Fábrica de Can Batlló y el proceso de su recuperación ciudadana
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1
A
EL MODELO BARCELONA DE ESPACIO
PÚBLICO Y DISEÑO URBANO
Fábrica de Can Batlló y el proceso de su recuperación
ciudadana
Adam Gawron
Tutor: Tomeu Vidal Moranta
Facultat de Belles Arts
Màster oficial en Disseny Urbà: Art, Ciutat, Societat
3
EL MODELO BARCELONA DE ESPACIO PÚBLICO Y DISEÑO URBANO
Fábrica de Can Batlló y el proceso de su recuperación ciudadana
Autor:
Adam Gawron
Trabajo final para la obtención del grado de Máster en Diseño Urbano: Arte,
Ciudad, Sociedad
Tutor:
Bartomeu Vidal Moranta
Junio 13 de 2012
Facultat de Belles Arts
5
Agradecimientos
A todos aquellos y todas aquellas que me han servido con su apoyo y consejo, tanto a
lo largo del desarrollo de este trabajo como en mi día a día.
Éste es un paso importante en el camino personal y profesional que he decidido
retomar y por el cual quiero caminar.
6
Summary
The current economic crisis, among other problems has highlighted the shortcomings of
the prevailing model of urban development in the World. The reemergence of so-called
bottom-up initiatives has been observed in parallel, movement which seeks to eliminate
these shortcomings and strengthen the role of citizens in the creation and management
of cities. In the context of Barcelona, a good example of this type of initiative is the
neighborhood claim and recovery of the former textile factory Can Batlló for public use.
This research proposes the objective of studying the mentioned claim, in order to bring
more understanding to the nature of these processes. Based on documentary analysis
and participant observation, including some informal interviews with people involved
in the process, reveals some of the characteristics of the process.
Research can be useful both for those from the field of science, and from public entities.
Finally, it may serve civil society, which takes part, increasingly significant one, in the
current urban development processes.
Keywords:
Barcelona model, paradigm of urban development, citizen participation in urban
development, post-industrial heritage, the factory Can Batlló.
7
Resumen
La crisis económica actual, entre otras cosas ha puesto de manifiesto las carencias del
modelo predominante de desarrollo urbano en el Mundo. En paralelo, se ha podido
observar el resurgimiento de las iniciativas llamadas bottom-up, que tienen por voluntad
eliminar dichas carencias y fortalecer el rol de la ciudadanía en la creación y gestión de
la ciudad. En el contexto barcelonés, un buen ejemplo de este tipo de iniciativa lo
constituye la reivindicación y recuperación ciudadana de la antigua fábrica textil de Can
Batlló para el uso ciudadano. Esta investigación propone como objetivo estudiar la reivindicación mencionada, con el
fin de aportar más comprensión a la naturaleza de este tipo de procesos. Partiendo del
análisis documental y la observación participante, lo que incluye algunas entrevistas
informales a personas implicadas en el proceso, desvela algunas de las características del
proceso.
La investigación puede ser de utilidad, tanto para los interesados del ámbito científico,
como para los entes públicos. Finalmente, puede servir a la misma sociedad civil, la cual
toma parte, cada vez más significativa, de los procesos de desarrollo urbano actual.
Palabras clave:
Modelo Barcelona, paradigma del desarrollo urbano, participación ciudadana en
el desarrollo urbano, patrimonio industrial, fábrica de Can Batlló.
8
Índice
1. Introducción 11 1.1 Objetivos
1.2 Metodología de trabajo
2. El modelo Barcelona y sus implicaciones en la transformación
del patrimonio industrial de la ciudad 15
2.1 Transformación de los terrenos industriales en Barcelona desde la
transición democrática hasta hoy 16
2.2 Las reivindicaciones ciudadanas en torno a terrenos industriales en
Barcelona 26
3. Fábrica de Can Batlló y el proceso de su recuperación
ciudadana 35
3.1 El Distrito de Sants-Montjuïc y el barrio de la Bordeta. Análisis de la
evolución de las características urbanísticas y socio-económicas a lo largo
del tiempo 36
3.2 Historia y presente de la fábrica y de la lucha vecinal por su recuperación
para el uso ciudadano 53
3.2.1 Los orígenes 53
3.2.2 El periodo franquista. Transformación funcional de la fábrica 54
3.2.3 El periodo franquista. Implicaciones de las luchas ciudadanas en
contra del desarrollismo para la fábrica 54
3.2.4 El periodo democrático. Las transformaciones de la ciudad, la
renovada lucha por la fábrica y la autogestión ciudadana del espacio
3.2.5 Las transformaciones de la ciudad 55
3.2.6 La renovada lucha por la fábrica 55
3.2.7 La autogestión ciudadana del espacio y el arranque de las obras de
transformación 62
4. Conclusiones 65
5. Bibliografía 68
9
Glosario de abreviaturas
22@ El plan de regeneración urbana del área de Poblenou. Sustituye la
antigua calificación urbanística 22ª, exclusivamente industrial, por una
nueva, 22@, permitiendo así mismo nuevos usos e incrementando la
edificabilidad permitida.
AAVV Asociación de vecinos.
BCIN Bien cultural de interés nacional.
CAP Centro de Atención Primaria.
CC Centro comercial.
CNT Confederación Nacional del Trabajo.
EMBT Enric Miralles - Benedetta Tagliabue, estudio de arquitectura.
J.J.O.O. Juegos Olímpicos, celebrados en Barcelona en el 1992.
MACBA Museu d'Art Contemporani de Barcelona.
MPGM Modificación del Plan General Metropolitano.
MSU Movimientos sociales urbanos.
PAD Programa d'Actuació de Districte.
PERI Plan Especial de Reforma Interior.
PGM Plan General Metropolitano.
VOSA Vila Olímpica S.A.
10
1. Introducción
Muchos son los autores que hablan del Mundo cada vez más globalizado, tanto
económicamente, como social y culturalmente y de las consecuencias que dicha
globalización conlleva. En el caso de las ciudades se habla del incremento y
generalización de la competición por atraer los flujos de capital humano y económico, la
cual las impulsa a organizar macro eventos culturales, ferias y congresos junto con
emprender las grandes transformaciones urbanísticas encabezadas por arquitectos del
llamado “Star system”, que en muchas ocasiones no hacen más que provocar el
incremento progresivo de las desigualdades entre territorios y capas de población que
los habitan.
La crisis económica actual en el contexto occidental ha puesto de manifiesto las carencias
y límites de este modelo. El reciente estallido de la burbuja inmobiliaria ha supuesto
paradójicamente una oportunidad de cambio y mejora del paradigma del desarrollo
urbano. Como resultado del estancamiento económico, han sido parados muchos
proyectos urbanísticos —el capital especulativo global ha bajado significativamente su
presión por construir. En cambio, en los países como España, cuyo desarrollo se basaba
hasta hace poco en gran medida en el sector de la construcción, se ha podido observar el
resurgimiento de la implicación de la ciudadanía en lo urbano. Se trata de las iniciativas
llamadas bottom - up, que tienen por voluntad corregir y/o eliminar las deficiencias del
urbanismo especulativo global y fortalecer el rol de la ciudadanía en la creación y gestión
de la ciudad.
En el contexto barcelonés, un buen ejemplo de este tipo de iniciativa lo constituye la
reivindicación y recuperación para el uso ciudadano de la antigua fábrica textil de Can
Batlló. Los ciudadanos, frente a la incapacidad y/o la falta de voluntad de los poderes
públicos y privado-empresariales, han pasado a la acción directa y han terminado
haciendo lo que pertenece a las competencias de la Administración: creando y
gestionando los equipamientos que necesitaban.
Esta investigación tiene como objetivo estudiar la reivindicación mencionada con el fin
de aportar más comprensión de la naturaleza de este tipo de procesos. Lo hace en el
contexto actual del creciente interés que despierta el patrimonio histórico urbano en
general y el patrimonio industrial en particular, visto por muchos autores como
catalizador de la regeneración urbana, tanto en su aspecto formal como funcional. En
España se puede observar la creciente sensibilidad social y legislativa hacia el legado
postindustrial y lo que éste representa en términos históricos, culturales e identitarios
para la ciudad.
El trabajo puede ser de utilidad, dadas las crecientes: diversidad, individualización y
racionalización social, las cuales obligan a los gobiernos a incluir a la ciudadanía en el
proceso de toma de decisiones, con el fin de legitimar y mejorarlas (Ascher, 2007, p. 30-
39) Puede servir tanto a los gestores y dirigentes públicos, como a los interesados
pertenecientes al círculo científico. Finalmente, puede contribuir positivamente a la
misma sociedad civil, la cual toma parte, últimamente más activamente, de los procesos
del desarrollo urbano actual.
11
El trabajo se organiza en cuatro capítulos. En este primer capítulo de carácter
introductorio se presenta la investigación e intenta justificar su ¿por qué? A continuación
se muestran sus objetivos y metodología empleada.
El segundo capítulo sirve para contextualizarla, situándola en la realidad urbanística y
socioeconómica barcelonesa de las últimas décadas. En él se analiza la problemática de
transformación de los terrenos postindustriales en la ciudad, estrechamente ligada a las
fases del desarrollo del llamado “modelo Barcelona”, así como la historia de los
Movimientos Sociales Urbanos.
El tercer capítulo focaliza su atención en el tema central de la investigación: la fábrica de
Can Batlló y el proceso de su reivindicación y recuperación por parte de la ciudadanía.
Profundiza en primer lugar en la evolución de las características urbanísticas y socio-
económicas del entorno de la fábrica a lo largo del tiempo, para pasar a continuación al
análisis de la misma y la lucha por su recuperación. Intenta comprender esta lucha en
toda su complejidad, analizando por una parte las características, posicionamientos y
estrategias de actuación de los actores implicados en ella y por otra, su incidencia en la
evolución determinada de proyectos de transformación espacial del recinto.
El capítulo cuarto sirve para ordenar, resumir y exponer las conclusiones derivadas del
análisis.
12
1.1 Objetivos
Objetivo general
- Comprender la naturaleza del proceso
reivindicativo en Can Batlló y su incidencia en la
transformación física y funcional determinada del
conjunto fabril.
Objetivos específicos
- Estudiar los casos más relevantes de
transformación de terrenos postindustriales que
se han dado en Barcelona desde el advenimiento
de la época democrática a finales de los 70.
- Estudiar la historia de las reivindicaciones
vecinales en el ámbito del urbanismo en Barcelona
a partir de la época franquista hasta la actualidad,
focalizándose en los terrenos postindustriales.
- Estudiar las características urbanísticas y socio-
económicas de la fábrica de Can Batlló y su
entorno (distrito de Sants-Montjuïc y barrio de la
Bordeta).
- Conocer la historia de la fábrica y de la lucha
vecinal por su recuperación para el uso
ciudadano.
- Analizar el papel de los actores implicados (sus
características socio-económicas, políticas etc. su
posicionamiento hacia el asunto).
- Describir las relaciones que se producen entre los
actores a lo largo del desarrollo del proceso
(liderazgo del proceso, forma de trabajar,
timeline).
13
1.2 Metodología de trabajo
El trabajo contempla dos fuentes principales de
datos:
- análisis documental,
- observación participante.
Por lo que se refiere al análisis documental, se
revisan las publicaciones que tratan del tema de la
transformación de los terrenos industriales de
Barcelona en las últimas décadas, como planes y
estrategias municipales, planes de protección de
patrimonio industrial etc. Se revisan también las
publicaciones y tesis que analizan el papel de la
ciudadanía en el campo del urbanismo, tanto el
asignado oficialmente por la Ley, como el real que
ésta posee, el cual frecuentemente se escapa de los
ramos oficiales. Se analizan también los
materiales relacionados con la historia y realidad
socio-económica actual del territorio donde está
ubicada la fábrica de Can Batlló (el distrito de
Sants-Montjuïc y el barrio de la Bordeta),
intuyendo que el carácter del proceso
participativo dependería de las peculiaridades de
los actores involucrados en él, las cuales varían
según distrito analizado.
Por lo que se refiere al observación participante,
se realiza la observación directa de los ciudadanos
involucrados en el movimiento reivindicativo,
participando en sus sesiones de trabajo,
analizando los espacios que crean, sus usos y
características espaciales. En este punto se pone
especial énfasis en la observación y análisis del
proceso de diseño colectivo de los espacios.
14
2 El modelo
Barcelona y sus
implicaciones
en la
transformación
del patrimonio
industrial
de la ciudad
15
Barcelona y su área metropolitana experimentan a partir de finales de los años 70 del
siglo pasado cambios urbanísticos y socio-económicos muy profundos y a la vez
paradigmáticos. Estos cambios, junto con la manera de llevarlos a cabo están conocidos
hoy en día alrededor del Mundo bajo el nombre “modelo Barcelona”. Es esencial saber
que dicho modelo no siempre ha tenido las mismas características, sino que ha ido
evolucionando a lo largo del tiempo, marcado por unos hitos importantes, como Juegos
Olímpicos en el año 1992, de tal manera que podemos hablar de hecho de etapas
diferentes del mismo.
El presente capítulo enfoca su atención, en primer lugar, en analizar las implicaciones
que el “modelo” tiene para el patrimonio industrial, entendido de manera amplia,
abarcando tanto lo tangible (tejido construido), como lo intangible (los habitantes, sus
modos de vida, trabajo etc.) Como veremos más adelante, éstas van cambiando. A
continuación, se desarrolla una reflexión crítica en torno a los denominados
Movimientos Sociales Urbanos, los cuales por objetivo tienen incidir en el proceso de
transformación urbana a favor de sus intereses, enfocándose en sus luchas por la
salvación y reutilización del patrimonio industrial.
2.1 Transformación del patrimonio industrial en Barcelona desde la transición
democrática hasta hoy.
(1ª Etapa: 1976-86)
España vive a lo largo de la década de los 60 un periodo de fuerte crecimiento económico,
ligado en gran parte al boom de los sectores turístico e industrial. En paralelo a esta
bonanza se va implementando la política llamada “desarrollista”, manera de hacer
ciudad, cuyo representante y promotor máximo en Barcelona es su entonces alcalde,
Josep Maria de Porcioles. La detención de dicho crecimiento, fruto de la crisis económica
mundial del 1973 y la presión ciudadana, para extensas operaciones urbanísticas, como
construcción de nuevos polígonos de
viviendas, llamadas por algunos “barracas
verticales”. Se ve entonces la urgente
necesidad de cambiar el paradigma del
desarrollo urbano, intervenir en los barrios
ya existentes, tanto los céntricos y
consolidados (Ciutat Vella), como
periféricos, los cuales, a pesar de ser de
relativamente de nueva construcción, desde
principios presentan ya unos déficits
alarmantes en cuanto al estado de su
espacio público, falta de equipamientos y de
conectividad con el conjunto de la ciudad.
(Borja, 1995, p.63)
1
16
Las intervenciones urbanísticas
llevadas a cabo durante los primeros
gobiernos municipales democráticos
son una tangible materialización del
nuevo paradigma. Se enmarcan dentro
del Plan General Metropolitano (PGM),
documento urbanístico de rango
superior, aprobado en 1976. El PGM
abarca, a parte del término municipal
de Barcelona también las ciudades y
terrenos de su corona metropolitana,
teniendo, entre otros, objetivos como disminuir la densidad de los tejidos construidos
existentes, recuperar los interiores de las manzanas del distrito central de l’Eixample o
garantizar las reservas de suelo para zonas verdes y equipamientos. Para poder actuar
de manera ágil y acertada en cada caso, dicho plan se desarrolla y concretiza a través de
los llamados Planes Especiales de Reforma Interior (PERI). Éstos operan a escala
relativamente pequeña (la llamada acupuntura urbana), siendo respetuosos con las
preexistencias morfológicas y socio-económicas de las áreas donde se llevan a cabo.
Reestructuran y regeneran espacios, intervienen en calles y plazas.
Los PERI “tenían por objeto la
adecuación de las propuestas
urbanísticas de PGM a las
características específicas del tejido
de cada sector y la incorporación de
los objetivos locales de mejora que no
podían haber sido contemplados por
el PGM”. (Borja, 1995, p. 63)
Predomina este tipo de
intervenciones, puesto que la
ciudad en aquella etapa todavía
no ha vuelto ser un lugar de inversión preferido del capital privado, el cual, habiendo
colaborado con el Régimen anterior en el desarrollo de los proyectos urbanísticos,
mantiene una postura escéptica respecto a las nuevas autoridades socialdemócratas. Por
consiguiente, los Ayuntamientos tienen que contar en gran parte sólo con sus medios,
un factor que dificulta las intervenciones espectaculares a gran escala.
Oriol Bohigas, uno de los más destacados responsables del urbanismo barcelonés en la
etapa así describe su espíritu:
“acción basada en el proyecto del espacio público como lugar urbano y colectivo por excelencia,
acción inmediata por medio de los proyectos urbanos que dan respuesta a la realidad inmediata
de cada barrio, actuación prioritaria en lo que presenta ofertas de fácil ejecución, reconstrucción
de la ciudad existente en lugar de la expansión, compacidad y continuidad urbana en lugar de la
suburbialización, etc. Y todo eso se concreta en una manera de trabajar, basada en la eficacia del
proyecto sobre la falta de definición del plan”. (Bohigas, 2005, p.21)
2
3
17
En cuanto al patrimonio industrial, los ejemplos ilustrativos de la manera de intervenir
en él en esta etapa los constituyen el Parc de l’Escorxador en l’Eixample, la Espanya
Industrial en Sants o el Parc del Clot en Sant Martí - parques públicos creados en el lugar
de las antiguas instalaciones industriales o bien el Vapor Vell y las Cotxeres en Sants, La
Sedeta en Gràcia y el Ateneu Popular 9 Barris en Nou Barris, las cuales se convierten en
equipamientos públicos.
w
A
B C
D
E F
G
4 5 6
7 8 9 10
A B C
D E F G
18
Los Juegos Olímpicos, siendo quizás un hito más importante a lo largo del proceso del
desarrollo del “modelo Barcelona”, significan otro cambio del paradigma del desarrollo
urbano.
(2ª Etapa: 1986-92)
“Se comprueba, (…) como el proyecto ’92 vuelve a insistir con los temas que habían sido ya
definidos en los grandes eventos anteriores 1888 con la Ciudadela y en 1929 con la conquista de
Montjuïc. Ahora las intervenciones mayores se concentran de nuevo al otro lado de la Ciudadela
– la villa olímpica – abriendo la ciudad al mar (…).”
(Busquets, 2004, p.404)
La nominación de Barcelona como sede de los Juegos Olímpicos del 1992 (JJ.OO),, tercer
evento internacional de tanta relevancia para la ciudad, tras las Exposiciones Universales
de los años 1888 y 1929, conlleva consigo un cambio sustancial de prioridades, ritmo y
escala de las intervenciones urbanísticas, así como la manera de llevarlas a cabo,
involucrando a partir de este momento a las grandes empresas constructoras,
inmobiliarias y los bancos, las cuales comienzan a percibir realzada la atractividad de la
ciudad como lugar de inversión. Son ellas las capaces de promover vastas operaciones
urbanísticas necesarias para preparar el evento.
Se elaboran operaciones de gran trascendencia para el futuro funcionamiento de la urbe
como el Plan de Vías (1986), que tiene por objetivo mejorar la interconectividad del
territorio urbano o el Plan de Áreas de Nueva Centralidad, encaminado a reconducir y
dispersar las inversiones privadas en actividades terciarias por diferentes barrios,
descongestionando de este modo el centro de la ciudad.
11
19
La colaboración entre el
Ayuntamiento y sector privado
se materializa en un nuevo
modelo de empresa mixta
público-privada, cuyo ejemplo
importante en esta etapa lo
constituye VOSA – Vila
Olímpica S.A, encargada del
proyecto de la creación de un
sitio de acogida para los atletas
participantes en los Juegos.
La acupuntura urbana pasa así
mismo al segundo plano y la adecuación de la ciudad para el gran evento deviene la
prioridad número uno. Cambia también la política municipal respecto a los restos
industriales: los JJ.OO. la hacen más proclive a su derribo y reemplazo por la nueva
urbanización, calificada en muchos casos como especulativa por la opinión pública y
muchos de los profesionales.
Un buen ejemplo de este tipo de urbanización lo constituye la polémica transformación
del Port Vell. Situado estratégicamente al final de las Ramblas, experimenta durante este
periodo una fuerte presión inmobiliaria y se convierte en su resultado en un nuevo polo
de actividades terciarias. De todas las edificaciones preexistentes en la zona, sólo se
preservan las edificaciones puntuales, como el Palau de Mar, hoy la sede del Museu
d’Història de Catalunya y oficinas de la Generalitat, los almacenes de la fundición Nuevo
Vulcano y la Torre del Reloj. Las nuevas construcciones responden a las necesidades y
lógica del mercado inmobiliario privado, impulsando el consumo como estilo de vida e
intentando mimetizar el espacio verdaderamente público, reemplazarlo (véase el
eslogan promocional del CC Maremagnum: “Tu lugar de encuentro favorito” (Maremagnum.
Centro comercial en Barcelona, 13.06.2013) como si no de compras se tratase. El nuevo
viejo puerto despierta así una polémica sobre lo que se tendría que preservar del
patrimonio industrial, poniendo en evidencia las dificultades a la hora de definir el
concepto en sí.
La más emblemática operación urbanística de esta etapa que afecta dicho patrimonio la
constituye sin embargo la transformación del barrio obrero de Icària, arrasado para crear
la ya mencionada Vila Olímpica. Como
resultado, de todo el patrimonio
industrial del barrio, tanto tangible,
(arquitectónico, urbanístico) como
intangible (los habitantes, sus memorias,
modos de vida, puestos de trabajo, etc.)
no queda prácticamente nada: se derriban
las fábricas, viviendas y se realoja a la
gente. Sólo queda, a modo de recuerdo,
una chimenea de la antigua fábrica Can
Folch. (Caballé, 2010)
12
13
20
Esta operación puede tener, por lo tanto, dos lecturas muy distintas, siendo vista por un
lado como una apertura tan deseada de la ciudad al mar y un gran paso hacia el
saneamiento del Litoral o por otro, como un atentado sin precedentes en contra del
patrimonio industrial barcelonés. Un aspecto interesante a valorar a la hora de analizar
este caso es como, con el empleo de fondos públicos invertidos en amplias reformas
urbanísticas (aperturas viarias, renovación de infraestructuras de saneamiento,
telecomunicación etc.) se crean importantes plusvalías urbanas, consumidas
posteriormente por el sector privado.
14 15
16 17
Icària Vila Olímpica
21
Se abre así una nueva etapa, marcada por los choques entre diferentes actores de la
escena urbana: conflictos entre el poder privado (lobbies empresariales), siempre en
busca de plusvalías y maximización del beneficio; el poder público, cada vez más débil
y permisivo ante sus presiones y los movimientos sociales urbanos, los cuales tienen
como lema el concepto del derecho a la ciudad.
(3ª Etapa: 1992 – 2004)
“(…) el espacio litoral y pre litoral concentra la mayor dinámica de crecimiento y experimenta
una gran evolución en las formas del crecimiento urbano. Si el modelo industrial fue el
protagonista hasta finales de los 70, las formas ligadas al ocio, segunda residencia, turismo y
servicios empiezan a ser muy relevantes en la nueva dinámica urbana.”
(Busquets 2004, 416)
Estas palabras describen las tendencias que se dan en la Barcelona metropolitana a partir
de la organización de los JJOO. La ciudad deviene cada vez más interconectada
globalmente y dependiente de los flujos de capital humano y financiero. Dichos flujos,
como se ha mencionado en la introducción, la impulsan a organizar macro eventos
culturales (ej. Fórum Universal de las Culturas 2004) ferias y congresos (ej. Mobile World
Congress) junto con emprender las grandes transformaciones urbanísticas encabezadas
por arquitectos del llamado Star system. Actuaciones no indiferentes respecto al
patrimonio industrial, especialmente si éste está situado en el área del Litoral, la cual,
como dice Joan Busquets, se convierte en uno de los polos más importantes del
crecimiento urbano.
Hay dos operaciones urbanísticas paradigmáticas de esta etapa que nos pueden servir
para explicar sus dinámicas. Estas operaciones son el Plan 22@ y el Fórum Universal de
las Culturas 2004.
El Plan 22@, según cuenta su página web oficial, “respon a la necessitat de recuperar el
dinamisme econòmic i social de les antigues àrees industrials del Poblenou i crea un entorn divers
i compacte, en què els espais productius conviuen amb centres d'investigació, formació continua
i transferència tecnològica, habitatges protegits, equipaments i zones verdes que milloren la
qualitat de vida i de treball. L'entorn 22@Barcelona contempla un model urbà d'alta qualitat,
mixt, ecològicament més eficient i amb més força econòmica, que combina de forma equilibrada
l'activitat productiva amb la vida de barri.” ( 22@ El districte de la innovació, 13.06.2013)
18
22
Como podemos ver, dicha descripción menciona en primer lugar “la necessitat de
recuperar el dinamisme econòmic i social de les antigues àrees Industrials”, percibidas éstas
muy frecuentemente como decadentes y obsoletas por el discurso actual de la economía
global. Basada en esta premisa, arranca una de las mayores transformaciones que
experimenta la ciudad a partir de la instauración de los gobiernos democráticos. Ésta
constituye un cambio radical, un antes y después para el territorio afectado, alterando
progresivamente y en profundidad tanto su composición socio-económica, como
fisionomía. Poblenou, el antiguo “Manchester catalán”, va dejando de lado su dimensión
local, la economía tradicional de naves y talleres, para conectarse con la economía global
de grandes multinacionales. Su paisaje urbano muta, incorporando nuevos símbolos, los
cuales con el tiempo se convierten en los nuevos puntos nodales en el mapa cognitivo
de la ciudad, como Torre Agbar o nuevo Parc Central, proyectos del arquitecto estrella
Jean Nouvel.
El Plan 22@, siendo una modificación del PGM, aumenta el índice de edificabilidad
permitida en el territorio, introduciendo a la vez usos diferentes de los puramente
industriales y aumentando de este modo la presión especulativa e inmobiliaria. Es así,
como las viejas fábricas se convierten en una valiosa reserva de suelo, codiciada tanto
por las empresas, como los vecinos.
Un emblema de esta codicia lo constituye la lucha por la fábrica Can Ricart, uno de los
últimos complejos fabriles de tal magnitud todavía en pie en Barcelona, pieza única del
patrimonio postindustrial catalán, la cual, frente a los planes municipales de su derribo
finalmente se salva, gracias a la presión del resurgido movimiento ciudadano.
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Hacia finales de esta etapa se gesta, en paralelo al
Plan 22@, el proyecto del Fórum Universal de las
Culturas 2004.
“Aún siendo un evento internacional muy novedoso en el
panorama tan asentado de exposiciones y olimpiadas, el
Fórum de las Culturas también se concibe como un evento
regenerador para aquellos lugares en los que se celebra, una
excusa para mejorar y reactivar una zona a través de un
encuentro cultural cada vez más importante.”
(Factoría Urbana: Ciudades, Ocio y Cultura Urbana,
13.06.2013)
Un proyecto urbanístico a gran escala, situado
estratégicamente al final de la prolongada, en la
década del 2000, Avinguda Diagonal, se convierte sin
embargo en una de las más criticadas operaciones de la Barcelona moderna, llevando
incluso a algunos críticos a decir que encarna todos los males del urbanismo neoliberal:
“(…)se comprueba cómo el modelo Barcelona ha ido evolucionando de la convicción de los
conceptos urbanos a la paulatina fragmentación de la ciudad neoliberal. De un urbanismo claro
y didáctico se ha pasado a uno críptico, para iniciados, impuesto por encima de necesidades y
programas reales, sin un marco general que sirva de referencia para la ciudadanía, un
urbanismo tecnocrático que, en el fragor de la competencia entre ciudades y la pretendida
urgencia de las grandes obras infraestructurales, ha olvidado los valores de su propia cultura y
las aspiraciones de su propia ciudadanía.”
Josep Maria Montaner (Montaner, 2011, p. 25)
Al igual que en caso de la Vila Olímpica, se puede tener, por lo tanto, dos lecturas muy
distintas de las operaciones analizadas. Por un lado, éstas constituyen una continuación
de la política de apertura y conexión de la ciudad con el mar y ahora también, con la
economía global del conocimiento. Por el otro, sin embargo, son el objeto de críticas a
raíz de provocar, entre otros, el crecimiento desmesurado de precios de viviendas,
deslocalizaciones de pequeñas empresas locales y la destrucción del patrimonio
industrial entendido, como ya se ha mencionado, de manera general, abarcando lo
tangible e intangible.
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Línea del tiempo
1976-1986
1986-1992
1992-2004
- Acupuntura urbana
- Ayuntamiento, por falta de interés del sector privado, cuenta con sus
medios a la hora de intervenir en el tejido urbano
- Protagonismo de la ciudadanía en la gestión de la ciudad
- Progresiva recuperación de varios complejos fabriles destinados a
usos ciudadanos
- Obras olímpicas conllevan consigo el cambio de escala de las
intervenciones
- El capital privado participa en las intervenciones a través del nuevo
modelo de empresa mixta,
- Ciudadanía pierde paulatinamente el protagonismo en la gestión de
la ciudad
- Presión inmobiliaria cambia la actitud hacía el patrimonio
industrial: paradigmática la destrucción de Nova Icària y Port Vell
- La “Segunda renovación”: se consolida el modelo de colaboración
pública-privada
- Consecuencias locales de la economía global: Plan 22@ y Fórum 2004
- Especulación inmobiliaria y el resurgimiento de los movimientos
ciudadanos por el derecho a la ciudad
25
2.2 Historia de las reivindicaciones
ciudadanas en torno a terrenos
industriales en Barcelona
“El espacio público, como escenario de
representación, ha sido el lugar donde la
sociedad ha adquirido visibilidad. A partir de
las manifestaciones políticas que se han
celebrado en calles, plazas o ágoras se puede
relatar y comprender la historia de una
ciudad.”
Jordi Borja (2003, p. 121)
En Barcelona, la preservación y reutilización del patrimonio industrial es en gran parte
fruto de las reivindicaciones de los movimientos sociales urbanos. Dichos movimientos,
nacidos en la época franquista, experimentan posteriormente altibajos en su actividad a
lo largo del desarrollo del modelo Barcelona, reactivándose en reacción al creciente
poder del capital privado y su influencia especulativa sobre la ciudad a partir de la
segunda y tercera etapa del “modelo”. Se cree conveniente reflexionar en este lugar sobre
sus características y logros más relevantes a lo largo del tiempo, así como sobre el marco
legal previsto en Barcelona para la participación ciudadana en el ámbito del urbanismo,
con el fin de contextualizar la lucha por la fábrica de Can Batlló, la cual se analizará en el
siguiente capítulo.
Los movimientos sociales urbanos (MSU) aparecen en la escena como manera que
encuentran los habitantes de las ciudades de expresar las preocupaciones que tienen por
su hábitat y sus problemas. Intentan buscar soluciones a las deficiencias producidas por
las lógicas, a veces perversas, del urbanismo capitalista, las cuales, en caso de los barrios
periféricos, producen los ya mencionados déficits en cuanto al estado de su espacio
público, falta de equipamientos y de conectividad con el conjunto de la ciudad, mientras
que en caso de los centros históricos, se traducen en la progresiva degradación de éstos
a causa de la falta del espacio público, mal estado de conservación del parque de
viviendas, sobrepoblación, etc. En caso de Barcelona, dichos movimientos se
materializan sobre todo a través de las asociaciones de vecinos (AAVV), acompañadas
por las organizaciones vinculadas con las parroquias, asociaciones de padres y madres
y otras. Cuentan igualmente con el apoyo de los intelectuales, entre éstos profesionales
del ámbito de la arquitectura y los medios de comunicación, los últimos convirtiéndose
con el tiempo en una plataforma de difusión de sus postulados. Un hito importante en
la historia del movimiento ciudadano lo constituye la aprobación en el 1964 de la Ley de
asociaciones. Es cuando muchas de ellas salen de la clandestinidad para expresarse y
reivindicar, ahora de manera abierta, las mejoras urbanas. Logran entre otras cosas parar
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el Plan de la Ribera, una operación
especulativa del capital privado y
Administración pública, cuyo objetivo
es convertir el Litoral barcelonés en una
nueva Copacabana, llena de torres
residenciales de lujo y separada de la
zona industrial por la autopista.
Algunos autores de hecho consideran
ésta la mayor victoria en la historia de
los MSU barceloneses. Sin embargo,
años después, el Plan vuelve sobre la
mesa, con operaciones como la
construcción de la Vila Olímpica o el
Diagonal Mar, ambas destinadas a las clases medias – altas de la sociedad, ejemplos del
urbanismo especulativo y fragmentado, separado de su entorno.
A parte de las actuaciones concretas en el tejido urbano, los MSU tienen por voluntad
conseguir reformar la manera de gestión de la ciudad, reivindicando la descentralización
de su estructura administrativa.
Con el tiempo y a medida que el régimen franquista se debilita, crece el poder de la
sociedad civil y su incidencia real en la gestión de la ciudad. Un buen ejemplo de ello lo
constituyen la elaboración de los llamados contra-planes de barrios, como el Plan de Nou
Barris, promovido en marzo 1976 por la AAVV Nou Barris, yendo éste en contra de la
segunda aprobación inicial del Plan Comarcal de 1953 y buscando conseguir lo siguiente:
la construcción de vivienda, equipamientos, infraestructuras etc., así como la gestión y
control popular de los mencionados a cargo de la Asamblea del barrio, la AAVV y las
comisiones de vecinos afectados.
Los movimientos sociales urbanos al principio no persiguen la protección de fábricas
per se, sino que creen, que éstas podrían convertirse en zona verde o equipamiento, tan
escasos en la Barcelona postfranquista. Sus demandas y presiones inciden de manera
relevante en la política municipal, conduciendo a la preservación y reutilización total o
al menos parcial de unos cuantos complejos postindustriales. El proceso con frecuencia
dura mucho (ej. el mencionado Vapor Vell), por varios motivos: la necesidad de efectuar
recalificaciones urbanísticas de los terrenos, negociar con los propietarios privados de
éstos (lo cual implica muchas veces la expropiación), etc. El otro problema lo constituyen
la falta de recursos financieros y las dificultades organizativas por parte de los poderes
públicos.
El gran protagonismo de la ciudadanía se sostiene de manera más o menos estable desde
finales de los 70 hasta el 1986. Es así porque, como sabemos, la ciudad todavía no se ha
convertido en un lugar de inversión preferido del capital privado y porque los
Ayuntamientos están influenciados por movimientos de izquierdas, cuyos
representantes llegan en algunos casos a ocupar los cargos municipales.
La nominación de Barcelona como ciudad olímpica el 17 de octubre de 1986 constituye
un hito, que marca el final de esta etapa y el comienzo de la nueva.
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La nueva etapa, a diferencia de la anterior, se
caracteriza por el renovado interés de los entes
privados por hacer negocio a través de las
transformaciones urbanísticas. Es cuando
comienza a decaer el peso de los ciudadanos y
sus reivindicaciones en la creación y gestión de
la ciudad, junto con su resultado: la
acupuntura urbana. La escala de obras
olímpicas y su urgencia hacen que, en vez de
seguir contando con los vecinos, el sector
público busque ahora activamente la
participación del sector privado, capaz de
participar en su organización y financiación.
Éste, en consecuencia, deja su impronta en el
carácter de las realizaciones, persiguiendo,
naturalmente, el afán de lucro.
La operación emblemática de esta etapa es,
como sabemos, la construcción de la Vila
Olímpica. Ésta, al mostrar la falta de atención
e interés hacia el legado industrial, despierta protestas en muchos círculos ciudadanos,
tanto vecinales como profesionales, los cuales perciben y aprecian cada vez más, a
diferencia de la primera etapa, el valor patrimonial de lo que está siendo destruido. A
partir de allí se van organizando diferentes iniciativas ciudadanas, que van desde la
documentación científica del patrimonio, iniciativa del Grup de Patrimoni Industrial del
Fòrum Ribera Besòs, hasta las manifestaciones en el espacio público, el cual confirma de
este modo su dimensión política.
“Demandas que ahora se revelan mucho más argumentadas que en épocas pasadas, ya que hay un
mayor conocimiento del hecho patrimonial industrial y cuentan con la participación de profesores
universitarios e intelectuales y técnicos diversos que las sustentan (Clarós et al., 2004; Grup de
Patrimoni Industrial del Fòrum Ribera Besòs) Martín Checa-Artasu (2007)
La tendencia de promover las grandes operaciones, por encima de las pequeñas,
elaboradas con la participación e implicación activa de la ciudadanía perdura con el
tiempo y se materializa, como sabemos, en el Plan 22@ y el proyecto Fórum 2004, bien
entrados en la tercera etapa del desarrollo del “modelo Barcelona”. Es cuando surge uno
de los dos conflictos más emblemáticos por el patrimonio industrial, que ha visto
Barcelona: el conflicto por el recinto fabril de Can Ricart. Es en base a este caso que se
considera interesante reflexionar sobre la participación ciudadana en el ámbito del
urbanismo en Barcelona, tanto la enmarcada dentro de las leyes y canalizada a través de
los medios oficiales, como la que se les escapa y busca conseguir sus fines por medio de
lucha en contra de los poderes público y privado.
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El marco legal de la participación ciudadana en los procesos urbanísticos
La Ley sobre Régimen del Suelo y Ordenación Urbana de 1976 otorga un papel
limitado a los ciudadanos, creando un procedimiento de alegaciones, una especie de
feedback ciudadano no vinculante, las cuales pueden ser presentadas a un proyecto
urbanístico dentro de un plazo de un mes desde su aprobación inicial por parte de las
Autoridades.
“La Corporación u Organismo que hubiera aprobado inicialmente el Plan, Programa o Proyecto
en vista del resultado de la información pública lo aprobará provisionalmente con las
modificaciones que procedieren” (artº 41).
En el ámbito barcelonés, la participación ciudadana está regulada por diferentes normas
municipales, empezando por las Normas Reguladoras de Participación Ciudadana del
1986. El documento más relevante que hace referencia al rol que se confiere a la
ciudadanía lo constituyen, sin embargo, Las Normas Reguladoras de la Participación
Ciudadana, aprobadas en el Consejo Plenario del Ayuntamiento el 22 de noviembre de
2002. Éstas “desarrollan los aspectos relativos a la participación ciudadana recogidos en la Carta
Municipal, y también incluyen aquellos compromisos adquiridos por la Administración
municipal en otras cartas, en especial los de la Carta Europea de Salvaguarda de los Derechos
Humanos en la Ciudad” (p. 3). Las “Normas” consideran la participación ciudadana como
complemento y profundización de la democracia representativa, estableciendo unos
mecanismos para ello. Sin embargo, se mantiene el claro liderazgo del sector público,
estableciendo: “en ningún caso, los procesos de participación y los demás mecanismos, órganos
o medidas de participación ciudadana pueden producir menoscabo de las facultades decisorias de
los órganos representativos de la corporación municipal. La materialización efectiva de los
procesos de participación ciudadana no puede provocar el efecto de impedir que los procedimientos
administrativos se resuelvan expresamente dentro del plazo legalmente establecido.” (p. 19)
En cuanto a la organización de los procesos participativos, se prevé la creación de las
Memorias participativas e Informes participativos, los cuales constarían de tres fases:
1) Fase de información y comunicación,
2) Fase de aportaciones ciudadanas,
3) Fase de devolución.
Como podemos apreciar, dichas fases tienen que ver con los ya mencionados principios
de la política adoptada con la Ley sobre Régimen del Suelo y Ordenación Urbana del
1976.
Las Normas Reguladoras de Participación Ciudadana o bien su aplicación práctica en el
ámbito del urbanismo reciben críticas: “por la falta de criterios definidos y la heterogeneidad
de los mecanismos, se hace difícil valorar la representatividad de los que participan”; En realidad,
ni las memorias e informes, si existen, se dan a conocer, ni las audiencias públicas (artº 26) están
bien reguladas y seriamente organizadas, ni la consulta ciudadana (artº 28) funciona
normalmente. El funcionamiento se limita, generalmente, a informar a los que asisten de las
decisiones que se han adoptado. Los documentos no se muestran. Las reuniones tienen defectos
graves de forma. No se fija un orden del día, ni se sabe quien participa, porque no se identifica a
29
los participantes. No hay procedimientos para debatir y tomar decisiones. El resultado de medidas
poco meditadas se está viendo con el cuestionamiento de decisiones municipales por parte de la
población, incluso con el recurso a los tribunales de justicia contra determinadas decisiones.”
Horacio Capel (2007)
El caso de Can Ricart resulta ser, como se ha dicho, una prueba decisiva del
funcionamiento del procedimiento y su fracaso, según los ciudadanos implicados en la
defensa de la fábrica.
El Can Ricart, un complejo
industrial del siglo XIX, único
por su arquitectura neoclásica y
preservación casi completa, tiene
una gran importancia en
términos de la preservación de la
memoria histórica del Poble
Nou, territorio en que se
focalizan los planes como el 22@.
Dicho plan, siendo una
modificación del PGM, permite
desarrollar en el territorio la
edificación más densa, destinada
a usos diversos, más allá de los
puramente industriales,
aumentando de este modo la
presión especulativa e
inmobiliaria. Esto no deja
indiferente al propietario del
Can Ricart, el cual termina, de
manera controvertida según los
arrendatarios, sus contratos y
termina así con la actividad productiva tradicional, la cual da empleo alrededor de 200
personas. El caso constituye un ejemplo clásico de la deslocalización forzada de la
actividad productiva por la recalificación urbanística y ganas del propietario del terreno
de sacar provecho de ella.
El movimiento ciudadano en defensa de la fábrica se activa tras la demolición total e
inesperada del otro conjunto fabril: Extractos Tánicos. Como se ha dicho, sus acciones
van desde la documentación científica del patrimonio, hasta las manifestaciones en
espacio público. Lo primero se hace desde el Grup de Patrimoni del Fórum de la Ribera
del Besós, publicando en el 2003 el Plan de Patrimonio industrial de Poblenou, siendo
éste una reacción ciudadana a la falta de política clara del Ayuntamiento respecto a este
tipo de patrimonio.
“El Plan integral de Patrimonio Industrial elaborado (…) tenía como objetivo establecer criterios
para el inventario y catalogación de los bienes industriales muebles e inmuebles, lograr la
catalogación de aquellos más significativos, ya fuera como elementos aislados o en forma de
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conjuntos y paisajes y, finalmente, la difusión del patrimonio fabril mediante adecuadas
señalizaciones e itinerarios, atendiendo a la conservación de la documentación de las empresas.”
Mercé Tatjer (2011, p. 181)
Las manifestaciones en el espacio
público, promovidas desde la AAVV,
incluyendo entre otras medidas
reuniones de discusión, se congregan en
los sitios estratégicos del barrio, como la
Rambla del Poblenou, e incluye
paralizaciones de tráfico en la Gran Vía.
Con la lucha extendida en el tiempo y
apoyada por muchos actores, entre ellos
la Associació del Museu de la Ciència i
de la Tècnica i d’Arqueologia Industrial de
Catalunya, la Societat Catalana d’Història de la
Ciència i de la Tècnica, junto con fundaciones del
ámbito de arte como MACBA y Fundació Tàpies,
se logra finalmente incidir en el planeamiento
urbanístico original, salvando el recinto de Can
Ricart de la demolición prevista. Curiosamente,
esto es posible gracias a la recomendación que
hace el Parlament de Catalunya al Ayuntamiento
de Barcelona. En consecuencia, el movimiento
ciudadano logra dos cosas: calificación del
recinto como Bien Cultural de Interés Nacional y
la redacción de un Plan de Patrimonio Industrial
para el Poblenou.
La victoria, siendo el resultado de la compleja
confluencia de todos los actores implicados en el conflicto: la sociedad civil
reivindicativa por una parte, el propietario privado por otra y, finalmente, los poderes
públicos, parece ser parcial desde el punto del movimiento vecinal, por dos motivos:
- no toda la fábrica es catalogada como el BCIN,
- la manera de intervenir en el conjunto fabril, proyecto del estudio EMBT, es
considerada controvertida por parte de los ciudadanos, los cuales la califican de
alteración profunda y desvirtuadora. Tatjer (2011, p. 182)
Con esta conclusión acaba el presente capítulo, para pasar al siguiente, dedicado al tema
central de la presente investigación: la fábrica de Can Batlló y el proceso de su
reivindicación y recuperación por parte de la ciudadanía. Se considera que el caso puede
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convertirse en un emblema del nuevo paradigma del desarrollo urbano, con el
recuperado protagonismo de la ciudadanía.
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3.1 El Distrito de Sants-Montjuïc y el barrio de la Bordeta.
Características urbanísticas y socio-económicas
Para poder analizar y comprender la reivindicación y recuperación mencionada, se hace
necesario profundizar en primer lugar en las características urbanísticas y socio-
económicas del entorno de la fábrica y su evolución a lo largo del tiempo. A efectos de
dicho análisis, se empieza por el ámbito general del Distrito de Sants-Montjuïc, para
pasar a continuación al barrio de la Bordeta – el entorno más inmediato y vinculado de
manera estrecha y recíproca con la fábrica. De este modo el análisis queda
contextualizado.
El Distrito de Sants-Montjuïc. Evolución histórica del territorio
El nombre del distrito proviene de su núcleo más antiguo, Santa Maria de Sants,
mencionado ya en los documentos del siglo XII. La historia de Sants-Montjuïc remonta
por lo tanto a la época medieval, durante la cual, al situarse fuera del recinto amurallado
y abundar en recursos como tierra fértil o agua de las rieras, sus terrenos se utilizan para
agricultura. El territorio empieza a experimentar cambios muy profundos a partir de la
segunda mitad del siglo XVIII, con la construcción del castillo de Montjuïc y la
progresiva introducción de las actividades de carácter no agrícola, como explotación de
pedreras o teñido y lavado de los tejidos de cotón fabricados en la Ciutat Vella, las
llamadas indianas. De aquí el nombre de uno de los barrios: Marina del Prat Vermell,
proveniente del color rojo de los tejidos secados en los prados. (TATJER; VALLÈS, 1993,
p. 2)
A finales del siglo XVIII el territorio ve realzada su posición estratégica gracias a las
nuevas infraestructuras de comunicación que se crean en su alrededor, como la carretera
entre Barcelona y Madrid. Ésta se convierte en el impulso importante para el desarrollo
de su tejido urbanístico y socio-económico: es alrededor de ella y otras vías, como la vía
ferroviaria de Matorell y Vilanova, que aparecen los edificios de viviendas y hostales
que acogen a los viajeros. Con su construcción y proliferación, el carácter del paisaje
cambia. Entrados en el siglo XIX, el pasado agrario deja paso al presente urbanizado e
industrial. Los máximos exponentes de esta nueva identidad los constituyen tres
fábricas: El Vapor Vell, Vapor Nou y Can Batlló, las cuales, al igual que las viviendas y
hostales, aprovechan la proximidad de las mencionadas vías de comunicación y el
puerto. Su puesta en marcha y bonanza posterior suponen el crecimiento y consolidación
acelerados de los barrios en los que están situadas. (Ibídem, p. 4)
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Desde el punto de vista propiamente urbanístico, podemos distinguir dos tipos
diferentes de formación y crecimiento que sigue en aquel momento el territorio. El
primer tipo, llamado acarrerament significa urbanización de los terrenos adyacentes a
las calles existentes, siguiendo su trazado. Su mejor ejemplo lo constituyen las
edificaciones de la Carretera de Sants, convertida en uno de los ejes más importantes y
vertebradores del conjunto de los barrios del futuro distrito. El segundo tipo lo
constituye la creación de una plaza y una red de calles rectilíneas en su alrededor. La
Plaça de la Osca podría ser su buen ejemplo.
Sants-Montjuïc comparte con otros distritos la misma trayectoria del desarrollo
independiente y la posterior incorporación (en este caso en 1897) a la ciudad de
Barcelona. Ésta, tras derribar sus murallas y comenzar a implementar el Plà Cerdà a
mediados del siglo XIX, se reforma y ensancha (de aquí el nombre del nuevo distrito
central, l’Eixample – Ensanche),
anexionando los antiguos municipios
del Llano y convirtiéndolos en sus
partes.
Antes de que esto sucediera, el futuro
distrito consolida su carácter
claramente urbano con equipamientos
como el Mercado de Hostafrancs
(1888), infraestructuras como red de
agua potable o alumbrado de calles y,
finalmente, la organización de
conexión con Barcelona por medio de los tranvías de caballos. En aquel momento el
núcleo más poblado del territorio es el de Sants, con alrededor de 19.000 habitantes.
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La incorporación a Barcelona conlleva consigo importantes cambios: se idean planes
urbanísticos como el Plà Jaussely (1905), el cual mantiene el carácter industrial y obrero
del distrito y ordena su estructura espacial a través de los grandes ejes viarios como Gran
Vía de les Corts Catalanes, Calle Tarragona o Paral·lel, junto con grandes obras públicas,
entre las cuales destacan: la inauguración en el 1912 de la línea de tren de los
Ferrocarriles Catalanes, en el 1926 de la línea del llamado Ferrocarril Metropolità
Transversal (la Línea 1 de metro) o la construcción de las escuelas.
En cuanto al número de habitantes, la progresiva urbanización e industrialización
impulsan el gran crecimiento demográfico del territorio: en el 1900 cuenta con de 61.000
habitantes, mientras que 30 años más tarde este número se duplica, alcanzando 120.000
habitantes. Los que no nacen in situ, vienen primero del Pais Valencià o Aragón y luego
de Murcia o Andalucía. La demanda incrementada de viviendas hace modificar la
fisionomía del territorio, donde los edificios crecen en altura. Aún y así, la provisión
oficial, sea ésta de promoción pública, privada o de cooperativas no logra hacer frente a
las necesidades de todos, lo cual hace que muchos de los inmigrantes tengan que
autoconstruir sus viviendas. Así comienza el fenómeno de barraquismo, asentado en el
caso del distrito, sobre todo, en la montaña de Montjuïc. (Ibídem, p.7)
Al igual que el Litoral barcelonés cambia drásticamente su fisionomía e imagen gracias
a los JJ.OO. del 1992, dicha montaña y sus alrededores se convierten en el foco de grandes
obras con la ocasión de la Exposición Universal del 1929. Esto hace ver que la ciudad
posee una larga trayectoria de aprovechar los grandes eventos como catalizadores de
transformaciones urbanísticas. Con el fin de preparar la exposición se urbanizan pues
los espacios que hoy se consideran claves, tanto para el distrito, como el conjunto de la
ciudad: plaza Espanya, calle Tarragona, Avinguda Paral·lel o Gran Vía de les Corts
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Car
rer
Tar
rago
na
Gran Via
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Catalanes hacia el Llobregat. Se crea
también el conjunto monumental del
recinto ferial, construyendo lo que hoy
en día se conoce como el Palau
Nacional con su entorno: jardines,
fuentes, pabellones e incluso
equipamientos como el Estadi
Olímpic, segundo estadio europeo
más grande en aquella época. La
operación incrementa aún más la tasa
de inmigración en el distrito,
atrayendo a los obreros de todo el
ámbito nacional y agravando de este
modo las ya existentes insuficiencias
en el mercado de la vivienda. Para
paliar estas insuficiencias y liberar a la
vez el terreno para las obras, se
desplaza a los que viven en las
barracas en los alrededores de la
montaña a los nuevos polígonos de las
llamadas casas baratas, promovidos
por el Patronato de Habitación del Ayuntamiento de Barcelona. Dos ejemplos de dichos
polígonos los constituyen: las casas del Grup Aunós, situadas en el mismo distrito y el
barrio de Baró de Viver, ubicado en el futuro distrito de Sant Andreu.
Entrados en la segunda mitad del siglo XX, durante la dictadura del general Franco,
empieza la época desarrollista, durante la cual el Distrito sigue a grandes rasgos la
misma trayectoria del crecimiento urbanístico que las otras partes de la ciudad:
densificación progresiva del tejido construido existente por una parte y construcción de
los grandes polígonos de vivienda en la periferia, por otra. Estos polígonos se encuentran
cerca de los emplazamientos de la industria, como es el caso del grupo de viviendas
SEAT en la Zona Franca. Del mismo modo que otros terrenos urbanizados en esta época,
las nuevas promociones padecen diferentes tipos de problemas constructivos, así como
carecen de las infraestructuras básicas, hechos que suscitan con el tiempo críticas y
reivindicaciones vecinales. (Ibídem, p. 11)
Los cambios llegan con la aprobación del Plan General Metropolitano en el 1976,
transición democrática en el 1979 y la creación del Distrito en su forma presente en el
1984. Fruto de la reivindicación vecinal se recuperan, entonces, para el uso ciudadano
los espacios industriales como Espanya Industrial, Vapor Vell, las cocheras de tranvías
de Sants o l’escorxador municipal.
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A parte, se crean áreas de nueva centralidad, remodelando el ámbito de la calle
Tarragona y creando la polémica plaza dels països Catalans enfrente de la Estació de
Sants. Finalmente, se invierte otra vez más en la montaña de Montjuïc, con el fin de
ubicar allí una de las áreas olímpicas. Es la fábrica de Can Batlló, situada en el barrio de
la Bordeta, el último gran espacio urbano por transformar.
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Sants - Montjuïc
Sants - Montjuïc
Eixample
Eixample
Parc
Joan Miró
Escorxador
municipal
Fábrica
Espanya
industrial Cotxeres de
tranvies
Fábrica Vapor
Vell
Parc
Espanya
industrial Centro cultural
Cotxeres de
tranvies
Centro cultural
Vapor Vell
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Situación actual del territorio
El Distrito de Sants-Montjuïc está situado en el sudeste de la ciudad. Limita con distritos
de Ciutat Vella, Eixample y Les Corts, así como con las ciudades vecinas de Prat de
Llobregat y Hospitalet de Llobregat. Es uno de los diez distritos en los que se divide
Barcelona. Creado, como se ha dicho, en 1984 como expresión de la voluntad de
descentralización política y administrativa de la ciudad. Es el más extenso de todos,
contando con una superficie de 2.294,1 hectáreas, la cual equivale a casi una quinta parte
del término municipal. Es también el tercer distrito más poblado, con alrededor de
182.771 habitantes. Su importancia para el conjunto de la ciudad se explica por la
ubicación en él de infraestructuras de tal importancia como el Puerto, la Estación de
Sants, la Zona Franca o la Fira de Montjuïc. El Distrito, con antecedentes claramente
industriales, mantiene todavía hoy este carácter, concentrando el 19,3% de empresas
industriales de Barcelona, las cuales dan trabajo al 51% de trabajadores de este sector en
la ciudad. (Marc Estratègic de l’Ajuntament de Barcelona. Programa d’Actuació del Districte
2012-2015, 2012, p. 10)
A
B
C
D
52 53 54 55
A B C D
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El barrio de la Bordeta. Evolución histórica del territorio
El nombre de la Bordeta proviene probablemente de las llamadas bordas, casitas que
servían a los agricultores para guardar las herramientas que utilizaban para cultivar la
tierra. El barrio nace, aprovechando la proximidad de la antigua Vía Augusta, camino
de origen romano que conectaba la capital del imperio, Roma, con una de las ciudades
más importantes de aquella época en la Península Ibérica, Tarraco (hoy en día
Tarragona), pasando por el entonces Barcino y sus entornos. (HUERTAS et al. ’98 p. 11)
Entrados en la Era Medieval, el futuro barrio se dedica básicamente a la agricultura, del
mismo modo que otros que conformarán el Distrito. A partir de la segunda mitad del
siglo XVIII, con la progresiva introducción de las actividades de carácter no agrícola, su
paisaje cambia. El siglo XIX significa en este sentido un punto de ruptura definitiva con
el pasado y un salto hacia la identidad industrial: las masías y huertos van dejando paso
a las fábricas, al igual que los agricultores se van convirtiendo en los obreros. Con el
tiempo, la Bordeta deviene uno de los polos industriales más importantes, primero de la
ciudad de Sants y luego de Barcelona, tras su anexión. Cuenta con industria variada:
alimentaria (Molino de la Bordeta), automovilística (els tallers de la Hispano Suissa
d’automòbils) o peletera (La Pelleria Gatius), para dar algunos ejemplos. Finalmente,
cuenta también con la fábrica, que con el tiempo se convierte en todo un símbolo del
barrio y objeto de luchas y reivindicaciones ciudadanas: Can Batlló. Inaugurada el año
1880, marca decididamente la nueva dirección del desarrollo urbanístico y socio-
económico de la Bordeta, constituyendo, por una parte, el eje vertebrador alrededor del
cual se organiza y crece su trama urbana y, por otra, la actividad económica más
importante del barrio. Como ya se ha mencionado, el primer impulso importante para
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la creación y desarrollo de la Bordeta lo constituye la proximidad de la antigua Vía
Augusta, factor que hace que inicialmente el barrio adopte la forma del acarrerament.
Esto cambia con la instalación de la fábrica: el territorio empieza a crecer y consolidarse
en su alrededor.
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En paralelo al desarrollo progresivo de la
industrialización y urbanización de la Bordeta, se
desarrolla y evoluciona también su vida social y
cultural. Aproximadamente a lo largo de las décadas
de los años 60 y 70 del siglo XIX se dejan de celebrar
las fiestas de origen claramente rural, como la
llamada “fiesta de primavera”. Más adelante, se
crean entes como la Sociedad Coral “La Floresta” y
establece espacios de encuentro popular como El
Casinet, entre otros. Florece también el movimiento
obrero reivindicativo, capaz incluso de paralizar el
funcionamiento de las fábricas, reivindicando
mejoras sociales (véase el caso de la huelga de los
trabajadores de Can Batlló en solidaridad con los
obreros de Manresa, en el 1890). Esta rica vida social
se ve inmensamente perjudicada con la guerra civil y la posterior llegada al poder del
régimen franquista, con todas las represiones que éste conlleva consigo. Después de la
guerra, tan sólo las entidades vinculadas con el ámbito de deporte, como el Club Ciclista
Cataluña y el Club de Fútbol Bordeta logran mantenerse activas, cosa que hace pensar
sobre la extensión de las represiones. (Ibídem, p. 7)
Un hito importante y un punto de inflexión en este sentido lo constituye la creación en
el 1948 de la parroquia de Sant Medir. Situada estratégicamente al lado de Can Batlló, se
convierte con el tiempo en el principal centro de actividad del barrio, influyendo incluso
en el ámbito territorial más amplio. Aparte de llevar a cabo la actividad meramente
litúrgica, destaca entre otras cosas por la apuesta decidida de apoyar al tejido social y
cultural local. Dicho apoyo se materializa en la celebración de la fiesta de Sant Medir, la
fundación de un grupo de teatro, una biblioteca, un servicio de asesoramiento jurídico,
una escuela parroquial y el apoyo de una
profesional nocturna para los jóvenes. Habría
que destacar también el funcionamiento de
una hoja parroquial que cumple la función de
revista del barrio, cosa que, como se ha
mencionado en el capítulo anterior, resulta ser
de vital importancia para el desarrollo de los
movimientos sociales urbanos. En el ámbito
del urbanismo, la parroquia actúa, creando
una cooperativa que contribuye a los intentos
de aliviar la demanda incrementada de
vivienda en la época caracterizada por la
proliferación de las barracas. En esta línea, se
estrenan unos pisos sociales en el 1957.
También, se construye un polideportivo en el
pasaje de Toledo. En septiembre 1969 se
estrena el actual edificio de la parroquia, el
cual sirve, hasta el advenimiento de la
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democracia, de sede idónea para la organización de diferentes tipos de actividades
culturales y sociales clandestinas, aparte de catequesis y reuniones de la Juventud
Obrera Cristiana. Es aquí, donde se fundan el 20 de noviembre de 1964 las Comisiones
Obreras de Cataluña y el 28 de febrero de 1976 se celebra la primera asamblea de
reconstrucción de la CNT catalana. De aquí también sale la gente que crea el Centro
Social de Sants, crucial en la historia de las reivindicaciones vecinales, tanto durante el
franquismo, como hoy en día, con la reivindicación de Can Batlló. (Ibídem, p.11)
Durante la época desarrollista, la Bordeta, al igual que todo el conjunto de la ciudad,
sigue la trayectoria del crecimiento urbanístico especulativo y orientado al automóvil.
Fruto de la inmigración masiva de aquellos años, se enfrenta con la densificación
progresiva de su tejido construido existente y la falta de equipamientos básicos, cosas
que en gran medida perduran hasta hoy en día y se convierten en la tierra fértil para el
surgimiento del movimiento social reivindicativo en el barrio, siendo éste estrechamente
relacionado con las mencionadas arriba parroquia de Sant Medir y Centro Social de
Sants.
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Gran Vía Gran Vía
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El barrio ve afectada radicalmente su trama urbana y socio-económica a causa de las
grandes operaciones urbanísticas, entre éstas la construcción de potentes ejes viarios,
como la Ronda del Mig, ideada ya a principios del siglo XX por el Plà Jaussely y
materializada gracias al Plan Comarcal del 1953. A fin de poder realizar ésta y otras vías,
en todo el Distrito se expropian y derriban alrededor de 837 viviendas, así como 165
industrias y comercios. La reacción vecinal es firme. Se materializa en diferentes formas,
empezando por las protestas y acabando en las demandas judiciales en contra de la
Administración. Una de estas demandas es la de la Asociación de Vecinos Badal, Brasil,
Bordeta, ganada en abril del 1975 ante el Tribunal Supremo.
El movimiento vecinal de la Bordeta logra incidir en varias operaciones urbanísticas que
afectan el ámbito del barrio, como la ordenación de la plaza de la Farga, la plaza de la
Pelleria, construcción de un centro de asistencia primaria provisional o, finalmente, la
cobertura parcial de la Ronda del Mig. (CASTRO et al. 2011, p. 7)
Situación actual del territorio
La Bordeta es en actualidad uno de los ocho barrios del Distrito de Sants-Montjuïc. Está
situada encima del gran eje viario de Gran Vía, al igual que Sants y Hostafrancs, con los
que formaba anteriormente el llamado Distrito VII y todavía mantiene estrechos lazos
socio-culturales. Su ámbito se extiende desde la Rambla Badal hasta la calle Moianès y
desde la Gran Vía hasta el eje Creu Coberta - Carrer de Sants. La Bordeta tiene una
extensión de alrededor de 57,7 hectáreas y está habitada por cerca de 18.431 habitantes,
de acuerdo con el padrón municipal del año 2011. Siendo vinculada con los barrios
vecinos, se puede considerar, sin embargo, un área diferenciada, con características
propias. Esto se debe en parte al carácter de su perímetro (ejes viarios y ferroviarios
potentes), el cual limita las relaciones con el resto de la ciudad, potenciando a la vez las
relaciones internas. (PII en la Bordeta. Barcelona, 2007, p. 2)
Gran Vía
La Bordeta
69
47
La trama urbana actual del barrio es el resultado de una evolución histórica por medio
de la superposición de una red de calles ortogonales sobre el trazado de antiguos
caminos - las Carreteras de La Bordeta y Sants. Estas últimas siguen sin embargo
estructurando el territorio (la carrerera/carrer de Sants es, como se ha mencionado, uno
de los perímetros del barrio), constituyendo sus ejes viarios principales, soportes básicos
de tráfico y actividad. La Bordeta conserva todavía la estructura urbana típica de casco
antiguo, en este caso de origen obrero, caracterizándose por la presencia notable de
edificios provenientes del siglo XIX y principios del siglo XX, alineados en la calle, con
longitudes de fachada pequeñas. Dichos edificios tienen en muchos casos sus plantas
bajas destinadas a las actividades comerciales o artesanas y sus plantas superiores a las
viviendas. Fruto de la inmigración masiva, nos encontramos con las casas de 3-4 plantas
en parcelas muy pequeñas, lo cual hace que estemos ante uno de los mayores índices de
densidad de habitantes por km² en Barcelona: unos 32.461, frente a los 7.958 de media
en el Distrito o 15.926 en el conjunto de la ciudad. El barrio cuenta aproximadamente
con 8.512 viviendas, las cuales constituyen en gran mayoría residencia habitual de sus
habitantes (alrededor del 85% del total). (Ibídem, p. 1)
Fruto de los diagnósticos comunitarios realizados entre otros por la Federació
d’Associacions de Veïns i Veïnes de Barcelona, se detecta, que para la comunidad vecinal
los problemas más relevantes del barrio se estructuran en dos ejes principales:
- problemas relacionados con el entorno,
- problemas relacionados con los equipamientos.
70
48
Problemas relacionados con el
entorno
Dentro del ámbito del entorno, el
diagnóstico diferencia entre las zonas
verdes y vivienda, ambas afectadas
negativamente por las décadas del
desarrollismo.
Al ser un territorio muy densificado,
la Bordeta carece de parques o
jardines de grandes dimensiones,
disponiendo, sin embargo, de algunas
plazas y espacios libres, como plaza de la Farga, Plaza de Fénix o bien la Rambla Badal
(el eje viario de la Ronda de Mig en su tramo soterrado), la mayoría de ellas contando
con algún tipo de zona de juegos infantiles. Los vecinos piden la mejora de su
mantenimiento, aparte de reclamar la creación de un nuevo gran parque, el cual está
previsto que se sitúe en el ámbito del recinto de la fábrica de Can Batlló.
Por lo que se refiere a la vivienda, se reclama la rehabilitación de los edificios existentes,
siendo su habitabilidad empeorada, debido entre otras cosas a su antigüedad y estado
de conservación, a parte de la alta densidad existente. Se nota también la falta de
vivienda de protección oficial, sea de régimen de propiedad o alquiler, siendo éste un
problema importante sobre todo para los jóvenes, los cuales muchas veces se ven
obligados a abandonar el barrio al querer independizarse.
Problemas relacionados con los equipamientos
Dentro del ámbito de los equipamientos el diagnóstico diferencia entre las
infraestructuras viarias y servicios, tratándolos por separado.
En cuanto a las infraestructuras, las calles de la Bordeta son en gran mayoría estrechas,
puesto que, como sabemos, el barrio conserva todavía estructura urbana típica de casco
antiguo. Esto dificulta la coexistencia correcta entre diferentes tipos de sus usuarios:
peatones, transporte público y privado. También, puesto que sólo un 9,04% de las
viviendas en el barrio dispone de un aparcamiento propio, se diagnostica la cantidad
insuficiente de plazas de
estacionamiento en la calle, factor que
incrementa la presión de automóvil
sobre el espacio público libre. En
cuanto al transporte público, los
vecinos ven insuficiente la provisión
existente de líneas de bus (hay línea 91
y 115), creyendo necesario aumentar
la frecuencia de paso de éstos.
Los servicios se concentran en la
confluencia de las calles Olzinelles-
Sants, donde se encuentra el Centro
71
72
49
Cívico Cotxeres de Sants. Este incluye un servicio para personas mayores, el Centro de
Servicios Sociales de Sants y el Archivo Municipal del Distrito. Existen, sin embargo,
diferentes interpretaciones del perímetro exacto del barrio, hecho que dificulta el
análisis, puesto que algunas de ellas incluyen dicho centro dentro de la Bordeta y otras
no. El barrio hasta hace poco no disponía de ningún equipamiento cultural de titularidad
pública, hablando de los espacios dedicados a la danza, teatro o bien de los tan básicos
como una biblioteca (sólo había una ludoteca en la calle Olzinelles). Los vecinos, por lo
tanto, para satisfacer sus necesidades en este ámbito, utilizaban (y todavía siguen
haciéndolo) equipamientos en los barrios vecinos de Sants y Hostafrancs o bien se
dirigían a la parroquia de Sant Medir. En cuanto a la educación, el barrio cuenta con dos
guarderías, dos hogares infantiles, tres escuelas de educación infantil, a las que se suma
la escuela Proa, abarcando la educación primaria, secundaria y bachillerato. Se
reivindica la creación de un Instituto de Educación Secundaria. La práctica de deporte
está centralizada en gran medida en dos puntos del barrio: la zona de Magòria con el
campo de fútbol, afectado ahora por el proyecto de reforma de Can Batlló y la plaza de
la Farga, al lado de la cual está ubicado el Pabellón deportivo del barrio. En la misma
plaza se encuentran cuatro pistas de petanca. La Bordeta dispone de un Centro de
Atención Primaria, situado al lado de los actuales campos de futbol de la Magòria. Se
prevé, sin embargo, que la Generalitat construya un nuevo centro. En el ámbito de acción
social, el barrio cuenta con la Residencia y Centro de día Mossèn Vidal Aunós,
inaugurado en el año 2003. También hay un centro-residencia que acoge un máximo de
18 niños y niñas de 0 a 18 años, tutelados por la Generalitat. Finalmente, por lo que se
refiere al comercio y el abastecimiento del territorio en los bienes de consumo, las zonas
de la Rambla de Badal, la calle de Constitución y la calle Olzinelles son las que contienen
la mayor parte de los establecimientos. Sin embargo, éstos son percibidos como
insuficientes por los vecinos, los cuales reivindican la creación de un mercado. Frente a
su inexistencia, suelen acudir a los mercados de Sants y Hostafrancs.
Como podemos ver, en varios ámbitos los habitantes de la Bordeta tienen que acudir a
los barrios vecinos para satisfacer sus necesidades básicas. Este hecho enciende la acción
reivindicativa vecinal en el barrio, siendo éste rico en tejido asociativo y contando con
casi 40 entidades y/o asociaciones. El eje principal de actividad de dichas asociaciones
lo constituye por una parte la participación en los proyectos de mejora del barrio y por
otra, la organización de actos lúdicos, como la Fiesta Mayor de La Bordeta. Gran parte
de las asociaciones están integradas en el Secretariado de Sants-Hostafrancs-La Bordeta,
entidad que integra un amplio abanico de la vida asociativa del Distrito. Otros focos
principales, aglutinadores del movimiento vecinal los constituyen la parroquia Sant
Medir y Centro Social de Sants. Éstos cumplen el rol de la plataforma de las entidades,
contribuyendo a dinamizar el desarrollo social, cultural y urbanístico del barrio.
51
Programas de intervención implementados por la Administración pública en el barrio
En los últimos años la Administración pública ha desarrollado diferentes actuaciones en
el ámbito territorial de la Bordeta, enmarcadas dentro del Plan de Actuación de Distrito
(PAD) y la Ley de Barrios.
El PAD “expresa el compromiso que el gobierno del distrito quiere adquirir con la ciudadanía
para los próximos años y tiene la voluntad de fijar los objetivos y las medidas que se han llevado
a cabo durante los años 2008 y 2009 y las que se llevarán durante el período 2010 y 2011.“
(PAD Sants-Montjuic, 2010, p.19)
Como ejes estratégicos de la acción municipal, entiende:
- el fortalecimiento de la cohesión social,
- la convivencia,
- la calidad de vida.
El Plan intenta resolver los problemas y carencias descritas arriba, desarrollando
proyectos en todos los ámbitos. Entre dichos proyectos encontramos tales, como
rehabilitación de la ludoteca de la calle Onzinelles, creación de los caminos escolares,
nuevos equipamientos en la zona de Magòria o mejora de la urbanización de las calles.
Encontramos también las actuaciones relacionadas directamente con el ámbito de Can
Batlló, tales como el desarrollo de la planificación para la zona entera de Can Batlló –
Magòria, con las consiguientes reservas de suelo para los equipamientos. Se prevé, que
los terrenos de la antigua fábrica, junto con su entorno acogerán una guardería, escuela
primaria e Instituto, nuevo CAP, residencia para la gente mayor y centro de día,
viviendas de protección oficial, centro cívico, biblioteca y equipamientos de nivel de
ciudad como el museo de urbanismo.
Las actuaciones llevadas a cabo en el barrio entre el año
2007 y 2011 dentro de la Ley de barrios se traducen en
los 22 proyectos urbanísticos, sociales y culturales, los
cuales “suponen mejorar la calidad de los espacios
urbanos buscando la cohesión social y la calidad
medioambiental”. Entre estos proyectos se encuentran:
la urbanización de calles (Gavà-Constitución, Gayarre,
Olzinelles, Rossend Arús, Almería-Navarra…),
rehabilitación de los elementos colectivos de los
edificios o la construcción de los equipamientos.
Los dos planes ven prioritaria la necesidad de llevar a
cabo la reforma urbanística prevista en Can Batlló: “Si
Can Batlló ya fue históricamente hablando un punto de
referencia en el barrio, las futuras actuaciones en este
emplazamiento previsto invertir la situación actual y volver a
ser un centro de actividad que revitalice el barrio, con la
mejora de la dotación de equipamientos de servicios y de viviendas residenciales” (Ibídem, p. 23).
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83
52
3.2 Historia y presente de la fábrica y de la lucha vecinal por su recuperación para
el uso ciudadano
Los orígenes
Can Batlló, recinto fabril situado entre las calles Gran Vía de les Corts Catalanes,
Amadeu Oller, Constitució, Parcerisa y camino de la Cadena, ocupa una superficie de
nueve hectáreas, equivaliendo a casi el 20% de la extensión total del barrio de la Bordeta.
Constituye, junto con el recinto de Can Ricart, un buen ejemplo de la evolución espacial
y funcional del recinto fabril catalán, único por su estado de conservación casi completa
en el ámbito de la ciudad de Barcelona. (HUERTAS et al. ’98 p. 8)
Los orígenes de la fábrica remontan al siglo XIX, cuando los hermanos Batlló fundan una
empresa dedicada a la producción textil. Ésta se ubica en primer lugar en los actuales
terrenos de la Escuela Industrial, para trasladarse luego a la Bordeta, intentando evitar
los atentados anarquistas que suceden en aquella época. La nueva fábrica, inaugurada
en el año 1880, consta de una serie de naves de ladrillo de diferentes formas y
dimensiones, rodeadas por un muro y de este modo aisladas de su entorno, lo cual
constituye la manera habitual de construir en la época y un rasgo característico de los
recintos fabriles. Las naves de Can Batlló albergan en principio unos 700 telares, una
máquina de vapor de 600 CV y dan trabajo a casi un millar de trabajadores. Con el
tiempo esta capacidad se extiende, para albergar hasta 900 telares y una máquina de
vapor de 1200 CV. La fábrica, a diferencia de muchas del sector de hoy en día, está
pensada para que se desarrolle en ella toda la cadena de producción. En este sentido, en
1883 se crea el departamento de estampación, el cual completa los ya existentes.
Con la llegada de la guerra civil la fábrica se colectiviza, siendo éste un hito muy
importante, hecho que marcará la memoria colectiva tanto de los trabajadores, como de
los habitantes del barrio, constituyendo un antecedente del proceso reivindicativo en el
futuro. (CASTRO et al. 2011, p. 2)
84
53
El periodo franquista. Transformación funcional de la fábrica
Otro hito remarcable en la historia de Can Batlló lo constituye la venta en el 1943 del
recinto al grupo textil Unitesa, propiedad del financiero Julio Muñoz Ramonet. Es en sus
manos y las de sus descendientes, que primero se transforma, en el 1964, en un conjunto
de empresas y talleres artesanales, para convertirse luego en el foco de atención y lucha
ciudadana por su recuperación para el uso público. Estos cambios parecen tener un
carácter paradigmático, ocurriendo en un buen número de recintos industriales
barceloneses (siendo el mencionado antes recinto de Can Ricart el más conocido), los
cuales, al experimentar la crisis y pérdida de su función inicial, en primer momento se
reúsan, sea albergando otras industrias o equipamientos ciudadanos, para luego,
entrados ya en la época democrática, derribarse en muchas ocasiones, resultado del
cambio del paradigma del desarrollo urbano y la creciente presión inmobiliaria privada
a lo largo de la evolución del “modelo Barcelona”.
En el año 1964, momento de dejar de funcionar como fábrica textil, Can Batlló da empleo
a alrededor de 1.500 personas, lo cual constituye casi la mitad del total de las que trabajan
entonces en el barrio. Un impacto aún más grande, si añadimos el factor de género al
análisis: veremos que alrededor del 80% de las mujeres solteras del barrio trabajan en el
recinto. (HUERTAS et al. ’98 p. 9)
El periodo franquista. Implicaciones de las luchas ciudadanas en contra del
desarrollismo para la fábrica
El barrio de la Bordeta ve afectado y alterado radicalmente su trama urbana y socio-
económica a causa de las grandes operaciones urbanísticas, calificadas con el término
desarrollismo y enmarcadas dentro del Plan Comarcal. Entre éstas, la mencionada antes
construcción de potentes ejes viarios como la Ronda del Mig. Frente a ellas, surge un
movimiento social urbano local, el cual califica la fábrica de recurso más importante en
términos de suelo susceptible de albergar los equipamientos que faltan en el barrio con
unos niveles de densidad altísimos. Dicho movimiento lidera las críticas al Plan
Comarcal, por su falta de sensibilidad, tanto hacia el tejido construido, como social. El
1971 se crea el Centre social de Sants, polo potente de actividad social y cultural de la
Bordeta, activo también en el ámbito del urbanismo y por consiguiente la reivindicación
de Can Batlló para el uso vecinal. Un ejemplo claro de esta actividad lo constituye la
organización de una exposición fotográfica titulada “Un cop d’ull a Sants”, la reflexión
crítica en torno a la falta de equipamientos en los barrios del Distrito, así como sobre la
revisión en el 1964 del Plan Comarcal, antecedente del actual Plan General
Metropolitano de Barcelona. (CASTRO et al. 2011, p. 6)
“O recuperamos los grandes espacios libres que aún no han sido edificados que quedan en el barrio
(como son la España Industrial, Can Batlló, Estación de Magoria) o dentro de pocos años nos
veremos abocados a un colapso sin salida...” (Cop d’ull a Sants, 1973).
El hito de importancia primordial y el punto de inflexión a la vez para la situación del
Can Batlló lo constituye la aprobación en el 1976 del actual Plan General Metropolitano.
Dicho Plan, influenciado por la intervención de los técnicos externos al Régimen durante
el proceso de la revisión del Plan Comarcal, el cambio de alcalde por uno más
54
conciliador, el ciclo económico recesivo, así como la fuerza de los movimientos sociales
urbanos, califica el ámbito de la fábrica como zona verde y de equipamientos para el
barrio. Se inscribe de este modo en la línea que sigue en aquel momento la
Administración, creando y/o recuperando para los barrios del Distrito tales espacios
postindustriales, como la España Industrial, el Vapor Vell, les Cotxeres de Sants, o el
antiguo l’Escorxador municipal.
El periodo democrático. Las transformaciones de la ciudad, la renovada lucha por la
fábrica y la autogestión ciudadana del espacio
Las transformaciones de la ciudad
Entrados en el periodo democrático, la ciudad experimenta una evolución de su modelo
de desarrollo, pasando de la acupuntura urbana, con sus intervenciones dispersas por
toda la ciudad, destinadas a mejorar las condiciones de habitabilidad de los barrios
marginales, a las grandes operaciones urbanísticas, enfocadas en gran medida en el
Litoral, como el Forum 2004, 22@, el
entorno de la plaça de les Glòries
Catalanes o la Estación de la Sagrera.
Éstas dejan de lado a la Bordeta, con sus
déficits en materia de vivienda,
equipamientos y zonas verdes.
El cambio de rumbo llega con la
ampliación del aeropuerto y puerto
dentro del Plan Delta, aprobado en el
1994, así como la transformación del
tramo de Gran Vía desde la plaça
Espanya hacia l’Hospitalet de Llobregat.
Dicha operación contempla un conjunto
de actuaciones, como el semi-hundimiento de la autovía, la creación de la plaça
d’Europa, la ampliación del recinto de la Feria de Barcelona o la construcción de la
Ciudad de la Justicia. Éstas, al igual que aquellas emprendidas en el caso de la Vila
Olímpica, crean importantes plusvalías urbanas, susceptibles de ser aprovechadas por
los representantes del sector privado, propietarios de los terrenos adyacentes al ámbito
en cuestión, como la inmobiliaria Lles (posteriormente Gaudir), propietaria de la mayor
parte de los terrenos de Can Batlló. (Ibídem, p. 8)
La renovada lucha por la fábrica
Como sabemos, el Plan General Metropolitano del 1976 califica el recinto,
permaneciendo su mayor parte en manos privadas, como reserva de suelo para la
creación de vivienda, equipamientos y zona verde que los vecinos de la Bordeta habían
reivindicado durante muchos años. Concretamente, prevé la siguiente división del
terreno: la mitad para equipamientos, el 25% para zona verde y 25% para viales. Estas
condiciones no son aceptadas por la empresa propietaria, la cual reivindica por su parte
la posibilidad de incluir las actividades terciarias y, de este modo, sacar provecho de su
85
55
propiedad. En esta línea, en el 1992 encarga un proyecto de reforma al despacho de
arquitectura de Oriol Bohigas. La propuesta de la inmobiliaria es la siguiente: ceder el
terreno para el uso público, a cambio de la posibilidad de edificar 60.000 m². El
Ayuntamiento, frente a esta propuesta, empieza a contemplar la posibilidad de alterar
el Plan General Metropolitano, introduciendo usos comerciales en la zona reservada
previamente exclusivamente para usos sociales.
Aquí se hace visible como los planes municipales, en este caso urbanísticos, se ven
influenciados por diferentes actores urbanos: primero por los movimientos sociales
urbanos, que logran en un momento dado hacer que el recinto sea calificado de uso
público y luego, por la empresa privada –propietaria del terreno–, cuya participación
puede viabilizar económicamente su transformación, a cambio de unas cesiones en su
favor.
La transformación no arranca, a pesar de la elaboración de nuevos planes. Esto se debe,
según varios autores, al momento alcista del ciclo inmobiliario que vive a principios del
siglo XXI Barcelona y España en general. Dicho momento, descrito con más detalle en el
segundo capítulo del presente trabajo con la ocasión del análisis de la evolución del
“modelo Barcelona”, se caracteriza, como sabemos, por el creciente poder del sector
privado y la debilidad del sector público para llevar a cabo las transformaciones
urbanísticas en el contexto de la globalización económica y la competitividad
interurbana. Es en este contexto, que la inmobiliaria intenta negociar con el
Ayuntamiento para obtener un aumento de la edificabilidad permitida, lo cual logra: el
Ayuntamiento añade la zona de La Magòria al ámbito de intervención y da su visto
bueno a la propuesta privada de construir más del doble de pisos que preveía la
propuesta inicial. Los vecinos aceptan este hecho, bajo condición de obtener las
contraprestaciones: aparte de los equipamientos, vivienda y zona verde, también la
promesa de realojar a los vecinos afectados por el planeamiento.
En el 2006 el Ayuntamiento de Barcelona presenta, de acuerdo con Las Normas
Reguladoras de la Participación Ciudadana una propuesta de la modificación del Plan
General Metropolitano (MPGM) del ámbito de Can Batlló y la Magòria. Esta propuesta,
aparte de contemplar la función residencial (1.377 viviendas) y la zona verde (un parque
de unas 4,7 ha), prevé dotar el terreno con 21 diferentes equipamientos, tanto de alcance
del barrio, como más amplio. Los destinados a satisfacer las necesidades del barrio
pertenecen al ámbito social (un centro cívico y un centro para personas mayores),
educativo (dos guarderías, un centro de educación primaria, un instituto de educación
secundaria), deportivo (un pabellón deportivo y el traslado del actual campo de fútbol
de Magòria), cultural (una biblioteca y una sala de exposiciones) y sanitario (Centro de
Asistencia Primaria). Él del ámbito más amplio lo constituye la sede del Departamento
de Medio Ambiente y Vivienda.
El proyecto queda aceptado por los vecinos, los cuales consideran, que refleja a grandes
rasgos sus reivindicaciones. Su mayor preocupación la constituye la cantidad de pisos
de protección, accesibles para amplias capas de población. En esta línea solicitan el
incremento del número de éstos, de modo que constituyan hasta el 50% del total de los
previstos. El Ayuntamiento se compromete a solicitar este incremento a la Generalitat.
56
Tras este feedback ciudadano, el número de viviendas protegidas queda fijado en un
40%. La inmobiliaria Gaudir se beneficia por su parte de otro aumento de edificabilidad
permitida, la cual alcanza ahora 1.656 viviendas (985 libres, 471 protegidas y 200
dotacionales) en lugar de las 1.377 previstas anteriormente. Este incremento se justifica
por la necesidad de viabilizar económicamente la operación.
El proyecto de la MPGM, elaborado entre la Generalitat, el Ayuntamiento y la empresa
propietaria de la mayor parte el recinto - Grupo Gaudir, se aprueba de manera definitiva
el 2 de octubre de 2006, abarcando unas 14 hectáreas de superficie (144.292 m²), de las
cuales 137.419 m² corresponden al recinto de Can Batlló y el ámbito de la Magòria y el
resto a cinco parcelas discontinuas en los Distritos de Sants-Montjuïc, Ciutat Vella y
l’Eixample.
El MPGM persigue los siguientes objetivos, en cuanto a la ordenación espacial y
funcional del terreno objeto de intervención:
- permeabilizar el recinto fabril y sus alrededores, hasta ahora el obstáculo para la
circulación dentro del barrio, modificando el trazado de la calle Parcerisa entre la calle
Quetzal y la Avenida del Carrilet y creando dos accesos nuevos al interior del recinto,
los cuales serían una prolongación de las calles de Jocs Florals y Toledo.
- consolidar los frentes edificados de las calles Constitució y Parcerisa. En el caso
de la calle Constitución, se propone la consolidación de su frente con los edificios de
planta baja más cuatro, destinados a los pisos de protección. En caso de la calle Parcerisa,
los nuevos edificios, promovidos por la inmobiliaria Gaudir, completan el frente
edificado existente, flanqueándolo de alguna manera.
86
57
Se propone la utilización de las diferentes tipologías de edificios, dependiendo de la
ubicación de éstos dentro del ámbito del proyecto, intentando de este modo
contextualizarlos mejor. En esta línea, se prevé construir las torres de viviendas de doce
plantas frente a la Gran Vía. Es en ellas, donde se quiere ubicar las actividades terciarias.
La vivienda concertada y dotacional se ubica en el tramo comprendido entre las calles
Constitució y Quetzal. La vivienda libre se ubica en la Gran Vía y a la isla Carrilet-Badal-
Quetzal-Parcerisa.
- proteger los valores patrimoniales del recinto. En este sentido, prevé la
preservación y rehabilitación de las naves más importantes, junto con la chimenea, la
torre del depósito de agua y la parte del muro que da a la Gran Vía, siendo éstos los
elementos catalogados por el Plan especial de patrimonio del Distrito.
87
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Las miniaturas utilizadas para la elaboración de la línea del
tiempo, cortesía de LaCol http://www.lacol.org/
60
A pesar de disponer finalmente de un plan de reforma, las obran no arrancan. Esto se
debe a dos motivos: primero, queda pendiente la cuestión de realojo de las empresas
arrendatarias del recinto (en el año 2006 todavía operan en sus naves unas 174 empresas
y talleres, las cuales dan trabajo a aproximadamente 2000 trabajadores). Aquí interviene
el Ayuntamiento, consiguiendo una reserva de suelo ubicada en la Zona Franca, la cual
propone como posible sitio en el que se podrían instalar los industriales afectados.
Segundo, llega la crisis financiera, estrechamente ligada a la burbuja inmobiliaria, cuyas
consecuencias son nefastas, especialmente para el sector de la construcción, haciendo
inviables económicamente las grandes inversiones en vivienda, cosa que pretende la
inmobiliaria Gaudir. De este modo, la totalidad del proyecto queda en el stand-by, en
gran parte debido a la incapacidad del sector privado de llevar a cabo su inversión,
provocando un fuerte malestar vecinal.
Pasados los 3 años desde la aprobación del MPGM, el proyecto arranca en el 2009, con
la construcción del primer bloque de viviendas protegidas, destinado a alojar a una parte
de las personas afectadas por los derribos previstos. Por lo que se refiere a las empresas
arrendatarias del recinto, la mayoría se va, quedando unas cuantas, que todavía no
reciben la indemnización o que no están de acuerdo con la cantidad que se les propone.
Mientras tanto, el impacto de la crisis se nota cada vez más, afectando la construcción de
los equipamientos, entre ellos el Centro de Atención Primaria y convirtiéndose en un
impulso para la reactivación y consolidación del movimiento social reivindicativo,
aglutinado alrededor del Centre Social de Sants. Dicho movimiento, compuesto por
diferentes actores, adopta forma de una plataforma y actúa bajo el eslogan “Can Batlló és
pel Barri”.
Un hito muy importante en su actividad lo constituye el ultimátum que da a la
Administración y la empresa propietaria el 7 de marzo de 2010, estableciendo el 1 de
junio de 2011 como fecha límite para que las obras arranquen. En caso contrario, advierte
de una posible ocupación del recinto.
Al pasar este tiempo, la Plataforma considera que lo exigido no se está cumpliendo, con
lo cual mantiene la advertencia de la posible entrada al recinto. Cambia la fecha para el
11 de junio, coincidiendo con la fecha de inicio del nuevo consistorio municipal.
Frente a esto, la propiedad, junto con el Ayuntamiento finalmente accede a negociar con
los representantes de la Plataforma y el día 9 de junio acuerda cederles de manera
indefinida el llamado Bloc 11, la nave de unos 1.500 m². De esta forma, el posible
enfrentamiento violento (véase las declaraciones de la propiedad anteriores al acuerdo,
en las que advertía de la posibilidad de la intervención policial en contra de la entrada),
pasa a ser una inauguración pacífica y festiva.
61
La autogestión ciudadana del espacio y el arranque de las obras de transformación
La cesión del Bloc 11 a la Plataforma “Can Batlló és pel Barri”, aunque no resuelve todos
los problemas que impedían el arranque de las obras, constituye en sí misma el punto
de inflexión en la historia del recinto, ahora cogestionado y transformado desde abajo.
Es también un modelo particular de la gestión urbana, donde la ciudadanía deja de ser
un mero receptor de los servicios provistos por la Administración, para convertirse ella
misma en su proveedor y gestor. Con el tiempo, el Bloque 11 deviene un polo importante
de actividad socio-cultural, con proyección que sobrepasa los límites de la Bordeta,
disponiendo de un bar, biblioteca de unos 300 metros², un auditorio y otros muchos
espacios previstos.
La gestión de la nave se hace de manera descentralizada y colectiva, a través de las
comisiones temáticas. Primero, dentro de la Plataforma “Can Batlló és pel Barri” tenemos
una comisión encargada de la gestión del Bloc 11. Ella, a su vez, se divide en
subcomisiones –grupos de trabajo–, responsables de todos los aspectos del
funcionamiento del equipamiento:
Comisiones del Bloc 11
Comisión de difusión, comisión de negociación, comisión de diseño del espacio,
comisión de las infraestructuras, comisión de actividades, comisión del auditorio,
comisión de audiovisuales, comisión de rocódromo, comisión de artes, comisión de
diseño gráfico, comisión del espacio de encuentro y bar, comisión de la biblioteca. La
transformación física del espacio, en todas sus fases (desde el diseño hasta la ejecución)
está supervisada por la comisión de diseño del espacio. Es ella la encargada de plasmar
en los planes y de realizar posteriormente las necesidades y expectativas de otras
comisiones, consensuadas en las asambleas generales del Bloc. Los trabajos se llevan a
cabo a través de las jornadas de trabajo colectivo, hecho por voluntarios, a los que se les
suman también los trabajadores de la Agencia del Desarrollo Local Barcelona Activa,
dependiente del Ayuntamiento. Es una muestra clara de la implicación del sector
público en un proyecto liderado por la iniciativa ciudadana auto gestionada.
Otra muestra de la iniciativa pública
la constituye el plan "Empenta",
promovido por el equipo municipal
de Xavier Trias. Dicho plan tiene por
objetivo dar un empuje a los
proyectos urbanísticos parados,
desbloqueando así la transformación
de vastas áreas de la ciudad. Para ello
prevé invertir unos 200 millones de
euros de dinero público, con los que
espera obtener la financiación
privada paralela. En el caso de Can
Batlló, la Administración intenta
finalizar el proceso de realojo de los
últimos empresarios arrendatarios 91
62
de las naves que quedan, así como los vecinos de las casas de las calles Constitució,
Parcerisa y el Camí de la Cadena. También firma un convenio con los representantes del
Centro Social de Sants y la Comisión de Vecinos de la Bordeta, cediéndoles otra nave
(Bloc 1). (Pla Empenta. Barcelona, 2011)
A pesar de estas acciones, la Plataforma emite en noviembre 2012 un comunicado "Can
Batlló: si no lo hacéis vosotros, lo haremos nosotros". En dicho documento resume todo el
proceso reivindicativo hecho realidad hasta la fecha, aparte de mencionar lo
reivindicado ahora, resumido en 3 puntos:
- Es obligatorio solucionar definitivamente la situación de los y las afectadas, sea de los
talleres o de las viviendas,
- Es necesario establecer un plan de usos inmediato y detallado para el futuro,
completamente al servicio y decidido soberanamente por los vecinos y vecinas del barrio,
- No aceptaremos la concesión del patrimonio colectivo para usos privativos. La nave
central es un bien público de la memoria y el presente popular del barrio que no puede ser cedida
a intereses restringidos y que debe destinarse a los usos que el vecindario decida
mancomunadamente. (Can Batlló, 13.06.2013)
Se menciona la elaboración comunitaria del plan de transformación y el calendario de
llevarlo a cabo.
Finalmente, los primeros derribos empiezan en 2013, abriendo el recinto al barrio. Según
pronósticos municipales, el nuevo CAP debería entrar en funcionamiento este mismo
año.
65
4. Conclusiones
Esta investigación tenía como objetivo estudiar la reivindicación y recuperación
ciudadana de la fábrica de Can Batlló, con el fin de aportar más comprensión de la
naturaleza de este tipo de procesos, cada vez más frecuentes en el contexto de la crisis
económica actual. Para ello, se consideró necesario realizar primero una aproximación
crítica al denominado “modelo Barcelona” y sus implicaciones en la transformación del
patrimonio industrial de la ciudad, seguida por el análisis de las características
urbanísticas y socio-económicas del entorno de la fábrica y de ella misma.
Como se ha dicho en la introducción, el reciente estallido de la burbuja inmobiliaria ha
supuesto paradójicamente una oportunidad de cambio y mejora del paradigma del
desarrollo urbano, con el resurgimiento de las iniciativas llamadas bottom - up, que
tienen por voluntad corregir y/o eliminar las deficiencias del urbanismo especulativo
global y fortalecer el rol de la ciudadanía en la creación y gestión de la ciudad. Es
interesante ver como la trayectoria y resultado del proceso reivindicativo que ha tenido
lugar en Can Batlló difiere de la del Can Ricart, otro caso paradigmático mencionado en
la investigación. Comparando ambos, podríamos suponer que la victoria o bien el
fracaso de una visión ciudadana del uso de los terrenos urbanos (en este caso
postindustriales), dependería de los siguientes factores:
- fase del ciclo económico en que se desarrolla la reivindicación,
- características y fuerza del tejido social implicado en la reivindicación,
- ubicación del terreno - objeto de la reivindicación.
Parece que es la compleja confluencia de estos 3 factores la que hace que los ciudadanos
logren o no forzar su visión por encima de la de los poderes públicos y privado-
empresariales. Eso lo demuestra el “modelo Barcelona” y la evolución de las posturas
respecto al patrimonio postindustrial a lo largo de su desarrollo. Se pasa, a grandes
rasgos, desde la acupuntura urbana, mejoras en los barrios periféricos y la reutilización
de fábricas para fines socio-culturales durante la primera etapa, resultado de la crisis
económica y la falta del interés privado en invertir en la ciudad, a los proyectos de
intervención a gran escala, hechos a medida y en respuesta a las necesidades del
mercado inmobiliario internacional. Es cuando la ciudadanía pierde el poder y
protagonismo a favor de las empresas multinacionales y crece la presión inmobiliaria
sobre las fábricas, especialmente las ubicadas en las zonas de intensa transformación
como el Poblenou, afectado por el plan 22@. Finalmente, llega la crisis económica actual
y con ella, el estallido de la burbuja inmobiliaria. Por consiguiente, la capacidad del
sector privado de llevar a cabo las magnas transformaciones urbanas decrece y en
cambio, resurgen los mencionados movimientos sociales reivindicativos. Eso hace
pensar que estamos ante un tipo de dinámica del desarrollo urbano en forma de
sinusoide, volviendo en cierto modo (con excepciones, por ej., la reforma controvertida
66
del Port Vell) a las tendencias que se daban en la primera etapa del “modelo”:
intervenciones pequeñas, orientadas a mejorar la calidad de vida de los vecinos, como el
Plà Buits Urbans o Plà de microurbanitzacions.
Comparando el caso de Can Batlló con el de Can Ricart, podemos apreciar bien la
mencionada confluencia de los factores.
Can Ricart, al situarse en el epicentro del área de transformación del 22@ es objeto de
una lucha ciudadana por su preservación, frente a los primeros planes que, para
aprovechar el aumento de la edificabilidad permitida, contemplan su derribo, salvo la
chimenea. Dado que dicha lucha se sitúa en el periodo alcista del desarrollo económico
y la prevalencia de la llamada “economía de ladrillo”, la fuerza y presión de los poderes
públicos y privado-empresariales hace que no sea posible forzar la realización total del
programa ciudadano. Se logra la preservación, aunque no total, de la fábrica, designada
como futura sede de la Casa de les llengües, equipamiento de gran alcance, no
demandado por los vecinos. Dicha solución se inscribe en la línea de promoción de
Barcelona como ciudad global, un ejemplo claro de la llamada “marca Barcelona”.
Can Batlló, recinto fabril situado en la periferia de la ciudad, reivindicado hace unos 35
años por el movimiento vecinal es, en cambio, un ejemplo de la apropiación y
autogestión vecinal de un espacio urbano, las cuales se dan ya en el contexto de la
profunda crisis económica y el parálisis de los poderes públicos y privado-
empresariales, incapaces de responder a las demandas sociales en materia de vivienda,
equipamientos y zonas verdes. Según algunos autores, el caso puede considerarse una
innovación social, articulando elementos de negociación con lo institucional con
elementos de desobediencia civil. En este caso la victoria ciudadana se hace posible
gracias a los 3 factores:
- fuerza y cohesión del movimiento ciudadano, determinado en su lucha y
desafiante con su advertencia de la posible ocupación del recinto,
- la ubicación del terreno en cuestión, fuera del alcance de las magnas operaciones
urbanísticas especulativas durante mucho tiempo (hasta las descritas más arriba de
finales de los 90 y principios del siglo XXI) y
- la fase recesiva del ciclo económico.
Parece que la inmobiliaria Gaudir, propietaria privada de la mayor parte de la fábrica,
junto con el Ayuntamiento son más proclives a responder favorablemente a la
ciudadanía, disponiendo de menos recursos económicos.
La reapropiación y autogestión ciudadana del Can Batlló constituyen un buen ejemplo
de la manera de “hacer ciudad”. Un aspecto interesante a valorar en este lugar sería la
posible transferibilidad de las lecciones derivadas de su estudio a otros contextos
territoriales. Algunos autores apuntan, que los casos similares se van a repetir con mayor
frecuencia.
69
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(consulta el 13.06.2013).
71
Índice de figuras
La fecha de consulta de todos los enlaces: 13.06.2013
Figura 1 Nuevos bloques de pisos construidos en la época desarrollista en Nou Barris. Fuente: disponible
online en http://eltranvia48.blogspot.com.es/2010_06_01_archive.html
Figura 2 Nuevas “barracas verticales”, construidas en la periferia barcelonesa en la época desarrollista.
Fuente: disponible online en http://eltranvia48.blogspot.com.es/2010_06_01_archive.html
Figura 3 Plan General Metropolitano del 1976, la base del futuro desarrollo del área metropolitana. Fuente:
disponible online en http://commons.wikimedia.org/wiki/File:PGM_de_Barcelona.jpg
Figura 4 Parque de l’Espanya Industrial, construido en el lugar de la antigua fábrica. Fuente: disponible
online en http://blog.demediterraning.com/wp-
content/uploads/2012/03/Parque_Espana_Industrial_Barcelona.jpg
Figura 5 Parque Joan Miró, construido en el lugar del antiguo matadero (escorxador) municipal. Fuente:
disponible online en http://farm8.staticflickr.com/7147/6669505409_5ee3662ac0_o.jpg
Figura 6 Parque del Clot, construido en el lugar de los antiguos talleres de RENFE. Fuente: disponible
online en http://mw2.google.com/mw-panoramio/photos/medium/68551358.jpg
Figura 7 Centro cultural Cotxeres de Sants, ubicado en las antiguas cocheras de tranvías. Fuente:
disponible online en http://www.obrabcn.cat/images/visites/b6a5b-07_COTXERES-DE-SANTS.jpg
Figura 8 Centro cultural Vapor Vell, ubicado en la antigua fábrica. Fuente: disponible online en
http://w110.bcn.cat/Biblioteques/Continguts/Continguts%20Minisites/Bib%20Vapor%20Vell/fitxers/bibliot
eca.png
Figura 9 Centro cultural La Sedeta, ubicado en la antigua fábrica. Fuente: disponible online en
http://estatic.elpunt.net/imatges/30/33/baixa/780_008_3033672_606d519ccbb3592fcb2a0ebd976c6bdc.jpg
Figura 10 Centro cultural Ateneu 9 Barris, ubicado en la antigua fábrica. Fuente: disponible online en
http://redesinstituyentes.files.wordpress.com/2013/01/ateneu-popular-9b.jpg
Figura 11 Plan de nuevas centralidades, elaborado con la ocasión de la preparación para los Juegos
Olímpicos. Fuente: disponible online en http://cafedelasciudades.com.ar/carajillo/imagenes1/art3_7.jpg
Figura 12 Plan de Vías, elaborado con la ocasión de la preparación para los Juegos Olímpicos. Fuente:
disponible online en
http://books.google.es/books?id=iEuO6jfdR_gC&pg=PA160&lpg=PA160&dq=barcelona+%22pl%C3%A0+d
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huUwlB7Q0C0_k&hl=en&sa=X&ei=ziWfUZuBGfL07AbqhIGwCA&ved=0CFsQ6AEwBg#v=onepage&q=ba
rcelona%20%22pl%C3%A0%20de%20vies%22%201986&f=false
Figura 13 El barrio industrial de Icària junto con las barracas de Somorrostro, actualmente terrenos de la
Vila Olímpica. Fuente: disponible online en
http://barcelonaimatgesambhistoria.blogspot.com.es/2011/10/las-barracas-de-somorrostro.html
Figura 14 Vista aérea del barrio industrial de Icària antes de las intervenciones olímpicas y construcción
de la Vila Olímpica. Fuente: disponible online en http://www.ub.edu/geocrit/b3w-895/b3w-895-9.htm
Figura 15 Vista aérea de la Vila Olímpica actualmente. Fuente: disponible online en
https://maps.google.com/
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Figura 16 Antiguos edificios fabriles del barrio de la Icària, destruidos durante la construcción de la Vila
Olímpica. Fuente: disponible online en http://www.ub.edu/geocrit/b3w-895/b3w-895-9.htm
Figura 17 Vista aérea del barrio actual de Vila Olímpica. Fuente: disponible online en
http://www.vo20bcn.org/wp-content/uploads/VILA-OLIMPICA-BARCELONA.jpg
Figura 18 Panorama del 22@ con las torres de oficinas, hoteles y viviendas en el fondo. Fuente: disponible
online en http://www.catalunyaconstruye.com/wp-content/uploads/2008/09/9294_x_2076__72dpi.jpg
Figura 19 Vista del ámbito de intervención del plan 22@. Fuente: disponible online en
http://www.22barcelona.com/10x22barcelona/planol/?lang=es
Figura 20 PERI Cluster TIC, uno de los 6 que componen el Plan 22@. Fuente: disponible online en
http://www.elconsorci.net/files/274ad4786c3abca69fa097b85867d9a4315x166.jpg
Figuras 21 y 22 Campus audiovisual de la Universitat Pompeu Fabra, ubicado en el ámbito del cluster TIC,
22@. Fuente: disponibles online en http://www.upf.edu/enoticies/es/0405/_fotos/campusco.jpg
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AIA_salazar_navarro_CA_L_ARANYO_large.jpg
Figura 23 Entorno del proyecto Fórum 2004, visto desde el barrio de la Mina. Fuente: Adam Gawron
Figura 24 Vista aérea del ámbito del proyecto Fórum 2004. Fuente: disponible online en
http://urbanplanet.info/wp-
content/uploads/2012/08/PIDUD03_Barcelona_Forum2004_water_treatment_plant.jpg
Figura 25 Protestas vecinales de los barrios periféricos de Barcelona en los tiempos de la dictadura. Fuente:
disponible online en http://2.bp.blogspot.com/-
hWRE4qhtVWk/T17_XnzH8mI/AAAAAAAAAZQ/QuezemQOG2I/s1600/Efemerides_mar%C3%A710.jpg
Figura 26 El plan de la Ribera, uno de los mayores intentos de intervenir en la fisionomía y composición
socio-económica del Litoral barcelonés, elaborado y combatido durante la dictadura por los movimientos
sociales urbanos. Fuente: disponible online en http://andreumarfull.files.wordpress.com/2012/03/1964-pla-
de-la-ribera-al-front-marc3adtim-de-barcelona.jpg?w=300&h=245
Figura 27 Un folleto informativo elaborado por el movimiento social en contra del plan 22@. Fuente:
disponible online en http://2.bp.blogspot.com/_5pX8VOYOnww/SQ86-
4LhvvI/AAAAAAAAABM/n_OyCw7dNOc/s1600/[email protected]
Figura 28 Una protesta de “Iaioflautas”, movimiento de personas de tercera edad que luchan por las
mejoras sociales. Fuente: disponible online en http://www.iaioflautas.org/blog/2013/05/03/yayoflautas-
abuelos-en-guerra/
Figuras 29 y 30 Can Ricart a principios de su existencia. Fuente: disponible online en
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Figuras 31 y 32 Protestas e iniciativas ciudadanas en defensa de Can Ricart. Fuente: disponible online en
http://www.nau21.net/project/imago/050715_visquem_can_ricart.png
Figura 33 Vista aérea del complejo fabril de Can Ricart con su entorno, antes de la creación del Parc central
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Figura 34 Vista aérea del complejo fabril de Can Ricart con su entorno actualmente. Fuente: Disponible
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Figuras 43 y 44 Plano de los alrededores de la ciudad de Barcelona por Ildefons Cerdà. Fuente: Disponible
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Figura 45 Plan Jaussely. Fuente: Disponible online en
http://www.citechaillot.fr/ressources/expositions_virtuelles/vegetal/IMAGES/THEME03-
01/GRANDES/01/01.jpg
Figura 46 Barracas en la montaña Montjuïc. En el fondo se puede apreciar el Palau Nacional, el elemento
más importante de la Exposición Universal del 1929. Fuente: disponible online en
http://4.bp.blogspot.com/-FnqDtJyQEFs/TVf0VN225aI/AAAAAAAAHm8/1aOozU9bh4U/s1600/barracas-
montjuic-ano-1967-barcelona_294828.jpg
Figura 47 Colonia de las llamadas casas baratas, construida para alojar a los que vivían en las barracas de
autoconstrucción en los alrededores de la montaña Montjuïc. Fuente: disponible online en
http://barcelonallibres.blogspot.com.es/2013/04/donde-la-ciudad-cambia-de-nombre.html
Figura 48 Vista general de los terrenos de la Exposición Universal del 1929. Se puede apreciar la Plaça
Espanya en el primer plano, así como la Avinguda Paral·lel en el segundo. Fuente: disponible online en
http://1.bp.blogspot.com/_XLxZReBI108/TSSvs2qzAHI/AAAAAAAAAqc/QNX9mQhHTJc/s1600/Barcelon
aExpositionPanorama.1929.ws.jpg
Figura 49 Vista aérea de los terrenos del futuro Distrito de Sants – Montjuïc y Eixample en el 1967. Se
pueden apreciar varios terrenos fabriles, en aquel momento todavía en uso. Fuente: disponible online en
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Figura 50 Vista aérea actual de los mismos terrenos. Fuente: disponible online en https://maps.google.com/
Figura 51 Vista aérea actual de los terrenos del Distrito de Sants. Fuente: disponible online en
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Figura 52 El puerto de Barcelona. Fuente: disponible online en http://images.ara.cat/societat/Contenidors-
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Figura 53 Zona Franca de Barcelona. Fuente: disponible online en
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Figura 54 Fira de Barcelona. Fuente: disponible online en http://noticias.iberestudios.com/wp-
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74
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Figura 56 Plan de los alrededores de la ciudad de Barcelona por Ildefons Cerdà. Fuente: Disponible online
en http://cartotecadigital.icc.cat/cdm/singleitem/collection/catalunya/id/1803/rec/3
Figura 57 Plan de los alrededores de la ciudad de Barcelona y proyecto de su reforma y ensanche por
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http://cartotecadigital.icc.cat/cdm/singleitem/collection/catalunya/id/1804/rec/4
Figura 58 Plan de Barcelona y sus alrededores en 1890. Fuente: disponible online en
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Figura 59 Plan general de Barcelona del 1920. Fuente: disponible online en
http://cartotecadigital.icc.cat/cdm/singleitem/collection/catalunya/id/1481/rec/30
Figura 60 Plan de Barcelona del 1947. Fuente: disponible online en
http://cartotecadigital.icc.cat/cdm/singleitem/collection/catalunya/id/1211/rec/15
Figura 61 Plan comarcal del 1953. Fuente: disponible online en
http://cartotecadigital.icc.cat/cdm/singleitem/collection/catalunya/id/2935/rec/1
Figura 62 Vista aérea de los terrenos del futuro Distrito de Sants – Montjuïc y Eixample en el 1967. Fuente:
disponible online en http://cartotecadigital.icc.cat/cdm/singleitem/collection/fsace/id/12976/rec/39
Figura 63 Los gigantes utilizados durante las fiestas tradicionales de los barrios. Fuente: disponible online
en http://cartotecadigital.icc.cat/cdm/singleitem/collection/cuyas/id/7891/rec/57
Figura 64 Sede del Centre Social de Sants. Fuente: Adam Gawron
Figura 65 Plan comarcal del 1953. Se puede apreciar el trazado de la futura Ronda del Mig. Fuente:
disponible online en http://cartotecadigital.icc.cat/cdm/singleitem/collection/catalunya/id/2935/rec/1
Figura 66 Vista aérea de los terrenos del futuro Distrito de Sants – Montjuïc y Eixample en el 1967. Se
puede apreciar por donde pasará la futura Ronda del Mig y el tejido preexistente en aquel lugar. Fuente:
disponible online en http://cartotecadigital.icc.cat/cdm/singleitem/collection/fsace/id/12976/rec/39
Figura 67 Vista aérea de los terrenos de la Bordeta, con la Ronda del Mig construida. Aproximadamente
los años 80. Fuente: disponible en
http://cartotecadigital.icc.cat/cdm/singleitem/collection/fsace/id/11585/rec/1
Figura 68 Vista aérea actual de los terrenos de la Bordeta, con la Ronda del Mig cubierta/Rambla Badal
creada. Fuente: disponible online en https://maps.google.com/
Figura 69 Vista aérea actual de la Bordeta. Se pueden apreciar los grandes ejes viarios que constituyen los
límites del barrio. Fuente: disponible online en https://maps.google.com/
Figura 70 El diagnóstico comunitario del barrio de la Bordeta realizado por la Federación de Asociaciones
de Vecinos de Barcelona. Fuente: disponible online en
http://dl.dropboxusercontent.com/u/18436760/labordeta_bec.pdf
Figura 71 El barrio de la Bordeta, carrer de la Constitució. Se aprecia el paisaje de un casco urbano antiguo.
Fuente: Adam Gawron
Figura 72 La construcción del CAP de la Bordeta. Fuente: Adam Gawron
Figura 73 Parroquia de Sant Medir. Fuente: Adam Gawron
75
Figura 74 Ludoteca. Fuente: Adam Gawron
Figura 75 Escola Proa. Fuente: Adam Gawron
Figura 76 Polideportivo municipal. Fuente: Adam Gawron
Figura 77 Rambla Badal (el tramo soterrado de la Ronda del Mig). Fuente: Adam Gawron
Figura 78 Plaça del Fènix. Fuente: Adam Gawron
Figura 79 Plaça de Cal Muns. Fuente: Adam Gawron
Figura 80 Plaça de la Farga. Fuente: Adam Gawron
Figura 81 Plaça de la Vidriera. Fuente: https://maps.google.com/
Figuras 82 y 83 Resultados de los programas de intervención en el barrio: nueva infraestructura para
ciclistas, renovado pavimento y alumbrado de la calle. Fuente: Adam Gawron
Figura 84 Fábrica de Can Batlló, la primera sede. Fuente: disponible online en
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/4/44/Can_Batllo-
1875.Llumanera_Nova_York.JPG/794px-Can_Batllo-1875.Llumanera_Nova_York.JPG
Figura 85 Grandes intervenciones urbanísticas en el ámbito de la ciudad de Barcelona. Se puede apreciar
cierta concentración de éstas en el Litoral. Fuente: disponible online en
http://www.barcelonasagrera.com/upload/multimedia/861.pdf
Figura 86 Proyecto de la Modificación del Plan General Metropolitano del 2006 del ámbito de Can Batlló –
Magòria. Fuente: disponible online en
http://territori.scot.cat/cat/notices/2012/03/transformaciO_urbana_de_can_batllO_barcelona_3088.php
Figura 87 Los equipamientos previstos en el ámbito de Can Batlló – Magòria de acuerdo con la MPGM del
2006. Fuente: disponible online en
http://estatic.elpunt.net/imatges/00/41/alta/780_377_41509_c24334de4a10d102e496bfb46d49c7d4.jpg
Figura 88 Can Batlló a principios de su funcionamiento en su emplazamiento actual: el barrio de la
Bordeta. Se puede apreciar la nave central junto con las naves adyacentes, todavía existentes. Fuente:
disponible online en http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/5/5c/Can_batllo_Sants.jpg
Figura 89 Can Batlló a principios de los año 90 del s. XX. Fuente: disponible online en
http://www.macba.cat/uploads/20111013/3985_770x564.jpg
Figura 90 Can Batlló en actualidad. Se aprecia en primer plano la remodelada Gran Via justo con la Plaça
Cerdà. Fuente: Adam Gawron
Figura 91 Plan Empenta del equipo municipal de Xavier Trias, destinado a desbloquear grandes
transformaciones urbanísticas, paradas por la crisis. Fuente: disponible online en
http://www.bcn.cat/habitatge/esp/doc/2011plaempenta.085_ESP.pdf
76
Índice analítico
22@ 22, 23, 24, 25, 28, 30, 55, 66, 67
A
Acupuntura urbana 17, 20, 25, 28, 55
B
Bottom-up, iniciativas 6, 7, 11
C
Can Batlló 6, 7, 11, 12, 13, 14, 26, 31, 36, 41, 43, 45, 46, 49, 50, 52, 53, 54, 55, 56, 57, 61, 62,
63, 66, 67
Can Ricart 23, 28, 30, 31, 53, 54, 66, 67
Crisis económica 6, 7, 11, 16, 66, 67
D
Desarrollismo 16, 40, 49, 54
E
Equipamientos públicos 11, 16, 17, 18, 27, 38, 40, 46, 48, 49, 50, 52, 54, 55, 56, 61, 62, 67
Espacio público 16, 17, 26, 30, 31, 38, 49
F
Fórum Universal de las Culturas 22, 24, 25, 28, 30
G
Grandes eventos urbanos 11, 19, 22, 24, 39
J
Juegos Olímpicos 16, 19, 20, 22, 25, 27, 28, 39
L
La Bordeta 13, 14, 36, 41, 43, 44, 45, 46, 47, 48, 49, 50, 53, 54, 55, 62, 63
M
Modelo Barcelona 12, 16, 19, 24, 25, 26, 28, 54, 56
Movimientos sociales urbanos 12, 13, 16, 22, 25, 26, 27
77
P
Paradigma del desarrollo urbano 11, 16, 19, 22
Participación ciudadana en los procesos urbanísticos 6,7, 11, 22, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31
Patrimonio industrial 11, 14, 16, 18, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 30, 31
PERI 17
Plan Comarcal 27, 47, 54,
Plan General Metropolitano 17, 23, 30, 40
S
Sants-Montjuïc 13, 14, 36, 38, 42, 47
Star system, arquitectos 11, 22
T
Transformación urbana 11, 12, 13, 20, 21, 22, 23, 24, 28, 39
V
Vila Olímpica 20, 24, 27, 28