunode losmejorescazadoresde laactualidadcompartíaantroconellaestanoche. Buscaba una buena captura y si Arkadi no averiguaba cómo iba a escapar, la iba aconseguir.

JimBaschlamiró,preocupado.Comoella,Jimmysabíaquelanoticia,sobresudesastroso

incidente, había corrido como la pólvora.Hubiera sido imposible ocultar algo tan especial yúnico,algocomoaquellonosucedíatodoslosdías.Pordesgracia,loqueenotrascircunstanciashabríalanzadoalacazadoraalacategoríadeheroína,elevarsucachéensumundo,estaacciónle había dibujado en la espalda una diana muy suculenta. La suerte y la cobardía de suscamaradas la mantenían con vida, con el suplemento de que pocos conocían el rostro queacompañabaatanmisteriosoapellido.UnodeesosafortunadoseraFord.

Arkadicasinorecordabaaquelencuentro.Hacíaañosdesdeaquellamisiónconjunta.Algo

sencilloqueselehabíaidodelasmanosaunnovato,undemonioquerequeríalaatencióndecuantoscazadoresestuviesenporlazona.

Lamayoríadeloscazadoreseranconocidosporsuestilosolitario,pocosteníanfamiliay

bastantescompartíanunpasadotortuoso,llenodeperdidasydolor.Aunasí,actuabancomounaatípicahermandad,respaldandoaquiénmetiera lapataosevierasuperadoporsu trabajo.Noeraajenoparanadie,losgrandesmalesquesepodíandesatarconunerrorinesperadoylofácilque podía llegar a desembocar en una tragedia.Había compasión para el pobre desgraciado,siemprequesearrepintierayasumieralosactos.Peroestávez,Arkadisequedabafuera,yanoeracazadora,yanoerahumana.Nohabíamisericordianicompañerismoparaella.

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Alzó la mirada para volver a verle a través del espejo de detrás de la barra. No habíacambiadomucho.Apesardevariasarrugasdeexpresión,supelorubioplatinoysuexcelenteestado físico le hacían un hombre atractivo. Sin poder olvidar sus intensos ojos azules, quehabíanhechosuspiraramásdeuna.Esedíavestíadeunmodoinformal,unostejanosajustadosyunacamisetanegra,acompañadadeunacazadoradeunmarrónviejoyraído.Estabaseguraque, bajo ésta, se escondía su pistola preparada paramatar a quien se le pusiese por delante,hasta que solo le quedara una bala con su nombre. Un fuerte escalofrío le recorrió toda laespalda cuando los glaciares ojos de Caden encontraron los suyos en el espejo. Amboscompartíanoficio,sabíancuandohabíansidodescubiertos.

—Pormuylocoqueesté,notendrápelotasparadispararaquí,delantedetantoscazadores.

—Jimmy intentó tranquilizarla.Apesarde lamaldición, él conocía a la jovenque estaba trasella.Arkadi era buena chica. Lo quemenos semerecía, después de salvar almundo, era queacabasenasíconella.

—Sehatraídocompañía.—Señalócondisimulo.Fijólamiradaenlaespaldadelcazador.

SiFordteníamalareputación,casitodaseladebíaasucompañero.

Éstenoeraunodelossuyos,nisiquierateníaescrúpulosenmataraquienleviniesebien,ya fuera demonio o humano. Era más bajo de lo que Arkadi había esperado, algo que nodisminuíasurespetohaciaél.Variosmechonesdesumediamelenacaíanaambosladosdesucara, tapandopartedeunacicatriz en laparte superiorde la sien.Labarbadedosdíaspodíaocultaralgunamás,aunquenoteníaganasdeaveriguarlo.

—Nopintabien.

—DejaqueelviejoJimmydecidaquiénesmejorpintor,peque.—Leguiñóunojoantesde

sonreír.

Tras lamuertedesupadre, Jimyvariospolicíasmás, juraroncuidarde la familiadesuamigofallecido,habíasidocomounpadreparaella,sesentíaafortunada.Lasvisitasalbardelinspectorretiradoleayudabananosentirsesolaenestemundodemierda.Jimsilbóaunadesuscamareras,Juliet.ÉstavampiresaledebíaseguircaminandoaArkadi,sabíaquenodudaríaenayudarla. Con unos pocos gestos, Juliet supo qué hacer. Jim miró de reojo a Arkadi. Fordempezabaaacercarsepeligrosamente.

—Encuantomichicaactúe,lárgatedeaquí.Ynovuelvas,¿entendido?

***LasórdenesqueFordlahabíadadoaRexMosleyeranclaras:situarsefrentealasaliday

nodejarquelachicaescapase.Lehubieragustadoserélquienseocupasedelamaldita.¿Quéseleibaahacer?Estoeratrabajodecazadores.Cadenlalocalizóentreelgentíodellugarsentada

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enuna esquinade la barra.Mosleyobservó comoCaden se dirigió a ella conun cuchillo deplata bajo la manga. Ese método se lo había sugerido él, un trabajo fácil y limpio, de susfavoritos.Cuando alguien se percatara de lo que había sucedido, ellos estarían ya lo bastantelejoscomoparaquenolosidentificaran,ymuchomenosquelosatraparan.Ademásqué,bienhecho, se convertía en una muerte lo más humana e indolora posible por detrás de lasinyecciones.

El joven Ford se diferenciaba de Mosley en su estilo de trabajo, quizás fuera por su

juventud,seguíasiendodemasiadohumanitarioparasugusto,paraCadenesapelirrojaeraunahumanamás.Algofalso.

Poresoélseconsiderabamásapropiadoparaesetrabajo,peroCadensehabíatomadomuy

a pecho las palabras de ese viejo moribundo. Lo encontraron a las afueras de un pueblo deCarolinadelNorteyafirmabaservidente.Seconocieronenunamisiónenlaque,graciasaesehombre,pudieronacabareltrabajo.

Por desgracia, fue alcanzado por el ser que perseguían antes de haber conseguido

alcanzarle.Heridomortalmente, no habían llegado a tiempo de poder llevarlo al hospital. Elviejo lo sabía, así que compartió sus últimas visiones con ellos. Un caído estaba a punto dedespertarenelcuerpodeunacazadoraenLasVegas.Elvidentemurióantesdepoderdecirlesmásdetalles,nolesquedóotraqueinvestigarporsucuenta.

Yloqueencontraronalcabodeunosdíaslesdejósinpalabras.Elmuyperroestabaenlo

cierto,elnombredelajoven,unadesconocidaLivaArkadi.Almenosparaél,porqueCadenyalahabíavisto.MosleysepreguntósiCaden la recordaría,osolosehacíael interesantecomootrasveces.Dabaigual,esachicaerahistoria.Yanoimportaba.

—Hola,encanto.—Unavampiresaseleacercóporsorpresa,ronroneandoalestilodeuna

pálidagataencelo.LlevabaunabandejavacíayelatuendodelascamarerasdelJimmy´sCave:pantalónescuetoy camiseta ajustada.Algomuy típicoenunbarde carretera—.Hacíamuchoquenoentrabaporaquíalguientaninteresante.¿Ysidejaslaentrada,vienesconmigoalfondoyte enseño nuestro plato especial? O podemos ir atrás para que lo pruebes —dijo mientrasacariciabasurostro.Cansadode juegosypendientedesupuerta,Mosleysujetóa lacamareraporelbrazoconaspereza,condisimulolaencañonóconsurevólver.Noesqueledesagradaraeltactofemenino,peropreferíaquelaféminaencuestión,estuvieraviva.

—Aléjatedeaquíantesdequeesparzatussesosdemuertanocturnaporelrecinto,encanto.

Hablódemasiadoalto,parasupesar.Prontodescubrióentrelasmiradasdelosasistentes,

quelajovencitachupasangre,teníamásamigosdeloquehabíaesperado,algunoyaacariciabasuarmapensandoenél.

—Suéltala,Mosley.—Cadensegiróparamirarle,intentadocalmarlosánimos.Apesarde

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que llevaban juntos tres años, Rex seguía sin comprender el mundo sobrenatural del mismomodoquelohacíauncazador.ParaRex,todociervopodíasercapturado,sinembargonovivíanen los mundos de fantasía de un asesino, ni era la mejor manera de sobrevivir en éste. Losmonstruosde tercerapodían tenermásutilidadvivosquemuertos.Al finyal cabo, conocíanmásrumoresdelMundoDemoniaco quecualquier cazador—.Además,ya tehedichoque losvampirosnoestánmuertos.Entonces,hablaríamosdezombies.

—Milperdones,profesorFord.

Susburlas lehicieron reírse.EstabaacostumbradoalmalgeniodeRex,merecía lapena

graciasasusgrandeséxitos,enloquesereferíaaobtenerinformación.Cadenvolviósuvistaalfrente,buscandodenuevoalachicaporlaquehabíaviajadoundíaenterosindormir.Susitioestabavacíoysucopatambién.Lamiradadelbarmanloexplicótodo.

—Mierda.—Golpeóunamesavacía,volviendoallamarlaatencióndetodosloscazadores.

ConesaactitudparecíaestarlocoperoaCadennoleimportabalomásmínimo.Loúnicoqueimportabaeraquehabíaescapado.

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OtrodíadelluviaenLasVegas.ChrisBoscoeraunodelospocoshabitantes,delaciudadinsomne,quesealegrabadelastormentasjuntoaldesierto.Elsonidodelasgotasrepiqueteandoen los cristales creaba una perfecta sintonía junto con el ruido de sus dedos tecleando en suordenador.

EsanochehabíasuperadosurécordenelWow[1]consuenanodenivelnoventa,unorgullo

de friki tecnológico le recorría ese día. Hasta que su amiga cazadora había aparecido de unhumordeperros,algotípicoenellaestosmeses.

—Yebet.—Pudoescucharentregruñidosindescifrables,mientrastirabasuchaquetatejana

alsillón.

—Agradeceríaquedejasesdeutilizarunlenguajetansoez,nomeayudaapensar.

—¿Mehasentendido?—Arkadilemiró,divertida.

—Noséhablarruso,perodetantorepetirlaheconseguidoextrapolarsusignificado.—Lamiró unos segundos antes de continuar—. Y es una palabra muy fea. —Luego volvió a suordenador.

Cansada,Arkadisedejócaerenelsofá,situadotrassuamigo.Cuandoseconocieron,no

pudo imaginarse loútil que le iba a resultar tener aChristianBosco,unode loshackersmásbuscadosdelFBI,comocompañerodepiso.

Con el pelo revuelto y despeinado, la ropa de mercadillo y sus gafas con lentes color

violeta,suapariencianodefraudabaanadieenloqueaunfrikidelastecnologíasserefería.Legustabamásestarconsusmáquinasquecon laspersonas,aexcepcióndeella.Ambossentíanque el otro era una de las pocas personas en las que podían confiar, una peculiaridad que un

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fugitivoyunacazadoranoencontrabanfrecuentemente.

—De todos los cazadores, de todos los miles de cazadores, me tiene que buscar CadenFord. Caden Ford. —Volvió a repetir su nombre para recalcar su desgraciada situación. Sucabezacayóconfuerzacontraelrespaldodelsofá—.Estoyjodida.

—¿Qué tehedicho?—Gruñó,volviendoagirar su silla conposedeprofesorestrictoy

malhumorado.ElintentodeamenazadeBoscohizoaLivareír.Nosabíaimponersuautoridad,porquenolatenía,almenosnoconella—.Dejadevertodotannegro.Eresbuenaenlotuyo,sabrásdefenderte.

—Esmuchomejorqueyo,eselpuñeteroMataHarideloscazadores.

—Túhassalvadoalmundo.

—Sí,enesolegano.Creo.—Sihacíacasoatodassusleyendas,éllohabríahecho,como

mínimo,unascincoveces—.Aunquemiracomoestoy.Alomejordeberíadejarquelohiciera,queacabasedeunavezportodas.Estonotienesolución,acabarésiendounmonstruo.

—No,noloharás.—Porunosinstantes,Boscosepusoserio—.Solonecesitounpocomás

detiempo,Arkadi.Tienequehaberunasolución,confíaenmí.

Arkadilesonrió.

—Confíoenti,Chris.Ysisigoadelante,esporti.

—Eso ha sonado muy romántico. ¿Acaso intentas ligar conmigo?—Bromeó, algo quesurgióefectoparaapaciguarlosmalospensamientosdeella.

—BúscameloquetengasdeCadenFordyRexMosley,sinoquieresquetepegueuntiro.

—CogiólaTabletyleignoró,dejandoalgeniohacersumagiainternautaensilencio.Sabíaquearchivoibaaabrirmientrasesperaba,elúnicoqueconseguíacaptarporcompletosuatencióndesdesuaventuraépica.EstabacompuestofundamentalmentepornotasqueChrisyellahabíanrecolectadode todas las fuentesposibles: Internet,viejos libros,otroscazadores.Mezclándolotodo,obtuvounahistoriadeterror.

Habíamuchos tipos de seres sobrenaturales rondando por elmundo, ochenta y cinco en

concreto,incluyendoaesostíosquesededicaronacontarlos.Eradifícilimaginarsetiposmásegocéntricos,secreíantandurosqueseetiquetaroncomounaespeciedistinta,apesardeser...Bueno,ellajamásseloshabíaencontradoenlasmisionesqueleencomendabaRicky,asíquenoteníaniidea.Volviendoaltemasobrenatural,queestasbestiasfuerandemoniosprovenientesdelmismo Infierno o solo especies creadas por la selección natural, nadie estaba seguro. Cada

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cazadorpensabasegúnsureligiosidadyporahoratodoibabien.

Lo que sí había ocurrido antaño era la famosa guerra entre los ángeles blancos y losángeles caídos. Se relataba en libros apócrifos de la Biblia, en manuscritos ancestrales quedatabandeMesopotamia,Egipto…diferentesdetalles,perotodosconteníanelmismomensajecentral.Unaguerraentrehermanosalados,elbiencontraelmal.

Comosiempresuelesuceder,ningúnbandoganóyelquequedómásmalparadofueelde

los buenos. Los ángeles blancos se fueron al cielo, o donde quiera que fuese donde aquellosseresmorarandeesos.Entreloscaídossufrieronmuchasbajas,peromantuvieronunpocodepoderparapermanecer aquí, entre las sombras.Aunquenadade lo escrito era fiable, pues secontabacomounahistoriademasiadoantiguaparacontrastarla. Incluso lospropiosdemonioslosconsiderabancuentosparadormiralosniños,incapacesdesepararlaverdaddelafantasíaeimaginacióndelosescritores.

Paraloshumanosylosrecursosdelosqueahorahabitabanelplaneta,descubrirunserde

éstosseríasucondena,puesesimposiblematarlos.Sinembargo,Arkadisabíaqueexistían.Ellasehabíatopadoconunoylohabíamatado,peronorecordabacómo.Norecordabanada.

La segunda parte era aún mucho más misteriosa, y con un final más catastrófico. Se

centrabaenundibujosimple,uncírculoconcéntricoqueencerrabaunantiguosímbolo,unaememinúscula,cuyofinaleramáslargoqueelrestodelaletra.Eraelsímbolodelosmalditos,loque les identificaba.ProcedíadelalfabetoThebano, también llamadoelalfabetode lasbrujas,simbolizabaelcarácterquerepresentabalaletraD.Casialfinaldeltextoaparecíaestaleyenda.

“Aquelquereúnafuerzasuficienteparavenceralcaído,quenodisfrutedelavictoria,ya

queseverámalditoalinstante.

LaMarcadesuenemigoseleimprimirá,afuegoenlapiel,noquedándoleotroremedioquesuplantarsulugar.

Elalmamorirá,elcorazónseenfriará,conlasllamasdelgélidoinfierno,ylasalas

negrassimbolizaransuhorribledestino”

Trasleerlo,Arkadi,volviólavistahaciasumuñecaderecha.Bajolamuñequeradecuero,laMarcadelcaídoesperabapacientemientrasladevoraba.Aunque,éstateníaunapeculiaridadquenosabíasieramejoropeorqueestaryamaldita.Losuyoerandoscírculosconcéntricosqueprotegíanlaletra.Sepreguntabaquésignificaríaesa“D”antigua.

—Oh,vaya.

ElsusurrodesorpresadeChrislasacódesuspensamientos.Sediolavueltaparamirarla

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pantalla del ordenador y, desdedonde se encontraba, pudover en la pantalla el recorte deunperiódico.Lafotodeunafamilia laacompañaba.Elpadredefamiliavestíaconun trajecaro,sonriendodepie juntoa sumujer, frágilypálidaque sostenía, en sus rodillas, aunchiquillorubioypecoso.Esemuchachoteníaalgofamiliar.

—¿EseesCaden?—Alzólaceja,incrédula—.Quéricura.

—Quién lo iba a decir. Resulta que tu Caden Ford es el hijo de Evan Ford, el famoso

ingenieroquesehizoricograciasasusideasinnovadorasentecnologíapunta.CuandoCadenteníaochoaños,supadredesaparecióenunviajedenegocios.Luego,sumadremuriódecáncerdos años después, quedándose huérfano y heredero de una gran fortuna. Al cumplir losdieciocho, se le pierde la pista, no se hizo cargo de la empresa como sus asesores deseaban.Segúnellosteníaelpotencialylainteligenciaparasuperarasupadre.

—Perodecidióusarloparavengarsey,sorpresa,seencontróconquelarazóndetodosu

doloreranlosdemonios.

—¿Cómolo...?—Livaalzólacejaizquierda.

—Siempreesigual,sihastaparecesacadodeunapelículadesuperhéroes.Oh,mierda.—Sedetuvoapensar—.MepersigueBatman.

—Puestumurciélago,tienedealiadoalJoker.—Abrióotropardearchivos,todoerasobre

Mosley—.RexMosleysíquesehaechadomuchosamigosentre lasfuerzasdelorden.Tengoórdenesdebúsquedaycapturadetodosloscuerposdeseguridad.Policía,FBI,Interpol…—Fuepasandopaginasunaporuna—.HastaelMossadtieneganasdeecharleelguante.Estetíoesmásfamosoqueyo,ymiraquenosoyfácildeolvidar,hastaenCoreadelNortemequieren,despuésdedetenerellanzamientodeunmisil.¿Qué?Nomemiresasí,meequivoqué.

—Quizáspodamosusarsumalafamaennuestrobeneficio.—Sevolvióasentarenelsofá

yseacaricióelmentónconlamano,pensativa.

—PodríadejarcaerunmailaljefedeLangleysobresuubicación.—Boscodiosusideas,Livalasrechazó.

—Esoesdemasiado.Apartellamaríaslaatenciónhaciati.No,sédeunosamigosalosque

lesgustaríaatraparaestetipo.Yprefieroqueseanellosquienessellevenlasmedallas.

—¿QuieresentregárselosaGiorelli?—Ambosconocíanbienaesepolicía.Graciasaél,sehabían conocido. No gozaba de la simpatía de Bosco, aun así, él no olvidaba que le habíasalvado, de acabar entre rejas, cuando nadie daba un centavo por él.A cambio, claro, de quecuidaseasuahijada,unapelirrojalocaqueteníauntrabajoextrañoypeligroso—.¿Esonova

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contraelcódigodeloscazadoresoalgoasí?

—Tambiénperseguiraunodelosnuestros.Además,sédeantemanoquenolosretendríanmuchotiempo.Lojustoparapoderescondernos.

—Entiendo.Esdecirque,alfinal,optasporhuir.—EnsuvozArkadinotóeldejedetristeza

quehabíaoídolaprimeravezquelohabíadejadocaer.Consusúltimasesperanzasdesalvación,había conseguido retenerla, pero ahora la cosa estaba cambiando. No quería que los demássufrieranporella—.Unavidadeacáparaallá,sobreviviendodíatrasdía.Nocreoqueesosdosseconformencontudesaparición.

—Sé que será una huida continua, pero nome queda otra. Si tan seguro estás que habrá

cura,necesitotodoeltiempoquepuedaobteneryambossabemosque,quedarmeenLasVegas,nomelovaadar.

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RickyGiorellidisfrutabadesucafédemáquinacuándounodelosnovatosleavisódequetenía visita. Al preguntarle quién era, el policía dudó. El viejo inspector sospechó de quienpodríatratarseysuspiró,resignado.

—Déjame adivinar. Mi peor pesadilla, ¿verdad? —Sorprendido por sus dotes, asintió.

Abriólaboca,conlaintencióndepreguntarcómosabíaqueesamujersehabíaidentificadodetanpeculiarmanera,perodecidióquepreferíanosaberlo.

Sacóotrosdoscafésmásantesdevolverasudespacho.Rickyseguíasiendounhombrede

acciónapesardesuscanas.Uncuerpocuidadoyunoshábitosdiariossaludables,comocorrertodos los días, le permitían que siguieran contando con él en la calle, aunque no tanto comodesearía.

Lo bueno era que, ahora, los delincuentes a los que siempre acababa persiguiendo, se

confiaban creyendo que ese viejales no los podría alcanzar con su andador. En vez de verlocomo algo desmotivador, Giorelli prefería la doble satisfacción al atraparle. A los másescépticos, lesdedicabaunaspalabrasdemofa,dándoles lasgraciaspor ladivertidacaminata.Pordesgracia,nopodíamantenereseritmotantocomoantes, loque leobligabaapasar,mástiempodeloquelegustaría,entrepapelesyburocracia.

Al abrir la puerta, Arkadi ni se molestó en girar la cabeza. Los pasos de Ricky eran

inconfundibles, firmes, lentos pero nunca cansados. Dejó los dos cafés en la mesa antes desentarseensusilla,unofrenteaotro.

—Capuchinoconmocca.—Cogiósuvasoysoplóantesdepegaruncálidosorbo—.Me

alegraverquetumemoriaaúnfuncionabien.

—Losuficientecomopararecordarque,siemprequevienesaverme,metraesproblemas.

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—Esonoesverdad.Unaveztetrajeunpavoparaaccióndegracias.

—Melotrajistevivo.

—Estabafresco.

—Pueslohubiesepreferidocongelado.¿Quéquieres,Liva?

Arkadibuscóenelbolsillointeriordesuchaquetatejana.Sacóunpapelarrugadoyselo

tendió.Éstelocogió,desconfiado.

—Hoy sí que te traigo algo bueno, de verdad.—Ricky no sabía si creerla, sus dudas sedisiparonenelmomentoqueterminódedesplegaresetrozodepapel.ArkadilehabíallevadounadelasmuchasfichasdebúsquedadeMosley—.Puedodárteloenunashoras.

—¿Desdecuándotededicasaltrabajofamiliar?Lotuyoeran...losbichosraros.

—Tengounosasuntosdelosquenotengoganasdetratarconélyuncompañerosuyo.No

tepreocupes,Ricky.—dijointentandoquitarleimportanciaalasuntoalversucara—.Noestanseriocomoparece.Puedoocuparmedeeso.

Giorelli no pudo evitar sonreír, y la sonrisa se convirtió en carcajada. Suspiró con

nostalgia,recordandodenuevoalapelirrojachiquillapecosadeantaño.Unaverdaderalástimahabercrecidoconlamitaddesufamilia.Noselomerecía.

—Eres igualque tupadre.—Juntoasuesposa,Giorellieraelquemáshabíaconocidoa

JasonArkadi.Nopornadahabíanpasadomásdequince añospatrullando las calles juntos—.Eresincapazdepedirayuda.

—No la necesito. —mintió. Esto no era algo a lo que Ricky estuviera o pudiera

acostumbrarse.Ensupielllevabaunacuentaatrásyloquemenosleapetecíaerapreocuparle.Sisospechase que las intenciones de Mosley eran acabar con ella, la encerraría en un bunkerseguro,hastaqueleatrapasenporsucuenta.AlgoimposibleconCadenFordcomosuángeldelaguarda—.Loquemevabienesquelospilles,aunqueseasolounosdías.¿Porfavor?

—Estábien,estábien.—cedió—.Loharéatumanera.Másvalequefuncione.

—Siemprelohace.

Arkadiselevantó,dispuestaairse,hastaquelastosesdelpolicíaleindicaronquenohabía

acabadodehablar.Esperándoseunacontinuaciónde la regañina, sesorprendiócuandoéste le

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lanzóunacarpeta.Arkadileechóunvistazorápido,sabíadóndeestabanlospuntosclavesenlosinformes policiales. Entendiendo lo que quería, memorizó la dirección de la casa y se lodevolvió aRicky.Si alguien supiese loque ambos tramaban, acabarían, o en la cárcel o, consuerte,enelmanicomio.

Alsalirdelacomisaria,ArkaditropezóconEricTong.

—¡LivaArkadi,dichososlosojosquetevean!—Tongvioalachica.Seacercóaellacon

unasonrisasinceraensurostro.

Erichabía seguido lospasosde supadre,BaoTong, un reputadomiembrode la policíachina,capazdeponerentrerejasatresmiembrosimportantesdelamafiachina.Apesardesusesfuerzos,sesentíaimpotenteviendocomoHongKong,suciudadnatal,seguíasiendodevoradaporlasTríadasy,harto,setrasladóaNevada,enbuscadeunfuturomejorparasumujerysufuturohijo.Graciasasubrillantetrayectoria,fueadmitidoenlapolicíadeLasVegas.UninfartosellevóaBaodeestemundo,nosinantesenorgullecersedeverasuqueridohijovistiendoeluniforme.

Recordaba las tardes de póquer en su casa, cuando Bao y Jason bromeaban sobre la

posibilidaddequesushijosacabasensiendocompañerosenlapatrulla,yaqueambosqueríanserigualquesuspadres.Ericyellacoincidíanenclase,erancompañerosdelaboratorio,hastallegaronatenerlastaquillasunajuntoalaotra,preparándolosparasudestino.Giorellisiempreponíaalfinallanotadehumor,compadeciendoaljovenTong,imaginándoseaLivaheredandolaformadetrabajardesupadre.Arkadidabagraciasaquienfueraporserunacazadoracontanbuenosrecuerdosensumente,algomuydifícilensuprofesión.

—Dijolasarténalcazo.Teechabademenos,Eric.—Lediounsonorobesoenlamejilla,

contenta.Empezabaatemerquelehubierapasadoalgoensutrabajo—.¿Noestabasinfiltrado?

—Sí, la misión terminó la semana pasada. Ha sido duro pero hemos conseguidodesmantelaratodaunareddenarcotraficantes.

—¡Buentrabajo!—lefelicitó.

Ericrepresentabalosnuevosairesenlapolicía,enloquesereferíaasuámbitofamiliar,y

sabíalagranpresiónalaqueseveíasometido,aunqueparaélnofuesenadadeeso.Loúnicoqueélanhelabaeraquesupadresesintieseorgullosodeél.

—¿Sabes?Aúnnologroentenderte,Liva.Podríashaberentradoenelcuerpo,eratusueño.

Peroloeliminastedetuvida.¿Porquélohiciste?

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Esperabaesapregunta,noeralaprimeravezquelereprochabadejarlesolocuandoentró

enlaacademia.Elpolicíanoerraba,susplaneseraqueempezaranjuntosenlaacademia.Tresdíasantesdelingreso,ocurriríaelsucesoquecambiaríasuvidaylallevaríaporotrocamino.Eric no conocía elmundo deLiva, el tipo de chicosmalos con los que lidiaba.Y la idea deArkadieraqueasísiguiera.

—Tuve que cambiar mis planes, Eric. Entrar en la academia y hacerme policía ya no

entrabaenellos.

—Puesdimecuáles.Liva,somosamigosdesdequeyorecuerdo,losabíamostodoelunodelotro.Yahora,nisiquierasédóndetemetesocómoteganaslavida.¿Porqué?

Arkadi le sonrió con cariño, enternecida por su amor de hermano mayor. Le abrazó,

intentandodistraerloyquenoinsistieraenqueledieraunarespuestaquejamáspodríaofrecerle.

—Tequieromucho.Notepreocupespormí.

Porsuerteparaella,Ericacababaresignándoseaundíamásenlainopia.Arkadijamáslecontaríasuverdaderaidentidad,eralapromesaqueellaguardabaensucorazóntrashacérselaasímisma.Ericteníaderechoaserfeliz,vivirunavidanormal,casarseconsunoviaytodolodemás.Cuandoentrabasenelmundode loparanormal,debíasolvidartedelsueñoamericano.EricTonglediounbesoenlafrente.

—Yotambiéntequiero.Ysitepermitotussecretos,esporqueséqueestásdepartedelos

buenos.

Sus palabras le provocaron a Arkadi un nudo en la garganta. Sí, ella quería salvar almundo.Pero,¿durantecuántotiempo?

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4

Arkadi intentómirar a su alrededor, a pesar de que una luz blanca la cegaba. Tuvo queesperaraqueelbrilloseatenuaseparareconoceralindividuoqueestabaconella.Lachica,detezpálidamirabahacia las estrellas, sinpreocuparsedeningunaotracosa.Vestíaunos raídospantalones tejanosyunavieja sudaderagris, con lacapuchapuesta sobre su frágil cabeza.Lamelenarubiaaparecíadecuandoencuando,rebelde,entreeltejido.

—¿Gabrielle?—Aloírsunombre,lajovensegiró.Susojoseranazules,peronounazullúcido.Nosabíaquiéneraesachica,ni la razónpor lacual sunombrehabíaafloradode suslabios.Loúnicoqueteníaclaroesquenoerahumana.

—Por fin estás aquí. —La muchacha sonrió, contenta de verla. Parecía extraño que undemonio tuviera esa sonrisa tan pura. La hermosa joven se levantó y se acercó a ella, dandograciosospasosqueleprovocabanunasonrisanatural.Enelhorizonte,laslucesdeunaciudadcomenzabanaservisibles,peroasualrededortodoseguíademasiadooscuroparaintentarsaberdóndeestaba—.Hallegadoelmomento.¿Estáspreparada?

—Todavíanosécómopiensasquepuedoteneropciones.—respondiólapelirroja.ParecequelaLivaArkadideaquellaépocaconocíaelobjetivodesumisión,algonormal.Esaeralajovencazadoraantesdesuamnesia,laqueconocíaaGabrielle,sunuevamejoramiga.LaquesabíaqueibaalucharconunángelcaídosinqueBoscotuvieraqueinvestigarsumarcaporella.Unajovenquenosabíaqueibaasermaldita.

Gabrielleleacariciólamejilla,deformamaternal.

—Hasdeconfiarmásenti,Liva.Tenfe,nonecesitasnadamás.

***

Arkadidespertócercadelmediodía.Laluzdelalámparadelsalónseguíaencendida.Boscohabíapermanecidodespiertounanochemás.Sinnecesidaddeverlo, se loestaba imaginando,conloscascospuestos,oyendomúsicarocka todovolumenmientrasnavegabapor lared,ya

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fueradeformalegalono.

Desde el incidente y su posteriorMarca, Chris había removido cielo y tierra virtual enbuscadealgunasolución.Élhabíasidoquiénhabíaencontradolasrespuestasa las lagunasdeArkadi sobre ese día, la lucha con el ángel caído; buscando por bibliotecas y recopilandoinformación,loquemejorsabíahacer.Aunasítodavíaquedabanmuchascosassinexplicar.Nisiquierasabíancuántotardaríaenterminarelproceso,únicamenteunaspautasmuybásicas.Selevantóy,comoerasurutinaahora,semiróenelespejodelbaño.Pudosuspirardealiviounavezmásalverque,trasquitarselacamisetagrisdelpijama,suespaldaseguíaintacta.Esaseríalaseñaldelfin,cuandodejaríadelucharyaceptaríacomoúnicasolución,sumuerte.

Se vistió para la caza, con un top violeta, los pantalones de explorador y unos zapatosplanos.Laúnicaventajadesunuevacondicióneralayainexistentenecesidaddellevarpistolanininguna otra arma.Recolocó sumuñequera de cuero antes de salir de la habitación.Chris sehabía tomadoundescansoconsuenano,quehabíadejadoenel spavirtual.Arkadiseguíasinentendercómoenunmundomedievalhabíanpodidocolareso.

—¿Tevas?—Parecíadormidoenelsofá,peroseguíavigilanteasualrededor.

—LedebounaaRicky.Voyaporelnidoantesdelargarmedelaciudad.¿Sabesalgo?

—Sigoesperando.—Señalóconelpieelteléfonoinalámbricoenlamesa.

—Bien.Veteadormir,Bosco.Alacama.

—Loquetúdigas,mami.—Bostezando.Selevantódelsofá,apagóelordenadorysefuealacama.Arkadilemirósindecirmás,asombrada.Leestabahaciendocasosinprotestar.Ambosestabancansados,tantofísicacomomentalmente,ningunoteníaganasdediscutir.ObienpodíaserqueambosconocíanlasintencionesdeArkadi.Nopensabavolvertraslamisión.

***

DoshorasconduciendoeneldesiertodeNevadatraíanconsecuencias.Eltiempoeramuytraicionero,antesinclusodequetedierascuenta,estabascondenadosinollevabascontigounabuenareservadeagua.

Aun así, el viaje no estaba asegurado. En cualquier momento, podría sorprenderte unatormentaque tecalarahasta loshuesos.Poreso,yapesardelcalor sofocantequebienpodíaarreglarseconunarsenaldehieloocámarasfrigoríficas,eldesiertoeraelrefugiopredilectoporlosvampirosparadescansarduranteeldía,sinvisitantesindeseados.

Comobuenacazadora,Livasabíalaverdadsobreellos:noestabanmuertos.Elcorazónleslatíaamenorintensidady,elmitosobresudestrucciónconlaluzdelsol,vaaserqueno.Eldíaeraelmejormomentoparaatacarlos,puespartedesuagilidadsobrehumanadesaparecía,perono debía olvidar clavarle la estaca, o algo que fuera puntiagudo, en el corazón. Tal comoGiorelli sospechaba, esa chabola con aspecto descuidado y sin tablas sueltas ni persianas ocortinas desgarradas, tenía toda la pinta de ser otro escondite más de los chupópterossanguinolentos.

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Aparcó la moto a varios metros de la casa. Con ese día soleado, ningún vampiro seatreveríaaasomarseporlaventana,peronoqueríaarriesgarse.Seescondiótrasunacamionetaazulaparcadafrentealedificioantesdeinspeccionarlazona.Esacasaperdidaeneldesierto,eraelúltimotrabajoqueGiorellileencargaba.Estosúltimosmeseshabíanllegadoalamorguemáscadáveresquedecostumbre,todossiguiendoelmismopatrón.

Rickysospechócuandosetuvoqueocupardeuncasoaparentementesencillo.Unapareja,reciéncasados;amboseranaventurerosexperimentadosqueaúnnohabíanvisitadoeldesiertodeNevada,ydecidieronconvertirlaaventuraensulunademiel.Tambiénensutumba.Trasdosdíasdesaparecidos,encontraronsuscadáveresenplenodesierto.Todoapuntabaaquelasfierasautóctonas los pillaron de sorpresa. Por desgracia para Ricky, él sí reconoció los afiladosdientesquedesgarrabanalasvíctimas,ylaausenciadevarioslitrosdesangrecorroboraronsumala suerte.En esemomento, le dio carpetazopolicial y abrió el tema sobrenatural, unoqueimplicabaalacazadora.

Tan alejados del resto de la civilización, ni siquiera semolestaban en utilizar a esbirroshumanos para guardar el nido. Sin resistencia alguna,Arkadi pudo entrar con facilidad en laoscuramansióndeldesierto.Fría,suciaylúgubre,sinduda,surefugio.Encendiósumecherodeplataparapodervislumbraralgo,dadoqueelcrujidodelamaderabajosuspies,eraelúnicoruido de ese lugar. Puede que los vampiros fueran conocidos por su sigilo, pero hasta éstosteníanquepisartierrafirme.

Pronto,dejódeestarsola.Enunaesquina,escondidotrasunaescalerainterior,unjovendemenos de diecisiete años se agazapaba, hablando un idioma desconocido en voz baja. Alacercarsemás,pudodistinguiralgoderomaní.Elvampirobufóa ladesconocida,peroleeraimposibleintimidar,susojosledelataban.InclusoArkadisesorprendiódetaltemor.

—¿Vienesconél?Note lovoyaponerfácil,monstruo.—Suspalabras ladetuvieron.Laprimeravezqueunengendrodelanaturalezalallamabaasí.Teníagracia.

—¿Quién es él?—Empezó a sentir lástima por ese infeliz. Su terror lo hacía un testigoinútil.Eljovenalzólosojosunavezmás,noibandirigidoshaciaella.Esedespistelasalvódecaerenmanosdesumadre.Unavezlacazadoraseapartódesucamino,laignoró,arrullandoasuhijo.

—Vete.—Leordenólamadrevampiro—.Llévatelocontigo.Noharádañoanadiesiyoselodigo,telosuplico.

Eso no tenía sentido, nadie confiaba en un cazador, ymuchomenos un vampiro.Arkadidejóaunladosusreticencias,necesitabaobtenermásinformación.

—¿Quéhaocurridoaquí?¿Yelrestodelclan?—Arkadipreguntóintentandoobtenermásdatossobrelasituación.

La vampiresa cerró los ojos mientras agitaba la cabeza. Muchos malos recuerdos queborrar.

—Loshamatado.Élhavenidodelinfiernoparaacabarcontodosnosotros.

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—¿Quién?

—Astaroth.

La conversación se detuvo cuando, sin que nadie las tocase, todas las persianas que losrodeaban subieron sin previo aviso. Lamujer lanzó un gemido de angustiamientras su hijogritabaalcielo.

—Voyamatarte,¿meoyes?

—Taci,Nikolai.[2]—leespetósumadre.

Un fuerte viento apagó elmechero deLiva, las ráfagas la obligaron a cerrar los ojos eintentarcogerseacualquiercosa.Graciasaquelamujervampirolaagarró,nosaliódespedida.O laveíacomounaposiblealiada,ocomounceboparapoderhuir.Ungritodesesperado lahizovolveralaescena,dondesehabíapresentadootroinvitadoalafunción.

Allí estaba, impasible ante los ojos de inmortales y, antaño, cazadores. Arkadi no podíaapartar la mirada de la de ese ser, fría, inhumana, carente de cualquier cosa parecida a laemoción. Vestía de forma impoluta con un pantalón azul oscuro y una camisa blanca,desabrochadaenlosdosprimerosbotones,dondeseintuíaunpechodefinidosinvello.Supeloera oscuro, corto al estilo militar. En otro contexto, pasaría por un miembro de las fuerzasespeciales,tantoporsuaspectocomoporsucrueldad.Elvampiroselanzóaporél,cegadoporlaira.Malaidea,noerarivalparaesehombrequeleinmovilizósinmuchosproblemas.Cogidopor el cuello, Nikolai luchaba sin mucho éxito, a dos centímetros del suelo, mientras éldisfrutabaantesuluchaporvivir.

Astarothlemiró,desplegandosusbrillantesalascolorazabache.

—Hetardadoenencontrarte,Arkadi.—Suvozeraáspera,grave,alaparqueseductora.Elarmaperfectaparaundemonio—.Estoesmiregalodebienvenidaparati.

Conunsimplemovimiento,AstarothlerompióelcuelloaNikolaiysinmiramientosselolanzó a su madre, que lloraba sin consuelo y gimoteaba en su lengua natal. A pesar de lasintencionesquelahabíantraídohastaestelugar,Arkadisintiópenaporella.

—¿Quéclasedebestiaenfermaerestú?—Livaleencaró,dejandoatrásalavampirayelcuerpoqueempezabaadesintegrarse.Astarothse rioanteesapregunta, luego trasunextrañomovimientodealas,desapareciódesuvista.

—Lamismaqueestásdestinadaaser tú.—Suvozlasobresaltó,situadotrassuespaldayantesdequepudierareaccionar,Livaseencontradasiendoasfixiadaellatambién.Unaasquerosamano le quitó el top violeta que cubría su torso. La sintió acariciando su espalda, luego suscaderas—.Estosíquenomeloimaginaba,tanjoven,tanbella,tanfascinante.MealegrotantodequehayasacabadoconValefar,dentrodepoconuestrasnochesseráneternas.

Debíahaceralgosinoqueríavomitar.Tras lavampiresa,uncandelabroseguíavivo, lasvelas ardían. Liva llamó al fuego que respondió de inmediato. El caído estaba tan ocupadosobándola,quenoreaccionóatiempo.Cuandolacenizaabrasadoraentróensusojos,aflojóy

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ellapudoalejarse.

—Noesnecesarioquetetapes,gladiadoramía.—Unavezrepuesto,AstarothsedeleitóconlavisióndeLivasemidesnuda,coneltopenunamanoyelotrobrazotapandoloquepodía—.No es eso que ocultas lo queme interesa ahora, sino tu espalda.Aún te queda paramadurar.Entonces,mepedirásqueteposea,melosuplicarás.

—Antesdequevuelvasatocarme,mepegountiro.—lecontestó,visiblementeirritada.

—Inténtalo,venga.Séunaniñamala.Meencantaráazotarte.—dijo,relamiéndoseloslabiosmientrassedeleitabaconlaidea—.Nosabesloquemeponenlasguerreras.

ALivayanolequedabamássalón,suespaldatocabalaparedyélseguíaacercándose.Noteníaniideadecómoescapardeél,estabaperdida.Apuntodeperderlaesperanza,lavampiraalaqueambosignorabanselanzó,furiosa,contraelángelcaído.Unavezmás,Livanolequedóotraqueadmirarla,apesardequenotendríaopción,seguíaluchando.Dichoyhecho,sedeshizodeellasinningúnesfuerzo.

—Bien, mi paciencia ha acabado. Seguirás la senda de tu familia.—Astaroth centró suatenciónenlavampiresa.Arkadiledebíasuvidao,porlomenos,suintegridad.Lamujerestabaderrumbada,esperadoelansiadofinal.Antesdeque laatrapara,envozbajacasi inaudible, lededicóunaspalabrasmientrasAstarothnomiraba.

—Staideparte[3],Damnare.

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5

Cadenaparcóelcochefrentealacasa.Pocasveces,sutrabajolellevabaazonascomoesta,un lugar tranquilo donde todos los vecinos se saludaban o compartían recetas de pasteles.Lacasa pintada de un color blanco impecable, y el porche de madera decorado con flores dediversoscolores.Ladueñaeramuybuenaenlajardinería,porloquepodíaver.

—¿Estássegurodequeesella?—lepreguntóMosley,mirandoalaviejecitaquecuidabadesusrosales.Lamujerestabadeespaldas,asíquetodavíanosehabíapercatadodesupresencia.

—Sindudaalguna.—cogiósuplacafalsa,indeciso.Laviudadeunpolicíareconoceríaunaplacapolicialfalsaakilómetros.PoresosehabíandecantadoporunadelFBI.Rezabaparasípoderengañarlaconesa.Verla tan frágile inconscientede lasituacióndesuhija,hizoque leremordieselaconciencia,peronolesquedabaotra—.EslaseñoraArkadi.Nosabemoscuántoconoceasuhija,asíqueseamosdiscretosantesdemeterlaencamisasdeoncevaras.Déjamehablaramí.

Salierondelcocheyavanzaronporelcaminodepiedrashastalamujer.Ellaoyósuspasosysegiró,sonriendo.Depelocano,bajaestatura,vestíaunchándalblancoyrosamanchadodetierra.CadenyRexenseñaronsusplacasfederalesalavez,losuficienterápidoparanolevantarsospechas.

—Ah,Buenosdías,agentes.—Selevantódelsueloconciertadificultad—.¿Quélestraeporeljardíndeestaanciana?

—SoyelagenteMcKayyéleselagenteWilliams.¿Havistoúltimamenteasuhija?

Trasunapresentacióninicialyvistoquelacharlaibaparalargo,lamujerlesinvitóapasardentro.JuliaArkadisirvióenunabandejatresvasosdeté,unoparaellaydosparalosoficiales.Traselsorboinicial,Cadencomenzó.

—Asíque,ustedysuhijanohablandesdehaceaños.

—Liva cambió tras la muerte de su padre. Un día, sin coger nada, se marchó sin dar

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explicaciones.Estabamuyunidaaél—dijoconunafotoensusmanos.SelatendióaCaden,quelaaceptó.Porsuaspecto,nohabíapasadomuchodesdequelavioporprimeravez,enArkansas.Parecía una cazadora normal, algo torpe todavía en sus destrezas pero que no iba maldesencaminada.

Larecordabamejordeloquecreía,sehabíaquedadounodelospapelessecundarios,noquería llamar la atención en ese grupo, la regla de oro de un cazador monstruos. Lo habíaconseguido,por lomenoshastaque lacosase le fuede lasmanos.Y, lagotaquecolmabaelvaso,lamaldiciónquelavolveríauncaído,lasucesoradeValefar.

—¿Nosabedóndepodríaestar?—preguntóRex.Lamujernegóconlacabeza.

—Nadieledicenadaaestaviejaanciana.Supadreteníamuchossecretosquerespetaba,loamabaysutrabajonoeranadafácil.Yellasiguesuspasosmuydecerca.Essuvivaimagen—sonrió,recordando.

Esamujernosabíanada,loquemenosqueríanerahacerlasufrirconsusrecuerdos.Fordfue el primero en levantarse para despedirse. Más tarde, si necesitaban alguna informaciónpersonal, volverían a ella. Rex parecía no tener muchas ganas de levantarse del confortablesillónenelqueestaba.

—No lamolestaremosmás, señoraArkadi.Vámonos.—Lediounpequeñogolpeconelpieasuamigo,peroesteseguíasinreaccionar.

—Tío, algo no va bien. —Parpadeaba de forma rápida y sus ojos se cerraban en losdescansos.Lavozlesonócomodespuésdesusextotequila.Alpoco,Cadenempezóamarearse.MiróaJulia,buscandorespuestas.Lamujerdejólatazadetéenlamesa,sinllevárselaniunasolavezaloslabios.

—¿McKay y Williams? ¿De verdad, señor Ford? —La mirada de la anciana habíacambiado.Noerataninocentecomocreían—.Curvaspeligrosaseraunaseriemalísima.

—Viejabruja—mascullórabiosoantesdedejarsecaerenelsofá,incapazdemantenerelequilibrio.

—Esosmodales,jovencito—dijotrasgolpearleenlafrenteydejándoleinconscientemásrápidoquesoloconelsomnífero.Unavezsecercioródequeestabanprofundamentedormidos,marcóelnúmerodeteléfono.

—¿Rick?Yalostengo.No,nomehasidodifícil.Todavíaconservomisencantos.

***

Boscosesorprendióaloírelsonidodelallaveenlacerradura.Talcomohabíaaprendidode Arkadi, sacó de su tobillera una pequeña pistola. Había sido el regalo de Navidad de sucompañeradepiso;nuncasesabecuándoundemoniopodríalocalizarelpisodelosfrikisqueloperseguían.

—Sueltaeso,Rambo.—Boquiabierto,miroaArkadi.Noesperabaverla, amenosnosin

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videollamada.

—¿Quéhacesaquí?Giorelliyamehallamado,estánenelcalabozo.Tieneselterrenolibre.

—Yaestarde.ElmalhallegadoaLasVegas.

—Sí,desdequenaciólaciudad—bromeó.

—Delquetehablo,hacequetodoloqueocurreaquíseantravesurasdeniños.Estamosenproblemas—dijoLivaantesdelanzarlelasllavesdelamoto—,yvamosanecesitaraFordparaarreglaresto.

—Elproblemaes,¿telaquerrádar?

—Intenta matarme, no me he olvidado —le regañó. Luego se encogió de hombros,indiferente—.Yaimprovisaremos.

***

Caden acababa de descubrir que, si se hacía el dormido, Mosley callaba durante unosminutos.Habíandespertadoenlaceldadelacomisaría,despuésdequeesaancianaadorablelesvencieseconunasimpletazadeté.Algobastantehumillante.

—Esperoquetengasunaideaparasalirdeaquí.—Genial,Rexleacababadedescubrirconlos ojos abiertos. No merecía la pena seguir ocultándolo. Caden se levantó del banco dehormigónymirólacaraseriadeRex.

Ford estaba limpio, no ocurría lomismo con su amigo, su historial podía empapelar lamansión de unamarquesa.Y sabía que su antigua alianza con los Spetnaz no le iba a ayudarmucho.

—Ya se me ocurrirá algo —contestó con tranquilidad, una calma que su amigo nocompartía.

—Como acabemos en la cárcel, te mato. Lo juro—dijo besándose los dedos pulgar eíndice.

—Noslashemosvistoenpeoressituaciones,Rex.Relájateydisfrutadelasvistas.Unavezesquivada la fulminadoramirada deMosley, volvió a acomodarse en el banco.Caden era unimánparalospeligros,peroseguíavivoysindañosirreversiblesoincapacitantes.Sinembargo,estaveznoteníaniideadequehacer,estosnoeranseressobrenaturales.Tratabanconpolicías,armados e inteligentes, y, lomás importante, humanos.Nopodía hacerles daño, ni permitiríaqueMosleylohiciese.Necesitabatiempoparaprepararunplan.

Lapuertaseabrió.Lapersonaquebajóaverloseraquiénmenosseimaginaban.

—Hola,Caden.Mimadretemandasaludos.

—Encima,lafamiliaArkadisecachondeademí.¿Quémáspuedepasarmehoy?—suvisitahizo queCaden se levantase de su incómodo asiento—.Usar a tumadre para encerrarnos es

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rastreroynadapropiodeuncazador.

—Perohasidoefectivo.Y,nomemientas.Séqueyanomeveiscomounadelosvuestros.—Cambiósusemblantedeunasonrisadivertidaaotrafría,cargadadereproche.

—Esonoesverdad.—lavozdeRexllamósuatención,ambossegiraron.Élseencogiódehombros—.Yonosoyuncazador,asíquejamástehevistocomounacamarada.

ArkadimiróaCaden,quealzólosojosalcieloconunasonrisaensuslabios.Prefiriónodecirnadamás,suspiróantesdeseguirconsuconversación.

—Estábien,novengoadiscutirconvosotros.Quierocontrataros.

CadenyRexsemiraron,sorprendidosydivertidos.Livaoyólaspequeñasrisasdelosdoshombres, una de las opciones que había esperado. Como decía Bosco, su misión ahora eraacabarconella.Estoibaaserdifícil.

—NovamosatrabajarparaunaDamnare.

—¿Damnare?

—Eselnombrequetenéisvosotros,losdelaMarca.¿Dóndelatienes?

—Dóndenoteimporta.Ynopongasesacara,viejopervertido.—replicóalveraMosleyalzarunacejayregistrarladearribaaabajoconlamirada—.Ibaalargarmedespuésdenuestro,graciasaDios,furtivoencuentroenelJimmy'sCave.SimehequedadoenLasVegasesporalgoimportante.

—¿Algomásimportantequetuvida?

—Meheencontradoconuncaído.Otro,quierodecir,unodelquemeacuerdo.

Suspalabrascaptaronporfinlaatencióndesusoyentes.Cadencambiósuactituddeformaradical,ahorasíseparecíaalcazadordelquetantohabíaoídohablar.InclusoRexsediocuenta.Resopló, conociéndole como lohacía, se imaginaba lo que seguiría a continuación.Si era losuficientementejugoso,lasreglasdeljuegoibanacambiar.

—¿Cómolosabes?¿Estássegura?

—Loestoy.Astaroth,¿tesuena?

—Noestoymuypuesto en caídos.—Caden le lanzóunamiradadesconfiada aArkadi—.¿Cómoséquepuedoconfiarenti?

—Os daré ventaja, seréis tu perro faldero y tú quién llevéis las armas. Yo pondré amiinformáticoymihabilidadespecial.

—Nomegustaesodehabilidadespecial—gruñóRexporlobajo.

—Cuandosalgáis,solucionaremoseso.Osloprometo.¿Quémedecís,ospuedosacardeaquí?

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CadenyMosleysemiraron,debíanponersedeacuerdosobrequéhacerahora.LamiradaseguradeCaden,molestóaMosley,dediferenteopinión.Elacompañamientodelacabeza,hizocreeraArkadiquesucompañíanoeradelgustodelperromatón.Cadenreafirmósuposiciónabriendomáslosojos.Trasunbreveduelodemiradas,eljefesalióvencedor.

—Nohacefaltaquetemolestes.—Derepente,desuchaquetamarrónsacóunpardellaves—.ElagenteStevensesunpocodespistado.Sisigoaquíesporquenotengoplandehuidamásalládeesaescalera.

—Eres un hijo de la grandísima puta de Babilonia, Caden Ford. —Las palabras se leescaparonaMosleydelalma—.¿Cuándopuñetasmeloibasadecir?

Arkadiestabaperpleja.NodudabadelacapacidadquetendríaalguienconlafamadeCadenFordparaescapardeunsimplecalabozo.Loquejamássehubieraesperadoesquelohiciesealas pocas horas. Si Giorelli hubiera llegado a cerrar el pico en cuanto al nido, evitando sutempranahuidadeLasVegas,todosuplanestabaabocadoalfracaso.Eraincapazdeengañaratantremendogeniodurantemuchotiempo.

—Estaesmicasa.Osesperaremos.—Letendióunpapelysediolavueltaparamarcharsedeallíparadejarlesescaparcontranquilidad.

Liva echó una últimamirada a Caden antes de irse. Almirar esos ojos azules, no pudoevitarpensarqueseríanlosúltimosqueveríaantesdeexhalarsuúltimoaliento.

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6

Rex Mosley no había perdido la habilidad de fugarse de cualquier lugar, la comisaríaresultóserpancomido.Unodelospocospolicíasquerondabanporlazonasospechódeellos,peroelrobodeunaplacaaplacólosánimos.

—Estatetúrodeadodeyonquistodoeldíayhablaremosdequépintatienes.—LecontestóteatralmenteCadendemalamaneracuandoelpolicíaquiso increparle,haciéndolecallarantessiquieradequepudieseemitirsonidoalguno.

ElAudideFord fue rescatadograciasa lamisteriosaplaca.Aunqueaveceseraun tantoremilgadoesemillonetis,Mosleydebíaadmitirqueelchicollevabalasangredeundelincuenteensusvenas.O,porlomenos,ladeunsuperviviente.

—Van a rastrear el coche.—CanturreóMosleymientras lo sacaban del garaje. Ford nocontestó, en vez de eso, pulsó un botón y lasmatriculas se cambiaron, por otras tan legalescomolasantiguas.

—Buenasuerte.—masculló.

Unavezseasegurarondequelapolicíaibaatardarenencontrarlos,sedirigieronalacasadelaDamnare.

Livavivíaenunazonabuena,nomuyacomodadacercadelcentrodelaciudad,sintenerquesoportarlaalgarabíadeloscasinosyhoteles.Suapartamentoeramodestoencomparaciónconlosquelorodeaban.Comparableaunpequeñopisodeestudiantes.

—¿Confías en lo que esa, eh… mujer te dice? —preguntó Mosley mientras subían lasescalerashastaeltercerpiso.

—Suintenciónerasacarnosdelacelda.Noleveosentido,anoserquedeverdadhayaotrocaídoenlazona.

—Ellaesunodeellos,Caden.

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—Aúnno.Siguesiendounacazadora.

—Teequivocas,esunaDamnare.

Caden desenvolvió, de la nota de Arkadi la llave que, escondida, la Damnare le habíaentregado.Miró una vezmás a Rex que seguía desconfiando de lo que estaban haciendo. Lamisiónpara laqueestabanen lasVegas,ciudaddelpecado, lesestaba llevandoporun rumboimposible.Ahora,el seralquedebíacazaryeliminar lespedíaayudacontra losque,pronto,seríanlossuyos.Yellosseestabanplanteandoacceder.

Lapuertaseabrióconunchirrido.Exceptoéste,noseoíanmássonidosenlasala.Cautosydesconfiados,Rexyéldesenfundaron laspistolasantesdeentrar.Unhallcuadrado lesguiabasinningunaotraopciónalsalón.

Unamujer,quesepasabalamayorpartedesutiempocazando,nonecesitabagrancosa.Noparecía que hubiera nadie en la casa. Se dispusieron a entrar en el salón cuando los vieron.Arkadiyunmuchachodemenosdeveinteañoslesapuntaban,ellaconunaGlockmientrasqueeljovenblandíaunaescopetarecortada.Rápidamente,CadenyRexlevantaronsusarmasyloscuatrosequedaronmirándosealosojos,sinsaberbienquédecirocómoromperelhielosindispararseunosaotros.

—Menudorecibimientomáscaluroso.—Rexfueelprimeroenromperelhielo.

—Queríasercortés,comovosotrosenelbar.

—Mehantratadopeorenotrasocasiones.—DespuéssedirigióaCadenmientrasapartabalosmechones rubios de su cara con lamano libre—.Y aquí desemboca tu gran idea, tío.Unángelcaídosinalasyuncrío.

—Éste crío puede hacer aparecer tu cara en todas las pantallas de la ciudad en cincosegundos.—sedefendióBosco.

—Estábien,teasciendoajovenadulto.

—Silencio. —Caden interrumpió ese sinsentido. Había aguardado en silencio elespectáculo, pero no podían mantenerse así para siempre. Decidió dirigirse directamente aArkadi—.Novinistehastalacomisaríaparaesto.

—¿Cómolosabes?—Arkadiladeólacabeza,traviesa,yprofirióunasonrisanerviosa—.Alomejortodoeraunatrampa.Nopuedoescapardevosotros,quémejorqueacabar,deunavezportodas,convuestrasvidas.

—No.—SereafirmóCaden—.Melodijerontusojos.AúnereshumanayquieresacabarconeseAstaroth,daigualelprecio.—Ahoraerasuturnodesonreír—.Siguespensandocomounacazadora.

Cadenesperóaquesuspalabrassurtieranefecto.Arkadisemantuvofirmeunosinstantes,peropronto la duda la asaltó.Lamanode la pistola fue un indicativo, empezaba a noquererapuntaralpechodeCaden.Cuandooyósususpiro,supoquepodíaconseguirlo.

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—Dimetuscondicionesydecidirésiospegountiroono.—inquirióArkadi.

—Osayudáremosaacabarconelcaído,comounequipo.—LoquesignificabaundescansoensutareadepresaparaArkadi.Unpuntoasufavor—.DebidoatunuevosinocomoDamnare,conocerásmásesemundo.Asíque,encuestiónderecorrido,seréisvosotrosquienesnosguiéis.Acambio,solodoscondiciones.Uno,yoseréellíderdelequipo,elquedigalaúltimapalabra.

—¿Ydos?

—Nollevarásarmas.Siélquiereportaralguna,nomeimporta,peronotú.Yestoúltimo,noesnegociable.

Arkadimeditósusopcionesunosinstantes.Nolehacíamuchagraciatenerqueseguir lasórdenesdeFord.Apesardesuintachablefamaysuséxitos,élatraíalosproblemasyyateníanbastantes.Siunasituaciónpodíaresolversedeformafáciloatirolimpio,conélnohacíafaltanibarajarlaprimeraopción.“Quédemonios”pensó“siquieroacabarcontodos losdemoniosquepuedaantesdequesemeacabeeltiempo,voyanecesitarlodemilado”.

—Estábien,acepto.—Eseacuerdoeralomejorquelepodíasacar—.Perobajadvosotroslasarmasprimero.

—Alavez.—dijoCaden.Arkadiaccedió—.Una...

—Dos...

—Tres.—Caden yArkadi bajaron sus pistolas a la vez, sus acompañantes no fueron tancomplacientes,tuvieronqueserellosquienesselasquitasen.Luego,enseñaldepaz,Arkadileentrególasuya—.Bien,ahoraquesomostodosamigos.¿Salvamoselmundo?

—Paradelcarro.—Mosleydetuvolafiesta—.Puedequetodosestemosdesarmadospero,sercelestial…—dijo, señalandoaArkadi—.Nonecesitasunarmaparahacernosdaño.Tú losabes,nosotrostambién...eshoradehablardeello.

—¿Lotienesahí,Bosco?—lepreguntóasuamigoconunsuspiroderesignación.Enciertomodoteníarazón;losparanoicossonlosquesobreviven.

—Sí.Estossoncolgantesdechamán,cienporcienauténticos.Loquequieredecirqueosharáninvulnerablesacualquiertipodemagia.Nolosperdáis,nohayderepuesto.

Les lanzóun cordónhechodehebradepelode caballo.En ella colgabaunhuesodeunanimalpequeñojuntoavariasvistosasplumasdecolores.

—¿Contentos?—siguióArkadi—.¿Podemoscontinuar?

Rex miró a Ford, que examinaba con detalle el colgante. Finalmente se lo puso,concluyendoqueeranauténticosyqueposeíanelpoderdelquepresumían.

—Vosotrosprimero.

LasiguientemediahoraArkadiyBoscotuvieronentretenidosasusinvitados,poniéndoles

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al día con toda la información de la que disponían. La misión era prematura y no habíanterminadosu investigación.No todos losdías leshablabandeángeles,ymuchomenosde losDamnare,esosgrandesdesconocidosdelmundosobrenatural.ArkadiyBoscosoloteníanunashojassobreeldestinodeella.Ellos;sunombreypocomás.

—¿Cómo tuviste la estúpida idea de ir a por un caído?—Habló Mosley después de lapresentación—.Nadiesabecómoeliminarlo.Pornohablardelamaldicióndelosseresalados.

—Buenapregunta.Yotambiénmelahago.

—Entonces, ¿es cierto?—preguntó Caden—. No recuerdas nada. Una pena, estaría biensabercómomatasteaValefar.Alfinyalcabo,todosloscaídosmoriránigual.Elproblemaessabercómo.

—Dudoinclusodequehayasidoyo.

—¿Cómohasdicho?

—Nada, no me hagas caso. De verdad. —insistió—. No haremos nada con tan vagainformación.

—¿YEvory?—Surgiólavozdelhacker.

—¿Estásdecoña,no?—ArkadimiródeformaextrañaaBosco.Esasugerenciasíquenoselaesperaba.

—¿Por qué no? Evory está muy bien situada en el mundo demoníaco. Y te debe unascuantas,comoqueaúnnohayasidoaporella.Noperdemosnada.

—¿QuiénesEvory?—preguntóRex.Boscofueelquelecontestó.

—Unaviejaamiga.EsunaCarrigan,undemonioquesealimentadeldolorhumano.

—Séqué son losCarrigan.—hablóCaden.Miró de forma severa aArkadi—. ¿Y la hasdejadovivir?¿Cuántotiempo?

—Tranquilo, defensor de la Tierra.—le calmó—. Evory está perfectamente adaptada almundohumano.Yaveráscuandolaconozcas.

—Entonces, ¿es un sí?—preguntó Bosco, emocionado de que sus ideas se tomasen encuentaporfin.Arkadiseencogiódehombros.

—Noestáenmismanosahora.—MiróhaciaCaden—.¿Quédiceellíderdelequipo?

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7

CadenyRexsehabíanofrecido,másbienimpuesto,allevaratodoelgrupoenelcochedeeste primero, unAudiR8 oscuro, un lujo que solo unos pocos cazadores se podían permitir.Desde el primer momento, Rex no les había perdido de vista, pistola en mano, a través delretrovisor. Bosco se acercó tímidamente a la posición de Liva que, sentada en el asientocruzandolaspiernas,parecíameditarsinimportarlelassecretasintencionesdeestoshombres.

—Empiezoacreerqueestohasidomalaidea.

—NopiensodejarqueAstarothsigaporahícomosinaday,siyaesdifícil,notedigosillegamosateneragentecomoFordyMosleybuscandonuestrofin.—susurróaúnmásalveraMosleymirarlos—.Amítampocomegusta,peroesmejorqueunaluchaatresbandas.

—Puesamínomegustaquenadieconspireamisespaldas.—Rexlesllamólaatención—.Sobretodosihablandemí.

—No seas tan egocéntrico. Solo decíamos que ya hemos llegado. Es aquí.—le indicó aCaden. Frente a ellos, una casa con estilo victoriano, rodeada de diversos lugares deentretenimiento.

—¿Evory trabaja en un casino?—preguntóCaden una vez bajó del coche—.Es bastanteextraño.

—Sepodríadecir.

Arkadi yBosco semiraron cómplices.Conocían la peculiaridad deEvory, su verdaderalabor.Ynopensabandesvelarsussecretos.

Unavez dentro, el ambiente nocturnono parecía desentrañar ningúnmisterio.Un casinonormal,centradoenlapenumbraylaoscuridad.Alfinyalcabo,losjugadoresmáscomunes,losmediocres, no lesgustabaver su reflejode amarguray soledad.Fueunade las chicasdeEvorylaquedivisóaLiva.Rubia,deojospardos,vestíaunsedosochalecoconcremallerayunaajustadafaldaporencimadelasrodillas,incómodaparaunacamarera.

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—Hola, Arkadi.—La saludó Alice, una humana rodeada demonstruos. Liva la conocíadesdehacíaalgúntiempoyleteníaafecto.Pudieraserporqueerandelamismaedad,loquelasdiferenciabaeraqueAlicepreparabasucarreraenDerechoyellasededicabaallenardesangredemoníacasusbotas.

—Alice.—Arkadilatuteó,unaformadecercaníaquelacamareranocompartía.Noeranamigasaunquemanteníanelafectodeunacaraconocida.Aunasí,estabatrabajandoyLivapodíaseruncliente.

—¿Buscas un pasatiempomundano o vienes a por la atracción de las bestias?Llegas unpocotardealaprimerasesión.—Aliceredirigiólaconversaciónalosnegocios,algoqueLivaesperaba.

—Niunoniotro.Hoyestoydeservicio.—Sonriómientrasrecurríaalajergapolicíaca—.Vengoaveratujefa.¿Creesqueestarádehumorpararecibirme?

—Estasdesuerte.—Alicemiródesoslayoasucompañía—.¿Problemas?

—No,no.—NegóArkadi—.Sabesque,mientras se comporte, leprometímiprotección.Necesitamosquenosayude.

—Bien.Evoryestáenlapartedeatrásen...buenoyasabesdónde.Nocreoquehagafaltaqueteacompañe.

—Gracias.

Unavezlacamarerasealejó,Livadirigiósumiradaasuacompañantemáscercano,Caden.Desdequehabíanllegado,siempreteníaaunodelosdoshombrespegadoaella.

—Meimaginoquenoteserándesconocidoslostrabajosclandestinos.

—No, la verdad es que no. —Esbozó una leve mueca, parecida una sonrisa, mientrasrecordabaquesehabíavistoenvueltoenvariosdeesoschanchullos—.Losuficientecomoparasaberqueaquísecueceuno.Lachicadelbarnoesmuydiscreta,quedigamos.

—Oh,nohacefalta.NadieestátanlococomoparairaporEvory.AverquiénesellistoquesemeteconunaCarrigan.—Livainvitóalgrupoacruzarlapuerta,luegoqueintrodujeralacontraseña en el tablero. Cada cliente tenía la suya propia, por lo que la dueña ya estabaadvertidadesupresencia.SepreguntócómoreaccionaríaasucompañíaycómoloharíaCadenalconocerlaalternativaainfligirdolorparavivirdeella.Estoibaaserdivertido.

ElbulliciodelpúblicodestapólacuriosidaddeCaden,inclusoantesdetraspasarlacortinaque estaba al final de aquella escalera descendente. Liva se apartó para dejar ver mejor alboquiabiertoCaden.Juntoaél,personasydemoniosgritabanembravecidosa laarena,dondedosgladiadoresluchabanporlavictoria.Unarmarioderazanegraconlosbrazostananchoscomosuscabezasyuncalvodesemejantesproporcionesseinfligíantodoeldañoquesuspuñosles permitían. De repente, el armario aprovechó un descuido de su rival y le agarró por elcuello, lanzándolo luego por los aires a tal velocidad que hizo vibrar la alambrada que lesrodeaban.

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—Laspeleasclandestinasatraenaungranpúblico,detodotipo.—ExplicóArkadi—.Noesqueseanmuylegales,perosonpropiasdeloshumanos,yasíunaCarriganpuedenutrirsedeldolor,sintenerquellevaralamuerte.Porlomenosenlamayoríadeloscasos.—rematóalvera los sanitarios acercándose al perdedor—. Todos se llevan una parte. Evory se alimenta, elganadorlagloriaylosarrumacosdeladueñasisesienteinteresadayelotro,puesvacalienteparacasa.

—No tengo nada que decir. —habló Mosley, Caden le miró—. Admítelo tío, está bienmontado.

—Arkadi.—Evory se acercó con los brazos abiertos para recibirla y ella le devolvió elabrazo.Actuabancomodosbuenasamigas,algoquesorprendióaCaden,noporqueserodeasededemoniossinoporque lasCarriganeranbastantes recelosas.Nopodíahabermásde tresocuatro,enlazona,debidoasurivalidadyaprensiónmutua—.Yatedabapormuerta,querida.Oalgopeor.

—Gracias por la confianza, Evory.—gruñó la pelirroja—. ¿Piensas que voy a caer tanfácilmente?

—Después de entrometerte en asuntos angelicales, no sé que puedo pensar de ti, cielo.Dime,¿puedohaceralgoportiantesdequedeseesmatarnosatodos?

—¿Túcreesenesasleyendas?

La interrupcióndeFordhizoque laCarriganse interesasepor lacompañía.NosehabíafijadoenqueArkadiveniaacompañada,hastaqueelfamosoyatractivocazadordepeloplatinosehizonotar.

—CadenFord.—dijosunombreconasombro—.¿Debosentirmehalagadaporconocerte?

—Noeresunodemisobjetivos.Aún.—Leguiñóelojo, sabíausar susencantosparasubeneficio,yafuerasudineroosuaspectofísico.Livapusolosojosenblancoantesdesuspirar,enbuenmomentoseponíaelotroaligar—.Sabesqueexisten,Evory,poresohemosvenidoapedirte consejo, almenos es en lo que pienso yo. Lo único.—Eso último lo dijomirando aCaden.LejosdecaptarlamolestiadelaDamnare,prefirióseguirjugando,estavezconella.

—¿Qué pasa, estás celosa? Hay Caden Ford para tres mujeres a la vez; cinco si tienenpaciencia.

—Andayvetealcuerno.—Bufó,dejándoloporimposible.Silegustabaflirtearconcadafaldaquesecruzasen,alláélysu formade trabajar.Volvióasuamiga,quemiraba laescenadivertidaeinteresada—.¿Sabescómomatarauncaído?

—Laúnicapersonavivaquesabecómohacerlo,estáfrenteamisojos.Y,porloquetengoentendido,nolorecuerda.Losiento,peronopuedoayudarte.

—Osea,quehemosvenidoparanada.—bufóRex—.Genial,buenplan,Damnare.

—Cuidado con esos humos, sicario del infierno.—le espetó Evory—. Sí, sé quién eres,

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ReginaldMosley.

—¿Reginald?—Cadendesconocía ese dato de su amigo.Rex, conunamirada asesina leinstóaqueomitiesecualquiercomentarioalrespecto.

—Yonopuedohacernada,peroconozcoaquienospuedeayudar.Siélquiere,claro. IdhastalacalleFlamingo,cercadelMirageencontrareisunpequeñoantrodemalamuerte.Oesopareceporfuera,ospuedoasegurarquemismejoresclienteshablanmaravillasdeesepequeñomodernolugar.Preguntadporsudueño,Uri.

—Espera,¿estáshablandodelS&W?—LacaradeRexcambióporcompleto—.No,no,nidecoña.

—¿Leconoces?—preguntóCaden—.Unmomento,¿noseráeltíoesealqueledebesdosmillones?

—Créeme, si le debiera a Uri dosmillones, no encontrarían ni mis huesos. Sé de él losuficientecomoparamantenermelejosdeeseloco.

—Hoymeestánpasandocosasquejamáscreería.—hablóCaden—.PrimerohabloconunaCarrigan que organiza peleas clandestinas para mitigar su necesidad de dolor y luego oigohablardeunapersonaalaqueelpropioReginaldMosleyteme.Nonecesitomásseñales.Elfindelmundoestácerca.

—Arkadi.—Antesdequesefueran,Evorylallamó—.Quieroverla.

Sabiendoaquese refería,Livaseseparódelgrupoparaacercarseaella.Soltó loshilosquesujetabasumuñequerayalzóelbrazoensudirección.Losdoscírculosylaletraantiguanohabíandesaparecido,seguíanensusitio, impacientesporqueel tiempopasasepocoapocoencontradelacazadora.Queríamostrarlasolounossegundosantesdedevolverlaalaoscuridad.Los pasos deCaden tras de ella fueron casi inaudibles, no tuvo tiempode reaccionar cuandocogiósubrazo.Éltambiénsentíacuriosidadporconocerelsignodelosmalditos.

—¿Hayalgunamanerade saber cuántoquedahastaque salgan las alas?Algúnefecto, loquésea.—preguntóanadiemientrasseguíamirando.Incómodadeserunmaniquídemuestra,Arkadiapartólamanobruscamenteparavolveraponerselamuñequera.

—El alma morirá, el corazón se enfriará con las llamas del gélido infierno y las alasnegras simbolizaran su horrible destino.—Evory recitó las últimas palabras de lamaldición,para hacer el incómodo silencio más corto—. Los Damnare son seres extraordinarios, nisiquierayopuedoconocertodossussecretos.

—Cuandodoscicatricesatraviesenmiespalda,significaráquemequedandías,puedequehoras,hastaquemeconviertaenunmonstruo.—confesóArkadi.Asualrededortodosequedóensilencio,sopesandolaspalabrasdelaDamnare—.Asíque,másvalenoperdereltiempo.Avosotros ni os va ni os viene, pero es mi culo el que está en juego. Yo ya he investigadosuficiente,sinecesitamosmásinformaciónnolaencontraremosenloslibrossinoenelmundoinfernal.

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—Tienesagallas,Arkadi.—ledijoEvory,luegoempezóareír—.Aunqueesoyalosabía.NodeberíasesconderlaMarcabajocomplementos.Teabriríamuchaspuertas,sobretodoladelpoder.Nadieseatreveríacontraunelegidodelosángeles.AnoserqueseasCadenFord,porsupuesto.

—Noquieroatravesarningunadeesaspuertas.

—SílaquetellevaráaUri.—PuntualizóEvory—.Yvasanecesitarla.

—Cuandollegueelmomento.—ArkadimiróaCaden—.Nosvamos.

Evoryvolvióasilbarparallamarlaatencióndesusinvitados,estavezsólodeCaden.Sedetuvoantesdeacompañaralrestofueradelrecinto.

—Cuídelabien,Ford.Esmásfrágildeloqueparece,odiaqueselorecuerden.

—Lotendréencuenta,Evory.—Asintióantesdemarchar.

Alsalirdelcasino,Boscopudoalfinreaccionar.Separóenseco,sinimportarlequelosdemásnoseinmutaran.

—No.—Todossegiraronaloírle.Teníalosojoscerrados,igualquelospuños—.Arkadi,sabesqueiríacontigohastaelfinaldelmundo,perosoyungenioinformático,nouncazadorniun...loquedemoniosseastú.—dijomirandoaMosley—.SiUriestanpeligroso,nopuedoir.

—Parecequelagallinaempiezaacacarear.—susurróCaden,moviendolacabezaparaquenadieleviese.Arkadisileoyóylediounpuñetazoenelbrazo.

—Respetaamiequipootehagopedazossoloconmirarte.

—Nopuedes,cielo.—Hizobalancearsealcollardeprotección.Arkadi le fulminócon lamiradaalrecordarlo.

—Puesentoncestepegaréuntiro.Túcuidasdetufugitivoyyodelmío.

—Iréconél.—HablóMosley,poniendopaz—.Laverdadesque tampocoquería irhastaallí.Venga,cerebrito,tellevoacasa.

—Ey,elcocheesmío.—protestóCadenalverqueambossubíanalcoche.Rexsequedómirándoleunratoantesdeencogerloshombros.

—Sí,perovosotrosestáismáscerca.Queosdivirtáis.

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8

CadenyLivacaminaronensilencioporunadelascallesmásconcurridasdelaciudad.Lagentefluíasincesar,hablandoporelmóviloconungrupodeamigos,disfrutandodelanoche.A su alrededor, nadie sabía que, junto a ellos, estaban elmás reputado cazador de demoniosjuntoaalguienque,encualquiermomentosetransformaríaenunodeellos.

El semáforo se puso en rojo para los peatones y les tocó esperar mientras pasaban loscoches.Unodeellosllamabalaatenciónsobreelresto,subocinanohacíamásquesonar.Eraundeportivorojo,llevabaunadespedidadesolteraylaschicasgritabanybailabanalsondeunamúsicaestridentecómosielmañananofueraparaellas.Lafuturanoviallevabaelvelosujetoalrecogido,casideshechoysusdamasdehonorvestíanconunescuetoyprovocativodisfrazdeángel,alasblancasincluidas.CadenescuchólarisairónicadeArkadi,lagentesoñabaconteneralasparaserlibreyéstaslaibanacondenarparasiempre.Unaironíamacabra.

—¿De verdad no eres capaz de recordar nada? —Caden empezaba a cansarse de esesilencioincómodo.Arkadimiróhaciaotrolado,seguíadesconfiandodelcazador.

—Absolutamente.Undíame fuiadormiry, lo siguientequepuedo traera lamenteesaChris junto a mí en el hospital y con la Marca en mi muñeca. —Pasó su mano sobre lamuñequera de cuero, un gesto que no pasó desapercibido por Caden. Desde que la habíaconocido,nopodíadejardepensarenlaseñaldelosmarcados,losDamnare.

Ser de los mejores tenía ciertas ventajas: el respeto del resto de sus camaradas, lacuriosidaddelaschicasdelaprofesiónydelasquenoloeran,elmiedodesusenemigos.Peroéstotambiénllevabaconsigociertosencargosalosquenadieosabapresentarse,variosdelosqueleshabíanllevadotantoaRexcomoaél,hastaelbordedeloinimaginable,ydelamuerte.

Todoaquelloquelosmismosdemoniosconsiderabancuentosdemiedo,élloveíaenunamala noche sin recurrir al alcohol. Todo menos las historias de los ángeles y, mucho másimpactante,lanuevarazaqueelloshabíancreado,losDamnare.TanraraquesoloseconocíaaArkadi entre ellos.Sino fuerapor aquelviejochiflado, jamás se lohubiesecreído.Sumanoquisocogerladeella,veresaseñalquelamarcabacomotal,unavezmásparasaberquenose

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estabavolviendoloco.Pordesgracia,Arkadilorechazó.

—¿Sepuede saberqueestáshaciendo?—Estabavisiblementemolesta.No legustabaqueesamalditaMarca tuviese tantoprotagonismoensuvidaymuchomenosque llamara tanto laatencióndeCadenFord.

—Perdóname, no pensé lo que hacía.—Se disculpó Caden. Liva no le miró, su interésestabaenfocadoenotrolugar.Cadenlallamó,seguíaignorándole.Miróhacíaelpuntoqueteníafijalaatencióndelachica,masnoveíalomismoqueella.LospiesdeLivasemovieronsolos.Primero fueron pasos cortos, pronto comenzó a correr, olvidando todo lo que la rodeaba,incluidasucompañía.

—Espérame. —Caden la persiguió, llamándola, pero Liva no le escuchaba, avanzaba,zigzagueandoentrelamultitud,conelúnicoobjetivoenmentedeacercarseasuobsesión.

Unasombraeraloquecaptabasuatención.Pudodistinguiraunchicodepelonegro,conunpeinadotípicodelosfansdeGreenDay,igualquesuvestimentaoscura.HabíavistodetodoenLasVegas,peronoerasufísicoloquehabíacaptadosuatención,sinoalgointerior,elhaloquelerodeabalaatraía.Necesitabasaberquiénerayporquésuauralahacíasentirtanbien.

Sinpensarlodosveces,Arkadisemetióenelcallejóndondelasombraserefugiaba.Cadeniba unos pasos tras de ella, vigilante. Cuando, al fin la alcanzó, la encontró inmóvil, con lamiradafijaaunapareddepiedra.Girólacabezahacíaamboslados,asegurándosedequeporallínoseescondíaningunapuerta.Estabandentrodeuncallejónsinsalida.

—Noestá.—Hablabasola—.Estonotienesentido.

—¿Arkadi?

—Aquíhabíaunchico,denuestraedad,quizásunpocomenos.Sentíalgoraroenél.

—¿Elqué?

—Nolosé.—Sinotrapista,sedioporvencida.Fueraadondefuese,noleibaaencontrar—.Nada,volvamosanuestrocamino.

—Lapróximavezavísameoacabarépensandolopeoryte...

—¡Alsuelo!—legritóLivaantesdeabalanzarsesobreél.ElrayooscurorozólaropadeArkadiantesdeperdersedentrodelcallejón.Unavezpasado,Arkadiseincorporóunpoco.

—¿Estás bien, Ford? —preguntó al hombre que estaba debajo de ella. Seguía un pococonfusoporesaprecipitación,peroserecuperaría.

—Caden, que me llamen por mi apellido me hace sentir viejo. —Una vez calmada lasituación,sediocuentaquetampocoeraparaquejarsetanto—.Vaya,túeresdelasdirectas,¿no?

—Andaque...—Arkadise levantórápidamente, resoplando.Nopensabavolverasalvaraesemalditocazadorquesetomabalascosasabroma,pensandomásloinsinuantedesuanteriorposiciónqueenelpeligrodelquelohabíasalvado.Hubierasidodesuagradoabrirlelosojosy

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quevieraquenotendríaatodamujerquequisieraconchasquearlosdedos,peroalgoeramásimportanteenesemomento,ynonecesitódecírseloaCadenparaqueamboscomprendieran.Loqueleshabíaatacadoseguíaenelsueloysinlavelocidaddelvuelo,ahorasisabíanquéera.Elchaval de Green Day estaba arrodillado de espalda a ellos, descansando tras el ataque. Dosamplias alas negras escondían casi por completo su espalda. Un frío paralizante atravesó elcuerpodeArkadi.Yahabíavistoanteslasalasfueradelcuerpo,elmismoAstarothpresumiódeellas.Peroéstaserandiferentesysuinstintoledecíaporquéleaterrabantanto.

—Quién lo iba a decir.—Caden sacó su arma y hablabamientras apuntaba—.Un ángelcaídotanprontoenmicamino.

—No.—Cadenlamiróyvioensusojoselpánicoquenopodíaocultar.Elchicoselevantóysediolavuelta,frenteaellosnomostrabasignosdemiedoopreocupación,soloesperaba—.EsunDamnareconvertido.

—Eso no existe, Liva Arkadi. —Para ser un caído, el chico tenía una voz dulce, pocoamenazadora—.Tuamigotienerazón.Peroqueríasabersimehabíaspercibido.

—TrabajasparaAstaroth.

—Algo así. Soy Juwan, discípulo de Astaroth. Un puesto que dentro de nadacompartiremos,LivaArkadi.

—No,nopiensohacerlo.—LospuñosdeArkadisecerraron.

—Notieneselección.EseeseldestinodeunDamnare.

Iracunda,selanzóaporJuwan.Éllaviovenirsininmutarse,comoantiguoDamnaresabíahastadóndepodíallegarlospoderesdelajovenpelirroja,inclusoaunque,debidoasuarrebatoysuinexperiencia,nopudierautilizarlos.Juwan,encuántolachicaestuvoenellugaradecuado,sealzóenelairedandosuavesbatidasa susalasnegras.Unadeesas, fuemás rápidaque lasdemás,lanzandovariasdesusplumashaciaCadenyLivaagranvelocidad.

—Liva.—gritóCaden.Eratarde,esevendavaldeplumasseparóalajoven,máscercaqueél del ángel caído, del suelo.Caden se refugió tras uno de los contenedores, rabioso ante suimpotencia.

Livanopudoreaccionaratiempo,semordióloslabiosanteeldolorqueempezóasentirentodosucuerpo.Lasplumasnegrasseclavaronensupielcomoalfileressuavesydolorosos.Elespectáculoerahermoso,vistodesdefueraperoparalachicaeramásunamuestradelobelloyespectacularquepodíaserelmal.Traslaembestidadelvientoylasplumas,elgolpecontraelsuelolanoqueó.Sehabíadadoenlacabeza,elrestodesucuerpoestabarepletodeesasarmasoscuras que resplandecían a la luz de la luna. Caden se acercó hasta elmaltrecho cuerpo deArkadi, él sí seguía en condiciones de pelear. Aunque, ante tal muestra de poderío, ¿tendríaoportunidad?MáslevalíahacercreeraJuwanquesí.

—Nopodrássalvarla.—dijocomosileyerasuspensamientos.

—Mientrasestéconellanolatocaréis,nitúnieseAstaroth.—SecolocóentreArkadiyel

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ángel.

—Astarothnolaquieremuerta.—Serió—.Prontoseráunodenosotros.¿Quésentidotieneacabarconella?Nolasalvarásdeloquedebeser,esaloquemerefería.Nopuedeshacernada.

—¿Yesoquiénlodice?—Juwansegiró,ignorándole,dispuestoavolveraalzarelvuelo—.¿Porquéestástanseguro?

—Porquetenemosaquelloaloquemástemes,CadenFord.

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9

Tresbrevesgolpes en supuerta le hicieron temer lopeor.Giorelli sabíaqueEric era elresponsable de la búsqueda de RexMosley y Caden Ford, en otras circunstancias se sentiríaorgulloso, pues la tozudez y la intuición de Tong hacían milagros. Se alegraría siempre ycuandonofueraunoquepreferiríaquequedaseenlaniebla.

—Rick, ¿puedo hablar contigo un momento?—La seriedad propia de los Tong, hechapersona.Conlamanoleindicoquepasara.Nopodíahacerotracosaquenofueramantenerlosnerviosdeacero.

—Por supuesto, Eric.Mi despacho es tu despacho.—Eric cerró la puerta tras de sí y sesentóenelasientoque,suveteranocompañero,leofreció—.Dime,¿enquépuedoayudarte?

—HehabladoconelcomisarioymehadichoquefuistetúquientrajoacomisaríaaMosleyyasucompinche.¿CómosupistedóndeencontraralcriminalmásescurridizodetodoEstadosUnidos?

—Bueno,puedodecirtequenuncadebessubestimaralosconfidentesdeunviejopolicía.

—Laverdad,noesloúnicoquepuedesdecirme.Tambiénsunombre.

—Tienederechoamantenersuprivacidad.Conoceslasnormas.—Suvozsetornófirmeydecidida.

—Tienesrazón,peroMosleyesunpescadobastantegordoyeljefehadichoque,omedaselnombreovieneélasacárteloporlasmalas.

—Maldita sea. —gruñó—. Ya le dije que esos dos le iban a traer más problemas quebeneficios.—susurró.

—Y¿bien?—inquirióTong

—FueArkadi.

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—¿Liva?

—No,JasónenunasesióndeOuija.Puesclaroquefueella,idiota.

—Pero,¿cómolosabía?

—Ahínollego.Sólovinoymelospusoenbandeja.

NoeraloqueEricesperaba.Queríaelnombredealgúncamelloasustado,deotroasesino,noeldesuamiga.¿Enquéchanchullosdebíaestarparaconocerasemejantesujeto?

—¿QuélepasaaLiva?—lepreguntóaRicky—.Séque,siemprequenosvemos,meocultaalgodesuvida.¿Estáenproblemas?¿Dequévive?

—Notecomaselcoco,chaval.Livasabecuidarsey tú losabes.¿Teacuerdascuando,decríos,osperdisteisenelbosque?¿Quiénossacódeeselío?Ella.Tienecarácterdesupadre.

—Ytambiénlamalacostumbredenopedirayuda.—SelohabíaoídomilesdevecesalospolicíasveteranosamigosdeJasón.Resultaquelosdoshijosdesuscompañerosmuertos,esosque querían seguir sus pasos, se convertían en la comidilla del resto del grupo cuando lesrecordaba—.Suindividualidadfueloquelomató.¿Sabesalgoqueyonosepa?

—No,ydéjaloya.PregúntaleaArkadisiquiereshablarledeesaschorradastuyas.¿Algomásopuedovolveraltrabajo?

CuandoEricsefue,Rickyyanopodíaconcentrarseenlosaburridosinformes.ArkadiselohabíaocultadotodoaTongporquenoqueríainvolucrarloenesostemastanescabrososquenoentendíaniél.Pero,suengañonoibaadurarmuchotiempomás.

Ericsaliódeldespachoconmásdudasquerespuestas.Revolvióentrelacarpetadepruebasque tenía en lamano. Entró con la intención de compartir todo lo que sabía con él, con susrespuestasevasivasnollegóacumplir loquequería.Alfinencontró loquebuscaba.ElpapelconlosregistrosdeldíaqueRexyCadenescaparon.Esemismodía,habíantenidounavisita.Arkadi.

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Astarothleesperabaenelsalóndesuguarida.Susirviente,lafiguraencapuchada,seguíaasulado,encogida.Solopodíaverlosdedoshuesudosdeesedemonio.Lacapuchadesulargacapasemovió,elhombresehabíagiradolosuficienteparaverentraraJuwan.Prontoperdióelinterésyvolviólavistaalsuelo.

—¿Hastransmitidomimensaje?—lepreguntóAstaroth.

—Alosdos.—Elsirvientevolvióamostrarinterés—.Esverdad,CadenFordestáconella.

—Bien,bien.Esomeagrada.—Astarothnoteníaningúnreparoenmostrarlasnegrasalasdondeno llamara la atención.Se sentía orgullosode su condición, al contrario que Juwan—.Justo loquequería.Mi fiel sirviente,mehassidomuyútil. Inclusomásde loquecreía.—Sedirigióalhombredelacapa.

—Noosentiendo,Maestro.—hablóJuwan—.¿Noespeligrosoqueestédesulado?Eselmejorcazadordelahistoria.

—AntesquecazadoresCadenFord.—Porprimeravezoyóhablaralhombreencapuchado.Su voz era lúgubre, lamás ronca y seca que pudiera existir. Juwan creyó distinguir entre lassombras,unaarrugadasonrisa.

—Dejádmeloamí.

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—Espérame.

Arkadi dio un par de zancadas para situarse frente a Gabrielle. No le fue muy difícil,gracias al paso tranquilo de ésta. Lamiró, sonriendo, como siempre. Nada podía empañar elhumordelaaparentementefrágilmujerrubia.

—¿Porquélohaces?—preguntóArkadi—.Perdona,peronoteentiendo.

—Esloquedebohacer.—Sonrió—.Hedescubiertodónderesideunángelcaídoynopuedopermitirmedejarlopasarcomosinada.Siyolohedescubierto,éltambiénpuedehacerlomismoconmigo,undíadeestosymifamiliapagaríaporello.

—¿Y ellos que piensan? ¿No tienesmiedo de no volver a verlos?—Sus últimas palabrasprovocaron un sutil cambio en la joven.Dejó de caminar ymiró hacia el infinito. Su sonrisaseguía allí, perfilada por un diestro escultor. Pero Arkadi sabía que, tras esos ojos, se habíaanidadolamelancolía.LosojosdeGabriellefueronhastasuanillodebodas.

—Sabenquiénsoyymecomprenden.Nopuedotenermássuerte.—Unatímidalágrimasedeslizóporsumejilla.Yprontolaborródeahí—.Nodejaréjamásquenadieleshagadaño.Niati.

—Deesonopuedesestarsegura.—Volvióaquedarseunospasosmásatrásdelaanimadarubia.

—Tienesrazón.Peropondrétodamialmaenhacerlorealidad.Sialbergasdudassobrelamisión,notienesporquévenir.Tehiceunapetición,notediunaorden.

Arkadisequedóensilenciounosinstantes.Luegocomenzóareír.

—Antespodíashabermedejadosolaynolohashecho.Nopiensesqueserélaprimeraendaresepaso.—Comenzóacaminarconpasofirme,bajoladivertidamiradadeGabrielle—.¿Aquéesperas?Vamosamatarcaídos.¡Rockandroll!.

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***

—Gabrielle…

Livadespertóconsunombreenlaboca.Cadavezrecordabamássobreesamujer,peronolosuficiente.Porlomenos,sudébilmemoriaregresabalentamente.

—¿Quién es Gabrielle?—Caden estaba a su lado, esperando. En el callejón se apilabanvarias cajas de grandes dimensiones, las que había aprovechado para esconder el cuerpoinconscientedeLivahastaqueellaserecuperase.

—La que memetió en todo esto.—Intentó levantarse pero agudos dolores por todo sucuerpo no la dejaron. Lanzó un débil gemido de dolor, suficiente para activar las alertas deCaden.Lasujetócondelicadezaparaquenosemoviese,acababadequitarleunaporunatodaslasplumasclavadas.

—Pensabaquenorecordabasnada.—Susojosazulesseclavaronenella.Esamiradanoleafectó,apesardeloobvioqueeraelreproche.

—La recordé por primera vez en sueños poco después de queme acosases en el bar, nisiquiera Chris lo sabe. —Se apoyó en la pared restregándose los ojos, como si quisierarecuperaresaimagendesuretina—.Solosésunombreypocomás.¿YJuwan?—Cambiódetema por completo, no le apetecía hablar de unos trazos borrosos de su gastadamemoria—.Seguimosvivosydeunapieza.¿Cómo?

—No tenía en mente matarnos, solo asustarnos. —respondió Caden. Decidió omitir laconversaciónenlaqueArkadieralafavoritadeAstarothylamencióndesupuntodébil.DesdequeJuwansemarchó,seguíadándolevueltassobresusignificado.¿Aquéserefería?

—Peorparaél.—Volvióaintentarlevantarse—.Ahoradebemosirnos.LomásimportanteeshablarconUri.

Poco a poco, el cuerpo empezó a responder. Al levantarse por completo, una plumarebeldeapareció.ÉstasehabíaclavadoenelmuslodeLiva.

—Déjamequetelaquite.—Cadenquisoacercarseperoellafuemásrápida,deunbruscotirónselaarrancó.

—Yebet.—Seleescapóenrusoporeldolor.Lateníaenlamano,consusangreenlapunta—.Estababiensujeta,lacondenada.

—Poresotelasheidoquitandoconsuavidad.Miraqueeresbruta.—laregañóCaden—.NoquedamuchoparallegaralS&W.¿Podráscaminar?

—Netproblem.[4]—contestóLiva.

—Otlichno[5]

—¿Hablasruso?Genialyyoquecreíaquepodríadesahogarmecontranquilidad.

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—Solounpoco.—Sonrió.Altenerlafrenteaélsediocuentadequeestabasucia,manchadadepolvo,despeinadayconlaropahechatrizas.CadensequitólachaquetayselaofrecióaLiva.Enunprimermomentoella larechazo—.Tuspantalonespuedenpasarpormodernosconesosagujeros,perotodalaropayaessospechoso.

—Estábien.—Livaaccedió,élteníarazón,estabahechaunasco.Cadennodescansóhastaqueconsiguióque cedieray, así, poderponérsela él.Tras abrocharla, pasó susmanospor supelirrojopelo,volviendoasulugaralosrebeldesmechonesqueelvendavalhabíadescolocado.Liva le dejó hacer, su tacto era grácil, muy suave. Cerró los ojos, disfrutando de lasimprovisadas caricias del cazador. No se dio cuenta de que estas bajaron de su cabello a surostro.Sus labios sintieronel tactodelpulgardeCadenenellos, apretándolos.Seestremeciómientrassumentemaquinabavariasexcitantesdiabluras,comoentreabrirsubocayprobar lapieldeCaden,cosaquehizocondisimulo.Noestabamal,legustabasusabor.

Cadendisimulóelcalorquehabíasentidoenelmomentoquelahúmedalenguadesuchicarozósudedo.Carraspeó, intentandopensarenotracosa,pensandoqueesonohabíasidomásqueuninocentedespiste.

—Yanoparecequehayassalidodeuntornado.—dijo,despertandoalachica.Ésta,alverletancerca,pusounmohíndeenfadoyseapartó,nerviosa.

—Mepuedoocupardemímisma,gracias.

Esarebeldíalevolvíaloco.PorahoraCadendecidiódejarlopasarynojugarmásconsunerviosismo.Eraunesfuerzomuygrande,leencantabahacerlo,hastaqueellascaíanasuspies.Mejoroptabaporelroldecaballero,leofreciósubrazo.

—Hace un instante estabas repleta de plumas negras. No seas tan orgullosa, acepta miayuda.Vamos,nomuerdo.

A regañadientes, Liva cedió, apoyándose en el chico. Cojeando, salió del callejón conCaden alerta a nuevos movimientos, tanto de más caídos como de los suyos. Un giro algobruscohizoquesupiernaseresintiera,peroahogóelgritoensugarganta,nopensabaparecertandébildelantedelcazador.

—Siquieres,podemospediruntaxi.

—Estoy bien. —Respondió de forma seca—. No queda mucho para llegar a la calleFlamingo.Túsolo…nomesueltes.

Caminaron en silencio, rodeados de la bulliciosa gente. En ocasiones, Liva creíaconfundirsecuandoentrabaenlazonadeloscasinos,debiendomirarelrelojparacerciorarsedequeeradenoche.Notodalaciudaderaasí,enlacasadesuspadres,lahoradedormireratranquila, igual que cualquier otro lugar del mundo. Podías ver el programa del día y, si tecansaba, apagar la tele y disfrutar del extraño silencio que te ofrecía la ciudad, lleno decuchicheos, coches aparcandoo alejándose, el perrode la señoraFlannagan, todo en su justamedida.

Caden pareció cansarse de su actual postura. El brazo que la sujetaba se deslizó por su

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cintura.Necesitaba asegurarse de que no se caería si daba un traspié,Liva sintió la fuerza deatracción que le recorrió toda la piel. Le dedicó una furtiva mirada, al contrario que él. Elcambio parecía involuntario, sin embargo algo le decía a laDamnare que estaba equivocada.DonRomeo lohabíahechoapropósito,muyapropósito.Quería separarsedeél,ponerle lascosasclarasaeseguapitodecara.Sinofueraporquelenecesitabaparaandarlohubierahecho.Yporlobienqueolía,yporelagradabletactodesupielysusmúsculosformados.

MalditoCadenFord.

Desde el exterior, elS&W parecíamenos lujosos de lo que se comentaba por la ciudad.Recordaba más bien a una cantina de los años cincuenta, quizás ese fuese su encanto.Visiblemente descuidado con intención falsa, antagonizaba con los lugares de moda de LasVegas.

—¿Quévanatomar?—preguntóelcamarerounavezsentadosenlabarra.

—¿Qué hay que pedir para poder ver al dueño del local?—respondió Caden con otrapregunta.Lasonrisacordialdelempleadosedifuminóalinstante.

—Unamuertelentaydolorosa.—Lescontestómientraspulíaunacopa—.ElseñorUrinorecibenuncaaningunodesusclientes.¿Tanpocoaprecioletienenasusvidas?

—Seguro que con nosotros hace una excepción. —Caden mostró indiferencia ante elrechazodelbarman.Apoyóloscodosenlamesamientrasledabalaespalda.Hablóconlachica—.Seguroqueestásdeacuerdoconmigo,Arkadi.¿Verdad?

—Porunavezysinquesirvadeprecedente,sí.

A su alrededor, los parroquianos empezaban a darse cuenta de la situación extraña quesoportabaelcamarero.Loscazadorescontrolabandereojoaciertosclientes,quenoteníannadadehumanos.Derepente,deunamesa,unodeéstosselevantódelasiento,curioso.

—Ey, ¿tú no eres Caden Ford? —Ese nombre atrajo por completo las miradas de losdemonios. El resto de los humanos, imaginándose que iba a pasar algo que no deseabanpresenciar,comenzaronasalirdelrecinto.

—Siestosnoosmatan,eljefeosliquidarácongustoporespantarasuclientela.—Farfullóelcamarero—.Deberíaishaberosido.Estúpidoslocos.

—Estoy hablando contigo, Caden Ford. —Al demonio se le habían unido otros tres,deseosos de pelear con el cazador por entrar en sus dominios—. ¿Has venido a fanfarroneardelantedetunovia?

Aunospasosdelcazador,eldemoniosequedóinmovilizado.Trasél,consigilo,sehabíaestadoacercandounvegetal,algoparecidoaunalianaqueemergíadelaplantaquedecorabalaentradadelbar.

—¿Quédiablos?—Notuvotiempoareaccionarcuando,delamismaplanta,salieronmáslianasquelesujetaronantesdecomenzaralanzarloporlosaires.Enelmomentoqueparecía

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que iba a caer al suelo, otra de las ramasvivas le cogía y volvía a sacudirlo para lanzarlo yvolver a repetir la jugada, mientras Caden observaba las caras de horror, divertido. Unosminutosdespués,elmovimientocesó,quedandoeldemoniovalientebocaabajo,cogidoporeltobilloderecho.

—Alguienvuelveainsinuarquetengounidilioconésteylemetounadeesaslianasporelculo.—Livadejólibreasuvíctima,lacualsequedóenelsuelo,enestadocatatónico,pensandoquiénnariceseraesachicaycomopodíahaberhechoeso.CadenyLivavolvieronsuatenciónalasombradocamarero—.Ybien,¿nosvasadecirdóndeestáUriotengoquehacertelomismoati?

—Noesnecesario.

Una voz los llevó amirar hasta la zona interior de la sala. El hombre, de tezmorena ycurtida, se colocaba la bufanda a juego con los pantalones oscuros y susmocasines. Bajo laajustada camisa blanca, podía distinguirse un cuerpo a medio esculpir, propio más de unaestructuraleptosomórfica[6]queatlética.Supeloeraoscuro,negrocomoelazabache,peinadosinmás adornos que el flequillo hacia arriba.A pesar del terror en los ojos de su empleadocomosivieraalmismobasilisco,susvivacesgrandesojoscastañosysusonrisaceremonialnoparecíanenojados.Porexperiencia,sabíanquejamásdebíanfiarsedelasapariencias.

—Veoentonces,quelosrumoreseranciertos.Gabrielleestámuerta.

Sentados uno frente al otro, los cazadores y el peculiar dueño del bar, se miraban sinpestañear.Con lapiernaderecha formandoángulo rectocon laotray lasmanosen formadepirámide,Urisonreíaeneseincómodoambiente.

—Pues no da tanto miedo. —Liva fue la primera en hablar—. Tu amigo es un pocoexagerado.

—Solo si únicamente prestas atención a lo que pueden ver tus ojos. —respondió elenigmático Uri—. Mírate a ti. Pareces una joven muñeca de porcelana pelirroja de…¿diecinueveaños?

—Veintidós.—corrigió.

—Vale,veintidós….yhasaterrorizadoaunodemismejoresclientes.TienescontroladoslospoderesdelosDamnare.

—Megustaaprovecharlasventajasquetedaunamaldición.—Sonriótambién,enmododedesafío—.Esplacenteroverelterrorenvuestrascarasdedemonios.

Sinperderlacompostura,Uriselevantódesuasiento,dejandosolosasusinvitados.Consoloelchasquidodesusdedos,frenteaélaparecióunacopadeunlicor,delosmáscaros.Contotaldesprecio,bebiósinimportarledarleslaespaldaasusinvitados.

—Empiezasahablarconelmismoagradoaladestrucciónyelcaosdeunángelcaído.—le

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dijo distraídamente—. Pero sigues pensando cómo un estúpido humano. ¿Crees que a unDamnareseleotorganpoderesdeformagratuita?

—¿Aquéterefieres?—preguntóCaden.

—Aquecadavezquetunoviahautilizadosu“don”,lehaconcedidomásfuerzaalaMarca.Elpodersiemprehacorrompidoaloshumanos,capacesdecometeratrocidadesporobtenerunpedazo.Pocoapoco,esospoderestevanrobandoelalma,aceleranlatransformaciónhastaquederepente,voilà.—Urihizoungestoexageradocon lasmanos, teatralmenteensayado—.Lasalas se despliegan en tu espalda y pasas de luchar contra quien sea para proteger almundo aquererdevastarlo.Laverdadesquetienegracia.

—Quétíomásraro.—murmuróCaden.VistoeldesprecioquelesmostrabaUri,selevantódelsillón.Dudóenacercarsedemasiadoaél,nisiquierasumetroochentapodríaamedrentaraeseescuálidogigante,diezcentímetrosmásaltoqueél.Sugestonoalteróniunsolopelodesuflequillodesafiante a lagravedad—.Paraesoestamosaquí.Queremos saber cómo invertir elprocesoynoshandichoquetúpuedesayudarnos.

—¿Invertir? Estáis pidiendo unmilagro. Invertir.—Comenzó a reírse sin importarle lossentimientosdelaDamnare.Duranteunminutolamiróantesdehablarle—.LamentodecirtequeGabrielle tehametidoenunabuenafaena.Noséqué lehabráshecho,perohasidounacruelvenganza.

—No ha sido una venganza.—Liva se levantó, cansada de oír todas esas estupideces—.Gabriellenomeharíaeso.Casinolarecuerdo,perono...

—Túno conocías aGabrielle.—la interrumpió—.Esahipócrita no sabía admitir que sucomportamiento era tanto o más egoísta que el de cualquiera de nosotros. Ah, la buena deGabrielle.—Senotabaensutonoquenohabíasidonuncadesuagrado—.Sifueaporesecaídocontigofueparaquetúpagaseslaculpa.

—¡Cállate!—selanzóaporUri,Cadentuvoquesujetarlaporlacinturaparadetenerla.Urise divertía con su reacción, algo que enervaba al cazador. Los recuerdos de Arkadi solo sefragmentabanendossueños,sinembargolahacíasentirbien.Dentrodeellalasentíacomounaamiga—.¿Quiéntecreesqueeresparahablarasídeella?

—¿Quequién soyyo?—Uri cerró losojosybajó la cabeza.Alprincipionopasónada,hastaqueunruidosordoparólairadeLiva.Cadenabrazóconfuerzaasucompañeradespuésdelrespingoquepegótrasver,enlaespaldadeUri,dosgrandesymajestuosasalasblancas.Conesaactitud,quiénleshubieradichoqueUrieraunángelblanco.

—MinombreesUrielyGabriellees…eramihermana.

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—Otroángel.Perfecto.—dijoCaden—.Y,porloqueveo,pocofraternal.

—¿Quépasa,quealgrancazadornolegustanlosretos?—Urisonrió—.Sitemataseahoramismo,cosaquepuedohacersindespeinarme,muchosmedaríanlasgracias.

—Graciaspornodespellejarme.—dijoconironía.

—Eratuhermana.—IntervinoLiva—.Dimecómoera,porfavor.¿Algunavezmeviste?

—Laúltimavezqueviamihermana,posiblementetodavíallevabaspañales.Gabrielleseavergonzaba de la familia, no éramos lo que se dice modelos ejemplares. Lo único quecompartíamos era el deber de los ángeles blancos. Ymira tú, lamató, le hubiera idomejorpreocuparsedeJohnysuhija.Laespiabaalgunavezqueotra.—confesóUri.

—Porlomenosnoeratancobardecomotú.

—¿Acasoteconsiderasdignaparajuzgarme,maldita?—respondiódeformabrusca—.Siellaquisocontinuarunaguerraquetenemosperdida,noesservaliente,esserunaestúpida.

—Claro, y por eso estoy así, porque nadie quiso ayudarla a proteger a su familia, ni supropiasangre.

—Esimposibleprotegerloseternamentedetodo.—Suvozsonóquejumbrosa.Porunavez,parecíahabersentimientosensuspalabras.

—Nuestrodeber es intentarlo.—ContestóCaden—.Ypuedes ayudarnos a salvarla.Es loquetuhermanaquerría.

—Porsupuesto.—Bufóconsarcasmo—.PoresotellevóallíytedejoclavarlelaestocadaaValefar,pornuestraespecie.

—Dinosquehayunamaneradeevitarquemeconviertaenuncaído.Venga,sonvuestrosenemigos.—LeanimóArkadi,ignorandocomopodíaelúltimocomentario,queletraspasóel

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corazón. Sabía que eran amigas, solo necesitaba recordarlo todo, para saber cómo habíaacabadodeaquelmodo—.Tienequehaberunasoluciónytúlaconoces.

Urieldiounlargosuspiroantesdecontestar.

—Si losupiera,quenosignificaque losepa,no te lodiría.Noespersonal,sonnuestrasreglas,Damnare. Lo siento, a ti tampoco.—dijomirando aCaden—.Deberíais hablar con lasibila.

—Venga, no me fastidies. ¿También existen las videntes? Y luego, ¿qué? ¿Dioses quedisparanrayoscuandosecabrean?

—Tieneungransentidodelhumor,señorFord.—dijoUri—.Pero,enelcasoquepudieranvisitaraSibyl,sololosángelesylosDamnarepuedenverla.

—Yuncuerno.—Respondióelcazador—.SiSibylquiereverla,amítambién.

—Caden, por favor. —Arkadi se interpuso entre ambos—. Si es mi única manera desalvarme,dejadeimponertusnormas.

—Losiento,querida,perodesconfíodetodoslosquequierenvermeamíoaalguienqueconozcoasolas.Y,noteofendas,perotambiéndesconfíodeti.

—Bonitapareja.—dijoUriel,divertido.Humanos,siemprelomismoyaúnasísuhermanaconfiaba en ellos—.Apesardeque sería entretenidoveros suplicarme, tengoprisa; comooshabréisimaginado,tenerosaquíahuyentaamiclientela.

—Esverdad.¿Cómounángelblancoacabasirviendocopasalosdemonios?

—Mis enemigos no son esos... seres.—lo dijo con desprecio, elmismo tono que habíautilizadoAstaroth con los vampiros del desierto.Luego de lanzarle unamirada advirtiéndolequesecallasecontinuó—.SiquierestenerlaposibilidaddeveraSibyl...

—Claro,sí,porfavor.—Cadenasintió.Conunsuspiroderesignación,Uribuscóensualaizquierdaunapluma.Concuidadoladesprendiódelapiel.Nadamássoltarse,éstasetiñóenuntonodorado.Selatendióalcazador,quelaguardóconsumocuidadoenelbolsillointeriordesuchaqueta.

—Nolapierda,SeñorFord.Nodoyningunaderepuesto.

—Yahora,¿cómopodemoscontactarconesasibila?—intervinoLiva.

—Es imposible, ni siquiera yo puedo. Sibyl se comunicará con vosotros cuando creaconveniente.Noosrestamásqueesperar.

***

—Se cree que me voy a quedar sentada, esperando a que el Oráculo quiera contactarconmigo.

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MosleyhabíadejadoaBoscoencasayhabíaidoarecogeralosotrosdosintegrantesdelequipoaunosmetrosdelbardeUri.Enseguida,elcazadorobligóasucompañeroacambiardesitio, era su cochey él lo conducía.Cadenmiró aLivadesde el retrovisor cuando empezó amurmurar,viéndolacogersuteléfonoyllamaraBosco.Cadennopudohacermásquesonreírmientrasconducíaelcoche.Leempezabaagustarelcarácterdeesachica.

—¿Algonuevo?—Bosconisepreocupóensaludar.Leenervabanopoderhacernada.YanoconocíapáginaalgunaalaqueremitirseenbuscadenuevainformaciónsobrelosDamnare,caídosocualquiercosaalrespecto.

—Unapersona,partedelOráculo.

—Suenabien,algogriego.Dime.

—Sibyl,esloúnicoquetepuedodar.Necesitounpocodetumagia.

—Haréloquepueda.—Decidiócambiardeconversación—.¿QuétalconBatmanyRobin?

—¿Nocreerásquelesvoyacaerengraciatanpronto?Mejorhablamosmástarde,sehandadocuenta.—Sedespidióantesdecolgar.

—Creoquetengolaorejacolorada,¿túno?—Mosleylamirabaigualquesucompañeroporelretrovisor.RexseretiróelpelodesuorejaizquierdaparaquefueravisibleaCaden—.¿Quéteparece,colega?¿Estánhablandodenosotros?

—Pero qué egocéntricos sois los hombres.—Arkadi fingió indignación—. No sois losúnicosalosquenolesgusto.

—No lo dudo.—apuntillóCaden. Sumedia sonrisa consiguió irritar aArkadi, sin sabermuybienporqué—.Peronoesloquemásmeimportaenestemomento.Mepreocupamástuusodelospoderes.¿Desdecuándolosllevasusando?

—Aparecierondossemanasdespuésdelsuceso.Llevousándolosdesdeentonces.

—Malasunto—dijoMosley—.Noseréunsabioenestosasuntillosdelamagia,peromeapuestounriñónaquehasreducidotutiempounabarbaridad.

—Cuatromesesesdemasiado.Apartirdeesteinstante,nadademovimientostelequinéticosomanipulara lanaturaleza.—Arkadiaceptóel trato.Ahoraqueconocía lasconsecuenciasdeusardurantetantotiempoelpoderdesuMarca,sesentíaestúpidaporconfiarenalgotraídoporesta.Derepente,CadendioungirobruscoalcochequeobligóaRexyaArkadiasujetarsealoprimeroquepillaron.

—Joder,quetehedichoquesí.¿Esquequieresmatarnos?

—Estoymandandoalamierdalasegundacondición,necesitasarmas.Vamosalrefugio.

Podíaimaginarsecualquiercosadeesecazadorysumejoramigo.Cualquiercosamenoseso. Arkadi estaba con la boca abierta desde que el coche había parado en la puerta delcementerio deLasVegas. La instaron a avanzar hasta un viejomausoleo de piedra.Caden se

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habíaadelantadoconunallaveenlamano,mientrasMosleyseguíaasulado,dispuestoavigilarsuspasos.

—Algome dice que no voy a querer saber que tenéis ahí. Dios santo, si estamos en uncementerio.

—Soloesnuestroplanalternativo,notepreocupes.Aquíescondemoslasarmas,loslibrosrarosytodasesasreliquiasconlasquecualquiercazadorsueña.Tenemosvariosrefugioscomoeste,repartidosalolargodelpaís.Nadiebuscaenuncementerio.

—Estáiscomounaregadera.

Dejandoatráslospocosremilgosquelequedaban,continuóhastaunpanteón.Dosleonescustodiabanlaentrada.Cadenutilizólallaveparaabrirlapuerta.Ellugarerapequeño,conunacriptabajootracabezadeleón.

—Terecomiendoqueteapartesaunlado—dijoCaden.Livaobedeció,acompañandoaRexenunaesquina.

—¿Sabéisqueesdemalauguriomolestaralosmuertos?

Caden la ignoró y se dirigió hacia el león. Analizándolo con detenimiento, el panteónparecíamuchomásprofundodesdeelexterior.Aúnseguíaconesaideaensumentecuandolatumba semovió.Caden acababade activar elmecanismo,metiendo losdedos en losojosdelleón y girando la cabeza hacia la izquierda. La tumba desapareció, dejando bajo ella unasescalerasdescendienteshaciaunrefugiooculto.

—Nocreoquelosdespierteelruido.

Cadenentróprimeroconlalinternaenmano.Custodiadaporelsicario,Livaleseguía,aúnestupefacta.Todo cazador tenía varios ases en lamanga, peroCaden se llevaba la palma.Noqueríaadmitirlo,peroademásdeguapo,eralisto.

El lugareraamplioparapoderestirar laspiernassinmolestaralvecino.Asualrededor,varios armarios albergaban diferentes armas con su respectiva munición. Incluso, unlanzallamas.

—Eligeelarmaquequieras.

Trasunbreveescaneodellugar,encontróloquequería.

—Mequedoconestas.—dijoArkadi,cogiendounpardepistolasgemelas.

—¿TegustabamuchoTombRaider?—LaeleccióndeArkadihabíasidograciosaparaRex.Aunque imaginarse a laDamnare con pantalones cortos y un top ceñido sí que le resultabainteresante.LivanoreparóeneltonosarcásticodeMosley.

—Call Of Duty —respondió, jugando a apuntar a la pared con las pistolas—. SiempreganabaaBoscomatandozombiesconladoblearma.

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Mosleyquenoseesperabaotrarespuestaquenofueraunatandadeinsultosyamenazas.Sequedósinpalabras;queríadeciralgo,peronoleparecíalosuficientementebuenoylodejaba.

—Hayquejoderse.—Terminópordecirantesdedarse lavueltaysubir lasescalerasdelmausoleo.

Tras lamarchadeRex,Caden se quedó a solas conArkadi.Se acercó al armariodondeguardabanlamuniciónysacóalgunoscargadoresparasusarmas.Teníasuerte,eranlasquemásabundabanenesterincónsecretosuyo.

—Toma.—SeacercóaArkadiqueaceptólasrecargas.Sintióeldeseodemirarhaciaatrás,para cerciorarse de que de verdad estaban solos. Luego, continúo hablando—.Aunque no locreas,acabasdesubirmuchospuntosdelrespetodeMosley.

—Da igual, creo que sigue odiándome. —Contestó ella mientras intentaba poner lamuniciónensusitio—.Malditasea,enelvideojuegoeramásfácil.

—Noestandifícil,solodebespillarleeltruco.Déjamever.

Caden se situódetrásdeArkadi.Susbrazos la rodearonhasta alcanzar el arma.Conunamano sujetó la pistola, la otra desentrañaba losmisterios de ésta.Recordaba lo dura que era,apretómásfuertehastaquecedióalfin.

—Yaestá.Recuerdaponerla en el ángulo correctoparapoder torcerte lo suficienteynoperdervisión.

Livanorespondió.Despuésdeltrabajotécnico,Cadensediocuentadeloquehabíahecho,su cuerpo estaba pegado al de ella sin ningún espacio entre ellos y la mano que sostenía lapistola,nolohacía,sinoqueseocupabadelamanodelamujerquesíloestabahaciendo.Livaescuchóellatirdesucorazóndesbocado.Nosabíaporquésesentíaasí,nilarazónparaqueseleerizaseelvello.¿PodríaserCadenelresponsable?Unhombretanarrogantecomoélnoerasutipoenabsoluto.

ElteléfonomóvildeArkadiinterrumpióelextrañomomento.Cadensealejó,ruborizadoyse dio la vuelta simulandopreparar su pistola para la acción.SiMosley supiese lo cerca quehabía estado de laDamnare, en una situación tan comprometida, no le libraría nadie de susermón.

—Oh,mierda.—lavozpreocupadadeArkadilehizoolvidarsussentimientos.

—¿Quéocurre?

—Boscoyyotenemosvariasseñalesparasabersiunodelosdosestáenpeligroonecesitalaayudadelotro.¡Vamos!—Subiódedosendoslospeldaños.

—¿Quétehadichoésteyaparahacertecorrerasí?

—Nohaytiempoparatonterías.Chrisestáenseriosproblemas.

Unavezenelcoche,RexaceleróafondoendirecciónalacasadeLiva.Cadensevolvióa

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laDamnare,quenoapartabalamiradadesumóvil.

—Unodelosprotocolosdeemergencia,queinstalóBoscoennuestrosmóviles,mandabaunmensajealotrosipulsabasunapequeñasecuenciadenúmeros.

—¿Quétrae?

—Razrivcheloveca

—Brecha humana. —Rex bufó, preocupado. Se imaginaba que esas palabras eran másliteralesdeloquesecreían—.Cojonudo.

***

A la tercera vez que el rastro de esa maldita oráculo llamada Sibyl se esfumó, Boscodecidió tomarlo como una señal del cosmos para tomarse un descanso. Era lo bueno de estemundosobrenatural,antesdeconocerlocreíaconocertodoslosentresijosdelmundo,tantorealcomovirtual,sesentíaeldueñodeéste,ungranhermanocapazdesaberlotodo,controlarloconunsimplegolpederatón.Ahora,unatareaanodinaparaél,seconvertíaenunreto.Esoeralobueno, aunque frustrante, había conseguido recuperar la ilusión de un chiquillo mientrasatrapaba a los malos y descubría los rincones secretos dónde podría resguardarse un sermitológicodelaantiguaGrecia.

Encontrar aLivaArkadi había sido un punto fresco y nuevo en su vida.Al principio, élhabíaaceptadoeselocopuestoclandestinodemanosdeunmáslocoaúndetectiveGiorelliconlaúnicametaensumentedeescapardelacárcelyhuirencuantotuvieraoportunidad.Despuésdeaceptar,todocambiómuyrápido,sumundo,suformadeverlascosas,porprimeravezunapersona real había logrado conectar con su trabajo y él con sumodode actuar.Arkadi sabíapegarduro.Boscoconocíacomodestruircualquierpuertainformáticaencincominutos,eranelyingyyangperfectoselunoparaelotro.Prontonoerasolotrabajo,amboseranamigos.Casicomohermanos.

Siempre habían estado apoyándose de forma mutua, por eso, esta nueva situación lecabreaba.Estaeralagranbatalla,laluchafinaldesucompañera,ynoseveíacapazdeayudarla,obligándolaadependerdedosbrutoscomoCadenyRex.Élnoseríaunexpertoluchador,aúnasíteníaaptitudesenotrosámbitos.Soloquehabíandecididodesaparecerenelpeormomento,dejándolocomounmalditoinútil.Maldecirnoleibaavalerparamucho.Sepreparóunosdesuscafésbiencargadosy,trasdisfrutardesuembriaganteolor,bebióunlargosorbo.

—Porlospequeñosmomentosenelparaíso.—dijo,cerrandolosojosyexhalandoaire.Unmomentoderelaxnolemataría,¿no?

Unruidoextrañolesacódesuéxtasisdecafeína.Sunuevoinstintodeguerralehizosacarelcuchillodelafundatobillera,compradasemanasantesporAmazon,antesdesalirdelacocinasigiloso. Quiso creer que todo era una ilusión de su agotada cabeza, que la imaginación lejugabaunamalapasadayesarisainfantilproveníadelpisodeallado,nodelmismolugarenelqueestabasentado.Hastaquevolvióarepetirse.

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—¿Quiéndiablos eres?—Seacercóa su silla.Unaniña extrañacanturreabauna canciónmientraspeinabaunamuñecadetrapo.Leresultabafamiliar,nopodíaverlabienpuesestabadeespaldasaél,ocultaasuvistaporelrespaldodesusilladeoficina.Habíamarcadoelnúmeroensuteléfonoantesdequelapequeñahablara.

—¿Christian?¿Erestú,hermanito?

La voz de Rachel le cortó la respiración. No podía ser, ella… ¿cómo diablos lo habíansabido?Recordó varios de los consejos que le había dadoArkadi sobre estos seres.Muchospodíanconocertuspeoresmiedos,aunquelosescondierasenlomásfondodetucorazón.

—Túnoeresella.

—Christian.—lapequeñaleignoró,levantándosedesuasientocorreteóhacíaélparadarleunabrazo.Llevabasuvestidodefloresazulesconunfondocolormarfil,elmismoquellevabapuestocuandomurió—.Teheechadodemenos.

—¿Quiénestájugandocontuimagen,Rachel?—preguntóBosco—.¿Quiénesesecabrónquedeshonratuimagen?

—Nodebesdecirpalabrasfeasdelantedemí,lodijomamá.—Verlaregañarlelesacóunapequeñasonrisanostálgica.Noeraimbécil,estoerauntruco,perolaañoraba.Ellaeraelmotivodesunuevavidacomohacker.Rachellesoltó,sindejardemirarle—.Élmehatraídoaquíparaquevengasconmigo.

—Noteentiendo.

—Debespagarportuspegados,ChristianBosco.Túmemataste,ahoradebescuidardemí.

El recuerdo que intentaba reprimir con todas sus fuerzas volvía en el momento másinesperado,rompiendosualmaenmilpedazos.Boscoseparalizómientrasesedíavolvíaasucabeza.

Suspadresnoestabanylosdeberesdeesedíaeranmuycomplicados,nopodíajugarconsu hermana pequeña, así que la dejó fuera jugando. Su inocencia infantil no intuyó que eseextrañosilencionofueraotracosaquesumenteconcentrada.Tardómediahoraenencontrarsucuerpecito flotandoen lapiscina, con lamuñecaqueportaba ahora enbrazos a su lado.Sóloteníaquinceaños,peronopodíasoportarotrodíamáslamiradaacusatoriadesuspadres,asíqueselargó,dispuestoavivirdesuastucia.Enesosmomentosnolehubieraimportadomorir,selomerecía.Peroyano.

—Fueunaccidente.

—No, túmeabandonaste. ¡Nos abandonaste a todos!—gritó el fantasma, su afectohabíadesaparecido.Surostrose tornabamássiniestro,elchicodiounpasohaciaatrás,asustado—.Debespagar,esunaordendeAstaroth.

Antes de que pudiera reaccionar, la niña alzó unamano y él salió volando hasta la otraesquina, cayendo encima de unamesa de cristal. Se hizo añicos, Bosco aguantó el dolor. Su

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mentebuscóquetipodeserpodíahaceresto,necesitabadefenderse.

—Muestra tu verdadera cara, cobarde.—Escupió sangre tras otro golpe contra la pared.Era frustrante que pudiera con él sin tocarle. Lo tenía en la punta de la lengua, era un sertimador,quejugabaconlasemocionesdelagenteconloqueveía,sabíaquéclasedecriaturaeralaquelehacíaesto.Peronoconseguíarecordarsunombre,necesitabamástiempo,algodeloquecarecía.Rachelseacercaba,ahorasuropaestabaempapadaysusbonitosojosverdesseocultabantraselveloblanquecinodelamuerte—.¿Quiéndiabloseres,monstruo?

—¿Nome reconoces?—La voz de ultratumba le aclaró todo. Tarde, estaba sentenciado.Quisocerrar losojosydejarque todopasara rápidoperoelorgullo se lo impidió. Ibaa serfuerte—.EshoradesaldarladeudaChrisBosco.Eshorademorir.

***

Lasllavesparecíanhaberseesfumadodesubolsillo.Rex,impaciente,decidióarriesgarseyabrir lapuertadeunapatada.Livaseadelantó, llamandoasuamigo.Suvoznollegóantesdequebrarse.Un charco de sangre rodeaba a Bosco, igual que su ropa, destrozada igual que sihubieseatravesadotrescristalesconsecutivos.

—¡Chris,no!

Se acercó a su cuerpo, mientras los dos hombres se mantenían unos pasos más atrás,respetuosos. No podía creer lo que estaba viendo. Sabía que sus vidas estaban en continuopeligro, pero, que llegasen a ese punto seguía siendo inconcebible. Intentó controlar laslágrimasmientrasledabaunbesoenlamejilla,comodespedida.Alrozarsupiel,nosintióelfríopálidodelamuerte.

—Caden,llamaaunaambulancia,rápido.—Aldarselavuelta,losojosdeArkadibrillabanconuntoquedeesperanza—.Todavíaestávivo.

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13

Variashorasantes…

Quedabanunaspocasmanzanashastalacasadesusdosnuevoscompañeros,laDamnareyel mocoso. Reginald Bertrand era un hombre de acción, un soldado muy bien curtido en labatalla.Aúnsupiel lerecordabacomofuegocandentesu traicióna lapatria,aliándoseconelejército ruso. No podía esperar más de su país, no una vez ocultaron el grave accidente enVarsoviadondetresdesusíntimosamigosmurieronporlasnegligencias.

Nutridoconlasartesdelucharusa,notardóenfortalecersucuerpohaciéndosemuchomásinvulnerablealdolor.Peronopudoquedarsemuchotiempomásporallí,sintiólanecesidaddevolver a su hogar.Al fin y al cabo, dentro de su corazón latía un hombremelancólico de latierraquelevionacer.

La antigua KGB se prestó a cumplir su deseo, necesitaban espías en Estados Unidos yBertrand,nacidoendichopaís,nolevantaríasospechas.Así,conunnuevoapellido,sedirigióhacia una nueva vida. Quien le diría que acabaría siendo perseguido por ambos países, losmismosquelehabíanconvertidoenunasesino.

Yahora, le tocabahacerdeniñeradeunjovenquenoconocíamásmundoqueelSecondLife.Elsemáforosepusoenrojoantesdequeledieratiempoapasar.Bufando,pisóelfrenolojustoparanoquebrantarlaley.

—Dentro de poco estarás en tu mazmorra para ocultarte de la vida real.—le dijo condesganaaBosco—.Aunquenotejuzgo,yotampocotendríaganasdeconoceraUrisifuesetú.Noquisieraconocerloniahora.—Estoúltimolosusurróporlobajo.

—Nosoyuncobarde.Peroesevidentequetampocosoycomovosotros.

—Laexcusadesiempre.¿Creesqueyonacíasí,chaval?

—Nomecomprendes.—Chrisbalanceólacabeza—.Esenoesmiestilo.

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—¿Ycuáles?¿DejarK.O.alosmaloscondosbotonesdeljoystick?—serió.

—Déjaloyconduce.—Labromanolehizoningunagracia.Estuvieronvariosminutosensilencio,dejandoquelosruidosdelexteriordestensasenelambiente.Finalmente,decidióvolvera hablar—. Jack yWilliam eran como hermanos para ti, por eso no pudiste perdonar que elGobiernolosborrasedelmapa.PeroerasunsoldadoynecesitabasunEstadoenelquecreer,algoqueRusiatedio.Oesocreías,hastaqueintervinieronentuvidayenladeRebeca.—Aloíresenombre,Rexcentrósuvistaenél.Susojosdeáguilaacechanteleasustabanperonopensabapararahora—.Tusjefesnoqueríanquesumejoragente,susicariofavorito,pudieraconocerlafelicidad,¿verdad?Ytelaarrebatarontanrápidocomosearrancanlasmalashierbas.Estoesloqueseconsigueconmiestiloymuchasvecesesmásefectivoqueciengolpes.

***

Lasaladeesperaestabadesierta,soloellospermanecíanallí,conlosnerviosaflordepiel,imaginándosequeeldoctoraparecía,connoticiasparaellos.Yanolesimportabasieranbuenasomalas, la incertidumbrelesmataba.Livaestabaensilencio,semejanteaunaestatuasinvida,mirandofijamenteunpuntodelsuelo.Mosleydabavueltasdeunladoaotro,impaciente.Asumentevolvía laúltimaconversaciónconesechicoenelcochey luego lavisióndesucuerpomachacado y ensangrentado. Todo lo que le había dicho aquella noche en el coche, en otrasituaciónhubierasidomotivosuficienteparaborrarlodelmapaantesdequesedieracuenta.NisiquierasuúnicoamigoCadenconocíalahistoriadeRebeca.Sinembargo,lainocenciadeesejoven le recordaba a ella.Había olvidado la última vez que, sin tener quementir, podía estarcerca de una persona tan alejada de un mundo cruel del que huía constantemente. Además,quisieraono,eranaliadosyélpodríasercualquiercosamenosdeslealasuscamaradas.

Caden era el que estabamás tranquilo, de pie, apoyado en la pared del hospital. Fue elprimeroenveraldoctorantesdequeabrieralapuertadeUrgencias.

—¿SonlosfamiliaresdeGardner?

—Soysupadreyellasuhermana.—Rextomólavozcantante,señalóaLiva—.Yéleslaparejademiniña.—LuegoaCaden.Arkadiseguíasinreaccionar,asíquecontinuóMosley—.¿Cómoestá?

—Porahora,semantieneestable,peroestashorassoncruciales.Haperdidomuchasangreytienediversostraumatismos.Puededespertarencualquiermomento,entonces,veremoscomoestá.

—Necesitotomaraire.—Arkadiselevantódesuasientoysefue,sindecirnadamás.

—Estáconmocionada,esnormalenestoscasos.—Lesdijoelmédico—.Necesitaráalguienenquienapoyarse.Lespuedorecomendarunpsicólogo.

—Noseránecesario.—Cadenlasiguió,muchospasospordetrás.

La alcanzó fuera del hospital, junto a su coche.Ledaba la espalda, nohacía falta ser ungenio para saber que Liva se estaba culpando por lo deBosco.No le iba a servir demucha

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utilidadsiesesentimientoseapoderabadeella.Tampocolegustabaquealguiensesintiesemal,aunqueestapersonafueraunDamnare.

—No sigas flagelándote por eso. —le respondió el silencio—. No podías saber queAstarothleencontraría.

—Perodebería.—Unsutilmovimiento lehizover las lágrimasensurostro.Comosisehubierapercatado,selimpióconlasmanoslasmejillas—.Tendríaquehabermemarchadohacemucho.—MirósumarcadeDamnare—.Desdequeapareció.

—Esoesloquelegustaríaatusenemigos.Solaestarásmásindefensa,unapresafácil.

CadensesentóenelcapódesuAudieinvitóasucompañeraaseguirsuejemplo.Nolastenía todas consigo, pero acabó accediendo. La noche no era particularmente fría, algo queagradecíaArkadiconsucamisetaysuchaleco.Aunasí,agradecióeldetalledeCadencuando,sinmediar palabra, se quitó su cazadora de piel y la dejó caer sobre sus hombros. Se estabaempezandoaconvertirencostumbre.

—¿Puedo preguntar cómo una chica rodeada de policías acaba siendo una cazadora?—preguntó.Lasambulanciaspasabana su lado, sus sirenaseran silenciosasparaellos.El lugardondehabíanaparcadoestabaalejado,enlaotraaceradelhospital.Habíapocospeatonescerca,unsitiogenialparasincerarse.Arkadisonrióymiróhaciaelsuelomientrasrecordaba.

—Estuve a nada de seguir los pasos familiares. Desde pequeña, mi sueño era ser unaheroína, como lo fue mi padre en el cuerpo. Luego, cuando murió, me sentí obligada acontinuar.Ericyyoloteníamostodopreparadoparaentrarenlaacademia.

—Y,¿quépasó?

—Fue laúltimasemanade lasvacaciones,cuandopor fin terminéel institutoyyaestabapreparadaparamiinicioenlaacademiadepolicía.LasVegaseslaciudaddelpecado,unlugarhermosoperopeligrososinosabesdóndetemetes,ynotepuedesexcluiraunquehayasvividoaquítodatuvida.

«No recuerdo qué estaba haciendo esa noche en la calle, ni dónde estabanmis antiguosamigos,gentequenoentendiódespuésmi comportamientoy sealejó.Poraquel entonces,misnociones de lucha eran muy básicas y, por supuesto, no tenia arma alguna. Una situacióndelicada si te topas con un par de vampiros. Ahora mismo estaría muerta si no fuera porMalcolm.»

—Unmomento.¿MalcolmDitch?—Arkadiasintióconfirmandoelnombre—.Esetíoeraunodeloscazadoresmásrespetadosdelosqueheoídohablar.Tengobuenafama,perosiempreestaré en su estela, jamás le alcanzaré. Entiendo que esos extractores de sangre no tuvieronmuchoquehacer.

—Másbien,nada.—Ambosrieronjuntos,imaginándoselagranhazañadeMalcolm—.Elcasoesque,quisohacermecreerquemehabíapasadoconlabebida.LoqueDitchnosabíaesquenobebía,porlomenoshastalodelaMarca.Soncosasquepasancuandotupadretellevadeniñaavercadáveresdeborrachosalamorgue.

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—Allíconocisteelmundoreal.—SiguióCaden—.Unavezentras,nopuedessalir.

—Malcolm accedió a adiestrarme. Desaparecí de mi casa durante una buena temporada,hastaquemelaspudeapañarpormímisma.Luego,fueasesinadoynotuveotraquevolverycontarletodoamimadre.Mecreyóalinstante,Giorellifueelmásdifícildeconvencer.YEric...Bueno,élesuncasoaparte.

—Nolosabe,¿no?

—Nifaltaquelehace.Yosalvovidas,élsalvavidas,cadaunoasumanera.Noquieroqueconozcaesto,éltieneunavidayesfeliz.¿Ytú?—Ahoraletocabaaellainterrogarle—.¿Cómopasastedeunavidacómodaapelearcontraelinfiernotodoslosdías?

—Elinfiernomebuscóamí.Mipadredesapareciócuandoerapequeño.

—Teníasdiezaños.Eraunimportanteempresario.

—Quevendiósualmaacambiodenada.Cuidéamimadrehastaquemurióporculpadelcáncer. O eso decían los médicos, yo creo quemurió de pena. Luego, me embarqué en unabúsqueda, creía con todas mis fuerzas que estaba vivo. Incluso, aunque debía reprocharle elabandono,meimaginabaanosotrosdos,enunlugartranquilo,tomándonosunosmargaritasyriéndonosdetonterías.Yotambiénpequédeingenuo.Volvíaverlo,peronoeramipadre.Eraunmonstruo.Setransformóenundemonioynodelospacíficos.

—¿Tuvistequematarle?

—Esafuemiprimeraintención.Peronofuicapaz.Asaberdóndeestáahora.

Cadenmiróhacia el cielo estrellado.Recordar le hizo sufrir, peroArkadi se acababadesincerar,debíapagarleconlamismamoneda,esaerasucredo.Sesorprendióalsentirunpesosobre su hombro.Suspirando,Arkadi se había apoyado en él.Ella ni se dio cuenta de lo queestabahaciendoynopensabaserélquieninterrumpieralamagiadelmomento.Derepente,unaestrellafugazpasóvolandoporelcielo.

—Pideundeseo.—ledijoaArkadi.Ellamiróunsegundoalcielo,buscandoelobjetoquerápidamente,desapareció.

—Solotengounoynocreoquesecumpla.Inténtalotú.

Cadenlarodeóconsubrazomientrasdescansabadeesedíatanagitado.Porsupuestoquenosehabíaquedadosindeseo.LoquenosabríajamásArkadiesque,deentretodoslosdeseosque Caden Ford pudiera albergar, todos los anhelos que escondía bajo su dura armadura dechicomalo,esanocheamboshabíancompartidolamismailusión.

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14

Pacífica,tranquila,llenadepaz.AsíeralarespiracióndeLivamientrasdormía,tapadaconuna chaqueta que no era la suya. Juwan sabía que incumplía todas las normas de su mentorestandoallí,peronecesitabaasegurarsedequécaminoelegir.Noeralomismojugarconlavidadeinsignificantesdemoniosodemortalesquelesiríamejorconlamuerte.Conocíaeldolordeesamujer,lasdudas,estabanconectados.Juwansentíadeunaformamuyintensalasvibracionesque le indicaban la presencia cercana de la Damnare, y podía imaginarse perfectamente elmotivo.

Mientras lamiraba desde la ventanilla, se preguntaba qué habría vistoGabrielle en ella.¿SabríaantesdedirigirseenposdeValefarloqueocurriríaosolofuemalasuerte?Estrechaeralalíneaqueseparabaalosángelesblancosdeloscaídos.Amboseranarrogantesymirabancondesprecioalosdemásseres.

Élmismo lohacía, aunquenocon lamisma intensidadque suscongéneres.Poco tiempohabíapasadodesdequeseencontraraenlasituacióndeLiva,ahora,algunosretazosdesualmasobrevivían,agonizantes.Contodaprobabilidad,estosjironeseranlosquelehacíanestarallí,envidiandoalapelirrojaenlamismamedidaquesentíalastimaporella,porsudestino.

Sintiendo una sensación extraña, mezcla de confort y alerta, Liva abrió los ojos. Ver aJuwanfuera,mirándola,hizoquetodosucuerposepusieraentensión.Ensegundos,sepusoenpieysealejótodoloquepudosinsalirdecoche.

—Notengasmiedo.—Juwanalzólasmanos,enseñaldepaz—.Vengoaayudarte.

—Yvoyyoymelocreo.—Buscólaspistolasensucintura,sabiendoquenolevaldríandenada. Era joven, pero era un caído. Intentando distraerlo, decidió seguirle la corriente—.¿Ayudarmecómo?

—Amorir.—PuntualizóJuwan—.Noquieresseruncaído,esaeslaúnicasolución.

—¿Estás tonto? —dijo apuntándole al pecho con el arma. Le había dado un vuelco el

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corazónaloírlapalabraayuda,peronoseesperabaunaopcióntandescorazonadora—.Novoyacaer.Seguiréluchandoparaevitarlo.

—Esas no son tus palabras,Damnare. Sabes que estás perdida.—Juwan mostró cara dedesaprobación.Luego,mirólachaquetaqueLivaaferrabaconfuerza,entendiéndolotodo—.Eselcazador,¿no?Eselquetedaesperanza.

—Cállate.—leadvirtióArkadi.

—Nopuedocreerqueestéstandesesperadacómoparaescucharaquiendeseamatarte,nosinantesllevartealacama.

—Hedichoquetecalles.—EltonomolestodeJuwantornóelenfadodeArkadienira.Nopudocontrolarse,unagranráfagadevientoapareciódelanada,rompiendoloscristalesdelaparte trasera del coche, dónde estaba ella e hizo temblar a Juwan, menos protegido ante elvendaval al estar fuera, haciéndole volar por los aires. Empezaba a comprender el interés deAstarothenesaDamnare,tuvoquesacarsusalasoscurasparaevitardaños.Siesteerasupodercomomaldita,noselaimaginabaconlasplumasfuera

—NopuedesfiartedeCadenFord.Tedejarásola,Liva.Essuestilo,teabandonarácuandomáslonecesites.Nosabestodoloquepodemosmanejarylopocoquenecesitamoshacerlo.

—Túnoleconoces.—Leespetóconunfierogruñido.Juwanrespondióaeseataquepasivoconunacruelsonrisa.

—¿Ytú?

***

Rex lanzó la botella de agua al aire, esperando divertirse un rato.Ni por esas,Caden larecogióalvuelo,sinmirarhaciaella.Desdesuvuelta,Fordestabadistante,observabaelcieloensilencio,esperandolasnoticiassobreBosco.Arkadiesperaba,dormida,enelasientotraserodelcoche,comolehabíarecomendado.

—¿Estásbien, tío?—Mosley intentódenuevoque suamigohablara.Estavez, consiguióquelosojosazulesdeFordlevolvieranlamirada.

—Estonuncamehabíapasadoantes.Dudardemimisión.

—¿Aquéterefieres?

—¿PorquédamosaArkadipordesahuciada?Lahasvisto,noalbergamaldad,eshumana.

—EsunaDamnare,Caden.Hemos leídode todosobreellos,aunque leshiciéramoscreerque estábamos en pañales. —dijo Rex, por suerte no había en el pasillo nadie más que sucompañero,nadiedesvelaría susecreto.En realidad,habíanhecho losdeberes,encuantoa loque se refería a la que creían su enemiga—. No hay solución. Trabajo con ella por ti, nocomparto,perorespetotudecisión.Sinembargo,sabesloqueocurriráencuantoacabemosconeseAstarothysuséquito.

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—No hace falta que me lo digas. —Rex dio un respingo al fijarse en los ojos de sucompañero. Hacía mucho que no veía la tristeza en ellos, ese sentimiento de melancolía ysoledadqueocultabaparadejarver fuerzaysoltura,algoquegustabamása lasmujeres.Lasestrellas eran su refugio, seres brillantes y puros ymirándolas tomó la decisióny el aplomopara confesarse ante suviejo amigoypadre adoptivo—.Pienso ayudarla,meda igual loquedigas.Nomegustarendirme.

—Nomefastidies,tío.—Arrugólafrente,imaginándosequepasaba.Cadenlosabía,callóesperandohastaqueMosleysecansó—.¿Esverdad?

—¿Elqué,Rex?

—Tegustalachica.Oh,sí,esasí.Esuncachorroabandonadoyquierescuidarlo.¿AcasonuestroCadenFordpuedeacabarenamoradoyenunarelaciónsinfuturo?

—Yonomeenamoro.Túlodijiste.

—Estavezsí.—Derepente,empezóareírse.Sesecólaslágrimasconlamangamientrassuspiraba—.Quégilipollas.

—Quemedejes.

Eldoctorinterrumpiólacharla,paraalegríadeCaden.Ahora,Boscoeraloimportante.Y,porsusonrisa,traíanbuenasnoticias.

—SeñorGardner,puedeverasuhijo.Hadespertadoytienebuenaspecto.

Siguieronalmédicoporelpasillodecuidadosintensivoshastalatercerasala.Rodeadodeenfermeras y algún médico en prácticas, Bosco seguía con la mirada a todo aquello que semovía.Sucaracambióalvervenirsuvisita.Sucuerpoestaballenodearañazosymoratones,lecostabarecordarcómohabíaconseguidosobrevivir.

ElmensajecifradoensusmóvileseravitalparaqueLivallegaseatiempo,unavezenviado,solo restaba esperar y rezar. Sintiendo el flujo de su propia sangre desparramándose por elsuelodesupiso,Chriscerró losojosydejódemoverse.Sehizoelmuerto,suestrategiaeraarriesgada.Porsuertefuncionóalaperfección.

—¿Ya está? Qué pena. —El espectro de su hermana recuperó su voz aniñada antes dedesaparecer—.Mehubieragustadopoderjugarmáscontigo,ChristianBosco.Astarothdicequeteveráenelinfierno.

El aliento en su oído, proveniente de los susurro de aquel demonio, eran su últimorecuerdo.Lavozdelmédicolehizovolverasuasquerosarealidad.

«Quémásda,ningunodeloslugareseraplacentero.»

—Christopher, ¿me oye? —Asintió con la cabeza—. Esta aquí su padre. No le pidandemasiado.—EstavezsedirigióaRex.Luego,sefueparadarles intimidad, juntoalrestodelpersonal.

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—¿Cómo estás, joven adulto? —saludó Mosley. Bosco no tenía fuerzas ni ganas decontinuarlamofa.

—Christian.—dijocondificultad—.Oshabéisequivocado.

—¿Quémásda?Esunnombrefalso.

—¿Liva?—preguntóporsuamiga.Cadenlotranquilizó.

—Está dormida, descansando en el coche. Ha sufridomucho por ti. ¿Quién te ha hechoesto?

—No lo sé, elmuycabrónno semeapareció enningúnmomento.Se escondió trasunamáscara. Y casi consigue matarme. Por lo poco que sé de este mundo de mierda lleno demonstruosestoysegurodequeeraun...¿cómosellamaban?—Semovió,molestoporeldolor—.Ah,sí.Unilusionista.Astarothloenvióparaacabarconmigo.

Rexnomiróasucompañero,nilonecesitabaparasaberque,ahoramismo,estaríaenunaposicióndepredadora,enmáximaalerta.Cadavezquesetopabanconestetipodedemonios,eralomismo.Lacrispaciónylairareprimidaafloraban,hastaquedescubríansuorigen.Unavezidentificado,eleliminabaasusvíctimasconunchistedecortesía.

—¿Cuálerasuelementosignificativo?¿Lorecuerdas?

—Nosédequémeestáshablando.—LasrespuestasdelconfundidoBosco,impacientaronmásalcazador.

—Losilusionistascreanrecuerdosysituacionesperfectas,incapacesdediferenciarlasdelarealidad. Pero se ven obligados a “firmar”, por llamarlo de algúnmodo.—Ahora tocaba lapreguntaquetemía—.¿Visteuoístealgunalechuza?

—Mi hermanamuertame estaba abriendo las venasmientras se reía. Nome percate deningúnbúhoolechuzaocualquierotropajarraco.Esperad.—Pareciócambiardeopinión—.Mihermana.

—¿Qué pasa con tu hermana? —preguntó Rex. Bosco volvió a su pesadilla, a la niñaatacándolesinpiedadconelaspectodesuhermana.Peroalgofallaba.

—Sucolgante,eraunalechuza.Norecuerdoquetuvieseesajoyanunca.

Esa afirmación paralizó el corazón de Caden. Al fin, lo había encontrado. Y, bajo lasórdenesdeAstaroth,comosiempretraselmejorpostor.Saliódelasalasindecirmás.RexledisculpóanteBoscoquesepreguntabaquédemonioslepasabaahora.

—Lo vas a hacer, nome lo niegues.—Miró a Caden—. Te conozco y es lo que llevasesperando.

—Noquieroimplicaranadiemáscuandoélestédelante.

—Túnoeressuobjetivo,loeslaDamnare.¿Cómovasahacerparaquesecentreenti?

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—Leobligaré.—Fueloúnicoquedijosobreeseasunto.Luego,cambiódetema—.NotegustaráperonecesitoquecuidesaArkadiyalchico.

—Esoniporas...

—Esunfavorpersonal.—Rextorcióelgesto—.Venga,asítedeberéuna.Teencanta.

—Loharéporelchico,noporti.

ConelcompromisodeRex,Cadensealejóantesdequecambiasedeidea.Conhabilidad,marcóelnúmerodeLivaensumóvil.Contestótraselprimertimbrazo.

—¿Caden?¿CómoestáBosco?

—Hadespertado,puedessubircuandoquieras,aunqueterecomiendoquelohagasconuncaféparaMosley;nohaynadamejorparaamansarle.

—Gracias por la información.—Sintió la sonrisa de la pelirroja desde el otro lado delauricular. Imaginárselafelizremovióalgoensupecho—.Porcierto,vasa tenerquecomprarcristalesnuevos.Juwanhavuelto.

—¿Estásbien?

—Sí, no te preocupes.Tenías razón, su intenciónno esmatarme, sinoqueme rinda a lamarca.

—Tengoquedecirtealgo.—Cadencambiódetema,nolegustabaloqueibaahacer,peronolequedabaotra.

—Dispara.

—Hedeirme.—NoobtuvorespuestadeArkadi,porloquecontinuó—.Miintenciónnoesdejarte sola,peroes lomejor.No tepreocupes,hearrancadoaMosley lapromesadequeoscuidara.

—Noesesoloquemepreocupa.

—Mehalagas,peroestarébien.—Quisodaralgodehumoralaescena,Livanoestabadehumorparaesas.Trasotroincómodosilencio,volvióaoírsuvoz.

—Juwanmehadichoalgo.

—¿Quéqueríaesemalnacido?¿Seguroquenotehahechonada?

—No,leahuyenté.—Ynoleresultómuydifícil—.Essoloque...nada,déjalo.

—¿Deverdadestásbien?

—Sí.Cojoelcaféysuboparadartelasllaves.

—No hace falta, Rex tiene una copia. Además yo ya no estaré aquí. Aprovecho paradespedirme,porahora.

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—Loquetúdigas.—Arkadilecolgó.Antesdesalir,setragósuslágrimasylasescondiójunto a la ira que la embargaba. Para qué iba a contarle que Juwan había adivinado susmovimientos. Se sentía una tonta ingenua por haber confiado en él. Un alma caprichosa quedesea todo tipo de placeres, sin preocupaciones. No le importa manipular a una mujerdesesperadaporsentiralgodeamorcuandosussentimientospendendeunasalasnegras.

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15

Arkadisubióconunatazadecaféconmoccayotradeirlandésenlamano.JuróverenlacaradeRexelreflejodeunasonrisadefelicidadalverelvasodeplástico.

—¿Cómosabíasquemeencantaelcaféirlandés?—preguntódespuésdesaborearelsuyo.Livabebióunsorboantesdecontestar.

—Tienestodalapintadeserelhombrequenosaledecasasintomarseunbuenirlandés.Cuandovivesyterelacionasconpolicías,calasalagenteconfacilidad.

—Sé de qué hablas. —Bebió otro sorbo, pensando en su pasado. Si no eras hábilpercibiendocualquiersignodepeligro,erashombremuerto.UnadelascosasquecompartíantantolosSealscomolosSpetnaz—.Elúnicodíafácilfueayer.

—¿EstuvisteenlosSeal?

—Puede.—Cambióde temarápidamente.Quéestúpido,se leescapóelviejo lemacon lanostalgia,justoconlapersonadelaquemenossefiaba—.¿Hastraídoloquétedije?

—Porsupuesto.—Desubolsocolorcaoba,cruzadosupechoporsuasa, sacó laTablet,donde Bosco podría disfrutar de su bienamado Internet. Mosley se lo había pedido en unmensaje,despuésdequeCadenlosabandonase.AhoraqueAstarothysuscompinchesconocíansu residencia, no debían volver.Quien peor lo pasaría seríaBosco, ella sabía sobrevivir conpocascosas.Ditch lahabíaadiestradoparaello.Seguía la filosofíabudista,no teaferresa lomaterial,anoserquetepuedasalvarelculo,solíaañadirMalcolm.

Recordólaúltimavezqueestuvieronjuntos,adíadehoysepreguntabadóndeacabaríasucadáver, tras aquel brutal ataque. Venían a por él y no les daba más su compañía, lo queaprovechóparaencerrarlaenelarmarioantesdequelaviesen.Nopudovernada,solooyólosgruñidos de las bestias, los gritos de Ditch. Para cuando pudo salir, no quedaba nadie, solomanchasdesangrerepartidaspordoquierentodalacasa.

EsafuelaseñalqueLivanecesitaba,recogiósuspocaspertenenciasyvolvióacasa.Erala

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horadecontarlaverdad.Yotravezserepetíalamismahistoria,soloqueahora,suhogarnoeraellugarmásseguro,niparaellaniparalosqueamaba.ElmalestabaenLasVegas,suciudad,enla que se vería obligada a trasnochar de motel en motel, el método de los cazadorestrotamundos.Porsuerte,Rexteníaexperiencia.

—Hapreguntadoportivariasveces.—ledijoRexmientrasavanzabanporelpasillodelaUCIhastalahabitacióndeBosco—.Hasamaestradobienatuperro.

—NoséquétipoderelaciónmantienestúconCaden,peroBoscoyyosomosamigos.

Boscosedesperezóysonrióalverasuamigailesa.Teníamiedodequeesosdecidieranacabarcontododeunavez.

—Estásmejordeloquecreía.—LavozdeArkadimostrabacariñoporsucompañerodefatigas.Paraella,eraelhermanopequeñoquenotenía,alguienaquienprotegerytedabamáscosasdelasquetedabascuenta.Seacercóhastaély,consuavidadleabrazó—.Perdóname.—Lesusurróaloído.

—EsAstaroth quienme las va a pagar todas juntas, no tú.—La consoló conun breve ytiernoabrazo—.Astarothy esemaldito ilusionista.Que sigo sin enterarmedenada. ¿PorquéCadensepusoasíconlalechuza?

—Nitevaniteviene.—contestóMosley.OírotravezsunombrelahizorecordaraJuwan.Agradecióelencargoporlasencillarazóndeevitarverleirseporcasualidad.Sesintiófuriosaconsigomismaporhaberconfiadoenél.Debíahabérselo imaginado,erasurollo,cazarsolosinotrocazadorasusalrededores.Losdemásseconvertíanenunamolestiaparaél,yusabaasumatón rubio para que no lesmolestasen.Estábien,Caden, se dijo para símisma, tendrás tudeseoconcedido.Apartirdeahora,seguiríasucaminoy,sihicierafaltamataríaaAstarothsola.

—Tengoturegalo.—ArkadiletendiólaTablet—.¿Seguroqueaquípuedesusarla?

—Comotequiero.—Livadudodequieneraelreceptordeeseamor,ellaoelaparato—.No te preocupes, nadie me ha atrapado nunca. —Le guiñó el ojo—. Y si la CIA me siguerastreandoenHungría,noseráestehospitalelquemeencuentre.

—Eso, que les den a los aparatos y a las personas conmarcapasos.—Arrugó la frenteMosley.

—Pamplinas.—SuspiróBosco—.Todoelmundoentraavisitarasufamiliaconelmóvilencendido,ynadiehasalidovolandooachicharrado.Esperaréhastamañanaenplantasiestásmásseguro,peromevoyaaburrir.—Seretractó,sinquenadielereprocharamás.

—Paraélesungransacrificio.—ledijoLivaaRex.Ambosserieron.

—Muygraciosa.—respondióalchistedeArkadi—.Loquequeríaeramostrarosesto.Loencontréantesdemivisitanoanunciada.

LestendiólaTablet.ElarchivoabiertoeraundocumentocopiadodeInternet,lerecordabaa las hojas de las guías telefónicas. Chris había buscado una dirección, introduciéndose en

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archivos clasificado. Y tenían lo que Liva ansiaba encontrar, después de la solución a sumaldición.LadireccióndeGabrielleMathews,enLasVegas.

***

JohnMathews se dedicó toda lamedia hora que le quedaba, en buscar los pendientes deLindsay. Su hija tenía un gran disgusto porque no aparecían y él no quería que extrañase elúltimo regalo de sumadre por su octavo cumpleaños. Finalmente aparecieron, dos angelitos,con aureola incluida, plateados. John siemprepensaba en sumayoría de edad, cuando él y sumujer le explicasen la extraordinaria situación de su familia. Desde su nacimiento, tenía enmente esa fecha, pero sumujer le sonreía y le decía que no se preocupase.Confiaba en ella,nadiemejorparaexplicarlequesignificabaserlahijadeunángel,susventajaseinconvenientes.Ahora,nosabíasilaverdadseríalomásadecuadoparaella.

—Loshasencontrado.—LasonrisadeLindsayanimóelcorazóndesupadre,haciéndoleolvidar sus dudas. Todavía era temprano, le quedaban diez años para poder disfrutar sinpreocupacionesdesuhija,antesdequeunasalasyunpoderextrañocomplicasenlasituación.Seagachóyselospuso,igualcomohacíasumadre.

—Estoymuyorgullosodeti.Ytumadretambiénloestá.

—Nome podrá ver hoy.—dijo la niña. Esa noche, debutaría en el teatro de su colegiocomolaestrellaprincipal.SeríaRicitosdeoro,enelcuentodelostresositos,algoporloquesumadrehabíaluchado.Gabrielleconocíalailusióndelaniñaporhacerdesupersonajefavorito,pordesgraciaelpapelestabareservadopara lahijadeldirector,unapésimaaspiranteaactrizmal encarada. Una vez supo de tal injusticia, Gabrielle y un grupo de madres indignadas,cansadas de los continuos concursos infantiles en los que el director favorecía a su familia,invadiósudespachoynosalierondeallíhastaqueconsiguieronloquequerían:elcarteldelaobraanualsemodificó,dandocabidaamásniñosquenofuerandelcirculodelamalcriadahija.

—Síquelohará.—DirigióaLindsaysumejorsonrisa,ocultandoeldolordelapérdida—.Contodoloquehahecho,¿creesqueselovaaperder?—Miróhaciaarriba,paraquesuhijaleentendiese.Gabrielleremoveríaelcielo,quitándolelasllavesaSanPedrosihiciesefalta,parapoderverasupequeñacaracterizadaporlachicadelcuento.Lindsayloentendióyabrazóasupadre.

—Tequiero,papá.

—Yyoati.Vamos,elautobúsestaráapuntodellegar.

***

Desde el banco junto a la parada del autobús, observaban como el transporte escolarespecialseiba,llevándosealapequeñaLindsay.LasmañanaseranimposiblesparaunareuniónconelmaridodeGabrielledebidoasutrabajoyLivasenegabaahablardeunamadremuertajuntoa suhija.Por eso, laobrade teatroy suensayo final esa tarde lesveníadeperlas.Unavecina miró con malos ojos a Mosley, no era la clase de vecino que se esperaba en esaurbanización.Unavezledevolviólamiradaylasaludó,sevolvióalacasa,sintenerlastodas

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consigo.

—Deberíamosactuarpronto.—ledijoaLiva—.Creoqueahoramismoestánllamandoalapolicía.

—¿Sueleocurrirtemucho?

—Bastanteamenudo.Cadeneselúnicoquepuedefingirserunchicobueno.Hablandodeeso,¿tienestapadera?

—Nolavamosanecesitar.—Livaselevantóensilenciodelbancoycomenzóacaminar.ResignadoalcarácterdelaDamnare,Rexsuspiróylasiguió.PrometióaCadencuidarlos,sinembargosus intencionesempezabanadesvanecerse.Lamalditanoponíamuchodesuparteyseguíasinconfiarenella.

Tras el timbrazo musical de la puerta, solo pasaron unos segundos antes de que JohnMathewsabriera.

—¿Enquépuedoayudarles?—dijo,mirandoconreceloaRex.Ésteempezabaadivertirseconlasreaccionesqueprovocabaenelvecindario.

—MellamoLivaArkadi.—sepresentó—.Megustaríahablarconusted.

—¿Dequé?

—Desumujer.

—¿Son ángeles blancos o caídos?—Tal comoLiva se imaginaba, JohnMathews no eraningún ignorante. No sabía si esa intuición había sido lógica suya o, quizás Gabrielle se lohubiesemencionado.

—Ni uno ni lo otro—Continuó Liva.Almenos, por ahora, pensó antes de proseguir—.Sufrodeamnesiaretrógrada,perocreoqueestuveconGabriellecuandomurió.Yqueellamesalvólavida.

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La casa le recordó, aArkadi, su viejo hogar, cuando aún su familia estaba junta.Con elestilopropiopopulardeclasemedianorteamericana,buscandoconcadavezmáséxitoelsueñoamericano,elsalónestabarepletodefotografías.AlveralasonrienteGabrielleconsubebéenbrazos,sintióqueseencontrabaenellugarapropiado.Bosconosehabíaequivocado.Aunque,esoeraimposibletratándosedeChrisysutecnología.SelosveíatanfelicesyahoraJohnestabasoloycuidandoaunahijaquenovolveríaaverasumadre.

—Losiento.—Unasensaciónincómodaleoprimióelestómago,necesitabadisculparse—.Nopudesalvarla,nisiquierasésituveopciónolointenté.

Johnlevantólamano,indicándolequenohabíanadaqueperdonar.

—CuandomecaséconGabriellesabíaaquémeatenía.Ellahabíaperdidoelcontactoconlossuyos,loquenoqueríadecirque,sidescubrieraelparaderodeuncaído,oésteeldeella,noactuara.Eramásuninstintoqueunlegado,medecía.

—¿Qué sabía de la condiciónde sumujer?—preguntóMosley—. ¿Ledecía algo de susorígenes,sumisión?

—Pocoonadahablabadel tema.—dijo,conunasonrisa llenadeamor, recordandoa suesposa—.Ellaseconsiderabaunahumana,casadacomoestabaconunodenosotros.EldíaqueLindsaycumpliera losdieciochomehubieraenteradodealgomás.Ellaesunángel,comosumadreyseleotorgaránciertosdones.Pero,yosolo,nosécómoexplicárselos.

—Seguroqueloconsigue.—Dudóantesdepreguntar—.¿Nolecontaríaalgunavezcomoconseguíanmatarauncaído?Elladebíahacerlo,yustedpuedequelonecesitaraparaprotegersedevenganzas.

—Losiento,perono.—Negóconlacabeza—.Cómodijeantes,eramuyprotectoraconsussecretos.Másqueunaheroína.—Ensuslabiosseperfilóunasonrisanostálgica.Laechabademenos,seveíaaleguas.Sinimportarloquedijera,Livasesentíacadavezmásculpable—.¿Por

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quémelopreguntáis?

—No pude salvar a Gabrielle, ahora estoy pagando. —Le enseñó el símbolo de losDamnare—.Eseldistintivode losmalditos.Notengosalvación,peroquieroseguirel tiempoquemequedeterminandolamisióndesumujer.

—Lamentonopoder serte de ayuda.—Johnparecía afectadodeverdad—.Laúltimavezque lavi,mebesóymedijoque teníaquevolveracumplir sudestino, la llamadadeldeber,decía.Posiblemente fueenestadóndeosencontrasteis.—Johncallóunmomento, recordandoalgo—.Creoquemehablódeti.

—¿Demí?—preguntóLiva.

—Alhablarmede la cazadeuncaído,me llenédemiedo.Nunca sabesquiénvaa ser elvencedor, temía por la vida demimujer y, como ella, por las represalias hacia nuestra hija.Entonces ella sonrió y me desveló que, posiblemente, esta vez no estaría sola. Le volví apreguntarsisuhermanouotroángelblancolaayudarían,cosaquemeparecíaextraña,siendocómofuerepudiadaporsufamiliaconnuestroenlace.Ellalonegó.Nomedijomás,pero,porloquemedices,puedequemehablaradeti.

—¿La conocías, entonces?—Mosley no podía aguantar la pregunta durante muchomástiempo.Sinrespuestasymáspreguntasqueañadiralalista,esperabanfueradelacasaatenerunlugaradondeir.

—Nolorecuerdo.—EsacanciónempezabaaresultarlemolestaaLiva—.Cadaveztengomásdudasdecuánto tiempoheolvidadoenmimente.Simplemente recuerdo su rostro,y losdesconocidosmeconocenmejorqueyo.Empiezoaestarcansada.

Enlaparadadelautobús,Arkadidejoreposarsuespaldaenlaseñaldeparada.Eltiempohabíacambiadocon rapidez, comosiempreenLasVegas.Fina lluviacaía sobreella,poco leimportaba. Con suavidad, su espalda resbaló y sus piernas perdieron fuerza, hasta que acabósentadaenelsuelo.RexaguantópacienteelderrumbedelaDamnare,eranuntemafrecuenteenla vida de sus allegados. Y, qué diablos, de la suya también. Cómo si no, recordar esosvergonzososmomentosen losquesupistolaencontrócobijodentrodesuboca,alentadoporalgodesconocidoparanodisparar.Rebecahabíasidosuvida,loúnicoporloquevivir.Hastaquedesaparecióy,conella,todoelmundoasualrededor.

—¿Vasadejarlo?Así,sinmás.—Oírenunapalabraresumida todo loquehabíandicho,solíahacerreplantearladecisióndelrendido.Aunque,parahacerefecto,variaspalabrasmásdealiento eran una gran ayuda, una que no pensaba gastar en ella. Tenía otras preparadas parahacerlareaccionar—.Creíaqueloscazadoreseraismásfuertes.Cadenseequivocaba.

—Nomemencionessunombre.—Lairasedejóentreverensusojos.JustoloqueRexseimaginaba, algo extraño se llevaban esos dos. Cosas de cazadores, aún no entendía si eranrivalidades, celos o sentimientosmás viscerales.Necesitaba aprendermás sobre ese circo debestias,seasemejabaasuviejomundoenlasfuerzasespeciales,por lomenosdeunamanera

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superficial. Por lo poco que conocía a Caden, los cazadores eran una especie de difícilinvestigación.

—Eselmejornombrequepuedodedicaralafuerzaytesón.Nuncadejanadaporhacer,daigualeltiempoquelecueste.

—¿Ah, sí?—No pudo ocultar el sarcasmo en esos monosílabos—. Por supuesto, él esperfectoyjamásabandonanada,nianadie.—Remarcóestaúltimapalabra,dolida.

—Por fin.—se rió—.Así que es eso. Piensas que nos ha abandonado.Que te ha dejadoaquí,solayconmigo,esperandoelmomentopropicioparadarelrematefinal.

—Déjameenpaz.

Rexsacósuarma,lamismaqueleacompañabadesdesuregresoaEstadosUnidos.ApuntóconellaaLiva,queniseinmutó.Noapartólamiradadeél,ignorandoelarma.Comocazadora,manteníalafríamiradaylosnerviosdeacero.SealegróporunmomentoquenofueraúnicodeCaden.Leenervaba.Prontosediocuentaquenoeraélaquienmiraba,sinoaalgotrasdesí.Susojoscambiaron,estabanaterrados.

—Proklyatie[7]

Enesemomentolevio.EricTongestabafrenteaellos,conlosojosabiertosysinentenderlo que veía. La llamada rutinaria que llegó al departamento, hizo que se activase su instintocuandooyóladescripción.Vaga,perosupadreleenseñoaoíresavozdepolicíainterna.

Sinembargo,ahoramismo,hubierapreferidoignorarlo.

—Liva.—DespuésmiróaRex—.¿Quéocurreaquí?

—¿Quiéneséste?—preguntóMosley—.Nomedigas.¿Unpoli?

Tong,traselchoqueinicial,actuócomodebía.Sacósuarmayleapuntóconrapidez.

—RexMosley,quedadetenido.

—¿Vaenserio?—Asudetenidonoleimportabalomásmínimosuarma.Soltóelarmaylevantó lasmanos,divertido.Le ignoraba,hablandoconArkadi—.¿Fue tunovio,oalgo?Lodigoparapedirtequecierreslosojosmientraslodesarmo.

—Nadielevaahacerdañoanadie.—Livadiounospasoshaciasuamigo,concuidado—.Eric,porfavor.Necesitoexplicártelo.

—No necesito saber nada.—La sequedad de su voz, le llegó al corazón. Tong siemprehabíacreídoenelhonoralaplacay,segúnloqueveía,ellaeralavergüenza—.Harécomoquejamástehevisto.Tómalocomoelúnicofavorqueteharé,ynoporti.PorJason.

Latensióncrecíapormomentos.LivaintentóquesumiradapudieraablandarladeTong,algoquesabíaqueeraimposible.Rexempezabaacansarse,ledolíanlosbrazosysupaciencianoeraconocidaporsuextensión.

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—Vistoqueyanoquieresertuamigo,nohacefaltaquecierreslosojos.—Mirófríoasuobjetivo,analizandosuspróximospasos.La situaciónnoera tanmala, solonecesitabaqueseacercara a él. ¿Y si usaba a Liva como escudo? A fin de cuentas, seguía importándole. Rexreconocíaalosmaderoshonradosylodifícilqueeradejarpasarunimplicado.

—Nise teocurra.—Tongretrocedióunospasos.Sudedoacaricióelgatillo.Nopensabadejarleescapar,daba igualsi lodeteníavivoomuerto.Rexbajó losbrazos,cansado.Un levemovimientoinocenteterminóconunamanoescondiéndoseentrelosplieguesdesuropa.Tongno se arriesgó, el sonido sordo le advirtió del movimiento involuntario de su dedo. Esperopacientequesuvíctimacayesealsuelo,luegollamaríaalosrefuerzostrashacerhuiraArkadi.Loquenoimaginabaeraverlainterponerseentreellos,conmásrapidezquelamismabala.ConunafuerzaquesupequeñacomplexiónnodejabaentreverempujóaRex,tirándoloalsueloconella.

—Malditasea,¿porquélohashecho?—LerecriminóaArkadi.Elgolpelahabíadejadoconfusaenel suelo.Rexcomenzóa levantarse,hastaquevio lamanchacarmesíen supecho.Tonglovislumbródespués.

—Liva.—Larecogióensusbrazos.Ericolvidóquieneraelhombrequeestabaconélysetiróasulado,juntoasuamiga.LaDamnarenosemovía.RexexaminósupulsomientrasTongesperaba,ansioso.Lacaradesencajadadelcriminallehelólasangre.

—Lahasmatado.Joder,estámuerta.

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17

LalluviacaíaintensamentedesdeuncieloestrelladoyeraunanocheheladaenLasVegas.Un día de mierda que desaparecía tras las puertas del Mirage. Los dados del casino podíantransformarseentumaldiciónluegodeserlapanaceaatusmiseriasconasombrosafacilidad.Afindecuentas,eseeraelsecretoavocesdeloscasinos,ellossiempreganaban.Peroesanormanoservíasi suclienteeraun ilusionistacomoRoach.Suvidasedefiníaconvariosadjetivos,todos desagradables y míseros. En las calles donde creció, lo mejor para poder ver otroamanecerconsistorialera serunmagnifico fantasma,no llamar laatención.Por lo tanto,éstaseríaunanochetriunfalseguidaporvariosdíasdesequía.Luego,aotrocasinoyasínochetrasnoche.LasVegaseraunaminaparahombrescomoél.

Otro siete, la mesa explotó en júbilo. Roach se peinó una vez más su flequilloarmoniosamente descolocado como señal de celebración. Las fichas volvían a su posiciónmientrassuchica,laencantadora,jovenysexyDebbieleaferrabaconfuerza,mientrassiguieraganando así. Una camarera le acercó un cóctel de color azul que aceptó. La chica del día,Debbie, asesinó con lamirada a lamuchacha, hoyRoach era la estrella y ningunaotra zorradisfrutaríadeeseefímerobrillo.

—Invitaelhombredelabarra.—dijo lacamareraantesde irse,acobardadayheridaporDev.

—Hoy es el día perfecto, la suerte me sonríe, tengo a ésta preciosidad ami lado ymeinvitanacopas.—dijoenvozalta,paraquetodoslooyeran.Levantólacopaylamesaenteravitoreó. Y luego él era la cucaracha rastrera, pensó—. Saludemos a mí fan número uno.Perdona,muñeca,seráeldos.—respondióalquejidodeDebbie.

Se odió a sí mismo por querer conocer a su benefactor en el mismo momento que loreconoció.Sihubierasabidoqueestabaaquí,elaviónmásrápidonoseríanadacomparadoconél.Apesardetodo,eramomentodemantenersefirme,lomenosquequerríaahoraenfadarauncazadorconprestigio.

—Caden,amigomío.—Sobreactuóconsusgestosmientrasseacercabaaél.Diograciasa

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queDev prefirieramantenerse cerca del dinero, incluso dándole la espalda se imaginaba lasmiradas interesadas que se dirigían a su misterioso amigo. ¿Cómo un pantalón tejano, unacamisaazulmarinoyunachaquetadepielpodíansentar tanbienaunhumano?¿Seríaporelcuerpotonificadodelcazador,o lasengatusabalacombinacióndesumiradafríaysusonrisapícara?—.¿PorquénomehabíasdichoqueestabasenLasVegas?

—Porquequeríaverte,ynoconformarmeconelpolvoquelevantaríasalhuir.

—Sérápido;¿quieres?—Roachdejódefingir,ahoraquenadiepodíaverle.Cadensonrióconmásganas.Éstesíeraelgranujaqueconocía.

—¿Dónde está el tipomajo de antes?—Cadenmiró conmalicia una de las cámaras delMirage.TantoélcomoRoachsabíanlas limitacionesdesuspoderes.Luegovolvióamirar lamesadedados—.Aestosignorantes,lospodrásengañar.,peromeconocesyrecordaráslobuenobservadorquesoy.—Señalóa lamarcaespecialdel jugador,undibujode lasombradeunacucarachaenunaesquinadelamesa.

—Ylosobradoqueandasenautoestima.

—¿Quéteparecesihabloconesegorilayledigoquemirelascámarasdelamesaseis?

—No,no.—Suspodereseranexcelentes,peronopasabalomismoconelradioenelqueafectaba.Sihabíaelegidoesamesa,eraporelpocodineroquecorríaporella,encomparacióna otras, mucho más vigiladas desde el centro de vigilancia. Si alguien viese las cintas, seextrañaríadevercomoelencargadodelamesaledabadineroaespuertasaeserufiánquenohacíaotracosaqueperder—.Estábien,dimequéquieres.

—Me conformaré con información y tu sonrisa torcida.—Caden sonrió ante la miradaasesina de ese timador. Sería de hombre cruel pero disfrutaba con ello—. Lacad está aquítambién,enlaciudad.Quierosaberdónde.

—Pídemeloquequieras,peroesono,porfavor.—Roachrogóclemencia.

—¿Desdecuándoteimportatraicionaralostuyos,Roach?

—EsquetúnosabeselpoderquehaacumuladoLacaddesdelaúltimavez,Caden.—Roachmoviólacabezadeunladoaotro—.Estáconlospecesgordos,eselprotegidoylacayodeungranser.Nadieletoseahora,tío.

—Noleimportarásisoyyo,créeme.

—Arriesgarseesdesuicidas.Delátamesiquieres.

—Quélástima, te tolerabacomolaratacobardequeeres,perotanto...creoqueyanomemerecelapenaseguirmirandohaciaotrolado.

Roachseestremecióalsentirelfríocontactodeunarma.Cadenlahabíaescondidoenelforro de su chaqueta, preparado para evadir los controles pertinentes. Ese era el sino de loscazadores:sidejabasdeportartebieno,simplemente,notraíasbeneficios,volvíanaporticomosifueraselciervoerrantequeescapabadelosfarosdelcoche.

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—Deboadmitirlo,teecharédemenos.

—Espera, espera, espera. —Roach le calmó lo más rápido que pudo. Ahora vivía biencomoparamorir—.No te puedo decir donde estáLacad, pero no pasa nada si seme escapaquiénpuedesaberlo.Unhumano,unmatónprofesional.—ApresuróalmovimientoimpacientedelamanodeFord—.SellamaBen,BenCurtis.

—¿YdóndepuedoencontraraBenCurtis?

—Leconocíenunbar,puedocrear ilusionesperoparargolpesnoesmifuerte.—Cadenvolvió a balancear el arma, no le interesaba su historia—. Es muy aficionado a las peleasilegales,siesoteayuda.

—Bastante.—Cadensonrió,loquecalmóalgoaRoach.Volvióaesconderelarmaylediounaspalmadasenelhombroantesdeirse.

—Piensaenmícuandotriunfes,cucaracha.

—Oh,vengaya.—RoachmiróhaciaDebbie—.Nomejodas.

***

CadenaparcósuAudienelgarajedelcasino.Lesorprendióverloconcurridoqueestabaellugar.Evoryeradiscreta,debidoasusasuntosilegales,peroelmovimientodeentradasysalidaserasignificativo.Cadensepusosusgafasdesol,dejósuchaquetaenelcocheysedesabrochóunpardebotonesdesucamisaantesdeentrar.Estavez,elambientenolepillódesprevenido,unadesusmuchashabilidadeseraladecamuflarse,seruntipomásdondequieraquefuese.Nosiemprepodíapasardesapercibido,sunombreteníareputaciónyesoeraunarmadedoblefilo.Pero,ledabaigual,siempreeradivertido.

EncontróalaCarriganmásrápidodeloquepensaba.Evoryvestíauntrajecolorazabachedecoradoconlentejuelas,comosifueraadesayunaralafamosajoyería.Ensusbrazos,ungato,negrocomolanochesinluna,reposabamimosoactuandocomoelcomplementoadecuado.Elperezosomininodejócaersumiradaenelcazadorquelellamó.Curiosamente,Evoryviocómosuadoradofelinosedeslizabadesusmanosparacaminar,maullando,hastaunviejoconocido.

—SeñorFord.—Saludósorprendida—.Veoquetienebuenamañaconlosanimales.Sobretodosisonhembras.

—Que le voy a hacer sime encuentran encantador.—Le devolvió la gata a su dueña—.¿Cómosellama?

—Pantera.—RugióEvorymientrassumiradapícaraleexaminabadearribaaabajo.Unavezsesintiósatisfecha,centrósuatenciónenotrosasuntos—.Esextrañoverteaparecerporaquísolo.¿Liva...?

—Arkadi está bien.—O eso esperaba. Dejarla conMosley no eramuy seguro, dado suactitud y temperamento, pero no le había quedado otra. En esta caza, trabajaba solo. SeimaginabaqueesonolehabíahechonipizcadegraciaalaDamnareylereconcomíanopoder

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habersedespedido.Estonolohacíaporsímismo,tambiénporella,intentóconvencersey,tardeotempranoseloagradecería—.Vengoenbuscadealguienytúpuedesayudarme.¿ConocesaBenCurtis?

—¿Que si lo conozco? —preguntó seguido de una discreta carcajada—. No sabes quésucedehoyaquí,¿verdad?Eslanochedelosdesafíos,hoylaarenaestáabiertaparatodoaquelqueseatrevaaretaraunpoderosoluchador.Y,estanoche,Curtisesesaamenazaimbatible.

—Perfecto,necesitohablarconél.

—Bennohablaconnadiequeno lehayaderrotado.Esbastantearroganteycreído,perosabe hacer lo suyo.Y acumula tanta agresividad a su alrededor queme nutre solo con cincominutos.

—Estábien.Ponmeenlalista.Lucharéconél.

—Oh,diosmío.—Evorytemblabadelaemoción—.Deberíashabérmelodichoantes.UnaluchaentreCadenFordyBenCurtisatraeráamuchagente.Quedanpocashoras.¡Lisa!—Llamóasuasistente—.Anunciaquetenemosuncombateestrella:BenCurtisseenfrentaráenunmanoamanoconCadenFord,elcazador.Vamos.

—Entonces;¿Estoydentro?

—Claroqueloestás,encanto.Ahora,acompáñameatucamerino.

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18

Evorysereservóelmejorlugardelrecinto.Panterasaciada,consulatademoussedepatoyverdura,habíapreferidolacomodidaddeldespacho.Juntoauncóctel,esperópacienteaqueCurtis jugase con aquel temerario. Poco tenía que hacer ese boxeador venido a menos deChicago, la faltade estrategiay la falsa sensaciónde ausenciade técnica,volvíanaCurtisunhombremuypeligroso.

Apuntodeterminarlacuentaatrás,Evorysintióasuladounaenergíaquehacíamuchoque

percibía.Lademonio,unamujerrubia,conunosfelinosojosamarillos,propiosdelosCarrigansilvestres,ataviadaconunvestidorojopasiónquedejabapocoalaimaginación.Evorynopudoevitar sonreíral recordareldescarodesuviejaamiga,elcual le traíadecabezaa sudifuntopadre.

—Circe,¡quésorpresaverte!Creíaquetenegabasasalirdeldesierto.

—Unasituacióncomoésta, lomerece.—dijo lamujer.Mirócon impacienciaa laarena,

situadavariosmetrosbajoelpúblico,formandounanillodesangreyviolenciaquelasCarrigandisfrutaban—.¿Eselsiguiente?

—Sí. —No necesito más información, el cazador había llenado el recinto en breves

instantes. El problema había sido convencer a todos los seres sobrenaturales que, en susdominios,estabavetadointentarmatarle.EseeraeltrabajodeCurtis.

Laalgarabíafuesuficienteparasacarlasdesuselucubraciones.EraelturnodeCaden.

Había seguido con atención las peleasde supróximo rival, buscando suspuntosdébiles,

comopodríaderrotaraesamoledemúsculos.Lahoraestabaaquí,laspuertasseabrieronynopodíademorarmássusalida.Seaseguróque lascintasqueprotegíansuspiesestuvieranbiensujetasantesdeenfrentarsealamasa.SuactualvestimentaseajustabaalaqueEvoryobligaba

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poner a sus luchadores. Sin zapatos, Caden se decantó, de entre varios atuendos, un cómodopantalónestilobombachonegro,conunpañuelodelmismocolorrodeandosucadera.Muchosluchadoresutilizabanunacamisetadetirantes,peroFordsesentíamáscómodoconelpechoaldescubierto. La cicatriz de su pectoral izquierdo no desfavorecía su aspecto, con unosabdominalesmarcadosenunnivelrazonableyunapielteñidaporelsol,peronobronceada.Elsolnoerasumáximaafición,porloquesupielnopodíacurtirsehastaelmorenodevacacionesenMiami,algoque,enparte,agradecía.Lapielmorenanolesentababien.

Surivaleratodolocontrario,depieldoradahastalasaciedad.Sucuerpohabíasuperado

loslímitesdecentesdelcultoalcuerpo.Vestíadeunaformaparecidaaél,soloquedeuncolorblancomarfil.Sumiradaoscura lebuscaba,penetrantey furiosa.Conocía la reputaciónde surival, quémejormanera de acabar su noche que dándole una paliza a ese gran cazador. Susclientesnohumanos,aumentaríancomolaespuma.

Lacampanillasonó,aumentandolosvítoresdelpúblico.Empezabalacarnicería,todavíano

tenía clarodequién.Caden semovióconagilidaddeun ladoaotro.Legustabadejarque surivalcomenzaseelbaile,paradescubrirdequépiecojeaba.ElprimergolpelodioCurtis,Fordseapartóenelúltimominuto.Porlovisto,eraunhombrequedabaprioridadalafuerzabruta.Sabíacómotrataraesagente.Dejóqueintentarádaralgúngolpemás,antesdedarleunsopapoen toda lacara, con lamanoabierta.Curtis, extrañado, se llevó lamanoa lacaramientras lemiraba,estupefacto.Cadenrespondiósonriendo,ungestosimplequeenloquecióderabiaaBen.Queextraordinarialadeficienteformadecontrolarsusemocionesteníanlosmatones.Eltrucodeocultarsuformadelucharsevolviócontraél,ahoranoutilizabaningunadeverdad.Curtishabíaperdidolaconcentración,cosaqueFordaprovechóparaasestarleunbuengancho.Luego,consupiernaderechaleplantovariaspatadasenuncostado.Frecuentementeloshombresquetrabajabanenlaseguridadllevabandemasiadacargaenlascostillas,muchosllegabaninclusoarompérselas.

Pordesgracia,Cadennoreparóenlacapacidaddesupervivenciadeunanimalacorralado.

Necesitaba esquivar esos golpes furiosos y fuertes para poder vencer.Uno de los golpes, sinsaber cómo,Ben lo bloqueó y dejó caer lamole de su puño en él.Mal asunto,Caden quedómomentáneamenteaturdido.CurtisaprovechósudistracciónparaasestarlemásgolpeshastaqueCadencayóderodillas.Sulabioinferiorsehabíaroto,escupiólasangrealsuelo.Lecostabaverlamole,demásdecienkilos,queseacercaba,suvistaestabaafectada.Nolequedabaotra,enasuntodefuerzasaldríaperdedor.Erahoradeusarlacabeza.

Evorydisfrutaba,camufladacomootrodemoniomásdelcombate.SuamigaCirceestaba

cercadelaafonía,gritandoafavordeCurtis,comolamayoríadelossobrenaturalesdelasala.Sinembargo,elladeseabalavictoriadelcazador.Nosabíasieraporlarabiaqueintuíadentrodeél,algoquelaseducía,por loatractivodesuseroporsuamigaLiva.Pocoonadaqueríasaber de su maldición, por lo menos, mientras amase seguir viviendo. Lo único que podíaafirmareraqueestabaenunserioproblema,mezclarseconlosángelesnoerabuenoparanadie,daba igualquefueranblancosocaídos.Tratabanal restode lasrazascomoescoria, losseresinferioresyprepúberesqueeranfrentealosalados.EvorylamentabatenertanclaroqueArkadi

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estaba condenada.Un solo rayo de esperanza se iluminaba en sus deseos y se centraba en elhombredepelorubioqueestabaluchandoensuarena.PoresosucorazóndiounvuelcocuandoCurtis, tras tomar velocidad, golpeó la coronilla de su indefenso rival, que cayó al suelo,inconsciente.

—Sí.—gritóCirceincansable—.Cadenhacaídoamanosdeunmíseromortal.Sabíaque

mereceríalapena.

Elárbitrocomenzólacuenta.Sillegabaadiez,todohabríaacabado.Desilusionada,Evorybebióelúltimotragodesucopa.Miróasuintratableluchador,susmovimientos.Sumiradasedesvió luego al cuerpo de Caden, que se movía espasmódico. No, se equivocaba. Ahora loentendíatodo.

—Te equivocas. Caden ha ganado. —Evory no pudo esconder su sonrisa. Ese maldito

cazadorsehabíaganadosurespeto.Locotemerario.

—¿De qué hablas, Evy? —dijo Circe—. Mira a Ford y mira a Curtis. Aunque pudieralevantarse,notienenadaquehacer.

—No,Curtisestáhechopolvo.¿Nolonotas?Eldolor.

—Esdelcazador.

—EsdeCurtis.Lacoronillaeselhuesomásduro.MiralamanodeBen,estárota.SiCaden

sedespiertaatiempo,nopodrádefenderse.

—Mesorprendes,Evory.¿Desdecuándotealegrasdequéganeuncazador?

—Solomegustaqueganeelmejor.—Sonrióunavezmásansiosaporeldesenlacefinal.

***Seis.Siete.Malditasea,lacuentaatrásyarozabaelsiete.Cadensealzólomásrápidoque

pudo,porlospelos.Lacabezaledabavueltasdespuésdelchoque,peroserecuperaría.EraunpequeñotrucodeMosleyparasituacionesextremas.Poresolegustabarodearsedelasfuerzasespeciales.Curtis,temblabadeira,sabíaqueibaaocurrirahora.Eralahoradesurevanchaynopodía defenderse, estaba seguro. Conocía el sonido de un hueso rompiéndose. Antes de quepudieradarsecuenta,Cadenatacósinpiedad.Unpuñetazoenlacara,otroenelhombro,otravezen el costado.Dejó escapar ungolpe a lamuñecadolorida,Benni semolestó en reprimir elgrito.Noeratancruel,porlomenosnoconél.Preparólosmovimientosconladelicadezadeunimpactantefinal.Girósobresímismoyvoló.Lapatadallegóabuenpuerto,elpechoindefensodesurival,quenoaguantomás.Nueve,diez.Findeljuego.

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***—Esperoquetegusteelsitio.Tedejocincominutos.

Curtis despertó en un sitio inusual. Normalmente, el derrotado acababa en dos sitios: o

tiradoensucamerinoesperandoelfiniquitooenlaenfermeríaclandestina.Peroestesitioestabamásoscurodelohabitual.Quisodarunospasos,nopodía.Estabaatadoenunacruz,todassusextremidadesmenossumanorota.

—¿Dequévaesto,Evory?—Oporlomenosesaeralavozquehabíareconocido.Elperfil

escondidoentrelassombras,noparecíaelmismo—.Noestoyparatusexcentricidades.

—Creoque,apartirdeaquí,noquierosabermás.—Cadensaliódelassombras,divertido.Tenía quehabérselo imaginado, lasCarrigan eranmuy caprichosas y juguetonas.Daba igual,pensar en la demonio con ese tío, le daba nauseas. Eso había sido un ataque del Karma porRoach.Elalmacéndecasinonopermaneceríasinvisitasdurantemuchomástiempo,erahoradeiralgrano.

—Quieroqueledesunmensajeaalguiendemiparte.

—Vetealamierda.—Escupióalsuelo.

—Meloheganado,nomehagasesefeo.SéqueconocesaLacad.

—¿Quéquieresdeél?—Sepusoserio.

—Yatelohedicho,túpuedesencontrarle.Levasadarunmensaje.Porfavor,noempieces

coneltípico:¿Ysinoquiero?Meaburreyestoyagotadoparaamenazarte.

—¿Quéledigo?

—Súper8,cercadelStrip.Suhijoquiereverleenlahabitación221.

—¿Lacadtieneunhijo?

—Sí.Yo.

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19

Rexsedespertóconelsonidochirriantedesumóvil.SepreguntabasiAlexeiKravchenko,suenlacecon lacentraldelSVR,el serviciode inteligenciaexteriordeRusia,habríarecibidosumensaje. Llevaba demasiado tiempo ejerciendo su profesión, en ambos bandos, desde que unreclutadordelejércitonorteamericanohabíafijadosuvistaenél,ensuépocauniversitaria.Sehabíamerecidoundescanso,unajubilaciónjuntoalamordesuvida.

—¿Diga?—ElnúmerocorrespondíaaNikitaIvanovelseudónimodeKravchenko.Elsaludoeramerarutina.

—Tienestreintaminutos,parasalvaraRebeca.

Lasituaciónseparecíatantoquesusrecuerdosvolvieronasumente.ElavisodeAlexeinohabíaservidoparanada,solopudorecogerelcuerpo inertedesunovia,deaquelsuciosuelollenodeplatosrotos,señalesdetorturaysangre.Aquelfueeldíaquesupolaverdad;elsueñoamericanonoeraparaél.

—¿Eres estúpido?—La compasiónno existía en el vocabulario deRex, ymuchomenosparaesepolicía.

—Nopenséloquehacía.

—Sí,esomelocreo.—AlzóelcuerpodeArkadiyviootravezaRebeca.Livanolecaíabien,yalgoledecíaqueelsentimientoeramutuo.Sinembargo,lehabíasalvadolavida,dandola suya a cambio. Mosley era un hombre de honor, y sabía cuándo le debía respeto a unsemejante.

—Perdóname,Liva.—Tongacaricióvariosmechonesdelrojopeloquesesuspendíanenelaire.¿CómolepodríacontaresoasumadreoaRicky?RetrocedióalverlamiradaasesinadeMosley.

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De repente, Liva empezó a toser. Ambos hombres se miraron, sorprendidos. Ambosacababandecomprobarlafríarigidezdelamuerte.Arkadiempezóavomitarsangre,Mosleylaincorporóparaayudarlaaechartodoellíquidodesuboca.

—¿Estástonto?—legritóArkadiaTongcuandoserecuperó—.¿Desdecuándotecreesunpolicíadepelícula?Podíashabermematado.

—¿Podía,dices?—LivasediolavueltaparaveraMosley,arrodilladojuntoaella.Estabapálido,aligualquesuamigo—.Haceunmomentoestabasmuerta,Liva.Deltodo.

Necesito unos segundos para asimilar lo que había oído.Al apartar aRex de la bala, lohabíanotado.Noeranadanuevoparaella,eldolorcausadocuándoelproyectiltedesgarrabaelcuerpo. Al momento se desmayó, como otras veces. El dolor podía ser intenso y el cuerpohumanonopodíaaguantarlo.Ahora;¿muerta?Nopodíaser.

—¿Estásdecoña?

PasólamiradadeMosleyaTongrepetidasveces.Ningunoeradelosqueseentreteníanconesaclasedebromas.

—¿Tengocaradecoña?—contestó.

La pelirroja se quedó sin saber que decir, no podía haber pasado. Bajó el cuello de sucamisetahasta lazonadónde labalahabía impactado,suestuporfuecreciendocuandonovionadabajolasangre.Nirastrodelimpacto.

—Liva. —intervino Tong. Ambos rodeaban a Arkadi, en el suelo—. Yo también locomprobé.Yambos,deformadiferente,sabemoscuandonotienesolución.

Livamiróalosdoshombresconfusos.SecentróenelrostrodeTong,compungido.

Rex podría acostumbrarse a estas cosas, al fin y al cabo este era ahora sumundo. PeroTong... el pobre Eric ni siquiera sabía la razón por la que no trabajaban juntos. Llevabademasiadotiempoenlainopia,soloqueríaprotegerle.Ahora,esamentiraseresquebrajaba.

—Liva,¿quéhaocurrido?—Losojosdelasiáticolepedíanunaexplicación.ConlaayudadeRexselevantó,luegolepidióunsegundo.Mosleyentendióylesdejóespacio.

—Eshoradequetecuentelaverdad,Eric,aquémededico.

—¿Qué tienequeverconesto, con resucitardeentre losmuertos?No tienecabidaen lanaturalezahumana

—Yanosoyhumana,Eric.SoyunaDamnare.

—¿Québromaesesa?¿QuémierdaesunDamnare?

—Alguienmaldito, una especie de transición. Prontome convertiré en un ángel caído ycomenzaré a hacer, dios sabe que, barbaridades. Por eso le necesito, para detenerme si noconseguimosdetenerelprogresodelaMarca.

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Livaleenseñósutatuajemaldito.Intentabaportodoslosmedioscontenerlaslágrimas,unaseescapódesucontrol.Lamiradadesuamigolehacíatemerlopeor.

—¿Qué diablos haces, Liva?—Su tono tenía un levematiz acusatorio. Liva dio un pasohaciaatrás,asustada.

—Soy cazadora de demonios. Aquel verano antes de la academia, uno me salvó de lamuerteymecogiócomodiscípula.Nopodíairalaacademiasabiendoquehabíaotrospeligrospeores.Perdóname,Eric,noqueríainvolucrarte.

Tongno respondió.Nopodíacreerse loque le estabacontando, sonaba tan surrealista…perolaconocíayLivanuncamentía.

—¿LosabeGiorelli?

—Esunviejozorro.Medescubrióunavez,pocodespuésdevolverdemientrenamiento.Dimealgo,porfavor.

—¿PorquéLiva?

—Losiento.—Agachólacabeza,arrepentida.

—¿Porquénomelodijiste?Somosamigos,hemoscrecido juntos.Nuestrospadreserancompañeros.¿Acasonoconfíasenmí?

—Noqueríaqueentrasesenestemundo.Todoelquelohace,nosalebienparadoyesanoeralavidaquequeríaparati.

—¿Yquiéntecreesparadecidirpormí?—Tongestabafurioso,seveíaaleguas.Alalzarlavoz,Mosley se giró instintivamente paramirarlos, pero no se entrometió, siguiómirando laescenadesdefuera.

—Perdóname.Por favor, lo hice por tu bien.—imploróLiva con los ojos humedecidos.Hizoamagodeacercarseaél,necesitabaasuamigo.Quisocreerqueahoraéllaabrazaríaylediría«notepreocupes,¿paraquéestánloscolegas?»,peronofueasí.Ericseapartódeella.

—Nopuedodarteeso.Necesitopensar,Liva.Porahora,noexistesparamí.

Rex se acercó a la Damnare, una vez que su amiguito madero se fue, olvidando porcompletoalcriminalmásbuscadoqueteníaantesusnarices.Arkadiseguíadepie,enelmismositiodondeTongacababadeeliminarladesulistadeamigos.

—Melomerezco.—SusurróLiva—.Pormentirle.Creíahacerlomejorparaél,peromeequivocaba.Soloeralomejorparamí.

—No te mortifiques, no todas las personas pueden comprender este mundo, menos lasbuenas.—MiróhaciadondesehabíaidoEric—.Aunqueestésacostumbradoaverlopeordelserhumano,conocermásmaldadesundurogolpeparalacordura.

—LomásimportanteparalosTongeslaconfianzaylajusticia.Mehecargadolosdosde

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unsoloplumazo.

El autobús llego a la parada en la que estaban, con dirección al centro. Por primera vezdesde que la conocía, RexMosley sintió compasión por laDamnare. Se quitó la chaqueta yarropóaLivaconella,antesdearrastrarlaalautobús.

—Ahora,nopuedeshacernada.Volvamosalhospital.

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—¿Cómohasconseguidoquetesubantanrápidoaplanta?

—Digamosqueciertosarchivossehanmezcladoconotrosarchivosy,bueno,nomesigáistirandode la lengua.—Boscoesbozóunasonrisa típicacuandoarmabaunade las suyas.Unavezleconocías,sabersihabíaestadoimplicadoenalgoeratansencillocomointuirqueelpilloconlabocamanchadadechocolatehabíasidoelcausantedeladesaparicióndeeste—.¿CómooshaidoconelmaridodeGabrielle?

—Nadaenclaro.—dijoArkadi—.Lemanteníaenlainopiaparaprotegerlo.

—Yyasabemosquenosirveparamucho.¿Eh,Arkadi?—TerminóMosley.

—¿Quéhapasado?—preguntóelchicoalverelrostrocontraídodelachica.

—Ericmehadescubierto.Nolehasentadomuybiensaberqueleocultabaestapartedemivida.

—Losiento.—dijoChris.SabíaloimportantequeeraparaLivamanteneraTongaraya.MiraraRexlehizorecordaralgo—.SiEricosdescubrió.¿PorquénosellevóaDonFugitivo?

—Porqueunveinteañeronovaaconvertirseenelprimeroendarmecaza.—SedefendióRex—. Para lo único que nos sirvió su interrupción fue para descubrir que tu amiga ya esinmortal.O,porlomenos,lasbalasnolamatan.

—¿Qué?¿Cómo?—Otravez,perdidoantesdellegaralamitad.

—Teloexplicarémásadelante.Ahora,debemosencontraralgoparaatraparaAstaroth.Y,loúnicoquesemeocurreesLacad.

—Cadennotedejará.—dijoMosley—.Cosasdefamilia.Essupadre.

—¿Evan Ford es Lacad? ¿Caden es hijo de un demonio?—preguntó Bosco, alucinado.Mosleynegóconlacabeza.

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—Lacad nació después deCaden.Aún así, le sigue afectando. Su juicio se nubla cuandoaparecealgorelacionadoconsupadre,nonosdejaráentrometernos.

—Medaigual.—HabíadecididoignorarsussentimientoshaciaCaden,tanextrañoscomofatuos,aunquelegustabalaideadeseguirelmismorastroqueél,ganarloosimplementevolveraencontrarlo—.Piensaunpoco,Rex,eresunsoldado,debesserbuenestrategaparacumplirtumisión.Ponteensituación: tienesunobjetivoenmenteyunapistaquepuedellevartehaciaél.¿Mataríasa tuúnicapruebaporvenganzao lausaríasparaque te llevaseaél?—Unpequeñocambioensuturbiamiradalodelató,Livaconocíalasmanerasdellevarasuterrenoaesetipode hombres—. Sabes que Caden no quiere hacer lo adecuado. Solo nos adelantamos, lointerrogasyluego,paraél.Asínoenfadarásatuamo.

Rexcomenzóagruñir,porprimeravezunsignopositivoparasusfines.Mosleymiróunavezporlapuerta,antesdeacercarseaBosco.

—¿SiguesteniendoInternetaquí?—Chrisasintió,sacandolaTabletdedebajodelcolchón.Cerrólapuertayechólascortinas.AgradecióenesosmomentosqueBoscohubieratenidolaidea de apalancarse en una habitación privada—.Nomegusta nada, pero absolutamente nadaesto.Sinembargo,eslaúnicamaneradellegaraLacadantesquesuhijo.

—Podríashabermedichoalgocuandodesperté,Mosley.AsínohubierapuestomicaradetontodurantetantotiempocuandoCadenmepreguntóporelilusionista.

—Estoy de acuerdo. —Arkadi recriminó a Mosley, mirando hacia él de formaincriminatoria—. Parece que no estaban tan dispuestos a colaborar como nos hicieron creer,Chris.

—Losiento,pero…¿podemosponernosallío?

—¿Hadichoquelosiente?—continuóBosco.

—¡YA!—ElgritodeMosleyhizodarunbrincoaChris,quesepusoaencenderlaTabletatodaprisamientrasLiva,escondiendolarisaporcortesía,esperabaparaconocerelplandeRex.UnamiradafurtivaencontróladeRex.Livadejodeescondersusonrisacuandoélleguiñóelojo.Desdeeldisparo, losgestosycomportamientoshaciaellasehabíandulcificado.Lo justoparaunexsoldadodenosesabequétropa.

—SiEvanquierepasardesapercibido,nopuedeutilizar sunombreyLacad,nocreoqueayude.Necesitapasaportes,carnetdeidentidad,esascosas.Losilusionistaspuedenconfundiraloshumanos,peronoalasmáquinas.

—Entonces,¿cómolepuedolocalizar?Situvieraalgo,podríabuscarsurastro.

—Es imposible, no sin nombre. —Rex suspiró—. Y sé quién se lo ha dado. AlexeiKravchenko.

Arkadi se replanteó si era necesario y, lo más importante, adecuado para su salud,

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preguntarle a su nuevo compañero de fatigas por el nombre. Imposible no conocer aKravchenko,nocuandohassidocriadaentrepolicías.LasinvestigacionesyloscrímeneshabíanestadoenlavidadeLivadeunaformatancomún,comolapreguntadetodaslasnochesdesupadrecuandollegabaacasasobrelacena.Unadeesasveces,mientrassumadreservíaelpuréylacarne,Jasonlesobsequióconunfabulosorelato.

Esemismodía,elcomisariolohabíallamadoasuoficina.Dentroleesperabasujefeyotrohombre,queconocíadeoídas.HaroldLaroche,veteranoagentedelFBI,expertoenoperacionesencubiertas.Suscomienzosnofueronenlaagenciafederal,sinoenesamismacomisaría,hastaqueselequedópequeña.Trasunacarrerabrillante,decidióretirarseunpocodelaacciónyseofreciócomoenlaceconlapolicíadeLasVegas.Esedíaqueríaaprovechartodoslosfavores,que el comisario le debía, para conseguir, temporalmente, el mando de uno de sus mejoresagentes:JasonArkadi.Noeradelasestrellasmásbrillantesdelacomisaria,perosíqueeraelúnico que poseía la característica que Laroche necesitaba: un ruso digno de las estepas deSiberia,casisincontaminarporlalenguadeLovecraft.ArkadipadreeraelmejorregaloqueelagentedelFBIpodíahaber recibidoenesamisión.Elobjetivoeraunespíade los rusos,pordesgracia,noteníanpistasparaacusarle.PoresoqueríanqueJason,conunanuevaidentidad,sehicierasuamigoyleinvitaráatraicionarasupatria.

Su padre había aceptado casi sin pensarlo, pero Liva no supo más de la misión. Jasónvolvióacasaseismesesdespués, sinsoltarprenda.Losdearribahabíanestropeadoelplanytuvieronque abortar lamisiónparaqueno corrieranpeligroni él ni su familia.Laroche fuereasignadoynadiemáshablódelcasoKravchenko.Hastaesedía.

Sus dudas se disiparon cuando fue Rex quien comenzó la conversación. Bosco le habíalocalizado,AlexeiteníaahoraunpequeñonegociodereparacióndecochesalasafuerasdeLasVegas.Livahabíaalquiladouncocheparallegarhastaallí,cansadadelosretrasosymultitudesdeltransportepúblico.Ellasiempreviajabaensumoto,peropodíaporqueibasola.Algoque,curiosamente,noechabademenos.Lasoledadledaríatiempoparapensaryesoerajustoloquemenosleapetecíaensusituación.

—Elinstintonomefalla.—dijoRexmientrasconducía,deformacasitemeraria.ParanogustarleiraveraKravchenko,parecíaquererllegarloantesposible—.Ymedicequenovaasalirbien.

—¿De qué lo conoces?—Preguntó Liva—.Debes hacerlo bien para estar tan seguro deesto.

—Demasiado.Dejémosloenqueélfueunodelosquemeadiestróparaserquiensoy.

—Noloentiendo,élesespíaruso.¿NodijistequefuisteunSeal?

—Másomenos,creorecordar.Dejémosloahí.

Cerca del desierto, al límite de la humanidad, encontraron el garaje. Kravchenko no semolestabaenhacercreerquesunegocioeraúnicamentelareparacióndecoches.Esacarretera

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estabamásdesiertaquelavastallanuraquelosrodeaba.ARexlecostóreconoceralviejo.Deespaldasaellos,conmediocuerpodentrodelmotordeuncoche,seoíanlosimproperios,enruso,desdesuposición.

—Esperaaquí,voyaentrarsolo.—Desabrochóelcinturónycomenzóaabrirlapuerta—.SiAlexeivaahablarconalguiendesustrapossucios,esconmigo.

—¿Ysinolohace?—Livamirabaconinquietudeltaller.LoschicosqueacompañabanaKravchenko en el taller se habían percatado de su presencia, únicamente el dueño seguíadándoleslaespalda.Rexrióantesdecomenzaracaminar.

—Puesledarépatadasenelculohastaquelohaga.

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El Chevrolet gris que le mantenía ocupado aquella tarde se le resistía. La paciencia deAlexeiestabaempezandoaevaporarse,apesardequenoeraescasa.

—Askopriborov,dvigatelyachertovskiderʹmo.—Lallaveinglesacayódeformaruidosaenel suelomientras, cabreado, seguía escupiendopalabras poco amables hacia el coche—.Dlyatogo,chtobyzadnitsu,yebetdrugiesetimderʹmom.

—Deberíasmejorartusmodales,Alexei.Noeresunbuenejemploparatuschicos.

—Reginald,mi querido camarada.—saludóKravchenko. Sus rudos ojos negros eran loúnicoqueconservabaigualqueaquellosaños.Laedadlehabíapasadofactura,supelomorenoestabadesteñidoysupielarrugadacomolacortezadeunárbolviejo.Sinembargo,viendolabotellacasivacíadevodkaasulado,manteníalasmismascostumbres.KravchenkomiróaRexconcuriosidad—.Quémaltehatratadoeltiempo.

—Dijo la sartén al cazo. Dejadnos solos. —Ordenó a sus empleados, que obedecieronentrandoenlasoficinas—.Hacemuchotiempoquenonosvemos,amigo.

—Diezaños.Y,nomehagasreír,nosoytuamigo.Nodesdequedeserté.

—Eso es verdad, detesto a los traidores. —Mientras hablaba, Kravchenko encendía unhornilloconlamismacerillaconlaque,luegohizolomismoconunpuro.Rexsabíaqueibaahacer,suplatodeSoliankaregadoconVodkacaliente—.¿Quiéneslachicaqueesperaallí?

—Una amiga. —Tan perspicaz como siempre, para su desgracia. Hubiera preferidoapartarla de todo ese lío, peromejor seguirle la corriente, hizouna señal aLivapara que seacercara.

—¿Sigues rodeándote de mujeres? —dijo Kravchenko en ruso—. Pareces no haberaprendidonada.

—Si no te hematado todavía, es porque te debo una.—respondióMosley en elmismo

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idioma—.Nomeprovoquesamnesiarepentina.

—Si vais a jugar, juguemos todos. —dijo Liva en el mismo idioma. Tras esconder lareaccióndesorpresa,Alexeicomenzóareír.

—Retirólodicho.Regi,¿nonospresentas?

—EsteesAlexeiKravchenko,exmiembrodelaKGB,luegollamadaSVR.Ellaes...¿Tina?

—Liva.—Nadieseaprendíasunombrealaprimera,preferíaqueaquellosquenofueranfamiliaycercanoslallamaranporsuapellido—.LivaArkadi.

—Eseapellidoesdehombre.¿Porquénoteañadieronlaafinal?

—Mi padre estaba convencido de que sería una policía sobresaliente y quería oír suapellidosinflorituras.

—¿Eres...

—Trabaja en el ámbito privado.—intervinoMosley antes de espantarlo, o algo peor—.Siempretehagustadoiralgrano,¿lavejeztehavueltopeliculero?

—Hevividodemasiadocómoparanoquerercontarmishazañas,Regi.¿Porquéuntraidordelapatriarusahavenidoaveraunviejocamarada?

—Conozcotuschanchullos.Arreglarcochesnoesloquetedaelsustento,sinoalgomás...lucrativo.

—Noseteescapanada,Regi.

—LlámameRex.—Lamirada deKravchenko le indicó que jamás de los jamases—. Sí,conozcoturentablenegociodefalsificación.Túmeenseñaste,¿dequéteasombras?

—Jaque.—Era la palabra queKravchenko utilizaba para decir “ahíme has pillado”Rexsiempresepreguntó si alguien lehabríapodidosacarelmate—.Conocesmis trucosbastantebien,asíquenocreoquevengasapormímercancía.

—Megustamástuinformación.Seguroquetienesmuchafamaentumundo;¿verdad?

—Vealgrano,izmennik.

—EvanFord.Lehasdadounanuevaidentidad.

Kravchenko lemiró, sus ojos penetrantes fijos en su pupilo.Ahora sabíaLiva de dondehabíaaprendidosuportetanfrío.

—¿Cómoestástanseguroquehesidoyo?LasVegasestállenadefalsificadores.

—Pero tú eres el mejor y el más caro. —Recordó sus papeles falsos, los que todavíamantenía para no perder su identidad como Rex Mosley. Quince años y jamás nadie habíadudadodesuoriginalidad—.Sabemoscómosonlosricos,Alexei.Lesgustalacalidad,comola

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detutrabajo.

—Olafuerzabrutaparaprotegersussecretos.

El chasquido hecho por alguien quitando la seguridad de la pistola cerca de su nuca, leadvirtióquelascosasnoibanbien.TalloquesehabíaimaginadoRex.

—Eresunmalditobastardo.

—Exactamenteeldesiempre,Mosley,¿odeberíadecirBertrand?Notemereceselnombrequeteproporcionamos.UnbuenagentenoabandonaalamadreRusiahastasumuerte.Ytúlohicisteporunasimplemujerzuela.—LivaviolospuñosapretadosdeRex,conteniéndose—.SéqueviajabasconelpequeñoFord,asíque,cuandosupadreapareciópidiendomitrabajo,supequeprontotevería.

—Debíimaginarlo,noeresdelosqueteretiras.Peromequieresamí,noaella.—miróaLiva—.Yatienebastanteconlosuyo.

—Desarmarlos. —gritó Kravchenko a uno de los chicos, que los habían rodeadosigilosamente—.LosientoRegi,yaconoceselprotocolo.Testigoscero.

Unodeellos,conunacamisetablancaceñidaysinpeloenlacabeza,seacercóhastaArkadimientrasotro,conunacoletacastañasequedójuntoaRex.LivamiróhaciaRex,élledevolvióelmensaje.Podíancaer,peronoloharíanderodillas.Livadejóqueseacercara,ledabanpena,soloeranmarionetascontroladasporAlexei.

Arkadi dio unos pasos, situándose frente a Rex. Su corazón latía a mil por hora, laadrenalinarebosabaensusangre.Noera loúnico,sentíaalgomás,nosabíaelqué.Sumentepensabadeformadiferente.Examinóaloshombresqueestabanapuntodematarles,ahoraellabuscabalassuyas.Antesdeempezarsintióelplacerdeladestrucción.Elansiadevenganzapudoconella,sacólasdosarmas.

Nisiquierasediocuentadelasonrisasiniestraqueseinstalóensuslabios.LospalmerosdeKravchenko intentaron reaccionar, no sabían que se enfrentaban a unaDamnare, y ésta setomaba la venganza en serio.Mosley la ayudó desde la retaguardia, aunque no le necesitaba.KravchenkodetuvoelinstintohomicidadeLivaconunabaladeMágnumalcuello.Estaveznose desmayó, pero aun así decidió nomoverse.Había perdido por completo el control. Jamáshabíamatadoaunhumano,exceptohoy.Sabíacómoinmovilizaraunhombreconunarmasinmatar. ¿Por qué diablos lo hizo?Entonces comprendió; laMarca.Lamalditamarca la estabaconsumiendo,esasensaciónraraeralaoscuridad.Enelsuelo,perdiendounagrancantidaddesangrequenolamataría,porprimeravezenmesessintiócomoperdíaelalma.

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El plan habría funcionado si no hubiera subestimado la habilidad de Kravchenko. Livacumpliósucometido.Dudabasiseríacapazdeatacarahumanos,porsuerteparatodos,noteníatantos remilgos como Caden. O quizá fuera por su carga, en estos instantes no estaba paramaldiciones.Loquesí sabíaconcertezaeraqueKravchenkoestabasolo,cómoél.Supistolaestabavacía,selanzóaélconrapidez,sicontrolabaunadistanciacorta,esposiblequeAlexeinousarasuarma.

Suinstintodesupervivenciahabíaolvidadoalgoesencial,yesoeraqueKravchenkoeraunmaestroenlaluchacuerpoacuerpo.Alexeiloredujoeninstantes,Rexconocíalasartimañasdesumaestro,Kravchenkolasteníaafuegoensumemoria.Antesdedarsecuenta,Mosley,estabasiendo arrastrado violentamente hacia el suelo, con la vista borrosa por culpa de la sangre.Sonriendo,Alexeicogióelpuroconunamanoylapistolaconlaotra.

—Siempretanpredecible,Regi.Sinevolución,elasesinoestáacabado.

—Nomedigas.

—Me decepcionas, compañero. En Missouri hiciste una obra maestra, pensé que jamáspodríassuperaraquello.HastaquellególamisiónenWashington.

—¿Quieresmatarmeya?—LeazuzóRex—.¿Oestuintenciónhacerloporaburrimiento?

—Quedescarado.ARebecaleencantabatufacetairónica.

—Tencuidadodequéhablas.Ellafueelmotivodequetodosestosañossolotevigilaran,notepersiguiera.Todosnuestroscamaradas,noquedanadadeellos.Nosotrosdossomoslosúnicosvivos.

—Y yo puedo añadirme a la lista porque te avisé, ¿verdad? Y, ni así, pudiste salvarla.¿Cómose siente?Tener alguienqueconfía en ti,mientras tú la engañasy, al final, ver comomuereportuculpa.

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—Asquerosocabrón.

—Esa boca, izmennik. —Kravchenko era un hombre conocido por su frialdad. Sinembargo,unarisillanerviosaseescondíaensugarganta,hastaqueafloróensubocadeformaestrepitosa—.Qué diablos, no puedomatarte así. Siempre pensé que hacer cuando te tuvieraaquí.Pensaba;¿lohagoomelocallo?¿Ysimelollevoalatumba?

—¿Elqué?¿QuétienesentupodridamenteKravchenko?

—Turenunciano llegóa lacentral,Regi.NosabíannadadeRebeca.Yo lamaté,cuandocolgaste el teléfono. —La expresión de Rex produjo más placer y diversión a Alexei. Eramentira, jamáshabíadudadodeque su relato fuera loúltimoque suantiguoagente ibaaoír.Apuntándole con la pistola, por si acaso, prosiguió—. Olvidaste nuestra misión, amigo. Nosomospersonas corrientes, ni haremosvidas corrientes.PuedequeunSpetnaz tuviera algunaoportunidad pero conocías la vida del espía cuando aceptaste que te reasignaran a la SVR.¿Cómo podía permitirme perder a mi mejor hombre por un capricho? Pensé que terecompondríaspronto,Rex,noqueadoptaraselhobbydeasesinaratuscamaradas.Ymira,tantasangreparanada.

El disparo le dolía, su piel empezaba a cicatrizar. En segundos se sentía recuperadafísicamente.Mentalmente,teníatantascosasenlacabezaquelamuerteseconvertíaenloúnicoque parase todo ese caos. Pero no parecía nada comparado con lo de Rex. En el suelo,perpendicularmente a su posición,Rex se debatía entre la rabiamás animal o la calculadora.Kravchenko aspiraba el humo de su puro, deleitándose en el momento de la ejecución. Livasintióhastaen susmás recónditas terminacionesnerviosas lacombustióndel tabaco,el fuegocorriendo por las hojas del puro. El fuego, el elemento más letal y explosivo. A pesar delentumecimientogeneralporeldisparomortal,Livacomprendió.No todoestabaperdidoparaRex.

Alexei,decepcionadoalverqueMosleypreferíacontenerse,quitóelsegurodesupistola.Su sonrisa,mezcla de desprecio y unamonstruosidad difícil de explicar hacia bailar el puroentresusdientes.

—Talycomohacíadepequeño,vamosaexterminaralasratas.

Acarició por última vez el gatillo. Para recordar el momento, succionó el borde de suhabano.Porlasviejasamistadesnoleharíasufrir.Fueenesemomentocuandoeseestallidoledejosinvisión.

Elfuegoacariciósumenteconternura,animándolaaactuar.Apesardesudebilidad,nolefue difícil fusionarse con el elemento y hacerlo reaccionar con brusquedad. La ceniza y lostrozosdispersosde lashojas entraron en losojosdeAlexei, dejándole ciegoy aturdidoparadisparar.DejódeapuntaraRex,momentoqueaprovechóparasacardelaperneradesupantalónsucuchillobalístico.SureliquiamásqueridadelosSpetnaz,conocíasuutilidadygranvalor.Ysupocómonoequivocarsecuando,traseldisparoúnico,lahojaseclavóenlafrentedeAlexei,justo entre los ojos. Sin tiempo para reaccionar, Kravchenko cayó, sin el dolor queMosleyhubiera deseado ofrecerle. Todo este tiempo, tantas vidas sesgadas por venganza. No eraninocentes,sinembargonomatabaporquesí,apesardeloquemuchospensaran,nolegustaba.

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—¿Estásbien,Liva?—Rexseacercóasuposición,searrodillóasulado.Arkadiparpadeó,unamaneradedesperezarsedeesasensacióntandesagradablecomorápidamenterepetida.

—Deberíaestarmuerta,otravez.Dosvecesendosdías,menudaracha.—AceptólamanodeMosleyparalevantarse.Sintióunpinchazoensucuello,sindarsecuentasellevólamanoalazona.Yanoquedabanada, solo la sangre secapegada a supiel.Arkadimiróhacia el cuerpoinertedeKravchenko—.Buenapuntería.

—Demasiada.—gruñó—.Ahora,hemosperdidoelrastrodeEvan.

—Notedesporvencido.—Recuperadadeformaasombrosamenterápida,LivasedirigióaldespachodeKravchenko—.Lapolicía sabeque los tiposcomo tuexamigo tienenmuchosenemigos;ylaúnicamaneradeestarasalvoestenerunasbajolamanga.Lainformaciónmáscomprometidadesusclientes.

—¿CreesquetieneporaquílosdatosdeLacad?

—¿CómoEvanFord?Porsupuesto.

Livacomenzóarevolverentrelospapelesdelfallecido.Rex,encambio,sequedoquieto.Noseparecíaasumodusoperandi,sinembargosabíaquelomejorenestemomentoerapensar,lapolicíaestaríapronto,alertadapor losdisparos.El tiempoeraun recursomuypreciadoenestos instantes. De las fuerzas especiales norteamericanas solo obtuvo el adiestramiento parasobrevivirrecibiendoordenes,Kravchenkohabíasidosuverdaderomentorensucarreracomoasesinoconlicencia.Sabíaquenofuejamássuintención,aunasíintercambióconsejos,modosdeactuarpropiosdeél,únicayexclusivamente.Estoconllevabaque,enelfondo,RexyAlexeipensabandelamismamanera.

Sefijóenunpósterdetamañomedio,reconocióellugar.LaplazarojadeMoscú,laciudaddondenació.Alexeiadorabalospaseosporeselugarysereíadeloscretinosquetodavíacreíanquesunombreproveníadelpasadocomunistadelpaís.Siestudiaranunpocodelaculturayelidiomasabríanqueenrusoantiguosunombreeralaplazabonita,algoquefueconfundiéndoseconel tiempo.Seacercóhasta laparedytanteóel terreno.Lasyemasdesusdedostocaronelpremio,conelcuchillorecuperadoyllenodelasangredeKravchenko,rajóelpóster.

Ahíestabalacajafuerte,elmismomodelodesusañoscomoespía.Contuvolarisacuando,alintroducirlosviejosnúmerosquerecordaba,seabrió.EsteKravchenko,enelfondoeraounsentimentaloungilipollas.Quizásambascosas.

Se llevóotra sorpresaal reconocer la libretadenotasdeAlexei.Estabadesgastada,peroseguíasiendoútil.Ynoteníapolvo,niunamota.

—Liva,aquí.—clamóasucompañeraparaqueseacercara—.Algomedicequeestalibretavaatenerloquebuscamos.

Por miedo a las notas que pudiera haber sobre él, la abrió por detrás. La caligrafía deAlexeihabíarellenadomuchasmáshojasdeesaenormelibretacaoba,estavezconunbolígrafoazulmodernoyeninglés.AmbosbuscaronelnombredeEvan,queapareciódoshojasdespués.

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—RichardConnors.—repitióenvozaltaLiva.

—Sencilloperoelegante.¿Yahora?

ArkadillamóaBoscopulsandolamarcaciónautomática.Empezabaaapagarseelsegundotonocuandolocogió.Arkadiledioelnombreencontrado.

—Mellevaráunosminutos.

—Dateprisa.—Leapresuró,antesdecolgarle.Rexseguíaojeandolalibreta,absortoensuspensamientos.UnsilencioquegolpeabaaLivaconfuerza—.Mesorprendequenohayasdichonada.

—¿Dequé?

—Notehagaseltonto.Aunquetedieralaespalda,hasvistolamatanza.

—Laadrenalinacorríaportusvenasmásrápidoqueuncochetuneadoenlarectafinal.Nohubonadaanormal.

—Pero...

—Loscazadores,aunqueloneguéis,tenéisalmadeguerreros.Sipiensassitusactoseranlospropiosdeunserhumanoestándar,sí,hasidounabarbaridad.Peronitú,niyo,nisiquieratuamigoBosconosmedimosporlamedia.

—Gracias.—habíaalgoensusojos,sabíaqueMosleymentía,aunasíquisocreerle.Queríacerrareltema,peronodebía—.Unacosamás.

—¿Sí,Liva?—Lanombróparanoolvidarsunombre.Curioso,jamáslohabíaoído.

—Quieropedirtealgo.

—Mientrasnoseadinero...

—Sicuandollegueelmomentonotengosolución…—Laspalabrassalíanentrecortadasyalasmalas.Noimportaba,ibaaacabarlofueracomofuera—.SimetransformoenuncaídoyCadenduda,júramequemematarás.

—Aúnqueda tiempoparaser tanagorero.—Sesorprendiódiciendoeso.Quédiablos, leempezabaacaerbienesachica.CuandooyóhablardelaDamnare,esperabaalguiencarentedesentimientos.Noalaquehubieradadosuvidaporunmiserabledesconocidocomoél.

—Prométemelo,porfavor.Quierocontinuarconelsegurodequenocausaréuncataclismosifracaso.

—Estábien,siteanimasaberqueteretorceréelcuellocomoaunagallinaparacontinuar;teloprometo.

—Nonecesitabalosdetalles.

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EnesemomentoelmóvildeArkadisonó.EraBosco.

—RichardConnors, treintasujetosconelmismopuñeteronombre.Tranquilos, sebuscarfugitivos, losmuy idiotasno sepreparanunpasado.Solounohaaparecidohacepocoen losEstadosUnidos.Y,tengobuenasnoticiasparavosotros.HaalquiladouncocheytieneGPS.

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Cadendespertósobresaltadoanteaquelruido.Selevantódeunsaltodesucómodacamaenelhotel,esperandoporél.Leconocíademasiado,másdeloquequisieraensunuevafaceta,parasabereso.Cadensedesperezóconlarapidezquelecaracterizaba,deunsaltoestabaalertaparacualquierataquelateraldeLacad.

Lacad,elilusionista.

EvanFord.

Supadre.

Recordó como un destello su último encuentro con él, tras años de búsqueda.Ya no eraquien recordaba, sino un monstruo. Su conciencia despertó cuando lo tenía a tiro, lo que leimpedíamatarasupropiopadre,sumodeloaseguirdespedazadoantesusojosadultos.Quizásalgoensuinteriorqueríacreerquepodríacambiar,omejoraún,quenohabíacambiado.Quizásestaparteseequivocaba.No,losabía.Debíahaberlomatadocuandotuvoocasión.Introdujolamanoensubolsillounavezmásantesdecruzarlapuertadelahabitación.

Unniño cruzó a su lado comouna exhalación, sin percatarse de su presencia, en cuantoabriólapuerta.Cadensegirósobresaltado.

Detrásdeélseextendíaunverdepradoy,enelfondo,sucasa.Habíacaídosindarsecuentaen las artimañas de Lacad. Avanzó con cautela, siguiendo al niño, al pequeño Caden. Norecordaba esos ojos azules, tan parecidos a los actuales quemiraban el imposible prado queacababadeaparecerfrenteaél,enlugardellujodelahabitacióndelSúper8.Unamiradallenadeinocenciapura,deconfianza,deamorycomprensión.ElamorqueYoanna,sumadre,estabaapuntodeproporcionarle,encuantollegaseasusbrazos.Cadenseparalizóantelavisióndelailusión.No la recordaba tan bella, con sumoño rubio colocado con precisión, igual que susdomadosmechonesrebeldescayendosobresucara.Suvestidoverdeesmeralda,adornadoconesachaquetadepunto,síqueleeranfamiliares.Cuandoabrazóasuyoinfantilsintiócomosieltactodelatoreracolororoviejoseescaparadelosporosdesupiel.Recordabaelmomento,ese

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recuerdo. Ni siquiera oyó la lechuza, su mente estaba centrada en los ojos de su madre, sufelicidadantelanuevavisita.

—Papá.—fue lapalabramágicaparaquesumadre ledejaraescapar.Cadensegiróparaverle.Firme,perosonriente,eleganteycercano.EseeraEvan,nosoloconsufamilia,contodalasociedad.Seagachóesperandolallegadadesuhijoygirósobresuejeparahacerlefeliz.

—Hola,chaval.—Cadenleabrazó—.¿Meechabasdemenos?Hola,miamor.—Sumujerseunióalabrazofamiliar,enamorada.

—Yabasta.—ElCadenadultoestabacansadodeesasmentiras—.Sinoloacabastú,loharéyo.

Un rayo de luz cegó al cazador. Las sombras del pasado desaparecieron, solo quedó elverdepaisajedesuantiguamansión.Dossillonesdetelablancaaparecieronporartedemagiaensulugar.Enunodeellos,lafiguraencapuchadaqueseimaginaba.Lalechuzaseguíaululandoenelcerezo.

—Meimaginéquetegustaríarecordartiemposmejores.

—Yonomeestancoenelpasado.—Cadensiguióeljuego,ysesentóenelotrosillón—.Yamebuscaélcuandonolodeseo.Comoahora.

Lacadescondiótrassucapuchaunabrevesonrisa.

—¿Recuerdasesedía?

—Alaperfección.Esamismanoche,despuésdevolverdeColombia,tevolvisteair.Parasiempre.

Enlavozdelcazadorseapreciabala iraacumuladadurantecatorceaños, lamismafuriadelabandonoqueLacadpercibióensuúltimavisita,hacecasiunaño.Laotravezse lehabíaescapado.Cadennopensabarepetirsumismoerrordosveces.

—Quiero volver al hotel.—Se mantuvo firme—. O lo haces tú o lo hago yo, y no tegustará.

—Está bien.—Lacad alzó la mano, en señal de paz—. No hace falta que uses eso queescondes. —dijo señalando el bolsillo derecho de la chaqueta de su hijo. Tras meses deinvestigación,conocíaelpuntodébildelosilusionistas;laformaparasalirvoluntariamentedesusalucinacionesperfectas.NolehabíasidodifícilconvenceraMosleyparaqueutilizasetodosuolfatoen labúsquedadeuna lechuza.Solonecesitabaunapluma,algocapazdequebrarse,comoloharíaeseespejoilusoriosirompíaendoslaquellevabaensubolsillo.

Conunchasquidodededos,elambientecambio.OtravezreconocióelsalóndelasuitedelSúper 8. Los sillones, propios de esa habitación, se mantuvieron más acordes a la nuevadecoraciónquealpradodeunacasa.

—Teparecesmuchoamí,Caden.Enmisbuenos tiempos, claro está.—Lacad sebajó lacapucha,loaparecióhizoestremecerseaCaden.ElrostrojovenytersodeEvanestabaarrugado

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yabsorbido.Supieleraahoradecrepita,conuntonoenfermizo.Noquedabanilasombradeloque,antaño,fueunatractivomagnatedelatecnología—.Consecuenciasdelamagianegra.—dijoseñalándoseelrostro.

—Eso no es lo que me importa ahora.—mintió. Esperaba volver a encontrarse con supadre,noconesemonstruo.

—Lo sé. Tú me pediste esta cita, aunque fuera por terceros. —dijo Lacad—. Tambiénconozcoatunuevacompañía,lafuturacaída.

—NohablesdeArkadi.—lecortó—.AnoserqueseaparacontarmealgodeAstaroth.

—Astaroth…—repitióenunsuspiro—.Haytantascosasporcontar.

—Déjamequeteayude.¿PorquétienetantointerésenArkadi?

—Es unaDamnare, Caden. Dentro de poco será un ángel caído. Qué pena, ¿verdad? Tegusta.Sí,séquetegustalajovenLiva.Estuestilo,guapa,concarácter,aventurera.

—VuelveaAstaroth.

—Eselpríncipede loscaídos.Debecuidardesushermanos.Noentiendendevenganzas,mientras el ángel derrotado haya marcado al imbécil que le derrotase. Liva es ahora de sufamiliaynodejanque loscorderossedesvíendesucamino.Astarothnorepararáenmediosparaconvertirlaenunasiervafiel.¿RecuerdasaBob,elviejovidente?

—Sí, fue el que nos habló de…—Cadenmiró a su padre. Sumirada se lo confirmó—.Fuistetú.

—Osllevéhastaaquellahabitaciónyosdormí.Elrestosolopasóenvuestramente.ErasuntíteredeAstaroth,Caden.Sielmejorcazadorperseguíaaunode lossuyos, laMarcaactuaríaconmásrapidez,debidoalestrésyalairaquelallenaría.Aluniros,tuvequecambiarelplan.

—¿Elplan?—CadenselevantóysedirigióaLacad,amenazante—.¿Quélehashecho?

—Se lohashecho tú, Junior.—Sonrió—.Venga, chaval, tantos líos, ¿ynoconocesa lasmujeres? La has abandonado con un espía psicópata por tu padre. Debería haberte enseñadomejorantesdeirme.

—Noentiendonada.—Cadenvolvióasentarse.Estabaconfundido,desorientado.Eraunamarionetacuyoshiloseranmanejadosporpersonasalasqueodiaba,bienfueraAstaroth,osuirreconociblepadre.

Cansado, depositó su cabeza entre sus manos y no levantó la mirada del suelo. Queríacerrar los ojos y que nada de esto ocurriera. Se imaginó en brazos de sumadre,Yoanna. Suenfermedadhabíaremitidoysusingularbellezalaayudóasobrellevarelpasodeltiempoconelegancia.Caden llegaba a casa luego de un largo día en la oficina, como todos los días, sumadreesperabaparadarlesuabrazodebienvenida.Juntos,volvíanalsalóndondesupadre,yaretiradodelmundoempresarialleofrecíaconsejosparaoptimizarlaempresaquelegaríaasuhijocuandoterminaralacarrera.Unmundonormal,unavidanormal.Esoeraloqueanhelaba

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Cadenenesosinstantes.

—No te sientas culpable, hijo. Astaroth es un gran estratega, nadie puede anticipar losplanesqueelángelcaídotieneparaél.

—¿Qué está haciendo conmigo?—Su voz era pura angustia, la ira que reflejaba en suspuñoscerrados,sedejabaentrevertambiénensutonoagudoygritón—.¿Quéquieredemíesebastardo?—gritó.

—Sí, eso mismo. —Sonrió Lacad de forma siniestra—. Ira. La ira de Arkadi paraprovocarla,quesesintieraperseguidacomounperroporlosqueantañofueronsussemejantes.Luego,cuandovioqueempezabasadudarprefiriócambiar losplanes.Ambos, túyLivasoisalmas semejantes, habéis sentido el abandono en vuestras carnes. Es curioso como losdesgraciados terminanhaciendounapiña.Liva, con lamuertede supadre,Bosco sintiéndoseculpableporelahogamientodesuhermanapequeña,Mosleymatandoatodapersonaqueselepusierapordelantebuscandoalasesinodesuúnicoamor,túconloquetehice...nadieescapadelcamino de la oscuridad. Cuando entras en ese sendero, jamás podrás volver a salir. Todostenemosmiedos,provocadosportraumasinfantilesohechosqueperduranennuestramemoriaaunquepretendamosolvidar.Nadieencuentralapaz.

—Yloshayquenoselamerecen.—susurróCaden.Lacadleoyó,nolepodíaculpar.

—Me lomerezco, no te lo reprocho.Quise lomejor para vosotros, parami familia.Laempresaestabaencrisis,sicaía,quedaríamosenlaruina.Nopodíasoportarlaideadeverosenlacalle,nopoderproporcionarostodoloqueosmerecíais.Entonces,fuidébilcuandoAstarothvinoamí.Meofreciótodoloqueyoquería;vuestraseguridadeconómica.Acambio,soloteníaquehaceruntrato,nomeimaginabaquelasalvaciónmortalacarrearíamiesclavitudinmortal.

—¿Piensas queme importa algo?Nos abandonaste para cumplir tus egoístas sueños.Notienesperdón.

—Entiendoquemeodies...

—Noteodio.Simplemente,hacetiempoqueteolvidé.

—¿Yporesohascorridoabuscarme?—CadencallóyEvanaprovechóparaseguir—.Detodasformas,yanoimporta.Astarothsecansarápidodesusjuguetesnoangelicales.Mialmaestácasiabsorbida.

Con suavidad, Lacad se subió lamanga derecha de su túnica. En su brazo, decoraba unbrazaleteenformadeespiral.Ensuinteriorsepodíaverunextrañolíquidoverde.

—Astaroth me controla, vigila todos mis movimientos. Seguro que ya sabe que me hereunidocontigo.—Selevantódesuasientoysuhijohizolomismo—.Yquenotengopensadomatarte.

—Entonces,¿porquéhasvenido?¿Paraverporúltimavezatuabandonadohijo?

—Paraayudaros.Esloúnicoqueelcaídoteme.Elsacrificio.

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—¿Quéeseso?

—Aquelsinalmaalqueseleotorguelamayorpruebadeabnegación,secongelaráensuvidamaldita.Noloolvides,Caden.Esdecisióntuyasiquieressalvaraquienamas.

De repente, un chasquido hizo que todos los problemas que arrastraba la familiadesaparecieran.El líquidoverdedelbrazaleteempezóadesaparecer,con todaprobabilidadsudestinoerasusistemacirculatorio.Lacadsellevólamanohastaelcorazón,dondeapretóconfuerza.

—¡Papá!—Ungritoahogadosalióde lagargantadeeseniñomayor.Supadresemoría.Creyó ver por un instante al viejo hombre que conocía, aquel al que no le había perdido elrespeto.

—Noseascomoyo,hijo.Quejamásteetiquetendecobarde.Tequiero.

***

Liva y Rex llegaron tarde. Siguiendo el rastro del GPS hasta el hotel Súper 8. Con laidentidadfalsadeMosleycomoagentedepolicía,elrecepcionistareconocióelrostrodeEvanFord,malasunto.Arkadisubióandando,incapazdeesperarporellentoascensor.Aunasí,todossusesfuerzoshabíansidoenvano.

—¿Quéhashecho?—Cadenestabaderodillasjuntoalcuerpodelviejodemonio.Parecíaloqueseesperaba.Aúnasínopodíaadmitirlo.Eraundemonio,alguienquedeseabamatarlos.Peroerasupadre,apesardetodo.¿Cómohabíapodido?

—Liva.—Cadendiounrespingoantesuvoz.Segiróparaveralamuchacha,enelumbraldelapuerta.Susojosdestilabandecepciónyreproche.ApostaríatodosudineroaqueMosleyleshabríacontadolaverdadsobreLacadyél.

Seacercóaella,semerecíaunaexplicaciónperoLivanoestabaparaescucharexcusas.

—Eratupadre,Caden.¿Quéclasedehijopuedeacabarconsupadre?

—Yanoloera,Liva.

—¿Acasodebo fiarmede tus palabras?Podía habernos llevado aAstaroth, o darnos unapistasobrecómolucharconmimaldición.Peropreferisteterminarcontucruzadaatumanera,¿verdad?

—Yono…

—Eresunmonstruo,Caden.

MosleyllegóalapuertajustoparaveraLivaconlosojoshúmedossalirdeallí.Ladejopasar, más interesado en lo que le esperaba dentro. Un Ford muerto y otro con el almadesgarrada.

—Yonolohehecho.—dijoCaden,pordesgraciademasiadobajoytardeparacambiarla

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visiónqueLivateníadeél.Quiensíleoyófuesufielamigo.

—¿Quéhapasado?

—YanoleinteresabaaAstaroth.Estabamuertoantesdellegar.Entodoeltiempoquelleveplaneandoesto,jamáspenséquenoseríayoquienacabaríacontodo.Niquepudieradudar.

—Eres humano, Caden.—Mosley giró hacia la puerta—.Y ahorame creo que la chicatodavíaloes,almenosenparte.

—Veoqueoshabéishechoamigos.—DijoCadenmientrasselevantaba—.Quizástúpuedashacerlaentrarenrazón.

—Mataronasupadreytehavistomatandoaltuyo.—Rexsuspiró—.Nomemetasenesoslíos.

—Pensabaqueantestededicabasaresolverproblemas.

—Losresuelvoatiros,Ford.

Cadenlanzóunlargosuspiro.Sinpoderloevitarvolvióamirarelcuerpodesupadre.Elúltimo miembro de su familia yacía junto a él, no había podido salvarlo. Nunca pudo. SuspensamientosvolvieronaLiva,aeseodioquelehabíadañadomás,sintiéndosemásmierdaaún.Todosdecíanqueellaeralamaldita,peroélerapeor.Él,además,eraveneno.

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—Estásaquí.

Livaseestremecióaloír lavozdeCadenasuespalda.Enunmomentodedistracción, laDamnare se había escabullido hasta el ático del Mirage, lugar donde el cazador los habíahospedado.Aúnalaluzdeldía,algunaslucesseguíanencendidas,vestigiosdelanocherepletadeturistasyglamour.

Unavezechadounvistazoasuvisitante,Livavolvióasuretodeignorarle.LavisióndeLacadmuerto en el suelo, seguía en su retina, tal y como si a fuego lo hubieran grabado.YCaden,asulado,impasibleantelamuertedesupadre.Sumiradaabatida,llenadeculpabilidadno le servíapara sentirunápicede lastimapor él.Quería entenderlo,Lacaderaundemonio,peroseguíasiendosupadre.¿Habíanecesidaddeacabarlascosasasí?

—Desde que he vuelto, nome has dirigido la palabra.—Se acercó un pocomás a ella,inmutable.

—Notelomereces.

—¿Siguesenfadada?—Antesdedarsecuenta,estabatrasdeella—.YatelodijoMosley,fueAstaroth.Ayúdameaaclararunpocolascosas.¿TemolestalamuertedeLac...mipadreoquetehayadejadosola?

—Notecreasalguientanirreemplazable,Caden.—Seenfrentóaélconunasonrisaenloslabios,algoqueenloquecíaaFord.

—Sinmínoestaríasaquí,ahora.Yohepagadolashabitaciones.

—Esverdad.—Livasepusolapalmaextendidaenelpecho,sobreactuando—.Justoloquemás deseaba y necesitaba. No podría seguir viviendo si no hubiera dormido en el Mirage.Gracias,señorFord.

Caden no pudo aguantarse más. Sus dedos se entrelazaron entre la maraña rebelde que

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conformaba el rojo cabello de Arkadi. Antes de que la fiera indomable se percatase de susintenciones,labesóconsuavidad.Aúnnoeraelmomentodesacaralaluzlafuriaapasionadaquelaasombraría.Bajolaluzdelamanecer,suslabiossefundieron,conunaarmoníaperfecta,durantevariossegundos.Antesdedejarlaescapar,ledioelúltimomordisco.

Livasesintióinundadadecontradictoriossentimientos.Unapartedeellaqueríaabofetearlehastadoblarleelcuello.Sinembargo,otroladobuscabaromperlelaropadeunsolotirón.Suluchainternalaparalizó,frentealamiradadeCaden.

—Estoyseguroquetuvidanotendríasentidosinesto.

Fantasma,fanfarrón.Milesdeadjetivoscomoestepasaronpor lamentedeLiva,peronopodíadecirninguno.Semaldijo,porsusdeseosdequevolvieraarepetirlo,dellegaramás,desaberquepodríasersuyo.EstabantanjuntosqueellatambiénsintióelvibradordelmóvilenlospantalonesdeCaden,querompióesemomentomágicoeincómodoalavez.LivaaprovechóeseinstanteparaalejarsedeFord,ocupadoendescubrirquiéneraelinoportuno.Genial,elqueseimaginaba,unadelaspocaspersonasdelasquenosevengaría.

—Rexnosechademenos.—Liva ledaba laespalda,volviendosuvistaalpaisajeque larodeaba,aunqueesonoeraloqueleinteresaba.Susdedosrozaronsuslabios,antesaliñadosconel fresco sabor de Caden Ford. Una sonrisa se perfiló en ellos, su parte más pícara estabaganando.

Larealidadlagolpeóderepente.Noestabaensituacióndeimaginarsenadarománticoparaella.Además,senegabaaserotradelasmujeresdeCadenFord,alasqueengañabaconamorparaluegomarcharenbuscadeunanuevaaventura.Siqueríamantenerelcontrolyrespetodelcazador, su carácter frío y soberbio debía permanecer intacto. Lo siento, Caden, pero lasemocionessonalgosecundario,pensó.

—Senoshace tarde, siqueremos recogeraBoscoaprimerahora.—Decidió ignorar loque acababa de ocurrir, dándole un toque en el pecho a Caden—. Nos rodeamos de gentebastantepeligrosacomoparahacerlaesperar.

***

Apesardelpocotráfico,inusualenunaciudaddeNevada,Chrisestabaintranquilo.

—Pensabaqueoshabíaisolvidadodemí.—GruñócuandoRex,sufalsopadreaparecióporlahabitaciónconlasilladeruedas.

—Lo pensé, pero tu cerebro es el único que entiende de software. —respondiósocarronamente—.¿Estáslistoparavolveralaacción?

—Siemprequeseatrasunordenadorynoconunapistolaenlamano.—SesentóenlasilladeruedasconlaayudadeRex—.Loquenomeapeteceespasarundíamásaquí.

—Sí,prefieronopreguntarcuántosinformeshastrastocadoparasalirtanpronto.—Boscocontestóconmediasonrisa—.Tuhermanateesperaabajo.Labuena,nolaquetequiereabrirencanal.

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***

—Hola,peque.—Livalesaludóantesdeayudarlealevantarse—.¿Quétaltuestancia?

—Uninfierno.—Chrisselevantódelasillacondificultad.Noteníanpermisoparasacarlamásalládelhalldelhospital—.Enrecepciónmehandichoqueteníasmisefectospersonales.

—Notepreocupes,paranoico,noentiendotumóvilparacurioseartuscosas.Toma.—dijotendiéndole el móvil de última generación. A Chris casi se le cae debido a su brazo encabestrillo,peroloatrapóenelúltimomomento.Y,comosialguienlomirase,unavezlotuvoasegurado,elsonidodeunallamadallamólaatención.

—¿Tunovia te echademenos?—dijoCaden.Bosco le enseñó el dedo corazón antesdecontestaraesenúmeroprivado.

—Hola,Christian.—Unavozfemeninalesaludó—.¿Cómoestátubrazo?Evanseensañóenesapartecontigo.

—Eh,¿qué?—Aquellallamadasuperabatodaslasrarezasalasquesehabíaacostumbrado—.¿Quiéneres?

—PásameaLiva,Christian.Nosentenderemosmejor.

—¿Ocurrealgo?—Livasediocuentadequealgonomarchababien.Chrislepasóelmóvil

—Alguiennosconoce.Tencuidado.

—¿Quiéneres?—PreguntóLiva.Trasunossegundos,lavozrespondió.

—Aquellaquebuscas.Laqueconoceelpresente,pasadoyfuturo.

—Lasibila.

—Sibyl,porfavor.Esenombreestan...arcaico.Uritedijoqueteencontraríacuandofueraelmomento.Y,sinEvanFord,estáissinnada.Menecesitáis.TeesperoenGilespieStreet,buscaeledificiodelarosaalada.Teespero,señoritaArkadi.

***

—Estapareceserladirección.—Rexmiróalarústicafachadadepiedra.Eledificiodetrespisos,todosaparentementedeshabitadosexceptoelsegundo,decoradoporunastímidasflores.En él había habitado una vieja estrella de cine, Rose Santina. Lo que pocos sabían es que enverdad era una arpía. En un sentidomás que literal—. Parece el sitio preferido de una viejaadivina.

—Esperadnosaquí.—CadenmiróaArkadi,queasintió.MientrasBoscoyRexesperabanenelcoche,ellosdosseacercaronalportal.

—¿Estásnerviosa?

—¿Porquédeberíaestarlo?—preguntólapelirroja.Cadenesbozóunamediasonrisa.

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—Nosé,quizásporqueestavidentepuededartealfinlasoluciónaeso.—SeñalólaMarca—.YdejardeserunaDamnare.

Arkadi no contestó, Caden no lo necesitaba. Un sentimiento de esperanza le recorría elcuerpo,algoledecíaquenotodoestabaperdido.Nonecesitaronllamaraltimbre,doshombrescorpulentos salieron a recibirlos. Vestidos de uniforme, algo en su aura hicieron a Livaretroceder.LamanodeCadenseloimpidió.

—Tenemosunacitaconlamujerqueviveaquí.

—Sibyl nove a cualquiera.—dijo el gigantede la derecha.Lavoz era aunmásgraveyautoritariaquesusatuendos.Arkadisedecidió,apesardequesuintuiciónledecíaqueesosdosnoeranhumanos,seadelantóyquitándoselamuñequeradecuero,lesmostrólamarca.

—Resultaqueyonosoycualquiera.—Parasusorpresa,despuésdequeinspeccionaranlamarca, cerciorándose de que en verdad estaba marcado en su piel como debería, noreaccionaroncomoelresto.HastaUrimostróalgunareacción.

—Escorrecto.—dijeronalfin—.Perotunoviosequedaaquí.

—Deesonada, amigos.—Caden sacó laplumadoradade subolsillo interior—.Yovoyconella.

Los matones no objetaron. Liva miró por última vez a sus compañeros antes de entrar.Boscomirabanerviosoporquecayeranenunatrampa,aligualqueRex.SiCadennofueraconella, seguro que ya se hubieran abalanzado contra los dos hombres trajeados y, tenía laimpresióndequenohubierasidolomejorparaellos.

Elportalestabadesierto,sinalfombrasoplantasartificialesparadecorar.Lomáscuriosoes que por no haber, no había ni escaleras. Una tenue luz iluminaba el recinto, donde lesesperabaunascensor.Apocospasos,esteabriósuspuertas.

—Sólohayunbotón.—dijounodeloshombres—.Ellaosrecibirá.

—¿Yanocontaremosconvuestrasimpáticapresencia?—dijoCaden.ArkadiadmirabalasganasdebromeardeCadenenesta situación,cuandoaellacasini le salían laspalabras.Unarazónmásquecorroborabanlabuenafamadelcazador.

—Somosprotectores.—Lerespondióelúnicoquehablaba—.Perononosestápermitidosubir.

CadenyArkadisubieronalascensor.Teníalostresbotonesdelospisosaunque,talcomohabíadichounodelosguardianessolofuncionabauno,losotrosdosnisiquieramanteníanelnúmero.Elascensordiounsuavetraqueteoantesdecomenzarasubirensilencio.

Alabrirselapuerta,habíanllegadodirectamentealpiso.Lesrecibiólaluzdevariasvelas.

—CadenFord.—Lamujerqueestabaallíeraalta,depeloblancocomoeldeunaancianaperodepielyapariencia juvenil,vestíadeuna formaelegantey sexy.Suvestido rojoceñidomarcabasuesbeltafigura—.Teníaganasdeconocerte.Parecequetútambién.

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—Nisiquierasabíaqueexistías.—Laretó.Cadenconocíaalosseresquesecreíanelcentrodeluniversoylegustabahacerlosvolveralarealidad.

—¿Eres Sibyl?—Lamujermiró a la joven y, detenidamente, la estudió. Arkadi hizo lomismo.Sutezeracasitanblancacomosupelo.Loslabios,finosyatractivos,seperfilabanenuntonorojizo,explosivoysensual.Trasunratoensilencio,ellasonrióysedirigióalasientocubiertodepieles,rodeadodetodaslasvelasdelrecinto.

—Esperabasunaviejaarrugada,¿verdad?—Sibylsonrió—.Puedoadoptaresaforma,peronoeslamejorenestaépoca.Esteaspectoabremuchasmáspuertas.

—Dejémonosdetonterías.—Cadenvolvióatomarlapalabra—.Yasabesaloquehemosvenido.

—Esoesmásdifícildeloquecrees,Ford.—contestóSibylsinalterarse—.Respuestas,unrayodeesperanzaymáspreguntasporresolver.Esdemasiadoparapoderadivinar.

—Puedes empezar por esto, Sibyl.—Arkadi quiso ayudarla a decidirse.Alzó lamuñecadesnudaparaquevieralamarca.Sibylcogiósubrazoydeslizósusdedossiguiendolaslíneasdeella.

—Hacíamuchoquenoveíanadasemejante.—Susonrisamostrabaunclarointerésporella—.LosDamnarenosonnadadeotromundoparamilargavida,perosíqueesextraordinariopoderestarfrenteaunodoble.

—¿Dequéestáshablando?—lepreguntóArkadi.

—¿Ves esto? —Señaló el símbolo de dentro—. Es el símbolo de los caídos. Y de losángelesblancos.Ambosángeles,compartenlamismaseñal.UnDamnarequedacondenadoalasalas cuando uno de ellos marca a fuego esta señal y, alrededor de esta, un circulo, paraprotegerlo de cualquier hechizo. Sin embargo, fíjate. —Siguiendo el dedo de Sibyl,comprendieron—.Dos te eligieron a la vez, Liva, aunque tu destino ya estaba sellado, no tepuedesconvertirenunblancocuando tusmanosestán teñidaspor la sangre.Sinembargo,unángeldecidióhacerlo,paradartemástiempo.Debesserunapersonamuyespecial,Arkadi

—¿Esosignificaquesepuedehaceralgo?—IntervinoCaden—.¿Secontrarrestanoalgoasí?

—Lamentodecirque,unavezconvertidaenDamnare,nohaymarchaatrás.Siuncírculodaprotección contra los hechizos, no te digo dos.—Sibyl les arrebató todas las ilusiones de unplumazo—.LoúnicoquetedaránserámáspoderymástiempocomoDamnare.

—Osea,quenoimportaloquehaga.—Arkadimirósumuñeca—.Seréuncaído.

—Yo no he dicho eso.—Ambos callaron para dejarla continuar—. No puedes evitar elcambio,loquesiguesinescribirseeseldestino.

—¿Encristiano,porfavor?—PidióCaden.Sibylrióensilencio,ignorandoalcazador.

—No necesitáis saber más de mí. Bueno, quizás una última cosa. Querida —dijo,

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refiriéndoseaArkadi—,dileaBoscoque,albuscar,enlace laspalabrascarrerayGosuto.Séquenotehedicholoquedesearías,peroconfíaenmí.—Leguiñóelojo.

—Confianza.—susurróArkadi.Luegosiguióenun tonomásfuerte—.Sí,esalgomehavenidodeperlas.

—¿Cuántasveceshededecirlequelosiento?—respondióCadenalcielosindestinatario.EnsuinteriorcallandolaspalabrasdeLacad.Pordesgracia,elcaídoestabaganando,pormuchoqueanhelarávolverahacerlaspacesconlaDamnare—.Nohagasculpablealosdemásdemiserrores.Peroteheprometidoqueteayudaría,ylocumpliré.—Esbozóunasonrisatraviesa—.Aunquenoestésdispuestaaayudarme.

—Oh, vete a la mierda.—Tras poner los ojos en blanco, cansada de la arrogancia tansecretamenteatractivadeFord,Livaledejóconlasibilamientrascogíaelascensor.Elcazadorsequedóinmóvil,conlosbrazosextendidosysinperderlasonrisa,preguntándoselarazón—.Por cierto, todavía nome has pedido perdón.Ni una vez.—dijo, antes de que las puertas secerrasen.

—Hablemos en serio.—La voz de Sibyl atrajo la atención de Caden. Lamujer de peloblanco estaba seria, pensativa—. Tu padre era un hombre muy sabio. Y mucho más comodemonio.Lehashechodaño,másdelquepiensas.Ynohagascomoquenosabesdequiénhablo.—Su revelación creó un nudo en la garganta de Ford. Sabía que Arkadi escondía sussentimientos, solo esperaba que no fueran tan hondos como para necesitar la tierra de otrosplanetasparallenarlo—.Nadieseacostumbraalabandono,niporconsecuenciadelamuerteymuchomenospormiedo.

—¿Estásdiciendoquetengomiedo?

—Teconozco,CadenFordytambiéntureputación.Erescomounmarinero,conunamujerencadapuerto,encadaciudad.Peroella…—miróhaciaelascensor,recordandoaLiva—,noescomo las demás. No te busca, no te sigue, no demuestra dependencia por tus palabras. Esdemasiadoorgullosacomoparadejarquesusemocioneslaarrastrenporsendasincontrolables.—Sibyl sonrió—. Es como tú. Y como Yoanna. Freud decía autenticas bobadas, pero loshombresmostráisdurantetodavuestravidaunclarosíndromedeEdipo.

—¿Quémequieresdecir?

—¿Te hacen falta más palabras?—La sibila se levantó de su asiento y caminó hasta elcazador—.Estásenamoradodeella.Estavez,deverdad.

—¿Yella?¿Tambiénsabesloquerondaensucabeza?

—Contodoloquetehecontado,¿necesitasconfirmación?

—Soydemasiadoegocéntricoparaopinar.Todasestáislocaspormí.

—Oh, Caden.—Sibyl estalló en carcajadas—. No deberías ser tan feliz creyéndote esasmentiras. Ésta es toda la ayuda que os puedo proporcionar, lo siento, pero los seres comonosotroshandetenerprecaucióndenoinmiscuirseenelpasodeltiempo.

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—Entonces,estoesunadiósdefinitivo.—Cadenmarcóelbotóndelascensor,queabriósuspuertas,dispuestoadevolverleasurealidad.

—No he podido ver el futuro de Arkadi, igual que el tuyo. —Informó Sibyl—. Es laprimeravezquepasa.Esperoqueloshilosdeldestinoosreservenbuenaventura.

—Hayalgodemíquenoconoces,Sibyl.

—¿Elqué?

—Yonocreoeneldestino,soloenlahistoriaquenosforjamos.—dijo,antesdequelaspuertassecerrasen.

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25

Nunca como hoy, el día había cundido tanto. Ricky abandonó su chaqueta en el primerrincónqueselepresentó.Noteníamujeralaquerendircuentas,solodosexalasquesuvidales importaba más bien poco, mientras pagara su pensión, en el caso de la segunda. Por lomenos,saberqueesedineroeraparalosestudiosdesuhijaJenny,lereconfortaba.Alcontrarioque sus viejos compañeros muertos, no quería que su descendencia siguiera sus pasos en lacapturadecriminales.Apesardelosmotivadoresdiscursosquedispensabaalosnovatos,unavez llevas tiempo en el negocio descubrías que, por mucho que hicieras, la lacra de lacorrupciónyelcrimennoteníafin.

Conesospensamientosyfarfullandomilmaldiciones,sedirigióalanevera.Necesitabaunvasodelecheantesdeirseadormir,acompañadoposiblementeconuntragodeWhisky.

Alencenderlaluz,suprimerinstintofueeldesacarlapistola.Alsegundolavolvióabajar,aunque a veces, cuando la veía, le apetecía darle algún susto. Sumirada inocente, aún con sumundodemonstruos,leprovocabagracia,perotambiénfrustración.Parecíanorendirsejamás,niaunquesudestinofueraelmismoqueelsuyo:conmásprobabilidadesdeacabarmuertoporuntiroenunacunetacualquieraqueacabandoconsusenemigos.

—A veces pienso que quieres que te pegue un tiro.—El comentario hizo aparecer unachispadehumorenlosojosdeArkadi.Miróelvasoquelajovensosteníaensusmanos,zumomultifrutas,delquesolobebíasuhijaenlascontadasvisitasquesumadreledejaba—.Joder,yaeresmayorcita.¿Porquénobebesalgodeadultos?

—Losadultossoisaburridos.—Diootrosorboalzumo—.Nosoyajenaalalcohol,Ricky.Peroprefieroreservarloparaeventosimportantes.

Comosaberquetusdíascomohumanahanmuerto,comoDamnareestáncontadosycomoángel pronto llegarán, recordó junto a la últimavezquehabíaprobado el alcohol.Desde esanoche, no había vuelto al Jimmy'sCave, el cuarto policía de la patrullaX, como decía en suinfancia.Jim,Ricky,Tongysupadre,cazandocriminales.Sucuartetodehéroes.

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—¿Quéquieres,Liva?

—¿Acasonopuedovenirasaludaraunviejoamigo?Odioquemeconozcasasídebien.—dijosacandounasonrisaalmalhumoradopolicía.

—Teconozcodesdequenaciste.Además,eresigualquetusantopadre.Teofrezcountrato.—Ricky había cogido otro vaso, y lo había llenado con el zumo—. Yo contestaré a tuspreguntas.Acambio,túmeaclararasciertascosassinrodeos.

—Hecho.—Amboschocaronsusvasosyvaciaronsusbebidas.Queasquerosidad, leoyódecir—.¿Quiénempieza?

—Lasdamasprimero,porfavor.—Hizoungestoconlamano,paraquenosecortara.

—Mi investigación me ha llevado a un nombre curioso. Es de un piloto de carrerasilegales,Gosuto.

—Sí, le conozco. —Se quedó pensativo, repasando mentalmente todos los datos queconocía—.Esenombrenoesreal,porsupuesto.Enjaponéssignificafantasma,unperfectoaliaspara ese tipejo. Se presentaba a las carreras dentro de su coche, corría, machacaba a suadversarioyvolvíaadesvanecerse,cualespectro,enlanoche.Losrumoresdelacalledecíanqueestababajo la tuteladeKennethMorgan,un tipoconmuymalaspulgas.Estabametidoenvarioschanchullos;drogas,carrerasilegales,clubsdepóquer…LasVegaseselparaísodeesedesgraciadodeMorgan.

—VuélvemeaJuw...aGosuto—pidióLiva.ConocíaaGiorellicuandodivagaba.

—Poco,pornodecirnada,hayactualizadodeeseconductor.Dejódecorrerhacecasiunaño,despuésdelaccidente.

—¿Accidente?

—Malasuerte,mejordicho.SecargóaunadelasfavoritasdeMorgan,cuandoesecamiónignoró las alertasde losparticipantes.Ellaviajabaa su lado, era su talismán.Todoelmundosospechabaquehabíaalgomás.Asaberquéeraverdadyquéno,aunqueporestavez,mecreolosrumoresapiesjuntillas.

Tenía sentido. Juwan era un joven caído, posiblemente había desaparecido tras suconversión.Livaseentretuvobuscandolaspistasquelaayudasenaentendercómoencontrarasuúltimaoportunidadde llegarhastaAstaroth, loque le impidióprepararsepara el asaltodeRicky.

—Ahorametocaríaamí,¿verdad?

—¿Si?—Sehabíaolvidadoporcompleto.Giorellisediocuentayatacóasaco.

—¿QuéhaocurridoconEric?TeníaensusmanoslaposibilidaddepromocionarseconelcasoMosleyperolehadadocarpetazo.Sabemosqueélnoesdelosquedejalascosasamedias,asíquemeimaginoquetútienesalgoquever.

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—Mehadescubierto.—ConfesóArkadi—.SabequetrabajoconRex,yahorameodiaporeso.

—¿Solo eso? —Rick era más listo de lo que aparentaba. Levantó una ceja, incrédulo.Arkadisuspiró,resignada.Nomerecíalapenaseguirocultándolo.

—Ypormitrabajo.Nolehasentadobienserelúnicoquenoconocieselaverdad.Sobrelosseresnohumanos.

—Meloimaginaba.Notepreocupes,selepasará.Elprimercontactoesbrutal,créeme.Anadielegustasaberquealguienqueridoseestájugandoelpellejodeesamanera.

Su comentario tuvo el efecto deseado sobre Arkadi. No debía olvidar jamás que, a sualrededor,habíamuchagentequelaquería.

—Tengootrapregunta.Nopretenderásque siga sin sabernadade loscaramelosquemedisteyluegotellevaste.—dijo,refiriéndoseaCadenyMosley.

—Alfinal,hansido...rentables.Nohubierallegadotanlejossinellos.

—Notefíes.UnacosaeselfrikideBoscoyotraelcriminaldeMosley.

—Noparecetanmalocuandoleconoces.

—Nomegustanadiequehayamatadoaunserhumano.—Éleraquienlehabíaenseñadotodo lo posible sobre inutilizar al enemigo sin matarle. Por eso le ocultaba algún detalleescabrosodesusmisiones.ComoladeKravchenko.GiorellieraelpilarfundamentalenlavidadeArkadi,peroerademasiadohonradocómoparapodercompartir conél todos lososcurossecretosenlosquedesembocabalavidarelacionadaconlosobrenatural.

—Volviendoaloanterior¿QuésabesdeMorgan?

—¿Esaquiénbuscas?¿Aesemafioso?

—Miobjetivoesotro.Digamosquelenecesitoparapoderdeteneralpájaroqueescapó.

—Sabesquenopuedodarte informaciónsobrecasosabiertosdeotrosdepartamentos.—Giorelliletendióunacarpetadecueromarrón—.Poreso,yonotehedadoesto.

—Soylareinadelaamnesia.—Sonrió—.Yanimeacuerdodecómotellamas.

***

Cadenlediounavueltamásalpapeldepost-itdeLiva.

—Amítambiénmegustaríapoderecharunvistazoaalgúnqueotroarchivopolicial.

—Ni lo sueñes. Ésta es la única dirección que los de antivicio tienen de él. Lo quebuscábamosynadamás

—Siempreme puedo buscar otromodo.—dijo,mirando hacia el asiento deBosco. Era

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admirablelacapacidadderecuperacióndeljovenhacker.Acababadeestaralbordedelamuertey,sinembargo,quitandounpardepuntosyunatobilleraensupiernaderechaestababien.NiMosleyvolvíatanrápidoalaacción.

—Sielladicequeno,paramíesmisa.

—Quépena.

—Giorelli se juega el pellejo al ayudarme. Y no solo él. Asuntos Internos no sueleconformarseconrespuestasbrevesygenerales.

—Dímeloamí.—suspiróMosley.Searrepintióalmomentodehaberabiertolabocaalverquetodoslemiraban,curiosos—.Nohedichonada.¿Seguimosconlastonteríasoentramos?

***

ChrishabíalocalizadoconsuordenadorladirecciónqueLivaleproporcionó,loúnicoquecompartiódetodoelinformedelapolicía.Seencontrabanenelextrarradio,unamalazonadeLasVegas.Elbloquemostrabaclarossíntomasdedeterioroylossonidos,comolosgritosylosperros ladrando, eran el pan de cada día. Sin duda alguna, ésta no iba a ser la residenciaprincipaldesucaptura.EsperabanencontrarseconlosmatonesdeMorgan.

Rexseadelantóenel rellano,conungesto, les indicóa losdemásquesequedasenen laretaguardia. Sacó su fiel pistola y esperó. Necesitaba el silencio para orientarse. Pronto eldestino le dio lo que buscaba. Había tres hombres, si estaban armados era artillería ligera.Posiblementetuvieranunapistolaescondidaensuspantalones,noleimportaba.Cuandoentrasenolesdaríatiempoaparpadear.

—Rex.—Cadenlellamó,haciendoquemirarahacialasescaleras—.Noquieromuertos.

—Santurrón de pacotilla.—gruñó entre dientes, pero asintió con la cabeza. Del bolsillointerior de su chaqueta sacó el juguete que tanto le gustaba. La granada de humo crearía lacortinaqueledaríaseguridadalevento.Normalmente,estetipodeartefactosdebíanserusadoscon una máscara para que no fueran un arma de doble filo. A Rex, eso se la traía floja,demasiado tiempo en las fuerzas especiales le habían creado una tolerancia a esos humosirritantes.

Eraelmomento.Deuntiro,hizovolarlacerraduradelamalnutridapuerta.Quizássehabíasobrepasado, con una simple patada hubiera obtenido el mismo resultado, pero no pensabaponerse frente a un par de hombres sorprendidos y, probablemente armados. Con la manorestante, acercó la bomba a su boca. Sus dientes se clavaron en la anilla de seguridad y lasacaron de su posición inicial. Rápido, la lanzó, sumergiéndola en las profundidades delminúsculopiso.Solonecesitoesperarunosinstantesparaqueladensanieblafueraaptaparalaincursión

—Horadejugar.Ylostresparamí,quebonitoregalo.

CadenyelrestoesperaronpacientesmientrasRexdesaparecíaenelblanquecinohumo.Notardaronmucho en oír los disparos. Primero fue uno, tras unos segundos otros dos bastante

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seguidos.Seestabahaciendoviejo,pensóFordcuando,porfin,Mosleyvolvióaaparecer.

—Tododespejado.—Supistola aúnhumeaba y su caramostraba una satisfacción insanaporeso.Mosleyabriólasventanas,paradespejarelambiente.Notodoserantanduroscomoél.Esoleencantaba.

—Tuspulmonesdebenestarhechosunasco,Mos.—Fordentrótosiendo,molestoporlosresiduosdelagranada.

—Puesdéjaseloalosguerrerosdeverdad,capullo.—AtacóRexcomoerayahabitualensus exhibiciones de soldado. Parecía volver a los viejos tiempos con misiones como esa,apareciendo un antiguo Rex Mosley mucho más belicoso y malhablado del actual. Aunqueparecieraincreíblequepudieraserpeor.

—Ignórale,Rex.—Arkadiagregómásleñaalfuego—.Nostieneenvidiaportenermuchomásaguantequeél.¿Verdad,pequeñín?

—Es lo que pasa cuando el niño de papá juega a la guerra.—Mosley siguió el juego,divertido.

—Genial,ahoraosuníscontramí.Conloquehemossido,Rex.¿Ymeabandonasporesamujer?—Arkadi estaba investigandocuandonopudo reprimirunapequeña tos.Lo suficienteparaqueCadenlaoyera—.Ajá,nosoyelúnicoentoncesconproblemasdefumadorpasivo.

Liva le contestó enseñándole el dedo corazón. Era hora de centrarse en lo que habíanvenido a buscar. Los tres hombres, maltrechos, se esparcían por el suelo, doloridos. Doshombresde treintaypoco,blancosyotrounpocomás joven,deorigenafroamericano.Esteteníaundisparocercadelarodilla,incapacitadoperonomortal.UnodelosotrosdossellevabalasmanosasutobilloymirabafuriosoaMosley.Elúltimonoparecíatenermásrasguñoqueunojomorado.

—Quéextraño,oítresdisparos—dijoLiva—.Noparecesserdelosqueerrauntiro,Rex.

Cómocontestación,Mosleyleseñalólapareddelfondo.Allí,adosmetrosdelmarcodelaventana,seveíaelagujero.

—Habíaunaaraña.¿Sabeselascoquemedan?

—Rex,tetoca.Lapartedivertida.—LeanimóCaden.Sinembargosolosalierongruñidosdelviejoagente.

—De estos no voy a sacarmás diversión que el placer de poder arrancarles un ojo.—Cogióalqueparecíamenosherido,eldelpuñetazoylazarandeóparaquedespertará—.Avermamón,nosoyconocidopormipacienciaconsubnormalescomotú,asíqueterecomiendoqueno te andes con tonterías. Haz algo si me has entendido. —Hubo un leve movimiento, másinvoluntario que de aceptación—.Lo tomaré por un sí.Hablaré lento para queme entiendas.¿DóndepodemosencontraraMorgan?

—Quétejodan.—Rexrespondióconunpuñetazoenelotroojo.

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—Yatieneselantifaz.Contéstame,oelpróximogolpeiráaotrapartemásdelicada.

—Vale, vale, tío. Está en Los Ángeles. Este sábado se celebra una de las carreras másrentablesjuntoalmar.MorganganabamuchapastaconGosuto,perodesdequesehaido,buscacomolocoaotraestrellacongasolinaenlasvenas.Pero,unnuevofantasma, imposible.—Elhombre respetaba a Juwan.ALiva le hubiera gustado saber quépensaría si supiese quien eraahora.¿Huiríadelmonstruooloadmiraríamásporsuslogros?

—Muybien. ¿Ves cómono ha sido para tanto?—Rex terminó la conversación con otropuñetazo,esteparadejarlesinsentido—.Elmapachedicelaverdad.Yatenemosalgo.

—Buentrabajo,Mosley.

—Jódete,Caden.—Respondióalasornaconlaquelehabíafelicitado.Chrisintervino,conmásprecauciónqueelresto.

—¿Cómo nos vamos a acercar a ese tío? —preguntó Bosco—. ¿Soy el único que hapensadoeneso?

—El dinero abre muchas puertas, Chris. —dijo Caden—. Y yo tengo bastante de eso.Ademásdeuncochemuyinteresanteparaunhombrecomoél.

—Lacarreraesendosdías.Nohaytiempo.

—PuedollevarelcocheaLosÁngelesantesdequemijetllegueallí.

—¿Tienesunjetprivado?—preguntóMosley—.¿Porquénuncahemosviajadoconél?

—Porquenoesparaestetipodevida.—respondió—.Aparte,nopuedoircondelincuentes.—MiróhaciaLiva—.Arkadi,estaveznostocairsolos.

—Mequedoconellos.—SurápidarespuestahizoreíraCaden.

—Deesonada,nomevasadejarsoloconelmarrón,preciosa.

—No te quejes, Liva. —dijo Rex—. A mí éste mamón me lo ha estado ocultando.Cabronazo.

Cadenselimitóasonreír.

—Nadanosaseguraquedeesteviaje saquemosalgoproductivo.Bosco,Rex,necesitaríaque busquéis otro tipo de información. Sobre Juwan, sobre Astaroth, cualquier aguja queencontréis en este pajar de plumas. Se nos acaba el tiempo.—Miró de reojo a Arkadi—. Yvamosdemasiadospasospordetrás.

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Verlasnubesdesdesumismaalturaeraunodelossueñosinfantilesqueestabadisfrutandocumplir. Arkadi no se separaba de la ventana en forma de ojo de buey. En el horizontecomenzabaavislumbrarselasprimerasimágenesdesudestino,LosÁngeles.

—Necesito queme digas algomás deKennethMorgan.—La voz de Caden la obligó avolversuatenciónotravezal interior.Era llamativo,perono tanbonitocomo las juguetonasnubes.Porlomenos,noeratanexcéntricocomoparadecorarloconunalámparadearaña.

—Nohaymuchoquenosvalga.—Livaseapartódesulugarpredilectocondesgana—.Lapolicía está interesada en sus negocios, sobre todo en las carreras ilegales. Mueve bastantedineroacostadelaproteccióndesusprotegidos,valgalaredundancia.Eltíoviveenunmundoquedesconozco.

—Por suerte, sí es el mío. ¿Te crees que los millonarios son angelitos? Perdón por lacomparación.—Cadensediocuentatardedequeesacomparaciónnoeraadecuada.Alsegundo,olvidósudespiste—.Conozcocomopiensanesasalimañas.Ibanasermissocios.

—¿Ahoratealegrasdeentrarenmimundo?—RióArkadiyCadenlaacompañó.

—Estoymás a gusto, es cierto, aunque para que sigas en él, volveremos almío.Lo quequieredeciresqueesteyo,notú.¿Tegustaráqueyotengaelcontrolsobreti?

—No lo tendrás, pero te haré creer que sí.—Liva le siguió el juego. Caden se acercópeligrosamenteaella.Livadecidiónoachantarse,teníaquecontrolarse.Aunquedesearahacerotra cosa, se resistiría. Como se imaginaba, sus tonificados brazos rodearon su cintura. Sucuerpo se acercó, la rozó, luego chocó contra el suyo. Respiró pausadamente, no podíapermitirseningúntipodealteraciónantesucercanía.Quépenanopodercontrolarsualborotadocorazón.LacabezadeCadenserelajóbajandosinruborhastasuposición.Livadejóquerozarásuslabiosantesdeapartarsebruscamente.Seacercóasuoídoparasusurrarle.

—EstonoesnecesarioparaatraparaMorgan.

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—Peroesdivertido.—respondiórápido,mientrasapoyabasusienaunladodelacabezadeArkadi. Fue deslizándose, suavemente, intentando volver a provocar la situación. Ese día uncarmínrojoteñíaloslabiosdelaDamnareyCadendeseabaconocersusabor.Otravez,Livaselo impidió, colocando su dedo índice en sus labios. No quería darle ninguna oportunidad alcazador y menos en un sitio tan poco favorecedor para la huida. Aún así, su líbido parecíaempeñadaenjugarconfuego.

Caden pareció rendirse, dejó las travesuras y volvió hasta su anterior asiento. Luego,cambiódeidea,sedirigióhacialacabina.

—¿Trajisteloquetepedí?

—Estáenelcompartimentoizquierdo,señor.

—Perfecto.

—¿Qué buscas?—Ahora, Arkadi estaba intrigada. Caden no le contestó, solo sacó unabolsadeunatiendaderopa,bastantecara.Dentro,variaropafemeninaleesperaba.

—Esunregalo.

—¿Tienesalgocontramiformadevestir?

—Por supuesto que no, pero esa es la ropa de una cazadora, o una poli de Las Vegas.Cariño, ahora estás enmimundo, ydebes camuflarte si quieresque esto funcione.Venga, norefunfuñes.—Acercóunvestidocorto,detonospálidos—.Estoysegurodequeestotesentirábien.

—Noséquemedamásmiedo,loceñidoquemequedaráestevestidooconvertirmeentunoviaflorero.

—Cariño,jamáspodríasserunamujerflorero.Tucarácteresincompatible.

—Ydejadellamarmecariño.

Nadamásabrirlapuerta,elsollecegó.ÉstenoeracomoeldeNevada,éstetetumbaba.Lecostóunosminutosacostumbrarsealaluz.Ahorarecordabaporquépreferíalasmisionesalaluz de la luna. Al fin y al cabo eran mucho más típicas, eso sí, si tus enemigos eran seressobrenaturales.Pordesgracia,éstenoeraelcaso.

Caden la acompañó hasta la limusina que les esperaba, por ordenes de la nueva facetamillonaria de Ford. Ahora que se percataba, le debía dar las gracias por la frescura de esevestido.No era su estilo, ni aunque se diera veinte golpes en la cabeza, pero era refrescantecuandoelvientolaacariciaba.

—¿Dequéteríes?—lepreguntóCaden

—Nada, anécdotas añejas.—Mintió. No se lo diría ni en unmillón de años—. ¿Cuál es

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ahoraelplan?

—Iremosacomer.Conozcounbuenlugar.

—Puesvaya,quéestratega.

—Ningúnhombrecondineropuede resistirsea fardardeél enese lugar.—Leguiñóunojo,divertidodeesesecretoqueladejabamal—.Confíaunpocomásenmí,Liva.Meheganadomifamadealgunamanera.

—¿Ladetontaina?

Caden estalló en una profunda carcajada. Decidió darle el set y el partido, verla así leprovocabapalpitacionesydeseabapodercontrolarse,ahoraqueambosestabansinlaproteccióndesusfugitivos.

Esa era Los Ángeles, la ciudad del sol, las playas con exuberantes mujeres y fornidoshombres, el lugar donde todo se evaluaba por el aspecto que tenía. Por doquier, Arkadireconoció coches caros y extravagantes y personas que eranmásplástico quehumanos.Perocómoolvidarlabellezadeesaciudad.Sí,LosÁngelesbullíadevida,cómoLasVegas,peroconuntoquediferente.Envezdelaartificialluzdeloscartelesdeneónylaslucesdelasmáquinas,estaciudadsenutríadelsolnaturalylavitalidaddelosresidentesnosemedíaenlosgradosdealcoholemiadelextasiado.

No tardaron en llegar al restaurante Adagio. ¿Quién le hubiera dicho a aquel joveninmigrante italiano que su pequeño puesto de comida se convertiría en un lugar tan elitista?Educado,Cadenleabriólapuertaasuacompañante.ElMaîtreparecióreconocerelrostrodeljovenmillonario,nohizopreguntas.Losacompañóhastaunadelasmejoresmesas.

—Tráigameelmejorvinoysuespecialidad.—elcamareroasintióysemarchó,sinperdereltiempo.

No tuvieron que esperar mucho para conocer a Morgan. Venía solo, sin seguridad nicompañía femenina. Fuera, Caden atisbó a sus matones, esperando a que su amo y señorcomiera,bajoelsoldeCalifornia.

—Está bien, has acertado. —dijo Liva—. Ahora solo queda saber cómo iniciar unaconversaciónconél.

Sí,Cadenteníaunabuenaidea.Unadeesasqueseteocurrencuandovesatupresalanzarunamiradafurtivaatuacompañante.

—Vealbañoaempolvartelanariz,oloquesea.

—Nomeapetece.—SerevolvióLiva.

—Hazmecasoporunavez,Arkadi.—Concuidado,miróasuvíctima—.NoteolvidesdemiraraMorgancuandopases.

—¿Porqué?

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—Porqueerespreciosayélquerrásaberconquiénvasacompañadaparaversitienealgunaposibilidad.

Liva se levantó del asiento sin poder esconder un ligero toque de rubor en su nacaradorostro.Caden lovioy sonrió.Lehabía costadoconseguirqueaceptaseuncumplido tanbien.Obedeciendoalplan,Arkadisedirigióhastaellavabo.Quépillo,pensó,alverquesucaminoleobligabaacruzarfrenteaMorgan.Entonces,sufurtivamiradasedirigióhaciasuizquierda.AllíestabaKenneth,susojossecruzaron.Conocíaesamiradadeinterés,Cadenhabíaacertado.Solodebía durar unos segundos,Liva volvió la vista al frente y entró en el lavabo. Semiró en elespejoysonrió.

—Voyaempezaracreermequedeverdadsoytanguapa.

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—Nomelopuedocreer.CadenFord,elfamosoyjovenmultimillonariotrotamundosaquí.—Sininvitación,sesentóasulado—.MellamoKennethMorgan.¿QuéhaceenLosÁngeles?

—¿Acasodisfrutardelaespecialidaddelacasanoesmotivosuficiente?

—Apesardequecompartosudevociónporelsolomilloalasfinashierbas,deéstelugar,nocreoquelacomidaseasuúnicamotivación.—Morgansemesólafinabarbadesumentón—.Cómoesajoven.—dijo—.Unacompañíamuyatractiva.

—¿Quieresaber larazóndemiestancia?—Kennethsereclinó,esperandolarespuesta—.Esusted,señorMorgan.

—¿Yo?

—Séquiénesyaquésededica.Carrerasilegales.Seganamuchapastasieresinteligente,¿verdad?—Morgancarraspeóyesbozóunasonrisanerviosa—.Nosepreocupe,nolejuzgo.Esmás, me resulta fascinante, igual que su gran pericia. —Antes de su bohemia y enigmáticaescapada,Caden había podido entrenar sus habilidades con hombres de negocios. Pormuchodineroqueacumulasen,unbuenpardehalagosatraíansuatenciónmásqueuncarameloaundiabético—.Fuemuyhábil al percatarsede aquel joven talento.Gosuto, curiosonombre. ¿Laideafuesuyaodeél?

—Gosuto era quién manejaba el volante. Yo quién le manejaba a él. —Sonrió condesprecio.Cadenseimaginóquesuseparaciónnohabíasidomuyamistosa—.Nohaynadaenelmundodelespectáculocomounfantasma,alguienaquienfueradifícilseguirelrastro,élestuvodeacuerdo.Legustabasuintimidad.

—Interesante.—Cadensonrió,divertidoconeljuego—.¿Sufugatambiénfueideatuya?

—Tengootrojugadorenlapartida,señorFord.Quesepaqueesoscomentariosyanomeafectan.Porlomenos,notanto.

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—Estoysegurodequesigueenojado.Verá,éltienealgoquequiero.Elproblemaesquenosédóndeencontrarle.Estoysegurodequeusted,Kenneth,tieneinformaciónmásquerelevanteparamiinvestigaciónsobreJuwan.

—Juwan.—Morgan pareció sorprendido—. Sí que lo conoces, entonces.—dijo curiosoporlosnuevosacontecimientos—.Hayunproblema,señorFord.Nodoynadagratis.

—Cómono.

LaconversaciónentrelosdoshombresseinterrumpiómomentáneamenteconlaaparicióndeLiva.Cuandoseacercó,rápidamenteKennethselevantó,devolviéndolelasillaaladama.Sinpreguntar,recogióotradelamesacontigua,ocupadaporunhombrequeniseenteró.

—Lepropongountrato.Unacarrera,siganamos,nosdarálainformaciónquetengasobreJuwan.

—¿Ysiganóyo?—EralapartequeimportabamásaMorgan.Estabaseguroquesunuevaadquisiciónenelmundodelascarrerasilegalesibaadarlemásdeunaalegría.

—Micoche.

—Tengomuchoscochesamidisposición¿Quétieneeltuyoquedebahacermeplantearmeaceptar?

—PuesquenocreoquetengaelmurciélagomodificadodeKaos.—OíresenombrehizosaltarlaalarmadeKenneth.Lanegociaciónhabíadadoungiroinesperado.

—Tienesqueestardebroma.—Serió,nerviosoantelasituación—.Elcochedeunodelosmejorespilotosdelahistoria.Creíquehabíasidodestruido.

—Esoessololeyenda.KaosmurióenvueltoenllamasdelPassionatta,sucochedereserva.ElBelloInfernoestabaaveriado,esorestabaglamouralahistoria.Yeseseráelcoche,enelquemihermosaacompañante,haráquetunuevaestrellaestanochecenésuhumo.

—Tratohecho.—dijoMorgan—.Peroconalgomás.Laquieroaella.—SeñalóaArkadi.

—Nosoyningunamercancíaporlaquepuedaapostar.—Livasesintióofendida,nosoloporlasverdaderasintencionesquepudieratener,sinoporlaformadetratarlacomounobjeto.

—Pormí,deacuerdo.—Sinembargo,Cadennoparecíamostrarlamismarepulsión.Livasevolviócontraél.

—Nilosueñes.

—Harásloqueyotediga.Asítienesunincentivomásparanodejarmeenridículo.

—Hechoentonces.MeencantaráverleestanocheenlaAvenidaSantaFe.

***

—¿Tehasvueltomajaraoalgoporelestilo?—Consumocuidadodebidoa los tacones,

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ArkadiibadetrásdeCaden,enbuscadeunaexplicación—.¿Desdecuándotengoelcartelde“sevende”pegadoenmifrente?¿Ycómoseteocurrehablarmeasí?Tienesunincentivomásparanodejarmeenridículo.—ImitódeformaburlescalavozdeCaden—.¿Estástonto?

—Teatro.No puedo quedar ante esa gente como alguien sensible.Además, así evito queintentenraptartecuandoganemos,comorepresalia.

—Oh,milgraciasporprotegermecontraesoshombrestanmalosypeligrosos,mihéroe.—dijo imitando a una princesita de cuento—. ¿Debo recordarte que soy unaDamnare? Lospuedoachicharrarconsolomirarlos.

—No,sinohayfuegoenellugar.

—Puesprovocaríaun terremoto,yoquesé.—Arkadirespiróhondo, intentandocalmarse—.Porestavez,teperdono.Pero,repíteloynovaaquedarnadadetuspelotascuandotedéunapatadaenlasusodichazona.

—Yyo te loagradezco.—Sonrió,divertidocon laamenaza—.Mejorguárdate tuenfadoparalacarrera.Lonecesitaras.

—Cretino.—susurróLivaantesdeseguirlo.

***

Livasecambióelvestidofloralysepusoelvaqueroajustadoconelcinturóndecueroyunacamisetadetirantesazul,acompañadodeunchaleco.Eraunatuendomáspropicioparalanochequeprontollegaría.Habíavueltoprontoalhotel,enotrascondicionesquerríavisitartodalaciudad,peronoensusituación.Dudósobresi,paraconducirelcochedeberíapresumircontaconesollevarzapatosplanos.Lacoqueteríapudoconellayganaronlasbotasoscuras.

—Quiero ver ese coche. —Liva salió del baño antes de que Caden pudiera acabar devestirse.Llegóatiempodevereltorneadotorsodesucompañeroantesdequelacamisaoscuraloescondiesecerrandolosbotonesblancos.Diosmío,pensóArkadi;¿porquéteníaquesertanjodidamenteperfecto?Susojosazuleslamiraronconpicardía.

—Nosoyelúnicoalquelesientabientodoloquesepone.—ÉltampocopodíaignorarlaaparienciadeLiva.Sumelenarojaondeabarizada,cayendosobresushombros,muestradelafuria indomable que se escondía en su felinamirada. El brazalete sujeto con cuerdas seguía,impasible, en su lugar. Pero no pormucho tiempo, Liva, trasmirarlo unos segundos, se loarrancó,dejandoalamarcarespirar.

—Esunatonteríaseguirocultandoloquesoy.—explicó—.Además,aquínotienenniideadesusignificado.Ydesentonaconelrestodemiconjunto.

—¿Sigueigual?—preguntóCaden

—Por supuesto. —contestó, tras una rápida mirada para asegurarse—. En su sitio,amenazándome.

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—Noladejaré.—dijoCaden,ofreciéndoleelbrazo—.Vamos.

En el aparcamiento les esperaba lamaravilla. Elmurciélago grismetalizado no portabaningúndibujodepropiedad,másqueunasupernovaenel techodelcoche.Kaosnonecesitabamássignosdepresentación,sucocheúnicovalíaparaenmudeceralpúblico.

—Estábien,estonomeloesperaba.—dijoasombrada.

—Ytúlovasaconducir,despuésdequelohicieraKaos.Bueno,loconfieso,algunavezlohesacadoapasear.—Cadenlelanzólasllavesdelcoche,queArkadirecogióalvuelo.

Elcochedespertóconsuavidad,enérgicoalospocossegundosdelcontacto.ALivallegóadarlemiedorayaresabestiasilenciosa.Enlacarretera,sedeslizabacomounateladesedaenlapieldeunageisha.Estoeraunagozada.

—Encincominutosestaremosallí.—dijoArkadi,mirandohacialacarretera—.¿Creesqueganaremos?

—Conestecoche,seguro.

—NosoyKaos,Caden.Nopuedohacermilagros.

—Síquepuedes.—Leguiñóelojo,cómplice.Quémono.

Llegaronhastaelalmacénabandonado.Onotanto,cómoquedóclarotrascruzarlapuerta.Unpequeñoyalborotadogrupodejóvenesrevolvíaellugarconsuschuleosenmotos,mientrasloscochesesperaban,pacientes,suturno.Sinembargo,elalgarabíosedetuvo,talycomosiunabombainvisiblehubieracaídoeneselugar,dandopasoalsilenciodelaadmiración.YtodoellodebidoalcochequeconducíanLivayCaden.

—Dios mío. —Kenneth apareció de la nada, situándose en el mejor sitio para poderadmirarelLamborghiniMurciélago—.Eraverdad,entonces.

—¿Acasodudabasdemispalabras,Morgan?—ArkadiyFordyahabíansalidodelcoche,sinalejarsemucho.

—Soloesperoqueseashombredehonor.—MorgandesviósumiradahaciaArkadi.Ahorasíquenocabíadudadesusintenciones,lamirabacomounjuguete.Arkadisecontuvoparanoprovocaruntornado,yqueélestuvieraenelcentro.

—Noteemocionestanto.—Cadenlasacódelapuroyeliminólosvengativospensamientos—.Es lamejor,muchomás que… ¿cómo te llamas?—dijo, refiriéndose al chavalín junto aMorgan.Erahispano,convariostatuajesensusbrazosysupecho.Llevabaunabandanaenelpeloyqueríaaparentarserunchulodebanda.Losquemáslastimaledaban.

—ChicoFlores.—Contestó,convozaltanera—.Yunasoviéticapelirrojanotienenadaquehacerconmigo,anoserqueseaenlacama.

Losasistentessilbaronenbuscademásguerradepalabras.

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—Cállate, Flores.—Morgan le paró sin despeinarse—. Puedo dejarte unosminutos paraquetedespidasdetucompañía.

—Nomeharáfalta.Correréconella.

—Allátú.—dijoKenneth—.¿Empezamos?

—Cuandoquieras.—CadenyArkadivolvieronalcoche.Elambienteyaestabacaldeado,lasapuestasfluíanalniveldeunacatarata.Loshabíaqueconfiabanenelcochedeunaantigualeyenda,perounprotegidodeMorgannoeramocodepavo.LascosasnopodíanllegaratantatensiónniconlosmismosNikkiLaudayJamesHuntenplenacarreraporeltítulo.Unaveztodohubofinalizado,loscochesfueronllamadosalalíneadesalida.

Primero se acercó Flores. Su coche, un Ferrari rojo, con varios rayos amarillos en laspuertas.Loscochesrugieronunaúltimavezantesdequelanoviadealgunodeestossesituaseensuposición.Levantólosdosbrazosenposearmoniosa,encantadadeserelcentrodeatenciónde todos.Discretamente,guiñóunojoaArkadi,deseándole suerteenesemundodehombres.Tres segundosdespuésbajo los brazos, los aceleradores fueronpisados a fondoy las ruedasecharonhumo.

—Entre nosotros dos, ¿cuánto sabes del mundo de las carreras ilegales? —preguntó aCaden.

—Ahoraqueestamossolos,nomucho.—sonrió—.Túdalefuerte.

—Yebet.—Maldijoantesdeobedecer.Sinapenasdarsecuenta llegó laprimeracurva.Lapistaeradelomássimplequepodíahaber,consistíaendostramosrectoslargos,acompañadosde dos curvas pronunciadas. Los primeros trayectos daban la oportunidad de alcanzarvelocidadesdevértigo,poresoeraunade lasmáspopulares.En lamitadde lasegundarectaFloresyalesllevabaunagranventaja.

—Maldita sea. Vamos a perder.—No podía acelerar más a fondo. Frustrada, golpeó elvolante—.Mierda.

—Dejademaldeciryactivalanitro.—ordenóCaden.

—Novaasersuficiente.—Livaempezabaadesesperarse,alcontrarioqueCaden.

—Síqueloes,siempreycuandotúloayudes.Vamos,sabesaloquemerefiero.

—¿EstaspidiéndomequeusemispoderesdeDamnare?

Fordarqueóunaceja,dándoleaentenderquehabíaacertado.Laúltimacurvaseacercaba,amboscocheslacruzaron,eldeChicoFloressegundosantesqueeldeLiva.Eralahora,surivalactivosupropulsiónextraycomenzóavolar.Antesdeperdersuestela,Cadenhizolomismo.Detrásdeella,Arkadisintiólaschispasqueennadaseconvertiríanenunferozfuego.Cerrólosojosy seconcentró.Prontoobtuvoelcontrolde laexplosión, luegode las llamas.Lasazuzóparatentarlasasuperartodossuslímites.

Duranteunossegundossesintióahogadaporelcalor,porsuerteerafácilacostumbrarsea

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estetipodeexperiencias.Susojossetiñeronderojocuandolasllamaradasdefuegosalierondelpropulsor.ElLamborghini aceleró anivelesvertiginosos, superiores a cualquierotro tipodemecanismo similar. Arkadi agradeció que ese último tramo recto no tuviera ningunacomplicaciónpuesnoestabaparaprestaratenciónalacarretera.

Floresnosaliódesuestuporcuandounasombraatravesólapistaycruzolalíneademeta,sinsaberdedóndediabloshabíasalido.

—¿Qué coño…? —Las cosas se volvieron más flipantes y psicodélicas cuando se diocuentadeque era la rusay sunovio rico.Nopodía ser, estaba a años luzde ellos.Ni con lamejornitrosepodíaremontaresadistancia.Y,sipodíahaberalgopeor,estabaenlosojosdeMorgan,fulminándole.

—Cretino.—Distinguióesapalabrasaliendodesuslabios.Suorgulloysufamaacababande ser tocados y hundidos. Si la idea de Ford era comenzar en este negocio le iba a causarmuchosproblemas.

—Ahoradebescumplir tupalabra,Ken.—Cadennohabíasalidodelcoche.Asu lado, laformidable conductoraLivaArkadiparecía cansada.Por fortunapara sus amigos,Kenneth seconsiderabaunhombredepalabra,ynopensabadañarsureputaciónporunasimplerabieta.

—¡Maderos!

Ungrito lejano trajo el desordende ese ya alborotado lugar.El vigía había avistado loscoches con sirena, nadie quería quedarse a saludarlos. Kenneth dio un toque a su corredor,ambossesubieronalcoche.

—Sunset Boulevard, número 12. Cumplo mis promesas, sobre todo si me sirve paradestruiraGosuto.Cuandoleveáis,dadleunapalizapormí.

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Noeralaviviendaquesehubieraesperandoparaunjovencaído.Unpequeñounifamiliarlesesperabaenunacalleconvistasalaprosperidad.

—Estábien,loconfieso.Meesperabaunacasadelterror,noesto.—dijoCaden.

—Laverdadesquesololefaltalaverjablanca.CuriosalaformadeelegirDamnaretienenciertosángeles.

—Nosoismonstruos.Solopersonasnormalesalasqueeligenporquesí.

—¿Normal?—Unachispadehumorseentreveíaenlapregunta—.Eracazadora,Caden.¿Aesolollamasnormal?

—Yo también lo soy. —apuntilló Ford—.Tú has podido disfrutar de una vida feliz yfamiliar,noesmuycomúnentrelosnuestros.Deberíassentirteafortunada.

Cadenseadelantó, lapuertaestabacerrada,buscóalrededordeésta.Enunamaceta,bajounaspiedrasextrañamentecolocadasencimadelatierra,violallavedeemergencias.

—Ajá,mejorquebajolaalfombra.Estoyhartodecucarachas.

Lacasaestabavacía, sin rastrodel inquilinoquedebíaocuparla.Sospecharonque Juwanposiblemente compartiera techo con su señor, aunque había ciertos indicios de que estuvierahabitada, como el café recién hecho, la basura con desperdicios. Caden abrió la nevera, noestabavacíaniconproductoscaducados.

—Creoquenosesperaba.—Sentenció—.Sehapirado.

MientrasFord inspeccionaba el salón,Arkadi subió las escaleras hacia el piso de arriba.Habíaalgunasfotografías,perocasitodaserandesucoche.Sedetuvoenunmarcoalfinaldelpasillo, era la misma foto de Internet. Aún se asombraba de la diferencia de atuendo con laactual.Asuderecha,lapuertadelahabitaciónestabaentreabierta,Livadecidiópasar.Ésteerasu

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cuarto,unacamaindividualmedianatepermitíadisfrutar,siteechabasenella,deunavistadelmelocotoneroenlaventanadelaizquierda.Enlamesilla,otrafoto,estámásintima.ElJuwanhumanodepelodoradoabrazabaaunajoven,depielcetrina,labiosgruesosyojosgrandesynegros. Ambos sonreían y se intuía que, en el momento de la foto, no paraban de hacerpayasadas.

—¿Porqué lohiciste Juwan?—Pensó envoz alta—. ¿Qué tedio el serDamnare quenotuvieses?Omejor,¿Quénotequitó?

—¿Algoporahíarriba?—LavozdeCadenretumbóenelpasillohastallegaraella.

Algirarselovio.Esaspalabraspintadasconunapinturaextraña.Nohabíansidoimpresasdeunmodonormal,deesoestabasegura.Lamagiarebosabaaespuertasdeellas.

“Siestásleyendoesto,eresLivaArkadi

Séquetienesmuchaspreguntas,tepuedodarlasrespuestas.

AlmediodíaenelparquejuntoalaiglesiadeBeverlyHills.

Irésolo,deseoquetútambién.”

—¿Liva?—Cadenapremiaba,teníaquedecidirse.Ahora.

—Nada.—respondióalfinal,escondiendoeltemblordesuvoz.Memorizóellugarybajóalencuentrodelcazador.Seloencontrósentadoenelsofáblanco,acordealtonodelaestancia,másenvejecido.

—He encontrado su portátil, pero está protegido con contraseña. ¿Bosco podrá sacarleprovecho?

—ChrissesaltacontraseñasmientrasvePrisonBreakysetomaunté.—dijoriéndose—.¿Telovasallevar?

—Mejor que irse con las manos vacías.—Se levantó y puso rumbo a la puerta—. EstanocheheprogramadonuestroregresoaLasVegas.¿Conganasdevolver?

—Nolosé.Notenemosnada.—Nadaquepudieradecir,porsupuesto.AlmenosnodebíanirseantesdesuposiblecitaconJuwan.

—Puedequeesteordenadorarrojealgodeluzaltema,laubicacióndeAstaroth,algosobreloscaídos.OlosDamnare.Necesitasdescansar,vayámonosalhotel.

—Enotrascircunstancias,tehubieradadounbofetón.

—Cariño, he dicho descansar.—Sonrió de una forma poco inocente—.Si quisieras otracosa,necesitaríasbebidasenergéticas.

—Pordios,cuandopiensoquenopuedesserpeortesuperas.

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—Admítelo,teencanta.¿Nena?—Livapasódeélysefuealcoche.Ojalállegarátardeylopudieradejartirado—.¿Princesa?

EranlasonceyArkaditodavíanohabíapodidopegarojo.Tapadasoloconlasabana,pueselcalorenlaciudaderaasfixiante,ensumenteseguíagrabadoelmensajedeJuwan.Apesardesentirunaespeciedeafinidadconél,posiblementedebidaaunpasadoidénticoasupresente,nopodía olvidar en ningún momento que estaba en el otro bando. Y eso conllevaba una altaprobabilidadde traición.Esa reuniónno leaportaríaningunaesperanza,estabaseguradeeso.Sibyl ya había roto esa opción con contundencia. Lo que de verdad le importaba ahora a laDamnarenoera susupervivencia, sino lavenganzayelblancodesu iranoeraotramásqueAstaroth, un caídomás que derribar, esta vez sin consecuencias fatales.Y, a la vez, descubrircomopoderhacerlecumplireltratoaCaden,acabarconsucuerpocuandonoquedaránadadesuefímeraalma.

De un salto se levantó. Aunque Juwan no fuera de fiar, no podía permitirse perder unasimpleesperanzadedescubrirlaverdad.Sigilosamente,volvióaponerselospantalonestejanosdepitilloylasbotasdeestilogótico.Noeranlasmejoresparaavanzarconsigilo,perosívitalesenlosmomentosque lacosase ibademadre.O,solopara intimidar.Livasecercioródequenadielaacecharáenelpasillodelhotel,salióconpiesdeplomo.SiCadenladescubría,tendríamucho que contar y ninguna palabra buena. Era afortunada, llegó al ascensor sin despertarninguna sospecha.Pulsó el botónde la planta baja y esperó a respirar tranquila hasta que laspuertassecerraron.

Livacomenzabaaarrepentirsedesudecisión.NohacíafaltaserungenioparaimaginarselareaccióndeCadensiconocieseelverdaderomotivodesuhábilescapada.Lehabíacostadomuchoganarselaconfianzadelcazador,necesitabavolveraveraJuwan,estavezasolas.Teníademasiadaspreguntasytanpocotiempo.

—Llegas temprano.—Juwan apareció, sigiloso, igual que todos los que los perseguían.Estavez,nisiquieralasensaciónlapusoalertardesupresencia.Juwanmiróhacialoslados,congesto de sorpresa—.He de reconocer que no creía que vinieses sola. ¿Has drogado aCadenFord?

—¿Vasatraicionaratumaestro?

—Astarothesunode los líderesde los ángeles caídos.Seocupadeque losDamnarenoseanatrapadoshastasutransformación.Ledebodemasiado.

—Entonces, no séparaquéhevenido.—Arkadi segiró, dispuesta a irse. Juwan la paró,sujetándolelamano.Cuandolemiró,élposabalavistaenelsuelo.

—Espera,Arkadi.Convertirmeenunserdelaoscuridadmeatrajoenlomásoscurodemialma.—Se le escapó una risa, pensando lo estúpido que era—.Al final fue esa parte la quevenció.Puedeque,cuandopierdaporcompletoelalma,seauncaminomásfácil,peronoeslosuficientementerápido.

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—¿Yquévasahacer?

—Esoescosamía.—LamiradadeJuwanbajólasdefensasdelachica,llenademelancolía.Poruninstante,sepermitióolvidarqueestabafrenteafrenteconelenemigo—.Tengoqueverami verdaderomaestro. Al que defraudé. Pero no te he llamado para contartemi epitafio.—Juwansepusoserio—.Puedoayudarte.

—Notengosalvación.NingúnDamnarelotiene.

—Escierto.

—Buenamaneradeayudar.—Semofódeél,escondiendosudesesperación.

—Déjameacabar,Liva.LosDamnareheredamosdelosángelesunafuerteresistenciaalamuerte.Quierodecir,quesomosintocables.Aunquepocossabenquenoesdeltodocompleta.

—Meestásdiciendoquemiúnicaoportunidades lamuerte.—Juwannoquisoafirmarlo,perounlevemovimientodecabezaloconfirmó.

—Podemos ahogarnos.Busca un río,métete en una bañera o lo que quieras, pero, si deverdadnoquieresarrepentirteelrestodetuvida,hazloantesdequeseatarde.

—¿De verdad no hay otra alternativa?—suplicó Arkadi. Tras tanto luchar, un viaje tanlargo junto a Caden y que ninguno de sus esfuerzos iba a servir para nada. Juwan volvió asonreírle, esta vez de una formamás sincera. Se acercó a ella una vezmás para acariciar surostro.

—Debodedartelasgracias,porabrirmedenuevolosojoshumanosqueperdíunavez.—Dejó salir sus oscuras alas de su espalda y las extendió sobre ella, cubriéndola casi porcompleto.Antesdequepudieraentenderquépasaba,sedecidióarobarleunbeso.Juwannolosrecordaba,suaves,agradables.Sucorazónlatióconsentimientounavezmás,algoquelehizodejardedudarquemerecieralapena.

—Siexisteunmásallá,esperovertealgunavezLivaArkadi.—Fueronsusúltimaspalabrasantes de irse. Debía hacer lo que tenía en mente antes de perder la cordura. Sus últimospensamientospreviosaencontrarseconsudestino,fueronhaciaLiva.Rezóporqueellatuvieramejorsalidaquesualmamaldita.

—¿Esovasahacer?¿Vasarendirte?

La voz profunda de Caden, sobresaltó a Arkadi. No esperaba que conociese su actualparadero.

—NuncaintentessermássigilosoqueundiscípulodeMosley.—Cadenseexplicó—.Estáentrenadoparaescucharlatosdeunamoscajuntoasulámparaymehaenseñadomuybien.

—Entoncesnotengonadaquecontarte.Nipiensopedirteperdón.

—Rex me contó lo sucedido con Tong. Te has ganado su respeto, Arkadi, algo nadasencillo.Telodigoparaqueveasquehaymotivosporlosquevivir.

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—Nopuedesentendermisituación.—Cerrólosojos,ocultandolarabiaquelaconsumía—.Para ti es fácil, si fallas, no pasa nada. Comomucha desgracia, morirías, sin nada más queaportaralmundo.Yotraeréladestrucciónsifalloenmidecisión.

—¿YporesoquedasconJuwanasolas,ocultándomelo?¿Porquééltuvotumismodestinomientrasyonopuedocomprenderte?Séquepiensasmuchascosasdemí,Liva,peroporfavor,nomesubestimesalahoradeentendertussentimientos.

—Estoy harta de ti, Caden. —Era hora de dejar que todo saliese—. Eres un malditohipócrita, un arrogante. Me pides que confíe en ti, que vas a protegerme y salvarme de loimposible.Actúascomoun fanfarrónquebusca ligarseaesachicadelbarporencimadesusposibilidades y, cuando llega un problema que te atañe, cambias al lobo solitario y nosabandonas.¿Yquieresqueconfíeentiparasalvarmialma?

—Aquelloeraalgopersonal.Notienesderechoapedirmequelodejasepasar.

—Síquelotengo,noaqueloignoressinoaquepiensesenlosdemás.TupadrefueelquecasimatóaBosco.¿Acasoyonomerecíaalgodevenganza?

—Yano.Suvidasehaextinguido.

—Mealegroporti.—Arkadisedispusoairse.Noibaaseguirconesamentira.Yaerahoradeasumirloshechos,estabamalditayJuwanlehabíapropuestolaúnicasolución:desprenderdelcuerposualmaantesdequemuriera.

—Espera. —Caden la detuvo—. Sabes que hay otra manera, puedes seguir viajandoconmigo.AcabaremosconAstaroth.

—¿Yquiéntehadichoquequieraseguirhaciéndolo?

—Sólo te pido una promesa, algo sencillo. —Caden continuó, como si no la hubieraescuchado—.Quenovuelvasabesaranadiequenoseayo.

—¿Esoesloúnicoquetepreocupa?¿Aquiénledéunbeso?

Cadencomenzóa reírse,estavezeraextraño.Livapercibióalgodiferente,comounmaltelónquenoconseguíaesconder lasmalaspesadillas.Derepente,Caden laestrechócontrasucuerpo, con una mirada fiera. Ver esa mirada de fuego pendiente de ella la ruborizó porcompleto.Susmanosseposaronenlasmejillasdelamuchacha,haciéndolatemblarsincontrol.Livayahabíaolvidadocómoserespirabacuandoélvolvióahablar.

—Me engañas, desconfías de mí, intuyo que deseas darme una paliza. —Se detuvo asuspirarsegundos,añospara lachica.Unade lasmanosdeCadendescendióparaperfilarsuslabios,queentreabrió.Eneseinstantelenecesitaba,másqueunadroga,másqueunasoluciónasualma.Lenecesitabaaélparasalvarse—.Mevuelveslococadavezquetupelorozamipiel.Yestoyhartodenopoderhacernada.

Caden bajó su rostro, besando con pasión los labios de la chica, no tenía permiso ni leimportaba, sino ladevorabamostrándole sudeseo ibaaestallarahímismo.Alapartarse, los

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ojos de los dos cazadores se cruzaron, incapaces de apartarse del otro. Liva se lanzó a él,olvidando todas sus promesas de inmutabilidad. Su nuevo beso no se pareció nada a aquelincidenteprovocadoenelMirage.Estavezambossenecesitaron,deunplumazoolvidaronlasrencillas que los separaban. Caden se dejó llevar, algo poco habitual en él. Sujetó su rostro,temerosodequeellasearrepintiera.Arkadilerodeóporlacintura,lopocoqueteníadelsabordeJuwan,Ford seestabaocupandodehacerlodesaparecer.Nopodía, leera imposible seguirjugandoalnomeinteresas.Eraunpresumidoseductor,perosucarácterprotector,sulealtadavecesextrañalacautivaba.Semaldecíaporhabercaídoensusbrazos,sinembargo,sabíaquelodeseaba.A fin de cuentas, no siempre se podía ganar y haber perdido esta vez tenía su dulcerecompensa.

Susmiradassecruzaronunavezsus labiossesepararon.Cadenapoyósu frenteen ladeella,mientrasLivarelamíaunavezmáselfrutodesupecado.

—Estonoesloqueparece.

—¿Ah,sí?—respondióCaden,divertido—.¿Yquéparece?

—Quemehayasconquistadoporcompleto.—Unavezmás,susbocassefusionaron.LasmanosdeCadensedeslizaronsuavementeporsupecho,haciéndolaestremecerdeplacer.Siguióbajandohastachocarconsupantalón,usolosdedosíndiceycorazónparaaferrarlayacercarlamásasí.

—Perfecto.Megustanlosretos.

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A su bar le quedaban pocos minutos para su clausura. Uriel disfrutaba en su faceta decontable,tareaalaquedebíadedicarlamayorpartedesutiempo.Coleirrumpióensudespacho.Noeranadacomún,cualquieraquehubieseoídohablardeéljamásosaría,nisiquiera,pensarenhaceralgoqueloperturbara.SubarmaneraelúnicodelosprimerostrabajadoresdelS&Wquepermanecíafielasupuesto,sabíaaquéseatenía.

—Alguienquiereverle,jefe.

—EsperoqueseaelpresidentedelosEstadosUnidos.

—Mejor.Opeor,quizás.—Recordó—.Esunodelossuyos.Perodiferente.

—Agradecería si fuesesmásexplicito.—Su fina sonrisaestremecióa suempleado.Coleconocíasu identidad,peroesono le tranquilizaba.Cualquierotrapersonaagradeceríaestaralserviciodeunángel,pensandoenlascienmaravillasquepodíahacerafavordelaHumanidad.Hastaquelosconocías.

SabíaqueUrinoteniasentimientos,oporlomenosningunobuenoocomolamayoríadelaspersonas.Claroestá,élnoeraunhumano.Asíqueprefiriónoarriesgar.

—Mejorsiloveustedmismo.—Seacercóalapuertaylehizounaseñalaalguien.Antesdequellegase,decidióretirarse.Noeransusasuntosnileapetecíainmiscuirse.

La impaciencia por la torpe descripción de Cole quedó en segundo plano cuando esemisteriosoinvitadohizosuaparición.Sisubarmansiguieseenlasalaquedaríasorprendido,alver que el rostro de su jefe había dejado de ser pétreo.Uri no pensaba que volvería a verlo,jamás y que lo hiciera mostrando sus alas negras le confundía. O seguía siendo el mismomuchachobravucónqueconocióhacetiempo,osimplementeestabaloco.

—Hacemuchoquenoteveía,Uriel.—SabíaqueeraJuwan,aunquelecostabareconocerle.Elladooscurosehabíaapoderadodeél,yanoeraelniñodepelodoradoyropallamativaquecorría para sentir la vida fluyendobajo su piel.La luz de sus ojos se extinguía, pocoo nada

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quedabadesualma.

—¿Qué haces aquí? —dijo con rabia. Juwan había decidido desviarse de la senda,convirtiéndoseenenemigo.Nolotomabaportonto,asíquesabríaquehoy,enesasala,unodelosdosnosaldría.

—¿Nopuedopasaraveraunviejoamigo?

—Habloenserio.

—Hevenidoaimplorartuperdón.

—¿Miperdón?¿Porquépiensasquetelomereces?

—Tienesrazón,nolomerezco.Aúnasí,noperdíanadaporintentarloantesdemorir.

—Los ángeles blancos lo tenemos más difícil para conseguir un sucesor. Siemprepodremosengendrarhijos,perosolopodemosteneruno.Unsolohijoentodanuestrapuñeteravidaeterna.

—Aiden.—RecordóJuwan.Conocíaesahistoria, laquehabíaagriadoelcarácterdeUri,inclusocuandoparecíaquenopodíasermásantipáticoycínico.Eseniñofallecido,quecreósusensacióndevacío,convirtiéndoloenunserindiferenteasumisión.

—Lo único que me hacía feliz me lo arrebató el destino por capricho. No quiseencariñarme de nadie, sobre todo después de que Gabrielle nos dejase por ese humano,volviéndosemortal.Porlomenosséquelaqueríaysuhijaesunprimor.

—Debosentirmehalagadoentonces.

—Jugasteconmiconfianza.Astarothtesedujosindificultad.

—Túperdisteaalguienquerido,Uriel.Deberíasentenderme.

—Nomecomparesalapropiasangreconunromancedeverano.

—Fuemiculpa.Yolamaté.

—No, aquello fue un accidente, hombre terco.No tenías sangre en lasmanos, hasta queoscurecistemiMarca,matando a ese tío.Dime; ¿te sirvió para algo? ¿Te la ha devuelto?—Juwansemantuvoensilencio—.Yameparecía.

Urielselevantódelsillón,hastaelestantequeteníadetrásdeldespacho.Estabaexentadefotos, no las necesitaba, ni le interesaba salir. De lo que sí estaba repleto era de viejasantigüedades,recuerdosdetiemposañejos.Suvistapasóporunelefantedejade,desusañosenel Tíbet, luego por unas máscaras del África más desconocida. Su mirada y su mano secentraron en un pequeño cofre, decorado con dragones rojos en un fondo caoba.Al abrirla,recogióunpuñalplateado,envueltoenunpañuelodesedamorado.

—Sabes lo queva ahora.—Conel arma se hizoun corte en el brazo, asegurándosequeestabaafilada.EchóunarápidamiradaaJuwan—.Noteveoporlalabordeacabarconmigo.

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—Aceptarémicastigo.—RespondióJuwan—.Eshoradeenmendarmierror.

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QueaquelcríoberrónsefuesealfindelacafeteríaseconvirtióenlaúnicabendicióndeRoachentodoloquellevabadedía.Hoynisiquieralealiviabaeldicho“silosé,nomelevantode lacama”.Debíahaber intuidoquenopodía fiarsedeunamujerquesehacía llamarAvon.Esonoeranombredepersona,loeradecosmético.

Peronada, él teníaqueaceptar su invitacióndeaverhastadóndemepuedes llevar,paraalimentarsuegoyahoradebíarecurrirasucapacidadparahacercreeraltipodelbar,quesubillete de diez dólares era uno de cincuenta para poder pagar la comida y obtener algo decambio.Estotrastocabaporcompletosusplanes,noerasegurovolveralcasino,porloquenole quedaba otras que buscar una timba ilegal de póquer. Aún así, para llegar al mínimopermitido,deberíarecurrirasusartimañasdeladrón,tampocodetotalseguridad.Maldición,sehabíaprometidoempezaratrabajarensuretirada,noenvolveratrás.Roachmiróelhuevofritoquelequedabaenelplato.Juraríaqueseestabariendodeél.

La puerta tintineó, alguienmás se unía al club de las sonrisas perpetuas.No estaba parahaceramigos, asíque lo ignoróy siguiómojando layemaconelpandehigo.Leencantaba,agradecía que en LasVegas hubiera un bar que cumpliese sus deseos. A su lado se sentó unjoven, dudó de si tendría edad para beber. Le miró, llevaba unas curiosas gafas de cristalvioláceo.Olíaafrikiakilómetros.LoqueRoachnopudoolfatearfuelapoderosamanoqueleapretóelhombro.Esaqueledabacalambres.

—Pandehigoyhuevo.Miraqueerespredecible,plotva.

Roach odiaba que jugasen con su apodo, y menos en ruso. Pero, por mucho que ledesagradase,máslohacíarecibirunapaliza.ConocíademasiadobienaRexMosley,nosolosufama respectoal trato“especial”queofertabaa susenemigos sinoque susojoshabíanvistohastaquelimitesllevabaeldolorhumanoodemoníaco.Apesardeque,elencuentroconFordlemolestó, una parte de él agradecía que hubiera venido solo. Soñó, incluso con que hubieramuerto.Putasfantasías,nuncasecumplían.

—PrimeroCadenyahoratú,¿quéoshehecho?

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—Siempreesasídeagradable.—dijoRexaBosco.Ésteserió.

—Cuandoestáscerca,paralizasmimente.

—Creoquelegustas,Mosley.

—Medamiedo,quenoeslomismo.Ereslaúnicapersonaconlaquenopuedoutilizarmipoder.¿Puedosaberparaquémequeréis?LlevéaCadenhastaLacadyahoraestámuerto,yyotambiéncomoCurtisseenterédequiénlodelató.

—Sabesquetusproblemasmeimportanmenosquetusaludvisual.SiconocesaAstaroth,sabrásque,ademásdeLacadteníaotroperrofaldero.Venga,séquesabesalgodeJuwan.

—ErafandeGosutoantesdemeterseentodaesamierda.Teniasquehaberlovisto,haciavolarasumáquina.PerotodoseempezóajodercuandoUrielleechóelojo.

—Unmomento, rebobina.—Mosleyempezóamostrar interés,cosaqueno legustaba—.¿HasdichoUriel?

—Sí, el ángel Uriel, el dueño del S&W. Creí que lo sabíais, él lo inició en el mundoangelical.

—Pues no es que le haya salidomuy bien.—ComentóBosco, pensando en el color delplumajedesusalas.JuwanyUrisehabíanconvertidoendosseresmuydistintosparaseréstesumaestro—.¿Quésetorció?

—Lodesiempre.Unamujer.—Roachbalanceóelvasodebrandyantesdedaruntragoasubebida—.Uriqueríaasudiscípulopuro,sinpreocupacionesterrenales,porlomenoshastasuconversión.Pordesgracia,Juwannoopinabaigual,ymuchomenosesachica.Nosécómosellamaba, ni de qué la conocía, sólo que solía acompañarle en las carreras como copiloto.LaúltimafueenChicago,cuandoaquelsalvajeignorótodoyseembistiócontraellos.Juwanpasópoco tiempo en el hospital al ser unDamnare, pero ella murió al instante. Fue incapaz deperdonar, ni al hombre ni a sí mismo. —Se dio un descanso para suspirar—. La venganzasiemprehasidolamejormaneraparadescenderalosinfiernos.

Mosleyhabíaoídosuficiente.Sindespedirsesaliódellocal,seguidounospasosdetrásporBoscoydejandoaunagradecidoRoachporel finaldel interrogatorio.Chriseramuchomásjoven que él, no le fue difícil alcanzarle hasta llegar a su posición. Caminaron en silencio,hombroconhombro,hastaquelacuriosidaddeBoscolevenció.

—Creoquenomehacefaltaserunodeesosbichosrarospara leer tuspensamientos.—Mosleylemiró,ningunapalabrasalíadesuboca,asíqueChriscontinuó

—Yahoramismo,estáncentradosenRebeca.

—Estásjugandocontuvida,chaval.

—Necesitashablarconalguienytengolosoídoslimpiosdecera.Venga,dejadehacerteelduro.Estamossolosynotienesquedemostrarmenada.

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—Solorecordabatodoloquehice.Perseguíaantiguoscamaradasyacabéconelloscomosifuerananimales,paranada.Kravchenkomeengañócomounimbécil,creíestarvengandoalamordemivida,peroloúnicoquepudehacerfueahogarmeenmipropiamierda.

—Eres el enemigopúbliconúmerouno envariospaíses, te persiguen todas las agenciasqueexistaenelplaneta...noesunmalcurrículum.

—Noloes,sieresunterrorista.Soloqueríalaoportunidaddeunavidanormal.Ahora,mequedarezarpornoacabarmividaenGuantánamooenungulag.—Algoquenopasaríanunca,antessepegaríauntiroenlacabeza.Preferíamorirlibrequevivirencadenado.

—Atodoesto,¿dóndenosdirigimos?—Boscocambióbruscamentedetema,nomerecíalapena abrir las viejas heridas. Aparte, tenía una ligera idea de las intenciones de Rex y no leentusiasmabademasiado.

—Tenemosquehaceralgo,ynonosquedaotraquesuperarnuestrosmiedos.Eshoradequeseamosnosotroslosquelehagamosunavisitaaciertoángelblancocabroncetequenoshaocultadociertascosas.

—Loquemetemía.Estamosmuertos.

***

Urisesentóensusillón,inerte,conlamiradaperdida.Aúnteníaenlamanoladagaconlaquehabíadadofinalavidadesuantañodiscípulo.SesirvióunvasodeWhiskyycerrólosojos,intentandocreerquenopasabanada.

—Nohascambiado.Siguessiendoelmismoestúpidoimpulsivo.

—¿Hasregresadodeentrelosmuertosparaburlartedemí?

Uri bebió, ignorando la imagen fantasmal de su hermana, Gabrielle. Vestía igual que laúltimavezquesevieron,unvestidoblancoconpocosadornosysubrochefavorito,uncisne,enunodelosgruesostirantes.Sentadaenelsillóndelosinvitados, juntoalaparedizquierda, lemiraba,paciente.

—Notecuentonadaqueyanosepas.—SuspiróGabrielle,divertida.Miróhaciaelcadáverde Juwan—. Confiaste en él más que en nadie, incluso que tu familia. ¿Y no le diste otraoportunidad?

—Éldecidió sudestino.—Resolvió, carentedeemociones—.Túnoestásen lasmejorescondicionesparahablar.

—¿Porqueestoymuerta?

—PorLivaArkadi.—Sumiradadesafiantenoparecíatraspasarelmurodefalsasensacióndesosiegodesuhermana—.¿Enquémomentoseteocurrióllevaraunmortalalaejecucióndeun caído? Sabías a lo que la exponías, la repercusión que tendría en nuestromundo. Ya haydemasiadosángelesnegros.Pordios,Gabrielle,¿pensasteporunmomentoenlasupervivencia

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detuespecie?

—Sihubieraidosola,Valefarseguiríaconvida.Nopodíapermitirmequefueraapormihija.Arkadicumpliósumisión,aunquenolorecuerde.

—Y, a cambio de lamuerte de un hermano, le das aAstaroth otro juguete. Cometes losmismoserrores,soloquetúnolosreconoces.

—Sudestinoaúnnoestásellado.¿Ysi,porunavez,confiáramosenloshumanos?

—Yaestáscon tus tonterías.—Irritadosedio lavueltaparanoverla,olvidándosedequeestaba hablando con un fantasma o una alucinación. Oyó los pasos de su hermana, rítmicos,acercándoseaél.Gabrielleleacaricióelrostromientrassesentabaenlamesa.

—¿Recuerdas el día queme fui, rechazandomi inmortalidad?Tú decías que John no semerecíamisacrificio,queencuantosupiesemicondición,huiríaaterrorizado.

—Nosoyinsensible,hermana.Algodeamorfraternalalbergo.

—Ponmeahoraotrasexcusas.—Regañóasuhermano—.No loqueríasporserhumano.Igualquejamásaceptasteveratusobrina,ellaesunángelperonacidodehumano.Apesardetudesconfianza,hesidolapersonamásfelizjuntoaél.Esafelicidadlatuveporqueconfiéenél,unsimple hombre. Y confío en Liva, por eso la protegí con mi círculo, para que tuviera unaoportunidad.

—¿Quéquieresquehaga,Gabrielle?¿QuéayudeotravezaunDamnareparaquesevayaalasendaoscura?

—Mebasta con que tengas fe enmi juicio.No está sola y podrá decidir.Ambos podránhacerlo.

—Vuelvoapreguntarte:¿cómoconfíasenquetomenladecisióncorrecta?

—CadenFord.—Esperó en silencio aque suhermano le suplicara con lamiradaque seexplicase—.Astaroth lopusoensucaminoparaobtenersusfines.Loquenosabeesqueésteviejoángelsabemásde loqueparece.—Guiñóunojo,seguradesímisma—.Cadendaría lavidaporella,estoyseguraqueelsentimientoesmutuo.Yaloverás.

—Confíasdemasiadoenloirracional.

—Somosseresmágicos,Uriel,lamagiaesirracional.

De repente, todas las luces del local se apagaron. El local estaba cerrado, aún así era élquien se ocupaba de esa tarea. Su fino oído distinguió dos pares de pasos, completamentediferentes. Fuera, se oyerongritos de lucha durante unos segundos.Luego la calma fue total,exceptoporesospasos.

—Es hora de rendir cuentas, hermano.—le dijo antes de desaparecer. El picaporte de lapuertacomenzóagirar.Suinesperadavisitaprontoestaríaconél.

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Mosleysupomantenerlacompostura,alverelcadáverdeaquelaquienbuscaban,apesardeladecepciónpornoserélquienledieraelestoquefinal,despuésdesonsacarletodoloquesupiera de Astaroth. Y si supiera como matarles, claro está. Bosco, al contrario, no estabaacostumbradoaestasescenas.Gritóyseescondiótrassuamigo,igualqueunniñopequeñoserefugiaenlasfaldasdesumadre.

—Tedijequenoerabuenaidea.Mierda.—Leeraimposibleapartarlamiradadelosojosvacíosdelcaído.

—Es verdad, tendríamos que haber cogido el taxi. Recuérdame que no sea tan tacaño lapróximavez.

—TúdebesdeserReginald...RexMosley.—Sufamaleprecedíay,porlopocovisto,eramerecedora.Nopodíaleersumente,aúnasísucuerpoerasereno,suspalabrasfríasysumiradacalculadoraeinquietante.Acababadeconocerloyempezabaaadmirarle,hastaeldemoniomásinsensatooarrogantetemblabaenpresenciadeunángel.

—Yél,quientehadejadoaoscurasysinpastaentucuentaenlasislasCaimán.Loúltimoescoña,peropodríahacerlo.

—ChristianBosco.—Ahoralereconoció—.ArkadiyFordsereúnenconlomejordelosladrones.

—¿Cómolehasmatado?—Rexignoróalángelyvolvióauntemaqueleinteresabamás.Mala suerte, Uriel utilizó lamisma estrategia. Escondió la daga ensangrentada dentro de loscajonesdesuescritorio.

—Esoesalgoquenoteincumbe.

—¿Porquéoscuestatanto?¿NopuedesayudaraLivaaacabarconAstaroth?Malditasea,vaadesaparecerynisiquieraleofreceslaoportunidaddefiniquitaraquientambiéndeberíasertuenemigo.

—Yoyanotengoenemigos,noquemeimporten.Marchaos.

—Vámonos,Bosco.Aquínopintamosnada.

—¿Así sin más? —Chris recuperó la voz, una vez fuera del local—. Todo esto, ¿paramarcharnostalcómohemosvenido?

—Nodel todo.—Mosley bajó la voz—.No te habrás fijado, pero yo debo hacerlo parasobrevivir,sobretodosihayarmasdepormedio.Urisecreerámuylisto,perohevistoelpuñalquenosescondía.Estabamanchadoensangreasíquemeimagino...

—QuehamatadoaJuwanconél.—Boscoterminósufrase—.Debemosconseguirlo.

—Porsupuesto,peronopodemospedírseloniiraporélasí,porlasbuenas.Nosabequelosabemos,ventajaparanosotros.Ahoraeselmomentodepensar,nocomobuenosciudadanos,sinocomoloqueenrealidadsomos.Tiposdemalaestrella.

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El brusco traqueteo de las ruedas tocando suelo despertó a Caden de su sueño. SusperipeciasporLosÁngeleslehabíandejadoexhausto,ylaideadesmotivadoradequenohabíanobtenidocasiningunarespuestaasuspreguntasnoeraalentadora.Pero,sihabíaalgoporloquemerecíalapenaviajar,envanocientosdekilómetros,eraella.

Arkadilehabíahecholucharcomoningunaotramujerporunodesusbesos.Y,loquenopodíaesperarse,quefueraellaquienselosrobara.Lavidaleenseñabaqueeradesaconsejablequereraalguien,todosseibanmientrasélquedabasolo,hundidoenlaamargurayeldolorunaveztrasotra.Y,ahora,unnuevosentimientoaflorabaensuinterior.

Esta misión comenzó de una manera diferente a como estaban surgiendo las cosas. Nisiquiera debía haber cruzado palabra con ella, solo terminar con su limitada existencia de laformamáspiadosaposible.Luego,lascosassecomplicaronhastallegaraestemomento.Teníamiedo,miedoatriunfarensumisiónprimitiva,asentirseotravezimpotenteantelaperdida.LamarcadelosDamnareempezabaaserveterana,losdíasfinalesdesuportadoracadavezestabanmáscercayellosseguíanparalizados,conladesesperanzaclavadaenelcorazóndelgrupoensilencio,cadavezmásprofundo.

Sudulcedespertaracabócuando, frentea susojos,unade lasarmasdeLiva leapuntabaentrecejayceja.

—Joder.—Deunsalto,Cadenseapartódelatrayectoriadelcañón—.Sitehedichoalgomalo,perdona,perotampocoesparaponerseasí.

—¿Eh?Sisoloestabalimpiandomiarma.

—¿Ynotehandichonuncaquenoseapuntaanadiemientraslohaces?

—Losé, idiota.Perohasidomuydivertidaver tucara. ¡Bu!—gritóantesdecomenzarareírse.

—Estásloca,deremate.

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—Pensaba que era eso lo que te gustaba de mí. —Liva se levantó de su asiento paraacercarsehastadondeseguía reposando, tras labromamacabradeella.Concuidado, seechóencima de él. Durante unos minutos las palabras cesaron, dejando paso a las caricias y losarrumacos, hasta que ella tuvo suficiente. Seguía poniéndoselo difícil, pensó Cadenmientrassaboreaba por última vez su piel. Su sonrisa,mezcla perfecta de inocencia y lujuria, le hacíasentirseuntigredomado,sumisoantelapresenciadeesarojizaysensualavedelparaíso,bella,extravaganteydifícildecontentar.Sonrió,imaginándoseaLivarecitaresasmismaspalabrasensucabeza,sinsaberquenoeratanfácilsometeraunFord.Cadenselevantóylarodeóporlacintura,exigiendomásatención.

—¿Quiénlevaacontaranuestrosniñosquepapáymamásellevanlamardebien?—ledijo,refiriéndoseasusrespectivospalmeros,BoscoyMosley.

—Oh,esolotengoclaro.Nadie.—Livaleapartó,divertidaporlosruegosdelcazador.Eraabsurdoseguirnegandoloqueambossentían,queaunqueseguíasiendouncretinonarcisista,legustaba,mucho.Aunasí,unapartedeella leaterrabaque lavierancomootro trofeomásdelmillonario, algo que ya había desechado de su mente—. Te he dicho mil veces ya que, noestamossaliendojuntos.Porlomenos,nooficialmente.

—¿Creesquenosevanadarcuenta?

—Chris es muy probable, Mosley vive de fijarse en los detalles. Eso no significa quetengamosqueconfirmarlo.

CadenyLivabajarondeljetunavezForddioinstruccionesalospilotossobresuvueltaysuconfidencialidad.Enelaire,antesdeecharselareparadorasiesta,Cadenyahabíacontratadountaxiquelosllevaríadevueltaalhoteldondeseescondían.Antesdecruzarlaspuertas,Cadenraptó a Liva y ambos se escondieron tras una gruesa columna, incrustada en el rincón mássombrío del aeropuerto. Atrapó con susmanos las de Arkadi y,mientras la encadenaba a laparedconsusdedoscomoesposas,besósucuellosubiendoporelmentónhastavolverunavezmáshastasuslabios.Livanoprotestóantelasorpresa,cerrólosojosysedejóllevar.Teníalainmensasuertedequeelchicosabíaloquesehacía,dejándolaindefensaasusplaceres.

—Tendréquesoportarlasganasdetocartedurantemuchotiempo.Necesitodesquitarme.

—Tampocoseráparatanto,solocuandonoestemossolos.

—Seguirásiendodemasiado.

***

Alabrir lapuertade lahabitación,seencontraronconRex leyendoun libroa lavezqueBoscotecleabacomounposeso,mientrasmilesdenúmerosbailabanenlapantalla.LivacreyóverelemblemadelaCIAentreellos.Mosleymiróhacialapuertaconelarmaenlamano,unavezlosdistinguióvolvióasulectura.

—Hola,tío.

—Menudorecibimiento.—contestóCaden.

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—Habéisestadoatodotrenenunsitiodondehacecaloryhaytíasenbikini.Alégratesinotedoyuntiro.¿Traéisalgoapartedeunbronceado?

—Miraqueeresvengativo.Pues,mira,síquelohetraído,peronoparati,porgruñón.—CadenobviólapeinetaquelededicóMosleyyledioelordenadordeJuwanaBosco—.¿Puedeshaceralgoconél?

Chris dejó por unmomento su actuación ymiró su nuevo regalo.Nadamás encenderloempezóareírse.

—¿Quésipuedo?—MiróhaciaLiva—.¿Hablaenserio?

—Yaselohedicho,peronomecree.

—Caden,estabaentrandoen lapáginade laAgenciaNorteamericanadeInteligenciayheconseguido eliminar, de sus archivos, varios de los delitos de Mosley. No todos, porque esimposible,peronoesmocodepavo.Ymepreguntassipuedodesencriptarunordenadorconcontraseña...ay,madrequérisa.—Tuvoquesacarunpañueloparasecarselaslágrimas.

—¿Algodeprovecho,oempezamosnosotros?

—Nosotrosprimeros,acabamosantes.—CadensemostrócomovozcantanteperoLivaleinterrumpió.

—No tenemos nada.Ya está.—Si obviaba la nueva y tórrida relación con el cazador.Elpocoautocontrolquemanteníaensusabrazoshabíaevitadollegarmáslejosensurelación.Noera algo que tuviera en mente, por ahora—. Sólo sé, gracias a Juwan, que el agua es micriptonita,porlomenoshastaelcambio.

—E... hilando con el tema.—Continuó Rex—. Hemos encontrado una relación con Uri.Parece ser que Juwan, aliasGosuto, estaba destinado a ser un ángel blanco, peroAstaroth leutilizó.Yahoraestámuerto.

—¿Juwanhamuerto?—lepreguntóLiva,confundida.No,claro,lasseñaleseranevidentes.Ese encuentro furtivo, sus palabras... ponía en orden sus cosas antes de morir—. Fue Uri,¿verdad?

—Ángelblanco,ángelcaído,unamismahabitación.—Acercósusdosmanosysimulounaexplosión—.Eraobvio.Ynoesloúnicoquehemosdescubierto,pues...

El tono del móvil de Arkadi interrumpió la conversación. Los acordes de Asylum sehicieronmásfuertesmientrasLivamirabaelnombre.

—Mierda.—Descolgó—.Hola,mamá.

—¿Hola?¿Hola?—Livatuvoquealejarseparanoquedarsesorda—.¿TevasaLosÁngelessinavisarmeysolomediceshola?

—Eranasuntosdetrabajo.Además,¿cómolosabes?

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—ChrismetienemásmiedoamíqueaGiorelli.—Livalededicóunamiradafulminadoraal chico antes de que este se escondiera tras el ordenador—.No pensabamolestarte, querida.Eresmihija,mepreocupoporti.Nomegustaquevayassola,tanlejos.

—IbaconCaden.

—¿Deverdad?—Genial,esetonodevoz.Lacosaibademalenpeor—.Quieroquevengasaverme.Tenemosmuchascosasquecontarnos.Ahora.

—Sí, mamá. A veces no sé si tengo una madre o eres un agente de la Gestapo.—dijodespuésdecolgar—.Tengoqueirme.

—Yoteacompañó.—SeofrecióCaden.

—Sí,loquemejormeviene.—dijodeformasarcástica.

—Yasabeslasnormas,nadieestarásolo,aunqueseastú.

—Tenemosdosmiembrosmásenelequipo.

—Paso.—dijoRex—.Yamehadrogadounavez.

—Amínomemires.—Boscotambiénsepusoaladefensiva.Cadenlamiróconuntoquedehumorensusojos.

—¿Quiénconduce?

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32

Liva se quedó parada en la puerta de la casa de su madre. Bajo su capa de ancianitavenerable,seescondíaunajuerguista.Noenvano,habíapasadosusañosmozosactuandoenloscasinos, primero como bailarina con ropa bastante escueta y luego en espectáculos devariedades, de cantante al estilo femme fatale. Solo el amor hacia un policía ruso hizo quecambiarasuvidadedesenfreno,porotramáshogareña,conhijaincluida.SabíaquesumadresemoríaporvisitarLosÁngeles.Laqueleesperaba.

—¿Vamos?—Cadenseadelantó,estabaapuntodetocareltimbrecuandoledetuvo.

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—Espera.Antesdeentrar,niseteocurrainsinuarqueeresminovio.

—Segúntú,nolosoy.—Sesonrió—.Solosoytupotrosalvaje.

—Sí,venga,dileesoamimadre.Somosaliados,compañerosdetrabajo.Oserástúquienaguantesuinterrogatorio.

—Liva.—Caden retrocedió y se puso entre ella y la puerta. Agarró su cara con ambasmanos—.Noesquequierapresumirdeestocontigo,peronoeresmiprimerachicaymuchomenosesellamiprimeramadre.

—¿Las demás te han drogado ymetido en una celda?—Alzó una ceja, divertida por elcambiodeexpresióndeFord.

—Vale,nodirénada.

Juliaacudióprestaalapuerta.Sabíaquiénera,peronoseesperabaasuacompañante.

—Holaotravez,señorFord.¿Ovieneconotronombreoplacafalsa?

—Hoysoyyo.

—Hola,mamá.—Livatomóprotagonismoenlaconversación—.¿QuieressacarmetodalainformaciónoselavasapediraCaden?Asímevoyyo.

—Quédesagradecida,noquererveratumadre.—Lesinvitóaentrar—.¿Noosapeteceunté?

Liva y Caden se sentaron en el mullido sofá de Julia, mientras preparaba la tetera. Porprecaución,LivadejóvarioscentímetrosentreellayFord.Sumadreerainteligente,lesibaaserdifícilencubrirsurelación,pormuyambiguaquefuese.LaseñoraArkaditrajotrestazasdetéenlamesa.

—Caden,¿notegustamitécasero?—preguntóJuliaalverquenotocabalataza.

—Estababueno,peronomesentababien.Medormía,¿noseacuerda?

—Bebetranquilo,muchacho.Estenotienemásquehierbasmedicinalesparaelalma.Esaellaaquienlehemetidopíldorasanticonceptivas.

—¡Peromamá!—Apuntoestuvodeescupireltédesuboca.

—Aúnsoyjovenparatenernietos,Liva.Ahora,¿vasacontarmemássobretuviajeaLosÁngeles?

—Sonasuntosdeltrabajo.Nadaimportanteoqueentiendas.

—Oh,cariño,nosonesaclasedecosaslasquebusco.—Juliasabíaque,aunqueintentaráesconderlo,suhijahabíaheredadosuafánpor ladiversión.Ysuacompañantenoestabanadamalparaunanochedejuerga.Odos.

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—Ambossomoscazadores.Hemoshechounaalianza,nosomosamantesninadaporestilo.

—Viví con un policía durante dieciocho años. No pretendas engañarme, sé cuándo unhombremiraaunamujerdeformaespecial.

—Suhijatienerazón.Solosomosamigos.—IntentóayudarlaCaden.Juliaemitióunacortasonrisa.

—¿Quieresquemecreaeso?¿Soisfelicessilohago?

Eneso,lamúsicadeDisturbedvolvióasonar.Esteeraeldíaprotagonistadesumóvil.Estavez,Giorellilarequería.

—Arkadi,¿quéocurre?

—DebesveniralaAvenidaWeminsterencuantopuedas.

—¿Porqué?

—Noesnoticiaquemegustedarporteléfono.¿Tardarásmucho?

—Estoyencasademimadre,voyahorahaciaallí.

—Liva.

—¿Ocurrealgo,Ricky?

—....Nada,teesperaré.

Arkadi miró extrañada la pantalla de su móvil Esa llamada la desconcertaba, con loparlachínqueeraelviejosabueso.

—¿Estásbien?—preguntóCaden.

—Sí,peroRickyestabaextraño.Debemosirnosahora,losiento.—Selevantódelsofáysedespidiódesumadre—.Tencuidado.

—Esotelodebodeciryo,Liva.Aunqueséqueestásbienprotegida.—MirócondisimuloaCaden.

***

Minutosdespuésdequesuhijaysunuevacompañíasemarcharan,Juliarecibiólallamada.ReconociólavozdeGiorellisinnecesidaddenombre.

—Yasehaido,Rick.Vasagastartetodoelsaldodelteléfono.

—Eracontigoconquienqueríahablar,Julia.Hapasadoalgo.

El susurro de secretos se desplazó por el inalámbrico, llevando las nubes de tormentaoscuraaesefelizdíadeverano.

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—Oh,Diossanto.

—¿CreesqueLivapodráaguantarlo?

—NoloséRick,peromiinstintodemadredicequeno.

***

Caden conducía siguiendo los consejos delGPS peroLiva no disfrutaba del paisaje.Nosabíalarazónnieldesencadenante,noseencontrababien.

—Déjame adivinar, tu cabeza está rumiando algo.—Liva suspiró, apoyando su pie en lapartedelanteradelcocheparaatarselazapatilladeportivaoscuraconbetasrojas.

—Algonomegusta,Caden.

—¿Eltonodevozdetuamigo?

—Hayalgomás...esadirecciónmesuenaynoterminoderecordardequé.

ArkadiseguíadándolevueltasalasuntohastaqueFordtorcióporTropicana.Esatiendadeultramarinos,seguidadelvideoclub.Ahorasí,quetonta,jamásrecordabaelnombredelacalle.

—Acelera.—LediolaordenaCaden.

—¿Yarecuerdas?

—Sí.EsaeslacalledeTong.

Elmiedocomenzóaembargarlaalverlassirenasencendidas.Policías,ambulancias,variasmiradascuriosas,todasdesembocanenunmismoportal,elúnicoqueahoramismonodesearíaque fuera el centro de atención. Entre el ruido y las luces parpadeantes, Liva reconoció unasiluetaconocida.

—¿Quéhaocurridoaquí?—EncuantoCadenhuboparado,selanzóaporésta.Necesitabarespuestas, aunquenoquisieraoírlas—.Rick, contéstame.—Todavíahabíaunaposibilidaddequefueraunacoincidencia.Necesitabacreerlo,aúnconlamiradadeGiorelli.

—Liva.—Laspalabrassenegabaasalir—.HanmatadoaEric.

Sucorazónsedetuvoaloíresaspalabras.Losojoscomenzaronapicarledeformamolesta,pero el shock eramuchomayorque cualquier síntoma, esos que le indicabanque su alma sehabíarotoentrozos.

—No.—Suvozsonabadesesperadaporunarectificación—.Dimequeesunabroma.Porfavor,meestástomandoelpelo.

—Lo siento, pequeña.—LavozdeRicky terminóde quebrarse.Miró hacia otro lado, siseguía con la mirada puesta en Liva, el llanto se le escaparía con facilidad. Tras la bandaamarilla,losforensesacababandellegar.Variosmiembrosdelcuerposeguíanahí,cabizbajos.QuiénmásyquiénmenosconocíanaTonglosuficientecomoparasentiresamuerteinjusta.Ver

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a los miembros del laboratorio le hizo recordar una cosa. Importante, pero de la que podíaconfirmardeformaanticipatoriaqueibaaseraunmásdolorosaparaArkadi—.Mehellevadoestodelaescenadelcrimen.Túsabrásquées.

Letendióunpequeñoobjeto,altenerloenlasmanossepercatódequeeraunaplumanegra.UnadelasplumasdelasalasoscurasyrepulsivasdeAstaroth,lopresentía.Enella,dibujadaconlamagiadeloscaídos,Arkadipudoleerelmensajequemostrabaloobvio.

“Esperoverlastuyaspronto,Liva”

—Hijo de puta.—Susmanos se entrecerraron en pos de la pluma.Una pequeña gota desalado rocíobañabasumejilla—.Hijodeputa.—Volvióa repetir.De repente,unchispazoseescurriódesusdedos,cuandosusmanosseabrieronlaplumahabíasidoreducidaacenizas.

—¿Quéhasidoeso?—Livanooyólapreguntadelpolicía.Conpasostímidos,avanzódosmáscercadelabanda.Algunodelosconocidoslareconoció,imaginándoseporquéestabaallí.Ladejaronsola,consutristezaysurabia,comoseñalderespeto.

NosupocuántohabíapasadohastaquelosforensesbajaronconEric.Unsacodecadáverestapabasucuerpoamiradasindiscretas.

—Liva.—EralavozdeCaden—.Noséquédecirenestosmomentos.

—Puesnodigasnada.—Espetó,superadaporlasituación.Livasediolavuelta,nopodíaquedarsemirandoimpotente,siendoellalaresponsable.

—Esculpamía.Yolehematado.

—Esonoesverdad.—intervinoCaden—.HasidoAstaroth.

—¿Yaporquiénva?¿Quiénes lapresadeesedemente,Caden?Yo,soloyo.Losdemássonpeonesqueusaenmipuñeteracontra.Yamehe transformadoenunángel,elángelde lamuerte.

Sinpalabrasapropiadasparaelduelo,FordhizoloúnicoqueseleocurríaparareconfortaralaDamnareculpabilizada.Sediocuentadelafrialdaddesupielcuandolaestrechóhaciasí.TemíaelrechazodeLiva,peronoestabaparabatallarcontrasussentimientos.Arkadirespondióa sumuestra de cariño, ocultando el rostro entre su chaqueta. Aun así no pudo ocultarle losmovimientosespasmódicosdesullanto.

—Nosédequévaesto,peroesperoquematéisaesecabrón.

—Loharemos.—dijoCaden.Mientras, abrazóconmás fuerzaaLiva.Verla sufrirde talmaneralerasgabalasentrañas.

Noeraporlatransformacióndesupadre,niporserunentediabólico.AstarothseacababadeconvertirenuntemapersonalparaCadenporunasimplerazón:nopensabadejarimpunealser quedañabade talmanera a la personaquequería.Yno le importaba lomásmínimoquefueraunángel.Astarothpodíadarsepormuerto.

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33

Caden limpiaba su pistola, pendiente de la puerta contigua a la suya. Desde que habíanllegado,Arkadinomostrabasignosdevida.Mosley leaconsejódejarlasolaensuduelo,aunsiguiendo el sabio consejo de un profesional, seguía intranquilo. En la otra esquina, Rexapareció para acompañarle, sentándose en la barandilla mugrienta de la escalera. Le ofreciópartedesucerveza,queFordaceptó.

—¿Algúncambio?

—No,oporlomenosnadaqueveauoiga.—Ledevolviólabotella—.Tienearmas,quiensabeloquepodríahacer.

—Cosquillas,esunaDamnare.

—Tampocoesqueandeescasadeagua.—Síquelealiviabarecordaresedato,porsuerteparaquepudieraallegarsermortal,tendríaqueoírlacorrerenelgrifo—.EstoesloquebuscaAstaroth.

—Puedequenosacercáramosdemasiado.Oque,simplementeseaundesgraciadosádico.Antes de que volvieseis, el crío y yo le hicimos una visita a un viejo amigo. Uri llevabaocultandoinformacióndurantemuchotiempo.

—¿Yselasacasteis?

—Sí,cuandoelinfiernosecongele.Notepreocupes,lobuenoquetienenlosprepotentes,eslafacilidadconlaquetesubestiman.Leviesconderunaespeciedeestilete,uncuchilloounpuñalpequeño.Estabamanchadoconsangrey,enesosinstantes,apostaríaqueeraladeJuwan.

—Silatrastornaemocionalmente,haráqueseamásdébilalaMarca¿Noeraasí?

—Si los libros no mienten, el tiempo de lucha contra la señal del caído depende de lafortalezadelmaldito.

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—Sehabrácansadodeesperar.

—Ya somos dos.—Caden, resuelto se levantó de la silla. No se iba a quedar de brazoscruzados,dejandoquefueraeltiempoquienlosolucionabatodo.Depropiamanoconocíaqueesemétodosolocicatrizabamal lasheridas.DetrásdeéloyóunbufidodeMosley.Algirarsepara recriminarle su actitud se dio cuenta de que le había malinterpretado. Como suponía,Mosley conocía el secreto que se habían traído de Los Ángeles. Con una media sonrisa,corroboróloquesospechaba.

—Lo que hay que ver, el gran cazador se nos ha transformado en un lerdo enamorado.Pronto empezaré a estorbar, así que me las piro. Abur. —Y volvió, junto a su botella a suhabitación.Parecióarrepentirsecuandovolvióaasomarlacabeza.

—Mantendré aBoscoocupado,novaya a serque entreyme lo traumatices.Si yano esnormalelpobre.

—Rex.

—¿Sí,Caden?

—Vetealamierda.

—Amandar,tío.—Trasuncachondosaludomilitarvolvióasurefugio.

Antesdeentrar,Cadenllamócon losnudillosa lapuerta.Noobtuvorespuesta.Tuvoquedecidirsi intentarhablarconelladesdeallíoforzarlaentrada,optandoporlasegunda,nosesentiríabiensinopodíaasegurarsedequesabíaloqueellaestabahaciendoentodomomento.Bosco les había regalado una práctica tarjeta para hoteles de media ralea, donde se podíanpermitirsustituirlasllavespormecanismosmásmodernos.Estatarjetallevabaensuinteriorundispositivodemoldeamiento,conelque,adaptabasucódigoaldelapuerta,fueracualfuera.Enotraspalabras,poseíanunallavemaestra,útilparacualquiercerraduraelectrónicadeseguridadmoderada.

Livaestabadormida,acurrucadacomouncachorroabandonadojuntoaunviejotrapo.Seacercó con cuidado de no despertarla, quería asegurarse de que seguía respirando. Laevolucionada intuición de la Damnare le frustró los planes. Sus ojos rojos y ligeramentehinchadoseralamayorpruebadesupena.Cadendeslizósumanohastaestarjuntoaladeella.

—Séquéterondaporlacabeza.

—Que estemos juntos no significa que me comprendas. Eso es una chorrada deenamoradosadolescentes.

—Noesporeso.Heperdidoamuchagentequeamabaysiempremehesentidoculpable,aunqueme repitieran que no fuera así.Unniño no tiene cabida, ymuchomenos, voz en estamierdademundo.—SuentonaciónyesaspalabrasllamaronlaatencióndeLiva,quelevantóelcuerpo,interesada.Cadensediocuentaeintentódesviarlaconversaciónaalgomenosdirecto—.Despuésdetodoloquehepasadocomocazadorhaydoscosasporlasquenomearrepientodemi decisión.Unade ellas, es por todas las cosas buenas quehe hecho aunque siempreme

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parecerán insuficientes, para purgar mi alma en redención. He visto morir a muchoscompañeros, buenos amigos. Debo confesar algo:mi fama está un poco hinchada, he tenidomuchasmisionesenlasquehefracasadoestrepitosamente.Aunasí,decidíluchar.

—Estoycansada,Caden.—Reveló—.Nohaysalvaciónparamí,sabesloquedijolasibila,laúnicacontradicciónesunapistavagaqueningunoentendemos.“Aquelsinalmaalqueseleotorguelamayorpruebadeabnegación,secongelaráensuvidamaldita”YnisiquierasécómoacabarconAstaroth.—dijosunombrecondesprecio.

—Puedequenoseaasí.BoscoyMosleyhanhechosusdeberesmejorde loquepensaba.Pareceserqueserunángelblanconovieneconlahabilidadcooperativa.Uritieneensusmanoslamaneradeacabarconuncaído.—RecordaronaJuwan—.Mosleycreequesetratadeunarmaynohacefaltatenerunmontóndeplumasalaespaldaparamanejarlas.Hemosencontradounade las llaves de esos candados que parecían impenetrables. ¿Puedes afirmarme que noencontraremoselquenosdesvelaesarima?

—¿Cuáleselsegundo?

—¿Cómo?

—Lasegundacosaporlaquepersistesconquehashecholocorrecto.Nomelahasdicho.

—Porqueerestú.

CadenpermanecióinmóvilmientrasLivaseacercaba.Suúltimafrase,eraalgotansimpleyalaveztansinceroquenosabíasidebíaesperarseunbesodeamorounabofetadaporcursi.Sealegródeverqueeraloprimero.Laslucesdelaciudadsereflejabanentrelascortinasroídasdelahabitación.LivaposósumanoensuhombroparaapoyarsemejormientrasCadenlarodeópor la cintura. Disfrutando de esa cercanía inocente, no pudo reaccionar cuando ella decidióempujarle,porprimeraveznocontraalgúnmueble,sinocontraella.Amboscayeroneneldurocolchón,confusosporloquesusmentesdesconcertadasytraviesaspodíanimaginar.

—¿Estássegurade loquehaces?—preguntódespuésdequehubieradeslizadosusdedosentrelosplieguesdesucamisaantesdearrebatárseladesucuerpocongelado.Leibaaobligarabuscarsecalordeotraforma.

—Nosécómoacabaraesto,nicuándo.Nodeseoarrepentirmedeloquepudehacersinodeloquemeatrevíabuscar.Ahora,cállateybésame.

Liva se estremeció cuando los labios de su amante dibujaron un círculo rodeando suvientre.Conunadesesperadalentitudfuesubiendoporsupechohastallegarasucuello,dondedecidióreposarunbuentiempo.AlquereracariciarsudoradopeloviolaMarcaenlamuñeca,nopudoevitarmirarla. Jamás la ibaaabandonar.SesorprendiócuandoCadenbajosubrazo,golpeándolocontralassabanas,sucurtidamanoescondiólaseñaldelosmalditos.Arkadimiróestavezasusojos,alvereseazulcielosesintióenunazonadepaz,dondeeltiemposedeteníahastaquelodeseara.

—Mañananoexiste.—ordenó.Nuncaanteshubieraaceptadounaordencontantapasión.

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LosbesosdeCadencubrieron todosucuerpo,desconocíasi sunuevacondición lahacíamássensiblealascariciasoeraproductodelchico,perosevolvíamáslocapormomentos.Suscuerposseunieron,cadavezconmenosropa,cadasegundoconmásnecesidaddelotro.Antesdequesepercataranyanohabíabarrerasentreellos,protegidosporlasrudassabanasdeaquelantro.

—¿Dóndehasestadotodoeste tiempo, tanlejosdemivida?–lesusurróelchicoaloído,mordiendo sensualmente su lóbulo derecho. Arkadi no pudo reprimir un suspiro de placermientras las manos del joven se detenían en sus caderas, acariciándola en círculos. Ella riócoqueta,devolviéndoleunardientebeso.

—Alejándomedegentecómotú.–respondió,acomodándoseentre losplieguesdesupiel—.Mimadrenomeaconsejaríaunacompañíacomolatuya,CadenFord.

—Uncazadornoserigeporconsejosmaternos,princesa.

—Nomellamesasí.–Legruñódeunaformataninfantilquehizoenloqueceralcazador,sucontrol se derrumbóy volvió a devorarla conpasión. Su cuerpo estaba preparadopara darletodoelplacerquepudiera,sólonecesitabasuconsentimientoquenosedemorómucho.Conlaprotecciónadecuada,Cadenseadentróensuinteriorconunmovimientodecaderassimilaraunblues, inesperadoyenérgico.Livasintiócomosufuegointeriorseacrecentabacadavezmás,gritando sin poderlo remediar el nombre del joven que la estaba haciendo suya. Incapaz desentirsedominada,cambióelrol,moviéndosedeformasinuosaencimadeél.

—Eresincreíble,Liva.

—Losé.–respondióconotromovimientodecaderasquelehizogemirconvozgrave.

—Tequiero.

Esaspalabrasdesconcertarona lachicael tiemposuficienteparadarle laoportunidaddevolveratomarlasriendas,invirtiendosusposicionesaloqueLivanoseresistió.Ellallegóasuéxtasisunpocoantesqueél,disfrutandodeunasembestidasmásque loshicieronaullarenelmismo tono. Con suavidad, Caden salió de ella, echándose a su lado. Una de sus manosjugueteabaconunmechóndelapelirroja.

—¿Teimaginasqueel tiemposedetuvieraaquíyahora?Tendríamosunaoportunidaddeserfelices.

—Nomedoyporvencidotanrápido.

—Mimaldiciónsí.–contestólachica.Cadenlaabrazó,prometiéndolesinpalabrasunlugardepazyreposoparasualma,almenoseneseinstante.

—Seguimosvivos,Liva.Esoessuficienteparaseguirluchando.

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Eltiemposeleescurríadelasmanoscontalrapidezqueapenasdistinguíalosminutosdelashoras.Seobligóanopensarenello,peroselehacíaimposible.BuscórefugioenelpechodelsomnolientoCaden.Consuavidad,susdedostrazaronelcontornodelaheridadesupectoralizquierdo,sepreguntóquéoquiénselohabríahecho.Siseponíaapensar,quitandotodaslashistoriasyleyendasurbanas,estabaenlacamadeunperfectodesconocido.Estepensamientonolaasustó,untipopeligrosonosedesvivíaporsuamante,enelardordelmomento,cuandohastalassabanassabenqueestándemás.Seacurrucójuntoaél,comoungatitoperezosoqueacabadecomer. El despertador de la radio se activó, una canción empezó a sonar. Liva la reconoció.Sonrióalpensarloacertadaparalaocasión.EranlasprimerasestrofasdeWardePoetsofthefall:

Doyourememberstandingonabrokenfield

Whitecrippledwingsbeatingthesky

Theharbingersofwarwiththeirnaturerevealed

Andourchancesflowingby

IfIcanletthememoryheal

Iwillrememberyouwithmeonthatfield

Conesaletradefondoenlahabitación,sepreguntóquehubierasidodeellasinelapoyo,enelqueFordsehabíaconvertido.Ynosoloél,Mosley,yChris,todoslehabíandemostradoquenoeranecesariolucharsolo.¿Hastadóndehabríallegadosinsuayuda?

Cadenabrió losojos, avisadopor lavieja radio.Livaaprovechóparaatarloa símisma,cosaquesucompañeroagradeció.

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—Buenosdías.—lesaludó,mimosa.

—Lomismodigo.—Respondióasusatenciones—.¿Quétalhasdormido?

—Aunquepoco,hasidodebuenacalidad.—Callóeldespertadordeunmanotazo.

—Meencantaesacanción.—SequejóCaden.Liva lecallóconunoscuantosbesos, él laabrazóygiróencimadeél.

—Yoprefieroésta.Además,esmuytranquilaynoquieroquetevuelvasadormir.

—Conquemequieresdespierto,¿eh?—dijoconuntonopícaro—.¿Paraquéserá?

—Paraquetelevantes.—Lecortóelrollo,disfrutabaconeso.Fordsediocuenta,lehizosonreír.Consufamademujeriego,nopodíaimaginarsecuantolaquería.

—¿Sabesdóndeestánmiscalzoncillos?

—Creoqueallí.—Conunasonrisaleindicólaotraesquinadelahabitación—.Amínomemires,fuistetúquiénselosquitóyloslanzócontantoímpetu.

—Joder.—Sedejócaerotravezenlacama—.Soyimbécil.

—Mira,enesoestamosdeacuerdo.

—Tútieneslaropainteriormáscerca,¿metraeslamía?Esquemeresfríoconfacilidad.

—Sí,loquefaltaba,quetehicieradechacha.Levántate,guapo.

—Séquetegusto,poresomemartirizastanto.—Besósuhombromientrasellasereía.Suidea era recorrer toda su espalda hasta que la convenciera de que la diversión no se habíaacabado.Aunquesetrastocócuandolovio.

—Diossanto.—susurrónodemasiadobien.

—¿Pasaalgo?

—Nada.—Intentódisimularaunquenofuncionó.

Liva sediocuentayentendió.Saltóde lascálidasmantashastaelbaño.Allí estaban.Lascicatriceshacíanactodepresencia.Lequedabanhoras.

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«Piensaenotracosa.Alejatumentedeesasideas.Noestássola,nosotrosteayudaremos.»

Esas habían sido las palabras de Caden antes de salir en busca de los demás. O por lomenos,lasúnicasenlasquesuconscienciaseguíaenlahabitación.Habíallegadoesemomento,uno que había llegado a anhelar, y a temer. Se lo había prometido a símisma, las cicatricesserianlaseñaldequesuluchacontralatransiciónterminaba.Suconvicciónerafuerteentonces.Livadescubrióqueentoncesnoeraahora.

Noqueríamorir,perotampococonvertirseenunángelcaído,lasdosúnicasoportunidadesqueseledaban.Arkadiselevantódelacamadonde,haceunosinstantes,olvidabasusmiseriasconCaden y se asomó por la ventana delmotel. Pocos coches aparcados simbolizaban pocaclientela. El cielo estaba grisáceo, llovería. Frente a ella estaba elAudiR8 deCaden. Sonriódurante unos segundos, quien le hubiera dicho que acabaría formando parte de un equipo decazadores.

SihabíaaceptadoenunprincipioaBosco,selodebíaaGiorelli.Eldíaquelohabíatraído,parecíaunraterillodepocamonta,consuordenadorbajoelbrazo.

—¿Quieresquecuidedeuncrío?—ContestóaRicky—.Loquemefaltaba.

—Éste “crío” me ha tomado el pelo varias veces. —gruñó—. Es uno de los mejoreshackers,ymetientadárseloalaCIAparaquejueguenconél.Seguroquenolevuelvoaverelpelo.

—Eh, eh, tío, eso no.—Bosco estaba a punto de llorar de miedo. Habló con ella paraconvencerla—.Tepuedosermuyútil.¿Enquétrabajas?Daigual,tedaréaccesoadatos,abrirélaspuertasdelaCasaBlancasihacefalta,tebuscarélosplanosdelaTardissilosnecesitas.Porfavor.

Qué le iba a hacer, Chris la convenció, decidió darle una oportunidad, de la cual no searrepintió.No sologanóuna fuentedevaliosa información, tambiénun amigo.Esperabaque

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esosdosgranujasletratasencomosemerecíacuandoellanoestuviera.

No podía ir con el coche, Ford tenía las llaves. Si quería continuar su plan, lo haríaandando.Hasta el lugar lo tenía elegido, no podía ser otro.Y con agua, suficiente agua paradejarlo todo atrás. Miró por última vez su Marca y pensó en la nueva señal de su destino.Malditasfueran.

—Necesitoquevengáis.—CadenhabíareunidoaMosleyyaBoscoenlahabitacióndeéste.

—¿Setehafastidiadotunúmeroynecesitasconsuelo?

—Notenemostiempoparaeso,Mos.Exactamente,paranada.Lascicatriceshansurgido.

—Mierda.—Antesdedarsecuenta,lepisabanlostalonesenelpasillo—.¿CómoestáLiva?

—Enlahabitac...—Secortóalverqueseequivocaba.Ellahabíadesaparecido.

—Noharáfaltadecir,quepodemosimaginarnoslopeor.—dijoMosley.

—Lorepetíacontinuamenteencasa,sinopodíaayudarla,sequitaríadeenmedio.—Chriseraelmásexaltadodelostres—.Yescapazdehacerlo.Tenemosquebuscarla,pero,¿dónde?

Caden pensaba igual. De repente una idea le asaltó a la cabeza. Sí, estaba seguro, no seequivocaba.

—Creoquesédóndepuedeestar.

—Entonces,¿quéhacemosaquí?Vamos.—ChrisselanzóenbuscadeArkadi,peroCadenledetuvo.

—Déjameamí.Latraerédevuelta.Teloprometo.

***

El viejo puente del río seguía intacto a pesar de todo lo ocurrido. Inclemencias,chaparrones,terremotos,sinolvidarlostiroteos,lasexplosionesoloscadáveresque,acababanreposandobajoél,hastaquelapolicíalosrecogíaparadevolvérselosasufamilia.Cadensabíaque uno de ellos había sido alguienmuy importante para Liva. Jasón Arkadi falleció en esemismolugar,porhacersutrabajo.

Unamujerestabasiendoatacadaporunpardematonessinclase,quequeríansubolsoatodacosta.Cuandoalfinloobtuvieron,decidieronobteneralgodemásdeesasituación,Jasondandosupaseorutinarioparavolveracasalesfastidiólajugada.Podíanhaberseidosinmás,unodeellosnoqueríaquedarcomoelcobardequeenverdadera.Disparóvariostirosalaire,uno de ellos atravesó el corazón del policía. La mujer, asustada desapareció y no volvió asabersedeelladespuésdequellamaráalosserviciosdeemergencia.

Yallí estabaLiva. Iba talycomo lavioporúltimavez,con lospantalonesy lacamisetaazul, el chaleco con el que adornaba tan sosa vestimenta superior debía seguir en el hotel.Sentadaenelbordedelospasamanosdepiedra,mirabahipnotizadaalaguacorrersindescanso.

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TodoloqueCadensabíadesutrágicoincidenteselodebíaalahemerotecayaInternet.Leerlole hizo sentir rabia y dolor por la injusticia.Cómo imaginarse lo que debería significar estelugarparaunahija.

Derepente,Livaalzósusojoscastañosyseencontróconlossuyos.Deellosemanabaunapazyunaserenidadquejamáscreíapoderverenesamirada.Livahabíadecidido.Selevantó,quedando de pie encima delmuro de piedra. Creía poder oír el sonido del aguamás fuerte,reclamandoalaDamnare.Enesemomento,Cadensediocuentadelasverdaderasintencionesque le habían hecho llegar a colaborar con la que en un principio creía un caso perdido, undemonioqueaúnnosoltabasupieldecordero.Enciertomodoamboshabíansidoabandonados,huérfanos de unos padres a los que admiraban y sus madres, aunque buenas y pacientes, nohabíanpodidoestaralaalturaenlaqueencumbraronasusmaridos.Vistoasí,suformadeser,todasuéticasenegabaadejarasusuerteaesamujercondenaday,ahora,elsentimientoeramásfuerte,debidoaloqueledecíasucorazón.

Cuando sumadremurió, él se sintiómaldito. Todos sus seres queridos le abandonaban,bien desaparecían o morían dejándole solo, lo que le hizo vigilar con lupa todos sus lazosafectivos.Tampocoesquedesearaconvertirseenunlobogruñónysolitario,nomásdeloquelemarcabasutrabajo.Loquemuchoobviabanesquetodocazadornecesitaamigosenelmayornúmeroposibledesitios.Teníamiedoaacercarsedemasiadoaunapersona,llegarasentirqueunmundo sin ésta nomerecería tanto la pena, peroLivaArkadi había roto ese caparazón deaceropuro.Yahora,Cadennopensabadejarlairsesinmás.

—Nointentesdetenerme,Caden.

—Cuando un suicida dice eso, está pidiendo a gritos que lo hagan.—respondió, lomástranquiloquepudo.Dentrodesí,elmiedosealbergabaenelfondodesualma.

—Teníaquehaberhechoestohacemucho.Entonces,Ericestaríavivo.

—Esonolosabes.Quizássudestinoeramoriresedía.

—¿Ahoracreeseneldestino?

—Vale,ahímehaspillado.—sonrió—.Perosinosiguierasviva,nohubierapodidopasarestanochecontigo,ymividaseguiríavacía.

—¿Acuántashasdichoeso?—Selotomóconhumor.Buenafraseparaunconquistador.

—Soloati.Malditasea,tequieroyconlocura.Novoyadejarquetetires,medaiguallonegroqueloveastodo.

CadencomenzóaacercarsealaposicióndeArkadi,consuavidad.Livaibaenserio,asíquepensóquemejorsihacíaquehablase.Supadrepodríaserunabuenafuentededistracción.

—Aquímuriótupadre,¿verdad?Poresoelegisteestepuente.

—Élmedijounavez:Tumadremepidetodoslosañosquecambiedetrabajo,queesmuyarriesgado,ysiempreledigoquenopuedo.¿Sabesporqué,pequeña?Porqueséque,aunqueyo

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mueramañana, habré salvadomiles de vidas y otras tantas se inspiraran en hacer unmundomejorconmisactos.Deboseguirsuconsejo.

—Seguroquetupadreeraunbuenhombre.Yquenuncadejabanadaamedias.

—Porsupuesto.—Analizólafrase,algoseescondíaenella—.¿Adóndequieresiraparar?

—YasabesqueMosleyyBoscohanencontradolarespuesta,sabencómomurióJuwan,ypodemos utilizarlo contra su maestro oscuro. Debes concluir lo que empezaste, estamosluchandoporti.Nopuedesdejarnosasí,tirados.

Caden extendió la mano, esperando que Liva la cogiese. Con disimulo se preparó paracorrerlosuficientesicumplíasuspromesas.Pareciódudar,unabuenaseñalparaFord.

—¿Quémásda?Admitámoslo,nocambiaremosnada.Pensemosenlomejor,quefuncionay acabamos conAstaroth.Yoocuparé su lugary si esotroquien lohace se convertirá enunnuevoDamnare.¿Quéganamos?

—Habremoshecholocorrecto.Quelejodanalmundosinolegusta.

—¿Recuerdas loquemedijiste?Quecuandonohubierasolución, resolveríasestoporelbiendelahumanidad.

—Lo recuerdo, y también recuerdo que, entonces, no estaba enamorado de ti. Livaescúchame, voy a luchar por la optativa más extrema si fuera necesario. Aun así, puedomantenerloquedije.Perosolocuandoyanoquedeotra,esloúnicoquetepido.

—Aúnpiensasquehayesperanza.

—Esloúnicoquenosqueda,princesa.

Enelmomentoperfecto,CadenapartóinmediatamenteaLivadelprecipicioqueseabríaasuspies.Nolasoltó,jamásloharía.EscondiósurostroentreelencendidopelodelaDamnare.Ahora,éldebíasereltipoduroyserenoquesuamantenecesitaba,ysiveíacorreresaslágrimasensusmejillas,dudabadepodermantenereltipo.Livalointuyó,levantósucabezayselassecóconsupulgar.Sacódesusentrañaslamejorsonrisaquepudoofrecerle.

—Nollorespormí,amor.Esaslágrimassolosaldránpormisojos.

Tierno,Caden le besó la frente. Semantuvo en esa posición varios segundos, le costabacomprendercomoesamujerhabíaentradoensucorazóncontantafacilidad.

—¿Yquéquieresquehaga?Nohabermepermitidoenamorarmedeti.

—Nomedistemuchasopciones.Oteseducíaotemataba.

Cadenserío,contagiandoaLiva.SumanoacaricióelrostrodelaDamnarehastallegarasuhombro.

—Tejuroqueteprotegeré,aunqueelcielomelancéatodaunalegióndealados.Novoyaperderanadiemás.Nosipuedoevitarlo.

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—¿Todopreparado?

—Un segundo. —Bosco dio las últimas puntadas a su brillante plan tecnológico. Suestrategiaeraperfecta,eseestileteseríasuyo,ysinderramarunasolagotadesangre,algoqueno agradaba aMosley, a su lado—. Soy un genio. Caden ya está, tengo toda la red bajomicontrol.Actúacuandoquieras.

—Bien. —Caden vigiló una vez más las esquinas de ese callejón antes de mover elcontenedorbajoelconductodeventilación.Deunosdesusbolsillossacósufielnavajasuiza.Unoaunofuedesatornillandolostornillosquesujetabanlarendija,idealparaevitarlaentradaalasratas.

—Avísamecuandoentres.—LavozdeBoscoleasustó.Luegorecordóelmalditoauricular—.Anoserquequierassaltarlasalarmasqueestándispersaportodalainstalación.

—Sí,losé,losé.—respondió—.Eseángelesunparanoico.

—Nocreas,estaformadeintrusiónesmáshabitualdeloquepiensas.

—Paraquehabréhablado.—dijo,dandoaentenderqueesainformaciónnoleinteresaba.Elúltimotornillocayóensumano—.Entroencincosegundos.

—Estoyenello.

Bosco se sentía ilusionado ante este nuevo reto. Los conductos del aire era la forma deentrada y fuga más asequible. Eso no quería decir que fuera coser y cantar, los sistemas dealarmaerandeúltimageneración.Debíacontrolarcadalínearojaindividualmentesinoqueríamandartodoalcarajo.ChrisnoquitóojoalasiluetadeCaden.Paralaoperaciónhabíasacadodel armario, el regalo de un viejo compañero.Bajo los guantes, los calcetines y el gorro deFord estaban implantados varios microchips de localización e inhibición, gracias a ellosconocíalavelocidaddesumovimientoylasbarrasdeluzquechocabanconsucuerpo.

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—Recuerdaquesolopuedoengañaracadahazdeluzdurantediezsegundos.

—Chris;¿quieresqueconsigaeseestileteoquemepongamásnervioso?

—Perdona,Livasoportamejor lapresión.—Enlapartetraseradelcoche, lavioesbozarunamediasonrisa.Suficienteparaél—.Estáscerca,ahoragirahacialaizquierda.

Cadenobedecióreptandosinprisaperosinpausa.Estelugareraclaustrofóbicoylaslucesbrillantesnoayudaban.ElaireparecióllegarasuspulmonescuandoviolarejilladeldespachodeUri.Susalida.

—Solo un poco más, Caden. —Se infundió fuerzas a sí mismo, avanzando como unaserpientehastalasalida.Pordesgracia,alasomarse,lacosanoerabuena.

—Uriestáeneldespachoytienecompañía.

—¿Cómo?

—Quénomepuedomover.Hazalgo.

—Genial.—bufó.Soloteníaunosmilisegundosparapensarylaúnicaopciónqueteníaeramuyarriesgada—.Estábien,voyaactivarlaalarma.

—¿Qué?

—Confíaenmí,Caden,séloquemehago.Creo.

Unpitidoretumbóportodalainstalación.Fordsetapólosoídosencuantopudo,graciaspor avisarme para no quedarme sordo, Bosco, pensó sarcástico. A los pocos segundos, unempleadodeUrientróeneldespacho.

—Hasaltadolaalarmaenelalmacén.—Quélisto,conlometiculosoqueeraUrieliríaelmismoaatraparalladrón.

—¿Cuálhasaltado?

—Ladelconductoyluegoladelalmacén.

—Notieneotraquesalirporahí,Gaseadlo.

—Ahoramismo.

—¿Estoescoña?—sequejóCaden, incapazdeasumiresamalasuertesuyaqueleestabaacompañando.Ahoramismoteníadosopciones:osaltabayunángellerebanabaelpescuezoosemoría comoun insecto congas tóxico—.Bosco, si de verdad eres un genio, arregla esto.Perodeverdad,nolajodasaúnmás.

—¿Puedesdetenerlasalidadelgas?—preguntóLiva.Bosconegóconlacabeza.

—Imposible,esmanual.Tengoquepensar.

—Queledenalcerebro.—Mosley,súbitamente,sequitóelcinturónysaliódelcoche—.Es

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horadelosmúsculos.

—Estostíosestánlocos.—BoscovolvióaCaden—.Aguantaunpoco,Mosleyvaahacerloquesabetanbien.

—¿Gruñir?

—Elidiota.

***

Caden no podría soportar la tos durante mucho tiempo más. El humo toxico verde seacercabahastaél,provocándoleunpicor insoportableen lagarganta.Porahora,eramolesto,perounosminutosmásyseríaunjuegomortal.Necesitabasalirya.

La buenaventura parecía estar de su parte esta vez. Un empleado del bar interrumpió lareunióndeUriotravez.

—Hanentradoenlasalayhangolpeadoavariosdelosinvitados,inclusoalosVIP.

—¿Cuántosson?

—Uno

—Mosley—dijeronUriyCadenalavez,elsegundosinqueleoyeraelotro,elángelconfastidio,elcazadoresperanzado.Estavez,Urielnoteníaopción.

Al salir vio algo peor de lo que se imaginaba. Su salón estaba destrozado, sus clientesinfernales apaleados, los humanos habían corrido como si vieran al mismo diablo. Y esoparecía, entre la destrucción, sentado en un silla de fondo rojo algodonado y descansando elarmaensusrodillas,Mosleylemirabaconunasonrisatriunfal.

—No estoy acostumbrado a que me nieguen las cosas. Qué le voy a hacer, soy uncaprichoso.

—Necesitaunacuradehumildad,Mosley.—Másqueenfadarle,Uripareciódisfrutardeesaosadía,algoasínoseveíatodoslosdías.Ordenóasushombresquesealejaran,Rexerasuyo.Sudiversión.Sequitólachaquetadeltraje,quedandoconlacamisablanca—.¿Leapetecealaviejausanza?

Comoesperabadeél,Mosleynoseachantóantelarespuesta.Selevantóydejólapistolaenunade lasmesas,al finyalcabo,estabasinmunición.Dejóquefueraelángelquiendieraelprimer golpe, él era un caballero, lo que nomolestó a la hora de sonreírle para inquietarle.Amboscomenzaronamoverse, imitandoa losboxeadores, sinperder lavistadelotro.Uriel,confiado dio el primer puñetazo. Rex eramás bajo y no le costó agacharse y esquivarlo. Sehabíamovido hasta su espalda, por lo que el ángel rápidamente giró.Usando las tácticas delsicario, leguiñounojo. Imposible,esehombreera imperturbable.Unabaladadepuñetazosypatadas fue repartida por ambos seres, sin tregua.Algunos llegaron aMosley que escupió labocadesusangre,entretenido.

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—Sielquerubínsabepelear.Igualqueunniñodediezaños.ElniñoJesúslohacemejor.

—Québlasfemo.—Urielextendiósusalas.Lanzósucuerpohaciaatrás,peronosusalas.Estasdesplegaronunalluviadeplumas,directasasucontrincante.Fordlehabíahabladodeesaestrategia,recogióunadelasmesasysecubrió.Ensegundos,todaslasplumasblancasestabanclavadas,dejandoladefensainservible.

—Esoeshacertrampa.¿Ytútellamasblanco?

—Quenoscreáislosbuenos,nosignificaquenosepamosjugarsucio.—ContestóUriel—.Cómoahora.

Urialzósumanoyvariosutensiliosvolaronhastasuenemigo.Mosley,apesardesuedad,eraágil,losuficientecomoparapodersalirindemne.Pordesgracia,susreflejossenublaron,suinstintolefalló.AntesdedarsecuentateniaaUri,encimadeélyconsuarma.

—Séquenohaybalas,peronolasnecesitoparamatarte.

—Uri,déjaleenpaz.—LavozdeLivapillódesorpresaalospresentes,inclusoaMosley.Creía que ya se había rendido ante todo y todos, pero su instinto protector parecía seguirsurgiendo.Uriel,alverla,esbozóunasonrisa,mezcladedesprecioyadmiraciónporsuosadía.Podía sentir elmal traspasando, cada vez conmás fuerza las finas capas de su piel.Quedabapocoparaelfinaly,estabadeseandoserquienacabaráconelerrordeGabrielle.SeríaelúltimoactocontraAstaroth,privarledesuansiadojuguete.Pero,todavíano.Debíaserpaciente.

—Arkadi,meimaginabaqueeraselcerebrodelacuadrilla.

—Sabesquenotengomuchoqueperder.—Leamenazó,algoqueunnoaladoseatrevíaahacerporprimeravez—.Terepito,suéltalootendremosproblemasgraves.

Sufaltadecortesía,enotrassituacionesseríalaexcusaperfectaparadejarsaliresapartetan violenta que hasta los ángeles blancos poseían, reprimida bajo un halo de justicia ycompasión. Sin esconder alguna sutil carcajada,Uriel abrió lamano, dejando caer la pistola.Luegoselevantó,liberandoalsicario.

—Creoquemeequivoqué.Dime,¿quéhacesaquí?

—Protegeralosmíos.SigosiendounaDamnare,preservomialma,ysélastonteríasquesehacencuandoactúasimpulsivamente.¿Lorecuerdastú?

—Apártatedemivistaantesdequemearrepienta.—Semostrómuycontrariadoanteesecomentario.Comoseatrevía,sussentimientos,pensamientos, teneroperder lasreaccionesdetaninferioresseres...esoformabapartedesufuerointerno,denadiemás.LivalehizounaseñalaMosleyque,aregañadientes,seretiró.Hastaquenosalióporlapuerta,Arkadinosegiró.

—Daigualloquehagas,ylosabes.Solotequedanhorasparaseruncaído,comoaquellosa losqueodias, nopidasmilagros ahombresnidemonios.Disfrutadel tiempoque tequeda,maldita.

NiLivaniRexsedieronlavuelta,aúnasabiendasdelosojosqueseguíansuspasoshasta

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elcoche.Convariassonorasprotestasenruso,Mosleyentróalapartedelantera,dandoluegounportazo.Liva prefirió sermás discreta, simulando conmaestría la frialdadmás absoluta antetodo,amenazas,eltiempo,elfin.Cosasquedentrodesuserlaaterraban.

—Espero que la tengas.—le dijo a su acompañante. Caden sacó de su gorro de lana elpreciadoestileteafilado.

—Por primera vez, vamos un paso por delante, si somos más negativos por lo menosestaremosalamismaaltura.Vamosaterminarlotodo.

—No. Lo haré yo. Sabes qué pasará si eres tú, o cualquiera de vosotros, quien le da laestocadafinal.Lohiceunavezyvolveréarepetirlo.

—Estábien,peronomepidasquemequedealmargen.Yo,yseguroquehabloportodos,iremoscontigo.

—Noesperabaotra.

Sino,¿quiénacabaríaconsuexistencia,unavezsualmaempezaraapudrirse?

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LanochedespejadasecerníasobresuscabezasenlacapitaldelestadodeNevada.Detenidoel coche, todos los pasajeros habían salido fuera del automóvil. Solo Bosco descansaba suespaldaenelrespaldodelasientodelconductor,conunportátilenbrazos.Teníantodoloquenecesitaban,Livaestabaconellos,aúnsintransformaraunqueunamiradaprofundaprovocabaun susurro de fuego. El arma de Uriel, el estilete, bailaba en lasmanos deMosleymientrasCadenpensaba,dedicandomiradasfugacesasupelirrojoamor.

Loteníantodo,menosunacosa:unlugaradondeir.

—¿Cómolovamosahacer?¿CómoencontraremosaAstaroth?—dijoLiva.

—Laprimeravezdescubriste a Juwan.—RecordóCaden—. ¿Nopuedeshacer lomismootravez?

—No si no está cerca. No soy un radar, Ford. —Intentó esbozar una sonrisa pero sudesesperaciónllegabaaunoslímitesqueantesdesconocía.Ahora,seveíaincapazdeacabarconsuvida.No,noqueríamorir.Pero,¿lequedaríaotra?¿Seríatanegoístacomoparatorturaralmundodurantetodalaeternidadacompañadadesusnegrasplumas?

—Tengoalgo.—Boscoselevantóypusoelordenadoreneltejado.Enlapantalla,unplanodelasVegassemovíasiguiendoeltrayectodeunainquietalíneaazul—.MehepuestoapensarqueAstarothysusesbirros,osea,JuwanyLacad,debíanreunirseconél.Nosotrostrabajamosjuntos,perosomoshumanos.Ellossonseresdiferentesynosoportaríanestardemasiadotiempojuntos.

—Conociendoamipadre,melocreo.

—He pensado en seguir elGPS de los aparatos de los vasallos. Teniendo el número deambos,estoyhaciendounmapadelospuntoscomunesestosdías.Ajáyaempiezaladetupadre.—Aparecióotralínearoja.Seguíaotrocamino,peroprontocomenzóachocarconlaanterior.

—Haymuchospuntos.—GruñóMosley—.Nohaytiempodeinvestigarlostodos.

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Livamirócondesganalapantalladelordenador.Noentendíaloquehacíaenesemapa.Susojos fueron de un punto a otro, sin interés, hasta llegar al del Strip de Las Vegas. Era unrascacielosenelcentrodelaciudad.

—Espera.Bosco,páralo.—Chrislaobedeció—.Vamosallí.

—¿Estássegura?

—No,peromiinstintomedicequeesahí.

Paracualquierotroparecíaotroedificioaltomás,elestilometalizadodesusventanasnoposeíaningúntoquecaracterístico.Aúnasí,paraArkadieraespecial,algodentrodeellaardíaantelapresenciadeledificio.Alsalirdelcocheseacercóunospasoshaciaelgigantemetálico.Sumenteseactivóantelavisión.Variasimágenesfugacesaparecióensumemoria,sinsentido,peroconalgoencomún:todoocurríaahí,eneseedificio.

—Arkadi.—Mosleyquisoacercarsealverlatambalearse,peroellaleparó.

—Creoquefueaquí.No,estoysegura.—Sediolavuelta—.Aquífuedondemeconvertí.Tienegracia,hemosvueltoalprincipiodetodo.

—Quemejorsitioparaterminarlo.—dijoBosco.

—Estoydeacuerdoconelchaval.—Cadenseacercóhasta lapuerta.Estabaabierta,algoquenoeraunabuenaseñal—.¿Dóndedebemosir?

—Arriba.—Livamiróhaciaelcieloyloseñaló—.Alaazotea.

La planta principal estaba despejada, ni siquiera se oía el ruido tenue que creaban losguardiasdeseguridad.EsasensacióndepazsereinventóenlacabezadelaDamnare,comolacalma antes de la llegada del ojo del huracán.Un calambre le recorrió toda la columna y seextendióhastasusextremidades.Unángelrondabaporeledificio.Astaroth.

LaMarcaempezóapicarle,conmásintensidadcuantomássubíanenelascensor,hastaquenopudocontenerrascársela.

—Tevasahacersangre,querida.

Esavozlaconocíaperonodeberíaestarahí.Arkadiasustóasusamigoscuandocomenzóabuscarsúbitamenteconlamiradaalresponsabledeesavoz.

—Noesnada.—Lostranquilizócuandosepercatódelalborotoquehabíaformado—.Sóloqueempiezoadelirar.

—Intentaqueseespereunpocomás,Liva.Noquedaríaépicosicayéramosantesdellegarlalucha.—Cadenestabaenelfondodelascensorconella.Alhablarfuecuandosediocuentadeque,entodalasubida,susmanosestabanentrelazadas.LivaapretóconfuerzaladeCadenantesdetenerquesepararse.

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Silaplantaprincipalestabadesierta,laazoteaseasemejabaalasuperficiedeNeptuno.

—Estoestámuerto.—Boscosequitólasgafasparalimpiarlasdelasgotasdelluviaqueseprecipitabanensuspieles.

—No,noloestá.

—Arkaditienerazón.—Rexpermanecíacercadelcentroconlosojoscerrados.Suinstintohabía despertado. Y acertó de pleno, cuando lo oyeron. Primero una palmada, luego otra.Astarothlesesperaba,exultante,sinmiedo.Parecíahastafelizporelencuentro.Susalasdecolorazabacheperfilabanconcrueldadelcielomientraslafinalluviacaíasobresuscabezas.

—Debo admitir que dudé de la elección deValefar sobre sumaldita.Qué bueno quemehaya equivocado. ¿No estás deseando la conversión,Arkadi?Utiliza una vezmás lamagia yserásmía.Notengoprisa,loserástardeotemprano.

—Loúnicoquedeseoesacabarconturuinvida,Astaroth.Luego,meocuparédelamía.—Sucomentariohizoreíralcaídoquebajódeltejadillodelapuertadelasescaleras,situándosefrenteaellos.Bloqueabalaúnicasalida,nodándolesmásalternativas.Esteeraelmomentofinal:omoría,oellosseríanlasvidasperdidas.

—¿Deverdaderanecesario?¿TeníasquemataraEric?

Astarothlamiró,divertido,loquehizoquelafuriadeLivafueseenaumento.

—¿Quésentistecuandolohice,Arkadi?¿Meodiaste?¿Deseastemimuerte?

—Nosabescuánto.—confesóconunsiseoentresusapretadosdientes.Elcaídoesbozóensubocaunacruelsonrisa.

—Entonceseramásquenecesario.Nohassidounadiscípulanormal,queridaArkadi.

—¿Discípulatuya?Esaesbuena.—contestóLiva.

—¿Dequiénloeres?¿DeGabrielle,tú,unángelnegro?¿Piensasqueleimportabasaquiénteenvióalasgarrasdeestedestinomaldito?

—Cállate.—Cadenintervino,viendoquesuspalabrasempezabanaafectaralajoven.

—Cállametú,sitienesloquehacefalta.

—Caden,no.—Liva legritó,peronosirvióparaparar suarranque.Habíasidounerrordejaralcazadorconelestilete.Astarothhizounvagoademándeesquivarelataque,Fordacaboclavándoseloenelcostado.Susmanossecerraronen tornoa laherida, susojos secerraron.Cadenapretóunpocomásesperanzado,hastaquesusojosvolvieronalavida

—¡Bu!—Susalasseexpandieroncreandounvientopoderoso.Sinsudarsiquiera,apartóaCadenlanzándoloporlosairescomosideunamoscamolestadetratase.BoscoyMosleyfueronensubusca,tampocoellossesalvarondelafuriadelcaído,laúnicaqueselibrófueArkadi.Alverasunoviomalheridocorrióhaciaél.Ahora,leimportabamuchomásqueAstaroth.

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—Tedijequemelodejasesamí.—lereprochósuavemente.

—Tiendoanoescuchar.Menosmalquenohafuncionado.

—Bonito juguete.—Astaroth jugaba con el estilete—. Podría matarme, pero os falta uningrediente.Esangelical.¿Quiénoslohadado?

—Quiennoteimporta,capullo.—Mosleyserevolviódurantepocotiempo,hastaquesintióelcarozapatodelcaídoensucara.

—Puedoimaginarlo,haypocosángelesenNevada,ycasi todossondelamismafamilia.Pocomeimporta,yamevengaréluego.

—Porencimademicadáver.—Livaseapartódesunovio,dispuestaacumplirsucometido.Astaroth comprendió sus intenciones, se acercó a ella, tan solo a unos pocos pasos de suposición.Eltiempoempeorabaporinstantes,unrayocruzóelcieloporencimadesuscabezas—.Notengonadaqueperder.

—¿Estás segura,Arkadi?LosDamnare tenéis un pequeño inconveniente.Aún conserváispartedevuestraalmahumana,noporcompleto,porsupuesto.Seguroquetehasdadocuentadelocruelquepuedenllegarasertusacciones,tuspensamientos,desdequetieneslaMarcaentupiel. Has perdido cierta sensibilidad al sufrimiento ajeno, aunque las relaciones intensasenmascaranlaperdida.

LivasoportabaaduraspenaseldiscursohastaquevioelverdaderointerésqueteníaahoraAstaroth.Susojos, sumiradasedesviómomentáneamentehaciaelcazador, semiinconsciente,CadenFord.Levantadoporunafuerzasobrenatural,estampósucolumnaenlapared,dondesesituabalapuertacerradadeemergencias.AntesdequeLivapudierareaccionar,unodelosrayoscayócercadelcuerpodelmaltrechoFord.

—Querida, sabes que soy muy celoso. No me gusta que compartas colchón con otro.Sabiendoquepronto te tendré, te perdono, pero él es otra cosa.—Alzó sumanoyotro rayocayó,más cerca aún.Caden chilló, ciegoy sordopor la electricidaddel relámpago—. ¿Estásenfadada,Liva?Atácame,usatuspoderesdeDamnare.—laincitó—.VuelveadarlepoderalaMarca.Ansíoformarpartedetuvidacomocaída.Puedesprotegerloconunescudo.Perotodoseacabaríaparati.

Estaba entre la espada y la pared. Con sus capacidades físicas, aunque envidiables, notendríanadaquehacercontraAstaroth.Y,quémásda loquehiciera, suúnicaoportunidad,elestiletedeUriel, eraunacortinadehumo.Nosabíacómopodríadestruirle.Sudestinoestabasellado.

Elúltimorayo,elmássalvajecomenzabaabajarendirecciónalasalmasperdidas.Livanopodíapermitirseserpasiva,acostadelavidadesusamigos.ReuniósusúltimasfuerzasenposdelaMarca.Elsímbolothebanoardía,noparó.

—¿Quieresmialma?—Hablóalsímbolo—.Queasísea.

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Lavozeracálidayrelajante.Tambiénleerafamiliarynoconseguíarecordarlo.Sesentíacomo si un candado cerrase las puertas de sumemoria y no la dejase seguir. ¡Basta!, pensó.Quería saber quién era ahora, saber todo lo que no podía recordar.Oyó la vozmás cercanarodeadadelaluz,estávezlapudoentender.

—Hola,Liva.—lasaludó.

—¿Quiéneres?

—Túbienlosabes.—Serió—.Tupadreeraunbuenhombre,mesalvólavidaacostadelasuya.Nopodíadejarquetepasaránada.Ynuncaloharé.

—Noentiendonada.—Entonces,recordóquienera—.Gabrielle...

—Venconmigo.—Unamanorecogiólasuya—.Eshoraderecordarantesdequeseacabetodo.

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Ensilencio,ArkadiesperabapacienteelprimerpasodeGabrielle.Elascensorbajóy,conunalegrepitidolesabriólaspuertas.Elángely lacazadoraentraron,al instanteysinpulsarningúnbotóncomenzóasubirhastaelático.

—Nosestáesperando.—Gabriellesaliódesumutismo,desdequehabíanvislumbradoenlalejanía, el apartamento de lujo, donde Valefar se hospedaba junto a varios de susmonstruos,convertidos en fieles seguidores, enmedio de la lujuria del Strip. No era la primera vez queGabrielleveíautilizaralossuyoscarnedecañóndemoníaca,apesardeque,sentíanporelloselmismo desprecio que hacia los humanos. Lo bueno de los primeros eran sus, en ocasiones,magnificashabilidades,ya fueranmágicasoparaelcombate. Incluso, temíaestarhaciendo lomismo con Arkadi. No, al contrario que ellos, ella se ocuparía de Valefar. Liva deberíaconformarseconsuséquito.

—¿Eso va a ser un obstáculo? —La pelirroja compañía, sacó su pistola de la fundapreparándose. Gabrielle sonrió como respuesta, algo que captó Arkadi a la primera. Porsupuestoqueno.

El mismo pitido las alertó de que la hora había comenzado. Mientras las puertascomenzabanadesaparecertraslasrendijas,elcampodebatallasevislumbrabaanteellas.Porlomenos,diezdemoniosdedistintasrazaslasmirabancomocarneapuntodesercocinada.FueGabriellequienmáspudointimidarles,cuandosacósusblancasalas,brillantesanteelocaso.

—Bienvenidaamihogar,Gabrielle.—Seoyóuna voz en el cielo—.Hacíamuchoquenocontabaconlapresenciadeunodelostuyos.

—Poresosiguesvivo,Valefar.

Alesconderseelsol,lafiguradeunángelcaídosedejóver,planeandoverticalmentehastaelsuelo.Unhombremaduro,depelocolorcarbón,apuntoderozarsushombros,lassaludaba.Una fugaz sonrisa de diversión se dejaba entrever en sus labios. Vestía de forma oscura ysencilla;unacamisacolormaderaviejayunospantalonesdeantenegro.Alrededordesucuello,

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irónicamente,cruzabaunacadenadeplataconuncrucifijo.

—Tesobrestimas,mujer.Ysubestimasamiejército.

—¿Aesolollamasejercito?

—Mejorqueeltuyo,sí.—MiróhaciaLiva.Comorespuesta,Arkadimostrósuarma.

—Odinmozhetbyt , stoit tak zhe , kakdesyatki vash ,mudak[8]—le respondió, confiada,aunque solo por la compañía de Gabrielle. Valefar rió, conocía el idioma del país del frío.Encogióloshombrosantesdehablar.

—Esdecisióntuya.Pero,teadviertoquenocambiaránada.

***

—Lo siento, Liva.—La voz de su difunta amiga se disculpó por los nuevos recuerdosaturdidores y mareantes que acababan de difuminarse en su mente—. Las luchas contra unejércitosuperiorsiempresonestresantes.Tumemoriaesunpococonfusa,querida.

—Espera,¿estásdentrodemicabeza?

—Cállateydéjameseguir,boba.

***

Estaba destrozada, el combate había terminado a su favor, pero las heridas dolían y elcansancioempezabaahacerlemellaensuresistencia.Todoslosdemoniosestabanmuertosylosángelesseguíanenelcielo,rodeadosdelaslucesdesumagia.UnaluzcegóaLivaquetuvoquecerrar los ojos, molesta. Lo siguiente fue oír un ruido brusco, igual que si algo pesado seestampasecontraelsuelo.

—Gabrielle.—Reconoció al ángel y fue en su busca. Su ropa estaba llena de sangre.Unpuñalsesosteníafirmementeensuabdomen—.Estonotepuedematar¿verdad?Medijistequeerasindestructible,quelasarmasnoteafectaban.

—Por desgracia esto sí. Valefar la tintó con su sangre, es la única forma dematar a unángel.—Gabriellecogióconsumanoizquierdaelpuñal,bañadoenoro,sudoryrojolíquidoyseloarrancó.LosgritosagónicosdelángelseclavaronenelalmadeLivacomoelmismocuchillo—.Úsalocontraél,Liva.Nodejesquehagadañoamáspersonas.MipequeñaLindsay,John...—Suvozfuehaciéndosemásdébil.AúnrespirabacuandoValefaraterrizódetrásdeella.

—Gabrielle,Gabrielle.—Usó un tono de desaprobación—. Ya sabes qué pasa si te creaslazosconotros.Tevuelvesdébil.

—Hijodeputa.—Arkadisegiró,conelpuñalenlamano.Valefarintentóhuir,alzandoelvuelo,peroLivalocogióporunalayleobligóaestamparsecontraelsuelo,dejándoloaturdido.Pusosurodillaensupechounpocomásabajodelcorazón.Ahíibaaplantarsuvenganza.

—Nosabesloqueestáshaciendo,chiquilla.—LedijoValefar—.Vetemientraspuedas.

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—Esoharé.Peroantestengocosaspendientes.

Sinmediarmáspalabras,dejocaersumanocontodalafuerzaquepudo,justoenelblanco.

—Insensata.

Valefarcomenzóaconvulsionarse,víctimadeunatempranamuerte.Derepente,unsonidoagudo llenó susoídosdeunpitido insoportable.Liva retrocedió, tapándoselos, cosaqueno leservíaparanada.Luego,sumuñecaempezóaarder,comosilaestuvieranapretandocontralasbrasas.

—Gabrielle. —Se giró en busca de consuelo, pero solo se topó con otro ángel, ésta vezblanco,apuntodemorir.Surostroeratriste,sumiradadepena.

—Perdóname.—Fuesuúltimapalabra.Teníaa sualrededordosángelesmuertos,unodecadabandoyundolorinsufrible.Juntoalbordedelabismo,sucuerponoresistiómás.Livasedesmayó,cayendoalvacíodesdeeltejadodeeseapartamento.Debíahabermuerto.Peroantesdetocarelsuelo,laMarcaapareció.

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—Unángelmuereconlasangredeotrodesushermanos.Deberíashaberlodichoantes.

Estanoerasuvoz,niladeGabrielle,perosilaconocía.EraCadenquienlaacompañabaenloprofundodesumente.Oeralarealidad,estabaconfusaydesorientada.Todohabíavueltoasucabeza,nirastrodelaamnesiaanterógradaquesufría.Noseguíaneneláticosinoqueestabanenuna habitación blanca. La cabeza le zumbaba, parecía incapaz de asimilarlo todo. A un lado,Cadenlavigilaba,parecíaestarapuntodederrumbarse.Gabrielle,frenteaellalesoltólamanoydiounospasosatrásdecortesía.

—¿Dóndeestamos?—Condificultad,Livapudoarticularunaspocaspalabras.Ledolíalacabeza,peroeldolordesuespaldahaciaqueestefueranimio.

—Enunlugarseguro.—respondióGabrielle—.Almenosduranteunospocosminutos.

—¿Soisfrutodemiimaginaciónoestáisaquídeverdad?

—SoyyoLiva.—le respondióconvoz tierna,Ford—.Teprotegeré,nocomounsimplereplicante.

—Notepreocupes,Arkadi,yanoestamosentumente.Digamosqueestoesunaparceladeotradimensión.

—¿Delmásallá?Estásmuerta,Gabrielle,¿quéquieresquepiense?

—No tenemos mucho tiempo para discutir donde estamos. Tienes una oportunidad paravivir.

—¿Cómo?Misalasestánapuntodesalir.—Arañabansupielparagerminar,mejordicho—.Estarde.

—Quizás no, Liva.—Caden se cansó del segundo plano. Si estaba aquí, con ellas, iba aaprovecharlasituación—.¿Cuálesesaoportunidad?—SedirigióaGabrielle—.Esperoqueno

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nosengañes,porquesino,lamuertenotevaasalvardemí.

—¿Recuerdas lo que te dijo tu padre antes demorir?—Luegomiro aArkadi—. ¿Y a tiJuwan?LaúnicaformadesalvaraunDamnareesqueotroestédispuestoacometerelactomásaltruistaquehay.

—Loharésindudar,pero¿cuál?¿Quédebohacer?

—Eselsacrificio,Ford.

—No.—Liva se negó—.No, no y no.Hanmuerto demasiados pormi culpa, no piensodejarqueCadenmuerapormí.

—Elsacrificionoeslamuerte,pequeña.Estonoessuficienteparaunmaldito.Losiento,noqueríaqueacabaseasí.YodebíahaberexterminadoaValefar,mecegóelmiedoyfracasé,haciéndoteesto.Séquenuncapodrásperdonarme,yloentiendo.

—Déjate de disculpas y dime qué debo hacer. —Mientras hablaba, Caden abrazabasuavementeasuamante,aprisionándolaensucuerpo.Empezabaaentenderlasituaciónysabíaque Arkadi se negaría, discutiría, incluso se pelearía con él. Pero no tenía otra opción. Sesorprendióalsentiresecalorinfernalenlaespaldadelaqueprontoseríauncaídomás.

—Solohasdeaceptarsudestino.Siselorobas,seconvertiráenunaDamnareperpetua,conpoderesperovulnerableymortal.Eslomásparecidoaunserhumanoquetepuedoofrecer.

—Ylasalas...—Livanoseatrevíaapreguntar—.¿Cadenpasaríaaserunángelcaído,unsersinalma?Esoespeoraúnquelamuerte.

—Perotúnoereslaquetienelaúltimapalabra.—GabriellemiróaFord.Elcazadorseguíasujetando con firmeza aLiva, que empezaba a entender sus razones.Apesar de sus gritos deagoníaysussuplicasnoaflojó.Ella lequería, leentendía.Peronoconocía todosudolor, lasmúltiplesvecesenlasquealguienqueridoseibasinqueélpudierahacernada.SeacercóhastaquesususurróhiciesebailarelpeloquecaíajuntoalaorejadeArkadi.

—Perdónameporsertanegoísta,princesa,peronopuedovolveraestarsolo.Tequiero.

Luegodeunbeso,secósuslágrimasconundedo.

—Acepto.

La luz se despejó, al finAstaroth vería la obra que con tanta labor había llevado a buenpuerto. Una Damnare con tanta determinación, tanta fuerza, ya fuera psíquica y mágica seconvertiríaenunexcelentecaído,aptoparaterminardeunavezportodasconlaguerracontraesosestúpidosblancos.Cuálfuerasusorpresaalverqueenlaescenafaltabaalgo.

—Pero, ¿dónde están tus alas?—Adelantó unos pasos hacia Liva, seguía igual. Las alasnegrasquedebíandecorarsuyahermosafigura,elindicadordesufaltadepiedadpropiadelaHumanidad,noestaban.Nirastrodeellasapesardelaconversión.Noteníasentido.

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Arkadi alzó la vista. La fuerza que la rodeaba la dejó exhausta, arrodillada, apoyaba lacabezaensusrodillas,intentandorespirar.Seguíasiendoella,yconocíaelprecioporesedon.Verleallí,aturdido,hizoquelarabialaconsumieraaúnmás.Todoelcuerpoledolía,creíaqueseríaincapazderesistirtodoesedolor,sentircomoelmalsedespegabadesucuerpocontantaagoníacomosiyafueraunmiembromásdesucuerpo.

—Hijodeputa.—Susojosestabancandentes,porelfuegoquedesprendíasufuria.Opuedequefueransuslágrimas—.Esperoquetepudrasenelinfierno.

—Lohesentido,losientotodavía,peronoestánahí.Sinoerestú...

—Lotienesdetrástuya,cabronazo.

Habíaintentadogirar,sinofueraporelbrazoquelerodeóelcuello.Nopudoverlanuevaforma deCaden antes de sentir el frío acero clavarse en su costado. Elmetálico sabor de lasangre ascendió desde el cuchillo hasta su boca. Los secretos de los ángeles habían sidodesveladoshaciasuhermano.Antesdecaer,hizoelúltimoesfuerzo,queríaverlo.Hastaelpelodorado y puro ocultaba la nueva oscuridad que empezaba a consumirle, y menos le hacíansombraalasmortecinasalasque,desplegadas,ocultabanla tenueluzdelunaquesalpicabasurostro.

—Notecreícapaz.Elsacrificio.—Lasangreyalebrotabadelaboca,perosonrió,parecíafeliz—.Serásunexquisitosucesor.

—Ni en tusmejores sueños.—Caden no le dejó caer, por lomenos no ahí.Agarró confuerzasusropasylelanzóalvacío.Unapartedeél lehubieragustadoacompañarle,batirsusnuevasalassinestrenaryvercomoseestampaba,comosuúltimohálitodevidasedesintegraba.Pero,tambiénsabíaquenolequedabamucho,laoscuridadestabadesgarrandosuinteriorconunaadmirablebrutalidad.

—No te vayas. —La frágil voz de Liva le sacó de sus pensamientos y le apartómomentáneamentedeldolor—.¿Cómoquieresquevivaasí?

—Loharás.Yonopodríahacerlositehubieradejado.—Cadenmiróunavezmássuarma.ElpuñalhabíacaídoconAstaroth,ahorasololequedabasupistola.Quitóelcargador,luegolaprimerabala.Elsueloquelerodeabaestabaimpregnadodelasangredesuantañoenemigo.Quémejorseñalledabaeldestino.

—Mosley.—RexyBoscosemanteníanenunsegundoplano,atónitos.Cuandolaluz,bellay fatal, apareció del cuerpo de Liva, se temían lo peor. El brusco giro los desconcertó. Livaestabaallí,porlomenossucuerpo,igualqueantesyFordportabaelfinaldelamaldición.

—¿Quéhashecho,insensato?

—Cuídalacomolohicisteconmigo.—lepidióCaden—.Tevaanecesitar.Yati tambiénChris,séquetúnuncalaabandonaras.

Tras darle un buen baño en el rojo liquido, la bala volvió a su sitio.Quería despedirse,contar todas las cosas que nunca pudo o jamás se atrevió, algo en lo que el tiempo parecía

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discrepar.Quetonto,casiseleolvidabalaqueestabaenlarecamara,lahizovolar.

—Liva,hazmeunúltimofavor.Cierralosojos.

—No.

—Porfavor,Arkadi.Yahasvistodemasiadascosasmalas.Cierralosojos.

TuvoqueserMosleyquienselostapaseconunamano.Lasalasmerecíanlapena,parecíaquehastaelviejoymaloteagentedelaKGBestabacompungido.Ellatigazodelaoscuridadleindicólahora.Unpocomásyperderíalacapacidaddearrepentirse.SepreguntócomoJuwanpudohaberaguantadotantotiempo.Quizásfueralafortaleza,oquesufamahabíallegadohastaalAvernoydeseabaengullirleperose le tornaba insoportable.Se lehabíaacabadoel tiempoparapensar.Apuntóelcañónasusien.Tambiénconlasangredelcaído.

—Estadsiempreunidos.Osquiero.

Elsonidodelestallidodelarmafueloúltimoqueoyó.

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Desdesuúltimavisitaaeste lugar,nadahabíacambiado.Livasentíapredilecciónpor loscamposverdesy los lugares apaciblesy éste tenía ambos, sin embargo, temía entrar.Muchosrecuerdosvolvíanasumentecuandosuspiespisaronelcamposanto.RecordabaaGiorelli,alladodesumadreofreciéndoleelconsueloquelefaltabatraslapérdida,Baoinstandoasuhijoaentretenerlaparanopensarenquenoveríaasupadre jamás.Elcapitán lehabíaentregado labanderaquecubríaelataúddelagenteJasonArkadi,juntoalamedalladelvalor,concedidaporsuheroicahazaña.

—Tupadrefueunbuenhombre.—ledijo—.Loshombresbuenosnuncamueren,porquetienenseresamadosquelosrecordaráneternamente.Noloolvides.

Nolohabíahecho,ahorateníadosmásalosquemantenerconvidaensusrecuerdos.

—¿Estás seguradeesto?—secontuvode saltarporel susto,Mosleynoperdíanuncaunápice de su habitual sigilo. Se giró un breve segundo hacía su posición antes de volver a latumbadesuamigodeinfancia.

—Demasiadoshanmuertopormiculpa.—dijoArkadi—.Creíquesimequedabapodríaprotegerles de loqueno conocían.Ahoramedoy cuentadequehago lo contrario.Ya les hemandadounacartadedespedida,amimadreyaGiorelli.

—¿Unacarta?—Mosleyfruncióelceño—.Novasaverlosenmucho tiempo.Puedequenunca,¿noesalgoimpersonal?

Livanocontestó,puesclaroqueeramuyimpersonal.Seodiabaporsertandébilperonopodíasoportarotradespedida,lasmiradasdelospolicíasalosqueadorabacomohabíahechocon su padre, sabiendo que por ella, Eric había sido asesinado. Con Caden había tenidosuficientedolorparaunatemporada.

—¿Cómohasido?—Mosleyhabíadadovariospasoshaciaella,sucalidezlareconfortó—.Elentierro.

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—Algopomposoparamígusto.Gustosextrañostienelayetset.

—Sientohabérmeloperdido.

—ElCaden al que despedían no era el que conocíamos, Liva.—Le acarició el pelo, lasdesgraciasdejabanver rasgosdesconocidosenel sicario—.Sisupieran todo loquehahechoporellos…Bueno,loprimero,nohubierandecoradosutumbaconunángeldemármol.

Esolahizoreírconalgunasgotasdeañoranzayamorensusojos.Rexacabóabrazandoelfrágilcuerpodelachica.

—Alfinalhizoqueloquisiera.Malditocabrón.

—Élpensabalomismo,pequeña.—Miróhaciaatrás,dóndeBoscoesperabaensucoche—.Eshoradeirnos.

—Dametresminutos.

Mosleyasintióyvolvióalcoche.Arkadiaprovechóelmomentoparasecarselaslágrimas,noqueríaquenadielavieraasíyseagachóparadejarsuflor,unarosablanca.

—Esperoquealgúndíameperdones,amigo.

—Losmuertosnoperdonan.Estánmuertos.

Uriel se erguía a su lado, con las alas desplegadas sin importarle que alguien le viera.Arkadiselevantóantesdeposarsuvistaenél.

—Claro,poresoGabriellenovinoaterminarconsumisióndeprotegerme,niaayudarnosaterminarconAstaroth.—dijo,mordaz—.Séquenoconocéiselcielo,Uriel,asíquenovengasajoderme.

—Muyjovenparamisgustos,Damnare.

—Nomellamesasí.

—Esloqueeres,parasiempre.¿Cómoestálamarca?

—Congelada.—Levantó la manga de su camiseta para mostrarla, la letra thebana habíaadquiridountonoglaciar.Elángellamiróconcuriosidad.

—Debestenercuidado,aunqueyanotetransformeguardaungranpoder.UnDamnarenotienemuchaesperanzadevida.Eresunserpeligrosoyhaygentequelosabe.

—Primero deberán encontrarme.—dijo la joven, volviendo a esconderla.Uriel lamiró,percibía algo diferente en ella.No era lamisma chiquilla asustada que había aparecido en surecinto con ese leal guardaespaldas. Estaba sola en esa lucha, ella conocía su estado y habíadecididoluchar.

—Rezaréporti,LivaArkadi.Paraquenohagasalgunaestupidez.

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—Nometomeselpelo,Uriel.Túnorezas.

—Soyunángel.

Arkadi no le siguiómás el juego, dejó escapar una sincera carcajada antes de irse. Sinmirar atrás, alzó lamano en señal dedespedida.Uriel no semoviómientras ella desaparecíadentro del antiguo coche de Ford. Ahora entendía a su hermana. La magia era irracional yfascinante,aligualqueloshumanos.

Cuandolapelirrojaentróenelcoche,laconversaciónmundanadeMosleyyBoscocesó.Ambosestabanpreocupadosporella,sobretodoeljovenhacker.Posósumanoenelhombrodelachica,quienhubierapreferidoelasientodelcopiloto.

—Eresunamujerfuerte.Puedescontodo.

—Todos tenemos un límite, Bosco. —dijo en un suspiro, mirando su nuevo tatuaje—.InclusounDamnareeternocomoyo.

—Nodejemosquenuestroslímitesnosalcancen,pequeña.—Mosleyarrancóelcoche,dabagracias por haber instruido bien al pequeño Ford y su instinto desconfiado. Todo estabapreparadoparanodejarlesinnadasiéldesaparecíaoalgopeor.Solo,podíasobrevivirsinnada.Elproblemaesquehabíahechounapromesaaunángeloscuro.

—Oye, pararemos a comer en un sitio ecológico, ¿no?—preguntó Bosco, reclinándosehaciadelante—.Lacarnerojamesientamalalestómago.

—Genial.—Bufóelconductor—.Diosmehavistoconcaradeniñero.

—No te quejes tanto, nos hacemos de querer.—dijo la chica esbozando una sonrisa. LairónicacarcajadadeRexledioaentenderquelodudaba,viejogruñón.

Antesdedarsecuenta,elletrerodandolabienvenidaaLasVegasquedóatrás.Adiósasusamigos,adiósasufamilia,adiósalhombrequehabíaamadoylodiotodoporella.

Erahoradecomenzardecero.Porsuerte,noloharíasola.

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Epílogo

Asíqueesoeraelmásallá.Cadensentíasucuerpoflotar,dentrodelaluzquelerodeaba.No,seequivocaba.Yanohabíacuerpoquesentir,comonohabíadolor.Estababien.

Estabaenelparaíso.

Era nada y a la vez todo. Sin nubes ni azufre, no había cielo o infierno para él. Se

preguntabasieseeraeldestinodetodoslosquecaíanosoloelsuyo.Unángelnegroderrotadoantes de perderse por completo. Alguien que no se merecía sufrimiento eterno ni una dichacelestial.

Peroestababien,esoseguro.Teníatantomundo,elmásalláeraextenso.Avecesoíavoces

queseacercabanysealejaban,otrasel silencio leenvolvía.Sumenteestaba liberadade todomal.PensabaenLiva,ensusamigos.Notemíaporellos,sabíaqueestabanbien.Habíaelegidolocorrecto,sumaldiciónestabarota.Quéelprecioapagarfuerasupropiavidaledabaigual.

Estenoestusitio

Todo loque le rodeabaempezóacambiar, tornándosecadavezmásoscuro.Noentendía

queestabapasando,algosusurrabaensuoídoylearrastrabaadóndenoqueríair.Cadenluchóporpermanecerensuparaísoperoesesererademasiadofuerte,leestabahaciendodaño.

Ahoraeresmío,ángelcaído.

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Glosario

Elorigendelas84especies

La primera raza “inteligente” en convivir con las plantas y los animales fueron losXimaera,tambiénllamadosquimeras.Estoseranlaespeciemáspura,llenosdemagiayenergía.Su formadevidaaúnespura especulación, lashistoriashablandeunaciudadmuyavanzada,hechaycreadaporsumagia,dondelasquimerasvivíanyeducabanasushijosenvalorescomolapazylajusticia.

Sinembargo,nopuedehaberluzsinoscuridad.Depensamientoférreoyestricto,eranmuyintolerantesconaquellosquemostrabansignosderebeldíaalasnormasestablecidas,locualsereflejabaensusseveroscastigos,queibandesdelaamputacióndemiembroshastaeldestierro.La pena demuerte, sin embargo, era vista como una liberación del dolor, por lo que estabaprohibida.

En subúsquedadenuevas formasde castigo, crearonun armacapazde eliminar toda lamagiadeunindividuo,dejándolovacío.AsísecreólaprimerarazadelaespecieThatmasa:loshumanos. Esta forma de tortura correspondía a los delitos más graves, pero pronto alcanzópopularidaden lasaltasesferas.Milesdequimeras fueronconvertidosenhumanos,quedandorelegados ameros siervos, sin derechos ni oportunidades. Incluso el destierro se volviómáscruel,privadosdesuhogarydesumagia,porigual,porestaarmaoartefacto.

Cuál sería su sorpresa cuando estos humanos, al tener descendencia entre ellos,engendrabanseressinmagia,humanos.Loshijosfueroncondenadosacargarconelpecadodesuspadresysucrueldestino,porloquemuchosoptaronpordejaratráslaciudadquiméricayformarasentamientospropios.

Sin embargo los quimeras desconocían la naturaleza caprichosa de lamagia, creyéndolabajosucontrol,cuandoésta tienesupropiavoluntadynosevasinoquiere.Yesohizo, trasgeneraciones,volvióa llenar loscuerposdealgunoshumanos;peroyanoestabancompletos,no podían volver a ser quimeras, la magia mutó. Los humanos de una zona empezaron anecesitar sangre para vivir, otros desarrollaron diferentes tipos de alas para volar… Poco apoco las mutaciones se normalizaron, dando oportunidad a los sabios quimeras, quepermanecíanobservandoel transcurso,depoderhacerunaclasificación,dividiéndolosenseis

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especies,ochentaycuatrorazas.1.Aquellosquepermanecieroninmutablesocuyamagiaesmuypequeña:Thatmasa.2.Aquellosconlacapacidaddevolar:Angeal.3.Aquellosquesealimentandefluidos,esenciasosentimientosdeotrasespecies:Venora4.Aquelloscuyamagialeshapermitidofusionarseconmamíferos:Lycaera5.Aquelloscuyamagiaestárelacionadaconlaenfermedadylamuerte:Morterum6.Aquelloscuyasmutacionessonúnicas,incapacesdeclasificar:Devilash.

Traslaconfusióninicial,estasnuevasseisrazasseunieroncontrasusopresores,aquellosaquienesantesconsiderabandioses,enbuscadelasmismasoportunidadesqueellostenían.Unosdicenquelosquimerafueronmasacradosysutecnologíadestruida,otrosquealgunoslograronescondersedesusrabiosascreaciones.Loqueesciertoesquelosquimerasquedaronrelegadosaunmito,unosdiosescaídos,mientraslasnuevasespeciesempezaronapoblarlatierra,siendoloshumanos,elorigendetodaslasdemás,larazadominanteymásextendida.

DamnarePertenecientes a la especieAngeal, no poseen alas ni la capacidadde volar, pero pueden

controlartodosloselementosnaturalesexceptoelagua,supuntodébil.Son humanos corrientes, elegidos por un ángel para transformarse en uno de ellos. Se

consideraunacondicióndetransición,enlaqueelcuerpopasaaconvertirseenunalado.LosángelespuedentransformarenDamnaresinelconsentimientodelapersona;siendoelmomentode sumuerte elmás común, puesmaldicen a su asesino para así salvaguardar la especie. Eltiempodecambiodependedecadaindividuo,entrandoenlaúltimafasecuandoaparecenensuespaldaunascicatricesenformadeequis,porlascualesemergeránlasalasdesgarrandolapiel.

Los Damnare son únicos, tanto por su forma de ser, como en el fascinante hecho decambiardeunaespecieaotra;deThatmasaaAngeal,dehumanoaDamnare.

ÁngelRaza dominante de los Angeal (toda especie tienen una, la cual bautiza con su nombre

antiguosuespecie),subdivididaendos:losblancosylosnegros.Conocidoseinclusoveneradoso temidos gracias a escritos donde los hombres antiguos ensalzaban su poder, anexándolo acreenciasreligiosascomoelcasodelcristianismo.

Se caracterizan por sus alas de pájaro, con las que pueden volar, y su donmágicomásrelevanteeselcontroldelagravedad.Tambiénsoninmortales,peropuedenrenunciaraelladeforma irreversible. Cada ángel solo puede tener un hijo, ya sea con un semejante o con unhumano(noexistenlosnefilims,nacenángelesinactivoshastasumadurez),porloquesonmuycelososyprotectoresconsuretoño;supérdidaeslamayortragediaparaellos,pudiendollegaracambiarlosycorromperlosporcompleto.

Los ángeles blancos destacan por su bondad, lealtad y empatía;mientras que los negros(máscomúnmente llamadoscaídos)disfrutan conel sufrimiento ajenoy sonpresosdelodio,

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pues no poseen alma. Esto ocasiona muchos conflictos entre ambos, por lo que es una razamermada.

Paraasegurarlasupervivenciadelaespecie,puedentransformarhumanosenserescomoellos,pasandoporunaetapaintermediaenlaqueselesconocecomoDamnare.

Profeta/Sibila.ApesardeformarpartedelosThatmasa(laespeciemásdébilencuantoapodermágico),

sudonesmuycodiciadopor todos losquesabendesuexistencia.Con lacapacidaddeverelfuturo por diferentes métodos (sueños, contacto, profecías, etc…) otras especies tienden asecuestrarlos y usarlos para sus propios fines; siendo la vertiente femenina, sibilas, la másmaltratada desde la antigüedad, ya que eran esclavizadas por su don y violadas por sudescendencia.Sedicequealgunaslogranescapardesudestinograciasasuspodereseinclusoquesehanvueltoinmortales.

Nota: La Unidad Ochenta y Cinco tiene un departamento especializado en el rescate deprofetasysibilas.

Ilusionistas:

Raza menor proveniente de los Thatmasa. Son magos especializados en crear ilusionesalrededor de una o varias personas. Según su capacidad y experiencia pueden ser, desde unapequeña luz o imagen, hasta un mundo completo del que el afectado no se da cuenta de sufalsedad. Todos tienen un punto débil, un símbolo o imagen que deben introducir en susvisiones,aunquenoquieran.Romperalgo relacionadoconesesímbolodestruye la ilusióndeinmediato.

Carrigan

Son de la especie Venora, se alimentan de la violencia y el dolor que desprenden otrosseres. Se las ha visto cerca de ambientes conflictivos, actuando de forma pasivamientras senutre. Lamayoría viven en lugares aislados, hostiles ante los desconocidos a los que no lesimportamatar.Mientrasestéalimentada,unaCarriganespacificaperohambrienta,nodudaenmatarytorturarparasaciarsuhambre.

Cazador

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Cualquierespeciepuedeconvertirseenuncazador,aunqueelnoventaynueveporcientoson humanos. Por motivaciones diversas y en su mayoría desagradables, los cazadorespersiguenymatanatodotipodesersobrenaturalquecauseproblemasenunlugar.Sinpoderesespeciales, excepto losdestinados, sedebena su inteligenciaypericiapara sobrevivir a estosencuentros.

Nota: La Unidad ochenta y cinco los define como: “nuestra policía secreta que nadiedirige”

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Agradecimientos

Nuncaestán todos losque sonni son todos losqueestán, es elgranmiedoalhacer estasección.Enprimerlugarestámifamilia,aelloslesquierodarlasgraciasporestarahí,siempre.Tampoco quiero olvidar a dos de mis amigos, Patri y Pablo, con quién he tenido largasconversacionessobreliteraturayconlosquesentirmefrikinoesunavergüenza.Séqueprontopodrévervuestrossueñosconvertidosenlibro.¡Gracias!

Quiero agradecer a todos los integrantes deRedApple por confiar enmí, en especial aTara,Cristina y Shia, que son las quemás han tenido que soportarme. Sois geniales,muchasgraciasporhacerqueLivayCadenlleguenaloslectores.

QuierohacerunamenciónespecialparaItsyPozuelo,quiénaceptóahacermeunprólogoparaDamnareconlacondicióndequeseríasincera.Noconozcopersonamáshonesta,asíquepodéishacerlecaso.Apesardeladistanciaquenossepara,sehaconvertidoenunaestupendaamiga.

NoquieroolvidarmetampocodeLucíaCampbellporayudarmeanorendirme,aLorraineCocopormotivarme,aMartaFernándezporaceptarserlabetadelprimerborradorytodalaayudaquedas,nosoloamí,sinoamuchosescritoresquecomienzanyatodoslosqueestáahí,siguiendoyapoyandomisperipeciasdeescritoraenbuscadeunmundollenodelibros.

Por último, que no menos importante, este libro está dedicado a ti, lector. Espero quedisfrutesconcadapágina,queamesyodiesalospersonajesigualquelohehechoyoy,alfinaldellibrodeseoarrancarteunsuspiro,unasonrisaounalágrima.

FaithCarroll

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Biografía

Psicólogayvoluntaria social,FaithCarroll es amantede lospeluches,losgatosydelastardestranquilasconunbuenlibroenlasmanos.

Con ventiún años publicó su primer libro, aunque lleva escribiendo historias desde suadolescencia. Tranquila y reservada, le gusta escribir sobre cualquier cosa que pase por sumenteynoleimportapartirsualmaentretodoslospersonajesquecrea.

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Damnare

FaithCarroll©2015

www.redappleediciones.com

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[1]WorldofWarcraft,juegoonlinedefantasia.

[2]Callate,Nikolai,enromaní.

[3]Aléjate,enromaní

[4]Sinproblema,enruso

[5]Excelente,enruso

[6]Cuerpoaltoymuydelgado,másconocidocoloquialmentecomolarguirucho.

[7]Malditasea,enruso

[8]Puedequesolavalgalomismoquediezdelostuyos,capullo.

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